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1 EDITORIAL En esta edición especial de noviem- bre, la Secretaría General a través del Centro de Estudios Parlamenta- rios, le rinde honores a la Patria, por celebrar 111 años de vida indepen- diente y soberana. Como Primer Órgano del Estado, la Asamblea Nacional, comparte este momento tan representativo para los aquí nacidos, que año tras año para esta fecha, rememoramos con orgu- llo cada uno de los instantes en los que nuestros padres fundadores, olvidándose de sus intereses, toma- ron como escudo la dignidad, como espada el amor por Panamá y como sublime inspiración a Dios, para lograr esa gran presea que por tanto tiempo le fue negada, el dere- cho a residir en un país libre, inde- pendiente y soberano, cuyo nombre además de significar abuindancia de peces, flores y mariposas, también significa : ¡LIBERTAD! Noviembre de 2014 N°5 W e acuerdo al diccionario de la Real Acade- mia, la palabra efeméride corresponde a un acontecimiento notable, que se recuerda en cualquier aniversario de él. En lo que respecta a Panamá, por determinación divina, nuestras efemérides se circunscriben al mes de noviembre, denominándo- le “el mes de la Patria”. Y es que cada uno de los acontecimientos desarrollados en este espacio del calendario, en diferentes épocas de nuestra historia, representan el legado de hombres y mujeres aguerridos, que con determina- ción y valentía, lucharon para convertir a este codiciado espacio de la América Latina, en tierra fértil para depositar en ella la semilla de la autodeterminación y sin duda alguna, de la libertad. Con publicaciones como esta, la Asamblea Nacional, en donde se construye el futuro de la na- ción, intenta de corregir uno de los grandes males que aprisiona la mente del ser humano: el olvi- do y de la mano con la historia patria, contribuye a destacar nuestras efemérides, resultado que emanó del sacrificio, pero más que todo, del sentimiento de autodeterminación que se apo- deró de aquellos corazones, cuyo palpitar en diversas páginas de nuestra historia, exigían a gritos la tan anhelada libertad. Tal como lo destacó el escritor Doménico Cien Estrada, cuando Redacción/CEP w.g.b. Patria Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos. … para nosotros se llama Panamá, puente del mundo, co- razón del universo... Nuestro Idioma Nuestras Efemérides -En el Mes de la Patria- dijo: “Trae el pasado si solo vas a construir”, nos basamos en grandes aportes como la anfic- tionía del Libertador Simón Bolí- var y de todo lo que conformó su movimiento de emancipación, o el aporte que en otro momento des- tacó “el más ilustre de los pana- meños”, don Justo Arosemena; sin obviar claro está, todo lo lidera- do por “los padres fundadores” desde la entonces Casa del Cabil- do, hoy la Sede del Concejo Muni- cipal de Panamá y todo lo poste- riormente gestado por la Junta Provisional de Gobierno y nuestra Primera Asamblea de Diputados, que desde el primer momento que tomaron las riendas del poder legislativo, se dedicaron a convertir nuestro sueño en realidad, una república naciente, pero segura de quiénes la formaban. O de los que tiempo después, ofrendaron sus vidas, por extirpar lo que se denominó “la quinta frontera”. Esto y mucho más representa noviembre… ¡que viva Panamá! Medallón del cielo raso del Salón Amarillo de la Presiden- cia de la República (Palacio de las Garzas). Maestro Rober- to Lewis. “Panamá, la nueva Nación, recibe el saludo del concierto de naciones”. Óleo sobre tela aplicado al plafón. El Parlamento al Día El Parlamento al Día Boletín Electrónico del Centro de Estudios Parlamentarios Boletín Electrónico del Centro de Estudios Parlamentarios EDICIÓN ESPECIAL

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Page 1: Noviembre de 2014 N°5 El Parlamento al Día · el tratado Mallarino‐Bidlack, con el que los Estados Unidos garantizaban la soberanía de la Nueva Grana‐ da sobre enel istmo

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EDITORIAL

En esta edición especial de noviem-bre, la Secretaría General a través del Centro de Estudios Parlamenta-rios, le rinde honores a la Patria, por celebrar 111 años de vida indepen-diente y soberana.

Como Primer Órgano del Estado, la Asamblea Nacional, comparte este momento tan representativo para los aquí nacidos, que año tras año para esta fecha, rememoramos con orgu-llo cada uno de los instantes en los que nuestros padres fundadores, olvidándose de sus intereses, toma-ron como escudo la dignidad, como espada el amor por Panamá y como sublime inspiración a Dios, para lograr esa gran presea que por tanto tiempo le fue negada, el dere-cho a residir en un país libre, inde-pendiente y soberano, cuyo nombre además de significar abuindancia de peces, flores y mariposas, también significa : ¡LIBERTAD!

Noviembre de 2014 N°5

W e acuerdo al diccionario de la Real Acade-mia, la palabra

efeméride corresponde a un acontecimiento notable, que se recuerda en cualquier aniversario de él.

En lo que respecta a Panamá, por determinación divina, nuestras efemérides se circunscriben al mes de noviembre, denominándo-le “el mes de la Patria”. Y es que cada uno de los acontecimientos desarrollados en este espacio del calendario, en diferentes épocas de nuestra historia, representan el legado de hombres y mujeres aguerridos, que con determina-ción y valentía, lucharon para convertir a este codiciado espacio de la América Latina, en tierra fértil para depositar en ella la semilla de la autodeterminación y sin duda alguna, de la libertad.

Con publicaciones como esta, la Asamblea Nacional, en donde se construye el futuro de la na-ción, intenta de corregir uno de los grandes males que aprisiona la mente del ser humano: el olvi-do y de la mano con la historia patria, contribuye a destacar nuestras efemérides, resultado que emanó del sacrificio, pero más que todo, del sentimiento de autodeterminación que se apo-deró de aquellos corazones, cuyo palpitar en diversas páginas de nuestra historia, exigían a gritos la tan anhelada libertad.

