monografía evaluación

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Page 1: Monografía evaluación

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Monografía “Evaluación”

INTRODUCCIÓN:

La evaluación es una práctica que no se circunscribe únicamente al ámbito

educativo. Diariamente, de manera personal, evaluamos en forma no sistemática las

acciones que realizamos teniendo en cuenta lo que alcanzamos o nos queda

incompleto. Además, esta práctica es muy utilizada en diferentes ámbitos como el

gubernamental, deportivo, informativo, económico, etc.

Nuestra vida está atravesada por procesos evaluativos, por eso sentimos que,

en diversos medios estamos rindiendo examen.

En la práctica educativa, la evaluación es una herramienta del proceso de

enseñanza-aprendizaje, sistemática, constructiva y compleja, indispensable para

apreciar la adaptación de los educandos al mismo tiempo poder controlar y

comprender en qué medida se han conseguido los objetivos educativos previstos.

Para el docente, es también un elemento para evaluar su propia intervención

educativa, ya que le permite reajustar el quehacer realizado de acuerdo con los

resultados de la evaluación.

Por la importancia que posee la evaluación en el proceso educativo

consideramos de suma importancia ampliar la temática Evaluación para abordar

conocimientos más complejos referidos a ¿Qué Evaluar?, ¿Cómo Evaluar?,

¿Cuándo Evaluar? Y ¿Para qué Evaluar?

Page 2: Monografía evaluación

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DESARROLLO:

Las cuestiones relativas a la evaluación han adquirido un protagonismo

creciente hasta convertirse en uno de los focos prioritarios de atención de los

análisis, las reflexiones y los debates pedagógicos y psicopedagógicos.

El discurso pedagógico y psicopedagógico generado fuera y dentro de

nuestro país nos brinda en la actualidad una serie de reflexiones y propuestas sobre

la evaluación. Expresiones y conceptos como los de evaluación inicial, formativa y

sumativa han pasado a formar parte, en buena medida, de nuestro bagaje

profesional. Ya que existen diferentes tipos de evaluación y que estas deben cumplir

funciones distintas, por lo que es necesario utilizar procedimientos y técnicas de

evaluación igualmente diferenciales. Aunque todavía escasos, empezamos a tener a

nuestro alcance algunos instrumentos de evaluación bien diseñados y relativamente

fáciles de utilizar en las aulas. No basta con evaluar los aprendizajes que llevan a

cabo los alumnos y alumnas sino que es necesario, evaluar la actuación de los

profesores y las actividades de enseñanza que planifican y desarrollan con sus

alumnos. Pese a todas estas aportaciones, la evaluación sigue siendo uno de los

ingredientes de nuestra actividad profesional que continua planteando mayores

dificultades, dudas y contradicciones.

En la actividad de los docentes en la perspectiva de una concepción

constructivista de la enseñanza y aprendizaje. ¿Cómo hacer compatible la idea de

un alumno que sólo aprende en la medida en que es capaz de construir significados

y de atribuir sentido al contenido del aprendizaje con la práctica de una evaluación

que, de una forma u otra acaba imponiendo cierto rasero uniformizador?

¿Cómo compaginar una enseñanza escrupulosamente respetuosa hacia el

proceso de construcción de conocimiento de los alumnos con la exigencia de que

todos ellos superen un conjunto de criterios de evaluación previamente establecidos

con carácter general? ¿Cómo armonizar una enseñanza entendida como ajuste

constante y sostenido de la ayuda pedagógica para que cada alumno y alumna

alcance, a partir del punto donde se encuentra, el mayor nivel posible de desarrollo y

de aprendizaje con la existencia de una evaluación que acaba siempre adquiriendo,

quiérase o no cierto carácter sancionador? ¿Cómo atender estas exigencias

contradictorias o al menos aparentemente contradictorias?

