gomez genero y salud

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El presente artículo describe los antecedentes, el marco conceptual y los objetivos que orientaron la iniciativa regional de investigación “Género, equidad  y acceso a servicios de salud”, patrocinada por la OPS durante el período 2000–2001 en los siguientes paí- ses: Barbados/Jamaica, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. El resumen y el análisis compa- rativo de los resultados de los estudios de país no es parte de este artículo y será materia de futura publicación. La discusión conceptual, sin embargo, incluirá referencias a algunos de los resultados pre- liminares de estos estudios y servirá como intro- ducción al estudio de país (Brasil) que aparece en este mismo número. ANTECEDENTES Y CARACTERÍSTICAS DE LA INICIATIVA DE INVESTIGACIÓN A fines de 1999, la OPS, a través del Plan de Sub- venciones de Investigación y del Programa Mujer, Salud y Desarrollo de la División de Salud y Desa- rrollo Humano, patrocinó un concurso regional de investigación sobre el tema “ Género, equidad y acceso a servicios de salud”. El propósito que guió esta iniciativa fue generar información relevante para la toma de decisiones políticas en materia de reducción de las inequi- dades de género en cuanto al acceso a l a atención de la salud. Los objetivos específicos fueron: a) identi- ficar desigualdades de género en el acceso a lo s ser- vicios de salud y su financiamiento; b) especificar las interacciones entre estas desigualdades y otros factores socioeconómicos, y c) examinar la relación entre estas desigualdades y distintas modalidades de oferta y financiamiento de la atención. La convocatoria privilegió el análisis de informa- ción secundaria existente en cada país, priorizando las encuestas de hogares (empleo, gastos o condi- ciones de vida, con módulos de salud) y los re- gistros administrativos del sector. El énfasis me- todológico se colocó, por lo tanto, en un análisis cuantitativo, dejando abierta la opción de generar también información cualitativa que enriqueciera el análisis estadístico. Colombia y Ecuador hicieron uso de esta estrategia combinada. De un total de 64 propuestas presentadas, se se- leccionaron 6, procedentes de Barbados/Jamaica, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. El trabajo se inició en abril de 2000 y se extendió por un pe- ríodo de aproximadamente 12 meses. Al concluir la Género, equidad y acceso a los servicios de salud: una aproximación empírica Elsa Gómez Gómez 1 Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 11(5/6), 2002 327 RESUMEN El presente artículo describe el marco conceptual y los obje- tivos que orientaron la iniciativa regional de investigación “Género, equidad y acceso a servicios de salud”, patrocinada en 2001 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Su propósito no es resumir los resultados de los es- tudios desarrollados, algunos de los cuales no han concluido la etapa de análisis, sino discutir los fundamentos de tal ini- ciativa y servir como introducción general a los estudios de  país. Los países pa rticipantes fuer on Barbado s/Jamaica, Br a- sil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. El objetivo central de la iniciativa fue estimular la uti- lización de información cuantitativa ya existente en los  países, co n el f in de iniciar un proceso de documentación sis- temática de las desigualda des injustas, innecesaria s y evi- tables entre hombres y mujeres en el acceso a la atención de la salud, así como de la interacción entre estas desigualda des  y otros factores socioeconómico s. El concepto de equidad de género que orientó el examen de la atención de la salud no fue el que frecuentemente se aso- cia con la igualdad en la distribución de recursos, sino el que designa que los recursos se asignen y reciban diferencial- mente según las necesidades particulares de cada sex o y que los servicios se pagu en según la capacidad eco nómica de las  personas, y no su nivel riesgo. Se partió de la hipótesis de que las inequidades de género en la utilización y el finan- ciamiento de la atención son producto de las asimetrías de  género en los niveles macroeconómico y microeconómico de distribución de los recursos. Se concluye que el logro de metas de equidad en el acceso a la atención exige mayor comprensión de las necesidades y barreras de género ligadas a la estructura social y al sistema de salud. Palabras clave: acceso a los servicios de salud, equidad, género. 1 Programa Mujer, Salud y Desarrollo, División de Salud y Desarrollo Humano, Organización Panamericana de la Salud. Dirección postal: 525, 23rd St., NW, Washington, D.C. 20037, Estados Unidos de América.

