lovecraft, h. p. - correspondencia

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Carta 27 A Reimhart Kleiner 14 de octubre/1917 Mi estimado Kleiner: . . . . . Para mí, una buena película es por demás mu cho más aceptable que un pobre o empobrecido drama teatral, y soy un cliente regular del Strand Theater, cuyos administradores me han incluido en su lista de correos para enviarme folletos y noticias de películas a estrenar. Chaplin se ha visto enormemente obstaculizado en el pasado por el execrable gusto de sus directores. Nadie que lo haya visto en diez de las viejas comedias Keystone, puede haberlo hecho sin considerarlo algo desagradable; más tarde, el comediante, ya idóneo a partir de aquéllas, verá que su experiencia en las mismas apenas le servirá de algo. El tiempo lo capacitará para refinar su individualidad en mayor grado por sobre los lugares comunes y las convenciones de la bufonería cinematográfica. Fairbanks, tal como usted dijo, tiene sin lugar a dudas mucho menos de genio real. Tengo afición por sus películas y voy a verlas porque hay en ellas algo sano, de lo cual los filmes de Chaplin carecen, en ocasiones. La atmósfera de mugre y miseria a veces oscurece los méritos de las interpretaciones de Chaplin. Después de un tiempo, una mirada ya fastidiada se cansa de ver harapos y suciedad; y entonces se vuelve agradecida hacia las payasadas del más humano sino menos artístico Fairbanks. Es una vieja máxima en la narrativa y el drama que un héroe debe ser tal que cualquier hombre en el auditorio pueda imaginarse a sí mismo en ese personaje. Fairbanks podría muy bien representar a cualquier viril joven norteamericano, pero, ¿qué espectador podría imaginarse a sí mismo como un Chaplin? Ambos tienen su lugar, y la pérdida de uno u ot ro sería una muy triste para la alegría de todas las naciones. . . . . Soy, mi estimado Sir, Siempre su más obligado, humilde y Obediente Servidor L. Theobald Jr.

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  • Carta 27

    A Reimhart Kleiner 14 de octubre/1917

    Mi estimado Kleiner:

    . . . . . Para m, una buena pelcula es por dems mucho ms aceptable que un pobre o empobrecido drama teatral, y soy un cliente regular del Strand Theater, cuyos administradores me han incluido en su lista de correos para enviarme folletos y noticias de pelculas a estrenar. Chaplin se ha visto enormemente obstaculizado en el pasado por el execrable gusto de sus directores. Nadie que lo haya visto en diez de las viejas comedias Keystone, puede haberlo hecho sin considerarlo algo desagradable; ms tarde, el comediante, ya idneo a partir de aqullas, ver que su experiencia en las mismas apenas le servir de algo. El tiempo lo capacitar para refinar su individualidad en mayor grado por sobre los lugares comunes y las convenciones de la bufonera cinematogrfica. Fairbanks, tal como usted dijo, tiene sin lugar a dudas mucho menos de genio real. Tengo aficin por sus pelculas y voy a verlas porque hay en ellas algo sano, de lo cual los filmes de Chaplin carecen, en ocasiones. La atmsfera de mugre y miseria a veces oscurece los mritos de las interpretaciones de Chaplin. Despus de un tiempo, una mirada ya fastidiada se cansa de ver harapos y suciedad; y entonces se vuelve agradecida hacia las payasadas del ms humano sino menos artstico Fairbanks. Es una vieja mxima en la narrativa y el drama que un hroe debe ser tal que cualquier hombre en el auditorio pueda imaginarse a s mismo en ese personaje. Fairbanks podra muy bien representar a cualquier viril joven norteamericano, pero, qu espectador podra imaginarse a s mismo como un Chaplin? Ambos tienen su lugar, y la prdida de uno u otro sera una muy triste para la alegra de todas las naciones. . . . .

    Soy, mi estimado Sir,

    Siempre su ms obligado,

    humilde y Obediente

    Servidor

    L. Theobald Jr.

  • Carta 41

    A Alfred Galpin Noviembre/ 1918

    Roma: Siglo XIV Ka; Nov.: M. Rinostio Clius: A Galpinio Secundo. Coss

    L. METADIUS. CAELO. A GALPINIO SECUNDO S.D.

    SI. TV. VALES. BENE. EST. EGO. QUOQUE. VALEO.

    Continuando en la lnea de lo dramtico, pero ascendiendo en la escala varios grados, encuentro en Hamlet un personaje muy absorbente, al igual que usted. Es difcil para m darle una estimacin u opinin originales dada la abundante existencia de ambas cosas por parte de otros comentaristas; no obstante, descubro en Hamlet una mentalidad rara, delicada, casi potica, plena de los ms elevados ideales y lastrada con el error (algo comn en todos los personajes gentiles y apocados, a menos que su temperamento sea cientfico y predominantemente racional ---- lo cual es ms extrao en el caso de los poetas), deca, lastrada por el error de que toda la humanidad se aproxima a un nivel tal como l la concibe. Sin embargo, de inmediato, la inherente irracionalidad del hombre llega a ser evidente para s bajo las circunstancias ms agotadoras para el alma humana; exhibindose por s misma no en el mundo lejano sino en las personas de su madre y su to, de manera tal como para convencerlo de forma ms repentina y vital que cualquier dios existente para la humanidad.

