interpretacion del paisaje
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Índice
6 Interpretando el paisaje
7 Un inciso
8 El clima
8 Los climas 11 Predicción del tiempo
12 Cambio climático
15 El agua
15 Fuentes
19 Lluvia
22 El color del agua 23 El hielo
26 La nieve
32 El granizo
33 La escarcha y el rocío
33 Carámbanos 35 La niebla
39 Cencellada y dorondón
41 La calima y la bruma 43 Las nubes
46 El viento
50 Erosión por el viento 50 Tornados en el mar
51 Tornados en tierra
53 El calor y la sequía
55 Luces en el cielo
57 Puestas de sol y amaneceres
58 El rayo 60 Estrellas errantes
62 El fuego de San Telmo
62 El fuego
64 Lluvias de primavera e incendios
forestales
64 Historia de los bosques españoles 65 Evolución histórica de los
incendios
66 Fenología
67 La geomorfología
67 El efecto Foehn
69 La orientación
70 La inversión térmica
71 La caliza
73 Travertinos, estalactitas y estalagmitas
75 El yeso
76 La sal 79 El Hierro
79 Dolinas y simas
81 Pliegues y estratos 82 Conos de deyección
84 Aludes de tierra y piedras
85 Formas en el suelo y las piedras 85 Valles en forma de U
86 Morrenas glaciares 87 Escorrentías en taludes
88 Chimeneas de brujas
89 Vulcanismo 91 Dinámica de un río
92 Motas
93 Cauces trenzados 93 Meandros
95 Ibones y turberas
95 Lagunas endorreicas 97 El sustrato de un río
98 Remolinos
99 El rastro de una avenida 101 Ríos de piedras
102 Dunas
103 El clima y la fauna
105 Capacidad de adaptación
110 La vegetación 110 La vegetación protege el suelo
112 Un árbol muerto
113 Plantas de secano 114 Plantas de humedad ambiental
115 Plantas de humedad freática
115 Las plantas y el suelo 115 Plantas del yeso
116 Plantas de suelos calizos
116 Plantas de suelos con sales 116 Plantas de suelos ácidos
116 Plantas aisladas
117 Plantas de orillas de carretera 118 Corros de brujas
118 El porte de una planta
119 Plagas
121 La historia
122 Chopos cabeceros
123 Pinos resineros 124 Árboles recortados
125 Bosques para leña
125 Plantaciones artificiales 127 Aterrazamientos
128 Muros de protección
129 Restos de cultivos
130 Pastoreo
132 De la pradera al bosque
133 La dehesa 136 Canales de drenaje
136 Minas
136 Marcas de rodadura 137 Infraestructuras abandonadas
138 Toponimia
139 Embalses
140 Disfrutar en la naturaleza
140 El agua y sus peligros
141 Balneario natural 143 Protegerse de la lluvia
143 Los canchales 144 Los últimos neveros
144 El viento en un portal
145 El hielo 145 Imágenes en la niebla
145 Los roquedos
147 Barranqueras 147 Montones de piedras
148 Animales peligrosos
148 Melón entomológico 149 Comederos para animales
151 Bibliografía
un rato por alguna de las laderas podemos ver un gran tramo de río
surcando la pradera, con su curvas, sus rectas, meandros más abiertos
o más cerrados y algunos ya separados del cauce en distintos grados
de colmatación, es una vista fabulosa y una clase práctica sobre la
dinámica de un río. En el Pirineo hay varios casos pero dos
especiales, su nombre, el mismo en los dos casos aunque uno en
castellano y otro en catalán, es más que significativo: Aguas tuertas
en Huesca y Aigüestortes en Lérida. Una vez colmatados es como
una laguna colmatada y el proceso es similar, en este caso al ser
montaña podemos encontrar una vegetación acuática o semi muy
peculiar.
Ibones y turberas
En montaña el agua que corre a veces lo hace libremente, pero en
ocasiones se estanca en cubetas horadadas por glaciares o se
encuentra con una cresta de roca o una antigua morrena glaciar
deteniéndose y convirtiéndose en un lago (Ibón en el pirineo
aragonés), al no correr el agua el lago se colmata poco a poco de la
misma forma que un meandro y produciéndose la misma evolución.
