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LINCOLN INSTITUTE OF LAND POLICY CURSO DE DESARROLLO PROFESIONAL Mercados Informales: Regularización de la Tenencia de Tierra y Programas de Mejoramiento Urbano en América Latina 18 al 22 de noviembre, 2002 - Cambridge, Massachusetts EL SIGNIFICADO JURIDICO DEL “DERECHO A LA CIUDAD” María Mercedes Maldonado Profesora-Investigadora CIDER – Universidad de los Andes Bogotá, Colombia INTRODUCCION Este documento contiene un relato sobre la historia del barrio Jerusalén, localizado en la localidad de Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá y es un extracto de una investigación más amplia titulada “Derecho a la ciudad y procesos de producción normativa en Colombia 1 Con este relato se busca plantear reflexiones e inquietudes en torno al papel ambiguo, contradictorio, paradójico que juega el derecho oficial en los procesos de construcción de la ciudad popular. No solo es uno de los elementos centrales en la generación de ilegalidad y de exclusión sino que, a pesar de ello, sigue siendo un espacio ineludible de acceso a la ciudad, como lugar de lo colectivo, de cohesión social. El relato se complementa con una serie de reflexiones sobre el significado jurídico, ético y político del derecho a la ciudad. 1. Jerusalén: la imposible incorporación a la ciudad Para quienes no vivieron con intensidad este proceso, conocerlo a través de las páginas de este libro puede hacerlo ver como una obra fácil. Mas, los años de esfuerzo, lágrimas y sacrificio que implicó este proceso realmente fueron duros. "Muy duros" dice la gente. Construir el barrio Potosí-La Isla consumió parte de nuestras vidas. Sin 1 Tesis doctoral en Urbanismo Université de Paris XII, investigación desarrollada actualmente en el CIDER de la Universidad de los Andes, que cuenta con el apoyo financiero de COLCIENCIAS

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LINCOLN INSTITUTE OF LAND POLICY CURSO DE DESARROLLO PROFESIONAL

Mercados Informales: Regularización de la Tenencia de Tierra y Programas de Mejoramiento Urbano en América Latina

18 al 22 de noviembre, 2002 - Cambridge, Massachusetts

EL SIGNIFICADO JURIDICO DEL “DERECHO A LA CIUDAD” María Mercedes Maldonado Profesora-Investigadora CIDER – Universidad de los Andes Bogotá, Colombia INTRODUCCION Este documento contiene un relato sobre la historia del barrio Jerusalén, localizado en la localidad de Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá y es un extracto de una investigación más amplia titulada “Derecho a la ciudad y procesos de producción normativa en Colombia1” Con este relato se busca plantear reflexiones e inquietudes en torno al papel ambiguo, contradictorio, paradójico que juega el derecho oficial en los procesos de construcción de la ciudad popular. No solo es uno de los elementos centrales en la generación de ilegalidad y de exclusión sino que, a pesar de ello, sigue siendo un espacio ineludible de acceso a la ciudad, como lugar de lo colectivo, de cohesión social. El relato se complementa con una serie de reflexiones sobre el significado jurídico, ético y político del derecho a la ciudad. 1. Jerusalén: la imposible incorporación a la ciudad

Para quienes no vivieron con intensidad este proceso, conocerlo a través de las páginas de este libro puede hacerlo ver como una obra fácil. Mas, los años de esfuerzo, lágrimas y sacrificio que implicó este proceso realmente fueron duros. "Muy duros" dice la gente. Construir el barrio Potosí-La Isla consumió parte de nuestras vidas. Sin

1 Tesis doctoral en Urbanismo Université de Paris XII, investigación desarrollada actualmente en el CIDER de la Universidad de los Andes, que cuenta con el apoyo financiero de COLCIENCIAS

embargo hoy tenemos satisfacciones y un triunfo para mostrar. A la vez tenemos otro reto para afrontar"2.

El término propuesto por el brasilero Lucio Kovarick, expoliación urbana, refleja de manera nítida lo que ha ocurrido en Jerusalén a lo largo de su historia: la capacidad de una sociedad de extraer rentas, ahorros, trabajos, sufrimientos, a costa de los sueños y necesidades de un grupo humano en donde se extreman las dificultades para acceder a una vida digna. Este barrio está ubicado en el extremo sur-occidental de la ciudad, en los límites con el municipio de Soacha. La ocupación de esta zona, una serie irregular de colinas, sin vegetación, desérticas, terrenos completamente pendientes y erosionados se inició a comienzos de la década de 1980. Los inicios: todo tipo de mercantilización de las necesidades más vitales Jerusalén surge en el corazón mismo de un gran proyecto gubernamental Ciudad Bolívar, diseñado hacia el año 1980 en la periferia sur-occidental de Bogotá con el apoyo del BID. En ese momento el barrio Candelaria La Nueva, contiguo a los terrenos de Jerusalén, apenas estaba siendo terminado como uno de los programas de la Caja de Vivienda Popular. Desde hacía más de dos años habían sido terminados conjuntos de edificios de cuatro plantas con capacidad para albergar más del millar de familias, pero se encontraban desocupados,, "… por lo poco funcionales y porque la presión de las redes de conducción no alcanzaba a transportar el agua potable a los pisos superiores"3.

2 CORPORACION TALIBAN-GRUPO DE DANZAS COLEGIO ICES-ISNEM, RED DE SOLIDARIDAD SOCIAL, PROGRAMA PRESIDENCIAL PARA LA REINSERCION "Potosí- La Isla. Historia de una lucha. Segundo Encuentro de regiones", Bogotá 3 Aunque buena parte de estos terrenos están localizados en zonas de alto riesgo fueron destinados por el Distrito para vivienda de interés social, cuyo valor en ese momento se estimaba en $ 5.700.000.oo. El nuevo proyecto estaba concebido como programa de auto-construcción con financiación proveniente de empréstitos del BID. La Caja de Vivienda Popular se hace cargo de la instalación de servicios públicos y servicios sociales, lo mismo que de la financiación y de la asesoría técnica para la construcción de la primera etapa de la unidad básica construida en un espacio de 4.50 por 4.30 metros cuadrados, compuesto por una pieza, cocina y baño, cuyo costo era de $ 1.300.000.oo. La terminación de la vivienda que consta de tres niveles, levantados en terrenos de 3.5 metros de frente por 12 metros de fondo, queda sujeta a las posibilidades de cada adjudicatario en el futuro

De acuerdo con las apreciaciones de uno de los líderes del barrio4, buena parte de las motivaciones del proyecto tienen que ver con el propósito de buscar mercado con buenos márgenes de rentabilidad para un conjunto de predios denominados "Sierra Morena", "Hacienda Casablanca" "Arborizadora Baja" y "Arborizadora Alta" de propiedad de particulares allegados a la administración distrital. Los lotes que no lograron vender a la administración distrital fueron desarrollados como piratas, aunque los propietarios han pretendido mantener la versión de que se trató de una toma violenta de los terrenos, que en realidad no existió. "Por allá en el año de 1982 corrió un rumor entre los parias y los negados de la ciudad: en las lomas de Terreros y en la Hacienda Casa Blanca "habían lotes casi "regalaos"…". Los terrenos eran de propiedad de la familia Gaviria, reconocida en el negocio inmobiliario en Bogotá. A comienzos de los 80 moraban en ellos dos familias, que desempeñaban como ciudanderas de las canteras. Aconsejadas y motivadas por un grupo de negociadores de tierra entregaron poder a unos "doctores" para solicitar judicialmente la prescripción del dominio de la familia Gaviria sobre los predios de Casablanca, alegando a su favor la posesión de los terrenos en forma ininterrumpida por más de 20 años. De esta manera se constituyó la Sociedad Organizadora del Sur, con cerca de 32 socios, que se posesionó de las tierras y, directamente o a través de comisionistas, loteó y vendió el terreno"5. Los lotes, de 7x14 metros2 algunos, de 6x12 Mts2 otros variaban de precio de acuerdo con su distancia de la urbanización Candelaria La Nueva IV Etapa y de conformidad con las características del terreno. Así, el precio máximo de un predio podía ser de $100.000.oo6 en la parte baja y $ 5, 10 o 207 mil en lugares altos y pendientes. Además, los lotes se podían intercambiar por televisores, neveras, planchas, máquinas de escribir y de coser, por otros lotes o por servicios como los de cuidandero. En este último caso los ciudanderos se 4 Esta y la información siguiente ha sido tomada de las notas elaboradas por Evaristo Bernate Castellanos, rector de la Fundación Centro Cultural del Desarrollo Comunitario-CEDUCEC, asesinado en 1991 por sus actividades como líder en el barrio, y aparecen en las mencionadas memorias en las páginas 73 y siguientes. En el trabajo de Carlos Niño y Jairo Chaparro que se reseña más adelante se señala que Evaristo Bernate ha sido el lider y educador más destacado que ha tenido el sector de Potosí-La Isla. Su mayor aporte fue la construcción y puesta en marcha del Instituto Cerros del Sur (ICES) institución educativa que se convirtió en uno de los lugares más importantes del sector no solo en el terreno de la educación sino como dinamizador en distintas esferas de la vida comunitaria. Señalan, además, que "… la vida y obra de Bernate, de indiscutible liderazgo, fue también controversial. Para buena parte de los habitantes -sobre todo luego de su asesinato hace poco más de seis años- su figura raya con lo mitológico. Para otros, su proceder no siempre fue el mejor y estuvo cargado de un cierto grado de sectarismo que contribuyó a profundizar algunas divisiones entre los pobladores" pág. 24-25 5 NIÑO MURCIA Carlos, CHAPARRO VALDERARMA Jairo "Usos, costumbres e imaginarios en el espacio público: el sector Jerusalén", Tercer Mundo Editores, Observatorio de Cultura Urbana, Bogotá, 1988, págs. 14-15 6 US 1.500 a la tasa de cambio de 1982.Casi $ 3.000.000 a precios de 2002 7 Entre $ 150 mil y $ 590 mil pesos de 2002, entre US 75 y US 600.oo a la tasa de cambio de 1982

