gaceta médica de bilbao

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Euskaraz dagoen lehen aldizkari zientifiko biomedikoa Decana de las revistas médicas de España. Fundada en 1894 Revista Oficial de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Información para profesionales sanitarios Official Journal of the Bilbao Academy of Medical Sciences. Information for health professionals. Bilboko Mediku Zientzien Akademiaren aldizkari ofiziala. Osasun langileentzako informazioa. ISSN 0304-4858 | e-ISSN: 2173-2302 Publicación incluida en: BIRENE, BN, BNCS, CCPP, CIBCHACHO (Argentina), CIN- DOC, Excep, Med, IMBIOMED (México), IME/ Índice Médico Español, Inguma/ Euskaltzaindia, Latindex, NIWI, U.S LC, U.S. NLM (NLMUID 7505493), U.S. UnR, SCOPUS, Scirus y SCIENCE DIRECT www.acmbilbao.org www.gacetamedicabilbao.eus Gaceta Médica de Bilbao Vol. 115, No. 1. Enero-Marzo 2018 Vol. 115, No. 1. January-March 2018 115. Libur. 1. Zenb. 2018ko Urtarrila-Martxoa

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Page 1: Gaceta Médica de Bilbao

Euskaraz dagoen lehen aldizkari zientifiko biomedikoa

Decana de las revistas médicas de España. Fundada en 1894

Revista Oficial de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Información para profesionales sanitariosOfficial Journal of the Bilbao Academy of Medical Sciences. Information for health professionals.Bilboko Mediku Zientzien Akademiaren aldizkari ofiziala. Osasun langileentzako informazioa.

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N: 2173-2

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Publicación incluida en:BIRENE, BN, BNCS, CCPP,CIBCHACHO (Argentina), CIN-DOC, Excep, Med, IMBIOMED (México), IME/Índice Médico Español, Inguma/Euskaltzaindia, Latindex, NIWI,U.S LC, U.S. NLM (NLMUID7505493), U.S. UnR, SCOPUS,Scirus y SCIENCE DIRECT

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Gaceta Médica deBilbao

Vol. 115, No. 1. Enero-Marzo 2018Vol. 115, No. 1. January-March 2018115. Libur. 1. Zenb. 2018ko Urtarrila-Martxoa

Page 2: Gaceta Médica de Bilbao

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Page 3: Gaceta Médica de Bilbao

GACETAMÉDICA DE

BILBAORevista Oficial de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao

Director

Ricardo Franco Vicario Julen Ocharan Corcuera María Elena Suárez González

Consejo de redacción

Carmelo Aguirre Ángel Barturen Jacinto Bátiz CanteraCarmen de la Hoz M.ª Carmen N. Espinosa Furlong Juan I. Goiria OrmazabalFco. Javier Goldaracena Adrián Hugo Llorente Juan Carlos Ibáñez de MaeztuJosé Manuel Llamazares Arsenio Martínez Álvarez Gabriel Martínez CompadreTeresa Morera Herreras Guillermo Quindós Andrés Alfredo Rodríguez AntigüedadJuan José Zarranz Imirizaldu

Jefe de redacción Secretaria de redacción

Revista Oficial de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao

® Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.C/ Lersundi 9, 5.º. C. P. 48009 Bilbao. Bizkaia. España. Tel.: +(34) 94 423 37 68.

Web: www.acmbilbao.org. E-mail: [email protected]

Envío de artículos a Gaceta Médica de Bilbao: [email protected] de la Gaceta Médica de Bilbao y normas de publicación: http://www.gacetamedicabilbao.eus

Contacto

Junta de Gobierno (ACMB)

Presidente

Ricardo Franco VicarioVicepresidente Biología

Fernando HernandoVicepresidente Farmacia

Antonio del Barrio LinaresVicepresidente Medicina

Agustín Martínez IbargüenVicepresidente Odontología

Julián Aguirrezabal IñarrituVicepresidente Veterinaria

Francisco L. Dehesa Santisteban

Secretario general

Gorka Pérez-Yarza Pérez-IrazabalSecretario de actas

Adrián Hugo Llorente AguinagaldeBibliotecario

Eduardo AreitioTesorero

Víctor Echenagusia CapelasteguiJefe de redacción

Julen Ocharan CorcueraSecretaria de redacción

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Vocales

M.ª Luisa Arteagoitia GonzálezBeatriz Astigarraga AguirreJuan Carlos Coto FernándezJuan Gondra del RíoMiren Agurtzane Ortiz JaureguiÁngel Pastor RodríguezElixabete Undabeitia Pérez deMezquiaExpresidentes

Juan Ignacio Goiria OrmazabalJuan José Zarranz Imirizaldu

Page 4: Gaceta Médica de Bilbao

Comité editorial (presidentes de las secciones)

Alergología

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Análisis Clínicos

Mikel Longa

Anestesia y Reanimación

[En proceso de nombramiento]

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Cardiología

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Ciencias de la Alimentación

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Cirugía General-Laparoscopia

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Cirugía Plástica

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Cirugía Vascular y Angiología

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Comunicación Sanitaria

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Cuidados Paliativos

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Economía de la Salud

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Educación Médica

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Endocrinología

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Estudiantes de Medicina

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Farmacia

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Gastroenterología

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Geriatría

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Ginecología y Obstetricia

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Hematología

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Historia ciencias de la salud

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Jóvenes y MIR

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Medicina del Trabajo

Juan Ignacio Goiria

Medicina Deportiva

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Medicina Familiar

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Medicina Física y Rehab.

Eva Lomas

Medicina Interna

Ricardo Franco Vicario

Medicina Legal y Forense

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Médico-Taurina

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Nefrología-Hipertensión

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Neurofisiología

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Neurología

Juan José Zarranz Imirizaldu

Odontología

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Oncología Médica

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Otorrinolaringología

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Pacientes

Juan José Rodríguez

Pediatría

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Psicosomática

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Psiquiatría

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Radiología/Diag. por la Imagen

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Relaciones institucionales

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Salud Laboral

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Salud Pública

Enrique Peiró (Socinorte)

Salud y Medio Ambiente

Enrique García Gómez

Toxicomanías

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Traumatología

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Urgencias

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Urología

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Vacunas

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Valoración del daño corporal

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Veterinaria

Ramón A. Juste

Comité editorial internacional

Anestesia y Reanimación

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Cardiología

Carlos Morillo, Canadá

Ciencias de la Alimentación

Flaminio Fidanza, Perugia, Italia

Cirugía Digestiva-Oncología

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Cirugía Vascular y Angiología

Gregorio Sicard, Washington, EE. UU.

Economía de la Salud

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Farmacología Clínica

Patrick du Souich, Montreal, Canadá

Gastroenterología

Henry Cohen, Montevideo, Uruguay

Hematología

Alejandro Majlis, Santiago, Chile

Hipertensión

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Medicina Interna

Salvador Álvarez, Mayo Clinic, EE. UU.

Medicina del Trabajo

Pierre Brochard, Burdeos, Francia

Nefrología

Ricardo Correa-Rotter, D. F. México

Neurología

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Odontología

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Odontología Pediátrica

Ana B. Fucks, Univ. of Hadassa, Israel

Psiquiatría

Manuel Trujillo, Nueva York, EE. UU.

Radiodiagnóstico

Ramiro Hdez., Ann Ridor, EE. UU.

Virología

Montaigner, París, Francia

Page 5: Gaceta Médica de Bilbao

Editorial / Editorial / Editoriala

Laudatoria del profesor José Guimón UgartecheaProfessor José Guimón Ugartechea's laudatoryLaudagarria José Guimón Ugartechea irakaslearenRicardo Franco-Vicario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

Artículo especial / Special article / Berezia artikuluan

José Guimón Ugartechea: unas líneas para el recuerdoJosé Guimón Ugartechea: some lines to rememberJosé Guimón Ugartechea: oroipenerako lerro batzukMiguel Gutiérrez-Fraile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

En memoria del profesor José GuimónIn memory of Professor José GuimónJosé Guimón irakaslearen memorianÓscar Martínez-Azumendi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Homenaje al profesor José Guimón UgartecheaTribute to Professor José Guimón UgartecheaJosé Guimón Ugartechea irakaslearen omenaldiaJosé María Franco-Vicario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11

Profesor José Guimón: un psiquiatra “renacentista”Professor José Guimón: a "Renaissance" psychiatristJosé Guimón Irakaslea: “Pizkundeko” psikiatraJoseba Achótegui . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Al maestro y amigo José GuimónTo the teacher and friend José GuimónMaisuari eta lagunari, José Guimón-iAntonio Bulbena-Vilarrasa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Un patrón generoso y poderosoA generous and powerful patronPatroi eskuzabal eta boteretsuaAlberto Lasa-Zulueta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Volumen 115. Número 1. Enero-Marzo 2018Volume 115. Number 1. January-March 2018115. liburukia. 1.Zenbakia. 2018ko Urtarrila-Martxoa

SUMARIO CONTENTSAURKIBIDEAGaceta Médica de Bilbao

Page 6: Gaceta Médica de Bilbao

Especialistas en comunicación sanitaria yen la difusión de congresos

de ciencias de la salud desde 1996

Oficinas centrales. Plaza de San José 3, 1.º dcha. 48009 Bilbao (Bizkaia). Tel.: (+34) 94 423 48 25. E-mail: [email protected]. Web: http://www.docorcomunicacion.com

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Psiquiatría psicosomática: la contribución desde la psiquiatría a una “medicina integral”Psychosomatic psychiatry: the contribution to the "holistic medicine" from the field of psychiatryPsikiatria psikosomatikoa. “Medikuntza osora” psikiatriatiko ekarpenaAntonio Lobo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20

José Guimón: arte, terapias y salud mentalJosé Guimón: art, therapies and mental healthJosé Guimón: artea, terapiak eta buruko osasunaIñaki Markez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

Una mirada al futuro de la Psiquiatría desde la vida y la obra del profesor José GuimónA look at the future of Psychiatry from the life and work of Professor José GuimónBizitzatik eta José Guimón irakaslearen lanetik Psikiatriaren etorkizunerako begiradaMiguel Ángel González-Torres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

Presentación del libro: José Guimón. Historias de un arquitecto de la psiquiatría y psicología vascasBook presentation: José Guimón. Historias de un arquitecto de la psiquiatría y psicología vascasLiburuaren aurkezpena: José Guimón. Historias de un arquitecto de la psiquiatría y psicología vascasDiputación Foral de Bizkaia/Bizkaiko Foru Aldundia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

Revisores, año 20172017 reviewersBegiratzaileak. 2017Academia de Ciencias Médicas de Bilbao . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

Page 7: Gaceta Médica de Bilbao

EDITORIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):1-4

Dirección electrónica para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Laudatoria del profesor José Guimón UgartecheaProfessor José Guimón Ugartechea's laudatory

Laudagarria José Guimón Ugartechea irakaslearen

IntroducciónDurante el Acto Institucional de Clausura del Curso Aca­démico 2016­17 de la Academia de Ciencias Médicas deBilbao, celebrado en la biblioteca Bidebarrieta de Bilbao,el 15 de junio de 2017, la Academia entregó su Distinciónde Honor en Medicina, a título póstumo, al Prof. Dr. D. JoséGuimón Ugartechea (figura 1).

Durante el acto, tuve el gusto y el honor de exponer lalaudatoria de mi amigo y paciente, ante el público queacudió al acto de clausura.

La Distinción de Honor en Medicina fue entregada demanera conjunta por el vicepresidente Médico de la Aca­demia, Prof. Dr. D. Agustín Martínez Ibargüen (figura 2)a su hijo, Pablo Guimón de Ros (figura 3), quien tuvo ladeferencia de acompañarnos durante el acto, junto convarios miembros de su familia.

A continuación, exponemos las palabras que se pro­nunciaron en dicho acto y que anteceden a este númeromonográfico de la GACETA MÉDICA DE BILBAO, en la que dis­tintos colegas aportan artículos de interés sobre la per­sona, obra y vida del profesor Guimón.

