m3 personalidad esquemas

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Módulo 3: Psicología de la personalidad Perspectivas teóricas Perspectiva dimensional o de rasgos Gordon Allport (1897-1967) Allport suele incluirse dentro de los modelos estructurales internalistas o personalistas porque para él: Cita "Una auténtica psicología tiene que estudiar la individualidad... la misión asignada a la psicología es el estudio de las personas, y las personas solamente existen en patrones concretos y únicos". Gordon Allport Su perspectiva de análisis es idiográfica, en tanto que destaca el aspecto de unicidad –la individualidad–, a pesar de que incorpora una visión al mismo tiempo nomotética porque consideraba esencial desarrollar rasgos aplicables a todo el mundo, pero no describir leyes universales del comportamiento porque la personalidad no lo es. Es un pionero en la aproximación de rasgos, pese a que ahora su importancia es más bien histórica. Shultz y Shultz (2003) destacan tres aspectos "propios" de Allport, en oposición a sus coetáneos, que le hacen rechazar: -El constructo del inconsciente, tal como lo definió Freud al proponer que domina la personalidad adulta. Al contrario, defiende la racionalidad, la conciencia y el control. -El determinismo histórico, es decir, el establecimiento de las explicaciones de la personalidad en los inicios de la vida –la infancia–, o más genéricamente el pasado de la persona. Para Allport, nos proyectamos al futuro... Lo argumenta diciendo que la conducta del niño está dirigida principalmente por impulsos y reflejos biológicos, mientras que la correspondiente al adulto por contenidos más psicológicos. -Datos obtenidos a partir de población anormal: hay que estudiar a personas emocionalmente sanas, que no pueden compararse con niños, neuróticos o animales. Allport se diferencia de otros autores incluidos en esta perspectiva por una serie de consideraciones conceptuales que tenéis que conocer. Las resumimos en la siguiente tabla: ¿Rasgos o disposiciones? Considerando que el término rasgo inducía a confusiones, lo reservó para los rasgos comunes, utilizando la expresión "disposiciones personales" para los rasgos individuales. Entre éstos, establece diferencias según su importancia (centralidad) y amplitud al describir el comportamiento. Los rasgos Este autor propuso el término rasgo dentro de una definición de personalidad que entiende como "una estructura neuropsicológica generalizada, con la capacidad de interpretar y utilizar muchos estímulos funcionalmente equivalentes, y de iniciar y guiar formas consistentes (equivalentes) con un comportamiento adaptativo y estilístico". Para Allport, define un conjunto de disposiciones de respuesta relativamente estables que caracterizan al individuo de forma única. Es concreto, fácilmente reconocible y consistente con el comportamiento: -Tiene una existencia real dentro del individuo, no es sólo un constructo teórico. -Determina el comportamiento, no es sólo una respuesta a un determinado estímulo; todavía más, nos impulsa a buscar determinados estímulos e interactuar con el ambiente. -Se puede demostrar empíricamente, observando la conducta a lo largo del tiempo. -Se relaciona con otros rasgos, y llegar a solaparse con ellos (co-ocurrencia de los rasgos al hacer una conducta). -Las situaciones determinan cómo se expresa. Modelos diferencialistas de la personalidad H. J. Eysenck R. B. Cattell Mccrae Costa Modelo de personalidad biopsicosocial: Eysenck, científico diferencialista con un amplio rango de intereses, describió la estructura de la personalidad según un modelo de tres dimensiones o tipos básicos, mediante la aplicación de la técnica de análisis factorial. Como parte de su modelo, destaca un contenido descriptivo, orientado a describir los rasgos básicos de la personalidad, y un contenido explicativo, centrado en la investigación sobre las bases biológicas de la personalidad (fue un defensor del componente biológico frente al componente ambiental). Además, diseñó test de personalidad con los que medir sus dimensiones de personalidad. Como el Eysenck Personality Questionnaire (EPQ). Rasgo: para Eysenck es la unidad de análisis de la personalidad, pero su investigación se enmarca dentro de una estructura jerárquica de análisis de la conducta donde la conducta puede estudiarse según niveles de generalidad: desde la respuesta específica a la situación, en el nivel básico, hasta el tipo o nivel superior. Las respuestas específicas se asocian describiendo hábitos de conducta aprendidos; éstos pueden ser asociados describiendo los rasgos de personalidad. Y los rasgos también pueden agruparse para definir el tipo. La aplicación de la técnica de análisis factorial, a partir de las respuestas específicas a cuestionarios de personalidad diseñados por él mismo, le permitieron definir esta estructura de la personalidad que, en su nivel más general, está formada por tres grandes tipos temperamentales bipolares: extraversión (E), neuroticismo (N) y psicoticismo (P). Extraversión y neuroticismo son superfactores: se repiten en la mayoría de modelos de la personalidad, desde la aproximación de rasgos y la aplicación del análisis factorial. Psicoticismo apareció en un momento más tardío del modelo de Eysenck y, metodológicamente, se ha mostrado como el factor más débil. Las tres dimensiones se refieren a la personalidad normal, a pesar de que N y P se han relacionado con una vulnerabilidad o predisposición de los individuos a presentar trastornos psicológicos, reconociendo la importancia del ambiente para desencadenarlos. Como psicólogo diferencialista, Eysenck explicó las diferencias individuales en los factores de extraversión y de neuroticismo, mediante la teoría explicativa biológica en que se enmarca su investigación (la dimensión de psicoticismo queda pendiente de una explicación general). Extraversión: propuso el constructo fisiológico de arousal, relacionado con el nivel de excitación cortical y que conscientemente percibimos mediante las emociones y el estado de ánimo. Todo el mundo tiene un nivel óptimo de arousal a partir del cual, por debajo o por encima, la estimulación resulta desagradable y afecta al rendimiento. Los sujetos extrovertidos tienen un nivel de arousal cortical crónicamente bajo y necesitan aumentarlo mediante la conducta (cognitiva o efectiva). Eso explica su disposición para buscar estimulación en el entorno (otras personas, actividades...) y su susceptibilidad al aburrimiento. En cambio, los sujetos introvertidos tienen un nivel de arousal cortical crónicamente alto, que les hace evitar la estimulación del entorno y mostrar. Neuroticismo: propuso el constructo fisiológico de activación, relacionado con la labilidad del sistema límbico en el sistema nervioso autónomo, vinculado con las respuestas emocionales. Las personas altas en N son inestables emocionalmente, tienen un nivel alto de activación – máxima labilidad– que les hace tener respuestas emocionales intensas; las personas bajas en N tienen un nivel bajo de activación, mínima labilidad, y se caracterizan por la estabilidad emocional. Por eso, puntuar alto en N es un buen índice de la predisposición a experimentar estrés, ansiedad, baja autoestima y emocionalidad negativa en general. Cattell es reconocido como uno de los autores más influyentes en los estudios de la personalidad desde la aproximación de rasgos. Considerando los rasgos como los elementos básicos de la estructura de la personalidad, a diferencia de H. J. Eysenck, su aproximación es léxica, es decir, considera que los rasgos de personalidad más significativos los podemos encontrar en el lenguaje natural. Se basó en el trabajo de Allport y Oddbert de extracción de términos relacionados con personalidad a partir del análisis del diccionario, antes comentado, y añadió tres tipos de datos por él descritos (datos L, procedentes de la observación de la conducta en su contexto natural; datos Q, de cuestionarios; y datos T, de pruebas objetivas). Aplicando la técnica del análisis factorial, propuso que la estructura de la personalidad se describe por dieciséis factores primarios. Estos dieciséis factores, sin embargo, pueden resumirse en una estructura de cinco factores más generales, aplicando un análisis factorial de segundo orden. Para que veáis la relación con el modelo PEN de Eysenck, los factores de segundo orden son introversión-extraversión, ansiedad, socialización controlada, dependencia- independencia y dureza-sensibilidad. Los dos primeros remiten a la extraversión y al neuroticismo, el último al psicoticismo. Todos los factores del modelo, de primer y segundo orden, se pueden medir con el cuestionario de personalidad diseñado por Cattell y sus colaboradores en 1947, conocido como 16PF –con revisiones continuas–, bastante utilizado en el ámbito aplicado. Además, Cattell se interesó por la dinámica de la personalidad, tanto por la evolución de los rasgos de personalidad a lo largo del tiempo como por los contenidos motivacionales que dirigen la conducta, aspecto al que nos referimos dentro de la aproximación motivacional de la personalidad. A pesar de que nos referimos a dos importantes psicólogos, McCrae y Costa, el modelo de los cinco factores de personalidad, el big five, como se conoce popularmente, no es exclusivo de ellos. Con él, se explica la estructura de la personalidad según cinco grandes dimensiones: extraversión, neuroticismo, apertura a la experiencia, responsabilidad o conciencia y cordialidad o agradabilidad. En la década de los años sesenta, se empezó a proponer esta estructura, que iban replicando los trabajos de diferentes autores (Fiske, Norman, Goldberg...), pero fue en la década de los ochenta cuando se consolidó como una nueva perspectiva, liderada por los autores mencionados, McCrae y Costa que, además, han desarrollado un cuestionario de gran aceptación: el NEO-PI-R. En la actualidad, es el modelo más aceptado entre la comunidad psicológica. Los factores describen dimensiones comportamentales (extraversión y cordialidad), experiencias emocionales o cognitivas (neuroticismo y apertura a la experiencia) y de realización de tareas (conciencia); y cada factor se define por seis facetas. De nuevo, encontramos la réplica de los dos superfactores o tipos temperamentales de Eysenck, extraversión y neuroticismo, como pasaba con el modelo de segundo orden de Cattell, mientras que el psicoticismo correlaciona con puntuaciones bajas a cordialidad y conciencia. La dimensión más cuestionada ha sido la de apertura a la experiencia. Se han hecho muchos estudios tanto para validar el modelo (estudios transculturales, análisis evolucionistas de las dimensiones), así como para establecer las bases biológicas del modelo. Quizás una de sus aportaciones ha sido su aplicación al contexto clínico, relacionándose con trastornos de personalidad. El modelo PEN El modelo de los 16 factores de la personalidad El modelo de los cinco factores de personalidad

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Módulo 3: Psicología de la personalidadPerspectivas teóricas

Perspectiva dimensional o de rasgos

Gordon Allport (1897-1967)

Allport suele incluirse dentro de los modelos estructurales internalistas o personalistas porque para él:

Cita"Una auténtica psicología tiene que estudiar la

individualidad... la misión asignada a la psicología es el estudio de las personas, y las personas solamente existen

en patrones concretos y únicos".Gordon Allport

Su perspectiva de análisis es idiográfica, en tanto que destaca el aspecto de unicidad –la individualidad–, a pesar de que incorpora una visión al mismo tiempo nomotética

porque consideraba esencial desarrollar rasgos aplicables a todo el mundo, pero no describir leyes universales del

comportamiento porque la personalidad no lo es.

Es un pionero en la aproximación de rasgos, pese a que ahora su importancia es más bien histórica. Shultz y Shultz

(2003) destacan tres aspectos "propios" de Allport, en oposición a sus coetáneos, que le hacen rechazar:

-El constructo del inconsciente, tal como lo definió Freud al proponer que domina la personalidad adulta. Al contrario,

defiende la racionalidad, la conciencia y el control.

-El determinismo histórico, es decir, el establecimiento de las explicaciones de la personalidad en los inicios de la vida

–la infancia–, o más genéricamente el pasado de la persona. Para Allport, nos proyectamos al futuro... Lo

argumenta diciendo que la conducta del niño está dirigida principalmente por impulsos y reflejos biológicos, mientras

que la correspondiente al adulto por contenidos más psicológicos.

-Datos obtenidos a partir de población anormal: hay que estudiar a personas emocionalmente sanas, que no pueden

compararse con niños, neuróticos o animales.

Allport se diferencia de otros autores incluidos en esta perspectiva por una serie de consideraciones conceptuales que tenéis que conocer. Las resumimos en la siguiente

tabla:

¿Rasgos o disposiciones? Considerando que el término rasgo inducía a confusiones, lo reservó para los rasgos comunes, utilizando la expresión "disposiciones personales" para los rasgos individuales. Entre éstos, establece diferencias según su importancia

(centralidad) y amplitud al describir el comportamiento.

Los rasgos

Este autor propuso el término rasgo dentro de una definición de personalidad que entiende como "una

estructura neuropsicológica generalizada, con la capacidad de interpretar y utilizar muchos estímulos funcionalmente

equivalentes, y de iniciar y guiar formas consistentes (equivalentes) con un comportamiento adaptativo y

estilístico".

Para Allport, define un conjunto de disposiciones de respuesta relativamente estables que caracterizan al

individuo de forma única. Es concreto, fácilmente reconocible y consistente con el comportamiento:

-Tiene una existencia real dentro del individuo, no es sólo un constructo teórico.

-Determina el comportamiento, no es sólo una respuesta a un determinado estímulo; todavía más, nos impulsa a buscar determinados estímulos e interactuar con el

ambiente.-Se puede demostrar empíricamente, observando la

conducta a lo largo del tiempo.-Se relaciona con otros rasgos, y llegar a solaparse con ellos

(co-ocurrencia de los rasgos al hacer una conducta).-Las situaciones determinan cómo se expresa.

Modelos diferencialistas de la personalidad

H. J. Eysenck R. B. Cattell Mccrae Costa

Modelo de personalidad biopsicosocial: Eysenck, científico diferencialista con un amplio rango de intereses, describió la estructura

de la personalidad según un modelo de tres dimensiones o tipos básicos, mediante la aplicación de la técnica de análisis factorial. Como parte de su modelo, destaca un contenido descriptivo, orientado a describir los rasgos básicos de la personalidad, y un contenido explicativo, centrado en la investigación sobre las bases biológicas de la personalidad (fue un defensor del componente biológico frente al componente ambiental).

