introducción a la historia

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Hace mucho tiempo, en un lejano y amarillo país, llamado la cruel y traidora inhumanidad, existió un reinando conocido como el reinado del mal: La reina, una dama alta, de azules orbes y cabello de oro estaba casada con el rey, un hombre igual de alto que ella y con la misma cabellera aunque sus ojos esmeraldas lo hacían diferente de la monarca; ambos gobernaban sobre el reino con mano de hierro, siguiendo la única premisa de que el pueblo era siempre primero. Aun cuando los impuestos que estos pagaban eran sustanciales, todo se justificaba pues los ciudadanos contaban con varios servicios a costa de los reyes, tales como el alumbrado, policías, protección en el castillo y, lo más impresionante de todo, un ejército real altamente entrenado y dispuesto hasta a morir por la seguridad de sus compatriotas. Con todo esto de su lado, el reino amarillo era el más poderoso de todo su continente, superando en riquezas a su vecino del norte, el país blanco, que aunque tenía hermosas playas y gran historia detrás de sí, aún era un país pobre, a pesar del dinero que atraía por ser un destino turístico. También superaba en poderío militar a su otro vecino, el país verde, que estaba a este del país poderoso; claro que los reyes de ese país creían más en la paz y tranquilidad y no necesitaban a un ejército para gobernar sobre sus tierras, cosa que les costaría caro algunos años más tarde. Un día, el rey de amarillo le pidió al rey de verde que le cediera parte de su bosque; bosque que servía como división entre ambos países, y que tenía dentro de él muchas áreas viables para agricultura y aprovechables para ganadería. El trato fue rápidamente descartado, ya que el rey de verde no tenía intenciones, ni necesidad, de vender esa parte de su reino.

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una historia de mi autoría; adaptación de "evil story" de vocaloid

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Hace mucho tiempo, en un lejano y amarillo pas, llamado la cruel y traidora inhumanidad, existi un reinando conocido como el reinado del mal:

La reina, una dama alta, de azules orbes y cabello de oro estaba casada con el rey, un hombre igual de alto que ella y con la misma cabellera aunque sus ojos esmeraldas lo hacan diferente de la monarca; ambos gobernaban sobre el reino con mano de hierro, siguiendo la nica premisa de que el pueblo era siempre primero. Aun cuando los impuestos que estos pagaban eran sustanciales, todo se justificaba pues los ciudadanos contaban con varios servicios a costa de los reyes, tales como el alumbrado, policas, proteccin en el castillo y, lo ms impresionante de todo, un ejrcito real altamente entrenado y dispuesto hasta a morir por la seguridad de sus compatriotas.

Con todo esto de su lado, el reino amarillo era el ms poderoso de todo su continente, superando en riquezas a su vecino del norte, el pas blanco, que aunque tena hermosas playas y gran historia detrs de s, an era un pas pobre, a pesar del dinero que atraa por ser un destino turstico.

Tambin superaba en podero militar a su otro vecino, el pas verde, que estaba a este del pas poderoso; claro que los reyes de ese pas crean ms en la paz y tranquilidad y no necesitaban a un ejrcito para gobernar sobre sus tierras, cosa que les costara caro algunos aos ms tarde.

Un da, el rey de amarillo le pidi al rey de verde que le cediera parte de su bosque; bosque que serva como divisin entre ambos pases, y que tena dentro de l muchas reas viables para agricultura y aprovechables para ganadera. El trato fue rpidamente descartado, ya que el rey de verde no tena intenciones, ni necesidad, de vender esa parte de su reino.

Enfurecido por esta negociacin fallida, el rey de amarillo decidi que sera mejor emprender acciones militares, ya que ese pas no contaba con un ejrcito propio.

La reina de amarillo no estaba tan de acuerdo con el plan de su marido, pero no poda opinar nada y prefiri quedarse en su tierra, cuidando de sus dos hijos, ambos con 12 aos de edad. Pero el rey tena otros planes:

El da designado para la invasin, el rey irrumpi en los aposentos de ambos nios y tom al nio y se lo llev a la guerra consigo para que aprendiera algo de lo que su padre tena que ensearle, ya que en un futuro el comandara el ejrcito nacional.

