pessoa, fernando - otros poemas

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1 OTROS POEMAS Fernando Pessoa CONTENIDO ABDICACIÓN AH! LA ANGUSTIA AMOR ES LO ESPECIAL AUTOPSICOGRAFÍA COMO SI CADA BESO CORÓNAME DE ROSAS COSECHADORA CUANDO ELLA PASA DE: EL PASTOR ENAMORADO EL VIENTO, EL VIENTO ALTO EN LA GRAN OSCILACIÓN... ESTO HE PASADO TODA LA NOCHE SIN DORMIR LAS ROSAS DEL JARDÍN DE ADONIS... LLUEVE EN SILENCIO NAVIDAD NO QUIERO ROSAS NO LA QUE DAS (*) ¡NO, NO DIGAS NADA! NO TENGAS NADA EN LAS MANOS... ODA (*) PIERROT BORRACHO POEMA XXIX (**) RENIEGO...

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Poemas de Fernando Pessoa

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1

OTROS POEMAS

Fernando Pessoa

CONTENIDO

ABDICACIÓN

AH! LA ANGUSTIA

AMOR ES LO ESPECIAL

AUTOPSICOGRAFÍA

COMO SI CADA BESO

CORÓNAME DE ROSAS

COSECHADORA

CUANDO ELLA PASA

DE: EL PASTOR ENAMORADO

EL VIENTO, EL VIENTO ALTO

EN LA GRAN OSCILACIÓN...

ESTO

HE PASADO TODA LA NOCHE SIN DORMIR

LAS ROSAS DEL JARDÍN DE ADONIS...

LLUEVE EN SILENCIO

NAVIDAD

NO QUIERO ROSAS

NO LA QUE DAS (*)

¡NO, NO DIGAS NADA!

NO TENGAS NADA EN LAS MANOS...

ODA (*)

PIERROT BORRACHO

POEMA XXIX (**)

RENIEGO...

2

SEÑOR, SERENAS

SI ALGUIEN TOCA UN DÍA A TU PUERTA

SI, DESPUÉS QUE Y O MUERA...

SI MUERO PRONTO (**)

SI Y O PUDIERA MORDER LA TIERRA TODA

SÚBITA MANO DE ALGÚN FANTASMA OCULTO

TABAQUERÍA

TENGO TANTO SENTIMIENTO...

TODO, MENOS EL TEDIO, ME DA TEDIO

TU VOZ HABLA AMOROSA

VEN A SENTARTE CONMIGO, LIDIA, A LA ORILLA DEL RÍO

Y O NUNCA GUARDÉ REBAÑOS * *

3

ABDICACIÓN

Tómame, oh noche eterna, en tus

brazos y llámame hijo.

Yo soy un rey que

voluntariamente abandoné mi

trono de ensueños y cansancios.

Mi espada, pesada en brazos

flojos, a manos v iriles

y calmas entregué;

y mi cetro y corona yo los dejé

en la antecámara, hechos pedazos.

Mi cota de malla, tan inútil,

mis espuelas, de un tintineo tan fútil,

las dejé por la fría escalinata.

Desvestí la realeza, cuerpo y alma,

y regresé a la noche antigua y serena

como el paisaje al morir el día.

Versión de F. Gutiérrez

4

AH! LA ANGUSTIA

Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperación

De no yacer en mí mismo desnudo

Con ánimo de gritar, sin que sangre el seco corazón

En un último, austero alarido!

Hablo -las palabras que digo son nada más un sonido:

Sufro -Soy yo.

Ah, extraer de la música el secreto, el tono

De su alarido!

Ah, la furia -aflicción que grita en vano

Pues los gritos se tensan

Y alcanzan el silencio traído por el aire

En la noche, nada más allí!

Enero 15 de 1920

Versión de Rafael Díaz Borbón

5

AMOR ES LO ESPECIAL

Amor es lo esencial.

Sexo, mero accidente.

Puede ser igual

O diferente.

El hombre no es un animal:

Es carne inteligente,

Aunque algunas veces enferma.

(5.4.35)

Versión de Rafael Díaz Borbón

6

AUTOPSICOGRAFÍA

El poeta es un fingidor.

Finge tan completamente

Que hasta finge que es dolor

El dolor que de veras siente.

