peter lilienthal habla sobre 'la lista de schindler' (la vanguardia, 1994)
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8/17/2019 Peter Lilienthal habla sobre 'La lista de Schindler' (La Vanguardia, 1994)
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4 2 LA VANGUARDIA
S P T Á U L O S MIÉRCOLES, 9 MARZO 1994
E NT RE VI ST A a Pe ter Lilienth al cineasta judío
H a c e r
un
f i l m e s o b r e
e l
h o l o c a u s to
e x i g e un a l t o g r a d o de r e f l e x i ó n
P R F I L
MERCÉT ERNER
Para Peter Lilienthal, el director de cine es como una sucursal de Dios
Un cineasta comprometido con la realidad
• Berlinés que a los diez años escapó del genocidio al
marchar con su madre a Uruguay ( no supe nada de
mi familia ni de los amigos de mi familia que fueron
brutalm ente asesinados en Alemania ), Peter Lilien-
thal, 64 años, procede del med io televisivo y ha sido
profesor en la Academia de Cine y Televisión de Ber-
lín. Debutó en el largometraje en el año 1969 con
Malatesta , donde Eddie Constantine interpretaba
al anarquista italiano. Ha dirigido La victoria
(1973),
ambientada en Chile durante el gobierno de
Salvado r Allende; La calma reina en el paí s (1.975),
sobre la represión milita r en Chile, y La insurrec-
ción (1980), que rodó en Nicaragua tres meses des-
pués del derrocamiento de Somoza. En el año 1982
dirigió en Estados Unido s Dear Mr. Wonderful ,
con Joe Pesci. El silencio del poeta (1985-86), En-
frentado al bosque y Wasserm an son sus últimas
películas. También intervino como actor en Muerte
de un pichón , de Samuel Fuller, y El amigo ameri-
cano ,
de Wenders.
LLUIS BONET MOJICA
BARCELONA - El cineasta ale-
mán Peter Lilienthal participó ano-
che en el ciclo Infancia y violencia
durante la Segunda Guerra Mun-
dial , organizado por la Comuni-
dad Israelita de Barcelona en el Ins-
tituto Francés, con la colaboración
del Instituto Alemán . Se proyectó su
película Dav id -la historia verídi-
ca de un joven judío y su evasión de
Berlín en 1943-, que le reportó el
Oso de Oro en el Festival de Berlín
de 1979. Lilienthal (Berlín, 1929)
emigró a Montevideo a los 10 años
en compañía de su madre y tiene
una interesante filmografía como
documentalista y director de fic-
ción. Judío muy autocrítico, opina
que el famoso documental de Clau-
de Lanzman Shoah y la película
de Steven Spielberg La lista de
Schindler suponen dos maneras
pertinentes de enfrentarse al tema
del Holocausto.
-E n su condición de director de
cine que ha abordado este tema en
sus pe lículas, ¿cómo juzga el recru-
decimiento de la violencia racista?
-E l cineasta tiene la ventaja de ser
siempre testigo, pero en ocasiones
falta al compromiso con un grupo,
con una familia, con un niño. Me
doy cuenta de que hay violencia
frente a las mujeres, frente a los ni-
ños,
y no estoy hablando de una gue-
rra, sino del abuso de po der. La con-
tradicción es que un director siem-
pre abusa del poder. El director de
cine es como una pequeña sucursal
de Dios. Con los años me he vuelto
más crítico conmigo mismo y más
indulgente con los abusos de los de-
más. Siempre hay que empezar a ha-
blar de la propia violencia.
-Y en su condición de judío...
-¿C ómo se define a un judío? Al-
guien me dijo una vez: Tod o el que
sea lo suficientemente loco para de-
cir que es judío , es judío . ¿Qué otra
definición necesitamos? Los judíos
tenemos una especial responsabili-
dad ante la violencia; deberíamos
ser la vanguardia frente a la injusti-
cia social y la defensa de los dere-
chos humanos. Sin discriminación
ninguna. Lo que ha pasado en la m a-
tanza de Hebrón es que allí hubo
asesinos, asesinos judíos. Hay que
llamar las cosas por su nom bre. Es
evidente que hay un desarrollo polí-
tico e histórico que ha llevado a esa
situación, pero no queram os justifi-
car las cosas.
