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Profesora Eliana Marina Ifrán - Escuela Secundaria Euforión

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Unidad 4

El antiguo Egipto La civilización fue una de las primeras, más grandes y más longevas de la Antigüedad. Sus logros económicos, políticos, sociales,

culturales, militares, arquitectónicos, religiosos, filosóficos y hasta científicos han fascinado a la cultura occidental por siglos.

Temas: Egipto, un don del Nilo. Los ciclos del Nilo. Alto y bajo Egipto. Unificación. Periodos históricos. El Estado y la sociedad

egipcia. La estructura social. Religión egipcia. El arte.

Egipto, un don del Nilo

El territorio donde se encuentra Egipto es una zona árida, con escasas precipitaciones y altas temperaturas, y está rodeado

de desiertos. Sin embargo, está atravesado por el río Nilo, indispensable para la existencia de numerosas especies

vegetales y animales que posibilitaron la vida y el desarrollo de complejas sociedades humanas durante miles de años. El

río Nilo tiene alrededor de 6.700 kilómetros de largo y conforma el curso de agua más extenso del mundo. Nace en el lago

Victoria, en el centro del continente africano, surca diversos territorios hacia el norte y desemboca en el mar

Mediterráneo.

Los alrededores del Nilo forman una región fértil que ha estado habitada hace varios milenios. Hace 10.000 años,

aproximadamente, los grupos que poblaban la zona desarrollaron la agricultura y la ganadería. Entre 5.000 a.C. y el 3.000

a. C. estas sociedades neolíticas lograron ampliar su capacidad de producir excedentes, se fueron complejizando,

diferenciando y estableciendo jerarquías sociales. A finales del Neolítico algunos grupos privilegiados conformaron las

primeras formaciones estatales en el territorio. Así, se desarrollaron dos reinos a lo largo del Nilo, el del Bajo Egipto y

del Alto Egipto. El reino del Bajo Egipto ocupaba la región norte donde el Nilo desembocaba en el mar Mediterráneo y

forma un amplio delta. El reino del Alto Egipto ocupaba el valle del Nilo, que está rodeado por importantes desiertos a

ambos lados. Estos reinos se mantuvieron independientes hasta su unificación en el 3.100 a. C. aproximadamente.

EL NILO FUE CENTRAL PARA LA HISTORIA EGIPCIA

Los ciclos del Nilo


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El Nilo, como cualquier otro río, tiene un régimen de crecidas. Sin embargo, presenta una regularidad poco común que

permite el desarrollo de distintas actividades económicas según la época del año. Entre junio y septiembre, durante el

verano, se da un enorme incremento de su caudal a causa de la gran cantidad de lluvias que se producen en sus nacientes.

Esto causa inundaciones en los márgenes del río, que en algunos casos llegan a cubrir hasta 20 kilómetros de ancho. En

octubre las aguas comienzan a bajar, el Nilo regresa a su cauce natural y deja una franja de limo, una especie de barro que

contiene grandes cantidades de materia orgánica en descomposición, lo que provoca un proceso de fertilización natural de

la tierra. Esto permitió a los antiguos egipcios contar con una zona de tierras fértiles para el cultivo en una región

rodeada de enormes desiertos. Así, entre octubre y noviembre, cuando ocurre la retirada del Nilo y su siguiente

inundación, los antiguos egipcios se encargaban de la siembra, luego del cuidado de los campos entre diciembre y marzo,

y entre abril y mayo realizaban la cosecha, el trasporte y el almacenamiento de lo producido.

LOS CICLOS DEL NILO

Estas características del Nilo posibilitaron el desarrollo de una civilización compleja basada en la agricultura y la

ganadería. Los egipcios cultivaban trigo y cebada, con los que hacían pan y cerveza, que eran sus alimentos básicos.

También producían cebollas, mijo, avena, lino (para hacer telas) y papiro (para escribir), entre otros. La ganadería

consistía en la cría y reproducción de gansos, patos, vacas, ovejas, cerdos y camellos. Además, el Nilo permitía una pesca

variada que los egipcios supieron aprovechar, sobretodo en la época del año en que se producía la inundación. Para

facilitar, mejorar y extender a nuevas zonas las ventajas que este río aportaba, los egipcios construyeron numerosos

canales, diques, acequias y represas que les permitió controlar el Nilo y ampliar las zonas de cultivo y de cría de animales

gracias al agua que este brindaba. A su vez, el río favoreció la navegación, lo que facilitaba el trasporte de bienes y

personas. Finalmente, al estar rodeado por desiertos, el Nilo era una barrera de protección natural contra posibles

invasores.