Page 3: Monografía evaluación

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Existen distintos tipos de evaluación, funciones de la evaluación,

procedimientos, técnicas e instrumentos de la evaluación, evaluación de los

aprendizajes de los alumnos, evaluación de los contenidos conceptuales,

procedimentales, y actitudinales, decisiones de promoción/ repetición y de titulación/

no titulación ligadas a la evaluación de los aprendizajes, evaluación y fracaso

escolar, evaluación y abandono escolar, evaluación de la enseñanza, evaluación de

centros, evaluación de proyectos curriculares…etcétera. Estos y otros aspectos,

están estrechamente interrelacionados, de tal manera que es difícil realmente muy

difícil, no confundirlos y, al mismo tiempo, asegurar una coherencia en las

actuaciones y decisiones que vamos tomando en relación a cada una de ellas.

¿QUÉ HAY QUE EVALUAR?

Algunos maestros, en respuesta a esta cuestión, hablan de las “clases de

objetivos o de resultados” que han de lograrse dentro de un proceso de

enseñanza/aprendizaje, de acuerdo con las capacidades que se diferencian dentro

del modelo curricular, y de los bloques (conceptual, procedimental y actitudinal) que

se han de alcanzar dentro de esas categorías. Así por ejemplo, la capacidad

cognitiva incluye desde la comprensión intelectual de fenómenos, hechos y

problemas, el uso de lenguaje hasta la comprensión y conocimiento de leyes,

teorías, etc. Pero también es importante evaluar la capacidad de desplegar

estrategias cognoscitivas. Tal tarea consiste básicamente en evaluar la capacidad de

“aprender a aprender”, o si se quiere, la capacidad de adquirir una metodología para

acercarse al saber. Esto comporta tanto el aprender leyendo, escuchando,

observando y trabajando, como la capacidad de relacionar e integrar lo conocido y

de aplicarlo para resolver creativamente los problemas determinados que se

confrontan. Los aspectos procedimentales comprenden el manejo de métodos,

técnicas, destrezas y habilidades específicas que no serán las mismas según se

trate de una escuela técnica, comercial o de bachillerato. En cuanto a los aspectos

actitudinales (que tienen que ver con la personalidad y el modo ser y de hacer de los

estudiantes), tienen mayores dificultades de evaluación a causa de los aspectos

subjetivos del que evalúa.

Según el mismo autor en el libro “El constructivismo en el aula”

Page 4: Monografía evaluación

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“Evaluar los aprendizajes realizados por los alumnos equivale a precisar hasta

que punto han desarrollado y/o aprendido unas determinadas capacidades como

consecuencia de la enseñanza recibida. Se trata de preguntarnos hasta qué punto

los procedimientos e instrumentos nos permiten poner en relación los progresos que

realizan nuestros alumnos con la enseñanza que estamos impartiendo.

Toda evaluación es, por principio, parcial en cuanto a la naturaleza y amplitud

de las relaciones entre significados que explora y, que sobre todo, que siempre cabe

la posibilidad de que los alumnos hayan establecido relaciones que las actividades e

instrumentos de evaluación que estamos utilizando no alcancen a detectar. Quiere

decir esto, que muy probablemente los alumnos siempre aprenden mucho más de lo

que somos capaces de captar con las actividades de evaluación en las que les

proponemos participar.”

¿CUÁNDO HAY QUE EVALUAR?

Tomando en cuenta a Cesar Coll y Ezequiel Ander Egg, podemos decir que

esta pregunta se refiere al momento en que se realizará la o las evaluaciones, tiene

respuestas a diferentes niveles. Así por ejemplo, se puede estar haciendo mención a

la evaluación diaria, semanal, quincenal, mensual, trimestral, final, etc. Se trata de la

temporalización de la ocupación evaluativa. Pero hay otros aspectos más

sustantivos relativos al cuándo evaluar; se trata de tres momentos que implican

también formas diferentes de evaluar: la evaluación inicial, la evaluación de proceso

y la evaluación de producto.

