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La instrucción de primeras letras en las
provincias de Lima: 1821 – 1840.
Juan Carlos Huaraj Acuña 1
Introducción
Antes de iniciar una disertación sobre la historia de la educación peruana, resulta un
tanto arbitrario empezar este trabajo desde 1821. Pero es la fecha de nuestra
Independencia y ese es un acontecimiento, contradictorio tal vez, pero innegable. Quizá
resulte de mejor valía señalar la orientación de la enseñanza virreinal desde fines del s.
XVIII, específicamente cuando se empiezan a sentir las consecuencias de las Reformas
Borbónicas en Perú, énfasis nuestro en el ámbito pedagógico; para ello indicaremos dos
vertientes que, a nuestro parecer, reflejan los pensamientos guías en torno a esta
temática. Por un lado la orientación de José Matos Mar – y con él toda una visión
política y social del Perú – que nos señala:
«No se buscó constituir a la República sobre la base de la integración
complementaria de dos pueblos o legados de nuestra nacionalidad, a fin de
enfrentar el reto o el desafío de constituir una sociedad nueva en el espacio
andino. Por el contrario, esta República otorgó a los criollos el nuevo
1 Artículo publicado en: Rev. “UKU PACHA. Revista de investigaciones históricas”. Año 05. Nº 10.
ISSN. 1992 – 1055. Lima – Perú, 2006. Pág. 89 – 93.
El presente artículo tiene como objetivo el hurgar en la política estatal en ámbito educativo, principalmente en la instrucción de las Primeras Letras – actualmente denominado educación primaria –. Anteriormente hemos escrito sobre la formación de la Escuela Lancasteriana, institución fundada por el Libertador San Martín para la preparación de maestros en dicha especialidad. El presente artículo indaga sobre el estadio y desarrollo de la instrucción básica en provincias de Lima como Huarochirí, Yauyos, Callao y Chorrillos a inicios del Perú Republicano. Palabras clave: Historia de la educación peruana – Educación de primeras letras – Educación republicana – Historia de la educación primaria – Educación de la plebe.
The instruction of first letters in the provinces of Lima: 1821 - 1840 The present article has like objective find in the development the education of first letters. Previously we have written on the education of first letters - what at the moment primary education is denominated - in Lima through the Lancasteriana School, institution founded by the Liberator San Martin for the preparation of teachers on this specialty. The present article investigates on the stage and development of the basic instruction in provinces of Lima like Huarochirí, Yauyos, Callao and Chorrillos at beginnings of Republican Peru. Keys Words: History of the Peruvian education - Education of the first letters - Republican Education - History of the primary education - Education of the populace.
monopolio del dominio, en el contexto de una renovada y poderosa dependencia
ideológica, política y económica, frente al mundo europeo». 2
Por otra parte, Rubén Vargas Ugarte, sólido historiador, nos brinda también una visión
sobre la historia educativa:
«Sobre la Universidad, o mejor diremos el Convictorio Carolino, ya hemos
dicho algo. Rodríguez de Mendoza, Rivero y Araníbar y José Ignacio Moreno
abren una nueva era y así por la orientación que se da a los estudios como por
la calidad de la enseñanza, los jóvenes que frecuentan sus aulas atisban nuevos
horizontes, atesoran nuevas ideas y se disponen a ser los iniciadores y
propulsores del movimiento del mañana».3
Por un lado, la visión historiográfica de un naciente Estado que no compartió programas
de inclusión, ni tuvo interés de hacerlo, hacia el indígena, criollos pobres, o las grandes
masas que circundaban Lima Cuadrada siquiera. A pesar del ascenso de militares
mestizos como Agustín Gamarra o Andrés de Santa Cruz, no se han encontrado
lineamientos políticos claros aplicados a un desarrollo coherente en el plano educativo.
Mientras que el segundo nos muestra una reforma educativa desde las elites sociales y
económicas del Estado colonial – el Convictorio Carolino era una muestra de ello –, que
conducen posteriormente a un proceso de Independencia. En este tipo de análisis
importan las instituciones y cómo estas buscaron influir sus ideales de emancipación
(sean separatistas, sean reformistas) hacia otros ámbitos como militar, el estamental o de
castas, el de los otros peruanos.
Mostramos ambas tendencias, necesarias de mencionar en pos de un trabajo más
diáfano al estudiar la instrucción pública al inicio de nuestra vida republicana.
