la sangre del nuevo pacto
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Ministerio Profético “Última Semana”_2013 [email protected]
LA SANGRE DEL NUEVO PACTO
Nuestro Padre Celestial cuando hizo al hombre allá en Génesis y
a la mujer, no los creó para estar separados de ellos, sino para vivir
con ellos y ofrecerles protección eterna; sin embargo probó su
obediencia, al prohibirles que comieran del fruto de la ciencia del
mal y del bien. Ellos desobedecieron y esa es la causa de todas las
maldiciones y del pecado que impera en este mundo.
Adán y Eva nuestros primeros padres, al desobedecer a Dios
bendito sea, fueron expulsados del huerto del Edén (paraíso) y de allí
proviene la gran separación que existe entre el hombre y Dios. El
pecado nos separa de él, es fácil entender, que el caos en el que
vivimos diariamente; la maldad que sobrepasa los límites, la
intolerancia que hizo casa en nuestros corazones, se debe a la
carencia de DIOS en nuestras vidas.
SEPARADOS DE DIOS POR EL PECADO
DIOS
El hombre
A través del
MESÍAS es posible la reconciliación
Pecado
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La Escritura dice: El que no ama, no ha conocido a Dios;
porque Dios es Amor. Y si tenemos amor; no le hacemos daño al
prójimo (no hurtamos, no envidiamos, no robamos, no engañamos,
no matamos, no golpeamos, no adulteramos, no mentimos, etc); sólo
con el amor de Nuestro Mesías podemos amar a nuestro semejante.
Cuando el Eterno le da instrucciones a Moisés de construir el
tabernáculo, le dijo:
Éxodo 26:33 Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y
meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel
velo os hará separación entre el lugar santo y el
santísimo.
El pesado y grueso velo aquí descrito
separaba el Lugar santo del Lugar santísimo.
Cualquiera que fuera más allá de esa cortina
moriría. Sin embargo el Nuevo Testamento
deja constancia, de que en la crucifixión de mi
amado Señor “el velo se rasgó en dos”,
desde arriba hasta abajo.
Esta ruptura simboliza lo que logró el Mesías a través de su
muerte (y muerte de cruz), “el fin de la separación entre Dios y
los hombres”.
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Mateo 27:51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos,
de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;
Hebreos 10:19-20 Así que, hermanos, teniendo libertad
para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre del Mesías, por
el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo,
esto es, de su carne,
El velo que impedía la entrada al Lugar Santísimo fue rasgado en
la crucifixión. Recuerde que solamente el sumo sacerdote podía entrar
a la presencia de Dios, al Lugar santísimo una vez al año, para hacer
expiación con sangre ajena y reconciliar al pueblo con su Dios. El
apóstol Pablo (Saulo o como le quiera llamar), pudo visualizar que ese
velo misteriosamente rasgado simboliza nuestro acceso inmediato, al
Altísimo (Dios), en la figura de su amado Hijo. Debemos purificar
nuestros corazones, de mala conciencia y acercarnos a él con fe.
En la persona del Mesías, tenemos ahora, acceso libre e ilimitado
para comunicarnos con Dios; toda persona sin distinción de raza,
color, status social, pequeños y grandes, absolutamente todos
tenemos el privilegio de reconciliarnos con nuestro Padre Celestial, en
cualquier momento; ya no es cada año, sino en cualquier hora y las
veces que queramos acercarnos a él con un corazón contrito y
arrepentido nos recibe, porque muy grande es su misericordia.
¡Todos somos iguales para el Altísimo!
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Esa es la sangre del nuevo pacto; el
Mesías es el mediador de un nuevo
pacto. Si el primero (Antiguo Testamento)
hubiera sido sin defecto, ciertamente no se
hubiera procurado lugar para el segundo, y
al decir nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da
por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer (Hebreos 8).
El privilegio que tenemos de vivir ahora, es nueva luz sobre el
Antiguo Pacto. Una vez hecho ese sacrificio vivo y santo agradable a
los ojos del Eterno, ya no son
necesarios los sacrificios de
animales y personas pues (no
sea ignorante)... ya hemos
sido santificados mediante la ofrenda de su cuerpo, hecha una vez
para siempre (Hebreos 10:9). Como dice la Escritura: Sacrificio y
ofrenda y holocausto y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te
agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo
luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo
primero, para establecer esto último.
