licenciatura en kinesiología & fisiatría células...

8
Bioética de las Células Madre Vicente Bellver Capella Algunos problemas bioéticos atraen de manera especial la atención de la opinión pública en todo el mundo. Por lo general, son los que tienen más directamente que ver con el respeto a la vida y a la dignidad de los seres humanos como, por ejemplo, el aborto, la eutanasia, la reproducción asistida, la experimentación con humanos, etc. El uso científi- co y terapéutico de las células madre se ha incor- porado recientemente a esa nómina de cuestiones bioéticas apasionadamente debatidas por la opi- nión pública mundial. La razón estriba en que nos encontramos ante unas células con un enorme po- tencial terapéutico pero cuya obtención resulta, en algunos casos, éticamente controvertida, al exigir la destrucción de embriones humanos. En estas páginas me ocuparé de la ciencia, la política y la ética de las células madre. La ciencia de las células madre Las células madre son aquellas que todavía no se han convertido en células diferenciadas de un de- terminado órgano o tejido. Son células que, en el futuro, serán células del hígado, del riñón o de los nervios, pero que todavía no lo son. Los científicos comprendieron que, si conseguían hacerse con unas cuantas de esas células no diferenciadas, cul- tivarlas en el laboratorio hasta tener un número suficiente, y orientarlas en su desarrollo para que se convirtieran en células de uno u otro tejido del cuerpo humano, nos encontraríamos ante una fuen- te inagotable para reparar los tejidos y órganos que se fueran dañando en nuestros cuerpos. Enfermedades espeluznantes como el Alzheimer, el Parkinson, o la paraplejía podrían ser vencidas en el futuro sirviéndose de esas células. La principal controversia entorno a las células ma- dre tiene que ver con el modo en que son obteni- das. Hay tres fuentes para ello: nuestro propio cuerpo que, en determinados órganos, dispone de algunas células todavía no completamente diferenciadas, dispuestas para reponer aquellas que se vayan de- teriorando; las células precursoras de las góna- das de fetos abortados; y los embriones cuando están en la fase de blastocisto, es decir, entre los días cinco a catorce desde su concepción. La primera de las fuentes no plantea, en principio, más conflictos éticos que los relativos al consenti- miento informado de la persona de la que se extrai- gan las células. La segunda nos remite a los problemas sobre el uso de tejidos fetales para fines de investigación o de terapia. No es el momento de tratar la dife- rencia entre la licitud moral de utilizar tejidos de fetos abortados espontáneamente y la ilicitud de emplear los resultantes de abortos voluntarios. La tercera es la más problemática pues supone acabar con la vida de los embriones de los que se obtengan las células. Esos embriones, a su vez, pueden tener diversas procedencias. Pueden ser embriones sobrantes de fecundaciones artificiales; embriones fecundados in vitro con la única finalidad de experimentar con ellos; o em- briones creados por clonación, utilizando óvulos humanos o de animales (ya se ha hecho con el de una vaca). No todas las células madre tienen la misma capa- cidad de transformarse en cualquier otra célula Cátedra de Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría Bioética Células Madre Bioetica Bioetica Bioetica Bioetica [email protected] 1

Upload: lethuan

Post on 08-Feb-2019

222 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría Células Madreecaths1.s3.amazonaws.com/bioetica/CelualsMadre.pdf · 1 . del organismo. Según este criterio, los científicos han distinguido

Bioética de las Células Madre Vicente Bellver Capella

Algunos problemas bioéticos atraen de manera

especial la atención de la opinión pública en todo

el mundo. Por lo general, son los que tienen más

directamente que ver con el respeto a la vida y a la

dignidad de los seres humanos como, por ejemplo,

el aborto, la eutanasia, la reproducción asistida, la

experimentación con humanos, etc. El uso científi-

co y terapéutico de las células madre se ha incor-

porado recientemente a esa nómina de cuestiones

bioéticas apasionadamente debatidas por la opi-

nión pública mundial. La razón estriba en que nos

encontramos ante unas células con un enorme po-

tencial terapéutico pero cuya obtención resulta, en

algunos casos, éticamente controvertida, al exigir

la destrucción de embriones humanos. En estas

páginas me ocuparé de la ciencia, la política y la

ética de las células madre.