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El presente artículo describe los antecedentes, elmarco conceptual y los objetivos que orientaron lainiciativa regional de investigación “Género, equidad

 y acceso a servicios de salud”, patrocinada por la OPSdurante el período 2000–2001 en los siguientes paí-ses: Barbados/Jamaica, Brasil, Chile, Colombia,Ecuador y Perú. El resumen y el análisis compa-rativo de los resultados de los estudios de país noes parte de este artículo y será materia de futurapublicación. La discusión conceptual, sin embargo,incluirá referencias a algunos de los resultados pre-liminares de estos estudios y servirá como intro-ducción al estudio de país (Brasil) que aparece en

este mismo número.

ANTECEDENTES Y CARACTERÍSTICASDE LA INICIATIVA DE INVESTIGACIÓN

A fines de 1999, la OPS, a través del Plan de Sub-venciones de Investigación y del Programa Mujer,Salud y Desarrollo de la División de Salud y Desa-rrollo Humano, patrocinó un concurso regional deinvestigación sobre el tema “Género, equidad y accesoa servicios de salud”.

El propósito que guió esta iniciativa fue generarinformación relevante para la toma de decisiones

políticas en materia de reducción de las inequi-dades de género en cuanto al acceso a la atención dela salud. Los objetivos específicos fueron: a) identi-ficar desigualdades de género en el acceso a los ser-vicios de salud y su financiamiento; b) especificarlas interacciones entre estas desigualdades y otrosfactores socioeconómicos, y c) examinar la relaciónentre estas desigualdades y distintas modalidadesde oferta y financiamiento de la atención.

La convocatoria privilegió el análisis de informa-ción secundaria existente en cada país, priorizandolas encuestas de hogares (empleo, gastos o condi-ciones de vida, con módulos de salud) y los re-

gistros administrativos del sector. El énfasis me-todológico se colocó, por lo tanto, en un análisiscuantitativo, dejando abierta la opción de generartambién información cualitativa que enriqueciera elanálisis estadístico. Colombia y Ecuador hicieronuso de esta estrategia combinada.

De un total de 64 propuestas presentadas, se se-leccionaron 6, procedentes de Barbados/Jamaica,Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. El trabajose inició en abril de 2000 y se extendió por un pe-ríodo de aproximadamente 12 meses. Al concluir la

Género, equidady acceso a los servicios

de salud: unaaproximación empírica

Elsa Gómez Gómez 1

Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 11(5/6), 2002 327

RESUMEN

El presente artículo describe el marco conceptual y los obje-tivos que orientaron la iniciativa regional de investigación“Género, equidad y acceso a servicios de salud”, patrocinadaen 2001 por la Organización Panamericana de la Salud(OPS). Su propósito no es resumir los resultados de los es-tudios desarrollados, algunos de los cuales no han concluidola etapa de análisis, sino discutir los fundamentos de tal ini-ciativa y servir como introducción general a los estudios de

 país. Los países participantes fueron Barbados/Jamaica, Bra-sil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

El objetivo central de la iniciativa fue estimular la uti-lización de información cuantitativa ya existente en los

 países, con el fin de iniciar un proceso de documentación sis-

temática de las desigualdades injustas, innecesarias y evi-tables entre hombres y mujeres en el acceso a la atención dela salud, así como de la interacción entre estas desigualdades

 y otros factores socioeconómicos.El concepto de equidad de género que orientó el examen de

la atención de la salud no fue el que frecuentemente se aso-cia con la igualdad en la distribución de recursos, sino el quedesigna que los recursos se asignen y reciban diferencial-mente según las necesidades particulares de cada sexo y quelos servicios se paguen según la capacidad económica de las

 personas, y no su nivel riesgo. Se partió de la hipótesis deque las inequidades de género en la utilización y el finan-ciamiento de la atención son producto de las asimetrías de

 género en los niveles macroeconómico y microeconómico dedistribución de los recursos.

Se concluye que el logro de metas de equidad en el accesoa la atención exige mayor comprensión de las necesidades ybarreras de género ligadas a la estructura social y al sistemade salud.

Palabras clave: acceso a los servicios de salud,equidad, género.

1 Programa Mujer, Salud y Desarrollo, División de Salud y DesarrolloHumano, Organización Panamericana de la Salud. Dirección postal:525, 23rd St., NW, Washington, D.C. 20037, Estados Unidos de América.

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redacción de este artículo se encontraba pendientela conclusión de dos de los proyectos.

Aunque se mantuvo un denominador común te-mático en los seis estudios, las metodologías seadaptaron a la información existente en cada paísy a las preferencias del equipo investigador. Estavariación metodológica, junto con la derivada dediferencias en el contenido de las encuestas e indi-cadores utilizables, impide hacer comparacionesentre países en sentido estricto. Tal dificultad noimposibilitó, sin embargo, la observación de patro-nes de género en la utilización de los servicios y deinteracciones de los factores de género con otras ca-tegorías del entorno social.