Personalmente creemos que la lucha por un país independiente fue conducida por
criollos y para criollos.
Finalmente, hacemos memoria que la instrucción lancasteriana, promovida
principalmente por San Martín y Bolívar, era un método de instrucción principalmente
inventado para la gente pobre y del campo; los hijos de hacendados, aristócratas y
comerciantes pagaban otro tipo de formación
«Los precios que cobraba, por ejemplo una célebre escuelita aristocrática que
funcionó primero en la Calle Negreiros, y después en la del Estanco Viejo,
equivalían a la renta de un mediano empleado del Fisco: 06 pesos mensuales
para enseñar primeras letras; 10 por escritura y aritmética; 17 pesos por
gramática castellana, francés, dibujo y pintura; fuera de 10 pesos mensuales en
pago de almuerzo»4.
Como bien señala Macera, era una educación de privilegiados, y orientada a continuar
con los mismos prejuicios hacia los no instruidos, o en el período republicano como los
2 Matos Mar, José «Desborde Popular y crisis del Estado. Veinte años después». Fondo editorial del
Congreso del Perú. Lima – Perú, 2004. Pág. 25. Esta orientación incluso es asimilada, o al menos
compartida, por otros científicos sociales como Pablo Macera, Heraclio Bonilla, entre otros. 3 Vargas Ugarte, Rubén «Historia General del Perú. Virreinato» Editor Milla Batres. Lima – Perú,
1981. Pág. 214. 4 Macera, Pablo «Trabajos de Historia». Edita Instituto Nacional de Cultura. Lima – Perú, 1977. Cuatro
tomos. Tomo II. Pág. 258
no ciudadanos. Así, desde esta tribuna, Aún así, todos aquellos que terminaron sus
estudios de primeras letras bajo carácter privado ¿se dedicaron a estudios superiores?,
¿no hubo administradores de hacienda o comerciantes con negocios familiares que
atender?, ¿es posible afirmar una “influencia nacional” de Ideas Ilustradas cuando
fueron muy pocos que podían acceder a ella? Y hablo solo del mundo criollo.
El Nuevo Estado y la instrucción primaria republicana
La coyuntura política y social de la época era muy difícil para idear programas de plazo
mediano o largo. Con diecinueve presidentes en los veinte primeros años republicanos.
Guerras entre los principales caudillos, se llegaba al poder bajo la sombra de un
próximo derrocamiento. Algunos intelectuales tomaron partido por determinados
personajes: José María Pando con Agustín Gamarra (y a la muerte de éste, Pando sufrió
destierro) o De la Luna Pizarro, con cierta distancia, hacia Luis José de Orbegoso.
Guerras externas de envergadura contra Colombia y Bolivia; intentos de Confederación,
bajo la coacción de regiones tan dispersas como incompatibles ¿Lima y el Sur Peruano
juntos en el siglo diecinueve? Entre 1827 y 1836, una población cercana al millón
trescientos mil habitantes5, de los cuáles cerca del 62% eran indígenas, y muchos de
ellos fuera de los posibles beneficios de ser considerados ciudadanos de la Nueva
República, pues para ellos se necesitó saber leer y escribir además de:
«Tener una propiedad, o ejercer cualquiera profesión, o arte con título público,
u ocuparse en alguna industria útil, sin sujeción a otro en clase de sirviente o
jornalero»6
Para 1826 se formalizó la Secretaria general de instrucción pública7 que tuvo a dos
personajes importantes: Nicolás de Piérola (homónimo del célebre personaje de fines
del diecinueve) y José Francisco Navarrete, propulsor de la instrucción en primeras
letras en Lima Urbana – y suburbana para la época, inclusive – y promotor del primer
centro formador de profesores, la Escuela Central Lancasteriana8.
