la agenda de la antropóloga versus la agenda de los activistas indígenas

14

Upload: sergiotchigorin

Post on 07-Nov-2015

216 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Antropologia

TRANSCRIPT

  • LA AGENDA DE LA ANTROPLOGA VERSUS LA AGENDA

    DE L@S ACTIVISTAS INDGENAS:

    DESENCUENTROS O COMPLEMENTARIEDAD?

    SABINE KRADOLFER

    Universidad de Lausanne (Suiza)

    INTRODUCCIN

    En este artculo quiero interrogarme acerca de la manera en que arm mi investigacin de campo entre l@s Mapuche de la Patagonia argentina, a partir de las comunidades rurales, para dirigirme solamente en un segundo tiempo haca grupos mapuche urbanos mucho ms mediticos y politizados que estn en contacto con otr@s actoreas de las luchas de los pueblos indgenas a travs del mundo entero. Al manejarme as me encontr en una paradoja: siendo extranjera conoca bien el modo de vida rural mapuche y los problemas con los cuales se enfrentaban las comunidades, mientras que los activistas mapuche quienes en su mayora se haban criado en las ciudades defendan a estas comunidades sin haber convivido mucho con ellas. Entiendo que el rol de los activistas se ancla en otro nivel social y poltico que el de las comunidades y que por estas razones, al defender los derechos de su pueblo a un nivel ms global, usan un lenguaje y actitudes destinados a personas exteriores a su cultura. Por esta exterioridad son, a veces, percibidos por las poblaciones rurales mapuche como muy extra@s y/o criticad@s porque son vist@s como personas que trabajan de Mapuche.

    Quisiera aqu reflexionar sobre la postura que tuve durante mi trabajo de campo entre estos dos tipos de poblacin mapuche que formaban parte de mi entorno pero con los cuales haba que interactuar de manera muy distinta y tal vez, para mi, incompatible con lo que fue mi postura al empezar mi investigacin. Como lo hace resaltar Claudia Briones en su tesis de doctorado: ( ) anthropological work with cultural activists differs widely from fieldwork within Mapuche communities. Activists behave indeed differently. They are extremely

  • SABINE KRADOLFER

    38

    aware of their being engaged into a political struggle (1999: introduction, s/p.). Explorar estas diferencias a travs del anlisis reflexivo de diferentes momentos de mi investigacin de campo: la eleccin del lugar de mi estudio, la llegada al campo, la ampliacin de mi investigacin a campos exteriores a las comunidades. Este recorrido en cierta forma cronolgico, del trabajo que llev a cabo en la provincia del Neuqun en Argentina, se concluir con el relato de una situacin vivida durante un ritual en el cual trataba de cumplir con todas las reglas y normas de comportamiento adecuadas mientras l@s activistas estaban llevando a cabo un trabajo poltico que les haca funcionar segn una agenda muy diferente a la ma. En esta oportunidad me encontr tomada en plena paradoja entre dos cdigos diferentes: por una parte era parte de un ritual con el cual no estaba totalmente familiarizada, razn por la cual mis informantes me cuidaban y me vigilaban para asegurarse que me comportaba de manera adecuada, y por otra parte, interactuaba con l@s activistas que tenan discursos y comportamientos que perciba como mucho ms familiares, por no ser tan mapuche. Esta cercana seguramente tiene que ver con el hecho que sus discursos retomaban argumentos legales, antropolgicos, sociolgicos, polticos, etc. comunes a muchos grupos de defensa de pueblos indgenas a travs del mundo. Pero a su vez, sus maneras de comportarse dentro del ritual no cuadraban con las reglas que mis informantes me haban trasmitido. La necesidad de articular estas dos facetas de la sociedad mapuche con mi propia postura de antroploga en situaciones muy complejas me result bastante costosa y me hizo interrogar intensamente sobre mi rol y mis relaciones con mis distint@s interlocutoreas.

