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IV. Innovación genética y esfuerzos públicos de investigación y desarrollo: nuevos hibridos en el INTA 1. introducción La seleccidrn vegetal COMO actividad económica autónoma s8 inicia a ni- vel mundial durante el siglo XIX. At principio, la selección era hecha por los mismos agricultores: en cada cosecha elegian las mejoras plantas para sembrar al año siguiente. En este sentido, se puede decir que las semillas mejoradas se utilizan desde siempre, como resultado de una práctica es- pontánea de optimizaci6n de la actividad agricola ejercida por los propios agricuItores. El avance de las disciplinas biológicas fundamentales en el siglo XIX, como el descubrimiento de las leyes de la herencia de Mendel y el desarrollo de los principios de Ia selecci6n geneal6gica de Vilmorin, dan a la actividad un sustento cientifico sólido. Hacia fines del siglo pasado y principios del actual, las semillas y plantas se convierten en objetos de intercambio y comercio. La aparici6n de la industria de semillas cwesponde a la especialización de agentes aconó- micos que cumplen la función de selec&n, producci6n y comercialización, La actividad de producción de semillas es indispensable en una agricultura maderna. Para que este factor de producción esencial de los productores agricolas sea seguro y de una calidad adecuada, los granos cosechados deben ser S8kcionadOS y calibrados; se debe controlar su tasa de germinaci6n, etc. Las semillas constituyen el primer eslabbn de la cadena El presente capitula reproduce en lo fundamental el artículo publicado por los autores en ta revista Desarrollo Econdmico, vol. 28, nQ 1ID, Buenos Aires, setiembre de 1988. tos autores agradecen la colaboracibn de los ingenieros E. Favret y J.C. Salerno del Departamento de Genbtica del INTA-, quienes explicaron e informaran detalladamente acerca de la innovacibn objeto de este estudio, Agradecen tambien a la Ing. Marta Gutikrrez -INTA-, quien fis realizado una correccibn paciente y exhaustiva del trabajo original. h responsabilidad por lo aquí expresado es enteramenta de los autores, no estando comprometidas las personas o instituciones mertcionadas. 68

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Page 1: IV. Innovación genética y esfuerzos públicos de ... · PDF fileLa actividad de producción de semillas es indispensable en una ... Centro de Ecodesarrollo, 1984. ’ Berlan, Jean-Pierre,

IV. Innovación genética y esfuerzos públicos de investigación y desarrollo: nuevos hibridos en el INTA

1. introducción

La seleccidrn vegetal COMO actividad económica autónoma s8 inicia a ni- vel mundial durante el siglo XIX. At principio, la selección era hecha por los mismos agricultores: en cada cosecha elegian las mejoras plantas para sembrar al año siguiente. En este sentido, se puede decir que las semillas mejoradas se utilizan desde siempre, como resultado de una práctica es- pontánea de optimizaci6n de la actividad agricola ejercida por los propios agricuItores.

El avance de las disciplinas biológicas fundamentales en el siglo XIX, como el descubrimiento de las leyes de la herencia de Mendel y el desarrollo de los principios de Ia selecci6n geneal6gica de Vilmorin, dan a la actividad un sustento cientifico sólido.

Hacia fines del siglo pasado y principios del actual, las semillas y plantas se convierten en objetos de intercambio y comercio. La aparici6n de la industria de semillas cwesponde a la especialización de agentes aconó- micos que cumplen la función de selec&n, producci6n y comercialización, La actividad de producción de semillas es indispensable en una agricultura maderna. Para que este factor de producción esencial de los productores agricolas sea seguro y de una calidad adecuada, los granos cosechados deben ser S8kcionadOS y calibrados; se debe controlar su tasa de germinaci6n, etc. Las semillas constituyen el primer eslabbn de la cadena

’ El presente capitula reproduce en lo fundamental el artículo publicado por los autores en ta revista Desarrollo Econdmico, vol. 28, nQ 1 ID, Buenos Aires, setiembre de 1988. tos autores agradecen la colaboracibn de los ingenieros E. Favret y J.C. Salerno del Departamento de Genbtica del INTA-, quienes explicaron e informaran detalladamente acerca de la innovacibn objeto de este estudio, Agradecen tambien a la Ing. Marta Gutikrrez -INTA-, quien fis realizado una correccibn paciente y exhaustiva del trabajo original. h responsabilidad por lo aquí expresado es enteramenta de los autores, no estando comprometidas las personas o instituciones mertcionadas.

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de produccibn alimenticia y, por lo tanto, se puede decir que quien controla la setección y producción de semilla controla tambibn la alimentaci6n. En todo caso, al convertirse en mercancía, la producción de semillas pasd a ser un servicio esencial de la agricultura y, a travbs de ella, de todo el sector agroalimenticio.

La puesta a punto del mak híbrido en los años veinte se considera una de las mayores innovaciones del presente siglo y marca la consohdacibn de una verdadera industria de semillas. ta anterior alternativa de los agricultores de utitixar semillas no híbridas y seleccionar en cada cosecha sus semillas para la pr6xima siembra deja de ser rentable, pues los híbridos permiten un aumento del rendimiento del orden del 25% (en relación con las variedades tradicionates). De este modo los híbridos *crean’ el mercado, otorgan un poder de monopolio a los v8ndedOres y permiten cierto grado de autoprotecciDn a los seleccionadores de las tincas madres: basta con guardar en secreto la combinación de líneas que da origen al híbrido para que la competencia tenga muchas dificultades en reproducirlo.

liacia fines de los años setenta, la aparición de la biotecnologia aplicada a las plantas marca el segundo hito en el proceso de selección vegetal. Los descubrimientos de la biologia molecular, de la fisiologia vegetal y de la gen&ica ya han puesto a disposición de los criaderos de semilla -pu- blicas y privados- nuevas herramientas de ¡nvestigaMn, aunque este nuevo rumbo recién comienza a transitarse. El avance de las tknicas va a modificar considerablemente el trabajo del seleccionador: habrá ganancias sustanciales de tiempo y de espacio, asi como una mayor eficacia en los criterios de selección y en la eleccion del material genkico. El impacto de todo esto sobre la agricultura ser6 enorme, particularmente cuando en el futuro sea posible regenerar plantas enteras a partir de protoplastos, obtener plantas transgen&as (resistentes a enfermedades, insectos y estr& ambiental), dotar a los cereales de la capacidad de fijar el nitrogeno atmosférico y modificar su composici6n proteica, etckera.

En ese marco, este capítulo se encara dividiendolo en dos partes. En la primera se aborda en general la problemática tecnol6gica r8fefida a la selecci6n vegetal -sobre todo la hibridacibn del maíz-: los limites de las tknicas tradicionales y la emergencia de un conjunto de biotécnicas con apkaci6n en este campo. Esto sirve de marco introductorio a la segunda parte, donde el interds se centra en un estudio de caso referido al medio doméstico. Se trata de una innovacM genktica desarrollada por un equipo del INTA, que puede cons!ituir un aporte sustancial a la selección de hibridos de maiz y aumentar significativamente la productividad de esa actividad. ta ubicaci6n de esta innovaci6n en la frontera del conocimiento, su carkter “antiparadigmAtico” ’ y el impacto que puede Il8gar a tener en un sector crucial de nuestra economía, como es el de las semillas, nos

’ Diversos estudios r&lirados en el curso de la última década caracterizan al esfuerzo innovativo dom6stica como esencialmente “adaptativa” y “menor”, a diferencia del cambio tecnolbgico “mayor” de tipo schumpeteriano- que trae aparejadas grandes discontinuidades y rupturas en el estado del arte prevalente. Lc “anti-paradigm&ico” del presente caso es que tiene mas de “salto” y discon- tinuidad que de adaptacibn, presentando una diferencia sustantiva con el tipo de esfuerzos tecnolbgicos que realiza -normalmente- nuestra sociedad,

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conducen a realizar una serie de consideraciones y de r8UexioneS que se refieren al conjunto de condicionamientos y circunstancias que hacen posible eI surgimiento de un hecho inventivo “básico’, 8s decir, de un hecho de ruptura que, de ninguna manera, coincide con el patrón característico del desarrollo tecnologico local.

En última instancia, de lo que se trata es de reconow aquellas particularidades que parmiten la cOncreci6n de un fen6meno de innovacibn que supera IOS límites de ese modelo predominantemente “adaptativo’, propio del desarrollo d8 nuestro país en la materia, en la medida en que resulta capaz de transformar el estado de arte en esa area en el nivel internacional, produciendo un “corte” con respecfo a los pasos de los procesos tradicionales que busca sustituir. Estas últimas reflexiones constituyen et núcleo del contenido del capítulo final del presents trabajo.

2. La innovación gen&ica y el mejoramiento en maíz

Según Jean-f ierre Berlan,2 l . . . 81 factor de produc&n específico de toda producci6n por vía biolbgica es una informaci6n gen&ica que permite hacer un uso m&S eficaz de un medio natural o de un sustrato’. De acuerdo con esta definición, se puede decir que, en particular, una variedad mejorada de mak eS esencialmente una información genkica específica que abre la posibilidad de aprovechar un medio natural que ha sido preparado para tal fin. Asimismo, como se vio en el capitulo anterior, una cepa microbiana utilizada en ta producción de enzimas se puede considerar tambi6n como una informaci6n gen&ca capaz de operar 8n un medio artificial, en determinadas condiciones de presi6n, acidez y temperatura.

La producci6n bioldgica plantearía entonces un doble problema tecnológico: por un lado, saber optimirar y reproducir las características adacuadas del medio (fertilidad del sucio, materias primas de la fermen- tación, etc.); y, por otro lado, saber optimizar y reproducir la informaci6n genética. En esta segunda direccibn se concentrará el análisis, ya que el caso que aquí se estudia se refiere pWiSam8nt8 a una innOVati6n en el proceso de mejoramiento de mak, 8s decir, una innovacibn gen8tica.

Como ha sido desarrollado en el capitulo II, la invenci6n gen&ica implica Ia creaci6n de una nueva informaci&, pero con una particularidad: dicha informaci6n está contenida dentro det patrimonio genético del organismo vivo y por lo tanto se reproduce “id6nticamente’ de una generaci6n a otra. Esto plantea el problema de su apropiabilidad, sobre todo cuando -como en el caso de las semillas- ese organismo vivo es el producto final que se c0mercializa.4

2 Bertan. Jean-Pierre, “La biotogie, la proprietb et I’avantage”, en Mvue díkonomie Mu&Me, Paris, Ed. Techniques et Ecanomiquss, 1981.

’ Sustrato: sustancia sobre la cual actba la informacibn biohgica. 4 Es interesante destacar aquí que la utilizacibn del producto de la investlgacibn

-una nueva infofmacih gen&ka- no tiene límites en el tiempo, no s8 toma newsarimente obsoleta. Por ello, 8s posible encontrw en variedades vegetales utilizadas actuaIment+ ancestros bastante remotos. Esto implica una extemalidad de la innovach biol&gica muy diftil de cuaMif¡car,

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Como señala Berlan,’ “... la semilla como m8diO de producci&l es idéntica al grano de consumo final. Es esa ambigüedad fundamental la que toma dificil y aleatorio el desarrollo de una industria de semillas”.

Toda pro-duc&n vegetal comienza Con la semilla que el agricultor siembra en la tierra. Esa semilla 8s en muchos casos -y en particular en el de cultivos tan importantes como los cereales o las leguminosas- id&Wa al grano cosechado. Puede decirse entoces que, cuando 81 producto final de la produccián agrícola es un grano, los agricultores producen de hecho sus propias semillas. Esto es vAlido, por ejemplo, para los cereales aldgamos (centeno, maíz) o aut6gamos (trigo, arroz, avena, cebada) y para las leguminosas alimenticias como la soja,

Debido a esta situacidn -idrsntidad gen&& entre el grano de consumo y Ia Semil&, se pueden uti!iZaf y r8prOdUCir libr8m8nt8 variedades mejo radas obtenidas al cabo d8 una larga y costosa actividad de IyU. Allí reside precisamente la dificultad de los seleccionadores privados de variedades para asegurarse un retorno de los capitates inv8rtidoS en tyl); y, antes que eso, es una 8speCie de barrera a ia entrada que dificulta el desarrollo del sector. Porque en una economía de mercado, una empresa financia %tivi- dadss d8 investigaci6n para asegurarse cierta ventaja sobre sus competido- res; y en el caso mencionado 8i costo de difusion, de circulaci6n y de ad- quisicibn del producto de la IyD por un tercero, no guarda relacion alguna con 81 monto de la inversibn que nsc8sit6 realizar et creador origind.

