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Bogotá D.C. Nº 78, domingo 24 de julio de 2005 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected] Medio ambiente Bosques no maderables, oferta de subsistencia en la selva. 21 Vitamina A del mamey pasa prueba de pasteurización. Tecnología 19 Entrevista Manfred Max Neef: TLC, un tratado de comercio pero no libre. 16 Artificios de la economía colombiana A pesar de las facilidades tecnológicas para realizar transacciones, ¿cómo se explica el uso elevado de efectivo? Un estudio del Banco de la República ilustra los altos porcentajes que alcanza la economía subterránea. 6 Alemanes no viven de recuerdos La negativa de participar en la guerra de Irak no le alcanza al Primer Ministro, Gerhard Schröder, para consolidarse de cara a las elecciones de septiembre. Pero, una mujer partidaria de Bush parece tener el favoritismo. 10 Política Conflicto colombiano desata carrera militar de sus vecinos. 3 Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 Dos años de trabajo con la comunidad de Engativá, le ha permitido a biólogos, ar- queólogos, botánicos y antropólogos, formu- lar un plan de acción para la recuperación integral del humedal. La determinación de los cambios sufridos en los últimos diez mil años facilitó el diseño de las estrategias de conservación, que contribuirán a regular la dinámica del río Bogotá, y a preservar la riqueza de aves, anfibios, reptiles y plantas únicas del lugar. El convenio entre la Universidad Nacional y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá supone el avance en la consolidación de una cultura ecológica para la ciudad. P ÁG 12 Orlando Rangel. Humedal Jaboque: equilibrio ambiental en la ciudad

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Bogotá D.C. Nº 78, domingo 24 de julio de 2005 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected]

Medio ambienteBosques no maderables, oferta de subsistencia en la selva.

21Vitamina A del mamey pasa prueba de pasteurización.

Tecnología19EntrevistaManfred Max Neef: TLC, un tratado de comercio pero no libre.

16

Artificios de la economía colombianaA pesar de las facilidades tecnológicas para realizar transacciones, ¿cómo se explica el uso elevado de efectivo? Un estudio del Banco de la República ilustra los altos porcentajes que alcanza la economía subterránea. 6

Alemanes no viven de recuerdos La negativa de participar en la guerra de Irak no le alcanza al Primer Ministro, Gerhard Schröder, para consolidarse de cara a las elecciones de septiembre. Pero, una mujer partidaria de Bush parece tener el favoritismo. 10

PolíticaConflicto colombiano desata carrera militar de sus vecinos.

3

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

Dos años de trabajo con la comunidad de Engativá, le ha permitido a biólogos, ar-queólogos, botánicos y antropólogos, formu-lar un plan de acción para la recuperación integral del humedal. La determinación de los cambios sufridos en los últimos diez mil años facilitó el diseño de las estrategias de conservación, que contribuirán a regular la dinámica del río Bogotá, y a preservar la riqueza de aves, anfibios, reptiles y plantas únicas del lugar. El convenio entre la Universidad Nacional y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá supone el avance en la consolidación de una cultura ecológica para la ciudad. PÁG 12

Orlando Rangel.

Humedal Jaboque:equilibrio ambiental

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Análisis

En la actualidad se está discutiendo la “privatización” de las playas del Parque Na-cional Natural Tayrona, área protegida creada en 1964 con linderos modificados en 1969, pero que mantiene liti-gios en torno a la propiedad de porciones de su superfi-cie. La acción se asoció con otro proceso similar, la firma del contrato para la adminis-tración del PNN Amacayacu (Amazonas). Varios titula-res de prensa aludieron a la preocupación de los ambien-talistas por la decisión que tomó la Unidad Administra-tiva Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales dependiente del transforma-do Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territo-rial. Como es tradición en el país, la falta de claridad y pre-cisión en los planteamientos de las partes involucradas en la controversia, ha generado confusión a todos los niveles.

El PNN Tayrona conser-va remanentes de los ecosis-temas naturales de la Región Caribe colombiana; incluye paisajes, desde los estuarinos con manglares, los de playa con su vegetación rala, has-ta los espinares y cardonales con especies de cactáceas y los genuinos representantes del bosque seco y semihúme-do tropical. En las partes más altas se presentan bosques húmedos con condiciones ecológicas similares a los de la media montaña andina de Colombia.

Al inicio de la década del 70, gracias a una cruzada que congregó los intereses de la mayoría de los colombianos, se logró mantener intacto el Tayrona como concepto de parque nacional, ante la arre-metida de los intereses multi-nacionales y de privilegiados locales, que quisieron cons-truir un complejo que servi-ría al turismo internacional y que habría ocasionado pro-fundas transformaciones al escenario natural. Quizá este fue uno de los primeros in-tentos en que se quiso poner al servicio de intereses parti-culares un bien de la nación. Treinta y cinco años después aparece una nueva figura que aunque diferente en su pre-tensión básica, puede condu-cir a descalabros.

Es necesario revisar el significado de Parque Na-cional: “Área relativamen-te extensa con uno o más ecosistemas inalterados, con características biofísicas re-levantes (fauna, flora, comu-nidades, ecosistemas, diver-sidad del hábitat) con interés especial científico, educativo o recreativo. Es administra-da por una autoridad para prevención, explotación u ocupación y vigilancia. La entrada de visitantes se rige

por condiciones especiales, ya sea con fines educativos, culturales, recreativos o de esparcimiento” (Unesco, 1969). Bajo esta referencia, se podría analizar el signifi-cado del giro asumido por el Gobierno desde dos ángulos contrastantes, el primero re-lacionado con las probables razones para tomar la deci-sión, y el segundo sobre las repercusiones en la sociedad colombiana en uno de los países con mayor expresión de la diversidad del globo. Al ceder la administración de un área natural, el Gobier-no reconoce su incapacidad para administrar y, en el ca-so del Tayrona, para ofrecer condiciones mínimas de se-

guridad. Se ignora el alcan-ce jurídico de la cesión que hizo el Gobierno, ya que no delegó en otra instancia in-vestida de autoridad, sino en particulares. En este punto es apenas lógico entender que la burocracia gubernamental fue quizá el detonante de la decisión que se tomó.

Ahora, quienes hayan visitado en los últimos años algunos de los parques na-cionales y áreas protegidas, por ejemplo el PNN Tayro-na, se harán las mismas pre-guntas: ¿Por qué el estado de abandono de los bienes y en-seres?; ¿por qué la menguada presencia de funcionarios estatales en los parques?; ¿por qué no hay servicios

mínimos de atención? An-te esta situación, una de las soluciones sería buscar una forma de hacer eficiente su administración.

Tayrona: registro incompleto

Las acciones de preven-ción, ya sean de transfor-mación del entorno natural o mitigación de amenazas naturales, tampoco han si-do adelantadas por las enti-dades gubernamentales, en la mayoría de los casos por falta absoluta de agilidad en la ejecución del presupuesto que se suma al celo excesivo de los controladores y por la ausencia de un plan de

desarrollo que tenga conti-nuidad. En lo concerniente a explotación del recurso natural, de acuerdo con su historia y su función ecológi-ca, en el Tayrona tampoco se han adelantado labores que muestren a la sociedad la im-portancia de su preservación y conservación, lo cual impli-caría promover la riqueza y la diversidad de especies y co-munidades, de ecosistemas y paisajes con fundamento crítico y científico.

En la década pasada, el profesor Jorge Hernández y su grupo documentaron par-te de la riqueza de las áreas naturales, pero no se le dio continuidad al proceso, ni se colocaron las áreas protegi-das al servicio de los intere-sados en la investigación y en la generación de conoci-miento. Si la administración gubernamental hubiera sido eficiente, sobre el Tayrona existirían guías ilustrativas, folletos y otro tipo de pu-blicaciones que constituyen la herramienta para incen-tivar en los colombianos el sentido de pertenencia sobre sus recursos naturales reno-vables.

¿Cuáles fueron las razo-nes para delegar la adminis-tración en unos particulares y no conformar una alianza estratégica con otras entida-des gubernamentales, si exis-ten centros de educación su-perior en el país de carácter oficial con programas rela-cionados con la administra-ción, con la hotelería, con el turismo y con la ecología que hubiesen aprovechado esta ocasión para construir pro-pósitos nacionales? ¿Dónde queda el Sena y sus escuelas de hotelería y turismo? ¿So-bre qué bases se estimó la cuantía del arrendamiento?

La cesión debe implicar actividades gubernamentales para las cuales se requieren autoridades legítimas como los servicios de vigilancia (guardaparques) mejoren, y es apenas lógico esperar que a corto plazo esto suceda, si no las autoridades centrales deberían entrar a examinar la eficacia administrativa del Sistema de Parques Naciona-les. La explotación por parte de los particulares en ningún momento puede significar procesos de transformación o extensión de áreas comer-ciales en el área del parque; se requiere ser preciso pa-ra evitar ambigüedades que puedan significar la autori-zación de obras de infraes-tructura que alteren los esce-narios naturales. La entrada libre de visitantes (con tarifas viables) en ningún momento puede cambiarse en sus fi-nes: educativos, culturales o de esparcimiento y no puede esgrimirse tipo alguno de se-gregación.

Una lectura un tanto más preocupante del asunto enmarcaría la decisión gu-bernamental en la consabida costumbre de acabar con las entidades o sus dependencias y no tratar de remediar sus fallas en el funcionamiento.

Orlando Rangel-Ch.Grupo de investiga-ción Biodiversidad y

Conservación, Facultad de Ciencias de la Uni-

versidad Nacional de Colombia.

La cesión del Parque TayronaEn riesgo se vería la conservación del patrimonio natural que concentra el Parque Tayrona con la transferencia de dominio sobre sus playas, con lo cual el gobierno no corrige sus fallas de funcionamiento, pero abre una eventual explotación comercial si no precisa posibles ambigüedades en el contrato.

Orlando Rangel.

Antes del proceso de concesión, la zonificación del Parque Tayrona (litoral Caribe a 34 km de Santa Marta vía Riohacha) había sido modificada, por resolución de la Unidad de Parques, al eliminar las zonas que eran consideradas primitivas, (intocables) para recuperarlas y darles uso recreativo.

Comité editorial: Egberto Bermúdez Cujar � Luis Eduardo Hoyos Jaramillo � Carlos Patiño Villa � Rocío Londoño Botero � Clara Helena Sán-chez Botero � Fabio González Benítez � Jorge Cossio � Juan Carlos Chica.

Coordinadores editoriales: Zoraida Rueda, María Claudia Rojas, Fernando Carretero P. � Coordinador gráfico: Andrés Leonardo Cuéllar V. � Corrector: Fernando Carretero P. � Diseño e impresión: Impresiones Periódicas S. A.

Página Web: http://unperiodico.unal.edu.co Versión Internet: UNDigital Correo electrónico: [email protected] Teléfonos: 316 5348 - 316 5000 extensión: 18384 / Fax: 3165232 Edificio Uriel Gutiérrez Transv. 38 Nº 40-01, piso 5º. ISNN1657-0987

Director: Ramón Fayad Nafah

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Política

Las relaciones con los vecinos de Colombia se ten-sionaron por última vez, a finales del año anterior y comienzos del actual por la detención “irregular” del guerrillero de las Farc, Rodri-go Granda, el ataque de este grupo en junio pasado a la base militar en Teteyé (Putu-mayo) y las acusaciones de que los guerrilleros salieron de Ecuador. Siendo realistas este fue el último incidente, pero con seguridad van a se-guir presentándose, porque cuando existen confronta-ciones internas armadas, la tendencia de los actores ile-gales es tomar las fronteras como áreas estratégicas de retaguardia.

Es claro que en la re-gión andina –especialmente en Colombia, Ecuador y Ve-nezuela–, se sitúan los fac-tores de riesgo o amenaza de mayor relevancia en Sura-mérica: a) por la producción de un alto porcentaje de co-caína y de heroína que llega al mercado norteamericano –Roger Noriega dijo, ante la Comisión de Reforma Gu-bernamental de la Cámara de Representantes de Esta-dos Unidos, que el 90% de la cocaína y un porcentaje significativo de la heroína llega a Estados Unidos desde Colombia–; b) por el con-flicto armado colombiano crecientemente regionaliza-do; c) por una alta inesta-bilidad política acompañada de fragmentaciones sociales y políticas profundas; d) por la existencia de sociedades bastante polarizadas.

Además, hay que men-cionar las rivalidades tradi-cionales de tres hermanos carnales, que al mismo tiem-po son mercados mutua-mente importantes, tienen fronteras vivas y por eso de-ben compartir las tensiones del otro lado, sin olvidar que de tiempo atrás venezolanos y ecuatorianos han mirado con recelo los efectos que les llegan del conflicto armado colombiano.

Nexos condicionados

Colombia y sus dos ve-cinos han tenido fricciones en varias dimensiones, que han sido potencializadas

por dos factores: la política exterior y la confrontación interna armada. Colombia y en especial el actual go-bierno bilateralizó la políti-ca exterior y la concentró en EE.UU. como su interlocutor privilegiado, adicionalmente la “securitizó” y la centró en la lucha contra el terrorismo, “ideologizándola” –especial-mente en la relación con Ve-nezuela– y minimizando las relaciones con los países de la región2.

Venezuela, por el con-trario se ha distanciado de EE.UU. –ha sido el princi-pal opositor al Alca y a los TLC–, plantea la defensa de la soberanía nacional como central y no se involucra en el conflicto armado colombia-no ni con en el Plan Colom-bia o la Iniciativa Regional Andina (IRA); ha promovido conexiones multilaterales y da prioridad a los procesos de integración regional alre-dedor del Mercosur y a las relaciones Sur-Sur –en esto desempeña un papel estraté-gico su petróleo–.

El actual gobierno de Ecuador tiene cuatro ejes en su política exterior: respeto al principio de autodetermi-nación, no intervención en el conflicto colombiano, re-chazo a las fumigaciones en áreas fronterizas, y participa-ción y decisión de la pobla-ción con relación al TLC; se negó a firmar el convenio que

da protección a los militares de EE.UU. ante la Corte Penal Internacional.

Por otra parte, la con-frontación armada colom-biana ha venido “derramán-dose” en los países limítrofes, con el riesgo de deteriorar las relaciones con sus vecinos e incidir en el viejo conflicto no resuelto de límites entre Co-lombia y Venezuela, en par-te por incidencia de EE.UU., que cada vez más percibe al gobierno del Presidente Chávez como una amenaza a la seguridad regional –los amplios recursos petroleros venezolanos son considera-dos la “petrochequera” con la cual éste gana influencia regional–.

El conflicto colombia-no es percibido como una “amenaza” no en los térmi-nos clásicos de enfrentamien-tos entre Estados, sino de los efectos que la acción de ac-tores irregulares pueda tener sobre los países colindantes. Esto se adiciona por el carác-ter igualmente transnacional del narcotráfico y su fuerte incidencia en la región.

Los principales impac-tos en los países limítrofes son: a) efectos militares de la confrontación, que se remon-tan, por lo menos a los años setenta; b) desplazamiento poblacional preocupante: se-gún Codhes hasta marzo de 2005 han solicitado refugio en Ecuador 30.932 personas –en

ese país se manejan cifras por encima del medio millón– y en Venezuela hasta abril de 2005 hubo 5.058 solicitudes de refugio; c) militarización de las fronteras; d) carrera armamentista regional, esti-mulada por el Plan Colombia y la IRA.

Más allá de que Colom-bia tenga como justificación para su gasto militar la con-frontación interna, las Fuer-zas Armadas de los países vecinos consideran que se ha producido un desbalance mi-litar regional –Colombia su-pera a sus vecinos en presu-puesto militar, en número de efectivos de sus tropas y en el campo de la aviación militar, pero tiene claras desventajas en lo relativo a tanques–; y, e) obstáculos a los necesarios procesos de integración eco-nómica regional.

Esto explica, en el caso venezolano, la percepción de una eventual intervención norteamericana como ame-naza prioritaria, lo cual los ha llevado a elaborar una doctrina propia de defensa nacional. “Venezuela firmó un acuerdo con Rusia para la compra de 110.000 fusiles Kalashnikov, 33 helicópteros de asalto, ataque y transpor-te pesado y 50 cazabombar-deros; otro con España para adquirir material naval ae-ronáutico, que incluye cua-tro corbetas y 50 aviones de combate; y entrenamiento

Alejo Vargas Velásquez 1

Director del Grupo de Investigación sobre

Seguridad y Defensa y profesor de la Uni-versidad Nacional de

Colombia.

Un vecindario con

dificultades

La tensión entre Colombia, Ecuador y Venezuela, ratificada por los hechos de junio en Putumayo, pone de manifiesto las particularidades políticas de cada uno. Estos incidentes se sitúan entre los factores de riesgo de mayor relevancia que dejan en vilo las relaciones entre los países andinos.

a Brasil. Venezuela, pese al reforzamiento de sus fuer-zas armadas, está situada en sexto lugar en el ranking continental de poder militar en Suramérica, elaborado por la revista Military Power Review, en 2004”3. Colombia a su vez compró 24 aviones Súper Tucano a la empresa brasileña Embraer por US$ 234 millones.

Todo indica que la po-sibilidad de una acción com-partida sobre los riesgos o amenazas regionales no está en el orden del día, por cuan-to supondría una definición conjunta de qué se conside-ran amenazas fundamentales y cuál es el tipo de respuesta a las mismas, y esto no parece fácil, por lo menos con los actuales gobiernos. Por ello no es previsible una acción de tipo multilateral y seguirá pre-dominando una mirada unila-teral y un enfoque de políticas en ocasiones contrapuestas, con los inevitables incidentes bilaterales, que ojalá sean ma-nejados por los especialistas de la diplomacia.

1 Con la colaboración de Nathalie Pabón, del Grupo de Investigación de Seguridad y Defensa. 2 Sobre la política exterior del actual gobierno, Carvajal,

Leonardo, “Uribe parroquial”, en Revista Semana.com 3 ZIBECHI, Raúl, “El nuevo militarismo en América del Sur”, La Jornada, México, junio 16 de 2005.

Archivo.

Las confrontaciones armadas conllevan a que los actores armados utilicen las fronteras como áreas estratégicas alejadas del enemigo. Puente de Rumichaca, frontera con Ecuador.

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Colombia hace parte de la segunda área geográfi-ca más violenta del mundo según el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud 2003 de la OMS. De acuerdo con este estudio, en América mueren por homicidio in-tencional 120 mil personas al año, alcanzando una tasa, aproximadamente, de 19 por cada cien mil habitantes, un poco menor a la de África que tiene 22 (la tasa más alta del mundo); casi el triple de Europa y el sur asiático que tienen 8 y 7 respectivamente.