    En este contexto surgieron preguntas fundamentales a nivel tico como metodolgico: como trabajar entre, con y/o sobre los diferentes niveles y campos en el cual se mueve los distintos actores del mundo mapuche, quienes tienen agendas a veces muy contradictorias? A quien tengo que dirigirme para conseguir un permiso de investigacin? A quien le restituir mis resultados? Con quien puedo entablar una investigacin en colaboracin? Si los indgenas pueden criticar el hecho de que ciertas categoras de sus poblaciones desaparecen de los discursos universalistas desarrollados por las

  • La agenda de la antroploga versus la agenda de l@s activistas indgenas 39

    ciencias humanas, cmo los puedo reintegrar dentro de mi cuadro analtico, devolvindoles as la voz y el lugar que les corresponde?

    Si bien, no podr responder a todas estas preguntas en este artculo quisiera, por lo menos, acercarme a este conjunto de problemticas y analizar la manera en que constru mi investigacin de campo y me relacion, o no, con distintos actores de grupos que forman, o dicen formar, el pueblo mapuche neuquino.

    1. LA ELECCIN DE UN TEMA DE ESTUDIO O COMO EL INFORMANTE SE OFRECI

    El tema que trat en mi tesis de doctorado surgi, como es comn en los trabajos de l@s antroplog@s, de un encuentro particular con un pueblo. Mi primer contacto con gente mapuche de la Patagonia argentina se dio, por casualidad, en un viaje de turismo en el ao 1992, cuando estaba visitando a unos familiares establecidos en el norte de la provincia del Neuqun. Dadas las pocas actividades que brindaba el lugar donde vivan mis parienteas, nos llevaron a visitar una comunidad mapuche vecina. All me encontr con un anciano lo llamar Don Juan1 en este artculo quien me pidi escribir sobre su historia y la del pueblo mapuche, para dar a conocer su modo de vida y sus dificultades. En varias oportunidades, al contarme la historia de su comunidad, insista dicindome: Gringa2, Usted tiene que escribir nuestra historia. Tiene que escribir de nuestro sufrimiento. Estos momentos de intercambio me impactaron tanto que, al volver a Suiza, decid retomar mis estudios y reorientarlos desde la sociologa, materia en la que ya tena una licenciatura, haca la antropologa para

    1 Los nombres de las personas como tambin de las comunidades son pseudnimos. 2 Como explique a l@s Mapuche con quien viva, que asuma ser una gringa por el hecho que nosotr@s, l@s Blanc@s, hicimos y seguimos hacindoles dao a las cultures originarias de Amrica latina y del mundo, se acostumbraron, y yo tambin, a este nombre, pero creo o por lo menos, espero de que perdi en mi caso, su significacin peyorativa. Ahora soy, a veces, tambin la gringuita o por l@s ni@s, su ta gringa. L@s Mapuche me llamaron la atencin sobre el hecho que la palabra indi@ es para ell@s peyorativa cuando es utilizada por l@s Blanc@s, mientras la usan mucho entre ell@s. Es as que entramos en una relacin de gringa a indi@s y de indi@s a gringa, muchas veces amistosa, pero a veces tambin conflictiva!

  • SABINE KRADOLFER

    40

    realizar un master y despus, el doctorado. As es como la antropologa vino a mi vida despus de l@s Mapuche.

    Cuando volv a Argentina para poder llevar a cabo mis investigaciones3, me instal en esta misma comunidad que llamar aqu Quie Mapu, sin pasar por los canales habituales (indgenas o no) que comnmente usan l@s extranjer@s para acercarse a las comunidades. As es que llegu con una camioneta de parienteas de Don Juan, establecid@s en una pequea ciudad vecina, quienes venan a pasar unos das de vacaciones en su comunidad de origen. Como quera responder a la pregunta del anciano, el cual me haba fascinada con su discurso y su historia de vida focalic la primera etapa de mi investigacin sobre la organizacin social de las comunidades mapuche de la provincia del Neuqun, tema que termin siendo el tema central de mi tesis doctoral (Kradolfer, 2005). Trabaj en particular sobre la temtica mapuche en Neuqun, y no sobre la situacin general en toda Argentina (hay tambin poblaciones mapuche en las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Neuqun, Ro Negro, Chubut y Santa Cruz) porque existen importantes diferencias en trminos de organizacin social y comunitaria entre los Mapuche de estas diferentes provincias. La variedad de las situaciones tiene que ver con las legislaciones y/o polticas indgenas locales quienes cambian radicalmente de una provincia a otra (Briones, 2005) ya que el estado federal dej, durante dcadas, el manejo de la cuestin indgena en manos de las autoridades provinciales.

