hongos de yuggoth y otros poema - h. p. lovecraft

7/21/2019 Hongos de Yuggoth y Otros Poema - H. P. Lovecraft

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Este libro es una seleccin d

poemas fantsticos de H. PLovecraft, encabezado por e

poemario Hongos de Yuggoth.


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H. P. Lovecraft

Hongos deYuggoth y otros

poemasfantsticos


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ePub r1.0

Blok 25.10.14


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Ttulo original:Fungi From Yuggoth &Other Poems

H. P. Lovecraft, 1971

Traduccin: Juan Antonio Santos & SoniaTribaldosRetoque de cubierta: mininogris

Editor digital: Blok

ePub base r1.2


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HONGOS DE

YUGGOTH


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I

EL LIBRO

era oscuro y polvoriento, un rincn

perdidoberinto de viejas callejuelas junto a losmuelles,

an a cosas extraas tradas de ultramar,riosos jirones de niebla que el vientodel Oeste dispersaba.

stales romboidales, velados por elhumo y la escarcha,apenas ver los montones de libros,

como rboles retorcidos


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dose del suelo al techo ventisquerosaber antiguo que se desmoronaba aprecio de saldo.

echizado, y de un montn cubierto deelaraasvolumen ms a mano y lo hoje al azar,

do al leer raras palabras que parecanguardarecreto, monstruoso para quien lo

descubriera., buscando algn viejo vendedoraimado,

contr el eco de una risa.


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II

PERSECUCIN

el libro apretado bajo el abrigo,

ndolo como poda en semejante lugar,s apretaba el paso por las viejas callesdel puerto

do con recelo la cabeza a cada instante.s sombras y furtivas de tambaleantescasas de ladrillo

n extraamente mi paso apresurado,sar en lo que cobijaban ansiviolentamenten redentora de puro cielo azul.


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e haba visto cogerlo y sin embargohueca segua resonando en mi aturdida

cabeza,

me adivinar qu mundos nocturnos demaldadan en aquel volumen que haba

codiciado.no se me haca extrao, los murosdemenciales

spalda, en la distancia, se oan pasosnvisibles.


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III

LA LLAVE

u vericuetos en la desolacin

llas extraas callejuelas portuarias melevaron a casa,mi porche tembl, lvido con la prisa

ar y echar el cerrojo a la pesada puertalibro que indicaba la va secreta

avesar el vaco y las pantallas

suspendidas en el espaciontienen a raya a los mundos sindimensionesan a los eones perdidos en su propio


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dominio.ra ma la llave de aquellas vagasvisiones

as contra el sol poniente y bosquescrepuscularesciernen borrosas sobre los abismos, m

all de las precisionestierra, acechando como Memorias denfinitud.

era ma, pero mientras estaba allsentado, musitando,ventana del desvn bajo una leve

presin.


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IV

RECONOCIMIENTO

uelto el da en que de nio

ola vez aquella hondonada cubierta deviejos roblesor la bruma que sube del suelo y

envuelve y ahogaas abortadas que la locura ha

profanado.

verlo: la hierba tupida y salvajeun altar cuyos signos tallados invocanQue No Tiene Nombre, hacia quien

ascienden


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aredas, eones emanados, desde altasorres impuras.erpo tendido sobre aquella piedra

hmedaque aquellas cosas celebrantes no eranhombres;

e aquel extrao mundo gris no era elmo,de Yuggoth, ms all de los abismos

estelaresces el cuerpo me lanz un grito deagonademasiado tarde que era yo!


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V

VUELTA A CASA

nio dijo que me llevara a casa,

ra lvida y sombra que recordabavagamenten lugar elevado con escaleras y terrazas

as de balaustradas de mrmol quepeinan los vientos del cielo,s muchas millas ms abajo, a la orilla

de un mar,nde un laberinto de torres y torres ycpulas superpuestas,ms, me dijo, volvera a quedar


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embelesadouellas viejas colinas, y oira el lejanorumor de la espuma.

to prometi, y por las puertas del ocasostr a travs de lagos de llamasamientes

de oro rojo de dioses sin nombrean de miedo ante un destino ominoso., un negro abismo con ruido de olas en

a noche:taba tu casa, se burl, cuando anveas!


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VI

LA LMPARA

amos la lmpara dentro de aquellos

acantilados huecosignos cincelados ningn sacerdote deTebas podra descifrar,

pantosos jeroglficos de aquellascavernasa advertencia para toda criatura viva de

origen terrenal.s haba all: slo aquella lmpara deatntos de un aceite extrao en su interior,


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da con volutas de oscuro diseolos que sugeran vagamente pecados

desconocidos.

ores de cuarenta siglos no significaronnadasotros cuando nos llevamos nuestro

escaso botn,o luego lo examinamos en nuestra tiendoscura

mos una cerilla para probar el aceiteantiguo.Dios Santo! Pero las formasgigantescas

revimos en aquella furiosa llamaradaon para siempre nuestras vidas conemor reverencial.


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VII

LA COLINA DE ZAMN

colina se alzaba junto al viejo pueblo,

e contra el final de la calle mayor;lta y boscosa, dominaba sombramenteanario del recodo de la carretera.

tos aos antes corran rumoresque ocurra en aquella ladera evitada

por el hombre

s de ciervos o pjaros extraamentemutiladosos perdidos cuyos padres haban

abandonado toda esperanza.


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l cartero no encontr el pueblo dondesolavolvi a ver sus habitantes ni sus casas

vena de Aylesbury y se quedabamirandoos decan al cartero que a buen seguro

oco por contar que haba alcanzado avers glotones de la gran colina y sus fauces

abiertas de par en par.


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VIII

EL PUERTO

illas de Arkham haba encontrado el

senderodea el acantilado sobre Boynton Beachaba alcanzar a la hora del crepsculo

a que domina Innsmouth en el valle.ta mar se alejaba una vela

como los duros aos de vientos antiguos

podan blanquear,e me pareci un presagio adverso endecible;no agit la mano ni le grit adis.


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zarpando de Innsmouth! Ecos de famasantiguas,as muertas hace tiempo; pero ahora se

acercahe demasiado rpida, y he llegado a lacumbre

a que tantas veces ote la ciudad lejanatejados siguen all pero mirad! La

inieblas

n sobre las lbregas callejuelas, msoscuras que la tumba!


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IX

EL PATIO

iudad que haba conocido antao,

ua ciudad leprosa donde multitudesmestizasen honor de extraos dioses y golpean

gongos imposas bajo infectas callejuelas cercanas aa orilla.

as carcomidas con ojos de pescado memiraban de reojodose a mi paso, ebrias y medioanimadas,


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s sorteaba inmundicias hasta franqueara puertao negro donde deba estar el hombre.

uras paredes se cerraron sobre m, yempec a blasfemarpor haber entrado en aquel antro,

veinte ventanas de repente estallaronuz salvaje y se llenaron de hombres quebailaban:

iruetas mudas de la muerte lesarrastraban,gn cadver tena manos ni cabeza!


