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UNA CORRECCIÓN DE IMPRENTA CONVIRTIÓ A FRANCO EN JEFE DEL ESTADO Lo decidió el general Dávila al margen de la Junta de Generales l Radio Nacional lo rebajaba a Jefe del Gobierno l Cabanellas y Queipo se opusieron a que fuera la máxima autoridad política además de militar Documentos inéditos de LA GACETA Historia de España del siglo XX LAS CHECAS, INSTRUMENTO DEL TERROR El Madrid republicano reaccionó al Alzamiento con la represión de las cárceles. Por José Rodríguez Labandeira 5 UN GOLPE DE ESTADO DENTRO DE OTRO GOLPE La insurrección se hizo bajo la bandera de la República prometiendo una vuelta al orden. Por Stanley G. Payne 7 FRANCO VERSUS MOLA El desacuerdo inicial que pudo dar al traste con los planes de los sublevados contra el Frente Popular. 8 # 1 25 DE SEPTIEMBRE DE 2011 Diarios del general Dávila En sus notas privadas se cuenta la verdadera historia de la elección de Francisco Franco. Máximos poderes Franco logró el mando único militar y el político para dirigir la guerra y el nuevo Estado. Juan E. Pflüger Un cambio de última hora en la imprenta decidió el destino de la España del siglo XX, al convertir a Francisco Franco en Jefe del Estado en lugar de Jefe del Gobierno. Era la madrugada del 30 de septiembre de 1936. Unas 1936 horas antes, Radio Nacional, desde Burgos, había anuncia- do el nombramiento del gene- ral más joven de Europa como “Jefe del Gobierno del Estado Español”. Esta fórmula significaba dejar abierta la posibilidad de que otra persona distinta (un rey o un presidente de la Repú- blica) ocupase la autoridad máxima del Estado al acabar la Guerra Civil. Como cuenta en sus dia- rios privados el general Fidel Dávila –uno de los militares que participaban en la Junta de Defensa– recibió una lla- mada de Nicolás Franco, her- mano del futuro Caudillo. Dávila señala textualmente: “En la madrugada de este día despertome llamada telefó- nica producida por Nicolás Franco (…) precisábase mayor libertad de acción y por tanto de atribuciones que las que competían a la concreción de Jefe del Gobierno”. » Sigue en pág. 2 PONER LOS DESTINOS DE ESPAÑA EN SUS MANOS FUE UNA DECISIÓN EXTRAOFICIAL

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Una corrección de imprenTa convirTió a Franco en jeFe del esTado

Lo decidió el general Dávila al margen de la Junta de Generales l Radio Nacional lo rebajaba a Jefe del Gobierno l Cabanellas y Queipo se opusieron a que fuera la máxima autoridad política además de militar

Documentos inéditos de LA GACETA

Historia de España del siglo XX

Las checas, instrumento deL terrorEl Madrid republicano reaccionó al Alzamiento con la represión de las cárceles. Por José Rodríguez Labandeira 5

un goLpe de estado dentro de otro goLpeLa insurrección se hizo bajo la bandera de la República prometiendo una vuelta al orden. Por Stanley G. Payne 7

Franco Versus moLaEl desacuerdo inicial que pudo dar al traste con los planes de los sublevados contra el Frente Popular. 8

# 125 de septiembre de 2011

Diarios del general Dávila En sus notas privadas se cuenta la verdadera historia de la elección de Francisco Franco.

Máximos poderes Franco logró el mando único militar y el político para dirigir la guerra y el nuevo Estado.

Juan E. Pflüger

Un cambio de última hora en la imprenta decidió el destino de la España del siglo XX, al convertir a Francisco Franco en Jefe del Estado en lugar de Jefe del Gobierno. Era la madrugada del 30 de septiembre de 1936. Unas

1936

horas antes, Radio Nacional, desde Burgos, había anuncia-do el nombramiento del gene-ral más joven de Europa como “Jefe del Gobierno del Estado Español”. Esta fórmula significaba dejar abierta la posibilidad de que otra persona distinta (un rey o un presidente de la Repú-

blica) ocupase la autoridad máxima del Estado al acabar la Guerra Civil. Como cuenta en sus dia-rios privados el general Fidel Dávila –uno de los militares que participaban en la Junta de Defensa– recibió una lla-mada de Nicolás Franco, her-mano del futuro Caudillo.