    Cabe notar que la problemtica indgena tiene una resonancia muy diferente en Chile, donde est radicada la mayora de la poblacin mapuche, considerada como un problema mientras en Argentina fue invisibilizada (Menni, 1995) durante casi un siglo, despus de la conquista armada por el ejrcito nacional de los territorios indgenas libres de la Patagonia entre 1874 y 1885. Despus de esta fecha, Patagonia y Tierra de Fuego fueron administradas por el estado federal y convertidas en Territorios Nacionales hasta la creacin de las provincias en 1955. Para mi investigacin, el Neuqun presenta un 3 Entre diciembre 1994 y abril 1998, pas unos 30 meses en Argentina (parte con una beca de investigacin del Fonds nacional suisse de la recherche scientifique a quien quiero agradecer aqu) y desde entonces trato de volver uno o dos meses cada dos aos para poder seguir mis observaciones en una perspectiva diacrnica.

  • La agenda de la antroploga versus la agenda de l@s activistas indgenas 41

    cuadro interesante al protagonizar, en los 40 ltimos aos, varios ejemplos de reconocimiento de las comunidades mapuche. En su voluntad de diferenciarse de la nacin integr la presencia mapuche en su construccin de la provincialidad4 rescatando el peso histrico de lo mapuche en la conformacin de la sociedad e identidad regionales (Briones y Daz, 1997). A su vez, esta misma provincia alberg un fuerte movimiento indgena en la dcada del los aos 90, perodo en el cual estaba empezando mis trabajos.

    2. POR DONDE SE EMPIEZA, EMPIEZA TAMBIN EL POSICIONAMIENTO DE LA ANTROPLOGA

    Cuando volv en 1994, llegu directamente a la comunidad de Quie Mapu para quedarme unos meses sin pasar ni presentarme en ninguna organizacin urbana mapuche, y me inscrib, sin darme cuenta, en una postura particular. Al convivir con unas familias integrantes de esta comunidad aprend a comportarme de manera adecuada y pude comprender y analizar la sociedad mapuche, pero los discursos militantes de las organizaciones que lea en los diarios, miraba por la televisin o bajaba de Internet, no cuadraban con los relatos de vida y las reivindicaciones de mis informantes. La distancia con l@s activistas no era solamente palpable en trminos discursivos sino tambin a nivel interpersonal, por el hecho que durante varios meses de estada en Quie Mapu no me cruc all con ninguna persona integrante de una organizacin mapuche. Tampoco vi representanteas de entes provinciales (sea del Ministerio de Salud y Accin Social, de la Direccin de Asuntos Indgena, etc.) ya que Quie Mapu se encontraba situada en plena Cordillera de los Andes, muy lejos de la capital provincial5. Esto tal vez se puede explicar por el hecho que los problemas que encontraba esta comunidad con el corrido de los alambres por parte de un estanciero vecino quien se quera aduear de mas tierras, la falta de agua potable y de lea, la ausencia de luz elctrica en gran parte de la comunidad, etc. eran de poca importancia poltica en relacin con los grandes temas (conflictos con empresas 4 Otras provincias de asentamiento de poblaciones mapuche slo empezaron a reconocer las comunidades indgenas en la dcada del 80 (Ro Negro) o del 90 (Chubut). 5 La provincia del Neuqun abarca un territorio de 94078 km2

  • SABINE KRADOLFER

    42

    petroleras, con industrias extractivas, con el estado provincial o grandes terratenientes por los derechos a la propiedad del territorio, etc.) que focalizaban la atencin tanto de l@s activistas mapuche como del gobierno provincial en otros lugares de la provincia6.