Tal como lo destacó el escritor Doménico Cien Estrada, cuando

Redacción/CEP w.g.b.

Patria

Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.

… para nosotros se llama Panamá, puente del mundo, co-razón del universo...

Nuestro Idioma

Nuestras Efemérides -En el Mes de la Patria-

dijo: “Trae el pasado si solo vas a construir”, nos basamos en grandes aportes como la anfic-tionía del Libertador Simón Bolí-var y de todo lo que conformó su movimiento de emancipación, o el aporte que en otro momento des-tacó “el más ilustre de los pana-meños”, don Justo Arosemena; sin obviar claro está, todo lo lidera-do por “los padres fundadores” desde la entonces Casa del Cabil-do, hoy la Sede del Concejo Muni-cipal de Panamá y todo lo poste-riormente gestado por la Junta

Provisional de Gobierno y nuestra Primera Asamblea de Diputados, que desde el primer momento que tomaron las riendas del poder legislativo, se dedicaron a convertir nuestro sueño en realidad, una república naciente, pero segura de quiénes la formaban. O de los que tiempo después, ofrendaron sus vidas, por extirpar lo que se denominó “la quinta frontera”.

Esto y mucho más representa noviembre… ¡que viva Panamá!

Medallón del cielo raso del Salón Amarillo de la Presiden-cia de la República (Palacio de las Garzas). Maestro Rober-to Lewis. “Panamá, la nueva Nación, recibe el saludo del concierto de naciones”. Óleo sobre tela aplicado al plafón.

El Parlamento al DíaEl Parlamento al Día Boletín Electrónico del Centro de Estudios ParlamentariosBoletín Electrónico del Centro de Estudios Parlamentarios

EDICIÓN ESPECIAL

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dos Unidos en el año de 1776. 

Algo muy semejante ocurría en toda  la franja cen‐tro y  suramericana, pues  la  serie de abusos, atro‐pellos e inequidades de sus gobernadores acrecen‐taron  la  ira popular, que  comenzó  a manifestarse públicamente,  razón para  la que  surgieron nuevas repúblicas, libres y soberanas. 

El 30 de noviembre de 1821  las  fragatas de guerra Prueba  y  Venganza  llegan  a  la  bahía  de  Panamá, acompañadas a buscar al resto de las tropas españo‐las. Los capitanes españoles  José de Villegas  y  Joa‐quín de Soroa, firman un tratado de paz con el Gene‐ral José de Fábrega el 4 de enero de 1822, entre la monarquía española y los patriotas, donde acuerdan la no agresión a los territorios del istmo y la retira‐da  de  las  tropas  y  todos  los  barcos  de  la  Corona Española de la nueva nación istmeña. 

Sin embargo  los panameños motivados por  la anfic‐tionía  de  Bolívar,  que  en  su  Carta  de  Jamaica  en septiembre de 1815, se refirió, entre otras cosas, en la  necesidad  de  unificar  a  Hispanoamérica  en  una sola nación con una sola cultura.  Pero una vez cono‐cida por el Libertador , la acción independentista  por parte de los conjurados istmeños, un año después  

(1 de  febrero de 1822), desde su cuartel general de Popayán, envía nota de felicitaciones al General José de Fábrega, del  siguiente  tenor: “No me  es  posible expresar  el  sentimiento  de  gozo  y admiración  que he  experimentado al  saber que Panamá,  el  centro del Universo, es segregado por sí mismo,  y libre por su  propia  virtud.  El  Acta  de  la    Independencia  de Panamá  es  el  documento más  glorioso  que  puede ofrecer a la historia ninguna provincia americana”. 

La  Independencia del  Istmo de Panamá se proclamó en la entonces Casa del Cabildo, hoy Palacio Munici‐pal  de  la  ciudad  de  Panamá, donde  se  reunió una Junta formada por los miembros del Cabildo, autori‐dades,  militares,  eclesiásticas  y  civiles.  Luego  de discutir  la  situación  existente,  terminaron  procla‐mando espontáneamente y conforme el voto general de todos  los pueblos,  la  Independencia de Panamá de la Corona Española. 

 

Redacción/CEP w.g.b.

X l  movimiento  panameño  de  inde‐pendencia  en  contra  de  la  Corona Española, se inicia  en la Villa de Los Santos  por  Rufina  Alfaro  y  Don 

Segundo  Villareal.  Justo  es  comentar,  que  al  ser difundidas  las  ideas  independentistas  por  parte  de Segundo  de  Villarreal,  el  día  10  de  noviembre  de 1821, éste designó a Rufina Alfaro para aprovechar la  simpatía  que  los  soldados  sentían  hacia  ella  y  espiar así el cuartel, con  la  intención de  informar  la situación de  los uniformados  y  realizar  la  gesta  sin derramamiento de sangre.  

Al entrar al cuartel Rufina se percató que  los solda‐dos estaban descuidados, avisando a los conspirado‐res  para  que  se  tomaran  la  ciudad  sin  resistencia alguna.  Posteriormente,  fue  convocado  un  cabildo abierto  en  donde  La  Villa  fue  declarada    "Ciudad Libre"  del  yugo  colonial  español.  Este  suceso  es conocido  como  el  Grito  de  independencia  de  La Villa de  Los  Santos  e  iniciaría un proceso de alza‐mientos  en  varias  ciudades  del  istmo,  finalizando con la declaración de  la  independencia de Panamá el día 28 de noviembre de 1821, el cual contó con el respaldo de otras ciudades como Natá, Penonomé, Ocú y Parita.  

El ejército realista de la ciudad de Panamá estaba al mando del Coronel José de Fábrega, criollo oriundo de Veraguas, lo cual fue aprovechado por los istme‐ños, obteniendo  la  complicidad  del  Coronel  Fábre‐ga, las sociedades patrióticas y el clero, que contri‐buyó económicamente al movimiento. 