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X

LAS PALOMASMENSAJERAS

aron a los barrios bajos, donde un malviscosoa las descarnadas paredes de ladrillo,

edionda multitud de caras torcidasa mensajes por guios a extraos diosediablos.

n de fuegos ardan en las calles,eres furtivos enviaban desde las

azoteasmanchados de barro hacia el cielo


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abierto,s tambores ocultos batan con un ritmoacompasado.

ue aquellos fuegos anunciaban cosasmonstruosas,quellas aves del espacio haban estado

en el Exteriorba hacia qu criptas de oscuros planetahaban volado,

traan de Thog bajo las alas.s rean hasta que se quedaronrepentinamente mudosmbrar lo que llevaba uno de los pjaros

en su pico maldito.


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XI

EL POZO

ero Seth Atwood tena ms de ochenta

aosintent ahondar aquel profundo pozounto a su puerta

ola ayuda de Eb para cavar y perforar.ipio nos remos, y esperamos que

pronto recobrara el juicio,

vez de ello tambin el joven Eb sevolvi locol punto que se lo llevaron al manicomiodel condado.


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s Seth ceg con ladrillos la boca delpozose cort una arteria de su nudoso brazo

zquierdo. del entierro algo nos hizo

encaminarnos

quel pozo y arrancar los ladrillos,o vimos una hilera de asideros de

hierro

erda en un negro agujero de hondurancalculable.volvimos a poner los ladrillos en su

sitio, pues el agujero

a parecido demasiado profundoe ninguna plomada pudiera sondearlo.


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XII

EL AULLADOR

ron que no fuese por el sendero de

Briggs Hill,a sido antao la carretera de Zoar,ody Watkins, ahorcado en mil

setecientos cuatro,ejado all algn vstago monstruoso.ando desobedec, y tuve ante m

a cubierta de hiedra junto a la granadera rocosa, en olmos ni en sogas de camo,e me pregunt por qu la casa pareca


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an tan nueva.a detenido a contemplar el crepsculobiles aullidos que parecan venir del

piso superior,la hiedra que cubra los cristales dejpasar

de sol poniente que cogi por sorpresaal aullador.

verlo y hu frenticamente de aquel

ugaruella criatura con cuatro patas y rostrohumano.


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XIII

HESPERIA

ta de sol invernal, refulgiendo tras las

agujasimeneas medio desprendidas de estaesfera sombra,

andes puertas a algn ao olvidadouos esplendores y deseos divinos.maravillas arden en aquellos fuegos

s de aventura y sin sombra de temor;ra de esfinges indica el caminomulos muros y torreones hacia lirasejanas.


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rra donde florece el sentido de labelleza,odo recuerdo inexplicado tiene su

fuente,l gran ro del Tiempo inicia su curso

descendiendo

asto vaco en sueos de horasluminadas por las estrellas.

os nos acercan pero un saber antiguo

ue el pie humano no ha hollado jamsestas calles.


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XIV

VIENTOS ESTELARES

ra de la penumbra crepuscular,

mpre en otoo, cuando el viento estelarse precipitacalles altas de la colina, que aunque

desiertasn ya luces tempranas en cmodashabitaciones.

s secas danzan con giros extraos yfantsticos,o de las chimeneas se arremolina con

gracia etrea


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do las geometras del espacio exterior,s Fomalhaut se asoma por las brumasdel Sur.

a hora en que los poetas lunticos sabegos brotan en Yuggoth, y qu perfumeses de flores, desconocidos en nuestros

pobresterrestres, llenan los continentes deithon.

r cada sueo que nos traen estosvientosebatan una docena de los nuestros!


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XV

ANTARKTOS

ndo de mi sueo el gran pjaro

susurraba de forma extraaome del cono negro de los desiertos

polares,

alza lgubre y solitario sobre elcasquete glaciar,

y desfigurado por los eones de

frenticas tormentas.palpita ninguna forma de vida terrestre;idas auroras y soles mortecinos

sobre ese pen horadado, cuyo origen


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primitivoadivinar a oscuras los Ancianos.

ombres lo vieran, se preguntaran

simplementeo capricho de la Naturaleza contemplanpjaro me ha hablado de partes ms

vastasditan ocultas bajo la espesa mortaja dehielo.

ude al soador cuyas locas visiones lemuestrenos muertos engastados en abismos decristal!


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XVI

LA VENTANA

era vieja, con alas caprichosamente

enmaraadassposicin nadie conoca a ciencia ciertaa pequea estancia hacia la parte trasera

na extraa ventana cegada con piedraantigua.una infancia atormentada por los

sueos, sola irsolo cuando reinaba la noche vaga ynegra,do telaraas con una curiosa falta de


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miedondome cada vez ms maravillado.de llev all a los albailes

scubrir qu vista haban rehuido misejanos antepasados,

ando perforaron la piedra entr

mpetuosaga de aire del vaco ignoto que se abra

al otro lado.

s huyeron pero yo me asom yencontr desplegadosos mundos salvajes que me habanrevelado mis sueos.


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XVII

UN RECUERDO

randes estepas y mesetas rocosas

extendan casi ilimitadas en la nocheestrellada,gos de campamento que iluminaban

dbilmentes velludas de animales con esquilasintineantes.

n la distancia, la llanura se ensanchabadescendana oscura muralla tendida en zigzagna enorme pitn de la edad primigenia


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iempo infinito hubiera helado ypetrificado.extraamente en el aire fro y

enrarecido,eguntaba dnde estaba y cmo habalegado all,

una figura envuelta en una capa junto auna hoguerat y se acerc, llamndome por mi

nombre.ar aquella cara muerta bajo la capuchaesperanza pues haba comprendido.


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XVIII

LOS JARDINES DE YIN

lado de la muralla, cuya antigua

mamposteracasi al cielo con torres cubiertas de

musgo,

aber jardines colgantes, llenos de floress de pjaros, mariposas y abejas.aber paseos, y puentes sobre clidos

estanquesdos de lotos donde se reflejabancornisas de templos,os de ramas y hojas delicadas


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n cielo rosado donde se cernan lasgarzas.ba estar all, pues no haban mis

viejos sueosado la puerta de aquel ddalo deinternas de piedra

rroyos somnolientos trazan sus cursossinuosos

por verdes sarmientos de parras

colgantes?cia all pero al llegar a la muralla,sombra e inmensa, que ya no haba ninguna puerta.