LaudatoriaEl lunes 5 de diciembre de 2016, festividad de san Anas-tasio y de san Lúcido, fallecía en el Hospital UniversitarioBasurto una de las figuras internacionales más relevan-tes de la psiquiatría de los últimos 50 años; me estoy re-firiendo a mi querido y llorado amigo el profesor JoséGuimón Ugartechea.

Al día siguiente del deceso, su hijo Pablo, periodista,corresponsal de El País en Londres, publicó en su perió-dico y en El Correo un precioso y sentido obituario, alque siguieron un conjunto de artículos firmados por dis-

tintas personalidades del mundo de la medicina y de lapsiquiatría en particular.

El titular de Pablo rezaba: “La huella de mi padrequedará en la psiquiatría vasca”, afirmación correctapero modesta, a mi entender, porque su impronta tras-pasa ampliamente nuestras fronteras.

Si “un hombre es la lista de sus cosas hechas”, comorepetía insistentemente Goethe, a quien nuestro hon-rado colega cita en su libro La desvergüenza, del pudor

Figura 1. José Guimón Ugartechea.

Page 8: Gaceta Médica de Bilbao

2 Ricardo Franco Vicario

a la obscenidad, el conjunto de denarios que el Prof. Gui-món nos ha legado, como ejemplo y sentido de su vida,es impresionante.

Y como es interminable he tratado de resumirlo.Cincuenta años al servicio de la UPV/EHU, de la Uni-

versidad de Ginebra y de la de Nueva York. Miles de discí-pulos de pregrado, postgrado, doctorandos, másteres…Cientos de artículos publicados en revistas especializadasde gran impacto, y una treintena de libros, que nos mues-tran su condición de humanista y gigante intelectual.

Como señala el profesor Miguel Gutiérrez Fraile enuna de las referidas semblanzas, hasta 1993, José Gui-món estuvo en la base de prácticamente todas las inicia-tivas psiquiátricas que tuvieron lugar en Euskadi y en elresto del Estado. Con 37 años fue el primer catedráticode la Facultad de Medicina de la UPV/EHU. Jefe del Ser-vicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Basurto.Promotor del Plan de Salud Mental de Bizkaia. Presi-dente de la Comisión Nacional de Psiquiatría. Fundadordel Consorcio de Salud Mental de Uribe Costa. Y miem-bro de la Comisión Española para la reforma psiquiá-trica.

Hombre ecléctico, emprendedor, científicamente am-bicioso, implantó, siguiendo el modelo suizo de su maes-tro, el Dr. D. Julián de Ajuriaguerra, la psiquiatríacomunitaria en Euskadi desde la perspectiva biopsico-

social, al tiempo que mantuvo un equilibrio muy ponde-rado, entre la visión psicodinámica y biologicista en laatención psiquiátrica.

Su reconocimiento a nivel internacional le convirtióen uno de los conferenciantes más solicitados en todoslos foros donde demostró una formación poliédrica.Como señala uno de sus agradecidos discípulos, el psi-quiatra Óscar Martínez-Azumendi: “Lo que más me sor-prendía de José Guimón era su capacidad de pegarle atodos los palos de nuestro saber profesional, disertandocómodamente tanto de aspectos psicodinámicos de lapersonalidad, como explicar las bases biológicas del en-fermar mental y sus oportunos tratamientos”.

Nuestro homenajeado era de esa raza de psiquiatrasque, como su gran maestro Ajuriaguerra, seguían enlínea directa la saga de J. H. Jackson, Henri Ey, Wallon et-cétera, en el campo de la psiquiatría, y de Francis Pars-che, Maurice Bouvet y otros, en el terreno psicoanalítico.

Ávido de conocimientos, no escatimaba en acudir alas fuentes del saber. Así, no dudó en irse a Nueva York,a trabajar con el profesor Rojas Marcos, o a emprenderun análisis didáctico y una formación psicoanalítica quele hizo miembro, primero de la Sociedad Psicoanalíticade Madrid (APM) y, más tarde, de la Sociedad Suiza dePsicoanálisis (SSP), ambas sociedades miembros de laIPA (International Psycoanalytical Association). Lo

Figura 2. Los profesores Ricardo Franco Vicario y Agustín Martínez Ibargüen entregan a Pablo Guimón de Rosla Distinción de Honor en Medicina de la Academia, otorgada a título póstumo a su padre, el profesor JoséGuimón Ugartechea.

Page 9: Gaceta Médica de Bilbao

Laudatoria del profesor José Guimón Ugartechea 3

mismo investigaba sobre la hipótesis dopaminérgica dela esquizofrenia en el laboratorio de neuroquímica delHospital de Zamudio con Ricardo Dávila, que creaba, conAntonio Bulbena, catedrático de Psiquiatría de la Uni-versidad Autónoma de Barcelona, la primera unidad dedaño cerebral de España en el Hospital Aita Menni deMondragón.

Creó puentes permeables y activos entre la academia,la psicodinamia, la clínica, la investigación y la gestión;y supo rodearse, como ocurre con los grandes líderes,de profesionales muy competentes que hoy están pres-tando grandes servicios, siguiendo la estela de su maes-tro.

Esa erudición psiquiátrica, enciclopédica, yo diríaque renacentista, en el más puro sentido de la palabra,le llevó a reflexionar sobre muchos aspectos que plasmóen interesantes libros. A modo de ejemplo se atrevió adisecar y a desnudar psicoanalíticamente, como en sudía hizo Gregorio Marañón con sus psicobiografías, elalma de personajes como Freud, Jung, Wilde, Baroja,García Lorca, Rimbaud, San Miguel de Aralar, Verlaine oAjuriaguerra.

Y hablando de D. Julián, el profesor Guimón siguiósus pasos consiguiendo, tras un competido concurso in-ternacional la cátedra de Psiquiatría de la Universidadde Ginebra donde permaneció once años, consiguiendograndes éxitos profesionales.

Descendiendo al terreno de lo personal, este hombrenació con buen pedigrí. Quinto de los siete hijos de Ra-mona Ugartechea y Julián Guimón, prestigioso urólogo,republicano y nacionalista, que perdió mucho en la Gue-

rra Civil, incluida la libertad y casi la vida. Su aita fue endos ocasiones presidente de nuestra Academia: en losperiodos de 1934 a 1936, donde impartió docenciacomo profesor de la primera y fugaz Facultad de Medi-cina, ubicada en el Hospital de Basurto, y de 1967 a1969, estableciendo un premio que llevaba su nombrepara los mejores artículos científicos publicados ennuestra revista GACETA MÉDICA DE BILBAO.

Precisamente, la muerte le sorprendió recopilandomateriales para un trabajo biográfico de D. Julián, quedeja apenas arrancado, y que al parecer continuará sudiscípulo Iñaki Markez.

Ninguno de sus dos hijos, ni Pablo ni José, quisieronser médicos. Como dice su hijo el periodista, quizásentre sus cuatro nietos se encuentre el próximo Dr. Gui-món: A los pequeños Martina, Juanito, Sofía e Inés lesqueda ese reto. Quiero terminar con el último párrafodel obituario de Pablo a su padre: “Los padres de estascriaturas seriamos felices con que heredaran tan soloalgo de su inteligencia, de su capacidad de trabajo, ysobre todo, de su bondad, de su generosidad infinita yde su capacidad de emocionarse ante un verso de OscarWilde, un lienzo de Pollock o un paisaje lluvioso. Es muyprobable que, algún día, también a ellos les pregunten sison familia del médico. Y podrán responder que sí, conel mismo orgullo con el que tantas veces hemos respon-dido nosotros, sus hijos”.

La Academia de Ciencias Médicas de Bilbao quetengo el honor de presidir, ha tomado el acuerdo de edi-tar un número monográfico de nuestra Gaceta Médicadedicado a la memoria del profesor Guimón Ugartechea.

Figura 3. Pablo Guimón de Ros, durante el acto de clausura del curso académico 2016-2017.

Page 10: Gaceta Médica de Bilbao

4 Ricardo Franco Vicario

Un proyecto que ya está en marcha. Quiero agradecerpúblicamente la labor de coordinación que están lle-vando a cabo conjuntamente el profesor Miguel ÁngelGonzález Torres, el doctor Julen Ocharan , la profesoraElena Suárez y Marcelo Curto de Docor Comunicación.

Han confirmado su participación en el mismo: Mi-guel Gutiérrez, Óscar Martínez Azumendi, José M.ªFranco Vicario, Joseba Achótegui, Antonio Bulbena, Al-berto Lasa, Antonio Lobo, Iñaki Markez y el propio Mi-guel Ángel González Torres.

José Guimón Ugartechea, querido amigo, maestro ymentor por naturaleza, te recordaremos siempre como

un vasco internacional, liberal, demócrata, brillante,culto, inteligente, divertido, peleón, muy afectivo y en-trañable. Inseguro en tu seguridad, como los grandes; ocomo señala el profesor Alberto Lasa, un patrón gene-roso y poderoso.

Goian bego. Las ramas de los frondosos árboles de tuquerido Basurto se mecen hoy con un aire conmovido.

Ricardo Franco VicarioPresidente.

Academia de Ciencias Médicas de Bibao

Page 11: Gaceta Médica de Bilbao

ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):5-8

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

José Guimón Ugartechea: unas líneas para el recuerdoJosé Guimón Ugartechea: some lines to remember

José Guimón Ugartechea: oroipenerako lerro batzuk

José Guimón, querido amigo y en su día jefe, falleció enel último otoño tras una enfermedad rápida y sorpresiva,cuando estaba lleno de energía y actividad. José Guimón,sin duda, ha sido uno de los psiquiatras más singularesde España y yo diría que de Europa en lo que a la promo-ción de la psiquiatría se refiere. Tuve el privilegio dehacer con él mi especialización, fui el primer psiquiatraque se formó con él, en Basurto y Leioa. José Guimón du-rante muchos años ha jugado un papel esencial en nues-tra psiquiatría liderando muchas líneas de la misma. José,tras una formación médica básica y esencial con AlfredoRego en el hospital psiquiátrico de Martorell (Barcelona),acudió como alumno a la cátedra que desempeñaba elProfesor D. Julián de Ajuriaguerra en Ginebra, vasco derelieve internacional de vastos conocimientos neuroló-gicos y psiquiátricos. Allí se formó y tomó contacto tam-bién con el psicoanálisis. Esta experiencia le marcó depor vida muy positivamente. Hizo su tesis doctoral, unmagnífico trabajo titulado “Apraxias y Agnosias: el sín-drome apratognósico”, claramente premonitoria en rela-ción al posterior desarrollo de la neuropsicología. Másadelante, volvió a Bilbao y se incorporó al interesanteproyecto del Instituto Neuropsiquiatrico de Zamudio(Vizcaya) con el Dr. D. Mariano Bustamante, sólido psi-quiatra de formación clásica que dirigía el centro. En pa-ralelo, en 1969, formó parte del equipo de la nuevaFacultad de Medicina de la Universidad de Bilbao comocolaborador docente del Dr. Rodrigo González-Pinto enpsiquiatría y psicología médica. A partir de ahí, lanzó sucarrera en el marco de la docencia universitaria hasta al-canzar, después de pasar por puestos diferentes de pro-fesorado, la cátedra de Psiquiatría de nuestra universidaden 1980, muy joven, a los 37 años.