El proceso se inició con un taller de trabajo paraunificar criterios básicos de investigación y discutirestrategias de comunicación para su utilización en eldiseño de políticas. Dichas estrategias incluyeron laformación de un “comité político asesor” en cadapaís, integrado por planificadores y tomadores de

decisiones del gobierno y por representantes de gru-pos de de la sociedad civil. El equipo de investiga-ción de cada país se reunió con este grupo asesor porlo menos tres veces durante el transcurso del pro-yecto: 1) a su inicio, para refinar las preguntas de in-vestigación, de manera que sus respuestas pudiesencontestar también a preocupaciones prácticas en elorden de las políticas de salud; 2) a mediados delproceso, para informar sobre el avance de la investi-gación y afinar la dirección del análisis, y 3) al finaldel proyecto, para presentar y discutir resultados.

El propósito de esta estrategia fue crear un puentede comunicación entre las esferas de investigación y

de políticas, con el fin de generar información rele-vante para la toma de decisiones, fomentar un sen-tido de propiedad del proceso de investigación porparte de los usuarios potenciales y facilitar así la uti-lización de la información producida. Esta promo-ción del diálogo entre investigadores y políticosconstituyó una innovación frente a la tendenciageneral de comunicar los resultados de las investiga-ciones a estos últimos solo después de su conclusión.Valga decir que el desarrollo y los logros de esta es-trategia variaron sustancialmente entre los países.

A continuación se sintetizan los elementos con-ceptuales que sirvieron de denominador común aesta iniciativa de investigación y que enmarcaránlos resultados de los estudios de los países que par-ticiparon en el proceso.

La presentación se ha ordenado en tres secciones:la primera se refiere al significado de los conceptos

 básicos; la segunda, a las hipótesis explicativas delas diferencias por sexo en la utilización de los ser-vicios de salud, y la tercera, a las relaciones entregénero y otras categorías sociales, ilustrando talesrelaciones con información preliminar provenientede los estudios participantes.

SIGNIFICADO DE LOS CONCEPTOSBÁSICOS2

A diferencia del término sexo, que alude a la dife-rencia biológica entre el hombre y la mujer,  génerohace referencia al significado social de la diferencia

 biológica entre los sexos. Este significado se asociacon la construcción social de esferas de actividadmasculinas y femeninas, cuya diferenciación se tra-duce en asimetrías institucionalizadas entre hom-

 bres y mujeres en el acceso a los recursos y en elpoder sobre ellos. El objeto de interés en materia degénero no son la mujer o el hombre,  per se, sino lasrelaciones de desigualdad social entre ellos y el im-pacto que esta desigualdad ejerce sobre la vida delas personas.

Es importante destacar que no toda desigualdaden salud entre mujeres y hombres implica inequidadde género; este concepto se reserva para aquellas de-sigualdades que se consideran “innecesarias, evitables

 y, además, injustas” (1)3 y que se asocian a desventa- jas sistemáticas en el plano socioeconómico.

Operacionalmente, la equidad de género en saludno se traduce en tasas iguales de mortalidad y mor-

 bilidad en mujeres y hombres, sino en la eliminaciónde diferencias remediables en las oportunidades dedisfrutar de salud y de no enfermar, discapacitarseo morir por causas prevenibles. Asimismo, la equi-dad de género en la atención de la salud no se ma-nifiesta en cuotas iguales de recursos y serviciospara hombres y mujeres; exige, por el contrario,que los recursos se asignen y se reciban diferencial-mente, de acuerdo con las necesidades particulares

de cada sexo y en cada contexto socioeconómico.La equidad de género en el acceso a la atención

supone, entonces, que:

• los recursos de atención se asignen diferencial-mente según las necesidades particulares de mu-

 jeres y hombres;• los servicios se reciban de acuerdo con las necesi-

dades de cada sexo, y• los servicios se paguen según la capacidad eco-

nómica de las personas, no según la necesidad oriesgo diferencial por sexo (2).

Desde una perspectiva de género, el eje centraldel análisis de la atención de la salud es el impactode la división por sexo del trabajo y del poder so-

 bre el acceso diferencial a recursos que posibilitanel pago directo de servicios o la participación en

328 Gómez Gómez • Género, equidad y acceso a los servicios de salud

2 Para una discusión más detallada de estos conceptos, véase el ar-tículo “Género, equidad y salud” en la sección “Temas de actuali-dad” de este mismo número.