Como sigue habiendo mucha agua superficial acaba convirtiéndose
en una turbera, una pradera empapada de agua como una esponja. En
estas condiciones, exceso de agua y falta de oxígeno (al no moverse
el agua y al consumir el poco oxígeno la pudrición de las plantas)
pocas especies de plantas pueden medrar en este medio, la más
llamativa es la drosera, aunque no por su tamaño, ya que es
minúscula, la cañuela (eriophorum) es más llamativa.
Lagunas endorreicas
En la península ibérica no abundan las lagunas naturales debido a la
orografía, el sustrato y la escasez de lluvia. Se encuentran, por un
lado los lagos de montaña (ibones), las que se han formado en
dolinas o complejos karsticos (lagunas de Ruidera, las litorales
(Albufera de Valencia, por ejemplo) y las endorréicas.
Estas últimas no son muy abundantes pero sí espectaculares por
distintos motivos. Se trata de cubetas en el terrero que reciben agua
de lluvia pero no desaguan a ningún cauce, por lo que el agua se
queda retenida. Suelen ser pequeñas y en un clima tan seco suelen
quedarse secas en verano. La más conocida y grande es la de
Gallocanta.
A parte de lagunas aisladas está el complejo de Monegros, en el valle
del Ebro, es el más espectacular y está compuesto por numerosas
lagunas de diversos tamaños y que suelen estar secas en épocas de
poca lluvia. Al ser Monegros una zona con muchas sales las lagunas
Ibones de Coronas, Benasque
(Huesca)
Laguna endorreica, La laguna, Magallón (Zaragoza)
son saladas y históricamente se han explotado distintos tipos de sales.
Al secarse quedan cubiertas por una costra de sal que les hace
paisajisticamente muy espectaculares.
Son medios muy extremos para la vida, por lo que biológicamente
son un tesoro en Europa.
El sustrato de un río
El sustrato de un río es determinante para la fauna y la flora tanto del
cauce como de sus orillas. Si es un gran río tiene menos importancia
por que siempre corre agua, pero cuando se trata de pequeños ríos es
otra cosa. Si está ubicado en una zona de clima atlántico donde
siempre corre agua, incluso en verano, tampoco hay mucha
diferencia entre un sustrato u otro, pero cuando el río se encuentra en
una zona de clima mediterráneo con enormes variaciones de lluvia
entre una estación y otra entonces sí que el sustrato es importante.
En los ríos mediterráneos cuando el sustrato es de tierra esta es
constantemente erosionada y el río acaba encajonado, si es de grava
el cauce cambia profundamente con cada crecida y si es de roca la
erosión es mucho menor y el cauce cambia muy lentamente. Pero el
problema es cuando llega la época seca y deja de correr el agua, si el
Río Huecha seca,
seco la mayor
parte del tiempo,
Frescano
(Zaragoza)
lecho es de roca queda mucha agua retenida en las pozas donde la
fauna y la flora acuática sobreviven hasta que el agua vuelve a correr,
las nutrias, por ejemplo, siguen en el río sin ningún problema, pero
cuando el lecho es de grava el agua deja de correr enseguida, en
muchos casos solo corre tras una lluvia para dejar de hacerlo a los
pocos días, en este caso son ríos pero sin fauna ni flora acuática y el
agua va por el subsuelo.
En las zonas calizas ocurre algo similar, en Pirineos con más
1.000mms de lluvia anual en las zonas graníticas siempre corre agua
por seco que sea el tiempo y la fauna y flora acuática es espectacular,
pero en distintas zonas, las gargantas de Escuaín en Ordesa son un
buen ejemplo, en verano solo corre agua en el fondo del valle, el
resto se seca totalmente a excepción de contados puntos de agua.
Remolinos
Los remolinos en determinadas partes de un río son parte de la
mitología popular en muchas zonas. En Zaragoza uno de lo mitos
urbanos con más tradición es el pozo de San Lázaro, en la margen
izquierda aguas abajo del puente de Piedra. Se especuló mucho hasta
incluso que estaba unido por debajo tierra con el mar mediterráneo o
que si asomaba de nuevo al poco de entrar el Ebro a Cataluña. La
verdad es menos romántica, sencillamente el pozo de San Lázaro
tiene pocas decenas de metros y lo ha causado, a lo largo de los
siglos, las turbulencias generadas en el agua por la última zapata del
puente. Pero no es necesario bajar allí abajo para ver si puede o no
ser una cueva que lleve el agua vete tu a saber donde, el sustrato del
valle del Ebro es grava acumulada por el río durante millones de
años y su potencia (grosor) es lo suficientemente grande como para
que ahí no pueda haber cuevas, pues la grava se derrumba y no
genera cuevas.