Ese mismo año, y el mismo Nicolás de Piérola, se promueven un Superior Decreto, del
17 de octubre de 1826, en el que el Intendente y el Prefecto de cada departamento
provean a sus regiones administrativas de:
« Maestros idóneos para las escuelas de primeras letras que a filantropía del
gobierno ha mandado establecer en esta provincia, pero al miso tiempo cree que
para que este arbitrio produzca de lleno el efecto apetecido, sería conveniente
que los destinados para maestros asistiesen a la Escuela Normal Lancasteriana
de esta capital por el tiempo de tres meses continuos…»9
Sobre la creación de un despacho con intereses propios del Ramo, mencionamos que
desde 1821 hasta 1836 existieron solo tres Ministerios: El de Hacienda, el Militar y el
de Estado y el de Relaciones Exteriores. Posteriormente el Mariscal Santa Cruz creó un
5 Paúl Gootenberg «Población y etnicidad en el Perú republicano (Siglo XIX). Algunas revisiones»
Edición del IEP. Serie: Documentos de trabajo N.° 71» 6 Constitución política del Perú de 1823. Art. 17. “Para ser ciudadano es necesario”
7 AGN. RJ S. XIX – Instrucción pública. Leg. 175. Octubre de 1826. En adelante: Leg. 175…
8 Ver: Huaraj Acuña, Juan Carlos y Mexicano, César «Educación y libros en el Perú, época colonial y
republicana». Facultad de Ciencias Sociales, UNMSM. Lima – Perú, 2005. 9 Leg. 175. S/ N. Octubre de 1826.
cuarto ministerio – el de Beneficencia, Asuntos Eclesiásticos e Instrucción Pública –
pero entró en funciones efectivas en 1939 bajo la presidencia de Gamarra.
Precario panorama para hallar un intento de propuesta educativa pública – utilizar el
término “nacional” resulta forzado –. A continuación, presentamos algunos casos
documentados sobre el desarrollo de las escuelas de Primeras Letras en las provincias
zonas alejadas de Lima, e intentaremos establecer una hipótesis en torno a la instrucción
pública fuera de la Metrópoli.
Las Primeras Letras en las Provincias y zonas alejadas de Lima
Cuando leí en mi formación universitaria a autores como José Matos Mar y Hernando
de Soto, creí que esta lucha de las comunidades y sectores sociales marginados del siglo
XX por insertarse dentro del sistema económico y social vigente, era un fenómeno
contemporáneo.
Sin embargo, en este artículo mencionare con pruebas documentales como este proceso
de autogestión, que ciertamente demuestra una ausencia de Estado, ya era palpable en
los inicios del Período Republicano.
1. El Pueblo de Canta
Los pueblos de la serranía limeña no poseían personas idóneas para la formación de sus
niños en las Primeras Letras – resulta indistinto si más adelante lo denomino formación
primaria o simplemente primaria –. Los sueldos que ofrecieron estos pueblos eran
costeados por las propias comunidades campesinas, y resultaron muy inferiores a lo que
las ciudades como Lima o Callao podían ofrecer. Por ello las personas que pudieran
fungir de instructores fueron personas sin mayor exigencia que la de saber leer y
escribir, y aunque al pueblo no le gustase, o lo considerase “bruto para la instrucción”,
no quedaba otra opción y debían continuar con el mismo.
En una revisión pública llevada a cabo por el Secretario de Instrucción Pública, Nicolás
de Piérola halló el siguiente resultado para el pueblo de Canta10
:
Pueblos Escuelas Método N.° de alumnos Preceptores 50 Precarias, pagadas por sus
padres. Incierto. Contingentes
Contingentes
Cincuenta pueblos – cifra demasiado redonda para ser creíble –, con escuelas pagadas
por los propios padres de familia, con una metodología de enseñanza incierta; a pesar de
ya haberse instalado la Escuela Central Lancasteriana, sus maestros egresados iban
generalmente a enseñar a las grandes ciudades: Lima, Trujillo, Callao, entre otras. A
continuaciones otras características sobre la instrucción primaria republicana en Canta:
Instrucción
literaria Cualidades morales Rentas Procedentes de
estas tierras Preceptores
50 Precarias, pagadas por sus padres.
Incierto. Contingentes
Contingentes
10
Leg. 175. S/ N. Abril de 1837.
Fueron los propios pueblos de Canta, como los mencionados11
, quienes observaron la
necesidad de una mejor implementación de la formación pública, algunos de ellos
dotaron personalmente de una cantidad de pesos un poco más atractiva para mejores
maestros, pero aún así – y lo veremos al analizar el Callao –, resultaba poca pecunia:
- El Molino, que dotó de 150 pesos [anuales] a su escuela de Primeras Letras y
tiene 40 niños.
- La Estancia, que dotó de 200 pesos a su escuela.
- Obrajillo, que dotó de 100 pesos a su escuela y poseyó 40 niños.