Dávila señala textualmente: “En la madrugada de este día despertome llamada telefó-nica producida por Nicolás Franco (…) precisábase mayor libertad de acción y por tanto de atribuciones que las que competían a la concreción de Jefe del Gobierno”. » Sigue en pág. 2

poner los destinos de españa en sus manos fue una decisión extraoficial

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sión que participaban en el levan-tamiento militar. Estuvo en el cargo hasta el 1 de octubre, y era el responsable de la organización de la política en la zona controla-da por los militares, establecien-do su sede en Burgos. El 21 de septiembre se reunie-ron en la finca del ganadero Antonio Pérez Tabernero, en Muñodono (Salamanca) los generales más destacados a fin de dotar al Ejército alzado de un mando militar único que coor-dinase las operaciones de los tres cuerpos del Ejército. El del Norte, al mando del general Emilio Mola; el del Sur, con Gonzalo Queipo de Llano al frente, y el de África, dirigido por Francisco Franco. TRES FACTORESEste último resultó elegido para el cargo, con el título de Genera-lísimo. A su favor contaban tres factores: su brillo personal gana-do tras su meteórica carrera en la Guerra de Marruecos; su mando sobre las fuerzas de cho-que –regulares y legionarios– que habían conseguido un rápi-do avance desde Cádiz, a través de Extremadura, hacia Madrid, y finalmente sus importantes contactos con Alemania, Italia e Inglaterra, que le permitían atraer apoyos y reconocimiento internacional. No hay que olvi-

dar que la Guerra fue también un pulso entre los fascismos (Alemania e Italia) y el comunis-mo (la URSS). Apoyaron el nombramiento de Franco los generales Mola, Alfredo Kindelán y Luis Orgaz. Hasta el punto consideraban importante el Mando Único que el mismo Mola, que había sido el organizador de todos los contac-tos que llevaron al pronuncia-

miento, por lo que era conocido como El Director, llegó a amena-zar con abandonar la Junta si no se producía el nombramiento. “Creo tan interesante el mando único que si antes de ocho días no se ha nombrado generalísi-mo, ya no sigo”, afirmó durante la reunión. Como desvelan los documen-tos que LA GACETA ofrece al público por primera vez, la deci-sión final del nombramiento de Franco como jefe máximo mili-tar y político se tomó, de forma extraoficial, tras la reunión de los

»Según Dávila “el tiempo apremiaba, la imprenta llevaba tirados ya bastantes ejemplares y sido ya remesados paquetes a localidades de fuera de Burgos de difícil interceptación (…) decidí motu proprio ordenar la rectificación cual se llevó a efec-to”. Este cambio, indicado a la imprenta en el último momen-to, convirtió a Franco en “Jefe del Estado Español”. Los primeros meses, antes de esta decisión tomada al margen de todos los órganos de gobierno de los sublevados, fueron de incertidumbre y de administra-ción colegiada para los alzados el verano de 1936. ¿Quién se pondría al frente de la España alzada contra la República? Tras el pronunciamiento mili-tar del 17 de julio, los sublevados contra el Gobierno del Frente Popular decidieron no organizar un Estado, ya que su intención era hacerse con el poder de forma

rápida y dentro del régimen repu-blicano. Por eso, en lugar de distri-buir los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) optaron por la creación de un Directorio Mili-tar de carácter interino que sería presidido por el general José San-jurjo, al ser este el más prestigio-so de los implicados dada su hoja de servicios. La muerte de este, el 20 de julio en accidente de avia-ción cuando volaba a Burgos para hacerse cargo del nombramiento, obligó a cambiar los planes. El 24 de julio siguiente se deci-dió crear una Junta de Defensa Nacional, a cuyo frente se situó Miguel Cabanellas, por ser el más antiguo de los generales de divi-

Confidencias Los apartes entre El Caudillo y el general Fidel Dávila fueron muy frecuentes durante toda la Guerra Civil.

1938, Nuevo Gobierno La instantánea recoge la formación de un nuevo Ejecutivo. A la derecha se encuentran Martínez Anido, Dávila y Serrano Suñer.

1936 La fotografía muestra a varios de los miembros de la Junta de Defensa. Cabanellas, Queipo de Llano, Franco y otros.

¿quién se pondría al frente de la españa alzada contra el frente popular?

cabanellas: “franco no dejará que nadie le sustituya después de la guerra”

2 Documentos Inéditos de LA GACETA #1 EL NOMBRAMIENTO DE FRANCO

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Mando único Los sublevados lo tenían claro: “La lucha imponía resaltando como de prioridad e inaplazable decisión el tema atinente a la dirección de la campaña con la ineludible apreciación de Mando Único, siendo el general Kindelán, quien de modo más extenso y reiterativo razonó sobre ello”.

En secreto La decisión de nombrar a Franco Jefe de Gobierno se tomó en privado: “Inmediatamente reunímonos los tres (Franco, Mola y Dávila) en el patinillo de la finca (...) Franco se hallaba dispuesto a asumir el cargo”.

Disidencia De todos los miembros de la Junta de Defensa, solamente Cabanellas y Gil Yuste senegaban a la elección de Franco: “Cabanellas dio rotunda negativa y Gil Yuste hizo presente no haberse considerado por la Junta el supuesto que traía colación”.

‘El Director’ asiente El general Emilio Mola, muñidor del levantamiento militar, mostró públicamente su conformidad: “Mostrose Mola conforme, asintiendo a la concurrencia, de que debería la Junta declinar sus poderes en el general Franco nombrándole Jefe del Gobierno”.