La ciencia de las células madre Las células madre son aquellas que todavía no se

han convertido en células diferenciadas de un de-

terminado órgano o tejido. Son células que, en el

futuro, serán células del hígado, del riñón o de los

nervios, pero que todavía no lo son. Los científicos

comprendieron que, si conseguían hacerse con

unas cuantas de esas células no diferenciadas, cul-

tivarlas en el laboratorio hasta tener un número

suficiente, y orientarlas en su desarrollo para que se convirtieran en células de uno u otro tejido del

cuerpo humano, nos encontraríamos ante una fuen-

te inagotable para reparar los tejidos y órganos que

se fueran dañando en nuestros cuerpos.

Enfermedades espeluznantes como el Alzheimer,

el Parkinson, o la paraplejía podrían ser vencidas

en el futuro sirviéndose de esas células.

La principal controversia entorno a las células ma-

dre tiene que ver con el modo en que son obteni-

das.

Hay tres fuentes para ello: nuestro propio cuerpo

que, en determinados órganos, dispone de algunas

células todavía no completamente diferenciadas,

dispuestas para reponer aquellas que se vayan de-

teriorando; las células precursoras de las góna-

das de fetos abortados; y los embriones cuando

están en la fase de blastocisto, es decir, entre los

días cinco a catorce desde su concepción. La

primera de las fuentes no plantea, en principio,

más conflictos éticos que los relativos al consenti-

miento informado de la persona de la que se extrai-

gan las células.

La segunda nos remite a los problemas sobre el

uso de tejidos fetales para fines de investigación o de terapia. No es el momento de tratar la dife-

rencia entre la licitud moral de utilizar tejidos de

fetos abortados espontáneamente y la ilicitud de

emplear los resultantes de abortos voluntarios.

La tercera es la más problemática pues supone

acabar con la vida de los embriones de los que

se obtengan las células. Esos embriones, a su vez,

pueden tener diversas procedencias.

Pueden ser embriones sobrantes de fecundaciones

artificiales; embriones fecundados in vitro con la

única finalidad de experimentar con ellos; o em-

briones creados por clonación, utilizando óvulos

humanos o de animales (ya se ha hecho con el de

una vaca).

No todas las células madre tienen la misma capa-

cidad de transformarse en cualquier otra célula

C á t e d r a d e

Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría

Bioética Células Madre

Bioetica Bioetica Bioetica Bioetica [email protected]

1

Page 2: Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría Células Madreecaths1.s3.amazonaws.com/bioetica/CelualsMadre.pdf · 1 . del organismo. Según este criterio, los científicos han distinguido

del organismo. Según este criterio, los científicos

han distinguido entre células totipotentes, pluri-

pontentes y multipotentes.

Las totipotentes serían las células que componen

el embrión hasta la fase de dieciseis células

aproximadamente.

Hasta ese momento, si una de esas células se sepa-

ra de las demás, puede dar lugar a otro embrión.

Las células pluripotentes son las que podrían trans-

formarse en células de cualquier tejido u órgano

del cuerpo humano, pero no en un embrión.

Es el caso de las células de la masa interna del em-

brión en su fase de blastocisto, que darán lugar a

los tres tipos de tejidos del organismo humano:

endodermo, mesodermo y ectodermo.

Por último, las células multipontentes son aquellas

que se pueden diferenciar en células de distintos

tipos pero dentro de la misma clase.

Así, por ejemplo, las células madre sanguíneas se

transformarían en glóbulos rojos, glóbulos blancos

y plaquetas, pero no podrían llegar a ser células

musculares o nerviosas.

Hasta hace poco más de un año se pensaba que las

células madre de adultos -las que se encuentran en

el ser humano ya desarrollado- eran todas multipo-

tentes por tener limitada su capacidad de diferen-

ciación. Sin embargo, como veremos más adelante,

la investigación ha demostrado que también éstas

tienen una enorme versatilidad.

En noviembre de 1998 se publicaron simultánea-

mente dos trabajos acerca de la obtención y cultivo

en el laboratorio de células madre. En uno de ellos,

las células madre procedían embriones en fase

de blastocisto sobrantes de tratamientos de in-fertilidad, donados por su progenitores para la

investigación.

Para obtener las células madre de esos embriones,

tuvieron que ser destruidos.

En el segundo caso, las células madre se obtuvie-

ron de las células precursoras de las gónadas de

fetos abortados de unas pocas semanas.

Los fetos habían sido deliberadamente abortados,

pero por causas ajenas a la investigación, poste-

riormente, se habían extraído las células madre y

cultivado en el laboratorio.

En ambos casos, el “éxito” consistió en aislar en

el laboratorio unas células que todavía no se habí-

an convertido en células de un tejido específico y

en conseguir que se multiplicaran continuamente

sin perder ese estado de indiferenciación.