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XIX

LAS CAMPANAS

s ao o aquel taido dbil y lejano

es campanas trado por el viento negrode media noche;s repiques, que no venan de ningn

campanarioiese descubrir, sino como de ms all

de un gran vaco.

una pista en mis sueos y recuerdos,en todos los carillones que albergabanmis visiones;a apacible Innsmouth, donde las blanca


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gaviotas planeabana una aguja que conoc antao.perplejo segu oyendo caer aquellas

notas lejanasa noche de marzo en que la lluvia fra y

desapacible

franquear de nuevo las puertas delrecuerdos viejas torres donde taan badajos

enloquecidos.pero desde las corrientes sin sol quefluyenes profundos hasta verter al lecho

muerto del mar.


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XX

BESTEZUELASNOCTURNAS

a decir de qu criptas salenarrastrndose,da noche veo esas criaturas viscosas,

cornudas y descarnadas, con alasmembranosasque ostentan la barba bfida del

nfierno.n legiones tradas por el viento delorte

ras obscenas que cosquillean y


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escuecen,arran y me llevan en viajes monstruosoos grises ocultos en el fondo del pozo d

as pesadillas.zando los picos dentados de Thokr el menor caso de mis gritos ahogados

enden por los abismos inferiores hastaese lago inmundoos shoggoths henchidos chapotean en un

sueo dudoso.! Si al menos hicieran algn ruidoan una cara donde se suele tener!


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XXI

NYARLATHOTEP

vino del interior de Egipto

o Oscuro ante el que se inclinaban losfells;so, descarnado, enigmticamente altivo

lto en telas rojas como las llamas delsol poniente.ededor se apretaban las masas, ansiosas

de sus rdenes,marcharse no podan repetir lo quehaban odo;s por las naciones se propagaba la


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pavorosa noticiaas bestias salvajes le seguanamindole las manos.

omenz en el mar un nacimientopernicioso;olvidadas con agujas de oro cubiertas

de algas;el suelo y auroras furiosas se abatierons estremecidas ciudadelas de los

hombres.s, aplastando lo que haba moldeado pouego,idiota barri el polvo de la Tierra.


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XXII

AZATHOTH

nio me llev por el vaco sin sentido

de los brillantes enjambres delespacio dimensional,ue no se extendi ante m ni tiempo ni

materiao el Caos, sin forma ni lugar.nmenso Seor de Todo murmuraba en la

oscuridadue haba soado pero que no podaentender,s a su lado murcilagos informes se


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agitaban y revoloteabances idiotas atravesados por haces deuz.

n locamente al tenue comps gimienteflauta cascada que sostena una zarpamonstruosa,

e brotaban las ondas sin objeto que almezclarse al azar

cada frgil cosmos su ley eterna.

Su mensajero, dijo el demonio,s golpeaba con desprecio la cabeza desu Amo.


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XXIII

ESPEJISMO

existi alguna vez

do perdido que flota oscuramente en elro del Tiempo,he visto a menudo, envuelto en una

bruma violetando dbilmente al fondo de un sueoborroso.

xtraas torres y ros con curiososmeandros,tos de maravillas y bvedas llenas deuz,


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llameantes cruzados por ramas, comoos que tiemblanmente momentos antes de una noche

nvernal.marismas llevaban a costas desiertas

con juncales

evoloteaban aves inmensas, y en unacolina ventosan pueblo antiguo con un blanco

campanarioepiques vespertinos resuenan an en miodos.u tierra es sa ni me atrevo a

preguntaro por qu estuve, o estar all.


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XXIV

EL CANAL

n lugar del sueo hay un paraje maldito

ltos edificios deshabitados se apian ao largo

anal estrecho, sombro y profundo, que

apestahorrendas arrastradas por corrientes

grasientas.

es con viejos muros que se tocan casien lo altoocan en calles que uno puede conocer ono,


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ido claro de luna arroja un brilloespectralrgas hileras de ventanas, oscuras y

muertas.yen ruidos de pasos, y ese sonido suavel agua grasienta deslizndose

entes de piedra y por las orillasauce profundo, hacia algn vago ocanoser vivo podra decir cundo arrastr

esa corrientedo de arcilla su regin perdida en elsueo.


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XXV

SAN TOAD

os del carilln cascado de San Toad!,

e o gritars me internaba por aquellas callejuelasdemenciales

pentean en laberintos sombros endefinidosel ro donde suean los siglos antiguos.

figura furtiva, encorvada y harapienta,instante desapareci tambalendose,segu hundindome en la noche

uevas lneas de tejados, dentadas y


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malignas.gua habla de lo que acechaba allonces o chillar a otro viejo:

os del carilln cascado de San Toad!.Y cuando sintindome desfallecerve, o a un tercer anciano graznar de

miedo:os del carilln cascado de San Toad!.Hu espantado

ue de pronto surgi ante m aquel negrocampanario.


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XXVI

LOS FAMILIARES

ateley viva como a una milla de la

ciudad,de las colinas empiezan a apiarse;abamos pensado que tuviese mucho

uicio,cmo dejaba echar a perder su granja.el tiempo leyendo unos libros extraos

a encontrado en el desvn de su casa,ue unos surcos chocantes le arrugaron lacaral mundo dijo que no le gustaba su


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aspecto.empez con aquellos aullidos nocturnodecidimos

a mejor encerrarle para evitar algndao,tres hombres del manicomio de

Aylesburya buscarle pero volvieron solos yespantados:

an encontrado hablando a dos seresagazapadosr sus pasos echaron a volar con

grandes alas negras.


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XXVII

EL FARO DEL ANCIANO

, donde los picos rocosos se yerguen

sombros y peladosas estrellas ocultas a los ojos humanos,anochecer un nico haz de luz

ejanos rayos azules hacen gemir y rezara los pastores.aunque nadie ha estado all) que proced

ro alojado en una torre de piedra,l ltimo Anciano vive soloo al Caos con redobles de tambores., cuchichean, lleva una mscara de seda


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a, cuyos extraos pliegues parecenocultara que no es de esta tierra, aunque nadie

se atreventar qu rasgos abultados hay debajo. en la primera juventud del hombre,

buscaron ese faro,die sabr jams lo que encontraron.


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XXVIII

EXPECTACIN

a decir por qu algunas cosas me

producensacin de maravillas inexploradas porvenir,

eta en el muro del horizonteabre a mundos donde slo los diosespueden vivir.

xpectacin vaga, sin aliento,e grandes pompas antiguas que recuerdoa medias,enturas salvajes, incorpreas,


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e xtasis y libres como un ensueo.entro en puestas de sol y en extraasagujas urbanas,

s pueblos y bosques y caadasbrumosas,ientos del Sur, en el mar, en collados y

ciudades iluminadas,s jardines, en canciones entreodas y enos fuegos de la luna.

nque slo por su encanto vale la penavivir la vidalcanza ni adivina el don que insina.