    Bien puede cuestionar la existencia cuando la perfidia de aqullos a quienes tena razones para creerles los mejores entre los mortales obstaculiza cruelmente tales circunstancias al enterarse de la verdad. Habiendo fundamentado sus teoras de la vida en concepciones medievales y pragmticas, es a partir de entonces que ese algo sutil empuja a las personas a seguir por los derroteros ordinarios; especficamente, Hamlet llega al convencimiento que los motivos usuales y los propsitos de la vida no son sino apenas algo ms que bagatelas o ilusiones vacas. Ahora bien,

  • esto no es Locura ---- me enferma escuchar a crticos estpidos y superficiales parlotear acerca de La Locura de Hamlet. En realidad, es un destello de Verdad Absoluta. No obstante, a los efectos, tal cosa se aproxima a un trastorno o desarreglo psquico. La razn sigue intacta, pero Hamlet percibe que ya no tendr ninguna oportunidad de aplicarla. Percibe los elementos y objetos en derredor suyo, sus interrelaciones mutuas y para consigo mismo, tan claramente como antes; pero su nuevo nivel de consideracin para con los mismos, y su falta de deseo o propsito a seguir un curso ordinario de las cosas, imparte a su punto de vista una irregularidad tan irnica y despectiva que podra ser muy bien considerado como un demente por error. . . . .

    Vale: L. Metadius Caelo.

  • Carta 54

    El Gallomo (a Galpin, Lovecraft y Moe) Providence, R.I.

    Martes, 30 de septiembre/1919

    . . . . . Antiguamente asista al cine con frecuencia, pero ha comenzado a aburrirme. Mi inters reposa ms en la obra que en los intrpretes, y no tengo ningn entusiasmo en especial por cualquier artista de las sombras. Si alguna vez he destacado a ciertas estrellas por sobre el resto, han sido un par de quienes uno ha escuchado relativamente poco ---- Henry S. Walthall y el japons Sessue Hayakawa. Este ltimo era el favorito del ms joven de mis primos. Walthall posee potencialidades trgicas que en raras ocasiones son utilizadas en la escena. Su papel en El Nacimiento de una Nacin, aunque uno principal, fracasa en hacerle justicia. Podra crear una sensacin especial si dramatizase algunos relatos de Poe ---- puedo imaginarlo como Roderick Usher o el personaje central de Berenice. Nadie ms en el mundo del cine puede repetir los perfiles de ese absoluto, espantoso terror o demonaca malignidad. Hayakawa es excelso. Con un pathos trgico, podra elevarse tal como si fuese un hombre blanco. No me sorprendera si tuviese un atisbo de sangre blanca en alguna parte. Ambos, tanto Walthall como Hayakawa, son demasiado buenos para las pelculas ---- y deberan ser reconocidos ms ampliamente.

    . . . . . Los orientales deberan quedarse en su oriente nativo hasta la cada de la raza blanca. Tarde o temprano, una gran guerra japonesa tendr lugar durante la cual, segn creo, deber efectuarse la virtual destruccin del Japn en inters de la seguridad de Europa. Los chinos, siendo ms numerosos, son una amenaza que se encuentra a un futuro todava ms distante. Probablemente seran quienes exterminaran a la civilizacin caucsica, pues su nmero es asombroso. No obstante, tal cosa se halla demasiado lejos para considerarla hoy en da. . . . .

    Soy, caballeros, suyo y obediente,

    M. Lolius.

  • Carta 59

    A Reinhard Kleiner 27 de diciembre/1917

    Estimado San Juan (St. John)

    . . . . . Todo el asunto es de una vasta singularidad y misterio, y en mis manos el cuento llegara a convertirse en una historia de horror con un muy diferente tipo de desenlace. Debera haber hecho que la mujer hubiese vislumbrado extraas visiones de un conocimiento perteneciente a un pasado inmemorial, unido a su vez con una cierta combinacin de horror y desprecio por la vejez. Debera haberla hecho sentir, en ocasin de una recorrida a travs del Museo Metropolitano de Arte, un curioso temor cuando la confrontara con una inscripcin particular en una piedra egipcia. Luego debera haber hecho que un amigo de Pars, llammosle Mr. Duval, se encontrase con ella y dando un salto retrocediese aterrorizado ---- nunca atrevindose a explicar completamente la causa de ese terror ---- para que poco despus murmurase que ella se parece extraamente a una miniatura que su bisabuelo llevaba en un relicario, y que estaba relacionado con una peculiar leyenda familiar no muy agradable de describir. Luego, debera haber hecho que el protagonista se diese cuenta a la maana siguiente, mirndose en el espejo, que estaba tornndose ms viejo de forma alarmante e inexplicable ---- y que el rostro que unos meses atrs era el de un joven, ahora era el de un hombre de cuarenta. l le habla de esto a ella y su risa le produce un escalofro que le recorre toda la espalda ---- y percibo que aparenta ser ms joven que cuando la conociera por primera vez. Luego, ese amigo procedente de Pars percibe el cambio en aqul, y en ella ---- y tal cosa lo hace reflexionar seriamente. Enva por algunos documentos a su ancestral castillo de Vanclouse ---- relacionados con asuntos financieros, le dice a un amigo ---- cuando un da lo sorprende en medio de una pila de papeles amarillentos debido al paso del tiempo. Entonces comienza a sospechar que tiene el hbito de seguirlo y tambin a la mujer ---- incluso ha temido que pudiese intentar seguirle la pista hasta