Además, diseñó test de personalidad con los que medir sus dimensiones de personalidad. Como el Eysenck Personality Questionnaire (EPQ).

Rasgo: para Eysenck es la unidad de análisis de la personalidad, pero su investigación se enmarca dentro de una estructura jerárquica de análisis

de la conducta donde la conducta puede estudiarse según niveles de generalidad: desde la respuesta específica a la situación, en el nivel básico, hasta el tipo o nivel superior. Las respuestas específicas se

asocian describiendo hábitos de conducta aprendidos; éstos pueden ser asociados describiendo los rasgos de personalidad. Y los rasgos también

pueden agruparse para definir el tipo. La aplicación de la técnica de análisis factorial, a partir de las respuestas específicas a cuestionarios de

personalidad diseñados por él mismo, le permitieron definir esta estructura de la personalidad que, en su nivel más general, está formada

por tres grandes tipos temperamentales bipolares: extraversión (E), neuroticismo (N) y psicoticismo (P).

Extraversión y neuroticismo son superfactores: se repiten en la mayoría

de modelos de la personalidad, desde la aproximación de rasgos y la aplicación del análisis factorial. Psicoticismo apareció en un momento

más tardío del modelo de Eysenck y, metodológicamente, se ha mostrado como el factor más débil.

Las tres dimensiones se refieren a la personalidad normal, a pesar de que N y P se han relacionado con una vulnerabilidad o predisposición de

los individuos a presentar trastornos psicológicos, reconociendo la importancia del ambiente para desencadenarlos.

Como psicólogo diferencialista, Eysenck explicó las diferencias individuales en los factores de extraversión y de neuroticismo, mediante

la teoría explicativa biológica en que se enmarca su investigación (la dimensión de psicoticismo queda pendiente de una explicación general).

Extraversión: propuso el constructo fisiológico de arousal, relacionado con el nivel de excitación cortical y que conscientemente percibimos

mediante las emociones y el estado de ánimo. Todo el mundo tiene un nivel óptimo de arousal a partir del cual, por debajo o por encima, la

estimulación resulta desagradable y afecta al rendimiento. Los sujetos extrovertidos tienen un nivel de arousal cortical crónicamente bajo y

necesitan aumentarlo mediante la conducta (cognitiva o efectiva). Eso explica su disposición para buscar estimulación en el entorno (otras

personas, actividades...) y su susceptibilidad al aburrimiento. En cambio, los sujetos introvertidos tienen un nivel de arousal cortical crónicamente

alto, que les hace evitar la estimulación del entorno y mostrar.

Neuroticismo: propuso el constructo fisiológico de activación, relacionado con la labilidad del sistema límbico en el sistema nervioso

autónomo, vinculado con las respuestas emocionales. Las personas altas en N son inestables emocionalmente, tienen un nivel alto de activación –máxima labilidad– que les hace tener respuestas emocionales intensas;

las personas bajas en N tienen un nivel bajo de activación, mínima labilidad, y se caracterizan por la estabilidad emocional. Por eso, puntuar

alto en N es un buen índice de la predisposición a experimentar estrés, ansiedad, baja autoestima y emocionalidad negativa en general.

Cattell es reconocido como uno de los autores más influyentes en los estudios de la personalidad desde la aproximación de rasgos. Considerando los rasgos como los elementos básicos de la estructura de la

personalidad, a diferencia de H. J. Eysenck, su aproximación es léxica, es decir,

considera que los rasgos de personalidad más significativos los podemos encontrar en

el lenguaje natural.

Se basó en el trabajo de Allport y Oddbert de extracción de términos relacionados con

personalidad a partir del análisis del diccionario, antes comentado, y añadió tres

tipos de datos por él descritos (datos L, procedentes de la observación de la

conducta en su contexto natural; datos Q, de cuestionarios; y datos T, de pruebas

objetivas). Aplicando la técnica del análisis factorial, propuso que la estructura de la

personalidad se describe por dieciséis factores primarios.

Estos dieciséis factores, sin embargo, pueden resumirse en una estructura de

cinco factores más generales, aplicando un análisis factorial de segundo orden. Para

que veáis la relación con el modelo PEN de Eysenck, los factores de segundo orden son

introversión-extraversión, ansiedad, socialización controlada, dependencia-

independencia y dureza-sensibilidad. Los dos primeros remiten a la extraversión y al

neuroticismo, el último al psicoticismo. Todos los factores del modelo, de primer y

segundo orden, se pueden medir con el cuestionario de personalidad diseñado por

Cattell y sus colaboradores en 1947, conocido como 16PF –con revisiones

continuas–, bastante utilizado en el ámbito aplicado.

Además, Cattell se interesó por la dinámica de la personalidad, tanto por la evolución

de los rasgos de personalidad a lo largo del tiempo como por los contenidos

motivacionales que dirigen la conducta, aspecto al que nos referimos dentro de la

aproximación motivacional de la personalidad.

A pesar de que nos referimos a dos importantes psicólogos, McCrae y

Costa, el modelo de los cinco factores de personalidad, el big

five, como se conoce popularmente, no es exclusivo de

ellos. Con él, se explica la estructura de la personalidad según

cinco grandes dimensiones: extraversión, neuroticismo, apertura a la experiencia,

responsabilidad o conciencia y cordialidad o agradabilidad. En la

década de los años sesenta, se empezó a proponer esta

estructura, que iban replicando los trabajos de diferentes autores

(Fiske, Norman, Goldberg...), pero fue en la década de los ochenta cuando se consolidó como una

nueva perspectiva, liderada por los autores mencionados, McCrae y

Costa que, además, han desarrollado un cuestionario de

gran aceptación: el NEO-PI-R.

En la actualidad, es el modelo más aceptado entre la comunidad

psicológica. Los factores describen dimensiones comportamentales

(extraversión y cordialidad), experiencias emocionales o

cognitivas (neuroticismo y apertura a la experiencia) y de realización de tareas (conciencia); y cada factor se define por seis facetas. De nuevo, encontramos la réplica de los dos

superfactores o tipos temperamentales de Eysenck,

extraversión y neuroticismo, como pasaba con el modelo de segundo orden de Cattell, mientras que el

psicoticismo correlaciona con puntuaciones bajas a cordialidad y

conciencia. La dimensión más cuestionada ha sido la de apertura

a la experiencia.

Se han hecho muchos estudios tanto para validar el modelo

(estudios transculturales, análisis evolucionistas de las dimensiones), así como para establecer las bases biológicas del modelo. Quizás una

de sus aportaciones ha sido su aplicación al contexto clínico,

relacionándose con trastornos de personalidad.

El modelo PEN El modelo de los 16 factores de la personalidad El modelo de los

cinco factores de personalidad

La perspectiva cognitivista

En este apartado se presentan las aportaciones de una serie de autores que no trabajan directamente la personalidad, pero que dentro de su obra la incluyen como parte de una conceptualización basada en la

cognición como explicación de la conducta, pero influenciados por corrientes psicológicas centradas en el

individuo, como el humanismo.

George Kelly (1905-1967): los constructos

personales

Rotter

BanduraMarco general del

cognitivismo

Determinante de la conducta: la cognición como definitoria de la personalidad individual, lo que Pervin describe como "las formas

en que la gente piensa sobre sí misma y sobre el mundo", es decir, las creencias, cómo se procesa la información y se explican los

acontecimientos que nos suceden. Las diferencias en personalidad se relacionan con cómo cada persona representa mentalmente la

información y, consecuentemente, varía su conducta para afrontar las demandas situacionales.

Marco teórico: la llamada "revolución cognitiva", articulada según dos líneas

diferentes:

a) Paradigma del procesamiento de información, con el estudio de los procesos

cognitivos básicos bajo la idea de la metáfora del ordenador: los seres humanos

procesamos la información, almacenamos y la recuperamos, a lo largo de una serie de

procesos o estadios, para dar sentido a nuestro entorno. La investigación destaca la

percepción, la memoria, la atención, el lenguaje... siendo importante el tipo de

información que recibimos (input) y cómo la procesamos para dar una respuesta o

conducta o tomar una decisión (output).

En la década de los cuarenta, la corriente llamada New Lock inicia el estudio de las

relaciones entre cognición y personalidad, estableciendo que la percepción que tiene la persona es un proceso activo de adaptación;

las necesidades y motivaciones afectan al componente significativo de la percepción (referencia: trabajos de Jerome Bruner). Lo que importa es el significado o significación que, para el individuo, tiene la situación, el

mundo.

b) Humanismo, existencialismo y fenomenología: estudian pensamientos y conocimientos de los

individuos, interpretando la conducta en términos cognitivistas. Sus representantes son clínicos y, por lo tanto, sus objetivos son ayudar a comprender al

individuo. Entienden genéricamente al ser humano como una fuente de actividad (llena de

elementos cognitivos: percepciones, pensamientos, expectativas, esquemas...

idiosincráticos, propios del individuo: perspectiva idiográfica) y consideran esencial estudiar las interacciones que establece con el entorno.

Algunos autores son conocidos inicialmente como teóricos del aprendizaje social (como Bandura),

pero evolucionan hacia una aproximación social-cognitiva de la personalidad. Estudian el origen social de la conducta humana, con énfasis en el

desarrollo de la personalidad, considerando el rol de los agentes socializadores durante el desarrollo

es decir, cómo, a lo largo del ciclo vital, se modifican las cogniciones. Dentro de esta

perspectiva, se incluyen autores que difieren en sus objetos de estudio: autocontrol, autoeficacia,

etc., sin que se produzca ninguna integración definitiva de todas las propuestas.

Autor considerado precognitivista al situarse la revolución cognitiva en torno a la década de los sesenta y

haber publicado su obra The Psychology of Personal Constructs en

1955, ya entonces planteó una particular teoría cognitivista de la

personalidad.

Como Allport, tampoco aceptaba el determinismo histórico para

entender el presente ("nadie es víctima de su pasado"), y

consideraba que, más que las influencias biológicas o ambientales,

nos afectan nuestros procesos mentales racionales.

Su teoría no fue demasiado aceptada entre los psicólogos cognitivistas

posteriores, que trabajan en contextos experimentales, mientras

Kelly se basa en su experiencia clínica y presenta déficits metodológicos

que cuestionan su fiabilidad y validez. Además, hasta la actualidad

se ha hecho muy poca investigación a partir de su teoría.

A pesar de ello, él mismo señaló que,

al contrario que otras teorías de la época, no incluye conceptos como

motivación, necesidades, inconsciente o emociones. Este es uno de los puntos más criticados:

centrarse en los aspectos racionales exclusivamente. ¿Por qué lo entendió

así? A continuación, os resumimos los aspectos esenciales de la teoría

para que podáis valorar su contenido.

Corolario básicoTodos los procesos cognitivos de un individuo –incluyendo la conducta– están determinados por la

manera en que anticipa lo que sucederá en el futuro. Es una teoría de estructura y de proceso al mismo tiempo, idiográfica y nomotética, según la cual:

1) El comportamiento está motivado por un principio intrínseco de anticipación de los acontecimientos.

2) Metáfora de la persona como científico: tratamos de predecir y controlar nuestros acontecimientos de manera constante, mantenemos teorías implícitas con las que hacen hipótesis y según establece el

principio de circunspección establecido por Kelly, vamos contrastando para guiar nuestra conducta (somos "científicos"). La conducta, pues, es el sistema para verificar nuestra formulación cognitiva

sobre la realidad. 3) Perspectiva filosófica-psicológica: la realidad objetiva no tiene significado por sí misma; cada individuo tiene múltiples maneras de ver el mundo, pero no hay correspondencia total entre la

percepción de la realidad y la realidad objetiva. Es una posición que se llama alternativismo constructivo: construimos personalmente la realidad de manera continua, según aproximaciones

sucesivas, y le damos significados al interpretar subjetivamente los estímulos. 4) El proceso de conocer implica organizar e integrar la información que recibimos continuamente (no

almacenar y relacionar, como propone la metáfora de los ordenadores).

Los constructos personales y su medidaEl constructo personal es la unidad básica de la

personalidad en el modelo de Kelly.1) DefiniciónCada individuo percibe el mundo según patrones que va creando continuamente y que trata de

imponer sobre la realidad externa. El constructo es la representación mental de los acontecimientos

propia de cada individuo (idiosincrática) y constituye una

manera práctica de actuar ante la realidad.

Bipolar: sin implicar necesariamente términos opuestos (por ejemplo,

hostil-tímido), porque cada individuo construye su significado (varía lo que

cada uno entiende por hostil, por ejemplo; para entenderlo, hay que

conocer el otro polo del constructo). Un polo indica la similitud entre dos elementos mínimos (polo nominal o

de similitud); el otro sirve de negativo (polo de contraste). La

categorización mental se basa en la bipolaridad establecida, que se forma por la relación entre dos elementos parecidos en alguna característica (Kelly propuso un tercer elemento que se diferencia de los otros en

ésta). Para identificar la dimensión personal del sujeto, hay que expresar

verbalmente los dos polos.

Tipo de constructos: básicamente, y según la importancia que tienen para el sujeto, centrales y periféricos. Se mantienen relativamente estables a lo largo de la vida. En un momento

determinado, utilizamos un número limitado de constructos, pero el número completo es il imitado.

Sistemas cognitivos: los constructos

se organizan formando sistemas cognitivos con una estructura básica a pesar de mostrar cierta flexibilidad.