El paso siguiente consiste en llegar a dominar el

proceso del desarrollo y diferenciación celular,

de modo que esas células indiferenciadas, cultiva-

das en el laboratorio, se conviertan en células de

un tejido predeterminado.

En el momento en que se consiga eso, práctica-

mente se habrá descubierto una fuente inagotable

de tejidos humanos para repuestos.

Una semana más tarde de las publicaciones de

Thomson y Gearhart, el New York Times publicaba

en su portada la noticia de un experimento seme-

jante a los anteriores, con la diferencia de que la

fuente empleada para obtener las células había sido

un embrión obtenido por la fusión de un núcleo de

célula humana y un óvulo de vaca al que se le

había retirado su núcleo.

Este experimento fue anunciado por Michael West,

quien dos años antes había fundado la compañía

Geron, posteriormente la había dejado y, en ese

momento, era Presidente de Advanced Cell Tech-

nology, una pequeña y joven empresa de biotecno-

logía, en la que se había realizado la fusión del

núcleo humano y el óvulo de vaca.

En este caso, las “ventajas” eran dos: las células

extraídas del embrión creado por esa técnica serí-

an compatibles con las del sujeto que aportó el

núcleo; y la utilización del óvulo de una vaca evi-

taba recurrir a óvulos de mujer, cuya extracción

siempre resulta dolorosa.

Al hilo de estos anuncios científicos, se desató

una polémica a nivel mundial, que ahora mismo

constituye el principal debate bioético. Por un lado, parece que nos encontramos cerca de

obtener una terapia casi milagrosa para muchas

enfermedades hoy en día mortales o enormemente

penosas.

Pero, por otro, el modo de obtenerlas exige el sa-

crificio de muchos embriones humanos.

Cuando todo apuntaba a que el prodigio de las cé-

lulas madre tenía que pasar necesariamente por el

sacrificio de embriones apareció publicado, tam-

bién en Science, un articulo del grupo de investiga-

ción dirigido por Angelo Vescovi, neurobiólogo

Bioetica Bioetica Bioetica Bioetica [email protected]

2

Blastocisto

Page 3: Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría Células Madreecaths1.s3.amazonaws.com/bioetica/CelualsMadre.pdf · 1 . del organismo. Según este criterio, los científicos han distinguido

del Instituto Nacional de Neurología de Milán,

informando de la transformación de células ma-

dre de nervio en células de sangre.

Hasta este momento, se sabía de la existencia en el

cuerpo de los seres humanos adultos de células

madre, pero había dos problemas para trabajar

con ellas.

En primer lugar, no se conseguía cultivar esas cé-

lulas en el laboratorio manteniéndolas en el estadio

de indiferenciación. En segundo lugar, se pensaba

que esas células sólo tendrían la capacidad de con-

vertirse en células del tejido del que habían sido

obtenidas.

El trabajo de Vescovi acabó con esos dos obstácu-

los: consiguió cultivar células madre de tejido

nervioso en el laboratorio y consiguió que esas células se transformaran en células sanguíneas.

Inmediatamente se reconoció que las células ma-

dre de adultos eran más flexibles de lo que se pen-

saba y capaces de convertirse en tejidos distintos

de aquellos para los que, en principio, estaban

destinadas: las células madre de adulto podían des-

hacer su propio destino, convirtiéndose en células

de un tipo distinto del que habrían sido en condi-

ciones normales.

Desde que el equipo de Vescovi en Milán publica-

ra los resultados de la transformación de células

nerviosas en sanguíneas, los artículos relatando

los éxitos en este terreno se han sucedido ininte-

rrumpidamente en las principales revistas científi-

cas del mundo.

Hasta tal punto es así, que tanto el informe del

grupo de expertos del Chief Medical Officer britá-

nico del año 2000, en el que se basa la decisión de

Blair de autorizar la clonación de embriones para

la investigación, como el informe sobre la investi-

gación en células madre, que el Presidente Clinton

encargó al Comisión Nacional Asesora de Bioéti-

ca (National Bioethics Advisory Commission,

NBAC) americana, y que se publicó en 1999, re-

conocen que las células madre procedentes de

adultos pueden tener la misma versatilidad que las

células madre embrionarias y que incluso pueden

resultar más eficaces, por ser más fáciles de re-

orientar en su diferenciación.

En particular, el Informe Donaldson es muy claro

a este respecto: “los recientes trabajos sobre célu-

las madre de adultos dan muestra del verdadero

alcance de la investigación con células madre y

contradice la creencia anterior de que las células

madre procedentes de tejidos de adultos tenían

una capacidad de diferenciación restringida. Pue-

de que las posibilidades a largo plazo de las célu-

las madre procedentes de tejidos de adultos lle-

guen a igualar, o incluso a sobrepasar, las de las

células madre embrionarias”.