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XXIX

NOSTALGIA

o, al resplandor melanclico del otoo

aros remontan el vuelo sobre un ocanodesierto,o y gorjeando con prisa jubilosa

ar a una tierra que su memoria profundaconoce.

jardines colgantes donde se abren

floress colores, hileras de mangos de gustodeliciosoedas que forman templos con ramas


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entrelazadasescos senderos todo esto lesmuestran sus vagos sueos.

en el mar vestigios de su antigua costa,ciudad blanca, erizada de torreso las aguas vacas se extienden ante

ellos,al fin dan media vuelta una vez ms.ras tanto, hundidas en un abismo

nfestado de extraos plipos,as torres aoran su canto perdido yrecordado.


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XXX

PAISAJE DE FONDO

e podido apegarme a las cosas nuevas y

crudas,la primera luz en una ciudad antigua,os tejados apiados descendan desde

mi ventanan puerto pintoresco, rico en visiones.on puertas cinceladas donde los rayos

del sol ponienten viejos montantes de abanico ypequeas vidrieras,anarios georgianos rematados con


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veletas doradaseron las vistas que modelaron missueos infantiles.

soros, heredados de pocas de prudentefermento,jan la presencia de las dbiles quimera

agitan en vana mudanza y con fe confusas muros inmutables de la tierra y elcielo.

as cadenas del instante y me dejan libreuirme en solitario ante la eternidad.


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XXXI

EL HABITANTE

iejo cuando Babilonia era joven;

abe el tiempo que llevaba durmiendobajo aquel montculonuestras palas inquisidoras encontraron

al finques de granito y los sacaron a la luz.mensos pavimentos y cimientos de

muros,y estatuas cuarteadas, donde el cincelrepresentfantsticos de alguna edad remota,


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de la memoria del mundo humano.s vimos aquellos escalones de piedraque descendan

puerta obstruida de dolomita grabadasombro refugio de noche eternamenazaban signos antiguos y secretos

primigenios.s un sendero pero huimos en locadesbandada

quellos pasos pesados que suban.


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XXXII

ALIENACIN

e material nunca se haba alejado,

da aurora le encontraba en su lugarhabitual,espritu amaba vagar cada noche

mos y mundos distantes del daordinario.isto Yaddith y conservado empero el

uicio,uelto indemne de la regin ghorica,ue una noche tranquila atraves el curvoespacio


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llamada apremiante que vena del vacexterior.aana despert convertido en un

anciano,entonces nada ha vuelto a parecerlegual.

etos flotan a su alrededor, nebulosos endistintos,ntasmas engaosos que ejecutan un plan

ms vasto.ia y sus amigos son ahora una multitudextraa

lucha en vano por pertenecer.


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XXXIII

SIRENAS PORTUARIAS

ma de viejos tejados y agujas

desconchadasnas del puerto cantan durante toda lanoche;

as venidas de puertos extraos, deblancas playas lejanasos fabulosos, concertadas en coros

abigarrados.unas a otras, no se conocen entre s,as, por obra de alguna fuerza

oscuramente concentrada


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bismos ensimismados ms all delcurso del Zodiaco,en en un misterioso zumbido csmico.

de vagos sueos organizan un desfileas an ms vagas, insinuaciones yvisiones;

vacos exteriores e indicios sutiless que ni ellas mismas pueden definir.re en ese coro, tenuemente

entreveradas,os algunas notas que ningn buqueerrenal emiti jams.


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XXXIV

RECADA

no descenda por un oscuro brezal

ralamente arboladoiedras grises de musgo sobresalan del

mantillo,

otas curiosas, inquietantes y fras,ban desde arroyos invisibles que corraa mis pies.

a viento, ni se oa el menor ruidos arbustos enmaraados y los rboles dextraas formas,na perspectiva se extenda ante m


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hasta que de prontomulo monstruoso en medio del camino.s escarpados se erguan amenazantes

contra el cielo,os de hiedra tupida y hendidos por unaescalera en ruinas

enda hasta la altura pavorosa conescalones de lavaado grandes para cualquier pie humano.

ito y supe qu estrella y qu aoprimigeniosan vuelto a arrebatar de la esferahumana de sueos efmeros!


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XXXV

ESTRELLA VESPERTINA

sde aquel lugar escondido y silencioso

l viejo bosque oculta a medias lapradera.

a travs de los esplendores del

crepsculo plidaipio, pero con una cara que poco a poc

se encenda.

noche, y aquel fanal solitario, teido dmbar,i vista como nunca lo haba hechoantao;


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lla vespertina, pero mil vecesaumentada,laba an ms en aquella quietud y

aquella soledad.extraos dibujos en el aire

estremecido

os borrosos que siempre haban llenadomis ojoss torres y jardines, curiosos mares y

cielosna vida imprecisa no s de dnde.onces supe que a travs de la bveda

csmica

s rayos me llamaban desde mi lejanohogar perdido.


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XXXVI

CONTINUIDAD

algunas cosas antiguas una huella

esencia vaga ms que un peso o unaforma,sutil, indeterminado,

ado a todas las leyes del tiempo y elespacio.o tenue y velado de continuidades

ojos exteriores no llegan a descubrir;nsiones encerradas que albergan losaos idos,del alcance, salvo para llaves ocultas.


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ueve sobre todo cuando los rayosoblicuos del sol ponienteviejas granjas en la ladera de una

colina,de vida las formas que permanecen

nmviles

ace siglos, menos quimricas que todoesto que conocemos.a luz extraa siento que no estoy lejos

asa inmutable cuyos lados son lasedades.


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OTROS POEMAS

FANTSTICOS


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I

EL LAGO DE LAPESADILLA

n lago en la lejana Zan, de las regiones frecuentadas por elhombre,

e consume solitario en un estadoespantosoritu inerte y desolado;

ritu viejo y atroz,o por una terrible melancola,

pira los vapores cargados de pestilencianan las aguas densas y estancadas.


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s bajos, de cieno arcilloso,criaturas ofensivas por su

degeneracin,

traos pjaros que merodean por susorillasan sido vistos por ojos mortales.

el da luce un sol crepuscularegiones vidriosas que nadie hacontemplado,

noche los plidos rayos de la lunapenetrans abismos que se abren en su fondo.pesadillas han podido revelar

enas tienen lugar bajo estos rayos,ones, demasiado ancestrales para la

mirada humana,

umergidas en su noche sin fin;


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r aquellas profundidades slodeambulanbras de una raza silenciosa.

he, saturada de olores malsanos,ver aquel lago, dormido e inerte,

s en el crdeno cielo bogaba

a creciente que brillaba y brillaba.ntemplar la extensin pantanosa de lasorillas,

iaturas ponzoosas deslizndose por lascinagas;s y serpientes convulsos y moribundos;

y vampiros descomponindose;

n, planeando sobre los cadveres,gos que se alimentaban de sus restos.ras la terrible luna se elevaba en lo alto

ando a las estrellas de los confines del


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cielo,as oscuras aguas del lago se iluminabanue aparecieron en el fondo las criaturas

del abismo.jo, a una profundidad incalculable,n las torres de una ciudad olvidada;

s sin lustre y paredes musgosas;cubiertas de algas y estancias desiertas;os desolados, criptas de espanto,

que haban perdido su esplendor.dio de aquel escenario vi aparecerda ambulante de sombras informes;da maligna que se agitaba

do lo que pareca una danza siniestraa unos sepulcros viscosose un camino jams hollado.