ponían a las órdenes de alguno de los socios para hacer trincheras en las partes más altas del barrio y vigilar durante la noche que no llegaran otras personas a apropiarse de los predios que estaban para la venta o la reventa. Tal como lo indica el escrito de Evaristo Bernate, al principio algunos lotes fueron regalados, con la condición de habitarlos de inmediato y de contribuir en la vigilancia de los alrededores, pero los precios de los lotes irían aumentando. "Los socios", como se conocía a los promotores del asentamiento eran abogados, ingenieros, comerciantes de finca raíz, policías, expertos urbanizadores piratas, hábilmente encubiertos por una sólida red de intermediarios. Según indicaron algunos de los entrevistados, los abogados eran también los abogados de la familia Gaviria (quienes aún hoy figuran como los propietarios en Registro), aunque esta circunstancia es indemostrable, en el barrio es vox populi. Una vez "… asegurado a su favor el pleito…"8 afirmaron además haberlo ganado y apoyados en habilidosas artimañas fueron poblando en forma acelerada los terrenos: adelantaron en forma clandestina el levantamiento topográfico de la urbanización, establecieron los lotes y las áreas libres y procedieron, de manera acelerada, a poblar el lugar, como se ha visto, regalando los primeros lotes. Algunos vecinos cuentan que los socios aseguraron haber ganado el proceso, pero que nunca hubo certeza de ello. "… Se desencadenó el mayor tráfico comercial de tierra (…) las familias se duplican de la noche a la mañana. Alberio González compra cuatro lotes de los cuales vende dos a una familia que acaba de llegar de Pasto. Cambia los otros dos por una panadería en el sur de Bogotá. Vende la panadería. Compra tres lotes más… Las ganancias suman un millón de pesos9" Además de un ingeniero de apellido Calvo que se encargó del levantamiento topográfico, un sargento de policía hacía parte de los socios, lo que explicaría la presencia de varios agentes involucrados en el negocio. También un abogado, Fabio Carvajal, "una de las personas que conocían en detalle los orígenes del asentamiento y la verdad sobre los pleitos surgidos alrededor de estas tierras10" Según la crónica de Evaristo Bernate, "… Carvajal se propuso imprimirle al poblamiento un sentido social, atrayendo al sitio a personas de reconocida pobreza. Al parecer, convencido profundo de la necesidad de apoyar a los sin techo, les facilitaba posesionarse de un predio para luego dedicarse a la organización y concientización, no sólo de tales familias sino también de los demás pobladores a través del boletín El Paroy. Quizás fue esta la causa de su asesinato". Según la noticia de periódico que se acaba de reseñar, "…

8 Suponemos que en términos jurídicos eso quiere decir adquiridos los derechos litigiosos a las demandantes que podían demandar la prescripción 9 CORTES Fernando, "Peligrosas bombas de tiempo", El Tiempo, martes 24 de enero de 1984 10 CABRERA Gabriel "Jerusalén cada día más grande y en la olla", El Tiempo, sábado 12 de noviembre de 1983m página 8B

solamente se sabe que "desconocidos" lo mataron el 1o. de septiembre de esta año (1983), por los lados de Tunjuelito, no muy lejos de Jerusalén". Una vez en el barrio no solo "los socios" sacaron provecho de la urbanización de las tierras, todo tipo de intermediarios aparecería durante los años siguientes haciendo negocio con la pobreza y el esfuerzo de los cada vez más numerosos pobladores del sector, que tan solo buscaban un lugar en la ciudad. Como ellos lo reiteran, al principio todo era lucha. ".. No tuvimos ayuda adicional de nadie, porque nosotros simplemente éramos un barrio marginado, por eso fuimos tan rechazados. Ya cuando nos organizamos nos tocaba era con huelgas…" don Pedro Vargas11, "Los Socios" generaron solo desconfianza y rechazo por los manejos indebidos de los dineros recolectados entre los habitantes del sector. Poco a poco vieron derrumbarse la escasa influencia conseguida y pasaron a ser blanco de amenazas y denuncias que se divulgaban en las paredes o a través de anónimos llegados a sus residencias y que sirvieron para obligarlos a irse del barrio. En 1986 apoyaron la candidatura a la Cámara del diputado Miguel Angel Penagos sin lograr respaldo con votos en el barrio, de manera que sus ilusiones de manejo político, concebidas desde la fundación del barrio, se desvanecieron sin remedio. La defensa del espacio físico privado y colectivo Las primeras luchas colectivas fueron por los terrenos y en defensa de los ranchos, también contra las ventas indiscriminadas de lotes, las dobles ventas, las reventas, las ventas de los espacios destinados a áreas libres. La preocupación por el agua y demás servicios solo vendría después. A pesar de la llegada masiva de familias, durante un buen tiempo a los socios y pobladores les preocupaba, antes que todo, un eventual desalojo. Como los predios de la hacienda Casablanca figuraban como invadidos la policía instaló retenes en diversos puntos del barrio para impedir la entrada de materiales de construcción destinados a las viviendas. Además, los socios, para poder revender los lotes, pagaban a la policía para que expulsaran a las familias que eventualmente estuvieran ocupando o construyendo en el predio respectivo. Así comenzó una loca dinámica que consistía en que de noche los habitantes levantaban los ranchos de paroid para habitar el lugar y de día las nuevas edificaciones eran tumbadas y quemadas por la autoridad. La labor de defensa de las precarias construcciones estaba a cargo, especialmente, de niños y mujeres12.

11 Ibídem pág. 21 12 NIÑO MURCIA, CHAPARRO VALDEMARRA, op, cit, página 16

"Luego de algo menos de dos años de iniciado el asentamiento, el tráfico de tierras se hizo más crudo. Varias zonas destinadas como espacios públicos, entre las cuales se encuentran algunas calles…" fueron vendidas. (…). "Surgió por esto una atmósfera de desconfianza que creó inseguridad entre los compradores por la enorme proliferación de impostores. Graves problemas se originaron cuando un mismo lote resultada adquirido, por varios clientes, a diferente dueño"13. Las primeras formas de organización (los Comités Cívicos) estuvieron marcadas por procedimientos parecidos, alianzas con los "Socios", extensión de toda forma de saqueo. En cada uno de los ocho sectores componentes del barrio (…) integraron estos Comités los más incondicionales aliados de los "Socios", cuyos intereses estaban en el otro extremo de los intereses colectivos. Buscaban su progreso individual: hacer del desarrollo barrial un negocio que les reportara copiosas ganancias. Por eso entraron también en alianza con los politiqueros, dispuestos como siempre a embaucar a las gentes con la consabida profusión de promesas electoreras. "El estilo de trabajo de los "Socios" se distinguió por la exigencia de insistentes y excesivas cuotas, para adelantar proyectos que nunca cumplieron. No obstante los fondos financieros manejados a nombre personal y a espaldas de los contribuyentes, siempre resultaban insuficientes, aunque terminaban esfumándose en las manos de aquellos fingidos dirigentes…" "Durante esta etapa de contradicción los gamonales encontraron respaldo en la fuerza pública ubicada en el puesto de carabineros de Sierra Morena, el más cercano al barrio. Con estímulos como la facilidad para adquirir su propio lote, o la complicidad para invadir algunos, una donación o cuantiosa propina, fue como conquistaron su favor. Numerosas agresiones, golpes, detenciones arbitrarias, amenazas de desalojo, intimidaciones y demás ultrajes sin cuento, debieron soportar los habitantes del barrio, motivadas por falsas versiones difundidas por aquellos "líderes de la comunidad"14 Fueron días duros, de ingrata recordación en Jerusalén. Cobró su cuota en vidas humanas, los vecinos colocaban la bandera nacional en los ranchos y espacios colectivos tratando de defenderlos de las arremetidas de la policía y muchos hombres y mujeres fueron a parar a la famosa cárcel móvil colocada por la policía en donde hoy se encuentra el viejo tanque de agua, para luego ser conducidos a calabozos por el delito de estar construyendo sus casas. Durante esta época, además, se presentaron duros enfrentamientos por las zonas destinadas al uso común. Hubo varios intentos de desalojo pero ninguno tuvo éxito. "… cuando el riesgo parecía inevitable las autoridades vieron desfilar por el centro de la ciudad una nutrida manifestación reclamando respeto y respaldo, hasta llenar 13 Crónica de Evaristo Bernate en CORPORACION TALIBAN et al, op. cit, página 77 14"Aproximación a la relidad de Jerusalén", Bogotá, mimeo, 1987, pág. 7-9