El  28  de  noviembre,  el  Ayuntamiento  convocó  a Cabildo Abierto y en acto solemne, en presencia de las  autoridades  militares,  civiles  y  eclesiásticas,  se declararon  rotos  los  vínculos  que  ataban  al  Istmo de Panamá con España. Entre los personajes ilustres se encontraban: José Higinio Durán y Martell, Obis‐po de Panamá, Dr. Carlos de Icaza, Mariano Arose‐mena, Juan de Herrera, Narciso de Urriola, José de Alba, Gregorio Gómez, Manuel María Ayala, Anto‐nio  Planas,  Juan  Pío  Victorias,  Antonio  Bermejo, Gaspar Arosemena y Casimiro del Bal. 

Algunas de  las principales razones que motivaron  la independencia de Panamá de España fueron: 

A finales del siglo XVII, Francia sufre una de las más extraordinarias muestras de democracia, al abolir‐se  la  monarquía  vigente  y  eliminarse  todas  las bases económicas y sociales que con ella funciona‐ban, e  implantarse una nueva  forma de sociedad, la República. 

Posteriormente  varios  lideres de  las  tallas de Na‐poleón  y  Bolívar,  comienzan  a  plasmar  las  ideas revolucionarias  que  surgían  de  las  sociedades subyugadas  por  las  monarquías  establecidas  en América,  libertándolas  y  proclamando  nuevas repúblicas libres e independientes.  

En  los  estados Unidos de Norteamérica,  a  finales del siglo XVII, se dio  fin a una serie de abusos co‐metidos  sobre  el  pueblo  norteamericano,  lo  que desencadenó una revolución civil que dio al traste con la promulgación de independencia de los Esta‐ 

 

La  falta  de  presupuesto,  el  poco  armamento militar con el que se contaba y la inseguridad de ser reconquistados por España, pone en peligro el  continuar  “la  epopeya  Independentista  del Istmo”,  por  lo  que  se  propone  la  unión  con algunas de  las nuevas naciones, entre ellos  los vecinos de  la  unión  centroamericana  y  la  na‐ción del Perú, que había sido el principal socio comercial del Istmo en la época colonial.  

 El  Cabildo,  escenario  de  innumerables  hechos  que enaltecieron  la  panameñidad. Hoy  en  su  lugar,  per‐manece el edificio que alberga al Consejo Municipal del  Distrito  de  panamá,  construido  el  1  de  julio  de 1810. 

La Independencia de Panamá de España -Fin del colonialismo ibérico-

  

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Esta es nuestra ident

idad,

historia, costumbres y tra

diciones

...que Viva Panamá! 

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El 3 de noviembre de 1903 -Se ilumina la nueva nación-

Redacción/CEP w.g.b./d.l.

h tilizando la última línea del coro de nuestro  himno  nacional,  destaca‐mos  otra  página  de  la  gloriosa historia  patria,  pues  una  vez  con‐

cluida  la independencia de España, el 28 de noviem‐bre de 1821, los gobernantes de Panamá tomaron la decisión  de  unirse  voluntariamente  a  la  Gran  Co‐lombia,  Estado  extinto  conformado  en  la  mayor parte de su  territorio por  las actuales  repúblicas de Colombia,  Ecuador,  Venezuela  y  Panamá.  Con  el entendimiento  que  se  conservaría  autonomía  de gestión económica y administrativa. 

En 1826, año en que se celebró el Congreso Anfictió‐nico en la capital istmeña, Panamá rechazó la consti‐tución bolivariana, pero esto no  fue obstáculo para que en ese año se produjera la primera tentativa de separación  de  la  Gran  Colombia.  A  pesar  que  el congreso colombiano hacía caso omiso de  las solici‐tudes  de  franquicias  comerciales  para  el  istmo,  lo cual frustraba las aspiraciones panameñas, surgió un movimiento  separatista  para  convertir  a  Panamá en  un  país  hanseático  bajo  la  protección  de Gran Bretaña y los Estados Unidos. El movimiento fue, sin embargo,  reprimido  por  los  militares  colombianos destacados en el istmo. 

En  algunas  ocasiones,  militares  en  el  territorio istmeño,  conocido  como  departamento  del  Istmo bajo el centralismo o estado Soberano de Panamá bajo  el  federalismo,  habían  intentado  separarse, independizarse  del  gobierno  colombiano  o  auto gobernarse de facto, siendo  las más  importantes en 1830,  1831  y  1832; posteriormente hubo  revueltas populares en Colombia (de hecho seis guerras civiles en 82 años). En 1840 y por un año  se estableció el Estado del  Istmo, haciendo una clara constancia de que  se  reincorporaría  a  la  Nueva  Granada  si  esta adoptaba  el  régimen  federal  y durante parte de  la Guerra  de  los Mil  Días  (1899‐1902),  conflicto  civil que devastó  a Colombia, nación  a  la que  entonces pertenecía Panamá, aunque en estado de  rebelión, pues muchos de sus  líderes  luchaban en contra del gobierno conservador y a  favor del Partido Liberal Colombiano. Entre 1846 y 1848,  los gobiernos de la Nueva Granada y los Estados Unidos habían firmado el  tratado Mallarino‐Bidlack, con el que  los Estados Unidos garantizaban la soberanía de la Nueva Grana‐da  sobre  el  istmo. Posteriormente en 1850  y  1868 también  se  desvinculó  el  istmo  de  Colombia,  pero una  efectiva  acción  colombiana  con  apoyo  armado de  Estados  Unidos,  restituía  el  territorio  al  país, invocando el Tratado Mallarino‐Bidlack. 