Ya en la época, era de los psiquiatras más brillantesde España y había hecho muchas cosas. En 1973, año enel que me incorporé al equipo, en el marco del departa-mento en Leioa, creó una unidad de psiquiatría-psicolo-gía infantil que nos permitía, siempre bajo la influenciade D. Julián de Ajuiraguerra, abordar diferentes casos,relacionados con la psicosis infantil, la hipercinesia o lostrastornos del desarrollo. Organizó un Symposium In-ternacional sobre fobias que tuvo gran repercusión y ge-neró diferentes publicaciones. Muy pronto, en 1975,consiguió que empezáramos a trabajar en Basurto, enunos locales que antes habían sido anatómico-forensesy luego fueron Unidad Docente de Medicina. Allí conunas elementales mamparas que diseñaban diferentesespacios, comenzamos a atender niños y adultos, en con-sulta externa e interconsulta y enlace dentro del hospi-tal. Poco después, empezamos las guardias depsiquiatría. Compañeros psiquiatras como Enrique Na-varro, Luis Díez, Koldo Totorika, José Julio González, psi-cólogos como Karmele Atutxa, Pilar Puertas, Diego Luna,Macar Álvarez, Miquel Sunyer, (terapeuta ocupacional)Agustín Ozámiz (sociólogo), Margarita de Lecea, asis-tente social, Rosa (excelente secretaria), además de losque se ubicaban en Leioa, con Asun González-Pinto, Isi-doro Delclaux, lamentablemente fallecido en el acci-dente aéreo del monte Oiz, Alberto Lasa, CristinaSwarkhatz, Ruby Folckman, etc., formamos un equipocompacto, muy sólido, unido por la ilusión y la amistad,conducido con ímpetu, cordura y rigor por José Guimón.

Durante aquellos años “la formación” se convirtió enalgo focal, algo primordial, y a Basurto acudían a terapiade grupo psicodinámica compañeros de casi todos loscentros cercanos de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa. Ocupá-

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6 Miguel Gutiérrez Fraile

bamos todos los sábados por la mañana y numerososfines de semana en ello. La semilla psicodinámica pren-dió allí. Creamos, siempre bajo la batuta de José, el Ins-tituto de Psicoterapia de Bilbao, frente a la clásica Clínicadel Dr. Guimón, su padre. A la formación grupal, añadi-mos el psicodrama y la terapia de familia de orientaciónsistémica. Participaron en ello muchos profesionalescomo Luis Yllá, magnifico psiquiatra y después mejorcompañero, con amplia formación en Alemania en neu-rología, psiquiatría y psicoanálisis, que luego se incor-poró al equipo y también alcanzó el grado de catedráticode Psiquiatría en nuestra universidad. Carlos González,del Instituto Peña Retama de Madrid, a la sazón una delas comunidades terapéuticas más conocidas de España,Juan Campos, grupoanalista de talla internacional, Annesu esposa también grupoanalista, al igual que FernandoArroyabe, ambos ejerciendo en el Instituto Psicoanalí-tico de Londres en la Tavistock Clinic y que se desplaza-ban periódicamente a Bilbao para darnos formación.Llegamos a hacer algún seminario con Walter Schlinder,mentor de Luis Yllá, discípulo de Steckel. Pacho O´Don-nell, psicoterapeuta grupal y psicodramatista argentino,huido como tantos de la dictadura argentina, colaborótambién mucho con nosotros. Llegó a ser ministro deCultura en su país. Junto a él, tuve la oportunidad, poriniciativa de José, de hacer un curso de terapia de familiaen el Instituto Ackerman de New York dirigido por OlgaSilverstein, una de las terapeutas emblemáticas de aquelInstituto. Posteriormente, logramos traerla a Euskadi ydesarrollamos un curso de 6 días intensivos, “encerra-

dos” en una hospedería en el pueblo de Obanos (Nava-rra). Fue muy fructífero profesional y humanamente.

También la semilla de la “Terapia de Familia” en Eus-kadi es consecuencia de las inquietudes e iniciativa deJosé Guimón. Posteriormente, cuando me trasladé defi-nitivamente a Vitoria, en 1980, trajimos de nuevo a OlgaSilverstein y Peggy Papp del Instituto Ackerman de NewYork e hicimos un curso de formación, el primero en Es-paña, para “Asistentes Sociales”, en la Escuela de Asis-tentes Sociales de Vitoria. El éxito fue rotundo y eldesarrollo de la formación en estas técnicas imparable.El mundo de los pacientes “psicóticos” siempre le atrajoy por ello estableció una relación muy fuerte con el doc-tor Jorge García Badaracco, prestigioso psiquiatra argen-tino, líder de una comunidad terapéutica para psicóticos,en Buenos Aires, que ayudó mucho en nuestra forma-ción y con el que mantuvo vínculos estables a lo largo demuchos años, con nuestro compañero José Mari Ayerraen primer plano. Todo esto, el diseño de programas for-mativos en técnicas psicoterapéuticas, dirigidas alequipo multidisciplinar en Salud Mental, fue obra deJosé Guimón y pienso que tiene mucho que ver con queel desarrollo de la psiquiatría en el País Vasco haya te-nido un modelo comunitario fundamentado en el equipomultidisciplinar y la sectorización, modelo sólido y en-vidiable en muchos aspectos.

Otra parcela no menos interesante en la vida profe-sional de José Guimón y por su influencia, también en lanuestra, fue su acercamiento a la psiquiatría biológica através de primeras figuras mundiales. Ello ocurrió en susdiferentes estancias en el departamento de Psiquiatríade la New York University, en los Milhauserr Laborato-ries que entonces dirigía el psiquiatra Arnold J Friedhoffy en el que trabajaban Murray Alpert, brillante psicó-logo. Arnold Friedhoff, cuyas investigaciones dieronlugar al establecimiento de la hipótesis dopaminérgicade la esquizofrenia, impulsó la creación del laboratoriode neuroquímica del hospital de Zamudio con RicardoDávila, amigo íntimo de José y compañero durante todasu vida, Mercedes Zumárraga y Eliseo Manero. Poste-riormente, sus trabajos en depresión con el profesorJesús García Sevilla en Bilbao y Ginebra sobre bases bio-lógicas de la depresión fueron de alta calidad. En 1975organizó un simposio internacional titulado “Esquizo-frenia, entre la sociogénesis y el condicionamiento bio-lógico”, exponente de sus preocupaciones por laetiopatogenia de la enfermedad esquizofrénica. Acudie-ron expertos de todo el mundo y aquello constituyó ungran éxito.

Luis Rojas Marcos, famoso psiquiatra, al que José co-noció a finales de los años sesenta del pasado siglo enNueva York y con el que hizo una amistad inquebranta-ble hasta el final de sus días, fue una persona de referen-cia, sobre todo en el plano intelectual, para José. Este,dirigió su tesis doctoral en 1975 y luego le propusocomo “Doctor Honoris Causa” de nuestra universidad enel año 2016. No menos influencia tuvo Manuel Trujillo,otro colega, también sevillano, que siempre estuvo en labase de cualquier proyecto formativo o de gestión quenos afectara. Era y es uno de los mayores expertos en

Figura 1. Miguel Gutiérrez y José Guimón, en Vitoria-Gasteiz, en el año 1991.

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José Guimón Ugartechea: unas líneas para el recuerdo 7

psicoterapia breve de nivel internacional y un “receptor”de psiquiatras españoles en el Servicio de Psiquiatría delBellevue Hospital de New York que tantos años ha diri-gido, siendo catedrático de la New York University, laborque recientemente le fue reconocida por la Sociedad Es-pañola de Psiquiatría. Este es el grupo neoyorkino queJosé tanto apreció y con el que intercambió experienciasde las que nos beneficiamos todos. Yo concretamentedesarrollé mi tesis doctoral en el marco de la hipótesisdopaminérgica de la esquizofrenia allá por los años1977-78, gracias a estas relaciones con el grupo ameri-cano.

Hasta 1993, el profesor José Guimón estuvo en labase de prácticamente todas las iniciativas psiquiátricasque tuvieron lugar en Euskadi. Desde la dirección de lasección de psiquiatría de la Facultad de Medicina y la je-fatura de servicio de Psiquiatría de Basurto, participó enel Plan de Salud de Vizcaya con el Dr. Aya Goñi y Fer-nando Marquínez, en la Reforma Psiquiátrica de Eus-kadi, con el profesor Ajuriaguerra y los Dres. Arzamendide Álava y Rafael Cristóbal de Guipúzcoa. Fue fundador,junto a Ricardo Dávila y Agustín Ozámiz, de la FundaciónVasca para la Investigación en Salud Mental, OMIE, pro-yecto luego seguido por Miguel Ángel González Torres,su continuador también en Basurto, y José Mari Ayerra,fundador también con José del Consorcio de Salud Men-tal de Uribe Costa. En el ámbito estatal, su prestigio noera menor y así presidió la Comisión Nacional de Psi-quiatría, fue miembro de la Comisión Española para laReforma Psiquiátrica, recibió innumerables distincionesy premios (Alonso Allende, Ajuriaguerra, AEN). Fue ad-junct clinical professor de la New York University, pro-fesseur honoraire de la Universidad de Ginebra, socio dehonor de la Sociedad Española de Psiquiatría en el año2013, a propuesta del infrascrito, etc.

En 1993 obtuvo, a través de un competidísimo con-curso internacional, la cátedra de Psiquiatría de la Uni-versidad de Ginebra. Allí se había formado comopsiquiatra, como hemos señalado antes, con el profesorAjuriaguerra. José no descuidaba su formación médicay sin perjuicio de sus progresos en la formación psico-terapéutica de sus colegas, su apoyo al desarrollo de unalínea de investigación básicamente biológica se concretóen sus trabajos con Jesús García Sevilla, catedrático deFarmacología de la Universidad del País Vasco, queacabó siguiéndole a Suiza para acabar allí su carrera pro-fesional. Produjeron ciencia publicada en las mejores re-vistas del mundo.

José Guimón siempre fue ecléctico, emprendedor ycientíficamente ambicioso. Fue referencia en la implan-tación del modelo “psiquiatría comunitaria” en Euskadi,desde una perspectiva biopsicosocial de la psiquiatría.Fue padrino de Julián de Ajuriaguerra como primer doc-tor “Honoris Causa”, junto a Aita Barandiarán, de la Uni-versidad del País Vasco. Discurso de ingreso que tuve elplacer de ayudar a traducir, mano a mano con el profesorAjuriaguerra en Ville Hegoa, su casa de Villafranque(Pyrénées- Atlantiques).

Como ya dije en otra ocasión, en aquellos años se-tenta, también tomábamos algún gin tonic que otro, can-

taba divinamente Brassens, Brel y Moustaki, leía y ad-miraba, entre otros, a Baroja, sobre el que llevó a cabodiferentes trabajos, entre ellos, su discurso de ingresoen la Real Academia Vasca de Medicina en 1990. En “Ba-roja en el diván”, Guimón asegura que, desde su niñez,aprendió a conocer la obra de Baroja, a través de supadre, médico a su vez, quien animó a todos sus hijos aentrar en la literatura de un personaje al que admiraba.Escribió un ensayo en profundidad sobre las ideas cien-tíficas de don Pío, analizando las ideas barojianas, repa-sando sus novelas y ensayos, en donde el novelistadonostiarra dejó constancia de sus conocimientos mé-dicos y su distancia crítica con el psicoanálisis.

Guimón, en un retrato poliédrico y complejo, concierto pudor y mucho respeto se atrevió a “psicoanali-zar” a su colega el doctor Baroja. Visitó Itzea en variasocasiones de la mano de Julio Caro Baroja. En su “Lite-ratura y psicoanálisis”, analiza la caracterología de gran-des autores, como Nietzsche, Oscar Wilde, Rimbaud,García Lorca, etc. También se introdujo en los místicosespañoles por influencia de Julián Ajuriaguerra, admira-dor de Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Le encantabala pintura con especial referencia a la contemporánea ydentro de ella seleccionaba autores locales, hoy en díafiguras, (Mari Puri Herrero, Bonifacio, por ejemplo).Dando satisfacción a sus necesidades culturales, ingresóen la Sociedad de Estudios Vascos y en la Sociedad Bas-congada de Amigos del País con la lección “Genio y lo-cura: condicionantes psicosociales de la creatividad”, etc.