Y quienes leen lo que escribe,

Sienten, en el dolor leído,

No los dos que el poeta v ive

Sino aquél que no han tenido.

Y así va por su camino,

Distrayendo a la razón,

Ese tren sin real destino

Que se llama corazón.

Versión de Santiago Kovadloff

7

COMO SI CADA BESO

Como si cada beso

Fuera de despedida,

Cloé mía, besémonos, amando.

Tal vez y a nos toque

En el hombro la mano que llama

A la barca que no v iene sino vacía;

Y que en el mismo haz

Ata lo que fuimos mutuamente

Y la ajena suma universal de la vida.

Versión de F. Gutiérrez

8

CORÓNAME DE ROSAS

Coróname de rosas,

de verdad coróname

De rosas

Rosas que al quemar

Sobre una frente queman

Demasiado Rápido!

Coróname de rosas

Y con el volátil follaje,

Que así sea.

(12.6.14) Versión de Rafael Díaz Borbón

9

COSECHADORA

Pero no, es abstracta, es un pájaro

De sonidos en el aire del encumbrado aire,

Y su alma canta sin molestar

Porque el canto es lo que la hace cantar.

1932

Versión de Rafael Díaz Borbón

10

CUANDO ELLA PASA

Sentado junto a la ventana,

A través de los cristales, empañados por la nieve,

Veo su adorable imagen, la de ella, mientras

Pasa... pasa... pasa de largo...

Sobre mí, la aflicción ha arrojado su velo:-

Una criatura menos en este mundo

Y un ángel más en el cielo.

Sentado junto a la Ventana,

A través de los cristales, empañados por la nieve,

Pienso que Veo su imagen, la de ella,

Que no pasa ahora... que no pasa de largo...

Versión de Rafael Díaz Borbón

11

DE: EL PASTOR ENAMORADO

Alta en el cielo, va la luna de Primavera,

Pienso en ti y dentro de mí estás entera.

Aquí v iene, por las grandes praderas, corriendo hacia mí, la leve brisa.

Pienso en ti, murmuro tu nombre; y no me siento yo: estoy feliz.

Mañana vendrás, irás conmigo a recoger flores en la pradera.

Y yo iré contigo por las praderas para verte recoger las flores.

Te veré mañana recolectando flores conmigo en las praderas,

Pues cuando vengas mañana y caminemos juntos por la pradera,

recogiendo las flores,

Se hará para mi la claridad y la verdad.

(6.7 .14)

Versión de Rafael Díaz Borbón

12

EL VIENTO, EL VIENTO ALTO

El v iento, alto en su elemento

Me hace más solo -no me estoy

Lamentando, él se tiene que lamentar.

Es un sonido abstracto, insondable

venido del elusivo fin del mundo.

Profundo es su significado.

Me habla el todo inexistente en él,

Cómo la v irtud no es un escudo, y

Cómo la mejor es estar en silencio.

(27 .12.33)

Versión de Rafael Díaz Borbón

13

EN LA GRAN OSCILACIÓN...

En la gran oscilación

Entre creer y no creer,

El corazón se trastorna

Lleno de nada saber

Y, ajeno a lo que sabía

Por no saber lo que es,

Sólo un instante le cabe

Que es el conocer la fe-

Fe que los astros conocen

Porque es la araña que está

En la tela que ellos tejen,

Y es vida que había y a.

14

ESTO

Dicen que pretendo o miento

En cuanto escribo. No hay tal cosa.

Simplemente

Siento imaginando.

No uso las cuerdas del corazón.

Todo cuanto sueño o pierdo,

Que pronto cae o muere en mí,

Es como una terraza que mira

Hacia otra cosa más allá.

Esa cosa me arrastra.

Y así escribo en medio

De las cosas no junto a mis pies,

Libre de mi propia confusión,

preocupado por cuanto no es.

Sentir? Dejemos al lector sentir!

(? 1933)

Versión de Rafael Díaz Borbón

15

HE PASADO TODA LA NOCHE SIN DORMIR

He pasado toda la noche sin dormir, v iendo,

sin espacio tu figura.

Y v iéndola siempre de maneras diferentes

de como ella me parece.

