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El cuervo Edgar Allan Poe

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El cuervoEdgar Allan PoeEl cuervoEdgard Allan Poe

El cuervo en El cuervo y otros poemas Longseller S.A.Ilustracin de tapa: Gustave Dor

Coleccin Cuando les, la pass mejor Diseo y edicin: Longseller, 2004

Una vez, en una taciturna medianoche, mientras meditaba dbil y fatigado,sobre un curioso y extrao volumen de sabidura antigua,mientras cabeceaba, sooliento, de repente algo son, como el rumor de alguien llamando suavementea la puerta de mi habitacin.Es alguien que viene a visitarme murmur y llama a la puerta de mi habitacin.Slo eso, nada ms.Ah, recuerdo claramente que era en el fro diciembre, y que cada brasa que mora forjaba en el suelosu espectro.Ardientemente deseaba la aurora; raramente habra buscado extraerde mis libros una distraccin para mi tristeza, tristeza por mi Leonor perdida,Tristeza por mi Leonor perdida,la rara y radiante joven a quien los ngeles llaman Leonor,

3para quien, aqu, nunca ms habr nombre.Y el incierto y triste crujir de la seda de cada cortinaje de prpurame estremeca, me llenaba de fantsticos temores nunca sentidos,por lo que, a fin de calmar los latidos de mi corazn, me embelesaba repitiendo:Ser un visitante que quiere entrar y llama a la puerta de mi habitacin.Algn visitante retrasado que quiere entrar y llama a la puerta de mi habitacin.Eso debe ser, y nada ms.De repente, mi alma, se revisti de fuerza;y sin dudar ms dije:Seor, o seora, les pido en verdad perdn;pero lo cierto es que me adormec y habis llamado tan suavementey tan dbilmente habis llamado a la puerta de mi habitacinque no estaba realmente seguro de haberos odo.Abr la puerta. Oscuridad y nada ms.Mirando a travs de la sombra, estuve mucho rato pensando preguntndome, temiendo,dudando, soando ms sueos que los que ningn mortal se habra atrevido a soar;

pero el silencio no se rompi y la quietud no hizo ninguna seal,y la nica palabra all hablada fue la palabra dicha en un susurro: Leonor!.Esto dije susurrando, y el eco respondien un murmullo la palabra Leonor!. Simplemente esto y nada ms.Al entrar de nuevo en mi habitacin, toda mi alma abrasndose,muy pronto, de nuevo, o una llamada ms fuerte que antes.Seguramente dije, seguramente es alguien en la persiana de mi ventana.Djame ver, entonces, lo que es, y resolver este misterio;que mi corazn se calme un momento y averige este misterio.Es el viento y nada ms!Empuj el postigo, cuando, con una gran agitacin y movimientos de alasirrumpi un majestuoso cuervo de los santos das de antao.No hizo ninguna reverencia; no se par ni dud un momento;pero, con una actitud de lord o de lady, trep sobre la puerta de mi habitacin,

45trep en un busto de Palas, encima de la puerta de mi habitacin.Se pos y nada ms.Entonces aquel pjaro de bano, induciendo a sonrer mi triste ilusina causa de la grave y severa solemnidad de su aspecto.Aunque tu cresta sea lisa y rara le dije, t no eres un cobarde.Un torvo, espectral y antiguo cuervo, que errando llegas de la orilla de la noche.Dime: Cul es tu nombre seorial en la orilla plutoniana de la noche?El cuervo dijo: Nunca ms.Me maravill al escuchar a aquella desgarbada ave expresarse tan claramente,aunque su respuesta tuviera poco sentido y poca oportunidad;porque hay que reconocer que ningn humano viviente nunca se hubiera preciado de ver un pjaro encimade la puerta de su habitacin.Un pjaro u otra bestia encima del busto esculpido encima de la puerta de su habitacin.Con un nombre como Nunca ms.Pero el cuervo, sentado en solitario, en el plcido busto, slo dijo

aquellas palabras, como si con ellas desparramara su alma.No dijo entonces nada ms, no movi entonces ni una sola pluma.Hasta que yo murmur: Otros amigos han volado ya antes.En la madrugada me abandonar, como antes mis esperanzas han volado.Entonces el pjaro dijo: Nunca ms. Estremecido por la calma, rota por una rplicatan bien dada,dije: Sin duda. Esto que ha dicho es todo su fondo y su bagaje,tomado de algn infeliz amo al que el Desastre cruel sigui rpidoy sigui ms rpido hasta que sus canciones formaron un refrn nico.Hasta que endechas de su Esperanza, llevaran la melanclica cargade Nunca, nunca ms.Pero el cuervo, seduciendo todava mi ilusin hacia la sonrisa,me impuls a empujar de sbito una silla de cojines delante del pjaro, del busto y la puerta;entonces, sumergido en el terciopelo, empec yo mismo a encadenar