Ello explica en gran medida el rol decisivo jugado por el sector público en la actividad de creacion y mejoramiento varietal, sobre todo hasta mediadps del presante siglo. La consolidación de una importante industria privada de s8l8cción vegetal y el aumento d8t gasto privado d8 IyD -que SB aCOmpafi6 de un parcial r8traimientO de la int8w8ndón pública en eSt8 terreno- ~610 comenro a darS cuando s8 consiguid garantizar cierto derecho de propiedad sobre la informacibn gen&ica vegetaf. Esto se logró por dos caminos: uno reglamentario (Plant Breeders Rights y creacibn en 1961 de ta Unión Internaciona! para ta Prot8cci6n de Obtenciones Vegetales, a la cual adhirio la mayor parte de tos pakss cap¡taWas industrializados) y otro tknico: la hibridaci6n.

Para comprender la hibridaci6n como camino de “apropiaci6n” de ta informac¡& gen&ica se requiwe una 8xpkaci6n detallada que se examina en los p6rrafos sìguientes.

2.2. Los hibridm se difunden, pero la infOrmaCi6n no

Las experiencias hechas en EE.UU. a principios de siglo sobre autofe- cundaci6n de maíz mostraron que el cruc8 entre lineas endocriadas -y, por

5 Vhse Bakin, David y SuBrez, Blanca, El fin del prfncipia. Las semilks y ta segurfdad alimenttia, MBxico, Centro de Ecodesarrollo, 1984.

’ Berlan, Jean-Pierre, X’industrie des sernances, Bconomie et politiqus”, en Economie Rufate, nQ 158, Paris, 1983.

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10 tanto, de bajo rendimiento podía dar origen a plantas muy productivas. El descubrimiento del vigor hibrido y su utilización en la seleccih de maíz es considerado como una de las mayores innovaciones Wnicas del siglo.

Algunos autores sugieren que las ventajas que ha aportado ta hibridación respecto de los metodos tradicionales de selección -mejor rendimiento y resistencia- se sustentan primordialmente en el enorme esfuerzo de IyD privada que concantr6 aquella t4cnica.7 En todo caso, ef inter& de la empresa privada no es sorprendente: la hibridación es una tknica que rompe la identidad esencial de tipo geMico entre la semifla -medio de pcoduc&n- y el grano de consumo final, de forma tal que el rendimiento decae sustancialmente en la segunda generaci6n de plantas obtenidas a partir de una semilla híbrida.

En otras palabras, si bien al usar semilla hibrida el rendimiento crece de manera significativa -en el primer uso- con respecto a la semilla no hÍbrida, el agricultor no puede usar los granos de mak asi obtenidos como semilla para una segunda siembra -situaci6n que si era común antes de la aparici6n de los hÍbridos-, fuertement8.8

debido a qu8 sus rendimientos decaen Por Io tanto, el agricultor debe volver a comprar y sembrar

semillas hibridas en cada cosecha, con lo cual se estabiliza una demanda permanente a su productor, La hibridación confiere una especie de proteo ción “natural’ al creador de variedades, otorgándole un monopolio técnico.

En realidad la hibridacibn presenta una doble ventaja para el criadero: por un lado, como los agricultores no pueden reproducir por sí mismos la semilta híbrida y est&n obligados a reaprovisionarse cada año, se crea un mercado estable; por otro lado, si el cruzamiento que da origen al hÍbrido queda en secreto, ~610 puede ser producido por el que to obtuvo, con lo que se asegura -en principio- la protecci6n de los resultados de la investigación genética frente a los agricultores y a ta competencia.

Convendría de todos modos relativizar esta última afirmacibn. la autoprotección por el secreto deja de ser efectiva desde el ‘momento en que comienzan a ser sembradas -para muRiplicaci6w miles de h8ctár8aS. Cada empresa accede en general r6pidament8 a las lineas seleccionadas por sus competidores y las utiliza en sus propios programas de mejora- miento. 0 sea que la hibridacibn no- asegura un derecho de propiedad “perfecto’ sobre las creaciones varietales, pero si permite ejercer ese derecho frente a los agricultores y brinda de este modo la posibilidad de instaurar una estructura de mercado basada en la imperfecta difusiõn de información. Aparecen aqui las restricciones a la competencia y el fracaso del mercado visto desde una perspectiva convencional “de libro de texto”.

En el caso de las semillas no híbridas -donde el grano mantiene la identidad genética de la semilla y por lo tanto es utilizable como tal sin merma sensible en los rendimientos- et seleccionador ~610 se asegura una porci6n del mercado sobre la base de garantizar una superior calidad técnica de sus semillas y un precio que no puede exceder el costo que asume el agricultor en la alternativa de decidir multiplicar y procesar 81

7 Nase Mooney, PM, “The law of the seed, another development and plant genetic resources”, en Dewlopment f%~ogue, n* t-2, Uppsaja, Dag Hammarskjold Foundation, 1983.

’ Corno consecuencia inevitable de la estructura heferocigota de los hibridos.

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mismo sus propias semiltas. El margen de ganancia parece reducido en esta actividad y esta dado por las economías de escala que el criadero (obtentor) o semillero (multiplicador) puede lograr en la industriaIixaci6n del procesamiento de las semillas. De todas maneras se plantea un problema de graduai difusión de informacibn y, por ende, de apropiabilidad de los beneficios que ella genera.’

En el caso de los híbridos, en cambio, 81 margen de ganancia para el obtentar depende de la diferencia d8 ingresos netos presentes entre Ios híbridos y su descendencia. Si el agricultor opta por utifirar la descendencia del hibrido, puede estimarse que incurrirá en pkdidas de rendimiento cercanas al 30%. Es que, como ya vimos, los criaderos encuentran en la hibridación la doble ventaja de permitir un aumento en los rendimientos cuando se utiliza la semilla híbrida y de provocar una caida considerable del rendimiento si se siembra luego el grano producido. Esa diferencia les asegura el monopolio frente a los agricultores (la tasa de renovaci6n de semilla de maiz es prkticamente del 100% en los principales paises productores); por lo tanto, el margen de ganancia de los produc- tores de semilla híbrida es, presumiblemente, alto.

2.3. Exifos y h’m’fes de la sehm¿h cld&a

La sekción cl&sica permitió hacer enormes progresos en la producti- vidad agrícola. Se considera que los rendimientos del trigo aumentan, en promedio, un quintal por hecttirea y por año. En Argentina, la progresi6n fue del 1% entre 1970 y 1 W-10

El descubrimienta del vigor híbrido en tos años treinta en EEUU. y su utilixacibn en la seleccibn d8 maíz es considerado como una de las mayores innovaciones tknicas del siglo. Los aumentos logrados en los rendimientos por hectkea han sido significativos. Entre el quinquenio 1950-I 954 y el periodo 1975-4977, la producci6n de maíz en Argentina pas6 de 1 S40 a 3.014 kg/ha, es decir que se incrementó en un 95%.” En Francia, sntre /os quinquenios 1934-1938 y 197U1974, los rendimientos de ese cukivo aumentaron 218%. Aunque esa progresibn en la productividad por hectiwa no es atribuible exclusivamsnte a la introducB6n de tos híbridos, es indudable que asta mejora tknica ha tenido un gran impacto. En Argentina se ha estimado que el mejoramiento g&tico Va hibridos”

’ Por ejempfo en Argentina. a pesar de ser uno de los pocos paises d8i Tercer Mundo que adoptb a fines de los anos setenta una legislacibn de protección de propiedad sobre cultivares (ley 20.24?), se estima que al cabo de poco tiempo de aparicihn de una variedad autbgama, una buena parte de su mercado es captado por el “circuito de prodwcibn y wmercializacibn de semilla clandestina” que no paga regalías a los obtentorea (Jacobs, Eduardo y Gutihrez, Marta, La industria de semillas en la Aqentina, Buenos Aires, CIS& 1985). En nuestro psis, ~610 el 30% de las necesidades de semilla de trigo es abastecida por semilla fiscalizada.

” Penna, Jorge, Difusih de Ias variedadw de trigo con germcplaasma nwjicana y su impacb en la producctirr nachai, buenos Aires, INTA, 1983.

’ ’ SAbato, Jorge, El agro pmpeano amenfino y la adopción de WnobgÍas entm 1950 y 1978: un an&isis a tr&s del cultiw de maix, Ehenos Ares, CGEA, N8Cl.

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en maíz ha contribuido con un 80% en et aumento de la prudutiividad de este cultivo durante la d&cada del setenta.12

Según Donald Duvick,13 la tasa anual de aumento en los rendimientos de maíz en EE.UU. fue de 57 kg/ha entre 1930-1955 y de 144 kg/ha entre 19554982. Este investigador tambi6n ha estimado que el 50% del aumento total de los rendimisntos durante 81 peri& f93&1980 se debió a mejoras geneticas (el restante 50% es atribuible a mejoras en tas prActicas agroecon6micas).

Duvick seAala además que la sustitución de hfbriti dobles por hfbridus triples {cruzamiento de uno dobfs con una línea) permitid a EEJ4.L a principios d8 esta d4cada agregar una tonelada extra de rendimiento por he&rea, mejora significativa si se tiene en cuenta que en 1986 el r8ndimiento promedio -rdcord- de maíz fue de ?,5 tonetadas/ha en Estados Unidos,

Sin embargo, las t&nicas ct&icas de selección tropiezan con ciertos límites. tos factores determinantes en el mejoramiento tradicional de plantas son: el examen de una importante entidad de material, et acortamiento del tiempo que separa al material inicial da la variedad comercial y la experimentación.

El problema 8s que las t&nicas de seleccibn/creaci6n, como la selecci6n tradicional, el injerto y la misma hibridación cttiica, son m&odos que operan in vivo: estAn sometidos a cidos naturales y por lo tanto estAn sujetos a determinados ‘techos” productivos. Se tropieza retativarwnte pronto con los “límites viables de rendimiento de tos caminos ‘m8jorativos’.

Por un lado, el proceso es lento y costoso: una variedad de trigo o de maíz llega al mercado reci&t despues de 8 a IU ai5os de sel8ccibn como mfnimo, y tuego de una búsquda ahdOria entre miles de lineas, Por otro lado, ta reproduti6n sexual impone restricciones a la elecci6n d8t material, dado que hay muchos casos de incompatibilidad que limitan las posibitida- des ds creaci6n variatal.

Ademas, por restricciones de tiempo y espacio, s8 eliminan sistem&ica- mente las líneas poco conocidas sin verificar su utilidad. Finalmente, y 8n raton d8 que ia set8cci6n s8 hace a partir de lineas mejoradas (s8 mejora lo ya mejorado) y no de poblaciones originales, se va 8strectìandO ta base gen&ica utilizada para la creaci6n de variedades: ello aumenta la vulnerabi- lidad potencial de los cuRivos.

A los efectos de comprender et papel de estas restricciones en ia ‘funci6n de produccWn’ cl&sica de nuevas variedades vegetales y de identificar mas precisamente donde $8 generan las ventajas de las nuevas t6cnicas de mejoramiento genhico, se ver& a continuaci6n ta estructura funcional del modelo cWco de hibridaci6n de mafz.