    En relacin con estos casos de mayor inters, me llamaban la atencin las denuncias difundidas por las organizaciones mapuches a nivel internacional as tambin como la dureza de los enfrentamientos, verbales ms que fsicos7, entre activistas y gobierno provincial reseados y difundidos en los medios de comunicacin8. El corpus de datos que estaba juntando me pareca carecer de la presencia de ciertas voces, y me daba la impresin de que mi trabajo no podra nunca ser completo. Me pareca que no era posible llevar a cabo una investigacin sin tomar en cuenta los discursos de los voceros de un pueblo an si las comunidades rurales, en las que estaba viviendo e investigando, era considerada un ejemplo por su forma de organizacin social ms tradicional, tanto por los Mapuche urbanos como por la poblacin no mapuche. Si esta ejemplificacin ya pareca un poco paradojal a mitad de los aos 90 -por apoyarse slo en una parte de la poblacin indgena que no pareca ser la ms importante- esta impresin se confirm con datos precisos en el censo del 20019. En esta oportunidad, se calcul que el 71% de las 113.680 personas

    6 Sigo preguntndome, si la cercana con la capital provincial o con ejes principales de comunicacin, los cuales permiten una movilidad rpida y cmoda entre las zonas de conflictos y la capital, influyen en la radicalizacin de los antagonismos. 7 La situacin conflictiva entre Mapuche y Estado es mucho ms violenta en Chile, y el recurso a la fuerza para ocupar o recuperar territorios, oponerse a la construccin de obras en zonas mapuche, etc. llevo a la encarcelacin de varios dirigentes mapuche as como a la muerte de dos Mapuche en enfrentamientos con carabineros (Alex Lemn en noviembre del 2002 y Matas Catrileo Quezada en enero del 2007) 8 En aquella poca, dos casos movilizaban las fuerzas tanto de las organizaciones como del gobierno. Un conflicto por contaminacin medioambiental opona las comunidades de Painemil y Katripayi en el paraje Loma de la Lata con la empresa petrolera Repsol-IPF. El otro problema se radicaba en los campos de Pulmari en una zona turstica de la Cordillera de los Andes, donde los Mapuche iniciaron un proceso de recuperacin de tierras ocupadas tanto por el ejrcito argentino, as como tambin por pequeos, medianos y grandes productores o empresarios. 9 El anterior censo de nacional de poblacin indgena se llevo a cabo en los aos 1960 y solo tomo en cuenta la poblacin indgena rural, razn por la cual la cifra de 33352 Mapuche era errnea.

  • La agenda de la antroploga versus la agenda de l@s activistas indgenas 43

    autodefinidas como Mapuche en la Encuesta Complementaria de Pueblos Indgenas (ECPI) de las provincias patagnicas radicaba en zonas urbanas, o sea, en localidades de 2000 y ms habitantes (INDEC 2001: s/p.). Y en las zonas rurales, el 60% de la poblacin mapuche rural viva en comunidades, mientras que el 40% restante estaba disperso sobre el territorio (INDEC 2001: s/p). El fenmeno de urbanidad mapuche tambin se observa en los resultados del censo chileno del 1992, segn el cual casi el 10% de la poblacin de ms de 14 aos se identificaba como Mapuche, y el 80% de esta poblacin tena residencia urbana, con una gran concentracin en la Regin Metropolitana (IEI/UFRO-INE 1998: 7).

    Para diversificar mis informantes y entender cmo las organizaciones urbanas articulaban sus discursos sobre las reivindicaciones de las comunidades, me interes entonces en acercarme a las organizaciones y a sus integrantes. Estos grupos de defensa de los derechos indgenas que se dedican a la recuperacin de la cultura mapuche (rituales, lengua, artesana), se desarrollaron en las ciudades despus de la vuelta a la democracia en 1983. Encontraron una audiencia receptiva en los aos 1990 con los debates acerca de las actividades conmemorativas de los 500 aos de la llegada de Coln a las Amricas y se apoyaron en los fuertes movimientos de Derechos humanos que incentivaron las luchas para hacer reconocer y valorizar su diferencia cultural. Por estos motivos pudieron adems contar con el sostn del movimiento indgena a nivel internacional y de varias ONGs. Quera entonces escuchar directamente sus anlisis de la problemtica mapuche en la provincia. Sin embargo, este inters intelectual no caba en las agendas de lucha poltica de l@s activistas, a l@s cuales adems me resultaba muy difcil acercarme por no compartir las mismas redes de personas conocidas. Veamos como este hecho est ntimamente ligado a mi manera de acceder a mis informantes y a la manera en que constru mi tema de investigacin.