completamente la plaza de Bolívar donde, sin cansancio, se gritó la proclama de defensa "No somos invasores, somos posesionarios"15. Los señores Gaviria buscaron afanosamente apoyo en los funcionarios oficiales. Denunciaron como invasores a quiénes se encontraban establecidos en los terrenos de la hacienda que ellos tenían abandonada hace años y por cuyos solitarios caminos sólo circulaba la diaria carretera de volqueteros que habían convertido el lugar en canteras sin que nadie lo impidiera o les cobrara por hacerlo. Comenzó a sentirse la acción policial, con retenes para bloquear las entradas, detención de los trasteos, hostigamiento a los pobladores con repetidas balaceras nocturnas, detenciones imprevistas y otras tantas arbitrariedades. "El concejal Germán Guerrero denuncia la persecución que desataron las autoridades contra los invasores de Jerusalén, que viven un verdadero estado de sitio ante la indiferencia de Augusto Ramírez Ocampo que es un alcalde ciego, sordo y mudo, que no está atento a las anomalías que se han denunciado desde este Cabildo".16 Pese a las insistentes presiones de los propietarios, el temido desalojo no se llevó a cabo. Tal vez las autoridades intentaron evitar un problema de orden público, en un momento que se consideraba socialmente crítico. Tal vez entre las autoridades había quienes participaban de los beneficios derivados de aquella empresa. "El niño Manuel Enrique Cárdenas y medio centenar de vecinos denunciaron atropellos. Los uniformados cobran hasta 500 pesos por la entrada de un viaje de ladrillos"17 "El 29 de abril pasado (1983) la Caja de Vivienda Popular llegó a un acuerdo con Iván Puyo Vasco (hermano del gerente de la Empresa de Energía Eléctrica), representante de los propietarios de la antigua hacienda "Casablanca" para comprar lotes y la cantera a un precio de $ 11118 el metro cuadrado y un plazo para su cancelación de 3 años a partir de la firma de la escritura " (…) No obstante, el presidente de la Comisión de presupuesto del Concejo Distrital, quien visitó el terreno, comentó sobre el mismo: "Estos terrenos no sirven para nada, ni siquiera para tener vacas. En cambio hay unos terrenos en esta misma urbanización que están localizados en zona plana, que bien se pueden utilizar" (Invasiones en Ciudad Bolívar, El Espectador, martes 17 de mayo de 1983) Un concejal refiriéndose al mismo asunto consideraba que "… si estas tierras no sirven para otra cosa que para vivienda planeada por el Estado, no se debería pagar por el metro de ellas precios de $70 y más, pues resultarían más costosas que comprar en sitios fértiles de la Sabana. Se deberían negociar no por metros

15 Ibídem, página 78 16 "Tambalea Ciudad Bolívar", El Espectador, Junio 20 de 1983 17 Cortés Fernando, op cit. martes 24 de febrero de 1984 18 $ 3.277 a precios de 2002, US 2, a la tasa de cambio de 1983

sino por hectáreas, para conseguir un precio socialmente más justo. ("Ciudad Bolívar busca fórmula sobre tierras invadidas", El Tiempo, jueves 16 de junio de 1983). Por esta misma época la administración distrital intervino también para imponer formas de organización a los pobladores: "El domingo primero de abril de 1984, al finalizar el día, el alcalde mayor de la ciudad, acompañado de varios funcionarios públicos dio posesión a seis de las ocho Juntas de Acción Comunal elegidas esa misma mañana, luego de una corta preparación programada por el Departamento Administrativo de Acción Comunal. No explicaron más que el funcionamiento de los Estatutos reglamentarios de la organización comunal. No interesaba que los participantes o aspirantes a ocupar los diferentes cargos conocieran a fondo sus funciones. Tampoco se consideraba la reciente historia del barrio cargada de conflictos heredados de los Comités …" (…) El empeño en constituir en forma acelerada las Juntas, conllevaba también una preocupación de la que el Alcalde necesitaba deshacerse. Los abusos en la comunidad habían generado un cierto espíritu de unidad que resultaba riesgoso dejar crecer. La creación de una Junta en cada sector resultaba la vía más sencilla para romperlo. Con el procedimiento seguido, los cargos directivos en casi todas las juntas continuaban en manos de los mismos gamonales que a partir de entonces se entregaron abiertamente a los intereses de los politiqueros"19. Hacia finales de 1984 Juan Gaviria Restrepo consiguió que el Alcalde Mayor, Hisnardo Ardila, actuara como árbitro en defensa de sus intereses. Para eso fueron convocadas las Juntas de Acción Comunal al despacho del Alcalde para conocer la propuesta de negociación de la contraparte. Ellos ofrecían escriturar a cada habitante su predio mediante una escala que iba de $40.000 hasta $200.00020 de acuerdo con la ubicación del lote y las características del mismo. A los directivos de las Juntas pretendieron amarrarlos a la propuesta, ofreciéndoles particulares facilidades y beneficios personales. Por fortuna, la mayoría de los representantes de la comunidad repudiaron la propuesta por considerarla lesiva a sus intereses. Pero además, porque cada habitante había comprado el terreno que poseía, valorizándolo con su trabajo y las incontables penalidades soportadas. Eran más bien los reclamantes, dijeron, los que debían pagar el trabajo de la comunidad que logró cambiar completamente el panorama de aquellos potreros. Por otra parte, para la mayoría de los pobladores adquirir el título de propiedad no era necesidad prioritaria. La Alcaldía, por el contrario, sí tenía presión de parte del BID para

19 "Aproximación a la realidad de Jerusalén", op. Cit. pág. 10 20 Entre $1 y 5 millones por lote, a precios de 2002, entre $ 14.000 y $ 69.000 pesos por metro cuadrado, asumiendo que se trataba de lotes de 72 Mts2, de acuerdo con información de la Caja de Vivienda Popular, el precio variaba por la localización. Entre US 353 y US 1770 a la tasa de cambio de 1984, entre US 5y US 25 por metro cuadrado

normalizar el barrio porque su proyecto oficial estaba considerablemente alterado y los desembolsos de un crédito estaba sometido al cumplimiento de dicho requisito. La administración distrital debió recurrir a un procedimiento de emergencia que le permitiera desarrollar programas de habilitación, para acelerar la incorporación de Jerusalén al plan de desarrollo urbano de la ciudad. Este procedimiento de emergencia será el origen de los problemas que todavía enfrenta Jerusalén, como se verá más adelante. Entre tanto, la gente encontraba formas de probar la posesión, aún aquellos que no habían comprado a "los socios" sino que simplemente habían invadido, creando documentos, esos documentos que para el "mundo oficial" eran tan importantes. . "… los documentos, la verdad, era un poco complicado, era la única certificación o prueba de propiedad. Como yo tenía una maquinita ayudaba a elaborarlos, pedía nombre, apellido, fecha y otros datos y muestre a ver, a hacer documentos se dijo. Aquí, en la parte de la Isla, de todas maneras ya existían unos documentos que había hecho la familia Cholo Gaviria. Otro señor que también ayudaba en esto era don Pedro Borda. El era quien los firmaba. Resulta que como todo es un proceso, el uno vende al otro, y así sucesivamente. Ya don Pedro Borda no figura como único propietario sino que han surgido nuevos, sin embargo se seguía diligenciando los documentos con los mismos nombres antiguos. Yo les colaboré como para que ellos tuvieran una seguridad con sus tierras. Esa era la posesión y estos aun figuran hasta el sol de hoy, porque todavía no hay escrituras ni nada realmente, lo único que nos hace valer nuestro derecho de propietarios es la posesión"21. El acceso al agua y los demás servicios públicos

"Pero el derecho a la ciudad no es sólo el techo. También son las condiciones de vida, es decir, el acceso a todos los servicios públicos, en buenas condiciones, a bajo costo. Pero de igual manera el derecho al trabajo bien remunerado. Poder vivir fruto de nuestra realización personal, sintiéndonos útiles a la sociedad.

En nuestro barrio esta parte de la construcción de la ciudad no se logró sin antes realizar cientos de tomas, miles de reuniones, múltiples acciones colectivas en procura de vida digna. Tuvimos que superar desacuerdos, intereses mezquinos, utilitarismos. Hoy los frutos se ven desde lejos"22

21 Relato de doña Carmen Foreno, CORPORACION TALIBER et al, op cit. página 21 22 CORPORACIÓN TALIBER et tal, op. cit,. pág. 35

