juramento y convenio

12
1 Buscar la Plenitud del Sacerdocio El Juramento y Convenio del Sacerdocio de Melquisedec: Una Exégesis (https://www.sunstonemagazine.com/pdf/061-30-37.pdf) De Paul James Toscano Es mi meditación todo el día y más que mi carne y bebida, saber cómo podría hacer que los Santos de Dios comprendan las visiones que fluyen como torrente ante mi mente. -José Smith ESTE ARTÍCULO fue escrito originalmente para explorar ciertos aspectos de esos versículos en Doctrina y Convenios, sección 84, que se refieren al juramento y convenio del sacerdocio. Al revisar y condensar la pieza original para su publicación, me di cuenta que algunos lectores podrían reprocharme por asumir que el punto de vista del sacerdocio que propongo aquí podría haber sido sostenido por los autores de todos los textos bíblicos que cito. No es mi suposición en PAUL JAMES TOSCANO es un abogado que practica el derecho en Salt Lake City con la firma de Prince, Yeates, y Geldzahler. Este artículo es una versión recortada de un manuscrito mucho más extenso que puede adquirirse del Sunstone Reprint Service. absoluto. Lo que asumo es que José Smith llegó a una visión del sacerdocio que era, en la mayor parte, consistente internamente y que tendía a armonizar muchos de los pasajes del sacerdocio que aparecen en los textos de las escrituras. No era el primero en hacer un intento así. Este tipo de síntesis doctrinal fue usado por muchos de los escritores del Nuevo Testamento. La Epístola a los Hebreos es un buen ejemplo de este proceso. El punto de este artículo es que el concepto de la “plenitud del sacerdocio,” anunciada por José Smith, comprende un cuerpo de enseñanzas notablemente consistente e integrado, que no solamente tiende hacia la armonía y coherencia doctrinal sino que, en muchos casos, contradice los conceptos populares sobre el sacerdocio sostenido por los mormones modernos. El punto de partida para este análisis es la revelación del 22 y 23 de Septiembre de 1832, conocida ahora como la sección 84 de Doctrina y Convenios. Deseo ocuparme de tres preguntas planteadas por esta revelación: 1. ¿Cuál es el juramento y convenio del sacerdocio y por quiénes y a quién es hecho?

Upload: max-ruiz-m

Post on 07-Aug-2015

131 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: Juramento y Convenio

1

Buscar la Plenitud del Sacerdocio

El Juramento y Convenio del

Sacerdocio de Melquisedec:

Una Exégesis

(https://www.sunstonemagazine.com/pdf/061-30-37.pdf)

De Paul James Toscano

Es mi meditación todo el día

y más que mi carne y bebida, saber cómo podría

hacer que los Santos de Dios comprendan las visiones

que fluyen como torrente ante mi mente.

-José Smith

ESTE ARTÍCULO fue escrito originalmente para

explorar ciertos aspectos de esos versículos en

Doctrina y Convenios, sección 84, que se refieren

al juramento y convenio del sacerdocio. Al revisar

y condensar la pieza original para su publicación,

me di cuenta que algunos lectores podrían

reprocharme por asumir que el punto de vista del

sacerdocio que propongo aquí podría haber sido

sostenido por los autores de todos los textos

bíblicos que cito. No es mi suposición en

PAUL JAMES TOSCANO es un abogado que practica

el derecho en Salt Lake City con la firma de Prince,

Yeates, y Geldzahler. Este artículo es una versión

recortada de un manuscrito mucho más extenso que

puede adquirirse del Sunstone Reprint Service.

absoluto. Lo que asumo es que José Smith llegó a

una visión del sacerdocio que era, en la mayor

parte, consistente internamente y que tendía a

armonizar muchos de los pasajes del sacerdocio

que aparecen en los textos de las escrituras. No

era el primero en hacer un intento así. Este tipo de

síntesis doctrinal fue usado por muchos de los

escritores del Nuevo Testamento. La Epístola a

los Hebreos es un buen ejemplo de este proceso.

El punto de este artículo es que el concepto de la

“plenitud del sacerdocio,” anunciada por José

Smith, comprende un cuerpo de enseñanzas

notablemente consistente e integrado, que no

solamente tiende hacia la armonía y coherencia

doctrinal sino que, en muchos casos, contradice

los conceptos populares sobre el sacerdocio

sostenido por los mormones modernos.

El punto de partida para este análisis es la

revelación del 22 y 23 de Septiembre de 1832,

conocida ahora como la sección 84 de Doctrina y

Convenios. Deseo ocuparme de tres preguntas

planteadas por esta revelación:

1. ¿Cuál es el juramento y convenio del

sacerdocio y por quiénes y a quién es

hecho?

Page 2: Juramento y Convenio

2

2. ¿A cuál sacerdocio pertenece el juramento

y convenio?

3. ¿Cuál es la relación entre el juramento y

convenio y el sacerdocio?

He escuchado una serie de respuestas diferentes a

la primera pregunta. Las respuestas más

frecuentes son las siguientes:

1. Los términos “juramento” y “convenio”

son sinónimos, refiriéndose al contrato de

dos partes entre Dios y el individuo.

2. Estas palabras son sinónimos, usadas

juntas como un término técnico, para

referirse a una promesa del hombre a Dios

que obedecerá todos los mandamientos de

Dios y por ello se calificará para recibir

“todo lo que el Padre tiene.” Si el hombre

no cumple los mandamientos, es culpable

de romper su “juramento y convenio.”

3. La frase “juramento y convenio” se refiere

a la promesa de Dios al hombre de “todo

lo que el Padre tiene” y le es dada a

condición de, y como un incentivo para, su

obediencia futura a los mandamientos de

Dios.

4. Los dos términos “juramento” y

“convenio” no son sinónimos, sino que

son etiquetas separadas para los dos lados

de un acuerdo bilateral, o contrato,

iniciado en la ordenación al sacerdocio de

Melquisedec, en el que la promesa del

hombre (el “convenio”) de guardar los

mandamientos es dada a cambio de la

promesa de Dios (el “juramento”) de darle

el poder y las bendiciones del sacerdocio.

Creo que ninguna de estas explicaciones es

correcta. Las palabras “juramento” y “convenio”

no son sinónimos. Describen conceptos legales

que son diferentes tanto en forma como sustancia.