Extractos DE los Diarios DEl gEnEral fiDEl Dávila

Boletín Oficial de la Junta de Defensa Una llamada de Nicolás Franco al general Dávila puso en movimiento la maquinaria para su nombramiento como Jefe del Estado. Se modificó el texto para que la decisión de la Junta fuese alterada eliminándose su nombramiento como Jefe del Gobierno. En este boletín de junio del 36 sigue la firma de Miguel Cabanellas como presidente de la Junta.

generales. A la salida de la misma –según se desprende de las notas privadas del general Dávila– Mola, Franco y el mismo Dávila se reunieron y plantearon el pro-blema al que debían enfrentarse: varios Gobiernos extranjeros se habían puesto en contacto con el Ejército sublevado para hacerles llegar la decisión de que no enta-blarían contactos oficiales si no se eliminaba el componente de pronunciamiento militar. Exi-gían la inmediata formalización de un régimen político que no estuviese exclusivamente en manos de los militares. Esta reunión tuvo lugar en un patio, apartados del resto de los miem-bros de la Junta. La decisión fue que Mola y Dávila tantearían al resto de los componentes. El problema, según Mola y Dávila, era que si la Jefatura del Estado recaía en persona diferen-te a quien iba a dirigir la Guerra podría haber desacuerdos que mermarían la eficacia frente a la República gobernada por el Fren-te Popular. De esta manera, decidieron actuar desde fuera de la Junta de Defensa y presentarse en la reunión definitiva con todos los apoyos posibles. Un asunto prácticamente desconocido hasta la fecha y que los Docu-mentos de LA GACETA revelan 75 años después. »

EL NOMBRAMIENTO DE FRANCO #1 Documentos Inéditos de LA GACETA 3

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el detonante de todo... »La medida culminó con el nombramiento de Francisco Franco como Generalísimo y como Jefe del Estado, omitien-do la opción que defendía Cabanellas de nombrarle sola-mente Jefe del Gobierno y de manera transitoria mientras durase la Guerra Civil. Dávila obtuvo el apoyo de los generales Saliquet, Orgaz y Ponte, y la negativa de Cabane-llas, Queipo de Llano y el coro-nel Gil Yuste. Por su lado, Mola obtuvo el apoyo del coronel Moreno Calderón y el general Kindelán ya era partidario de la medida. De esta manera, la mayoría favorable a Franco en la Junta era abrumadora. Elacuerdofinal,redactadopor el mismo Kindelán, reco-gía el nombramiento de Fran-cisco Franco como “Generalí-simo” a cuyo mando estarían “Todas las fuerzas de tierra, mar y aire que colaboran o colaboren en el porvenir a favor del Movimiento”, además “lle-vará anexa la función de Jefe del Estado” añadiendo “... mientras dure la guerra”. Para

aceptar, Franco solamente puso una condición, que el cargo de Jefe del Estado no fuese de carácter temporal.

FóRMULA AMBIGUA La fórmula ambigua que se adoptó fue darle el título de “Jefe del Gobierno del Estado Español”. Era la forma de que el reticente Cabanellas acep-tara el nombramiento de Fran-co, porque dejaba abierta la posibilidad de que otra perso-na, acabada la Guerra, se hiciera cargo de la Jefatura del Estado, de suerte que limitaba considerablemente el alcance del cargo. Perolarapidezdereflejosdelgeneral Dávila imprimió un giro crucial a los acontecimientos. El cambio de última hora y, fuera de plazo,deimprenta,confirmóaFranco como Jefe del Estado y decidió el futuro de España. Tras su derrota política, el general Cabanellas aseguró a sus compañeros: “Ustedes no saben lo que han hecho porque no le conocen como yo, que lo tuve a mis órdenes en el Ejército de África... Si ustedes le dan Espa-ña, va a creerse que es suya y no dejará que nadie lo sustituya en la guerra o después de ella, hasta su muerte”. l

la decisión de cambiar la redacción del decreto fue tomada de madrugada Asesinato de José Calvo Sotelo En la madrugada del 13 de julio de 1936 varios Guardias de Asalto y miembros del PSOE secuestraron y asesinaron al

líder conservador. Fue la mecha que impulsó al general Mola al adelanto del levantamiento contra el Gobierno del Frente Popular.

... Y la consecuenciaCONSOLIDADO. Tras 25 años, el ré-gimen estaba firmemente asentado. El nuevo Estado había desarrollado su cuerpo legal por medio de las Leyes Fundamentales y Franco no tenía ape-nas oposición en el interior. La simbo-logía era uno de los aspectos que más cuidaba el aparato de propaganda oficial y las fechas emblemáticas se celebraban con la asistencia de las más altas autoridades. En este caso se conmemoraba el cuarto de siglo

de la “Exaltación a la Jefatura del Es-tado de Su Excelencia Francisco Fran-co”. Se celebró en Burgos, capital del bando sublevado durante la Guerra. El programa recogía varios actos religio-sos y tuvo lugar en 1961, fecha que marca el inicio del desarrollo econó-mico que dejaba atrás las penurias por las que pasó la sociedad españo-la tras el conflicto. Se había creado la clase media y los españoles pasaban de la alpargata al seiscientos.