Como se ha indicado, el sector era un peladero, alejado de todo, en el que solo existían canteras. Los potreros desolados, recuerda doña Carmen Forero, parecían casi un desierto, existía poca agua en algunas quebraditas, que hoy no existen. A los habitantes del barrio les tocó pelearse todo. El otro problema era el de la accesibilidad al barrio. Los urbanizadores piratas le hicieron creer a los compradores que el suministro de agua estaba garantizada. Pero, "Cuando llegamos no había agua. En un principio venían carrotanques y nos la regalaban. Poco después, la Junta de Acción Comunal hizo una colecta y compró mangueras para bajar el agua desde Quiba. Una manguera venía para este barrio y la otra para el resto de Jerusalén. Después se hacían lagunitas o tanques con bardas de un metro de alto por dos de ancho. Ahí se conectaban las mangueras y se contrataba el turno por horarios. Cuando no había agua suficiente se hacía cola, aunque habían muchos problemas y discusiones, en fin se daban los unos con los otros. Muchas veces la gente, después de estar todo el tiempo haciendo cola, se iba sin gota de agua, porque el agua solo duraba una hora o un poco más y en poco tiempo no era suficiente para que todos cogieran. Así mismo pasaba con el cocinol…"23 En el barrio Potosí-La Isla se organizó la instalación de una manguera propia, para que el agua llegara con mayor presión y no tuviera que pasar primero por otro sector. Le "caían" a los vendedores de lotes los días domingo, que era cuando venían, para pedirles colaboración para comprar la manguera, argumentando que era una servicio que también les beneficiaba a ellos para que vendieran los lotes con agua. Toda la comunidad colaboró enterrando la manguera desde arriba, se puso una T. La manguera inicial fue de dos pulgadas y se compartía con el barrio El Tanque. Después se instaló una manguera de tres pulgadas y cuarto y así lograron tener agua en cada casa, pero la felicidad no duró mucho, el sector se poblaba cada día más y el agua no alcanzaba. Mensualmente cada familia pagaba $ 50.oo destinada a mantenimiento y compra de más manguera, el agua llegaba por turnos. Luego se instalaron pilas de agua, igualmente tomada de la quebrada Quiba, en un comienzo cuatro instaladas en puntos estratégicos. Se asignaron turnos de dos horas para cada casa, pero el agua era insuficiente, lo que generó que se instalarán más y más pilas. No hubo mucha organización de los turnos, con el resultado de conflictos entre los vecinos.(pelas por la cola, por no dejarse quitar el turno, por la cantidad de agua que se recogía. "No había mucho agua pero sí llovían galonazos, puños, garroteras, malas palabras, mechoniadas, palazos y todos por causa del agua" "Algunos se aprovecharon para cobrar por el servicio. Otros colaboraron con honestidad. No faltó quienes lloraron por ella. Al igual que en otros barrios los niños abundaban y muchas veces las mamás, desesperadas, robaban el agua y hasta se agarraban con los señores"). 23 Relato de doña Gladys Neira, op. cit. página 16

En otro sector del barrio se adelantó la construcción de un tanque para almacenar agua. La comunidad aportó generosamente pero la obra no sirvió porque los intermediarios desviaron parte de los fondos para su beneficio propio y los mínimos fondos que destinaron al tanque fueron insuficientes para comprar los materiales adecuados. El mismo día de la inauguración la presión del agua lo averió, dejándolo definitivamente fuera de servicio. Más adelante intervino Rafael Forero Fetecua24 ofreciendo solucionar el problema del agua pero "… él sí nos dejó sin gota de agua…". Por último llegaron los carrotanques que en un principio cobraban a $ 40.oo25 la caneca de agua, que pronto subió a $ 18026 la caneca de 55 galones.. A medida que se poblaba el barrio el problema del agua se agravaba. Las mangueras que venían de Quiba traían un agua turbia, más bien amarillenta. "27… muchas veces las señoras se agarraron de los cabellos y se trataron mal de palabra. Hasta machete daban por la manguera del agua. Nos tocaba trasnochar cuidando la gota de agua que llegaba a las canecas, que nos tocó buscar para conservar el agua y cuidarla. Eso para nosotros era como tener oro. Venía otra gente a llevar agua -así fuera en ollitas- y si uno no estaba pilas le desaparecían el agua. También se formaron comités de vigilancia entre los hombres, para mirar qué casa se surtió y a cuales les hacía falta agua. Habían personas de otros sectores que también luchaban por la manguera. La cortaban y nosotros nos quedábamos sin agua. Lo que hay que reconocer era que también los otros necesitaban el agua". Acciones tan cotidianas como el aseo personal o el lavado de ropa resultaban muy complicadas en tales circunstancias, de modo que para hacerlas posibles era necesario ir hasta la quebrada, distante varios kilómetros. Y también sufrieron por la falta de luz, no solo por la incertidumbre de llegar al barrio de noche, entre barrizales y sin calles delineadas, sino en las casas, donde tenían que utilizar velas. Como se cocinaba con gasolina se presentaron muchos accidentes, sobre todo entre los niños. Cuando estos accidentes eran frecuentes se hacían colectas para colaborar a las familias perjudicadas. Esto se solucionó un poco cuando se trajo la luz de contrabando. Hacia mediados de 1983 se tuvo por primera vez acceso al servicio de energía, tomado de contrabando del barrio Candelaria La Nueva. La inauguración de la obra comunal fue motivo de gran celebración. Pero para lograrlo fue necesario superar la fuerte oposición de los habitantes del mencionado barrio quienes con palos, machetes y armas de fuego impidieron por varios días la conexión a la red que pasaba por su barrio. Fue necesaria la movilización de la comunidad y el 24 Uno de los principales urbanizadores piratas de Bogotá, quien al contrario de los socios sí logro hacer de Ciudad Bolívar un fortín político, con la promoción de la urbanización pirata conocida como "Ciudadela Sucre" que desarrolló ante la impotencia o la desidia de la Administración Distrital 25 $40 de 1982 equivalen a $ 1.378 de 2002 26 $6213 a precios de 2002 27 Muchos niños murieron por enfermedades gastrointestinales

establecimiento de turnos de vigilancia para asegurar la continuidad del servicio28. Los servicios públicos, como todo en el barrio, no solo fueron un motivo de esfuerzo y sufrimiento para los habitantes sino el espacio para generar redes de intermediarios y de negocios. Además de los carrotanques de agua, que llegaron a venderla a precios exorbitantes (a $ 500 la caneca29), las juntas impulsaron un proyecto de electrificación para el que solicitaron una cuota inicial de $ 10.000, aún después de que había sido aprobada la conexión a las redes de la Empresa de Energía. Todo en el barrio se vendía y se revendía, las carencias eran una oportunidad para los negocios de unos pocos. Aún así, la extensión de las redes clientelistas y mafiosas se acompañó del surgimiento de formas de organización de los habitantes que respondían a elementos de solidaridad y apoyo mutuo, que fueron los que permitieron, no sin dificultades, sostener en el tiempo la dura construcción del barrio. "… La ocupación de las Juntas en el clientelismo político dio paso, afortunadamente, a la expresión de unidad de las gentes de estos barrios, quienes comenzaban a entender que las necesidades eran las mismas en todos los sectores. Que su solución permanente sólo era posible con organización de todos los habitantes para exigir al Estado el presupuesto suficiente para adelantar las obras indispensables. Se hacía claro que de los politiqueros de turno solo se recibirían migajas empacadas en fuertes dosis de manipulación. Se organizaron entonces movilizaciones masivas hacia las Empresas de Acueducto, de Energía y al Departamento de Planeación, para exigir solución al problema del agua, de la energía eléctrica y de la legalización del barrio …"30. En efecto, mientras los directivos de las Juntas de Acción Comunal recorrían las oficinas distritales tratando inútilmente que los funcionarios se ocuparan en el desarrollo del barrio o buscando padrinos políticos para agilizar la instalación de los servicios públicos, los pobladores estaban llegando al límite de la resistencia. Empezó entonces un proceso de unidad al margen de la organización comunal porque la mayoría iba entendiendo que una solución permanente solo sería posible a través de la organización de los habitantes, para exigir a la administración distrital el presupuesto suficiente que permitiera adelantar las obras indispensables. De esta manera, además, se conseguiría escapar a la manipulación de los comités cívicos, "los socios", los dirigentes oportunistas. El abanico de necesidades sin resolver, luego de tres años de extremas penalidades, fue generando liderazgos al interior de los habitantes, con

28 BERNATE CASTELLANOS Evaristo "Jerusalén: cinco años de historia" en CORPORACIÓN TALIBER et al, op. cit, págs. 80-81 29 $ 17.210.oo a precios de 2002 30 Sin autor "Aproximación a la realidad de Jerusalén", mimeo, 1987, páginas 14-14, citado en CORPORACION TALIBER et al, op. cit, página 20

conciencia de que la presión ejercida colectivamente ante el Distrito sería la más adecuada vía hacia soluciones de fondo. Se organizaron entonces movilizaciones hacia las Empresas de Servicios Públicos, con buena participación de los pobladores. (…). En el Acueducto, luego de más de una hora de espera, una delegada de representantes de la comunidad fue recibida. En la Empresa de Energía, ante la pretendida desatención de los funcionarios, fue necesario tomarse las instalaciones para obligarlos a prestar atención a los habitantes de Jerusalén allí presentes. Más adelante, en el Departamento de Planeación Distrital, luego de un enfrentamiento con la policía (donde hubo algunos golpeados y retenidos) se solicitó que el barrio fuera incorporado al perímetro urbano, mediante el levantamiento de los planos oficiales correspondientes31. La Alcaldía Mayor expidió el 25 de septiembre de 1984 el decreto 1504 mediante el cual se declaraba a Jerusalén en proceso de habilitación, que daba vía libre a la dotación de servicios. Esta medida le permitía al Distrito contratar de manera extraordinaria, sin control fiscal, programas de desarrollo. Además otorgada atribución a las empresas de servicios públicos y sociales para proceder con obras mínimas de atención a los moradores del lugar. Al iniciarse el mes de noviembre de 1985 se instaló el alumbrado público, de cuyas redes la gente condujo el fluido eléctrico a su domicilio, sin tener que pagar las consabidas contribuciones pecuniarias. Con todo, algunas juntas continuaban, porfiadamente, impulsando un proyecto de electrificación diseñado por ellos…"32. La Empresa de Acueducto inició los estudios técnicos para el suministro de agua y se comprometió a aportar tres motobombas y tender la tubería hasta la parte alta, mientras la gente continuaba sufriendo con la distribución en mangueras desde Quiba y la compra a los carrotanques por años. Cuando la EAAB ordenó análisis de laboratorio a las aguas de la quebrada de Quiba se estableció que siquiera con tratamiento conseguiría ser potable. La muerte de muchos niños en los años anteriores daba había dado cuenta de esta situación. Es de recordar la anécdota de que no solo las presiones y movilizaciones de la comunidad sino un hecho ocurrido en una de las asambleas del Alcalde Hisnardo Ardila Díaz con la comunidad, quien al aceptar un vaso de agua de la quebrada de Quiba cayó enfermo y permaneció varios días hospitalizado. En ese momento se garantizó la llegada del agua potable33. En varias oportunidades la comunidad les informó a los técnicos de la Empresa que tal como estaba diseñado el proyecto el agua sería insuficiente, que por el sistema de gravedad era imposible llevar agua a todos los lugares del barrio. 31 BERNATE CASTELLANOS Evaristo "Jerusalén: cinco años de historia" en CORPORACIÓN TALIBER et al, op. cit, págs. 87-88 32 Sin autor "Aproximación a la realidad de Jerusalén", mimeo, 1987, páginas 14-14, citado en CORPORACION TALIBER et al, op. cit, página 20 y BERNATE CASTELLANOS Evaristo, op. cit. pág. 88 33 Cfr. NIÑO MURCIA Carlos, CHAPARRO VALDERRAMA Jairo, op. cit pág. 18