Lo anterior es más pre-ocupante si se tiene en cuen-ta que una tasa se considera endémica cuando supera los 10 hpcmh (homicidios por cada cien mil habitantes)2, y Colombia desde finales de la década del 40 ha tenido tasas muy superiores a este núme-ro, convirtiéndose en uno de los países más violentos del mundo.

De acuerdo con las esta-dísticas del Dane, entre 1991 y 2002 el país tuvo más de 326.000 homicidios, con una tasa promedio de 67 homici-dios por cada cien mil habi-tantes (hpcmh), de los cuales el 92% fueron hombres. De la misma manera, las esta-dísticas muestran que la po-blación entre 15 y 44 años está cargando con la mayor parte de éstos con el 77% del total, lo que advierte que las víctimas se concentran en la población más productiva del país.

Un hecho importante que muestra este tipo de vio-lencia en Colombia es la exa-gerada cantidad de víctimas que cobra entre niños y niñas menores de 14 años, llegando a 6.223 homicidios entre 1991 y 2002, de los cuales 69% fue-ron niños y 31% niñas. Hecho

que, hasta donde conoce el autor, no tiene parangón en el mundo y, como se verá más adelante, presenta un alto costo económico para el país.

Por otra parte, el segui-miento de los homicidios en las distintas regiones del país

muestra diferencias signifi-cativas; así, la Región Cen-tral concentra casi el 44% del total de los homicidios ocurridos en el país, seguida muy de lejos por la Región Pacífica con el 17%, la Orien-tal con el 13%, Bogotá con el

12%, la Atlántica con el 11% y los nuevos departamentos con el 3%. En todos los casos el número de homicidios es elevado y la situación pre-ocupante, sin embargo, el ca-so de la Región Central me-rece especial atención dada la persistencia del fenómeno

desde los años ochenta.

El crecimiento econó-mico de Colombia desde me-diados del siglo pasado fue positivo, convirtiéndose en una de las economías más sólidas de América Latina. Este panorama comenzó a

cambiar desde de las décadas del 80 y 90, coincidiendo con los años de mayor violencia en la historia del país (véase gráfico), lo que ha inspira-do a varios autores a realizar estudios sobre las relaciones entre crecimiento económico y violencia.

Teniendo en cuenta lo anterior, se hizo un modelo para determinar el costo eco-nómico directo que causó la violencia homicida en las dis-tintas regiones del país en el periodo 1991-2000. Partien-do del supuesto de la teoría del crecimiento, en la cual las personas generan valor agre-gado y son una valiosa fuerza de crecimiento económico, siendo el trabajo su factor de producción y el ingreso la retribución que reciben a cambio de éste; es posible obtener algunos indicadores de los ingresos futuros que se pierden en lo que hubiera si-do el resto de vida productiva de una persona de no haber sido víctima de homicidio.

Para el cálculo se utilizan los siguientes indicadores pa-ra cada región, diferenciados por sexo y rangos de edad: a) número de homicidios; b) probabilidad de que cada in-dividuo se encontrara traba-

jando (tasa de ocupación); c) el ingreso posible de acuerdo a la edad presente y futura; d) la productividad del tra-bajo; y, e) la edad de jubila-ción masculina como límite de producción (así se puede comprobar que después de esta edad las tasas de parti-cipación laboral disminuyen de manera importante).

Las estimaciones realiza-das en este estudio muestran que los costos económicos directos, causados por la no participación de las perso-nas que fueron víctimas del homicidio en la producción nacional entre 1991 y 2000, ascendieron a $74.2 billones de 2003 en las regiones es-tudiadas. Debe tenerse en cuenta que esta cifra corres-ponde al resto de años pro-ductivos de cada víctima, lo que significa que el costo es acumulativo a medida que el tiempo transcurre. El 43,5% de este costo se concentra en la Región Central, el 20% en la Pacífica, el 13,5% en la Oriental, el 12,8% en Bogotá, y el 10% en la Región Atlánti-ca. Esto equivale a decir que el costo promedio asciende a 6,45% del PIB en la Región Central, 4,83% en la Pacífica, 3,03% en la Oriental, 2,59% en la Atlántica y 2,14% en Bogotá.

Como era de esperarse, el costo de los homicidios se concentra en la población masculina con el 97% del to-tal regional; de igual manera, los rangos de edad entre 10 y 29 años concentran el 69,7% de los costos. Estas partici-paciones se mantienen rela-tivamente estables cuando se observan las regiones indivi-dualmente: en el primer caso los costos regionales varían entre 96,9% y 98,2% (Bogo-tá y Región Atlántica) y, en

Luis Fernando Sánchez Núñez

Economista de la Universidad Nacio-

nal de Colombia.

del homicidio en Colombia

Costos directosLos elevados costos generados por las víctimas de homicidio son también causa de brechas en la debilitada economía colombiana, según un detallado estudio que por regiones, realizó un economista de la Universidad Nacional. La efectividad que se tenga para reducir la violencia y la criminalidad marcará en gran parte el camino que tome la economía del país1.

El costo por víctima es más alto a mayor desarrollo socioeconómico de la región. Esto es claro debido a que al ser más productiva la región también lo son las personas que se encuentren laborando en ella, y sus tasas de productividad tienden a ser más elevadas

Entre 1991 y 2000 los costos que

sobre la economía tuvieron los

homicidios fue de 74 billones en las regiones Central,

Pacífica, Oriental, Atlántica y

Bogotá.

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el segundo caso, entre 63,8% y 73,1% (Región Atlántica y Central).

El modelo revela una relación inversa con la edad cuando se compara el costo promedio unitario de cada víctima con su respectivo género, así mientras más jo-ven sea la víctima mayor es el costo económico directo para la sociedad. No obs-tante, la diferencia es más marcada entre los hombres, ya que obtienen mejores in-gresos en promedio que las mujeres. A manera de ejem-plo, el costo promedio de un homicidio masculino ocu-rrido entre 1991 y 2000 en Bogotá entre los 0 y 9 años de edad es de $425 millones, mientras que el de un hom-bre entre 50 y 59 años es de $128.5 millones.

El costo por víctima es más alto a mayor desarro-llo socioeconómico de la región. Esto es claro debido a que al ser más productiva la región también lo son las personas que se encuentren laborando en ella y sus ta-sas de productividad tienden a ser más elevadas (dado el acceso a mejor tecnología, información, inversión en capital humano, etc.). Así, mientras en Bogotá el costo promedio en el periodo de estudio llega a $370 millones de 2003, en la Región Central llega a $261 millones.

Si se aceptan los supues-tos del modelo, se puede de-cir que el producto obtenido en el país en el año 2003 ha-bría sido 5,7% más alto de no haber ocurrido los homi-cidios en el periodo 1991-20003. Al observar esto en las regiones, se encuentra que el producto regional en el año 2003 sería mayor en 3,2% en Bogotá, 3,1% en la Región At-lántica, 5,1% en la Oriental, 6,9% en la Pacífica y 8,9% en la Central.

Además de los costos estimados, existen otros que también presentan un im-pacto para la economía que no hubieran sido causados de no haber ocurrido estos hechos, entre otros los costos en atención médica y los cos-tos penitenciarios.

Costos en atención médica

Para este análisis se consideraron, también, los costos ocasionados por las víctimas de homicidio que logran llegar vivas a un cen-tro de salud y que mueren luego de recibir atención profesional intentando salvar sus vidas. Lamentablemen-te, la única información que se consiguió sobre este tema fue un estudio del Centro de Referencia Nacional Sobre Violencia (Crnv) del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, sobre las víctimas de homicidios ocurridos en Bogotá en el año 2000 que ingresaron a algún centro médico con ciertas condicio-nes fisiológicas que las hacía susceptibles de tratamientos médicos o quirúrgicos para salvar sus vidas4.

A continuación se des-criben los datos utilizados del estudio de la Crnv: a) en el año 2000 se realizaron 2.428 necropsias en casos de homicidio, de las cuales 253 (10,4%) alcanzaron a recibir algún tipo de asistencia mé-dica en los diferentes hospita-

les y clínicas de la ciudad; b) de las víctimas que alcanza-ron a ingresar a centros asis-tenciales, 182 (71,9%) fueron sometidas a intervenciones quirúrgicas5; c) las víctimas en su mayoría fueron hom-bres con 240 casos (94,9%).

Para realizar el cálculo se supone que los resultados de dicho estudio son represen-tativos de todas las regiones y de todo el periodo de estudio (1991-2000). Se tomó como punto de partida los valores encontrados en el manual de tarifas de la Entidad Promo-tora de Salud del Seguro So-cial (EPS-ISS) para conocer el costo de la atención médica según la cirugía realizada y el costo promedio en atención de urgencias, cuando no se alcanzó a realizar ninguna cirugía.

De esta manera, el cos-to total estimado asciende a $48.868 millones de 2003 en las regiones estudiadas, dis-tribuido así: Región Central 49%, Región Pacífica 20%, Región Oriental 14%, Región Atlántica 10% y Bogotá 9%.

Costos penitenciarios de la población reclu-

sa por homicidio

Estos costos hacen re-ferencia a aquellos gastos en los que incurrió el Inpec para mantener la población reclusa por homicidios. Pa-ra el cálculo se multiplica el

costo promedio por recluso en cada año6 y el número de capturas que reportó la Poli-cía Nacional en cada región.

Los costos calculados en las regiones analizadas ascendieron a $282.744 mi-llones de 2003 entre 1991 y 2000, de los cuales la Región Central participa con 33% del total, Bogotá con 19%, la Región Oriental con 19%, Región Atlántica con 15% y Región Pacífica con 14%.

Como réplica a los nive-les de violencia, criminalidad e inestabilidad en los que se ha visto envuelto el país, el gasto militar y en seguridad privada ha crecido en los úl-timos años trayendo efectos negativos sobre la economía, al limitar recursos públicos y privados disponibles para invertir en áreas de mayor beneficio social (salud, edu-cación o inversión).

Exceso de gasto militar

Existen en Colombia dos posiciones antagónicas sobre la conveniencia de aumentar el gasto militar. Quienes es-tán en desacuerdo plantean que este gasto es improduc-tivo y parten de la premisa de que cualquier erogación en este campo tiene efectos negativos sobre la economía, y limita los recursos públicos disponibles para invertir en áreas de mayor beneficio so-cial. Quienes están a favor ar-gumentan que éste favorece el crecimiento económico en cuanto contribuye de mane-ra significativa a acrecentar la capacidad productiva nacio-nal, principalmente gracias al aumento de la inversión.

Sin el ánimo de entrar en discusión, aquí se toma la primera posición, por cuanto

el interés es medir el exceso del gasto militar que se deri-va del conflicto armado y los exagerados niveles de violen-cia y criminalidad que vive el país. Así las cosas, se estima la diferencia entre el gasto en que incurre el gobierno actualmente y lo que gasta-ría si los niveles de violencia fueran similares a los de su región de referencia, América Latina.

De esta manera se en-cuentra que el exceso de gas-to militar en el país ascen-dió a $25.6 billones de 2003 entre 1991 y 2003, pasando del 1,5% del PIB en 1991 a más del 2% en 2003, según cifras del Stockholm Interna-tional Peace Research Insti-tute (Sipri).

Exceso de gasto en seguridad privada

Como una evidente res-puesta para salvaguardarse de los desbordados niveles de violencia e inseguridad, cuando el Gobierno no brin-da la protección ni las ga-rantías necesarias a los ciu-dadanos, éstos demandan la protección en otras fuerzas. Es así como junto al creci-miento de la violencia y la criminalidad se incrementa la industria de vigilancia y seguridad privada.

En Garay (2002)7 se presenta una estimación del sobrecosto en seguridad pri-vada desde 1991 a partir de la información de personal, re-gistrado en la Superintenden-cia de Vigilancia y Seguridad Privada; se calcula el exceso de personal en relación con un escenario donde el perso-nal operativo de las empresas de seguridad hubiese crecido con el ritmo de la economía y, utilizando el costo de vigi-lancia las 24 horas del día, se realiza la estimación.

De esta forma el exceso de gasto en seguridad priva-da representó $22.7 billones de 2003 y un promedio de 0,87% del PIB al año.

Como se observa en los cálculos presentados en es-te artículo, no es exagerado afirmar que el desarrollo eco-nómico de Colombia en los próximos años dependerá en buena medida de la capaci-dad y efectividad que se tenga para resolver los problemas que originan e incrementan la violencia y la criminalidad, dados los elevados costos que enfrenta la economía y la sociedad al desviarse recur-sos privados y públicos con el objeto de protegerse de la violencia, negándolos a sec-tores prioritarios como edu-cación, salud o producción. A lo anterior se incorporan los costos por la exagerada canti-dad de víctimas de homicidio que tienen mayor significa-ción por cuanto despojan a la víctima del más elemental de sus derechos: “la vida”.

1 El presente artículo está basado en los resultados del estudio “Economía y violencia en Colombia. Una aproximación contable a los principales costos económicos directos causados por la violencia y el crimen: El caso del homicidio, una visión regional. 1991-

2000”. Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia. 2 Rattinoff, L. (1996) “Delincuencia y paz ciudadana”, en: Hacia un enfoque de desarrollo: ética, violencia y seguridad ciudadana, Washington, D.C., BID. 3 En el modelo

no se incluyeron los nuevos departamentos, por tanto el valor para el país está subestimado. 4 Forero Janeth y Tirado Patricia, 2002, “Caracterización de los homicidios que recibieron atención médica y exploración de factores asociados, Bogotá año 2000”, Centro

de Referencia Nacional sobre Violencia del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Boletín vol. 7, No. 1, enero de 2002. 5 En el 35,6% de los casos las lesiones fueron inflingidas en la cabeza, seguido del tórax anterior con 29,2%, abdomen 21,3%, cuello 7,1%,

miembros 5,1%, tórax posterior y región lumbar con 0,8% cada una. 6 El costo anual por interno se obtiene de tomar como base el presupuesto global asignado al Inpec y el número de internos promedio en cada año, este valor sólo se tiene para después de 1995, para los años anteriores

se supone como representativo el costo promedio conocido. 7 Garay, Luis Jorge (2002) “Colombia: entre la exclusión y el desarrollo. propuestas para la transición al estado social de derecho”, Contraloría General de la República.

Fotografías: Archivo.La crisis económica que se empezó a vivir entre 1980 y 1990 coincide con los años de mayor violencia en el país.

Del total de víctimas, el 77% corresponden a personas entre los 15 y los 44 años, la población más productiva del país.

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La demanda por dinero en efectivo en Colombia en los últimos años ha registra-do cambios importantes, in-cluso si se tienen en cuenta los avances tecnológicos re-cientes como los cajeros au-tomáticos y los sistemas de pagos más ágiles, que no han sido adecuadamente explica-dos. Una posible respuesta al interrogante de lo que ha su-cedido con esta demanda es el comportamiento reciente de la economía subterránea intensiva en el uso de efec-tivo, teniendo en cuenta que la utilización de este instru-mento monetario garantiza el anonimato de las personas involucradas en este tipo de actividades. En este trabajo se intenta una cuantificación de esta economía subterrá-nea (ES) mediante una es-timación econométrica, con lo cual se espera clarificar el comportamiento reciente del efectivo en nuestra econo-mía.

Definición

Aunque es difícil definir lo que es la ES, normalmen-te se le asocia con aquellas actividades que evaden im-puestos o no se registran en las cifras estadísticas o están relacionadas con el lavado de activos. En el cuadro 1 se hace una taxonomía de ellas con el fin de definir un concepto más preciso de ES. Para nosotros en la ES están incluidas actividades que hacen uso del dinero y pueden ser legales e ilegales. Un industrial o comerciante que evade o elude impues-tos tiene una actividad legal aunque está incurriendo en un acto ilegal y por el no pago de impuestos hace parte de la ES. Dentro del cuadro 1, la ES como se entiende en es-te trabajo corresponde a los dos paneles de la izquierda. Dentro de la ES se incluye la corrupción el contrabando, el narcotráfico y la evasión o elusión de impuestos.

Estimación de la ES

Hay dos enfoques para estimar la ES: el directo y el indirecto. El primero se basa en auditorias fiscales y otros métodos de cumplimiento, que ofrecen aproximaciones puntuales de este fenómeno. El segundo usa información observable estrechamente relacionada con la ES y con ella se infiere el comporta-miento de ésta en el tiempo por un método contable o econométrico. En este traba-

jo se utiliza un método in-directo basado en el cálculo de una variable de estado no observada como es la ES. El punto de partida para reali-zar ese cálculo es la llamada representación estado-espa-cio, que está compuesta de dos ecuaciones estocásticas: a) la ecuación de transición, que tiene como variable de-pendiente a un vector de va-riables latentes o no observa-das en función del rezago del mismo y de un vector de va-riables exógenas o de rezagos de la variable independiente con un vector de errores; b) la ecuación de medida, que describe la manera como el vector de variables de estado afecta al vector de variables observables o indicadores.

Existen distintas po-sibilidades para plantear la representación estado-espa-

cio. En algunos casos no se tiene en cuenta el rezago del vector de variables latentes en la ecuación de transición ni las variables explicativas en la ecuación de medida (Modelo Mimic). Si se intro-duce el vector de rezagos se obtiene el modelo conocido como Dymimic. Para este ca-so haremos uso de la mayor estructura económica posi-ble incluyendo la dinámica y las variables explicativas en la ecuación de medida.

Para resolver el sistema haremos uso del filtro de Kal-man, esto es un conjunto de ecuaciones matemáticas que proveen una solución recur-siva eficiente. Esta solución permite calcular un estima-dor lineal, insesgado y ópti-mo del estado de un proceso en cada momento del tiem-po a partir de la información

disponible en el momento t-1, y actualizar, con la in-formación adicional disponi-ble en el momento t, dichas estimaciones. Este filtro es el principal algoritmo para estimar sistemas dinámicos especificados en la forma de estado-espacio.

En nuestra especifica-ción de la ecuación de tran-sición incluimos los determi-nantes de la economía subte-rránea que provienen de un modelo teórico, tales como las tasas de tributación, los sobrecostos de los empresa-rios, los aranceles y el área sembrada en cocaína. De esa manera, el modelo captura las operaciones asociadas con actividades que eluden las restricciones regulatorias en el campo laboral, finan-ciero, cambiario, fiscal y judi-cial. La ecuación de medida

corresponde a una demanda de efectivo, en la cual se ha-ce el supuesto fundamental de la existencia como factor explicativo de la economía subterránea. La demanda de efectivo depende adicio-nalmente de factores como la tasa de interés (DTF), el desarrollo de la red de ca-jeros, el desarrollo de otras innovaciones en el manejo de efectivo, el valor del im-puesto sobre las transaccio-nes financieras y la tasa de inflación promedio anual y un indicador de la actividad registrada medida como el valor agregado industrial.