La evaluación inicial: es la que suministra a los docentes información sobre

los alumnos/as al comienzo del año escolar, de un nivel o ciclo. Casi siempre esta

evaluación es implícita, en el sentido de que el profesor o maestro reflexiona sobre lo

que sus alumnos han adquirido. Además los resultados de esta evaluación inicial, al

ser expuestos y analizados grupalmente, puede cumplir una función motivadora para

considerar aprendizajes nuevos, y que los alumnos tomen consciencia de las

lagunas, imprecisiones y contradicciones de sus esquemas de conocimientos y la

necesidad de superarlas. Aunque no sea un hábito realizar esta evaluación,

consideramos oportuno que los docentes realicen siempre un “sondeo evaluativo”

Page 5: Monografía evaluación

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para saber qué nivel de conocimientos, habilidades, actitudes, valores, etc., tienen

los alumnos con quienes va a iniciar una tarea docente. La evaluación inicial, como

instrumento de ajuste y recurso didáctico del proceso de enseñanza aprendizaje, es

una práctica altamente recomendable.

La evaluación de proceso: llamada también evaluación formativa, es la que

se hace durante el proceso de enseñanza/aprendizaje, que permite ir ofreciendo la

ayuda pedagógica más adecuada en cada momento, una experiencia que los

profesores la realizan casi de manera intuitiva, sin ser conscientes de ello y por lo

general con resultados valiosamente satisfactorios. Se trata de un seguimiento que

se realiza durante ese proceso y que sirve para proporcionar información sobre los

progresos, dificultades, etc., de los alumnos, y al mismo tiempo, da a los profesores

elementos para readaptar sus métodos y estrategias pedagógicas. Se aconseja una

práctica más formalizada de la evaluación formativa; a través de la observación

sistemática del proceso de aprendizaje del alumno con la ayuda de guiones de

observación y el registro de informaciones obtenidas en hojas individuales o

grupales diseñadas para facilitar el registro de dicho proceso. De esta manera, la

evaluación deja de ser una sentencia para transformarse en una forma de ayudar a

los alumnos a progresar en sus aprendizajes, y de apoyarlos y orientarlos en esa

tarea. Este tipo de evaluación ayuda también a los alumnos a estar al tanto de sus

progresos y dificultades.

Por último, la evaluación de producto, o evaluación sumativa: que se

hace al término de una de las fases del proceso de aprendizaje, consiste en precisar

los resultados de dicho aprendizaje, para comprobar que se ha alcanzado el nivel

exigido, este tipo de evaluación, es también un instrumento de control del proceso

educativo: el éxito o fracaso en los resultados del aprendizaje de los alumnos es un

indicador del éxito o el fracaso del propio proceso educativo para conseguir sus

fines.

Se trata del análisis de los resultados obtenidos en cuanto al grado de los

aprendizajes de los alumnos. Este tipo de evaluación es la que certifica y legitima, en

nuestro sistema educativo, la promoción de un alumno/a, de un grado, ciclo o nivel a

otro.

Page 6: Monografía evaluación

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Es un error pensar que la evaluación sumativa sólo debe llevarse a cabo al

final de un ciclo o período con el fin de decidir si se certifica o no a los alumnos.

Esta evaluación es una práctica recomendable para saber si el nivel de aprendizaje

alcanzado por los alumnos, es suficiente para afrontar el aprendizaje de otros

contenidos relacionados con estos.

La función de la evaluación sumativa, está relacionada con la evaluación

inicial, ya que en una serie articulada de procesos de enseñanza aprendizaje ambas

evaluaciones pueden unirse en una misma actividad. Las evaluaciones sumativas

deben tener en cuenta los diferentes tipos de contenido que incluyen el diseño

curricular y los diferentes tipos y grados de aprendizaje que fijan los objetivos.

Según Cesar Coll: “el diseño de las actividades de evaluación sumativa debe

respetar los principios de significatividad y funcionalidad del aprendizaje, primando

siempre la utilización del conocimiento adquirido frente a la mera repetición

mecánica”.

En el Libro “El constructivismo en el aula” de Coll se menciona lo siguiente:

“Las practicas de evaluación basadas en la toma de una única instantánea (por ej.

Exámenes eliminatorios) son, en consecuencia, poco fiables y deberían ser

sustituidas, en lo posible, por otras que tengan en cuenta el carácter dinámico del

proceso de construcción de significados y atiendan a su dimensión temporal”.

¿CÓMO HAY QUE EVALUAR?

Es un aspecto práctico que admite dar respuestas a tres cuestiones

diferentes: qué instrumentos y medios se han de utilizar, cuál es la forma de hacerlo

y qué sistema de calificaciones se utilizará.

