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Las migraciones salvadoreñas en la construcción del nuevo nosotros Miguel Huezo Mixco

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Los migrantes no solo están re-fundando –en general-- un nuevo país. Sus localidades de origen, de las que salieron tomando todos los riesgos, poco a poco también comienzan a parecerse, por ejemplo, a los barrios latinos de Los Ángeles, California...

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Las migraciones salvadoreñas en la construcción del nuevo

nosotros

Miguel Huezo Mixco

Una sociedad transnacional

“Cuando la gente sale de su país se convierte en la caricatura de los que se quedan”,

Paraiso Travel (2001), de Jorge Franco.

Sin embargo, lo que está ocurriendo en El Salvador indicaría que el país se está convirtiendo un poco en la caricatura de los que se van.

Los migrantes no solo están re-fundando –en general-- un nuevo país. Sus localidades de origen, de las que salieron tomando todos los riesgos, poco a poco también comienzan a parecerse, por ejemplo, a los barrios latinos de Los Ángeles, California. A su vez, ciertas zonas de Los Ángeles se parecen mucho a ciudades salvadoreñas como Soyapango.

Un nuevo AdánEl migrante vendría a ser una especie de “nuevo Adán”: un fundador y un paria.Un campesino des-territorializado pero re-territorializado en la diáspora, y un habitante de las “ciudades globales” de Norteamérica con una parte de su vida apegada a El Salvador

Remesas y culturaLas “remesas” de dinero son un resultado y a la vez un eslabón de una infinidad de decisiones tomadas por actores sociales (individuos o familias) en un proceso de negociación muy complejo que involucra a personas y grupos a ambos lados del giro de dinero: Estados Unidos y El Salvador. La remesa no es solo un acto económico, sino también expresión de complejas relaciones sociales y emocionales.

Explorar las subjetividadesTodos los aspectos que se toman en cuenta a la hora de explicar los flujos migratorios y sus consecuencias suelen ser aspectos objetivos. Se olvida la dimensión subjetiva de las dinámicas migratorias y con ello la posibilidad de “poner de relieve la individualidad, la irreducible singularidad de las mujeres y los hombres que son los protagonistas de las migraciones” (Mezzadra 2001, citado en Campione, 2004).

El nuevo nosotrosLa amplitud y el impacto de la migración en la economía, la política y la cultura llevó a proponer la necesidad de construir un “nuevo nosotros” (PNUD, 2005). Con esa propuesta, eminentemente cultural, se intenta advertir que los salvadoreños del siglo XXI estamos viviendo una mutación que requiere de nuevas formas de representación colectiva capaces de delinear la diversidad de identidades que están emergiendo.

El Salvador no solo necesita reducir las brechas económicas y sociales, responsables en medida importante del éxodo migratorio. Necesita:Hacer efectivo el ejercicio de una ciudadanía sustantiva, ejercida y socialmente reconocida; Establecer, mejorar y sostener en el tiempo los vínculos con su población en el exterior, para que esta tenga posibilidades formales de incidir en las decisiones que se tomen sobre el rumbo del país.

País de migrantesEn términos porcentuales, la población migrante salvadoreña está por encima de la de México (9,4%), República Dominicana (9,3%) y Cuba (8,7%) (CEPAL, 2006). La cifra de migrantes de América Latina y el Caribe, de acuerdo con estimaciones mínimas, equivalen a un 4% de la población regional (CEPAL, 2006).En El Salvador los cálculos oficiales han venido estableciendo que 20 de cada 100 salvadoreños residen fuera de las fronteras territoriales (PNUD, 2005), la inmensa mayoría en Estados Unidos.

Los números enloquecidosLas proyecciones del Censo 1992 estimaban que para 2007 la población salvadoreña rondaría los 7.1 millones personas. No era posible para los demógrafos anticipar la magnitud de los flujos migratorios entre 1992 y 2007. El Censo estableció en 6.1 millones de habitantes la población salvadoreña. Esto puede dar una idea de la magnitud de las migraciones.