  • descubrir dnde vive. Un da, la mujer desaparece, y poco despus el amigo regresa a Francia. Entonces, tres meses ms tarde, el protagonista adquiere un ejemplar de El Judo Errante, en Ann Street, y descubre en la hoja de diario que le sirve como envoltorio la siguiente noticia, acontecida tres meses atrs:

    Misterio en una pensin del East Side

    La polica se encuentra desconcertada ante los eventos ocurridos en el 136 East 25 Street. Las autoridades andan en busca de una mujer joven, una anciana y un hombre joven, de quienes se cree tienen conocimiento acerca de un esqueleto encontrado anoche en el departamento de la mujer joven ubicado en la direccin del 136 East 25 Street. La joven mujer, conocida como Miriam Smith, haba alquilado el lugar haca dos aos atrs, y segn parece era una empleada de oficina o vendedora. Descripta como una atractiva morena, de aspecto melanclico en cierta medida, habitualmente vesta de negro y llevaba un crucifijo de plata. Sufra de una dolencia desconocida, evidentemente del corazn, pero su aspecto se haba mostrado extraamente mejorado, ms saludable, y pareca mucho ms joven que antes. La anciana y el hombre no eran conocidos en la vecindad.

    Anoche, alrededor de las once, Miss Smith fue vista entrando en su departamento y una luz apareci inmediatamente en su ventana. Cinco minutos ms tarde, un hombre joven bien parecido y de ropas elegantes la sigui al interior del edificio. Los inquilinos reportaron haber escuchado voces hablando en voz alta dentro del departamento de la Smith, seguidas por una serie de gritos demasiado espantosos para ser descriptos. As, Mr. Indor Fitzpatrick, quien vive cruzando la calle, asegura haber visto en la ventana a una anciana de largo y ondulante cabello blanco agitando sus manos frenticamente. Inmediatamente despus, el hombre joven abandon muy de prisa la casa y se lo vio caminar rpidamente en direccin a Madison Square. Los quejidos provenientes del departamento de Smith ameritaron una investigacin por parte del casero, Patrick J. Cohen, quien luego de fracasar en obtener respuesta ante sus insistentes llamados a la puerta, hizo derribar la misma por el oficial Mo. Goldstein, del precinto Nro. . . En primera instancia, los investigadores se vieron sobrecogidos por la espantosa hediondez que emanaba del lugar; empero, luego entraron y

  • descubrieron un esqueleto en el piso, en apariencia muy viejo, dado que los huesos se convirtieron en polvo al ser tocados por los miembros de la patrulla. No se encontraron rastros de la joven mujer, aun cuando no se la haba visto salir del departamento. De la anciana vista por Mr. Fitzpatrick tampoco pudo verse o encontrarse nada. El esqueleto no llevaba ninguna sea en particular, pero se supuso que era de una mujer. Una mano que pareca haberse elevado hacia su garganta aferraba un crucifijo de plata.

    Perdn por dejar volar mi fantasa ---- pero los misterios siempre estimulan mi imaginacin. Me parece demasiado malo el dejarlos pasar sin que provean material para un cuento de lo grotesco y lo arabesco. Me temo que si yo intentara ser el hombre de una mujer como lo eres t, ofendera a todas esas personas encantadoras que me aprecian desde el principio por sumergirlos en historias tan terribles y macabras! Pero afortunadamente, los escritores de horror no son a menudo los hombres de sus mujeres ---- a pesar de la aficin de Poe por lo bello.-

  • Carta 87

    The Gallomo (A Galpin, Lovecraft y Moe)

    Viernes 12 de septiembre/ 1921

    Alrededor de las seis de la maana de ayer, mientras conclua toda una sesin nocturna de literatura en mi escritorio, me detuve en la cocina para asegurarme mi segunda y solitaria comida. Quizs t sepas que soy un comensal singularmente frugal tomando tan solo una comida sustanciosa, y luego un almuerzo a base de leche y galletitas preparado por m mismo para todo el da. . . Entonces, me pareci escuchar una especie de sonoro crujido, mientras vea cmo se juntaba una suerte de polvillo color gris. Antes que pudiese levantar mi adormilada cabeza e hilar mis pensamientos algo ms sucedi a esa caja craneana anteriormente mencionada ---- oh, de repente y sin previo aviso, el techo del cosmos estall y se abati sobre el pobre Abuelo!!! . . . El mismo me golpe aplastndome contra la mesa, sepultndome a m y a esta ltima en un indescifrable caos de escoria y lava. Justo donde careca de una proteccin real anti-choque debida al cabello, el cual necesitar cortarme despus de esto, la luna dej caer plidas calas de luz sobre tu abuelo Muerto! As, estoy seguro entonces que fui bautizado con polvo, bien que no con polvo de estrellas! Dejando todo simbolismo a un lado, lo que realmente sucedi fue esto: el enyesado del techo se haba aflojado perversamente y cay directamente sobre la gris cabeza de este comensal solitario! Fue algo desastroso, segn mi opinin! La habitacin luca como la devastada Blgica, en tanto yo trataba de sobrevivir a travs de una cortina de sangre que brotaba cayendo desde mi coronilla lastimada. Pero me dediqu a salir de all haciendo a un lado la idolatra del polvo y los escombros, y finalmente me libr por m mismo de los finos cascotes de yeso que me haban cubierto por completo. Al presente, me siento muy bien, relativamente hablando. La herida est sanando, pero te aseguro que est hecha una belleza! Por otra parte, pronto

