Sentirse como un niño en el estreno del hobbit.

La chica, la pastora alemana y leo suplicando por un petisuise.

La alegría de dormir calentito después de un día duro de frío.

Las duchas de agua hirviendo.

Sentir que ya nada volverá a ser como antes, y ni quererlo.

Sonreír cada día gracias a los ojos alegres.

Alegrarte viendo un cepillo de dientes.

La ironía de Nicolás y el cigarrito del Antonio.

Que te digan te quiero, te echaba de menos me alegro muchísimo de volver a verte.

Mirarnos antes de dormir perdiéndome en sus ojos y pensar con qué poco me conformaba antes.

Los chistes del ánima y las escapadas del gran huddini de la mina.

El orgasmo de ver Interestellar sólo en el cine.

La alegría de volver a nacer otro día 1.

Tener una casa solariega y blasonada con un retrato de un mi abuelo.

El espionaje que me hacen tratando de averiguar dónde duermo y con quién.

Los besos de mi gordi, los abrazos grandes y las personas que te tocan al hablar.

El crock que en realidad es un sándwich, explicado por un niño.

Sentirse feliz por quien soy, olvidando todo aquello que nos hizo cambiar.

El viaje loco a Paris con un nuevo ataque terrorista en 50 años.

Las sabanas de franela que me dejaron.

El roco y la chupipandi que he descubierto.

Tobermory velando mis sueños o mordiéndome un pie y los desastres que forma todas las noches.

El aparato del Juanlu y su autenticidad en estos tiempos.

El sentirse filipina gorda y quinceañera.

El aprender y que te lo recuerden después de quince años.

Mmmmm….las fotos picantonas y el objeto misterioso que pasa desapercibido.

Plantearte hacer una pocilga en casa para que el día que no me manche de barro sentirme a gusto.

Redescubrir las alcachofas.

Entender la paradoja del sofá-cama con otro punto de vista digamos, más real.

Los amaneceres que estoy regalándole a mi alma y mi reencuentro con las estrellas que había olvidado que estaban ahí.

Darse cuenta de lo inútil que soy para gestionar una casa.

Cerrar el suelo y tener por fin un cuarto de baño calentito.

Los cuatro meses de margen y la cantidad de planes por hacer en ese tiempo.

Los pelotazos del Colete de 72 horas en aguardiente y el pobre perro que se llevó el mismo tiempo encerrado en el maletero de su coche.

Acabar todo el mundo en el bar bailando “un país tropical…”!