Resultados

Los signos de los pará-metros asociados a los de-terminantes clásicos de la demanda de efectivo que se

Carlos Arango ArangoMartha Misas ArangoEnrique López Enciso2

¿Cuánto pesa la ilegalidad en la

economía nacional?La economía subterránea representa un poco más del 40% del PIB, y a mediados de los años ochenta llegó a ser más del 70%. Esto concluye un estudio econométrico entre 1976 y 2003 acerca del comportamiento de aquellas actividades asociadas a la corrupción, el contrabando, el narcotráfico y la evasión o elusión de impuestos1.

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obtuvieron de estas estima-ciones son los esperados y con características estadísti-cas robustas. Adicionalmen-te, no existe evidencia de au-tocorrelación serial tanto en los errores de la ecuación de medida como en los errores de la ecuación de transición.

Las variables asociadas a los costos de oportunidad del efectivo, en este caso la tasa de interés (DTF) y la in-flación (Dipc), determinan la demanda por este agregado en forma negativa. Es decir, si aumentan, la demanda dis-minuye. La variable asocia-da a la actividad registrada o formal, además, afecta po-sitivamente la demanda de dinero. En la medida en que se expande, incrementa esta demanda. La tasa de interés acumulada tiene signo nega-tivo, indicando que el progre-so técnico permite ahorrar efectivo. Este resultado se co-rrobora con el hecho de que el crecimiento en la red de cajeros electrónicos parece haber reducido la demanda de dinero, una vez se contro-la por cambio técnico.

La ecuación de transi-ción valida la hipótesis de una respuesta estadísticamente significativa de los agentes a desplazarse hacia activida-des económicas elusivas de las restricciones legales tanto fiscales como laborales. Las actividades productivas aso-ciadas al narcotráfico, que en este modelo se encuentran representadas por el área sembrada de coca, están di-rectamente asociadas con la ES, lo mismo que los impues-tos al capital y al consumo.

Así mismo, variables co-mo el salario mínimo y los costos laborales parafiscales tienen un impacto positivo sobre la ES. Aumentos en es-tas variables incrementan la ilegalidad. Este efecto es par-cialmente amortiguado por el impacto que tiene el creci-miento de la función pública y de los órganos de control como lo recoge el signo nega-tivo de la variable de número de empleados públicos. Ade-más, parece haber una re-lación complementaria entre las actividades formales e in-formales aun cuando no sig-nificativa. El modelo también

muestra que las actividades asociadas a la ES son fuerte-mente anticíclicas como lo demuestra el signo positivo y significativo de la tasa de desempleo.

Los principales resulta-dos del ejercicio se presentan en los gráficos 1 y 2. En el grá-fico 1 se muestra el ajuste del modelo a los datos observa-dos de efectivo, mientras que en el gráfico 2 se presenta el índice de ES y su evolución a través del tiempo. Como se ve, el modelo estimado ajusta muy bien el comportamiento de la demanda de efectivo. Por su parte, el índice obteni-do muestra cambios de orden en la dinámica de ES entre 1976 y 2003: un fuerte creci-miento entre 1976 y 1986, un periodo de menor aumento entre ese último año y 1997, y un nuevo aumento, aunque

a tasas menores, entre 1998 y 2003. En el cuadro 2 se mues-tra el impacto de algunas de las principales variables ex-plicativas sobre el comporta-miento en esos periodos de la economía subterránea.

Lo siguiente fue pasar este índice a una variable de escala para tratar de definir un tamaño de la ES. Para ello se contaba con dos alterna-tivas: a) tomar mediciones para Colombia en algún año y encadenar el índice a ellas; b) observar la evolución con relación a la del PIB. Las me-diciones disponibles de la ES para Colombia son las de Loayza (1996), y estima que a principios de los años no-venta la ES era 35% del PIB en Colombia, y Schneider (2002) a su turno, un 39% en 1999/2000 (véase gráfico 3).

llegó a ser más de un 70% del PIB. Hay que tomar este últi-mo ejercicio con precaución porque mientras las cuentas nacionales definen una es-tructura productiva para el año base en que se calculan, en la ES existen varias activi-dades agregadas sin tener en cuenta esa estructura.

Loayza, N.V., 1996, The Economics of the informal sector: a simple model and some empirical evidence from Latin America, Carnegie-Rochester Conference Series on Public Policy 45, pp. 129-162. Schneider, F., 2002, Size and

Measurement of the informal economy in 110 countries around the world. Schneider F., Stern D., 2000, “Informal Economies: Size, Causes and Consequences”, en: The Journal of Economic Literature, 38/1 pp. 77-114.

(Footnotes) 1 Este artículo es un resumen, por demás estrecho, de un documento publicado como número 335 en la colección Borradores de Economía de la Subgerencia de Estudios Económicos del Banco de la República.

2 En el momento de la publicación del documento original, mayo de 2005, los autores eran funcionarios del Banco de la República. Las opiniones expresadas en este artículo no comprometen al Banco ni a su Junta Directiva.

La estimación del tama-ño de la ES y su evolución basada en esta estimación de Schneider para 1999/2000, aplicando el índice de ES ob-tenido se presenta en el gráfi-co 4. Como se ve, actualmen-te la ES representa un poco más del 40% del PIB, y a me-diados de los años ochenta

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Sociedad

Los actos de violencia han recibido especial aten-ción por parte de los intelec-tuales colombianos. Empero, esta realidad compleja incita a buscar perspectivas y án-gulos nuevos que ayuden a comprender lo que parece desbordar la capacidad de explicación. Muchos estudio-sos lo hacen desde enfoques económicos, políticos o his-tóricos. La particularidad de los estudios del Grupo Con-flicto Social y Violencia del CES es un acento interdis-ciplinario para interrogarse sobre las relaciones sociales y los esquemas culturales que subyacen el entramado que

lleva un conflicto a desembo-car en el uso de la violencia. ¿Qué conexiones existen en-tre los modos de interpretar y vivir los conflictos y el uso de la violencia? ¿Qué repre-sentaciones sociales (por ejemplo, la concepción sobre la autoridad) alimentan el uso de la violencia como me-dio de reafirmación o de sub-ordinación?

El acto violento, tal co-mo los otros actos sociales, tiene un significado y una in-tencionalidad para sus pro-tagonistas; por ello es impor-tante, no solo describirlo y cuantificar su incidencia en la población, sino conocer el porqué de dicho acto para quien lo ejecuta y lo que im-plica para quien lo sufre. Esto lleva a dejar atrás la generali-zación excesiva y detenerse a identificar las motivaciones, las expectativas, y también los sentimientos envueltos en experiencias de violencia particulares y los esquemas

culturales que las dotan de inteligibilidad.

Quien ha sufrido un acto de violencia está pro-fundamente afectado en su confianza en sí mismo, pues ante todo es una experiencia emocional; pero simultánea-mente, afecta la seguridad y la confiabilidad en otros y en las instituciones de protec-ción, es decir, incide en la forma como la persona se re-laciona con el entorno social. La distinción entre lo público y lo privado se diluye en esta experiencia. Basta con pre-guntarle a quien lo ha vivido, para constatar que su relato se organiza alrededor de las emociones: miedo, rabia, hu-millación, y también que en su comportamiento social la persona tiende al aislamiento y la prevención. Es así como las emociones de una expe-riencia de violencia provo-can asociaciones cognitivas, creencias y percepciones, en-tre las que sobresale la des-confianza en los otros, lo que tiene un efecto perturbador sobre la vida social. De esta manera, el acto de violencia es un desafío emocional, psí-quico, tanto como una per-turbación en la esfera de las relaciones sociales y un he-cho anclado en dispositivos culturales.

Sobre estas premisas se hace necesario elaborar mi-radas más sutiles que hagan visible el funcionamiento de la cultura y que cuestionen la idea de que las emociones son innatas y universales y

nada deben a los aprendiza-jes. Esto conlleva a la manera como las jerarquías sociales y el poder se instalan en la vida diaria y se conectan a través de múltiples hilos con las formas culturales del ma-nejo de las emociones y del ejercicio de la violencia. Por ejemplo, la violencia de gé-nero se encuentra estrecha-mente asociada a la idea de la fuerza y de la contención del dolor como manifestación de la masculinidad. Esto reco-rre las enseñanzas familiares –“no llore, no sea nena, sea machito”, “no se deje, déle du-ro” –, y tiene eco en múltiples imágenes de masculinidad: las de los héroes valerosos, incluso la del hombre humi-llado y ridiculizado porque es burlado o dominado por su mujer.

El sufrimiento que pro-vocan las acciones violen-

tas, el cómo se expresa y de qué recursos culturales echa mano, hacen necesaria una lectura cuidadosa para iden-tificar ciertas configuraciones culturales y emotivas que les permiten a las personas afectadas vivir y aun sobre-ponerse a la experiencia. Esto conduce a nuevos desafíos intelectuales para entender mejor la realización de la subjetividad en situaciones sociales críticas. También po-ne en relación de manera en-riquecedora, las estructuras sociales y políticas con la vida emocional de las personas.

El Grupo Conflicto So-cial y Violencia, mediante sus diversas líneas de traba-jo, espera de ese modo con-tribuir a entender mejor las manifestaciones complejas de las acciones de violencia sobre la cultura y la sociedad, y hallar alternativas para una

resolución no violenta de los conflictos.

Con ocasión de la cele-bración de los 20 años de crea-ción del Centro de Estudios Sociales (CES) de la Facultad de Ciencias Humanas, y con-cientes de que es necesario aunar esfuerzos con aquellos que llevan a cabo reflexiones paralelas en otras partes del mundo, se invitó a la antro-póloga Veena Das, profesora de la Universidad de Nueva Delhi y en la actualidad de la John Hopkins University en los Estados Unidos, a una serie de eventos académicos entre el 22 y el 24 de agosto próximo. La doctora Das ha hecho importantes contribu-ciones mundiales al estudio de la violencia, la cultura, la pobreza y el sufrimiento y sobre la contribución de las ciencias sociales en un mun-do globalizado.

Myriam Jimeno Francisco Ortega

Grupo Conflicto Social y Violencia,

Centro de Estudios Sociales (CES)

de la Universidad Nacional de Co-

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Violencia, emociones y cultura

El uso de la violencia, tanto para quien la ejerce como para quien es victima, configura sentimientos de miedo y rabia, afectando la relación del individuo con la sociedad y la cultura. En conmemoración de sus 20 años de creación, el CES realizará en agosto una serie de charlas sobre el tema, producto de diversos análisis interdisciplinarios.

Las emociones de una experiencia de violencia provocan asociaciones cognitivas, creencias y percepciones, entre las que sobresale la desconfianza en los otros, lo que tiene un efecto perturbador sobre la vida social.

Fotografías: Archivo.“Quien ha sufrido un acto de violencia está profundamente afectado en su confianza en sí mismo, pues ante todo es una experiencia emocional”.

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Coyuntura

Hace diez años entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, los países signatarios: Estados Unidos de Nortea-mérica, Canadá y los Estados Unidos Mexicanos. Según los expertos, este tratado ha traí-do enormes beneficios para los mexicanos. Es probable que esto sea cierto en el ám-bito de la macroeconomía y en el mundo de los grandes negocios. Sin embargo, el ciudadano común, en estos diez años, sólo ha sido tes-tigo, cuando no, víctima del crecimiento exponencial de la pobreza. Según los datos de los organismos internacio-nales, mismos que hacen una apología del neoliberalismo económico, en México sobre-viven cerca de 55 millones de habitantes en la pobreza.

Así mismo se ha produ-cido un impacto devastador en la cultura. De ser un país productor de bienes cultura-les, México ha pasado a ser un importador, o más bien simplemente un consumidor de cultura.

En la historia reciente de México, por décadas, el Estado fue un productor de cultura. El gobierno tenía y aún conserva algunas de sus editoriales, la más grande, la productora de los libros de texto gratuitos para todas las escuelas del país; soste-nía orquestas sinfónicas y de música popular; auspiciaba y

financiaba compañías de tea-tro, tenía canales públicos de televisión que transmitían a todo el país; apoyaba y finan-ciaba las iniciativas discográ-ficas de música autóctona y popular y, a partir de 1970, tomó a su cargo la industria cinematográfica.

En este terreno, el go-bierno se convirtió en pro-ductor, distribuidor y exhibi-dor del cine nacional. Como en todas partes se hizo ci-ne bueno y malo –de corte oficial, crítica social e inde-

La experiencia mexicana demuestra que la firma de los tratados de libre comercio puede traer efectos perversos para las industrias culturales de los países más débiles de la negociación.

pendiente–; sin embargo, todo el que se producía refle-jaba el concepto de nación: diversa en su pensamiento, en su estética, en su narra-tiva, pero al fin y al cabo in-tegrante de un todo, que en esencia era la percepción de cultura nacional.

Al firmar el tratado se hi-cieron grandes concesiones que violaron los artículos 3º, 4º y 28 de la Constitución Política de los Estados Uni-dos Mexicanos, el Convenio Internacional de Berna para la Protección de las Obras Li-terarias y Artísticas, así có-mo las Leyes Nacionales del Derecho de Autor, de Cine-matografía y de Telecomuni-caciones.

Industrias golpeadas

Mientras el gobierno aseguraba que la firma del tratado sería de gran benefi-cio para la industria editorial, hoy, diez años después, Méxi-co es un importador de libros. Por cada título mexicano tra-ducido a otro idioma, hay 54 títulos extranjeros traducidos en el país. En 1995, México invertía US $272 millones en la importación de libros. Pa-ra 2000, sus importaciones ascendieron a 496 millones. Aunado a esto, las casas edi-toriales de mayor prestigio en el país han sido absorbidas por las grandes editoriales de España, Alemania e Italia. Las que sobreviven lo hacen con números deficitarios.

En el ámbito audiovisual que es el que mejor se conoce, en estos diez años se ha visto descender la producción de películas en un 72%. La ma-teria prima de toda película es la historia que vamos a contar. Bien, el 80% de los escritores de cine en México está en el desempleo.

En está década de trata-do comercial en México, en 2003 se produjeron 17 pelícu-las contra 100 que se produ-cían en 1990 y se apoyó con US $7 millones a la industria. Canadá, que no incluyó sus industrias culturales en el tratado, sostuvo su produc-ción de 60 largometrajes e invirtió US $400 millones en estímulos al cine. En ese mis-mo periodo, Estados Unidos sostuvo una producción de 680 películas al año.

Estos números defici-tarios, traducidos al público que va al cine, se manifiestan en que los mexicanos, de las 4.000 películas que se produ-cen cada año en el mundo, solo pueden escoger cuál ver entre las 260 que se ofrecen al año. De éstas, 166 son es-tadounidenses, que ocupan 2.550 pantallas de las 3.000 que hay en el país.

En diez años, la pro-ducción de largometrajes cayó estrepitosamente para un país de 100 millones de habitantes y el mercado de habla hispana más grande de América. De 1994 a 2003 se redujo de 747 películas en los

10 años anteriores, a solo 212. La caída fue superior al 71%. Al dejarse de producir 532 cintas se cayó en un brutal desempleo, cierre de empre-sas productoras, menos pago de impuestos, se subutiliza la capacidad industrial ins-talada, la caída de las expor-taciones y el aumento de im-portaciones básicamente de procedencia estadounidense.

Ante esto, en la segun-da mitad de la década del 90, con el apoyo de todos los partidos políticos del país, se logró una nueva Ley Cine-matográfica, que contempla y hace obligatorio los incen-tivos y créditos fiscales, el aporte económico por parte del gobierno a un fondo in-dustrial para el fomento a la producción, distribución y exhibición de cine nacional, premios y beneficios por el desempeño de las películas mexicanas en taquilla y cré-ditos otorgados por la banca de desarrollo en condiciones preferenciales.

Sin embargo, en lo que se refiere a los aspectos fis-cales, de subsidio y premios, los funcionarios del gobier-no encargados de las finazas, violan de manera sistemática la Ley e incluso amenazan con cerrar el Instituto de Cine y su escuela, y vender los Es-tudios Cinematográficos que son de propiedad pública.

Con esto, en fecha re-ciente en la ciudad de México se llevó a cabo un seminario

organizado por las agrupa-ciones sociales y de profesio-nales y por los funcionarios de gobierno encargados de la cultura, sobre las industrias culturales. Asistieron perso-nalidades del ámbito cultural de Argentina, Austria, Bélgi-ca, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, España, Estados Uni-dos, Francia, Gran Bretaña, Italia y México.

Una de las conclusiones a las que se llegó en el semi-nario, es que se debe lograr que las industrias culturales dejen de ser un factor peri-férico y aleatorio dentro del crecimiento de un país, y se conviertan en el centro del desarrollo sostenible de las naciones; demandar cambios en las legislaciones locales, acuerdos internacionales, y alianzas entre el Estado, las empresas culturales y la so-ciedad civil.

Así mismo, se señaló la necesidad de hacer un estu-dio de carácter cualitativo y cuantitativo a partir de la ar-ticulación de los sectores cul-turales y económicos, para medir cuál es la contribución de las industrias culturales al PIB de cada país, entre otras conclusiones.

El esfuerzo deberá es-tar encaminado a la recons-trucción de las industrias culturales. Una sociedad sin cultura ni creadores es una sociedad condenada a la in-movilización, al aislamiento y a la desaparición.

Miguel NecoecheaVicepresidente de la Asocia-ción Mexicana de Producto-res Independientes de Cine

y Televisión. Miembro de la Coalición Mexicana por la

Diversidad Cultural.

Creadores “manitos”con los brazos cruzados

Efectos del TLC-AN

Se debe lograr que las industrias culturales dejen de ser un factor periférico y aleatorio dentro del crecimiento de un país, y se conviertan en el centro del desarrollo sostenible de las naciones.

Ahí está el detalle, fotograma de la película protagonizada por Mario Moreno “Cantinflas”, ícono de la cultura popular mexicana. Una larga tradición cinematográfica estaría a punto de desaparecer.

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Internacional

Alemania pasa por un extraño momento. El verano está insoportablemente calu-roso, y millones de alemanes están gastando miles de mi-llones de euros en las playas del Mediterráneo, Tailandia, Florida o las Seychelles –para nombrar solo algunos de los lugares turísticos que pare-cen estar en la mano firme de una nación que se deprime hacia afuera y que sufre de una insaciable sed de viajar–.

Entretanto, la vida políti-ca en Alemania se está adap-tando al clima sofocante. Al mismo tiempo que la Dai-

mler-Chrysler tuvo que reco-ger un millón de carros por problemas técnicos, el can-ciller Gerhard Schröder –tras solo dos años de su periodo de cuatro– respondió hace poco a varias estruendosas derrotas políticas cambiando todo su equipo de gobierno, y pidiéndole al congreso que permitiera unas prematu-ras elecciones nacionales en septiembre.