A pesar de este reconocimiento, los dos informes

se inclinan por continuar la investigación con am-

bas fuentes de células, integrar los conocimientos

procedentes de una y otra, y evaluar cuál de ellas

ofrece mejores resultados.

Desde el punto de vista estrictamente científico, el

recurso a las células madre de adultos ofrece dos

grandes ventajas. Por un lado, sortea el grave

problema de la histocompatibilidad. Al ser el mis-

mo sujeto el donante y el receptor de las células

que se transfieren, se evita cualquier tipo de recha-

zo. Por otro lado, las células madre de adulto no

tienen que realizar un viaje tan largo como el de

las embrionarias para transformarse en células de

un determinado tejido u órgano, pues están ya más

diferenciadas, lo que facilita mucho la labor de los

científicos de orientar el desarrollo celular. De

hecho, conseguir que las células madre embriona-

rias recorran ese camino desde la indiferenciación

hasta su transformación en células de un determi-

nado tejido u órgano constituye el principal obstá-

culo para los científicos.

Pero también las células madre de adultos ofre-

cen resistencias a su manipulación exitosa.

Hasta hace poco parecía imposible cultivarlas en

grandes cantidades en el laboratorio. Ahora parece

que ese obstáculo se ha sorteado, pero todavía pen-

de la duda de si las células madre de adultos serán

capaces de transformarse en cualesquiera células

del organismo humano. Todos los meses se vienen

anunciando progresos en este terreno.

Uno de los más significativos, que mereció la aten-

ción de los medios de comunicación de todo el

mundo, fue el de la obtención de células nerviosas

Bioetica Bioetica Bioetica Bioetica [email protected]

3

Page 4: Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría Células Madreecaths1.s3.amazonaws.com/bioetica/CelualsMadre.pdf · 1 . del organismo. Según este criterio, los científicos han distinguido

inmaduras a partir de células madre de médula

ósea de seres humanos.

Más recientemente, se ha

conseguido obtener célu-

las óseas y cartilaginosas

a partir de células madre

de grasa humana extraída

por liposucción.

De confirmarse la idonei-

dad de la grasa humana

como fuente de células

madre, se superaría el

problema del difícil acce-

so que, en ocasiones, pre-

sentan las células madre

de adultos. Si se puede

hablar en estos términos,

las células madre de adul-

tos ganan ahora mismo la

carrera a las células ma-

dre embrionarias, porque

están acreditando su enor-

me versatilidad y ofre-

ciendo ya algunos éxitos terapéuticos. En las célu-

las madre embrionarias, sin embargo, todavía se

está investigando el modo de conseguir que se des-

arrollen en un sentido determinado.

Política de las células madre:

¿Hacia dónde vamos? Después de resumir el estado de la ciencia de las

células madre humanas, a continuación me referiré

a las posibles respuestas ante este desafío. En pri-

mer lugar, trataré de las tendencias políticas domi-

nantes con respecto a este nuevo campo de investi-

gación y, en el siguiente apartado, expondré los

criterios que deberían prevalecer en esta materia y

las razones de los mismos.

La política científica de las células madre está

muy condicionada por sus patrocinadores, que son

inversores privados más que públicos. En los am-

plios márgenes de tolerancia que ofrecen las leyes

americana, británica y australiana, las empresas

biotecnológicas están haciendo inversiones astro-

nómicas con la confianza de amortizarlas y renta-

bilizarlas en el futuro mediante los royalties que

logren ingresar por las patentes que consigan.

Estos patrocinadores, junto con los investigado-

res, los medios de comunicación, los comités de

bioética y los gobiernos, constituyen la compleja

trama de la carrera científica, cuyo conocimien-

to es imprescindible para componerse una ima-

gen más o menos fiel del escenario en el que se

desarrolla la investigación con células madre.

Si repasamos cada uno de los actores menciona-

dos, observamos que todos ellos se encuentran do-

minados por fuerzas que les impulsan a desarro-

llar o apoyar ese tipo de investigaciones, más allá

de cualquier consideración ética.

Ya me he referido a las empresas. Ellas están pre-

sionando sobre los Estados y la opinión pública

para que las trabas legales a este tipo de investi-

gaciones desaparezcan y para que puedan patentar

las técnicas relativas a la obtención, tratamiento y

empleo de las células madre.