3 Concepto adoptado por la Organización Panamericana de la Salud.

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planes contributivos de aseguramiento público oprivado.

La atención de la salud es solo uno de los deter-minantes del estado de salud, pero uno importante,particularmente para las mujeres. Pese a los avan-ces en el conocimiento y la tecnología médica, el ac-ceso a la atención de la salud continúa marcado porprofundas desigualdades entre países y en unmismo país. A las inequidades en el acceso econó-mico, geográfico y cultural se han sumado las crea-das por políticas recientes de reforma del sector quehan promovido esquemas de financiamiento pri-vatizador y regresivo. Tales políticas, además derestringir el acceso a la atención, pueden imponercostos “empobrecedores” a aquellos que logran ac-ceder, agudizando así inequidades existentes en lascondiciones de vida (3).

HIPÓTESIS EXPLICATIVAS

DE LAS DIFERENCIAS POR SEXO ENLA UTILIZACIÓN DE SERVICIOS

Es un hecho conocido que las mujeres consumenmás servicios de salud que los hombres. Sin em-

 bargo, este mayor consumo no constituye necesaria-mente una expresión de privilegio social. Las dife-rencias en los patrones de utilización de serviciosentre hombres y mujeres son el reflejo de: 1) princi-palmente, distintos tipos de necesidades de atención;2) patrones de socialización diferencial con respectoal reconocimiento de los síntomas, la percepción dela enfermedad y la conducta de búsqueda de aten-

ción, y 3) factores estructurales e institucionales quefacilitan u obstruyen diferencialmente el acceso a losservicios de salud (4).

Hipótesis de la necesidad diferencial

Las mujeres tienen una necesidad objetiva de ser-vicios de salud mayor que los hombres. Además delos problemas que comparten con los varones, lasfunciones reproductivas femeninas generan un con-

 junto de necesidades particulares de atención referi-das a la anticoncepción, embarazo, parto y puerpe-rio. Asimismo, en comparación con los hombres, lasmujeres presentan tasas más altas de morbilidad ydiscapacidad a lo largo de la vida y, por su mayorlongevidad, tienen mayores probabilidades de su-frir enfermedades crónicas asociadas con la edad (5).

Como han señalado numerosos estudios, la auto-percepción de la enfermedad es también sistemá-ticamente más frecuente entre las mujeres que en-tre los hombres, y esta diferencia se mantiene endiferentes culturas, regiones geográficas y estratossocioeconómicos. Tal percepción refleja la realidad

objetiva de carácter epidemiológico, pero, como seplantea a continuación, responde también a condi-cionamientos culturales de género que afectan al re-conocimiento de las dolencias y a la libertad o inhi-

 bición para expresarlas.

Hipótesis de la socializaciónde género

La socialización diferencial de mujeres y hombresinfluye sobre sus actitudes y conductas de bús-queda de atención de salud. Las expectativas cultu-rales y el ejercicio de las mismas en cuanto al rol de“cuidadoras” de la salud hacen que las mujeres,más que los hombres, aprendan a familiarizarse conla detección de síntomas de enfermedad y con losprocesos formales o informales de cuidado de lasalud. En cambio, como han sugerido algunos estu-dios, entre ellos el componente cualitativo del pro-

yecto en Colombia,4 los hombres tienden a ver laenfermedad y la búsqueda de atención como mani-festaciones de debilidad que se contradicen con laimagen cultural masculina de fortaleza, valentía,autosuficiencia y dominio. La contribución de estosfactores aprendidos a la conducta de búsqueda deatención es, sin embargo, difícil de dimensionar. Alrespecto, varios autores coinciden en afirmar que,aunque las mujeres muestran una mayor preocupa-ción por la salud y tienden a solicitar ayuda más fre-cuentemente que los hombres, cuando se enfrentan aproblemas de salud graves, las mujeres y los hom-

 bres no difieren sustancialmente en su conducta de

 búsqueda de atención (4). Este fenómeno fue desta-cado también en el estudio de Brasil.5

Hipótesis referidas a factores institucionalesy estructurales

Las hipótesis referidas al sistema de salud hansido las menos desarrolladas. Desde esta perspec-tiva, las diferencias de género en el acceso y utiliza-ción de servicios se ven, en parte, como función delos sesgos de género existentes en los sistemas deprovisión y financiamiento de la atención de lasalud que favorecen a uno u otro sexo. El sistema

Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 11(5/6), 2002 329

4 Serra M, Gómez OL, Méndez F, González E. Equidad y género en elacceso a los servicios de salud en Colombia. Informe de investiga-ción. Concurso de investigación “Género, equidad y acceso a los ser-vicios de salud”. Washington, D.C.; Organización Panamericana dela Salud; 2001.