lino surgi de aquellas tumbas


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do el reposo de las aguas dormidass las sombras letales del nivel superiorn al rostro sardnico de la luna.

s el lago se hundi en su propio lecho,por las profundas cavernas de la

muerte,

nueva y humeante tierra desnuda una espiral de ftidos vapores deorigen malsano.

ciudad, casi al descubierto,eaban las monstruosas sombrasdanzantes,de pronto, abrieron con repentino

estruendoidas de los sepulcros!odo ha podido escuchar, ninguna lengua

contar


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r innombrable que sobrevino acontinuacin.l lago la luna gesticulante

ad y las criaturas que moraban en ellaertarme, rogu que en aquella orillade la pesadilla no volviera a hundirse

nunca ms!


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II

A PAN

en una caada entre bosques

s de un arroyo bordeado de juncosa yo un da, cuando adormecindome

umido en un sueo.

huelo surgi una figuraombre y medio cabro;zuas en vez de pies

arba adornaba su garganta.rstico caramillo de caadulcemente aquel ser hbrido,id todo cuidado terreno


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a que era Pan.stiros se congregaron

zar del alegre sonido.

ado pronto despert con pesara las moradas de los hombres,valles campestres yo querra vivir

har de nuevo la flauta de Pan.


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III

LA CIUDAD

ada y esplndida

ciudad de la luz;n suspendidabismos de la noche;

n de prodigios y gloria, cuyos templosmrmol blanco.o la poca

apareci ante mis ojos;tiempos salvajes e irracionales, de las mentes embrutecidasue el Invierno, con su mortaja blanca y


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vida,a lentamente torturando y destruyendo.mosa que Zin

deca en el cielolos rayos de Orinn mis ojos,

mieron en un sueo lleno de oscurosrecuerdosncias olvidadas y remotas.

siones eran majestuosas,as con bellas esculturaserguan con noblezaficas terrazas,

rdines eran fragantes y soleados,os florecan extraas maravillas.inaban sus avenidas

perspectivas sublimes;


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adas arcadas me confirmabanvez, en otro tiempo,

agado en xtasis bajo su sombra,

nigno clima de Halcyn.aza central se alineabara de estatuas;

s solemnes de largas barbasan sido poderosos en su daa estaba rota y mutilada,

tro barbado haba sido destrozado.lla ciudad esplendorosaningn mortal,imaginacin, indulgente

leyes de la memoria,r largo tiempo contemplando aquellas

figuras

aza, cuyos ptreos rostros observ con


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emor. dbil rescoldopermaneca encendido en mi espritu,

forc por recordares de pasado;vesar libremente el infinito,

visitar el insondable pasado.s la horrible advertenciabre mi alma

ominoso amaneceriende en su roja aureola,eno de pnico, antes de que los terroresados y desaparecidos me fueran

revelados.


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IV

A MR. FINLAY, POR SUILUSTRACIN PARA EL

CUENTO DE MR. BLOCH:EL DIOS SIN ROSTRO

egos abismos laten las formas de lanoche,entas y tenebrosas, coronadas conextraas mitras;alas se agitan en fantstico vuelo, deorbea travs de simas despojadas de la luz


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del sol.sa llamar cosmos al lugar de dondeproceden,

er una expresin en cada rostro informenciar las palabras que con fuerzarresistible

ern de los infiernos del espacioexterior.argo, aqu, sobre una pgina nuestra

mirada horrorizadara formas monstruosas que ningn ojohumano debera ver;cencias de aquellas blasfemias cuya

presenciaa la muerte y la locura a travs delnfinito.

es el ilustrador que desafa solitario los


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negros abismosvive para revelar sus horrores sinnombre?


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V

MADRE TIERRA

he, paseando, descend por el talud

alle profundo, hmedo y silencioso,re estancado exhalaba un tufo depodredumbre

ialdad que me hacan sentir enfermo ydbil.oles numerosos a cada lado

an como una banda espectral de trasgosmas contra el cielo menguanten formas que me daban miedo, sin saberpor qu.


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anzando, y pareca buscarcosa perdida como la alegra o laesperanza,

se a todos mis esfuerzos no pudeencontrarlos fantasmas de la desesperacin.

des se estrechaban cada vez ms,ue pronto, privado de la luna y lasestrellas,

omprimido en una grieta rocosaa y profunda que la piedraba cosas primitivas y desconocidas.os, explorando, intentaban rastrear

os del rostro de aquel valle,ue en el musgo parecieron encontrarl espantoso para mi mente.

forma que forzando los ojos


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podido ver, habra reconocido;que tocaba hablaba de un tiempoado remoto para el paso fugaz del

hombre.enes colgantes, hmedos y canosos,edan leer la antigua historia;

agua oculta, goteando tenuemente,rraba cosas que no habra debido saber, efmero y osado,

a guarda para ti lo que cuento,nsa a veces en lo que ha sido,escenas que han visto estas rocas

desmoronadas;

iencias ya viejas antes de que tu dbilprogenieese en una magnitud menor,

es vivientes que todava alientan


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no parezcan vivos a los humanos.a voz de la madre tierra,e nacen todos los horrores.


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VI

DESESPERACIN

o sobre los pramos tenebrosos,

ndo a travs de los bosques de cipresesinsensatamente en brazos del viento dea noche,

infernales con cabellos ondulantes;do en las estriles ramas,ndo en las cinagas estancadas,

o ms all de los acantilados del litoralos malditos de la desesperacin.o confusamente que en otro tiempo,

e los grises cielos de noviembre,


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as las llamas de mi juventud ambiciosa,en esta tierra algo parecido al xtasis;oy oscurecidos refulgan en lo alto,

ur, aparentemente esplndidos,ue aprend que todo era un sueoal ensueo del Hades.

Tiempo, que transcurrevertiginosamente,a el tormento de la semiconsciencia

pita turbulento, avanza a ciegas, de las praderas transitadas;jero, doliente, observare resplandor de las hogueras de la

muerte,el aciago graznido del pretel

s deriva hacia el mar, desamparado.

estas baten en el ter;


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sombros roen el espritu;os sin nombre que se agitaneternamente,

siluetas contra el obsceno cielo.sombras de la alegra pasada,os desgarrados de la tristeza venidera,

idos en una nube de locura,mpre incrustados en el alma.iviente, aislado, vctima de la

ncertidumbre,te en medio de estremecimientos deangustia,s las nauseabundas furias le despojan

da de paz y descanso.s all de los lamentos y pesaresVida detestable, espera

Olvido, culminacin


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s aos de bsqueda infructuosa.