2. El pueblo de Huacho
El párroco Manuel Suce propone una escuela de Primeras Letras y Latinidad – este
último término indicaba la presencia de alguien que pudiese enseñar dicho lenguaje, y
era un grado superior al de solo Primeras Letras –. Para el sostenimiento de la propia
escuela propuso que el Intendente obligase a los mandaderos (aquellos campesinos que
son mandados a pastear ganado) a pagar el 01 % por usar los pastos de aquel distrito12
.la
razón que esgrima el cura es con el justo objeto de propagar en los jóvenes la
ilustración que se desea. Aquí también resulta que la solicitud de fundación de una
escuela primaria no parte de una propuesta del Estado o alguno de sus representantes, es
una gestión iniciada por el cura del lugar, y aprobada por la comunidad.
3. Provincia de Yauyos
El prefecto Ramón Soto hace notorio al Superior Gobierno el estado de miseria en el
que viven los vecinos de esta provincia13
, que no pueden invertir siquiera en el pago de
una escuela de primeras letras. Es tanta su pobreza que siquiera pueden proveerse de
alimentos propios, sino deben comprarlo de otras provincias como Jauja y Cañete. Así
mismo, Soto hace observar que toda la región está compuesta por indios:
«Toda la provincia es habitada por la clase indígena, mitaya, y que no se haya
en actitud de remitir a sus hijos a la capital»14
.
Esta situación solo le permite a la provincia pagar cuotas de 100 a 150 pesos anuales
para dichos maestros, pero este capital solo les proporciona hombres de pocas suerte y
luces y así lo más que se consigue es que aprendan a rezar y conocer mal el
abecedario. Si lo comparamos con los 10 pesos mensuales que se pagaba a un instructor
privado para la enseñanza solo por escritura y aritmética, además de la distancia y el
tiempo. Simplemente es abismal la diferencia entre el que instruye a provincias,
dependiendo directamente de la comunidad (en este caso, las comunidades
campesinas), frente al otro que enseña a personas particulares en Lima de las Murallas.
4. El Gobierno del Callao
El primer puerto no tiene los problemas tan patéticos como las otras provincias que
hemos observado, pero no por ello está exento de ellas. Los preceptores en primeras
letras que trabajaban para instituciones educativas como el Santo Tomás de Lima,
gozaron de un sueldo de 50 pesos mensual – notorio contraste con lo que ganaban los
maestros en las provincias –. Al llegar a la escuela de Bellavista dicho maestro ganará
30 pesos, y ello originó el reclamo de este maestro, Manuel Larenas (egresado de la
Escuela Lancasteriana) hacia el prefecto de la provincia. A su vez éste lo elevaba al
11
Ítem. 12
Leg. 175. S/ N. Septiembre de 1827. 13
Leg. 175. S/ N. Enero de 1828. 14
Ítem.
Supremo Gobierno. Finalmente el encargado del despacho, en esta ocasión, Justo
Figuerola, responde lo siguiente:
«No permitiendo por ahora los fondos públicos aumentar la dotación, si el
escolero [sic] no se conforma con ella, lo licítese otro por medio de la
inspección de instrucción pública»15
5. El pueblo de Chorrillos informa a la Municipalidad
Aquí la Escuela de Primeras Letras es solventada directamente por los ingresos del
arriendo de los Tambos de Chorrillos y Surco, y para ello es colocada en licencia
pública. La cantidad de pago fue una constante de 40 pesos, hasta 1828. El nuevo
arrendatario, Francisco Ruiz, señaló dicho año como muy aciago para los negocios:
«Una aminoración en las ventas en el tiempo actual de invierno, por la ausencia
de peruanos al Callao»16
Pero inmediatamente es contestado por el Alcalde de dicho pueblo, D. Josef Samudio y
refrendado con la firma de tres regidores mayores – Juan de la Rosa Luezero, Matías
Garces, José María Samudio y Josef Miranda – y el Secretario de Cabildo Manuel
Huapaya. ¿Le interesaba a dicho Francisco Ruiz que su contribución solventaba la
manutención del maestro de Primeras Letras del pueblo de Chorrillos? El expediente
que contiene el proceso al que hacemos mención le recuerda que su pago va para dicho
concepto. Ruiz estaba enterado a dónde iba su dinero, pero el seguía esgrimiendo
motivos para la rebaja del pago de su arriendo de los tambos públicos:
«Las ventas son reducidas a juntas, y otras cosas que no se merecen, y sobre
todo en cantidades muy pequeñas…»17
A lo que el alcalde de Chorrillos otra vez refuta con consistencia pues:
«Aun en cantidades muy pequeñas que no pueden compararse con lo que abraza
el tambo en que aún se expenden drogas de botica que nadie mantiene…»18
La solicitud concreta era bajar en 10 pesos la cantidad que hasta ese año venía pagando
el arrendatario de los tambos; las autoridades mencionaron una y otra vez tanto al Ruiz
como a las autoridades del Supremo que esa suma resulta perjudicial para la comunidad
pues con ello se costean las escuelas de primeras letras y de cuyo beneficio no podía
privarse a la juventud.
