la motivacion en el trabajo social.docx

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¿Qué es la motivación? ¿Cuál es la importancia de la motivación en el ejercicio del trabajo social? Motivación se define etimológicamente como «causa del movimiento» (del latín motivus) y se entiende, en otros términos, como “un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta ”, esta exige que haya una necesidad que lo impulse, la que puede ser de diferentes grados e implica un estado mental y situacional que lo dirija hacia alguna meta especifica, ya que las motivaciones y los impulsos son lo que mueve a los individuos a realizar las acciones. En el contexto del trabajo social, esta es un agente de suma importancia en el tratamiento al sujeto que se encuentre en un problema o en la perdida de alguna de sus capacidades, la estimulación que pueda recibir del profesional junto a su motivación intrínseca - su energía interna- será el factor decisivo y el motor de su cambio o mejoría. En una intervención, la diferencia que habrá entre un individuo motivado a ejercer un cambio y el individuo no motivado es prácticamente un punto de “todo o nada”. Para esto, el trabajador social o el profesional que esté a cargo de su rehabilitación (psicólogos, terapeutas, etc.) deben ser capaces de entender de forma integral a los seres humanos, ser capaces de identi car las estrategias y métodos que permitirán a estos individuos la superación de sus problemáticas y el mejoramiento de su calidad de vida y poder transmitirles que son capaces de salir adelante por sus propios medios, si cuentan con la ayuda y con anza adecuada. Si no creyéramos esto, ¿Qué sentido tendría la intervención del trabajador social? La misión del profesional es guiar al sujeto en su crecimiento o reintegración social para que, a través de las estrategias manejadas por el trabajador social, rehabilite las falencias o mejore la condición de vida del individuo intervenido y le otorgue confianza y la seguridad de que es posible cambiar, y salir de la situación en la que se encuentra. Las estrategias de intervención del trabajador social, deben estar guiadas a despertar en los individuos la motivación para salir adelante y hacer uso de sus potencialidades para lograr el objetivo deseado, este proceso consiste tanto en orientar y educar, como en reestructurar la forma de pensar del sujeto y de potenciarlo para que logre una mejora en la calidad de vida que valore en virtud de ser el resultado de sus propias habilidades y que de esa manera, se esfuerce en mantener. “Cuando el objetivo de trabajo reside de alguna manera en la modi cación de la conducta, es porque el profesional ha apreciado la necesidad de trabajar en una línea más conductual que requiere de la motivación y del esfuerzo de la persona para salir de su situación.”* En una entrevista, el trabajador social debe buscar los puntos fuertes del individuo, capacidades, recursos y potenciales de crecimiento y compartir con él estas observaciones haciéndolo ver las armas de las que dispone. En esta instancia el profesional debe adquirir un papel específico para llegar emocionalmente al cliente. Debe ser positivo, cercano y cálido, de manera que el sujeto sienta que la situación puede mejorar, este papel es fundamental para darle confianza e infundir un auto respeto del sujeto, para recuperar sus

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¿Qué es la motivación? ¿Cuál es la importancia de la motivación en el ejercicio del trabajo social? Motivación se define etimológicamente como «causa del movimiento» (del latín motivus) y se

entiende, en otros términos, como “un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta”, esta exige que haya una necesidad que lo impulse, la que puede ser de diferentes grados e implica un estado mental y situacional que lo dirija hacia alguna meta especifica, ya que las motivaciones y los impulsos son lo que mueve a los individuos a realizar las acciones.

En el contexto del trabajo social, esta es un agente de suma importancia en el tratamiento al sujeto que se encuentre en un problema o en la perdida de alguna de sus capacidades, la estimulación que pueda recibir del profesional junto a su motivación intrínseca - su energía interna- será el factor decisivo y el motor de su cambio o mejoría. En una intervención, la diferencia que habrá entre un individuo motivado a ejercer un cambio y el individuo no motivado es prácticamente un punto de “todo o nada”. Para esto, el trabajador social o el profesional que esté a cargo de su rehabilitación (psicólogos, terapeutas, etc.) deben ser capaces de entender de forma integral a los seres humanos, ser capaces de identificar las estrategias y métodos que permitirán a estos individuos la superación de sus problemáticas y el mejoramiento de su calidad de vida y poder transmitirles que son capaces de salir adelante por sus propios medios, si cuentan con la ayuda y confianza adecuada. Si no creyéramos esto, ¿Qué sentido tendría la intervención del trabajador social?

La misión del profesional es guiar al sujeto en su crecimiento o reintegración social para que, a través de las estrategias manejadas por el trabajador social, rehabilite las falencias o mejore la condición de vida del individuo intervenido y le otorgue confianza y la seguridad de que es posible cambiar, y salir de la situación en la que se encuentra. Las estrategias de intervención del trabajador social, deben estar guiadas a despertar en los individuos la motivación para salir adelante y hacer uso de sus potencialidades para lograr el objetivo deseado, este proceso consiste tanto en orientar y educar, como en reestructurar la forma de pensar del sujeto y de potenciarlo para que logre una mejora en la calidad de vida que valore en virtud de ser el resultado de sus propias habilidades y que de esa manera, se esfuerce en mantener.

“Cuando el objetivo de trabajo reside de alguna manera en la modificación de la conducta, es porque el profesional ha apreciado la necesidad de trabajar en una línea más conductual que requiere de la motivación y del esfuerzo de la persona para salir de su situación.”*

En una entrevista, el trabajador social debe buscar los puntos fuertes del individuo, capacidades, recursos y potenciales de crecimiento y compartir con él estas observaciones haciéndolo ver las armas de las que dispone. En esta instancia el profesional debe adquirir un papel específico para llegar emocionalmente al cliente. Debe ser positivo, cercano y cálido, de manera que el sujeto sienta que la situación puede mejorar, este papel es fundamental para darle confianza e infundir un auto respeto del sujeto, para recuperar sus valores y autoestima que lo motiven a salir de su situación. Para reenfocar positivamente sus situaciones y aspiraciones.

Se puede concluir entonces, que la motivación no es solo un arma o solo un elemento en la intervención del trabajador social, sino un factor de primera importancia, un punto definidor en la rehabilitación del cliente, la cual se enseña tanto por métodos y técnicas científicas, como por una cercanía y empatía del profesional con la persona tratada, de manera de hacerlo sentir cómodo y confiado.

1 : http://es.wikipedia.org/wiki/Motivacion

“La motivación como estrategia fundamental de intervención profesional, en el ámbito de aplicación del trabajo social” de Juana Rabelo Maldonado. Revista del trabajo social y acción social “DTS” (documentos del trabajo social) del colegio profesional de trabajo social de Málaga, España. Numero 45, documento 5. http://www.trabajosocialmalaga.org/revistadts*Textual