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VII

OCEANUS

me detengo en la orilla

as penas vierten sus flujos,uas turbulentas suspiran y se quejanetos que no se atreven a contar.

as simas profundas de valles sinnombres,colinas y llanuras que ningn mortal

conoce,ca marejada y el hosco oleajen como taumaturgos malditosar de horrores, henchidos por el temor


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contemplaron pocas hace tiempoolvidadas.tos salados que tristemente barris

nudas regiones abisales;das olas salvajes, que recordisque la Tierra ha dejado tras de s;

a cosa os pido:por siempre oculto vuestro antiguo

saber!


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VIII

EL EIDOLON

en la hora innombrable de la noche

las fantasas en su delirante vuelotorno al inmvil durmientelizan en sus visiones inconscientes;

la carne yace en su lecho terrestren cuerpo muerto y deshabitadonado por el alma que vuela libre

de mundos nunca vistos por ojoscarnales.ma de la torre la luna cornuda

aba a las alturas con gracia siniestra,


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plido e inquietante fulgorrecuerdos de antiguos sueos.

en el firmamento, los signos de las

estrellasaban fantsticos y malignos,oces surgidas del inmenso abismo

uadieron para que olvidara mis penasen el sueo.ta revelacin una fra noche de

noviembrerar en mi memoria a travs de losaos.a haba cuando contempl

n rida y desoladaue reptaban oscuramente sombrasespectrales

mulos pantanosos donde dorman cosas


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muertas.stra luna proyectaba su luz mortecinarmas inslitas y deformes,

areas procedentes de extraosdominiosdesplazaban de ac para all

eando como si buscaran angustiadasto lugar lleno de luz y de paz.o de aquel oscuro tropel mis ojos

descubrierone habitan el espacio etreo;viviente se haba reunido all

de inmemoriales esferas,

n el mismo objetivo y el deseo comnntrar el Eidolon llamado VIDA.ra luna, como ojo demonaco

ando ebrio en el cielo,


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ms y ms sobre la llanurar a mi espritu tras su estela.ontaa, coronada

des y populosas ciudadesabitantes yacan en su mayor partes en un profundo sueo nocturno

s la luna vigilaba aviesa durante largasoscuras

as calles solitarias y las torres

silenciosas.aa se ergua con una bellezandescriptiblen bosque que circundaba su base;

abajo flua un arroyo cristalinozagueaba bajo la luz espectral.s ciudades que engalanaban su cima

n ansiosas por destacar sobre las dems


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imponentes columnas, cpulas yemplosplandecan magnficos y fascinantes por

encima de las llanuras.s la luna se qued inmvil en el cielofuera el smbolo de un mal presagio,

ntemplarla, el tropel areo supoIDA al fin estaba ante sus ojos;ermosa montaa que contemplaban

IDA, el Eidolon tanto tiempo buscadopronto qu son esos rayos queluminan la escenana aurora que disipa las tinieblas?

te resplandece horriblemente con unauzmo color que la sangre una luz

deslumbrante


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ntaa adquiere una gris palidez,r de las tierras vecinas.inable bosque de rboles retorcidos

s horribles garras azotado por la brisa,oyo, fluyendo ladera abajo,el da con brillo restallante.

to avanza lentamente la luz delconocimientondo los agrietados muros de las

ciudadesque reptan en torpes cuadrillaso lagarto y el gusano.s el mrmol leproso expone a la luz

as que producen repulsin y espantotemplos revelan el pecadosfemia que reina en su interior.

deres de la Luz, del Espacio y la


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Sabidura!VIDA tan llena de infames horrores?

o que no ocultis ms la maravillosa

creacin,ostris la gloria viviente ElHombre!.

s las casas vomitaron a la calleseabunda pestilencia, una catervauras que no puedo, que no me atrevo a

describir,rma era tan vil como negra su infamia.cielo, la perversa mirada del sol

de la devastacin que ha producido,

ado con las vagas formas que huyeneso a la Noche eterna.aro de luna, Pantano de los Tmulos de

a MUERTE!


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a nosotros tu reino! El soplo letallsamo delicioso para el almaa luz y conoce el absoluto.

nirme al cortejo aladouma de nuevo en la oscuridad,horror devoraba mi mente

zaba mis pobres pasos vacilantes.a gana habra huido del da en misueo

ado tarde: he perdido la pista!


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IX

EL PUESTO DE AVANZADA

el anochecer enfra el ro amarillo

mbras avanzan por los senderos de laungla,io de Zimbabwe permanece iluminado

gran Rey teme abandonarse al sueo.slo l entre todos los hombresl pantano que las serpientes rehuyen;

ndo por alcanzar el sol poniente,n en la meseta que se extiende al otroado.s otros ojos se han aventurado por


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aquella tierraue los ojos les fueron dados a loshombres

, a la hora en que el ocaso se torna ennoche,i la guarida del Antiguo Secreto.

de la planicie se alzan extraosorreones,s y bastiones se despliegan alrededor

ejanos domos que envilecen el sueloongos descompuestos despus de laluvia.

a mezquina se retuerce en el cielo

luminandoxtensiones donde la vida no puede tenercobijo;

mo, cada torre, palidecen en la lejana


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an sus estructuras cerradas y malignas.s, aqul que en su infancia deambuldo entre ruinas cubiertas de enredaderas

meci ante lo que sus ojosdescubrieronall no se levantaban los vestigios de

una morada de los hombres.inhumanas, medio vistas, medioadivinadas,

lidas y medio engendradas del ter,n de vacos sin estrellas abiertos en elcielo,ndieron hasta estas plidas murallas de

pestilencia.esta zona de demente ponzoa, hordas

amorfas

ron misteriosamente hacia el vaco,


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mrbidas garras cargadas con losdespojoss que los hombres han soado y

conocido.guos Pescadores del Exteriorno revelaban las historias del sumo

sacerdotescubrieron los mundos de otros tiempo

raron el botn que su imaginacin

codiciaba?stos de avanzada secretos, rodeados deespanto,lanes sobre un milln de mundos en el

espacio;idos por toda raza viviente,bargo, preservados en su soledad.

de miedo, el hombre que vigila se


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arrastrantano que rehuyen las serpientes,contrarse, a la salida del sol,

en el palacio donde dorma.e vio partir, o regresar al alba,rne revela ninguna huella

e descubri en aquella tinieblanfameargo, la paz ha huido de su sueo.

el anochecer enfra el ro amarillombras avanzan por los senderos de laungla,io de Zimbabwe permanece iluminado

gran Rey teme abandonarse al sueo.