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2.4. Un programa cl&ico de selección de una vb8dad hr’brida de mak

Et maiz es una @anta at6gama: naturalmente, et poten de una planta fecunda los óvulos de otra planta. Es decir que ta tendencia reproductiva es hacia ta fecundacttrn cruzada, contrariamente a tas aut@mas (&mo et trigo) que tienen natural tendencia a reproducirse por atiufecundaci6n (de altí ta dtftcuttad para tograr cruzamientos naturales y para obtener híbrtdos d8 este tipo de plantas).

En el maíz se observa ademas et kn6meno fundamental de ta heterosis, 8s decir, et aumento de vigor del htbrtdo respgcto de la media d8 sus progenitores o de su progenttor m&s vtgoroso. Así como a mayor distancia gen&ica entre tas tíneas progenitoras se obttene una ampliación de la heterosis, por el contrario, ta autofecundack5n -genera& tras generación- produce una acentuada p&dMa de vtgor en et mak, De atti que tas lineas endocriadas disminuyan progrestvamenh su rendimiento a medida que se adelantan genertiones autofecundadas.

Et trabajo tradicional de seteccibn de variedades consiste 8n una sucesión de opciones que permiten crear una nueva informãción. El objetivo es obtener un cultivar estable y homogheo que posea nuevos caracteres favorables sin perder características ya fijadas en las tíneas parentates. El proceso de creaci&t de un cultivar híbrido consiste, sumariamente, en obtsner lineas puras partiendo de poblaciones y en encontrar ta cruza de ellas que pr&rzca ef mayor vigor. A conttnuact6n se describirá el proceso por partes.

En poblaciones de disttntos origenes, se eligen pkntas dentro del tate de acuerdo con tas caracteristi~s deseadas y se tas autofecunda u endocría: se usa su mismo poten para su misma espiga. Esta tarea se hace manualmente., At afro siguiente se siembran todas tas plantas autofecun- dadas en forma individual y se sekctonan entre todas esas progenies las que pres8ntan caractertsticas agron6micas convenientes. Las plantas escogidas vuelven a autofecundarse.

La seletion por caracreres 8s muy rigurosa: si en las plantas aparece alguna anormalidad producto de algún gen letal -como por ejemplo albinismo, enanismo o ausencia de espigas-, et frtomejorador las elimina automScament8.

Las tíneas que se mantienen son autofecundadas en forma individual cada estacib y por 10 menos hasta el cuarto ano (si 68 hace una generach por año), seleccionando continuamente y descartando tas líneas que no se consideran útiles.

En la tercera o cuarta generacibn se hace una “prueba de aptttud combinatoria general’ (PACG), que consiste en testear con un probador común todas tas tineas en desarrotk para revelar su capacidad de combinars en un buen híbrido. Si una lima cofnbina bien m ei probador común, con una afta probabtlidad combinara mejor con alguna otra tinsa en parttcutar a determinarse mas adelante (Aptitud Combinatoria Especifica). Et proceso se comienza con mites de lineas porque la idea que subyace en ta metodología tradicional es que cuantas m& líneas se tengan para probar, mayores son tas posibilidades de encontrar una combinaci6n de dos líneas distintas que dB un buen híbrido.

At. año siguiente se hace un “ensayo comparativo de rendimkntos* (EM): se evalúan las rendimientos de tas cruzas entre tas distintas lineas

7s

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y el probador y se descarta material tomando un “testigo” (conservando todas las líneas que lo superan y eliminando et.resto).

Las lineas así seteccionadas se siguen autofecundando, Al progresarse con la endocría en las autofecundaciones sucesivas se van eliminando las irregularidades; al principio las líneas son muy desparejas (presentan por ejemplo distinta ahura de inserción de espiga), pero luego se van homoge- neizando hasta llegar a un momento en et que practicamente todas las plantas de una linea son iguales.

Alrededor de la séptima generación se hace ta llamada “prueba de aptitud combinatoria específica-. Al llegar a dicha prueba -luego de años de selecci6n las líneas que han quedado no son muchas. Entonces se pueden cruzar todas entre si, agotando todas las combinaciones posibles. Asi se obtienen los hibridos *simples* -cruzamiento de dos líneas- con los que al siguiente añb se hacen los ECR. Este ECR revela al hfbrido más rendidor y vigoroso.

Una primera observaci6n que cabe para este método ct&sico es que ta selección de cultivares se basa en una búsqueda aleatoria: los cruramien- tos optimos se hallan según una metodología (basada en ta ley de los grandes números), que consiste en escoger una linea y cruzarla contra todas. Esto implica la necesidad de partir de una volumen enorme de materiat para poder hacer innumerables cOmbinaciOn8S de líneas hasta encontrar !as que producen alta heterosis. Este procedimiento es o buiamente muy costoso.

Otro problema es et bajo rendimiento de las lineas madre, debido a la pérdida de vigor por la endocria. Se dijo antes que para producir híbridos hay que obtener previamente lineas estables que se logran por autofecun- dacidn, lo que incrementa la consanguinidad. Este estado lleva a una pérdida de vigor de la planta, que baja sus rendimientos. Si en la primera generación autofecundada se obtiene en Argentina un rendimiento de alrededor de 8.ooO kg, cuando se llega a la s6ptima autofecundaci6n no se obtienen m6s de 2.ooO kg. Puesto que, para producir en gran escala el híbrido seleccionado, cuanto más bajos sean los rendimientos de las fíneas madre mayor ser% la superficie que se precise sembrar, dicha sustituci6n aumenta tos costos de producción de la semilla.”

2.5. Hibridación cl&ica: ¿signos de sa turación?

Duvick señala que, extrapolando IaS curvas del progreso genético en maíz y tomando en consideración las mejoras potenciales del material afin en experimentación, se puede prever un crecimiento sostenido de los rendimientos en los pr6ximos 15 años. Se estima que si la curva de productividad continúa su evolución actual, a fin de siglo se llegar& a un rendimiento de casi 10 toneladas/ha. De hecho, la selección se ha realizado sobre la base de una pequeña porci6n del material genhticc potencialmente disponible, lo que sugiere que existen aUn enormes

l4 Es preciso se!Iaiar de todos modos que, particularmente en EE.UU., el proceso ds mejoramiento va dando lugar a líneas muy rendidoras (que rondan 10s 5.000 kg).

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reservas por explotar. Se ha caMado que el rendimiento tebrico mAximo de la planta de maíz seria de 30 toneladas/hect&ea.

Sin embargo, el problema no radica tanto en el ritmo de progresión de los rendimientos o en un agotamiento de las potencialidades de la selección, sino en su costo creciente. Lo que estaria sucediendo es que el crecimiento exponencial de los gastos en IyO no guarda relacion con las mejoras gen&ticas logradas o esperadas. Esto estaría expresando una saturaci6n tecnol%ica de fas tknicas tradicionales y podría inducir una orientacibn exluyente de la investigaci6n de las firmas privadas hacia diferenciaciones marginales de producto, comportamiento ya característico del sector (hay que tener en cuenta que el lanzamiento continuo de *nuevas* variedades es un imparativo comercial para las firmas en un mercado fuertemente oligopolizado).

El rendimiento de los híbridos de maíz introducidos entre 1930 y 1980 ha aumentado a un ritmo anual aproximado del 1%. Pero en 1930 esa mejora era lograda por una firma como Pioneer -primer productor mundial de híbridos de maíz- con un solo seleccionador. Actualmente ese incremento def 1% es logrado por la firma lidsr sobre la base de una inversi6n enormemente mayor: 65 investigadores especiaktas en distintas disciplinas (desde la patologia hasta el data managament), 40 btiecn6logos, 27 estaciones de selecci6n de maíz en EE.UU. y otras 26 estaciones fuera de EE.UU., un presupuesto de IyD (1963) de 21,ã millones de dotares para Amkica del Norte y de 5 millones para el resto del mundo,“, etc&era.

Segtin Marta Uuti&re~,‘~ en las industrias de punta se realizan de uno a diez miitones de autofecundaciones y cruzamientos de prueba para identificar las mejores combinaciones; y, antes de llegar a poner en el mercado una decena de nuevos híbridos, se prueban anualmente quir& miles de hfbrídos experimentales.

En alguna medida, esa evotucion de los gastos en lyD de grandes firmas como Pioneer tiene que ver con particulares exigencias de la competencia. Es que el sector ptibiico Heva adelante programas de mejoramiento de líneas que pone a disposición de las firmas. El trabajo de selecci6n específico de las firmas privadas consiste en utilizar gratuitamente las líneas producidas por ta investigación pública, mejorarlas como productoras de semillas y cruzarlas con algún otro material que otorgue al híbrido un caráctar díferenciador (se trabaja así sobre una base genética estrecha, lo que explica que se lancen frecuentemente nuevas variedades sin progresos sensibles), Para las firmas, trabajar a partir de líneas publicas de libre acceso es una ventaja, parque evitan así financiar largos programas de investigación. Pero con la aparicibn de nuevos competidores, y en la medida en que cualquier firma puede acceder a ese material público, las grandes empresas se ven obligadas a financiar sus propios programas de selecci6n “desde cero’ para poder asegurarse ventajas lexclusivas”. Estos programas son muy costosos: un programa completo de mejoramiento de maiz (cuya productividad media es de un nuevo híbrido exitoso por año) tiene un presupuesto anual aproximado de un millon de dejares, Lo dicho

l5 Duvíck, op.& ” Gutikrez, Marta, Smillas rmjmdas: tt?ndmcias y tvl del sector pObEco,

Buenos Aires, CISEA, 1986.

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subraya de paso la importancia de la investigaci6n pUblica como regulado- ra y como estímulo de la competencia del sector, al reducir las barreras a la entrada y la escala rninima de operaciún.

Pero más allá de esa situación, el encarecimiento de la setección, el cruzamiento aleatorio entre miles y miles de líneas en la búsqueda de buenas combinaciones, el aumento del ntjmero de breeders y de otros especialistas en los equipos de investigación, al creciente número de estaciones de seleccitin, el mayor costo y complejidad de los equipos utilizados, etc., parecen en reatidad constituir requisitos estructurales ineludibles que signan la selección clásica en sus esfuerzos por continuar tas mejoras genéticas. Esta situacibn puede considerarse como una de las causas que explican ta tendencia marcadamente ascendente en tos precios de la semilla híbrida y eI proceso de concentraci0n e internacionatizaci6n del sector que se verifica a nivel mundial (particularmente en las últimas dos décadas).

Algo similar se observa por ejemplo en la industria farmacéutica, donde distintos autores’ 7 han señalado el encarecimiento exponencial de la IyD necesaria para lanzar al mercado un nuevo compuesto quimico. La quimioterapia clásica se ha apoyado tradicionalmente sobre los metodos de scfeening, esencialmente empiricos: se sintetizan mites de moléculas y se prueba su actividad. Se comprende que Ia eficacia sea reducida y que los costos aumenten continuamente.

Ei tiempo prolongado de tos programas de lyD es también un elemento común a los sectores de salud y semillas híbridas. El costo de ta actividad de IyD es función del tiempo y es tanto más difícil de asumir cuanto que la búsqueda innovativa f8viSt8 Siempre un Carácter aleatorio. Por eso el factor “tiempo de lyD” funciona en estos sectores como una barrera al ingreso frente a competidores más fr6giles y menos dispuestos a financiar el capital de riesgo necesario (el sector público de investigaci6n en semillas, a través de su oferta de líneas seleccionadas de libre acceso, permite justamente ‘bajar” esa barrera: si se parte de estas lineas se reduce el tiempo de investigacibn a más de la mitad). Desde el punto de vista de la firma privada, la renta innovativa captada gracias a un nuevo producto tiene entonces que pagar el valor preSente del costo asumido por la firma entre tO (momento de iniciaci6n del programa) y t, (cuando ei producto es introducido en el mercado}, incluyendo entre ios costos un número creciente de fracasos.

