lectura 29-9 fg

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Todo lo solo o el descubrimiento de la palabra abismado, caído, quebrando horizontes, a patadas, a gritos levantando los aires hasta el cielo para lanzarlos contra todas las piedras; hoy es otra de mis voces ─impreca─ clama a eso otro que le ata los órganos al análisis perpetuo e inconmensurable como la palabra inconmensurable (ve y no ve, respira y no respira, anda y no anda); sigue ahí, estructurando lo quebrado, agujereando para siempre el alma que lo llena de gusanos ─se agusana los recuerdos de recuerdos y tritura los vidrios con el peso mecánico del aura─; cree que no será lo mismo recorrer los surcos que atravesarlos de huellas apuñaladas sin éter; (recuerdos de vitrales quebrándose, luz obscura entrando por los ojos de los pobres que no entrarán al reino de los cielos ─edificación de milenios pudriéndose entremedio de las sábanas─, pedregales de tierra que no tienen nombre, surco de arado sembrados de gladiolos, ahí se vela otro angelito con el rumor de la acequia que atraviese lo humano y lo divino); le duele lo que siente, lo que palpa, lo que entierra:

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selección de textos, grabación en tuh kafé bien verbal

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  • Todo lo solo o el descubrimiento de la palabra

    abismado, cado,

    quebrando horizontes, a patadas, a gritos

    levantando los aires hasta el cielo

    para lanzarlos contra todas las piedras;

    hoy es otra de mis voces impreca clama a eso otro que le ata los rganos al anlisis perpetuo e

    inconmensurable como la palabra inconmensurable

    (ve y no ve, respira y no respira, anda y no anda);

    sigue ah, estructurando lo quebrado, agujereando para siempre el alma que lo llena de gusanos

    se agusana los recuerdos de recuerdos y tritura los vidrios con el peso mecnico del aura; cree

    que no ser lo mismo recorrer los surcos que atravesarlos de huellas apualadas sin ter;

    (recuerdos de vitrales quebrndose,

    luz obscura entrando por los ojos de los pobres

    que no entrarn al reino de los cielos edificacin de milenios pudrindose entremedio de las

    sbanas,

    pedregales de tierra que no tienen nombre,

    surco de arado sembrados de gladiolos,

    ah se vela otro angelito con el rumor de la acequia que atraviese lo humano y lo divino);

    le duele lo que siente, lo que palpa, lo que entierra:

  • los huesos entre siembras de gladiolos son los engranajes del amanecer;

    es entonces que la antigedad del invierno cae, melancola blanca, sobre las manos que aran, con

    la imaginacin, las races de los lamos;

    retrocede del insecto a la larva, hasta empuar la huasca quebrada del siglo

    como gran humareda,

    piensa en acciones cuando todo lo irremediable cae en las norias de memoria,

    piensa en acciones y sollozan las horas y los das nublados en zorzales de agua,

    piensa en acciones y algo se le mezcla adentro muy adentro del cielo,

    piensa en acciones, eso que trae adentro de los frutos rojos de las ideas por sobre el poema:

    el poema, el poema, ese hijo del aire;

    qu hace mirndolo todo?

    comprender, comprenderlo todo, ansa eso, esa forma de muerte, restructuracin de silencios,

    rearticulacin de la lengua, exhumacin sobre exhumacin, anulacin de lo efmero y envolvente

    como caricia de pas; desea ese deseo: degollarse en una caricia viva;

    ve y encuentra que encuentra el mecanismo de lo muerto, de lo efmero, el pueblo que se hace

    horizonte de un lado a otro de los brazos, la calle borneada por el fruto de la zarzamora, la acequia

    de donde nace el hombre, la fuerza bruta del amanecer, con los caballos atados a la muecas; la

    cosmogona nocturna del relato aejo, con el graznido metlico de los queltehues, los pequeos

    infiernos de las tardes de domingo lengua afuera, el domingo chasquea los sentidos, y los

    sentidos duermen, a la manera de los signos de un poema muerto;

  • carga eso sobre la espalda, se le moja lo mismo que la lengua que lame nogales en ausencia

    remordindose: sabe que arrastra algo que no conoce, algo como un despojo de consciencia, la

    arrastra como al muerto el sepulturero en el otoo, y hay de verdad en esa fuerza bruta;

    algo le ha sido arrancado de la boca;

    la infancia, ese juego de nios.