  • vendr a trabajar toda una banda de yeseros ---- no sobre m, sino en la cocina. . .

    Tu ms obligado y obediente servidor

    Henry Paget Lowe.

  • Carta 94 14 de diciembre/ 1921

    Venerado Visconde: ------

    Nyarlathotep es una pesadilla ---- un fantasma real propiamente mo, con el primer prrafo escrito antes que hubiese despertado por completo. ltimamente me haba estado sintiendo de manera execrable ---- semanas enteras transcurriendo sin alivio para el dolor de cabeza, sufriendo tambin mareos y vrtigo; luego, por mucho tiempo, un perodo de tres horas fue mi lmite mximo para llevar a cabo un trabajo continuo (me siento mejor ahora). Sumado a mi persistente estado de postracin tuve un desacostumbrado problema ocular que me oblig a dejar los libros con letra pequea ---- fue una curiosa tirantez de nervios y msculos que me inquiet bastante durante las semanas que persisti. En medio de esa especie de penumbra lleg la pesadilla de las pesadillas ---- la ms realista y horrible que hubiese experimentado desde que tena diez aos ---- una cuyo absoluto horror y terrorfica capacidad de provocar el miedo apenas podra siquiera reflejar en mis escritos ms fantsticos. . . . . La primera parte fue una sensacin general de infinito temor ---- un terror vago que semejaba ser universal. Me pareci estar sentado en mi silla vestido con mi vieja bata gris leyendo una carta de Samuel Loveman. La carta era increblemente real ---- delgada, con una hoja de 8 por 13, con letra manuscrita, tinta violeta, y todo lo dems ---- y su contenido aparentaba ser magnfico. El soado Loveman haba escrito:

    No dejes de ver a Nyarlathotep si llega a Providence. Es horrible ---- ms horrible que cualquier cosa que puedas imaginar ---- sin embargo, es maravilloso. Posteriormente, su visin te perseguir durante horas. An me estremezco despus de lo que me mostr.

  • Nunca haba escuchado el nombre de Nyarlathotep, pero cre entender la alusin. Nyarlathotep era una especie de comediante o conferencista itinerante que se presentaba en salas pblicas y levantaba amplios temores y discusiones con sus exhibiciones. Tales presentaciones consistan de dos partes: la primera, una horrible ---- posiblemente proftica ---- sesin de cine de una bobina; y ms tarde, algunos extraos experimentos con aparatos cientficos y elctricos. En tanto recib la carta, me pareci recordar que Nyarlathotep ya se encontraba en Providence, y que era la causa de ese miedo estremecedor que haba surgido en toda la poblacin. Me pareci recordar que las personas me haban susurrado con una mezcla de temor y admiracin sus horrores, y me previnieron que no me acercase a l. No obstante, la carta en el sueo escrita por Loveman me decidi y comenc a cambiarme de ropa para dirigirme a la ciudad con el propsito de ver a Nyarlathotep. Los detalles son completamente vvidos ---- haba tenido problemas con el nudo de la corbata ---- pero aquel indescriptible terror hizo a un lado todo lo dems. Mientras dejaba la casa, vi multitudes de hombres caminando lenta y pesadamente en medio de la noche, todos murmurando, susurrando aterrorizados, fluyendo en una sola direccin. Los segu unindome a ellos, atemorizado aunque ansioso de ver y escuchar al grande, al oscuro, al impronunciable Nyarlathotep. Despus de eso, el sueo sigui el curso de la historia adjunta casi exactamente, salvo que no prosigui ms lejos. En efecto, un momento despus, me vi lanzado dentro de las fauces de un negro abismo entre la nieve, y gir tempestuosamente como envuelto en un remolino cayendo hacia un vrtice con sombras que alguna vez haban sido hombres! Yo agregu la conclusin macabra por el bien del efecto en cuanto al clima y la terminacin literaria. Mientas era arrojado al interior del abismo emit un terrible alarido (pens que debi ser audible; sin embargo, mi ta me dijo que no lo escuch), y aquella imagen ces. Senta un gran dolor en general ---- me martillaban las sienes y me zumbaban los odos ---- pero tuve un nico y automtico impulso ---- escribir y preservar la atmsfera de ese temor incomparable, y antes que lo supiera, ya haba encendido la luz y me haba puesto a escribir desesperadamente. Tena muy poca idea acerca de lo que estaba escribiendo, de modo tal que despus de un tiempo desist y me fui a lavar la cara. Cuando me sent completamente despierto, record la totalidad de los incidentes, pero haba perdido esa exquisita sensacin de temor ---- esa real sensacin acerca de la presencia de lo horrorosamente desconocido.