-¿L a violencia no se mide igual?
-Parece que hay criterios distin-
tos sobre lo qué es violencia. En Ale-
mania, por ejemplo, se llama neona-
zis a los skins . No se dice que son
criminales. En lugar de reco nocerlo
que es justo e injusto, lo que es un
crimen contra la humanidad, se
hace ideología, se atenúan los he-
chos de acuerdo con condicionantes
religiosos y políticos. En los últimos
años,
adem ás, esos grupos parafas-
cistas encuentran una plataforma
de presentación en los medios de co-
municación. Esto conduce a una
gran confusión de valores.
-U ste d trató el tema de un super-
viviente del holocau sto en David .
¿Qué opina de la película de S piel-
berg La lista de Schindler ?
-Es una obra maestra incuestio-
nable. Es la película que los directo-
res judíos -y yo me incluy o- nunca
se animaron a rodar, porque todos
tenemos una cierta resistencia fren-
te a la representación de lo inimagi-
nable. Spielberg lo ha logrado me-
dian te la fantasía, el ingenio y un in-
creíble poder creativo.
-Claude Lanzman, que dedicó
diez años a filmar el documental
Shoah , juzga que Spielberg está
equivocado, porque desde la ficción
no se puede filmar aquel horror.
-Hacer un filme sobre el holo-
causto exige un alto grado de refle-
xión. Le confieso que he llorado
viendo la película de Spielberg.
Shoah , que era una serie, la pude
ver en mi casa en víde o y estuve dos
días sin poder hablar. Pero el filme
de Spielberg me produjo una espe-
cie de catarsis, de liberación . Me pa-
recen dos obras complem entarias.
-Usted también es un supervi-
viente
-Mi abuelo se llamaba Sigfrido
Isael.-Observe la combinación: un
personaje de la mitología alemana y
un nom bre judío. Mi abuelo era un
homb re al que hoy consideraríamos
un nacionalista, un hombre de dere-
chas judío, que hasta el año 1936
-según me contó mi madr e- no po-
día creer que en una cultura com o la
alemana pud ieran cometerse críme-
nes.
Era rico y contribuyó con mu-
cho dinero a conseguir un visado
para que mi madre yo yo pudiéra-
mos marchar a Uruguay. Si mi
abuelo hubiera sido un hombre po-
bre,
yo no estaría ahora aquí hablan-
do con uste d. Este, claro, es otro as-
pecto de la cuestión. •
David ,
la historia de
un superviviente
• D a v i d ( 1 9 7 8 ) n a r r a
cómo sobrevivió -exp lica
Lilient hal- un chicojudío que
parecía tener 13 años en lugar
de 18. Se hizo con un unifor-
me de
las
juventud es nazis, sa-
lió a la calle, logró documen-
tos falsos, fue a un a fábrica y le
dijo al director: 'Soy judío y
quiero trabajar' . Esto ocurríaen 1942. El director le contes-
tó: 'Tú eres el último judío
que debe quedar en Berlín y
me vienes a pedir trabajo. ¿Sa-
bes qué m e ocurrirá? ' . No sólo
le dio trabajo, sino qu e le ayu-
dó en una fuga temeraria que
le llevó hasta Palestina. Este
chico era Joel Konig (Ezra
Ben Gershom era su verdade-
ro nombre), que estudió Me-
dicina en Israel, no pudo
aguantar allí, se marchó a Es-
tados Unid os y después a Ho-
landa, donde aún vive .
Lilienthal no cree que hu-
biera demasiados Schindlers.
Ya en 1933 la mayoría del
pueblo alemán aceptó la dis-
criminación de los judíos. Ha-
blo de músicos, pintores, es-
critores, abogados, médicos
que aceptaron que sus colegas
judíos o sus vecinos fueran
despedidos y llevados a un
campo de concentración.