En estas condiciones, la biotecnologia parecería estar llamada a revitalizar la “productividad” de un paradigma tecnológico en vías de saturaci6n. Es ifustrativa en ese sentido la @rmaci6n hecha por Donald Duvick, director científico de Pionner, en una reciente conferencia en Buenos Aires, en el sentido de que.?. help to U.S. planr breeding from biotechnology will come at a time of need” (“... la ContribuciOn de la biotecnología a los cultivos en EE.UU. se tornar& imprescindible”).

l7 Vbase CIymer, Harold, “The changing costs and risks of pharmaceuticat innovations”, en The económics of drug innovafion, Joseph Cooper, Comp., Washington, 1969. También, de Ancori, Bernard y BrendlQ, Patrice, “Fonction santé et stratbgie det’industrie pharmaceutique”, en L’innovation, París, La Documentation Francaíse, 1983.

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2.6. ka emergencia de nuevas biotecnolugias aplicadas a la seleccih y a la producción vegetal: Lsustitucibn o complemeníafiedad?

Las respuestas de ta seieccián ct&ka frente a problemas clave, como el excesivo tiempo que insume un programa de mejoramiento y ta necesidad de acceder a una m6s amplia variabilidad genetica, pasan por ta elabora- cí6n de Modos más comptejos, la utiliza&n de dos generaciones por aña -at@rnando generaciones en aMos hemisferios o en regiones de climas más cálidos-, ta introducci6n de nuevos genes a tra& de un trabajo de seteccibn más intenso, ta constituct6n de bancos de genas, etc. Esos m6todos son costosos, no guardan retacibn con las v8ntajas obtenidas y ttevan, por to tanto, a presumir una impasse tecnológica. Ahora, ent5ncw, tos descubrimientos de la biología molecular y #Mar, de la fisiotogia vegetal y de ta gen&ica, est&n ‘saliendo det taborãtoW para ser tomados como nu8vas herramientas de investigación 0 directamente como un nu8vo paradigma tecnol6gico que permitirla reducir decisivament8 et costo unitario de ta actividad innovativa.

Las nuevas ttjrcnicas de creac,i6n y muttipticaci6n de ptantas utilizan preferentemente metodos in Mo, como el cultivo celutar, para explotar mejor y más rápídamente et potencial de modificación gen&íca y crectmien- to de tos vegetales. Etto permitir& disminuir et tiempo nscesario para la obtencM de nuevas fineas, trabajar en ta sefección especÍfica y SimutGnea de varios caracteres y muttiplicar rápidamente una planta seleccionada.

La biotecnotogia aplicada a tas plantas -gracias a los nu8vos con@ cimientos básicos en genética vegetaf, fisiología y bk@míca- va a posibititar, en muchos casos, llegar a tos mismos resultados que tas tknicas clásicas, pero con una decisiva dismínucibn de costos y tiempos y con una mayor precisi6n en la metodología y 8n tos objettivos. En otw casos hará posible que las plantas incorporen una caraet8rktka extrafia a su especie (“réprogramándolas” para una nueva funcibn) 0 induso tt8v;ará a la creaci6n de plaatas enteramente nuevas, reatizacifin impoSibt8 por ta via sexual tradicional.”

Hay que aclarar que tas nuevas Gcnicas 8n selecct6n v8getat no tecurr8n exctusivamante al cuttivo in vitre. Hibridaciones por agentes qulmicos “gametociclas” 0 por otros mGtodos (C5mO et que es objeto de este capttulo), aumento de la eficacia de la fijacii)n simbíbtica del nitr6genp por tas plantac, etc., son nuevos procgdimientos que pueden considerarse dentro d8 ta biotecnología tomada en S8ntídO amptio.

Ahora bien, por et momento no asistimos a un desplazamiento de las técnicas cMcas por tas nuevas. Los m&odos de sekci6n y muttt- pticaci6n tradicionales conservan un lugar preponderante; m& bien, incorporan tas nuevas tknicas como “auxitiares’, como una ampliaci&I de sus capacidades. Aunque ya existen próductos comerciatizadoE obtenidos a partir d8 bacterias recOmbinant8S, todavía no se comerciatiza ninguna ptanta o semilla obtenida a partir de recombinacionss geneticas y, por el mom8nto, hay muchas dificultades para regenerar plantas enteras a partir de protoplastos. La muttipticaci6n a campo no par803 8star tlamada a

” Dinkla, K., “Increasifig mãize production with c4luiar and molecular biolugy”, Conferencia dictada en Suenos Aires, 1987.

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desaparecer -al menos en el caso de los principales cultivos y en un horizonte previsibk.

Esta situación se corresponde con lo afirmado por Carlota Pérez,‘g en el sentido de que los “gérmenes” de un paradigma en ciernes ‘... aparecen bajo paradigmas anteriores, pero sujetos a su lógica”. Es sOlo en determinadas circunstancias -gracias a progresos técnicos clave o a cambios en tos precios relativos de los insumos- que se produce una raduccián espectacular del costo absoluto y relativo de la nueva técnica y una extensión de sus aplicaciones; entonces si el nuevo paradigma puede prevalecer sobre el “antiguo”. Esto subraya el hecho ‘de que la innovación técnica no basta por si misma para asegurar su difusion; ésta depende siempre de determinaciones económicas.

Es dable prever desde ya una completa trasformacion del trabajo de mejoramiento, al acceder a conocimientos y herramientas que trastocan esenciatmente el enfoque tecnológico y que permitirán reducir drkticamen- te tiempos y costos. En este sentido, las biotécnicas muestran su *I... capa- cidad para insertarse en los productos tradicionales a

??u regando una nueva

trayectoria incrementaI con nuevos conceptos-guía”. En el mediano plazo, la ingeniería genética permite avizorar cambios más drásticos en ta selección vegetal, al plantear la posibilidad de una completa sustitución de tos cruzamjentos tradicionales por las “manipulaciones” genéticas. De todos modos, no hay unanimidad sobre esta pwspectiva; y no se trata s6to de un tema de especutacih cientifica sino de disputas estratégicas que libran grandes grupos con posibilidades de ‘ganar” o “perder” según la base científico-técnica que prime en la actividad. Ei resultado de estos conflictos de intereses repercutirá a su ver sobre el ritmo y las orientaciones de ias investigaciones en curso y sobre la morfología de ios mercados2’ Sea como fuere, no es aventurado afirmar que fa evolución tecnol6gica en curso favorecerá a aquellas firmas productoras de semillas que hayan logrado dotarse de una capacidad biotecnokgica propia o que hayan sabido asociarse con los nuevos laboratorios (públicos y privados) de biotecnología vegetal.2”

EI impacto inmediato de la biotecnologia’ aplicada a semitlas segura- mente va a depender de los sectores considerados. En horticultura, floricultura y forestacibn ya es observable ta comercialización mMva de plantas micropropagadas jn virro. Con respecto a las especies de gran cultivo, el aporte principal vendrá de ia disponibilidad de nuevas fuentes de

” PBtez, Carlota, “Las nuevas tecnolagias: una visi6n de conjunto”, en La Tercera RevolucíCln Industrial, C. Ominami, Comp., Buenos Aires, RIAL-GEL. 1986.

2c Pérez, Carlota, o~~i?.; observacibn hecha en referencia a la microelectr&tica. 21 Mase Grall, Jacques y Levy, Bertrand, La hierre des semences. Paris,

Fayard, 1985. 22 Eventualmente, la biotecnologia podrá ofrecer procedimientos en abierta

competencia con sectores enteros de la actividad agricola. Entre tas posibilidades potenciales de la ingeniería genktica se encuentra el reemplazo integral de plantas cultivadas por bacterias recombinantes capaces de producir la misma sustancia quimica. El cacao. el azúcar de caña, et tabaco, los principios activos de las plantas medicinal@:;... son algunas de las sustancias que podrian ser sintetizadas por bacterias programadas a tal fin,

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variabilidad para mejorar una especie particukw, p metodos de selección o por transferencia de genes.

s8a por nuevos

Desde et punto de vista del agricultor, todo 8i?o podrA permrtir un aumento de ta produccidn, una simptificaci6n de su tarea y una dis- minuci6n de costos y riesgos. Sin embargo, ta característi~ “transectwial de la investiga&n biológica básica y algunas de sus aplicaciones actuales en et Campo vegetat pueden hacer pensar en una evoluci6n que aumente fa dependencia de ta agricultura respecto d8 tos sectores relacionados con ella y que concentran en gran medida la capacidad de innovad& bÍOteCn0l6gica. Por ejemplo, tos eSfuerZOS de tas grandes 8fl7pr86ZlS qulmicas productoras da fitosanitarios por crear variedades resistentes a sus herbicidas y pestktdas se inscrikn en la tendencia de integracidn del agricuãor a un “paquete tkniw” global propuesto por las firmas.

En efecto, ta perspectiva de una ‘revolución gen&ica” provoc6 desde los años setenta en el sector semittas un proceso de concentraci6n 8 interntionatitaci6n caracterizado por la irrupci& de grandes grupos quimicos, patroquimicos y farmac&tticos {Shett, Ciba-Geigy, Pftter, Monsanto, etc.), que ocupan hoy un tugar dominante en et sector -Pioneer es una de tas pocas grandes firmas ‘Semitieras’ sobrevivientes. La diversificaci6n de estos grupos en la direcci6n mencionada puede verse, en parte, como una consecuencia de los avances en tos conocimientos referidos a los fen6menos biotbgicos, tos cuales hacen presumir mayores tasas de rentabitidad futura en et sector de producci6n vegetal; a su vez, dichas investigaciones estti recibiendo un fuerte imputso a partir del masivo interck demostrado por las grandes firmas. Dado que &tas provienen de sectores muy intensivos en IyD, implicados adem& en la investigacibn sobre microorganismos y vegetales, 8s natural que hayan pensado en ta posibilidad de 8xMnd8r con 6xito su horizonte de ac- tividades a partir de su dinamismõ tecnológico. TambiBn saben que, d8 manera cada v8z mí& prtisa, ias semillas pod& v8hiculizar informaciones que coneiwrwn tanto a ta industria proveedora de insumos para ta agricuttura (un caso muy elocuente 8s ta posibilidad d% intrtiucir gsnes que inducen resititencia a ciertos herbicidas), como a la que emplea materias primas agrkofas (m%s del 25% de tos principios activos contenidos en los medientos tiitixados actualmente provienen de ptantas superiores y ese porcentaje podría ahora ampliarse).

¿Cuáf 8s el papi que en todo este Vasto eSc8naiO de relaciones políticas y d8 mercado le cab a paises de menor desarroflo relativo, como ta Argentina? La respuesta dista da ser obvia. En principio, tratandose de una sociedad importadora de conocimientos tecnol6gicos, podría pensarse que su papel es ~610 secundario: debería resignarse a una estrategia meramente ‘adaptativa”, basada en la incorporaci6n tardia de desarrollos cientifi~tecnol~g2coscos “externos”. Sin embargo, 8t esfuerzo domhico 8Il IyD puade fructificar de manera promisoria en campos y temas particulares donde el país tiene la posibilidad de ubicarse nO especialmente lejos del ‘estado d8l arte’ internacional. A continuac& se examinar3 timo ello ha

23 Vbasa Sasson, Albert, tas biotecnohgías: desafms y prvmmas, Paris, UNESCO, 1984.

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sido y resulta factible en la actualidad en el caso específico de la produc- ción de Semiltas hibridas.

3. Argentina: estudio de una innòvación genktica m el INTA

En al escenario lOCal existen diversos d8SarrOllOS originales en la perspectiva innouativa a que hicimos referencia. Consideraremos uno de ellos: el descubrimiento y puesta a punto -en el Depaflamento de Genética del INTA- de una técnica que puede tener un impacto considerable sobre la actividad da seietión y producción de semilla híbrida de maíz. Aunque 81 d8wrrollo del metodo en cuesti6n debe atin hacer sus pruebas en escala industrial, partiremos de la suposición de que estamos en presencia de una verdadera innovación, asumiendo como definitivos los resu\tidos preiimi- nares. Pensamos que m&s allá de la incertidukbre que todavia pesa sobre el 4xito final de la innovación, el presente estudio Intenta comprender cu&& son las situaciones que propician la creatividad y el aprendizaje local, cuáles son los condicionantes históricos, tecnol6gícos y económicos de la innovación y el impacto que la misma puede tener sobre los merados correSpondi8nteS.

