informe de invierno de 2012 del observatorio social del proceso de paz

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    Informe Invierno 2012

    Presentacin

    La situacin del proceso de paz

    Conclusiones de los Observatorios Locales

    El anlisis de situacin del proceso de paz

    Reflexiones con nombre propioColombianas y colombianos por la paz (Piedad Crdoba)Reconstruccin de la convivecnia y deconstruccin de la violencia (Gesto por la paz)La participacin ciudadana en el proceso de paz (Paul Ros)Cada cosa a su tiempo (Gorka Ruiz)

    Recomendaciones de Lokarri para consolidar el proceso de paz

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    Tras casi tres aos de andadura, ya son trece los Informes del Observatorio Social del proceso de paz elaborados conel objetivo de realizar una aportacin constructiva a la paz y la convivencia de nuestra sociedad. Este Informe,correspondiente a Invierno de 2012, recoge las opiniones y aportaciones de las 1042 personas que han respondidoal cuestionario difundido por Lokarri durante el mes de febrero.

    Estos tres ltimos meses han estado marcados de forma significativa por el cese de la accin armada de ETA delpasado 20 de octubre y la constitucin del nuevo ejecutivo y parlamento en Madrid el pasado mes de diciembre.A travs de las respuestas recibidas al cuestionario del Observatorio Social, las personas que han respondido almismo han aportado sus opiniones y propuestas en torno a la actual poltica penitenciaria, la certificacin overificacin del cese definitivo de la actividad armada de ETA o la actuacin en relacin al proceso de paz delrecientemente constituido Gobierno de Mariano Rajoy.

    Adems de estos temas y al igual que en el Informe de Primavera del ao anterior, Lokarri ha preguntado sobre lavaloracin que las personas participantes en el Observatorio Social tienen en relacin al trabajo que los diferentesgobiernos (Gobierno Central, Gobierno de Navarra y Gobierno Vasco) y partidos polticos estn desempeando

    en orden a contribuir en la consecucin de la paz y la convivencia en nuestra sociedad. Esta pregunta se incluyeen el cuestionario cada seis meses para poder analizar con perspectiva la progresin de las valoraciones. Estacuestin, por tanto, debera haberse contemplado en el anterior informe, estando su aplazamiento motivado porla proximidad de las Elecciones Generales del 22 de noviembre y para evitar confusiones sobre su finalidad.

    Una vez ms, este informe tambin ha querido recoger la percepcin sobre la labor que Lokarri viene desarrollandopara contribuir en la creacin de las condiciones para la paz y la convivencia. Las opiniones recibidas son muyvaliosas para un movimiento social, que pretende acompasar sus pasos a las demandas sociales.

    Presentacin

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    Es un momento importante para consensuar y acordar las bases firmes en las que asentar un proceso de pazirreversible y una convivencia pacfica. Por este motivo y sin perder de vista las lecciones aprendidas del pasado,este Informe del Observatorio Social de Invierno de 2012 ha pretendido ser tambin un cauce de reflexin entorno al papel que la sociedad civil debe desempear en el actual proceso de paz.

    Las aportaciones recibidas han quedado reflejadas en tres apartados de este Informe. Por una parte, en el anlisisde la situacin del proceso de paz, gracias a las respuestas recibidas a la ltima pregunta recogida en elcuestionario del Observatorio Social. Por otra parte, en las Conclusiones de los once Observatorios Localesorganizados en otras tantas localidades y que han contado con una participacin aproximada de unas 90 personasde diferentes mbitos, edades y sexos. A travs de dos horas y con el apoyo de una metodologa adecuada, laspersonas participantes en cada uno de estos foros de dilogo han analizado las fortalezas y debilidades de nuestrasociedad, para desde ese punto de partida poder reflexionar sobre las maneras en las que la sociedad puede aportaren el proceso de paz y terminar concretando la aportacin que cada Observatorio Local puede realizar en sumbito ms cercano.

    Por ltimo, este Informe cuenta tambin con la contribucin de personas de reconocida experiencia en el mbitode los movimientos sociales y la movilizacin ciudadana en la consecucin de la paz dentro y fuera de nuestrasfronteras. Las reflexiones y propuestas en torno al papel de la sociedad civil en el impulso del proceso de paz hanquedado plasmadas en la seccin Reflexiones con nombre propio. Y en nombre propio han firmado cada una desus aportaciones Piedad Crdoba, Fabin Laespada y Edorta Martnez, Paul Ros y Gorka Ruiz.

    Para concluir, Lokarri quiere aportar una serie de recomendaciones para contribuir de forma positiva en el actualmomento y seguir reivindicando el papel activo y protagonista de la sociedad en este viaje hacia la paz.

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    La situacin del proceso de paz.

    Anlisis de los resultados ofrecidos por el cuestionario.

    1. Cul es tu opinin sobre la situacin del proceso de paz?

    La nota media de la situacin del proceso de paz es de 6,41. Esta valoracin se aleja bastante del 7,76 obtenido enel Informe de Otoo de 2011, elaborado tras la Conferencia Internacional de Aiete y el cese definitivo de laactividad armada de ETA.

    Las valoraciones ms positivas (nota de 7 a 10) suponen un 51% del total y transmiten la confianza y la conviccinde que el proceso hacia la paz es imparable y se encuentra encarrilado, aunque queden muchos pasos que dar.Consideran que tras el cese definitivo de la violencia de ETA los agentes involucrados estn convencidos de llevara buen trmino el proceso y expresan su esperanza en que se vayan produciendo ms avances.

    Las notas intermedias, de 5 y 6, comienzan a explicitar riesgos de bloqueo del proceso: la falta de implicacin delos Gobiernos vasco, espaol y francs, la sensacin de lentitud en los avances y estancamiento por la inexistenciade gestos de distensin y humanizacin o la necesidad de la desaparicin definitiva de ETA para garantizar laausencia de violencia. Esta percepcin suma un 38% de las respuestas.