Después de siete años en el poder, la coalición del Par-tido Social Demócrata (SPD) y los Verdes se ha quedado sin fuerza, después de perder nueve elecciones locales en otros tantos Länder (estados) frente a la oposición de la Unión Cristiano Demócrata

(CDU). El promedio de apro-bación de la coalición ha ba-jado en picada; el SPD ha perdido más de diez puntos porcentuales en los últimos dos años y cerca de 200.000

miembros han abandonado el partido.

El, SPD lleva más de 140 años de existencia y siempre ha encarnado la mejor parte

de la historia alemana –sus principales líderes volvieron de campos de concentración (o, como Willy Brandt, del exi-lio) después de 1945– para ayudar a reconstruir un esta-

do verdaderamente fracasado sobre bases de justicia social y libertad. Pero en años re-cientes, los intereses de sus miembros –la mayoría traba-

jadores y la “gente pequeña” invisible en la superficie de una sociedad empeñada en un crecimiento constante y una modernización indus-trial– han presentado proble-mas cada vez mayores para el proyecto político del SPD. Estos grupos han llegado a depender de un complicado y tremendamente costoso sistema social con una edad de jubilación de 59 años y continuos pagos de seguri-dad social, que aumentan de acuerdo al crecimiento del salario promedio.

La responsabilidad no es atribuible solamente al gabi-nete de Schröder, sino a toda la nación durante años de ba-jo crecimiento y decrecientes ingresos tributarios. Durante tres años seguidos, Alemania no ha podido cumplir con el tope de endeudamiento del estado del 3% acordado ba-jo el “criterio de Maastricht”, hecho tanto más doloroso cuanto que era parte del pac-to de estabilidad de la Unión Europea propuesto primero por el gobierno alemán bajo Helmut Kohl, y diseñado para disciplinar las políticas fisca-les notoriamente inestables de los italianos, los griegos y todos esos otros pueblos que

se unieron a la eurozona en enero de 2002.

Cuando Schröder inició el proceso de reelección, bas-tante complicado en térmi-nos constitucionales, su prin-cipal motivo fue reestablecer la legitimidad de su gobierno, dentro de su propio partido incluso más que entre el elec-torado general.

Después de su reelec-ción en 2002, el canciller in-trodujo un paquete de leyes nuevas diseñado por el jefe de personal de Volkswagen, Peter Hartz. Su propósito bá-sico era detener el desempleo atrayendo de vuelta al mer-cado laboral a esos alemanes que habían descubierto que la vida a cargo de la asisten-cia social era muy cómoda; su principal método era re-ducir severamente los pagos por desempleo.

Después de un largo de-bate parlamentario, las “leyes Hartz” se debilitaron. Se po-drán ver sus efectos en dos o tres años, y eso. Entretanto, los trabajadores emigrados de Polonia siguen trabajando en los viñedos de la Mosela y en otras áreas de trabajo agrícola estacional, por unos pocos euros por hora.

Gerhard Schröder: la promesa y el

rendimiento

Cuando Schröder fue elegido en octubre de 1998, había prometido reducir el desempleo de tres millones a dos (si no menos); en cam-bio, a principios del 2005 ha-bía cinco millones de perso-nas sin trabajo. Esto fue un choque para toda la nación –sobre todo para quienes re-cuerdan los días de Weimar–. Hay cuatro razones evidentes para este desempleo persis-tentemente alto:

Primero, las oportunida-des de la globalización lleva-ron a la industria alemana a reubicar la inversión (y por tanto el empleo) en el oriente y el centro de Europa, Asia e incluso los Estados Unidos.

Michael NaumannEditor jefe del in-

fluyente semanario alemán Die Zeit.

Después de ser editor extranjero de

Der Spiegel dirigió la editorial Rowohlt Verlag en Alemania, Metropolitan Books

y Henry Holt Inc. en Nueva York; fue

Ministro de Cultura entre 1998 y 2000.

La tarea inconclusa de

AlemaniaLos alemanes esperan elecciones en septiembre en las que Angela Merkel reemplazará a Gerhard Schröder, convirtiéndose en la primera mujer Primer Ministro del país. Pero cambiar a Alemania será muy difícil, según el editor de Die Zeit, Michael Naumann.

Una enorme cantidad de regulaciones del estado perjudica la economía alemana. Las complejas leyes tributarias alemanas superan en número a las de todas las demás naciones europeas juntas.

Aunque no es Margaret Thatcher, Angela Merkel hubiera desfilado gustosa junto a Blair y Bush rumbo a Bagdad.

El liderazgo en las encuestas del Partido Cristiano Demócrata alemán ha sido un castigo a la cuestionada gestión del más reciente periodo de la coalición verde.

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Internacional

Hoy se producen más carros “alemanes” en el extranjero que en Alemania.

Segundo, el proceso de automatización en el campo industrial alemán por exce-lencia –la producción de ma-quinaria– se ha acelerado. El creciente promedio de pro-ductividad en los dos últimos años de nuevo ha hecho de Alemania la principal nación exportadora del mundo, su-perando a Japón y Estados Unidos. Entretanto, los ro-bots siguen reemplazando a los trabajadores –y a los ingenieros no muy cualifica-dos–. Cien mil de estos están desempleados, la mayoría de más de cincuenta años.

Tercero, la situación la-boral en Alemania Oriental ha resultado ser incorregible. El promedio de desempleo supera el 10% en la mayor parte de ciudades orienta-les, y la transferencia de be-neficios de asistencia social superan los 60 mil millones de euros anuales. Esto pue-de verse como un importan-te símbolo de la solidaridad alemana, pero también es gigantescamente costoso; el promedio de crecimiento del país podría incrementarse un 2% anual sin este esfuerzo constante. Los ingresos tribu-tarios consiguientes podrían ser invertidos en la econo-mía: mejor infraestructura, investigación y desarrollo en las universidades estatales, mejor cuidado de los niños, creación de más trabajos. Una gran posibilidad, por cierto…

Finalmente, una enor-me cantidad de regulacio-nes del estado perjudica la economía alemana. Las complejas leyes tributarias alemanas superan en núme-ro a las de todas las demás naciones europeas juntas. El gobierno “rojo-verde” ha fra-casado por completo en la clarificación de este desastre –pero lo mismo ha sucedido con los gobiernos locales y de los estados en relación, por ejemplo, con las onero-sas regulaciones ecológicas–. Llegan a ser tan absurdas que la construcción de una nueva autopista o carrilera puede ser detenida por el descubri-miento de unos pájaros raros (o, como en un caso en Rin del Norte Westfalia, una fa-milia de hámsters extraños).

Estas regulaciones ahogan la creatividad económica y el resultado es un mayor des-empleo.

Después del choque de la derrota del SPD en Rin del Norte Westfalia, Schröder in-tentó recargar su vacilante gobierno pidiendo un voto de confianza en el parlamen-to. En lo que parece como un suicidio político voluntario, por lo menos cuatro miem-bros del gabinete de Schröder o su contingente del SPD tie-nen que abstenerse o decirle a su jefe que han perdido su confianza. Solo “perdiendo”, Schröder tiene la oportuni-dad de “lograr” su objetivo de presentarse en unas nuevas elecciones generales prema-turas.

Esto parece un truco constitucional –y de hecho puede ser inconstitucional–. La decisión final de convo-car la reelección corresponde

al presidente, Horst Köhler, un hombre nombrado por la mayoría de votos de una asamblea formada por repre-sentantes del parlamento y de todos los parlamentos de los estados. Este es el úni-co poder político importan-te que posee el presidente. De hecho, puede decidir que en realidad la mayoría de Schröder es estable, lo que prolongaría la vida del go-bierno hasta las elecciones fijas en septiembre de 2006.

Contra esta realidad constitucional existe una psi-cológica: la gran mayoría de los alemanes parecen estar ya acostumbrados a la pers-pectiva de que la candidata para canciller del CDU, An-gela Merkel, se convierta en la primera mujer cabeza del gobierno alemán para finales de este año. La posibilidad es una campaña corta de cua-tro a cinco semanas, con la

votación a mediados de sep-tiembre.

Angela Merkel: esperando el milagro

El intento de Gerhard Schröder de tener unas elec-ciones pronto sorprendió tanto al partido de Angela Merkel como al suyo propio. El CDU había gastado sus úl-timas energías neutralizando y bloqueando cuantas refor-mas de la salud y constitu-cionales pudo, y ahora tiene problemas para presentar una plataforma electoral coherente. Durante varias semanas, Merkel ha tenido que recurrir a invocar vacuos lemas políticos como “mejo-ras” y “seguridad” para con-solidar su apoyo.

Los hombres poderosos del CDU –los gobernadores de Baviera, Hesse y Sajonia Baja–todavía observan bo-

quiabiertos el increíble as-censo político de Merkel, y lo más que hacen es brindarle un tibio apoyo. Es una ha-zaña impresionante: de ser una joven discreta (y alema-na oriental), miembro del go-bierno de Helmut Kohl des-pués de la reunificación, pasó a usar su incontenible ambi-ción personal y su agudo ce-rebro político para expulsar a Kohl del liderazgo del CDU y eliminar a los rivales en la dirección del partido.

Al hablar en privado, An-gela Merkel es ingeniosa y se burla de sí misma; en público es aguda como un cuchillo. Ciertamente representa un cambio en la cultura política alemana. No es una Marga-ret Thatcher –no habrá unas “Malvinas” para Alemania–. Pero se parece a la Thatcher en que combina el ser vaga sobre la Unión Europea y en apoyar firmemente a la Otan, la alianza Atlántica.

No hay alternativa

Tenga éxito o no la ju-gada de Schröder, la tarea de modernizar las estructuras sociales, institucionales y políticas de Alemania sigue siendo enorme, y los obstá-culos políticos, muy grandes. Los sindicatos, que también están perdiendo miembros rápidamente, ya no son au-tomáticamente leales a los socialdemócratas, pero tam-poco van a apoyar a Angela Merkel, pero es muy posible que recuperen un sentido de su objetivo central bajo un gobierno conservador.

Por otra parte, el eterno rival político del gobierno de Schröder, Oskar Lafontaine –quien en 1999 renunció al ministerio de finanzas solo cinco meses después de ocu-par la cartera– abandonó el SPD que alguna vez dirigió, y se unió a la nueva alianza de izquierda que incorpora al postsocialista, PDS de Alema-nia Oriental. El nuevo partido espera tener por lo menos un 8% de los votos, superando así la cuota del 5% para ingre-sar al parlamento.

Esto sin duda consolida-ría un futuro gobierno con-servador alemán. Tales son las acciones esquizofrénicas de la “izquierda” tanto en Alemania como en Europa. Se contentan con brindar un espectáculo, y ya no piensan en progresar. La idea misma del poder político parece re-presentar una carga insopor-table.

¡Ah, la buena vida de la oposición! En su forma ac-tual, tanto la centro-izquier-da como la izquierda pasarán en ella los próximos quince años; a no ser que ocurra un milagro. El último milagro que salvo a Gerhard Schröder fue la guerra de Irak. Como la mayoría de los alemanes, él estaba en contra; Angela Merkel quería marchar con George W. Bush y Tony Blair. Schröder le recordará esto a los votantes. Pero nadie ha ganado nunca unas eleccio-nes porque los votantes re-cuerden agradecidos una sa-bia decisión pasada –como lo descubrió Winston Churchill en 1945–.

Publicado por la Universidad Nacional de Colombia con propósitos pedagógicos y bajo licencia académica de openDemocracy. Traducción de Nicolás Suescún.

La sombra conservadora se cierne sobre la nación alemana con la presencia de Merkel.

Chirac y Schröder, dos puntales de la Unión Europea, con serios problemas para mantener el liderazgo político en sus países.

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UN Periódico: ¿Cuál es la importancia estratégica del humedal Jaboque en el con-texto de la ciudad?

Grupo Biodiversidad y Conservación: El humedal está íntimamente ligado a la dinámica del río Bogotá y a otros caudales que drenan la Sabana de Bogotá; sirve co-mo regulador en épocas de invierno y evita la inundación de áreas pobladas en sus al-rededores. Actúa como me-dio natural para mejorar las condiciones físico-bióticas del agua que luego se verte-rán nuevamente al río Bogotá. Es uno de los últimos refu-gios para la avifauna nativa así como para la migratoria y, una vez que sus funciones bióticas y ecológicas se recu-peren, constituirá un espacio de singular importancia para mejorar la calidad de vida de los pobladores de sus alrede-dores.

UNP: ¿Cuál es el estado de salud actual del sistema?

GBC: De acuerdo con nuestro diagnóstico y los re-sultados de la investigación, las condiciones de salud del humedal se califican des-de precarias hasta regulares. Aunque en los últimos años se ha mejorado la salud del sistema biótico, en razón a la intervención de la Empre-sa de Acueducto y Alcanta-rillado y de sectores de la población interesados en su recuperación, para restaurar las condiciones ecobiológi-

cas del humedal, es necesario actuar mediante el diseño y la configuración de obras de ingeniería en acción conjunta con biólogos y ecólogos que faciliten la mitigación de los efectos tensionantes y permi-tan una recuperación rápida de la dinámica hidrobiológica natural del humedal.

UNP: ¿Cuáles son las ri-quezas que encierra este há-bitat, en términos de fauna y flora?

GBC: En flora se tienen registros de casi 80 especies de plantas con flores y de 13 formaciones vegetales que se establecen en los medios

acuáticos, pantanosos y con-tinental; el grupo de la fauna más rico es el de las aves con 74 clases, incluye especies residentes en el humedal así como migratorias para las cuales Jaboque es uno de los últimos refugios que tienen en su peregrinar. Hay dos especies de anfibios (sapos y ranas) y tres de reptiles (la-gartos y culebras). Se encon-traron 212 de insectos. Para una superficie de aproxi-madamente 148 hectáreas y en comparación con otros humedales de la sabana de Bogotá es una biota bastante rica y compleja. En el mun-do microscópico igualmente hay una elevada riqueza y diversidad en cuanto a fito-plancton y zooplancton. En general, el humedal presenta tres zonas bien definidas en sus condiciones físico-bióti-cas y en la influencia antró-pica, zona transformada, de transición y conservada.

UNP: ¿Qué importancia reviste para la ciudad hacer una investigación científi-ca y técnica del humedal, cuando parece que las prio-ridades de gestión no han estado precisamente en lo ambiental?

GBC: La decisión de adelantar todo el proceso de investigación partió del acer-camiento y de los diálogos entre los pobladores de los alrededores, las autoridades ambientales y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. Ante la urgencia de tomar decisiones que fa-ciliten el mejoramiento de la salud del sistema se de-cidió convocar a los acadé-micos para que plantearan propuestas de investigación que brindaran los elementos técnicos necesarios para las decisiones. Este es un punto crucial en lo que represen-ta la proyección social de la Universidad Nacional de Colombia y de sus grupos

de investigación y la asun-ción del reto que es conciliar los intereses de los grandes transformadores del entorno natural (los ingenieros) y los defensores e impulsadores de la conservación y preserva-ción. Bajo esta óptica, el con-venio de cooperación entre el Acueducto de Bogotá y la Universidad Nacional cons-tituye un punto de referen-cia de enorme trascendencia para el futuro de la gestión ambiental en la Sabana de Bogotá y, como es nuestro deseo, para la planeación de políticas de manejo y con-servación de todos los hu-medales de Colombia. La Universidad se ha acercado a la empresa privada para mos-trarle las potencialidades de sus grupos de investigación.

UNP: ¿Cómo es la his-toria paleoecológica del hu-medal?

GBC: A partir de una perforación se recupera-ron los sedimentos en una columna de tres metros de profundidad, cuya datación más antigua se remonta a 10.000 años AP, es decir la parte inicial del interglaciar actual que conocemos como Holoceno. El análisis de los granos de polen y esporas depositados en este tiempo permitió reconstruir las fa-ses por las cuales han pa-sado los diferentes ensam-bles bióticos presentes en el humedal. Así sabemos con bastante certeza que al inicio predominaron las condicio-nes con un espejo de agua y una vegetación de pantano que se mantuvo hasta más o menos 2.500 AP. Entre 2.500 AP y la época reciente, en los alrededores del humedal se establecían bosques de aliso (Alnus acuminata) que em-pezaron a declinar en los últi-mos 200-300 (1.600 de nues-tra época). La fase más afín con las condiciones actuales, muestra ya el predominio de

condiciones ecológicas aso-ciadas con la intervención del hombre (plantas propias de disturbio y elementos fo-ráneos como eucaliptos y pinos). La importancia del estudio paleoecológico radi-ca en que es una radiografía de los diferentes ensambles biológicos que coexisten en un momento dado en el hu-medal, y cualquier plan de recuperación o restauración necesariamente debe estar referenciado a esta historia de cambios.

UNP: Se habla de un diagnóstico social participa-tivo. ¿Cómo ha sido la vin-culación, al proyecto, de las comunidades humanas ale-dañas?

GBC: Afortunadamente la mayoría de la población se ha concientizado de la im-portancia de la zona como un área verde que requiere ser in-corporada en la cotidianidad. En las diferentes zonas del humedal los intereses varían pero en general los procesos de divulgación, las jornadas de educación ambiental han tenido eco y en casi todos los barrios han surgido líderes atentos a multiplicar el men-saje sobre la importancia del humedal para mejorar la cali-dad de vida de los moradores. En los sectores visitados la invitación a talleres y charlas divulgativas ha sido bien aco-gida y durante los últimos dos años en diversas ocasiones se han programado conferen-cias y reuniones de interés ciudadano. Para el grupo de investigación de la Universi-dad Nacional es fundamental la participación ciudadana y más aun la vinculación con

algunas tareas que han sur-gido de las investigaciones adelantadas.

UNP: La Universidad Nacional propone un Plan de Acción para la restaura-ción ecológica del humedal, a grandes rasgos, ¿cuáles son los principales aspectos que contiene?

GBC: Una vez que se concluyó la evaluación ecoló-

Equipo periodístico Unimedios

un pulmón en la urbeJaboque: A pesar de las amenazas que pesan sobre el humedal, un convenio entre la Universidad Nacional y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá ha permitido crear herramientas científicas y de gestión ambiental para su recuperación y conservación. Aquí algunos de los aspectos contemplados por el plan de acción para ese fin.

En flora, Jaboque tiene registros de casi 80 especies de plantas; el grupo de la fauna más rico es el de las aves con 74 clases; hay dos especies de anfibios y tres de reptiles (lagartos y culebras). Se encontraron 212 de insectos.