Este remolino se forma porque el agua gira al encontrarse con la
zapata del puente y con el agujero ya existente, pero lo más normal
es que un remolino se forme cuando el agua corre hacia abajo, como
en un fregadero o el urinario, por cierto en el hemisferio norte gira en
el sentido de las agujas del reloj y en el sur al contrario. Pero a veces
en el cauce de un río, pero sobre todo en el de una acequia o en un
embalse hay un agujero en el suelo que comunica con una cavidad o
traspasa el muro de contención de la acequia o el embalse y entonces
se forman remolinos, si el agua es transparente resultan fascinantes.
El rastro de una avenida
Cuando el agua corre con fuerza arrastra todo lo que se encuentra a
su paso y se enturbia con la tierra, el nivel que ha alcanzado el agua
nos lo indican varios detalles. En primer lugar tener en cuenta que
pequeñas avenidas se producen todos los años y tan apenas arrastran
pequeñas ramas y sobre todo barro, estas ramas acaban “colgadas” en
la vegetación del soto marcando el nivel, el barro ensucia la
vegetación marcando nítidamente el nivel de la última crecida, una
vez que llueve desparece esta marca. Cada x años las crecidas son
más importantes y cada varias décadas espectaculares. Un pequeño
inciso especialmente dedicado a los que viven fuera de la costa
mediterránea, la gota fría: no es cualquier cosa. Es algo que hay que
verlo para creerlo, no sirve ver las noticias de la televisión, como
ejemplo comparativo el Ebro y el Matarranya, este afluente del
primero y con una fuerte influencia de la gota fría es un ejemplo
impactante, en verano puede quedarse con 2 o 3ms cúbicos por
segundo, pero en octubre del 2000 alcanzó los 1.500, el Ebro en
Zaragoza llega en veranos secos a quedarse con poco más de 20 y la
mayor crecida conocida es de 4.130, si tuviera la misma dinámica del
Matarranya hubiera alcanzado 15.000 y el Pilar estaría en Tortosa y
no en Zaragoza. Semejantes avenidas arrasan las orillas dando
grandes bocados en el terreno, cambiando cauces y arrastrando todo
lo que se encuentran a su paso, árboles e infraestructuras que acaban
empotradas entre los sotos aguas abajo, algunos de estos lugares
parecen haber sido arrasados y montañas de escombros y árboles
marcan el nivel de la crecida. Un acumulo de ramas y troncos cerca
del cauce pueden resultar impactantes, pero cuando se encuentran a
cientos de metros del cauce o a varios metros de altura resulta
increíble.
Pero si en la superficie los ríos generan grandes o pequeñas avenidas,
también en el interior de la roca pues muchas cuevas tienen ríos ya
Marca del nivel máximo del embalse de
Mezalocha (Zaragoza)
Ramas arrastradas en una crecida del
Ebro
Nivel alcanzado en una riera de la
costa catalana (J.C. de la (Fuente)
Basura marcando el nivel de crecida,
soto de Cantalobos (Zaragoza)
Desmoronamiento de las orillas del
río Jalón tras una riada
Cientos de alburnos que se quedaron
fuera del cauce al bajar el nivel de las
aguas, Ebro en Zaragoza capital
que el agua que se cuela de la superficie tiene que salir por algún
lado, a veces son pequeñas fuentes y otras verdaderos ríos. Su nivel
está directamente influenciado por la lluvia del exterior, así que si las
predicciones son de lluvia mejor no entrar en las cuevas.
De la misma forma que en la orilla de un río se ven las marcas de la
crecida, también en una cueva, en forma de barro, ramitas que han
venido del exterior, piedras,...
El nivel del agua en ríos, embalses o lagos varía constantemente,
especialmente en un clima donde hay claras estaciones secas y
húmedas. Hay señales que nos indican si el nivel sube o baja, barro
en las orillas significa que ha bajado, a partir de este momento el
barro comienza a resquebrajarse y muchas semillas a germinar, si cae
una tormenta y el nivel vuelve a subir, estos plantones o el barro
resquebrajado nos lo indican pues los vemos debajo del agua.