4 Documentos Inéditos de LA GACETA #1 EL NOMBRAMIENTO DE FRANCO

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EL NOMBRAMIENTO DE FRANCO #1 Documentos Inéditos de La Gaceta 5

gándose de difundir ampliamen-te en sus mítines la literatura soviética, a cuyos escritores pre-sentaba Kolzow, redactor jefe de Pravda en Moscú, desplazado a Madrid para la ocasión (crónica, del 4-X-1936). evidentemente, la Prensa le daba coba y aplaudía todo lo que procedía del gran país del prole-tariado triunfante, mientras jus-tificaba los peores instintos de las masas. en Mundo Obrero o en Claridad, iba de suyo. Los demás medios dieron un vuelco espec-tacular, de un día para otro, al fracasar el pronunciamiento: las redacciones fueron tomadas inmediatamente por periodistas

de quinta fila cobijados en el seno materno de las organizaciones obreras, promotoras de medio-cres resentidos y vengativos. en realidad, la prensa escrita hacía cosas peores que incitar a las masas y adular a la URSS. Periódicos como Claridad, en manos de araquistáin y Álvarez del Vayo, desempeñaban eficaz-mente el papel de siniestro apun-tador, señalando a las víctimas con unas notas biográficas que eran pura y crudamente una inci-tación al asesinato. Un periódico como El Liberal acompañaba, incluso, estas siniestras biogra-fías de la correspondiente foto-grafía para facilitar la identifica-ción del interfecto. Y el aBc, incautado, también se plegó a las circunstancias. Quienes apare-cían en estas notas periodísticas podían darse por sentenciados a muerte. aunque la personalidad moral del individuo es determi-nante en su comportamiento, las circunstancias y esta persisten-te propaganda también ayuda-ron lo suyo. La persecución y eli-minación del enemigo de clase ni siquiera era vista como un execrable asesinato por quienes lo cometían, sino que se sentían orgullosos de su comportamien-to, como si fueran héroes y ade-lantados de la causa de una jus-

las checas, instrumento del terror

José Rodríguez Labandeira*

Los familiares de las víctimas denominaron checas a los cen-tros donde eran conducidos los detenidos por las brigadas de milicianos que desde la noche del 18 de julio controlaron Madrid, actuando como un poder de facto terrorífico e inapelable. La aparición de estos lugares fue la réplica del Gobierno repu-blicano al alzamiento de los generales. La denominación de checa se explica porque la cultu-ra y los métodos soviéticos apa-recieron rápidamente en escena debido al protagonismo que desde los primeros momentos adquirieron los militantes izquierdistas que simpatizaban con la URSS. en los primeros días se descubrió quiénes eran los defensores más entusiastas de la promoción del modelo soviético en españa: el ex subse-cretario de Industria durante el primer bienio, Santiago Valien-te Oroquieta, y el ex director del Instituto de Reforma agraria, Vázquez Humasqué, que inclu-so había llegado al extremo de falsificar, de acuerdo con el ministro de agricultura, Marce-lino Domingo, la firma del pre-sidente de la República para aprobar un decreto de expropia-ción de fincas que se había nega-do a sancionar por considerarlo inconstitucional. el tal Valiente Oroquieta había conocido y estaba estrechamen-te relacionado con uno de los estalinistas mejor situados en esos momentos en la URSS, Ostrowky, y no se recataba de recomendar en público la aplica-ción de sus métodos en españa. en un discurso, a primeros de septiembre, afirmó: “Rusia nos ha dado a todos los pueblos del mundo una gran experiencia y una formidable labor ya realiza-da. aprovechémosla” (crónica, del 6-IX-1936). Valiente no tenía ninguna duda: sovietizar españa era lo mejor que se podía hacer para acabar de una vez por todas con el anacronismo capitalista español. esta labor de entusiasta promoción de las virtudes sovié-ticas desplegada por estos dos altos cargos de azaña, que acre-ditaron su fe en el modelo sovié-tico fundando la asociación de amigos de la URSS, la completa-ba por su parte la alianza de Inte-lectuales antifascistas, encar- El Frente Popular aplicó al pie de la letra directrices estalinistas.

como reacción al alzamiento se recrudeció la represión dirigida por la URSS l Periódicos como ‘el Liberal’ o ‘aBc’ hacían de apuntadores publicando biografías y fotos de las futuras víctimas

“Poner en libertad” significaba otra cosa Lista de presos de una checa, varios de una misma familia, que fueron asesinados. Cuando la Dirección de Seguridad hablaba de “poner en libertad” se refería a eliminarlos.

despreciaban el dinero y las alhajas como símbolo capitalista pero se las quedaban

ticia universal igualitaria que empezaba por la destrucción purificadora de los explotadores –aristócratas, patronos–, sus cómplices y justificadores –mili-tares, titulados superiores, clero– y todo lo que tuviera que ver con su refinado y exquisito gusto estético, destrozando las obras de arte que encontraban a su paso en las viviendas que registraban. Y aunque se les lle-naba la boca despreciando el dinero y las alhajas como símbo-lo de la explotación capitalista y su decadente cultura burguesa, se lo llevaban.