Compartimos ambiciones, secretos, viajes, oposicio-nes, discusiones, angustias, problemas… pero tambiénmuy buenos ratos y muchas alegrías. Una etapa frenéticae inolvidable. José Guimón fue un vasco internacional, li-

Figura 2. José Guimón, en la Facultad de Medicina yEnfermería de la Universidad del País Vasco/EuskalHerriko Unibertsitatea.

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8 Miguel Gutiérrez Fraile

beral, demócrata, brillante, culto, inteligente, divertido,peleón, muy afectivo, en ocasiones hasta lo entrañable,inseguro en su seguridad como los grandes, y el mejorjefe mientras lo fue.

Desde luego, claro que deja huella en la psiquiatríavasca y en la española. Leioa, Basurto, Psiquiatría, Me-dicina son términos ligados a Guimón, siempre en el re-cuerdo de su padre, D. Julián, al que tanto quiso yadmiró, como uno de los fundadores de la Facultad deMedicina de la Universidad de Bilbao y cuya biografía es-taba escribiendo.

Deja huella indeleble. Fue único. Sus familiares, sushijos José y Pablo, sin duda tienen una referencia envi-diable para siempre que transmitirán a sus descendien-tes. La bonhomía del aitona. Dentro de nuestro pesar, esuna buena noticia, que un distinguido y apreciado com-pañero, Iñaki Markez, vaya a emprender un ensayo bio-gráfico sobre la figura de José Guimón Ugartechea.

“Goian Bego".

Miguel Gutiérrez FraileCatedrático de Psiquiatría. Universidad del País Vasco

Expresidente de la Sociedad Española de PsiquiatríaAcadémico de la ACMBFigura 3. José Guimón (foto de Rafael Gutiérrez).

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):9-10

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

En memoria del profesor José GuimónIn memory of Professor José Guimón

José Guimón irakaslearen memorian

Enterado de la idea sobre el monográfico que la Acade-mia proyectaba en memoria del Prof. Guimón, y ante laposibilidad abierta de colaborar con algún texto a modode laudatoria, de entrada no consideré que personal-mente pudiera aportar nada que otros supieran escribircon mucho mayor acierto y conocimiento de su figura,ya fuera desde una perspectiva humana, académica ocomo impulsor de los más diversos y novedosos progra-mas y reformas asistenciales. Sin embargo, ganas no mefaltaban de participar de alguna manera en su reconoci-miento público.

Una vez decidido a ello, aclararé de partida que, sinhaber mantenido una estrecha relación con él, ni formarparte de sus más directos colaboradores, al retro-traerme a los inicios en mi carrera como psiquiatra, medi cuenta sin embargo que sí podría aportar una visiónparticular, desde las bases que alguien diría. Punto devista muy posiblemente extensible a otro gran númerode colegas, a quienes José Guimón nos permitió un des-arrollo profesional más digno de lo esperable con losrecursos académicos y asistenciales existentes haceunas décadas.

En ese sentido, aún recuerdo el estímulo que supusoel Curso de Salud Mental, posteriormente reeditado enformato universitario de máster, convocándonos en elHospital de Basurto durante los fines de semana ydonde, en lo que a mí concierne, se me permitió respirarotros aires más allá de los asfixiantes vapores del mani-comio en el que inicié mi trayectoria. Posteriormente si-guió el máster de psicoterapia grupal, con el quetambién un buen número de personas nos formamos, nosolo en el modelo psicoterapéutico grupal, sino apren-diendo la importancia de la perspectiva relacional a la

hora de entender la psicopatología y su tratamiento, de-jando de esta manera también su impronta de calidaden los diferentes servicios asistenciales de nuestro en-torno.

De igual manera, de forma más individualizada, sepreocupó y supo estimular a muchos a la elaboración detesis doctorales y participar en los más diversos proyec-tos de investigación, elevando de esta manera el nivelprofesional de nuestros servicios. Y junto a todo ello,gracias a los múltiples contactos que mantuvo en el ex-tranjero, animó y facilitó a otros muchos los desplaza-mientos fuera de nuestras fronteras para ampliarnuestra formación, a la vez que también posibilitó el des-lumbrarnos aquí mismo con las múltiples personalida-des de categoría internacional que atrajo a los másdiversos encuentros científicos celebrados en Bilbao yárea limítrofe.

Fueron años de juventud, determinantes en muchosaspectos, en los que tales iniciativas nos brindaron la opor-tunidad de recibir una formación de cierto nivel, alterna-tiva al sombrío panorama académico imperante ennuestro entorno, y que, en no pocas ocasiones, he escu-chado rememorar con reconocimiento y no sin cierta dosisde envidia por parte de otros colegas a lo largo y ancho dela geografía más allá del País Vasco. Pero además, y quizásde forma no menos importante, fueron experiencias quepermitieron el acercamiento, conocimiento interpersonaly desarrollo de cierta camaradería entre muchos de losprofesores y alumnos participantes en ellas, algo que nosha acompañado posteriormente de forma intangible, peroincuestionable, a lo largo de los años.

Para terminar, tengo también que reconocer de aque-llos tempranos años algo que me desorientaba y en

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10 Óscar Martínez Azumendi

cierto modo incomodaba de su persona. Proclive a pos-turas maximalistas de juventud, no podía entender comoJosé Guimón parecía ser capaz de “pegar a todos lospalos” de nuestro saber profesional, disertando cómo-damente tanto de aspectos psicodinámicos de la perso-nalidad, como explicar las bases biológicas del enfermarmental y sus oportunos tratamientos, por poner unejemplo. Mucho más tarde me di cuenta de que tambiénaquello eran méritos que personalmente me fueron ca-lando de forma imperceptible y que ahora igualmente

se suman a la justificación de mi deseo y obligaciónmoral de contribuir a este reconocimiento. Un senti-miento que creo compartir con otro dilatado número decompañeros, primero aprendices y ahora empeñados enla mejor tarea asistencial del día a día profesional, gra-cias a los diferentes caminos que José Guimón nos mos-tró desde su preocupación docente y asistencial.

Óscar Martínez Azumendi

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):11-12

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Homenaje al profesor José Guimón UgartecheaTribute to Professor José Guimón Ugartechea

José Guimón Ugartechea irakaslearen omenaldia

Quisiera agradecer a la Gaceta Médica de la Academia deCiencias Médicas de Bilbao la oportunidad que me da depoder expresarme acerca de nuestro querido amigo ycompañero, José Guimón, que nos dejó el 5 de diciembredel 2016, justo antes de las fiestas de Navidad.

Sabía que estaba muy enfermo, a través de mi her-mano Ricardo, y que las cosas se estaban complicando,pero me sorprendió a mí mismo la pena profunda queme entró al conocer el desenlace. Sentía que alguien muyquerido se me había ido.

Desde mi juventud, cuando acabé la carrera de Me-dicina en Valladolid, a los 22 años, y decidí especiali-zarme en Psiquiatría, José estuvo siempre presentecuando le pedía ayuda y consejos. Recuerdo los simpo-sios y los congresos que organizaba en Bilbao, dondeacudíamos los jóvenes estudiantes de Psiquiatría, veni-dos de todo el país.

Allá, por los inicios de los años 70, yo trabajaba en elHospital Psiquiátrico de Salt (Gerona) y era alumno dela Escuela Profesional de Psiquiatría de la Cátedra delprofesor Juan Obiols en Barcelona. José, que pasaba losveranos en Peratallada (Gerona) donde la familia de sumujer, Pilar Ros, tenía una casa, una antigua rectoríallena de encanto (¡y de la que aún me acuerdo que habíaque llamar a una centralita y pedir por el n.º 10 de losSres. Ros!), me enseñó toda esa zona tan bonita del Am-purdán (Bagur, La Bisbal, etc.). Él solía hacer cursos decerámica en La Bisbal por las mañanas. Siempre fue ungran amante de las artes plásticas, de la literatura y otrasartes.

Más tarde, me ayudó a encontrar trabajo en Suiza,donde José había estado trabajando con el profesor Ju-lián de Ajuriaguerra, director del Hospital Psiquiátrico

de Bel-Air (Ginebra). Llegar a Bel-Air para pedir trabajoal profesor Ajuriaguerra, con una carta de José, era tenertodas las puertas abiertas y, efectivamente, así fue. Gra-cias a él pude formarme durante 8 años en Psiquiatría yen Psicoanálisis, y disfrutar un par de años de las pre-sentaciones clínicas de los miércoles del profesor Aju-riaguerra antes de que fuera nombrado miembro delCollège de France, en París. Pude también disfrutar delos grandes “patrones” de la psiquiatría y del psicoaná-lisis de aquella época (Prof. Garrone, Prof. Diatkine, Prof.Durand, Prof. Müller, Prof. Schneider, Prof. Kauffman,etc.).

José Guimón era de esa raza de psiquiatras que, comosu gran maestro, el profesor Julián de Ajuriaguerra, se-guían en línea directa la saga de J. H. Jackson, Henri Ey,Wallon etc., en el campo de la Psiquiatría, y de FrancisPasche, Maurice Bouvet etc., en el terreno psicoanalítico,aunque José era también un gran conocedor de la teoríade la escuela kleniana.

Ávido de conocimientos, no escatimaba en acudir alas fuentes del saber. Así, no dudó en irse a Nueva York,a trabajar con el profesor Rojas Marcos, o a emprenderun análisis didáctico y una formación psicoanalítica quele hizo miembro, en primer lugar, de la Asociación Psi-coanalítica de Madrid (APM) y, más tarde, de la SociedadSuiza de Psicoanálisis (SSP), ambas sociedades miem-bros de la IPA (International Psychoanalytical Associa-tion).

Ejerció su labor docente e investigadora en múltipleslugares: Bilbao, Barcelona, Madrid, Nueva York y, los diezúltimos años antes de jubilarse, en Ginebra, donde re-tomó la cátedra que su querido maestro, Julián de Aju-riaguerra, ejerció tantos años.

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12 José María Franco Vicario

En 1980, José presidió en Valladolid el tribunal de mitesis doctoral (“Modificaciones de la glándula tiroidesbajo el efecto del electroshock”) que había dirigido elprofesor Pedro Gómez Bosque. Aquí, de nuevo, tenía aJosé a mi lado. Recuerdo con mucho cariño su apoyo yla tranquilidad que me daba tenerlo ahí. La comida queluego tuvimos en el asador “La Fragua” fue una fiestapara celebrar el “cum laude” que me concedieron.

Ya de vuelta a España, a Barcelona, en 1984, José estabamuy pendiente de que me pudiera ganar la vida con miprofesión. La vuelta a tu país (en realidad Cataluña noera mi país, sino el de mi mujer; en Bilbao hubiera sidomuy distinto) es siempre difícil. En los trabajos que so-licitaba en la sanidad pública me rechazaban por “estardemasiado formado”.

Un día, José se presentó en mi casa para ofrecermedirigir una clínica privada de psiquiatría que una com-pañía americana quería abrir en Barcelona. Finalmente,el proyecto no se realizó pero, otra vez José estaba allí,generosamente preocupado por mi situación profesio-nal y vital.

Después, las cosas me fueron mejor poco a poco y,efectivamente, he podido vivir y vivo bien de mi profe-sión. Por eso estoy totalmente de acuerdo con el pPro-fesor Rojas Marcos cuando dice en El País (Obituarios,“In memoriam” José Guimón Ugartechea, lunes19/12/2016, pág. 43) que: “José era un gran mentor pornaturaleza; siempre dispuesto a apoyar y a ser guía”. Almenos, conmigo, lo fue siempre, y solo tengo palabrasde agradecimiento y de afecto hacia él.

Me quedé muy sorprendido cuando, al día siguientede morir José, me llamó un paciente de parte de él parapedirme hora. Antes de que yo dijese nada, el pacienteme dijo: “No sé si usted lo sabe, el Dr. Guimón murióayer”.