El 21 de noviembre de 1902 en la bahía de Panamá, 

liberales  y  conservadores  ratificaron  el  fin del  con‐

flicto a bordo del acorazado Wisconsin de la Armada 

estadounidense,  en donde  se  redactó  y  finalmente 

fue firmado el tratado del mismo nombre que puso  

fin a la guerra denominada: de  los mil días. La Gue‐

rra de  los Mil Días dejó devastado al departamento 

de Panamá, donde, entre octubre de 1899  y mayo 

de 1902 hubo más de sesenta combates. El general 

Victoriano Lorenzo, indígena panameño y guerrille‐

ro  liberal,  se  negó  a  aceptar  sus  términos,  por  lo 

que fue fusilado el 15 de mayo de 1903. 

José  Agustín  Arango,  político  istmeño,  empezó  a 

trabajar en secreto en la preparación del movimien‐

to separatista. Una junta revolucionaria clandestina 

se  formó en torno suyo para planificar una revolu‐

ción destinada a consolidar la separación del Istmo 

de la soberanía colombiana, para negociar directa‐

mente  con  Estados Unidos  la  construcción  del  ca‐

nal.  La  red  conspirativa  estaba  conformada  aparte 

del  propio Arango,  por Manuel  Amador  Guerrero, 

médico; Nicanor  de Obarrio, militar  y  general  del 

ejército colombiano y por otros como Ricardo Arias, 

Federico  Boyd,  Carlos  Constantino  Arosemena, 

Tomás  Arias  y  Manuel  Espinosa  Batista.  Pero  la 

parte operativa,  la de mayor  riesgo,  le  tocó a Ama‐

dor Guerrero, quien viajó a Estados Unidos en busca 

de apoyo para el plan, ya que las fuerzas norteame‐

ricanas  habían  ayudado  en  el  pasado  al  ejército 

colombiano.  También  obtuvo  en  Panamá  el  apoyo 

de importantes jefes liberales y el apoyo del coman‐

dante militar Esteban Huertas. 

El  Batallón  Tiradores,  al  mando  de  los  generales Juan B. Tovar y Ramón G. Amaya,  llegó a la ciudad de Colón en la mañana del 3 de noviembre de 1903. No  tuvo  problemas  para  desembarcar,  pero    su transporte hacia la ciudad de Panamá sufrió muchos  

contratiempos por  la  complicidad de  las autorida‐

des del Ferrocarril Transístmico con  los conjurados, 

entre  ellas  el superintendente norteamericano J.R. 

Shaler. Después  de  muchas  excusas,  el  Estado 

Mayor  pudo  desplazarse  hacia  la  capital.  En Colón 

quedó  la  tropa  bajo  el mando  del  coronel  Eliseo 

Torres. 

Una vez llegados a ciudad de Panamá, Juan B. Tovar 

y  sus  otros  oficiales  fueron arrestados por instruc‐

ciones del general Esteban Huertas, quien estaba 

al mando  del  Batallón  Colombia,  cuya  jefatura 

pretendía reemplazar al recién llegado general. 

Al enterarse de la  inminente acción revolucionaria, 

el  comandante  John  Hubbard  del  buque  nortea‐

mericano «Nashville»,  entonces  en  las  aguas  del 

puerto  y  quien  había  retrasado  previamente  el 

desembarco  de  las  tropas  colombianas  en  Colón, 

procedió  a  impedir  su  transporte  y  cualquier des‐

embarco  posterior,  argumentando  que  debía  res‐

petarse  la "neutralidad" del  ferrocarril, un argu‐

mento que  las autoridades norteamericanas hab‐

ían  empleado  en anteriores ocasiones  en  sentido 

contrario. 

Apresado  el  contingente militar  colombiano  y 

congelada  la  movilización  de  las  tropas  en 

Colón, se apresuraron  las acciones para decla‐

rar la separación del Istmo.  

El  Consejo Municipal  se  reunió  bajo  la  Presi‐

dencia de Demetrio H. Brid (autoridad máxima 

en el territorio panameño en ese momento) y 

proclamó en un acta la voluntad del pueblo de 

ser  libre  y  de  establecer  un Gobierno  propio, 

independiente,  y  soberano bajo el nombre de 

República  de  Panamá.  Demetrio  H.  Brid  se 

convirtió entonces en el Primer Presidente de 

facto  de  la  recién  formada  República  de  Pa‐

namá.  

f e  reconoce  como primer  presidente de  facto  de  la Repúbl ica   de 

Panamá y Prócer de la Patria en  grado  eminente  a    Demetrio  Honorato  Brid Lasso (Ley 27 de 1953). 

Fue  Presidente  del  Consejo Municipal  del  Distrito  de Panamá, asumió  la  responsa‐bilidad de  llamar a  cabildo  la noche del 3 de noviembre de 1903,  para  respaldar  el movimiento  separatista. Ante el surgimiento de un gobierno de  facto,  el  cual  presidió,  le correspondió  designar  y delegar  sus  poderes  en  la Junta  de  Gobierno  Provisio‐nal  en  la  tarde  del  4  de noviembre.        

   Demetrio Honorato Brid L. 

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_ os  Símbolos  patrios    de  la  República    de    Pa‐

namá,  son en este orden: la Bandera, el Him‐

no   y el Escudo, adoptados mediante la  Ley 34 

de 1949, reformada por la Ley 2 de 23 de ene‐

ro de 2012.  

La bandera fue diseñada por don Manuel Encarnación Amador, 

hijo  del  Presidente  Amador  Guerrero,  su  madre  doña  María 

Ossa de Amador, con  la ayuda de  su cuñada doña Angélica B. 

de la Ossa (esposa del autor  de la letra del Himno Nacional) la 

confeccionó. El Himno Nacional es la música de exaltación y de 

júbilo, que canta  los triunfos y glorias de  la Patria.   El maestro 

don  Santos  Jorge    compuso  la música,  inspirado en un arreglo 

escolar   que denominó  “Himno  Istmeño”  .  Tiempo después,  le 

solicitó   a don  Jerónimo de  la Ossa que compusiese  la  letra del 

Himno Nacional . En 1906, se adoptó esta pieza provisionalmen‐

te, a través de la Ley 39 y a partir de 1925, el Presidente  Rodolfo 

Chiari , le  da carácter definitivo con la Ley 48  . 