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X

PROVIDENCE

de el ro y la baha se unen mansamente

ienden laderas frondosas,as de Providence asciendens cielos antiguos,

estrechos senderos sinuososan por pendientes y crestasse puede encontrar

a apacible de das olvidados.ello de abanico, un golpe de aldaba,n fugaz de una vieja casa de ladrillos y sonidos de tiempos pasados


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e refugian las quimeras.caleras con barandilla de hierro,o campanario,

ja esbelta de clara piedra tallada,de un jardn cubierto de musgo.

enterio oculto, ruinas que son pruebas

ortalidad del hombre,le podrido donde agudos tejadosuardia sobre el mar.

za y un paseo, cuyos murostemplado quince dcadas enteras,caminos empedrados que los rbolescobijan

a la multitud.de piedra sobre lnguidos arroyos,ncaramadas en la colina,

donde el alma pensativa


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invadir por sueos y misterios.en cuesta de un callejn emparradoequeos rombos de ventanas

en el crepsculo sobre un sembradozar ha dejado al fondo.vidence! Qu huestes etreas

irar an tus veletas doradas!entos embrujados pueblan todavatasmas grises tus viejas callejuelas!

ntao las campanas vespertinasn sobre tu valle,s tus severos fundadores en sus tumbasendiciendo tu tierra sagrada.


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XI

EL BOSQUE

los rboles y, en el corazn del bosque,

che perpetua oculta secretos eternos,n a los cielos torres y pabellones demrmol:

dad para el disfrute de sus placeres.agnfico esplendor de domos yorreones se alzaba

deciente para asombro de las tierrascolindantes;marfil, coronados por sublimes

pinculos


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ran nieves perennes.salas resonaba la flauta y el sistro,

s el vino y la orga dejaban sus huellas

escarlatas;na voz cant a las antiguas maravillas,ola mirada recorri las colinas y las

lanuras.aron los aos, hasta que una nochepurprea

ador ebrio recit en sus desatinadosversosectas palabras que nunca debieron serpronunciadas,

ndo las sombras de una antiguamaldicin.ques pueden desaparecer, pero nunca la

inieblas que albergan;


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en el lugar donde se asentaba aquellaarrogante ciudad,mecedor amanecer no encontr ni una

sola piedra,tuvo que evitar la negrura de un bosqueprimitivo.


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XII

EL HORROR DE YULE

ve en el campo

lles estn helados,rofunda medianochee sombra sobre el mundo;

a luz entrevista en las cumbresfestines profanos y antiguos.erte en las nubes,

do en la noche,muertos en sus mortajasn la puesta del sol,an cantos salvajes en los bosques


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mientras danzanal altar de Yule, fungoso y blanco.

to que no es de este mundo

el bosque de robles,rbidas ramas se ahoganaraa de delirante murdago,

stos son los poderes de las tinieblas,que pervivenmbas de la raza perdida de los Druidas


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XIII

CAMPANAS

las campanas de aquella torre

majestuosa;panas del esplendor de Yule en unanoche turbulenta;

do con sorna en una hora lgubren mundo sacudido por la codicia y elespanto.

odiosos tonos resuenan en miradas deejados;n de almas insomnes asiste al juego deos carillones;


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argo su mensaje cae sobre un suelopedregosoitu es cercenado por la espada del

Tiempo. suenan, remedando los aos felicesla paz y el sosiego reinaban en la

plcida llanura? sus acordes familiares provocan lasgrimas

llos que tal vez no vuelvan a conocer ladicha?os os conoca bien hace muchosaos

el antiguo pueblo dorma en la ladera;s vuestras notas resonaban sobre lanieve iluminada por las estrellas

o de la alegra, la paz y la esperanza


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eterna.inacin evoca el modesto chapitel;o puntiagudo, negra sombra contra la

una;cos ventanales, ardiendo con un fuegosta la magia a los cnicos tonos.

le cada seto cubierto de nieve bajo losrayosdan plata a la plata del valle;

dora cada choza, cada vereda, cadaarroyo,el espritu del aire perfumado por los

pinos.

tores profesaban un simple credo;n inocente beatitud entre las montaas;

azones joviales, sus almas honestas en

paz,


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os por las sencillas alegras de losmortales.a horrible plaga aparece en escena;

stico nimbo se cierne sobre la tierra;demoniacas flotan por encima de losbosques,

ada puerta se alzan sombras malignas.po, siniestro bufn, avanza por lapradera;

paso la alegra se extingue.es joviales se desangran con angustianexplicable,atormentadas proclaman su influencia

funesta.o y cambio acosan al mundo vacilante;entos salvajes y quimeras ciegan la

razn;


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sin se apodera de una raza senilmen y la locura merodean impunemente.

las campanas las campanas burlonas

malditaspiertan recuerdos que obsesionan yparalizan;

y resuenan sobre un millar denfiernosos de la noche por qu no

permanecis tranquilos?


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XXIV

NMESIS

de las puertas del sueo custodiadas

por los gules, de los abismos de la noche iluminadospor la plida luna,

do mis vidas sin nmero,eado todas las cosas con mi mirada;bato y grito cuando rompe la aurora, y

me sientodo con horror a la locura.do con la tierra en el amanecer de losiempos,


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el cielo no era ms que una llamavaporosa;bostezar al oscuro universo,

os negros planetas giran sin objeto,os negros planetas giran en un sordohorror,

ocimiento, sin gloria, sin nombre.do a la deriva sobre ocanos sin lmitelos siniestros cubiertos de nubes grises

relmpagos desgarran en mltipleszigzags,uenan con histricos alaridos,idos de demonios invisibles

gen de las aguas verdosas.anzado como un ciervo a travs de labveda

memorial espesura originaria,


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os robles sienten la presencia queavanzaa all donde ningn espritu osa

aventurarse,de algo que me rodea y sonreobscenamente

s ramas que se extienden en lo alto.bulado por montaas horadadas de

cavernas

gen estriles y desoladas en la llanura,do en fuentes emponzoadas de ranasen mansamente hacia el mar y las

marismas;

ientes y execrables cinagas he vistocosasguardar de no volver a ver.

emplado el inmenso palacio cubierto de


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hiedra,ado sus estancias deshabitadas,a luna se eleva por encima de los valles

a las criaturas estampadas en losapices de los muros;s figuras entretejidas de forma

ncongruentesoporto recordar.en el asombro, he escrutado desde los

ventanalesilentas praderas del entorno,o de mltiples tejados abatidoaldicin de una tierra ceida de

sepulcros;la hilera de las blancas urnas de

mrmol persigo

mente la erupcin de un sonido.


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entado las tumbas de los siglos,os del miedo he sido transportadonde se desencadena el vmito de humo

del Erebo;as altas cumbres se ciernen nevadas ysombras,

nos donde el sol del desierto consumeque jams volver a animarse.iejo cuando los primeros Faraones

ascendieronengalanado de gemas a orillas delilo;

iejo en aquellas pocas incalculables,

yo, slo yo, era astuto;mbre, todava no corrompido y feliz,moraba

oria de la lejana isla del rtico.