En cuanto a los instrumentos, estos se refieren a la utilización de

determinadas técnicas o medios que permiten reconocer y registrar los grados de

aprendizaje de los alumnos. Son bastante conocidos los instrumentos que suelen

utilizarse para evaluar el proceso de aprendizaje. A continuación transcribimos la

Page 7: Monografía evaluación

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tabla propuesta por el Ministerio de Ciencia y Educación de España que se

encuentra en el libro de Ander Egg, “La planificación educativa”.

Evaluación del Proceso de aprendizaje

Procedimientos e instrumentos de

evaluación Conceptos Procedimientos Actitudes

Observación sistemática

Escalas de observación

Listas de control

Registro anecdótico

Diarios de clase

Análisis de los productos de los alumnos

Monografías

Resúmenes

Trabajo de aplicación y síntesis

Cuadernos de clase

Cuadernos de campo

Resolución de ejercicios y problemas

Textos escritos

Producciones orales

Producciones plásticas o musicales

Producciones motrices

Investigaciones

Juegos de simulación y dramáticos

Intercambios orales con los alumnos

Diálogo

Entrevista

Asamblea

Puesta en común

Pruebas específicas

Objetivas

Abiertas

Interpretación de datos

Exposición de un tema

Resolución de ejercicios y problemas

Page 8: Monografía evaluación

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Pruebas de capacidad motriz

Cuestionarios

Grabaciones en magnetófono o video y

análisis posterior

Observador externo

El signo indica que es muy adecuado para este tipo de contenidos.

El signo expresa que permite también evaluar dichos contenidos.

En el mismo libro también encontramos acerca de la modalidad evaluativa

cuatro características principales:

“La evaluación debe ser integral en la medida en que se tienen en cuenta las

diferentes capacidades antes indicadas, y en cada una de ellas considerando lo

conceptual, lo procedimental y lo actitudinal. Esto supone que los alumnos van

adquiriendo una formación que tiene un carácter comprensivo e interactivo de las

diferentes capacidades y que la evaluación refleja esa globalidad. Esto es

relativamente fácil de formular, y bastante difícil de realizar…”

“También ha de ser continua en el sentido de que se estima y registra de una

manera permanente el proceso de aprendizaje de cada alumno/a, quien constituye

el punto de referencia para evaluar los cambios producidos en cuanto a

conocimientos, destrezas, entendimiento, actitudes, etc. Se entiende también por

continua en cuanto que el estudio se asume de manera permanente responsable a

lo largo de todo el curso, y no para “el examen”… Ahora bien, registrar de manera

permanente el proceso de aprendizaje de los alumnos/as no significa hacerles pasar

exámenes cada dos o tres días…”

“Una tercera característica es que debe ser formativa. Nunca tendrá un

carácter de selección, en el sentido de transformar la evaluación en un juicio o

veredicto que consagra a unos y condena a otros. Al contrario, como ya se indicó, la

evaluación debe ser una ayuda para que los alumnos progresen en su aprendizaje y

en su formación humana.”

“Por último, decimos que la evaluación debe ser cooperativa, en cuanto que

participan todas las personas que intervienen en el proceso de

enseñanza/aprendizaje. Esto quiere decir que también los alumnos deben participar

Page 9: Monografía evaluación

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en el proceso de evaluación. La auto-evaluación suele ser muy educativa, ya que el

alumno que está estudiando de manera continua, está también ejerciendo una

permanente que… conviene institucionalizar…”

Relacionado a los sistemas de calificación en cuanto escalas que acreditan

un nivel de conocimientos, las notas numéricas nos parecen que son el sistema más

justo y pertinente. La utilización de escalas cualitativas ha mostrado ser poco

representativa y las calificaciones son cómo una nebulosa elástica que nos provoca

incertidumbres.

Otro aspecto del sistema de calificaciones es el de instituir cuál es la nota que

va a usarse para la promoción de los alumnos/as.

Sintéticamente sobre las decisiones relativas a la evaluación, transcribimos el

cuadro de César Coll, muy útil e ilustrativo del tema.”

Evaluación inicial Evaluación formativa Evaluación Sumativa

¿Q

evalu

ar?