Los científicos, por su parte, tienen también gran-

des motivaciones para apoyar este tipo de trabajos.

El primero es la natural atracción que ejerce sobre

un investigador la posibilidad de conocer y domi-

nar mejor la vida humana.

A ello hay que añadir la notoriedad social que ge-

nera un descubirmiento en estos campos científi-

cos con inmediata y enorme repercursión clínica.

Además, los incentivos económicos que los cien-

tíficos reciben de las empresas llevan a cuestio-

nar la independencia e imparcialidad del científico

a la hora de seleccionar las líneas de investigación

que va a desarrollar.

Los medios de comunicación están muy condicio-

nados por los científicos y las empresas biotecno-

lógicas. En estos campos, más que en cualquier

otro, los informadores están enteramente en manos

de quienes proporcionan los materiales informati-

vos, sin que puedan tomar la suficiente distancia

para evaluar la licitud, calidad e interés de los me-

dios y los resultados de las investigaciones.

En estos momentos, además, los medios de comu-

nicación vuelven a caer en la ingenua creencia de

que el mundo científico es completamente neutral

y que sólo en el campo de las aplicaciones tecnoló-

gicas es donde se deben hacer juicios de valor.

Por lo demás, su dependencia del público para su

mantenimiento también condiciona su línea infor-

mativa. Los medios saben que “vende” informar

acerca de espectaculares avances en el campo

biomédico, aunque luego éstos no lo sean tanto; o

contar los casos dramáticos de personas que podrí-

an haberse curado si se suprimieran algunas trabas

legales.

Los comités de bioética también tienen un prota-

gonismo en la configuración de las políticas cientí-

ficas. Muchos de estos comités están influidos por

el utilitarismo que, por ser la corriente hegemónica

en los Estados Unidos, extiende su influencia a

muchos otros.

No se puede decir que la diversidad de paradig-

Bioetica Bioetica Bioetica Bioetica [email protected]

4

Page 5: Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría Células Madreecaths1.s3.amazonaws.com/bioetica/CelualsMadre.pdf · 1 . del organismo. Según este criterio, los científicos han distinguido

mas bioéticos cuente con igual representación en

el mundo. Por otro lado, algunos de estos comités

han sido creados por empresas o fundaciones pri-

vadas, que condiciona mucho su imparcialidad. El

caso más llamativo es el del comité bioético crea-

do por Geron, cuando ya había desarrollado las

investigaciones que condujeron a Thomson y

Gearhart a lograr los cultivos de células madre em-

brionarias en el laboratorio.

Parece difícil de suponer que el informe que este

comité de bioética publicó con relación a estas in-

vestigaciones fuera a criticarlas. En efecto, se limi-

ta a dar una cobertura justificatoria a lo que ya se

había hecho.

La sociedad civil ejerce un papel de primera mag-

nitud en la política sobre cuestiones biomédicas.

Aquí las posiciones se polarizan entorno a dos cen-

tros.

El movimiento favorable a la experimentación

con embriones para obtener cuanto antes las célu-

las madre y disponerlas para su uso clínico cuenta

con el respaldo de algunas asociaciones de enfer-

mos, mientras que la posición favorable al respe-

to incondicionado al embrión se apoya en los

movimientos provida, entre cuyas filas militan

también personas que sufren graves enfermedades.

Mientras los primeros son partidarios de servirse

de los embriones para llegar cuanto antes a la tera-

pia de regeneración celular, los segundos entien-

den que el recurso a los embriones no sólo es in-

moral, sino innecesario porque la vía de las células

madre de adultos ya ha acreditado su gran poten-

cialidad, como se indicaba en el primer epígrafe.

En un caso, se entiende que el “profundo respeto

debido al embrión” no es incompatible con su des-

trucción en algunos casos, por entenderse que to-

davía no nos encontramos ante un ser humano.

En el otro, se estima que el embrión humano no

puede tratarse como si fuera simplemente un obje-

to. Ese respeto muchos lo fundan en que el em-

brión es ya persona desde su concepción y, por

tanto, titular de los derechos humanos y, entre

ellos, el derecho a la vida. Dentro de esta misma

posición, otros, en cambio, sin llegar a esa identifi-

cación entre embrión y persona, mantienen la ne-

cesidad de ser completamente respetuosos con el

embrión por constituir el inicio de una vida huma-

na.

A la vista de este escenario sociopolítico, no es

difícil concluir que existe una enorme presión so-

bre las instancias legales para que se autorice la

investigación con los embriones sobrantes de las

técnicas de fecundación asistida, e incluso su crea-

ción -por fecundación o clonación- para su uso en

la investigación.