“Non, José, tu ne m’as pas quitté, tu resteras toujoursprès de moi et de tous ceux qui avons eu la chance de teconnaître” (“No, José, no me has abandonado, siempreestarás cerca de mí y de todos aquellos que hemos te-nido la suerte de haberte conocido”).

José María Franco Vicario

Figura 1. Dr. José María Franco Vicario.

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):13-14

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Profesor José Guimón: un psiquiatra “renacentista”Professor José Guimón: a "Renaissance" psychiatrist

José Guimón Irakaslea: “Pizkundeko” psikiatra

Conocí personalmente a José a principios de la décadade los años ochenta cuando le llamé para preguntarle siquería dirigir mi tesis doctoral porque me lo recomen-daron psicoanalistas de Barcelona, como un catedráticode Psiquiatría abierto al psicoanálisis. Sin conocerme denada, me invitó a su casa en Neguri y me dio todas lasfacilidades. Yo quería hacer la tesis sobre Melanie Klein,ya que me analizaba y formaba en esa escuela, muyfuerte en Barcelona y quería analizar a fondo, decons-truir la teoría kleniana, ver qué había detrás. Me dijo quemuy bien pero que de cara a la tesis lo mejor sería com-pararla con otra y me propuso la obra de Heinz Hart-mann de la Psicología del Yo americana, que me dijo queera muy interesante

Tras la lectura de mi tesis doctoral en marzo de 1990en Leioa le vi con frecuencia y no solo me ayudó comodirector de la tesis, sino que me presentó a personas queme pudieran ayudar como Germán Berrios a quien co-nocí en su casa de Leioa en la que se hospedaba, o aGranjel, un catedrático historiador amigo suyo. Re-cuerdo que un día quedamos en el aeropuerto de El Pratporque él venía de algún viaje y me comentó que estabapreocupado por tener un infarto. Se preocupó de que tu-viera un tribunal de gala para la tesis con los mejores ca-tedráticos (Barcia, Giner, Luis de Rivera, Tous...).

En los años posteriores a la tesis ya mantuvimos unarelación fluida porque le invitaba a actos en Barcelona yél a mí en Bilbao, casi cada año. Tenía un gran apreciopor la Fundación Vidal i Barraquer en la que yo dirigíalas actividades científicas y lo teníamos siempre comoreferente para las Jornadas y actos en los que siempredestacaba por sus amplios conocimientos, su voluntadde buscar puentes entre todas las disciplinas.

También estuvimos en contacto más adelante cuandoJosé intentó acceder a la cátedra de Psiquiatría del Clínicoen la Universidad de Barcelona en la que me pidió ayudaaunque de una forma muy respetuosa, sin presionarmepara nada. Yo, por supuesto, estaba encantado de que vi-niera porque estaba seguro de que sería un gran cátedro.Sin embargo, el perfil de José no era en absoluto delagrado de los psiquiatras del Clínico, ultrabiologistas y an-tipsicoanalíticos viscerales y le dieron la plaza por unaserie de chanchullos a un psiquiatra al que le faltaba pocopara jubilarse, Vidal Teixidor, un psiquiatra amable con elque yo había coincidido en las consultas de la seguridadpero sin apenas relieve intelectual, y que solo quería la cá-tedra para tener mejor jubilación como catedrático, al-guien sin ninguna ambición intelectual, solo para cerrarleel paso a José que hubiera revolucionado la psiquiatría enBarcelona desde la cátedra (que buena falta le hacía).

En la etapa en la que fue catedrático en Ginebra le vi-sité varias veces y me facilitó el contacto con entidadesque trabajaban con inmigrantes, entre ellas la Organiza-ción Mundial de la Salud, en la que conocía a todo elmundo. Recuerdo que hizo venir un domingo nadamenos que a Norman Sartorius a tomar un café a su casapara que me orientara en el tema de la psiquiatría trans-cultural en el que entonces me estaba iniciando. Cuandole dije que estaba asombrado del poder y los contactosque tenía para hacer venir así a su casa a hablar con-migo, sin más a Sartorius, me respondió sin inmutarse:“bueno, en realidad lo tengo aquí de profesor asociado(es un empleado mío, un subordinado mío)”. Me explicócon tristeza cómo para conseguir la plaza de Ginebrahabía tenido que poner casi ocultándola su formaciónde psicoanalista.

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14 Joseba Achótegui

Cuando presenté en público el concepto del Sín-drome de Ulises lo hice con él a mi lado en otoño del2002, en una sesión de un congreso la Sociedad Espa-ñola de Psiquiatría en Barcelona. Siempre abierto al de-bate.

José era una persona muy abierta, con una erudiciónpsiquiátrica enciclopédica; me atrevería a decir que eraun psiquiatra “renacentista”. Le he visto en congresos enponencias de biología molecular, de psicoanálisis, de psi-quiatría social… de todo. Le invité hace unos años a Ávilaa un congreso que organicé sobre espiritualidad y psi-quiatría. Compartimos sesión y recuerdo que dijo que élera agnóstico pero muy respetuoso con todo lo religioso.

Era una persona muy poco envidiosa, no recuerdohaberle oído nunca críticas personales de nadie, ni co-

mentarios de mala leche. Al contrario, le faltaba tiempopara reconocer el trabajo de un compañero y su valía. Yeso que sé por otras fuentes, nunca por él, que le hicie-ron faenas muy fuertes en la Sociedad Española de Psi-quiatría, la Asociación Psicoanalítica que no lereconocía… Todo lo sé por otras fuentes.

Él sentía el terruño y hacía sentir una complicidad,como la de ser de un sitio común, tener muchas viven-cias compartidas, no contra nadie, sino como disfru-tando de compartir registros.

Un psiquiatra, en definitiva, renacentista, que bus-caba el afecto, que era a la vez muy cosmopolita pero sin-tiendo mucho su tierra.

Joseba Achótegui

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):15-16

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Al maestro y amigo José GuimónTo the teacher and friend José Guimón

Maisuari eta lagunari, José Guimón-i

Al recibir del Prof. Ricardo Franco Vicario el encargo yla oportunidad de sumarme al homenaje a José Guimón,sentí mucha gratitud por la consideración y a la vez, unacombinación de sentimientos de alivio, felicidad y nos-talgia, que motivaron de tal manera a mi estilográfica,que ese mismo día se puso imparablemente a escribir, adesvelar y a compartir.

Mi primera noticia de José Guimón proviene de misaños mozos de residente cuando me tocó preparar unapresentación completa de fobias y me encontré con unaexcelente monografía con el título de Neurosis Fóbica di-rigida por él. Me llamó la atención la amplitud de pers-pectivas, la exigencia de calidad así como la cuidadosa yvaliente selección de contribuidores.

Mi formación transcurrió en un instituto municipalde urgencias psiquiátricas de Barcelona de fuerte acentoen cuadros agudos y tratamientos biológicos, que yocomplementé con formación psicodinámica por cuentapropia. Eso me permitió tener una perspectiva ampliade la profesión y de la clínica pero a la sazón, me hizover la dificultad en congeniar las distintas perspectivasteóricas y prácticas de la especialidad.

Pero había una gran excepción en ese pontificio psi-quiátrico: José Guimón. Él sí creó puentes permeables yactivos entre la academia, la psicodinamia, la clínica, lainvestigación y la gestión.

Años después organizó una reunión sobre crisis y ur-gencias en su hospital de Basurto, a la que me invitó.Aunque no me conocía en persona, me sorprendió des-cubrir que estaba muy al corriente de nuestro trabajo enesa área. Fue una sesión intensa y electrizante, a la vezque fructífera y exigente. Me impresionó su capacidadde decisión y organización así como la calidad de los po-

nentes que incluían a miembros de la New York Univer-sity como Manuel Trujillo y Arnold Friedhoff. Me dicuenta de la hospitalidad de los anfitriones, aunque mesentí un poco extraterrestre ya que en la cena todos ha-cían terapia de grupo siguiendo las orientaciones delprofesor. Total, me quedé “preogrupado”.

Años después, decidí emprender la carrera académicay empecé a firmar oposiciones; así firmé entre otras Sa-lamanca y luego Bilbao, que fue la primera a la que acudí.Y ahí fue donde recibí la lección más importante de todami carrera académica por parte de José Guimón. En el ri-tual de visitar en persona al catedrático local antes de laoposición, él me advirtió de que había candidatos localesy que contaban con el apoyo del departamento. Pero apesar de ello, me animó calurosamente a que hiciera losejercicios para desarrollar musculatura académica, perotambién porque él garantizaba que el tribunal era sobe-rano y la decisión se basaba en los currículum vítae y enla presentación de cada ejercicio.

Pues sí: efectivamente, fui seleccionado para la plazade profesor titular de Psiquiatría de la Universidad delPaís Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, por cierto ala vez que Miguel Gutiérrez y la exquisita Asun GonzálezPinto, de psicología médica, mientras que otros localesse quedaron en puertas.

Es decir, a pesar de que había candidatos locales, el“foráneo” fue elegido. Sinceramente creo que este hechoinsólito, valiente y de alto voltaje de honestidad acadé-mica que asumió José Guimón, no hubiera sido posible enotros lugares de España, incluida mi querida Catalunya.

Desde entonces, este gesto de compromiso profesio-nal y académico me han acompañado como estímulo ycomo exigencia a lo largo de mi ya dilatada carrera.

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16 Antonio Bulbena Vilarrasa

José Guimón fue un maestro genuino de gran influen-cia sobre los valores interiores de los que le rodeábamosy no solamente un profesor de oropeles o tribunas ex-ternas.

A partir de entonces compartimos progresivamentemuchas y magníficas experiencias personales y profe-sionales. Una de ellas fue cuando nos embarcamos encrear la primera unidad de daño cerebral de España enel Hospital Aita Menni de Mondragón (Guipúzcoa) queyo dirigía entonces, por cierto, gracias a su recomenda-ción a las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazónde Jesús.

La Unidad de Daño Cerebral, en la actualidad muyfloreciente y en expansión, partía de tres grandes líneas:a) una problemática neuropsiquiátrica clínica y socialgrave no bien atendida hasta entonces; b) una necesidadobvia de articular la multidisciplinariedad; y c), unaoportunidad de cooperación con la sanidad privada ypública. Naturalmente, con José las tres se cumplieronperfectamente y las Hermanas Hospitalarias lo acogie-ron con su proverbial calidad. Luego vinieron otros va-riados proyectos y su extraordinario y exitoso periploen Ginebra donde había estado su maestro Ajuriague-rra.

Como comenté a sus dos hijos, su padre José Guimónha sido para mí un gran referente y una de las personasque han influido profundamente en mi vida personal yprofesional. Y es que, ciertamente, esa mezcla de fuerza,inteligencia, riesgo, estética, compromiso y confianza,configuran para siempre la herencia que me ha dejadoy que cuido con mucho esmero y gratitud. A ello cabeañadir el enorme caudal de cordialidad, cariño y humorque destilaban nuestros encuentros que hemos ido man-teniendo felizmente durante años.

Cuando me llamó en verano para comunicarme sudiagnóstico y su pronóstico, me dio una vez más unagran lección de amistad, carisma y entereza.Estimado “Jóse”: puedes ya descansar; mientras, segui-rás viviendo para siempre en nosotros.

Antonio Bulbena VilarrasaCatedrático de Psiquiatría

Director del Departamento de Psiquiatría y MedicinaLegal de la Universitat Autónoma de Barcelona

Director de Investigación y Docencia del Institut de Neuropsiquiatria i Addiccions (INAD).

Parc de Salut Mar. Barcelona.

Figuras 1 y 2. Dr. Portada de la revista Hermes y dedicatoria del grupo de Psicología Médica y Psiquiatría, en-cabezado por José Guimón, en la despedida del Dr. Bulbena de Bilbao.