3.1, Breve reseña hist6rica de la investigacih en mejoramiento vegetal en Arg%ntina24

La enseñanza de las ciencias genéticas en Argentina comienza temprana- m8nt8,25 en 1915. Los primeros cursos fueron dictados por Miguel Fernández (quien se habia doctorado en su país de origen, Alemania), 8n la Universidad Nacional de La Plata. TámbiBn desde principios de siglo se venian estudiando problemas relacionados con la herencia en el Instituto Agron6mico Vet8rinario de Santa Catalina, en la provincia de Buenos Aires (A. Biraben, Angel Gatlardo). En dicho instituto se desarrollaron hacia 1930 los primeros estudios inmunolbgicos bajo la direcci6n del alemán Dr. Wilhem Rudorf.

D8Sd8 1929, el ingeniero s. Horovitz dirigió el primer instituto de Genética de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UBA, donde se formó buena parte de los mejores fitomejoradores argentinos.

En 1944 se crea lo que se denominar% luego 81 Instituto de Fitotecnia de Castelar, d8pWdi8nt8 del Ministerjo de Agricultura de la Nacibn. Alti

24 Aqui nos hemos basado en gran medida en la investigacibn de Marta Gutikrrer: EI otigen de Ias semillas mejoradas de trigo y maíz en la Argentina: la dinámica de la creacih y las modalidades de investígacih pública y prhada, Buenos Aires, CISEA, 1985.

z En el origen de la genhlca esth los trabajos det checo Gregor Mendel, quien demostr6 hacia 1860 la existencia de una contribucih? hereditaria que 10s padres aportan por igual ã sus dsscendientes, según estadísticas precisas. kfo SOhmente

a principios de! siglo XX los inV8StigadoreS comprendieron que las unidades hereditarias (genes) estaban situadas en los cromosomas, en el núcleo de ias chlas. Y recién en 1944 10s biblogos descubhron, en EE.UU., que los genes no eran m8s que secuencias de ADN.

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continuaran la escuela de Rudorf algunos de sus discípulos: Vallaga, Cenoz y Favret. Al crearse eI INTA (t957), ese Instituto pasa a funcionar como departamento de gen&ka del Centro de Investigaci6n en Ciencias Agronb micas. Este equipo, dirigido por Favret y donde se gesta la innovaci6n que es objeto de este estudio, ha llevado adelante investigaciones sobre resistencia genética a fitopa&tos y sobre acción mutag6nica de drogas y radiaciones.

Todo ese desarrollo de ta ciencia gen&tica b&ka a lo largo del siglo ha redundado en descubrimientos imporlantes en el país (fuentes de androesterilidad, resistencia al ataque de langostas, etc.) que, segrin Marta Gutikrez, pueden compararse por su näturaleza con IOS r8alizadOS en IOS países industrializados. Ademas, esos estudios b&sicos permitieron enarar tempranamente trabajos de genáticã aplicada al mejoramiento de variedades vegetales.

La actividad de mejoramiento y difusión de v’ariedades fue impulsada desde tos años veinte por el Estado, que contrat6 para ese fin ã fitomejora- dores extranjeros. Por entonces aparecen las primeras variedades de trigo mejoradaS localmente (Sobre la base de material gen&ico traido de Europa por los inmigrantes), y que tendran gran trascendencia. Aunque la preponderancia inicial de las variedades públicas de trigo fue cuestionada en periodos posteriores por la competencia de criaderos privados, es indudable el liderazgo que las instituciones públicas ejercieron en materia de mejoramiento.

El impuso inicial para la producci6n de híbridos de maíz se da en el marco de aquellas primeras iniciativas pGbl¡cas de los años veinte. Ya en 1903 se habia descubierto el vigor híbrido o heterosis en EE.UU., donde en 1931 se obtuvieron los primeros híbridos de maíz. En Argentina re&n se obtienen en 1945 -en el marco de instituciones públicas-; comienzan a difundirse lentamente a partir de f949 y en la decada de los setenta su adopcibn por los agricultores 8s casi total.

Los hibridos públicos predominan hasta la sancián en 1959 de una norma que protege a los criaderos privados: el “pedigrí oerrado”, que permite guardar en Secreto ei origen gen&ico de ios híbridos. A partir de ese momento las empresas privadas pasan a dominar el mercado y los híbridos prjblicos comienzan a ceder terreno progresivamente. Entre 1976 y 1986 no se registra ninguna inscripci6n de hibridos por parte del INTA,

De todos modos, parece indiscutible que hay un gran componente público en la base gen&a de los híbridos del sector privado. Este ha ido apropi&ndose de las lineas que el sector piiblico desarrdlaba (de libre disponibilidad) y sobre esa base ha pot8nciadO su dinamismo tecnol6gico, llegando, como dijimos, a marginar del merCadO,& hibridos a los cultivares d8 origen pcblico. Se ha estimado localmente que en el 80% de los cuttivares eSt& preSent8 germoplasma de dos líneas públicas. Esto coincide con observaciones hechas en EEUU., donde el 72% de las semillas de variedades hibridas re istradas en 1979 tenían por lo m8nos una línea pública en su f&mula. 8

El libre acceso a las k’neas obtenidas por 81 sector pljblico parece ser una de las condicionw de ta alta rentabilidad que tiene el sector productor de

26 Grall, Jacques y Levy, Bertrand, ~p.cit.

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semillas de maíz hibrido. Algunos criaderos se dedican a un trabajo original de creación de líneas, pero muchos buscan ~610 combinaciones a partir del material ya seleccionado por el INTA.

“La creación y difusión de semillas mejoradas dice Marra Guti&rer- comenzó hacia la decada del veinte, bajo el impulso de políticas implemen- tadas desde el Ministerio de Agricultura. Sin embargo, es recién a partir de los años sasenta cuando el impacto creciente de su utilización empieza a hacerse sentir sobre la producci6n agrÍcola.27 El fenómeno se manifiesta can mayor intensidad durante los ahos setenta y comienzos de los ochenta, caracterizando lo que hemos denominado la tercera etapa del cambio teCnOlbgiC0 8n 81 sector agrkota pampeano, El hallazgo de métodos de creación de nuevos cultivares -aut6gamas e híbridos- acurrM en medios científicos académicos extranjeros a lo largo de la historia de las ciencias genkticas. Rápidamente aprendidos por tknicos y científicos locales, comenzaron a aplicarse a las poblaciones de plantas cultivadas traídas por los inmigrantes. Se lograron de este modo los primeros cukivares mejorados con adaptabilidad a las condiciones pampeanas. Así, en tanto los mktodos pueden ser importados, la adaptabiiidad a las condiciones locales requiere etapas en la fase de crianza que se deSenvu8l- van en condiciones semejantes a aquéllas en que van a ser usadas. Esta es una característica relevante de este insumo, que implica una magnitud importante de investigación adaptativa a nivel nacional y que influye enormemente en la industria que Io origina”.

Pero si por un lado la geoespecificidad de la semilla pone el acento en la necesidad de una actividad de IyD local, al mismo tiempo el proceso de selección tradicional otorga una mayor ventaja a quien pueda acceder a una mayor diversidad de fuentes de abastecimiento y de ecosistemas de prueba. Segtin Gutikrrez, “... Bsta ha sido una de las causas que han hecho que el acceso a redes internacionales sea una premisa para un equipo de investigaci6n en semillas. Buena parte del Éxito en algunas empresas multinacionales se debe a su red privada internacional de prueba de los mismos; también lo son muchos programas de los Centros Internacionales de Investigación Agrícota como el CIMMYT. Obviamente,

I el acceso a la red es restringido en el primer caso y libre en el segundo”.

Todo este marco de referencia hist6rico es importante para situar el emprendimiento tecnol6gico llevado adelante en el Departamento de Genética del INTA desde hace un decenio y que podria llegar a modificar completamente el método de selecci6n de htiridos de maiz.

27 La tardia difusi6n de las variedades mejoradas -y en particular de los híbridos-ha sido interpretada por atgunos autores locales como una consecusncia del tipo de rbgimen de propiedad de la tierra, extremadamente monop6lico. En la dbcada del cincuentst, la perdida de mano de obra rural a favor de la expansibn industrial induce una Wenificación acelerada, lo que a su vez permite la masiva difusi6n de los híbridos en los años sesenta. Ello ocurre en el marco de una fuerte competencia internacíonal que obtiga a reducir los costos de produccibn. VBase SAbato, Jorge, op.&.

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Ya señalamos que uno de los principales factores que encarecen ta producci6n de semilla híbrida de maíz es la baja productividad de las líneas madre luego de sucesivas generaciones de autofecundación.% Entonces, dado que es importante que la iiflea que va a formar el híbrido sea de alto rendimiento, y como ello difMmente se consigue en líneas endocriadas, en Argentina se han impuesto los hibridos “dobles”, es decir, la cruza de dos hibridos ‘simpks* (que tienen mayor r8ndimi8ntO que las lineas 8ndOcria- das), y los “tres líneas’, es decir, uno simple cruzado por una sola línea.

Pero si bien esta alternativa permite abaratar la producci6n de semilla, se estima que el costo de producci6n de un htbrido simpie supera el 60% al de uno doble y que e! de un ‘tres lineas” es 30% mayor, en contrapartida hay pkdidas importantes en los rendimientos del htirido comercial. Los híbridos simples son m6s productivos, m& homog6neoS y más estables que los dobles, to que, por otro lado, explica su predominio en Estados Unidos.

La obtencián de un híbrido dobte supone, además, la necesidad d8 adicionar dos generaciones al proceso (ya que se de&n producir los híbridos simples parentales antes de la producciCln del híbrido comercial), con lo que se calcula que se preciSan en total no menos de 10 genera- ciones. Esto puede demorar unos ocho años, utilizando generaciones de invierno en otro hemisferio o en el norte dei psis.

Se estima que en Argentina el costo de obtencidn de un nuevo híbrido de maiz puede oscilar entrs 5oO~ooO y 1.ooO.ooO de d&ares, que es el costa anual estimado de un programa de mejoramiento que permite a una firma local obtener en promedio dos nuevos híbridos, de los cuales generalmente ~610 uno va a ser exitoso. El cultivar, en tanto, no dura m&s de cinco años en eI mercado.

En realidad, ias dificultades sefialadas se han ido traduciendo en un aumento progresivo de ~OS precios relativos de la semilla híbrida de maiz respecto del precio del grano para consumo. Entre 1978 y 1985 hay casi una duplicación de la brecha (favorable a la semilla): pasa del 11% al 19%. Modificaciones como la caida de los precios de los granos o el aumento en tos rendimientos de la semilla durante ese período no bastarían para explicar enteramente ese encarecimiento relativo. Hay un componente de costos de producción creantes que ejerce una presi6n alcista en los precios de la semilla híbrida de maíz. Según datos del INTA, mientras que en la campaña 1981.1982 la participacibn de este insumo sobre los gastos de producción era de 17,2%, en 1985-1986 su incidencia ascendia aI 32 por ciento.

Finalménte, un probkma no desdeñable del proceso tradicional 8s que su metodología de Selecci6n tiende a la homogeneidad def material

za Este problema, muy ptgudo ha6a los inicios de la prúduccibn de híbridos, se ha relativirado en la acttialidad debido a la actividad de mejoramiento de lineas que produce linajes de buen rendimiento. De todos mados, pafa la mayor parte de la industria, La produccM de híbridos simples (cosechando semilla comercial sobre una línea) todavla sigue siendo problem&íca.

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genético. Generalmente se parte de tíneas ya mejoradas, lo que conduce a trabajar sobre una base genética presuntamente bastante reducida.

3.3. NTA: abandono del paradigma clcisico. Itinerario de investigación

La tecnología que se ha desarrollado en el Departamento de Genética del INTA, permite obtener un nuevo tipo de híbrido por medio de un sistema denominado de ‘letales balanceados”. Este metodo cuestiona en buena medida las bases en que se sustenta el metodo tradicional.