    Quienes han valorado con menos de 5 la situacin del proceso hacia la paz, un 11%, remarcan la falta de pasospor parte de los Gobiernos, su poca valenta para afrontar los temas pendientes, la existencia de intereses partidistasy la negativa actitud de querer resolver la situacin con vencedores y vencidos. Otras personas consideran que trasel cese definitivo de la actividad armada de ETA se ha instalado la sensacin de que el problema ha terminado yse est negando la existencia de un problema poltico de fondo.

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    1: Primavera 2009

    2: Verano 20093: Otoo 2009

    4: Invierno 2010

    5: Primavera 2010

    6: Verano 2010

    7: Otoo 2010

    8: Invierno 2011

    9: Primavera 2011

    10: Verano 2011

    11: Otoo 2011

    12: Invierno 2012

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    2. Hay ms posibilidades ahora que hace un ao para conseguir la paz?

    El 81% de las respuestas considera que s hay ms posibilidades que hace un ao para conseguir la paz. Sin embargo,cabe destacar que esta opinin ascenda al 95% en el ltimo Informe, de otoo de 2011, por lo que el actualporcentaje se acerca ms a los obtenidos en verano de 2011 (80%) o en otoo de 2010 (85%). El resto de respuestaspor tanto, se ven incrementadas respecto a otros informes: un 6% cree que no hay ms posibilidades que hace unao, un 12% considera que hay las mismas, mientras que un 1% elige la opcin no sabe/no contesta.

    Varios son los argumentos que avalan las respuestas positivas: el cese definitivo de la actividad armada de ETA,considerado como irreversible y catalizador de nuevos pasos; el compromiso unilateral de la izquierda aberzaleilegalizada con el proceso de paz; la legitimidad otorgada al proceso por el apoyo internacional y la atenta miradade la sociedad vasca que ha interiorizado el fin de la violencia y respira un clima de esperanza. Algunas respuestastambin destacan los recientes encuentros polticos entre diferentes, impensables hace unos meses.

    Por contra, quienes consideran que existen las mismas posibilidades que hace un ao aducen que el proceso estestancado y en punto muerto por el inmovilismo y la escalada de exigencias impuesta por el Gobierno espaol yla falta de inters y voluntad en general para avanzar.

    Por ltimo, quienes han contestado de forma negativa plantean como fundamento de sus respuestas el ascenso delPP al gobierno espaol, que entienden como obstaculizador de nuevos pasos o la sensacin de estar ante una nuevatrampa de ETA. Se alerta tambin de un posible enrarecimiento del ambiente si no se dan avances, urgiendo aldilogo como frmula de resolucin.

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    1: Primavera 2009

    2: Verano 2009

    3: Otoo 2009

    4: Invierno 2010

    5: Primavera 2010

    6: Verano 2010

    7: Otoo 20108: Invierno 2011

    9: Primavera 2011

    10: Verano 2011

    11: Otoo 2011

    12: Invierno 2012

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    3. Crees que hay que cambiar la poltica penitenciaria?

    Todas las aportaciones recogidas acerca de esta cuestin indican que s hay que cambiar la poltica penitenciaria.Desglosando los datos, el 70% de las personas cree que los derechos de las personas presas deben ser respetados: finde la dispersin, libertad para enfermos incurables y los que han cumplido sus condenas. El 10% opina que elGobierno debe acercar a los presos. Un punto por debajo, el 9%, piensa que todas las personas deben de seramnistiadas. El 3% cree que hay que cambiar la poltica penitenciaria, aunque tienen que ser las propias personaspresas las que individualmente deben pedir el acceso a beneficios penitenciarios.

    Entre el 8% de las personas que ha escogido la opcin otros se repiten dos ideas. Por un lado la necesidad deindependencia del poder judicial y el poder poltico, y por otro lado la amnista para los presos que se han desligadodel EPPK.

    4. Cmo y quin debe certificar el fin definitivo de la violencia?

    El 43% de las personas que han respondido el cuestionario piensan que el Gobierno debe iniciar con ETA unproceso de dilogo sobre desarme y presos. El 30% cree que a falta de voluntad por parte del Gobierno, losinformes de la Comisin Internacional de Verificacin son suficientes para demostrar la veracidad del fin dela violencia. El 13% opina que ETA debe entregar las armas de forma pblica y declarar formalmente sudisolucin.

    Entre las personas que se han decantado por la opcin otros, el 14%, destacan las aportaciones que incidenen la complejidad de certificar el fin definitivo de la violencia. Hay tambin muchas opiniones que restanimportancia a la escenificacin final de una hipottica entrega de armas y dan valor al trabajo que se puedaestar dando en un plano ms discreto.

    5. Crees positiva la actuacin del Gobierno Central en relacin alproceso de paz?

    Tres de cada cuatro personas opina que la actuacin del Gobierno Central en relacin al proceso de paz es negativa.Si desglosamos estos datos, el 42% de las aportaciones recibidas inciden en que el Gobierno Central estdemostrando muy poca voluntad de avanzar. El 33% justifica su postura negativa diciendo que el Gobierno tieneen sus manos cambiar la poltica penitenciaria y contactar con ETA. Un 14% piensa que todava es muy pronto

    para valorar su actuacin ya que llevan poco tiempo gobernando. Ninguna de las personas que han respondido elcuestionario piensa que la labor del Gobierno Central en relacin al proceso de paz es positiva.

    El 11% restante resalta como positivos, aunque escasos y lentos, los movimientos que puede estar dando el actualGobierno del Partido Popular aunque no los realicen pblicamente. Se valora tambin la ruptura de la actualEjecutiva del PP con el discurso que mantena el Gobierno de Aznar.

