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1 Nuestra Democracia: Una presentación en resumen del Segundo Informe de la Democracia en América Latina México DF, mayo 2011

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Nuestra Democracia: Una presentación en resumen del Segundo Informe de la

Democracia en América Latina

México DF, mayo 2011

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Índice. –

• Parte 1. ¿Cómo lo hicimos? Debate y proceso: 3

• Parte 2. Preguntas principales y conceptos base: 4

• Parte 3. La democracia: 5

• Parte 4. La ciudadanía: 6 - 9

• Parte 5. Contexto actual: 10 - 14

• Parte 6. Tres déficits: 15 - 22

• Parte 7. Hacia la acción en la política pública - reflexiones en tres áreas: 23 - 34

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1. ¿Cómo lo hicimos? Debate y proceso

El informe Nuestra Democracia es un esfuerzo conjunto de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Invita a una reflexión sobre el poder y los efectos de las desigualdades sobre la democracia.

Su texto fue redactado por un equipo OEA-PNUD al que se sumaron las colaboracionesde unos 40 especialistas internacionalmente reconocidos. El debate y las consultas incluyeron a más de 850 actores y líderes políticos y sociales de 18 países de América Latina.

México

UruguayArgentinaChile

ParaguayBolivia

Perú Brasil

VenezuelaEcuador

Colombia

Costa Rica

Nicaragua

El Salvador Honduras

República Dominicana

Guatemala

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En el 2004 el PNUD presentó el informe La democracia en América Latina que dejó tres aportes centrales:

1. Una amplia base de datos de indicadores políticos, civiles y sociales.

2. Una renovada comprensión de la democracia como un sistema que excede los procesos electorales, promoviendo así el debate sobre la democracia como sistema creador de ciudadanía.

3. Un llamado a continuar promoviendo una agenda pública que haga frente a las cuestiones sustantivas de la democracia en la región.

Nuestra Democracia despega a partir de ese último punto. Impulsa un debate en función de la agenda pública, centrando su enfoque en el concepto del poder en América Latina, principalmente articulado

por las siguientes preguntas:

– ¿Quién tiene el poder en la sociedad: el electorado, sus representantes u otros poderes fácticos?

– ¿Qué pasa cuando el Estado carece de suficiente poder para cumplir el mandato electoral?

– ¿Qué caracteriza la mejor democracia posible a la que puede aspirar un Estado?

2. Preguntas principales y conceptos base

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3. La democracia

• Su función es redistribuir el poder para garantizar a los individuos el ejercicio de sus derechos.

• Se realiza plenamente si condiciona estrechamente, y retroalimenta, al poder dentro de un Estado a travésde tres etapas distintas:

Por tanto, se realiza plenamente en (I) la elección libre y transparente de los gobernantes, así como también, (II) en la medida que permite a los individuos hacer uso efectivo de sus derechos nominales, y, (III) generabienestar a la ciudadanía, y amplía esa ciudadanía de la manera más universal posible a la sociedad.

Esa es la mejor democracia posible.

En su origen: por medio de la soberanía popular expresada mediante procesos electorales periódicos, libres y transparentes. La democracia parte de la idea que el poder descansa en el pueblo y que su ejercicio solo es delegado.

Durante su ejercicio: por medio de las instituciones republicanas de gobierno y fundamentado en el Estado de derecho. La democracia da forma y propósito a las decisiones y formulaciones de las políticas publicas.

Como finalidad: en tanto garantiza, materializa y extiende los derechos ciudadanos. Perpetuar la democracia es el supra objetivo del poder.

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4. La ciudadanía

Ciudadanía es la igualdad de derechos y obligaciones que el ciudadano tiene al pertenecer a una comunidad. Se extiende principalmente a tres esferas en la vida de las personas dentro del Estado: política, social, y civil. En América Latina hay retos recurrentes y trascendentales en las tres.

Una profunda crisis de representación, que se

manifiesta en las brechas que se abren entre ciudadanos e

instituciones, y entre ciudadanos y representantes, afecta la

ciudadanía política.

180 millones de pobres y 71 millones de personas que padecen hambre, además

de la mayor concentración de ingresos del mundo, impiden una realización plena de la ciudadanía

social.

El mayor número en el mundo de homicidios dolosos hace claro que existe una amenaza clara e innegable a la ciudadanía civil.