Un juramento es ritual de jurar o atestar. Un

convenio es una promesa; no es un contrato.1 Un

convenio sin causa no es válido ante la ley. Se

necesita el intercambio de dos o más convenios

para hacer un contrato. Sin embargo, bajo las

antiguas reglas del Derecho Inglés, un convenio

individual, dado sin consideración (es decir, dado

de manera unilateral, sin una promesa de retorno o

rendimiento) podría aplicarse como si se tratara de

un contrato, si la persona que hace la promesa

unilateral selló el convenio con un juramento.2

Estos conceptos legales tienen relevancia

teológica, porque el término “convenio” se refiere

también a “un compromiso suscrito por el Ser

Divino con algún otro ser o persona.”3 La

naturaleza de este “compromiso” es un tema

importante de estudio del Antiguo y Nuevo

Testamentos. La palabra hebrea berit, de la que es

traducido el término “convenio,” se refiere a

cualesquiera de los tres tipos de “compromiso”:

1. Obligaciones contraídas mutuamente (es

decir, el intercambio de promesas y

actuaciones) que crean el tipo de contrato

bilateral, que es común en las

transacciones comerciales modernas.

2. Una obligación unilateral impuesta a la

parte más débil por el más fuerte, como lo

ejemplifica el pacto del Sinaí donde Dios

(como el rey o soberano) obliga a Israel

(vasallo de Dios), pero no se obliga a sí

mismo (Éxodo 19-20).

3. Obligaciones unilaterales asumidas por

una parte, sin esperar nada a cambio (por

ejemplo, una promesa sellada con un

juramento), como lo ejemplifica el

convenio de Dios con Abraham, en el que

Dios se obliga a bendecir a Abraham y su

descendencia sin exigir que Abraham haga

promesas a cambio (Abraham 2:8-14,

Génesis 15).

Parece que el concepto de José Smith del

juramento y convenio del sacerdocio cae en la

última categoría. D & C 84:38 declara que todo lo

que "Padre tiene le será dado" al fiel poseedor del

sacerdocio, por medio de una promesa unilateral

de Dios, una promesa que es vinculante porque

está hecha bajo juramento.4 El juramento y

convenio del sacerdocio mencionado en estos

versículos de Doctrina y Convenios parece estar

conectado a los pasajes en Hebreos 6:13.18,

donde Abraham se presenta como el destinatario

de las bendiciones de Dios. Abraham, que había

soportado con paciencia sus pruebas, se consideró

Page 3: Juramento y Convenio

3

un candidato adecuado para recibir la promesa de

“todo lo que el Padre tiene.” El escritor de

Hebreos declara que Dios deseaba mostrar a

Abraham y su posteridad que la promesa divina

era inmutable, se modo que Dios “confirmó” el

pacto con un juramento. Y como Dios no podía

jurar por nadie mayor, juró por sí mismo, lo que

daría a Abraham ya su descendencia la seguridad

de la vida eterna, y un sacerdocio sin fin, y ser co-

herederos con Cristo.

Las Escrituras dicen que Abraham no fue el

primero en recibir tal juramento y convenio. Dios

lo había concedido previamente a otros: a Enoc

(TJS Génesis 14:30) y Melquisedec (Génesis

14:26-29 TJS, 33) y más tarde a Isaac (Génesis

26:3) y Jacob (Génesis 28:4).5 Joseph Smith

afirmó que era la intención de Dios hacer esto; el

juramento y el convenio con cada descendiente de

Abraham, Isaac, y Jacob en el Monte Sinaí

(Génesis 14:25-34 TJS, 40). Sin embargo, como

resultado de la infidelidad, las promesas más

grandes de Dios, "el sacerdocio... mi santo orden,

y sus ordenanzas" (TJS Éxodo 34:1-2) fueron

retenidos de la Casa de Israel, como pueblo, y la

ley de mandamientos carnales fue dada en lugar

de las bendiciones mayores del sacerdocio. Como

resultado, la Casa de Israel no llegó a ser un

“reino de sacerdotes” (Éxodo 19:5-6; compare I

Pedro 2:9, 9, Teachings of the Prophet Joseph

Smith, p. 322, en adelante, Teachings).

Aunque parece que José Smith veía el

juramento y convenio como una bendición del

sacerdocio, también parece que esta bendición

estaba reservada para quienes recibían de la

plenitud del sacerdocio, y no para hombres que

sólo habían sido ordenados a oficios en el

Sacerdocio de Melquisedec, generalmente

miembros de la Iglesia de sexo masculino. En su

traducción inspirada de Génesis, José Smith

conectó el concepto de juramento y convenio con

el concepto de la plenitud del sacerdocio. Esta

conexión aparece en los versículos siguientes:

Y Melquisedec alzó su voz y bendijo a

Abram. Melquisedec era un varón de fe, que

obraba rectitud; y cuando era niño temía a

Dios, y tapaba la boca de leones, y apagaba

la violencia del fuego. Y así, habiendo sido

aprobado por Dios, fue ordenado sumo

sacerdote según el orden del convenio que

Dios hizo con Enoc,

que era según el orden del Hijo de Dios,

orden que vino, no por el hombre ni por la

voluntad del hombre; ni por padre ni madre;

ni por principio de días ni fin de años; sino

por Dios. Y fue otorgado a los hombres por

el llamado de su propia voz, de acuerdo con

su propia voluntad, a cuantos creyeron en su

nombre.

Pues Dios, habiendo jurado a Enoc y a

su posteridad, con su propio juramento, que

todo aquel que fuese ordenado según este

orden y llamamiento tendría poder, por

medio de la fe, para derribar montañas, para

dividir los mares, para secar las aguas, para

desviarlas de su curso; para desafiar los

ejércitos de naciones, para dividir la tierra,

para romper toda ligadura, para estar en la

presencia de Dios; para hacer todas las cosas

de acuerdo con su voluntad, según su

mandato, para sujetar principados y

potestades; y esto por la voluntad del Hijo

de Dios que existió antes de la fundación del

mundo.

… Y aconteció que Dios bendijo a

Abram y le dio riquezas, y honor, y tierras

por posesión perpetua, conforme al convenio

que había hecho, y conforme a la bendición

con que Melquisedec lo había bendecido.

(TJS Génesis 14:25-31, 40).

Este pasaje establece varios hechos

importantes. Declara que Enoc fue llamado a un

llamamiento en el sacerdocio (TJS Génesis 6:32-

36), y que este llamamiento fue entregado no por

un hombre, ni por la voluntad del hombre, sino

por el llamamiento de la propia voz de Dios.