Varían según su profundidad. Un sistema complejo está formado por

muchos constructos interconectados y con múltiples niveles de

organización. Un sistema simple tiene pocos constructos y baja

organización interna. Según Kelly, la complejidad correlaciona con la calidad de vida y capacidad de

predicción de los acontecimientos; además, aumenta con la edad, pero especialmente si durante la infancia

se tuvieron experiencias más numerosas y variadas, con un mayor

nivel de autonomía.

2) Instrumentos de medida Entrevistas y análisis de textos (diarios, autocaracterizaciones, etc.). En el caso del método de entrevista, se aplica la técnica

de escalamiento o la "técnica de repertorios de constructos de

roles" (REP, "técnica de la réplica", propuesta por Kelly).

Más conocida es la llamada coloquialmente "reji lla" o

técnica de la rejil la, un tipo de entrevista estructurada que

pretende averiguar los constructos de la persona,

generando una matriz de datos que se analiza para extraer la

estructura tanto explícita como implícita. A continuación, os

ponemos un ejemplo de matriz inventado: como podéis ver, la

persona (Sara) destaca los constructos con los que define su realidad y los puntúa según las personas más importantes de su vida (madre, prometido,

...), manteniendo la bipolaridad de los diferentes constructos

(así la puntuación nos acerca a uno u otro polo y refleja mejor

el significado que le da).

Hay que señalar que la teoría tiene una gran aplicabilidad en

el ámbito clínico. Kelly definió la relación terapéutica como

regida por la actitud crédula –"si no sabes qué le sucede a

alguien, pregúntale. A lo mejor te lo dice"–: aceptar el sistema de constructos personales del

cliente del modo en que los manifiesta, poniendo las

hipótesis a prueba mediante experimentos diseñados conjuntamente. Además,

desarrolló un tipo de terapia, llamada terapia de roles fijos, para producir un cambio en

aquellos constructos no deseados o antiguos.

3) La técnica de la rejillaCapta el modo en que una persona da sentido a

su experiencia según sus propios términos, expresados mediante puntos de vista subjetivos.

No se trata de un conjunto de preguntas o ítems, sino que se va construyendo con el sujeto según unas pautas generales y las respuestas de éste.

Para administrarla, hay que tener una formación previa. En el caso de la rejilla interpersonal:

-Se pide que el sujeto escoja dentro de su círculo de relaciones interpersonales entre 10 y 20

personas significativas, así como los roles que les corresponde según él (madre, amigo, pareja, alguien no grato...), se incluya él mismo, en la

actualidad (yo) y cómo le gustaría ser (yo ideal) y, si se quiere, se pueden introducir otros datos referidos al pasado o al futuro. Estos datos se anotan en la parte superior de la rejil la (eje de

coordenadas).

-Se elicitan los constructos, preguntando por similitudes y diferencias entre los elementos incluidos. Kelly propuso hacer tríadas, dando

más variabilidad; otros autores (Feixas y Cornejo, 1996) proponen festividades, un

método más sencillo: ¿hay que responder a "en qué se parecen a y b" y "en qué se diferencian a

y b?" con todos los elementos posibles, que definen los constructos personales del sujeto y

se sitúan en el eje de las abscisas (normalmente, 15-20 constructos).

-El sujeto tiene que puntuar cada constructo elicitado –normalmente, con una escalera tipo

Likert de 5 o 7 puntos–, dando lugar a una matriz final con tantas columnas como elementos y

tantas filas como constructos. Cada constructo se evalúa de manera que el polo situado a la izquierda tiene la puntuación más baja, los

indefinidos con puntuaciones intermedias y los que coinciden con el polo descrito, con

puntuaciones más altas.

-Se interpreta la rejilla: gráficamente, nos muestra cómo la persona evalúa a la gente de su

entorno. El análisis matemático calcula índices sobre la medida en que la persona se ha

definido, la correlación del yo actual con el yo ideal o los otros, además de obtener niveles de

polarización, intensidad y potencia discriminativa de cada constructo y el elemento,

y posibles conflictos cognitivos.

Continuación de Eysenck:

Ejemplo de Rejilla (dentro de instrumentos de medida) de Kelly

Julian Rotter (1916): necesidades psicológicas y locus

de control

Albert Bandura (1925): teoría del aprendizaje social /ver

esquema siguiente.

La perspectiva cognitivista

Rotter, teórico precognitivista como Kelly, se considera el primer autor en referirse a la "teoría del aprendizaje social" –en 1954, publicó Social Learning and Clinical Psychology–, a pesar de que su máximo exponente es Albert Bandura. Esta teoría integra las teorías clásicas del aprendizaje, la cognición y teorías de la personalidad, alejándose del conductismo radical liderado por Skinner, pero manteniendo la metodología experimental característica de la tradición del aprendizaje (que combina con métodos introspectivos). Según Rotter, las principales conductas se aprenden en las situaciones sociales, pero unidas a necesidades del individuo que, para estar satisfechas, requieren de otras personas. Así, la conducta se explicaría por factores internos en el sujeto, incluidos los procesos cognitivos, y básicamente por la adquisición de experiencias sociales: punto clave, reforzamiento externo, cuya efectividad dependerá, sin embargo, de las capacidades cognitivas individuales. Aprendemos, pues, directamente de nuestras experiencias sociales, pero también por la observación que hacemos de la conducta de los demás. ¿Qué es la personalidad para Rotter? Resultado de "la interacción del individuo y su ambiente significativo". Representa un aspecto direccional de la conducta, dirigida a metas u objetivos, en función de la historia de aprendizaje del individuo y la susceptibilidad a determinados acontecimientos que actúan como reforzamientos. A continuación, os presentamos los presupuestos y conceptos básicos aportados por Rotter al explicar lo que se considerará, finalmente, como una teoría motivacional. En la siguiente figura, destacamos dos presupuestos sobre personalidad: a) es aprendida y b) está motivada por metas u objetivos. Los conceptos básicos, que desarrollamos en la figura siguiente, explican la conducta. Hay que destacar que define todos los términos de forma operacional, los mide y los contrasta empíricamente.

Potencial de conducta (PC)

Hace referencia a la probabilidad de hacer una conducta determinada de entre todo

el repertorio posible de conductos. La conducta no es sólo observable

directamente (movimientos manifiestos, expresiones verbales), puede ser encubierta, referida a procesos

emocionales y cognitivos internos de racionalización, planificación, etc., que afectan a cómo percibimos la situación

(obviamente, resulta más difícil objetivar la conducta encubierta; hay que inferirla a

partir de las conductas manifiestas).

Ante una situación tenemos diferentes opciones para actuar. El potencial de

conducta las ordena según su probabilidad, y la selección final será resultado de la influencia que tiene la percepción subjetiva de la situación

concreta (especificidad situacional). Hay que conocer, pues, con qué objetivo o meta se relaciona la conducta antes de

determinar su probabilidad de ocurrencia.

Conceptos básicos Necesidades psicológicas

Locus de control

Situación psicológica

La conducta es función, también, de cómo se percibe la situación externa, que así influye en la expectativa y el valor del reforzamiento. Conocer la situación psicológica facilita la predicción de la

conducta porque la percepción precede la respuesta, y cada situación tiene un significado

propio para cada individuo. Con este concepto, se destacan las influencias tanto situacionales como

disposicionales.

Valor del reforzamiento (VR)

Importancia que cada sujeto da al refuerzo, con cierta independencia de la expectativa: ésta nos orienta

sobre la probabilidad de la recompensa; el valor alude a la

preferencia que tenemos sobre el refuerzo a pesar de que su

probabilidad sea baja.

Hay mucha variabilidad sobre el valor del reforzamiento. Si éste es

alto, se genera una expectativa satisfactoria con independencia de

la posibilidad de alcanzar el refuerzo. Pero si esta posibilidad es muy baja, puede desencadenar en

frustración, ansiedad... al no alcanzarlo.

Fórmula predictiva PC = (E y VR)

El potencial de conducta (punto de ebullición) es una función del valor

de la expectativa y el valor del reforzamiento: la probabilidad de

mostrar una conducta determinada es función de la probabilidad de

que el comportamiento conduzca a un determinado resultado y el

deseo del resultado. Si E y VR son altos, PC será alto; si son bajos,

también PC será bajo.

Expectativa de reforzamiento (E)

Es la creencia que tiene la persona de que, al hacer una determinada

conducta, haya probabilidad de que aparezca una recompensa o

refuerzo (interno o externo, relacionado con el grupo social, por

ejemplo).

Es una creencia subjetiva (no una "esperanza" basada en

necesidades y/o deseos), que nos indica cómo se siente el sujeto

ante la situación. Se relaciona con el reforzamiento previo

(experiencia) y la generalización: ¿cómo respondimos a situaciones

similares, qué pasó, fue satisfactorio o no? Así afrontamos situaciones nuevas, desconocidas, y desarrollamos expectativas sobre

ellas.

La generalización, sin embargo, puede producir una percepción de la situación distorsionada y limitar

la capacidad de discriminación entre conductas.

Rotter et al. (1972) establecieron seis categorías de necesidades psicológicas

Categorías de necesidades psicológicas

1) Reconocimiento y estatus: necesidad de ser admirado por las ganancias conseguidas.2) Protección y dependencia: necesidad de que otra persona o grupo nos defienda ante el mal, la frustración o el castigo, ser apoyado al conseguir objetivos o dar satisfacción a otras necesidades nuestras.3) Dominio: necesidad de tener influencia sobre los otros.4) Independencia: necesidad de estar seguro de uno mismo y tomar las propias decisiones sin intervención de los otros.5) Amor y afecto: necesidad de ser aceptados y valorados positivamente por los otros.6) Comodidad física: necesidad de placer físico, alejamiento del dolor físico o malestar, asociado a la seguridad.

Valor de necesidad (relacionado con el valor de reforzamiento): hace referencia a la importancia que se dan a los objetivos, o el grado en que se prefiere uno sobre otro. Se relaciona con otro concepto amplio, el nivel mínimo de meta (objetivo mínimo o grado mínimo del objetivo), entendido como el nivel más bajo de recompensa potencial que el sujeto

percibe como satisfactorio en una situación particular. A partir de este nivel mínimo, los reforzamientos se vuelven indeseables para el sujeto (no lo acepta) o incluso, desagradables emocionalmente, reduciéndose la libertad de

movimiento.

A veces, el establecimiento del nivel mínimo es poco realista en relación con nuestras capacidades o historias de reforzamiento previos. Se prima más el atractivo del objetivo que su viabilidad. Metas como encontrar el amor perfecto, el

éxito en cualquier área de la vida, ser el mejor o la mejor en todo... son objetivos irreales y llevan a la frustración y el padecimiento. El nivel mínimo de meta se puede modificar variando los valores del reforzamiento (puede aumentar o

disminuir en función de la probabilidad de satisfacción que presenten).

Necesidad potencial: conjunto de conductas relacionadas porque llevan a reforzamientos iguales o similares, enfocadas a una meta u objetivo igual o similar.

Libertad de movimiento (relacionada con la expectativa de reforzamiento): creencia de que determinadas conductas llevan a la satisfacción de una necesidad, a alcanzar un objetivo (el conocimiento de cómo hacerlo influye).

EjemploImaginemos que se tiene una necesidad muy fuerte y se hacen diferentes conductas para satisfacerla , teniendo éxito en algunas (o todas) de ellas: aumenta su libertad de movimiento, lo que le permite anticipar el éxito en la obtención

de metas. Pero si no tiene éxito, no se satisface su necesidad y, consecuentemente, se reduce la libertad de movimiento y se anticipa el fracaso, o el castigo, y puede experimentarse un estado de conflicto interno (este punto es importante para comprender determinadas conductas anormales, cuando para resolver el conflicto el sujeto se

refugia en un mundo de fantasía irreal pero seguro).

Un aspecto clave que desarrolla Rotter es el de necesidad psicológica:Considerando la conducta direccional –con objetivos–, establece como determinantes factores externos e internos; dentro de los primeros sitúa a los reforzadores; dentro de

los segundos, las necesidades psicológicas, que pueden inferirse de la manera en que un individuo interactúa con el ambiente.

¿Qué son las necesidades psicológicas?El resultado de la relación entre conducta y objetivo. Pueden ser necesidades biológicas no aprendidas, instintivas (hambre, sed, estimulación sensorial..., pero que al inicio de la

vida vamos asociando a condiciones a satisfacer) y necesidades propiamente psicológicas, aprendidas.

¿Cómo surgen?Por asociación de experiencias con el reforzamiento de reflejos y necesidades básicas. Por lo tanto, se relacionan con el entorno social porque dependen de otras personas

(amistad, amor, reconocimiento): el medio es el reforzador.

Componentes de las necesidades: en la siguiente figura, se representan tres

conceptos generales relacionados directamente con las necesidades (y con los

constructos básicos antes planteados):

Rotter investigó experimentalmente algunos temas específicos relacionados con la conducta, como el reforzamiento inmediato y reforzamiento pospuesto, confianza y desconfianza

interpersonal y, quizás el más conocido, el locus de control (1966). Diseñó unos experimentos para determinar si los individuos aprenden en tareas y las ejecutan de manera diferente según consideran los reforzamientos relacionados con sus propias conductas o no. Así,

desarrolló la Escala Interno-Externo (I-E), que mide la percepción del sujeto sobre el lugar (locus) de control, constructo que le permitió explicar diferencias de personalidad en las

creencias sobre la fuente de reforzamiento, entendiéndolo como una forma de expectativa generalizada.