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5. Contexto actual

En esta etapa de la vida política latinoamericana es necesario tomar en cuenta el peso que tienen ciertas transformaciones que han modificado las condiciones del desarrollo político y económico. Así, al termino de la primera década del siglo XXI, el panorama regional tiene diferencias importantes con el que existía hacia el final del siglo precedente:

1. El surgimiento de nuevos movimientos políticos y nuevas experiencias de gobierno.

2. Un reconocimiento creciente de los derechos de sectores antes discriminados por adscripción, como el caso de las mujeres, los indígenas y los afrodescendientes.

3. La profunda tendencia en varios países de la región a una mayor concentración del poder en el Ejecutivo, con relativa independencia de la inclinación política.

4. Una aceptación generalizada de la urgencia de la lucha contra la pobreza y, en menor grado, contra las agudas desigualdades de las sociedades de America Latina.

5. El cuestionamiento general del Consenso de Washington y de la receta única que encarnaba, aunque reconociendo la necesidad del mantenimiento de equilibrios macroeconómicos básicos y del aprovechamiento de las oportunidades que brinda la inserción en la economía mundial.

6. Un cierto aumento de los grados de autonomía en los países de la región respecto de las potencias políticas centrales y los organismos multilaterales de crédito, que se expresa en este último caso por una menor presión de sus condicionalidades.

7. El surgimiento de una potencia regional con creciente peso mundial.

8. Un reconocimiento creciente de la necesidad de esquemas efectivos de cooperación e integración regional y aumento del debate político en la región sobre el tipo de esquemas a establecer.

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Confianza en instituciones y actores en América Latina: los ciudadanos tienen menos confianza en los partidos políticos que en cualquiera de las otras instituciones principales. Datos de Latinobarometro y Latin America Public Opinion Project (2009).

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Confianza en partidos políticos: en todos los países de la región,una gran mayoría de los ciudadanos declara recelos respecto los partidos. Datos de Latinobarometro y Latin AmericaPublic Opinion Project (2009)

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6. Tres déficits

En America Latina se han acentuado las singularidades políticas nacionales. Cada país tiene elementos propios y problemáticas únicas que no se reproducen en el resto. Pero, una generalización de los desafíos actuales revela que tienen menos que ver con el retorno al pasado militar en la región, que con las grandes dificultades de expandir los derechos de ciudadanía y la proliferación de grandes concentraciones de poder político opuestas al objetivo democrático.

Para el propósito de este informe, las democracias deben ser entendidas y evaluadas a partir de los desafíos fundamentales y comunes entre ellas. Se puede hablar, entonces, de dos carencias generales en la calidad de las democracias en América Latina.

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Hay una crisis de representación que afecta directamente la sostenibilidad democrática y que se hace evidente en:

La debilidad de los contenidos en las propuestas electorales. En muchos países los programas partidarios son precarios, enuncian objetivos genéricos, y esquivan la proposición de las políticas públicas para alcanzarlos. Por tanto, la calidad de la opción se resiente, y una inmensa mayoría siente que debe decidir entre opciones que solo se distinguen por los individuos que las encabezan.

La desigualdad de oportunidades entre los partidos. Existe una notoria falta de equidad entre los partidos políticos en sus posibilidades para transmitir sus programas a los votantes. Algunos partidos cuentan con muchos recursos —públicos o privados— para difundir sus propuestas o la imagen de sus candidatos, otros no.

Las prácticas clientelistas que conspiran contra la libre opción electoral. Todavía es

habitual la práctica clientelista: canje del voto por un favor y el seguimiento de las órdenes de caudillos locales a la hora de

votar. Esta práctica, que adopta las formas más diversas, recorre todos los niveles de la

política, desde las dirigencias hasta las bases.

La falta de democratización del debate económico. Una consecuencia concreta de la debilidad de las propuestas de los partidos es la falta de democratización del debate económico, por el cual los ciudadanos deberían elegir la organización económica y social que prefieren.

La falta de regulación del financiamiento de la actividad política. Mientras que los dineros del sector privado pueden generar conflictos de intereses para los actores políticos, influir en la toma de decisiones para su beneficio particular o incluso garantizar impunidad, la financiación estatal de la actividad política puede ser distorsionada por el sesgo en la asignación de los subsidios directos o en el acceso a los medios de comunicación estatales, o por la ausencia de control.