  • Echando una mirada a lo que haba escrito, me sent asombrado debido a su coherencia. Encerraba el primer prrafo del manuscrito adjunto, y tan solo haban sido cambiadas tres palabras. Habra deseado continuar en ese mismo estado subconsciente, pero aunque hubiese continuado inmediatamente esa emocin, esa sensacin primera se haba perdido, y el terror se hubiese convertido en un asunto de creacin artstica a nivel consciente.

    La otra obra ---- Celephais ---- agrupa una gran cantidad de mis sueos recientes entramados en una suerte de pathos. Es la primera historia no relacionada con el horror que escrib desde The White Ship (El Barco Blanco). Los tres restantes no son fantsticos, sino del tipo espantosamente realista ---- el ltimo, el cual inclu antes de ayer, es ms que nico. Me pregunto qu pensar Loveman del mismo. Su ttulo es The Picture in the House (La Pintura en la Casa), y gira sobre un muy antiguo grabado realizado por los hermanos De Bry ---- Lmina XII del Regnum Congo, de Pigafetta, impreso en Frankfort en 1598. Por favor, asegrese de devolver los originales adjuntos ---- son las copias originales a mquina que irn al editor, si es que puedo hallar a tal persona. Supongo que es absurdo para m tratar de escribir dado que no existe demanda alguna por mi trabajo; no obstante, el placer est en la creacin de las imgenes y no podra evitar hacer el trabajo de corrector aunque lo deseara.- Su ms Obediente Servidor

    L: Theobald Junr.

  • Carta 116

    A Clark Ashton Smith

    Mi estimado Smith,

    Me hace de veras feliz que la prensa californiana sea cordial con el libro ---- aun cuando los crticos hayan de reservarse todo un surtido de comparaciones y se permitan el lujo de algunas estupideces ocasionales. Ya es algo que reconozcan poesa aun cuando sea que la vean remotamente! Los crticos son como animales entrenados escogiendo ciertos tipos de imprenta y ciertos signos, pero son indiferentes a las precisiones y los matices. Deles un relato macabro y ellos gritarn Poe! O quizs alguno de ellos ---- en la costa ---- haya escuchado hablar de Ambrose Bierce. Deles una porcin de satanismo versificado, y si ellos pueden reprimir mencionar automticamente Poe, dirn que nunca se han olvidado del bueno y viejo Charles Pierre! Lo que realmente tendr significado e importancia para su reconocimiento ltimo es la noticia que Galpin est logrando que las verdaderas revistas lo hagan. Si tiene xito, tal como creo que probablemente lo tendr, el mundo habr tenido la buena fortuna de descubrir a un nuevo inmortal! Entonces sus libros aparecern en ediciones estndar y no tendr que preocuparse ms por el uso de tipografa rural y una circulacin limitada! Me gustara una edicin adecuada de su poesa completa, ilustrada por usted mismo.

    Me siento feliz que a sus amigos les gustase Dagn ---- el cual fue escrito en 1917, y es la segunda historia que escrib ese ao, luego de nueve aos de silencio. En 1908, cuando tena dieciocho aos, me sent disgustado con mi falta de tcnica y quem todos mis cuentos (cuyo nmero era infinito); no obstante, resolv quedarme con dos (qu pensamiento divertido!) para verterlos en poesa, en el futuro. Entonces, aos ms tarde, publiqu ese par de historias llenas de exageraciones en una publicacin de aficionados donde fueron tan bien recibidas que comenc a considerar que deba continuar. Finalmente, un editor y crtico aficionado llamado W. Paul Cook (Loveman podr hablarle acerca de l)

  • me incit hasta alcanzar el punto de una produccin ms real, y The Tomb (La Tumba) ---- con toda su rigidez ---- fue el resultado. Luego sigui Dagon ---- y me disgust admitir que difcilmente he sido capaz de igualarlo desde entonces. Mis tres cuentos favoritos son Dagon, Randolph Carter y The Cats of Ulthar (Los gatos de Ulthar). Tan solo deseara que la hiprbole de su amigo ---- alcanzando a Poe y Bierce ---- fuese verdad, pero una observacin realista me ha otorgado una abundante humildad! Si alguna vez las cosas llegan a estar bajo la mirada de Sterling, djeme rogar por una mayor indulgencia de la que merezco! La peor desventaja para una tarea de escritor es la prisa. Doy lo mejor de m cuando tengo un ilimitado tiempo por delante y puedo vivir completamente sumergido en las escenas que estoy imaginando.