Hago pensamientos con el recuerdo de lo que

es ella cuando me habla,

y en cada pensamiento cambia ella de acuerdo

con su semejanza.

Amar es pensar.

Y yo casi me olv ido de sentir sólo pensando en ella.

No sé bien lo que quiero, incluso de ella, y no

pienso más que en ella.

Tengo una gran distracción animada.

Cuando deseo encontrarla

casi prefiero no encontrarla,

Para no tener que dejarla luego.

No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que

quiero. Quiero tan solo

Pensar en ella.

Nada le pido a nadie, ni a ella, sino pensar.

Versión de Teodoro Llorente

16

LAS ROSAS DEL JA RDÍN DE ADONIS...

Las rosas del jardín de Adonis

Son las que yo amo, Ly dia, esas efímeras rosas

Que en el día de su nacimiento,

En ese mismo día, mueren.

La luz es eterna para ellas, pues

Nacen con el sol cuando ya ha salido, y se acaban

Antes que Apolo pudiera incluso iniciar

Su trayectoria v isible.

Como ellas, déjanos hacer de nuestras v idas un día,-

Voluntariamente, Lydia, desconociendo

Que existe la noche antes y después

El poquito que perduramos

(11.7 .14)Versión de Rafael Díaz Borbón

17

LLUEVE EN SILENCIO

Llueve en silencio, que esta lluv ia es muda

y no hace ruido sino con sosiego.

El cielo duerme. Cuando el alma es v iuda

de algo que ignora, el sentimiento es ciego.

Llueve. De mí (de este que soy ) reniego...

Tan dulce es esta lluv ia de escuchar

(no parece de nubes) que parece

que no es lluvia, mas sólo un susurrar

que a sí mismo se olvida cuando crece.

Llueve. Nada apetece...

No pasa el v iento, cielo no hay que sienta.

Llueve lejana e indistintamente,

como una cosa cierta que nos mienta,

como un deseo grande que nos miente.

Llueve. Nada en mí siente...

Versión de Ángel Crespo

18

NAVIDAD

Un Dios ha nacido. Otros mueren. La realidad

Que no ha venido ni se ha ido: un cambio de Error.

Tenemos ahora otra Eternidad,

Y siempre lo pasado fué mejor.

Ciega, la ciencia trabaja en el inútil suelo

Loca, la Fé v ive el sueño de su culto.

Un nuevo Dios es una palabra -o un nuevo sonido

No busques ni tampoco creas: todo está oculto.

(? 1922)

Versión de Rafael Díaz Borbón

19

NO QUIERO ROSAS

No quiero rosas, con tal que haya rosas.

Las quiero sólo cuando no las pueda haber.

¿Qué voy a hacer con las cosas

que cualquier mano puede coger?

No quiero la noche sino cuando la aurora

la hizo diluirse en oro y azul.

Lo que mi alma ignora

eso es lo que quiero poseer.

¿Para qué?... Si lo supiese, no haría

versos para decir que aún no lo sé.

Tengo el alma pobre y fría...

Ah, ¿con qué limosna la calentaré?...

Versión de F. Gutiérrez

20

NO LA QUE DAS (*)

No la que das, la flor que tú eres quiero.

Por qué me niegas lo que no te pido.

Tiempo habrá de que niegues

después de que hay as dado.

flor, ¡séme flor! Si te cogiese avara

mano de infausta esfinge, tú perenne

sombra errarás absurda

tras lo que nunca diste.

(*) Ricardo Reis

Versión de Ángel Crespo

21

¡NO, NO DIGAS NADA!

¡No: no digas nada!

Suponer lo que dirá

tu boca velada

es oírlo y a.

Yo oí lo mejor

de lo que dirías.

Lo que eres no viene a la flor

de las frases y los días.

Es mejor de lo que tu.

No digas nada: lo sé!

Gracia del cuerpo desnudo

que invisible se ve.

22

NO TENGAS NADA EN LAS MANOS... (*)

No tengas nada en las manos

ni una memoria en el alma,

que cuando un día en tus manos

pongan el óbolo último,

cuando las manos te abran

nada se te caiga de ellas.

¿Qué trono te quieren dar

que Atropos no te lo quite?

¿Qué laurel que no se mustie

en lo arbitrios de Minos?

