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H I D R O L O G I A QUIMICA.

La lectura de la contestación al informe emitido por la Socie­dad Española de Hidrología Médica, sobre la Monografía de las fuentes minero-medicinales de Lanjaron, por el Licenciado D. Ra­món Aparicio Requena, bachiller en la Facultad de Ciencias, ha producido en nosotros dos sentimientos diametralmente opues­tos. Por una parte, al contemplar al modesto profesor de provin­cia, abandonar su retiro j trasladarse, tras algunas leguas de distancia, á los manantiales en cuestión para verificar sobre el terreno los estudios á los cuales dedica sus ratos de ocio con el ex­clusivo objeto de buscar la verdad, ajeno á toda idea de gloria, de honores y de lucro, ántes al contrario, comprometiendo su salud é interés por puro amor á la ciencia, no podemos ménos de mirar á nuestro ilustradísimo comprofesor como un héroe, despertando nuestra simpatía, que le abre un lugar distinguido en el corazón á pesar de no tener el gusto de conocerle más que por sus impor­tantes trabajos. Por otro lado, al ver la crítica poco razonada que de dicha obra hace la expresada Sociedad, sirviéndose para apo­yarla de trabajos anteriores de otros químicos, por eminentes que estos sean, alguno de los cuales es de fecha bastante atrasada atendido el vuelo que de dia en dia toma la ciencia de los Pelouze, de los Fremy y de los Fresenius, causa en nosotros, como no pue­de ménos, un efecto poco agradable, haciéndonos dudar de la rec­titud de miras y de imparcialidad de la Sociedad en cuestión.

Examinando detenidamente la estensa y razonada contesta­ción que al informe de la Sociedad de Hidrología Médica en de­fensa de sus conclusiones por esta combatidas, da el Sr. Aparicio Requena, no al pigmeo, como en un arranque de excesiva mo­destia quiere qompararse, sino al esforzado Sansón queremos nos­otros justamente asemejarle, cuando abrazado á las columnas del templo le derriba, sepultando en los escombros, triturados co­mo v i l polvo, los especiosos argumentos y sutiles razones con que pretendían aplastarle.

Principios sabidos por los alumnos de Física, parecen ignora­dos por los señores de la Comisión, á más de que, al tomar por punto ó base de su crítica trabajos plagados de errores de cálculo, algunos de ellos crasísimos, según se desprende del trabajo del Sr. Requena, se hacen solidarios aquellos señores de dichos erro­res, y por consecuencia toda la Sociedad al aceptarlos y darlessu sanción.

Si á la Sociedad Hidrológica le pasaron por alto las faltas de bulto que se notan en las memorias que le sirvieron de pauta para gu trabajo de crítica, desde el momento que un sabio impugnador se las presenta al descubierto, debe, procediendo caballerosamente, enmendar su desautorizado trabajo y aceptar el reto que les arroja

AGOSTO 21 DE 1881.-Aso I X , NÚM. 47. 47

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en cara su noble contrario, de hacer los estudios al pié de los ma­nantiales, puesto que en los análisis químicos, como perfectamente dice dicho señor, el experimento es la piedra de toque única que puede esclarecer debidamente la cuestión. No basta que una cor­poración esté compuesta de personas eminentes en un ramo cual­quiera de las ciencias; es indispensable que los fallos que salgan de su seno sean rectos, concienzudos é imparciales si no quiere caer en el ridículo j perder su importancia y representación, mayor­mente cuando los trabajos puestos bajo su criterio han sido elo­giados, premiados y con aplauso acogidos por otras corporaciones de no ménos importancia y representación.

Léjos de nosotros el tratar de defender al Sr. Aparicio Reque­na, pues muy bien lo ha hecho él mismo en su contestación al informe, haciendo destacar la verdad de un modo brillantísimo, á más de que siquiera el intentarlo sería pretensión vana para nos­otros; el objeto de este desaliñado escrito es reiterarle los elogios, por otras cuestiones ya tributados, pálidos si se quiere después de los recibidos por sabias corporaciones, pero tan sinceros cuanto des­interesados, puesto que como ántes hemos dicho, por razón de la gran distancia que nos separa no tenemos el honor de conocerle n i el gusto de abrazarle. Reciba, pues, el compañero entusiasta, el profesor integérrimo, el químico concienzudo y el caballero cristiano, caracterizado en la filípica que oportunamente dirige al Sr. López Martínez (el del cuento de las brujas), reciba nues­tros cordialísimos parabienes; y la contrariedad que ha recibido de la Sociedad Española de Hidrología Médica ha servido sólo para acreditarle más y más, motivando la brillante contestación que por sí sola basta para dar fama á un ilustrado á la par que desin­teresado autor, si no la tuviere anteriormente adquirida, enrique­ciendo la hidrología médica con el descubrimiento en las aguas de Lanjaron deun el emento mineralizador de importancia terapéutica, cual es el selenio.