Ei sistema de “letales balanceados” fue descubierto en los años treinta por Hans J. Muller (EE.UU.), quien 8studi6 la capacidad de mutaci6n de los genes por radiaciones y recibi6 el premio Nobel en 1946. En sus trabajos se refiri0 ai sistema de balanceados como uno de los sistemas inducidos, avanzando Ia posibilidad de utilizarlo para mantener un individuu heteroci- gota o híbrido. Es decir, Muller sugería que los genes letales -considera- dos normalmente como defectos pero que, sin embargo, aparecian frecuentemente en la naturaleza- podían tener un valor para fijar el vigor hibrido.

Con ese antecedente, en el INTA (y posteriormente en colaboración con ta Comisión Nacional de Energia Atbmica -CNEA-) se comienza a trabajar a partir de 1955 en inducción de mutaciones, particularmente en cebada. En el curso de estas investigaciones, los ingenieros favret y Ryan comprobaron la posibilidad de producir letales masivamente. Los letales son genes que determinan ci8rta anomalia y que provocan la muerte genética det individuo: las plantas portadoras en dosis doble mueren antes de lisgar a la madurez o, si llegan, no dejan descendencia. Sin embargo, utilizando radiaciones y sustancias químicas mutag6nicas se logrb producir “ietales balanceados’, es decir, letales con los cuales el híbrido sobrevive.28 En ese sistema ~610 se reproducían continuamente las plantas con una considerable proporci6n de heterocigosis; entonces, se pensó que fa eventual producción de un hit3rido permanente traeria ventajas para el m0joramiento.

En 19@ comienza la investigåci6n con un carkter más aplicado, a cargo de los ingenieros del INTA antes nombrados y con un subsidio de la Agencia Internacional de Energia Atimica (luego Ryan dejar& el proyecto, y entre 1973-1976 Favret trabajar4 en el exterior). El objetivo era la producci6n de distintos fetales y la evaluacibn de su utilidad para el mejoramiento de las plantas, particularmente en cebada.

La cebada es una planta autbgama, es decir que sus mecanismos de reproducci6n no favorecen la hibridactin natural. A pesar de eso, y gracias a casi veinte afios de kwestigaci6n, hoy se conocen acabadamente los

29 Esto se explica porque el hibrido lleva el recesivo de un gen letal en un cromosoma, compensado por el dominante [que permite la supervivencia) en el otro. Otro gen letal en el misma cromosoma tiene la posicibn dominantejrecesivo opuesta. Entre ambos genes se circunscribe una porcibn cromotimica hetsroci- gota. Cuando se produce intercambio gen&ico dentro de esa zona y, por consiguiente, la homocigosis, el individuo muere por el “desbalance” de los letales en estado recesivo.

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mecanismos para inducir sistemas Males en cebada y así obtener híbridos permanentes. Las pruebas de rendimkwu de 8sos híbridos Mïmentaron en 1988. El proyecto sobre cebada puede considerarse de gran relevancia, sobre todo teniendo en cuenta que hasta el momento -con excepción del trigo, pero con granges dificultades y costos no competitivos- no SB habia podido obtener híbridos comerciales de plantas auk6gamas.

En 1976, sobre b base de mocimisntos adquiridos en ia experiencia con cebada y de una hip4t~sis t&ka bbica explicativa del vigor híbrido, SB decide intentar la misma aplicaci6n en mak. Al s8r alMama, esta planta facilita la hibridación; ademhs, las poblaciones de maÍz tienen naturalmente muchos letales.

A poco de comenzar, se pudo comprotw la existencia en el maix del sistema de ‘letales balanceados*. Al estudiar una poblactin original muy estable (con varios años de cultivo), se encontr6 que un f5% de esas plantas tenian letales, por b que se supuso que no podia tratarse de simpfes mutaciones espontáneas que había que desechar (en realidad, aunque el metodo tradkcional siempre había intentado eliminar los letales, al cabo de afgunas generaciones &os volvian a manifestarse 8 incluso tom&an rzipidamente una frecuencia muy alta). Entonces, se come& a indagar sobra el sistema gen&ii aUuante que permitia ia no completa desaparici6n del letal y sobre su eventual utilidad para el mejoramiento gen&o.

Se empieza a trabajar “en paralelo” utilizando, por un lado, el m&odo tradicional -usado como *testigo’- y, por otro, el camino opuesto, consis- tent8 en conservar 81 matef¡Zd con ktal~ y estudiar su CUmpiMah8nto en los aspectos poblacional 8 individuat. Por entonces todavia se realizaba una investigacidn de fuerte orienta$ibn buka. Reci6n al tercer año se hace la primera prueba de rendimiento y se descubre que las lineas con letales rinden significativamente m& que las otras. Allí la investigaci6n adquiere una mayor orientaci6n hacia aplicaciones pkticas, aunque se sigue estudiando lo básico. Finalmente se lega a la conclusión de que esa alta frecuencia de letales -que se encuentra en todas las especies y que s8 denomina ‘carga gen&ca”- estaria expresando ‘el precio que cada pobfación debe pagar para poder mantenerse y multiplicarse a lo iargo del tiempo”, y se adviert8 que la nueva via podía signiliw un aporte decisivo para la producción de líneas así como la obtenckk de hbridos de alto rtndimiento.

Se obsesa que en el presente caso no 68 cumple una pfogres@n lineal, que iria supuestamente de la investigación Msica al desarrollo, pasando por la investigaci6n aplicada. Por lo tanto, puede resukar arbitrario distinguir esas etapas en el @ro de una innovaci6n, aunque esa diferen- ciación siwe para hacerse una idea dd tipo de esfuerzas realizados y de las distintas perspectivas que caracterizan una y otra etapa

Lo que distingue a la investigaci6n apltida de ta investigacion bkica no es la nãturalera de los wnocimientos científicos utilizados, sino el hecho de que la primera se acerca cada vez m& a la ssfera productiva, emergien- do asi la tecndogia como ‘saber de la producción”.

En este caso particular los protagonistas coinciden durante las tres momentos, circunstancia que pudo haber favorecido una reducci6n de1

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intervalo entre invencion 8 innovación (*eI inventor no s8 contenta con revelar el concepto generaP).

3.4. Breve descripcich del nuevo m&odo

En este novedoso m&odo de selección no se hace ningún tipo de discriminaci6n por caracteres, sino que se comienza por identificar la presencia de algún letal y se mantienen So!amente las líneas que lo poseen. El clorofiT¡co -8s decir, Ias plantas albinas- ha sido ef letal escogido porque su evidencia 8s inequivooa-

Dada la naturaleza del sistema de letales balanceados, del total de granos provenientes de esas plantas que se siembran un 50% 8s albino: no hacen fotosíntesis y mueren al cabo de 30 días, Sdlo el restante 50% SObr8viv8 y 8s el que se multiplica.

Una vez que -al cabo de dos generaciones- se confirma que la línea cunsewa el Sistema y se mantiene estable, en la tercera generati& se puede hacer el híbrido simple y en la cuarta probarlo. No se precisa llegar a la homogeneizacicn por endocria, ya que justamente la acci6n del sistema de letal balanceado (con un segmento fijo del genoma que da Ia hetera&) hace que la linea no llegue nunca a ser totalmente homocigota. Es esto lo que permite mantener la h8t8roSis y lo que hace que la linea no sea homogbnea: Se obtienen plantas de distinto tamaño, pero que conservan un alto rendimiento. Al llegar a la sdptima generación autofecun- dada, la línea mantiene (como minimo) el rendimiento inicial (que ya era alto). Esto las distingue claramente de tas lineas tradicionales que, como se ha dicho, van perdiendo vigor a medida que el material se va homo- geneizando, como consecuencia de ta endocria.

3.5. Ventajas de la nueva metodologia

Se han Ilegado a obtener asi lineas endocriadas cuyo rendimiento se aproxima al de los hbridos simples tradicionales. El rinde de las líneas no supera los 2.ooO kg/ha en el metodo tradicional, mientras que en el INTA la media est6 en 6.ooO kg/ha y se obtienen lineas que superan íos 9.ooO kgihectárea.

At contar con líneas endocriadas de ese vigor, cuando se hacen los cruzamientos ya se parte de un “piso” elevado de donde no se va a bajar; se obtienen, entonces, rendimientos espectaculares de híbridos simples. Se han hecho ensayos de rendimiento que incluso han duplicado a los de hibridos comerciales usados como Yestigos”. En experimenta&n, un hibrido tradicional rinde entre 8.000 y 10.000 kg/ha; a partir de la puesta a punto del nuevo m&odo, el tNTA dispone de hÍbridos simples cuyos rendimientos superan al de los tradicionales en aproximadamente un 25 por ciento.

Disponer de una linea madre de alto rendimiento permite a su vez producir en exclusividad híbridos simples y se plantea así la posibilidad de

3u Enos, John, opcit.

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abandonar la alternativa menos eficiente del doble. Se podría producir un hbida simple muy rendidor a un costo menor que Ios dobles actuales.

En el cuadro IV.1. se ha estimado eI costo de producción de semilla híbrida segUn los distintos rendimientos posibles de las lineas.

Vemos que, at pasar de un rendimiento de 2.ooO a uno de 6.000 kg/ha (gua son las medias que se observan en sendos m&odos -aunque la de 6.000 BS una media obtenida en experimentación-), el costo por kg se reduce casi a ta mitad. Es que, mientras que los costos variables aumentan proporcionalmente con el incremento del rendimiento, el gasto en costos fijos -que representan una gran parte de los costos totales- ~610 varía en relaci6n con la superficie utilizada. Tomemos por ejemplo el costo del despanojado, que es particularmente importante dentro de los costos fijos: como se paga por hectcirea trabajada, al requerir el nuevo método la mitad de la superficie que la exigida por el método tradicional, para un volumen dado de produccibn, et costo del despanojado se reduce a la mitad.

Cuadro IV.1. Argentina: costos estimados de produceián de semilla hibrida

(en dóIares, a precios de actubre de 1 WI)*

?.UOU 2. uuu 4.000 5.uuu

Cosecha ll Flete a planta 3 S0cadU 4 Acondiciona- miento 126

costus fijos por ha**

(alquiler campo, labOf8s, des- panojado, agre quimicos) 560

Costo tota! por ha 704

Costo por kg 0,704

22 44 66 7 15 22 8 16 24

252 504 756

560 560 560 1

849 313’3 1428 0,425 0,285 0,238

* Elaborado soh la base de datos sumintstradw por 61 INTA y que han sido corroborados en consuitrrs con aigjunas wfnpañi# phda8‘

l * En despiojado w comideran wlarnants los jornales 0 costo de este swvkio puedr wr sensibkmwtte mayor si SC inclup el hslado del wrsõnal “golondrina’, alojamiento, etc.. y depende de la variedad ¿eel hhido.

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En octubre de 19% et precio de venta de un híbrido doble de maíz era de II14 dólares y el de uno simple de 1,98. Esa diferencia de precios se 8Xpkaria entOnC8S por tOS ahOS COStOS que supon8 la prOduCCi6n de hibridos simples con lineas madre de bajo rendimiento; esto ha llevado a interrumpir prácticamente ta producci6n de hibridos simples en el psis.

AdemAs de los factores mencionados -que permitirian reducir significati- vamente el costo de producción de la semilIa híbrida, posibilitando un descenso en los precios-, el proceso de IyD destinado a obtener una nueva variedad híbrida se reduce en tiempo, material y superficie necesarios.

En efecto, SB trata en principio da una metodología bastante sencilla, donde no se hac ningún tipo de selección por Caracteres agron6micos o morfológicos, sino que simplemente se guardan las líneas que tienen letales (el albinismo, por ejemplo, es una tetalidad muy evidente) y se las autofecunda. Ai ser estas de alto rendimiento, no se precisa probar al azar miles de lineas en la prueba de aptitud combinatoria general -como en el mejoramiento tradicional-, sino que directamente se hace la prueba de aptitud combinatoria especifica; y al no tener que manejar una enorme cantidad de líneas tampoco se precisan grandes extensiones de tierra.