¿Qué horas que no te conviertan

en la estatura de sombra

que serás cuando de noche,

estés al fin del camino?

Coge las flores, mas déjalas

caer, apenas miradas.

Al sol siéntate. Y abdica

para ser rey de ti mismo.

(*) Ricardo Reis

Versión de Ángel Crespo

23

ODA (*)

Para ser grande, sé entero: nada

Tuy o exageres o excluyas.

Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres

En lo mínimo que hagas,

Por eso la luna brilla toda

En cada lago, porque alta v ive.

(*) De heterónimo Ricardo Reis

24

PIERROT BORRACHO

En las calles de la feria

de la feria desierta

sólo la luna llena

blanquea y clarea

las noches de la feria

en la noche entreabierta.

Sólo la luna alba

blanquea y clarea

la tierra calva

de abandono y alba

alegría ajena.

Ebria blanquea

como por la arena

en las calles de feria,

de la feria desierta

en la noche ya llena

de sombra entreabierta.

La luna boquea

en las calles de feria

desierta e incierta.

25

POEMA XXIX (**)

No soy igual en lo que digo y escribo.

Cambio, pero no cambio mucho.

El color de las flores no es el mismo bajo el sol

que cuando una nube pasa

o cuando entra la noche

y las flores son color de sombra.

Pero quien mira ve bien que son las mismas flores.

Por eso cuando parezco no estar de acuerdo conmigo

fijaros bien en mí:

si estaba vuelto para la derecha

me volv í ahora para la izquierda,

pero soy siempre yo, asentado sobre los mismos pies.

El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra

y a mis ojos y oídos atentos

y a mi clara sencillez de alma.

(**) De heterónimo Alberto Caeiros

26

RENIEGO...

Reniego, lápiz partido,

Todo cuanto deseé.

Y no soñé ser servido

De ir a donde nunca iré.

Paje embutido en harapos

Del triunfo que otros tuv ieron,

Yo podré amar estos trapos

Por ser cuanto a mí me dieron.

Sabré, príncipe mendigo,

Coger, con la buena gente,

Entre el ondear del trigo

La amapola inteligente.

27

SEÑOR, SERENAS

Señor, serenas son

Todas las horas

Que derrochamos, si en

Malgastarlas,

Como en un jarrón,

Colocamos flores.

No hay tristezas

Ni alegrías tampoco

En nuestra v ida.

Luego déjanos aprender,

irreflexivamente sabios,

A no v iv irla.

Sino a dejarla flotar,

Tranquila, serena,

Permitiendo que los niños

Sean nuestros profesores

y que nuestros ojos sean

Colmados por la Naturaleza.

A la orilla de la corriente,

Al borde ,de la carretera,

Cae erguida-

Siempre en el mismo

Respiro de luz

De estar vivos.

El tiempo pasa,

No nos dice nada.

Crecemos envejecidos.

Déjanos aprender, como si

irónicamente,

Nos observara partir.

Es inútil mientras

Hacemos un gesto.

No hay resistencia

Al dios cruel

Devorador sempiterno

De sus hijos.

Permítenos recoger las flores,

28

Permítenos humedecer

Éstas nuestras manos

En los apacibles riachuelos,

De los cuales debemos aprender

A ser apacibles como ellos.

Los girasoles siempre

Están mirando hacia el sol,

Déjanos marchar de la v ida

Tranquilos, sin abrigar

Siquiera el remordimiento

De haber viv ido.

(12.6.14)

Versión de Rafael Díaz Borbón

29

SI ALGUIEN TOCA UN DÍA A TU PUERTA

Si alguien toca un día a tu puerta,

Diciendo que es un emisario mío

No creas, ni aunque sea yo;

Que mi vanidoso orgullo no intentaría

Tocar siquiera la puerta irreal del cielo.

Pero si, naturalmente, y sin oír

A alguien tocar, la puerta fueras a abrir

Y encontraras alguien como a la espera

De tocar, medita un poco.

Ese era Mi emisario y yo y lo que intenta

Mi orgullo que desespera

¡Abre a quién no llama a tu puerta!

30

SI, DESPUÉS QUE Y O MUERA...

Si, después que yo muera, se quisiera escribir mi biografía,

Nada sería más simple.