5 Travassos C, Viacava F, Pinheiro R, Brito A. Gênero, desigualdadesocial e utilização de serviços de saúde no Brasil. Informe de investi-gación. Concurso de investigación “Género, equidad y acceso a losservicios de salud”. W ashington, D.C.: Organización Panamericanade la Salud; 2001.

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puede contribuir a una mayor utilización por partede las mujeres a través de la medicalización de pro-cesos biológicos, el subsidio financiero a cierto tipode servicios (anticonceptivos, por ejemplo) y lasineficiencias en la provisión de atención que se de-rivan de la fragmentación de la atención. Además,la mayor utilización de servicios preventivos puedetraducirse en una mayor exposición a la posibilidadde detección de síntomas y a la aparición de tras-tornos iatrogénicos que requieran una subsecuenteutilización (4).

No obstante, el género todavía no se ha integradoen el análisis de los servicios de salud, que se ha li-mitado a considerar las necesidades asociadas a lasdiferencias biológicas de sexo. Raramente se consi-deran las interacciones entre el sexo y variables norelacionadas con necesidades biológicas, tales comola cobertura y modalidad de aseguramiento, el nivelde ingreso discrecional, la autonomía en la toma dedecisiones, la carga de responsabilidad familiar o los

modelos de atención, pese a su potencial para pro-ducir inequidades en la atención y a la posibilidad demodificarlas a través de intervenciones.

Género y barreras financieras al acceso a la aten-ción. La relación entre el género y las barrerasestructurales económicas al acceso a la atenciónes central en este contexto. El principio de equidaddistributiva de la carga financiera de la atención,según el cual el pago respondería a la capacidadeconómica de las personas, se ve vulnerado doble-mente en el caso de las mujeres dentro de los siste-mas de financiamiento no solidario. Primero, por

su mayor nivel de necesidad, las mujeres deman-dan, como grupo social, más servicios y se ven for-zadas a pagar más que los hombres por mantenersu salud. Segundo, esta desigualdad absoluta seagudiza en términos proporcionales al considerarla menor capacidad económica que, también comogrupo, tienen las mujeres. En la siguiente sección sepresentan cifras ilustrativas a este respecto.

La desventaja femenina en cuanto a la capacidadde pago se deriva en primer lugar de la división deltrabajo por género, que descarga sobre las mujeresla responsabilidad principal del trabajo doméstico,restringiendo así sus oportunidades en el mercadolaboral. El segundo factor, talvez más importanteaún, es la desvalorización social del trabajo querealizan las mujeres en el hogar y en el mercado detrabajo.

Algunas cifras ilustran bien el fenómeno de la di-visión y valorización diferencial del trabajo según elgénero en América Latina y el Caribe:

• más del 50% de las mujeres (desde el 43% en Mé-xico hasta el 61% en Paraguay) no participan enla fuerza de trabajo remunerada (6);

• las tasas de desempleo femenino son invariable-mente mayores que las masculinas (6);

• las mujeres se concentran en ocupaciones de bajaremuneración o perciben salarios inferiores porel mismo trabajo —el ingreso medio de las muje-res como porcentaje del ingreso de los hombresvaría entre el 57% en México y el 79% en Colom-

 bia (6), y el ingreso por remuneración de las mu- jeres representa en promedio el 70% del ingresomasculino en la Región (7)—;

• hay una sobrerrepresentación femenina en ocu-paciones no cubiertas por la seguridad social,como son el trabajo en el sector informal (6) y elempleo a tiempo parcial, y

• el acceso a través del trabajo a beneficios de se-guro de salud a largo plazo es más limitado paralas mujeres, debido a las discontinuidades labo-rales ocasionadas por la gestación y la crianza delos hijos.

Este patrón de trabajo femenino actúa en desme-dro no solo de su capacidad económica para acce-der a la compra de servicios, sino también de suelegibilidad para participar en planes de asegura-miento contributivo, público y privado, tema que sediscutirá más adelante.

PATRONES DE UTILIZACIÓNDE SERVICIOS

La mayor utilización de servicios por parte de lasmujeres no es una constante en todos los grupos so-

ciales. Por el contrario, la naturaleza y la magnitudde las diferencias por sexo en la utilización de ser-vicios de salud son mediadas por factores de in-greso económico, edad, etnia y lugar de residencia,así como por variables ligadas al tipo de esquemade financiamiento y organización de tales servicios.