  • hay algo que se le ha muerto, la imagen de la antigedad, entonces toma la forma de las formas,

    todo lo solo que le corresponde, todo lo ausente,

    una fotografa en blanco y negro que denuncia una aldea sin esquinas,

    todo lo derruido por el moho;

    s, planta puales con claveles dentro de las naves heridas,

    la infancia tiene olor a plvora, al retorno mutilado de los soldaditos, las picas batallas de

    siempre, reducidas a su mnima expresin,

    esconde todo en la altura de los tallos de los claveles, honra a la muerte de la historia, que es la

    vida del poema;

    todo lo solo que le corresponde dice y vibran todas las materias todas que se corresponden:

    como la vida es la muerte, como la muerte al poema;

    no dice, patea abstracciones, pero no tiene edad angular, tampoco medida cartogrfica ni

    frmula:

    la accin se puebla de accin dice y se hiere toda la idea, con violencia, con el doble filo de la

    ausencia;

    ve entonces cmo las banderas son las alas de luto de las golondrinas,

    hrrido canto del leo cado, del roble antiguo

    al que le duele el tiempo que se pudre

    todo lo solo,

  • todo lo solo que rearticula a vivo gesto:

    ignora ante todo, pero intuye su propia verticalidad ausente;

    esparcindose en los lmites, delimitando sin tiempo y sin prisa, es que encuentra los caminos

    entremedio del sonido que le ruge, que le desparrama los sentidos sobre s mismo, como dos

    hechos que se funden y hacen realidad

    los cantos, todos los cantos de todas las aves son lo mismo, una sola lengua infinita que envuelve

    larvariamente, o sea, desde adentro hacia afuera, flor de higo floreciendo;

    hay alguien que se le muere con todo y viaje inexplorado, tristeza terrible del que est postrado de

    la mente, amplias lagunas de atardecer,

    los reflejos en la tierra mojada sin sexo, porque incluso los rboles guardan su sexo adentro de l,

    adentro de los hombres,

    pero ya no es su problema el luto, aquello que desfigura siluetas orgnicamente, tampoco lo es,

    no, tampoco, no es evidente, porque ya no es situacin de otoo y todo se le ha vuelto

    podredumbre en el espritu que se torna, doblando las melancolas hacia adentro, hacia la sangre

    que se le sale cuando camina dejando huellas de agua en rastros de regados poblados de

    amarillos resquebrajados;

    qu dice?

    porque dice algo, pero no lo nombra, escribe futuro sin serlo y sin nombrarlo, repite crculos que

    se estn redibujando fuera de todo plano aun cuando entiende que lo mojado que carga oscila sin

    pulso constante: inamovilidad del instante etreo;

  • qu sucede? qu es lo que sucede? es decir lo que calla lo totalitario es lo otro que est en

    otro lado

    es otro el silencio

  • Dios es la ceniza de cerebro la materia que crece irreparable aqu dentro de mi propio cementerio

    mis sentidos son los nsperos que crecen a la orilla del camino contienen toda pregunta todo

    universo adentro de las cuatro semillas que conforman su estado olor a muerte la vida tiene olor a

    muerte cortejo fnebre sin cantos el silencio que aqueja lo grande lo ms grande que existe el

    instante el ahora al abrir el sexo el poema o la poesa en un trazo en un ciclo de respiracin

    condensando toda la vida impuesta los otoos envuelven como hoja marchita al vientre

    desgarrndose de sequedad entonces pregunto cul de todas las materias debo ser hoy? porque

    existe un hoy que no es un ayer ni tampoco un maana no existe no tampoco existe como no

    existe palabra alguna que describa realidad existe un sueo pero no es esto ni aquello un lamento

    lejano que traspasa el tiempo en el que no me encuentro muerte de Dios unidad misma espiral

    inversa indivisibilidad humana belleza esttica por haber cerrado los ojos por dentro apretado la

    cabeza contra toda tierra cavando orillando regando dando forma formas geometra sombra del

    que produce tristeza a la tristeza muy adentro orden visible que es pronta nulidad de regarse de

    fatalidades de higuera adentro de todo arquitectura feroz puesto que toda carne es un sonido en

    mi lengua.