-Una persona puede llegar a creer, según sus experiencias pasadas, que los reforzamientos que ha recibido dependen de la ejecución de determinadas conductas (por lo tanto, dependen de él mismo: el control de la conducta es interno), o bien se relacionan con factores externos

(el azar, la suerte, otras personas, etc.: control externo).-La diferencia determina dos tipos de individuos: quien atribuye un control interno a su

conducta se responsabiliza de las consecuencias de la misma, positivas o negativas –se define con rasgos de competencia, control, dominio–; el caso contrario, control externo, llega a creer que no puede hacer nada para modificar el resultado de sus actos porque no dependen de él;

le caracterizan rasgos de desamparo, impotencia y debilidad. Los dos polos describen un sistema cognitivo de creencias.

-Los resultados experimentales indican que la tendencia al locus interno aumenta con la edad, estableciéndose hacia la mediana edad y sin disminuir al llegar a la vejez. Sin embargo, se ha

comprobado que determinados aspectos emocionales implícitos en la relación familiar , en los inicios de la vida, fomentan el control interno, como la expresividad emocional, el apoyo y el estímulo hacia la autonomía del niño o la niña. También se han valorado posibles diferencias de sexo, inexistentes en las calificaciones globales), raciales (en cualquier caso, vinculadas a

creencias culturales), etc. En la siguiente tabla, recogemos algunas de las tendencias características de cada grupo, según los resultados del corpus de investigaciones que se ha ido

desarrollando desde la definición del constructo.

Si, como se señalaba antes, Rotter introdujo la expresión "teoría del aprendizaje social" en 1954, es Albert Bandura quien se conoce como el

máximo representante de esta perspectiva, aunque hasta 1977 no publicó su libro llamado, justamente, Social Learning Theory (pero en 1963, en Social Learning and Personality Development, escrito con Walters, ya

presentó su visión sobre el aprendizaje social y el modelado).

Bandura, a pesar de su formación clínica, adoptó una aproximación experimental que favoreció sus investigaciones, al contrario de lo que

caracterizó a Kelly. Propuso superar el conductismo clásico al ir más allá del análisis de las influencias del entorno sobre la conducta –influencias

externas como castigos y premios– e integrar las interacciones entre entorno, conducta y cogniciones del individuo. Amplio la idea del

aprendizaje, por acondicionamiento al aprendizaje por observación de los modelos que encontramos en el contexto social.

Conceptos básicos Modelado

Determinismo recíproco, contexto social, reforzamiento vicario, aprendizaje por observación, modelado, autorregulación.

-Premisa: el funcionamiento psicológico se basa en la interacción recíproca del entorno físico y social, el sistema cognitivo y afectivo y el sistema conductual. Los mecanismos

cognitivos nos permiten aprender de nosotros mismos, de los otros y del mundo, en un proceso de autorregulación de la conducta (control de la propia conducta, aspecto

importante de la personalidad).

-Determinismo recíproco: la conducta está determinada por factores externos (reforzamientos y castigos) e internos (creencias, pensamientos, expectativas) que

describen un sistema de influencias en interacción o recíproco: el entorno afecta a la conducta, pero la conducta también puede afectar al entorno en una relación continua.

-Importancia del contexto social, dentro del cual cada persona aprende (conocimientos, actitudes, normas), observando el contexto (aprendizaje por observación, no únicamente

directo u operante, para ensayo y error, que puede conducir a errores graves), donde encuentra diferentes modelos de los que aprender (personas o símbolos).

En función de las consecuencias de la conducta observada –que el modelo sea reforzado positiva o negativamente (castigado)– se aprende a anticipar las consecuencias de la conducta, con la intervención de

diferentes procesos cognitivos (atención, retención, motivación, planificación) y símbolos: reforzamiento vicario (no es un reforzamiento directo sino por observación y anticipación de consecuencias, a pesar de que nunca se

haya ejecutado la conducta observada).

Los modelos enseñan conductas a los observadores por procesos de autoinstrucción, imaginación guiada, autorregulación (las conductas pueden darse en ausencia de recompensas o castigos externos). Si es un modelo inadecuado o desviado, puede inducir una deficiencia en el aprendizaje del individuo –conductas transgresoras, patológicas–, al contrario de lo que pasa si es un modelo prosocial. El aprendizaje por observación influye en los

integrantes de la sociedad, y éstos influyen en la sociedad por autorregulación.

Cita"Las probabilidades de supervivencia serían francamente pequeñas si sólo pudiéramos aprender de las

consecuencias del ensayo y error. No se enseña a los niños a nadar, a los jóvenes a conducir y a los estudiantes de medicina a operar haciéndoles descubrir la conducta necesaria en cada caso a partir de las consecuencias de sus

éxitos y fracasos".A. Bandura (1986)

Así, la situación de modelado presenta unas características, en función de las cuales aumenta o disminuye la probabilidad de imitar la conducta. Se relacionan con el modelo, el observador y las consecuencias reforzadoras

que observamos en la conducta a imitar. En la siguiente figura, se sintetizan estas características:

Procesos del modelado (aprendizaje por observación). Bandura destaca cuatro tipos de procesos cognitivos implicados en la imitación de

modelos: de atención, de retención o memoria, de producción y de incentivo y motivación. Los resumimos en la siguiente tabla:

Bandura considera que ser testigo de la violencia (en situación de laboratorio o en la vida real, en la calle, en la televisión, en los

videojuegos, en casa) genera comportamientos violentos; esto lo ha

aplicado especialmente en estudios con niños y adolescentes.

El modelado se ha diseñado como una técnica de modificación de conducta con la que se observa el comportamiento de otras personas y se participa con ellas en la realización de

la conducta que se desea. También la enseñanza de técnicas de autorregulación y automanejo que aumentan la motivación de los individuos y se basan en el autocontrol. La

teoría en general se ha aplicado en el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales, motrices, educativas, de salud, etc.

Índice general de perspectivas y autores

La mayor parte de la conducta se aprende por observación, mediante ejemplos, intencional o casualmente. El modelado hace referencia a los cambios conductuales, cognitivos y afectivos que pueden derivarse de la

observación de uno o más modelos: observamos la conducta de un modelo y la repetimos, de manera que no podemos adquirir conductas antes nunca

hechas.

Facilitación frente a desinhibición de la conducta: el contexto social actúa como facilitador de determinadas conductas; de la misma manera, aquellas

que se han suprimido o reprimido pueden debilitar o llegar a perder la inhibición por exposición a un modelo que exhibe estas conductas y

desarrollar expectativas de éxito.

La observación de modelos no es garantía del aprendizaje; sirve de información y motivación, al transmitir la probabilidad de las consecuencias de las conductas y, así, modifica la motivación del observador para actuar igual. Las características de la situación de modelado, las consecuencias vicarías, las metas, las expectativas y la autoeficacia del sujeto influyen

también en el aprendizaje y el cumplimiento del sujeto.

Albert Bandura (1925): teoría del aprendizaje social

La perspectiva cognitivista

La perspectiva motivacionalGENERALIDADES

¿Por qué nos comportamos cómo lo hacemos? El estudio de la motivación es el intento de averiguar, desde la

psicología, a qué obedecen las necesidades, los deseos, las conductas en general. Se investiga la explicación de los

actos, qué nos motiva a comportarnos, qué determinantes influyen en la conducta: ¿por qué hacemos ésta y no otra?

Es obvio que todo eso puede relacionarse con la personalidad, como han hecho los autores que se

comentan en este apartado.

Introducción al estudio de la motivación

Fijaros que nos referimos a conducta motivada, no conducta instintiva o reflejos, que también impulsan a actuar pero no requieren de la voluntad del sujeto. La conducta motivada requiere de esta voluntad y se dirige a un objetivo o meta: el motivo aparece como algo –una presión– que nos impulsa a actuar, como una tendencia, un deseo, una necesidad, y cada motivo tiene

su propio origen, intensidad y objetivo: toda conducta está motivada por alguna cosa, y ésta es el motivo.

Podemos establecer tres aspectos esenciales en el análisis de la motivación, como se representan en la siguiente figura: el motivo, la conducta motivada y la disminución o satisfacción de la necesidad o motivo desencadenante de la conducta , según

dos contenidos, necesidades básicas y necesidades vinculadas a nuestra identidad personal (daos cuenta de que necesidad implica una carencia o deficiencia).

El constructo "motivación" fue relevante en la primera mitad del siglo XX, pero la influencia de los modelos computacionales lo sustituyó por otros constructos y cayó en desuso. Últimamente,

se ha recuperado como parte integrante de las teorías de la personalidad, bajo diferentes conceptualizaciones, con el nexo común de explicar la conducta mediante motivos que impulsan a los individuos a comportarse como lo hacen. Las diferencias se estructuran hacia el número de

motivos que describen, sus raíces (biológicas frente a aprendidas), si son conscientes o inconscientes, la finalidad de los motivos (¿la expresión de deseos o el crecimiento personal?),

etc.

¿Qué activa el organismo, por qué se escoge una dirección conductual y no otra, por qué ante el mismo estímulo se responde diferente según la ocasión? Se entiende que la personalidad consta

de unos motivos generales, comunes a la mayoría de las personas, y que actúan consciente o inconscientemente, influyendo en la cognición, el pensamiento, la emoción, la acción y la

conducta en general.

En conjunto, los psicólogos investigan sobre el tipo e intensidad de los motivos, su relación con el cumplimiento en la vida, sobre su estabilidad, su capacidad explicativa de la conducta y sobre

cómo medirlos, teniendo en cuenta la gran variabilidad interindividual que subyace en el constructo.

En la siguiente tabla, sistematizamos su estudio según dos grandes modelos: las teorías homeostáticas y las teorías de incentivos, con los constructos respectivos y los autores más destacados. En este módulo, sin embargo, nos centraremos en las aportaciones de Sigmund

Freud, Abraham Murray y la más reciente teoría de metas.

En la siguiente tabla, sistematizamos su estudio según dos grandes modelos: las teorías homeostáticas y las teorías de incentivos, con los constructos respectivos y los autores más destacados. En este módulo, sin

embargo, nos centraremos en las aportaciones de Sigmund Freud, Abraham Murray y la más reciente teoría de metas.

Las teorías homeostáticas (teorías de impulso): Freud, Hull, Murray

Las teorías de incentivos

Teorías del crecimiento y la autorrealización: aproximación humanista al estudio de la motivación

Medida de las motivaciones

A pesar de que los motivos no se pueden observar directamente, sí se puede llegar a determinar si un motivo está presente y medir su intensidad, como

habéis visto en las propuestas de algunos de los autores antes mencionados:

R. B. Cattell incorporó el asunto de la motivación en su modelo de personalidad, describiendo rasgos dinámicos (motivaciones, intereses, actitudes). Se planteó cuál es la unidad de

observación más adecuada para estudiar la motivación y, en función de ella, cuál es el

método que mejor la cuantifica.

1) Unidad de observación: actitud, intensidad del interés por un tipo de acción en una situación dada, posibilidad de una forma de actuación

dentro de un contexto dado. Implica una modalidad de conducta que comporta una cierta carga emocional. La intensidad de aquello que se

quiere es más importante que si se consigue o no.

2) Componentes de la motivación: fuerza y metas. En la siguiente figura, se representan

estos componentes y sus respectivos contenidos.

Medida de las motivaciones: pruebas T, test objetivos. Diseñó la prueba SMAT (test de motivaciones en adolescentes), para jóvenes de 12-17 años.-Informa sobre la fuerza de los impulsos, actitudes, intereses y motivaciones específicas del comportamiento del sujeto en la escuela y fuera de ella.-Utiliza diferentes métodos objetivos o de naturaleza indirecta para medir intereses y motivaciones, disminuyendo los errores y las distorsiones de respuesta.-Utilidad práctica: importante predictor del rendimiento académico. Discrimina el éxito-fracaso escolar, mostrando cómo la motivación tiene una elevada incidencia e importancia en el cumplimiento escolar.-Dos dimensiones: asertividad, emparejamiento/sexo, miedos, narcisismo, pugnacidad/sadismo, protección/compasión, sentimiento propio, sentimiento de superego, sentimiento escolar y sentimiento del hogar.

La perspectiva motivacionalLas teorías homeostáticas (teorías de impulso): Freud, Hull, Murray

Las teorías de incentivos

Destacan, como unidad de análisis, la intencionalidad de la conducta, entendiendo que se basa en incentivos que

cada persona desarrolla a lo largo de su vida, en los que se desarrollan las características de su personalidad.

Componente importante en la conducta motivada, se refiere a la meta u objeto que motiva al sujeto. Incita a la

acción; es como un motivo visto desde fuera; para el sujeto, es lo que tiene valor, lo que le atrae, guía la

conducta para aproximarse a la meta. Tiene diferentes valores según el sujeto e, incluso, varía sus valores en el mismo sujeto según el momento. Es evidente que, en el

caso de los motivos sociales, los incentivos son difíciles de aislar, por su componente subjetivo.

Puede entenderse como un generador de energía (según la intensidad de la conducta consumatoria), un generador

de emoción (significado emocional) y un portador de información para el sujeto.

La atracción que siente el sujeto puede basarse en la experiencia afectiva, pero el placer-dolor que experimenta al interactuar con los objetos son elementos básicos en la conducta de atracción y/o evitación. La conducta queda

explicada por los incentivos, lo que explica que haya motivos que pueden oponerse a la satisfacción de

necesidades orgánicas básicas (por ejemplo, dejar de comer por el incentivo de utilizar una talla 34, estar

delgada...) o desencadenan comportamientos perjudiciales para el organismo.

Teorías del crecimiento y la autorrealización: aproximación humanista al estudio de la motivación

William McDougall (1871-1938)

La conducta es intencional, propositiva: persistente, variable, directa al objetivo.