    Mi primer encuentro con Don Juan se produjo en el 1992. Luego, antes de llegar para quedarme en el 1996 por un ao y medio en Argentina con una beca, pas unos meses en los aos 1994 y 1995 en la comunidad de Quie Mapu para realizar encuestas y entrevistas preliminares, y, sobre todo, para averiguar de la factibilidad del estudio que quera llevar a cabo en esta comunidad. Tambin me

  • SABINE KRADOLFER

    44

    acerqu a divers@s profesionales de la ciencias sociales, a l@s cuales encontr en los lugares donde trabajan: museos, universidades, oficinas pblicas (cultura, salud), etc. Algun@s me recibieron con cierta distancia, otr@s me abrieron sus casas, sus bibliotecas y me ayudaron a poder repensar mi problemtica en un contexto local que resultaba muy complejo para mi. En todas estas andanzas, me encontr con pocas personas en contacto con l@s activit@s mapuche, l@s cuales me fueron descrit@s en varias oportunidades como poco abiert@s haca l@s investigadores.

    Por consecuencia, al salir de la comunidad de Quie Mapu para establecerme un rato en la capital provincial en busca de otr@s interlocutores mapuche, slo qued en las redes de parienteas de mis informantes y amig@s de la comunidad, as como en contacto con profesionales que tampoco estaban ligad@s a organizaciones de defensa de l@s Mapuche. Al final, como me encontraba bastante cmoda anmicamente dentro de estas redes de informantes, decid no arriesgar a contactar directamente l@s activistas mapuche, ya que poda acceder a su voz a travs de los medios de comunicacin. Por estos motivos mi tesis termin siendo un estudio de la organizacin social comunitaria a travs de las redes de solidaridad y parentesco, pues en estos lugares poda moverme y llevar a cabo mi investigacin con ms facilidades (Kradolfer, 2005).

    4. DE RITUAL EN RITUAL, LO MISMO Y LO DIFERENTE

    Logr encontrarme con un@s integrantes de organizaciones urbanas, cuando menos me lo esperaba. Despus de casi un ao de convivencia en la comunidad de Quie Mapu lleg la fecha de la rogativa anual del Nguillatun (en mapudungun, el idioma mapuche). Para esta ocasin empezaron a llegar a la comunidad un@s familiares de la capital provincial. En los diferentes trabajos de preparacin de la rogativa (carnear animales, cocinar pan, comprar todos los alimentos y preparar todas las cosas que se necesitaban para alojar invitados durante tres das en la ramada del Nguillatun) pudimos compartir intensamente con la gente que haba venido de la ciudad de Neuqun. Con una joven mujer, que llamar Ana, nos camos muy bien y nos hicimos amigas. Para m, resultaba muy interesante hablar con ella y sus herman@s ya

  • La agenda de la antroploga versus la agenda de l@s activistas indgenas 45

    que compartamos mucho ms cosas en nuestras vidas cotidianas, como gente que vive en ciudades sea a miles de kilmetros de distancia que con la gente de la comunidad que viva todava sin luz elctrica, y a veces sin agua corriente, y trabajaba en la cra de animales o en un vivero provincial cercano. Ana y sus familiares llegaron con peridicos (despus me enter que los tenan porque trabajaban en la venta callejera de diarios!), entendan muy bien mi castellano y haban odo hablar de Suiza y Europa. Todo esto me dio un descanso en mis esfuerzos para articular mi mundo de origen y el de la comunidades, pero a su vez me di cuenta de que mis nuev@s amig@s a veces tambin se sentan muy perdidas y extraas al modo de vida de sus parienteas rurales. L@s ni@s, en su inocencia, por ejemplo, se sorprendan cuando buscaban unos baos de cemento con inodoro y papel higinico mientras slo haba un hueco en el suelo all, tras los rboles, o se preguntaban adonde duermen? porque vean pocas camas ya que nos amontonbamos 4 o 5 personas en una cama doble, o hacamos camas con los elementos de las monturas de caballo y, por supuesto, no usbamos pijama pero nos dormamos con la misma ropa puesta durante el da. La presencia de estas visitas me permiti comprobar mi buena integracin al grupo porque en un momento dado una nia de unos diez aos me pregunt sobre mi relacin de parentesco con la hija de la casa porque, segn ella, parecamos hermanas (por nuestra cercana pero no por nuestro aspecto fsico) a pesar de que era obvio que yo no era hija de los padres de mi supuesta hermana