Aproximadamente a la altura de El Cairo, la actual capital de Egipto, el Nilo se abre en numerosos brazos formando un

amplio delta.

El Alto Egipto y el Bajo Egipto

Los egipcios llamaban Bajo Egipto al área del delta y la desembocadura del Nilo en el mar Mediterráneo, y Alto Egipto a

la zona del valle del río. Si miran el mapa esto les parecerá extraño, porque verán que el Bajo Egipto aparece en la parte

superior del mapa y el Alto Egipto, en su base. Pero hay una explicación lógica: como dijimos, el río Nilo nace en el lago

Victoria, en los montes ubicados entre Uganda y Tanzania, a unos mil metros de altura, y va perdiendo altura muy

lentamente hasta llegar al mar Mediterráneo. Navegarlo hacia el sur, es, entonces, ir “río arriba”, en contra de la corriente

del Nilo. Por el contrario, navegar “río abajo” es dirigirse hacia el norte, o sea, la zona del delta.


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ANTIGUO EGIPTO

Una monarquía teocrática

El antiguo Egipto fue gobernado por dinastías de faraones que tenían facultades parecidas a las de cualquier otro rey de la

antigüedad: comandaban ejércitos, presidían las ceremonias más importantes, ordenaban la construcción de monumentos

de gran tamaño, nombraban y removían a sus funcionarios, etc.

Según las creencias egipcias, el faraón era un dios en persona, lo que daba gran fuerza a su autoridad, que era absoluta.

Los egipcios creían que el faraón, con sus poderes divinos, conseguía que el Sol saliera todos los días, que los cultivos no

se pudrieran y que las estaciones del año se sucedieran con regularidad. También sostenían la creencia de que cuando el

faraón moría, su alma iniciaba un viaje hacia el Sol. Su cuerpo era momificado y depositado en un sarcófago, que se

guardaba en el interior de una tumba llamada pirámide. El poder del faraón estaba simbolizado por la barba postiza, el

cetro, el halcón y una doble corona: la roja del delta y la blanca del valle.

Lo asistían dos secretarios, los visires, quienes controlaban que cada funcionario cumpliera con su trabajo. Entre estos

funcionarios estaban los nomarcas, que gobernaban los nomos o provincias. En el Bajo Egipto, los nomos eran veinte,

cuyos límites estaban, en su mayoría, dados por los brazos en los que se dividía el Nilo al formar el delta. En el Alto

Egipto los nomos eran veintidós.


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Suele tomarse como punto de partida de la historia de Egipto la unificación de los reinos del Alto y Bajo Egipto

realizada hacia el 3.100 a. C. aproximadamente. El rey del Alto Egipto, Narmer (o Menes) mediante distintas acciones

bélicas derrotó al rey del Bajo Egipto y unificó las dos coronas. De esta forma, Narmer se convirtió en el primer faraón

egipcio. Estableció la capital en Tinis, ubicada en el valle. Pero alrededor del 2.800 a.C. la capital se traslado a Menfis, la

“balanza de los dos países” porque se encontraba en un punto intermedio entre el delta y el valle. Posteriormente, a fines

del tercer milenio a. C., la capital se trasladó a Tebas en el Alto Egipto.

REY NARMER

La forma de gobierno en el antiguo Egipto era una monarquía absoluta, hereditaria y teocrática.

Era una monarquía porque el gobierno se centraba en una sola persona, el faraón. Como vimos, la persona más

importante del reino. Este gozaba de un poder absoluto e incuestionable. Tenía la capacidad de hacer leyes, ejecutarlas y

juzgarlas. Era, como ya sabes, el principal jefe militar y el líder religioso.

Para los egipcios el faraón era considerado un dios en vida. A veces se lo identificaba con Horus, el dios halcón y sol

naciente, otras con Ra (el sol en su máximo esplendor) y una vez fallecido, con Osiris, dios de las resurrección. De esta

forma, el dominio del faraón se justificaba teocráticamente, esto significa, a partir de una explicación religiosa del origen

divino de su poder y sus decisiones.


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EL FARAÓN CON LOS DIOSES HORUS Y ANUBIS

Además, la monarquía egipcia era hereditaria, el hijo del faraón sería el próximo gobernante. Esto llevo a conformar

dinastías, es decir, familias que se mantuvieron en el poder por varias generaciones.