Los beneficios económicos de las empresas, el lu-

cro y la notoriedad de los investigadores y los in-

tereses los terapéuticos de los enfermos pesan mu-

cho en uno de los platillos de la balanza, mientras

que en el otro únicamente se encuentran los inter-

eses de los embriones, incapaces de defenderse por

sí mismos, y la tradición jurídica hasta el momen-

to, que siempre se ha opuesto a la instrumentaliza-

ción de los embriones.

En el último epígrafe me planteo si esa tradición

jurídica de protección al embrión era una cuestión

puramente cultural que, al demostrarse que los em-

briones pueden ser muy útiles para curar a otros,

pierde su vigencia; o es una cuestión de derechos

humanos, que no puede ser alterada por ninguna

mayoría.

Bioética de las células madre:

¿hacia dónde debemos ir? Las fuentes de las células madre son tres y cada

una de ellas conduce a un campo de la bioética.

1- Las células madre procedentes de adultos

remiten a los ensayos clínicos con seres humanos.

El acuerdo acerca de las condiciones en las que se

puede disponer del tejido humano de adultos es

bastante amplio.

2- Las células madre fetales nos sitúan ante el

problema del uso de los fetos abortados delibera-

Bioetica Bioetica Bioetica Bioetica [email protected]

5

Page 6: Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría Células Madreecaths1.s3.amazonaws.com/bioetica/CelualsMadre.pdf · 1 . del organismo. Según este criterio, los científicos han distinguido

damente. Aquí todos coinciden en que se tomen

medidas para evitar que los abortos se realicen con

el fin de proveer de material para la investigación.

La controversia se plantea entre quienes no ven

problemas en utilizar este material si se garantiza

lo anterior y quienes, de todos modos, sí los en-

cuentran. Más allá de los problemas morales que

plantea el uso de esos materiales, únicamente plan-

teo ahora la cuestión acerca de quién es la persona

competente para consentir en el uso de los mis-

mos. Pienso que la misma persona que autoriza la

muerte del feto no puede ser idónea para consentir

en el uso de los tejidos fetales para la investiga-

ción, salvo que se considere que el feto es propie-

dad de la madre. Pero, si no es ella, ¿quién enton-

ces? Esta ausencia de un sujeto legitimado para

consentir en el uso de los tejidos fetales constituye

ya una razón para dudar de la licitud de esta prácti-

ca.

3- Por último, las células madre embrionarias plantean el problema acerca de la licitud de la in-

vestigación con embriones. Ya hemos visto que,

salvo sonadas excepciones, los ordenamientos jurí-

dicos vigentes la prohíben. Ante la enorme presión

para permitir el uso de embriones en la obtención

de células madre, planteo dos cuestiones: ¿qué de-

bería hacer un Estado prudente ante la posibilidad

de usar los embriones en las actuales circunstan-

cias político científicas? ¿Y qué criterios deberían

tenerse en cuenta para llegar a una respuesta co-

rrecta, con carácter general, al problema de las cé-

lulas madre?

Con respecto a la primera entiendo que un Estado

prudente debería, por ahora, dejar las cosas

como están.

Tres razones me inclinan a optar por la espera. En

primer lugar, las normas básicas que regulan la

investigación con células madre en España son

muy recientes: el Código penal es de 1995, y el

Convenio Europeo de Derechos Humanos y Bio-

medicina, de 1996, que España ratificó dos años

después.

El primero prohíbe fecundar un óvulo con un fin

distinto del reproductivo. El segundo también pro-

híbe crear embriones con fines distintos de la re-

producción. De entrada, sería chocante pensar que

un Código penal que tardó más de quince años en

elaborarse y un Convenio sobre Bioética que fue

discutido durante seis años por más de 30 países de

Europa contengan de pronto normas obsoletas.

Antes de proponer su reforma, habría que ana-

lizar con sosiego las razones por las que hace

tan poco tiempo se decidió legislar en ese senti-

do y ahora, sin embargo, se presiona para cam-

biar esas leyes.

La segunda razón para la moratoria es la abun-

dancia de incertidumbres que convendría despejar

antes de tomar decisiones. ¿Cada célula totipotente

es un embrión? ¿Cuál sería la condición de una

célula de adulto totalmente desprogramada y sus-

ceptible, en consecuencia, de convertirse en una

célula de cualquier tejido u órgano, e incluso en un

embrión? ¿El cigoto obtenido mediante transferen-

cia nuclear de célula somática es un embrión y es

acreedor a la misma consideración que el embrión

fruto de una fecundación? Estas, y muchas otras,

son preguntas filosóficas que exigen importantes

conocimientos científicos para ser respondidas, y

cuyas respuestas condicionan por completo el jui-

cio sobre la investigación con células madre em-

brionarias.