Ríos de piedras
No son habituales pero llaman la atención, los más extensos de
Europa se encuentran en Orihuela del Tremedal (Teruel), son ríos
entre el pinar, pero están formados de rocas y no se mueven,
aparentemente. Llaman la atención por que no crece la vegetación
Río de piedra en Teruel
sobre ellos y si no crece la vegetación es por que se mueve, aunque
sea lentamente. Un canchal o un montón de rocas que no se mueve
son cubiertos por la vegetación en poco tiempo. Es un resto de
épocas glaciares y al estar en zonas frías el hielo es el que mueve el
río de piedras.
Dunas
La península no es el mejor sitio para ver zonas dunares, pero aún así
tenemos pequeños ejemplos que son representativos de este peculiar
medio, Doñana, A Coruña, cabo de Gata o la costa atlántica
portuguesa. Tan pronto paseas por un pinar con árboles de 6-7
metros, como las copas de los árboles están a tu altura. Es un medio
muy dinámico pues todo cambia constantemente.
Copas de pinos emergiendo de las dunas, Aveiro (Portugal)
El clima y la fauna
En las zonas de montaña vive una hormiga que construye sus
hormigueros amontonando acículas de pino. Curiosamente unas
veces todos los nidos alcanzan un metro de altura y en otras apenas
alcanzan 20cms., ¿Por qué?, Cuando los nidos son altos los meses
siguientes serán húmedos, de lo contrario secos.
Se ha usado a la sanguijuela, las ranas o incluso algún pez para
interpretar el tiempo, a parte de nuestras articulaciones.
En lugares como el valle del Ebro la avefría no es un animal
abundante y cuando en invierno empiezan a aparecer el frío las sigue.
En el invierno de 1985 miles de avefrías ocuparon el valle, pero 10
años más tarde peores condiciones no trajeron más que unos bandos
de avefrías. La respuesta es que la ola de frío de 1985 heló Europa y
sus avefrías se vinieron aquí, incluso se vieron cisnes en Juslibol, en
la siguiente no se heló el continente y solo hubo movimientos
regionales.
Las tradiciones populares, con mayor acierto en unos casos que en
otros, recogen muchos eventos relacionados con el clima y los
animales.
Pero los animales nos cuentan muchas cosas más, especialmente los
insectos. No se puede entender un bosque o una pradera sin su
interrelación con la fauna, sean aves, mamíferos o insectos, fitófagos
o carnívoros. Si de repente se paralizara la polinización que realizan
los insectos sería un desastre sin precedentes, pues muchas especies
de plantas no producirían semillas.
Las plantas de pequeño porte responden al clima de tal forma que
como el clima (temperaturas, humedad, etc.) varía de año en año
también lo hacen las plantas pues al tener necesidades distintas cada
especie las comunidades van variando con los años. Con ellas varían
las especies de insectos asociadas.
Los insectos responden inmediatamente al clima de cada momento.
Hay determinadas especies que necesitan mucho calor y o no se las
ve o tan apenas hasta que las temperaturas no suben, los mosquitos
son un ejemplo claro y molesto. Las cigarras son auténticos
termómetros que cantan más cuanta más calor hace. Una bombilla
encendida por la noche también es un buen termómetro, esta es la
mejor manera de conocer la fauna entomológica nocturna. Al
principio cuando hace todavía poca calor se pueden ver unos pocos
insectos nocturnos, según sube la temperatura también la cantidad y
variedad de insectos. Los años de verdadero calor es impresionante la
fauna entomológica nocturna alrededor de una bombilla y con ella
llegan las salamanquesas y los murciélagos.
Es necesario reiterar que es un error pensar que el clima es algo
homogéneo en el tiempo, no hay un año igual a otro y las
características que se le atribuyen al clima de una zona son “medias
estadísticas”, los extremos pueden ser cualquiera. Las especies
animales cuentan con ello o mejor dicho lo sufren. Muchos sapos
ponen sus puestas en charcos o pequeñas lagunas, si todo va bien los
renacuajos se metamorfosearán y se irán a buscarse la vida, si no hay
tanta suerte una masa de renacuajos o incluso de puestas se secarán
en el barro.
Tras tormentas especialmente fuertes a final de primavera y
principios del verano se puede encontrar a muchas crías de aves por
el suelo que la tormenta ha echado del nido. Y en Pirineos ocurre
muchos años que las cimas aparecen nevadas en pleno verano.