Egipto, en casi 3.000 años de historia, vivió momentos de esplendor, durante el cual el Estado estaba unificado y

gobernado por monarquías fuertes, y otros de decadencia y profundas crisis. Por eso los egiptólogos suelen dividir el

periodo de grandes etapas (Reino Antiguo, Reino Medio e Imperio Nuevo) alternadas por periodos de crisis, llamados

periodos intermedios. Estas crisis fueron provocadas por conflictos internos, por fragmentación del poder o por

invasiones de extranjeros como los persas, los helenos o los romanos.

Cronología de la historia de Egipto

10.000 a. C. – 4.000 a. C.: aldeas neolíticas.

4.000 a. C. – 3.100 a. C.: Reinos del Alto y Bajo Egipto.

3.100 a. C. – 2.778 a. C.: Unificación del Alto y Bajo Egipto. Dinastía Tinita.

2.778 a. C. – 2.263 a. C.: Imperio antiguo.

2.263 a. C. – 2.050 a. C.: Primer periodo intermedio.

2.050 a. C. – 1.730 a. C.: Imperio Medio.

1.730 a. C. – 1.580 a. C.: Segundo periodo intermedio.

1.580 a. C. – 1.085 a. C.: Imperio nuevo.

Después de 1.085 a. C.: declinación del imperio.


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La sociedad, como pirámide

En Egipto los que tenían los máximos privilegios eran el faraón y su familia. Lo seguían los sacerdotes, los escribas,

diversos funcionarios (visires, nomarcas) y los jefes militares. Todos ellos formaban parte de los sectores privilegiados.

Los grupos inferiores estaban integrados por campesinos, artesanos y esclavos. Ellos formaban la gran mayoría de la

población.

Esta estructura social no era totalmente rígida, sino que existían posibilidades de ascenso social. Los hijos no debían

necesariamente continuar el oficio de sus padres, y tanto los campesinos como los artesanos podían mejorar su condición

social si llegaban a ser funcionarios estatales y ganaban la confianza del faraón.

Los grupos privilegiados

Además del faraón y su familia, los sectores privilegiados en el antiguo Egipto eran:

- Los funcionarios más prestigiosos eran los escribas, que contaban con estudios de cálculo y escritura. Por eso, se

ocupaban de redactar la correspondencia del faraón y de copiar sus órdenes y decretos. También registraban la

entrada y salida de las mercaderías que formaban parte de los tributos que se guardaban dentro de los almacenes

reales. El oficio del escriba era muy bien considerado, ya que no era un trabajo duro ni sacrificado y se les

confería muchos privilegios. En las escuelas, los maestros alentaban a los alumnos a estudiar sin descanso hasta

llegar a ser escriba.

- Otros funcionarios eran el visir y los nomarcas, una especie de gobernadores que estaban a cargo de los nomos

en los que se dividía Egipto.

- Los sacerdotes constituían otro grupo privilegiado. Vivian en las tierras que les regalaba el faraón y recibían

donaciones privadas de tierras, esclavos, granos y ganado. La función de los sacerdotes era servir a los dioses,

llevando a cabo los ritos establecidos en cada templo.

- Los militares adquirieron gran importancia durante el imperio Nuevo, cuando Egipto se expandió hacia el sur y el

noroeste. Los faraones de esta etapa confiaban su seguridad personal a oficiales que los acompañaban y los

protegían constantemente.

Los grupos no privilegiados

Estos sectores estaban conformados por:

- Los campesinos eran el grupo mayoritario de la sociedad. Practicaban la agricultura, que era la base de la

economía egipcia. Vivian en casas de adobe con techos de fibras vegetales, agrupadas en aldeas construidas cerca

de los sembradíos. A pesar de que eran personas libres, estaban obligados a pagar tributo al faraón y a los

sacerdotes. También debían realizar tareas en el ejército, como soldados, o trabajar en la construcción de obras

públicas (canales de riego, templos, palacios y tumbas reales). A cambio del cumplimiento de estas tareas

recibían un pago.

- Los artesanos vivían dentro de la aldea campesina y utilizaban las materias primas del campo para realizar sus

producciones. Tenían las mismas obligaciones que los campesinos.

- Los esclavos eran prisioneros de guerras y estaban obligados a realizar las tareas más pesadas. Carecían de

derechos, ya que eran propiedad del Estado. Debían servir en el palacio real y en los templos y trabajar en las

obras públicas. Un tipo especial de esclavos eran las personas que perdían la libertad por no poder afrontar sus

deudas. La esclavitud por deudas duraba un tiempo limitado, hasta que el deudor lograba cancelar lo que debía.