Salvadoreños en el mundoTerritorio Cantidad

EE.UU. 2,584,767Canadá 135,500Centroamérica 137,449México 28,015Sudamérica 2,956Europa 42,154Asia, Pacifico, África 19,285Total 2,950,126

Datos El Salvador 69.47% 6,600,000.00 Mundo 30.53% 2,900,000.00 100.00% 9,500,000.00

0% 25% 50% 75% 100%

1

Salvadoreños en el mundo

El Salvador

Mundo

¿Cómo empezó todo esto?Desde los años ochenta los movimientos furtivos de migrantes comenzaron a convertir al país en una sociedad transnacional. Su magnitud no solo se ha traducido en importantes flujos de dinero hacia sus familias (un promedio de más de 2 mil millones de dólares anuales entre 2000-2006), sino que también está planteando un desafío para la manera en que se debe entender la sociedad y, en consecuencia, las formas de practicar la ciudadanía.

Círculo virtuoso

ENVÍO DE REMESAS

ESTABILIDAD MACROECONÓMICA

DESARROLLAN HABILIDADES

EMPRESARIALES

COMBATE A LA POBREZA

Círculo virtuoso

SENTIDO DE CIUDADANÍA

MEJORAN LA CALIDAD DE VIDA

Círculo vicioso

REMESAS Y DEPORTADOS

Círculo vicioso

DESPRECIO DE LA IDENTIDAD

GENERAN AVERSIÓNAL TRABAJO

DESINTEGRACIÓN FAMILIAR

PUDREN LA SOCIEDAD Y AMENAZAN LAS RAICES

CULTURALES

INDUCEN A MAS EMIGRACION

MARAS

¿Una comunidad im-posible?La sociedad salvadoreña, atravesada por fallas, de larga data, de tipo económico-social, político y cultural, se está enfrentado al hecho de que su diáspora, tan grande y tan relevante, ha vuelto más compleja la idea y la posibilidad de construir una “comunidad imaginada”

Papel de la cultura¿Qué papel tiene la cultura en la construcción de una ciudadanía más integral que permita estrechar los vínculos entre los salvadoreños dentro y fuera del territorio?

Entendemos cultura como…Las maneras de vivir juntos (Unesco)No solo como un valor trascendente o una manifestación de la creatividad popular, sino como un “recurso” Yúdice (2002) para: promover una opinión pública de aceptación de la diversidad; para apoyar la resolución de conflictos sociales y borrar todo lo posible los límites de la exclusión, y para promover lo cohesión social y un reconocimiento del otro como sujeto de deberes y derechos.

Dónde actúa la culturaLas esferas de lo público y lo social requieren del desarrollo de fundamentos subjetivos, afectivos y morales para cohesionar a las sociedades. En la producción de un sentido subjetivo de nosotros, tanto en el ámbito de la vida cotidiana, familiar, y también en las relaciones laborales y en la esfera pública, es un aspecto clave del Desarrollo Humano, particularmente en una sociedad atravesada por fracturas políticas económicas, sociales y culturales

En revelar la diversidad de imaginarios colectivos y cómo estos no necesariamente se encuentran articulados o integrados en un “mundo en común”, lo que genera fragmentación del tejido social. En reconocer la diversidad de la sociedad salvadoreña, que los migrantes mismos han venido a convertir en algo más complejo, y que puede ser una ventana de oportunidades como de amenazas para un proyecto de país.