Describe cómo Dios prometió a Enoc que

cualquiera de la posteridad de Enoc, que fuera

ordenado a este llamamiento, también tendría

poder sobre la naturaleza. Sabemos que

Melquisedec, un descendiente de Enoc, fue

ordenado a este llamamiento y se le dio poder

Page 4: Juramento y Convenio

4

sobre la naturaleza. Por último, Melquisedec

bendijo a Abraham según el convenio.

De cualquier forma, este relato deja dos

importantes preguntas sin respuesta: (1) ¿Cuál era

la naturaleza del llamamiento que Enoc recibió y

trasmitió a Melquisedec? y (2) Melquisedec

¿únicamente bendijo a Abraham o, a su vez, le

trasmitió también el llamamiento no identificado?

José Smith habló sobre estas dos preguntas. Al

responder la primera, dijo:

Abrahán le dice a Melquisedec: Creo

todo lo que tú me has enseñado concerniente

al sacerdocio y la venida del Hijo del

Hombre; por consiguiente, Melquisedec

confirió el sacerdocio a Abrahán y lo

despidió. Abrahán se regocijó, y dijo: Ahora

tengo un sacerdocio. (Teachings, p. 322-23).

Al responder a la segunda, José Smith

describió a Melquisedec como rey y sacerdote,

mientras que su traducción del Génesis le

caracteriza como “sumo sacerdote según el orden

del convenio que Dios hizo con Enoc” (TJS

Génesis 14:27, itálicas agregadas). Estas no son

caracterizaciones inconsistentes, porque el

término “sumo sacerdote” puede referirse a

cualquiera de tres distintos oficios del sacerdocio.

En el Antiguo Testamento, el término designa a la

figura presidente del Sacerdocio Menor o

Aarónico (Levítico 21:10; Hebreos 7:11, 8:3-5).

Tal como se usa en la Iglesia moderna, el término

se refiere a un miembro del quórum de sumos

sacerdotes, que John Taylor explico era

Instituido con el propósito de calificar a

quienes serán nombrados en puestos

presidentes sobre las diferentes Estacas

diseminadas en el extranjero. Una especie de

escuela normal, si se quiere, para preparar a

los hombres para presidir, para ser padres

del pueblo.6

Sin embargo, el término “sumo sacerdote” se

refiere también a uno que posee la plenitud del

sacerdocio poseído por Jesús, quien fue llamado

“Sumo Sacerdote” (Hebreos 3:1), y por

Melquisedec, quien fue un prototipo de Cristo

(Hebreos 4:14; 5:4-11). Como “sumo sacerdote”

de su orden, a Melquisedec, como a Cristo, le fue

dado poder sobre la naturaleza (D&C 93:17).

Abraham, quien fue ordenado por Melquisedec,

explica que también fue ordenado “Sumo

Sacerdote,” pero lejos de ser simplemente un

cargo que le califica para presidir o para recibir

mayor autoridad y llaves en algún momento

futuro, el sumo sacerdocio de Abraham le daba

"las bendiciones de los padres y el derecho para

que poder administrar el mismo." Este ofició

constituyó a Abraham “príncipe de paz”

(Abraham 1:2), y un “heredero legítimo,”

poseedor del “derecho que pertenecía a los

patriarcas” (Abraham 1:2).

El 15 de Octubre de 1843 José Smith dio

detalles sobre la naturaleza del sumo sacerdocio

de Melquisedec:

Hay tres grandes órdenes del sacerdocio

descritas en este capítulo [Hebreos 7].

1° Levítico, que nunca fue capaz de

administrar una bendición, sino sólo para atar

cargas pesadas que ni ellos ni sus padres

fueron capaces de soportar.

2° El poder patriarcal de Abraham que es

el mayor experimentado hasta ahora en esta

iglesia.

3° El de Melquisedec, que tiene poder aún

mayor, incluso el poder de una vida eterna, del

cual fue nuestro Señor Jesucristo, que también

Abraham obtuvo por la ofrenda de su hijo

Isaac, que no era el poder de un profeta ni

apóstol ni patriarca solamente, sino de Rey y

Sacerdote de Dios, para abrir las ventanas de

los cielos, y derramar la paz y la ley de la vida

sin fin para el hombre y ningún hombre puede

alcanzar a la heredad conjunta con Jesucristo,

sin ser administrado por uno que tenga el

mismo poder y autoridad de Melquisedec.7

“¿Qué era el poder del sacerdocio?” preguntó

retóricamente José Smith:

No era el Sacerdocio de Aarón que

administra las ordenanzas exteriores y los

sacrificios. Los que poseen la plenitud del

Sacerdocio de Melquisedec son reyes y

sacerdotes del más alto Dios, y tienen las

Page 5: Juramento y Convenio

5

llaves del poder y bendiciones. De hecho, este

sacerdocio es una ley perfecta de la teocracia,

y en representación de Dios expide leyes al

pueblo, y administra

vidas sin fin a los

hijos e hijas de Adán.

(Enseñanzas, pp. 394-

95).

“Rey y sacerdote”

era el oficio que

Melquisedec poseía.

Fue por medio de las

llaves y poderes de ese

oficio que Melquisedec

gobernó al pueblo de

Salem y gobernó como

rey. Fue por medio de

este poder que les

bendijo con vidas sin fin

(Enseñanzas, p. 395).

Por medio de este poder

fueron trasladados al

cielo para unirse a la

Ciudad de Enoc (TJS

Génesis 14:33-34).

Abraham, que

bendecido y ordenado

por Melquisedec, fue

elevado también a este

llamado, que poseía el

derecho, que pertenece

a los padres, para

santificar a su pueblo y

ministrar vidas sin fin

para ellos (Enseñanzas,

p. 395). José Smith dijo

también: “el sacerdocio

Levítico… se otorga sin

juramento; pero [la

plenitud de] el

Sacerdocio de

Melquisedec se recibe

por juramento y

convenio” (Enseñanzas,

p. 396).

Aunque los relatos de las Escrituras del

otorgamiento de Dios de tal juramento y convenio

son pocos, en los que existen personas que reciben

el juramento y convenio

(por ejemplo,

Melquisedec, Abraham,

Isaac, Jacob, Moisés,

Elías) por lo general se

pueden identificar como

reyes y sacerdotes, ya

sea porque son

denominados así o

porque se dice que son

sacerdotes "del santo

orden de Dios," "según

el orden de Enoc," o

"bendecido con las

bendiciones de

Abraham." Por lo tanto,

cuando la Traducción de

José Smith habla de la

posteridad de Enoc

siendo ordenada "según

este orden y

llamamiento" por medio

del que "tendrían el

poder, por la fe, para

derribar montañas", el

"orden y llamamiento"

se refiere a la plenitud

del sacerdocio.