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    6.1. Valoracin de la aportacin de los gobiernos al objetivo de la pazy la convivencia

    Aunque una vez ms la nota media recibida por los gobiernos no alcanza el aprobado, s se dan algunas diferencias

    respecto al Informe de Primavera de 2011, en el que se pregunt sobre esta cuestin por ltima vez.Mientras que el Gobierno de Navarra ha experimentado un pequeo ascenso de su nota media pasando de un 2.02en el anterior Informe a un 2.25 en el actual, el Gobierno Central ha descendido su nota pasando de un 2.99(correspondiente al Gobierno de Rodrguez Zapatero) a la actual de 2.75, muy similar a la que obtuvo en el Informede otoo de 2010 (2.79). Ms notable ha sido el ascenso que ha experimentado el Gobierno Vasco, que con unasubida de un punto respeto a la nota media del anterior Informe se ha situado en un 4.09.

    Adems de criticar la falta de liderazgo de los gobiernos y de pasos positivos para la consecucin de la paz laspersonas que han respondido al cuestionario tambin demandan que se generen espacios de participacin social einformacin a la ciudadana. Adems y de forma concreta, al Lehendakari se le reclama liderazgo poltico parallevar a Madrid una propuesta de paz conjunta y consensuada con todas las fuerzas polticas, y al Gobierno Centralse le exigen pasos concretos en relacin a la situacin de las personas presas, la disolucin de ETA y la resolucin

    del conflicto.

    6.2. Valoracin de la aportacin de los partidos polticos al objetivo dela paz y la convivencia

    A pesar de que los partidos polticos peor valorados por las personas que han respondido al cuestionario siguensiendo UPyD, PP y PSE, con una nota media de 1.48, 2.37 y 4.15 respectivamente, hay que destacar el incrementode casi un punto de estas dos ltimas formaciones (PP y PSE), con respecto al Informe de Primavera de 2011 (PP:1.41 y PSE: 3.29).

    Eusko

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    PNV

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    El PNV continua con su progresin ascendente de anteriores informes pasando de una nota de 5.76 del Informede Primavera de 2011 a una nota de 5.92 en este Informe de Invierno de 2012. Sin embargo, Alternatiba, cuyalabor se empez a valorar en el anterior informe ha sufrido un descenso en su nota media pasando del 7.40 deprimavera de 2011 al actual 6.99. Finalmente, Ezker Batua se mantiene respecto a otros informes con una nota de6.39 y Ezker Anitza, formacin de nueva constitucin, ha sido valorada en esta ocasin con un 6.27.

    De las formaciones mejor valoradas por las personas que han respondido al cuestionario de invierno de 2012, EAha sufrido un ligero descenso pasando de la nota media de 7.84 a la actual de 7.64, mientras que Ezker Abertzalease ha mantenido con una nota de 7.33. Destacar por ltimo, el ascenso en la valoracin positiva que haexperimentado Aralar pasando de una nota media de 7.01 a una nota de 7.43 en el Informe actual.

    Ms all de la crtica a la actuacin concreta de algunos partidos y la valoracin positiva de otros, destaca unademanda mayoritaria dirigida a todos los partidos polticos de que, por encima de los intereses partidistas, prevalezcael compromiso con la sociedad de avanzar hacia la paz y la convivencia. Para ello se formulan tres propuestasconcretas: 1) abrir cauces de dilogo inclusivo, sin exclusiones, encaminados a alcanzar acuerdos de mnimos sobretemas como la memoria, el relato, las vctimas, los presos, el conflicto, etc. 2) hacer ms autocrtica y dar mspasos de forma unilateral y 3) ser valientes y responsables.

    6.3. Valoracin de la aportacin de Lokarri al objetivo de la paz y laconvivencia

    La valoracin de la labor que Lokarri viene realizando a favor de la paz y la convivencia ha mantenido su progresinascendente de anteriores informes, alcanzando en esta ocasin una nota media de 8.88.

    Entre las personas que han respondido a esta pregunta hay quienes han sustentado su valoracin positiva en lossiguientes elementos: la discrecin, la perseverancia incluso en los momentos ms complicados, el trabajo con losmediadores y facilitadores internacionales y la proyeccin al exterior que se ha dado al conflicto vasco. De formacomplementaria a dichos argumentos destacan dos demandas concretas: 1) poner en marcha espacios de reflexinsobre la convivencia en los pueblos y barrios, y 2) una mayor presin sobre los gobiernos y los partidos polticospara que contribuyan de forma positiva al objetivo de la paz y la convivencia.

    7. Cul crees que debe ser el papel de la sociedad civil en el proceso de paz?La mitad de las personas que han participado piensa que la sociedad debe seguir movilizndose y mantenerse alertapara contribuir a que el proceso no fracase. El 37% cree que es la sociedad quien debe ser el motor del proceso yaque los partidos polticos no son capaces por s solos. Un 5% de las respuestas indican que una vez terminada laviolencia de ETA, la sociedad debe dar paso a los partidos polticos.

    Entre el 8% de las personas que ha escogido la opcin otros se apela al natural cansancio de la sociedad civil,que se ve agravado por los problemas derivados de la crisis econmica.

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    La izquierda abertzale est iniciando un camino poltico que puedefavorecer un entendimiento mutuo mayor

    Dilogo, dilogo y dilogo para llegar a la reconciliacin

    La declaracin de ETA en la que pona fin a su actividad armada es sin

    duda un claro y decisivo paso hacia la paz

    Los conflictos deben terminarse con acuerdos, nunca con aplastamientos

    Hay otro clima social con respecto a Euskadi. Hay mucha esperanzaacumulada

    Se han detectado gestos a nivel pblico que quiero pensar que a nivel

    privado tengan trascendencia

    La implicacin internacional es seria y velan por el proceso de paz

    La sociedad debe practicar el dilogo entre diferentes para no sloconvivir sino "vivir-con"

    Algunas ideas aportadas

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    Conclusiones de los Observatorios Locales.

    Alrededor de 90 personas han participado en los once Observatorios Locales que durante las ltimas semanas sehan organizado en Bilbao-Abando, Bilbao-Indautxu, Bilbao-Santutxu, Donostia, Galdakao, Hernani, Irun, Irua,Portugalete, Tolosa y Vitoria-Gasteiz.