LICENCIADO GEAVE.

Sección oñcial.

MINISTERIO DE FOMENTO.

Real órden*

l imo. Sr.: La caducidad de las matrículas de los alumnos de los establecimientos públicos de enseñanza al terminar el año académico, si bien contribuye al drden y marcha regular de los estudios, causa notables é infundados perjuicios á los escolares que por el servicio militar, enfermedad ó motivos nó ménos aten­dibles se hallan imposibilitados de presentarse á exámen en las épocas reglamentarias. Con objeto, pues, de conciliar todos los in-

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tereses, S. M, el Rey (Q. D. G.), conforme con lo propuesto por esa Dirección general, ha tenido á bien autorizar á los Rectores para la rehabilitación de las-matrículas por gracia especial funda­da en causas legítimas debidamente justificadas.

De Real orden lo comunico á V . I . para su conocimiento j demás efectos. Dios guarde á V . I . muchos años. Madrid 5 de Ju­lio de 1881.—Albareda.—Sr. Director general de Instrucción pú­blica.

Corporaciones facultativas.

SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL.

Sesión del 6 de Julio de 1881.

Presidencia de D . Ángel Qwirao.

Leida el acta de la anterior, fué aprobada. E l Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones y publi­

caciones recibidas, y entre estas de los números 36, 39 y 40 del año I X del SEMANARIO FARMACÉUTICO, remitidos por su Director D. Vicente Martin de Argenta.

Quedó admitido como socio el Sr. D . Amado Ossorio y Zavala. Se dió cuenta en extracto de una Revista critica de las malvá-

ceas esfañolas, escrita por los Sres. D. Blas Lázaro é Ibiza y Don Tomás Andrés y Tubilla, que se acordó pasara á la Comisión de publicación.

Manifestó el Sr. Presidente que la Sociedad había oido con gusto el citado estudio, que demuestra la asiduidad y el trabajo que para escribirle han empleado sus autores.

Expresó el mismo señor lo sensible que le era el no poder asistir con más frecuencia á las sesiones, á causa de la necesidad dé ausentarse de esta Corte en que está muchas veces, y de las ocupaciones que tiene con motivo de una sensible y reciente des­gracia de familia.

Asuntos científicos.

OLEATO DE BISMUTO.

Cuando se necesita un compuesto de bismuto capaz de disol­verse en las grasas, ninguno presenta mejores condiciones que el oleato. En 1876 fué indicada con este objeto una solución del ni­trato normal Bi (NO3)3 en la glicerina como á propósito para satis­facer esta necesidad, pero la descomposición parcial de la sal hizo

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que se abandonase su uso. Muchas son las fórmulas dadas para preparar el oleato; pero contiene un exceso de ácido y exige mu­cho tiempo su preparación. E l mejor método consiste en descom­poner un peso conocido de nitrato de bismuto haciéndolo hervir en lejía de sosa; lavar con agua destilada y de seguida con alco­hol, para sustraer la que hubiese podido retener el precipitado; se pone este en ácido oléico y calienta en baño maría, agitando con­tinuamente, sin cuyo medio no se verifica la combinación.

E l óxido obtenido por el medio indicado se disuelve más pron­to que el desecado por la acción del calor, siendo además el alco­hol empleado para desecarle miscible con el ácido oléico, sin que oponga obstáculo alguno á la combinación. Una vez que la mezcla se haya solidificado, se eleva gradualmente la temperatura para conseguir la fusión y á la vez expulsar el alcohol y agua que pu­diera retener. El producto obtenido por este procedimiento contie­ne el 30 por 100 de base, y se asemeja algo al oleato de plomo más ó ménos consistente y puede mezclarse perfectamente con la manteca ó la vaselina para formar pomadas.