El desfase entre participación ciudadana y la representación. La participación ciudadana por medio de mecanismos de democracia directa o por vía de las actividades de las organizaciones de la sociedad civil u organizaciones no gubernamentales es vista a veces como un reto a los partidos ya que puede debilitar el papel que estos necesariamente deben tener en un sistema democrático.

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También una crisis de repúblicas truncas, hecha evidente en tales fallas de la organización del Estado

republicano como:

El avance del Poder Ejecutivo sobre el Legislativo y el Judicial. Prácticamente la mitad de los 18 presidentes latinoamericanos han asumido funciones típicamente parlamentarias mediante mecanismos de delegación.

La debilidad de la misma forma republicana. Una organización inacabada, producida por la exacerbación del presidencialismo, somete al Estado a una suerte de régimen cesarista que desgasta el proceso democrático y reduce los incentivos para formar partidos fuertes y programáticos.

La falta de control presupuestario como eje de la función de control del Parlamento. El ejemplo mas paradigmático y frecuente de esta carencia en el funcionamiento parlamentario es la virtual inaplicabilidad de la regla que establece que el Poder Ejecutivo requiere una autorización legal previa otorgada por el Poder Legislativo para incrementar el nivel de gasto, o para reasignar partidas que supongan desde un cambio en la clasificación económica hasta una modificación en la función.

La renuencia a pasar de una transparencia pasiva a una transparencia activa para fortalecer el control ciudadano del Estado. Para que la rendición de cuentas vertical sea efectiva, es indispensable facilitar el acceso a la información y la transparencia de los actos y políticas publicas, en su etapa de formulación y de ejecución.

La corrupción como una amenaza directa para las instituciones republicanas. La corrupción, al capturar lo público para fines privados, es por definición una amenaza directa a la república, es decir, a la “cosa pública”.

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Percepciones sobre quien ejerce el poder en América Latina:

comparación Latinobarómetro y Latin America Public Opinion

Project (2009)

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A partir de estas observaciones se puede concluir que existen tres déficits que están impidiendo el mejor posible ejercicio democrático del poder en América

Latina. Estos mismos se pueden plantear como tres desafíos:

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I. Articular nuevas formas de participación política para contrarrestar la crisis de representación.

El poder de todo gobernante electo democráticamente proviene de la legitimidad que le otorga la sociedad y esa legitimidad se obtiene a través de un alto grado de representación. Por lo tanto, la debilidad en el nexo de representación que liga, por medio del acto electoral, a los votantes con sus representantes, se traduce en una debilidad del poder democrático. Esa debilidad aleja la capacidad de cumplir con la promesa electoral y realimenta la desconfianza en la política.

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II. Fortalecer la organización republicana del Estado, es decir, la independencia de los poderes, su control mutuo y las instancias de rendición de cuentas.

El afán de la construcción democrática en el periodo actual ha relegado la cuestión de la república. En esta nueva etapa se debe incluir en la agenda política la necesidad de fortalecer las instituciones republicanas y promover el debate acerca de las reformas políticas que puedan lograrlo. La democracia intenta corregir las asimetrías de poder. Pero el Estado necesita de un tipo de organización que logre corregir los eventuales desbalances de poder que puedan aparecer en su interior. Sin tales mecanismos de control, es probable que el Estado en lugar de corregir, genere nuevas asimetrías de poder.

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III. Incrementar, en el marco de dichos controles republicanos, el poder político real del Estado, modernizando sus organizaciones y proveyéndole de recursos humanos eficaces.

Sin Estado la construcción de democracia de ciudadanía es ilusoria. La construcción estatal en el escenario actual de América Latina debe centrarse en las capacidades que incrementen su eficiencia y su eficacia: la profesionalización del servicio civil, la modernización de las organizaciones burocráticas, y, el fortalecimiento del poder político necesario para que sus funciones y objetivos no sean meras aspiraciones sino proyectos con posibilidades reales de aplicación. Un Estado sin poder convierte a la democracia en un fenómeno cada vez más ajeno a los ciudadanos al hacer que esta pierda su capacidad de transformar los derechos en realidades.

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Fin.