    El objetivo de los Observatorios Locales ha sido doble: 1) reflexionar sobre el papel que la sociedad civil puededesempear en el proceso de paz y 2) concretar propuestas de accin en los diferentes mbitos de trabajo que sepresentan en torno a l. Para ello, en primer lugar se ha realizado un diagnstico de la sociedad, identificando susdebilidades y fortalezas y estableciendo las formas de participacin de la misma. A continuacin, se han propuestoideas concretas que la sociedad puede llevar a cabo en diferentes mbitos, para terminar explorando posibles formas

    de incidencia de cada grupo a nivel local.

    1. Diagnstico de la sociedad civil

    Se han identificado varias debilidades de la sociedad civil que dificultan su capacidad de incidir en el proceso depaz. Por una parte, se alude fundamentalmente a la falta de informacin veraz que llega a la ciudadana (inclusose habla de desinformacin) y por otra, al poco eco que reciben las acciones sociales en los medios de comunicacintradicionales. Asimismo, se percibe cierta desmovilizacin social provocada tanto por la existencia de otrosproblemas que afectan al da a da como por las ganas de pasar pgina y el cansancio acumulado tras largos aos deconflicto. Por ltimo, se echan en falta puntos de encuentro y de unin social.

    Sin embargo, hay muchas fortalezas de la sociedad civil que invitan al optimismo. Esta impresin se asienta en lossiguientes argumentos: 1) la legitimidad, independencia y credibilidad de la sociedad como actor del proceso, puessu nico inters es el bien comn alejado de objetivos partidistas, 2) su pluralidad y diversidad de pensamientoentendidas como una oportunidad de encuentro entre diferentes, 3) la potencialidad de la accin organizada de lasociedad como frmula de presin frente a otros agentes y 4) su fuerte deseo de paz.

    Segn los participantes de los Observatorios Locales, existen diversas maneras de participar para favorecer unproceso hacia la paz: incidir de manera personal en el entorno ms cercano creando condiciones para laconvivencia, intervenir activamente en redes sociales o en medios de comunicacin, formar parte de asociacionesy partidos polticos o acudir a charlas, encuentros, manifestaciones y otras actividades que reivindiquen o defiendanla paz. Algunas personas tambin consideran que el ejercicio del voto de una manera crtica tambin es un vehculode participacin que tiene gran importancia.

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    Somos mucha gente, con potencial de incidir si se organiza. Portugalete

    Innovar, cambiar las formas de atraer a la gente. Irua

    Hay muchas personas con actitud de respeto, realismo y voluntad de encontrarpuntos de encuentro y cambiar el estado de las cosas. Irun

    La capacidad de entusiasmar puede animar a participar. Bilbao-Indautxu

    Para la reconciliacin, la sociedad aporta un alto grado de convivencia. Galdakao

    En Euskadi hay suficientes grupos sociales a travs de los cuales se puedenplantear iniciativas para hacer llegar a los partidos ideas nuevas. Bilbao-Santutxu

    La sociedad civil aportara sentido comn, generosidad y pragmatismo a unasolucin final de la violencia. Hernani

    Son necesarias estrategias unificadas y globales mediante el dilogo y lanegociacin. Hay que crear un espacio de dilogo sin exclusiones. Tolosa

    Papel esencial de las mujeres en los procesos de paz y reconciliacin. Vitoria-Gasteiz

    Capacidad de movilizacin para hacer irreversible el proceso de paz. Donostia

    Existe un consenso sobre el respeto a los derechos humanos Bilbao-Abando

    Algunas ideas aportadas

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    2. Ideas concretas de actuacin que pueden ser llevadas a cabo por la sociedad civil

    Hay muchos mbitos de trabajo en torno al proceso de paz y los Observatorios Locales han propuesto ideasconcretas que la sociedad puede poner en prctica.

    En el mbito de las personas presas se propone presionar a los agentes implicados a travs de campaas ymanifestaciones o a travs de herramientas como la iniciativa legislativa popular con el fin de modificar la polticapenitenciaria y humanizar su situacin. Igualmente se expresa la necesidad de comenzar a preparar su reinsercin

    en los municipios, as como dar apoyo a sus familiares. En cuanto a las vctimas, las propuestas se centran en crearespacios de relacin y trabajo conjunto entre vctimas de distintas violencias, en difundir sus derechos y en darlesapoyo mediante la empata con su sufrimiento. Para la reconciliacin, se propone buscar la implicacin de losayuntamientos para la implementacin de planes de convivencia y crear o participar en espacios ya existentes deformacin y reflexin. Respecto a la legalizacin de partidos, se insiste en la reivindicacin constante, tanto en lacalle como en los medios de comunicacin. Se concede mucha importancia al dilogo para lo que se sugiere elaprendizaje y la normalizacin de su uso como modo de resolucin de conflictos, la creacin de foros de dilogociudadano o la participacin en movimientos sociales.

    Adems de estos mbitos de trabajo, se proponen ideas concretas en relacin a la memoria y el relato, tales comoconsensuar una ortomemoria o compartir experiencias de forma constructiva, o en relacin a la importancia de lavisibilidad de la opinin social para lo que como ejemplo de accin se propone una macroencuesta. Finalmente,se pide voluntad a los partidos polticos para llevar a cabo las iniciativas que estn en sus manos.

    3. Actividades concretas que puede desarrollar un Observatorio a nivel local

    Las actas de los Observatorios Locales recogen la concrecin local de las actividades propuestas. Sin embargo, sepueden extraer lneas de accin comunes: organizar conferencias, foros, cursos o convocatorias amplias sobre temasrelacionados con la paz y la convivencia; tomar parte en Planes de Convivencia municipales existentes o implicara los ayuntamientos en su creacin; buscar la sinergia con otras organizaciones locales para realizar accionesconjuntas e inspirarse en movimientos sociales de otros pases con el objetivo de adecuar sus actividades a nuestrarealidad.

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    El anlisis de situacin del proceso de paz.