Por otro lado, como no se busca la homogeneización por endocria y no se requiere recurrir al híbrido doble, el número de generaciones necesarias en el m&odo de producción tradicional -diez- se reduciría ahora a la mitad.

Finalmente, otras posibtes ventajas se refieren a la gran fuente de variación que representarían las poblaciones constituidas exclusivamente con letales, La continua extracci6n de nuevos materiales verificada hasta el momento permite pensar que por esta vía se podrá ampliar la base genética sobre la cual se realiza el mejoramiento. Esto puede llevar a relativizar la importancia del acceso a múltiples fuentes de germoplasma y experimentaci6n que es -como ya dijimos- una ventaja considerable que tienen las firmas multinacionales del sector.

3.6. Personal, tiempos y costos involucrados en el desarrollo

Et Departamento de Genética Vegetal en el INTA se forma a mediadus de los setenta y se va nutriendo de becarios de distinto origen institucional (CUNtCET, INTA) y formaci6n (biólogos, agrónomos y bioquimicos).

Como se ha dicho, la investigación de nuevos m&odos de obtención de variedades por Males batanceados habia comenzado en 1966 en cebada, bajo la dirección de los ingenieros agr6nomos del INTA Favret y Ryan. Pero su apficacibñ al tema maíz 8s totalmente novedosa, por ta que se debió acumular conocimientos especificos que no existían hasta entonces para luego llevarlos al campo aplicado. Este desarrollo se Ilev a Cabo a lo largo de 10 años.La investigación en maiz se lanzó en 1977 con la incorporaci6n de un ingeniero agrónomo como becario, quien trabaj6 durante los 10 afios bajo la direcci6n del ingeniero Favret, y con la colaboracibn de un ayudante técnico.3’ Al comienzo no se dedicaron grandes recursos al proyecto; se 10 tomó como “labor complementaria”.

31 Dicho ingeniero estuvo becado durante tres años en Nebraska (EE.UU.); alli continuó con la investigacibn y pudo realizar pruebas satisfactorias del material trabajando con dos generaciones por afro.

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Según datos proporcionados por el INTA, se estima que los gastos anuales promedio fueron de 26.000 d&ares, de los cuales un 62% correspondi6 a satarios y el resto a insumos varios. Esto equivale a un gasto total de 260.OOO dólares en 10 años.

Esta estimación es indicativa, no rigurosa, por dos razones. En primer lugar, en refación cm los safarios, no se pueden discriminar en forma estricta tas personas involucradas en el proyecto; el trabajo se hizo en equipo y hay pafticipaciones ocasionales difíciles de contabilizar. Se consideran, entonces, los salarios adicionales de 10 años de un ingeniero y de un ayudante.

En segundo t&mino, no se toman en cuenta los gastos fijos generales que no beneficiaron exclusivamente al proyecto en estudio: maquinaria utilizada, viveros, laboratorio, campo, servicios, etc. Sólo se contemplan los gastos especificos del proyecto: vi&icos, combustible, herbicidas, insecticidas, materiales varios.

Los gastos de IyD previamente estimados pueden confrontarse ilustsativa- mente cw los ahorros potenciales en el costo de producci6n de semilia híbrida de maiz.

En 1982/1983, los criaderos locales produjeron 1.517,280 bolsas @AG). De acuerdo con los costos medíos por kg estimados en el cuadro 1V. 1. para líneas con rendimientos de 2.000 kg/ha, aquel volumen de pioducci6n supondrÍa un costo total de 25793,760 australes (setiembre de 19f36), o sea 20.390,324 d6lares. Con los rendimientos de 6.000 kg/ha que en principio permite ei nuevo método, el costo total seria de 14.444.506 australes, o sea 11.418.582 d6lares. Etlo equival8 a un ahorro hipotbtico de 8.971.742 d6lares anuales en el costo de produccibn total de semilla hibrida de mait en el país; esto es, un ahorro anual m6s de 30 veces superior a lo gastado por el equipo del INTA en estos i0 años de investigación y desarrollo.

Esta comparacidrn, efectuada tan ~610 a modo de ejemplo, no pretende esconder el hecho obvio de que hay serios obst6culos te&icos y pr&icos para cuantificar el producto de toda investigaci6n cientifica (como asimismo sus inputs), entre otras razones, por las externalidades presentes y futuras que escapan a toda posibilidad predictiva y que requerirían trabajar con modelos de decisión bajo incertidumbre aún pobremente d8sarrollados.32 Lo anterior apunta solamente a brindar una idea del mSto/b8n8fiCio implícito en un programa especifico -y presumiblemente exitoso- del INTA, lo gua, por supuesto, no autoriza a afirmar que esos niveles de produc- tividad de ty0 se den a nivel de la instituci6n tomada globalmente,

Cabe aclarar que los costos de desarrollo estimados estAn aqui necesariamente subvaluados por la no inclusión de los gastos que deberán aún afrontarse hasta el lanzamiento de los primeros nuevos hibridos al

32 Las incertidumbrei; respecto de qu6 es io que debe medirse y a partir de que indicadores han llevado a la formulaci6n de distintos modelos que no podemas discutir aqui. VBase Kurneu, Simbn, ‘Inventive activity: problems of definjtion and measorement”, en lhe rate and direcibn of inwntive activily; economic and sllcial fadom, Nueva York, NBER, 1962; Stiglitz, Joseph, “On oost ben&t analysis for Technology-Related projects”, BD, 1979, trabajo mimeografiado; Bal, H.K., Krlh!on, AS., “Returns from investment on agrieultur& research”, en Indian joumal of agricuifural ecunomrcs, sethmbre de 1977.

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mercado.93 Esto nos remite a una necesaria explicaci611 de la situaci6n actual y de las perspectivas del proceso innovativo bajo estudio.

3.7. Extensibn de los ensayos, prcduccíón en gran escala y explotación comercial del nuwo mbtodo

Aclualmente et INTA ya tiene líneas muy rendidoras obtenidas por el nuevo m6todo y conoce el rendimiento aproximado de los híbridos simptes que podrían producirse con aquellas líneas como madres. Es decir que, de alguna forma, se cuenta con la ‘materia prima” y el producto que está en experimentacibn.

El paso de esta fas8 experimental a la multiplicaci6n en gran escala y a la explotaci6n comercial exige transitar por una serie de etapas. Una primera prueba apunta a la adecuacibn del producto a las necesidades de los usuarios (agricuttores), a travhs de una etapa de ensayos extensivos del hlbrido, realizados en muchos lugares del psis y, normalmente, a lo largo de tres años. Una segunda prueba apunta a demostrar la posibilidad de producir semilla en gran escala sin riesgos tknicos (es decir, a verificar la eficiencia del proceso de producción de semilla); esto incluye el manejo de los campos de semilla fundadora, multiplicación de líneas, etc. ReciBn entonces se pueda abrir la fase de producción comercial.

La etapa de ensayos, difusión y producci6n en gran escala que debe ahora transitarse no está exenta de riesgos. Recordemos que una innovacibn puede abortar en cualquier momento del proceso y que, hasta llegar al mercado, puede enfrentarse con obstkulos tecnológicos o comerciales insalvables. En este caso, dada la diferente naturaleza de los ensayos a nivel experimental vis-d-vis los ensayos en gran escala, está claro que pueden todavía aparecer problemas tecnicos imprevisibles.

Llegado a este punto, el INTA tom6 dos decisiones referidas a la protección y a la expiotaci6n comercial de la innovación, que merecen un comentario.

En cuanto a la protección, se decidid evitar (al menos en el mediano plazo) la libre difusión de esta tecnología para asegurarse la captación de una cierta “renta innovativa’ que financie futuros esfuerzos de IyD relaciona- dos con la innovación en cuesti6n. Esto supone un cambio en la actitud histbrica de la inStituci6n, cuyos desarrottos tecnológicos gen8ralm8nte SB patentaban y pasaban a ser de uso público.

Con respecto a la forma de protección, en el INTA se suscitaron discusiones sobre la conveniencia o no del patentamiento, nacional 8

m Esto plantea de todas maneras un tema poI8mico: si es posible delimitar claramente una etapa de desarrollo. Desde el saber “puro” (ciencia) hasta la aplicacibn concreta (t4cnicas), tradiciondmente se define una secuencia que cubre la investigacibn fundamental, aplicada y desarrollo, y que termina en el momento de la producci6n comercial. Dijimos ya que tal sucesión de etapas puede resultar arbitraria, en la medida en que hay superposici6n de las distintas actividades a lo largo del proceso innovatívo. Adem&s, en una trayectoria innovativa, los desarrollos y mejoras no acaban en el momento en que la invenci6n se incorpora a la produc&n, sino que normalmente siguen y nutren a dicha trayectoria -y a veces de manera significativa- hasta que la misma se va agotando,

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internacional. Distintos argumentos han r&tivizada ta eficacia ds ia proteccibn vía patente frente a las compaSas y países competidores. Aunque se ha dewrollado especialmente una rutina para “descubrir” el eventual uso de letal86 balanceados en la producci&~ d8 un hîbrido, las dficuttades y los costos que supone lograr ta no violacibn de la patente a escala intemacknaf parecen inclinar la opini6n a favor del secreto como camino m&s idbneo -sì bien tambi6n imperfecto,

Se conocen ya las ideas que sustentaron el deswbtimiento; incluso algunos trabajos han sido pubticados; pero los detalles de la t6cGca no se han dado a conocer y se asegura que el know-how necesario (cornO, por ejemprO, la forma de mantenimi8nto) no puede surgir más que de la experimentacibn.

Esta ventaja frente a eventuales competidores puede verse como una economia resultante d8l eMo de aprendizaje. La descripci6n del nuevo m&odo no Jrwe de mucho si no se dispone de la capacidad teórica y p&tica para aplicarlo; y 8sa capacidad depende en buena medida de ia experiencia acumulada durante los largos años d8 investigación.

Paro la ventaja decisiva que pose8 hoy el INTA no radica solamente 8n el conoCimiento del metodo sino en la disponibilidad de las G-teas super vigorosas que aquel permiti6 obtener. Y aquí se plantea otro problema referido a la pfotemi6n de la innovaci6n. Es cierto que et eventual apropiador tendría enormes dificultades para mantenerlas, pero siempre esta presente el riesgo de “robo’ por terceros de algunos individuos d8 las Ifneas en cuestión. Este punto ilustra el hecho de que en el sector de la prodwcibn biológica m&s que en ningtin otro -por las particularidades ya señaladas en cuanto a inapropiabilidad de la informaci& la verdadera y eficaz protección frente a la competencia ~610 puede residir en el avanw que se logra con un esfuano propio de investigación.