Los esquemas de

conocimientos pertinentes

para el nuevo material o

situación de aprendizaje.

Los progresos,

dificultades, bloqueos,

etc., que jalonan el

proceso de

aprendizaje.

Los tiempos y grados de

aprendizajes que estipulan

los objetivos (terminales,

de nivel o didácticos) a

propósito de los

contenidos seleccionados.

¿C

uán

do

evalu

ar?

Al comienzo de una

nueva fase de

aprendizaje.

Durante el proceso de

aprendizaje.

Al término de una fase de

aprendizaje.

Page 10: Monografía evaluación

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¿C

óm

o e

valu

ar?

Consulta e interpretación

de la historia escolar del

alumno. Registro e

interpretación de las

respuestas y

comportamientos de los

alumnos ante preguntas y

situaciones relativas al

nuevo material de

aprendizaje.

Observación

sistemática y pautada

del proceso de

aprendizaje. Registro

de las observaciones

en hojas de

seguimiento,

interpretación de las

observaciones.

Observación, registro e

interpretación de las

respuestas y

comportamientos de los

alumnos a preguntas y

situaciones que exigen la

utilización de los

contenidos aprendidos.

Tomado de Coll, Psicología y currículum, Barcelona, Laia, 1987.

¿PARA QUÉ EVALUAR?

Respondiendo a esta pregunta citamos a Cesar Coll quien en su libro nos dice

lo siguiente:

“Como hemos argumentado, la evaluación de los aprendizajes realizados por

sus alumnos proporciona al profesor las informaciones insustituibles para ir

ajustando progresivamente la ayuda que les presta en el proceso de construcción de

significados”.

En relación con este tema podemos encontrar en el libro de Coll “El

constructivismo en el aula” lo siguiente:

“En la evaluación en cuanto al contexto, la manera correcta de proceder

consiste en variar tanto como sea posible los contextos en que se lleva a cabo el

aprendizaje con el fin de que los significados construidos sean lo más rico posible y

no queden vinculados a uno solo de ellos. El contexto particular en el que se evalúa

un aprendizaje no debe ser considerado como una simple adherencia que es

deseable neutralizar, sino más bien como un ingrediente básico de lo que

efectivamente es evaluado.”

LA EVALUACIÓN EN LA ENSEÑANZA

Según Gvirtz Silvina y Palamidesi Mariano, en el libro “El ABC de la tarea

docente Currículum y Enseñanza” la evaluación es una práctica educativa muy

Page 11: Monografía evaluación

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antigua. Mucho antes de que hubiera una institución escolar, la educación contaba

con formas concretas para evaluar los saberes y las conductas de las personas.

Pero además de ser una práctica casi tan vieja como el propio fenómeno educativo,

la evaluación es una actividad muy divulgada y de uso diario en los sistemas

escolares en la actualidad. Toma las formas más diversas: un maestro que conversa

con un alumno puede estar evaluándolo, un profesor que observa un recreo puede

estar evaluando, cuando un director toma una prueba oral o escrita está evaluando.

Los instrumentos empleados para la evaluación son muchos y muy variados;

también son numerosos y muy heterogéneos los sujetos/actores de la institución

escolar que pueden ser evaluados. Si bien comúnmente los únicos evaluados eran

los alumnos, hoy en día las cosas han cambiado. Los docentes también son

evaluados y, con ellos, toda la institución escolar. Un supervisor que observa una

clase puede estar evaluando a un maestro o incluso, observando los cuadernos

puede estar evaluando la marcha de esa institución escolar. Pero no hay una única

forma, sino diversos modelos, tradiciones o concepciones acerca de lo que es

evaluar.

“Básicamente, la evaluación en educación se relaciona con la producción de

un juicio en función de cuatro tipos de decisiones:

1. respecto de los individuos (conocer sus necesidades o capacidades, juzgar

sus méritos en función de procesos de selección y agrupamiento, aprobación de un

curso o nivel, etcétera);

2. respecto del mejoramiento de la enseñanza (adecuación de los materiales,

utilidad o eficacia de las estrategias de enseñanza o de la organización y secuencia

de contenidos, etcétera),

3. respecto de la institución escolar (analizar la calidad de los contenidos

impartidos en una escuela, etcétera) y

4. Respecto de política y administración del sistema escolar (analizar la

calidad de una escuela, evaluar el desempeño profesional de un docente, conocer el

rendimiento académico de los egresados, etcétera)” (Gvirtz Silvina, Palamidesi

Mariano. “El ABC de la tarea docente Currículum y Enseñanza”).