    Durante los diez das que pasamos junt@s antes, mientras y despus del Nguillatun, aprend, con mucha sorpresa y alegra, que algun@s de mis nuev@s amig@s de Neuqun eran miembr@s de una organizacin mapuche muy activa polticamente. Como les coment mi inters por acercarme a otros niveles organizativos del pueblo mapuche, me invitaron a visitarl@s en la ciudad de Neuqun, y a la comunidad que haban formado al ocupar unas tierras muy frtiles a algunas decenas de kilmetros de la capital provincial. Me presentaron sus parienteas y amig@s con quienes haban llevado a cabo el proceso de ocupacin de las tierras recuperando el modo de vida tradicional de sus antepasad@s.

  • SABINE KRADOLFER

    46

    Unos meses despus de haberme encontrado con ellos en el Nguillatun, invitaron a sus parientes de Quie Mapu a una rogativa en su comunidad, y por supuesto yo tambin viaj para volver a verles y ampliar mis experiencias y conocimientos sobre la religin mapuche. Como me haba pasado en mi primer Nguillatun, no me senta totalmente legitimada para participar en la rogativa y me qued cerca del fogn de la familia de Ana para ayudarles a cocinar. Vea que en otro fogn estaban los lderes de la ms importante organizacin mapuche de la provincia pero el lugar no me pareca adecuado como para acercarme a ell@s ya que estaban en plena maniobra poltica de negociacin con el gobierno provincial y eran acompaad@s por el lonco (cacique) de una comunidad en conflicto.

    Al atardecer, el marido de Ana, quien iba y vena entre los diferentes grupos, me hizo saber que l@s lderes del movimiento mapuche queran hablar conmigo. Estaba muy angustiada ante esta noticia, porque al hablar con otr@s antroplog@s quienes trabajan en otras partes del mundo, saba que las organizaciones indgenas o indigenistas a veces eran las encargadas de otorgar permisos de investigacin, lo que no era el caso en Argentina. Tema entonces que cuestionen mi trabajo. Me acerqu a su fogn tratando de cumplir con todas las reglas mapuche de buena educacin por no caerles mal. Di la mano a todas las personas que formaban el grupo preguntndoles como es costumbre: Cmo le va? y esper que me invitaran a sentarme y a tomar mate (en las comunidades, las cosas importantes slo se hablan despus de varas vueltas de mate y de manera muy lenta). L@s activistas me dejaron parada, lo que interpret como un rechazo haca mi persona, y me empezaron a bombardear a preguntas tutendome. Este hecho me sorprendi mucho, pues en el campo, hasta a los perros o a los caballos se les llama de usted. Queran saber si pensaba que los Mapuche eran los habitantes originarios de la Patagonia o si como otros antroplog@s (Casamiquela, 1995) defenda la tesis del poblamiento tehuelche? Qu pensaba de los conflictos en los territorios mapuche? Si haba estado en contacto con ONGs? Y por supuesto Cul era el trabajo que llevaba a cabo en la comunidad de Quie Mapu?

    Trat de responder todas las preguntas con rigor, pero esta actitud era difcil ya que al terminar de responder o al tomarme un tiempo para

  • La agenda de la antroploga versus la agenda de l@s activistas indgenas 47

    reflexionar, ya venan las preguntas siguientes. Despus de media hora de lo que pareca ms a un examen universitario que a una interaccin durante una rogativa, mis interlocutor@s se levantaron diciendo: Bueno, maana tenemos una entrevista con el gobernador, as que tenemos que irnos a prepararla miraron al lonco y le preguntaron: Ud. se quiere venir con nosotros? Porque tal vez sera mejor que Ud. se quede aqu con la gente, y la venimos a buscar maana. Le parece?. El lonco a pena tuvo el tiempo de aceptar la propuesta que ya el grupo de activistas se haba ido. El me miro, pareca entender tan poco de la situacin como yo, y volviendo a otros cdigos me invit a sentarme, sac la pava del fuego y empez a cebarme mate en silencio! Esta noche estaba sentada al lado de un informante potencialmente muy interesante por tratarse del jefe de una comunidad en conflicto, pero por todo lo ocurrido antes, no pude hacerle preguntas. Despus de quedarnos un tiempo sentados ante el fogn abandonado por l@s activistas (cosa que no se tiene que hacer en una rogativa), lo invit a seguirme al fogn de mis amig@s donde terminamos la noche hablando de todo y de nada.