Según necesidad

El análisis de la equidad en la utilización de servi-cios tiene como fundamento central el concepto denecesidad. Si se considera que, de acuerdo con losprincipios de equidad distributiva, los servicios de-

 berían coincidir con la necesidad, aquellos gruposcon mayor necesidad deberían recibir más recursos.Dadas las diferencias por sexo no solo en la funciónreproductiva, sino también en la incidencia y preva-lencia de enfermedades, particularmente de las aso-ciadas con la mayor longevidad, resulta lógico espe-rar que, por término medio, las mujeres reciban yutilicen los servicios de salud más frecuentementeque los hombres. Sin embargo, la determinación decuánto más, en qué contextos, y para qué mujeres, ha

330 Gómez Gómez • Género, equidad y acceso a los servicios de salud

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sido un tema de investigación que permanece sinrespuesta, e incluso sin preguntas.

La mayor utilización femenina de servicios portérmino medio enmascara la existencia de inequi-dades de género en ciertos grupos socioeconómicosy con respecto a la satisfacción de ciertos tipos denecesidades. En ausencia de un examen de tales es-pecificidades es imposible distinguir en qué me-dida la menor utilización de servicios por parte delos hombres responde a una menor necesidad o aun déficit de atención.

La tarea de establecer comparaciones en la utili-zación, ajustada por necesidad, constituye cierta-mente un difícil desafío metodológico, pero es tam-

 bién una exigencia inaplazable en la búsqueda de laequidad. Una medida indirecta de la necesidad uti-lizada frecuentemente en distintos tipos de encues-tas y análisis es la declaración de problemas desalud durante un período de referencia. Pero nóteseque la utilización de este indicador indirecto de la

necesidad de atención adolece, entre otros proble-mas, de la profunda limitación de restringir su al-cance al ámbito curativo.6 Si se considera que den-tro del ámbito preventivo figuran las necesidadesde anticoncepción, atención al embarazo, parto ypuerperio, y detección del cáncer cérvicouterino, elempleo de este indicador origina una subestima-ción desproporcionada de las necesidades de aten-ción propias de las mujeres.

La literatura reciente, incluida la informaciónpreliminar proporcionada por los estudios de paísde esta iniciativa, coincide en señalar un nivel denecesidad declarada uniformemente mayor en las

mujeres que en los hombres (cuadro 1). Sin em- bargo, al ajustar la utilización por necesidad, losdatos revelan que esta tendencia no es uniforme yque en países de menores recursos la utilización deservicios de salud no siempre es mayor entre lasmujeres (cuadro 2).

Según etapa del ciclo vital

Los datos aportados por esta iniciativa confirmanlo observado en países industrializados: 1) que lasmayores diferencias por sexo y la mayor utilizaciónfemenina de servicios ocurren durante la edad re-productiva, y 2) que las diferencias por sexo en lautilización de servicios tienden a reducirse, e in-cluso a desaparecer en algunos países, en edadesavanzadas (figura 1).

Además, la información proporcionada por losdistintos países participantes, coincidente con la deestudios realizados en otros países en desarrollo (8),sugirió la presencia de una mayor utilización por

parte de los niños que de las niñas durante los pri-meros años de vida, y en algunos casos, hasta los 15años.

Según estrato socioeconómico

La tendencia media hacia una mayor utilizaciónde servicios por parte de las mujeres ha sido obser-vada en distintos contextos culturales, con diferen-tes niveles de ingreso y gasto familiar (9). En el casode los países participantes, esta tendencia mostróalgunas excepciones en los grupos de menores in-gresos. En efecto, al ajustar la utilización por necesi-dad, la utilización femenina de servicios en los es-tratos pobres dejó de ser mayor que la masculina,fenómeno que afectó a los promedios nacionales deEcuador y Perú.

Según tipo de servicio

El tamaño y la dirección de la diferencia porsexos en la utilización de servicios varía sustancial-

Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 11(5/6), 2002 331

6 Además de apoyarse en factores subjetivos influidos por el entornosocioeconómico que entorpecen la comparación entre grupos socio-económicos, las variaciones de esta pregunta en el período de refe-rencia dificultan la comparación entre países.

CUADRO 1. Declaración de problemas de salud o acci-dente, según sexo. Cinco países de América Latina, 1997–2000

Hombres Mujeres(%) (%)

Brasil 20,2 25,5

Chile 20,0 24,0Colombia 17,5 22,6Ecuador 43,9 50,4Perú 23,1 26,4

Fuente: Referencia 9.