Aún así se hizo el proyecto y años después, la Empresa terminó informándoles lo que ya sabían desde un principio, que el proyecto era insuficiente, razón por la cual aún en 1987 estaban sometidos a racionamientos permanentes. "Con el ánimo de fomentar la participación comunitaria y, simultáneamente, estimular el cofinanciamiento de la obra por parte de los habitantes del barrio, la Empresa de Acueducto integró un Comité Pro-acueducto. Se colaron en éste algunos avivatos, de cuyas manos se extraviaron cerca de $ 950 mil provenientes de los quinientos pesos aportados por cada familia. Este indebido manejo financiero fue causa del aplazamiento de las obras, y sometió a los habitantes del barrio a otra grave emergencia de agua potable en diciembre de 1986, tiempo en que anualmente los carrotanques del Acueducto solían encontrarse varados, los de los particulares salían de vacaciones y el verano agotaba la vertiente de la quebrada34". 1.3.5. Los otros servicios colectivos A pesar de la pobreza generalizada se hicieron varias colectas con el fin de ayudar a las personas más necesitadas con alimentos básicos. Al tiempo con la proliferación de políticos aparecieron también organizaciones de ayuda social: la Fundación Hogar Infantil, La Fundación Social, la Asociación Mutual, Servivienda, la Fundación Colmena con el Mercado de las Pulgas (venta de mercancías de segundo e intento de organizar un centro de acopio de materiales para la construcción), la Fundación Centro Cultural de Desarrollo Comunitario, con programas de educación y mejoramiento barrial y la Fundación CIVAS que realizó el levantamiento de un plano del barrio contratado por las primeras juntas de acción comunal. Más lentamente y por lo general como resultado de la presión de los habitantes también empezaron a hacer presencia los programas estatales, como el de atención materno-infantil del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (consistente en controlar talla y peso a los menores de cinco años de edad y la entrega quincenal de dos kilos de bienestarina) y el programa de casas vecinales del Instituto de Bienestar Social del Distrito. A través de ellas, pero con la activa participación de los vecinos, se organizaron comedores comunitarios para los niños, se consiguió un equipo de consultorio médico, se organizaron servicios de salud a bajos precios. Como ya se ha indicado, uno de los integrantes de "los socios" era el abogado Carvajal, de quien existen versiones encontradas. Este abogado obtuvo toda una manzana de lotes como pago por el arreglo de pleitos con los vendedores. Cuando el abogado fue asesinado la manzana con sus 28 lotes estaba completa y sin ocupar. La esposa los entregó al primer Comité para usos colectivos, pero esto ocasionó discusiones y reclamos con los Comités de otros sectores. El conflicto terminó en que los representantes de las comités que recibieron los 34 Ibídem pág. 89

lotes terminaron aprovechándose y vendiendo los lotes en su provecho personal, de manera que en esta manzana solo quedó el Jardín Alegría de Vivir, lo demás es apenas un recuerdo. La mayoría de los niños en edad escolar, que sumaban cerca de 15 mil, no encontraban donde estudiar durante los dos primeros años de existencia del barrio, porque en el colegio oficial más cercano, el de Candelaria La Nueva, no tenían cupos disponibles. Quienes lograron matricularse en el Tunal o en El Perdomo, dos barrios distantes, debían salir de sus casas desde muy temprano para iniciar clases a las 7 a.m. A mediados de 1985, como resultado de la presión masiva de los habitantes del sector, la Secretaria de Educación nombró cuatro profesores, dos de ellos fueron ubicados en el sector El Tanque y los otros dos en Nueva Argentina, donde las Juntas de Acción Comunal habían construido modestas aulas. Cada uno dictaba clases a cuarenta niños en salones pequeños e inadecuados. Jardines y colegios privados empezaron a cubrir parcialmente la necesidad de educación. En marzo de 1984, alrededor de 300 niños iniciaron clases en tres casetas prefabricadas por Servivienda con un área de 40 Mts.2, instaladas en un terreno adecuado por los habitantes del barrio, con amplios espacios para la recreación, construidos por la misma comunidad. Los pupitres se consiguieron mediante avisos puestos en los periódicos que informaban de la labor que se iba a realizar. Algunas de las personas vinculadas al proyecto consiguen directamente pupitres viejos con comunidades religiosas. Un grupo de profesores voluntarios, algunos con experiencia, otros no se vincularon al proyecto, para mejorar las condiciones de vida del sector. Antes de iniciar labores se intentaron diversos contactos con la Secretaría de Educación sin lograr interesarlos en el proyecto. Se buscaba que la educación fuera gratuita para todos los niños, pero al no conseguir apoyo se fijó una cuota mensual de $ 250.oo destinados a garantizar el transporte y el almuerzo de los profesores. Uno de los impulsores de este colegio, llamado Instituto Cerros del Sur "ICES", fue Evaristo Bernate. En este colegio los niños del sector no fueron rechazados como ocurría con otros colegios cercanos, con el argumento de que "los de Jerusalén son unos intrusos". El ICES no se limita a la formación de los niños sino que se convierte en el eje de un sólido trabajo comunitario, a partir de la vinculación a las diferentes actividades que se adelantaban en el barrio, manteniendo comunicación con las Juntas y Comités existentes y participando en sus reuniones. Los jardines infantiles surgieron como respuesta a los accidentes que sufrían los niños más pequeños cuando sus papás salían a trabajar y los dejaban solos. El más recordado y sentido de estos accidentes fue el de cuatro niños que se quemaron estando encerrados bajo llave en su rancho de paroid, mientras su madre salió a trabajar todo el día y los dejó bajo la protección de la imagen del Niño Jesús alumbrada con una veladora. En esta oportunidad la llama no se

extinguió la consumirse la vela y los vecinos encontraron los cuatro cuerpos completamente incinerados. Entonces Reynalda, una mujer del vecindario, colocó un letrero en la puerta de su casa, que era igual de humilde a las demás, letrero que decía "Hogar Infantil Hombres Nuevos"35. La propuesta de la primera escuela en el sector de Potosí-La Isla vino de afuera, de unos muchachos universitarios que vinieron al barrio e iniciaron una escuela pequeñita y atendían a los niños todo el tiempo36. En el sector de Bellavista - La Ye, uno de los logros más apreciados y recordados es la construcción de la escuela en terrenos que la comunidad tuvo que defender a piedra y garrote de las invasiones, las reventas y la policía. Una vez se logró garantizar la destinación del área para servicios sociales y edificaciones comunales, la escuela empezó a funcionar en los cascarones de un par de buses viejos, donde cada sábado los jóvenes bachilleres del sector dictaban clases a los niños, en un singular ejercicio de auto-gestión educativa. A la vez, se creó un Comité Pro-Escuela que se encargó de coordinar jornadas de trabajo, los domingos y días festivos y comprar materiales con los cuales se construyó buena parte de la planta física tanto de la Escuela "Fe y Alegría" como del Jardín Infantil "Los pitufines"37. En un principio no había transporte sino hasta La Candelaria y desde allí se desplazaban a pie. Cuando aumentaron las casas los habitantes metieron un buldózer y abrieron carretera hasta que, de pronto, un día un carro entró al Tanque. Después abrieron una carreterita hasta El Terminal, una panadería que quedaba en el cruce de los barrios Potosí, parte del Tanque y La Isla. Desde los lugares a donde llegaban las rutas de buses, camperos de propiedad privada hacían los recorridos, generalmente con sobrecupo y cobrando tarifas mayores que el servicio público en el resto de la ciudad ($ 25 y $ 30, con sobreprecio por los niños y las maletas o bultos). En los primeros tiempos el transporte era escaso, todo era un barrial y se dificultaba la entrada de vehículos. Los buses llegaron muchos años después, aunque la primera ruta ya no está porque la apedrearon por las altas tarifas y decidieron rendirse y terminar la ruta. "El deficiente mantenimiento de los vehículos, sumado a la falta de control por parte de las autoridades, lo mismo que lo escarpado del terreno, son causa de repetidos accidentes. Puertas que se abren cuando el vehículo está en marcha, ejes que se revientan al aplicar el cambio o pérdida de frenos…". Mientras para los habitantes de Jerusalén las prioridades consistían en la conexión al servicio de agua potable, la construcción de alcantarillado, la construcción y dotación de centros de salud, el mejoramiento de las vías, las 35 NIÑO, VALDERARAMA, op. cit. páginas 23 y 24 36 Casi quince años después escuelas como esa, como la construida por los vecinos en el sector Pradera-Esperanza que actualmente es distrital, continuaba presentando serias deficiencias: baños sin concluir, malas instalaciones eléctricas, limitaciones de acueducto y alcantarillado que propician periódicamente inundaciones…. NIÑO y CHAPARRO, op cit. página 23 37 Ibídem , página 23