Exactamente poseo dos fechas -la de mi nacimiento y

la de muerte.

Entre una y otra todos los días me

pertenecen.

Soy fácil de describir.

He v iv ido como un loco.

He amado a las cosas sin ningún sentimentalismo.

Nunca tuve un deseo que no pudiera colmar, pues nunca anduve ciego.

Incluso escuchar para mí fué nada más que un complemento del ver.

Comprendí que las cosas son reales y totalmente diferentes una de otra:

Lo comprendí con los ojos, jamás con el pensamiento.

Comprenderlo con el pensamiento hubiera sido encontrarlas

todas iguales.

Un día me sentí dormido como un niño.

Cerré los ojos y dormí.

Y, a propósito, yo era el único poeta de la Naturaleza.

Versión de Rafael Díaz Borbón

31

SI MUERO PRONTO (**)

Si muero pronto,

Sin poder publicar ningún libro,

Sin ver la cara que tienen mis versos en letras de molde,

Ruego, si se afligen a causa de esto,

Que no se aflijan.

Si ocurre, era lo justo.

Aunque nadie imprima mis versos,

Si fueron bellos, tendrán hermosura.

Y si son bellos, serán publicados:

Las raíces v iven soterradas

Pero las flores al aire libre y a la v ista.

Así tiene que ser y nadie ha de impedirlo.

Si muero pronto, oigan esto:

No fui sino un niño que jugaba.

Fui idólatra como el sol y el agua,

Una religión que sólo los hombres ignoran.

Fui feliz porque no pedía nada

Ni nada busqué.

Y no encontré nada

Salvo que la palabra explicación no explica nada.

Mi deseo fue estar al sol o bajo la lluvia.

Al sol cuando había sol,

Cuando llovía bajo la lluvia

(Y nunca de otro modo),

Sentir calor y frío y v iento

Y no ir más lejos.

Quise una vez, pensé que me amarían.

No me quisieron.

La única razón del desamor:

Así tenía que ser.

Me consolé en el sol y en la lluv ia.

Me senté otra vez a la puerta de mi casa.

El campo, al fin de cuentas, no es tan verde

Para los que son amados como para los que no lo son:

Sentir es distraerse.

(**) De heterónimo Alberto Caeiros

Versión de Octavio Paz

32

SI Y O PUDIERA MORDER LA TIERRA TODA

Si yo pudiera morder la tierra toda

y sentirle el sabor sería más feliz por un momento...

Pero no siempre quiero ser feliz

es necesario ser de vez en cuando infeliz para poder ser natural...

No todo es días de sol

y la lluvia cuando falta mucho, se pide.

Por eso tomo la infelicidad con la felicidad.

Naturalmente como quien no se extraña

con que existan montañas y planicies y que hay a rocas y hierbas...

Lo que es necesario es ser natural y calmado en la felicidad o en la

infelicidad.

Sentir como quien mira. Pensar como quien anda,

y cuando se ha de morir,

Recordar que el día muere y que el poniente

es bello y es bella la noche que queda.

Así es y así sea.

Versión de Teodoro Llorente

33

SÚBITA MANO DE ALGÚN FANTASMA OCULTO

Súbita mano de algún fantasma oculto

entre los pliegues de la noche y de mi sueño

me sacude y yo despierto, y en el abandono

de la noche no diviso gesto ni bulto.

Pero un terror antiguo, que insepulto

traigo en el corazón, como de un trono

baja y se afirma mi señor y dueño

sin orden, sin meneo y sin insulto.

Y yo siento mi v ida de repente

presa por una cuerda de Inconsciente

a cualquier mano nocturna que me guía.

Siento que soy nadie salvo una sombra

de un bulto que no veo y que me asombra,

y en nada existo como la tiniebla fría.

Versión de Teodoro Llorente

34

TABAQUERÍA

No soy nada.

Nunca seré nada.

No puedo querer ser nada.

A parte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,

De mi cuarto de uno de los millones en el mundo que nadie sabe

quién es (Y si supiesen, ¿qué sabrían?),

Dais al misterio de una calle cruzada constantemente por gente,

A una calle inaccesible a todos los pensamientos,

Real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,

Con el misterio de las cosas bajo las piedras y los seres,

Con la muerte que mancha de humedad las paredes y hace

blancos los cabellos de los hombres,

Con el Destino que conduce la carroza de todo por el camino de

nada.