Modelos o concepciones de evaluación

Estos autores plantean dos modelos que se diferencian notoriamente en su

que, cómo, cuándo y para qué evaluar.

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-Primer modelo: Evaluación tradicional: “evaluar es medir productos de

aprendizaje para calificar a los aprendices”:

En este tipo de evaluación, que ha angustiado a más de una generación, la

evaluación tiene por función medular la calificación del alumno; calificarlo con una

nota y acreditar los aparentes saberes que este alumno posee (o no).

Las evaluaciones que se realizan sobre los productos del aprendizaje son

llamadas evaluaciones sumativas. La evaluación sumativa se propone apreciar el

grado de apropiación de los contenidos por parte del alumno. Su objetivo es emitir

un juicio sobre los resultados, sobre lo que el alumno ha aprendido. El enfoque de

este tipo de evaluación es retrospectiva: juzga al aprendiz desde el final del proceso

y se preocupa por ver qué y cuánto ha aprendido un alumno.

Se trata fundamentalmente, de una evaluación del aprendizaje. El proceso de

examen, la prueba y la calificación se aplican sobre el desempeño del aprendiz en

una relación de poder marcada por la desigualdad y la concentración del juicio

evaluativo en el docente. El que evalúa es siempre el docente; el que es evaluado es

siempre el alumno. Poco importa si alguna o todas las pruebas están aplazadas o si

el docente es competente y ha realizado bien su parte del trabajo: el docente nunca

es responsable. En este modelo de evaluación no se analizan los errores de la

evaluación o de las estrategias de enseñanza y tampoco se utiliza ningún tipo de

instrumento o prueba para hacer un diagnóstico de la situación del aula.

Este modelo "tradicional" de evaluación es, por lo general, intermitente; no se

realiza en forma continua. Los instrumentos privilegiados para la evaluación son las

pruebas escritas, que se concretan en un instrumento de poder: el boletín de

calificaciones. Sin embargo, la evaluación se hace continua cuando se la utiliza

como instrumento de sanción: "Si seguís hablando te voy a poner un uno que ni Dios

va a poder levantar".

En este modelo de evaluación, lo que se examina es la posesión de ciertos

saberes o la realización de ciertos procedimientos por parte del aprendiz. El docente

fija los estándares que se debe cumplir y la evaluación se realiza en función de un

desempeño modelo. Desde una perspectiva tradicional, evaluar es -ante todo- un

acto de medición.

Esta visión de la evaluación destaca el logro de los objetivos propuestos. Las

pruebas deben medir el comportamiento observable del alumno o un producto que

sea consecuencia de la adquisición de esa conducta. La evaluación se identifica,

Page 13: Monografía evaluación

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prácticamente, con la medición, que es un proceso para determinar el grado o

amplitud de alguna característica asociada con algún objeto o persona.

Una prueba es siempre una medición de una característica deseable.

Planteamos una situación o un problema y consignamos una respuesta. La forma o

amplitud de la respuesta proporciona la base para la medición. Por lo tanto, cuando

decimos que 'respondió correctamente siete de las diez preguntas', estamos

consignando la amplitud de su habilidad para responder esa clase de preguntas o

problemas.

Empleamos una prueba como instrumento para medir. Por otra parte, cuando

decimos 'aprobó', 'falló', 'no está empleando todas sus capacidades', 'es bueno',

estamos haciendo evaluaciones. Hemos comparado los resultados de la medición

con un estándar (real o imaginario, estable o cambiante) y hemos emitido un juicio.