La cultura salvadoreña es una co-producción transnacional

CULTURAMEXICAN

A

CULTURA ESTADOUNIDENSE

HERENCIAINDÍGENAAFRICANAEUROPEA

ÁRABECHINA

IDIOMA ESPAÑOL

CONTEXTO GLOBAL

IDIOMA INGLES

CONTEXTO REGIONAL

INTERCULTURALIDAD

IDENTIDADES REGIONALES, MICRORREGIONALES, MUNICIPALES

IMPACTO CULTURAL DE LAS

MIGRACIONES INFLUENCIA CULTURA SALVADOREÑA EN ESTADOS UNIDOS

INFLUENCIA CHICANA

“SPANGLISH”

HERENCIA COLONIAL ESPAÑOLA

La sociedad salvadoreña se encuentra ante el reto de incorporar a la migración como un factor de desarrollo –algo que de manera importante y espontánea ya lo hacen los migrantes, a través de las contribuciones económicas a sus familias en el interior del país—. Esto pasa por construir vínculos y formas de ciudadanía.

La nostalgia y otras formas de aproximación

La diáspora no es simplemente una réplica en pequeño de su país de origen. Es, más bien, otra entidad salvadoreña que se mezcla con los espacios políticos y económicos en los cuales radica. Al interior de estas dinámicas, el arte, los medios masivos y la cultura en sus distintas manifestaciones se recrean en diálogo con sus entornos inmediatos. La nostalgia es también una de las principales formas de aproximación a sus países de origen.

RemesasSon el producto más visible de las migraciones internacionales. El Salvador está entre el Top Ten de países del mundo cuyas remesas inciden en el PIB nacional al menos con un 10%. En 2007 el Banco Central de Reserva del país les atribuye un 18% del PIB.

Los migrantes constituyen ahora un nuevo sujeto social, político y cultural. Son parte, además, de comunidades con especificidades reconocibles, tanto en El Salvador como en Estados Unidos, así como en Canadá, Australia, Suecia e Italia. Son poblaciones que experimentan agresiones a sus derechos fundamentales, que requieren de un tipo de tutela particularmente complejo por las condiciones subrepticias de la migración ilegal, dominante en los flujos de personas.

La migración salvadoreña está aparejada, además, al fenómeno más amplio y multiforme de la migración latinoamericana. En las próximas cuatro décadas, los latinos llegarán a ser en EEUU unos 100 millones (el 25% de la población). En la medida que la mayoría ‘no-hispana blanca’ vaya reduciéndose hasta constituir un 50% de la población estadounidense es previsible que se producirá una transculturación fuerte entre ‘lo latino’ y ‘lo estadounidense’” (Yúdice, 2006)

Desde hace unos veinte años se viene hablando de ciudades latinas estadounidenses: Los Ángeles, Miami y Nueva York, las más mencionadas. Las comunidades salvadoreñas están presentes en muchas de esas ciudades donde, en un futuro mediato, pueden pasar a jugar un papel político más activo, algo que, de hecho, ya está ocurriendo.

Las migraciones internacionales también abren interrogantes sobre algunos de los fundamentos de la nación y la relevancia de la acción del Estado y de las fronteras que delimitan su organización jurídica. Existe el riesgo de que se debilite o se pierda el sentido de pertenencia de una parte de la comunidad política nacional. Es como si el Estado salvadoreño se estuviera vaciando de nación

Muchos migrantes y sus descendientes siguen manteniendo lazos con sus países de origen, o con las redes sociales que trascienden las fronteras territoriales de los Estados. Desde la perspectiva transnacional de la migración, la fuerza y la influencia de esos vínculos transfronterizos son una variable fundamental para entender más plenamente las migraciones contemporáneas.

Buenos negociosLos negocios, los medios de comunicación, la telefonía, la política y la religión son parte de una serie de redes que ponen en contacto a personas con relaciones transnacionales con otras que carecen de ellas, pero que reciben influencias de los flujos de ideas, objetos simbólicos y remesas sin necesidad de haber migrado.