CUADRO 2. Utilización de servicios de salud en caso deenfermedad, según sexo. Cinco países de América Latina,1997–2000

Hombres Mujeres(%) (%)

Brasil 9,9 15,4Chile 87,0 85,0Colombia 68,5 70,9Ecuador 53,6 46,4Perú 55,8 55,4

Fuente: Referencia 9.

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mente según el tipo de servicio demandado. Lasmujeres tienden a utilizar más frecuentemente losservicios de salud tanto preventivos como terapéu-ticos, pero de manera particular los preventivos.Los hombres, por su parte, tienden a utilizar más

los servicios de urgencia y, en algunos casos, losservicios de internamiento hospitalario, como su-gieren los cuadros 3, 4 y 5. Tales tendencias obede-cen primordialmente a la naturaleza diferenciadade las necesidades de las mujeres y los hombres,particularmente en el ámbito reproductivo, perotambién a diferencias de género en la socializacióncon respecto al cuidado de la salud y, posiblemente,a factores institucionales que inhiben la atenciónpreventiva por parte de los hombres.

Según sistema de aseguramiento

Finalmente, los modelos de acceso y utilizaciónde servicios de salud por sexo pueden variar sensi-

 blemente de acuerdo con la afiliación de las per-sonas a distintos tipos de sistemas de planes deaseguramiento de salud. Esta es una de las dimen-siones sobre las cuales se cuenta con menos infor-mación y donde se torna crítico el papel de las polí-ticas de financiamiento de la atención.

El acceso a seguros de salud y a servicios específi-cos dentro de tales seguros depende en la mayoría de

los países del estatus laboral, del estatus de familiardependiente con respecto a la persona asegurada yde la capacidad económica. Lógicamente, la distribu-ción diferencial de hombres y mujeres en torno aestas categorías afecta diferencialmente a su acceso atales seguros. Es importante destacar que el carácterde dependiente de una proporción importante de mu-

 jeres, permite en algunos sistemas su acceso indirectoa seguros de salud, pero al mismo tiempo las sitúa enriesgo de desprotección en caso de viudez, abandono,separación marital, cambios en la situación de em-pleo del cónyuge o cambios en las regulaciones conrespecto a la cobertura de dependientes. El hecho deque más de un 30% de los hogares de la Región seanencabezados por mujeres constituye un indicador dela dinámica marital contemporánea.

Como se mencionó en la sección anterior, los sis-temas de financiamiento no solidario que exigencuotas importantes de gasto de bolsillo demandande las mujeres un mayor gasto en salud asociado asus mayores necesidades y utilización. En EstadosUnidos, por ejemplo, durante la edad reproductiva,el gasto de bolsillo en salud fue un 68% mayor paralas mujeres que para los hombres (10). En Chile, la

332 Gómez Gómez • Género, equidad y acceso a los servicios de salud

CUADRO 3. Tasa de consultas preventivas, según quinti-les de ingreso y sexo. Colombia, 1997

1 2 3 4 5

Hombres 24,4 31,3 38,6 49,1 58,8Mujeres 29,2 36,9 45,1 55,1 65,2

Fuente: Referencia 9.

CUADRO 4. Tasa de consultas de urgencia, según quintilde ingreso y sexo. Chile, 1998

1 2 3 4 5

Hombres 19,0 19,0 15,5 17,0 13,0Mujeres 16,0 15,5 14,0 14,0 10,5

Fuente: Referencia 9.

CUADRO 5. Tasa de internamiento, según quintiles de in-greso y sexo. Perú, 2000

1 2 3 4 5

Hombres 2,3 2,9 5,8 4,9 3,4Mujeres 3,8 1,9 3,9 5,4 3,4

Fuente: Referencia 9.

FIGURA 1. Tasa de utilización de servicios de salud porenfermedad o accidente, según sexo, edad y área de resi-dencia. Brasil 1998

     o     r     c     e     n      t     a     e

00–4 5–9 10–14 15–24

Grupos de edad

25–49 50–64 65 y más

5

10

15

20

25

Urbano hombresUrbano mujeres

Rural hombresRural mujeres

Fuente: Travassos C, Viacava F, Pinheiro R, Brito A. Gênero, desigualdade so-cial e utilização de serviços de saúde no Brasil. Informe de investigación. Con-curso de investigación “Género, equidad y acceso a los servicios de salud” .Washingtion, D.C.: Organización Panamericana de la Salud; 2001.

