Había una vez un pequeño leoncito llamado simba que andaba con su amiga kiara por la inmensa sabana de la áfrica occidental, el pequeño león se había separado de su buena amiga nala con la cual esta jugando a las escondidas

este con el querer esconderse bien no supo por donde iba hasta que se encontró con una cueva a la que se le veía un tanto acogedor así que se quedo en aquella cueva esperando a que nala lo encontrara,

cuando vio que ya estaba llegando el ocaso se comenzó a asustar

ya que su padre el rey de la selva le había contado que muchas veces a esas horas del día aparecía una especie de monstruo

así que el pequeño simba se comenzó a buscar por done devolverse pero justo en ese momento comenzó una fuerte tormenta

y por haya muy muy lejos se oía que su padre y kiara lo llamaban:-simbaaa!!!! - lo llamo kiara-simbaaa sal de donde sea que estés te vas a resfriar hijo –le grito su padre.

el cachorro asustado de lo que estaba pasando a su alrededor comenzó a correr hasta que llego a un barranco en donde se encontró al “monstruo “

el pequeño simba asustado comenzó a correr pero fue muy tarde ya que “el monstruo lo había agarrado pero cuando la luz de la luna le pego en la cara al “monstruo” se dio cuenta que no era ningún monstruo sino que era rafiki el curandero de la selva

-oye niño tu esta loco que haces por aquí solo y más por esta área prohibida de la selva y si alguna hiena te encontraba???????

En eso aparecieron las hienas secuaces de su tío scar, rafiki comenzó a pelear con ellos

pero en eso llego mufasa el padre de simba y se unió a la pelea, luego de la pelea

apreciaron timón y pumba correteándolos como si ellos fueran los que los hubieran enfrentado pero cuando las hienas se voltearon a verlos ellos salieron corriendo para esconderse detrás de mufasa

- Jajajajaja par de cobardes!!!!- murmuro mufasa