El punto de todo

esto es que Joseph

Smith conectó el

juramento y el convenio

del artículo 84 a la

plenitud del sacerdocio,

es decir, al llamamiento

de rey y sacerdote o

sacerdotisa y reina.

Ayuda para este punto

de vista se encuentra en

sección 84, en particular

en los versículos 33 a 42, con conexiones a otras

fuentes del Evangelio restaurado. En resumen, la

evidencia para esto es la siguiente:

EL JURAMENTO Y CONVENIO DEL

SACERDOCIO

Doctrina y Convenios sección 84

33 Porque quienes son fieles hasta obtener estos

dos sacerdocios de los cuales he hablado, y

magnifican su llamamiento, son santificados

por el Espíritu para la renovación de sus

cuerpos.

34 Llegan a ser los hijos de Moisés y de Aarón,

y la descendencia de Abraham, y la iglesia y

reino, y los elegidos de Dios.

35 Y también todos los que reciben este

sacerdocio, a mí me reciben, dice el Señor;

36 porque el que recibe a mis siervos, me

recibe a mí;

37 y el que me recibe a mí, recibe a mi Padre;

38 y el que recibe a mi Padre, recibe el reino

de mi Padre; por tanto, todo lo que mi Padre

tiene le será dado.

39 Y esto va de acuerdo con el juramento y el

convenio que corresponden a este sacerdocio.

40 Así que, todos los que reciben el sacerdocio

reciben este juramento y convenio de mi Padre,

que él no puede quebrantar, ni tampoco puede

ser traspasado.

41 Pero el que violare este convenio, después

de haberlo recibido, y lo abandonare totalmente,

no recibirá perdón de los pecados en este

mundo ni en el venidero.

42 Y ¡ay! de todos aquellos que no obtengan

este sacerdocio que habéis recibido, el cual

ahora confirmo por mi propia voz desde los

cielos sobre vosotros que estáis presentes este

día; y aun os he encomendado a las huestes

celestiales y a mis ángeles.

Page 6: Juramento y Convenio

6

1. D&C 84:33 menciona los “dos

sacerdocios.” El primero de estos claramente es

el sacerdocio menor o Aarónico con el cual, de

acuerdo a José Smith, ningún juramento y

convenio está conectado. El sacerdocio mayor,

muy probablemente es la plenitud del

sacerdocio, porque, como aclara D&C 84:6-18,

fue trasmitido desde el rey y sacerdote

Abraham.

2. D&C 84:33 conecta también al sacerdocio

mayor con la doctrina de santificación. Esta

conexión resuena con las enseñanzas del profeta

Alma del Libro de Mormón, que declara que

aquellos que poseen la plenitud del sacerdocio,

quienes tomaban “sobre sí el sumo sacerdocio

del santo orden” (Alma 13:8), eran como

Melquisedec, el “sumo sacerdote según este

mismo orden” (Alma 13:14). Fueron

“santificados, y sus vestidos fueron blanqueados

mediante la sangre del Cordero” (Alma 13:11).

3. D&C 84:34 designa quienes reciben el

sacerdocio mayor como la “descendencia de

Abraham.” El Libro de Abraham iguala la

“descendencia de Abraham” con el sacerdocio

de Abraham, el cual, como explicó José Smith,

era la plenitud del sacerdocio:

Y bendeciré a los que te bendijeren, y

maldeciré a los que te maldijeren; y en ti

(es decir, en tu sacerdocio) y en tu

descendencia (es decir, tu sacerdocio)…

serán bendecidas todas las familias de la

tierra, sí, con las bendiciones del

evangelio, que son las bendiciones de

salvación, sí, de vida eterna (Abraham

2:11, itálicas agregadas).

4. D&C 84:34 conecta el sacerdocio mayor

con el concepto de elección, que José Smith

describió extensamente (Teachings, p. 150-51).

Los “elegidos de Dios” son descritos en la

sección 76 como “son los que constituyen la

iglesia del Primogénito,” “aquellos en cuyas

manos el Padre ha entregado todas las cosas.”

Son:

sacerdotes y reyes que han recibido

de su plenitud y de su gloria; y son

sacerdotes del Altísimo, según el

orden de Melquisedec, que fue según

el orden de Enoc, que fue según el

orden del Hijo Unigénito… Estos

morarán en la presencia de Dios y de

su Cristo para siempre jamás. (D&C

76:54-57, 62)

5. D&C 84:1-5 hace referencia a la ciudad de

la Nueva Jerusalén y a su templo. Esto es

importante porque es en el templo que se

confiere la plenitud del sacerdocio. José Smith

explicó:

Si un hombre ha de recibir la plenitud

del sacerdocio de Dios, debe

obtenerla de la misma manera que

Jesucristo la alcanzó, que fue por

guardar todos los mandamientos y

obedecer todas las ordenanzas de la

casa del Señor. (Enseñanzas, p. 376)

6. D&C 84:36-39 hace referencia a la

heredad que a menudo se vincula en las

Escrituras con la plenitud del sacerdocio. Por

ejemplo, cuando Abraham recibe ese

sacerdocio, se considera a sí mismo un

"heredero legítimo" (Abraham 1:2). Pablo

declara que Abraham llegó ser el “heredero del

mundo” (Romanos 4:13), y que aquellos que

sufren con Cristo y son glorificados con él son

“herederos de Dios y coherederos con Cristo”

(Romanos 8:17). José Smith reveló que “son

los que constituyen la iglesia del Primogénito,”

son sacerdotes y reyes “en cuyas manos el Padre

ha entregado todas las cosas.” (D&C 76:54-57).

7. D&C 84:41 contiene una cláusula de

castigo. Aplicado generalmente a los poseedores

del sacerdocio de la Iglesia, el castigo del no

perdón de los pecados por romper el convenio

parece curiosamente duro. Pero si se aplica a una

reina y sacerdotisa o sacerdote y rey, el castigo se

hace más comprensible.

El objetivo de esta evidencia, una vez más, es

que desde que D& C 84 se refiere a la plenitud del

sacerdocio, se deduce que José Smith asociaba el

juramento y convenio con ese sacerdocio y no el

sacerdocio poseído por los élderes, sumos

sacerdotes, patriarcas, setenta, o apóstoles.