Este tipo de evaluación centra su atención en la medición de los productos

educativos. Los instrumentos de evaluación tradicional, como las clásicas pruebas

escritas con preguntas o con problemas o las pruebas de elección múltiple ("múltiple

Choice") funcionan en ese sentido. Las pruebas o test son los instrumentos

utilizados para medir si un aprendiz ha alcanzado un objetivo. Una prueba, por lo

general, consta de varios ítems, cada uno de los cuales intenta discriminar si el

alumno ha alcanzado o no el objetivo conductual esperado. Las pruebas, en este

modelo, sirven para analizar el producto del aprendizaje y calcular el mérito de las

personas. La preocupación central es explicitar los cambios logrados en el

comportamiento, tarea que comienza con la redacción de objetivos precisos para el

aprendizaje de los alumnos y luego, por la medición de los cambios verificados en su

comportamiento.

Entre los problemas que presenta este modelo de evaluación basado en la

medida de los productos del aprendizaje, está el que el evaluador efectúa una

valoración y emite un juicio pero no explica ni investiga las causas que llevaron a ese

desempeño. El problema es que no cuenta con mucha información adicional porque

los instrumentos que ha dispuesto para examinar a sus alumnos por lo general no le

aportan otro tipo de datos.

En su versión más tradicional la evaluación basada en la medida tiene, ante

todo, una función de control: comprobar los contenidos que el alumno domina para

calificarlo, castigar o controlar los actos de indisciplina, decidir sobre la promoción

del aprendiz. Por su parte, en los planteos más técnicos, la evaluación basada en la

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medida se preocupa por la objetividad del juicio del docente. Se trata de recoger

información fidedigna y científica que permita conocer cuánto sabe (o no sabe) el

alumno con el fin de mejorar la secuencia y el método de enseñanza.

-Segundo modelo: la evaluación es un juicio complejo acerca del

desempeño de los aprendices y las estrategias de enseñanza:

Para este segundo modelo de evaluación evaluar no es simplemente estimar

productos o rendimientos para asignar una nota; evaluar no es solamente medir y

clasificar a los alumnos en función de los resultados de esa medición. Desde esta

perspectiva, evaluar es emitir un complejo juicio de valor con la finalidad de

comprobar un saber pero que, a su vez, se relaciona estrechamente con la

necesidad de mejorar los procesos de enseñanza.

La evaluación tiene, en este segundo modelo, un lugar más complejo y

significativo en el contexto de las tareas de enseñanza y de aprendizaje. Gvirtz

Silvina y Palamidesi Mariano caracterizan a este modelo con las siguientes

características:

“1. La evaluación no es un proceso neutral u objetivo. Evaluar es efectuar una

estimación compleja de una realidad compleja. Los datos y las informaciones que

debe recolectar y elaborar el docente no se refieren sólo a los productos del

aprendizaje o al desempeño de los alumnos. Hay muchos otros elementos que debe

considerar a la hora de evaluar a sus alumnos: su propia acción, las estrategias de

enseñanzas que ha planificado, el currículum con el que está trabajando, etc. La

tarea de evaluar se acerca a la tarea de un juez reflexivo y no al de un mero

aplicador de la ley. La base de una buena evaluación no son sólo las técnicas para

realizar buenas pruebas, sino el juicio reflexivo, fundamentado y experto del

docente.

2. La evaluación se acerca hacia un modelo de investigación. Para evaluar,

además de medir, hay que comprender circunstancias, procesos, significados,

historias personales. Las evaluaciones tradicionales de tipo objetivo no nos permiten

comprender el proceso educativo ya que lo tratan en función de sus productos y en

términos de éxito o fracaso.

3. La evaluación sirve para retroalimentar la tarea de enseñanza; ejerce una

influencia formativa muy importante sobre la labor del desarrollo, tanto de la

planificación inicial como de las revisiones que se van haciendo sobre la marcha. En

Page 15: Monografía evaluación

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esta perspectiva, la estimación y evaluación acompañan permanentemente la tarea

del docente.

4. En esta perspectiva, se distingue entre una evaluación sumativa y una

evaluación formativa. La evaluación formativa se orienta a recolectar datos del

proceso de enseñanza y aprendizaje; se realiza con el objetivo de mejorar los

procesos de enseñanza y de aprendizaje, el proyecto educativo de una escuela o la

utilización de algún material didáctico. A diferencia de la anterior, no es retrospectiva

sino prospectiva, en tanto su preocupación se dirige a mejorar lo que queda por

realizar. Se preocupa por el futuro y sirve para revisar y repensar la planificación.