    Me hace feliz que le gustase Dunsany ---- cuyos mritos nunca he sido capaz de inculcar, ya sea en Loveman o Galpin. Ciertamente me hallaba bajo su influencia durante el invierno de 1920/21 ---- nunca he tenido una alegra tan grande que descubrirlo un da de septiembre de 1919! CELEPHAIS, SARNATH, IRANON, THE WHITE SHIP (El barco blanco) ---- y LOS OTROS DIOSES (The Other Gods), los cuales usted an no ha visto, son mis cosas mayormente dunsanianas. Puede que haga todava algunos regresos ocasionales a su vena narrativa, pues el encanto de Dunsany es infinito ---- tanto como que intent colarlo en una conferencia para uno de esos debates de periodistas aficionados en Boston el ao pasado.

    He ledo todo lo perteneciente a Dunsany, con excepcin de su nueva novela ---- la cual he comprado justamente y a la que pienso digerir tan pronto como tenga un segundo para hacerlo. Lo que ms me gusta de Dunsany, por sobre todo, es A Dreamers Tales (Cuentos de un soador). Las obras teatrales me atraen menos que los relatos y la obra de Dunsany ms reciente tiene menos atractivo por esa acrecentada nota de visible irona, humor y sofisticacin. Espero que Don Rodrigo represente un regreso a su primera narrativa. Vi a Dunsany en 1919 cuando ofreci conferencias en Boston. Es la ms saludable y encantadora persona imaginable.

    Ms cordial y sinceramente suyo

    H. P. Lovecraft

  • Carta 122

    A James F. Morton 8 de mayo/1923

    Monarca de dioses, demonios y todos los espritus!

    Oh, s. . . . . en realidad soy horrorosamente humano y amo a toda la humanidad, y toda esa clase de cosas. La humanidad es verdaderamente asombrosa ---- cuando se la mantiene a una distancia apropiada. Y si los hombres ordinarios se comportan bien, son realmente muy tiles. Uno es un cnico solo cuando piensa. En tales ocasiones, el rebao parece disgustarse un poquito porque cada miembro del mismo siempre est tratando de daar al otro, o est refocilndose porque algn otro ha sido lastimado. Infligir dolor parecer ser el deporte principal de las personas cuyos gustos y placeres corren paralelos con los eventos ordinarios o placeres y recompensas inmediatos de la vida ---- o sea, la animalstica (si uno puede utilizar un trmino tan corrompido con asociaciones homilacas) o gente mundana perteneciente a nuestra absurda civilizacin. . . . . Yo puedo ser humano, correcto, muy cierto, pero no lo suficientemente humano como para sentirme feliz ante la desgracia de cualquiera. Me siento ms que apenado (no externa aunque s genuinamente) cuando el desastre se deja caer sobre una persona ---- apenado porque eso da al obsceno, inmundo rebao demasiado placer. Para ser alguien que realmente odia, uno debe odiar en masa. Yo odio a los animales como los rinocerontes Haugton ligera y temperamentalmente; pero por la humanidad como humanidad, tengo, artsticamente hablando, un ms que feroz desprecio y aborrecimiento; escupo sobre ella!

    El natural odio y aborrecimiento por la bestia humana puede ser sobrellevado tan solo por algunos pocos especmenes de buena herencia y crianza, a travs de una transferencia de intereses para con esferas abstractas y una subsecuente sublimacin de una furia sdica universal. Todo lo bueno en el hombre es artificial; y aun as, lo bueno es muy poco

  • consistente e inestable, a partir que 9 de cada 10 individuos no-primitivos proceden de inmediato a capitalizar su ascetismo, a desahogar su sadismo por medio de una brutalidad victoriana menospreciando, ridiculizando a todos aqullos que no emulan su pose. Los puritanos son probablemente ms despreciables que las bestias primitivas, aunque esa clase tampoco merece mucho respeto. De hecho, encontramos muy poco dentro del carcter humano que obligue a nuestro respeto. Ese es el por qu, en tanto a m me agrada respetar a la gente a travs de mi propio y singular divertimiento, invariablemente juzgo a un hombre por su corbata. A veces pienso que las corbatas son la nica realidad de la vida. Y la vida es tan sincera y seria! . . . . .

    Esta noche voy a acompaar a mis tas a ver La Escuela del Escndalo, de Sheridan, la cual no he visto desde que asist a Drury Lane en 1777. . . . .

    Su honorable y obediente servidor

  • Carta 123

    A Clark Ashton Smith 25 de mayo/ 1923

    568 Angell St.

    Mi estimado Smith:

    Mi carta enviada desde Salem el ltimo mes intentaba de manera limitada expresarle el delirante deleite y desbordante entusiasmo y admiracin que bano y Cristal produjo en m. . . Esto es genial, si es que lo genial existi alguna vez! Tal como dije antes, no existe ningn autor sino usted mismo quien parece haber vislumbrado plenamente esos tenebrosos eriales, abismos inconmensurables, grises pinculos infinitos, esqueletos derruidos de ciudades olvidadas, ros desbordados por cipreses estancados y limosos, indefinibles, antiguos jardines infestados de extraa decadencia con los que mis propios sueos han estado atestados desde la ms temprana infancia. Leo su obra como la crnica de la nica otra mirada humana que ha visto las cosas que yo he visto en planetas lejanos. Y las abstracciones de The Lurker in the Threshold! (El que acecha en el umbral). Ya le he mencionado cmo me impresion el grifo mirando fijamente hacia el abismo y ahora he visto la tercera ilustracin ---- con ese sobrenatural y espantoso bosque de innombrable vegetacin. Ese dibujo es maravilloso ---- no solamente en cuanto a concepcin escnica, sino dentro de una casi diablica habilidad tcnica ---- y no puedo decirle cunto envidio tanto su genio pictrico como literario! No he visto an el cuarto y ltimo dibujo, pero lo espero con la expectativa ms intensa. Mientras tanto, me ha deleitado ver su retrato en el ejemplar de marzo de Home Brew y haber obtenido una idea de su aspecto exterior, de ese Emperador de los Sueos ante quien me inclino feliz. Ciertamente el poeta emana de usted a cada pulgada ---- lo cual no es real en ningn otro poeta que yo conozca, con excepcin de Frank B. Long, jr. . . . .