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):17-19

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Un patrón generoso y poderosoA generous and powerful patron

Patroi eskuzabal eta boteretsua

Como él mismo decía, uno de los modelos, personales yprofesionales, con los que José Guimón se identificó ensu trayectoria fue Julián de Ajuriaguerra. También lo fue-ron, como ya saben quienes le han conocido, don Pío Ba-roja y además, como no, su propio padre. A los dosprimeros les dedicó muchos textos y los citó tanto en lasgrandes ocasiones como en las cotidianas. Hoy sabemosque su prematura e inesperada muerte le impidió ter-minar el trabajo al que se estaba dedicando con su tesóny entusiasmo habituales y, seguramente en este caso,con especial implicación afectiva. Llevaba tiempo reco-pilando documentación biográfica sobre su padre y haencomendado a sus cercanos, como último legado, elcompletar esa tarea que seguro que fue una de las quemás, quizás la que más, hubiera deseado culminar.

“Patrón”, término que se asocia en nuestro medio cul-tural a la empresa o al mundo naval, terrenos ambos queinteresaban mucho a José, era la expresión por excelen-cia con la que se dirigían a Ajuriaguerra sus colaborado-res1. También nosotros dos, cuando durante sus añosfinales, viajábamos juntos, José y yo, a visitarle en su casaHegoa en Villefranche. Había sido el maestro de referen-cia para varias generaciones de psiquiatras que viajamosa Ginebra en busca de su magisterio y que luego, ya ensus últimos años profesionales y tras su jubilación, re-

gresó de la mano de José Guimón, para participar gene-rosamente, en las tareas de reforma y modernizaciónpsiquiátrica aún pendientes entre nosotros.

Cuando los tiempos, entonces modernos, empezabana llevar a la psiquiatría hacia otras vías con vertientesmás científicas pero menos humanas, José insistía en ha-cerle venir a nuestra universidad para dictar cursos dedoctorado iconoclastas (¡de asistencia libre para todo elque quisiera asistir y participar en el diálogo posterior!).Baste citar el título y resaltar la influencia de algunos deellos2: “El abrazo, el beso y la ternura”; “Las posturas delamamantamiento”; “La piel como primera relación: deltacto a las caricias”.

Entre los agradecimientos que le debo, a José, está elencargo de traducirlos (los había dictado previamenteen el Collège de France, en París) y, sobre todo, el pro-poner a Ajuriaguerra que dirigiera mi tesis doctoral, quenunca habría hecho sin la insistencia de José en que ini-ciara con ello mi posterior carrera universitaria, algo quetambién forma parte de mi deuda impagable con él.

Cuando Ajuriaguerra comenzó a presentar síntomasde su padecimiento final, la enfermedad de Alzheimerque —ironías de la vida que son también las de lamuerte— él, uno de los primeros exploradores moder-nos del cerebro, conocía tan bien o mejor que nadie,

De entre los diferentes acepciones que María Moliner señala para “patrón”, la que más se ajusta al sentido que tiene en este texto1es: “con respecto a una persona, otra con poder o autoridad que la ayuda, protege, defiende o la tiene a su cargo”. Sentido que sealeja del de otras de sus acepciones: “santo titular de una iglesia o de una cofradía”; “respecto de un esclavo, amo o señor”.Escribí un relato más documentado sobre la influencia de Ajuriaguerra en un texto impulsado y publicado por J.M Aguirre y J.2Guimón: Vida y obra de Julián de Ajuriaguerra, (Cap. 5: Julián de Ajuriaguerra en la Psiquiatría Infantil pp. 91-99) ELA-ARANEds. Madrid, 1992.

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18 Alberto Lasa Zulueta

también entonces, cuando los intereses profesionales yano contaban, seguimos compartiendo visitas que creopoder decir —venciendo cierto pudor afectivo, que tam-bién compartíamos sin comentarlo— tenían más de ca-riño y devoción filial que de cualquier otra cosa.

Creo sin duda —y de ahí el título de este texto— quea José le hubiera encantado —y tenía todos los méritosposibles para ello— ser reconocido como el gran patrónde la psiquiatría vasca contemporánea. Muchos pensa-mos que así fue, aunque las sensibles reacciones que sufigura —joven, emprendedor y brillante— despertaba,suscitara también las siempre inevitables envidias y re-sentimientos que, a la hora de su pérdida y de los home-najes públicos, sus protagonistas tienden a enterrar enel olvido.

Como puede deducirse, estas reflexiones giran entorno a sentimientos de filiación. No en vano emuló aAjuriaguerra, consiguiendo ser elegido para la direcciónde la cátedra de Psiquiatría y de los servicios de SaludMental de Ginebra y puso su empeño en superarle enaquello en que el también bilbaíno Julián de Ajuriague-rra —pese a la ilusión y presión de su activo e influyentehermano Juan— no pudo hacer: desarrollar la organiza-ción de la psiquiatría de nuestro país en nuestro país.

No me atrevo a afirmar, él siempre fue muy discreto,al menos conmigo, en este tema, lo que intuyo que su-puso como modelo humano y profesional la figura de supadre. Pero sí recuerdo su emoción agradecida, cuandole conté que algunos de sus compañeros de cárcel, tam-bién perdedores de la Guerra Civil —entre los que tam-bién estuvo Juan de Ajuriaguerra— relataban conadmiración: que se hizo muy famoso entre ellos, por sercapaz de hacer hervir un cacillo de agua, para cocer unváyase a saber que, con la llama de una hoja de periódicoque sólo él sabia apretar y hacer arder durante largotiempo. Creo que, realista o idealizado, para José este re-lato suponía un ejemplo de determinación y pragma-tismo muy acorde con las raíces de su identidad. Por esohe resaltado al inicio de estas líneas que, a la hora detransmitir sus últimas voluntades, sabiendo ya que él nopodría hacerlo, insistió en que la obra y figura de supadre quedara escrita.

José Guimón se sentía también admirador y un pocohijo espiritual de Pío Baroja. No en vano citó repetida-mente su relato (en “Las inquietudes de Shanti deAndía”), de la nostalgia de otro patrón, el marino Juande Aviraneta, cuando se alegraba, —a la vez se lamen-taba “y sin embargo…”— de que sus hijos no hubierancontinuado su oficio. También su hijo, Pablo Guimón, lorecordaba en el emotivo y admirable obituario que de-dicó a su padre, que finalizó hablando de su esperanzade que las nuevas generaciones de la familia reanudarán

uno de sus hilos de filiación, la saga médica. Desconozco,aunque quiero pensar que así será, si también habráentre ellos quien continúe la saga de navegantes abiertosal mundo. De momento, el propio Pablo ya ejerce de co-rresponsal de El País en Londres.

Era Baroja, como también quiso ser José, un vasco re-calcitrante3, contento de serlo sin por ello renunciar asentirse ciudadano del mundo. Recordaré que fue unode los escasos personajes públicos que manifestó su sen-timiento de haber reaccionado tarde y con cobardía antelos terribles y letales sucesos que convulsionaron nues-tro país durante demasiados años.

Gran parte de su enorme tarea profesional tuvo quever con su alma viajera y su extraordinario olfato paradetectar, allí donde estaban, en activa búsqueda ecléc-tica4, los conocimientos y las novedades que iban a serdeterminantes en el futuro de nuestro oficio y que, comoun naviero curioso y ávido de conocer el mundo, se apre-suraba a importarnos rápidamente, a la vez que tejía unared de contactos internacionales con un talento para lasrelaciones profesionales que contrastaba con su propiadeclaración de sentirse un gran tímido y —por sorpren-dente que parezca, son sus palabras— un “fóbico social”.Según él, nadie entendía que el ser “demasiado alto” —quizás quería decir el ser visto aunque quieras pasardesapercibido— pudiera conllevar inconvenientes,entre otros el acentuar su tendencia a la timidez. Insistoen que era él el que lo decía y lo hago porque los demás,al menos los que le mirábamos desde nuestra inferiorcota, no lo percibíamos. Muchas de las personas que leconocieron recuerdan que su presencia les producía res-peto, distancia y contención afectiva.

Independientemente de que él tuviera razón en suautoanálisis de sentirse incómodo e inseguro desde sualtura, en las distancias cortas, lo que yo puedo decir esque, por el contrario, destacaba y mucho en las distan-cias panorámicas, en las que disponía de una prodigiosavista de águila.

Siempre nos adelantó a todos en la percepción de pordónde iban a ir las cosas en la profesión y fue siempremuy generoso en ponernos al corriente de sus intuicio-nes. Fui testigo de su capacidad para percibir, inmedia-tamente, cuáles iban a ser las consecuencias,institucionales y profesionales, de varias reuniones in-ternacionales. Podía anticiparlas porque, cuando losdemás todavía estábamos sentándonos, él ya habíaechado su vistazo de águila sobre todos los asistentes. Ypara cuando, de vuelta en el aeropuerto, esperábamoslas maletas, ya tenía pensadas las cartas que iba a redac-tar al día siguiente y a quienes tenían que ir dirigidas.Fueron muchas las veces que comentamos la acertadaexpresión de Otto Kernberg acerca de la importancia,

Otra vez recurro a María Moliner para precisar el origen de la palabra, que viene de recalcar: “acentuar cada sílaba de una cosa3que se dice, insistir en ella para que no pase inadvertida y sea comprendida”… “dar un paso hacia atrás preparándose a resistira algo”.Pese a que los eclécticos no suelen ser justamente valorados en el mundo de los saberes, sobre todo en épocas de puritanismos4diversos, conviene recordar que en su origen se denominaban así los filósofos que viajaban por el mundo recorriendo los centrosdel saber en busca de un conocimiento contrastado y equilibrado (“eklegos” significa escoger).

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Un patrón generoso y poderoso 19

para mantener un liderazgo institucional, de poseer eldon de “una sana paranoia anticipadora”.

En sus últimos años, a su vuelta de Ginebra, la psi-quiatría académica se había centrado en las exigenciasde la denominada “evidencia científica” —que él conocíamuy bien— y disfrutaba para ello del generoso mece-nazgo de la poderosa industria farmacéutica. Resulta lla-mativo que él no llegara a disfrutar de sus prebendas.Aunque pudiera pensarse que, tras la década que pasóen Suiza, a su vuelta “perdió ese tren”, yo creo que prefi-rió no montarse en ese viaje. Era demasiado conocedorde dónde estaban los poderes fácticos influyentes en suoficio —y muy hábil para generar relaciones mutua-mente beneficiosas con ellos— como para imaginar quehubiera aceptado pasivamente quedar excluido de tansuculentas “sinergias” comerciales. Creo más bien queoptó por no participar, como tan activamente hicieronotros, en un estado de cosas que no aprobaba.

Presupongo que serán numerosas las personas quepueden contar haber disfrutado de su generosidadcuando, aprovechando encuentros científicos, los com-plementaba organizando, en su casa, animados y festi-vos encuentros poblados por profesionales de muyvariadas ideas y procedencias. Siempre me asombró sucapacidad para captar, entre canciones y risas, infinidadde detalles, matices relacionales… y de registrar la in-formación camuflada en cualquier comentario “intras-cendente”. Es sabido que era un experto en observar elfuncionamiento de los grupos, pero creo que su arte es-taba más en su olfato personal que en sus excelentes co-nocimientos profesionales. Además, siempre supo quesu reconocido poder condicionaba ciertos acercamien-tos interesados y retorcidos y quizás esto le dificultó aveces la apreciación justa del matiz desinteresado deotros acercamientos motivados solamente por la amis-tad.

Seguramente —es lo que tiene el ejercicio delpoder— su tarea profesional, incesante, se asemejaba aloficio del gran maestro del ajedrez que juega partidas si-multáneas en múltiples tableros. Siempre hay una par-ticular situación para el jugador individual que, centradoen hacer un buen papel en la partida que transcurre ensu tablero, espera que, en su ronda, el gran maestro sela tome en serio.