El humedal presenta

tres zonas de influencia

antrópica bien definidas:

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gica rápida y la revisión de la información en los archivos de la Empresa de Acueducto, se formuló un plan de acción cuyo objetivo principal era consolidar un conocimiento básico sobre los siguientes aspectos: a) estado y fun-cionamiento de los sistemas ecológicos que incluyó lo re-lativo a inventarios, censos y monitoreo de diferentes gru-

pos biológicos (fauna y flora), la historia paleoecológica y los estudios de arqueología y dinámica de la vegetación; b) recuperación del humedal que se enfocó hacia la ca-racterización de los hábitat especialmente acuáticos, y maneras de restaurar áreas piloto; incluyó investigacio-nes sobre las amenazas para la fauna silvestre, el uso del

hábitat por la avifauna y el proyecto de recuperación de condiciones ecológicas en el espejo de agua mediante la remoción de cobertura vege-tal; c) conservación, manejo sostenible y monitoreo con investigaciones sobre la ca-lidad del agua y del sustrato, la evaluación microbiológica del agua y la modelación hi-dráulica.

La información que aportan estas investigaciones permitirá delinear las tareas relacionadas con el mejora-miento de la salud del hu-medal.

UNP: ¿Cuáles son las op-ciones de restauración ecoló-gica planteadas?

GBC: A partir de los últi-mos avances de los proyectos

podríamos mencionar dos ti-pos de actividades, unas que tratan de mitigar las amena-zas directas a la biota y el control de los procesos de urbanización y relleno, con acciones como: verificación del amojonamiento, aisla-miento de la ronda median-te el establecimiento de una cerca viva, implementación de programas de educación e instauración de controles y normas para el uso del agua en riego de pastos y culti-vos. Hay otras acciones que requieren de mayor esfuerzo tanto académico como eco-nómico para acelerar la re-conversión de la condición actual como la biorremedia-ción del exceso de materia orgánica mediante el uso controlado de bacterias y otros microorganismos del

suelo, la creación de espejos de agua, el traslado de ban-cos de semillas. Finalmente y no obstante en nuestra posi-ción conservacionista, serán necesarias la planeación y la construcción de obras de ingeniería que faciliten una configuración más apropia-da del humedal y dinamicen el proceso de recuperación natural.

UNP: ¿Cuáles son las amenazas actuales y poten-ciales?

GBC: Aunque las ame-nazas son parecidas para las diferentes zonas del hume-dal, es conveniente poner mayor atención a la zona más conservada. En general los tensionantes graves son el exceso de materia orgánica

producto de las aguas resi-duales y los volúmenes que le entran al humedal, la pérdida de volumen por rellenos y es-combros que se depositan, la reducción del espejo de agua, la intromisión de la fauna do-méstica (perros, gatos) que acaban con las poblaciones naturales, los procesos agrí-colas (papa y hortalizas) en la ronda, la utilización excesiva del agua para riego, la ubica-ción de carboneras, la intro-misión de vacas y caballos, la invasión del pasto kikuyo. Entre las amenazas latentes están la construcción de ca-rreteables que puedan inter-ferir con la dinámica hídrica, la reconfiguración del canal del río Bogotá y el mal uso de los terrenos en la ronda para urbanizaciones ecoló-gicamente no viables.

UNP: ¿Cuáles son las re-comendaciones del Institu-to de Ciencias Naturales a la administración Distrital para el manejo y conservación del humedal?

GBC: Quizá estén im-plícitas en las opciones para restauración. Como reco-mendación básica, figura de-finir el futuro de las obras de ingeniería a partir del diálogo con los moradores y la parti-cipación activa de los investi-gadores. Al concluir las líneas de investigación que se plan-tearon existirá la información necesaria para tomar deci-siones en cuanto al manejo y conservación del humedal. La Universidad ha ofrecido su colaboración directa en todos los procesos que im-pliquen impacto sobre las condiciones del humedal, se requiere que haya continui-dad en el monitoreo de los procesos de recuperación.

UNP: Por primera vez, una entidad Distrital, en es-te caso el Acueducto, hace un convenio de una magni-tud económica considerable para estudiar desde los ins-trumentos de la academia, los reservorios de agua. ¿Qué ha pasado con los otros hu-medales que el crecimiento urbano se ha “comido”?; ¿se piensan adelantar proyectos similares?

GBC: El esfuerzo de la Universidad Nacional se ha sumado a impulsos iniciales de personas y entidades in-teresadas en la preservación de condiciones mínimas de representación ecológica de estos ambientes en la Sa-bana de Bogotá. Junto a los humedales de Juan Amari-llo y La Conejera, han sido

tres escenarios de estudio muy sólidos que permitirán consolidar una herramienta indispensable para su ma-nejo y preservación. En este sentido se ha dado un paso gigantesco porque se están formalizando los principios básicos para asumir inves-tigaciones de este tipo. Las autoridades ambientales distritales (Dama) tendrán un marco de referencia apropiado para enfocar sus esfuerzos en los próximos años. La preocupación de la comunidad en general ha significado la apropiación de un considerable número de ambientes similares en la Sabana de Bogotá y, con la Empresa de Acueducto, va-rias entidades han asumido el proceso de recuperación de estos espacios.

un pulmón en la urbeA pesar de las amenazas que pesan sobre el humedal, un convenio entre la Universidad Nacional y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá ha permitido crear herramientas científicas y de gestión ambiental para su recuperación y conservación. Aquí algunos de los aspectos contemplados por el plan de acción para ese fin.

Podríamos mencionar dos tipos de actividades, unas que tratan de mitigar las amenazas directas a la biota como la urbanización y el relleno, y otras de mayor esfuerzo tanto académico como económico como la biorremediación controlada.

Fotografías: Orlando Rangel.

Trece humedales conforman el sistema de la sabana. De la exitosa recuperación de Jaboque depende el equilibrio ecológico de la ciudad.

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Cultura

Fotografías: Aristides Ortiz.

El mar muchas veces es visto como un espacio sin lí-mites, difuso, sin referentes claros como los de la tierra firme, y que no es susceptible de apropiarse como algo per-manente. Sin embargo, co-munidades como la Wayuu, que ha tenido un manejo histórico sobre el mar, han construido todo un complejo simbólico que le ha permiti-do apropiarse de dicho espa-cio, territorializándolo.

Pese a esto, dicha te-rritorialización no ha sido contemplada dentro de las políticas institucionales gu-bernamentales. Lo que tiene graves repercusiones para es-te pueblo, pues al no ser re-conocido como una entidad territorial de reserva indíge-na los, pescadores Wayuu son atropellados frecuentemente por barcos pesqueros, que arrasan con sus trampas y redes en detrimento de su modo de vida y de la fauna marina.

Para entender por qué en este caso el mar debe con-siderarse, al igual que la tie-rra, territorio Wayuu y una zona de resguardo, hay que comprender cómo es la re-lación de este pueblo con el mar, con los sueños, con los seres míticos Juya y Püloui y las transformaciones oca-sionadas por la introducción de ganado en los siglos XVI y XVII.

Territorio soñado

Al finalizar la tarde, los pescadores se hacen a la alta mar e inician sus faenas en pequeñas lanchas y cayucos (embarcaciones de madera). Ellos dicen que en la noche es más fácil que los peces queden atrapados en las re-des o chinchorros, porque éstos no las ven. Después de lanzarlas, los Wayuu duer-men en sus barcas hasta la madrugada, cuando levantan las redes con lo que el mar les ha dado.

En las varias horas de sueño que pasan en el mar pueden relacionarse con Püloui, reconocida como la dueña de los animales silves-tres. Los sueños les permiten tener acceso a otras dimen-siones de la realidad, no ex-perimentables en la vigilia. Se conocen los hechos que ocurrirán en el futuro y se

comunican con los muertos, completando la percepción del mundo; por esta razón, los sueños tienen un papel social importante.

En ellos también inte-ractúan con los seres míticos, los pescadores lo hacen es-pecialmente con Püloui. Este ser múltiple habita diferentes sitios de la península y es la esposa de Juya, quien perso-nifica la lluvia; él es único y móvil. Ambos representan la forma de organización matri-monial Wayuu basada en la poligamia.

Habíamos echado la chinchorra por Tütüitpana (donde vive una Püloui) y nos habíamos acostado a dormir en la lancha, cuando por la sueño aparece una mujer blanca de pelo largo. Era la Püloui, yo vi que ella tenía muchos animales, cabras, ove-jos, vacas, cochinas y muchos cultivos, era como una finca,

pero era Tütüitpana, ahí en el mar. Püloui me decía que por qué mataba su ganado, que esta vez me la perdonaba pero que la próxima vez no”; relato del sueño de Remigio Martínez, pescador del clan Waliriyu.

La narración muestra cómo a los ojos del soñador el mar es una pradera llena de animales, de ganado: las vacas son las tortugas y los peces son las cabras y las ove-jas. De esta manera se vuelca sobre el mar el conjunto de relaciones culturales y socia-les que constituyen el ser de la sociedad Wayuu.

Para entender en un sentido amplio cómo los Wayuu piensan y apropian el territorio, hay que cono-cer los dominios de Juya y Püloui. Ellos condensan y expresan el conjunto de las relaciones que ha establecido esta sociedad con el espacio en su totalidad: cielo, tierra y mar. Juya reside en las al-turas, mientras Püloui, en su dimensión múltiple, lo hace en las profundidades tanto terrestres como marinas. Así, ella es la representación ex-tendida de Mma, la tierra, y el principio que establece la continuidad entre ambos es-pacios, tierra y mar.

En la existencia de Püloui se manifiestan los cambios suscitados por la introduc-ción del ganado en los siglos XVI y XVII, cambios que pro-vocaron la aparición de las ideas de riqueza, prestigio y la estratificación de la sociedad. Cuando los Wayuu hablan de los animales silvestres se re-firieren al ganado de Püloui; se dice que la Püloui de mar es más rica por tener la pose-

sión absoluta de los animales marinos, que en su conjunto gozan de un carácter silves-tre. En contraposición está la Püloui de tierra, que debe compartir el dominio sobre los animales con el hombre, quien tiene bajo su amparo a los domesticados. Esto ade-más de plantear un señorío absoluto de Püloui sobre el mar, muestra que en la na-turaleza de este ser mítico también recayeron los me-canismos de estratificación social.

La riqueza marina, re-presentada en el ganado de esta pastora, es el elemento de intercambio entre natu-raleza y cultura a través de los sueños. Los pescadores-cazadores pueden ser casti-gados por tomar más de lo debido del ganado de Püloui; también pueden recibir re-galos o pesca abundante de su parte a cambio de dádivas que los pescadores le llevan al mar.

El mar seguramente puede ser pensado como un espacio “no convencional”, pero como se muestra arriba, es innegable la apropiación de éste por parte de la so-ciedad Wayuu. En esta vía es necesaria la creación de un marco que permita el recono-cimiento estatal de tal domi-nio, para que los derechos de los pescadores Wayuu sean respetados, y su modo de vi-da tenga total autonomía.

Joaquín González Chaux*Paula Grisales **

* Antropólogo de la Universi-dad Nacional de Colombia.

** Periodista Unimedios.

1 Este es el producto de la investigación “El mar, el territorio soñado. Territorialidad marina entre los pescadores Wayuu del puerto de Maasimai en la Alta Guajira”, realizado por Joaquín González Chaux en abril de 2005.

El mar para los Wayuu es tan tangible como la tierra. Es un territorio propicio para aprovechar sus recursos y el sustrato donde en sus sueños se encuentran con Püloui, la dueña de ese espacio. Una relación que está siendo afectada por los barcos pesqueros que atropellan su modo de vida.

El mar,territorio soñado

El mar,territorio soñado

El mar, como la tierra, es una pradera llena de animales donde las ovejas y chivos son los peces.

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Universidad

Ramón FayadRector Universidad

Nacional de Colombia.

creador de universos

Albert Einstein

El año 2005 fue declarado el Año Mundial de la Física por cumplirse el centenario de la publicación de los artículos de Albert Einstein que son la piedra angular de la Física Moderna.

La Universidad Nacional de Colombia participa en la conmemoración del Año Mundial de la Física con diversas actividades académicas, entre ellas, la Cátedra Manuel Ancízar, a realizarse durante el segundo semestre de 2005, titulada Albert Einstein creador de universos: pensamiento y obra, la época y su legado.

Desde hace 10 años, la Universidad Nacional de Co-lombia honra la memoria de su primer rector, Manuel An-cízar (1812-1882) quien ocu-pó este cargo de 1868 a 1871, con la Cátedra semestral que lleva su nombre.

Para el segundo semes-tre de 2005 el Consejo de la Sede Bogotá seleccionó para esta Cátedra la propuesta ela-borada por el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias con el título Albert Einstein creador de universos: pensamiento y obra, la época y su legado.

Así, la Universidad Na-cional de Colombia respon-de de manera institucional a la invitación formulada en la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Uni-das que declaró el 2005 como el Año Mundial de la Física, haciendo un reconocimiento a esta ciencia tanto por sus contribuciones al entendi-miento de la naturaleza co-

mo a sus aplicaciones, que forman la base de muchos avances tecnológicos de hoy.

El año 2005 fue escogi-do, en particular, por cum-plirse el centenario de la publicación de los artículos de Albert Einstein que son la piedra angular de la Física Moderna.

Con Einstein la cien-cia cambió radicalmente: sus trabajos contribuyeron a demostrar la existencia de los átomos y la equivalencia entre masa y energía que es el fundamento del desarro-llo de la energía nuclear; se modificaron los conceptos de espacio y tiempo; su análisis del efecto fotoeléctrico, que le mereció el Premio Nobel en 1921, consolidó el con-cepto “cuanto de luz”; con-tribuyó a la formulación de la mecánica cuántica, teoría fundamental en la ciencia contemporánea; su teoría ge-neral de la relatividad sentó las bases para el estudio ho-

lístico del universo. También, propuso la existencia de un nuevo estado de la materia, conocido como condensado de Bose-Einstein, que pudo crearse en el laboratorio ape-nas en 1995.

El carácter de la Cátedra

Para la Universidad Na-cional es muy satisfactorio invitar a la comunidad co-lombiana a conocer la vida y obra de Albert Einstein, uno de los pensadores de más prestigio en la historia de la humanidad.

Las conferencias previs-tas están dirigidas a un pú-blico amplio y diverso, que no requiere conocimientos especializados en física. La Cátedra Manuel Ancízar

adopta a Albert Einstein co-mo el eje central que unifi-ca las diferentes temáticas. Con las conferencias se busca mostrar el impacto cultural, científico y social que han tenido las ideas y los trabajos de este destacado físico en diferentes áreas del accionar humano: física, filosofía, hu-manidades, teología, política, tecnología y arte.

Como Rector, invito a los estudiantes de la Uni-versidad Nacional y de otras universidades, a docentes de la enseñanza secundaria y universitaria, a profesionales interesados en la temática y al público en general, a par-ticipar en este evento aca-démico.

La instalación de la Cá-tedra se realizará el sábado 30 de julio en el Auditorio “Virginia Gutiérrez de Pine-da” del Edificio de Posgrados de la Facultad de Ciencias Humanas a las 9:00 a.m. El doctor John Ellis, investigador del Centro Europeo de Inves-tigación en Física de Partícu-las Elementales (Cern), dic-tará la conferencia inaugural Einstein en el siglo XXI.

Información:

http://www.fisica.unal.edu.co/einstein Correo electrónico [email protected] Teléfono: 316 5000 ext. 13001/13082

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Entrevista

“La vida es de otros”, leyó la poetisa en el más reciente festival internacional de poe-sía de Medellín. Este verso bien podría ilustrar el estado de resignación que suscita en muchos el desarrollo actual de la llamada globalización, y el carácter casi inelucta-ble que, para los pueblos del mundo pobre, tiene la apli-cación de las fórmulas que estructuran el sistema eco-nómico contemporáneo.

Sin embargo, hay quie-nes resisten con la fuerza de su pensamiento. Manfred Max Neef es uno de ellos, y como investigador e inte-lectual ha lanzado diversas propuestas de acción para recobrar el sentido huma-nístico de una ciencia que, como la economía, hoy solo parece servir al mejor postor. Creador de los principios de la Economía Descalza, y la Teoría del Desarrollo a Escala Humana, el chileno, Premio Nobel Alternativo de Econo-mía en 1983, llama nueva-mente a la herejía frente a las dogmáticas imposiciones de los centros de poder fi-nanciero y político interna-cional, que a su decir, se han constituido en una religión con evangelio y predicadores propios.

UN Periódico: Según esta opinión, profesor Max Neef, ¿cómo funcionaría es-te nuevo “sistema de creen-cias”?

Manfred Max Neef: El discurso neoliberal cuenta con su propio Vaticano: el Fondo Monetario Internacio-nal, el Banco Mundial, y la Organización Mundial de Co-mercio; su santísima trinidad: globalización, libre comercio y crecimiento económico, y claro, tiene sus templos en las universidades, donde solo se enseña economía neoclásica. Ahora bien, como Vaticano que se precie, sabe mejor que nosotros lo que más nos con-viene, y por supuesto, es in-falible.

UNP: Usted ha men-cionado a las universidades. ¿Qué papel desempeña la teoría que se enseña en las facultades de economía en la reproducción del modelo de globalización actual?

MMN: Salvo muy raras excepciones, hoy se enseña una versión de la economía neoclásica que poco o nada tiene que ver con la realidad. Se insiste en la enseñanza de una economía obsesionada con cuantificar y matemati-zar todo, desvinculada tanto de las necesidades humanas, como de la naturaleza, y del conocimiento de las leyes físicas. Es una especie de

cuarto cerrado, que no tie-ne conexión con ningún otro sistema del mundo. En con-secuencia, la economía se ha transformado en una disci-plina incompetente, incapaz de resolver los problemas que le conciernen. De ahí la necesidad de un cambio pro-fundo en su comprensión y enseñanza, más si se tiene en cuenta que, quienes tienen el poder para tomar decisiones, a mi juicio, han aprendido una economía que les han enseñado mal.

UNP: Uno de sus pos-tulados afirma que la econo-mía debe estar al servicio de las personas, y no al revés. ¿Cómo podría contribuir el Estado para avanzar en la concreción de este principio y de otros que usted ha pro-puesto?

MMN: Yo me he referi-do a ese postulado que usted cita, y a otros, como que el desarrollo tiene que ver con personas y no con objetos, o que la economía es un sub-sistema de un sistema mayor que es la biosfera, y por ser un sistema cerrado, el creci-miento permanente es im-posible. Además, crecimiento y desarrollo son dos cosas distintas. En consecuencia, el Estado debiera orientar sus políticas al estimulo y forta-lecimiento de las pequeñas y medianas economías loca-

Yino Castellanos Unimedios

Con motivo de la realización del I Encuentro Internacional por la Vida, la Escuela Filosófica del Vitalismo Cósmico ha invitado al economista chileno Manfred Max Neef a la Universidad Nacional. Como antesala de su visita, UN Periódico habló con él sobre varios temas, entre otros, la crítica del TLC y la necesidad de que las ciencias económicas se vinculen con otros ámbitos de la vida.

Dice Manfred Max Neef.