Defendió el concepto de instinto, del que destacaba tres componentes:

a) cognitivo, conocimiento del objeto capaz de satisfacerlo,

b) afectivo, emoción que inducía el conocimiento del objeto, y

c) conativo, el esfuerzo de aproximación al objeto para satisfacer el instinto.

Listó muchos instintos (huida, repulsión,

curiosidad, gregarismo, etc.; muchos asociados a emociones básicas), pero no los

diferenció claramente del aprendizaje.

Edward Chase Tolman (1886-1959)

Desde el aprendizaje animal, destaca el propósito y la cognición. Los organismos se esfuerzan para conseguir objetivos, según una jerarquía de metas superiores y

subordinadas, todas asociadas a recompensas, valores y probabilidad de realización.

Tenemos tendencias a comportarnos de una determinada manera por la acción de tres variables: motivacionales (necesidad o deseo de una meta), de

expectativas (creencias de que una conducta nos llevó a una meta) y de incentivos (valor que damos a la

meta).

La conducta motivada tiene características morales, se dirige a metas, es persistente y selectiva. La meta, y el cómo se lleva a cabo la conducta y las rutas posibles

para alcanzar la meta, son elementos para conocer la conducta motivada.

Se aprende por la relación entre conducta y una meta

particular, lo que requiere desarrollar un mapa cognitivo del entorno, para poder localizar metas.

Los motivos son innatos (primarios, básicamente

biológicos; secundarios, como afiliación, dominancia, sumisión, dependencia) y aprendidos (terciarios,

consecución de metas culturales).

David McClelland (1917-1998)

Cita"Un motivo es una asociación afectiva intensa,

caracterizada por una reacción anticipatoria de una meta, según la asociación previa de ciertos estímulos clave con

reacciones afectivas de placer o dolor".

Con Atkinson, desarrolló la necesidad de ganancia, definida como "el éxito en la competición con un criterio de excelencia", la tendencia a buscar el éxito en tareas en

las que hay una evaluación del cumplimiento". La competición puede ser con uno mismo, otra persona o en

relación a un concepto, y el incentivo es "querer hacer algo mejor" sólo por esta razón; pero en la práctica,

esconde otros, como responder a las expectativas de los progenitores, gustar a alguien, demostrar la propia

capacidad, etc.

Basándose en Murray, planteó una teoría de la motivación (1961) estructurada según tres necesidades: de ganancia (aceptar responsabilidades, hacer bien las cosas, afrontar las consecuencias de los propios actos), de poder (tener

influencia y control sobre los otros) y de filiación (ser aceptado y solicitado por los otros, buscar amistad,

cooperación, comprensión, buenas relaciones interpersonales). Se han explorado posibles diferencias entre hombres y mujeres en estos motivos, pero están

muy vinculadas al género (es decir, a contenidos psicosociales vinculados al contexto sociohistórico, que

han determinado las diferencias a priori).

Las teorías de metas

En las últimas décadas, se ha ido recuperando el constructo de "motivación" para entender la conducta humana, bajo la premisa de que está modelada,

organizada y dirigida en torno a una meta, un objetivo a perseguir. Sus antecedentes más lejanos parecen encontrarse en Wundt y el funcionalismo de James, en los inicios mismos de la psicología científica; y los tres autores que hemos citado antes: McDougall, al destacar el aspecto direccional de la

conducta hacia un objetivo, Tolman y McClelland.

Considerando las metas como unidades de análisis motivacionales, hay que entender que, a lo largo del tiempo, se han incluido dentro de otros

términos, como esfuerzos o proyectos personales, intereses, preocupaciones, etc.

Hay acuerdo al considerarlas esenciales en el estudio de la personalidad porque, además de dar energía, aportan significados a la vida y se relacionan

con otros contenidos, permitiendo el estudio de los aspectos dinámicos y cognitivos al mismo tiempo si se llega a un perfil de metas propio del

individuo.

Aunque la perspectiva de análisis de metas es idiográfica –válida para un individuo en un momento y situación determinados–, presentan gran variabilidad: hay diferencias individuales tanto en el tipo de metas a

perseguir como en la forma de perseguirlas, en las estrategias que cada individuo diseña y en cómo se organizan las propias metas.

Se han hecho clasificaciones de las diferentes metas en función de categorías generales, como la que os presentamos en la siguiente tabla,

basado en Pervin (1998). Tened en cuenta que cada individuo prioriza las diferentes metas buscando su propio bienestar personal; además, hay

metas de aproximación y otras de evitación; en los dos casos cumplen su objetivo: dirigir la conducta tanto para buscar el objetivo como para

evitarlo.

Modelos teóricos relacionados con metas: el estudio de las metas que cada sujeto se fija ha dado

lugar a diferentes modelos teóricos, cada uno destacando aspectos concretos de la orientación en

metas. Para cerrar este tema, recogemos los principales modelos y una síntesis de lo que

proponen la siguiente tabla.

El modelo humanista surgió en la década de los sesenta en Estados Unidos, definiéndose como un movimiento "científico, filosófico y cultural", influido por los trabajos de James, la teoría de la Gestalt, Allport y Murry. Sus principales representantes son Abraham Maslow, considerado el líder "espiritual" del movimiento, y Carl Rogers.

Se opone a las perspectivas sociológicas que reducen al ser humano a un producto de su ambiente, al conductismo para su modelo del ser humano como máquina programable, y al psicoanálisis por su determinismo biológico y para centrarse en los aspectos más negativos (padecimiento, celos, odio, egoísmo, explicando la naturaleza humana a partir de la patología).

Defiende al individuo, la libertad personal, el libre albedrío, la creatividad individual y la espontaneidad, destacando que el individuo tiene conciencia, de sus necesidades, decisiones y responsabilidades personales.Principio fundamental: tendencia actualizante. Los individuos tienen una necesidad de crecimiento positivo, y conciencia de su potencia: el organismo se autodetermina, autorrealiza y trasciende.

Enfatiza la singularidad y la globalidad de la conducta humana, con la imagen de un sujeto motivado, único, orientado al futuro.Prima la necesidad de autorrealización, relacionada con el crecimiento: es un motivo para desarrollarse, de llegar a ser aquello que tiene que ser, según la evolución del ciclo vital.

Maslow y Rogers aportaron contenidos a lo que se conoce como "teorías del crecimiento y la autorrealización". A continuación, resumimos los aspectos clave relacionados con la motivación.

Teorías del crecimiento y la autorrealización: aproximación humanista al estudio de la motivaciónLas teorías homeostáticas (teorías de impulso): Freud, Hull, Murray La perspectiva motivacional

Teoría de la autorrealización: Abraham Maslow (1908-1970)

Motivación de autorrealización: Carl Rogers (1902-1987)

¿Cuál es la motivación innata a todo ser humano? Asunción de su potencial utilizando sus capacidades, para alcanzar una sensación de plenitud o "experiencia

cumbre". Como resultado de sus investigaciones, propuso una estructura jerárquica, piramidal, de cinco necesidades innatas que dirigen la conducta

humana, siendo definida por sus metas.

1) Son "instintoides", es decir, con un componente hereditario, pero son modificables por el aprendizaje, expectativas sociales o miedo a la desaprobación.

2) Las conductas con las que se satisfacen las necesidades son aprendidas: hay variabilidad entre los individuos.

3) La estructura jerárquica implica un orden de intensidad: de la más fuerte a la más débil. Las inferiores son más fuertes, potentes y prioritarias por la

supervivencia del individuo, implican más motivación. Maslow las denominó necesidades de déficit o deficiencia porque, si no se satisfacen, inducen una

carencia.4) Las necesidades superiores, con menos motivación, contribuyen al crecimiento del individuo; son necesidades de crecimiento o del ser; satisfacerlas correlaciona

con mejor salud, longevidad, felicidad y realización.5) Las necesidades inferiores se tienen que satisfacer mínima pero no

completamente, antes de que las superiores influyan en la conducta del sujeto.

Las necesidades inferiores, fisiológicas, tienen menos importancia en las sociedades desarrolladas, donde habitualmente están satisfechas; pero si hay una deficiencia en éstas, se convierten en la prioridad del individuo.

Las necesidades de seguridad se ven fácilmente en bebés y niños por sus reacciones inmediatas ante amenazas a su seguridad, o la preferencia por las rutinas y las pautas ordenadas. Suelen estar satisfechas en los adultos sanos, a pesar

de que influyen en el comportamiento sin tanta intensidad como en la infancia.Las necesidades de pertenencia y amor las podemos satisfacer con una amistad, una pareja, un grupo social... Son

necesidades difíciles de satisfacer en el momento actual y en la sociedad desarrollada, donde el estilo de vida ha reducido el contacto entre las personas y las nuevas tecnologías facilitan unas relaciones casi virtuales que sustituyen el

contacto real. Para Maslow, no satisfacer esta necesidad se relaciona con el desajuste emocional.Las necesidades de estima se traducen en autoestima, autoconfianza, sentimientos de que somos valiosos y de que los

otros lo reconocen y nos lo transmiten, aumentando nuestras competencias y productividad (puede ser reconocimiento, éxito, estatus, etc.).

La necesidad de autorrealización supone desarrollar todo el potencial del individuo, con independencia del área donde tenga lugar. Según Maslow, requiere estar libre de restricciones sociales o personales, no ser distraído por necesidades inferiores, tener seguridad en uno mismo y en las relaciones con los otros y ser realista hacia las propias capacidades y

limitaciones.Experiencia cumbre o sentimiento oceánico: momento de autorrealización intensa, con la sensación de estar conectado

con el entorno, incrementándose la percepción, perdiendo la noción del tiempo; puede llegarse al éxtasis, pues se experimenta aquello que se está viviendo olvidándose de uno mismo.

Premisa: motivación a la autorrealización. El ser humano está motivado por una tendencia innata, constante y continúa, a realizar, mantener y mejorar el yo, tanto con respecto a las necesidades fisiológicas como a las psicológicas, pues las primeras son la base de la

necesaria supervivencia del organismo.

Tendencia de actualización: potencial de crecimiento innato, tendencia a crecer y desarrollarse. Todo lo que está vivo tiende a desarrollarse según un diseño genético que implica el potencial de crecer y adaptarse, motivando al organismo a convertirse en aquello

para lo que está diseñado. Pero, para un desarrollo adecuado, se requiere un entorno armónico con el organismo: interno, estado de salud; externo, entorno más o menos estresante.

Proceso de valoración organísmica: con él, a lo largo del ciclo vital, vamos evaluando las experiencias de la vida según contribuyan a la motivación de autorrealización. Si la promueven, las valoramos como positivas; en caso contrario, como negativas, influyendo en la

conducta, repetimos lo deseable, evitamos lo indeseable.

Consideración positiva: necesidad de recibir aceptación, amor y aprobación de los otros. Es universal y persistente, se inicia mediante la relación con la madre en la infancia y es recíproco, porque nos sensibiliza ante las necesidades de los otros en la medida en que éstos

nos consideran positivamente.

-Es necesaria para el desarrollo adecuado de la personalidad: la desaprobación materna –el amor que percibe el niño– es vivida como un rechazo al yo, self o autoconcepto, instancia básica en la motivación, junto con los impulsos orgánicos y las condiciones ambientales.

-Consideración positiva incondicional: el amor materno es independiente de las conductas del niño; la consideración positiva condicional está vinculada a las conductas que hace el niño: aprende que algunas son objeto de rechazo o castigo y que sólo son valiosas en determinadas condiciones, internalizando las normas de los progenitores según los términos que éstos definen como

positivos y negativos: son las condiciones de valor.-Si se da una consideración positiva incondicional, se motiva el desarrollo, hasta llegar a una autoconsideración positiva que ya no

requiere de los otros pero que sigue siendo recíproca. Si es una consideración condicional, sólo se desarrolla autoconsideración con las situaciones aprobadas por los progenitores, formándose un yo o autoconcepto basado en las condiciones de valor.

Incongruencia entre el yo y las experiencias vitales: el niño, bajo consideración positiva condicional, pierde libertad, porque aprende a actuar evitando o inhibiendo las conductas

no aprobadas por los progenitores, a pesar de que puedan ser satisfactorias para ellos mismos. Es un conflicto o incongruencia entre el yo real y el yo ideal aprendido por las

condiciones de valores que puede afectar a su percepción del mundo, al evaluar las experiencias de la vida en función de la consideración positiva que reciben por parte de los

otros, no en función de la tendencia a la autorrealización propia.

-El ajuste psicológico y la salud emocional se relacionan con la congruencia entre el yo y las experiencias, es decir, el yo real y el yo ideal, basado en la consideración condicional y,

normalmente, inalcanzable en su perfección. Si hay algo que amenaza a nuestro yo ideal, actuaremos para corregirlo. Lo incongruente puede manifestarse como ansiedad: si un valor

de mi yo ideal es ser amable con la gente, y me comporto de modo contrario con alguien, sentiré ansiedad. Para mantener la congruencia con el yo ideal pondré en marcha unas

defensas –similares a las propuestas por Freud–: negación o distorsión perceptiva.

Funcionamiento óptimo: una persona psicológicamente sana no presenta ninguna incongruencia entre el yo real y el yo ideal, entre la autopercepción y la percepción de los otros o del mundo; se siente valiosa y puede desarrollar el yo bajo la meta de llegar a ser

una persona con un funcionamiento óptimo (autorrealizadas). En la tabla siguiente, sistematizamos las características atribuibles a este tipo de personas, que evidencian la

universalidad de la personalidad.

Terapia centrada en la persona: la evaluación de la personalidad se hace en función de las experiencias subjetivas del individuo. Como clínico, desarrolló la terapia centrada en la

persona (no hablaba de pacientes sino de clientes), entendiendo que la persona es activa y responsable en el proceso de autorrealización que tiene que mejorar la vida y, por lo tanto,

tiene que decidir consciente y racionalmente qué está mal en su vida y qué hacer. El terapeuta, una especie de confidente o consejero, escucha al cliente, y lo acepta

incondicionalmente (consideración positiva incondicional).