Page 7: Juramento y Convenio

7

En este punto, una breve digresión para hacer

una observación sobre el contexto histórico de la

sección 84. La versión original de esta revelación

es el siguiente:

Y ¡ay de todos aquellos que no obtengan

este sacerdocio que habéis recibido, el cual

ahora confirmo a ustedes el día de hoy, a

saber, el día 23 de septiembre D.C. 1832.

Once sumos sacerdotes excepto uno, por mi

propia voz desde los cielos, e incluso he dado

a mis ángeles que se encarguen de ustedes.8

Lo que aparentemente había comenzado el 22

de Septiembre como una revelación para seis

élderes, llegó a ser por Septiembre 23 una

revelación para diez sumos sacerdotes.

Aparentemente esta revelación fue dada en un

periodo de dos días, al momento que estos

hombres eran ordenados al oficio de Sumo

sacerdote” en la Iglesias. Está claro que estos

hombres, en este momento, no fueron elevados a

la plenitud del sacerdocio, pero recibieron el

oficio de Sumo Sacerdote que se tiene

actualmente en la Iglesia, ya que la plenitud del

sacerdocio solamente puede ser conferida (1) en el

templo o en algún otro lugar dedicado

especialmente para ese propósito, y (2) en

conjunto con la administración de ciertas

ordenanzas sagradas (Enseñanzas, p. 395). En

1832 no existía ningún lugar dedicado, y las

ordenanzas del templo no habían sido plenamente

restauradas (vea D&C 124:28).9

La relación entre la plenitud del sacerdocio y

el juramento y convenio de Dios puede verse en el

contexto histórico de la restauración de las llaves

del sacerdocio en esta dispensación. José Smith

enseñó que todo el sacerdocio era Melquisedec,

pero que había diversos grados (Enseñanzas, p.

198). Esa porción del sacerdocio de Melquisedec

quitada a los hijos de Israel era la plenitud del

sacerdocio, que fue restaurado en la época de

Jesús y perdida de nuevo.

A principios de 1829, la plenitud del

sacerdocio de Dios fue restaurada por grados a

José Smith. Primero el Sacerdocio Aarónico fue

conferido sobre José Smith y Oliver Cowdery por

medio de Juan el Bautista (D&C 13). Después, el

Sacerdocio de Melquisedec fue restaurado cuando

Pedro, Santiago, y Juan ordenaron a José y Oliver

al apostolado (D&C 18:9; 20:2-3, y 27:12). La

restauración de estos dos sacerdocios fue seguida

de un periodo de desarrollo en el que los

quórumes del sacerdocio, oficios y llaves se

definieron el la creciente organización de la

Iglesia.

El 3 de abril de 1836, Jesús, Moisés, Elías, y

Elías el Profeta aparecieron ante Oliver Cowdery

y José Smith cuando se arrodillaron en oración

detrás de los velos de los púlpitos de la

presidencia, en el salón de asamblea del

sacerdocio en el Templo e Kirtland (D&C 110).

En esta visita, José y Oliver recibieron llaves del

sacerdocio vitales para el desarrollo adicional de

la Iglesia (Teachings, 224). Desde 1836 hasta su

muerte, José Smith cada vez puso más énfasis en

la necesidad de construir templos donde la

plenitud del sacerdocio pudiera ser conferido

sobre los Santos de los Últimos Días como las

bendiciones supremas de Dios.

El primer presagio de la restauración llegó en

1829, en la revelación que ahora aparece como la

sección 2, que dice que Elías el Profeta debe venir

para revelar el sacerdocio y plantar en los

corazones de los hijos las promesas hechas a los

padres, para que los corazones de los hijos se

vuelvan a los padres. Siguieron otras alusiones

así. Una de las más importantes de estas fue hecha

a Oliver Cowdery en la ocasión de la ordenación

del primer Quórum de los Doce moderno, cuando

le dijo a Parley P. Pratt que su ordenación al

apostolado no estaba pleno ni completo y que

otras llaves, mayores, y bendiciones todavía iban

a ser restauradas (History of the Church 2:195-96,

en adelante, HC). De acuerdo a José Smith, fue

Elías el Profeta quien restauró la “lave de las

revelaciones, las ordenanzas, los oráculos, los

poderes, e investiduras de la plenitud del

Sacerdocio de Melquisedec y del reino de Dios

sobre la tierra” (Enseñanzas, p. 416), sin los

cuales “no se podrían administrar las ordenanzas

en justicia” (Enseñanzas, p. 205).

Page 8: Juramento y Convenio

8

La preparación para conferir la plenitud del

sacerdocio comenzó el 4 de mayo de 1842 cuando

José Smith administró la primera investidura.

Estas ordenanzas eran una extensión y

elaboración de las ordenanzas que habían sido

administradas varios años antes en el Templo de

Kirtland.10

La investidura era administrada de

acuerdo al modelo de a ordenación del sacerdocio

establecido en la visita de Juan el Bautista:

primero José Smith administraría una ordenanza,

y luego quien(es) recibe(n) esa ordenanza, a su

vez, administrarían la ordenanza a José Smith.

Este modelo se siguió cuando las primeras

investiduras se realizaron. José Smith dijo que

invistió a algunos hombres el 4 de mayo de 1842,

luego el 5 de mayo él y su hermano Hyrum

recibieron de ellos la investidura (HC 5:1-2).

En virtud de la investidura la plenitud de las

llaves del sacerdocio mayor se transmitió a otros.

Esto se hizo en preparación para la administración

de esos rituales finales por medio de los cuales los

hombres y las mujeres podrían tener la plenitud

del sacerdocio; es decir, ser hecho reyes y

sacerdotes _ y reinas y sacerdotisas. La propia

investidura no confiere esta plenitud, nada más de

lo que el otorgamiento de las llaves del

Sacerdocio de Melquisedec por Pedro, Santiago y

Juan a José Smith ya Oliver Cowdery les confirió

el don del Espíritu Santo. Las llaves vienen antes

de las ordenanzas salvadoras. En este caso, la

investidura se administró para conferir las llaves

de la plenitud del sacerdocio, por lo que las

ordenanzas finales podrían ser comunicadas.