“La economía se ha transformado

disciplina incompetente”

Una filosofía original para pen-sar el mundo y transformar la vida nacida en América Latina, más exac-tamente en Colombia, no deja de ser una noticia. Esa filosofía aparece en los libros: El Derecho a la Utopía; Vida, Ética y Democracia y El Vitalis-mo Cósmico. Esos fueron los textos que abrieron la nueva perspectiva de pensamiento y de praxis social. Poste-riormente, escribí Pensar el mundo, Si la naturaleza es sabia, el hombre no lo es y Filosofía Vitalista, con los cuales avanza la nueva filosofía.

Concebir la teoría es bastante, pero no suficiente. Así se creó la Es-cuela Filosófica del Vitalismo Cósmi-co para difundir la teoría y construir una proyección histórica con los nue-vos principios.

Las causas que invoca la nueva filosofía, nos conciernen a todos: a) destrucción progresiva de la vida bio-lógica; b) cierre del discurso; c) muer-te del arte; d) en la civilización occi-dental, centralidad de la acción gra-vitatoria de los valores del mercado a todo el mundo intelectual y creativo; e) como consecuencia, eliminación gradual de los puntos gravitaciona-les, en tanto focos democratizadores, intelectuales, científicos, filosóficos y creativos; f ) el sistema productivo capitalista genera todos los días con-tradictoriamente más producción y más pobreza.

Para consolidar la Escuela se rea-lizará el I Encuentro Nacional por la Vida, al que se invitó al premio Nobel alternativo, Manfred MaxNeef, para realizar un diálogo entre la filo-sofía vitalista y la economía descal-za, con el fin de construir identidad, una perspectiva emancipatoria y li-bre en América Latina. Una filosofía original y una economía novedosa y creativa pueden aunar esfuerzos para superar el destino triste que ha asumido en gran medida la intelec-tualidad latinoamericana, de plantear la consciencia de la subalternidad de América Latina frente a Europa y Nor-teamérica.

El premio Nobel alternativo es justamente célebre por su esfuerzo de creación de una teoría solidaria de la economía, capaz de sustituir las relaciones opresivas capitalistas; en sus últimos escritos ha manifestado una inquietud por la insuficiencia de los instrumentos teóricos para pen-sar y transformar el campo social. Esa respuesta puede darla la filosofía vitalista, pero se requiere el apoyo de MaxNeef para impulsar una econo-mía solidaria que ayude a ese sector vital a cambiar la vida social en Amé-rica Latina.

Con ese mismo espíritu parti-ciparán delegados de la Universidad Autónoma de México, la Universi-dad San Marcos de Lima (Perú), la Universidad de Central de Venezuela, también, teóricos y científicos colom-bianos.

El I Encuentro Nacional por la Vida se realizará en el Centro de Convenciones “Alfonso López Puma-rejo” de la Universidad Nacional de Colombia, los días 26 y 27 de agosto de 2005. Información: www.vitalis-mocosmico.com

Darío Botero UribeProfesor Emérito

Universidad Nacio-nal de Colombia.

Escuela FilosóficaVitalismo Cósmico

en una

Manfred Max Neef, en su más reciente visita a Bogotá.

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Entrevista

les y regionales, incluso co-mo defensa ante los embates no previsibles en el contexto macroeconómico.

UNP: En esa medida, la economía solidaria, susten-tada en formas de asociación cooperativas a nivel local, podría jugar un papel más destacado en el desarrollo social.

MMN: Sin duda. Lo que pasa es que entre la mayoría de los economistas aún exis-te la creencia de que lo más eficiente es la competencia. Algún día se comprenderá que la solidaridad es mejor negocio, pues la competen-cia no solo implica un acto de destrucción de otro, sino que su fin último es eliminar la competencia misma. Vale decir que es un sistema que funciona cuando se destruye a sí mismo, y esto no corres-ponde a ninguna ley natural, en cambio la cooperación, en la medida que se apli-ca, crece. En tal sentido, las cooperativas u otras formas asociativas son positivas. El problema es que carecen de apoyo, y no hay una masa su-ficiente de gente que oriente su trabajo en este aspecto. En consecuencia, muchas veces los proyectos y los esfuerzos así concebidos fracasan.

UNP: Un problema que le ha preocupado a lo largo de su obra es el de la pobre-za, especialmente en Amé-rica Latina. Colegas suyos, como el peruano Hernando de Soto, han escrito que los vacíos legales para proteger la propiedad intelectual se encuentran entre los factores que la determinan. ¿Está de acuerdo?

MMN: Creo que factores como el mencionado son im-portantes pero no suficientes para explicar un fenómeno tan complejo como el de la pobreza. A mi juicio, el pro-blema es que quienes se pre-ocupan por ella no entien-den de qué se trata. Uno no puede hacer nada “por” los

pobres, uno tiene que hacer cosas “con” los pobres. Es-to es, aprovechar el inmen-so potencial creativo de las personas que viven en am-biente de pobreza, para que ellas mismas sean capaces de potenciarse y dejen de ser receptores pasivos de ayuda, y así, eventualmente, superar el problema.

UNP: Hablemos ahora de esa compleja relación en-tre crecimiento y desarrollo. Usted ha sostenido que el desarrollo social no siempre necesita de crecimiento eco-nómico.

MNF: Primero, hay que entender que debemos pensar en términos de una economía ecológica, por que todo está relacionado con to-do, como lo enseña la física cuántica. Ahora, yo he hecho estudios con otros colegas en varias partes del mundo y he-mos podido demostrar lo que llamé “la hipótesis de um-bral”, según la cual, en toda sociedad hay un periodo en el cual el crecimiento econó-mico conlleva a un mejora-miento de la calidad de vida, pero solo hasta cierto punto, el punto umbral. Cruzado és-

te, si hay más crecimiento se comienza a deteriorar la ca-lidad de vida. Esto lo hemos podido comprobar en no me-nos de trece países que estu-diamos entre 1950 y 2005. En esos países ricos hubo una correlación directa entre cre-cimiento y mejoramiento de la calidad de vida hasta, más o menos 1975 y 1983. A partir de esas fechas continúa el crecimiento económico y se comienza a deteriorar el de-sarrollo social.

UNP: Sin embargo la economía de su país se ha vendido como exitosa, gra-cias al crecimiento…

MMN: En términos ma-croeconómicos, es indudable que la economía chilena ha sido exitosa. Vale decir cuan-titativamente, con las cifras que le interesan al Banco Mundial y a las universida-des. Sin embargo, en térmi-nos cualitativos, mantiene una pésima distribución del ingreso, la concentración de la riqueza es enorme y la bre-cha entre los sectores de po-blación altos y bajos se sigue ampliando. Pero estas son las cosas que una tasa de creci-miento no revela. Porque si a

usted le hablan de un 5% de crecimiento nadie la dice en qué se basó. Pudo haber sido como producto de sobrex-plotar recursos o personas, y esa parte de la historia no se cuenta.

UNP: Otro de los miem-bros de la “Santísima Trini-dad” que usted cuestiona es el libre comercio. Colombia está cerca de firmar un tra-tado de libre comercio con los Estados Unidos; ¿cuál es su percepción de estos tra-tados?

MMN: En primer lugar, los tratados de libre comercio pueden ser de comercio pero no son libres, pues en el mo-mento en que el socio grande se reserva derechos que se le niegan al socio chico no se puede hablar de libertad. Si EE.UU. se reserva el de-recho de seguir subsidiando sus productos agrícolas, cosa que no puede hacer el otro, tendremos las consecuen-cias que ya se han dado en México, país origen del maíz en el mundo, y que hoy im-porta de su vecino del nor-te, entre el 35% y el 40% del maíz que consume, además de que entre 8 y 10 millones

de campesinos se han visto relegados de su oficio. Yo soy más partidario de convenios y acuerdos entre economías de un tamaño similar, y no tan asimétricas como la es-tadounidense con respecto a las latinoamericanas.

UNP: Ante el fracaso de las fórmulas de ajuste es-tructural recomendadas en el llamado Consenso de Was-hington, ¿cómo renovar el pensamiento económico?

MMN: Primero debemos entender que el ser huma-no no es un “homus econo-micus”, y que cada país es único, por tanto las recetas uniformes son un absurdo conceptual. Luego es necesa-rio trabajar intensamente el concepto de la transdiscipli-nariedad, porque con la divi-sión cartesiana en disciplinas a lo más que podemos llegar es a describir una situación, pero no a comprenderla. Ha-ga usted una lista de los gran-des problemas de este siglo: pobreza, medio ambiente, falta de agua, terrorismo, y verá que ninguno de esos te-mas es abordable desde una sola disciplina. En esta línea, en Francia desde el año 2000 existe un movimiento de economía posautística con el cual estoy comprometido, y donde se replantea la ense-ñanza de esta disciplina, con un abordaje más amplio, que permita trascender las cifras.

UNP: ¿Cómo quitarle fie-les a la “religión” neoliberal?

MMN: Hay que ser here-je. Con el actual sistema se ha acentuado el desprecio por todas las manifestaciones de la vida. Continuar con lo mis-mo es ratificar que vamos en una ruta profundamente des-tructiva, especialmente en la relación con la naturaleza. El cambio climático y otras alteraciones medioambien-tales son producto de una economía que no entiende cómo relacionarse con otros sistemas. En el fondo es un suicidio colectivo.

Nadia Naranjo.

Nadia Naranjo.

“El problema de la pobreza no se arregla desde una oficina ni desde un ministerio”, afirma Max Neef. Síntesis de su economía descalza.

Luego de la llamada “década perdida” para América Latina la pobreza no ha cedido como se esperaba pues crecimiento y desarrollo se equiparan cuando tienen diferencias sustanciales.

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Investigación

“En navidad, nosotros pasábamos bebiendo y el agua, pariendo”, evoca con nostalgia el pasado, don Al-fonso, pescador del Bajo Sinú. En ese tiempo, el bocachico buscaba sus salas de parto en aquellos sitios donde el agua diáfana corría sobre lecho ro-coso. Las primeras lluvias de abril saturaban las ciénagas con montones de alevitos, y unos meses después los pes-cadores llenaban sus canoas en un espectáculo casi bíbli-co, que aunque no los hacía millonarios, les permitía vivir tranquilos porque el río nun-ca les fallaba.

El bocachico o Prochi-lodus magdalenae, el pez mi-gratorio que antes llenaba el río Sinú y sus ciénagas, ahora escasea tanto que su diver-sidad genética se encuentra en serio peligro si no se con-solida con urgencia un plan estratégico de manejo para la repoblación. Así se deduce de un estudio realizado por investigadores del Departa-mento de Biología de la Uni-versidad Nacional de Colom-bia, en cooperación con la empresa Urrá S.A. E.S.P.

“La licencia ambiental del Proyecto Hidroeléctrico de Urrá, consideró necesario efectuar el estudio genético de las especies promisorias de la región, en especial de aquellas que se emplean lo-calmente e incluso se pes-can comercialmente para consumo humano, una tarea

que nos fue encomendada a nosotros”, comenta María del Consuelo Burbano, in-vestigadora principal en este proyecto.

Así, además del boca-chicho, el proyecto compren-dió la caracterización gené-tica de la mojarra amarilla, la dorada, el blanquillo y el barbúl, poblaciones afecta-das durante las últimas cua-tro décadas por la sobrepes-ca, la utilización de métodos inadecuados de captura, la contaminación de las aguas por desechos no tratados, la sedimentación a causa de la deforestación, la introduc-ción de especies exóticas y, también, por el drenaje de cuerpos de agua o el tapado de los caños y quebradas que desembocan en el río, fenó-menos que son comunes en las cuencas irregularmente manejadas, no solo en Co-lombia.

Esta condición del río y su cuenca conduce inicial-mente a que el tamaño efec-tivo de las poblaciones de

peces disminuya; a que sea notorio un proceso paulatino de reducción de la talla de los peces, y a que la endogamia sea una característica gené-tica de la población; es decir, que son frecuentes y conti-nuos los cruzamientos entre parientes cercanos, perdién-dose la variabilidad, conclu-ye la investigación adelanta-da durante un año en diez localidades del Alto y Bajo Sinú, comprendidas entre el Embalse de Urrá y la Ciénaga de Bañó, así como del estu-dio de las poblaciones que se mantienen en cuatro estacio-nes piscícolas del Departa-mento de Córdoba.

Diversidad diezmada

Muestras de tejido mus-cular o de agallas de peces adultos o de alevinos fueron analizadas por Diana San-

tacruz, entre agosto de 2001 y julio de 2002, quien se dio a la tarea de caracteri-zar la variabilidad genética del Prochilodus magdalenae, utilizando marcadores mole-culares microsatelitales, una herramienta de la biología molecular empleada amplia-mente durante los últimos años en diferentes estudios de la herencia y la diversi-dad.

Las diferentes pobla-ciones del bocachico, que habitan en el río y aun en las estaciones piscícolas, pre-sentan una baja heterocigo-cidad observada como la que Santacruz halló en el área de la ciénaga de Bañó; sin em-bargo, el potencial genético de la especie a lo largo del río todavía es suficiente para alcanzar niveles deseables de diversidad o heterocigocidad esperada.

Según la joven, la pérdi-da de la variabilidad conduce normalmente a las poblacio-nes a una condición conoci-da como “cuello de botella”, la cual, a pesar de múltiples análisis, actualmente no se halla en los bocachicos del Sinú, aunque no se descarta que puedan llegar a estarlo o a que ya lo hayan superado.

De igual manera, dados los hallazgos de los indica-dores genéticos evaluados el estudio concluye que en las poblaciones silvestres del bo-cachico se observa el llama-do efecto Wahlund, a causa de la introducción de indi-viduos de la misma especie, pero provenientes de otras zonas geográficas; así en el río Sinú se hallan al menos cuatro linajes diferentes muy probablemente introducidos durante los procesos de repo-blamiento que se han dado

en el río, antes de que para estos procesos se contara con una herramienta de análisis genético como los microsa-télites.

Según la profesora Bur-bano, “lo mas importante de la estrategia de manejo es conservar el pool genético para cada cuenca, por cuanto ésta representa el mejor gra-do de adaptación a los cam-bios evolutivos y ambientales a los que se enfrentan las po-blaciones y las especies. Es necesario conservar la base genética para cada región geográfica”.

En cuanto al desarrollo de propuestas para la recupe-ración de la diversidad, Diana Santacruz diseñó simulacio-nes de cruces apropiados pa-ra generar poblaciones alta-mente variables y, por ende, genéticamente óptimas para el redoblamiento; “se puede decir que un mínimo de diez padrotes por población son necesarios para incrementar la variabilidad a mejores ni-veles”, dice. Éstos deberían provenir preferiblemente del medio silvestre, aunque pueden también emplearse en cruces dirigidos con ejem-plares de las estaciones pis-cícolas.

“Lo importante –dice por su parte don Floresmiro Cañizales, pescador de oficio hace 25 años– es que las me-didas de manejo garanticen el recurso pesquero no solo para la venta y el consumo de bocachico sino como uno de los patrimonios cultura-les más representativos de la región”. O que lo digan las vendedoras de “Puerto Pes-cao”, en la Avenida Primera de Montería donde todos los días ofrecen a propios y ex-traños este singular fruto del río, que incluso cuenta con monumento propio.

Diana Manrique Horta

Unimedios

del SinúEl bocachico

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia indica que el bocachico, especie promisoria del río Sinú puede, con adecuadas estrategias de repoblación, superar la endogamia que ahora se presenta en sus poblaciones y continuar siendo un pez que, como menciona el maestro Dionisio Tiburcio Romero en una de sus composiciones, nadie puede igualar.

Un inadecuado manejo de las poblaciones silvestres que habitan las ciénagas del Sinú, aumentaría las dificultades que conlleva la pérdida de variabilidad genética.

María del Consuelo Burbano M.

Hasta mediados de las década del 50 la subienda anual del bocachico se apreciaba a las orilla del río Sinú, especialmente en su paso por Montería.

En la ictiofauna del río Sinú, el bocachico se destaca como la especie de mayor importancia económica, comercial y de aceptabilidad para el público.

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Tecnología

Crear una bebida láctea que retomara en su esencia las propiedades del fruto, fue una idea que se fijó en la mente de Luz Magdalena Ríos Arbeláez, desde que atis-bó unos cuantos mameyes, redondos y carnosos, que se asomaban acunados entre el denso follaje.

La joven paisa sabía que esta ignota fruta colombia-na podía ser promisoria si se sacaba del anonimato. Por eso acudió a la ciencia y la tecnología, y se apoyó en el conocimiento de algu-nos campesinos que aún la cultivan en el municipio de Sopetrán, “la tierra frutícola de Antioquia”, para transfor-mar el mamey en pulpa y elaborar yogur y leche sabo-rizada que, a diferencia de los demás derivados lácteos comerciales, mantiene incó-lume la riqueza de la vitami-na A, fuente abundante en el fruto tropical.

El experimento se reali-zó en la planta de lácteos de la Universidad Nacional Sede Medellín, lugar donde más de 42 kilos de pulpa de mamey seleccionados de frutos sa-nos y maduros, y cerca de 420 litros de leche traídos exclusi-vamente de la finca Paysandú de la UN, emulsificantes y cultivos lácticos, confluye-ron para obtener las bebidas deseadas, con las cuales Luz Magdalena Ríos busca hacer más evidente en Colombia la presencia del mamey, un ár-bol indígena de América Tro-pical, de 20 metros de alto, sabor similar al melocotón, y con un gran potencial desco-nocido por muchos.

Mil usos

Los que solo aprecian el mamey por su valor comesti-ble ignoran por ejemplo que de su almendra se extrae un aceite de olor amargo, útil para impedir la caída del ca-bello. De las semillas cocidas, se utiliza el líquido para con-trarrestar afecciones de los ojos, enfermedades del cuero cabelludo, o como vermífugo (purgante). Según la sabidu-ría de los viejos de Sopetrán, para problemas digestivos es utilizada la horchata de la se-milla, y para los parásitos de la piel se emplean infusiones

de la misma pero pulveriza-da, junto a la goma extraída de la cáscara del fruto verde. El mismo brebaje sirvió en el pasado para eliminar ga-rrapatas, niguas y sarna de animales domésticos.

El Mammea americana, nombre científico del árbol de mamey, también es apro-vechado en la industria; de la destilación de sus flores fermentadas se obtiene un li-cor llamado “I eau de cróele” de amplio consumo en las Antillas Francesas y la India. Aplicando el mismo proceso en sus cogollos, los brasile-ños fabrican otras bebidas embriagantes como el toddy y el momin, y extraen el alco-hol antiséptico mammeol. La semilla del fruto contiene un compuesto insecticida de-nominado “mammeína” que descubrió un puertorrique-ño, quien logró demostrar su eficacia como veneno contra moscos, pulgas, piojos, hor-migas, zancudos y gusanos del melón. Así es comerciali-zado en Venezuela, Repúbli-ca Dominicana y México.