LeDeSMa, a naVajazOSLa inmensa mayoría de los inte-grantes de estas brigadas de mili-cianos dotadas de su correspon-diente checa eran conocidos por sus apodos, que unas veces indi-can su procedencia social y otros ilustran su catadura moral. Un ejemplo. Los integrantes de la checa del cinema europa de Bravo Murillo 150, que controla-ba el barrio de cuatro caminos, eran el chepa (antonio chenel de la cal), el chaparro (Santiago Vicente arrue), Paco el animal (Francisco Sánchez corella), el tres culos (Luis Modelo), el gua-rro (Felipe Grande cid), el gafas (Pedro Pascual Ibáñez) y el tato (aniceto González Siguero). el que actuaba como jefe de la bri-gada y de la checa era Santiago Vicente arrue, secretario de las juventudes Libertarias de la cnt, responsable de múltiples asesinatos. En fin, el repertorio es amplio sin necesidad de salir de un mismo local: el chorreta, el chulo, el bus, el chato, el tuer-cebotas, el charlot, el trillero…, todos ellos integrantes de la checa del ateneo libertario de La elipa, dirigida por Ángel Sardi-nero, juan Romanillos y los her-manos abad, quienes secuestra-ron en la cárcel de Ventas al ex dirigente falangista Ramiro Ledesma Ramos para interro-garlo y descuartizarlo entre todos a navajazos, para ver “cuál era el mal germen que podía llevar ese hombre dentro para ser tan malo” (Declaración de antonio tormo García, integrante de esta checa, en aHn, cG, Leg. 1531). l

*J. R. Labandeira es Profesor Ti-tular de Historia Contemporánea en la U. Autónoma de Madrid y autor de ‘Madrid roto y rojo’.

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Quién es Quiénconjunción planetaria del 18 de julio

Francisco Francoel último Fue el primero

miguel cabanellasun masón contra

la república

emilio molala batuta de‘el director’

alFredo Kindelánpuso alas al

nombramiento

Queipo de llanoel orson welles de

sevilla

josé sanjurjoel líder

Frustrado

Carlos Plaza

Guste o no, se esté de acuerdo con él o no, Francisco Franco ha sido uno de los personajes clave de la España del siglo XX. Su participación en el Alzamiento fue tardía y su nombramiento se debió a una serie de azares. Naci-do en El Ferrol en 1892, fue el máximo exponente de las cam-pañas españolas en África, donde llegó con 19 años. Las vic-torias conseguidas le hicieron merecedor del generalato por méritos de guerra a los 33 años, y fue el militar más joven de Europa con ese rango. Su arrojo y buena suerte –no fue herido en dos años y medio de combates– en el campo de batalla le dieron

Nacido en 1872, por méritos de guerra en Cuba y en Marrue-cos, llegó a ser general de divi-sión. Pero su oposición al Gobierno de Primo de Rivera lo apartó del servicio activo. Con la República, Cabanellas fue rehabilitado: entre otras cosas, fue capitán general de Andalu-cía, Jefe del Ejército de Marrue-cos y Jefe de la V División Orgá-nica. Desde ese puesto se sumó al levantamiento contra el Frente Popular. Una rareza, pues era republicano y masón, pero la deriva revolucionaria que estaba tomando el Régi-men del 14 de abril hizo que, tras los sucesos de Asturias el año 34, decidiera colaborar con otros generales para cambiar el Gobierno.

Era la persona idónea para organizar el golpe, pero le falta-ba ambición para dirigir el nuevo Estado. El destino sirvió en bandeja la solución: falleció en accidente aéreo en 1937. De todas formas, ya se había pro-ducido el nombramiento de Franco. Nacido en Cuba, en 1887, fue uno de los más brillan-tes soldados africanistas. El Gobierno de la República le envió a Navarra para alejarle de veleidades golpistas, pero fue en Pamplona donde se granjeó, con gran dificultad, el apoyo carlis-ta y donde planificó minuciosa-mente el Alzamiento. Después sería, hasta su muerte, el jefe del Ejército del Norte, cargo en el que le sustituyó el general Dávila.

Monárquico de corazón, criti-có el franquismo al acabar la Guerra, considerándolo una mera regencia, pero paradóji-camente fue uno de los artífi-ces del nombramiento de Fran-co. Nacido en 1879, pionero de la aviación militar española, fue nombrado en 1913 jefe del Servicio Aeronaútico. Coordi-nó las operaciones aéreas del desembarco de Alhucemas en 1925; y fue uno de los impulso-res del vuelo del Plus Ultra. Sin pertenecer a la Junta de Defensa, se le permitió ser el redactor del decreto de Mando Único que convirtió a Franco en Generalísimo. Pero el acer-camiento a Alfonso XIII en el exilio le supuso la caída en des-gracia.