Al final, el Ministro de Estado de ese año, otra vez Justo Figuerola, le hace gran favor a
este comerciante Francisco Ruiz, pues no disminuye en 10 sino en 20 pesos el pago que
se ha de hacer a partir de la fecha por el arriendo de los tambos.
Conclusiones
A lo largo de esta exposición hemos observado como son los propios pueblos los que se
organizaron y gestionaron en solicitud de obtener y pagar maestros dignos para sus
poblados. Pero debido al escaso dinero que podían ofrecer, muchas veces iban sujetos
de mal vivir, y en el mejor de los casos con conocimientos muy limitados del
abecedario y del rezo. Los maestros egresados de la Escuela Lancasteriana iban a
ejercer su oficio a zonas urbanas y de centros poblados medianos o grandes.
15
Leg. 175. S/ N. Diciembre de 1828. 16
Leg. 175. S/ N. agosto de 1828. 17
Ítem. 18
Ítem.
Ordenamos las ideas que hemos venido hilvanando y lo exponemos bajo los siguientes
postulados:
a. Las comunidades del interior entienden la necesidad de una instrucción básica.
Expresado mediante sus autoridades, y exigido ante el Superior Gobierno; piden que
se suplan sus males dotándolos de mejores maestros, tienen el principio de autoridad
establecido y respetan los mecanismos… pero muchas veces resulta vano su pedido.
b. El ínfimo pago a los maestros de primeras letras. El pago a estos maestros en
zonas cercanas a la capital fluctuó entre 20 y 30 pesos, que fueron el caso de
Chorrillos y Callao. Mientras que en provincia el pago anual (con las dificultades de
liquidez propios) era entre 100 a 150 pesos, que son los casos de Yauyos y Canta.
Pero ambos no tienen comparación con los pagos a los instructores privados, hasta
17 pesos mensuales solo por determinada materia. Esto mantiene la situación de
discriminación y desigualdad practicada durante la colonia.
c. Omnipresencia del poder ejecutivo. En todo momento hemos observado un diálogo
solo al interior de dicho poder: del prefecto al Intendente y de éste al Ministerio. El
gran ausente es el parlamento, no he encontrado una moción, intervención, reclamo
o presencia siquiera de un parlamentario que aliente la formación de escuelas en
provincias o la solicitud de maestros para determinada región.
d. En materia de inversión pública estatal. Uno de los principales intereses del
caudillo al ser nombrado Presidente de la República, fue pagar toda la red de
clientelaje que solventó para llegar a ella. Existe un gran problema en el tesoro
público, y no se han hallado, al menos yo no lo he encontrado, un intento de seria
inversión en la educación pública de los más pobres.
Fuentes Documentales
Constitución política del Perú de 1823.
AGN. RJ S. XIX – Instrucción pública. Leg. 175.
Bibliografía
Huaraj Acuña, Juan Carlos y Mexicano, César «Educación y libros en el Perú, época
colonial y republicana». Facultad de Ciencias Sociales, UNMSM. Lima – Perú, 2005
Matos Mar, José «Desborde Popular y crisis del Estado. Veinte años después». Fondo
editorial del Congreso del Perú. Lima – Perú, 2004.
Vargas Ugarte, Rubén «Historia General del Perú. Virreinato» Editor Milla Batres. Lima – Perú, 1981. 06 Tomos.
Macera, Pablo «Trabajos de Historia». Edita Instituto Nacional de Cultura. Lima –
Perú, 1977. Cuatro tomos. Tomo II. Pág. 258
Gootenberg, Paúl «Población y etnicidad en el Perú republicano (Siglo XIX). Algunas
revisiones» Edición del IEP. Serie: Documentos de trabajo N.° 71»