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prima de aseguramiento privado durante la edadreproductiva era 2,2 veces mayor para las mujeresque para los hombres (11). En cuatro países de Amé-rica Latina y el Caribe para los cuales se contó coninformación pertinente de encuestas de hogares, elgasto de bolsillo en salud fue entre un 16 y un 40%mayor para la atención de las mujeres que para la delos hombres (figura 2).

Finalmente, las mujeres tienden a depender másque los hombres de programas de aseguramiento pú-

 blico, como reveló el estudio de Chile. Al examinar laafiliación diferencial por edad y sexo, se observó quelos seguros privados atraían a los grupos con menorriesgo de enfermar, hombres jóvenes, mientras que elsector público aglutinaba a las mujeres en edad re-productiva y a los hombres y mujeres mayores (11).

CONCLUSIONES

La consideración de los factores de género es in-discutiblemente relevante en el análisis de la equi-dad en el acceso a los servicios de salud. La aplica-ción de los principios de equidad distributiva de

 beneficios y cargas de la atención de la salud exigeconsiderar la correspondencia entre servicios ynecesidades diferentes de mujeres y hombres a lolargo de la vida, y entre pago por servicios y capa-cidad económica de las personas.

Más allá del análisis de necesidades diferenciales,resulta esencial examinar también los factores so-ciales de género que crean inequidades en el acceso

a los servicios. Entre estos factores se cuentan lamayor carga de responsabilidades familiares de lasmujeres, su menor poder adquisitivo para comprardirectamente servicios y las características del tra-

 bajo, que las sitúan en desventaja para acceder aplanes de aseguramiento.

La mayor utilización media por parte de las mu- jeres puede llevar a concluir, sin base sólida, que lasinequidades de género en la atención no afectannegativamente a las mujeres. El hecho de que lasmujeres utilicen los servicios de salud más frecuen-temente que los hombres obedece, fundamental-mente, a un mayor nivel de necesidad, particular-mente en la esfera preventiva, y no implica que lasnecesidades femeninas estén mejor o peor atendi-das que las masculinas. La falta de indicadores quepermitan una medición idónea del carácter y elnivel de necesidad impide un cotejo de la adecua-ción de los servicios a los requerimientos de aten-ción particulares de cada sexo, y por tanto, una eva-

luación apropiada de la equidad.La mayor utilización femenina que masculina de

los servicios no es una constante; ocurre principal-mente en la edad reproductiva, en los servicios pre-ventivos y en los estratos socioeconómicos altos.En algunos países, el diferencial por sexo tiende areducirse e, incluso a desaparecer, en las edadesavanzadas, en los quintiles menores de ingreso y enlos servicios de mayor complejidad.

Particularmente interesantes en cuanto a su signi-ficado para las políticas de salud fueron el mayoruso de los servicios preventivos por parte de lasmujeres y la mayor utilización de servicios terciarios

por parte de los hombres. Es necesario investigarmejor el impacto de las reformas que debilitan laatención primaria y que afectan de manera despro-porcionada a las mujeres, así como los factores denecesidad, actitudes o barreras institucionales queinciden sobre el reducido uso masculino de los ser-vicios preventivos.

Desde el punto de vista de las políticas, el hechomás claro es que la mayor diferencia por sexo en lautilización de servicios ocurre durante la edad re-productiva, cuando los planes de aseguramiento nosolidarios discriminan en contra de las mujeres. Laconsecuencia inmediata de esta lógica actuarial esque el costo de la función social de reproducir la es-pecie recae fundamentalmente sobre las mujeres,quienes, en una proporción creciente, no tienen uncompañero para compartirlo. El mayor gasto ensalud ocasionado por una mayor utilización de ser-vicios durante la edad reproductiva es una desi-gualdad que vulnera los principios de equidad enla distribución de la carga financiera y que adquieremayor gravedad cuando se considera la menorcapacidad adquisitiva que, como grupo, tienen lasmujeres.

Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 11(5/6), 2002 333

FIGURA 2. Gastos de bolsillo en salud para hombres y mu-jeres (en dólares estadounidenses: US$). Cuatro paísesde América Latina y el Caribe, 1996–1997

0

Brasil

1996 –97

Paraguay

1996

Perú1997

República

Dominicana

1996

50

100

150

200

250

300

350

400

450

Hombres

Mujeres

       U       S       $

Fuente: Encuestas de condiciones de vida para Brasil, Paraguay y Perú. En-cuestas de demografía y salud, para la República Dominicana.

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