Complejo y novelesco persona-je del Alzamiento. Gonzalo Queipo de Llano (1875-1951), de larga carrera militar iniciada en Cuba y continuada en Marrue-cos, llegó a conspirar contra Alfonso XIII en la cuartelada de Cuatro Vientos (1930), des-pués fue inspector general del Ejército con Azaña y jefe del Cuarto Militar del presidente Alcalá-Zamora. Pero, tras la destitución de este, fue uno de los cabecillas de la conspiración del 18 de julio. Con un número reducido de hombres, sublevó Sevilla, gracias al uso de la radio como arma psicológica. Cayó en desgracia en el franquismo y fue malinterpretado tanto por his-toriadores de izquierda como de derecha.

La carrera militar de Sanjurjo (1872) fue brillante. De Cuba regresó como capitán; en Marruecos –donde estuvo entre 1909 y 1921– cosechó ascensos –llegó a general– y parabienes: fue uno de los organizadores del desembarco de Alhucemas, por lo que Alfonso XIII le gratificó con el título de marqués del Rif. Colaboró con Primo de Rivera y se congratuló con la Repúbli-ca –fue director de la Guardia Civil–. Pero pronto le llegó el desencanto que le impulsó a intentar un golpe de Estado (la sanjurjada), en 1932. Se exilió a Estoril (Portugal). Era el elegi-do para liderar el alzamiento, pero no pudo ser: falleció el 20 de julio de 1936 en un acciden-te de avión.

No podía ser más variopinto el ‘staff ’ de los sublevados, desde masones a republicanos pasando por africanistas de meteórica carrera militar, monárquicos u organizadores eficaces pero sin ambición política alguna, como Mola

En octubre de 1934, Franco fue enviado a Asturias a sofocar la revolución y defender la Repú-blica, a la que apoyó hasta el ase-sinato de Calvo Sotelo (13 de julio de 1936), cuando decidió adhe-rirse al pronunciamiento de San-jurjo y Mola, al grito de “Viva la República”. Él decía: “Desde que se me hizo general a los 33, se me colocó en vías de grandes respon-sabilidades para el futuro”, pero su unión a los alzados fue de últi-ma hora y su liderazgo sobre los mismos se debió al azar: un acci-dente aéreo que terminó con la vida de Sanjurjo. Ganó la Guerra Civil en abril de 1939, se hizo lla-mar “Caudillo” y retuvo el poder hasta su muerte, el 20 de noviem-bre de 1975. l

una fama que llegó a la Penínsu-la y a oídos del rey Alfonso XIII, que accedió a ser el padrino en su boda. En 1923, Franco toma el mando de la Legión tras la desti-

tución de Millán Astray y la muerte de Valenzuela, y sólo tres años después es ascendido a general, para pasar a dirigir la Academia de Zaragoza en 1928, por orden de Primo de Rivera.

el general más joven de europa defendió a la república en 1934

6 Documentos Inéditos de LA GACEtA #1 EL NOMBRAMIENTO DE FRANCO

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ca de su elección resultó bastan-te acertada en el transcurso de la guerra. Pero, ¿a qué se le elegía? La designación había sido senci-llamente como generalísimo militar mientras durara la gue-rra, y luego Cabanellas arras-traba los pies en anunciar ofi-cialmente el nombramiento. Durante la semana que seguía, los dos sectores que más apo-yaban a Franco –los militares y el pequeño grupo de franquis-tas– insistieron en la necesidad de una segunda reunión para despejar la cuestión de pode-res. Tuvo lugar el 28 de sep-tiembre, y Kindelán propuso que el nombramiento sería

como “Jefe del Estado, mien-tras dure la guerra”. Esto susci-tó la resistencia de Mola y de otros, y finalmente se acordó la fórmula de Generalísimo y “Jefe del Gobierno del Estado”, aunque sin referencia a la dura-ción del mandato. Estos fueron los términos oficialmente pro-mulgados el 29 de septiembre. Una vez elegido Franco había quedado muy claro que no aceptaría los poderes de generalísimo militar sin los poderes políticos. Luego, con la ceremonia de investidura el primero de octubre, el joven general (44 años) se definió tajantemente Jefe del Estado, asumiendo todos los poderes, que nunca abandonaría en vida. Había un cierto resenti-miento entre otros mandos militares –en cierto sentido, el acto de Franco constituyó un pequeño golpe de Estado den-tro de un golpe de Estado mayor– pero nadie cuestiona-ba la disciplina militar y la autoridad de Franco mientras duraba la guerra. Después, cuando se consumó la victoria en 1939, el Generalísimo ya había consolidado el poder, con un prestigio indiscutido, y fue demasiado tarde. l

Stanley G. Payne es hispanistay autor de ‘El colapso de la República’.