    **************************************************

  • La obra de Cabell representa una de esas corrientes distintas que parecen percibirse en la literatura moderna ---- por ejemplo, la irnica tergiversacin del lenguaje e imgenes tradicionales en un estilo adaptado a la psicologa contempornea. Las otras dos son el caos simblico como en T. S. Eliot y los imaginistas, y el absoluto y espantoso realismo como en Sherwood Anderson y Ben Hetch. No tengo aficin por ninguna de tales cosas, aunque reconozco su superioridad puramente intelectual ante la sensiblera victoriana.

    ***********************************************

    La magnificencia de The Hashish Eater se encuentra ms all de toda descripcin ---- cunto deseara que los editores locales hayan sido capaces de incluir las bizarras ilustraciones que Loveman me hizo conocer el verano pasado; me deleito en su uso del cosmos como escenario en lugar de hacerlo simplemente con el mundo; usted no puede ---- o luego, usted probablemente s pueda ---- imaginarse las escenas que revolotean a travs de mi mente en versos como:

    . . . . conozco los retoosDe hongos azogados, monstruosos, azulados, yEsa hinchazn en los crteres lunares.Y en una an ms selnica hora me vi sumergidoEn pozos llenos de humo y hediondez! y yo sSon ofrecidos en Urano1 a sus diosesPor criaturas con ojos de topo.

    1: pero, no es esto Urano?

    . . . . las ciegasy monstruosas criaturas descoloridas de un mundo sin sol,Con krakens venidos de los ltimos abismos,Y gorgonas demonacas de la negrura exterior. . . .

  • Estas imgenes tienen un doble atractivo para m porque la astronoma siempre ha sido mi ciencia favorita, y me he dedicado asiduamente a ella desde que tena doce aos. He visto los anillos de Saturno a travs de mi propio telescopio (un instrumento marca Bardon con objetivo de 3 y lentes de aumento de 150 dimetros) y he lanzado mi mirada sobre los horrorosos abismos lunares cuando ninguna atmsfera difusa deforma la negrura nocturna de las sombras distorsionadas. Yo escriba artculos astronmicos mensualmente para un matutino de Providence desde que tena quince aos por un perodo de tiempo que concluy tan solo cinco aos atrs ---- cuando el diario fue vendido a los demcratas. Le enviar uno de los ltimos, de los cuales algunos duplicados sobrecargan los montones de basura que tengo por aqu. No es necesario que me los devuelva. Siempre ha sido mi intencin escribir un conjunto de relatos que involucren otros planetas ---- tanto de este sistema como de los presentes en otras estrellas ---- pero he estado difiriendo el proyecto dada su magnitud. Quiero que las cosas sean fruto de una mente provista de todo el primordial, colorido, mrbido y grotesco saber dentro del conocimiento literario ---- pero hasta ahora mis lecturas han tenido lagunas lamentables. Nunca haba echado mano al Vathek hasta 1921, y todo lo concerniente a Hoffmann es algo an pendiente para m. Los poemas en prosa de E. y C. son ciclpeos! Soy especialmente aficionado a esta forma literaria y usted se ha probado a s mismo como un maestro. La Flor del Diablo me sumerge en extraos sueos como producto de una droga, y Los Colosos de la Noche nunca escaparon de las criptas de mi memoria. Algunas imgenes me persiguen ---- Lirios semejantes a murcilagos que abren sus nervados ptalos durante la noche y clavan sus minsculos dientecillos amarillos sobre los cuerpos de somnolientas liblulas. Y luego ese verso . . . . . Pesadilla . . . . . Formas.Con monstruosas alas gticas abovedaron la noche.

    No obstante, podra cubrir hoja tras hoja con elogios exaltados, entusiastas, y aun as fracasara en tratar de expresarle todo mi aprecio y admiracin. He ledo a mi ta algunas de sus obras en voz alta, y a pesar de su tendencia general hacia el realismo, no ha podido escapar al sobrecogedor hechizo de sus cacodemonacos encantamientos, y finalmente llegar a convertirse en una admiradora!

