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fdg.lkdsufgoiuioug ¿cómoves? 34 La VERDAD en la CIENCIA ¿Eres estudiante? ¿Te gusta escribir? Entonces este espacio es tuyo. Aquí puedes publicar tus comentarios, reflexiones y experiencias en torno a la cien- cia. Envíanos un texto breve y adjunta tu nombre, dirección, teléfono y el nombre de la escuela a la que asistes. ¿cómoves? seleccionará el mejor texto que haya llegado a nuestra redacción antes del último día de cada mes, para publicarlo en la edición que saldrá al público 60 días después. Manda tus colaboraciones: Revista ¿cómoves? Fax: 54 24 01 38 Correo electrónico: [email protected] Fotos: Digital Stock ES DIFÍCIL y polémico este tema. Hay algu- nos que se apasionan y atacan a la “verdad” negándola. Se dice, por ejemplo, “la verdad no existe” o “cada quien tie- ne su verdad”, pero ¿es cierta esta afir- mación? Y de ser así, ¿cuál se- ría el papel de la ciencia?, ¿dónde reside su validez?, ¿po- demos hablar de “verdad” científica? Tenemos que preguntarnos también, ¿por qué preferimos la verdad y no la mentira? Aquí hay dos problemas esen- ciales: uno sería el científico y el otro el moral. Las verdades científicas, aunque le pese a muchos necios relativistas, exis- ten. Un ejemplo de verdad científica es “que todos los cuerpos ocupan un lugar en el espacio”, y negar esta ver- dad es absurdo. Muchos se valen del sofisma, “el espacio y el tiempo no existirían si el hombre no los pensa- ra o nombrara”. Esto nos permite descubrir una falsedad evidente: el espacio y el tiempo existirían, lo que no existiría, en dado caso, serían los conceptos, que son las herramientas que usa el hombre para definir y relacionarse con las cosas. Según Octavio Paz, “el puente entre el hombre y las cosas es el lengua- je”, y bajo este criterio (formado por consensos humanos, es de- cir, la verdad aparece por un acuerdo consensual de los conceptos que todos aceptamos como verdaderos y no sólo eso, sino que las categorías que nos permiten descubrir la ciencia y saber que dos hechos son distintos entre sí, son categorías humanas) la cien- cia es un instrumento humano. Si la verdad no existiese, algunas cosas no funcionarían. Por ejemplo: si un científico preguntara a todo el mundo, incluidos ignorantes en la materia y dogmáticos enardecidos, la solución a un problema que va en contra de sus costumbres y prejuicios, seguramente obtendría respuestas de carácter violento y, posi- blemente, sería excluido. El científico erraría en buscar la ver- dad en cada persona. Lo que hace es ir con científicos, acudir a instituciones científicas para ser reconocido. La verdad busca camino y se impone casi siempre, pero el intento de descubrirla es ar- duo, laborioso y peligroso, si no que le pre- gunten a Galileo que estuvo a punto de ser quemado por hacer evidente una verdad científica. Noso- tros somos herederos de la verdad científica y por eso gozamos de ella (no pensamos en cómo realizar un microchip, pues hubo quien lo pensó antes, ni resolvemos el problema de por qué flotan los cuerpos en el agua, pero eso no nos libera de la responsabilidad de “aprehenderlo”), e in- cluso en nuestras relaciones personales pre- ferimos, cuando no somos débiles, la verdad a la mentira. La verdad nos dignifica, nos da transparencia y calidad humana; la men- tira busca un lugar débil en nosotros para establecerse y dañarnos. El problema moral es muy grande y es por eso que verdad moral y científica no son la mis- ma cosa, las dos ocupan un lugar dis- tinto, aunque se relacionan sin poder evitarlo. Su relación está dada por algo muy simple: las dos deben ser resuel- tas por la humanidad; nuestra labor es su constante búsqueda. Ernesto Gallardo León, Estudiante del último semestre Colegio de bachilleres.