5. La evaluación formativa es una tarea de carácter continuo que se puede

realizar a partir de pruebas o de otros instrumentos. En general, combina distintos

tipos de instrumentos formales e informales: la observación, las guías de evaluación,

el análisis de descripciones de clase, las entrevistas a alumnos, los buzones de

sugerencias, etcétera.

6. La evaluación diagnóstica, también utilizada en este segundo modelo18

permite, antes de comenzar un proceso de enseñanza, analizar el punto de partida

de los diversos estudiantes: "La función diagnóstica de la evaluación permite la

adaptación de la enseñanza a las condiciones del alumno ya su ritmo de progreso

así como el tratamiento de dificultades particulares"

7. Este segundo modelo de evaluación no desconoce la evaluación sumativa.

No se plantea la desatención del estudio de los resultados de aprendizaje o de los

logros alcanzados por los alumnos. Lo que distingue a un modelo de otro es el peso

relativo que tiene uno u otro tipo de evaluación y la perspectiva con la que -entre

otros aspectos- se analizan los resultados de aprendizaje. Para una perspectiva más

compleja y crítica, el conocimiento de los productos o los resultados de aprendizaje

es sólo uno de los datos o las informaciones en los que debe basarse el juicio

evaluativo del docente.

8. Al ver el proceso de una manera más compleja, aparecen claras las

deficiencias de una evaluación estructurada sobre la base de pruebas. La

información procedente de las pruebas clásicas no siempre es útil para hacer

correcciones si no está complementada por otro tipo de datos; para sugerir cambios

es útil recurrir a información 'generada por otras fuentes. Por eso, la atención

prestada a las diferencias individuales y a la medida se sustituye o se complementa

con una atención prestada a los antecedentes, las actividades, los intercambios y los

Page 16: Monografía evaluación

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significados compartidos. Todos los datos son potencialmente importantes; la

selección de cuáles son importantes es un asunto siempre problemático, que no

puede ser realizado a priori sin conocer la realidad, el proceso, el grupo, los alumnos

o la estrategia a evaluar.”

En este segundo modelo conserva la conciencia de la precariedad de los

juicios evaluativos, en la que el evaluador asume el modesto papel de estar

implicado en el acto de medir aspectos de la conducta humana, en donde una

persona evalúa a otra y hay evaluaciones mutuas en el curso de la interacción. Esta

evaluación, lejos de perder su papel pedagógico, lo asume plenamente y se

estructura como componente esencial de los actos de enseñanza y de aprendizaje.

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CONCLUSION

Luego de la indagación bibliográfica realizada, entendemos que la evaluación,

a pesar de ser una práctica muy antigua, continua generando interrogantes y

replanteos para poder ser utilizada en diferentes ámbitos y con diferentes funciones.

El objetivo de la evaluación ya no debería ser únicamente medir las conductas de

los alumnos que muestren sus aprendizajes, sino ser una herramienta que guie al

docente para ajustar su enseñanza a su grupo particular de alumnos.

Es decir que no solo se evalúa el aprendizaje de los alumnos, sino también la

enseñanza de los docentes, quienes constantemente deberían rever sus estrategias

de enseñanza y evaluación teniendo en cuenta los momentos y contextos más

óptimos posibles.

Page 18: Monografía evaluación

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Bibliografía:

Coll Cesar y Elena Martín: “El constructivismo en el aula”. Capitulo 7. La

evaluación del aprendizaje en el currículum escolar: una perspectiva

constructiva.

Ander Egg Ezequiel. “La planificación educativa. Conceptos, métodos,

estrategias y técnicas para educadores”. Editorial Magisterio del Río de La

Plata. Primera edición: 1993

Coll Cesar: “Psicología y currículum”. (Piados) Buenos Aires 1° edición

Reimpresión 2001.

Gvirtz Silvina, Palamidesi Mariano. “El ABC de la tarea docente Currículum y

Enseñanza” Aiqué; Buenos Aires; 2000