La nia no quera dejar ir a su hermano, pero el pequeo acept gustoso acompaar a su padre con la ilusin de ver a su padre en accin en el campo de batalla.

-No te preocupes, volver apenas termine la guerra. Prometi el pequeo a su hermana, mientras consolaba a la chica, que no dejaba de llorar por que no quera despegarse de su querido ser. Al ver la sonrisa reconfortante de su hermano, la pequea dejo de llorar y lo abraz muy fuerte.

-Me lo prometes? Dijo la chiquilla. Porque si t te vas Quin me proteger de los monstruos de debajo de la cama o del armario? Inquiri con ingenuidad, haciendo que el nio se sintiera un poco mal de dejar a su hermana tan desprotegida.

-Aunque todo el mundo estuviera en tu contra, Rin, te prometo que yo siempre te proteger. Sonri el pequeo, dejando el lado de su hermana y yendo al encuentro con su padre.

El rey esperaba a su vstago en la entrada del castillo mientras hablaba con sus soldados, animndolos y alentndolos para la batalla que se avecinaba.

Desde la ventana principal del gran castillo, la reina y la princesa observaban irse una parte del ejrcito, a su amado esposo e hijo y hermano. Ambas estaban tristes por la partida del prncipe, pero la reina estaba segura de que nada malo poda suceder, as que llam a su hija hacia su direccin, y ambas bajaron al saln principal, pues eran las doce del da, hora de la merienda.

La marcha hacia el bosque fue tranquila y cuando cruzaron las fronteras del pas vecino no hubo mayor contratiempo. Cuando estaban a la mitad del bosque, unos ruidos empezaban a hacerse or y estaban empezando a calar los nervios del rey; de la nada, un puado de soldados vestidos de color verde y de color azul se acercaban corriendo entre los arboles con la intencin de proteger el pas de la paz y la tranquila humanidad.

-Soldados del pas azul.- Dijo el rey, reconociendo la armadura del nico pas con ms poder que el suyo; del otro lado del mar, en un continente aparte, exista el enorme pas de verde, con tanto dinero, poder y milicia que era dueo de todo el continente. Una tregua el rey de verde no tiene vergenza. Asegur el monarca y se baj de su caballo para combatir contra esta pequea amenaza.

Resultaba que el pas de azul tena alianza con el pas de verde y ahora que el pas de verde necesitaba ayuda militar, un par de buques repletos de soldados haban atracado en sus muelles, todos ellos estaban vestidos con la insignia de una rosa azul.

Tras unos das de presionar a sus enemigos, finalmente el rey de verde prefiri ceder, a la fuerza, el bosque, ya que la pequea avanzada que el rey de amarillo haba comandado haba aplastado por completo a todas sus defensas, e inclusive a los aliados, y todava tena la amenaza de que podan ocupar su reino con el ejrcito completo en cuestin de semanas, tiempo que no les sera suficiente a los del pas de azul para mandar ms apoyo.

Con la victoria en sus manos, el rey regres a su pas, contento de haber ganado unos lugares ms para su creciente poblacin y que estos pudieran, as, alimentarse. Pero en el mundo de la realeza todas las victorias importantes son las que se ganan bajo las sombras:

El pas de blanco tambin tena fama de entrenar a los mejores asesinos del continente; el rey de verde sabia de esta reputacin y lo anex a la ecuacin, donde l perdera, de buen grado, sus tierras, pero se las cobrara al pas de amarillo a un alto precio.

De entre las sombras, un par de ballesteros vestidos de blanco aparecieron y apuntaron sus armas hacia el preciado gobernante del pas; el primero dispar, pero su disparo no dio en el blanco porque un soldado vestido de rojo bloque el tiro con su cuerpo, siendo herido de gravedad, pero no de muerte. El segundo disparo fue hecho y este si atraves al monarca en el pecho, tirndolo del caballo.

Y eso no era todo lo que vendra; un par de segundos despus, antes de que los soldados se recuperaran del impacto de ver caer a su gobernante, una emboscada, no muy grande, atac a las tropas reales.

La campaa haba sido ganada, pero se convirti en tragedia al final: en medio de la conmocin el prncipe se haba perdido y el rey haba muerto.