FranCisCo Franco fue elegido Generalí-simo, y con ello dicta-dor político, en dos sesiones de la Junta

de Defensa nacional, el comité militar que mandaba la mitad del Ejército que se había suble-vado contra el Frente Popular, que tuvieron lugar el 21 y el 28 de septiembre de 1936. La insu-rrección militar del 18 de julio había sido organizada, con bas-tante confusión e incertidum-bre, por el general de brigada Emilio Mola. su jefe nominal, al comienzo, había sido el gene-ral José sanjurjo, pero murió en un accidente de avión mientras este despegaba en Estoril (Por-tugal) el 20 de julio. El alzamiento planeado por Mola proyectaba para el porve-nir político lo que ha sido lla-mado un “plan abierto”. aun-que se daba por descontado que un Gobierno nuevo sería más derechista y más autoritario, no había elección entre monarquía o república como formas de Gobierno. De hecho, en todos los sitios la insurrección militar empezó bajo la bandera de la segunda república, prome-tiendo una vuelta a la ley, el orden y la normalidad. sanjur-jo había acordado con Mola la necesidad de convocar un ple-biscito para elegir entre monar-quía y república, seguido por elecciones de Cortes Constitu-yentes para preparar una cons-titución nueva, fuese el que fuese el resultado del plebisci-to. Con lo que no se contaba de ninguna manera era con un régimen de partido único, siguiendo el modelo fascista, o una dictadura perpetua. La muerte repentina de san-jurjo, antes de poner pie en España, dejó la insurrección acéfala. Mola no tenía ni la ambición ni la categoría profe-sional o política para asumir personalmente un Mando Único, y por eso formó la Junta de Defensa nacional el 23 de julio, para representar a los

La insurrección se hizo bajo la bandera de la república prometiendo una vuelta al orden y a la normalidad l Franco reunía todos los requisitos de un candidato ideal para hacerse con el Mando Único

Stanley G. Payne

mandos militares más impor-tantes. Tras haber transferido su puesto de mando desde Marruecos a la Península el 3 de agosto, Franco fue también nombrado vocal. El presidente fue el general Miguel Cabane-llas, masón y militar de antece-dentes fuertemente liberales. asumió la presidencia exclusi-vamente por antigüedad, y la Junta, como un mando militar por comité, ejercía un poder limitado, con mucha autonomía en manos de los jefes de las varias regiones. Franco había negociado mucho con los conspiradores,

pero no hizo una promesa firme de participación hasta el 13 de julio, siendo así el último de los jefes importantes en decidirse. sin embargo, una vez al mando del Ejército de África, el único sector importante de las fuerzas españolas, demostró una deci-sión y un empeño totales. sus representantes negociaron el acuerdo con alemania antes del fin de julio, lo que provocó que en agosto y septiembre se evidencia-ra que el éxito de la sublevación dependía en gran parte de sus unidades de regulares y del Ter-cio. Fue Franco quien recibió la mayor parte de los suministros del extranjero, y cada día proyec-taba más y más la imagen del jefe más importante, tanto al nivel nacional como internacional.

Un ManDo ÚniCoEn la reunión del 21 de septiem-bre fue el sector monárquico minoritario, esencialmente alfredo Kindelán (jefe de la

mola no tenía ni la ambición ni la categoría política para optar al mando supremo

los monárquicos confiaban en que franco promovería la restauración

aviación) y Luis orgaz, el que insistió en la necesidad de tener un mando militar único y eficaz para poder ganar la guerra. Tenían aliados fuera de la Junta en un pequeño grupo de fran-quistas, como el coronel Juan Yagüe (jefe de la columna prin-c ipa l ava n za ndo c ont ra Madrid), el diplomático José sangróniz y nicolás Franco, el hermano mayor y consejero principal del general. El cálcu-lo fundamental de los monár-quicos fue que Franco era toda-vía un monárquico de convic-ción, y de todos los mandos sería tanto el más eficaz en términos militares como el más fiable para promocionar eventual-mente una restauración. Los miembros de la Junta se pusieron de acuerdo en cuanto a lo deseable que sería tener un generalísimo como mando único, con la excepción de Cabanellas, que lo juzgaba innecesario (y probablemente creía en su fuero interior que sería demasiado autoritario). Cuando se pasó a la segunda fase de elegir el jefe, no había más que dos candidatos –Fran-co y Mola–. no ha sobrevivido ningún documento de la vota-ción, y de ella tenemos dos ver-siones, la de Kindelán en sus memorias y la de Félix Maíz, el principal colaborador civil de Mola, que quedaba inédita por muchos años y que fue publica-da sólo en 2007. Kindelán afir-ma que Franco fue elegido por unanimidad, mientras Maíz (que testifica que ha leído las únicas notas de la sesión, pre-paradas por el secretario de la Junta, el coronel Moreno Cal-derón) insiste en que hubo un empate entre Franco y Mola en la primera ronda, cuatro votos por cada uno, y que Mola entonces retiró su propia can-didatura, dando luz verde para la elección de Franco por una-n i m id a d en la seg u nd a ronda.