Las teorías homeostáticas (teorías de impulso): Freud, Hull, Murray

La perspectiva motivacional

Base: algo interno en el sujeto (un estímulo) guía su conducta. Hay un estado biológico interno que crea un estado de tensión al organismo.

Se destaca la situación causada por la tensión interna, que induce disgusto, y los esfuerzos para descargarla mediante la conducta, orientada a reducir la tensión interna desencadenante de todo el

proceso.

Drive: impulso, tendencia a la actividad generada por una necesidad, estado de desequilibrio o malestar interno, mayoritariamente

entendido como biológico, provocada por una carencia o un exceso. Ésta induce estados internos de necesidad, con efectos siempre

perturbadores (disgusto, dolor). El organismo exige un reequilibrio (homeostasis) que no cesa hasta que la carencia o exceso son

eliminados y sustituidos por otros.

Teoría de los instintos y la motivación: Sigmund Freud

(1856-1939)

Las teorías E-R: teorías de la reducción del impulso, C. Hull

Necesidad-presión: H. A. Murray (1893-1988)

Brevemente, nos referimos a estas teorías que también forman parte de los modelos homeostáticos. Desde la perspectiva más conductista, se

rechazaron los constructos cognitivos como motivación y drive; pero otros autores establecieron que los constructos motivación y drive son útiles si se limitan a circunstancias específicas externas, asociadas a un sistema de

medida objetivo. Las circunstancias externas estarían asociadas a los impulsos internos.

Clark Hull es el mejor representante de esta perspectiva; a continuación, hacemos una breve referencia a sus aportaciones sobre la motivación.

Clark Hull (1884-1952)Cita

"Cuando la acción de un organismo es un requisito para incrementar la probabilidad de supervivencia del individuo o de una especie en una

determinada situación, se dice que se encuentra en un estado de necesidad. Dado que una necesidad, actual o potencial, usualmente precede y acompaña la acción del organismo, suele decirse que la necesidad motiva o impulsa la actividad asociada. A causa de esta

propiedad motivacional de las necesidades, éstas se consideran como productoras de impulsos –drives– animales primarios".

Hull desarrolló una teoría basada en motivación y aprendizaje, hipotético-deductiva, en la que dio mucha importancia a los factores fisiológicos, las huellas mnésicas, base de los circuitos de aprendizaje. Influido por Darwin (como Freud), considera que la motivación se desarrolla para asegurar la satisfacción de las necesidades de los organismos, es decir, asegurar su

supervivencia. Pero incorpora el concepto de homeostasis: los organismos buscan mantener determinadas condiciones óptimas en relación al

ambiente, ya que de ellas depende la supervivencia; las necesidades orgánicas producen un impulso o drive que desencadena conductos para

recuperar el equilibrio. El modelo propone que:-Los organismos actúan para reducir los drives.

-La motivación energetiza la conducta: las necesidades dan lugar a drives.-La personalidad es el conjunto de hábitos aprendidos por reducción del

drive.

Los organismos están activados –dirigidos– por drives o impulsos que, al igual que Freud, entiende como fuentes de tensión interna, relajándose

mediante el reforzamiento (premio o placer). Los drives pueden ser: A) Primarios, asociados a estados fisiológicos internos (dolor, hambre),

con base biológica.B) Secundarios, adquiridos por asociación con la satisfacción de los drives

primarios (así, la ansiedad –drive secundario– surgiría del dolor: drive primario).

Modelo de aprendizaje instrumental aplicado a la motivación: modelo de

aprendizaje basado en la reducción del impulso. La asociación entre estímulos y respuestas (E-R) es resultado del reforzamiento adquirido

mediante la reducción de los estímulos drive: huir del dolor, evitarlo, etc. La asociación E-R apoyada por el reforzamiento –reducción de la tensión– forma hábitos. La personalidad está formada por hábitos de respuesta –

aprendizaje–, como consecuencia de la acción de los impulsos: tiene lugar porque las condiciones motivacionales cambian.

La conducta puede operacionalizarse según la siguiente función:

Conducta = f(ser) = f(D* K* shr)Donde:

Ser: potencial evocador de la respuestaD: drive o impulso

K: motivación de incentivo o cantidad y calidad de la recompensaShr: fuerza del hábito

Personología: es como Murray se refirió al estudio de la personalidad y al sistema que describió. Integró muchos de los aspectos que autores anteriores habían separado, bajo la influencia de diferentes autores, especialmente Freud, al considerar tanto aspectos inconscientes como inconscientes, los factores biológicos –la personalidad tiene una base cerebral– y ambientales –la presión–, o la influencia del pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo, porque la personalidad se desarrolla continuamente, a lo largo del tiempo, lo que significa que cambia y progresa, no es estática. Además, combinó la perspectiva clínica con la experimental.

Constructo: necesidad. Representa fuerzas, dentro de la persona, que influyen sobre la cognición (percepción, pensamiento, intención) y la conducta. Es inconsciente: podemos saber qué nos gusta o no, qué nos atrae, reaccionamos de manera inmediata ante ciertos estímulos o situaciones, pero posiblemente desconocemos que todo es resultado de una necesidad interna. La necesidad proviene de una fuerza en el cerebro que organiza la percepción y la acción; se excita por estímulos internos y externos y puede o no reflejarse en la conducta. Crea estados de tensión –fisiológica y psicológica– y la subsiguiente necesidad de satisfacción, para reducir la tensión.

Persiste hasta que se satisface; y si no es posible, se mantiene latente: no se manifiesta, se inhibe, pero, como ya planteó Freud, toma otra forma, la de fantasía, deseo, planes de futuro, creatividad, necesidad de saber, etc. Según Murray, muchas necesidades están latentes y, como parte de la personalidad, hay que poder valorarlas para entenderlas, a pesar de que supone la aplicación de medios indirectos. Murray considera que la motivación está más relacionada con el proceso de reducción de la tensión que en la satisfacción de l a misma: la transformación de las situaciones insatisfactorias en satisfactorias. Según él, una vida sin tensión es por sí misma una fuente de malestar. Presión: ¿qué provoca las necesidades? La presión. Murray considera tanto el ambiente como la persona: ciertas características del entorno –que llama presión, y puede referirse a otras personas– se asocian a la satisfacción o frustración de una necesidad y, por lo tanto, están asociadas al bienestar individual. Diferentes presiones provocan diferentes necesidades, cuya fuerza la determina justamente el poder de la presión para beneficiar o perjudicar al individuo. Eso explicaría que personas con determinadas necesidades busquen entornos con presión más o menos gratificante.Al definir las diferencias individuales según la fuerza o presión de las necesidades, integrando la consideración del ambiente encontramos que estas diferencias también se darán en su evaluación como más o menos satisfactorias. Taxonomía de necesidades: Murray propuso una gran cantidad de necesidades, al contrario que Freud, que las redujo considerablemente, como habéis visto. Las clasificó según fueran: -Primarias o secundarias (como las clasificaciones de drives): las primarias o viscerogénicas son corporales, se relacionan con la supervivencia (comer, respirar, evitación del daño o las necesidades sexuales. Murray desestimó las que son comunes a todo el mundo pero secundarias para la individualidad, como la comida o el respirar). Las secundarias o psicogénicas surgen después de las primarias e indirectamente a partir de éstas, refiriéndose a la satisfacción emocional.-Abiertas –de expresión directa– o secretas –inhibidas o de expresión bloqueada.-Reactivas o proactivas: las reactivas suponen una respuesta hacia algún elemento concreto del entorno, activándose únicamente al aparecer éste (por ejemplo, ver un anuncio de un centro de estética y desencadenarse la necesidad de adelgazarse). Las proactivas son espontáneas, no requieren de ningún estímulo desencadenante. Considerando necesaria una taxonomía como parte del trabajo científico, hizo un estudio con 51 universitarios, todos varones, a los que evaluó mediante cuestionarios estandarizados, pruebas proyectivas, entrevistas, análisis de autobiografías y observaciones conductuales. El análisis de datos describió un total de veinte necesidades manifiestas y ocho necesidades latentes, todas asociadas a:-Deseo o efecto intencional.-Sensaciones.-Acciones.-Nombres de rasgos.

Medida de las necesidades: las necesidades manifiestas se pueden observar directamente en el comportamiento, pero las latentes requieren de una medida indirecta. Influido por la teoría freudiana, adaptó el concepto de "proyección" a la percepción. Con Morgan (1935), diseñaron un test basado en la proyección de la fantasía sobre un estímulo objetivo, suponiendo que una fuerte necesidad latente se puede proyectar en la fantasía del individuo como si fuera una película en una pantalla, y así poder medirla: el test de apercepción temática (TAT), una técnica proyectiva (apercepción describe el acto de interpretar el ambiente y percibir el significado de lo que está sucediendo).

Cita"El test se basa en el hecho conocido de que cuando una persona interpreta una situación social ambigua, ésta tiene tendencia a manifestar su propia personalidad tanto como el fenómeno en lo que está atendiendo. Absorto en su propio intento de explicar el acontecimiento objetivo, se vuelve inocentemente inconsciente de sí misma y del examen de los otros y, por lo tanto, defensivamente menos vigilante. Para alguien que haga una doble lectura, no obstante, estará revelando ciertas tendencias interiores: deseos, temor y vestigios de experiencias pasadas".

El TAT consiste en un conjunto de láminas monocromas que representan imágenes ambiguas y se presentan al sujeto según un orden de má s a menos estructuración, pidiéndole que haga un relato para describir las personas y objetos de la lámina, la situación, lo que piensan o sienten, y el desenlace. De esta manera, y según el principio de apercepción, pone de manifiesto las necesidades latentes (en forma de temores, sentimientos y pensamientos inconscientes), al proyectarlas en las imágenes que ve y las manifiesta mediante los relatos que construye. Es obvio el gran componente subjetivo de este tipo de pruebas, como cualquier prueba proyectiva.

En la siguiente tabla, se presentan las veinte necesidades propuestas por Murray (propuestas originalmente en 1938, en su libro

Exploraciones de la personalidad):

Las teorías homeostáticas (teorías de impulso): Freud, Hull, Murray

La perspectiva motivacional

Teoría de los instintos y la motivación: Sigmund Freud (1856-1939)

En la siguiente figura, se resumen las principales fuentes de variabilidad desde la teoría freudiana:

Diferencias individuales: cada persona tiene una estructura de impulsos (drives) propia, así como formas de satisfacerlos y medios para evitar la

ansiedad y resolver los conflictos que se puedan derivar.

Mecanismos de defensa: la ansiedad genera dolor emocional; es una señal de alarma ante un peligro para el individuo; Freud interpreta que proviene de experiencias tempranas donde la expresión del instinto fue

castigado. Esta situación de malestar promueve el desarrollo de mecanismos de defensa, estrategias que afrontan los instintos

minimizando el dolor (Freud propuso seis: desplazamiento, identificación, proyección, formación reactiva, racionalización y

regresión). Se aplican inconscientemente, son irracionales y distorsionan la realidad, siendo difícil volverlos conscientes (hay resistencia por parte

del sujeto). ¿Qué consiguen? Mantener el impulso indeseable al inconsciente, desde donde sigue ejerciendo presión y generando

ansiedad.

Conflictos psicológicos y ansiedad: derivan o bien de conflictos entre diferentes impulsos o bien entre el id y el superego (ejemplo típico de la época victoriana, impulsos

sexuales que se enfrentan a una rígida moral represora de la sexualidad). En cualquier caso, los conflictos originan en la

mayoría de la gente ansiedad, desarrollando neurosis. Freud diferencia entre tres tipos de ansiedad: realista (ante un

peligro real), neurótica (desencadenada por el ego, ante el miedo a perder el control sobre el id y recibir un castigo) y

moral (ante un conflicto entre el id y el superego, que genera culpabilidad por el contenido moral). Las ansiedades neurótica

y moral son las responsables de la represión de los pensamientos, recuerdos o conductas que ocasionan la

ansiedad (las vuelve inconscientes).

Dinámica de la personalidad: Freud identifica los instintos con los motivos, que contribuyen a la construcción de la estructura de

personalidad. La existencia de las fuerzas motivacionales y la relación con ellas introduce un aspecto dinámico a la teoría de la personalidad y

los motivos: el id sería la fuente de toda la energía instintiva, las pulsiones que ejercen presión, desencadenando pensamientos para satisfacer el instinto: procesos primarios. El yo es el responsable de

controlar los instintos buscando un equilibrio (procesos secundarios), con la posibilidad de que el superego, en función de los contenidos

internalizados, se oponga a la descarga exigiendo su inhibición o represión: aquí es cuando el ego hace de mediador entre las demandas irracionales del id y el autocontrol del superego. Todos los elementos

invierten energía mental en los procesos que controlan.

Teoría hedonista de reducción de la tensión: el individuo prima la busca del placer y la evitación del dolor o disgusto, dirigiendo su conducta a reducir la tensión que siente dentro de él. Premisa: el origen son los estados corporales de excitación-tensión,

internos: instintos, pulsiones o drives; el propósito es reducir la tensión y sentir placer; el objeto es satisfacer las pulsiones, reduciendo la tensión.

Freud considera que hay dos fuentes generadoras de impulsos:

a) Ambientales: estímulos externos que generan impulsos momentáneos. Se pueden satisfacer con una acción concreta en el mundo externo, o bien evitarse.

b) Instintos: internos, biológicos, fuerzas constantes que no pueden ser evitadas e imponen al

individuo la necesidad de hacer una serie de conductas que induzcan cambios en el mundo externo, con el objetivo de satisfacer el instinto desencadenante del proceso.