  • A Braulio, un exasperado canto triste o el entreacto al hombre que el surrealismo su

    misterio persigue presa en infinitas hembras

    He aqu Poeta que ahora dominas toda la vida en la muerte

    He aqu que vuelves a dar orden entre tus sueos

    Ac en esta voz que en ti comunica

    Rara flor eres la flor de higo floreciendo

    Raro absoluto eres el otro silencio aquejando

    Si imposible te llamo mientras innominado te vuelves

    Presa de psiquismos como smbolo el paracadas

    Entre todo mujeres hombres tierra cielo enterrado

    Nos volvemos infantes para jugar a la infancia

    He aqu Hermano que en la muerte tus sueos comunicas floreciendo

    He aqu que aquejando te vuelves paracadas enterrado

    Ac encuentro el eje de tu mecnica los automatismos los sincronismos?

    Ac la cascada el juego los silencios la nada que derramas?

    Te veo csmico niegas las voz entre voces que marchitan

    Te veo asir el misterio de tu voz entre palabras cancinas

    Te veo ser el mismo misterio el enigma oblicuo en las banderas de luto

    Creo en tu misterio como en lo insondable de tu tiempo

    Creo en tu voz siendo transfigurada en antiguo resquemor

    Creo en ti como el canto que perforar todos los sepulcros

  • Perdona ser presa fcil de estos barroquismos exasperantes

    Perdona el adelantar nuestro tiempo nfimo infame

    Perdona esta actitud quebrada en el tiempo sin memoria

    Perdona esta voz rechinar metales confrontndose al infinito

    Acaso eres el derramado sobre esta bandera en luto marchito?

    Acaso eres esta voz que abrir sepulcros en la infamia del infinito sin memoria?

    Navegas ya Oh Amigo las fisuras del fuego en los heliotropos

    Pirata corsario mercante marino de los signos

    Navegante de los instintos elctricos en adoquines sin pisadas

    Seguramente ya dialogas entre los carontes de las esquinas

    Flaneur entre azares nosotros los oscurecidos antes de la noche

    Transportamos tu sino en nuestro sino de esclavos

  • Lilith

    lento eclipsar

    lo celeste a la mecnica: la luz se hace brotes de acero el sol

    hago pnico el gesto descascara la tibia corteza el corazn descascara

    saluda la sangre gime lame el mar un cadver

    los ojos son la herida entre la miseria

    encenizado morir; esconde los roncos acantilados escndelos

    trilla el universo una semilla: nace tu gesto astronmica cardinalidad

    la veta atmosfrica respira la tierra canta subterrneo el azar que corre en lo imposible

    ensueo instante me pare los pensamientos

    tristes nuestras bocas lenguas entraas, nuestra propiedad que trae luz herida en oscura herida

    el calor anida duerme: djame tu vientre anidar entonces sangre efluvia

    toda naturaleza en la mecnica respira, te vuelves irremediable

    significa esta sombra entre temores?

    negra tu gota se ennegrece observando

    pequeas lenguas desgarradas en tierra las pisadas olorosas llevas sin embargo

    ata mi mueca a la frmula: otro horizonte entre gemir sexo dios

    decidimos llover espasmo girar entre arquitecturas

    condiciono: materia eres de mi existencia

  • Tentativa a un pas de poetas

    A los Poetas cuando se los requiere en el entreacto de la casual sangre, un vano baile sin iniciativa

    entra igual que el castigo en casa:

    una madre que se come la fuga latigante

    por el desespero de no poder parar la olla

    y cuando hay,

    la alegra es un ripio hallndonos, conviviendo en la Poesa, y consolndonos con que slo han

    aprendido a presionar [enter] ante un pblico que ya se lo han desangrado nuestros tontos juegos.