 

 

X n  lo  que  respecta  al  Escudo  de  Armas,  fue 

creado  por  don  Nicanor  Villalaz,  al  principio 

elige el  lema: “Paz,  Libertad, Unión  y Progre‐

so”. Durante la sesión en la Asamblea Nacional 

de entonces, los  Diputados Rafael Niera y Juan Henríquez sugi‐

rieron el lema:  “Pro Mundi Beneficio”, en honor a nuestra privi‐

legiada  posición geográfica. 

La propuesta  se adopta  formalmente, a  través de  la  Ley  64  de 

junio de 1904. 

 

 

 

  Manuel E. Amador   María O. de  Amador 

 Nicanor  Villalaz 

 Santos   Jorge  Jerónimo de la Ossa 

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El 4 de noviembre de 1903 -El resurgir de nuestra identidad-

T  raíz  de  lo  acontecido  el  día 

anterior  y  con  un  pueblo 

orgulloso del accionar de sus 

próceres,  inicia un nuevo día 

en la historia de la República.  

Motivado el pueblo por todo lo acontecido, a raíz de 

la  invitación del Honorable  Consejo Municipal,    se 

dio cita en la ahora Plaza de la Independencia, para 

participar del Cabildo Abierto.  

De esta  forma, el movimiento  revolucionario por el 

cual se emancipó el  Istmo del resto de  la República 

de Colombia, formando una nación soberana y libre, 

quedó legitimado por el pueblo de Panamá. Durante   

el Cabildo Abierto, se  leyó  el Acta de Independencia 

de  la República, una vez concluida  la  lectura de tan 

representativo documento, don Demetrio Honorato 

Brid, como Presidente del Consejo, designa y otor‐

ga  los  poderes  en  nombre  de  la  entidad  que 

representaba, a  los miembros de  la  Junta  de 

Gobierno Provisional  José Agustín Arango, 

Federico  Boyd  y  Tomás  Arias,  enco‐

mendándoles transitoriamente "la admi‐

nistración,  gestión  y  dirección  de  los 

negocios" y demás asuntos propios de la 

estabilidad nacional, mientras se formali‐

zaba  la  nueva  república.  Concluida  su 

lectura,  Demetrio  H.  Brid  expresó  como 

muestra de su  incondicional compromiso 

con  la Patria,  lo siguiente: “Patria, por  ti 

sacrificarse debe  todo  lo que Dios en  su 

bondad  nos  dio,  hasta  el  bienestar  de 

nuestros hijos”.  

Una  nueva  bandera  tricolor,  que  representaría  al 

país  ahora  independiente,  fue  paseada  por  las 

calles en compañía de un público eufórico. En  la 

madrugada del día 4 con la participación del 

Alcalde del Distrito,  se  izó  la bandera en 

el  asta  del  Palacio Municipal, bajo  los 

acordes  de  la  entonces  popular mar‐

cha  Hiawatha,  compuesta  por  Neil 

Moret  (Charles N. Daniels)  en  1901, 

la cual fue coreada por  los allí reuni‐

dos  y  tocada  por  una  improvisada 

banda  de música.  El  bautizo  de  la 

Bandera Nacional,  tuvo  lugar en  la 

Plaza Chiriquí, hoy  Plaza de Francia, 

el 20 de diciembre de 1903.n el techo 

del Salón  

Redacción/CEP w.g.b./d.l.

  

Medallón en el techo del Salón Amarillo (Palacio de las  Garzas). Maestro  Roberto  Lewis.  Alegoría  del Himno Nacional. Óleo sobre tela aplicado al plafón. 

La  Junta de Gobierno Provisional, estuvo  integrada por José Agustín Arango,  Federico  Boyd  y  Tomás Arias.  Por  designación  entró  en funciones    a  partir  del  4  de  no‐viembre de 1903, para encargarse de la administración del Estado. 

 Anterior  a  este  edificio  de  escultura 

neoclásica, existió en el mismo lugar el 

edificio del Cabildo, que databa de  la 

época  de  la  colonia  española.  La  ac‐

tual  estructura suplantó la anterior, a 

partir del 1 de junio de 1910.  

 El  19  de  febrero  de 

1904,  la  convención 

Nacional  constituyente 

designó a   don Manuel 

Amador Guerrero  ,  co‐

mo  Primer  Presidente 

Constitucional  de  la 

República de Panamá. 

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La Ley No. 18 del 10 de abril de 2002 promulgada en la gaceta oficial No. 24530, declara a el Águila Harpía como el Ave Nacional de la República de Panamá. Esta norma cuenta con cuatro artículos, estableciendo el tercero de ellos multas hasta de cinco mil balboas (B/. 5,000.00) para quien capture, trafique, cause daños o muerte de águilas Harpías adultas, sus crías, huevos o nidos. La ley fue promovida por la enton-ces Legisladora Susana Richa de Torrijos.

 

Victoriano Lorenzo Dr. Manuel A. Guerrero Dr. Justo Arosemena Amelia Denis de Icaza

Hechos que consolidan nuestra nacionalidad 

El 21 de octubre de 1980,  la Asamblea Nacio‐nal declara a la Orquídea Periferia Elata, me‐jor  conocida como la  flor del  Espíritu  Santo, como la Flor Nacional de Panamá.

Redacción/CEP w.g.b.

Galería Histórica  

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El 5 de noviembre de 1903 -Se reafirma nuestra separación-

b tro  de  los  episodios  que  destaca nuestra historia patria, es aquel   en 

donde  se  observa  la  participación 

de  la provincia de Colón, en  la glo‐

riosa  gesta novembrina. Decimos  esto, basándonos 

en todo lo acontecido durante el amanecer del 3  de 

noviembre,  con  el  arribo  a  nuestra  costa  caribeña, 

de    tres  (3)  naves  a    la  bahía  colonense,    dos  (2) 

colombianas,  como  lo  fueron  el  “Cartagena”  y  el 

“Alexander Bixio” y el estadounidense “Nashville”. 