Tanto Wilford Woodruff como Orson Hyde, como

también otros apóstoles, enfatizaron que en el

invierno de 1843-44 recibieron la plenitud de las

llaves y poderes del sacerdocio asistiendo a toda

ordenanza del templo.11

El 6 de agosto de 1843 Wilford Woodruff

informó que

[Brigham Young] comentó que si alguien

en la Iglesia tenía la plenitud del Sacerdocio

de Melquisedec, él no lo sabía. Para que

alguna persona tenga la plenitud del

sacerdocio, tiene que ser un rey y sacerdote.

Una persona puede tener una parte de ese

sacerdocio, al igual que los gobernadores o

jueces de Inglaterra tienen el poder del rey

para hacer negocios, pero eso no los hace

reyes de Inglaterra. Una persona puede ser

ungido rey y sacerdote mucho tiempo antes de

recibir su reino (HC 5:527).

La plenitud del sacerdocio se confirió primero

en el otoño de 1843. Aparentemente, José

esperaba administrar estas ordenanzas en el

Templo de Nauvoo, pero la estructura no fe

terminada a tiempo. Por lo tanto, debido a la

premonición de su muerte, José Smith adelantó la

administración de estos rituales en su oficina

privada.12

Estas ordenanzas se realizaron por

primera vez el 28 de septiembre de 1843. El

registro dice que José Smith dirigió al grupo en el

orden verdadero de la oración, después de lo cual

Hyrum Smith y William Marks, a dictado de José

Smith “ungieron y ordenaron [a José] al más alto

y más santo orden del sacerdocio, es decir, rey y

sacerdote para con Dios.” Después de esto, Emma

fue ungida y ordenada reina y sacerdotisa para

con su esposo.13

Parece haber sido la intención de José Smith

extender estas bendiciones a muchos de los fieles

de la Iglesia:

Tenemos pensado dar a los élderes de

Israel sus lavamientos y unciones, y cumplir

con esas últimas y más importantes

ordenanzas, sin las cuales no podemos obtener

tronos celestiales. Pero debe prepararse un

lugar santo para tal propósito… que los

hombres reciban sus investiduras y sean

hechos reyes y sacerdotes del Más Alto Dios,

y que no tengan que ver con las cosas

materiales, sino que dediquen todo su tiempo

a las cosas que pertenecen a la casa de Dios.

(Enseñanzas, p. 450).

Cuando se planifica el movimiento hacia el

oeste de la Iglesia poco antes de su martirio, José

Smith escribió a los Élderes de Israel que habían

de ir hacia el oeste como una avanzada: "Quiero

que todo el que va sea rey y sacerdote. Cuando

suba las montañas, es posible que desee hablar

con su Dios." (Enseñanzas, p. 411). Una vez más

afirmando su intención de elevar a todos los

Page 9: Juramento y Convenio

9

miembros fieles de la Iglesia a la plenitud del

sacerdocio, José Smith declaró que era el

propósito de Dios

convertir a la Iglesia de Jesucristo en un

reino de sacerdotes, un pueblo santo, una

generación escogida, como en los días de

Enoc, con todos los dones que Pablo

manifestó a la Iglesia en sus epístolas

(Enseñanzas, p. 244).

Pero a pesar de esta intención, evidentemente

se instituyó la práctica de ordenar a los individuos

para llegar ser reyes y sacerdotes o reinas y

sacerdotisas, en lugar de ordenar a las personas en

realidad a ese se llamamiento. Esta ordenación

promisoria y condicional fue mencionada en un

discurso dado en el Templo de Nauvoo por Heber

C. Kimball:

Hemos llegado a este lugar y todos sus

pactos anteriores no cuentan, y aquí es donde

tenemos que entrar en un nuevo pacto, y sea

sellado, y lo tengan grabado. Una razón por la

que traemos a nuestras esposas con nosotros

es que ellas pueden hacer un pacto con

nosotros para mantener sagradas estas cosas.

Ustedes han sido ungidos para ser reyes y

sacerdotes, pero no han sido ordenados

todavía. Y tienen que conseguirlo siendo

fieles.14

La ordenación a la plenitud del sacerdocio es

un proceso de varios pasos al que José Smith se

refirió en el discurso del funeral de King Follett

en abril de 1844:

Esta pues es la vida eterna: conocer al solo

Dios sabio verdadero; y vosotros mismos

tenéis que aprender a ser Dioses, y a ser reyes

y sacerdotes de Dios, como lo han hecho todos

los Dioses antes de vosotros, es decir, por

avanzar de un grado pequeño a otro, y de una

capacidad pequeña a una mayor; yendo de

gracia en gracia, de exaltación en exaltación,

hasta que logréis la resurrección de los

muertos y podáis morar en fulgor eterno y

sentaros en gloria, como aquellos que se

sientan sobre tronos de poder infinito. Y

quiero que sepáis que en los últimos días, Dios

no está jugando ni con vosotros ni conmigo.15

Los pasos para el proceso de ordenación al

llamamiento de rey y sacerdote (para los hombres)

y reinas y sacerdotisas (para las mujeres) son

descritos en Doctrina y Convenios:

1. Un individuo debe nacer de nuevo en la

familia de Jesucristo y por la fe en él y por

su gracia vencen toda oposición. (D&C

76:53; 84:33).

2. Un hombre debe recibir los Sacerdocios

Aarónico y de Melquisedec disponibles en

la Iglesia, y tanto hombres como mujeres

deben ser investidos y sellados en

matrimonio en el nuevo y sempiterno

convenio. (D&C 84:33; 131:1-3;

Enseñanzas, p. 395).

3. Las personas casadas deben ser ungidas

reyes y sacerdotes y reinas y sacerdotisas;

y deben magnificar sus llamamientos

manifestando a Dios una voluntad para

sacrificar todas las cosas terrenales para

llegar a ser uno en Cristo (D&C 84:33;

101:4-5).

4. Estas personas deben ser santificados por

el Espíritu para la renovación de sus

cuerpos, convirtiéndose así en los "hijos"

de Moisés y de Aarón, la descendencia de

Abraham, y la iglesia y reino, y los

elegidos de Dios (D&C 84:34).

5. Estas personas pueden entonces recibir la

visita de ángeles, pero finalmente deben

recibir la visita del Hijo (el “segundo

consolador” mencionado en Juan 14)

(D&C 84:36).

6. Estas personas deben, a través el Hijo, ser

presentados al Padre (D&C 84:37).

7. Los candidatos deben recibir del Padre la

promesa o convenio de “todo lo que el

Padre tiene,” y esta promesa el Padre debe

sellarla por su propio juramento “de los

cielos” (D&C 84:38-40).