    Tras tres meses desde la publicacin del Informe de Otoo de 2011, la percepcin de la situacin del proceso depaz ha registrado valores ms pesimistas, situndose en parmetros similares a los obtenidos antes de que se celebrarala Conferencia Internacional de Aiete y de que se produjera la declaracin de cese definitivo de la actividad armadade ETA del 20 de octubre. Esta percepcin se manifiesta en los datos obtenidos al elaborar este informe: en otoode 2011, la nota media del proceso hacia la paz se situaba en el 7.76 mientras que ahora la nota es de 6.41, casi unpunto y medio por debajo. Tambin es constatable este descenso en los porcentajes de personas que consideran quehay ms posibilidades ahora que hace un ao para conseguir la paz: si en otoo del pasado ao el 95% de lasrespuestas era positiva, ahora es de un 81%.

    Segn la mayor parte de las personas encuestadas, la falta de movimientos positivos por parte del Gobierno estgenerando una sensacin de bloqueo y de estancamiento. Sin embargo, la esperanza se mantiene y se aportan pasosconcretos para avanzar hacia la paz.

    Una conviccin: el proceso de paz es imparable

    A pesar de los riesgos explicitados en las respuestas al cuestionario, se impone mayoritariamente la conviccin deque el proceso de paz no tiene vuelta atrs. El cese definitivo de la actividad armada de ETA, el apoyo de lacomunidad internacional y la determinacin de la sociedad vasca sustentan la confianza en la irreversibilidad del

    proceso.

    Un riesgo: el inmovilismo

    Se valora positivamente la unilateralidad de los pasos dados por la izquierda abertzale y por ETA, pero la falta derespuesta del gobierno genera preocupacin y se alerta de un posible bloqueo del proceso: apenas se perciben gestosconstructivos por parte del gobierno y esto provoca ansiedad e impaciencia. Es por esta actitud inmovilista que tresde cada cuatro personas consideran negativa la actuacin del Gobierno Central en relacin al proceso de paz.

    Tres demandas

    Se explicitan de manera mayoritaria dos demandas dirigidas al Gobierno central que, de producirse, contribuirana blindar el proceso de paz: un cambio en la poltica penitenciaria orientado al fin de la dispersin y a la libertadpara enfermos incurables y quienes han cumplido sus condenas y por otra parte, la apertura de un dilogo entre elGobierno y ETA acerca de presos y desarme. En este sentido, muchas voces expresan la necesidad de la implicacindel Gobierno Vasco y el francs.

    Los partidos polticos vascos son los destinatarios de la tercera demanda. Esta peticin se concreta en que, ms allde intereses partidistas y con valenta y responsabilidad, respondan a su compromiso con la sociedad abriendocauces de dilogo inclusivo encaminados a alcanzar acuerdos para avanzar hacia la paz y la convivencia.

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    Esta seccin pretende completar las aportaciones annimas recibidas a los cuestionarios del ObservatorioSocial con otras reflexiones, stas s, con nombre propio. En esta ocasin las aportaciones vienenfirmadas por cinco personas de reconocida experiencia en el mbito de la movilizacin y el activismosocial en favor de la paz. Todas ellas han reflexionado en un espacio siempre insuficiente para poderdesarrollar las ideas con comodidad, en torno al papel que la sociedad civil debe desempear en elimpulso del proceso de paz y de la convivencia.

    As nos encontramos con cuatro reflexiones personales que abordan la cuestin planteada desde muydiversos prismas e incluso desde diferentes latitudes. Por una parte, Piedad Crdoba, mediadora entre

    las FARC y el gobierno colombiano y portavoz de Colombianas y Colombianos por la paz, nos acercaen primera persona la realidad de su pas y su ms profundo anhelo de paz. A su vezFabin Laespada yEdorta Martnez, portavoces de Gesto por la paz de Euskal Herria reflexionan de forma colaborativasobre cmo reconstruir la convivencia y deconstruir la violencia. Paul Ros, Coordinador de Lokarri,destaca el importante papel que la ciudadana puede desempear tanto acompaando el desarrollo delproceso de consolidacin de la paz as como superando los momentos de bloqueo y dificultades, paraterminar con las palabras de Gorka Ruiz, director de Bakeola y presidente del Foro de Asociaciones deEducacin en Derechos Humanos y por la paz, que pone el foco en la importancia del tiempo social, delcuidado de los procesos y de la persona.

    Reflexionescon nombre propio

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    Colombianas y colombianos

    por la pazPiedad Crdoba(Colombianas y colombianos por la Paz)

    Con las evidentes diferencias y sin comparaciones,interrogantes claves sobre el conflicto colombiano shan coincidido con importantes y vivas conclusiones delo que pasa en Euskadi. En noviembre de 2011 nos

    conocimos con Lokarri y otras expresiones sociales ypolticas vascas, cuando Colombianas y colombianospor la Paz, CCP, sostuvimos reuniones pblicas con alapoyo de Mundubat, entre quienes constituimoscolectivos que trabajan decididamente por la paz y elcambio social. Nos encontramos superando as el pesode una perversa acusacin que reinaba sobre una posiblerelacin del entorno vasco con Colombia, asociando aETA con las guerrillas de las FARC o del ELN. Fruto deesa persecucin, no slo gobiernos como el de Vene-zuela, sino personas cuya vocacin es la salida poltica,han sufrido injustos sealamientos, criminalizada as la

    accin de quienes no creen en los gritos de guerra sinoen la comprensin de la otredad para construir proyectosde paz, de inclusin y negociacin democrtica, deconvivencia, como imperativo humanista en medio delas degradaciones vividas de mil maneras.