La crisis del Estado naciónLas migraciones son un agente decisivo dentro del proceso de reacomodamiento del Estado nacional. Pensar las formas de su participación ciudadana pasa por mirar y entender al país ya no solo como un espacio donde tiene lugar una oposición entre un “aquí” y un “allá”, sino como parte de un campo social mucho más complejo en el que están implicados no solo uno sino diversos Estados, y no un solo sino varios territorios

¿Hasta cuándo?La pregunta ¿cuánto tiempo más durarán las remesas?, se responde con otra pregunta: ¿por cuánto tiempo pervivirán los vínculos entre los salvadoreños con sus parientes que viven y trabajan fuera de sus fronteras? Las remesas podrán prolongarse en la medida que haya salvadoreños que huyan del país. Y en dependencia del tipo de vínculos que se mantengan a uno y otro lado de la transacción.

¿Serán suficientes los vínculos fundados en la nostalgia, el paisaje, la comida, etc.? Fortalecer los vínculos pasa por la construcción de un imaginario común. La posibilidad de construir este imaginario pasa por la construcción de una ciudadanía. En El Salvador hace falta reconstruir ese eslabón fundamental en la cadena de los vínculos. Es necesario echar una mirada al proceso de construcción de la “identidad” salvadoreña como una comunidad imaginada.

Los salvadoreños tenemos un pobre sentimiento de pertenencia a una patria y enormes dificultades para reconocernos como comunidad nacional. Las elites han excluido de la idea de nación a grandes sectores de la sociedad. Este proceso podría verse agravado con la presencia y acción de los migrantes: viven fuera del país, tienen diferentes ideas y prácticas de los derechos y responsabilidades. Sus rituales cívicos y sus fidelidades tampoco se ajustan a los de una comunidad salvadoreña convencional: se sienten parte de otro país.

Identidades en colisiónAlrededor de los años treinta, algunos intelectuales sostenían que El Salvador seguía careciendo de una “cultura propia e integradora”, y que vertebrar una comunidad demandaba una reforma política y social que otorgara ciudadanía a los sectores marginados del país (Rivera, 2001).

Identidades en fuga y retornoDesde mediados de los años 70 se comenzó a producir un fenómeno completamente nuevo: las migraciones internacionales masivas. Falta de tierras para cultivar y de empleos, la misma guerra civil, la inseguridad social, los terremotos y las expectativas de trabajo en Estados Unidos, habían propiciado esta fuga.

El Salvador de nuestros días es un laboratorio de transformaciones económicas y culturales. El modelo económico adoptado ha vuelto irrelevante la antigua economía agroexportadora sustentada principalmente en el café, que por más de cien años le dio sustento a la “identidad salvadoreña”.

Una sociedad consumistaLa presencia de remesas ha transformado la economía de al menos 27 de cada cien de los hogares salvadoreños. Los Indicadores de Desarrollo del Banco Mundial, El Salvador es el séptimo país con el consumo privado (como porcentaje del PIB) más alto en el mundo. Según el Banco Central de Reserva, en 2007, el consumo agregado del país fue equivalente al 106% del PIB.

El consumo de pan fabricado con trigo (cereal importado en su totalidad) ya supera con creces el gasto nacional en el consumo de derivados del maíz (ENIG, 2006). El número de líneas celulares pasó --1997 a 2006-- de 20 mil a más de 6 millones. La densidad telefónica (cantidad de líneas móviles y fijas por cada 100 habitantes) aumentó en El Salvador de 6.4 en 1997 a 40.3 en 2004, incrementándose al 125% en 2007 (SIGET, 2007).

En quince años la cantidad de viajeros entre ES y EEUU pasó de 123 mil (1990) a casi un millón y medio de personas (2004), cifra que se mantiene como promedio. El idioma inglés se está integrando cada vez más a la vida cotidiana, aun en las zonas rurales, al punto que los programas oficiales de educación han establecido como obligatoria la enseñanza del inglés en todas las escuelas públicas.