  • Ms que cordial y sinceramente suyo,

    H. P. Lovecraft

  • Carta 132

    A James Morton

    . . . . . No tengo opiniones. No creo en nada. Pero acepto por el momento cualquier opinin que me divierta o sea contraria a la persona o personas que estn frente a m. Ejem. El cinismo y escepticismo aumentan, y por una causa completamente nueva: la teora de Einstein. Las ltimas observaciones del eclipse parecen ubicar este sistema entre los hechos que no pueden ser soslayados. Concretamente, le quita ese ltimo asidero que la realidad o el universo puedan tener sobre el pensamiento libre. Todo es azar, accidente o ilusin efmera ---- una mosca puede ser ms grade que Arturus, y la colina de Durfee puede sobrepasar en altura al Everest ---- aceptando que sean desplazados de este planeta y ubicados en un entorno completamente diferente dentro del continuum del espacio-tiempo. No existen valores en todo el infinito ---- la idea ms pequea que pueda existir es la burla ms grande de todas. Todo el cosmos es una broma y tan solo conviene tratarlo como tal, siendo una cosa tan cierta como la otra. Creo en todo y en nada ---- porque todo es caos, siempre lo ha sido y siempre lo ser. La comodidad, la diversin ---- estas son las nica cualidades, categoras relativas capaces de ser clasificadas como valores.-

  • Unda o la Novia del Mar

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    Respetuosamente dedicada sin permiso a:

    Maurke Winter Moe. Esq.

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    Un aburrido, oscuro, horrendo delirio dactlico de diecisis imbciles, incoherentes y enfermizas estanzas

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    (U$ 5.000.00 de recompensa por la captura, viva o muerta, de la persona o personas que puedan probar que Esto es Obra de:

    Howard Philips Lovecraft

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    Ego, conis, lunaus como.

    MAEVIUS BAVIANUS

    Negros se perfilan los riscos de las altas mesetas atrs de m. Oscuras las arenas de las playas lejanas. Borrosos los senderos y peones que me recuerdan Aos de tristeza en esa perdida tierra de nunca-jams. Suave chapotea el ocano con sus olas sobre el terso canto rodado; Dulce es su sonido y familiar para m. All con su cabeza dulcemente inclinada sobre mi hombro, Caminaba yo con Unda, la Novia del Mar.

  • Brillante fue la alborada de mi juventud cuando la conoc, Dulce como la brisa que soplaba sobre el pilago. Velozmente fui atrapado por las frreas cadenas del Amor, Feliz de ser suyo, feliz que fuese ma. Jams una pregunta ma mientras ella deambulaba, Jams una pregunta suya sobre mi cuna; Felices como nios, no pensbamos ni meditbamos, Felices con los dones de la tierra y el mar. Una vez cuando la luna jugaba gentil entre las olas, En lo alto del acantilado por sobre las aguas nos detuvimos, Su cabello enlazado con una guirnalda de sauce, Arrancada junto al manantial del bosque encantado por los pjaros. Extraamente mir hacia las olas golpeando all abajo, Atrada por su sonido o cautivada por la luz. Y as las aguas cobraron un aspecto salvaje, ligado a ella, Sombro como el ocano y misterioso como la noche. Framente me dej, atnito y sollozando, De pie, solo entre las regiones que ella bendeca: Cayendo, siempre cayendo, a medias deslizndose, a medias arrastrndose La dulce Unda sustrayndose en busca del mar. El ocano entr en calma, y su tumultuoso batir Se torn en suave oleaje, mientras Unda la bella Pisaba las hmedas arenas con afectuoso ademn Insinundose, para no estar ms all! Mucho tiempo err por las playas donde ella desapareci; La luna apareca en lo alto, y descenda otra vez El gris daba pie al alba hasta que la triste noche se desvaneca, Y an entonces mi alma era atormentada con infinito dolor.

  • Por todo el mundo err buscando a mi amada, Explor los desiertos lejanos y navegu los mares distantes. Una vez sobre las olas mientras la tempestad ruga, Relampague ese bello rostro que paz y quietud traa. Tropezando siempre hacia adelante, mi descanso, Buscando y sealando, apenas prestando atencin a mi camino, Ora me dirig donde las extensas aguas surgen, Volviendo a la escena de aquel ayer perdido. Mirad! Desde la difusa niebla del ocano la roja luna Surge a la vista con ominosa grandeza, Extrao es su rostro ante mis torturados ojos dirigidos Sobre las vastas distancias plenas en destellos de azul. Partiendo desde la luna hacia la playa donde yo suspiraba Discurri un brillante puente, hecho de rayos y algas ligeras Frgil podra ser, aun cun simple fuera el intento; El errar de la tierra al dulce orbe de los sueos. Acaso era mi rostro apareciendo a la luz de la luna!; Finalmente haba encontrado a la doncella perdida? Sobre aquel puente de luna mi andar se acercaba a Ella cuyos dulces gestos apresuraban mis pasos. Las corrientes me rodean, me agito entre sueos, A lo lejos por el sendero lunar busco el dulce rostro. De prisa, respirando hondo, a medias jadeando, a medias orando, Voy en busca de aquella visin de gracia. Las murmurantes aguas se cierran sobre m, Gentil es la dulce visin que hacia m avanza: He cumplido todas las pruebas; mi corazn est a salvo, Reposo con mi Unda, la Novia del Mar.-