Pero un periodo de mal tiempo no solo se puede producir durante el
periodo de cría, otra época crítica es la migración. En los pasos de las
grullas por el valle del Ebro se ve muy bien e imagino que en
Gibraltar mucho mejor. Las aves empiezan a llegar y se ven bandos
regularmente, de repente el tiempo empeora y se las deja de ver,
pocos días más tarde amanece, por fin, una mañana despejada y el
cielo parece una especie de decorado de las invasiones aéreas de la
segunda guerra mundial, bando tras bando de grullas traspasan el
valle. Pero hace unas décadas un brusco empeoramiento del tiempo
pillo a millones de aves sobre los Alpes y la mortalidad fue
extraordinaria. Más recientemente, a finales de la 1ª década del siglo
XXI en los alféizares del centro biológico de Doñana se refugiaban
los aviones zapadores que tras cruzar Gibraltar se habían encontrado
con un clima muy malo que les impedía alimentarse. Ese año en el
valle del Ebro se vieron muchos menos aviones comunes.
En los 80 Europa sufrió un invierno especialmente cruel y todo se
heló, miles de aves europeas buscaron refugio más al sur, pero
cuando empezaron el viaje ya estaban debilitadas, más cuando lo
acabaron. Murieron muchas en el viaje o nada más llegar. Este año se
vieron cisnes en el valle del Ebro y miles de avefrías en cualquier
lugar.
En 2009 tras dos años de fuerte sequía en el valle del Ebro algunas
colonias de avión común no criaron y en general ese año pocas crías,
tanto de aves como de mamíferos, salieron adelante a tenor del
deplorable estado de la naturaleza.
Capacidad de adaptación
La naturaleza es cualquier cosa menos un ente estable. Cuando una
especie ocupa una extensa área, como un gran continente, con
distintos climas, los individuos de los extremos llegan a ser muy
distintos en peso, color, alimentación, etc. Son pequeñas
adaptaciones a situaciones distintas y los que resultan más aptos en
las zonas áridas no lo son en las frías. Durante unos años l os topillos
tan apenas se verán en el campo y de repente aparecen millones...
Todo ser vivo tiene unos límites biológicos en los que puede vivir,
fuera de ellos la vida es excesivamente dura o imposible. Existen
unos animales en el que ese margen es muy pequeño, son los muy
especializados como el lince, en otros es muy grande como en el
gorrión, el zorro o el ser humano, son los generalistas.
Entre todos los individuos de una especie tienen un conjunto de
genes, de capacidades, que les permite vivir en el 100% de los
posibles nichos ecológicos aptos para su especie. En cada individuo
solo hay una parte, más grande o más pequeña. Existiendo variedad
la especie, por encima del individuo, estará en condiciones de
aprovechar cualquier nicho ecológico y de responder ante eventuales
cambios en el medio.
Por lo tanto dejar claro que los animales o mejor dicho las especies
tienen mucha más capacidad de adaptarse de lo que machaconamente
se dice. No existen tan apenas especies muy especializadas y menos
en la Europa rica, estas ya desaparecieron hace siglos.
Si estamos a la orilla de un río de montaña de aguas trasparentes
cualquiera vería el biotopo ideal para la nutria, dentro de una gran
ciudad nadie imaginaría a un zorro correteando por la ribera del río
que la cruza, un espeso bosque es el paraíso para el oso o el corzo y
el lobo es una especie cuasi mitológica.
Nada de esto es ahora cierto, a la nutria no se la busca en ríos de
montaña, si no en ríos de aguas cálidas que es donde hay mucho más
alimento, o sea, en las partes medias y bajas, Y no solo esto, los
sondeos realizados a nivel nacional, especialmente el de 2006 lo deja
muy claro, las nutrias se encuentran en cualquier masa de agua
incluidas acequias de riego sin vegetación riparia, balsas de riego e
incluso ríos que se secan en verano. Respecto a la contaminación no
resulta muy conveniente beber el agua de muchos ríos donde hay
excelentes poblaciones de nutria.
Con el oso ocurre que no es un animal de bosque, si no que el bosque
de montaña fue su último refugio, el oso encuentra la mayor parte de
su comida en praderas y claros de bosque. Y el corzo nos ha dado
una buena sorpresa en la primera década del siglo XXI plantándose
en las estepas semidesérticas del valle del Ebro, por lo que el apodo
de “duende del bosque” ha perdido su sentido. El lobo no tiene nada
de mitológico, más bien de rata de alcantarilla y las poblaciones de
lobos de la meseta castellana alimentándose de carroña, vertederos o
alguna rata no dejan lugar a la duda. Y por último la ciudad, nuestros
animales no son distintos de los británicos, daneses o suizos, por lo
tanto si allí viven dentro de las ciudades ¿porque no lo iban a hacer
aquí?. Por supuesto que también lo hacen y no poco.