En cuanto a la explotación COmerciaI, en febrero de 1988 s8 firmó un convenio ‘de vinculación tecnológica” con entidades cooperativas locaks (federa&n Agraria Argentina -FM-) que defin un proyecto conjunto por un lapso de 8 afios para ‘creación y difusi6n de híbridos simples de maíz a partir de la utilización de la metodología de letales balanc8adosm. En lo fundam8ntal, el acuerdo garantiza a FM la transferencia de la tecnologia, la muMpiicactin en gran escala de las líneas ya desarrolladas por el INTA y la kmúa exclusiva para producción y comercializaci6n de la semilla de los cultivares que habrãn de obtenerse. Por su parte, FAA se compromete a financiar todos Ios desarrollos emparentados con el nuevo m&odo (resewh~dóse 81 tNTA, como ya dijimos, la titulandad sobf8 los resultados de dichas abiuidades de IyD} y a pagar a ta institución pública cierra regalia sobre las futuras ventas de semilla hbrida

El acuerdo con FAA que implica una asociaci6n no scjlo para la futura explotacibn comerciat sino tambidn para transitar conjuntamente 81 período previo de ensayos y multiplicación en gran escala- puede verse como una decisi6n tendiente a compartir riesgos a la hora de encarar una etapa oostnsa 8 inciefta. La d8scUmposici6n del costo total de Ias innovaciones muestra que !as fases de lanzamiento industrial y comercial representan m&s de la mitad de es8 costo y que, por fo tanto, 8on m&s importantes que

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los gastos en los primeros tramos de la investigación y desarrolio.“4 Podemos suponer también que en dicha decisión no estuvo ausente la preocupación por la continuidad del proyecto, asegurando un flujo continuo de fondos que, de otra manera, podría quedar sujeto a cambios políticos en et seno de ta institución pública,

Se supone que las ventajas decisívas en precio y calidad de estos híbridos permitirÍan un importante desplazamiento de los existentes hasta el momento en el mercado. Sin embargo, todo indica que el INTA, más que propiciar un monopolio en la oferta de híbridos, busca favorecer la consolidaciún de un grupo local en cierta franja del mercado, a travbs de Ia transferencia de nueva tecnología desarrollada. Esto ha quedado plasmado en el mencionado convenio donde el INTA se reserva la facultad de objetar ta política de FA4 en cuanto a precios y ventas de híbridos. Se considera que la constitucion de un monopolio en ei sector favorecería un estrechamiento de la base genética de mejoramiento, agudizando aun más Ios riesgos de vulnerabilidad a plagas y enfermedades. Además, tas bruscas fluctuaciones anuales en la demanda de semilla (por los cambios en los precios relativos entre los cultivos) piantean una situaci6n particular- mente poco propicia para la operatividad de un monopolio, que deberia, en esas condiciones, constituir grandes stocks con riesgos de importantes perdidas.

Digamos, finalmente, que tambien se evalúa la posibitidad de utilizar esta tecnología para producir localmente tincas para otros paises, sin transferir el know-how,

3.8. Proyectos asociados y perspectivas

Ya se dijo que el INTA tiene el proyecto cebada, que es el antecedente d8 la inVeStigaci6n en mak. Es evident8 que la experiencia adquirida en al primero permitio avanzar r&pidamente en el segundo. Pero ademas, y como tambien se vio, en cebada ya se logr6 armar un sistema de letales y en 1988 el hibrido entr6 en ensayos de rendimiento. Se han previsto progresos en los rendimientos superiores al 20% respecto de la mejor variedad disponible en el mercado.

El TNTA ha venido trabajando sobre el tema en estrecha cooperaci6n con la estaci6n experimental de la malteria Quilmes. Se obtuvieron variedades de cebada muy rendidoras desde 1976; y ahora se plantea la posibilidad de pasar a producir híbridos con rendimientos superiores y persistentes: el grano podúa Cosecharse y usars como semilla (ya que la planta es autb- gama y se autofecunda naturalmente), Otro rasgo de interés del sistema de balanceados en cebada es que esta asociado a la resistencia a una en- fermedad. Hay que tener en cuenta que, si bien en Argentina et consumo de cebada 8s bajo, en Europa el mercado para este cultivo es muy importante.

En principio, el método es aplicabte a cualquier especie y ya existe in- terés en aplicar esta tecnología al girasol y al tomate. Pero en plantas

34 Mansiield, Edwir!, Research and tnnovation in the Modern Corporation, Filadelfia, Norton, 1971.

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autogamas resulta más simple, en la medida WI que su estructura repro- ductiva hace que 84 sistema se mantenga solo. Lamentablemente, parecería que en trigo es difícil aplicar eí nuevo m&odo: la produccidn de letales es aqui problemática por tratar= de una planta polipoide y no diploide.

Por otro lado, si bien se ha llegado a dominar este metodo de obtención de hibridos, a partir de la exper&ncia acumuiada se pueden desarrollar metodologias que 8xplOt8n aUn m& su pot8noialidad.

Un Objetivo ambicioso en esa direcci6n es lograr un sistema de variedades sint&ticas que eliminen Ia necesidad del despanojado en la pro&c&n de hÍbridos. Al dkponer de líneas de a!to rendimiento, Se abre la ptibikdad de armar un sistema de plantas que facilite el oruzamientu por Sobre Ia Wtd8CUndEiCidt7 y CjUe aS8gUr8 qU8 81 ?Q U m% de 8iiaS S8a producto d8 hlbridoS nakrrales. Se transformaría así a la hibridaci6n 8n un sistema de mejoramiento barato, semejante a la produc&n de vari8dades da trigo o cebadaS

3.9. Algunas feñexiotw finales

Et primer elemento que flama la atencM es la posibilidad de que se genere en 81 paiS una inMvaci6fl “de ruptura*, es dscir, capaz de modificar el estado de arte a escala internacional en ta materia.

En 8fWt0, COntrari~eti8 aI Sesgo dOmkWtem8nt0 adaptativo de la creatividad &cno@gica local, SB trata de una innovaci6n de prowso y producto (8StO Último para el CaSo de Ia cebada) g8nerada tOCalm8rlte, qU8 se apoya sobre un principio CompktameRte diferente at que animaba el proceso anterior, y cuyas ventajas, desde el punto de vista del costo y de la calidad (rendimiento), parecen incomparables.

Cuando hablamos de innovación de ruptura noe referimos a la posible difusion de un nuevo procedimiento da selecci6n da híbridos capaz de marcar eI inicio de una nueva trayectoria tecnol@ka, “cortando” de algún modo el camino del proceso tradicional al que aspira a sustituir. Esto autorizaría a hablar de un cambio de paradigma. Lo que interesa resaltar es la concepci6n radicalmente diferente que anima al prOcedímiento emergente, vis-à-vis el m&odo d8 hibridacÍ6n tradicional. Como ~8 ha 8xpkitadú, se Comienza a abandonar 81 principio de búsqueda aleatoria para encaminarse -a partir de un conocimiento mAs íntimo de ia estructura genética de las plantas- hacia un proceso de selección mucho mAs racional, predecible y barato. En esta perpectiva tecnol6gica, el sistsma de “l8tal8s balanceados* puede v8rse como una de laS innOWCion8S pOt8nCi& mente disponibles en selscci6n vegetal, Este enf0qu8 se soCia con I~s atiuates tendencias en investigaci6n farmacológica, donde el sc/eening de mi18S y miles de mol9culas tiende a Ser reemplazado por un “diseno

35 Otro objetivo que etit8 en desarrollo f)s la identiftcaci6n de los cromosomas que se mantienen hetwdgotw. El conocimiento prec.iso de los cromosomas que dan origen al vigor hibrido pu&e servir pwu predecir los híbridos. Esto permitirZa Irt redwci6n daI núgrwo de pruebas de aptitud nrscasarias paru determinar chis sun Ia6 líneae que wmbhw bkn, que eta la faw rnh costosa en la producción de híbridos (aproximadamente un 75% d%l costo total).

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racional de nuevas molkculas” útiles, a partir de las posibilidades que brinda ta informática y de la disponibilidad de nuevos conocimientos en biologia molecular y c81ular.3B

Diremos entonces que esta tknica vehiculiza un nuevo paradigma en lo que se refiere a Selecoi6n de hÍbridos y que su difusi6n depender& de su capacidad para aportar respuestas satisfactorias a las limitaciones ya identificadas del paradigma anterior y para %azaf otra trayectoria innOvatiVa. COmO se ViO, 8Sto ÚkÍmO parece tomar cuerpo en los nuevos proyectos de investigación que están planteados en el equipo del INTA.

Nos encontramos aquí ant8 una presunta sucesih de innovaciones 0, más bien, ante una gran innovación que amenaza trastocar completamente la forma de obtencibn y producción de variedades de numeroSas especies. La innovaci6n come& en Cebada y -cuando aun habla atli problemas irresueltos- se prolongó a maíz, y podría ‘tocar” ahora a otras especies como girasol, tomate, etc. Además, los nuevoS rumbos de inveStigaci6n en curso (variedades sint&icas, identificación de cromosomas que dan origen al híbrido) podrian reforzar la potencialidad tecnológica y desestruc- turante de la innovacihn. Esta fecundación cruzada de proyectos torna aleatoria una estimacion precisa del costo-beneficio, ya que, si bien pueden conocerse los costos directamente involucrados en el proyecto, no puede evatuarse la extemalidad que potencialmente produce.

Es cierto que el descubrimiento del sistema de letales balanceados se produjo fuera del país. Es probable ademAs que sobre esa base se hayan hecho distintos intentos (a nivel mundial) de aplicaci6n a híbridos, con anterioridad o paralelamente al proyecto que 8StUdiamOS. Pero esto no niega el valor del proceso innovativo toca!, que supo crear conocimientos bAsicos inexistentes y luego desarrollarlos en una técnica que -de confirmarse- seria completamente novedosa,

MAS allá de la simplicidad aparente del nuevo metodo, de la Wquiñuela genktica” que permite implementarto, se percibe claramente un marco hist6rico, económico 8 institucional que “respalda” Ia innovacion. Es decir, no Se trata de una mera “ocurrencias azarosa que pudiera surgir en cualquier momento y lugar.

Por un lado, vimos que este hitu tecnológico se suma a otros que han venido jalonando la historia de las ciencias geneticas en el psis y que, aun- que no estén directamente encadenados, suponen un terreno fertil para el desarrollo de la creatividad. Esta experiencia muestra, entonces, que las bases científicas son un factor esencial de los avances tecnol6gicos radicales. Ello, independientemente del tiempo que transcurri6 entre el descubrimiento cientko inicia! y la innovaci6n.

Por utro lado, se sugiere que esta innovación viene a responder a un problema económico muy preciso -como es el encarecimiento de los programas tradicionales de mejoramiento en maiz- y que se enmarca dentro del conjunto de innovaciones biotecnológicz que cobran fuerza en

36 Habria que agregar que la insatisfaccibn y la crisis del paradigma tradicional, así como la aparicibn de uno nueva, no pueden entenderse exclusivamente en el nmrco “interno” de la ciencia, sino que deben necesariamente comprenderse sn un marco m8s global (del que intentamos dar cuenta $ lo largo del capitulo), que incorpora lo econbmico como un factor determinante.

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ia actual crisis. La investigaci6n cientÍfica Msica e$ la condici6n sine qua non de progresos sustanciales en la ciencia y en la t&ha. Pero la selecci6n-incorpor~i6n de 850s nuevos conocimientoa al sistema productivo se da según los requerimie@os y la @ica de esta última esfera. En el caso de ta selecci6n de variedades vegetales, ei seleccionador debe tomar 8n cuenta no Sb10 el estado del conocimiento de las distintas disciplinas científicas (genetica, fisiulogia vegetal), sino que tambi6n debe contemplar las distintas informaciones provenientes de Ia esfera productiva -por las que, adem&s, está condicionado-: rentabilidad del nuevo proceso, caracteres ckrseados por 10s agricuttores, medios de producción dis- ponibles, politícas agrioolas, etcetera.

Coincidiendo con lo obS8wadO por M. Guti&r8z3’ sobre todas las innovaCbn8s en gen&& vegetai que han tenido lugar en 81 país, esta innovación se gesta an un instituto púbko de investigación como @minaci& de un proyecto de largo plazo con objetivos iniciales bastante inciertos, A partir d8 una acumulacibn t86rica adquirida a lo largo de años de indagaciones de carácter basíco, se vislumbra la posibilidad de apkaci6n y s8 adquiere la capacidad tecnol6gica para llevarla con 6x80 a la pr6ctka. Este tipo de proyectos con resultados ahtorios y de largo alcance caraffariza precisamente una función esencial que s610 81 sector público puede aSuf&, aMe SI fracaso d8 loa m8CanismoS d8 m8fadO para generar estimulos privados d8 esta env8rgadufa.

En sl caso estudiado, ta investigacih pública no fue ~610 importante; protagoniza la g8nesis y el desarrollo mismo de la innovti6n; aSume el riesgo inicial y permite un volumen de producción de conocknientus y de experimentací6n suficiente como para encarar la ultima etapa de la innovacibn: la extensión de Ios ensayos, la producción en gran escala y la explotací6n comercial.

37 GutiLrrex, Marta, %mitlar; mejoradas...“, 0@cít

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