La última, y más importante, razón para inclinar-

me por la moratoria es el mismo estado de la cien-

cia de las células madre.

En el último año, las células madre de adultos se

han podido cultivar en el laboratorio en grandes

números; han acreditado una versatilidad insospe-

chada, transformándose en una gran variedad de

tejidos del cuerpo humano; obvian cualquier pro-

blema de rechazo en el trasplante; y han empezado

a ofrecer resultados terapéuticos positivos.

Bioetica Bioetica Bioetica Bioetica [email protected]

6

TRES RAZONES PARA DEJAR

LAS COSAS COMO ESTAN

Page 7: Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría Células Madreecaths1.s3.amazonaws.com/bioetica/CelualsMadre.pdf · 1 . del organismo. Según este criterio, los científicos han distinguido

Ante esta fuente de células madre, cuyo uso no

plantea problemas éticos y cuya utilidad salta a la

vista, me parece que una decisión respetuosa con

todos y no perjudicial para nadie consistiría en po-

ner toda la carne en el asador de las células madre

de adultos y no en otras células madre éticamente

controvertidas y científicamente menos contrasta-

das hasta el momento.

Esa moratoria permitiría, además, plantearse con

tiempo la avalancha de problemas bioéticos que se

derivarían de una eventual aceptación futura de la

investigación y utilización de las células madre

embrionarias.

Las Preguntas a responder ¿Se debe informar a la madre del embrión utiliza-

do como fuente de células madre sobre los desór-

denes genéticos que se hayan detectado tras el

análisis de las células?

¿Tienen derecho las madres de esos embriones a

participar en el beneficio económico que pueda

reportar el uso de las células?

¿Cómo se justifica que las empresas biotecnológi-

cas que “produzcan” las células madre embriona-

rias reciban un beneficio económico por su traba-

jo y no, en cambio, quienes aportan la materia

prima?

¿Debe informarse a los posibles receptores de las

células madre de la fuente de la que se han obteni-

do?

¿Debe informarse a la madre del embrión del des-

tino concreto al que se dirija el embrión donado o

basta con una referencia genérica a usos de inves-

tigación?

¿Tiene derecho la madre del embrión a saber

quiénes son los receptores de las células madre

obtenidas a partir del embrión donado por ella,

teniendo en cuenta que se trata de unas células

con un código genético vinculado a ella?

Sería una temeridad aprobar una investigación que

desencadena tantos dilemas bioéticos, sin haberlos

discutido y resuelto primero; sobre todo, si tene-

mos presente lo ya dicho: que existen alternativas

científicas satisfactorias.

La segunda pregunta es ¿qué posición cabe adop-

tar ante la creación y uso de embriones para fines

de investigación y, en concreto, para obtener célu-

las madre? La respuesta es tratar con respeto al

embrión humano, empezando por su vida y el

modo en que ha sido creado. Por ello, es ilícito destruir embriones para obtener esas células.

La gravedad de esa acción se incrementa si esos

embriones son creados exclusivamente para su

destrucción en la investigación, y más aún si, ade-

más, son creados por transferencia nuclear

(clonación).

La clonación de embriones es un gravísimo aten-

tado contra la dignidad humana por dos razo-nes. En primer lugar, porque el destino de esos

embriones es su destrucción y utilización en bene-

ficio de otros. En segundo lugar, la clonación de

embriones abre las puertas a que nazcan niños

creados por clonación. El gobierno británico se ha

apresurado a decir que el permiso para clonar em-

briones irá acompañado de un reforzamiento de la

prohibición para clonar seres humanos destinados

a nacer. Desde luego, es una ingenuidad pensar

que si se llegan a clonar embriones, la tentación de

implantarlos en una mujer para que nazcan se po-

drá resistir.

Para distinguir entre uno y otro uso de la clonación

algunos autores han hablado clonación "repro-

ductiva" frente a clonación "no reproductiva" o

clonación "terapéutica".

Me parece que esta terminología falsea la realidad

y por ello, debe ser rechazada.

Tanto en un caso como en otro existe una clona-

ción reproductiva porque en ambos se obtiene -se

crea- un embrión humano por clonación.