EL CanDiDaTo iDEaLFranco reunía todas las condi-ciones requeridas –gran presti-gio, una reputación militar de las más altas, discreción políti-ca, reconocimiento tanto domés-tico como internacional– mien-tras Mola realmente no ambicio-naba el mando único. Es verdad que Franco fue mucho más res-petado que amado, pero la lógi-

Un peqUeño golpe de estado dentro de Un golpe de estado

Retrato épico de Franco que se encuentra en el pazo de Meirás.

EL NOMBRAMIENTO DE FRANCO #1 Documentos inéditos de La GaCETa 7

Page 8: La gaceta ineditos_1

Mola: Más eficacia y Menos vítores al césar

Aunque pueda parecer lo con-trario, la relación entre los generales Franco y Mola no siempre fue cordial. Tuvo sus claroscuros. Franco, que se adhirió en el último momento al Alzamien-to, no cumplió su compromiso con el general de origen cubano de presentarse en Marruecos el día 17 de julio, para de ahí tras-ladar a la Península al Ejército destinado en África. No se conoce el motivo por el que hizo esperar un día más al Dragon Rapide enviado por Mola para recogerlo en Gando (Gran Canaria) el día 15. No sólo eso, sino que en vez de dirigirse al Protectorado español aterrizó al atardecer en Casablanca, pasó la noche ahí y al día siguiente, 19 de julio, alcanzó el Marruecos español. Este retra-so de Franco dio tiempo a la Armada republicana a bloquear el Estrecho y provocó que el Ejército hubiera de transportar-se por aire a la Península, ope-

ración que finalizó el 5 de agos-to, quebrando así el plan de Mola de asaltar Madrid en un ataque relámpago. Iniciada ya la guerra, Fran-co, en vez de poner cerco a Madrid tal y como había previs-to El Director, se dirigió a Tole-do para liberar el Alcázar, en el que 800 guardias civiles resis-tían el asalto de 8.000 milicia-nos republicanos. La operación de rescate, que proporcionó a Franco un gran ascendiente entre militares y civiles, permi-tió a Madrid reforzarse con la llegada de las Brigadas Interna-cionales, lo que impidió su toma. Sobre las prioridades de Franco, y su sed de gloria, Mola dijo, enfadado: “Estamos per-diendo el tiempo con tantos vítores al César y tantas salves a las águilas imperiales. Menos imprenta”. Sin embargo, antes de enfren-tarse al general del Ejército de Marruecos y del Sur, Mola con-sideraba imprescindible la victo-ria en el Norte: “Primero Bilbao, después iremos a Salamanca”.

Pese a sus desencuentros, ambos garantizaron la unidad del Ejército.

Recordatorio de muerte Mola murió en un accidente aéreo en 1937.

16 febrero: Proclaman a la coalición de izquierdas denominada Frente Popular vencedora de las elecciones legislativas tras numerosos altercados e irregularidades

7 junio: Los generales Cabanellas y Mola se entrevistan para organizar el pronunciamiento

25 mayo: El general Mola firma su primera “instrucción reservada” como “El Director”

16 junio: Dolores Ibárruri, ‘La Pasionaria’, amenaza de muerte en el congreso a los líderes de la derecha José Calvo Sotelo y José María Gil-Robles

12 julio: El teniente de la Guardia de Asalto e instructor de las Juventudes Socialistas Unificadas, José Castillo, es asesinado como respuesta a su actuación en la manifesta-ción derechista de dos días antes que acabó con la muerte de un falangista

13 julio: Guardias de Asalto y miembros del PSOE secuestran en su casa y asesinan al líder derechista José Calvo Sotelo

14 julio: El general Mola da instrucciones para que se adelante el pronunciamiento militar al 18 de julio en Marruecos y el 19 en la Península

17 julio: El coronel Luis Solans adelanta el pronunciamiento en Melilla para evitar que sea desarticulado

18 a 20 de julio: El levantamiento se extiende por toda España, que queda dividida en dos zonas. Comienza el asedio al Alcázar de Toledo

29 agosto: El Ejército cambia la bandera republicana tricolor por la roja y gualda

27 agosto: Francisco Franco es propuesto como Generalísimo de los ejércitos

28 agosto: Los generales Mola y Dávila proponen que se le nombre Jefe del Estado

1 septiembre: Franco es nombrado oficialmente Generalísimo y Jefe del Estado

23 julio: Primera reunión de la Junta de Defensa Nacional

DEL FRENTE POPULAR AL MOVIMIENTO

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C.Aguilera / LA GACETA

Aunque ‘El Director’ había planeado un ataque relámpago a Madrid, Franco se entretuvo en África y liberando el Alcázar de Toledo

la tardanza de franco permitió a la armada republicana bloquear el estrecho

se había estado diciendo: “Mola no entrará en Bilbao”. ¿Proyec-taba Franco relevarle pronto del mando? ¿Se temía un atentado contra él? l

La toma de la capital vasca hubiera incrementado su presti-gio hasta el infinito, pero un accidente de aviación truncó su propósito. Antes, en Salamanca

8 Documentos Inéditos de LA GACETA #1 EL NOMBRAMIENTO DE FRANCO