líneas de transporte y demás servicios necesarios para vivir en condiciones de dignidad, con la instalación de algunos teléfonos públicos desde mediados de 1984 la Administración Distrital demostró que sus programas marchaban en contravía con las necesidades de los habitantes del barrio. "Todos nos levantamos desde abajo, todos venidos de la nada y así nos levantamos", concluye uno de los vecinos. Pero no fue una tarea fácil: como cincuenta tomas a la Empresa de Acueducto, toma a la empresa de energía, toma a la empresa de teléfonos, movilizaciones, marchas, paros, es decir, "…ha sido una lucha dura, una lucha organizada". Como lo expresa Jairo Chaparro, hoy, en medio de la diferencia, Jerusalén comporta elementos básicos de identidad que se materializan en símbolos, puntos de encuentro, personajes y luchas compartidas, que encuentran un espacio de expresión en la amplia gama organizativa del barrio y en algunas tradiciones religiosas. (…) "… todo un mundo forjado por los pobladores a base de ingenio, peleas y negociaciones con "los socios", algunas entidades privadas, las empresas públicas y la administración distrital. El apoyo estatal fue siempre tardío y tan tímido, que tuvo que ser conquistado por los habitantes a través de múltiples gestiones y por medio de presiones de todo tipo" En palabras de Leonidas Ospina y Mauricio Sanabria "… la manera como se defienden los derechos los determina quien los niega…"38. A pesar de todo, la solidaridad ? En medio de dificultades con los "Socios" y los Comités, de señalamientos y acusaciones, de la presencia de campamentos del M19, del ELN y las FARC, en el marco de los diálogos de paz promovidos durante el Gobierno de Belisario Betancur y luego, de manera cada vez más fuerte (algunos habitantes piensan que esta presencia fue benéfica, que contaron con apoyo39). En medio de todos estos elementos el balance es positivo: los pobladores aprendieron a desconfiar de las promesas y prácticas de los políticos, entendieron el juego con la Administración Distrital, pero sobre todo se generaron procesos importantes de organización en el barrio:"… con todas las contradicciones que queramos, pero que ven la necesidad de trabajar por ideales, por utopías. Con todas las deficiencias que se tengan, pero ya existe un liderazgo más amplio, controlado por la comunidad, en el sentido de que si alguien se está yendo por otro lado, 38 En CORPORACIÓN TALIBER et al, op. cit. pág. 70 39 "…Siento que los del M-19 era importante, por lo menos para nosotros fue un apoyo. Ellos colaboraron bastante con lo de la seguridad y aplicando tanta gaminería, al menos había vigilancia cuando alguien quería venir a robarnos. Estuvieron con nosotros desde el principio, no decían lo del poder con el pueblo y con las armas directamente pero sí hacían bastante. Muchas veecs vigilaban sin decir nada. Ellos no iban de casa en casa preguntando lo que necesitábamos, sin embargo, al final, siempre nos ayudaban.", don Yesid Madrigal, op. cit. pág. 28-29

aparece la crítica" (…) Me parece que se ha deslegitimado un poco toda esa politiquería tan fuerte en todo el país. Ha quedado claro que para conseguir los recursos no tenemos que vender conciencias, no tenemos que vender votos. Es la misma organización de la comunidad la que genera sus cambios. Es la organización colectiva (…) Una cosa en la que se ha ganado muchísimo es en generar esa autonomía de la comunidad.40 Los procesos a los que se hace referencia son los del grupo de danzas, de la Junta de Acción Comunal, el de las madres comunitarias, el del grupo juvenil, el de los jóvenes deportistas, todos tienen la capacidad de programar, de discutir, de resolver sus problemas. Los habitantes recuerdan, además y como ocurre en los otros barrios, que en un comienzo, en los tiempos en que las necesidades eran más fuertes, había unidad y solidaridad. "Cuando eso la relación entre los vecinos era muy buena. Éramos unidos, nos cuidábamos mutuamente, nos colaborábamos fuera como fuera. A pesar de las dificultades y todos los recursos que nos hacían falta, no había problemas, ni de un chisme ni de una envidia. Todos estábamos dispuestos a servir a pesar de las cosas del agua, de la luz y todo lo demás. Había coordinación y unión, cosa que hoy en día se perdió, ya no existe, la gente se desintegró"41 Ahora la gente es personalista, cada uno hace lo de cada uno, antes no era así. Anteriormente se veían esas aptitudes como de tener que levantarse a las dos de la madrugada y en conjunto todos madrugábamos, sin pereza -al contrario- con mucha disposición. Hoy todo término…" "Algo importante es que nosotros no manejábamos la violencia… "42. Por el contrario sí hubo violencia venida del exterior, en la policía y sus ataques a las precarias viviendas, en los asesinatos a los líderes del barrio, en las maniobras de los socios y sus aliados, en la desidia de la administración, que constituía lo que se ha llamado en la primera parte de este trabajo, violencia preterición, que como ya se ha visto quiere decir hacer caso omiso de una persona o cosa. Esta violencia, más discreta, incluso secreta, es aquella que se ejerce como omisión, como abstención y que en nuestro país se expresa en aparatos estatales que solo son capaces de traducir o interpretar los intereses de los poderosos, en la imposibilidad de reconocer y reencontrarse con los procesos populares de creación de ciudad, en palabras de Le Roy, la voluntad oficial de no querer, de no aplicar la ley. Esta forma de violencia, más difusa pero más persistente que la de la policía de los primeros años, o la de los actores armados, aún continúa afectando el

40 Entrevista con Leonidas Ospina y Mauricio Sanabria bajo el título "Educación Proyecto escuela-comunidad" en CORPORACION TALIBER et al, op. cit, páginas 66 y 67 41 CORPORACION TALIBER et al, op. cit, página 24 42 Ibídem, pág. 24

bienestar de los habitantes de esta zona de la ciudad, en la que si bien han mejorado las condiciones materiales nunca se ha realizado una inversión pública acorde con el número de habitantes y las necesidades, menos aún si se la compara con las inversiones realizadas en otras zonas de la ciudad habitadas por personas de mayores recursos. Todas las dificultades y logros viven en la memoria de los habitantes de los distintos sectores: de acuerdo con el trabajo de Carlos Niño y Jario Chaparro: los habitantes de Plan-Canteras-Media Loma "…recuerdan de manera especial como se recogió dinero entre la comunidad para comprar las mangueras que se conectaron a la Empresa de Acueducto por medio de galápagos, y los conflictos y disputas entre vecinos por las distintas presiones con que llegaba el agua a cada casa. Para solucionar este problema se ideó el sistema de la "venta de derechos" que consistía en que los habitantes de las cuadras, hasta donde llegaba el agua con fuerza, permitían a los habitantes de las cuadras más altas, donde no llegaba el agua, conectar sus mangueras a las de ellos durante algunas horas para que recibieran el fluido necesario Cuando la presión del agua era más alta, la gente de las últimas cuadras conectadas empezaba a "vender los derechos" a la gente de más arriba y así sucesivamente". Otro hecho importante, registrado en la memoria común es la inundación de 1987 que derrumbó el llamado "Muro de Berlín" que ese año habían construido los habitantes de Cadelaria La Nueva IV Etapa a lo largo del límite de Jerusalén, sobre el llamado Caño del Chulo, "…una extensa pared de más o menos metro y medio de altura, con el propósito de impedir que por "sus" calles pasaran los "indeseados" vecinos que habitaban loma arriba. Recién terminado el muro se desgajaron lluvias intensas, produciéndose una creciente que lo inundó todo. Las aguas, tanto lluvias como negras, se fueron acumulando contra el malhadado muro que las represó y que finalmente fue derribado por éstas…"43 Entre muchos otros recuerdos están la manera como una líder del sector Nueva Argentina desafió un intento de desalojo de la policía permaneciendo en medio de un potrero, tratando de leer, sumar y restar con los niños del vecindario, y defendió así que el terreno permaneciera como comunal y no fuera vendido; o la laguna del sector El Tanque-Laguna que se fue contaminando por la ausencia de alcantarillado y que aún así tuvieron que defenderla en más de una ocasión del intento de lotearla y venderla, pero que a causa de la contaminación total por aguas negras y basuras terminó, a pesar de la tristeza de algunos, desecada y convertida en un parque construido luego de varios años de trabajo comunitario y de incontables trámites, gestiones y consultas con entidades distritales. "Jerusalén es el resultado de una gesta heroica de un puñado de familias por encontrar su "tierra prometida", señalan Niño y Chaparro, Esta gesta lo único que tuvo a su favor fue una determinación a prueba de todo. El resto era suma de adversidades, las cuales resultaron doblegadas por la admirable terquedad 43 NIÑO, CHAPARRO, op. cit. página 20

de hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños, que consolidaron día tras día este sector de la ciudad, forjando un microcosmos físico, humano y cultural de gran vitalidad". Los habitantes de Jerusalén a pesar de las carencias materiales que enfrentaban aún a finales de la década de 1990 (mal estado de las vías, sectores que aún no cuentan con agua en red o alcantarillado, ausencia de tramos peatonales, de espacios y programas recreativos) "… tienen sentido de pertenencia con su barrio y son concientes de que lo han sacado adelante gracias al empuje colectivo y al deseo de progresar juntos. Estos sentimientos van aparejados de una profunda incredulidad hacia las entidades oficiales y de una profunda desconfianza en las autoridades, como ocurre con la policía. La pobreza es compensada con un cierto sentimiento de libertad y disfrute vital, generado por la certeza de estar habitando en un lugar que les pertenece…"44 Pero, ¿… el lugar sí les pertenece?: las respuestas del "derecho de la ciudad" Evidentemente nada es más palpable para los habitantes de Jerusalén que la pertenencia al lugar que ocupan. Pero los mensajes de la ciudad "formal", la ciudad de la ley, del derecho de la ciudad no son tan claras. Aunque, como se ha visto, para los habitantes del barrio la titulación no fue una prioridad por mucho tiempo, para la Administración Distrital la regularización de la ocupación sí era un problema. Es preciso señalar que los programas de regularización de barrios populares en Colombia, en contraste con otros países latinoamericanos, no han puesto su énfasis en la titulación individual de los predios o, en otras palabras, en la generación de propietarios, pero el asunto de la titularización, de todas maneras, siempre está presente. El primero de ellas hace referencia a un argumento jurídico dominante: la imposibilidad de realizar inversiones públicos en terrenos de propiedad privada. Debido al origen "fuera de la ley" del asentamiento no se generan de acuerdo con los trámites habituales los espacios de uso colectivo y propiedad pública correspondientes a las cesiones obligatorias gratuitas. Desde un principio, concejales, funcionarios de la Caja de Vivienda Popular y los diferentes alcaldes mayores manifestaron, en repetidas oportunidades, su disposición de "… no perjudicar a los poseedores sino legalizarles la situación"45. Pero en este aspecto, en palabras de Evaristo Bernate, solo se dieron tímidos pasos, también hubo francos retrocesos. Se abandonaron las negociaciones con los antiguos propietarios iniciadas en 1984, encaminadas a otorgar los títulos de propiedad. Los planes de rehabilitación en 1987 eran aún una promesa y avanzaron muy lentamente.

44 Ibídem, páginas 25 y 29 45 "Buscan fórmulas sobre tierras invadidas", El Tiempo, jueves 16 de junio de 1983, Sección La Ciudad

Con la resolución de legalización urbanística las entidades distritales quedaron tranquilas en cuanto a la resolución de un impasse jurídico el de poder realizar las inversiones en servicios públicos y otros equipamientos colectivos. Pero la administración distrital no ha recurrido o ha eludido la utilización de normas como las de reforma urbana que permiten la expropiación sin indemnización de aquellos lotes de terreno donde el propietario de un inmueble ubicado en sito apto o no apto para urbanizar, en contravención con las normas sobre usos del suelo o fuera del perímetro urbano o sanitario o sin contar con los permisos y licencias requeridos aprovechándose de la necesidad de vivienda de los ocupantes venda, prometa en venta, promueva o tolere la ocupación de dicho inmueble. La tolerancia se presume cuando el promotor del asentamiento ilegal no sea el propietario del inmueble, pero haya convenido con éste la ocupación del inmueble por terceros o cuando no haya iniciado oportunamente las acciones policiales y posesorias necesarias para recuperar la posesión de su inmueble, o no haya presentado las denuncias penales correspondientes o no haya cumplido oportunamente con todos sus deberes procesales46. En los procesos de regularización de barrios calificados como de origen informal se ha restringido a la legalización urbanística, consistente en la incorporación de los barrios al perímetro urbano, si este es el caso, a los planos oficiales de la ciudad y a las redes de servicios públicos, tomando, de hecho, los terrenos que corresponderían a las cesiones obligatorias gratuitas de una urbanización formalmente desarrollada, terrenos que en barrios como Jerusalén, como se ha visto, tuvieron que ser defendidos por los pobladores de los intentos de ventas y ocupaciones privadas y que apenas alcanzar a proveer de mínimos espacios colectivos a los habitantes. La opción planteada por el derecho oficial desde 1989 para los espacios privados, es decir, los lotes individuales, es la de procesos de pertenencia o de prescripción adquisitiva con plazos muy cortos, entre tres y cinco años. La acción del estado a nivel de apoyo y orientación en estos procesos también ha sido mínima, por no decir inexistente. En general en la ciudad estos procesos han sido manejados por una agrupación de abogados ligados a políticos y prácticas clientelistas. De acuerdo con información suministrada por la Caja de Vivienda Popular, casi veinte años después de iniciado el asentamiento, de 8.595 predios solo 297 pertenencias han sido falladas y están por ser falladas 180. La mayoría de los habitantes o siguen indiferentes al tema de la titularización o encuentran el trámite lejano a sus posibilidades. Tan solo en 2002 la Caja de Vivienda Popular inició acciones tendientes a apoyar los procesos de titulación. Pero los funcionarios de la Caja han sido advertidos por actores armados (presumiblemente paramilitares) ligados a los urbanizadores piratas de Ciudad Bolívar, de abstenerse de intervenir en dichos trámites. Lo que en tiempos de los 46 Artículos 53 y 54 de la ley 9ª de 1989 en GIRALDO ISAZA Fabio (editor) "Reforma Urbana y Desarrollo social", CAMACOL, Bogotá, 1989, página 151

campamentos del M-19 con ocasión del proceso de paz de la década de 1980 o las milicias de otros grupos guerrilleros fue percibido como un apoyo por algunos pobladores, en este momento se inscribe dentro del proceso global de la degradación del conflicto armado en Colombia. A las mil pequeñas y grandes luchas y dificultades de los pobladores de Jerusalén ahora se añade la presencia de múltiples actores armados con claras estrategias territoriales, estrategias que el Estado nunca se acercó siquiera a construir. Por su parte, los titulares de la propiedad de la tierra, la familia Gaviria, muy conocida en el negocio inmobiliario, no abandonaron su idea de obtener provecho de estas tierras en las que nunca invirtieron, que tenían abandonada, que eran desérticas y difíciles de urbanizar y en cuyo loteo y venta, según muchos rumores, participaron indirectamente. El 12 de mayo de 1993 demandaron ante la jurisdicción contencioso administrativa la nulidad de las resoluciones 489 de 10 de noviembre de 198947, por medio de la cual el Director del Departamento Administrativo de Planeación reconoce oficialmente la existencia del desarrollo incompleto denominado Jerusalén, se ordena su inclusión en los planos oficiales del Distrito Capital y se procede a reglamentarlo y la resolución No. 067 de enero 15 de 1993, por medio de la cual más de dos años después se resolvió de reposición interpuesto contra la primera de las resoluciones, confirmándola en todas sus partes. Los propietarios alegaron que se había violado el debido proceso y por tanto el derecho de defensa, al no haber sido notificados del trámite de legalización del asentamiento para poder hacer valer sus derechos y el derecho de propiedad. Argumentaron en la demanda "… que con la expedición de las resoluciones demandadas se legalizó una situación de hecho, consistente en una invasión violenta de los terrenos de propiedad de los hoy demandantes, más aún si se tiene en cuenta que las facultades de uso, disfrute y disposición que la ley concede a los titulares del derecho de dominio físicamente resultan difíciles de ejercer, al haberse decretado la legalización del mencionado desarrollo incompleto". Al haberse legalizado el desarrollo sin haberse clarificado el derecho de los invasores y sin comparecencia de los propietarios conocidos por el DAPD se protegió una situación irregular producto de los actos violentos de invasión". Los propietarios demandaron en la primera instancia, además, el reconocimiento de $ 8.500 millones48, más el respectivo ajuste monetario, por concepto de los perjuicios materiales causados por los actores administrativos objeto de la solicitud de declaratoria de nulidad. Si se tiene en cuenta que de conformidad con los datos aportados al proceso, el terreno de propiedad de la familia Gaviria objeto de reclamación tiene un área total de 127 hectáreas, 47 Que había remplazado el Decreto 1504 de 1984 48 US 10.825.000 a la tasa de cambio de julio de 1993