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de fue el pecado de mi espritu,e es la duracin de su condena;ad del cielo no puede reconfortarle,

ntrar reposo en la tumba:es infinitos se precipitan batiendo lasalas

espiadadas tinieblas.de las puertas del sueo custodiadas

por los gules,

de los abismos de la noche iluminadospor la plida luna,do mis vidas sin nmero,eado todas las cosas con mi mirada;

bato y grito cuando rompe la aurora, yme sientodo con horror a la locura.


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XV

EL MENSAJERO

ndro, dijo, vendra esa noche a las tres

l viejo cementerio que se extiende alpie de la colina;

acurrucndome al benvolo calor de u

fuego de roble,onvencerme a m mismo de que eramposible.

ente, reflexion, se trata de una bromamacabrapor alguien que no conoce el verdaderoe los Antiguos, legado de tiempos


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pretritos,era las perversas formas de las tinieblasba querido decir eso no pero yo

encendpara mientras el constelado Len surgma del Seekonk, y resonaba un

campanario y el resplandor del fuego se apagapoco a poco.

s, aquel augurio vino a golpear lapuertalirante verdad me devor como unalama!


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XVI

POR DNDE UN DAPASE POE

eternamente las sombras en esta tierra,o con siglos que se fueron para siempre

olmos se alzan solemnes entre lpidas

tmulosando su alta bveda sobre un mundooculto de otro tiempo.

del recuerdo ilumina todo el escenario,jas muertas hablan en susurros de losdas idos,do imgenes y sonidos que ya no


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volvern.solitario, un espectro se desliza a loargo

aseos por donde sus pasos le llevabanen vida;es visible a los ojos de cualquiera, a

pesar de que su cantoa travs del tiempo con una extraa

fascinacin.

pocos que conocen el secreto de sumagiaencontrar entre estas tumbas la sombrade Poe.


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HOWARD PHILIPS LOVECRAFTProvidence, 1890 - 1937). Escrito

estadounidense. Maestro indiscutible da literatura fantstica, su obra rebasa e

realidad la confluencia de gneros coma literatura de terror y la ciencia ficci

hasta cristalizar en una narrativa nic

que recrea una mitologa terrorfica d


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seres de un inframundo paralelo. Lopaisajes de la naturaleza de su reginatal, Nueva Inglaterra, influyeron en s

emperamento fantasioso y melanclicoDesde nio se form en lecturamitolgicas, en la astronoma y en la

ciencias. En 1919 ley la obra de LorDunsany, que lo marc sensiblemente; lmismo le ocurri con Edgar Allan Poe

Arthur Machen. La mayor parte de suobras fue publicada en la revista WeirTales.

Considerado uno de los ms brillantes originales autores de narrativa fantsticdel siglo XX, la fama de H. P. Lovecrafcreci sobre todo despus de su muerte


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cuando su obra, aparecida inicialmenten revistas especializadas, fue publicaden volumen. En su narrativa se funde

elementos heterogneos: el influjo dEdgar Allan Poe, reconocible en ciertaatmsferas y recursos tcnicos de su

cuentos juveniles, pero tambin en lanovelas de madurez como En lamontaas de la locura(1931); los lazo

con la tradicin y el paisaje de la Nuevnglaterra, onricamente transformado eespacio fantstico; o los arranques dciencia-ficcin, que son desarrollado

en cuentos como El color que cay deespacio(1927).

El ttulo de mayor originalidad de l


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obra de Lovecraft reside, sin embargoen la creacin de una compleja personal mitologa monstruosa en e

centro de la cual estn los old onesdivinidades horribles expulsadas de lTierra en los tiempos prehistricos y e

ucha para tomar posesin de ella. Estoseres monstruosos y malolienteaparecen primero de forma espordica

uego cada vez ms orgnicamente ecuentos como Las ratas en las parede1924), Los mitos de Cthulhu (1926) l horror de Dunwich (1927), y e

novelas como El caso de Charleexter Ward(1927). Tal mitologa tom

forma gradualmente; se enriqueci co

divinidades menores con esferas d


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nfluencia distintas y se sostuvo con erecurso a los libros ficticios malditoscomo el Necronomicn. Partiendo d

sugestiones gticas, a travs dpesadillas cada vez ms angustiosas, eerror en Lovecraft se convierte e

csmico, cifra extrema de su pesimismfilosfico.

as ratas en las paredes (1924) es un

muestra magistral de sus primerorabajos, en los cuales solamente s

esbozaba la mitologa de las cosa

siniestras que continu desarrollando esus relatos y novelas posteriores.

Como declar el mismo Lovecraft, todo

sus relatos estn basados en la leyend


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de que este mundo haba estadhabitado en tiempos remotos por otrraza, que fue aniquilada y expulsad

cuando ejerca la magia negra, pero qusigue viviendo fuera del mundo, estanddispuesta en todo momento a volver

omar posesin de esta tierra. En otrorelatos se trata de demoniodevoradores de cadveres, que penetra

en nuestro mundo racional, quedandretenidos como por ejemplo en Emodelo de Pickman (1927) por upintor en horrorosos retratos.

Lovecraft vara su temtica del horrocon una fantasa ingeniosa y altamentsugestiva; nunca le faltan figuras de


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enguaje para caracterizar opresivoestados de terror, lugares en donde sciernen peligros inminentes, llenos d

mucosidades negras, masticados por lniebla, o unas monstruosidadeasquerosas que apestan com

demonios. Continuamente introducreferencias ambiguas sobre larelaciones de su mitologa con el cult

de vud, con la Atlntida, lamisteriosas piedras de Stonehenge y da Isla de Pascua, o las cazas de bruja

en Nueva Inglaterra.

Sus relatos, entre cuyos antepasadodebemos contar naturalmente a EdgaAllan Poe, revelan la influencia de lo


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autores ingleses de relatos de horroArthur Machen y Lord Dunsany, perLovecraft ampla las regiones del horro

iterario con ocurrencias completamentpropias, con las cuales organizsistemticamente una mitolog

Cthulhu. El inters tambin terico dLovecraft por la literatura fantstica estestimoniado por sus escritos crticos, e

particular porEl horror en la literatur1927), en el que formul una teora degnero fundada en bases psicolgicas formales. Para el autor, los relatos d

este gnero deben contener algunviolacin o superacin de una lecsmica fija, una escapada imaginativ

de la tediosa realidad.


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Los relatos y novelas de Lovecraft, nobstante ubicarse en los lmites de lmitologa y la fantasa visionaria, so

verosmiles, pues a pesar del instintmacabro del autor, una prosa detallistapersuasiva y lenta va organizando u

pequeo mundo autosuficiente y creblencluso posesivo para muchos lectores

Ha influido en autores modernos com

hongos de yuggoth y otros poema - h. p. lovecraft

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