La madera del árbol se emplea en ebanistería y construcción para fabricar pilares, postes, vigas y mue-bles. Por su belleza, la planta del mamey es empleada en decoración, basta ver alrede-dores de algunas viviendas, parques y caminos de la Flo-rida (Estados Unidos), Puerto Rico, Venezuela y Colombia (Mariquita, Tolima), adorna-dos con el denso follaje y las hojas siempre verdes y bri-llantes.

Por testimonios de los labriegos y revisando litera-tura, Luz Magdalena supo que con el fruto se preparan jugos, mermeladas, conser-vas y tortas, pero de vez en cuando, pues la siembra ha disminuido por su baja ren-tabilidad. “Además, el mamey tarda entre ocho y diez años en fructificar”.

Con semejantes cuali-dades, lo que ahora intenta la especialista en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional Se-de Medellín, es devolverle al mamey su relevancia, y dar el primer paso para explorar la diversidad de usos que se le puede dar.

Por eso, en largas jorna-das de laboratorio, confirmó las propiedades nutritivas del

mamey: en las muestras de pulpa, utilizando la técnica espectrofotometría visible, halló contenidos significati-vos de calcio, fósforo, vita-mina C, carbohidratos, ca-lorías y principalmente de b caroteno, precursor impor-tante de la vitamina A. Tales nutrientes se concentraron en las bebidas fermentadas, aportando así un alto valor biológico.

particular. “Luego de obtener la pulpa, se sometió a un pro-ceso de pasterización (72 °C por un minuto), con el fin de conservarla y no destruir las vitaminas presentes, por ser éstas muy sensibles a los tra-tamientos térmicos”, explica la investigadora de la Uni-versidad Nacional, acotando que la vitamina A, rica tam-bién en la leche, se altera con la pasteurización, por eso el

dad del producto en cuanto a porcentajes de grasa; ho-mogenización con el fin de estabilizar la emulsión de la grasa en la fase acuosa de la leche; pasteurización para controlar los microorganis-mos; y adición de la pulpa de mamey tanto a la leche descremada como semides-cremada.

Estos procedimientos, junto al almacenamiento del

La mayor prueba la superó el yogur (de mamey) preparado con leche entera. Ochenta jueces coincidieron en calificar como agradable su apariencia, natural su color, concentrada y provocativa su textura, así como exquisito su sabor.

mameyLácteos de

Retomar los frutos ancestrales para dar a conocer alimentos saludables tiene su ciencia. Yogur y leche con sabor a mamey, ricos en vitamina A, son las nuevas bebidas que aporta la investigación a la nutrición de los colombianos.

Nelly Mendivelso Unimedios

Justamente, este asunto es el que marca la distan-cia entre el nuevo yogur de mamey y los de otras frutas que ya existen en el mercado, pues conservar las propieda-des naturales del alimento conllevó un procedimiento

secreto está en el proceso aplicado a la pulpa.

La leche que utilizó en las pruebas también fue so-metida a procesos técnicos convencionales como: es-tandarización y descremado para controlar la uniformi-

producto a temperatura de congelación, así como los análisis fisicoquímicos y la determinación de la vitami-na A, se desarrollaron en los laboratorios de Alimentos de Microbiología, pertenecien-tes a la Sede Medellín de la Universidad Nacional.

Así, el yogur de mamey arrojó resultados importan-tes como excelente sabor, color, olor, y el contenido de 100 Unidades Interna-cionales (UI) de vitamina A, porcentaje considerado sufi-cientemente alto de acuerdo con la medida. Las dos bebi-das presentaron cantidades apropiadas de calcio y sodio, indispensables para la salud ósea, visual, y el manteni-miento y renovación de teji-dos del organismo.

La mayor prueba la su-peró el yogur preparado con leche entera. Ochenta jueces coincidieron en calificar co-mo agradable su apariencia, natural su color, concentrada y provocativa su textura, así como exquisito su sabor.

Los alimentos con pro-piedades naturales y menor contenido químico conti-núan en demanda. Es por ello que la investigadora Luz Magdalena Ríos de la espe-cialización en Ciencia y Tec-nología de Alimentos de la Universidad Nacional Sede Medellín, le presenta hoy a los consumidores dos bebi-das lácteas que retoman las propiedades nutritivas del ancestral mamey, un fruto promisorio del cual queda mucho por descubrir.

Cortesía: Jaime Navarro Causil.

En Colombia el mamey es poco comercializado y su fruto es la única parte que se aprovecha para consumo fresco.

El árbol de mamey se cultiva por su delicioso fruto, cuya pulpa es carnosa, de color anaranjado y está cubierta por una cáscara de color pardo.

El mamey es utilizado como alimento, en medicina, en la industria y como ornamental.

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Noticias

Francisco Montaña

IbáñezDirector

Nacional de Divulgación

Cultural, Universidad Nacional de

Colombia.

en obrasEl León

Las salas para presen-tación de espectáculos están vivas, y el León de Greiff no es la excepción. Durante el mes de julio se adelantan una serie de obras tendientes a moder-nizar la infraestructura física de la sala en varios aspec-tos que tienen que ver con el mejoramiento de las condi-ciones de estadía del públi-co. A los amantes del buen café, el sándwich, chocolate o una deliciosa empanada, y de un espacio tranquilo y apacible dentro del campus de la Universidad, les va a interesar que muy pronto se abrirá una barra de café en

el Auditorio “León de Greiff”. Ésta no solo acogerá al públi-co que asista a los conciertos y demás actividades que se programen, sino que atende-rá a profesores, estudiantes y trabajadores que quieran pasar un momento relajado y tranquilo, y comer un refrige-rio sin salir del campus.

Además, las sillas del Auditorio han sido numera-das permitiendo un acceso y una estadía más cómodas durante los espectáculos; muy pronto se implementará un sistema de venta de bole-tería que permitirá a los asis-tentes comprar, con varios días de anticipación, las en-tradas para los eventos de su predilección en las taquillas del Auditorio, en las entradas peatonales de la 45 y la 26 y en dos puntos adicionales de la ciudad. Este sistema, rápido y eficiente, permitirá al Auditorio entrar a formar parte de importantes circui-tos culturales de la ciudad.

Por otra parte, el León de Greiff está siendo objeto de una importante obra de modernización que incluirá un sistema apropiado de ilu-minación escénica, mejora-miento de la amplificación electroacústica y cambio del tapizado de la silletería que ya tiene 30 años de vida, y cuyos materiales inciden en la calidad acústica de la sala. Todo esto, sumado a las la-bores de mantenimiento de las cubiertas, las terrazas y la adecuación de un salvaes-caleras mecánico para per-mitir el acceso de personas en situación de discapacidad, demuestran el valor que tie-ne, para la Universidad Na-cional de Colombia median-te la Dirección Nacional de Divulgación Cultural, para la Vicerrectoría de la Sede Bo-gotá y para la Vicerrectoría Académica, el proyecto cul-tural cuyo desarrollo ha ca-racterizado a esta institución educativa.

Felipe Rodríguez.

Los resultados del pro-ceso de actualización de da-tos en Publindex, el servicio de información y acredita-ción de revistas académicas nacionales, fueron publica-dos la semana pasada. De 170 revistas que se presentaron a la actualización de datos es-te año, solo 122, publicadas por cerca de 55 institucio-nes, fueron indexadas. En el nuevo escalafón, la Univer-sidad Nacional de Colombia ha conseguido certificar 22 de sus revistas, lo cual nos constituye como una impor-tante casa editorial científica en el país, y como un sólido contribuyente a la produc-ción científica nacional de calidad.

Pero más importante que el predominio de la Uni-versidad Nacional en Publin-dex es el comportamiento general de nuestras revistas dentro del escalafón. En tér-minos de ascenso, del total general de 17 revistas que as-cendieron, 6 fueron de la Na-cional, y esto significa que de 2 en la categoría B en el ran-king anterior, hoy contamos con 8; y de no tener revistas

en la máxima categoría (A1) ahora contamos con una.

En términos de nuevos títulos que ingresan al esca-lafón, la UN logró posicionar 4 títulos más en la categoría C, que unidos a los 9 que ya teníamos en esa categoría, nos pone como competido-res de grueso calibre en la más reñida de las categorías, donde 89 títulos disputan el ascenso.

Lo que el escalafón re-presenta es que nuestras re-vistas, además de poseer las características que hacen de ellas un buen producto edi-torial en términos de visibi-lidad y normalización, cuen-tan con comités editoriales y científicos altamente idóneos y con una importante red de evaluadores nacionales y ex-tranjeros que, en su conjun-to, garantizan la seriedad y calidad científica reconocida por los organismos de acre-ditación y por los servicios de indexación y referenciación en el exterior.

Los resultados del nuevo ejercicio de escalafonamien-to son el resultado de un es-fuerzo de más de tres años continuos de capacitación y movilización de los editores como actores sociales dentro de la Universidad. Aquellos editores que se han intere-sado en el tema de la acre-

ditación son cada vez más concientes del papel que desempeñan las revistas en la vida de las comunidades científicas.

Las revistas de la UN han dado importantes pasos

en materia de normalización, visibilidad y calidad científi-ca y editorial. En su conjunto, los avances en esta dirección nos han permitido iluminar el largo camino, aún por re-correr, hacia la profesionali-

Revista Facultad CategoríaRevista de Salud Pública Medicina A1Revista Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Medicina B

Revista Cuadernos de Economía Ciencias Económicas B

Ideas y Valores Ciencias Humanas B

Análisis Político Iepri B

Caldasia Ciencias B

Acta Biológica Colombiana Ciencias B

Agronomía Colombiana Agronomía B

Revista Facultad Nacional de Agronomía-Medellín

Ciencias Agropecuarias-Medellín

B

Avances en Recursos Hidráulicos Minas C

DYNA Minas C

Energética Minas C

Boletín de Ciencias de la Tierra Minas C

Gestión y Ambiente Minas C

Anuario Colombiano de Historia Social Ciencias Humanas C

MaguaréCiencias Humanas

C

Avances en Enfermería Enfermería C

Revista Colombiana de Biotecnología Interfacultades C

Geofísica Colombiana Ciencias C

Revista Colombiana de Estadística Ciencias C

Boletín de Matemáticas Ciencias C

Ingeniería e Investigación Ingeniería C

Yuri Jack Gómez

Asesor Vice-rrectoría Aca-démica de la Universidad Nacional de

Colombia.

Nuevos resultados de indexación

Publindex 2005de revistas:zación de la edición científi-ca en la Universidad. Ésta es una tarea en la que directi-vas, editores y comunidades académicas deben poner la mayor prioridad.

En efecto, los recientes re-sultados indican también que no debemos cejar en nuestro esfuerzo por profesionalizar la edición de revistas.

Tuvimos cuatro ba-jas, que aunque cuantitati-vamente se equilibran con nuestros resultados positivos, cualitativamente representan la pérdida de oportunidades de publicación para nuestros docentes y para la comuni-dad de científicos básicos del país. Cuatro títulos que tenía-mos posicionados en la cate-goría C en el área de ciencias básicas (e ingeniería), salie-ron del escalafón, y tuvimos un descenso en economía donde ya habíamos ubicado una revista en la categoría A2, lugar que perdimos este año. Precisamente, en este proceso permanente de pro-fesionalización, la Vicerrec-toría Académica organiza del 25 al 27 de julio un taller de capacitación para editores donde examinaremos, entre otras cosas, los resultados obtenidos en el contexto del plan general de mejoramien-to que adelanta esta adminis-tración.

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Medio ambiente

tamatá cascudo (Eschweilera punctata) y Puná (Iryanthera sp.), de las cuales se pueden obtener columnas, vigas y ta-blas de buena calidad para la construcción de viviendas. El volumen maderable total de estas seis especies es de 66,32 m3 por hectárea, con valor comercial de $19’722.234. La ganancia estimada, con el aprovechamiento total de esta madera es de $3’944.447, obtenida en un único corte.

Se evaluaron siete espe-cies de Pfnm, separados en cuatro grupos: i) tres palmas con las cuales se elabora jugo a partir de la pulpa de los frutos, Asaí (Euterpe precato-ria), Canangucho (Mauritia flexuosa) y Milpeso (Oenocar-pus bataua); ii) dos palmas empleadas en la fabricación de techos de hojas, Caraná o Puy (Lepidocaryum tenue) y Palma Zancona o Ralladora

(Socratea exorrhiza); iii) un arbusto que produce fibras con las cuales se laboran cer-nidores y canastos, Guarumo o Arumá (Ischnosiphon arou-ma); y, iv) una liana de cuyos tallos se obtienen fibras para la fabricación de artesanías, escobas, o para efectuar amarres en las construccio-nes, Huambé o Tripepollo (Philodendron solimoesen-se). El VNA obtenido a partir del aprovechamiento de una cosecha anual de estas es-pecies, varía entre $126.259 y $811.772 por hectárea, de-pendiendo de las especies trabajadas.

Al extraer la madera del bosque, éste debe experi-mentar un periodo mínimo

de 20 años para recuperar su productividad. El aprove-chamiento de Pfnm puede darse en periodos anuales, y al cabo de seis años de apro-vechamiento continuado y manejado sosteniblemente, se supera la rentabilidad ob-tenida con las maderas. Al cabo de 20 años, las ganan-cias obtenidas con Pfnm es 2,7 veces mayor, alcanzando casi siete millones por hec-tárea.

Pero adicional a la ga-nancia obtenida, la mayor parte del costo de produc-ción está representado en el pago de la mano de obra del grupo familiar. De esta forma, sumando los sueldos y las ganancias, el ingreso económico total obtenido anualmente por hectárea (promedio), mediante el uso y manejo de Pfnm es un po-co inferior al salario mínimo legal vigente para Colombia, pero mayor frente a otras op-ciones laborales, donde se

vende la fuerza de trabajo en jornales diarios.

Por tanto, los Pfnm no son un renglón marginal en la economía local, brinda alter-nativas de trabajo e ingresos monetarios equiparables a otras actividades, con venta-jas adicionales, como son: a) el mantenimiento de la uni-dad familiar, puesto que este núcleo es la base productiva; b) permite el intercambio y la formación de la cultura tra-dicional entre padres e hijos, pues se comparten historias, enseñanzas y costumbres, c) garantiza la calidad de vida, ya que parte de los productos elaborados se destinan para el consumo familiar (el jugo de las palmas), la reparación

de viviendas (los techos de hojas y amarres de huambé), y otra parte se dispone para la venta; d) permite y favorece la conservación del patrimonio y capital natural del territo-rio, mediante el uso y manejo adecuado de las especies.

El bosque natural pre-senta una interesante oferta de Pfnm, que enmarcada den-tro de las costumbres y carac-terísticas de las comunidades indígenas, permite vislum-brar un horizonte favorable para el mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo humano. No obstante, para poder hablar de un desarro-llo y manejo sostenible de los bosques, aún es necesario avanzar en aspectos como la capacidad de carga del eco-sistema y de las especies, la capacidad de demanda de los mercados, el mejoramiento de los procesos productivos y la transferencia de tecnolo-gías apropiadas para la trans-formación poscosecha.

Juan Carlos Arias García

más que maderaBosques amazónicos,

Las ganancias obtenidas con el aprovechamiento de recursos maderables no forestales son 2,7 veces mayores que con las maderas. Unido al estudio económico sobre la viabilidad de este recurso para beneficio de comunidades en la selva amazónica, la Universidad Nacional resalta los dividendos sociales que derivaría.

Al extraer la madera del bosque, éste debe experimentar un periodo mínimo de 20 años para recuperar su productividad, mientras el aprovechamiento de Pfnm puede darse en periodos anuales, y al cabo de seis años se supera la rentabilidad obtenida con las maderas.

la metodología de Análisis de Distancias para valorar den-sidad y oferta natural de seis especies maderables y siete que son fuente de PANM, ha-ciendo seguimiento del pro-ceso productivo de cosecha, transformación y venta final de productos en el mercado local de Leticia. El objetivo es obtener estimativos reales de los costos de producción, precio de venta y margen de utilidad. Se realizaron tam-bién, cálculos de rentabilidad financiera, valor neto anual (VNA) y valor presente neto (VPN) para maderas y Pfnm.

Lucro humano

Las especies maderables estudiadas fueron Andiroba (Carapa guianensis), Castaño (Scleronema micranthum), Marupá (Pouteria laevigata), Matamatá colorado o blan-co (Eschweilera alata), Ma-

Más que la madera, el comercio de productos fores-tales no maderables (Pfnm) genera grandes oportunida-des de trabajo e ingresos mo-netarios a las comunidades de la Amazonia, y ayudan a la conservación del bosque mediante el uso y manejo de sus recursos vegetales.

El ser humano desde sus inicios ha hecho uso del bos-que, aprovechando no solo su madera sino también una amplia variedad de produc-tos no maderables, que en muchas veces y regiones del planeta han sido subestima-dos económicamente. Según estadísticas de la Organiza-ción para la Alimentación y la Agricultura de las Nacio-nes Unidas (FAO), el 80% de la población del mundo en desarrollo utiliza Pfnm pa-ra satisfacer sus necesidades nutricionales y de salud.

Pero las actividades ex-tractivas causan gran impac-to sobre el ecosistema y lo deterioran, reduciendo sus características originales y productividad. Los bosques tropicales se han cotizado tradicionalmente por el vo-lumen comercial de madera que poseen, asignándole pre-cio como producto, pero no como ecosistema vivo, lo que ha conllevado a desconocer su verdadero potencial y va-lor como fuente de recursos, bienes y servicios.

Para garantizar la sub-sistencia del bosque y las comunidades nativas que dependen de él, es necesa-rio promover alternativas de uso, manejo y conservación. Una forma de lograrlo es me-diante la valoración econó-mica del bosque en pie, para que pueda competir dentro de las economías de mercado ante otras formas de uso del suelo.

Para obtener un esti-mativo del valor del bosque, acorde a las realidades ecoló-gicas, sociales y económicas de las comunidades indíge-nas asentadas en cercanías de la ciudad de Leticia, se evaluó la oferta natural de un ecosistema forestal, compa-rando la productividad de la actividad maderera y el apro-vechamiento de Pfnm. El tra-bajo se desarrolló en la comu-nidad indígena Casilla Nairaj, ubicada a 15 kilómetros de la ciudad de Leticia. Se empleó

Fotografías: Luis Carlos Arias.

El tejido con especies vegetales de la selva ha sido tradicional entre las mujeres amazónicas. Con el Guarumo, un arbusto que produce fibras, elaboran canastos, cernidores y sombreros.

El Canangucho es una de las palmas amazónicas con las cuales se elabora jugo a partir de la pulpa de sus frutos.