    CONCLUSIN

    Este encuentro con las personas que anhelaba poder entrevistar me dej una impresin de malestar pero tambin me confort porqu constat que mi investigacin en las comunidades poda llevarse a cabo sin un anlisis desarrollado de las actividades de los dirigentes indgenas, ya que obviamente, haba podido comprobar que se movan a un nivel totalmente diferente. Esto tambin me hizo entender porqu las organizaciones urbanas estaban relativamente aisladas de sus bases y en ruptura con la vida mapuche campesina que defienden de manera muy mediatizadas. Mi experiencia no es un fenmeno aislado ya que, como lo aprend al leer unos aos despus la tesis de Briones (1999), este tipo de situaciones pueden ocurrir cuando cientific@s se encuentran con activistas que cuestionan su trabajo. En este sentido, Briones relata la experiencia de una colega arqueloga que llega a la oficina de una organizacin mapuche en la provincia de Ro Negro: When the professional got there, a bunch of people asked her to sit down in front of all of them. They turned on a video recorder adjusting

  • SABINE KRADOLFER

    48

    lens right at her face, and the cross-examination started. What were her purposes? How did she plan to go about them? What kind of academic and practical results did she foresee from her work to pay them back for the knowledge that the Mapuche People was giving to her? The raw material that archaeologists handle is Mapuche culture and belongs to the Mapuche after all (1999: Introduction s/p.). La conclusin que la arqueloga sac de esa experiencia es que these guys are influenced from the outside, for the (true) Mapuche never act as aggressively as these persons do. (Briones 1999: Introduction s/p.). Si bien es cierto que en un primer momento esta conclusin tambin fue la ma, pienso que tenemos que evitar clasificar a nuestros interlocutores como verdaderos o falsos representantes de su cultura, pero tratar de interpretar y analizar sus discursos y prcticas a partir del contexto en el que se desarrollan.

    BIBLIOGRAFA

    BRIONES, Claudia (1999) Weaving the Mapuche People: The Cultural Politics of Organizations with Indigenous Philosophy and

    Leadership, Austin, University of Texas (tesis de doctorado).

    BRIONES, Claudia (ed.) (2005) Cartografas argentinas: polticas indgenas y formaciones provinciales de alteridad, Buenos Aires, Antropofagia.

    BRIONES, Claudia y DAZ, Ral (1997) La nacionalizacin/ provincializacin del desierto. Procesos de fijacin de fronteras y de constitucin de otros internos en el Neuqun, V Congreso de Antropologa Social, La Plata, Argentina, (documento electrnico: www.naya.org.ar).

    CASAMIQUELA, Rodolfo (1995) Bosquejo de una etnologa de la provincia del Neuqun, Buenos Aires, La Guillotina.

    IEI/UFRO-INE (Instituto de Estudios Indgenas de la Universidad de La Frontera e Instituto Nacional de Estadstica) (1998) XVI Censo Nacional de Poblacin 1992: Poblacin Mapuche, Tabulaciones

    Especiales, Temuco, Chile.

  • La agenda de la antroploga versus la agenda de l@s activistas indgenas 49

    INDEC (2001) Encuesta Complementaria de Pueblos Indgenas (ECPI) 2004-2005 - Complementaria del Censo Nacional de

    Poblacin, Hogares y Viviendas 2001, Instituto Nacional de Estadstica y Censos, Buenos Aires, documento electrnico (www.indec.mecon.gov.ar/webcenso/ECPI/index_ecpi.asp) KRADOLFER, Sabine (2005) Organisation sociale, don et identit dans les communauts mapuche de la province de Neuqun

    (Argentine), Lausanne y Paris, Universit de Lausanne et Universit de Paris III Sorbonne Nouvelle (tesis de doctorado en cotutela)

    MENNI, Ana Mara (1995) Relaciones intertnicas en Argentina y Chile del siglo XIX, Neuqun, IREPS, APDH. (La tierra indgena americana, Vol. 6)