Ahora bien, hechiceros, brujos, santeros, y muchos grupos de
diferentes sectas religiosas (inclusive judíos) siguen esclavizados en
diversos rituales, ignorándo la Escritura, engañados por las fuerzas
cósmicas del mal, pisotean el sacrificio del Cordero; ofreciéndo sangre
ajena a los demonios; porque al Dios Eterno no es, él lo aborrece.
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En vez de muchos sacrificios, él hizo
uno solo, el de sí mismo, obteniendo de esta
manera un perdón gratuito y completo para
nosotros. La maravillosa gracia de Dios es
como un testamento; la riqueza pasa al
heredero sólo cuando haya muerte; la
muerte del Mesías liberó la herencia para que por fe la recibamos;
entonces con nueva ley ya no es necesario mas sacrificios, el
sacrificio del Redentor quita el pecado del mundo.
En realidad que aún las personas no entienden que en el Éxodo
el Creador del cielo y de la tierra, estaba preparando el camino para lo
que nuestros ojos iban a ver. Sus caminos son insondables y quién
puede decirle ¿Qué? o ¿Por qué?, todo está escrito por su santo dedo,
y cuando se llegue el cumplimiento de toda la profecía podrán decir a
una sola voz: Porque para siempre es tu misericordia, alabado
sea por siempre nuestro DIOS.
Éxodo 24:8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre
el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que el Eterno ha
hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
Esta misma frase, tomada de esta “solemne
ceremonia”, se aplica en el Nuevo testamento
seis veces, al nuevo pacto hecho posible por el
sacrificio del Cordero.
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Mateo 26:28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que
por muchos es derramada para remisión de los pecados.
Marcos 14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto,
que por muchos es derramada.
Lucas 22:20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó
la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que
por vosotros se derrama.
1° Corintios 11:25 Asimismo tomó también la copa, después
de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de
mi.
Hebreos 10:28-29 El que viola la Ley de Moisés (aunque sea
uno de sus mandamientos), por el testimonio de dos o de tres
testigos muere irremisiblemente (Deut. 17:6 y 19:15).
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que
pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre
del pacto en la cual fue santificado, e hiciera afrenta al
Espíritu de gracia?
Hebreos 9:19-20 Porque habiendo anunciado Moisés todos los
mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los
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becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y
roció el mismo libro y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la
sangre del pacto que Dios os ha mandado.
Ni la sangre de todos los becerros y animales del mundo hacen
limpio de pecados a una persona; la sangre de su Hijo si. Una clara
señal lo dice sus últimas palabras en el madero “consumado es”.
Amigo lector, no existe ya ningún otro sacrificio que te pueda
acercar a Dios y ser perdonado de tus pecados; sólo la muerte de
Mesías es el sacrificio válido para acercarte a él con fe y ser
perdonado, no existe otro camino, él es el único camino al
Padre.
Si le niegas delante de los hombres, el también te negará
delante de su Padre y de sus ángeles. Si confiesas su nombre, el
también confesará el tuyo. Así qué, no se trata de religión, el asunto
es que si crees tendrás vida eterna; de lo contrario le espera una
horrenda expectación de juicios. ¿Hayá tú? Hay perdón gratuito para
todo aquel que ponga su fe y esperanza en el Salvador del mundo.
Escrito está: El que quiera salvar su vida la perderá; y el que
pierda su vida por causa de mí (el Mesías) la hallará. Al que lo
negare será raído del libro de la vida (Salmos 69:28). Participar en
sacrificios abominables delante de sus ojos es una forma de negarle...
creed en el evangelio eterno y buscadle antes de que sea tarde.
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Una profecía a punto de cumplirse es esta:
JEREMÍAS 31:31-34 He aquí que vienen días, dice el Eterno,
en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa
de Judá.
No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su
mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi
pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice el Eterno.
Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de
aquellos días, dice YO SOY: Daré mi ley en su mente, y la
escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán
por pueblo.
Este es el versículo que más me gusta: Y no enseñará más
ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo:
Conoce al Eterno; porque todos me conocerán, desde el más
pequeño de ellos hasta el más grande, dice YO SOY; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Esta profecía es para los Judíos... después de aquellos días…
¿Cuáles días? Los días de la muerte de los dos testigos (apoc. 11),
tendrán la ley en su corazón, la única forma que crean y valoren la
sangre derramada del Cordero, porque hasta el día de hoy muchos le
siguen vituperando. ¡El Altísimo les perdone!