  • A u t o r r e t r a t o

    Qu podra decir sobre m?

    Este atado de espanto, caldo de cultivo del vmito y la carne,

    de m, de este atado orgnico, es que flucta cualquiera de los pulsos de los que se

    compone la arquitectura mtica de una lanzada de arena,

    qu sera de m si no fuera todas las antpodas posibles?

    All, donde quieras trazar cualquier dimensin, dir que te contengo y que soy tu contrario,

    y que de m, esta conjuncin de brasas, calamidad pulsante,

    idea subyacente bajo esta carne, rotan los engranajes empapados en nostalgia.

    Hay quien cree que la nostalgia es lo contrario,

    que la nostalgia es sueo de brasas,

    pero estn en lo cierto e incierto

    como los que dicen de las revoluciones y las revoluciones y las revoluciones, que dios

    guarde,

    se han llenado las manos de palabras,

    se han marchitado lo mismo que un capullo de clavel en el silencio;

    todo exceso verbal es un desierto, una sequa, donde el silencio florece,

    el silencio habla de la muerte con terquedad he aqu que soy culpable de esta fisura.

    Ahora mi inclemencia es la del viento que azota el corazn hasta ofenderlo.

    Este que soy ahora le habla al que ser maana,

  • no slo le habla porque estoy siendo l ahora, sino que lo acaricia y lo calma ante cualquier ansiedad,

    pero qu es abrazar toda esta circunferencia?

    Es apenas un gesto dbil y moribundo, un capricho, un deseo de ser todo siendo algo

    cercano a la nada?

    O es esa cosa cercana a la nada esta pregunta, el lenguaje desenvuelto, cual lengua crecida

    que lame el porvenir de esta finitud?

    Bajo esta carnosidad duelen todos los segundos,

    que tu movimiento, tu puetazo, se pierda en el espacio!;

    cualquier atisbo negro de reverberacin,

    es un viejo resquemor de una muerte pasada;

    cualquier indicio que perturbe el descanso la blancura de una ausencia sonora,

    cualquier brusquedad en los sentidos mismos,

    puede romper la continuidad indeterminada de ese segundo en que ya he inspirado y el

    cuerpo, ya automatizado,

    se prepara para exhalar continuando su antiguo ciclo.

    He entrado en otro estado, todo cuanto toco quiere volverse uno con uno adentro, todo

    hmedo y viscoso.

    Acaso las sonoridades tambin tienen colores?

    Acaso tus palabras estas tambin huelen?

    Adentro, todo, muy adentro, tiene un solo color, tiene un solo olor, tiene, tambin, un solo

    lenguaje desconocido,

    incluso lo totalitario, lo absoluto, siendo nico es distinto y distinto entre todos y cada uno!

  • Y por qu, si desconozco, quieres volcarte en m?

    (Recuerdas las nubes, ves cmo las desgarran y armo lindos atados donde tus vaivenes, y

    los de tus ojos, se asemejan a esos reflejos salinos en movimiento desde millones y

    millones de aos?)

    Hay corporalidad en este canto, hay corporalidad desde este canto,

    hay fracciones que son semejantes a espacios recnditos, indeterminados, inabarcables,

    absolutos, s;

    tengo en la boca el alimento de este y cada unos de los das venideros,

    tengo en la boca mucho ms que eso tambin:

    una voz que es ramaje absorto y fresco de un membrillo pulsante, pujante,

    todas las molculas que recrean esta y cualquier realidad que deseemos,

    la identidad misma de Dios que es tiempo sin ritmo y que por eso se ha vuelto absurdo y ajeno a mi rostro,

    los colores de todos los sonidos y todos los vocabularios,

    tengo en la lengua misma el color de esta sonoridad que no es otra cosa que instinto de

    procreacin, el color de la animalidad,

    el olor de la hereja y la histeria,

    el suave tacto de cuando buscamos las races de uno en el otro,

    no existe cosa que no se haga participe, no desee su propia liberacin?

    Y por qu yo, por qu, si slo soy un susurro desenfrenado?