estarían persiguiendo, a precios de 1993, $ 67.000 por metro cuadrado49, es decir, más de lo que habían estado a punto de negociar en 1984 con el Alcalde Distrital por los lotes mejor ubicados. En la segunda instancia, cinco años después, la pretensión alcanzaba la suma de $ 22.000 millones50, es decir que en este momento pretendían que el precio por metro cuadrado fuera de $173.200 (precios de 1998)51 más que cualquier terreno sin servicios en toda la ciudad. Apoyados en un avalúo oficial, técnicos avaluadores y propietarios, parecen olvidarse o desconocer los terrenos desérticos, escarpados, pendientes, sin servicios públicos, sin conexión alguna con la ciudad existente, que fueron ocupados por miles de familias engañadas en su deseo de acceder a un lugar en la ciudad y que pagaron de todas las formas posibles con su trabajo, con sus ahorros, con sus sufrimientos, con las vidas de muchos niños, ese precario derecho. La prueba para demostrar la supuesta ocupación violenta era una providencia del 26 de abril de 1982 expedida por la Corregiduría Distrital de Policía Ismael Perdomo, mediante la cual se decretó el lanzamiento por ocupación de hecho de los invasores del predio denominado Canteras, que formaba parte de la antigua hacienda Casa Blanca. En los dos fallos fueron reiterados los argumentos respecto a la necesidad de que los propietarios fueran oídos y tenidos en cuenta mientras que no hubo una voz para los ocupantes de los terrenos. "… Al producirse la legalización urbanística del desarrollo denominado Jerusalén y conocida por el Departamento de Planeación que existían unos propietarios legítimos, quienes son mencionados en la resolución acusada, no sólo se estaba produciendo una situación irregular, producto de los actos violentos de invasión de los predios, lo cual atenta contra el ordenamiento jurídico, sino que con su actuación coadyuvó con los invasores a impedir que los legítimos propietarios de los inmuebles pudieran ejercer las facultades de uso y disfrute, vulnerando así su derecho de dominio"52. Se añadió además: "… Debe armonizarse, en el caso sub judice, el interés de un conglomerado social que, según las pruebas, es de gran magnitud, con el interés particular de los propietarios de los terrenos del asentamiento, correspondiéndole a la administración distrital, en cumplimiento de las normas constituicionales y reglamentarias, encontrar el justo medio entre los moradores del desarrollo incompleto y la parte actora. La Sala no desconoce que dada la magnitud del asentamiento físicamente sería imposible desalojar a los moradores pero la parte demandada (el Distrito Capital) ha tenido papel predonderante en la permisión y acrecentamiento de la situación que de años 49 US 84 50 US 16.100 51 US 126 52 Expediente No. 5070, Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, Recurso de apelación contra la sentencia de 7 de mayo de 1998 del Tribunal Administrativo de Cundinamarca

atrás venía sucediendo con dicho asentamiento. Lo mínimo que pudo haber hecho es haber promovido y logrado un acuerdo entre las partes, pero su defensa se limita a argumentar que el acto acusado no constituye un título. Pero los actores no pueden usar, ni disfrutar, ni gozar el inmueble regularizado mediante el acto acusado porque físicamente está ocupado, obviamente conforme a la orden impuesta por los acuerdos del Concejo Distrital, pero con la observación de que dicha orden se limitó a beneficiar a una sola de las partes del conflicto. .." El Tribunal Administrativo de Cundinamarca y el Consejo de Estado declararon nulas las resoluciones de legalización administrativa por violación del derecho de defensa y del debido proceso, por violación del derecho de propiedad, indicando que la actitud de la autoridad distrital no fue la de garantizar la propiedad sino la de regularizar la invasión del predio. En lo relacionado con la solicitud de condena al pago de una suma de dinero por perjuicios materiales causados la Sala (del Tribunal) consideró que no estaba llamada a prosperar, (…) "…porque un restablecimiento del derecho no es en este sentido que encuentra cabida, en tanto el valor eventual a reconocer solo puede definirse dentro del proceso que debe continuarse en legal forma, además que en estricto derecho no se está frente a una adquisición incompleta o incumplida por parte del Distrito Capital y, sobre todo, que existen nuevas normas cuya aplicación resulta ineludible bajo la óptica intermedia de la función social de la propiedad, que es lo equitativo y lo justo". En conclusión, el restablecimiento del derecho de los propietarios consistió en dejar sin piso el proceso de legalización del desarrollo urbanístico incompleto Jerusalén y, por tanto, el procedimiento administrativo debe reiniciarse y realizarse con la participación de los propietarios demandantes, acorde con las normas actualmente vigentes para tales efectos y con la observancia de todos y cada uno de los preceptos y principios constitucionales y legales propios de este tipo de regularización". Para los habitantes de Jerusalén, quienes durante veinte años han construido uno de los espacios más vitales, diversos y complejos de la ciudad, prescindiendo de títulos y registros jurídicos, este lenguaje, probablemente incomprensible, significaba una negación más del derecho de la ciudad a ser incluidos y reconocidos. Desde entonces los apoderados de los propietarios, sin tener en sus manos un caso judicial en estricto sentido, deambulan por las oficinas públicas distritales intentando concretar el pago de una suma exorbitante por los terrenos, suma que crece sin ninguna lógica (en una de las reuniones se llegó a hablar de $ 50 mil millones), supuestamente amparados en la ley 388 de 1997, que no es otra cosa que el último eslabón normativo de una lucha iniciada a principios de 1960 por el reconocimiento del derecho a la ciudad, entendido como el derecho al suelo y a la vivienda, plasmado en la reforma urbana, y que logra concretar la función social de la propiedad pactada

en la Constitución de 1991, redefiniendo profunda y radicalmente el contenido de este derecho, que en el ordenamiento jurídico, tan caro al mundo de los tribunales y abogados, no es ni siquiera un derecho. Los funcionarios distritales no tienen respuestas inmediatas, mucho menos contundentes, no es su hábito defender el derecho a la ciudad, no saben cómo hablar en nombre de ese mundo de dificultades, sufrimientos, solidaridades, sueños, identidades, diversidad, que les es ajeno e incómodo, que les produce miedo, cuando más conmiseración. La respuesta del derecho de la ciudad es solo eso, la del mundo de las normas abstractas, de las relaciones con los objetos antes que con las personas, de las formalidades: el último capítulo una vez dejada sin piso, como afirma el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, la incorporación a la ciudad de casi cien mil personas que durante veinte años han construido uno a uno de los espacios y lugares de su asentamiento, es un concepto frío y aséptico: "… La declaratoria de nulidad de las resoluciones descritas tiene como efecto que hoy el desarrollo Jerusalén se constituya en una situación de hecho, no reconocida jurídicamente por el Distrito Capital (volvió a su estado anterior). Precisamente, la sentencia 5070 del 9 de diciembre de 2000 del Consejo de Estado, que anuló tales actos, enfatiza sobre el deber que tiene la administración de cumplir los procedimientos legales y, de otro lado, el deber de garantizar el derecho a la propiedad privada. Por lo expuesto, en nuestro criterio la Administración no podrá realizar directamente obras públicas de infraestructura física, ni inversión alguna en los barrios incompletos que no se hayan legalizado. Para el caso del Distrito Capital, en tales barrios solo se podrán prestar los servicios públicos en forma provisional (…). Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, a nuestro juicio, creemos que en el desarrollo Jerusalén, la Administración Distrital solamente puede realizar programas relacionados con aspectos diferentes a la ejecución de obras públicas físicas, como por ejemplo, realizar programas de salud, seguridad, educación, cultura, bienestar, prevención, capacitación para la generación de empleo. En síntesis, invertir para potenciar el capital humano del barrio aludido - Inversión social"53. El Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá, expedido en junio de 2000, en desarrollo de la ya mencionada ley 388 de 1997, a cuyos lineamientos generales se hace referencia más adelante, no logra derribar lo que Raquel Rolnik llama las murallas invisibles que los planificadores urbanos acostumbran construir para

53 Memorando de septiembre 27 de 2001, elaborado por Jorge Cálela Romano, Subdirector Jurídico del Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Asunto: Concepto sobre la inversión de las entidades del distrito en el barrio Jerusalén

separar la ciudad popular. Por el contrario el POT parece ser rico en murallas invisibles, al dividir la ciudad en piezas, áreas funcionales, puertas, unidades de planeación urbanística, mientras es bien pobre en la apuesta por nuevos instrumentos de gestión urbana y de intervención en el mercado de la tierra que permitan pasar de la retórica de la función social de la propiedad y de la prevalencia del interés general a la construcción de nuevos pactos políticos y verdaderas formas de convivencia a nivel de la territorialidad. Para el Plan de Ordenamiento Territorial, pensado como un pacto colectivo de construcción de ciudad, la localidad de Cuidad Bolívar, donde se encuentra localizada Jerusalén, sigue siendo una zona olvidada en la que han sido ubicados los usos urbanos más degradantes: la ampliación del relleno sanitario de doña Juana que por fallas en la operación ya se desbordó una vez inundando de basuras descompuestas una parte importante de la localidad, el parque minero de Tunjuelo donde están vigentes licencias que permiten la explotación hasta el agotamiento físico del material y, como si esto fuera poco, dispone un área de 1.600 hectáreas, en lo que hasta el momento ha sido zona rural, para un nuevo parque minero-industrial, en donde se busca concentrar las actividades de extracción minera de la ciudad. Metrovivienda, la entidad distrital encargada de la construcción de vivienda de interés social no ha demostrado ningún interés en adelantar programas en esta zona y los terrenos libres de expansión y desarrollo, así como las zonas de protección y, sobre todo de riesgo, continúan a merced de la urbanización pirata, repitiendo, incluso agudizadas las dificultades y sufrimientos vividos por los habitantes iniciales de Jerusalén. Las reglas de juego de la ciudad de la ley no son capaces de entender ni dialogar con las reglas de juego de quienes pelean a diario el derecho a la ciudad, por ahora la única respuesta es la negación.