Al inicio de su obra describió como impulsos primarios los sexuales –preservan la especie– y los

agresivos –preservan el ego–; con el tiempo, se refiere al instinto de vida (libido), que reúne el sexual y el agresivo, y el instinto de muerte (thanatos), como impulso de retornar a un estado inorgánico

(¿notáis la influencia de la teoría de Darwin, al considerar la supervivencia como motivo?).

Los impulsos se manifiestan de diferentes maneras; una de las aportaciones de Freud fue considerar su expresión a los sueños, en las obras de arte, los lapsus linguae, actos explícitos y, como clínico, a

los síntomas neuróticos.

Teoría de los instintos y la motivación: una parte de la amplia obra de Freud se dedica a la cuestión de la motivación, en

términos de impulsos, pulsiones o instintos. Para él, todo el comportamiento está motivado a pesar de que el motivo no

sea explícito (en su libro La psicopatología en la vida cotidiana pone ejemplos de conductas aparentemente sin sentido que esconden un motivo concreto, y es que los motivos pueden ser inconscientes o deliberadamente ser ocultados, pero a

menudo escapan a nuestro control y se expresan indirectamente, como pasa con los lapsus linguae, las

ilusiones perceptivas, etc.).

Teoría de la personalidad: Freud formuló una teoría de la personalidad estructurada según tres elementos (id, superego y ego), añadiendo una

topografía de la mente en función de tres áreas no claramente delimitadas (consciente, preconsciente, inconsciente). A manera de recordatorio,

sistematizamos en la siguiente tabla las características básicas de estos elementos estructurales y topográficos.

La perspectiva evolucionista de la personalidad

La psicología evolucionista pretende descubrir y entender el diseño de la mente humana. Es una manera de pensar la psicología, entendiendo que la mente es un conjunto de máquinas procesadoras de

información –mecanismos–, diseñadas por la selección natural para resolver los problemas adaptativos a los que se enfrentaron nuestros ancestros. La importancia y permanencia de los mecanismos psicológicos

está determinada por su valor adaptativo.

Aplica los conocimientos y principios de la biología evolucionista. Relacionada con:

Sociobiología (Wilson, 1975): la selección natural actúa sobre el individuo y no sobre el grupo; tiene éxito el individuo capaz de no transmitir sus genes a la siguiente generación. El objetivo es averiguar el

significado biológico de conductas que no han sido explicadas previamente.

Evolucionismo: subárea de la sociobiología centrada en la naturaleza humana, con el objetivo de comprender las conductas.

Conceptos previos

1) Selección natural, fuerzas hostiles de la naturaleza y adaptaciones.2) Selección sexual: competición intrasexual y selección intersexual.3) Productos de la selección natural: adaptaciones, subproductos de

adaptaciones, efectos aleatorios.

Premisas de la psicología evolucionista: David M. Bauss (1953)

Conclusiones: limitaciones del planteamiento

Las adaptaciones se forjan a lo largo de la evolución, a través de miles o millones de generaciones, lo que impide determinar con certeza cuáles son las fuerzas selectivas que actuaron sobre los

seres humanos y explicar las conductas en el presente.

Hay que inferir los ambientes del pasado y las presiones de la selección, mediante el conocimiento de los mecanismos psicológicos implicados en cada conducta.

EjemploEl miedo a las serpientes o a las alturas sugiere que fueron peligros en nuestro pasado evolutivo; los celos sexuales masculinos sugieren que la pasada incertidumbre sobre la paternidad fue un

problema adaptativo; el miedo a estar solos, apartados de un grupo, sugiere que la pertenencia a un grupo fue crítica en la supervivencia y la reproducción.

La conducta refleja una interacción entre los mecanismos psicológicos y los estímulos ambientales: el mecanismo genotípico es una constante; la tendencia fenotípica varía

sobradamente en función de las condiciones sociales y las experiencias.

Falta profundizar en la comprensión de la naturaleza humana, en los detalles y características del diseño de los mecanismos psicológicos implicados. En el caso de los celos, falta conocer el rango

de señales que desencadenan la conducta, los pensamientos y emociones que se activan, el rango de conducta preciso: vigilancia, violencia, etc.

Las condiciones actuales difieren de las ancestrales; lo que fue adaptativo no lo es necesariamente ahora, pues las presiones de la selección han variado.

¿Cómo se estudia la personalidad desde esta aproximación teórica? La psicología evolucionista plantea un análisis basado en la naturaleza humana –que identifica con

la misma personalidad–, las diferencias sexuales y las diferencias individuales.

Las premisas básicas de la psicología evolucionista se refieren a los conceptos de: especificidad de dominio, numerosidad y funcionalidad. En la siguiente tabla, se

describe brevemente su contenido:

Estudio de la naturaleza humana

Estudio de las diferencias sexuales: agresividad, celos, deseo de variedad sexual y selección de

pareja Estudio de las diferencias individuales

Productos de la selección natural: adaptaciones, subproductos de adaptaciones y efectos

aleatorios o "ruido"

Selección sexual. Competición intrasexual y

selección intersexual

Selección natural, fuerzas hostiles de

la naturaleza y adaptaciones

La naturaleza humana es producto del proceso evolutivo a pesar de que no solemos ser conscientes de los mecanismos que nos definen como humanos.

Charles Darwin (1809-1882)

Propuso que las estructuras orgánicas experimentan cambios a lo largo del tiempo; no permanecen estáticas. Los cambios sugieren un diseño adaptativo, que le llevó a proponer la teoría de la selección natural: una teoría del

proceso que actúa a lo largo del tiempo, por el cual surgen adaptaciones y cambios –variación– que actúan a lo largo

del tiempo.

Todas las especies se reproducen más allá de las posibilidades de supervivencia de las crías. ¿Por qué? Para asegurar la supervivencia de la especie. Pero eso implica

que tiene más posibilidades de sobrevivir y reproducirse el individuo con mayor capacidad, gracias a los cambios o

variaciones que haya heredado de sus ancestros: tiene una ventaja que podrá transmitir a sus descendientes.

Conceptos claves:1) Selección natural: Proceso a lo largo del cual las

variaciones con éxito serán seleccionadas y las que fracasan se eliminarán. Es un proceso de cambios graduales a lo

largo del tiempo, mediante el cual las variaciones con éxito aumentan su frecuencia de aparición y se extendieron al genoma, sustituyendo las variaciones menos útiles hasta

que éstas llegan a desaparecer.2) Fuerzas hostiles de la naturaleza

Los cambios en el entorno inducen situaciones de carencia y dificultan la supervivencia y la reproducción. La escasez

de alimentos, los parásitos, los depredadores, las temperaturas extremas, las enfermedades... constituyen

ejemplos de las fuerzas incontrolables de la naturaleza a la que, en la evolución, tuvieron que enfrentarse nuestros

ancestros.3)Adaptaciones: Las variaciones son soluciones heredadas a

estos problemas. Ayudan a los organismos a sobrevivir e incrementan la posibilidad de reproducción incluso ante las

fuerzas hostiles de la naturaleza. ¿Cómo? Son adaptaciones. Entre los seres humanos, la preferencia

(variación) por sustancias ricas en grasas, azúcar y proteínas, ayudaron a sobrevivir en condiciones de escasez

alimenticia; o es el caso del desarrollo de un sistema inmunitario con anticuerpos, que ayuda a sobrevivir a

enfermedades y parásitos.

Hay variaciones que aportan una ventaja reproductora al individuo, transmitiéndolas a sus

descendientes, mediante dos tipos de mecanismos: competición intrasexual y selección

intersexual.

Competición intrasexual: miembros del mismo sexo compiten entre ellos para tener más acceso sexual a miembros del sexo opuesto. El ganador tiene unas características superiores al resto de

individuos (fuerza, medida, inteligencia, atractivo...) que le capacitan para el

emparejamiento y la transmisión de genes.

Selección intersexual: miembros del mismo sexo escogen pareja según sus preferencias por

determinadas características (por ejemplo, el plumaje de los gallos reales machos es, además de vistoso, un índice de salud para el resto de individuos). Las características se desarrollan porque quien las tiene es escogido con más

frecuencia: se reproduce más y transmite más sus genes.

Genes y salud generalLa selección natural y la selección sexual no son

dos procesos separados: el éxito en la supervivencia (selección natural) y el éxito en la reproducción (selección sexual) forman parte de

una reproducción genética diferencial:-Los genes de los organismos que se reproducen

más se transmiten a futuras generaciones con más frecuencia.

-Como la supervivencia es crítica para la reproducción, incluye la transmisión de las características que favorecen una mayor

supervivencia.-Como el éxito en la competitividad sexual es

crítico para el éxito reproductivo, las cualidades que conducen al éxito (competición intersexual y selección intrasexual) se transmiten a las futuras

generaciones.

Adaptaciones: desarrollo estructural del organismo, regular, en consonancia con la estructura del entorno, que

provoca la solución de un problema adaptativo (todo aquello que impide la supervivencia o la reproducción).

Diseño especial: las características de una adaptación se reconocen como componentes de un sistema especializado

en resolver problemas.

El ambiente es necesario por el desarrollo de la adaptación, pero también puede interferir con ella. Es un ambiente

selectivo, no hay determinismo genético.

Subproductos de adaptaciones: efectos incidentales que no son adaptativos pero provienen de una adaptación

inicial (por ejemplo, la nariz es una adaptación para oler, pero ahora también sirve para aguantar las gafas).

Variaciones aleatorias o ruido evolutivo: variaciones neutras con respecto a la selección, que pueden formar

parte del genoma por mutación y perpetuarse entre generaciones (por ejemplo, la forma del lóbulo de las orejas

no afecta al funcionamiento del oído, pero hay mucha variabilidad).

El modelo de personalidad de Theodore Millon. Del modelo biosocial al modelo evolutivo de la personalidad

Theodore Millon ha desarrollado, a lo largo de las últimas décadas, un complejo modelo de personalidad desde una actitud comprehensiva, articulada en una teoría explicativa, una nosología formal o clasificación diagnóstica,

herramientas de evaluación y técnicas terapéuticas.

Características generales del modelo de personalidad de Millon

La continuidad sindrómica El modelo biosocial (1969-1990)El modelo evolutivo (1990-

actualidad)

El modelo de Millon y los trastornos de personalidad

Perspectiva integradora:-Integración teórica: combina diferentes perspectivas,

como la biológica, psicodinámica, fenomenológica, cognitiva, sistémica, etc., con el objetivo de integrar la

estructura y la dinámica de la personalidad.-Perspectiva idiográfica y nomotética: considera que la

personalidad es el resultado de la historia individual (personología), formada por las interacciones entre los

factores biológicos y ambientales (ideográfico), y plantea y explica la relación entre rasgos, esquemas, motivos, necesidades... desde una planteamiento generalista

(nomotético).Personalidad: conjunto de constructos a partir de datos

observados. Estructura integrada por sistemas que deben tenerse en cuenta al hacer su evaluación, entendiéndola

como un proceso de desarrollo influido por variables biológicas y ambientales.

-Se refiere a las estrategias que caracterizan a las percepciones y la manera de enfrentarse al entorno de

manera consistente y distintiva (propia de cada individuo).

-Estilos de afrontamiento: el desarrollo hace referencia a un conjunto de esquemas, de maneras de procesar la

información, los estilos de afrontamiento nomotéticos, en los que añade subtipo de personalidad más

ideográficos.-Para Millon, la personalidad se puede comprender mejor como un sistema adaptativo con ámbitos estructurales y

funcionales; la estructura se articula en torno a metas motivacionales, modos cognitivos y comportamientos

interpersonales, constituidos por diferentes dimensiones bipolares.

Una parte esencial del modelo de personalidad de Millon, como habéis visto, trata sobre la personalidad anormal y los trastornos de personalidad. Como breve referencia de un tema que se desarrolla con más detalle en el ámbito de la psicopatología y, por lo tanto, va más allá de los objetivos de nuestra disciplina, os presentamos las

ideas esenciales del autor.

Propuestas de Millon sobre trastornos de personalidad con relación a su modelo general:

-Diferenciar síntomas según su gravedad.-Proponer categorías de trastornos según el agrupamiento de los

signos clínicos.-Aportar un modelo teórico que justifique el sistema de

clasificación.-Especificar relaciones entre categorías diagnósticas.

-Dar más atención terapéutica a los trastornos de personalidad leves.

-Constatar la continuidad psicológica y la evolución entre trastornos leves y graves.

-Mantener una separación entre trastornos según su gravedad.

Definición de los trastornos de personalidad según el modelo:

-Estilos estructurados de comportamiento, cognición y emoción.-Estructuras de funcionamiento dentro de un continuo.

-Sistemas dinámicos y estructurados, con unos niveles más permanentes y otros más mutables.

-Evaluación dentro de un continuo.-Modalidades de tratamiento combinadas y diseñadas estratégicamente de

manera secuencial.

Relación entre rasgos de personalidad y trastornos de personalidad:

desde esta perspectiva, ¿el trastorno de personalidad se refiere a rasgos de personalidad? Considerando que los rasgos son patrones de experiencia,

pensamiento e interacción con uno mismo y el entorno, se pueden relacionar con el trastorno:

Los rasgos son egosintónicos; el individuo se siente bien, o percibe su malestar emocional como algo inevitable, no relacionado consigo mismo, su manera de ser y comportarse. No considera que esté mal o que tenga un problema y, si

identifica malestar, lo atribuye a su entorno, a otras personas. El individuo "es así", no hay un antes y un después a su personalidad (lo que sí podemos encontrar, por ejemplo, en el caso de un trastorno del estado de ánimo).