En estos países europeos llevan mucho más tiempo dentro de las
ciudades, en el periodo de entreguerras en la Gran Bretaña y a partir
de los años 80 en muchos en las ciudades del continente. Como
generaciones de zorros o garduñas ya han nacido dentro del casco
urbano no le tienen miedo a la gente y se dejan ver, en España
comenzaron más tarde a entrar y no tardarán en dejarse ver.
Otro tanto se puede decir de otros grupos animales. Los mirlos
comunes son muy desconfiados en zonas naturales, pero se muestran
muy confiados en algunas zonas urbanas, en cambio en otras no. Las
cigüeñas han dejado de emigrar en muchas zonas y ante el
incremento de sus poblaciones no dudan en utilizar las grúas de
construcción para hacer sus nidos y cualquier poste eléctrico o
similares estructuras. Las torcaces han salido de la nada en los
últimos años y se han hecho urbanas. Algo similar ha ocurrido con
las pollas de agua que nunca se adentraron en la zona urbana de
Zaragoza, hasta que alguien liberó un pato casero en el canal
Imperial de Aragón, animando a otros ciudadanos a hacer lo mismo.
Esto debió dar confianza a la polla que no tardó en ocupar la zona.
Mamíferos en la ciudad de Zaragoza, datos de 1997 a 2009
Huella de Garduña en Pamplona
Cigüeñas anidando en una grúa
Nido de mirlo en un restaurante de
Cambrils
Huellas de nutria a la derecha, canal
de Tauste (Zaragoza)
Jabalíes urbanos
Excremento de zorro al pie de la
mata, Cubelles (Barcelona)
Excremento de nutria, enfrente el
Pilar de Zaragoza Corzos pastando cerca de Fazouro
(Lugo)(J.C. de la Fuente)
Garduña, Codos (Zaragoza) Tejonera, al fondo el barrio de la
Alamozara (Zaragoza)
Zorro, Mas Alba, Sitges (Barcelona)
Letrina de jineta, puente del AVE,
barrio de las Fuentes (Zaragoza)
La vegetación
Las planta, como todo ser vivo, tiene unas necesidades vitales:
determinada cantidad de agua, sol y alimento. Y como todos los seres
vivos medran en un determinado biotopo donde, a parte del agua, sol
y alimento, el exceso de frío o calor son limitantes y en el caso de las
plantas el sustrato es importante. Hay plantas que medran en muchos
biotopos y sustratos distintos, otras están mucho más especializadas
en un sustrato sea la caliza, el yeso o en suelos ácidos. Esto se
aprecia muy bien en pequeños biotopos como los grandes taludes de
las carreteras donde se pueden apreciar franjas de distintos materiales
y como las plantas en muchas ocasiones solo crecen en una
determinada franja, apareciendo el resto de las franjas vacías de
vegetación o con una vegetación distinta.
Las plantas necesitan unas determinadas condiciones de agua, suelo
y luz para vivir, unas están muy especializadas y otras tienen un
espectro mucho mayor de condiciones en las que vivir. Su porte varía
mucho de un lugar óptimo a otro subóptimo o al borde su capacidad.
Los tres factores, agua, suelo y luz, suman unas condiciones óptimas,
pero si una de las tres falla puede ser en parte sustituida por las otras,
o sea, una planta con menos agua de la que es óptima puede tener un
buen porte gracias a que el suelo es mucho mejor del óptimo.
La vegetación protege el suelo
Si algo tiene la geología es su dinamismo, en el caso de rocas duras,
como el granito, no lo percibiremos a simple vista, veremos su rastro
en el paisaje, cuando nos acercamos a la caliza ya podemos ver algún
cambio a lo largo de una vida, si es yeso veremos cambios llamativos
y si el sustrato es tierra desnuda lo veremos evolucionar delante de
nuestros ojos. Un incendio es un buen ejemplo, si le siguen lluvias
importantes es suelo desparece bajo nuestros pies, se forman
escorrentías que en poco tiempo parecen barranqueras. La orilla de
un río es importante por el fuerte impacto del agua corriente en
momentos determinados.