Estoy hoy vencido, como si supiese la verdad.

Estoy hoy lúcido, como si estuviese por morir,

Y no tuv iese más hermandad con las cosas

Que la de una despedida, tornándose esta casa a este lado de la

calle

La hilera de vagones de un tren, y el silbido de una partida

Dentro de mi cabeza,

Y una sacudida de mis nerv ios y un chirriar de huesos al arrancar.

Estoy hoy perplejo, como quien pensó y halló y olv idó.

Estoy hoy div idido entre la lealtad que debo

A la Tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,

Y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

Fallé en todo.

Como no hice ningún propósito, tal vez todo fuese nada.

El aprendizaje que me dieron,

Descendí por la ventana trasera de la casa.

Fui al campo con grandes propósitos.

Pero allí sólo encontré yerbas y árboles,

Y cuando había gente era igual a la otra.

Me retiro de la ventana y me siento en una silla. ¿En qué he de

pensar?

¿Qué sé yo lo que seré, yo, que no sé lo que soy ?

¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tanta cosa!

¡Y hay tantos que piensan ser la misma cosa que no puede haber

tantos!

35

¿Genio? En este momento

Cien mil cerebros se piensan en sueños genios como yo,

Y la historia no señalará, ¿quién sabe? ni a uno,

No habrá sino un muladar para tantas futuras conquistas.

No, no creo en mí.

¡En todos los manicomios hay tantos locos deschavetados con

tantas certezas!

Yo, que no tengo ninguna certeza, ¿soy más cierto o menos cierto?

No, ni en mí...

¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo

No están en esta hora genios-para-sí-mismos soñando?

¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas—

Sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas—,

Y quién sabe si realizables,

¿Nunca verán la luz del sol real ni hallaran oídos de nadie?

El mundo es de quien nace para conquistarlo

Y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga

razón.

He soñado más que Napoleón.

He abrazado contra el pecho hipotético más humanidades que

Cristo.

Hice filosofías en secreto que ningún Kant escribió.

Pero soy , y tal vez seré siempre, el de la buhardilla,

Aunque no v iva en ella;

Seré siempre el que no nació para esto,

Seré siempre sólo el que tenía cualidades;

Seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie

de una pared sin puerta,

Y cantó la cantiga del Infinito en un gallinero,

Y escuchó la voz de Dios en un pozo cegado.

¿Creer en mí? No, ni en nada.

Que me derrame la Naturaleza sobre la cabeza ardiente

Su sol, su lluvia, el v iento que me despeina,

Y lo demás que venga si v iene o que tenga que venir, o que no

venga.

Esclavos cardíacos de las estrellas,

Conquistamos todo el mundo antes de levantarnos de la cama;

Pero nos despertamos y él es opaco,

Nos levantamos y es ajeno,

Salimos de casa y es la tierra entera,

Más el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(Come chocolates, niña;

¡Come chocolates!

Mira que no hay más metafísica en el mundo que la de los

chocolates.

Mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.

¡Come, niña sucia, come!

¡Si pudiera yo comer chocolates con la misma verdad con que tú

los comes!

36

Pero yo pienso y , al quitarles el papel plateado, que es de estaño,

Arrojo todo al suelo, como tiré la v ida.)

Pero queda al menos de la amargura de lo que nunca seré

La caligrafía rápida de estos versos,

Pórtico hendido hacia lo Imposible.

Pero al menos dedico a mí mismo un desprecio sin lágrimas,

Noble al menos por el gesto amplio con que arrojo

La ropa sucia que soy, sin motivo, para el decurso de las cosas,

Y me quedo en casa sin camisa.

(Tú que consuelas, que no existes y por eso consuelas,

O diosa griega, concebida como estatua con v ida,

O patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,

O princesa de trovadores, gentilísima y colorida,

O marquesa del siglo dieciocho, escotada y distante,

O cocotte célebre del tiempo de nuestros padres,

O no sé qué moderno —no concibo bien qué—,

Todo eso, sea lo que fuera, lo que sea, si puede inspirar ¡qué

inspire!

Mi corazón es un balde vacío.

Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco

Me invoco a mí mismo y nada encuentro.

Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.

Veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan.

Veo los entes v ivos vestidos que se cruzan,

Veo los perros que también existen,

Y todo esto me pesa como un condena al destierro,

Y todo esto es extranjero, como todo.)

Viví, estudié, amé y hasta creí,

Y hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.

En cada uno miro los andrajos y las llagas y la mentira,

Y pienso: tal vez nunca hayas v ivido ni estudiado ni amado ni

creído

(Porque es posible hacer la realidad de todo eso sin hacer

nada de eso);

Tal vez hayas existido apenas, como un lagarto a quien cortan

la cola

Y que es cola más acá del lagarto que se retuerce.

Hice de mí lo que no supe,

Y lo que pude hacer de mí no lo hice.

Vestí un disfraz equivocado.

Me tomaron enseguida por quien no era, y no lo desmentí, y me

perdí.

Cuando quise arrancarme la máscara,

Estaba pegada a la cara.

Cuando la arrojé y me v i en el espejo,

Ya había envejecido.

Estaba borracho, y no sabía vestir el disfraz que no me había

quitado.

Arrojé la mascara y dormí en el vestidor

37

Como un perro tolerado por la gerencia

Por ser inofensivo

Y voy a escribir esta historia para probar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,

quién pudiera encontrarte como cosas que yo hice,

Y no quedarme siempre enfrente de la Tabaquería de enfrente,

Pisoteando la conciencia de estar existiendo,

Como un tapete con el que tropieza un borracho

O la esterilla que los gitanos roban y no vale nada.

Pero el Dueño de la Tabaquería se asomó a la puerta y se quedó

en ella.

Lo miro con la incomodidad de la cabeza torcida

Y con la incomodidad de una alma que mal entiende.

Él morirá y yo moriré.

Él dejará el letrero, yo dejaré versos.

Y un día morirá el letrero y también mis versos.

Después morirá la calle donde estuvo el letrero,

Y la lengua en que fueron escritos los versos.

Morirá después el planeta girante en que todo esto sucedió.

En otros satélites de otros sistemas cualquier cosa como nosotros

Continuará haciendo cosas como versos y v iviendo debajo de las

cosas como letreros,

Siempre una cosa frente a otra,

Siempre una cosa tan inútil como la otra.

Siempre lo imposible tan estúpido como lo real,

Siempre el misterio del fondo tan cierto como el sueño del

misterio de la superficie,

Siempre ésta o aquella cosa o ni una ni la otra cosa.

Pero un hombre entró en la Tabaquería (¿a comprar tabaco?),

Y la realidad plausible cae de repente sobre mí.

Me incorporo a medias enérgico, convencido, humano,

Y voy a intentar escribir estos versos en los que digo lo contrario.

Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos

Y saboreo en el cigarro la liberación de todos los pensamientos.

Sigo el humo como mi camino,

Y gozo, en un momento sensitivo y adecuado,

La liberación de todas las especulaciones

Y la conciencia de que la metafísica es la consecuencia de una

indisposición.

Después me reclino en la silla

Y sigo fumando.

Seguiré fumando hasta que el Destino me lo permita.

(Si me casase con la hija de mi lavandera

Tal vez sería feliz.)

Visto esto, me levanto de la silla. Me acerco a la ventana.

El hombre salió de la Tabaquería (¿guarda el cambio en el bolsillo

del pantalón?).

Ah, lo conozco: es Esteves sin metafísica.

(El Dueño de la Tabaquería llegó a la puerta.)

38

Como por un instinto divino, Esteves se volvió y me vio.

Hizo una señal de adiós, le grité ¡Adiós, Esteves!, y el universo

Se reconstruye en mí sin ideal ni esperanza, y el Dueño de la

Tabaquería sonrió.

Versión de Miguel Ángel Flores

39

TENGO TANTO SENTIMIENTO...

Tengo tanto sentimiento

que es frecuente persuadirme

de que soy sentimental,

mas reconozco, al medirme,

que todo esto es pensamiento

que yo no sentí al final.

Tenemos, quienes v ivimos,

una v ida que es viv ida

y otra v ida que es pensada,

y la única en que existimos

es la que está div idida

entre la cierta y la errada.