Pero los rasgos se hacen desadaptativos e inflexibles, ocasionando malestar y dolor. Por ejemplo, ser desconfiado es un rasgo, pero si se desarrolla hasta el

punto de desconfiar de las personas más próximas y creer que abusan de ti, te humillan... induce desadaptación, padecimiento, problemas, etc.

Cuando los rasgos se hacen desadaptativos, se puede hablar de un trastorno y plantear un tratamiento que haga recuperar la funcionalidad de los mismos. No se cambiarán, pero perderán la capacidad de desadaptar la conducta del

individuo.

Cuestión esencial: la continuidad sindrómica. Millon hace una consideración dimensional del trastorno, entendiendo que difiere en el grado de intensidad

de la conducta normal; es como una forma extrema de expresión de los rasgos de la personalidad normal, pudiendo variar en intensidad (leve, moderada,

grave).

La perspectiva dimensional se enfrenta a la perspectiva clásica de la psiquiatría y la psicología clínica, con una consideración categorial que

entiende que los trastornos son distintos y cualitativamente diferentes de los extremos normales de cada rasgo. La aproximación, desde esta

conceptualización, es la de diagnosticar la presencia o ausencia de un trastorno, al aceptar que hay un punto de ruptura entre las dos posibilidades.

Clasificación de los trastornos

Este es un concepto clave del modelo de Millon: la

personalidad se distribuye a lo largo de un continuo, donde la

personalidad normal se sitúa en un extremo y el trastorno en

otro. Tradicionalmente, la definición de conducta anormal

se ha basado en tres posibles criterios, que exponemos en la

siguiente figura:

Para Millon, sin embargo, no existe una línea que separe la normalidad de la patología, pues ésta tiene los mismos determinantes que el funcionamiento normal:-Se definen por los mismos principios y mecanismos del desarrollo.-Comparten los mismos rasgos básicos de la personalidad.Cita: "La normalidad y la patología son conceptos relativos: son cotas arbitrariamente establecidas dentro de un continuo o gradiente. La psicopatología va modelándose de acuerdo con los mismos procesos y principios que intervienen en el desarrollo y aprendizaje normales. No obstante, debido a las diferencias de características específicas, cronología, intensidad o persistencia de determinadas influencias, algunos individuos alcanzan actitudes caracterizadas por una deficiente capacidad de adaptación, mientras que otros no las alcanzan".Millon, T. (1976). Psicopatología moderna. Enfoque biosocial de los aprendizajes erróneos y de los disfuncionalismos.Por lo tanto, lo significativo es la personalidad porque es en ella donde se producen las conductas patológicas; comprender a la persona con un trastorno permite dar sentido al trastorno. Si hay diferencias, se deben a que la personalidad anormal representa un desequilibrio de los sistemas que definen la personalidad anormal.

"Los patrones de personalidad patológica son características profundamente arraigadas que impregnan todas las facetas de

la actividad del individuo [...]. Estos patrones derivan de la compleja y secuencial interacción de los factores constitucionales y de la experiencia. Una vez establecidos en los primeros estadios

de la vida, los patrones patológicos tienden a invadir nuevas esferas y a perpetuarse dentro de círculos viciosos; imponen un

modo de vida tan arraigado y automático que el paciente a menudo no advierte su presencia ni sus devastadoras

consecuencias".Millon, T. (1976). Psicopatología moderna. Enfoque biosocial de

los aprendizajes erróneos y de los disfuncionalismos.

La perspectiva de continuidad sindrómica permite estudiar el proceso de desarrollo de los trastornos (entendidos como el resultado de la disfunción de la capacidad de la personalidad

para afrontar las dificultades de la vida) y la manera en que estos trastornos pueden retornar a un funcionamiento saludable.

Así, diseñó test para evaluar los dos aspectos de la personalidad, con el objetivo de explicar la conducta de las personas y, si procede modificar su funcionamiento: para la personalidad

normal diseñó el Milllon Index of Personality Styles, MIPS (1994); para la anormal, como inventarios clínicos, el Millon Clinical

Multiaxial Inventory-III, MCM-III (1997) o para adolescentes, el Millon Adolescents Clinic Inventory, MACI (1993), todos ellos con

adaptaciones españolas.Millon estructuró su modelo de personalidad según dos teorías.

La primera la planteó en 1969, y se conoce como el modelo biosocial; la segunda la expuso en 1990, y se conoce como el

modelo evolutivo, presentada en su libro Toward a new personality. A continuación, se desarrollan los contenidos

básicos de las dos propuestas.

En la siguiente tabla, recogemos las principales diferencias que traducen esta premisa:

Se basa en un modelo de aprendizaje biosocial, unificado mediante el concepto de refuerzo y el aprendizaje de estrategias por

afrontamiento (aprendizaje por contigüidad, instrumental, vicario y patogénico).

Objetivo: constatar la continuidad sindrómica, así como la evolución entre los trastornos leves y los trastornos graves.

Combina factores biológicos (constitución biofísica: herencia y factores maternos prenatales) y sociales, como experiencias de aprendizaje (experiencias del pasado y alternativas actuales).

De la combinación de los dos factores se definen estilos de relación interpersonal, que se mantienen por su interacción con el ambiente, desde la infancia al presente. Son conductas operantes destinadas a

buscar refuerzos y definen estrategias de afrontamiento ante los acontecimientos vitales.

Millon se preguntó sobre: a) qué refuerzos busca el individuo (naturaleza de los refuerzos);

b) dónde los busca (procedencia); y c) cómo actúa para conseguirlos (conducta instrumental). Las

respuestas posibles son: a) en términos generales, busca conseguir placer o evitar el dolor;

b) en él mismo o en los otros; y c) actúa activa o pasivamente para conseguirlos.

De esta manera, se definen tres dimensiones bipolares:1) Dimensión placer-dolor: qué busca el sujeto en el refuerzo, refuerzos positivos (placer) o evitación de refuerzos negativos

(dolor).2) Dimensión activo-pasivo: cómo busca el sujeto el refuerzo,

tendente a la acción, activo; o esperando que el entorno le proporcione el refuerzo, pasivo.

3) Dimensión sujeto-objeto: dónde busca el sujeto el refuerzo, en sí mismo (independiente, según sus metas) o en los otros

(dependiente, espera que los otros se lo proporcionen). Puede haber personas ambivalentes –combinan las dos posibilidades–, o desvinculadas o retraídas, aquellos que no buscan refuerzo sino

apartarse de los demás, careciendo de metas personales.

A partir de las tres dimensiones, combinando naturaleza, fuente y conductas instrumentales, se pueden deducir ocho trastornos de

personalidad básicos, a los que se añaden tres trastornos más graves, elaboraciones de los trastornos de personalidad básicos que

son una desviación patológica –disfuncional y desadaptativa– de estilos normales y saludables.

Se define así una matriz de 2 x 2 x 2. Cuatro trastornos se derivan de la naturaleza y fuente de refuerzos: retraído (no busca refuerzos),

dependiente (los busca en los otros), independiente (en sí mismo) y ambivalente (inseguro). Al cruzarse con las dos posibles conductas

instrumentales (activo-pasivo) producen los ocho modelos de personalidad. Crítica: hay un desequilibrio entre las tres

dimensiones; no hay un cruce claro entre yo-otros y placer-dolor. En la siguiente tabla, se reproduce la matriz de refuerzos resultante,

señalando en cada casilla el tipo de personalidad y el trastorno asociado a él.

Características de los trastornos de personalidad según los ámbitos de personalidad

para que os hagáis una idea del alcance del modelo de

personalidad, os presentamos las características de los diferentes trastornos, según los ámbitos de personalidad considerados en el modelo evolutivo y que se han enumerado antes. Se incluyen

trastornos (depresivos, sádicos, negativistas y masoquistas) no mencionados anteriormente.

El modelo biosocial inicial influyó en el desarrollo de un sistema de clasificación psiquiátrico que apareció en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) de la American Association of Psychiatry, APA, en su tercera edición de 1980, bajo el epígrafe de "Trastornos de la personalidad". La cuarta edición, DSM-IV-TR mantiene la estructura de un modelo multiaxial, es decir, se articula según diferentes ejes, reflejando cada tipo de información:Eje I: trastornos clínicos.Eje II: trastornos de la personalidad. Retraso mental.Eje III: enfermedades médicas. Eje IV: problemas psicosociales y ambientales.Eje V: evaluación de la actividad global.Por lo tanto, los trastornos de personalidad se sitúan en el eje II, bajo un sistema que es una manera de agrupar síntomas y características de personalidad de un individuo, con el fin de poder definir cuadros que reflejen su patrón completo de funcionamiento. Responde, pues, a la idea de Millon de separar los trastornos de personalidad de otros tipos de psicopatología. Además, al utilizar diferentes ejes, se supone que se puede profundizar en el significado de los síntomas para cada paciente en el contexto de sus personalidades respectivas.Millon, sin embargo, rechaza el sistema de ejes al considerar que la agrupación por características descriptivas no tiene ni lógica ni significado etiológico o pronóstico. Además, considera necesario diferenciar subtipos dentro de cada trastorno.

¿Cómo se define un trastorno de personalidad desde esta perspectiva? Como un "patrón estable de experiencias y conductas que difieren en gran medida de las expectativas culturales del individuo", considerando que tienen inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta. A continuación, se sintetizan los contenidos de este constructo, para que podáis compararlos con la definición de Millon:

1) Patrón duradero o experiencia interna y conducta que se desvía marcadamente de las expectativas de la cultura del individuo. Este patrón se manifiesta en dos o más de las siguientes áreas: a) cognición (formas de percibir e interpretar el yo, a los otros y los hechos), b) afectividad (el rango, la intensidad, la capacidad y lo apropiado de la respuesta emocional), c) funcionamiento interpersonal, yd) control del impulso.2) El patrón es inflexible e incide en un amplio rango de situaciones personales y sociales. 3) Induce malestar o dolor clínicamente significativo en el ámbito social, ocupacional u otras áreas importantes del individuo. 4) El patrón es estable y de largo plazo; su inicio puede establecerse entre la adolescencia y la etapa adulta temprana.5) No se explica mejor como una manifestación o consecuencia de otro trastorno mental.6) No es debido directamente a efectos fisiológicos de sustancias (por ejemplo, abuso de drogas o medicación) o a una condición médica general, como un traumatismo craneal (enfermedad orgánica).

¿Cuántos trastornos de personalidad hay? El DSM propone diez trastornos de personalidad reunidos en tres grupos, según sus similitudes. A pesar de la perspectiva categorial, los tres se pueden considerar dimensiones de las disfunciones de personalidad. Con posterioridad añadió, en los apéndices, la personalidad masoquista (autodestructiva), sádica, depresiva y negativista (pasivo-agresiva), acordándolo con la clasificación de Millon.

Clasificación de los trastornos

El modelo de Millon y los trastornos de personalidad El modelo evolutivo (1990-actualidad)

En 1990, da a conocer una reformulación del modelo biosocial, con lo que recurre a los

conceptos de evolución y su rol en el desarrollo humano para entender la personalidad normal y

anormal, proponiendo una teoría filogenética basada en principios universales de la evolución.

Personalidad: estilo distintivo del funcionamiento

adaptativo que muestra un organismo en su entorno habitual. Está definida por constructos

bipolares que proceden de cuatro principios evolutivos básicos:

1) Adaptarse y sobrevivir son objetivos comunes en

todos los individuos de todas las especies. 2) Cada especie presenta aspectos comunes

referidos a su estilo adaptativo o de supervivencia. 3) Dentro de cada especie existen diferencias de estilo y de éxito adaptativo entre sus miembros.

4) El comportamiento es una característica evolutiva con finalidades adaptativas.

Personalidad anormal: estilos particulares de funcionamiento desadaptativo, debido a

deficiencias, desequilibrios o conflictos en la capacidad de un individuo para relacionarse con su

entorno.

Dimensiones o polaridades de la teoría evolutiva: el nuevo modelo propone cuatro dimensiones o ejes básicos fundamentales del desarrollo, aunque los estilos de personalidad se explican por las mismas tres dimensiones del modelo biosocial. Las cuatro dimensiones aparecerían como fases evolutivas en

la vida del individuo de manera secuencial, los llamados principios evolutivos: existencia,

adaptación, réplica y abstracción. A cada principio le corresponde una función de supervivencia, que se estructura según un constructo bipolar. En la

siguiente tabla, sistematizamos sus características: a partir del principio evolutivo/ecológico se deriva una dimensión determinada, que tiene asociadas

unas funciones de supervivencia articuladas en dos polos según su respectivo constructo bipolar.

La teoría evolutiva de Millon aporta no sólo las polaridades y funciones derivadas de las fases

evolutivas consideradas, sino también fases del neurodesarrollo, análogas a la progresión evolutiva,

y características de personalidad articuladas en función (según la fisiología) y estructura (según la

anatomía), y referidas al comportamiento observable, la conducta social, los procesos cognitivos y los mecanismos inconscientes.

Descripción de la estructuraEn la descripción de la estructura, Millon mantiene la perspectiva de integración teórica: del modelo

psicodinámico extrae categorías descriptivas referidas a los mecanismos de defensa (a menudo

inconscientes), las representaciones objetales (derivadas de las experiencias tempranas con los

cuidadores) y la imagen de uno mismo; del modelo cognitivo, la imagen de uno mismo y los estilos

cognitivos; del modelo interpersonal, la imagen de uno mismo y el comportamiento interpersonal, y

del modelo biológico, el temperamento y el estado de ánimo.