Además  de  los  oficiales,  desembarcó  el  Batallón Tiradores  formado  por  500  hombres,  comandados por  los generales Juan Tobar y Ramón Amaya, con la  intención de trasladarse a  la capital, para relevar al  General  Esteban  Huertas,  Comandante  del  Ba‐tallón Colombia, quien simpatizaba con los conjura‐dos  y  acabar  con  la  emancipación,  lo  cual  no  fue posible,  porque  las  autoridades  del  ferrocarril  se encargaron de buscar excusas, para que el traslado de  las  tropas  Colombianas  hacia  la  ciudad  de  Pa‐namá, no  se efectuara. Sólo sus generales se trasla‐daron,  pero  una  vez  que  arribaron  a  su  destino, fueron  tomados  prisioneros,  por  aquel  que  sería relevado (Esteban Huertas). Los soldados colombia‐

nos  se  queda‐ron  en  Colón, al  mando  del coronel  Eliseo Torres,  el  cual se  encontraba decidido  a cumplir con su misión  a  cual‐quier costo.    Comenzaron entonces  las conversacio‐nes  entre  los miembros  de 

la Junta Revolucionaria colonense del alcalde Eleazar Guerrero y de otras autoridades locales, con el obje‐tivo de  convencer a  los  colombianos de abandonar Panamá, lo cual según la información que nos permi‐te  conocer  la  historia,  se  materializa  a  través  del pago de ocho mil dólares. En un reportaje publicado por  la periodista Delfia Cortez para el diario Crítica del 5 de noviembre de 2000,   nos     presenta      una entrevista   al    historiador    colonense     Jorge Luis Macías,  quien  destaca  “Ese  dinero  provino  de  la Compañía  del  Ferrocarril.  El mismo  fue  contado  y entregado por el  cajero,  señor Wardlaw y  su asis‐tente, José Lefevre. El retiro de las tropas colombia‐nas de  territorio panameño se dio a  las 7:35 de  la noche del día 5 de noviembre de 1903”.   

Tiempo  después,  toda  la  soldadesca colombiana zarpa en el barco Orino‐co de regreso a su país. Fue entonces cuando el miembro de la Junta Revo‐lucionaria  de  Colón,  Juan  Antonio Henríquez,  envió  hacia  Panamá  un telegrama que decía así: "Sólo ahora, 7:30 p.m. puede decirse que  la  inde‐pendencia de Panamá está asegura‐da".  El  día  cuatro  de  noviembre,  se  de‐claró solemnemente la separación de Panamá  de  Colombia,  pero  el  cinco de  noviembre  se  confirmó  nuestra separación, gracias a  la  lucha patrió‐tica  de  colonenses,  que  apoyaron  la lucha. 

Tobar y  los demás generales perma‐necieron en la nueva República hasta el  12  de  noviembre,  cuando  se  les dejó en libertad bajo la condición de que  se  marcharan  de  inmediato. Regresaron  a  Colombia  en  el  vapor León XIII. 

Por todo lo vivido en aquellos aciagos momentos,  las páginas de  la historia patria, jamás pasarán como inadverti‐do,  el  valiente  aporte  de  hombres  y mujeres  Colonenses,  quienes  de corazón  acudieron  al  llamado  de  la Patria.  Sobre  esto,  el  historiador Macías nos dice       “…   que la revo‐lución que se gestó primero en Colón y  que  abortó  después  también  en Colón,  no  pudo  consumarse  sin  los actos del 5 de noviembre, y siempre se  ha  preguntado:  ¿Qué  hubiese ocurrido,  si  los  aliados  en  Colón hubieran traicionado la causa?...” 

 

Redacción/CEP w.g.b./d.l.

  JUNTA REVOLUCIONARIA DE COLÓN 

Sentados, de  izquierda a derecha: Porfirio Meléndez  (1854‐1915), el  jefe,  nacido  en  Colón  y  Juan  Antonio  Henríquez  (1860‐1915) nacido  en  Panamá;  De  pie  y  en  el mismo  orden,  observamos  a Orondaste  L.  Martínez  (1858‐1915),  nacido  en  Cartagena (Colombia), pero afincado en  la capital atlántica. Por último, Car‐los Clemant (1858‐1933), quien tenía el grado de Teniente Coronel, título ganado en el enfrentamiento de Coto tras haber sido invadi‐da  esta  población  chiricana  por  fuerzas  costarricenses.  Era  tam‐bién natural de la capital.        (foto Ricardo López Arias). 

Primera plana del "The Colon Starlet" con titulares sobre la separa‐c i ó n ,   nue vo   gob i e r no   y   en v í o   de   más  acorazados de Estados Unidos a Panamá. Colón, noviembre 7 de 1903.  Fuente:  Ovidio  Díaz  Espino.  Revista  Credencial  Historia. (Bogotá ‐ Colombia). Edición 164. 

 General Esteban Huertas Comandante del Batallón Colombia 

  General Juan Tovar Comandante del Batallón Tiradores 

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  Título : Sentimientos autóctonos Técnica: Óleo sobre lienzo  medidas: 100cm por 120cm  Exposiciones:  Participó en la exposición colectiva Nexus en la Galería Manuel Amador con el auspicio de la Universidad Nacional de Panamá. Participó en la exposición individual  Reflejos panameños , con el auspicio del Banco Nacional de Panamá. 