(Pharm. Journ. and Zeut.)

ESTUDIO FARMACOLÓGICO DE LA ATROPINA,

f u r J . Regnauld y J. Valmont. (Oonolusion.)

Temperaturas de fus ión . Alcaloides. Cloro-aurato amarillo brillante.

+ 105",0 + 105o,5 + 104o,5i -H 106°,O/ + 1 5 9 ° a + 1 6 0 ° . 4- 107o,0| + 105,0 + 106,5

Por otra parte, atropina cristalizada de origen extranjero, y en particular un hermoso ejemplar generosamente ofrecido por A. Ladenburg y preparado por Mr. Merk, de Darmstadt, no contie­ne más que la atropina a ; se funde á - h 114° y su cloro-aurato amarillo mate, formando mamelones de cristales mal definidos, entra en fusión á 1360,5 (número que está de acuerdo con el de Ladenburg, - | - 135° ó 140°).

Fácil es comprobar que la atropina cristalizada, entregada por los fabricantes de productos químicos á la medicina, son maestras variables de los dos tipos Atrop. a y Atrop. b

Para nueve ejemplares que designaremos solamente por su número de órden, hemos encontrado los siguientes resultados:

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Atropina cristalizada.

Número de Punto de fusión Punto de fusión Aspecto orden. (alcaloide). (eloro-aurato). (cloro-aurato).

2 1 0 4 o á + 105o... -)- 159° Gr. tal), rectang. Amarillo brillante.

10.. . + 1 0 5 ° . H- 161°. . . . Idem. 13 + 114° + 148° Crist. confus. Amarillo mate. 16.. + 113° + 153° Idem. 1 7 . . i -4- 114° + 150° Idem. 20 + 107° + 160° Gr. tab. rect. Amarillo brill. 21 + 114° -f- 13605 Crist. confus. Amarillo mate. 22 + 109° + 160° Gr. tab. rect. Amarillo brill. 23 . . . + 113° -+- 150° Crist. conf. Amarillo mate.

A excepción del núm. 21 (ejemplar de Ladenburg), producto alguno de estos resolvía por completo el tipo de la atropina a , al ménos para el cloro-aurato. Sin embargo, los núms. 13, 16, 17, 23, se aproximan; los 2, 10, 20, 22, sé alejan por el contrario, por su punto de fusión, por el de su sal de oro y por el aspecto de esta última; pertenecen indudablemente al tipo Atropidina.

Resulta de la comparación de esta serie, y en particular de los experimentos practicados sobre productos de origen conocido {Atrop. del Codex, Moraux, de Merk-Ladenb.), que la atropina medicinal puede estar enteramente ó casi enteramente formada por uno de los isómeros Aúrop. « y Atrop. b 6 por mezclas en que uno y otro preponderan.

¿Estas variaciones dependen de las condiciones climatológicas en que se ha desarrollado la planta, ó su cultivo, época de reco­lección, conservación ó desecación? ¿La preponderancia de uno de los isómeros en la atropina medicinal resulta del paso de un tipo á otro, bajo la influencia de los agentes empleados en las manipu­laciones para su extracción? Estos son los problemas que nos l i ­mitamos á señalar sin poderlos resolver aún, tan pesados y difí­ciles de reunir con los datos de la solución. Por fortuna, su interés es puramente teórico, puesto que la atropina bajo una de las dos formas posee iguales propiedades terapéuticas y que la mayor im­portancia que ha adquirido en la medicina oftálmica, está funda­da en aplicaciones clínicas de una ú otra indistintamente ó de su mezcla en proporción indeterminada.

Notemos de paso, que bajo la única forma empleada (sulfato) la atrop. « y la atrop.b , transformadas en sulfato, dan unasalneutra bien definida, que cristaliza perfectamente en el alcohol absoluto y tolueno, saturados á laebullicion. Los sulfates atrop. a y atrop. b desecados en el vacío, funden exactamente á la misma tempera­tura —|- 184° y se disuelven en grande proporción en el agua (pró­ximamente cuatro partes de sal en una de agua á - f - 15°).