67ilusin tras ilusin, pensando en lo que aquel siniestro pjaro de antao,en lo que aquel torvo, desgarbado, espantoso, descarnado y siniestro pjaro de antaoquera decir al gemir Nunca ms.Me sent, ocupado en averiguarlo, pero sin pronunciar una slabafrente al ave cuyos fieros ojos, ahora, quemaban lo ms profundo de mi pecho;esto y ms conjeturaba, sentado con la cabeza reclinada cmodamente.Tendido en los cojines de terciopelo que reflejaban la luz de la lmpara.Pero en cuyo terciopelo violeta, reflejando la luz de la lmpara,ella no se sentar ah, nunca ms!Entonces, creo, el aire se volvi ms denso, perfumado por un invisible inciensobrindado por serafines cuyas pisadas sonaban en el alfombrado.Miserable grit. Tu Dios te ha permitido, a travs de estos ngeles te ha dado un descanso.Descanso y olvido de las memorias de Leonor. Bebe, oh, bebe este buen filtro, y olvida esa Leonorperdida.El cuervo dijo: Nunca ms.

Profeta dije, ser maligno, pjaro o demonio, siempre profeta,si el tentador te ha enviado, o la tempestad te ha empujado hacia estas costas,desolado, aunque intrpido, hacia esta desierta tierra encantada,hacia esta casa rondada por el Horror. Dime la verdad, te lo imploro.Hay, hay blsamo en Galaad? Dime, dime, te lo ruego!El cuervo dijo: Nunca ms.Profeta dije, ser maligno, pjaro o demonio, siempre profeta,por ese cielo que se cierne sobre nosotros, por ese Dios que ambos adoramos,dile a esta pobre alma cargada de angustia, si en el lejano Ednpodr abrazar a una joven santificada a quien los ngeles llaman Leonor,abrazar a una preciosa y radiante doncella a quien los ngeles llaman Leonor.El cuervo dijo: Nunca ms.Que esta palabra sea la seal de nuestra separacin, pjaro o demonio grit incorporndome.Vuelve a la tempestad y la ribera plutoniana de la noche!

89No dejes ni una pluma negra como prenda de la mentira que ha dicho tu alma.Deja intacta mi soledad! Aparta tu busto de mi puerta!Aparta tu pico de mi corazn, aleja tu forma de mi puerta!El cuervo dijo: Nunca ms.Y el cuervo, sin revolotear, todava posado, todava posado,en el plido busto de Palas encima de la puerta de mi habitacin,sus ojos tienen todo el parecido de un demonio que est soando,y la luz de la lmpara que le cae encima, proyecta

Edgar Allan Poe

Escritor, poeta y crtico estadounidense. Maestro del relato de terror y misterio. Edgar Allan Poe naci en Boston el 19 de enero de 1809. Si bien l se consideraba un poeta, abord el gnero de la prosa. Es el iniciador de la novela policaca. Los crmenes de la calle Morgue, El escarabajo de oro y La carta robada preceden la moderna novela de misterio. En su largo poema El cuervo (1845), el autor se muestra abrumado por la melancola y los sombros augurios. Poe muri en Baltimore, el 7 de octubre de 1849, a los cuarenta aos.

Para seguir leyendo:Coleccin Clsicos de Siempre, Editorial Longseller

en el suelo su sombra.Y mi alma, de la sombra que yace flotando en el suelo no se levantar... nunca ms!

El PrncipeMaquiavelo

El arte de la guerraSun-tzu

Cmo se filosofa a martillazos Nietzsche

El derecho a la perezaLafargue

El origen de las especiesDarwin

As lo veo yoEinstein

Un enemigo del puebloIbsen

Una temporada en el infierno / Iluminaciones Rimbaud

La paradoja del comedianteDiderot

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Cndido o el optimismoVoltaire

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El mercader de VeneciaShakespeare10

entre otros

La muerte de Ivn IlichTolstoi