 

Descripción de la obra 

Sentimientos autóctonos son los que fluyen por nuestras raíces, nuestro folclor, todo aquello que forma parte de lo que somos, nuestra identi‐dad. El tema de la obra, dos empolleradas henchidas de sentimiento por sus raíces. La Pollera Panameña La Pollera es el traje típico Nacional de Panamá, que utilizan  las mujeres panameñas en  fiestas patrias, noches de gala y eventos  folclóricos, es el producto de un arte anónimo que creció y se desarrolló al calor de nuestros hogares campesinos, entre el ambiente más puro de nuestra artesanía femenina. Está compuesto de dos piezas separadas que consisten en una camisa y un pollerón confeccionados con tela fina altamente valorada por el elaborado trabajo de bordado y encaje que requiere, tapa hueso de color en el pecho, en  la cabeza peinetas de oro, tembleques ?flores que tiemblan? y  las  joyas según la tradición que nos recuerda la época de esplendor de oro de Panamá.  

 

Fragmento de la poesía Mi pollera autor: Ana Isabel de Illueca No me pidas que cambie mi vestuario por gasas ni por sedas. Ninguna paname‐ña cambiaría por nada, su pollera. 

  Lineth Márquez 

Pintora Nacional 

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Que el General José de Fábrega fue ascendido a General y nombrado  jefe  civil y militar del istmo por Simón Bolívar. 

Que  fueron 17  los  intentos  separatistas  pa‐nameños después de fundada la colonia. 

Que  junto  al Acta  de  Independencia  del  Ist‐mo,  se  le  incorporan  las  actas  de  Indepen‐dencia de la Villa de Los Santos y de Santiago de  Veraguas,  consolidando  así  el  fin  de  la época  colonial española en Panamá y dando así,  inicio a  la unión voluntaria a  la Gran Co‐lombia. 

Que el Acta de Independencia de Panamá fue redactada  el  28  de  noviembre  de  1821  por don Manuel  José Hurtado  y  constó de doce artículos. 

Que el 1  de  diciembre  de  1821 Santiago  de Veraguas se une al movimiento independen‐tista panameño, proclamando así su indepen‐dencia  de  España  y  uniéndose  así  a  la Gran Colombia.  Tras  este  acontecimiento,  se  pro‐cedió a  la  firma  del Acta  de  Independencia de Santiago de Veraguas. 

Que  no  deben  confundirse  los  términos: "Independencia de Panamá de España"  con "Separación  de  Panamá  de  Colombia".  Los hechos del 28  de  noviembre  de  1821  repre‐sentan  "La  Independencia  Nacional  de  Pa‐namá", y los del 3 de noviembre de 1903, son el nacimiento de  la  "República de Panamá" una  vez  separados  definitivamente  de  Co‐lombia, a  la cual se habían unido de manera "voluntaria". 

Que Panamá entra en el grupo de  las  llama‐das Naciones  del  Bicentenario, ya que el  28 de noviembre de 2021, se conmemorarán los 200  años  de  su  independencia  del  Imperio español. 

Que el monumento a la LIBERTAD ubicado en la Villa de Los Santos, es creación del  finado escultor,  pintor  y  creador  del  Cilindrismo, Prof. Guillermo Mora Noli, en el año de 1947 y  simboliza  a  Rufina  Alfaro,  rompiendo  las cadenas de la opresión española. 

Que en los cabildos de 1821 y 1903 realizados en el Consejo, se declararon  las  independen‐cias  de  Panamá  de  España  y  de  Colombia respectivamente.  Hoy    Las  actas    originales reposan dentro del Salón de Sesiones Manuel A.  Guerrero,  ubicado  en  la  actual  sede  del Consejo  Municipal de Panamá.  

  Este  inmueble  fue  restaurado  hacia  1975, fecha en la que se habilitaron en éste algunas dependencias de la Academia Panameña de la Historia  y  la Dirección Nacional de Patri‐monio Histórico. 

Que  la  Primera  Constitución Nacional  de  la República de Panamá,  fue  sancionada el 15 de febrero de 1904. 

Que  la  Asamblea  Nacional  de  Panamá, me‐diante  Ley  4  de  1955,  decreta  reconocerle como Prócer de  la República en su calidad de miembro del Honorable Consejo Municipal de Panamá, a Demetrio Honorato Brid  Lasso, el cual “asumió el poder supremo de  la Nación panameña,  y  en  virtud  de  ello  nombró  una Junta  de  Gobierno”  y  “firmaron  el  Acta  de Independencia del Istmo el día 4 de Noviem‐bre de 1903, por medio de  lo cual se consti‐tuyó la República de Panamá”. 

Que  la redacción del Acta  de  Independencia del  Istmo,  fue  encomendada  en  la mañana del  histórico  día  3,  por  Don  José  Agustín Arango, a un eminente  jurista panameño de figuración  destacada  en  la  vida  política  del país, el Dr. Carlos Antonio Mendoza. 

Que el 13 de noviembre Estados Unidos reco‐noce formalmente a la República de Panamá (después de haberla  reconocido extraoficial‐mente  del  6  al  7  de  noviembre), Francia  lo haría al día  siguiente y antes de  finalizar no‐viembre,  otros  quince  países  de  América, Europa y Asia lo harían también. 

Que la Ley 34 de 1949, ordena todo  lo relati‐vo  a  la  Bandera,  el  Escudo  y  el  Himno  de Panamá, fue modificada ampliamente por la Ley 2 de 2012, debatida en el Palacio Legisla‐tivo  Justo  Arosemena,  sede  de  la  Asamblea Nacional. 

Que por el Decreto Ejecutivo 824 de 2012, se creó la Comisión Nacional de los Símbolos de la Nación, formada por 5 miembros. 

Que  el  21  de  octubre  de  1980,  la Asamblea Nacional declara a  la  flor  del  Espíritu  Santo, como la flor nacional de Panamá. 

Que el Ferrocarril de Panamá fue el más cos‐toso en  la historia, al  facturar unos 8 millo‐nes  de  dólares  a mediados  del  siglo  XIX,  8 veces más del estimado  inicial y su construc‐ción se realizó en 5 años.  