Si consideramos los datos de subempleo y pobreza, que revelan grandes brechas económicas y sociales. Esta sociedad de consumidores está montada sobre una enorme plataforma de exclusión social. Los salvadoreños vivimos la paradoja de ser consumidores del siglo XXI pero ciudadanos del siglo XVIII (García Canclini).

Identidades panétnicasLa “americanización” de los salvadoreños suele ocultar la “latinización” de los salvadoreños. La asignación panétnica “latino” o “hispano” tiene cada vez más fuerza, y aún cuando los salvadoreños o cualquier otro grupo migrante latinoamericano se resista a aceptarla, todas las instituciones de la sociedad se la impondrán.

La indentidad “hispana” es también mercadológica. La contribución económica de los latinos al PIB estadounidense, estimada en más de $700 mil millones en 2006, alcanzará un trillón de dólares en menos de cinco años (Suárez-Orozco, 2006). Para 2010, los latinos en Estados Unidos tendrán un poder de compra acumulado mayor que las economías de Canadá o México (La Opinión, 04-09-2007). Esto hace que los latinos sean cada vez más cortejados como nicho consumidor y como fuerza política.

En las elecciones presidenciales del 2000 había 7.5 millones de latinos registrados en el padrón electoral y de estos, 5.3 millones votaron. En 2004, aumentaron a 9.3 millones los registrados, de los cuales 7.5 millones acudieron a las urnas. Mientras en la elección presidencial de 2004 el voto latino representó el 6 por ciento del total de sufragios, en los comicios presidenciales de noviembre de 2008 los hispanos representaron un 8% del electorado.

De acuerdo con una investigación del Pew Hispanic Center, el 64% de los hispanos y el 69% of de las hispanas apoyaron a Barak Obama. Los jóvenes hispanos, de manera coincidente con los jóvenes de todo el país, apoyaron a Obama por un amplio margen de 76% versus 19% a favor de McCain (López, 2008).

Los salvadoreños en Estados Unidos trascienden el mundo hispano o latino hacia otras culturas estadounidenses y otras minorías no hispanas (afro-americanos, asiático-americanos), así como los otros nuevos inmigrantes (asiáticos y de Europa oriental).

Estas relaciones bombean su propia influencia hacia el interior de los lugares de origen de los migrantes salvadoreños.

Los migrantes vienen propiciando un renacimiento del apego al país dentro y fuera de las fronteras (Marroquín, 2004).

La herencia de lo salvadoreño está profundamente cuestionada. Por su importancia demográfica, por su peso económico, por su influencia cultural, por su contradictoria posición en la política salvadoreña, los migrantes están llamados a jugar un papel relevante en ese “nuevo nosotros”.

La (s) cultura (s) salvadoreña (s) de nuestros días se ha (n) vuelto más compleja (s). Los veloces cambios que está experimentando a menudo son difíciles de explicar.

El Salvador necesita poner en marcha la construcción de un proyecto común que haga realidad la idea de la nación como una comunidad posible.Un proyecto que ofrezca a los salvadoreños el sentimiento de un futuro en común y que haga sentir que sus sacrificios pueden tener su contrapartida de mayor equidad. Se trata de construir una ciudadanía que contribuya al ejercicio de una “democracia que no pase por encima de las diferencias sino que se haga cargo de ellas” (Martín-Barbero, 2007).

Junto a las estrategias económicas, sociales y políticas, ElSalvador necesita una estrategia cultural cuyo principalpropósito sería contribuir a la construcción de ese nuevoNosotros.Una política cultural se entiende como un mecanismodiseñado por el Estado para incidir en la forma deconvivencia y las identidades de esa sociedad.Consiste en una estrategia que propicie el encuentro de unaidentidad renovada, fundada en la diversidad, abierta a louniversal, que privilegie el diálogo de conocimientos yexperiencias, y que permita cambiar y cualificar laconvivencia y las actitudes.Para usar la muy citada imagen de Anderson (1991), setrata de concebir una nueva “comunidad imaginada”.