Pero puede ocurrir y ocurre que —modesto adver-sario— en su breve turno descubra que el sabio maestroya ha optado por centrarse en otras partidas y por des-echar rápidamente la suya, y pase de largo cuando lle-vaba tiempo pensando retener su interés con una jugadaque creía admirable. Es imposible que esta desatencióndeje de resultar dolorosa para el uno y necesaria para elotro. Este desajuste, fácil de comprender pero difícil deaceptar, deja al jugador que solo alcanza a pensar en losuyo, frustrado y —dependiendo de sus esperanzadasilusiones— quizás también con sentimientos de desam-paro y hasta de menosprecio. Pero del otro lado, es tam-bién destino del patrón que, siempre deseoso de unagradecimiento que reconozca su esfuerzo, debe conti-nuar su tarea también cuando, justo o injusto, encuentralo contrario.

Ser generoso cuando se es poderoso es una tareamuy complicada que implica saber discernir en lo quese concede o se niega a muchos colaboradores y tambiénsaber hacerlo descifrando quién se acerca y se distanciay por qué lo hace. Es un difícil arte que a José se le exigióa diario, desde sus jóvenes inicios en su larga y dilatadacarrera y que —para quien esto escribe conociendo lascríticas privadas de quienes medían a veces errores pe-queños con cóleras gigantescas— desarrolló con talentolo mejor que pudo o que es posible. Es el momento dedecirlo ahora, cuando algunas alabanzas hagiográficasno dejan ver las dificultades humanas necesarias e in-evitables en una tarea enorme que no puede realizarsesin esfuerzo, sin cansancio y sin fallos. “Uno sabe cuándolas cosas le han salido bien o mal; es normal, pero lo di-fícil es reconocerlo” fue una de sus frases que le oí repe-tir de cuando en cuando.

Todo gran hombre, y José Guimón lo fue, tiene tam-bién derecho al agotamiento, a la duda y al desacierto.Fue Kant quien dijo que la grandeza del hombre se midepor la cantidad de incertidumbres que es capaz de so-portar. José trató —al menos en su terreno profesional,el que yo he tenido el privilegio de conocer de cerca—de afrontarlas casi todas.

En este terreno profesional proporcionó a muchos lasuerte de vivir bajo la protección de un gran árbol conel cobijo que su gran sombra proporcionaba. No era fácildejarla para hacer un camino propio. Algunos lo hicieroncon dolor o con dificultad. No es mi caso; lo tuve másfácil porque me protegía otra sombra más pequeña. Lamía, la de la psiquiatría de niños y adolescentes, fue unterritorio menor del que no salí nunca. Con otras pala-bras: José me hizo un sitio específico, en el programa do-cente de la cátedra de Psiquiatría, que siempre respetóy que siempre mantuvimos en sus límites fundaciona-les.

Así que creo poder aproximarme, parafraseándole, alo que Ajuriaguerra dijo de Henri Wallon: “Aunque notuve nunca la suerte de ser su discípulo, siempre le con-sideré uno de mis maestros”.

Nuestra psiquiatría, barco que sigue navegando, haperdido a su sabio y veterano patrón. Y yo, como otrosmuchos, he perdido un amigo con el que siempre sentíun respeto compartido: porque aceptó que le dijera,siempre que me atreví a hacerlo, lo que pensaba de él. Ya la hora de echarle de menos me pregunto si no perdi-mos, los dos, la ocasión o el valor de decirnos muchasmás cosas.

En este texto dedicado a recordarle he contado algu-nas. Más de treinta años de actividad y amistad compar-tidas contienen muchas más. Quedarán en mi memoria,que me obliga a guardar las confidencias compartidas.En esta hora de los merecidos homenajes públicos, res-petar con fidelidad la discreción acordada con un verda-dero amigo exige un ejercicio de contención y prudencia.No hacerlo, en esta hora de despedida triste y definitiva,hubiera sido una traición imperdonable.

Alberto Lasa Zulueta

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):20-30

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Resumen:Se dedica el artículo a la Psiquiatría Psicosomática y de Enlace, sub-disciplina psiquiátricaque quiere ser una aportación a la "medicina holista, integral" mediante la colaboracióncon otras especialidades. Se defiende una filosofía doble, la perspectiva del humanismomédico, pero también de la ciencia "empírica", que más recientemente ha sido denomi-nada "basada en evidencias”, pruebas o datos. Se apunta lo que se puede esperar enuna Unidad comprometida y especializada y se describe el desarrollo de la subdisciplinatanto en nuestro país como en la Unión Europea, documentado en los estudios del Eu-ropean Consultation-Liaison Workgroup, (ECLW) en que participamos. Se resume la im-portante aportación del ECLW, incluyendo sus originales iniciativas proactivas y sumétodo INTERMED para la temprana detección y subsiguiente intervención en pacientes"complejos".

El artículo aborda en su segunda parte las perspectivas de futuro de la disciplina,que camina hacia la subespecialización en psiquiatría: analiza el reto de la morbilidadpsíquica no detectada en entornos médico-quirúrgicos, no tratada y el potencial de Uni-dades "mixtas" médico-psiquiátricas para atender los pacientes más graves con comor-bilidad; afirma que el campo de la Psiquiatría Psicosomática desborda ampliamente elterreno de los hospitales generales, pero también que la dimensión del problema de lamorbilidad psíquica en enfermedades somáticas requiere el compromiso y la respon-sabilidad del resto de las especialidades médicas. El artículo es crítico con añejas teorías"psicosomáticas", pero revisa con brevedad muy importantes y sólidas aportaciones deinvestigación sobre la influencia de factores psicosociales en enfermedades corporales;y reivindica el papel de la investigación para el progreso de la disciplina, subrayando laimportancia y la experiencia en modelos colaborativos de intervención inter-disciplinar,avalados por estudios "controlados".© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Psiquiatría psicosomática: la contribución desde lapsiquiatría a una “medicina integral”Antonio Lobo

Universidad de Zaragoza. Instituto de Investigación Sanitaria Aragón. Centro de Investigación Biomédica en Red deSalud Mental (CIBERSAM)

PALABRAS CLAVEPsiquiatría psicosomá-tica. Psiquiatría de enlace.Desarrollo.Perspectivas.Futuro.

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Psiquiatría psicosomática: la contribución desde la psiquiatría a una “medicina integral” 21

IntroducciónProfessor Guimón leaves an indelible mark in the Basquepsychiatry, his colleagues say. I could assure he also wasa generous person, whose gentlemanliness similarly le­aves an indelible mark in the Spanish psychiatry.

Es un honor escribir un artículo en homenaje al Prof.José Gimón Ugartechea, buen amigo y, como hemosdicho en su necrológica, un caballero que dejó marcaindeleble en la psiquiatría vasca, pero también en lapsiquiatría española (Lobo, 2017a). Siempre receptivoa nuevas iniciativas, estoy seguro de que también apo-yaría algunos temas que aquí se defienden.

Entiendo la Psiquiatría Psicosomática como la dis-ciplina psiquiátrica que intenta, explícitamente, contri-buir a una medicina “integral”, que suela llamarse“psicosomática” (Lobo et al., 2007a). Nuestro desapa-recido amigo, el Dr. Maxi Lozano, acuñó por vez pri-mera este nombre, pues la habitual denominaciónPsiquiatría de Enlace suena “poco clínica” cuando noequívoca para los compañeros médicos no-psiquiatrascon quienes tenemos que trabajar en inter-consultas.Por otra parte, como veremos más adelante, la disci-plina debe mirar, además de las plantas médico-quirúr-gicas donde actualmente está más implantada, muchomás allá, allí donde se encuentra la comorbilidad so-matopsíquica o donde los factores psicosociales tienenque ver en el origen y/o evolución de las enfermedadessomáticas.

Nosotros inauguramos en 1977 una nueva Unidadde Psiquiatría Psicosomática y de Enlace (UPPE) en elHospital Clínico Universitario (HCU) de Zaragoza, conel novedoso enfoque de la psiquiatría norteamericana(Lobo y Seva, 1980; De Pablo et al., 2016). Ese mismoaño se inauguró también la Unidad del Hospital Ramóny Cajal de Madrid, que nosotros sepamos las primerasdel país, aunque había antecedentes de algunas inicia-tivas “psicosomáticas” y de “interconsulta” en hospita-les principalmente universitarios. Desde ese primermomento defiendo una filosofía bifronte (Lobo, 1986):“humanismo filosófico”, la filosofía humanista queaprendí en la Facultad de Medicina de Zaragoza, quecomo otras Facultades de nuestro país rezumaba me-dicina humanista, “integral”, la que en nuestro paíspreconizaban Marañón, Rof Carballo, o Laín Entralgo,por citar algunos de los médicos más influyentes; y, porotra parte, ciencia “empírica”, lo que ahora se ha dadoen llamar “basada en la evidencia”, la filosofía queaprendí del Prof. McHugh en el New York Hospital dela Universidad Cornell y después en el Johns HopkinsHospital (McHugh y Slavney, 2001), un pionero enaquél país y que recientemente ha sido nombrado Doc-tor Honoris Causa por la Universidad de Zaragoza.

Tengo que reconocer que la filosofía “empírica” dela disciplina supuso inicialmente un choque para unjoven residente que había sido expuesto a las provoca-tivas teorías “psicosomáticas” por no decir psicogené-ticas de mediados y finales del siglo pasado.

Psychosomatic psychiatry: the contribution to the "holistic medicine" from thefield of psychiatry

Abstract:

This article is dedicated to Psychosomatic and Liaison Psychiatry, a psychiatric sub-disci-pline intended to contribute to the "holistic medicine" by means of the collaboration withother medical specialties. A dual philosophy is proposed, based on medical humanismbut also in empirical science, more recently called "evidence based". The expectations ofspecialized Units are described, as well as the development of the discipline both in Spainand in the European Union, where we participated in the important European Consulta-tion-Liaison Workgroup, ECLW studies. The ECLW contribution is described, including theoriginal, proactive INTERMED based method for the early detection and subsequent in-tervention in "complex patients".In the second part, the article discusses the future perspectives for this discipline, whichmoves toward subspecialization in psychiatry: it analyzes the challenge of undetected,untreated psychological morbidity and the potential of mixed medical-psychiatry Unitsfor patients with severe comorbidity; it proclaims that the field of PsychosomaticPsychiatry goes well beyond the scope of general hospitals, but also that the size of theproblem of pychopathological morbidity in medical conditions requires the compromiseand the responsibility of non-psychiatric medical disciplines. The article is critical with old-fashioned "psychosomatic" theories, but reviews briefly very important and firm researchcontributions about the influence of pychopathological factors in medical conditions; andclaims for the role of research for the progress in the discipline, underlying the relevanceand the experience of collaborative, multi-disciplinar intervention models, sustained by"controlled" studies.© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. All rights reserved.

KEYWORDSPsychosomaticPsychiatry.Liaison Psychiatry.Development.Perspectives.Future.

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22 Antonio Lobo

Preconizaban esas teorías en boga, también en el en-torno americano, el origen psicológico de algunas gra-ves enfermedades corporales, y fue un choqueencontrarme en un programa formativo que no tole-raba enunciados que no estuviesen bien fundamenta-dos, apoyados en hechos concretos, en datos. Pero eseduro encuentro con la realidad pronto me resultó pro-videncial, en el intento de pisar terreno firme y no caeren conjeturas sin base.

Fundamentos empíricos de la Psiquiatría Psicoso­mática y de EnlaceAunque existían en nuestro país algunas iniciativas enel campo de la psicosomática, y en Alemania ya repre-sentaban una fuerte corriente eventualmente conver-tida en especialidad médica, la psiquiatríanorteamericana propuso un modelo convincente, quefue el que se extendió en aquél país y pusimos en mar-cha también entre nosotros. Había fundamentos huma-nistas, pero había sobre todo una base empírica y unclaro pragmatismo en la puesta en práctica. Los funda-mentos empíricos se resumen en la figura 1: entre pa-cientes médico-quirúrgicos hay una alta prevalencia demorbilidad psíquica; esa morbilidad psíquica es insu-ficientemente detectada y tratada, pero complica elpronóstico de la enfermedad somática; y las interven-ciones especializadas, para un tratamiento integral,mejoran el pronóstico de la enfermedad somática (Li-powski, 1974).