Que Panamá es la única ciudad del mundo, con una selva  dentro  de  sus  áreas  limítrofes, haciendo  alu‐sión al Parque Natural Metropolitano. 

Redacción/CEP w.g.b. / d.l.

Sabía Usted -En el mes de la Patria-

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Entre prosa y verso - A la Patria con amor-

Redacción/CEP w.g.b. / d..l.

c atria  por   

Ricardo Miró 

 

 

 

¡Oh  Patria  tan  pequeña,  tendida  sobre  un Istmo  en  donde  es más  claro  el  cielo  y más brillante el sol, En mi resuena toda tu música, lo mismo que el mar en  la pequeña celda del caracol! 

 

Revuelvo  la mirada  y  a  veces  siento  espanto cuando no  veo  el  camino que  a  ti me ha de t o r n a r … ¡quizás nunca supiera que te quería tanto si el Hado no dispone que atravesara el mar! 

 

La Patria es el  recuerdo… pedazos de  la vida envueltos  en  jirones  de  amor  o  de  dolor;  la palma  rumorosa,  la música  sabida,  el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor. 

 

La  Patria  son  los  viejos  senderos  retorcidos que el pie desde la infancia sin tregua recorrió en donde son  los árboles, antiguos conocidos que al paso nos conversan de un tiempo que pasó. 

 

En  vez  de  esas  soberbias  torres  con  áurea flecha,  en  donde  un  sol  cansado  se  viene  a desmayar,  dejadme  el  viejo  tronco,  donde escribí una  fecha donde he  robado un beso  , donde aprendí a soñar. 

 

¡Oh, mis vetustas torres, queridas y lejanas yo siento la nostalgia de vuestro repicar! he visto muchas  torres,  oí  muchas  campanas,  pero ninguna  supo.  ¡torres  mías  lejanas!  cantar como vosotras, cantar y sollozar. 

 

La Patria es el  recuerdo… pedazos de  la vida envueltos  en  jirones  de  amor  o  de  dolor;  la palma  rumorosa,  la música  sabida,  el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor. 

             

V anto a la bandera  

por  Gaspar Octavio 

Hernández 

Se detuvo el mancebo en  la rampa, frente al mar transparente. Comen‐zaba  a  brillar  la  mañana. En  una  de  las  naves  de  Aguadulce fondeadas  en  el  puerto,  hercúleo marino  de  color  de  bronce  ‐cantando  un  alegre  cantar  de aldea‐  enarbolaba  el  pendón  trico‐lor del Istmo.  El  mancebo  sintióse  inquieto  de entusiasmo:  el  entusiasmo  le  hizo poeta y le inspiró este canto: 

¡Ved  cómo  asciende  sobre  el  mar  la  enseña que  refleja  en  sus  vívidos  colores el  mar  y  el  cielo  de  la  patria  istmeña! ¡Mirad…!  ¡Es  la  bandera  panameña, vistosa cual gentil manto de flores!  ¡Ved  cómo  asciende  al  mástil  del  velero serpenteando   con  lánguida  armonía bajo   l a   luz   del   mat ina l   lucero, mientras   canta   fo rn ido   mar ine ro con ruda voz, canciones de alegría!  El  céfiro  de  Ancón,  puro  y  fragante c omo   be so   de   v i r g en ,   a c a r i c i a la  tenue  seda  del  pendón  flotante y  tierno  idilio  sobre  el  mar  sonante con el céfiro la bandera inicia.  ¡Bandera  de  la  patria!  ¡Con  celajes de  púrpura  encendida,  con  pedazos del  cielo  de  los  ístmicos  paisajes y  de  marina  espuma  con  encajes tejieron nuestras vírgenes los lazos! 

 ¡Bandera  de  la  patria!  Las  estrellas en  tus  colores  su  fulgor  derraman perennemente   v ív idas .   Por   e l las , los  hombres  duros,  las  mujeres  bellas ¡en patriotismo férvido se inflaman!  ¡Ellas,  en  nuestros  fuertes  corazones, la   l l ama   av ivarán   del   hero ísmo, cuando  al  grito  marcial  de  los  cañones, enem i go   c l a r í n   v i b r e   c an c i o ne s bajo el ardiente sol de nuestro Istmo!  Ellas   reavivarán  en  nuestras  almas amor  por  nuestras  fértiles  campiñas sembradas  de  naranjos  y  de  palmas, donde  ‐tras  de  luchar‐  núbiles  niñas nos ceñirán de mirtos y de palmas… 

 ¡Bandera  de  la  patria!  Sube,  sube hasta  perderte  en  el  azul…  Y  luego de  flotar  en  la  patria  del  querube; de  flotar  junto  al  velo  de  la  nube, s i   v e s   q u e   e l   H a d o   c i e g o en   l o s   i s tmeños   puso   cobard ía , desciende  al  Istmo  convertida  en  fuego y   extingue   con   febril   desasosiego ¡a los que amaron tu esplendor un día! 

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DIRECTIVA

H.D. ADOLFO VALDERRAMA

PRESIDENTE

H.D. BENICIO ROBINSON

PRIMER VICEPRESIDENTE

H.D. ALFREDO PÉREZ

SEGUNDO VICEPRESIDENTE

MGTER. FRANZ WEVER

SECRETARIO GENERAL

LICDA. ANELIS BERNAL

SUBSECRETARIA GENERAL

CENTRO DE ESTUDIOS PARLAMENTARIOS

Licda. Marisol Martínez Directora Encargada

Prof. Wolfgang González Beluche

Coordinador del Boletín

Asesores Licdo. Jaime Beitia

Licda. Mariela Laguna

Licdo. Karim Paredes

Licda. Daphne Cárdenas

Licda. Delia de López

Colaboradores

Marcela Chang

Gladys Moreno

Paola Martínez

Bosco Arosemena