La diferencia estriba en que en un caso el embrión

tiene como destino el llegar a ser adulto, y en el

otro su destino es el uso para interés de otros seres

humanos. Según esto, más que hablar de clonación

Bioetica Bioetica Bioetica Bioetica [email protected]

7

Page 8: Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría Células Madreecaths1.s3.amazonaws.com/bioetica/CelualsMadre.pdf · 1 . del organismo. Según este criterio, los científicos han distinguido

"reproductiva" y "no reproductiva" habría que

hablar de clonación humana "reproductiva" y

clonación humana "utilitaria", "instrumental"

o "destructiva". Si recurrimos a los términos de

clonación reproductiva y terapéutica, transmitimos

la idea de que la segunda no es perjudicial porque

podría parecer que no instrumentaliza a nadie, y

que únicamente tiene un efecto curativo. Clonar

embriones humanos para uso y provecho de otros

es una clonación humana radicalmente instrumen-

tal y no una inocua e inofensiva "clonación no re-

productiva" o "terapéutica".

Además de esta objeción, se plantean otras que

también conviene tener en cuenta. Una de ellas

tiene que ver con el consentimiento prestado por

los padres a este destino de los embriones.

¿De qué tipo de consentimiento se trata?

No puede decirse que sea el consentimiento de

una persona que tiene la patria potestad sobre

otra porque, en ese caso, el consentimiento siem-

pre está sometido al interés del sujeto, lo que en

absoluto es asícuando aquello en lo que se con-

siente es en la destrucción del embrión.

Habrá que pensar, entonces, que se trata del tipo de

consentimiento que da el dueño de una cosa para

que se disponga de esa cosa. Pero, entonces, nos

encontramos con la reducción del embrión a objeto

de libre disposición. Las legislaciones de todo el

mundo luchan para que el ser humano no actúe

sobre su propio cuerpo como si fuera un objeto de

libre disposición, prohibiendo para ello el comer-

cio de órganos.

¿Por qué prohibir la venta de mi riñón y permitir,

en cambio, mi disposición sobre mis embriones

que, desde luego, son menos míos que el riñón?

La consecuencia de reducir el embrión a cosa trae

otro problema.

¿Hay que pagar a quien dona los embriones para

investigación?

Casi nadie se atreve a sostenerlo. Ahora bien,

¿puede el laboratorio vender las líneas celulares

obtenidas de esos embriones?

Desde luego, no parece que los laboratorios estén

dispuestos a actuar “altruistamente” sino, más

bien, a rentabilizar las inversiones realizadas en el

desarrollo de esos “productos”. Pero ¿no choca

que los laboratorios, y los accionistas que los sos-

tengan, se enriquezcan gracias a unos embriones

que, por evitar su comercialización, exigimos a sus

progenitores que donen y no vendan?

Conclusión

Las células madre, junto con la manipulación gené-

tica, van a constituir dos pilares básicos de la medi-

cina de los próximos años. La tecnología genética

impedirá la aparición de muchas enfermedades

inscritas en nuestros genes.

Las células madre, por su parte, proveerán de teji-

dos y órganos de repuesto a medida que los nues-

tros se vayan deteriorando. Todo ello contribuirá a

la mejora de la salud y de la vida de las personas y

deben ser saludados con satisfacción.

Pero ello no nos puede hacer perder de vista los

riesgos del desarrollo tecnológico. Los problemas

bioéticos que plantea la manipulación genética son

objeto de otro estudio.

Aquí nos hemos centrado en los suscitados por la

investigación con células madre. La principal fuen-

te de problemas deriva del uso de embriones como

“materia prima” para obtener esas células.

El embrión es un ser completamente desprotegido,

incapaz de defender sus intereses por sí mismo y

con una apariencia nada semejante a la de un ser

humano adulto.

Esas tres circunstancias han conducido a muchos a

considerar que el embrión no es todavía un ser

humano y que, por tanto, puede ser utilizado al

servicio suyo. Pero esas circunstancias no quieren

decir que todavía no estemos ante un ser humano,

sino que la fragilidad es inherente a la condición

humana y que esa condición se manifiesta máxi-

mamente en los inicios del ser humano.

Considerado así el embrión, no puede ser lícito, en

ningún caso, su instrumentalización al servicio de

otros seres humanos. Si no existiesen fuentes alter-

nativas para obtener las células madre que no plan-

tean problemas éticos, nos encontraríamos ante un

dilema cuya respuesta no admitiría dudas pero que

resultaría bastante trágico.

Pero lo cierto es que la ciencia ha provisto de unas

alternativas más que satisfactorias, que permiten

desarrollar la investigación con células madre sin

sacrificar vidas humanas

Bioetica Bioetica Bioetica Bioetica [email protected]

8