    No deseo hablar en primera persona, pero no puedodesconocer pasajes vividos que crean este presente. Soymiembro del Partido Liberal, una de las histricasformaciones, de la que fui senadora, representando unamplio sector no conforme con la situacin del pas, y enconsecuencia buscadora de alternativas. Por esa raznfui secuestrada por paramilitares, quienes con msgrupos de la extrema derecha han atentado contra mivida y mi papel poltico. Me compromet con el dilogopara acabar con una larga historia de guerra. En 2008particip junto con el presidente Hugo Chvez en lasgestiones para que fuesen liberadas personas en poder delas FARC. En gran medida lo hemos logrado. Hoy estoya la espera de que de nuevo sus comandantes me haganllegar las coordenadas para recibir a los que quedan: losltimos diez militares y policas desde hace aos prisio-neros por esa insurgencia, la cual ha dicho adems querenuncia a retener ms personas por razones de finan-

    ciacin. Del mismo modo, hace un mes recib una cartapblica del ELN, en la que responden a una propuestade tregua bilateral, para propiciar el acercamiento y eldilogo de las partes.

    Acabamos de tener en Bogot un importante eventosobre paz, derechos humanos y prisiones. Un abogadovasco de Eskubideak nos ha acompaado, entre nume-rosos delegados que han compartido su experiencia. Dasdespus de ese foro, mientras escribo esto, recibo lanoticia que se me niega el permiso para poder visitar lascrceles, junto con una comisin internacional demujeres gestoras de paz, pues queremos comprobar lasituacin que all se vive, en particular de las presas ypresos polticos. Se me responde por el gobierno que nohay tal tipo de presos. No me sorprende. S de otros

    conflictos en donde tambin se niega su existencia.Como lo que pasa en Euskadi. Efectivamente, nos pare-cemos en ms cosas de las que se sospecha. En ladeterminacin de interponernos a la lgica de laconfrontacin, con una iniciativa desde la sociedad civilcomprometida con la paz.

    Por eso nacimos como CCP en septiembre de 2008,proponiendo mediante el dilogo epistolar retomar lainterlocucin directa con la insurgencia, para demandarno abandonar la perspectiva de la paz y pedir respeto alderecho internacional humanitario, conscientes quedebamos abogar por la regulacin del conflicto, en elque no todo est permitido. Nuestros logros son indis-cutibles, y eso molesta a quienes pregonan que no sedebe conversar con el opositor. Hoy, siguiendo losavances, la izquierda abertzale nos anima a no desistir ysaluda los pasos dados por la guerrilla, al tiempo queesperamos del gobierno colombiano el coraje de ungesto. Pedimos nos ayuden desde Euskadi, a habilitarmecanismos como lo fue el Grupo Internacional deContacto, y otras posibilidades de acompaamiento,para que la paz en Colombia no sea una costosa utopa.

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    Reconstruccin de la convivenciay deconstruccin de la violenciaFabin Laespada y Edorta Martnez(Gesto por la paz)

    La reconstruccin de la convivencia es una tarea arduay compleja que ha de asumir la sociedad vasca.Mayormente, los desperfectos proceden de la actividadbrutal de una organizacin terrorista que ha atacado a

    personas y colectivos de esta sociedad. Lo grave es queesas acciones han contado con la excusa atenuadora,cuando no apoyo expreso, de una parte de la sociedadque ha tratado de hacer bandos.

    Ese minoritario pero numeroso grupo, apegado ycoadyuvante durante varias dcadas a la estrategiaviolenta, ha decidido virar su bou y tomar un rumbodistinto y acercarse a la democracia. Es una buenanoticia; han de completar ese recorrido, y es respon-sabilidad exclusivamente suya hacerlo cuanto antes ycon claridad. Nos gustara que ese barco llegara al puertode la revisin crtica de su propio pasado.

    En este proceso social de reconstruccin de la convi-vencia debemos dotarnos de referencias comunes haciael futuro, siendo conscientes de las dificultades que noscondicionan el presente, y trabajar la memoriacompartida de la lectura del pasado. Para ello, resultaimprescindible:

    1. Reconocer los principios y valores de la convivenciapacfica, la utilizacin del dilogo y de la poltica comomecanismos fundamentales de relacin. Existe unterreno comn pre-partidista que consiste en elnecesario respeto a los derechos humanos y a los prin-cipios democrticos de convivencia. Adems, reparemos

    en que la sociedad vasca ya lleva aos de democracia yque el futuro de nuestra sociedad se deber definirbuscando consensos democrticos.

    2. Activar el reconocimiento a las vctimas. La sociedadentera debe compartir el reconocimiento del daocausado, encarnado en personas concretas. Pretendemosincorporar la realidad de las vctimas a nuestra memoriasocial, y esto implica la elaboracin de un relatocompartido del pasado, que llegue a afirmar que lasagresiones recibidas eran injustas. Del otro lado, doscondiciones: son inaceptables: los discursos que exaltansupuestos objetivos logrados mediante la violencia y que

    acaban justificndola. Este es el relato que incluye ETAen toda su historiografa. Tampoco es aceptable que serealicen homenajes a quienes han asesinado ocolaborado en hacerlo. Es una aberracin. Y no hace

    falta que lo diga una sentencia judicial.3. Hemos de asumir la aceptacin de la aplicacin de lajusticia. Agitar la predemocrtica amnista como unobjetivo realizable es escaparse de los lmites del estadode derecho. Por otra parte, las detenciones de etarrasque se estn produciendo no dinamitan la situacin definal de la violencia, no rompen la paz, sino que son laconsecuencia lgica del hecho delictivo: administracinde justicia. Se deben continuar investigando todos losdelitos ocurridos y celebrar los procesos judicialespendientes. La mayora de los casos del GAL y unos 300asesinatos de ETA siguen sin resolverse. El juicio suponepara muchas vctimas, un reconocimiento pblico de

    que han sido objeto de una injusticia, y les ayuda aelaborar el duelo y a enfrentarse a su futuro con mayoresperanza y dignidad.

    Una vez que una persona ha sido juzgada y condenada,el sistema penitenciario debe cumplir dos funciones: elpunitivo, y por otro lado, la labor de reinsercin en lasociedad. Fijar unos criterios objetivos que evalen elproceso de reinsercin de los presos, proponiendo queuno de estos criterios sea el reconocimiento comoinjusto del dao causado, sera una demostracin de uncambio de actitud hacia el delito cometido y hacia lavctima. Estos ltimos meses nos han demostrado que es

    posible que esta va se utilice con carcter general, loque supondra de facto el realojo de la persona presa enla sociedad.