La lluvia o el agua corriendo es un factor de erosión de primer orden,
si este agua se topa con un suelo desnudo lo deshace, si es un talud lo
desmorona, esto en el caso de que el suelo esté desprotegido. Si la
lluvia cae sobre las hojas de un árbol no caen directamente sobre el
suelo con toda su fuerza, las hojas la detienen y la hacen caer al suelo
pausadamente, es lo mismo que si caen sobre cualquier tipo de
vegetación. Además al pie de esta vegetación siempre hay algo de
hojarasca seca que recibe el impacto de las gotas de agua, en vez de
recibirlo el suelo desnudo. Al final, si se trata de un talud, el agua no
puede correr y erosionar el suelo por que constantemente se
encuentra con plantas y hojarasca que detienen su velocidad.
Talud desmoronándose y sujetado por la raíces del roble
Maraña de raíces de carrizo
sujetando la orilla
En la orilla de los ríos una avenida que se encuentra sin vegetación
ribereña puede causar importantes cambios morfológicos, si se
encuentra con una vegetación espesa puede causar algún daño, pero
mucho menos, la maraña de raíces son una protección básica.
Otra función de la vegetación la realiza cuando muere devolviendo al
suelo sus nutrientes. Esta capa, además de aportar nutrientes, es
como una esponja que retiene humedad, una buena capa de humus es
un buen síntoma. Frente a lo que mucha cree el suelo de la selva
tropical es muy pobre pues el exceso de lluvia lava y arrastra los
nutrientes, la selva se mantiene gracias a la capa de humus que
genera la vegetación muerta.
Un árbol muerto
Un árbol muerto para la inmensa mayoría de la gente es eso, algo
muerto. La realidad es rotundamente distinta pues sigue tan vivo, de
otra forma, como antes, tan solo bastaría hacerle una radiografía para
descubrirlo. Es fuente de alimentación para hongos, líquenes y una
importante cantidad de insectos que son la base pirámide ecológica y
es un restaurante para pájaros carpinteros, zorro, jabalí, tejón, oso,...
Además también es el refugio de muchas especies de animales de
todas las categorías.
En definitiva un bosque sin árboles muertos es más pobre.
Hasta no hace mucho había una creencia extendida entre los gestores
de las masas boscosas según la cual un árbol muerto había que
retirarlo lo antes posible para evitar que se convirtiera en una fuente
de plagas para el resto de los árboles. Muchos guardabosques se
jactaban de que en su término no había un árbol muerto. Aún queda
gente con esta forma de ver el bosque, para quienes en realidad lo
que miran no es un bosque, si no un cultivo. Esta afirmación es muy
fácil de desmentir: ¿Qué pasaba antes de que el ser humano cuidara
las masas boscosas? ¿Se morían por las enfermedades que se
contagiaban de unos a otros?
Plantas de secano
El agua es básica para la vegetación y lugares tan secos y calurosos
como el valle del Ebro o Tabernas marcan unas condiciones muy
extremas por lo que la vegetación está muy especializada. No en toda
la zona, pues no es lo mismo una ladera orientada al sur, que al norte
o una cresta que el fondo de un barranco. Las laderas más expuestas
al sol son más pobres que las orientadas al sur y que el fondo de las
vales. Los barrancos mantienen una vegetación más exuberante que
el resto, incluso manteniendo pasto verde incluso en lo peor del estío.
Pino trabajado por
el pito real. Se ven
las marcas dejadas
por las larvas de
los escolítios
Por lo tanto en mitad de una zona semidesértica puede aparecer un
rodal de vegetación de zonas más húmedas en lugares muy
concretos. De la misma forma que cerca de algunos hayedos hay
rodales de encinar con su sotobosque de romero, tomillo,... En
Escuaín, zona de influencia del parque nacional de Ordesa, la cara
norte está formado por un mosaico de arbolado de clima atlántico
(hayas, fresnos de montaña, serbales, mostajos o arces), pero en la
cara sur crece un encinar. Lo mismo ocurre en las gargantas del
infierno (Echo) o Villanúa.
Plantas de humedad ambiental
Unas plantas prefieren la humedad en sus pies, otras la prefieren en
el aire. El haya es un indicativo de zonas de niebla, pero los musgos
y líquenes son los que mejor marcan la cantidad de humedad
ambiental llegando a cubrir completamente troncos y ramas e incluso
suelo y rocas.
Rama de roble cubierta de líquenes y musgos