Mas a cuál de verdadera

o errada el nombre conviene

nadie lo sabrá explicar;

y viv imos de manera

que la v ida que uno tiene

es la que él se ha de pensar.

Versión de Ángel Crespo

40

TODO, MENOS EL TEDIO, ME DA TEDIO

Todo menos el tedio me da tedio.

Quiero sin tener sosiego sosegar.

Tomar la v ida todos los días

Como un remedio,

De esos remedios que hay para tomar.

Tanto aspiré, tanto soñé que tanto

De tantos tantos me hizo nada en mí

Mis manos quedaron frías

Sólo de aguardar el encanto

De aquel amor que las calentara al fin.

Frías, vacías, Así.

41

TU VOZ HABLA AMOROSA

Tu voz habla amorosa...

Tan tierna habla que me olv ido

de que es falsa su blanda prosa.

Mi corazón desentristece.

Sí, así como la música sugiere

lo que en la música no está,

mi corazón nada más quiere

que la melodía que en ti hay...

¿Amarme? ¿Quién lo creería? Habla

con la misma voz que nada dice

si eres una música que arrulla.

Yo oigo, ignoro, y soy feliz.

Ni hay felicidad falsa,

mientras dura es verdadera.

¿Qué importa lo que la verdad exalta

si soy feliz de esta manera?

Versión de Teodoro Llorente

42

VEN A SENTARTE CONMIGO, LIDIA, A LA ORILLA DEL RÍO

Ven a sentarte conmigo, Lidia

a la orilla del río.

Con sosiego miremos su curso

y aprendamos que la vida pasa,

y no estamos cogidos de la mano.

(Enlacemos las manos.)

Pensemos después, niños adultos,

que la v ida pasa y no se queda,

nada deja y nunca regresa,

va hacia un mar muy lejano,

hacia el pie del Hado,

más lejos que los dioses.

Desenlacemos las manos,

que no vale la pena cansarnos.

Ya gocemos, ya no gocemos,

pasamos como el río.

Más vale que sepamos pasar

silenciosamente y sin desasosiegos.

Sin amores, ni odios, ni pasiones

que levanten la voz,

ni envidias que hagan a los ojos

moverse demasiado,

ni cuidados, porque si los tuviese

el río también correría,

y siempre acabaría en el mar.

Amémonos tranquilamente,

pensando que podríamos,

si quisiéramos,

cambiar besos y abrazos y caricias,

mas que más vale estar sentados

el uno junto al otro

oyendo correr al río y viéndolo.

Cojamos flores, cógelas tú y déjalas

en tu regazo, y que su perfume suavice

este momento en que sosegadamente

no creemos en nada,

paganos inocentes de la decadencia.

43

Por lo menos, si yo fuera sombra antes,

te acordarás de mí

sin que mi recuerdo te queme

o te hiera o te mueva,

porque nunca enlazamos las manos,

ni nos besamos

ni fuimos más que niños.

Y si antes que yo llevases el óbolo

al barquero sombrío,

no sufriré cuando de ti me acuerde,

a mi memoria has de ser suave

recordándote así, a la orilla del río,

pagana triste y con flores en el regazo.

Versión de Rafael Díaz Borbón

44

Y O NUNCA GUARDÉ REBAÑOS * *

Yo nunca guardé rebaños,

pero es como si los guardara.

Mi alma es como un pastor,

conoce el v iento y el sol

y anda de la mano de las Estaciones

siguiendo y mirando.

Toda la paz de la Naturaleza a solas

v iene a sentarse a ni lado.

Pero permanezco triste, como un atardecer

para nuestra imaginación,

cuando refresca en el fondo de la planicie

y se siente que la noche ha entrado

como una mariposa por la ventana.

Pero mi tristeza es sosiego

porque es natural y justa

y es lo que debe haber en el alma

cuando piensa que ya existe

y las manos cogen flores sin darse cuenta.

Con un ruido de cencerros

más allá de la curva del camino

mis pensamientos están contentos.

Pensar molesta como andar bajo la lluvia

cuando el viento crece y parece que llueve más.

No tengo ambiciones ni deseos.

Ser poeta no es una ambición mía.

Es mi manera de estar solo.

**Heterónimo Alberto Caeiro