8. Los candidatos deben recibir el

cumplimiento de la promesa del Padre por

la obtención efectiva de la gloria de Dios,

por la cual adquieren poder sobre la

Page 10: Juramento y Convenio

10

naturaleza, y deben, finalmente, recibir su

reino señalado en el mundo por venir

(D&C 84:63-67; Lucas 22:29-30).

Estos requerimientos, si no se cumplen en la

mortalidad, pueden cumplirse en el más allá,

porque las ordenanzas necesarias por medio de las

cuales los hombres y las mujeres son ordenados

reyes y sacerdotes y reinas y sacerdotisas puede

hacerse de manera vicaria por los muertos en

algunos de los templos.

Obviamente, estos pasos no pueden tomarse

de la noche a la mañana (1 Tim 5:22). La fe en

Cristo, paciencia en la aflicción, y el

sometimiento a todas sus ordenanzas, incluso el

convenio del matrimonio, son condiciones

fundamentales para recibir la plenitud del

sacerdocio. Esta idea se refleja a lo largo de las

escrituras (D&C 50:26-29; 76:53; Éter 12:6-9).

Dos ejemplos ilustrativos:

Por tanto, es preciso que sean

disciplinados y probados, así como Abraham,

a quien se le mandó ofrecer a su único hijo.

Porque todos los que no quieren soportar la

disciplina, antes me niegan, no pueden ser

santificados. (D&C 101:4-5).

Melquisedec no fue ordenado rey y sacerdote

hasta que primero probó su fidelidad a Dios:

Melquisedec era un varón de fe, que hacía

justicia; y cuando era niño temía a Dios, y

tapaba la boca de leones y apagaba la

violencia del fuego. Y así, habiendo sido

aprobado por Dios, fue ordenado sumo

sacerdote según el orden del convenio que

Dios hizo con Enoc (TJS Génesis 14:26-27).

Es la vitalidad de la fe cristiana detrás de las

ordenanzas que condiciona a una persona para la

recepción tanto de la plenitud de las llaves del

sacerdocio transmitida por la investidura y la

plenitud de las bendiciones del sacerdocio, a la

que las personas reciben acceso por medio de la

unción al llamamiento más elevado, rey y

sacerdote y reina y sacerdotisa.

Los escritos de José Smith revelan que reyes y

sacerdotes y reinas y sacerdotisas pueden ser

constituidos por medio del ritual de la unción

realizado por el presidente del Sumo Sacerdocio,

que ahora es el presidente de la Iglesia, o por uno

comisionado por él (D&C 132:6-7). También

pude ser conferido por medio de ángeles (D&C

77:11). El ritual es llamado la segunda unción.

Este ritual, cuando sea posible, se administra en el

Lugar Santísimo del templo dedicado para ese

fin.16

Se otorga de manera conjunta sobre esposos

y esposas sellados en el nuevo y sempiterno

convenio por medio de la unción apropiada,17

que

es seguida por el lavamiento de pies y otros ritos.

Estas ordenanzas tienen el efecto de sellar, a

aquellos que las reciben, a la exaltación en el

reino celestial de Dios (Enseñanzas, pp. 362, 395,

396) y darles todas las bendiciones del sacerdocio

que pueden ser conferidas por un mortal sobre

otro.18

Esta autoridad, sin embargo, está

subordinada a la del presidente del Sumo

Sacerdocio, porque él no solamente es rey

sacerdote para con Dios en Israel, sino rey y

sacerdote en y sobre Israel, y en y sobre Sión.19

Los ungidos a la plenitud del sacerdocio

tienen toda la autoridad para administrar en todas

las ordenanzas del evangelio y del sacerdocio

(Enseñanzas, pp. 394-95), para oficiar en

cualquiera de los oficios de la Iglesia y el reino de

Dios, incluso el oficio apostólico (D&C 107:1-

10), para dar testimonio del Padre y del Hijo

(D&C 84:63-64), para orar en el orden verdadero

para detectar el origen de las revelaciones (d6c

124:95, 97), y para ayudar al presidente del Santo

Orden del Sumo Sacerdocio al ungir a otros reyes

y sacerdotes o reinas y sacerdotisas.

Aunque muchos en la Iglesia creen que la

segunda unción es la ordenanza más alta en la

Iglesia, técnicamente esto no es correcto. La

mayor ordenanza en la Iglesia es la concesión por

Dios a un individuo del juramento y el convenio

que se asocia con la plenitud del sacerdocio. Esta

idea era la esencia de la declaración de Oliver

Cowdery a Parley P. Pratt en 1835: “Sur

ordenaciones no están plenas y completas hasta

que Dios haya impuesto Su mano sobre usted”

(HC 2:195, 96). Y Brigham Young dijo, “Una

persona puede se ungida rey y sacerdote mucho

tiempo antes que reciba su reino” (HC 5:527).

Page 11: Juramento y Convenio

11

José Smith señaló este mismo punto en su

discurso sobre Elías, Elías el Profeta, y el Mesías:

El espíritu del Elías precursor es el

primero, Elías el Profeta segundo, y el Mesías

el último. Elías es un precursor para preparar

el camino, y entonces viene el espíritu y poder

de Elías el Profeta con las llaves del poder,

para edificar el templo hasta su coronamiento,

fijar los sellos del Sacerdocio de Melquisedec

sobre la casa de Israel y disponer todas las

cosas; entonces vendrá el Mesías a su templo,

que será al fin de todo. (Enseñanzas, p. 421).

El espíritu y el poder de Elías se refieren a la

obra asociada ahora con el Sacerdocio Aarónico y

el Sacerdocio de Melquisedec en la Iglesia,

proclamar la fe y el arrepentimiento, y el bautismo

para la remisión de los pecados, y la imposición

de manos para conferir el don del Espíritu Santo,

en resumen, la obra de adopción en la Casa de

Israel, la familia de Jesucristo (de quien Abraham,

como padre de los fieles, no era sino una imagen y

sombra) (Enseñanzas, p. 395; Éter 3:14). Después

de probarse fieles a estos preliminares necesarios,

los hombres y las mujeres reciben, en virtud de las

llaves de Elías el Profeta, todas las bendiciones

del templo, incluyendo la investidura y la segunda

unción, obteniendo de este modo la plenitud de las

llaves para convertir (es decir, sellar o atar)

(Enseñanzas, p. 407) los corazones de los padres a

los hijos como también la plenitud de las

bendiciones del sacerdocio, esto es, inmortalidad

y vida eterna. Es en este punto que se ponen los

sellos sobre la Casa de Israel. Las personas así

selladas y facultadas para sellar a otros, tienen

todo lo que puede ser otorgado a mortales por

mortales. Estas personas, según Joseph Smith,

entonces deben recibir la visita del Mesías (es

decir, que "el Mesías venga a su templo") y ser

conducidas por él a la presencia del Padre (2 Nefi

9:41). Es en este punto que componente final de la

ordenanza del sacerdocio es administrado por los

miembros de la Trinidad. Este es el juramento y

convenio que, según el artículo 84, pertenece al

sacerdocio. Esta es la confirmación final de la

Divinidad al individuo de la promesa de

inmortalidad, vida eterna, y posesión sempiterna

de todo lo que el Padre tiene. Esto, de acuerdo a

José Smith, es la piedra angular sobre el templo,

“el cual,” dice Pablo, “sois vosotros,” los

miembros de la Iglesia e Cristo (1 Cor. 3:17).

