El templo de la Parroquia de San Vicente Ferrer de Castellón

Recorrido histórico

La iglesia de la parroquia de San Vicente Ferrer tiene una larga historia que se remonta al año 1579.

Ese año los dominicos decidieron levantar un convento  fuera de las murallas de Castellón, en plena huerta, en las proximidades del molí Roder y del Camino del mar.

Este es un plano de Castellón del año 1588. La flecha señala la ubicación del convento de Santo Tomás

  El convento se levantó sobre unos terrenos cedidos  por el doctor en Leyes don  Jaime Miralles, quien, según parece, impuso la condición de que el convento se dedicara a la advocación de Santo Tomás de Aquino, el dominico italiano que, junto a Santa Ana y a San Leonardo, aparecería presidiendo en aquel entonces el altar mayor de la iglesia.

Este es el Plano del antiguo convento de Santo Tomás

Hasta 1593 el convento no alcanzó el rango de priorato,

Hacia el año  1634 aún continuaba  construyéndose.   Por lo tanto, se supone que fue durante todo el siglo XVII cuando se edificaría, con mayor capacidad y arte, la iglesia, el claustro (obra de Juan Ibáñez) y la torre.

 Finalizadas las obras de la iglesia, se iniciaría rápidamente la ornamentación y decoración de altares, retablos y pinturas.

El Convento de Santo Tomás era entonces conocido popularmente como el "Convent del Roser", el convento del Rosario. La explicación de ello se encontraba en que en esta iglesia, como era normal en los establecimientos dominicos, estaba adscrita la Cofradía del Roser o del Rosario, que se dedicaba a promover la devoción del Rosario mediante actos que se celebraban los sábados y los domingos primeros de cada mes y de las fiestas titulares, una el mes de octubre y otra el mes de mayo. La primera de estas dos grandes fiestas se celebraba el primer domingo de octubre. Esta fiesta había sido instaurada por Pío V en conmemoración de la victoria de Lepanto de 1571 y fue extendida  por toda la cristiandad por los papas Gregorio XIII, Clemente X y Clemente XI, hasta que finalmente, Pío X la fijó el 7 de octubre.

Como consecuencia de la Guerra de la Independencia, el año 1811 la comunidad de frailes tuvo que abandonar el convento, el cual fue convertido por los soldados franceses en cantera en la que obtener los materiales necesarios para construir las diversas obras que emprendieron durante su asentamiento en la ciudad.    Tras el fin de la Guerra de la Independencia el estado del convento y de la iglesia era lamentable. Según un escritor de la época, a "este convento no le quedaron sino las columnas del claustro y algunas paredes ruinosas.. La iglesia tuvo varios destinos, en los cuales fue destruido el pavimento, el órgano y algunos altares"    Al regresar los dominicos en 1814 tuvieron que hacer una serie de reformas para reparar el destrozo y dejar las dependencias del edificio en perfecto estado de uso.

Mendizábal

Un cambio radical en la situación del Convento de los dominicos de Castellón se produjo como consecuencia de la legislación desamortizadora de Mendizábal de los años 1835 y siguientes.

El Convento de los dominicos quedó suprimido y pasó a quedar de propiedad del Estado, en principio para su venta. Sin embargo, en este caso se hizo uso de la previsión contenida en el artículo 24 del Decreto de 9 de marzo de 1836 y de la Ley de 29 de julio de 1837, por lo que, en lugar de ser demolido y vendido, como lo hubiera sido de tener que aplicar sin más lo dispuesto en el Decreto desamortizador de 19 de febrero de 1836, se destinó a establecimiento de utilidad pública.

  En aplicación de la normativa desamortizadora, la Junta de Venta de Bienes Nacionales concedió al Ayuntamiento de Castellón el convento de los dominicos para su uso como Casa de Beneficencia. Poco después, por Real Orden de 2 de septiembre de 1859, el edificio es convertido en Casa Provincial de Beneficencia, asumiendo su gestión la Diputación Provincial. En la fundación de la Casa de la Beneficencia ubicada en el convento desamortizado tienen un papel clave las Hermanas de la Consolación, en particular la Madre María Rosa Moles y Vallvé, canonizada el 12 de diciembre de 1988

El Ayuntamiento de Castellón solicitó en 1859 la presencia de las Hermanas de la Consolación para que se hicieran cargo en la ciudad del Hospital y de la Beneficencia. A partir de 1862, con el apoyo del obispo de Tortosa, D. Benito Villamitjana, buen consejero de Mª Rosa Molas y gran protector de la Congregación en sus inicios, las Hermanas se establecen en numerosas localidades de la Diócesis de Tortosa: Ulldecona, Mora de Ebro, Burriana, Villarreal, Vinaroz, Castellón, Roquetas y Benicarló

La Diputación Provincial de Castellón sólo pasó a ser propietaria indiscutible del antiguo convento cuando en el año 1934, durante la II República, se aprueba la Ley de 18 de junio de 1934 (Gaceta de Madrid de 19 de junio), cuyo artículo único dice lo siguiente: “Se cede por el Estado a la Exma. Diputación Provincial de Castellón, a título gratuito, a perpetuidad y en plena propiedad, la totalidad del edificio denominado Convento de los Dominicos, de Castellón, en el que desde antiguo se halla instalada la Casa Provincial de Beneficencia. La cesión se hace a fines de Beneficencia”. Esta es la copia de la Gaceta de Madrid con la Ley de cesión.

Durante la Guerra Civil (1936-1939) es de destacar que en nuestra iglesia se escondió la pequeña imagen de la Virgen de Lledó, lo que seguramente la salvó de su destrucción. En la capilla del Rosario existe una placa conmemorativa. 

El 29 de noviembre de 1964, siendo obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón don José Pont i Gol, se constituyó la nueva Parroquia de San Vicente Ferrer. La nueva parroquia se establecía en la iglesia aneja a la Cosa Provincial de Beneficencia, que estaba encomendada a las Hermanas de la Consolación. En aquel momento esa iglesia se denominaba de Santo Domingo. La Diputación Provincial cedió el año 1964 el uso del templo a la Iglesia Católica, ello para que pudiera constituirse la nueva Parroquia.

El Obispo José Pont y Gol

Vista antigua de la iglesia al fondo. En primer plano, la acequia mayor.

Fotografía antigua de la iglesia de San Vicente.

Antigua entrada a la iglesia desde la Plaza Fadrell. A la derecha, la Beneficencia

Desde marzo de 2010 a marzo de 2011 la Diputación Provincial de Castellón ha ejecutado un proyecto de restauración del templo de la Parroquia de San Vicente Ferrer de Castellón