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La vida cotidiana

El trabajo diario de un egipcio variaba según se viviera en el delta o en el valle del Nilo. Los habitantes del delta pescaban

diversas variedades de pescados, recolectaban hojas de papiro y cazaban patos. Los habitantes del valle, en cambio, tenían

como actividad principal la agricultura y la ganadería.

Creencias religiosas

Los egipcios eran politeístas, es decir, que creían en muchos dioses. A su vez, casi todos los aspectos de la vida social del

antiguo Egipto estaban relacionados con la religión o eran interpretados religiosamente. Los dioses eran personificados

con forma animal, cuerpo humano y cabeza animal, o completamente como humanos.

Existieron tres tipos de prácticas religiosas: la religión oficial, los cultos locales y los ritos asociados a los dioses

protectores de la familia y el hogar.

Entre los principales dioses de la religión oficial se encuentran Ra, dios del sol y supremo creador; Amón, dios de la luz

y el aire (fusionado desde el imperio Medio con Ra); Osiris, dios de la vida después de la muerte, esposo de Isis; Horus,

dios del cielo, hijo de Osiris e Isis y en eterna lucha con Seth, dios del mal y demonio de la noche. Los dioses estaban

representados por animales que consideraban sagrados, eran el halcón, el hipopótamo, el gato, el perro y el chacal. Los

dioses eran los protagonistas de relatos mitológicos con los que los egipcios explicaban el origen de la vida y del mundo.

Los dioses locales solo eran adorados en determinadas regiones del país. De hecho, todos los dioses que formaban parte

del panteón oficial del Estado egipcio antes habían sido dioses locales y habían sido elevados a la categoría de dioses

oficiales cuando los faraones de esas regiones habían accedido al poder.

Los dioses protectores de la familia se representaban en espejos y amuletos que los egipcios creían que servían para

alejar a los malos espíritus.

El lugar del culto por excelencia era el templo, la residencia del dios. Los egipcios construyeron templos para cada uno de

sus dioses. Estas edificaciones formaban grandes complejos religiosos, como los de Tebas o Dendera. En estos complejos


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la actividad era incesante, ya que jugaban un papel fundamental en la vida y la economía del imperio. Por eso, para su

funcionamiento necesitaban una importante infraestructura: tierras, graneros, talleres, bibliotecas, viviendas para los

sacerdotes y escuelas para los escribas. Solo el rey y algunos sacerdotes podían llegar al sector del templo donde se

encontraba la estatua del dios; el pueblo debía permanecer en las salas anteriores. El encargado de realizar los ritos

principales era el faraón. Para el culto diario, las funciones religiosas del faraón eran delegadas a los sacerdotes. Cuando

se celebraban grandes festividades, generalmente relacionadas con el calendario agrícola, la imagen del dios era sacada en

procesión.

Los egipcios creían en la vida después de la muerte. Según ellos, el ser humano era la unión del cuerpo con el alma. Para

alcanzar el alma del muerto debía someterse al juicio de un tribunal de dioses, presidido por Osiris. Durante el juicio, se

colocaba el corazón del difunto en uno de los platillos de una balanza; en el otro, había una pluma. Si el corazón resultaba

más liviano que la pluma, el muerto era admitido en el mundo de los dioses. Si sucedía lo contrario, la posibilidad de la

vida eterna se desvanecía.

Para que el difunto pudiera tener vida en el más allá, era necesario preservar su cuerpo intacto. Por eso, los cuerpos de los

muertos eran momificados. El proceso de momificación era llevado a cabo por expertos.

La reforma monoteísta de Akenatón

En tiempos del imperio Nuevo, el emperador Amenofis IV impulsó una reforma que reemplazó las antiguas creencias

politeístas por una religión monoteísta, que reconocía un único dios, Atón el disco solar. Amenofis cambió su nombre por

Akenatón y trasladó la capital de Tebas a El-Amarna. También intentó que se integraran los extranjeros a la vida egipcia,

lejos de la soberbia y agresividad que históricamente se había aplicado. Esta reforma cayó muy mal en la clase sacerdotal

que vivía de y para otros dioses.


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Luego de la muerte de Akenatón, tras diecisiete años de reinado, los jefes militares obligaron a su hijo, Tutankamón a

restaurar las tradicionales creencias egipcias. El-Amarna fue abandonada y allí solo permaneció Nefertiti, esposa de

Akenatón, que agobiada por la tristeza se dejó morir.

AKENATÓN NEFERTITI

El arte en Egipto

Las actividades artísticas de los egipcios estaban íntimamente relacionadas con las creencias religiosas (en especial con la

vida de ultratumba) y con el poder político, y se volvieron inseparables. El arte tuvo también la particularidad de haber

variado poco a lo largo de los milenios.