Entonces, para José Smith el juramento y

convenio del sacerdocio no se refería a las dos

partes de un contrato bilateral, ni a ninguna clase

de contrato mutuo con Dios. Más bien, el

juramento y convenio es una promesa unilateral

hecha por Dios, y sellada por su propio juramento.

Esta promesa no se extiende a todos los

poseedores del sacerdocio, sino solo a aquellos

hombres y mujeres que han recibido la plenitud

del sacerdocio. Esta, la mayor de las bendiciones

del sacerdocio, no está condicionada a la

obediencia futura. Se concede incondicionalmente

como una recompensa por la antigua lealtad y

devoción.

En la teología de José Smith, entonces, no era

la condición terrenal, o incluso el estatus en la

jerarquía sacerdotal, lo que aseguraba la salvación

de uno o la exaltación sino el contacto directo con

el Padre y el Hijo. Este es el componente final e

indispensable de la ordenanza, por medio de la

cual se confería la plenitud del sacerdocio, por

medio de la cual los ungidos son constituidos

coherederos con Jesucristo y Salvadores en el

Monte de Sión (HC 6:184, 364-3659. Dentro de la

cosmovisión de José Smith, era por medio de este

evento sobrenatural que los destinatarios de toda

la diversidad del evangelio, la Iglesia, y las

ordenanzas del templo, de hecho, llamados

plenamente, elegidos, ungidos, y coronados reyes

y sacerdotes y reinas y sacerdotisas, poseedores

de la plenitud del sacerdocio, cuyas vidas son

“escondidas… con Cristo en Dios” (D&C 86:8-9;

Compárese con 101:39-42; 103:9-10; Mateo

5:13), las personas que han aprobado más allá de

su juicio personal y han entrado en su exaltación,

esperando sólo el momento de la resurrección

para disfrutar de la plenitud de las promesas del

Altísimo.

Page 12: Juramento y Convenio

12

NOTAS 1 The American Heritage Dictionary, s.v. ’oath."

2 Una promesa por medio de un juramento es una fórmula

que regresa al tercer milenio antes de Cristo. Vea G. Mendenhall. "Covenant Forms in Israelite Tradition," Biblical Archeologist 17 (1950) 3, pp. 51 53; D. R. Hillers, Covenant: The History of A Biblical Idea, John Hopkins Press, Baltimore, 1969, p.40, 103, 181; D.J. McCarthy, Old Testament Covenant, pp 4, 32, 60; and M. Wemfeld. “Covenant of Grant in the Old Testament and in the Ancient Near East," JournaI of the American Oriental Society 90 (1970), p. 184. 3 The Oxford English Dictionary, s.v. "promise"

4 Corpus Juris Secundum, "Covenants," Sec. 1, at 885:

Corbin, Contracts, Sec. 633, at 595 (1952). 5 Weinfeld, p I96-99; Hillers, p. 103.

6 Journal of Discourses, 19:242. See also Journal of

Discourses, 9:87-88. 7 Franklin D. Richards, Scriptural Items 26-27, Historical

Department of the Church, MS d4409. 8 Sección 84, Revelations to Joseph Smith and Brigham

Young 1829-1847, Newell K. Whitney Papers (1795-1850), Special Collections, Harold B. Lee Library, Brigham Young University. 9 Andrew F. Ehat and Lyndon W. Cook, The Word of Joseph

Smith, Religious Studies Center, Brigham Young University, Provo, Utah, 1980. pp. 305-307. 10

Vea generalmente, Andrew F. Ehat, Joseph Smith’s Introduction of Temple Ordinances and the 1844 Mormon Succession Question: A Thesis Presented to the Department of History, Brigham Young University in Partial Fulfillment of the Requirements for the Degree of Master of Arts, December 1981, Harold B. Lee Library,, Brigham Young University; Hugh Nibley, "Early Christian Prayer Circles," BYU Studies, 19 (Fall 1978) 1; D. Michael Quinn, "Latter-day Saint Prayer Circles," BYU Studies, 19 (Fall 1978) 1. 11

Wilford Woodruff Journal, 1844 entradas de Enero 20, 21, 28, 31, Febrero 2, 3, 4, Mayo 5; Millennial Star 5:109; vea también Wilford Woodruff discurso, Journal of Discourses 1:134, 13:49, 19:232, 233, 235, 266; Times and Seasons 5:651,648, 661 663 y 666; Teachings, p. 237, 326; cf. D&C 124:95-97. 12

Times and Seasons, 5:651 (15 September 1844). 13

Ehat, pp. 94-95. 14

Heber C. Kimball Journal, Church Historical Department, Salt Lake City, Utah, (italics added); vea también George Q Cannon 2 August 1883 remark, Minutes of the School of the Prophets of 1883, Church Historical Department. 15

Stan Larson, "The King Follett Discourse: A Newly Amalgamated Text," BYU Studies, 18 (Winter 1978) 2:201

16

"A Proclamation of the Twelve Apostles," Millennial Star 6:9. 17

Charles W. Penrose, Priesthood and Presidency, cf. Génesis 49:26, 48:12-20. 18

Brigham Young in Heber C. Kimball Journal, 26 December 1845. 19

Apocalipsis 1:6; 5:10; Teachings, p. 345, 363; see also, Heber C. Kimbalt Journal Ene. 8th 1846, Ene. 11th 1846; The Franklin D. Richards Miscellaneous Papers, I 318, Reel 12 (February 4th, 1885), Church Historical Department.

Traducción: Max Ruiz M.

Diciembre 2012