Si de la belladona se pasa al exámen de las otras solanáceas mydriáticas, los resultados obtenidos presentan numerosas ana­logías: tomemos desde luégo el beleño analizado por Bran-

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des (1822), por Runga (1824), y del que Geig-er y Hesse (1833) (1) llegaron á aislar una base cristalizada á la que dieron elnombre de Hiosciamina. Cuando dieron este nombre á dicho alcaloide, estos químicos no sospechaban, ciertamente, que léjos de ser el princi­pio característico del beleño, es de todos los alcaloides mydriáticos el que se caracteriza ménos. Desde luégo parece que existe en tan corta proporción en las hojas, raíces y semillas de esta planta, que hábiles prácticos no han conseguido aislarle y que la mayor parte no han obtenido más que productos líquidos, amorfos, TÍSCOSOS, olorosos, pero muy venenosos, en los cuales A. Ladenburg ha descubierto há poco la Moscina, base mydriática nueya, pertene­ciente al grupo de las tropeinas (2),

Operando con el cuidado y la habilidad que le caracterizan en este género de investigaciones, nuestro auxiliar M. Moraux ha ais­lado difícilmente, de 20 kilógramos de simiente de beleño, 0gr-,25 á 0gr-,30 de este alcaloide cristalizado. Luégo, cuando estudia­mos esta materia tan rara y de un precio necesariamente exorbi­tante, hemos encontrado que las reacciones fisiológicas, tóxicas y químicas eran en absoluto las de la atropina medicinal preparada con las raíces de belladona por el método del Codex francés ó por el procedimiento más sencillo y económico de Moraux. Si bien que el punto de fusión dé este alcaloide es -|-104u ó -1-1050 y su cloro-aurato cristaliza en la misma forma (anchas tablas amarillas, brillantes, de caras rectangulares), funden á + 159°. Nos parece ilógico conservar á este alcaloide cristalizable el nombre de hios­ciamina, porque vista la proporción homeopática, no representa más que un papel secundario, si no insignificante, en las propieda­des de la planta; y conviene tanto ménos considerarle así, en cuanto que este principio no es más que la atropina en una de sus formas más usadas, y que la belladona le proporciona fácilmente y en tal abundancia, que constituye los dos tercios próximamente de la atropina medicinal de nuestra Farmacopea (3).

Añadamos que buscando tan penosamente esta forma de la atropina en tan malas condiciones, el productor se ve obligado á cubrir sus gastos y trabajo dándole un precio enorme. Por último, bajo el punto de vista terapéutico, el nombre de hiosciamina pre­senta el grave inconveniente de inspirar al clínico la opinión de que administra el agente característico del beleño, de una planta que puede no deberle sus propiedades, puesto que existe en ella en

(1) Annalender Chimie. 7, 270. Í2) Ánnalen der Chimie, 1880, 299. (3) Haciendo cristalizar por medio del tolueno hirviendo mezclas en proporciones

, 2 atropina P conocidas de atropina a j atropina " ; hemos visto que contienen al máximo

1 atropinaa presentan el aspecto, poseen el punto de fusión -\- 104" á •+• 105° de la atropina del Codex y de Moraux. Estos cristales dan además un cloro-aurato en tablas amarillas, brillantes, de caras rectangulares, fusibles hácia -+• 160°. Cuanto más se aparta de estas proporciones, más se separa de este tipo.

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dosis infinitesimal con relación á los productos amorfos venenosos de donde con gran trabajo se le puede aislar.

Deseando conocer el grado de pureza de los productos farma­céuticos designados con el nombre de Mosciamina, los hemos com­parado al alcaloide cristalizado obtenido por Moraux; he aquí el resultado de estas costosas experiencias:

Hiosciamina crist. (Atr.13 ó Alropidina.)

Punto de fusión Punto de fusión Caracteres Númei-os de orden. (alcaloide). (cloro-auralo). (cloro-aurato).

6.. + 104° •+• 160° Gr. tab. caras rec. brillantes. 9 + 98° + 1 5 8 ° Idem.

12 + 98° + 160° Idem. 19. + 89° -+- 160° Idem. 25 -h 104° á + 105° -+- 159° Idem.

Excepción hecha para los puntos de fusión de los números 6 y 25, hay poca concordancia para el alcaloide. Este resultado se ex­plica por su mismo aspecto y ligera coloración, que indican mani­fiestamente no han sido sometidos á un número de cristalizacio­nes suficientes para eliminar los últimos vestigios de alcaloides amorfos, de los que no se separa sino con pérdida sensible. La uni­formidad de aspecto y punto de fusión del cloro-aurato obtenido mediante estos ejemplares demuestran claramente que se trata de la atropina15, atropidina 6 hiosciamina de Ladenburg.