Los egipcios desarrollaron la pintura, la escultura, la joyería y la arquitectura, además de la literatura y la música, a través

de los cuales representaron aspectos de su vida cotidiana, sus creencias y sus relaciones con la naturaleza, entre ellos y

con otros pueblos. Muchas de las obras artísticas fueron realizadas en los templos y las tumbas, y gracias al clima seco del

lugar se han conservado hasta el presente.

La pintura

La pintura egipcia no se apoya en la perspectiva ni en el realismo de lo representado. Las figuras forman diagramas que

tienen como principal objetivo brindar información al observador. Además, existían convenciones o reglas de

representación de la figura humana: había que respetar las proporciones, con la cabeza de perfil generalmente y el

cuerpo de frente. Sin embargo, dependiendo de la importancia social de la figura, su tamaño podía variar. Así, el faraón

era representado de manera jerarquizada, mucho más grande que el resto de los humanos.


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PINTURA EGIPCIA

A su vez, la pintura y la escritura estaban estrechamente ligadas. Los jeroglíficos (primer sistema de escritura egipcio)

eran dibujos que representaban palabras y otros sonidos concretos y, como regla, se usaban dibujos similares a los de las

pinturas (por ejemplo, la representación de animales). Al mismo tiempo, la mayor parte de las pinturas incluyen textos

jeroglíficos que sirven para comentar la escena y, de este modo, proporcionar información no pictórica.

JEROGLÍFICOS EGIPCIOS

La escultura

La escultura presenta numerosas variantes y tamaños. Desde pequeñas representaciones hasta grandes estatuas. Pasando

por objetos y esculturas de diversos tamaño, color y forma. Las grandes esculturas (a veces, de tamaño colosal) solían


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representar a los faraones de frente, generalmente en reposo o sentados, sin desarrollar ninguna actividad. A su vez, las

figuras eran realizadas con ausencia de expresividad y con rigidez en su postura, como forma de demostrar poder y

autoridad. Tanto la escultura como la pintura eran idealizadas, es decir, mostraban a los retratados y a las escenas como

suponían que debían ser y no como eran en realidad.

PRÍNCIPE RAHOTEP Y SU ESPOSA NOFRET

La arquitectura

La principal actividad artística por la que los egipcios han sido reconocidos es la arquitectura: templos, palacios,

obeliscos, estelas y, principalmente la arquitectura funeraria (pirámides e hipogeos o bóvedas subterráneas). Aunque

hay pirámides que son más reconocidas que otras (Keops o Micerino, por ejemplo) a lo largo del territorio hay más de

cien pirámides de distintos tamaños y estilos. Generalmente no se encuentran aisladas sino que conforman complejos de

construcciones que incluyen varias pirámides junto a templos y, en algunos casos, grandes esculturas, como las esfinges

(cuerpo de león, cabeza de hombre), que tenían una función de protección del sitio. Todas las pirámides eran enormes

tumbas destinadas a ser la morada de los faraones luego de morir. Para evitar el robo y el saqueo de las riquezas que los

acompañaban, en el interior se construyeron numerosos pasadizos, trampas, laberintos etc.

LA PIRÁMIDE DE KEOPS CON SU ESFINGE


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ABUL SIMBEL

Bibliografía

-AA VV: “Ciencias Sociales 1. Santillana en línea”. Editorial Santillana, 1° edición, CABA, 2014.

-AA VV: “Ciencias Sociales 1. Sociedades y espacios geográficos en la actualidad. Historia de las civilizaciones de la Edad Antigua y el mundo feudal”, Puerto de Palos, 1° edición, CABA, 2015.

-Cristófori, A y Zappettini, Ma. C. (coords.): “Ciencias Sociales 1 De los comienzos de la historia y la geografía humanas

hasta el fin de la Edad Media”, Editorial Aique, 1° edición, CABA, 2009.

- Páginas web.

Páginas web para visitar

Obligatorias:

Egipto I: El Nilo y el poder de los faraones https://www.youtube.com/watch?v=kAwfUitbvtw

Egipto II: Sociedad, economía, cultura y arte https://www.youtube.com/watch?v=BTiW4vyeJT0

Egipto III: De Narmer a Cleopatra, desarrollo histórico https://www.youtube.com/watch?v=aH1wWDwiAcA

https://www.youtube.com/watch?v=kAwfUitbvtw

https://www.youtube.com/watch?v=BTiW4vyeJT0

https://www.youtube.com/watch?v=aH1wWDwiAcA

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