    Creemos que hay que apostar por una visin completa yambiciosa del proceso de construccin de la convivenciay de la deslegitimacin compartida de la violencia.

    Desde el conjunto de la sociedad debemos acompaarel proceso desde el convencimiento de que es posible, ydesde la exigencia de que se den los pasos paracompletarlo en su mximo contenido.

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    La participacin ciudadanaen el proceso de pazPaul Ros(Coordinador de Lokarri)

    Tras el final de la violencia de ETA, y a la espera de queel Tribunal Constitucional decida sobre la legalizacinde Sortu, ya se dan las condiciones para abordar unproceso de paz resolutivo. Dicho proceso de paz estcaracterizado por albergar tres procesos distintos. Cadauno de ellos tiene sus propias caractersticas, objetivos ysujetos.

    El proceso de certificacin del final definitivo de la

    violencia tiene como responsables a los Gobiernosespaol y francs y a ETA. El proceso de dilogo polticotiene como objetivo abordar el inicio de conversacionespara lograr acuerdos que encaucen las profundas dife-rencias polticas existentes. Finalmente, el proceso dereconciliacin social busca, en la medida de lo posible,reparar las heridas, humanizar y poner las bases paraconvivir desde el respeto.

    En este ltimo proceso, de reconciliacin social, tantolas instituciones, como los partidos y el conjunto de lasociedad tienen mucho que aportar. La ciudadana nopuede quedar fuera de este proceso. La reconciliacinrequiere de un cambio de actitudes profundo ytransversal para desarrollar una nueva manera deconvivir y gestionar los problemas desde la inclusin yel consenso.

    Ahora bien, seguramente el mayor riesgo o tentacin deno articular espacios para la participacin ciudadana esten el proceso de dilogo poltico. Evidentemente lasinstituciones y los partidos tienen un papel protagonistaen su diseo y desarrollo. Tambin la discrecin es, enocasiones, esencial para generar confianza pero sta nodebe entenderse como un cheque en blanco.

    El destinatario de un proceso de paz es el conjunto de laciudadana. sta debe ser la gua para las propiasinstituciones. En procesos de paz desarrollados en otroslugares del mundo se pueden observar las negativasconsecuencias que acarrea olvidar esta premisa: procesosque no son respaldados por la sociedad en los momentosde crisis; desconexin entre el entendimiento dado enlas lites polticas y la permanencia de profundasdivisiones sociales; dificultades para la implementacin

    de acuerdos; etc.

    No le falta a la sociedad vasca experiencia en el impulsoy desarrollo de dinmicas participativas. Este cono-cimiento puede aportar en dos escenarios muy distintos:1) ante un bloqueo en la consolidacin de la paz, oausencia de dilogo entre los partidos, la participacinciudadana puede alentar el dilogo y, al mismo tiempo,ir generando propuestas de avance, y 2) en un escenariode dilogo impulsado por las instituciones, la ciudadanapuede acompaar siendo consultada sobre los consensosque se generen en las conversaciones entre los partidos.

    Ms all de este aspecto de contribucin al proceso deconsolidacin de la paz, el fomento de la participacinciudadana tambin puede ser la herramienta necesariapara crear los espacios de seguridad, confianza ycolaboracin que permitan generar puentes entre lassensibilidades polticas que hasta ahora han perma-necido incomunicadas. Es especialmente relevante eltrabajo que se pueda hacer a nivel local. Este es elcamino para ir generando un tejido de complicidadesque permita afrontar el futuro desde el respeto y lacapacidad de entender lo que significa la propiapluralidad de la sociedad vasca.

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    Cada cosa a su tiempoGorka Ruiz(Director de Bakeola y presidente del Foro de Asociaciones de Educacin en Derechos Humanos y por la paz)

    Aprovecho este espacio que brinda Lokarri paraexpresar una necesidad sentida: tiempo. Cada cuestinrequiere el tiempo que requiere.

    Nos encontramos en el tiempo de las sociedades delbienestar caracterizadas por el vrtigo y rapidez deldesarrollismo as como la satisfaccin inmediata de las

    necesidades. Por ello, es legtimo y comprensible quepartidos polticos e instituciones flanqueados por losmedios de comunicacin quieran resolver este asuntocuanto antes pero la sociedad requiere tiempo,necesitamos tiempo.

    Como sociedad cometeramos un error de bulto situviramos la pretensin de cerrar nuestro pasado msreciente en dos-tres aos cuando lo vivido, sufrido yaprendido tiene unas races que se extienden ms allde medio siglo.

    Tampoco se entendera muy bien que nuestra clasepoltica e instituciones abordaran estas cuestiones de la

    paz, la convivencia, la reconciliacin y la normalizacinpoltica con carcter urgente y prioritario cuandoexisten otras necesidades bsicas no satisfechas comoson el empleo y la vivienda, por poner dos ejemplos.

    Adems de tiempo, es imprescindible que tengamos encuenta a las personas, a quienes hemos sido, y somos, laspersonas protagonistas de todo esta historia.

    Quiero destacar la centralidad e importancia de estosaspectos: el tiempo social, el cuidado de los procesos y lacentralidad de la persona, bases cimentadoras de una pazjusta y duradera.

    El papel de la sociedad civil en el proceso de paz o enel impulso de la convivencia

    El papel de la sociedad civil viene descrito en sudefinicin: conjunto de ciudadanos organizados paraactuar en el campo de lo pblico en busca del biencomn, sin nimo de lucro personal ni bsqueda depoder poltico o adhesin a un partido determinado.