En nuestra Memoria de los Archivos de medicina hemos refe­rido las propiedades de la daturina á l a atropina del Codex y á la de Moraux y demostrado la identidad de estos dos alcaloides. Estamos de acuerdo con Ladenburg, puesto que este químico da á la atropina b, elemento constituyente de estos productos, el nom­bre de hiosciamina. E l ejemplar tipo preparado expresamente por Moraux para nuestras experiencias, ha suministrado los números siguientes: punto de fusión (alcaloide) - f - 104 á - f - 105°; punto de fusión (cloro-aurato) - { - 159°. Los números encontrados para tres muestras industriales son bastante concordantes sin ser absoluta­mente idénticas:

Número de Punto de fusión Punto de fusión Caracteres orden. (alcaloide). (cloro-aurato). (cloro-aurato).

11 -f- 104° á 105° . . . + 160° Gr. tab. carac. rect. brillantes. 14. -t-110o -)-151° Idem. 18 + 112° -h 157° Idem,

La pretendida daturina, lo mismo que la hiosciamina, no es más aun que atropina1* 6 atrofidina extraida penosamente y con gran dispendio del estramonio, y no caracteriza esta planta más que la atropina medicinal, cuya constitución es la misma, el precio diez veces menor y la preparación fácil.

Después de la lectura de la Memoria de Ladenburg, es inútil ocuparse de la duioisina, porque este sabio ha demostrado su

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identidad con la hiosciamina, j según nosotros con la atropina b 6 atropidina.

Del conjunto de estas investigaciones nos creemos autorizados á deducir las siguientes conclusiones, que no serán despreciables para los prácticos:

1.° La atropina medicinal está constituida por la reunión en proporción variable de dos alcaloides isómeros cristalizables, do­tados de las mismas propiedades terapéuticas; el uno es la atro­pina'1 {atropina Ladenb.); el otro debe llamarse atropina b; 6 mejor atropidina {Mosciamina Ladenb.). - 2.° La atropidina existe en tal abundancia en la belladona, que constituye los dos tercios próximamente de la atropina cris­talizada del Codex.

3. ° La atropidina es el alcaloide común cristalizable de todas las soluciones midriáticas y de la duboisia; la cual ha sido desig­nada con los nombres impropios de daturina, hiosciamina, du-boisina (Ladenb.).

4. ° La proporción de esta forma cristalizable de la atropina en el estramonio, beleño y duboisia, es en extremo pequeña, su ex­tracción de estas plantas es difícil y dispendiosa, y será tanto más inútil, cuanto que la atropidina es uno de los elementos consti­tuyentes principales de nuestra atropina medicinal.

5. ° Si los prácticos quieren utilizar las propiedades del beleño y estramonio, les será más ventajoso prescribir las preparaciones farmacéuticas que contienen todos los materiales activos de estas plantas, mejor que un alcaloide común á todas las solanáceas my-driáticas y del que el beleño y estramonio no contienen más que indicios.

{Jonrn. de Pharm. et Chim.) -

Noticias varias.

CIGARRILLOS DE CÁÑAMO DE INDIAS.—Estos cigarrillos, según se dice, son preparados con hojas de f lanta inerte impregnadas de una solución alcohólica t i tulada de canabina. Pero no hallan­do en ellos ni indicios de esta última sustancia (materia resinosa del haschisch), son sencillamente preparados con hojas de bella­dona.

NECROLOGÍA.—El dia 15 del pasado falleció en Llanos (Ovie­do) D. José Romano y Merino, Licenciado en Farmacia y Caba­llero de la Real y distinguida Orden de Cárlos I I I ; ilustrado far­macéutico y apreciado comprofesor, deja un vacío irreparable en su desconsolada familia, á la que deseamos mucha resignación.

CORRECCIONI.S.—En la pág. 362, línea 2, dice nombres] léase los hombres: en la pági­na 363, línea 10, dice No; léase Nos: pág-. 364, línea 41, dice conocidos; léase conoci­das: pág. 368, línea 11, dice empapadas; léase empaparlas: linea 30, dice Soardin; léase Scardini.