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“Para mí no es fácil aceptar lo que pasó; todo me decía que estaba embarazada y de repente resulta que yo no tengo bebé sino una bola de sangre que me puede es-tar matando...”. La ilusión, de esta adolescente de 16 años, se desmoronó después de las explicaciones de una descon-certante enfermedad, ante la que solo atinó a preguntar-se: “Pero, ¿qué pasó con mi bebé?”. Un interrogante con frecuencia insatisfecho desde las explicaciones clínicas

El embarazo molar o mola, también conocido co-mo Enfermedad Trofoblástica Gestacional, es una anomalía en el desarrollo de la placen-ta, caracterizada por la au-sencia de embrión, en lugar del cual crecen vesículas con forma de racimo de uvas. Pe-ro el abultamiento progresivo del vientre, tal como ocurre con una criatura, “no puede convertirse de pronto en bo-litas de carne”, aduce perple-ja otra joven que, a punto de cumplir 17 años, por segunda

vez presenta mola, una por cada intento de concepción.

Esa contradicción entre lo que se espera y el resultado pone en evidencia lo difícil que es abordar esta patología, “donde los factores médicos están influenciados por los factores psicosociales, que pesan de manera definitiva en su entendimiento y en el futuro sexual y reproductivo tanto de la mujer como del hombre”, señala la antropó-loga Claudia Cortés, parte de un equipo que trabaja para establecer un Programa de Vigilancia en el Instituto Na-cional de Salud.

Sus conclusiones, lue-go de examinar 104 casos de mola en Bogotá y Zipaquirá, se unen a las de dos genetis-tas, un médico ginecobstetra, un epidemiólogo y dos bio-químicas de la Universidad Nacional de Colombia, el Ins-tituto Materno Infantil y el Instituto Nacional de Salud, quienes integran el equipo interdisciplinario de investi-gadores que desde hace tres años estudian aspectos mole-culares, bioquímicos, epide-miológicos, clínicos y socio-culturales de la Enfermedad

Trofoblástica Gestacional, en una investigación que recibe cofinanciación del Programa Internacional de Ciencias de la Universidad de Uppsala (Suecia) y Colciencias.

La lectura clínica

La “lluvia de nieve” en la ecografía y una hemorra-gia durante la primera mitad del “embarazo”, de inmedia-to hacen sospechar al doc-tor Miguel Eduardo Aragón que se trata de una mola. Un diagnóstico al que se familia-rizó en su consultorio del Ins-tituto Materno Infantil (IMI), donde trabaja hace 22 años como profesor de la Facultad de Medicina de la Universi-dad Nacional de Colombia, pues uno de cada 300 partos presentaba la alteración.

Sin embargo, reconoce que el desconocimiento mé-dico es bastante común. De esa tasa, un buen porcentaje llega a complicarse, porque muchos casos se confunden con aborto espontáneo, que se manejan con legrado. Así, la omisión en el seguimiento obligatorio de un año que de-be hacerse a estas pacientes, puede terminar en cáncer,

María Claudia Rojas R.

Unimedios

fertilización fallida

“¿Qué pasó con el bebé?” es la pregunta que por lo general exterioriza una paciente con mola, ante la incredulidad y decepción de que el feto se ha “transformado” en una masa. Una investigación multidisciplinaria intenta acercarse más al conocimiento de esta enfermedad socialmente invisible.

Mola:

En el centro de Bogotá, el próximo 11 de agosto, la Univer-sidad Nacional de Colombia, bajo la dirección de Unibiblos, abrirá a la comunidad universitaria y al público de la ciudad, las puertas de su primera librería externa al cam-pus, primer capítulo de la Red de Librerías Universitarias del centro docente.

Dentro de sus objetivos están: facilitar a la comunidad universi-taria la adquisición de los libros y materiales didácticos en otros for-matos necesarios para el adecuado curso de sus labores pedagógicas y formativas; poner en práctica es-trategias de divulgación y venta de la producción editorial de la Uni-versidad Nacional de Colombia que permitan generar recursos para su sostenibilidad a mediano plazo; y, apoyar los diversos grupos, centros de investigación y bibliotecas de la Nacional y de otras instituciones en la consecución y búsqueda de bi-bliografías generales y específicas necesarias para una permanente actualización de sus colecciones y recursos.

Las librerías de la Universidad Nacional se proponen la integra-ción bibliográfica, física y simbó-lica de su producción académica, y serán centro de asesoramiento al lector, motor de promoción de la lectura, espacio que compila y recoge la producción intelectual y editorial de la Universidad y de la sociedad, y puente entre el conoci-miento recogido en medios impre-sos, digitales o electrónicos y sus posibles lectores y beneficiarios. Su función principal será propiciar que la producción académica local y universal llegue a todos los lecto-res posibles.

La librería universitaria apo-yará la formación de una cultura del libro y de la lectura, y enrique-cerá las posibilidades de una conti-nua actualización de sus docentes e investigadores. Proporcionará, además, un espacio abierto para la realización y difusión de las diver-sas actividades de la vida cultural de la Universidad, con un acogedor auditorio para 30 personas; y un espacio de reunión alrededor de un café.

También, facilitará a los estu-diantes la consecución y compra de los diversos textos de estudios básicos y complementarios; man-tendrá una oferta temática actua-lizada y abierta al público general, con énfasis en las áreas más rele-vantes de la universidad, lo cual posibilitará a sus docentes y a los de otros centros educativos adqui-rir los títulos más recientes en sus diversos campos de conocimiento.

A esta oferta se agregará una muestra amplia de la producción editorial de las más importantes universidades del país, con el pro-pósito de completar y enriquecer el contenido de las librerías, y coadyu-varlas en sus procesos de difusión de la producción académica.

Además, se ofrecerá una com-pleta selección de títulos de las ediciones comerciales de carácter académico, en sus diversas áreas, las cuales permitirán satisfacer un amplio espectro de las necesidades de información que demanda la comunidad universitaria en su di-námico desarrollo, así como las no-vedades más relevantes en el ámbi-to cultural local e internacional.

en el corazón de Bogotá

UN libro

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ya sea porque quedaron res-tos del tumor (persistencia) o por la transformación ma-ligna (10% a 20%) que se detecta por los altos niveles de la hormona gonadotropi-na coriónica. Sin embargo, en buena medida las com-plicaciones son prevenibles mediante intervenciones de Salud Pública o tratamien-to médico. “De hecho fue la primera patología en la que se usó con éxito la quimiote-rapia (metotrexate) en 1956, cuando se decía que era el primer cáncer de Dios y la primera cura del hombre”, advierte el doctor Aragón.

Hoy por la crisis del IMI no se reportan los tres casos mensuales de mola que se registraban entre 1960 y 1996, cuando atendía 100 partos diarios, lo cual no quiere decir que su frecuencia ha-ya disminuido sino que son atendidos en otras IPS. En vista de ello, el estudio reto-ma cifras de los hospitales de La Victoria, Occidente de Kennedy, Simón Bolívar, San Blas, San José, El Tunal y el San Juan de Dios de Zipa-quirá, y confirma la relación de una mola por cada 300 partos, lo que ubica a Co-lombia, según el estudio, por encima del promedio mun-dial (1/1000) y más cerca de las regiones con mayor inci-dencia: México (1/200), Le-jano Oriente (1/120), Taiwan (1/100) o Indonesia (1/77).

Miradas genéticas y bioquímicas

“La culpa de que el bebé no exista la tiene mi marido, porque él me hacía preocu-par mucho cuando no llega-ba temprano; esos cambios de genio fue lo que hizo que me diera la mola”, relata otra mujer, que solo en la cul-pabilidad de su compañero hallaba la causa de ausencia de la criatura. Pero si el em-barazo molar está rodeado por un imaginario de castigo a una situación no saldada, en la otra cara de la mone-da, la ciencia dice que esta alteración en el proceso de fertilización tiene raíces ge-néticas.

Como se sabe, en la fe-cundación el óvulo aporta la mitad de la dotación gené-tica y el espermatozoide la otra mitad; así, la desregula-ción aparece cuando hay tres complementos genómicos de información –dos paternos y uno materno– o dos –lo cual es en principio normal– pero ambos de origen paterno. “De acuerdo con la impronta ge-nética, los genes se expresan selectivamente según una es-pecie de programación, no obstante en la mola siempre se ha encontrado exceso de

información paterna”, seña-la la genetista Clara Arteaga, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, quien trabaja en el IMI, de la mano con el doctor Aragón. La procedencia de la enfermedad basada en la relación de información ma-terna-paterna es una de las partes más novedosas de esta investigación

Por supuesto ese proble-ma genético no termina ahí, y parece estar involucrando la formación de una placen-ta anormal. “El impacto más grande se produce en el mo-mento en que las pacientes son sometidas a la evacua-ción y ven que lo que tenían en el interior se asemeja a una bola de carne, que vie-ron salir en vez del bebé que esperaban”, consignó Claudia Cortés en su Estudio antropo-lógico sobre la relación salud-enfermedad vista a través de la Enfermedad Trofoblástica Gestacional –La Mola–. Im-pacto sociocultural.

“En la placenta, como en los demás tejidos humanos, algunos genes tienen silen-ciado uno de los alelos, como es el caso del gen igf-2 que se expresa a partir del alelo paterno”, explica la profesora Myriam Sánchez de Gómez, directora del Grupo de In-vestigación en Hormonas del Departamento de Química de la Universidad Nacional. No obstante, la investigación molecular y bioquímica rea-lizada en los tejidos molares y en la sangre de las 104 pa-cientes sugiere una pérdida de la impronta. Como las células no siguen su curso natural, “la hipótesis es que en la mola la proliferación y diferenciación de las células que conducen a la formación de la placenta están alteradas y que el sistema de los facto-res de crecimiento similares a la insulina (IGF), pueden desempeñar un papel en la progresión de la enfermedad y su malignización, como sucede en algunos tipos de cáncer”.

“Todo parece que va-mos a encontrar una rela-ción de esos IGF y la mola”, asegura la profesora Myriam. Una pista que para su colega, la profesora Stella Carrasco de Rodríguez, resulta a todas luces positiva para la exac-titud en la predicción de la patología. “Por ahora, ésta es detectada mediante ecogra-fía y medición de los niveles de la hormona gonadotropi-na coriónica y se confirma con la histopatología. Si todo sale como va, pensamos que mediciones en suero de estos factores, así como estudios de biología molecular, po-drían ser herramientas útiles

enlace fue una histerectomía o extracción total de útero, pero pudo conservar la vi-da que reclamaba para estar de nuevo al lado de su hija de cuatro años, que debió abandonar para someterse a la curación que aún continúa en proceso.

Este episodio apenas retrata las deficiencias del

sistema de salud y de la so-ciedad para quienes la mola es una enfermedad invisible. Un hecho que evidencia esta situación es que en el Plan Obligatorio de Salud no se incluyen las pruebas de labo-ratorio que periódicamente y durante un año debe hacer-se toda paciente después de evacuada la mola o el tumor. “Esta situación tiene el agra-vante de que la mayoría de ellas pertenecen a un estrato socioeconómico bajo, el 50% son adolescentes, siendo este un factor de riesgo decisivo que es prevenible”, expone el doctor Antonio José Bermú-dez, coordinador del grupo de Genética de la Subdirec-ción Red Nacional de Labora-torios del Instituto Nacional de Salud.

Alrededor de este estu-dio genético, bioquímico, so-cial y clínico, el INS organizó una Vigilancia centinela de la mola, con la colaboración de los ginecobstetras, enfer-meras jefes de salas de parto y patólogos en los hospitales de la Red Pública del Distrito Capital, con el fin de captar casos y determinar cuántos se presentan en Bogotá, qué pasa con las mujeres, quiénes en buena medida desisten de la terapia, acarreando luego costos más altos al sistema de salud, cuáles son los factores de riesgo y por qué las ado-lescentes tienen más posibi-lidad de desarrollar mola.

El interés es transferir rápidamente a los hospitales el conocimiento producido en torno a los marcadores bioquímicos y genéticos, con el fin de tener diagnósticos más exactos y tratamientos más adecuados de una en-fermedad que constituye un problema de salud pública en Colombia.

Si el embarazo molar está rodeado por un imaginario de castigo a una situación no saldada, en la otra cara de la moneda, la ciencia dice que esta alteración en el proceso de fertilización tiene raíces genéticas.

para un diagnóstico más pre-ciso”, dice.

Epidemiología en la mira

Una de las mujeres cap-tadas en el estudio, vive en una vereda a casi una hora del casco urbano de Villapinzón. En el hospital de su pequeño municipio no lograron saber

qué andaba mal en su emba-razo; comenzando un largo itinerario de penalidades que incluyó presión familiar, falta de recursos para los proce-dimientos que su servicio de salud no cubría, y cuestiona-miento de su EPS –“¿por qué esta señora entra hospitaliza-da para un legrado y sale con la orden de quimioterapia?”, preguntaban–, y cuyo des-

Fotografías: Laboratorio de Genética, Instituto Nacional de Salud.

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¿Qué pondrá tan páli-dos y tristes a esos rostros mimos? ¿De qué gentes, de qué lugares serán las voces y las historias de los pobres títeres? ¿A qué se dedica Con fe y aplomo un payaso ar-gentino en bicicleta? ¿Cuál es el Imperio de los pobres de Uruguay? ¿Hay un drama en Latinoamérica o todo está a cargo de lo absurdo?.

idea de fortalecer desde el área cultural el compromiso de la Universidad con la co-munidad.

Así, en el año 2003 se realiza la primera versión Co-lombia de Entepola que bus-có principalmente crear lazos entre las comunidades y los artistas locales con la Uni-versidad. En esa ocasión con la participación de grupos de España, Chile, Perú, Venezue-la, México y Colombia, locali-dades como Puente Aranda, Kennedy, Bosa y Ciudad Bo-lívar disfrutaron del espectá-culo, además de los talleres

De todos, para todos

Para Rodrigo Rubio, pre-sidente de la junta comunal de Tibabuyes Universal, fue una sorpresa la idea de un evento cultural en su loca-lidad: “Estaba en mi casa, cuando tocaron a la puer-ta; lo primero que escuche fue: ‘Vengo de la Universidad Nacional y vamos a hacer un festival internacional de teatro popular’. Parecía cosa de locos, porque no vienen a buscarte a tu casa todos los días de una institución edu-cativa tan grande, para traer a los sectores populares un poco de cultura. Escuché y acepté “. Así empezó para es-te líder comunitario la tarea de movilizar a su comunidad para convertir el barrio en una de las sedes principa-les del evento; adaptar esce-narios, hospedar los artistas internacionales, alimentar a los invitados y al público que seguramente quedarán descrestados con las dotes culinarias de las señoras del sector y, por supuesto, prepa-rar su propio espectáculo.

Con un equipo de más de 200 personas entre estu-diantes, profesionales de la UN, profesores, líderes co-munitarios, el apoyo del pro-grama Vigías de Paz del Alma máter, y más de seis meses de preparación, esta versión promete repetir el éxito de las dos anteriores, con talleres de dramaturgia, escenografía, actuación, dirección, maqui-

llaje, danza, la participación de Perú, México, Venezuela, Chile, Uruguay, Ecuador, Bra-sil, Argentina, Colombia y por supuesto muchas funciones.

“La realización de este Festival pretende en todo sentido aportar a la cultura popular, es decir, a la mayo-ría de las personas de una ciudad, no solo a quienes se interesen en el Festival o aquellos que directa o indi-rectamente se relacionen con el teatro, sino que también se involucren los transeúntes, los vecinos de los lugares en los que se llevará a cabo el Festival”, anota la directora Mary Olarte.

Por eso, como apertura a esta fiesta cultural, con la participación de los grupos invitados de la ciudad y los de las comunidades, se rea-lizará una toma artística de las vías cercanas a las sedes de Suba; danzas, comparsas, teatro, música, invadirán también el campus de la Uni-versidad Nacional para dar la bienvenida a los artistas y al público en general.

Del 7 al 14 de agosto, el III Festival Internacional de Teatro Popular Entepola-Co-lombia 2005, UN teatro pa´ todos, que esta vez cuenta con dos sedes principales: la Universidad Nacional y otra en Suba, espera contar con un público crítico que se sienta seducido y convo-cado alrededor de las artes escénicas.

Sandra Gómez Galindo

Unimedios

escenario popular

UNUn banquete cultural artístico y gastronómico se tomará la ciudad de Bogotá durante la segunda semana de agosto, gracias al III Festival Internacional de Teatro Popular Entepola-Colombia 2005, organizado por la Universidad Nacional de Colombia.

Como apertura a esta fiesta cultural, se realizará una toma artística de las vías cercanas a las sedes de Suba; danzas, comparsas, teatro, música, invadirán también el campus de la Universidad Nacional para dar la bienvenida a los artistas y al público en general.

nacional de Teatro Popular Entepola-Colombia 2005, UN teatro pa´ todos.

Con la presentación de casi 80 funciones teatrales gratuitas, a cargo de grupos nacionales y extranjeros, a lo largo 13 trece localidades de Bogotá y la Universidad Nacional Sede Bogotá, el Fes-tival busca ofrecer un espacio de encuentro cultural en el que las expresiones artísticas provenientes de diferentes lugares de Latinoamérica se conviertan en agentes cultu-rales hacia la construcción

Preguntas sueltas para el público en general, que pue-den ser resueltas gracias al teatro popular, el mismo que desde siempre ha sido una vía de comunicación de la problemática social y de las reflexiones que, sobre ésta, hacen las comunidades, otra manera de observar la coti-dianidad. Sin embargo estos lugares de encuentro son li-mitados para la gran mayoría. Con la idea de democratizar la cultura y de llevarla a los lugares menos favorecidos es que surge el III Festival Inter-

colectiva de Nación.

De Santiago a Bogotá

Este sueño nació hace 19 años gracias al grupo tea-tral La Carreta, en Santiago de Chile; fue allí y gracias a la participación, en la En-tepola-Chile versión 17, de Eclipse, Grupo de Teatro de Títeres y Sombras de la Uni-versidad Nacional, que surge la idea de traerlo a Colombia. Posibilidad que a Mary Olar-te, directora de Eclipse venía como anillo al dedo con su

artísticos a cargo de los direc-tores invitados en el León de Greiff de la Universidad.

Cumpliendo con uno de los objetivos del Festival de promover el desarrollo artístico y técnico de las co-munidades tanto de la Uni-versidad Nacional como de las localidades de la ciudad, se realizaron conferencias, charlas y talleres dirigidos a los líderes comunitarios con la asistencia de estudiantes de pregrado y posgrado de la UN.

Fotografías: William Núñez.Obra Palo alto, de la Academia Superior de Arte de Bogotá (Asab), durante la versión anterior.

Cuentos de colores, Grupo Eclipse, dirigida por Mary OlarteGrupo mexicano Utopia Urbana en el Barrio Usme de Bogotá.