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¿cómoves?34

La VERDAD en la CIENCIA

¿Eres estudiante? ¿Te gusta escribir? Entonces este espacio es tuyo. Aquípuedes publicar tus comentarios, reflexiones y experiencias en torno a la cien-cia. Envíanos un texto breve y adjunta tu nombre, dirección, teléfono y elnombre de la escuela a la que asistes. ¿cómoves? seleccionará el mejortexto que haya llegado a nuestra redacción antes del último día de cadames, para publicarlo en la edición que saldrá al público 60 días después.

Manda tus colaboraciones:Revista ¿cómoves? Fax: 54 24 01 38

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ES DIFÍCIL y polémico este tema. Hay algu-nos que se apasionan y atacan a la “verdad”negándola. Se dice, por ejemplo, “laverdad no existe” o “cada quien tie-ne su verdad”, pero¿es cierta esta afir-mación? Y deser así, ¿cuál se-ría el papel de laciencia?, ¿dónde reside su validez?, ¿po-demos hablar de “verdad” científica?Tenemos que preguntarnos también,¿por qué preferimos la verdad y no lamentira? Aquí hay dos problemas esen-ciales: uno sería el científico y el otroel moral.

Las verdades científicas, aunque lepese a muchos necios relativistas, exis-ten. Un ejemplo de verdad científicaes “que todos los cuerpos ocupan unlugar en el espacio”, y negar esta ver-dad es absurdo. Muchos se valen delsofisma, “el espacio y el tiempo noexistirían si el hombre no los pensa-ra o nombrara”. Esto nos permitedescubrir una falsedad evidente: elespacio y el tiempo existirían, lo queno existiría, en dado caso, serían losconceptos, que son las herramientas queusa el hombre para definir y relacionarse con las cosas. SegúnOctavio Paz, “el puente entre el hombre y las cosas es el lengua-je”, y bajo este criterio (formado por consensos humanos, es de-cir, la verdad aparece por un acuerdo consensual de los conceptosque todos aceptamos como verdaderos y no sólo eso, sino quelas categorías que nos permiten descubrir la ciencia y saber quedos hechos son distintos entre sí, son categorías humanas) la cien-cia es un instrumento humano.

Si la verdad no existiese, algunas cosas no funcionarían. Porejemplo: si un científico preguntara a todo el mundo, incluidosignorantes en la materia y dogmáticos enardecidos, la solución aun problema que va en contra de sus costumbres y prejuicios,seguramente obtendría respuestas de carácter violento y, posi-blemente, sería excluido. El científico erraría en buscar la ver-dad en cada persona. Lo que hace es ir con científicos, acudir ainstituciones científicas para ser reconocido.

La verdad busca camino y se impone casisiempre, pero el intento de descubrirla es ar-duo, laborioso y peligroso, si no que le pre-

gunten a Galileo que estuvoa punto de ser quemadopor hacer evidente unaverdad científica. Noso-tros somos herederos de

la verdad científica y por eso gozamosde ella (no pensamos en cómo realizar unmicrochip, pues hubo quien lo pensó antes, niresolvemos el problema de por qué flotan loscuerpos en el agua, pero eso no nos libera dela responsabilidad de “aprehenderlo”), e in-cluso en nuestras relaciones personales pre-ferimos, cuando no somos débiles, la verdada la mentira. La verdad nos dignifica, nosda transparencia y calidad humana; la men-tira busca un lugar débil en nosotros paraestablecerse y dañarnos. El problemamoral es muy grande y es por eso queverdad moral y científica no son la mis-ma cosa, las dos ocupan un lugar dis-tinto, aunque se relacionan sin poderevitarlo. Su relación está dada por algomuy simple: las dos deben ser resuel-tas por la humanidad; nuestra labor essu constante búsqueda.

Ernesto Gallardo León,

Estudiante del último semestre

Colegio de bachilleres.