    Si bien la propia definicin me dara para escribir unareflexin completa, me centrar en compartir el enfoquede algunas cuestiones que, a mi entender, nos correspondecomo sociedad civil organizada en este contexto:

    - Estar en contacto con las diferentes realidadessociales para detectar sus necesidades y demandas.- Hacer de puente, voz y altavoz, canal y correa detransmisin del sentir social.- Ser agente crtico, activo y promotor de trans-formaciones sociales e institucionales.- Tejer redes y alianzas para la consecucin del bien

    comn pretendido.Para desarrollar este papel, es conveniente que nosalejemos de algunos peligros: el ombliguismo y la inade-cuada simbiosis con partidos polticos e institucionesmostrada en ocasiones por parte del tejido asociativo.

    Un tiempo que necesitamos

    Tras el cese de la violencia armada de ETA nos encon-tramos mirando a nuestro pasado, presente y futuro enun mismo tiempo. Un tiempo que necesitamos para:

    - Mirar, mirarnos y reconocernos personal y social-mente en lo sucedido.- Cuidar los procesos de relacin, dilogo y enten-dimiento entre diferentes.- Construir las diferentes paces (la paz positiva, lanegativa, la poltica, la social, la educativa)- Comprometernos para que no vuelvan a repetirselos errores cometidos.- Sentar las bases de una futura convivencia socialreconciliada.

    La realidad social es diversa, plural. Lo vivido por cadapersona, familia y colectivo, requiere de una mirada yun proceso nico, exclusivo. Necesitamos muchosprocesos y espacios de relacin para hacer las paces, parasanar heridas. Es tiempo para promoverlos, vivirlos,construirlos y compartirlos.

    Confo en que desde la sociedad civil pongamos enmarcha estos procesos con las dosis de autenticidad ycorazn que el momento actual requiere.

    Como dice el Principito he aqu mi secreto, que no puedeser ms simple : slo con el corazn se puede ver bien; loesencial es invisible para los ojos.

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    De las reflexiones recogidas en esta seccin, sedesprenden algunos elementos en los que deberaasentarse el proceso de paz y de convivencia: el

    respeto al diferente, el dilogo, el cuidado de losprocesos, el reconocimiento del sufrimiento, lajusticia, el cuidado de los tiempos, la inclusin, elconsenso, los cambios profundos en la manera degestionar nuestras diferencias, la humanizacin,el respeto a los derechos humanos y los principiosdemocrticos.

    Cada persona ha puesto ms el acento en unelemento que en otro, pero casi todas hancoincidido en lo siguiente: que somos una

    sociedad muy plural, que la sociedad debe sersujeto activo del proceso y que las organizacionesdebemos trabajar para reivindicar que se creencauces adecuados para que la participacin y laincidencia social sean una realidad.

    As, como colectivos que trabajamos por la paz yla convivencia, nos toca asumir nuestro compro-miso y sumar nuestro granito de arena.

    Conclusiones de las reflexiones

    Necesitamos muchos procesos yespacios de relacin para hacer las

    paces, para sanar heridas. Es tiempopara promoverlos y vivirlos

    (Gorka Ruiz)

    Nos parecemos en la determinacinde interponernos a la lgica de la

    confrontacin, con una iniciativadesde la sociedad civilcomprometida con la paz

    (Piedad Crdoba)

    El destinatario de un proceso de pazes el conjunto de la ciudadana.

    sta debe ser la gua para laspropias instituciones

    (Paul Ros)

    Es imprescindible reconocer losprincipios y valores de la convivencia

    pacfica, la utilizacin del dilogo y dela poltica como mecanismos

    fundamentales de relacin(Fabin Laespada y Edorta Martnez)

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    Recomendaciones de Lokarripara consolidar el proceso de paz

    Tras los avances que el proceso de paz haba vivido en los meses anteriores, la falta de respuestas positivas porparte de algunos agentes polticos y de las instituciones ha alimentado una sensacin de riesgo de bloqueo de lasituacin. De este diagnstico asentado en las respuestas al cuestionario se desprende una serie de recomendaciones,que de ser respondidas de forma positiva contribuirn favorablemente a la consolidacin del proceso de paz.

    Proceso de dilogo poltico inclusivo y compartido

    Lokarri solicita al Lehendakari Patxi Lpez que lidere la creacin de un espacio de dilogo poltico inclusivo dondetodas las fuerzas polticas con representacin en nuestra sociedad puedan participar en igualdad de condiciones ydonde de forma compartida diriman las cuestiones relativas a la convivencia y a la gestin de nuestras diferencias.

    Con el fin de facilitar la inclusin de todas las fuerzas polticas, Lokarri reitera la demanda de legalizacin de Sortumediante sentencia favorable del Tribunal Constitucional. La demora de esta decisin sigue perjudicando lanormalizacin de las relaciones polticas, necesaria para abordar un proceso de dilogo resolutivo.

    A su vez, Lokarri demanda a las formaciones polticas que por responsabilidad hacia la ciudadana nodesaprovechen ninguna oportunidad de dilogo incluso con aquellas formaciones ms alejadas de sus postuladosy que exploren de forma exhaustiva las posibilidades de consenso y acuerdo para avanzar hacia la paz. En estesentido Lokarri espera que no se desaproveche la oportunidad de poner en prctica la bsqueda de consensos enel marco del debate sobre la propuesta de ponencia presentada en el Parlamento Vasco.

    Por ltimo, un proceso de paz necesita del acompaamiento de la sociedad civil para garantizar su irreversibilidad,

    por lo que Lokarri solicita al Gobierno Vasco y al Gobierno de Navarra que articulen cauces de informacin yparticipacin adecuados, en los que la ciudadana pueda ser tambin protagonista.

    Certificacin del final definitivo de la violencia de ETA

    Lokarri quiere recomendar tanto al Gobierno de Madrid como al de Pars lo siguiente: 1) la puesta en marcha decontactos con ETA encaminados a la certificacin definitiva del fin de la violencia, que culmine con el desarmede ETA, tal y como reclama el punto 2 de la Declaracin de Aiete y 2) la humanizacin de la poltica penitenciariaactual, mediante el final de la dispersin y la libertad de aquellas personas que padezcan enfermedades incurablesy quienes tengan sus condenas cumplidas.