Por otra parte, precisamente porque la morbilidadpsíquica es insuficientemente detectada y tratada, lospsiquiatras que trabajen en entornos médicos, ademásde tratar directamente a los enfermos en quienes sonconsultados, intentan contribuir a la formación de losequipos médicos, para que éstos puedan eventual-mente tratar al menos los casos no graves de patologíapsíquica. Estas son las estrategias que se conocen como“de enlace” (Strain et al., 1989), y al modelo completose le llamó “de inter-consulta y enlace” (Lipowski,1979).

Lo que se puede esperar en una unidad comprome­tida y especializadaEse modelo inicialmente norteamericano, basado en“inter-consultas” y en el “enlace”, que ha visto una im-portante expansión internacional, es el que implanta-mos en las primeras Unidades en nuestro país. Laevolución de la UPPE en el HCU de Zaragoza puede darmuestra del potencial del modelo: una unidad compro-metida y suficientemente bien dotada, como la que seconsiguió organizar en nuestro hospital, con psiquia-tras, enfermera especializada y auxiliar clínico atiempo completo, y, trabajadora social y secretaria atiempo parcial, puede esperar un rápido incrementodel número de consultas recibidas, como se ve en la fi-gura 2: algo más de 200 consultas anuales cuando lasinter-consultas se atendían de modo rotatorio portodos los psiquiatras del servicio, hasta las 1.400 en losúltimos años (además de las consultas ambulatorias),un aproximado 4% de todos los pacientes adultos queingresan en el hospital general. Por otra parte, en esaunidad hay aproximadamente, cada día, 50 pacientes“activos” en quienes se ha consultado, distribuidos portodas las plantas médico-quirúrgicas y que idealmentenecesitan seguimiento, intenso en casos como los dedelirium o riesgo de suicidio.

Por tanto, la actividad clínica que debe esperar unaunidad comprometida puede ser particularmente in-tensa; y si se consigue hacer de modo sistemático unasintervenciones adecuadas, el rendimiento clínicopuede ser muy notable. Siempre hemos mantenido quecada inter-consulta, además de resolver el problemaclínico del paciente, es una excelente oportunidad dehacer un buen “enlace” con los equipos médico-quirúr-gicos. (figura 3).

Por otra parte, los hospitales españoles, al menoslos 7 hospitales que participaron en los estudios euro-peos patrocinados por los programas BIOMED, con lainiciativa del European Consultation-Liaison Work-group (ECLW) of Liaison Psychiatry and Psychosoma-tics, reciben un equilibrado perfil de diagnósticospsiquiátricos en los pacientes atendidos (Valdés et al.,2000): a diferencia de algunos hospitales europeos,muy polarizados hacia un tipo u otro de pacientes,atienden tanto cuadros “orgánicos” (principalmentedelirium o demencias), como depresiones mayores,cuadros de alcoholismo o abuso de sustancias compli-cando enfermedades somáticas; y también patología“menor”, como los trastornos de adaptación, además deotros diagnósticos menos frecuentes. Desde luego, enplantas médico-quirúrgicas prácticamente no se ven tí-picos cuadros psiquiátricos como la esquizofrenia o eltrastorno bipolar.

Asimismo, en los hospitales españoles más activoshay programas específicos “de enlace”, que mediantecompromisos más o menos formales tratan de trabajarcon intensidad con servicios y tipos de patologías con-cretas. Entre los programas de enlace más frecuentesen nuestro país están los de psico-oncología; obesidad,conducta alimentaria y cirugía de la obesidad; tras-plantes, etc. Pero también algunos destacados progra-

Figura 1. Fundamentos empíricos de la Psiquiatría Psi-cosomática.

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mas de “enlace” con Atención Primaria (Lobo y Cam-pos, 1997).

El potencial docente de las UPPELas UPPE tienen un notable potencial docente, parti-cularmente en los hospitales con programas MIR y enlos hospitales universitarios. La formación que estasUnidades pueden impartir incluye a los residentes depsiquiatría, cuyo programa formativo oficial lo exige;pero también a los de otras disciplinas médicas que ofi-

cialmente rotan en ellas, muy especialmente a los deAtención Primaria, Geriatría, o Neurología. Incluye ade-más a los estudiantes de Medicina (Lobo et al., 2012;

Lobo, 2013); a enfermería en salud mental o trabajo so-cial psiquiátrico, como en el caso del Master de la Uni-versidad de Zaragoza. Puede incluir rotaciones tipo“fellowship”, aprovechando las ya comunes iniciativasdel sistema nacional de la salud. Y, por filosofía funda-cional y mantenida, estas unidades están comprometi-das con la formación de todo el personal médico de loshospitales. Como muestra del progreso de la disciplina,además del programa oficial citado, ha habido impor-tantes iniciativas para programas formativos, como lapropuesta por Gómez Reino et al., (2014) desde elGrupo de Trabajo correspondiente de la Sociedad Es-pañola de Psiquiatría; o el programa consensuado laEuropean Association for Consultation-LiaisonPsychiatry and Psychosomatics (EACLPP) y la Ameri-can Academy of Psychosomatic Medicine (APM) (Le-entjens et al., 2011).

El desarrollo de la Psiquiatría Psicosomática y deEnlaceLa disciplina está muy desarrollada en los EE.UU.,donde se ha convertido oficialmente en una subespe-cialidad psiquiátrica (Gitlin et al., 2004).

Curiosamente, la denominación inicial de “Consul-tation-Liaison Psychiatry” fue mutada en el momentode conseguir la acreditación como subespecialidad, de-nominándose ahora “Psychosomatic Medicine”, eti-queta en mi criterio particularmente desacertada; la“medicina psicosomática” debe ser mucho más ampliaque una subespecialidad psiquiátrica (Lobo et al.,2007a). En nuestro país, la encuesta nacional quehemos finalizado recientemente con una razonableparticipación sugiere que aproximadamente el 60% de

Figura 3. Intervención completa en una interconsulta,como oportunidad de “enlace”.

Figura 2. La evolución del número de remisiones a una Unidad de Psiquiatría Psicosomática y de Enlace. HospitalClínico Universitario de Zaragoza.

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los más de 100 hospitales que proporcionaron infor-mación cuentan con una UPPE, con distintas denomi-naciones, aunque los criterios para considerarlas comotales eran muy ‘permisivos’ (Lobo et al., en prensa). Porotra parte, la dotación de profesionales no-psiquiatrases también limitada y, consecuentemente, no se puededecir que el desarrollo en nuestro entorno sea espec-tacular. De las dos Unidades iniciales en 1977 se hanidentificado ahora 48 Unidades y podría haber más,aunque no hayan proporcionado todavía información.Sin embargo, la atención ambulatoria se limita a apro-ximadamente dos tercios de la unidades acreditadas.

Sobre el desarrollo de la Psiquiatría Psicosomática yde Enlace en la Unión Europea completamos desde elGrupo de trabajo europeo ECLW, germen de la Asocia-ción europea correspondiente (European Associationfor Psychosomatic Medicine, EAPM), un importante es-tudio para describir “el estado de la cuestión” de la dis-ciplina (Huyse et al., 1996; Huyse et al., 2000). Trasanalizar los resultados de 15.000 pacientes remitidos aUPPE en 13 países y 90 hospitales, con la participaciónde un total de 220 consultores, se concluyó que las tasasde remisión de pacientes eran muy bajas (1,4% demedia europea). Los hospitales españoles participantes(Ramón y Cajal y Princesa, de Madrid; y el HCU de Zara-goza) tenían tasas superiores al 3%. Estimó el ECLW queno todos los pacientes con morbilidad psíquica en hos-pitales generales necesitan una intervención especiali-zada, y consensuó que la tasa “ideal” de inter-consultasdebería ser de un aproximado 10%. Se concluyó, portanto, que a pesar de que las UPPE prestan una muy con-siderable atención clínica, la mayor parte de la morbili-dad psíquica entre pacientes médico-quirúrgicos enEuropa no llega a tener una atención especializada.

Los estudios del ECLW confirmaron asimismo unahipótesis de partida: la estructura de las UPPE influen-

cia la función, y aquéllas que están poco dotadas hacenmenos intervenciones y más superficiales. Y pusieronademás de manifiesto que una alta proporción de in-terconsultas se solicita de modo “urgente” y, por tanto,es difícil una planificación sistemática (Huyse et al.,2000): actuar simplemente como “brigadas de incen-dios” para apagar “fuegos” inesperados en pacientesproblemáticos es difícilmente compatible con la pres-tación de una buena atención a la salud mental de lospacientes médico-quirúrgicos.

En relación con ello, se buscaron sistemas de aten-ción proactivos, y se puso un especial énfasis en lo quese denominaron pacientes “complejos”, operativa-mente definidos como aquellos en los que a la enfer-medad somática importante se une morbilidadpsíquica y/o problemática social relevante; y/o altoconsumo de servicios. La prevalencia de tales pacientes“complejos” es alta, y es particularmente alta entre lospacientes remitidos a inter-consulta. Como muestra deello, en todos y cada uno de los trece países europeosinvestigados, la media de estancia hospitalaria fue doso tres veces superior a la media hospitalaria general.Ahí nació la iniciativa del sistema de “screening” deno-minado COMPRI/INTERMED (Huyse et al., 2003; Loboet al., 2008): un sistema de despistaje “en dos fases”(instrumento de screening; y entrevista estructurada)para la temprana detección de estos pacientes y parafacilitar la temprana instauración de una intervención“integral”, multidisciplinar. Este novedoso enfoque tuvonotable impacto en los EE. UU.

Sobre el futuro de la disciplinaEl futuro de la Psiquiatría Psicosomática, en la opiniónde uno de los más característicos representantes en EE.UU., Thomas Wise, es muy optimista (Wise, 2014): peroviniendo de un país donde predomina una visión posi-

Figura 4. Diagrama del método COMPRI-INTERMED.

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tiva casi siempre y muy poco acomplejada, puede to-marse con alguna cautela. En mi opinión, el futuro dela Psiquiatría Psicosomática en nuestro país depen-derá: de la visión y el compromiso de los Servicios dePsiquiatría, pero también del resto de Servicios mé-dico-quirúrgicos; y del Sistema de salud. Dependeráademás del compromiso y liderazgo de los psiquiatrasque se dediquen a este campo de la disciplina; y delavance de la investigación e “innovación”. En los apar-tados siguientes trato de revisar algunos aspectos con-cretos.

1. El reto de la morbilidad psíquica no atendidaComo hemos visto en los apartados anteriores, la di-mensión del problema de la morbilidad psíquica en en-tornos médico-quirúrgicos, incluyendo la AtenciónPrimaria, es muy notable (Haro et al., 2007), y la másactivas UPPE están saturadas: como en otros camposmédicos, hay el riesgo de “morir de éxito” si no semiden las fuerzas. Modelos “proactivos”, como el seña-lado a propósito de los enfermos “complejos”, empie-zan a demostrar efectividad y eficiencia (Stiefel et al.,1999).

En un estudio multicéntrico en nuestro país se hadocumentado que más de la cuarta parte de los pacien-tes de Medicina Interna son “complejos” y el 5% tienenuna “grave” complejidad (Lobo et al., 2015); conse-cuentemente, se sugiere la pertinencia de una tem-prana intervención proactiva.

Por otra parte, en esos mismos estudios se ha docu-mentado con este sistema que las principales diferen-cias entre pacientes “complejos” y “no-complejos” serefieren, precisamente, a las tres dimensiones distintasde la morbilidad somática. Si se confirma la efectividady eficiencia de las intervenciones basadas en el modelo,éste debería adquirir mayor predicamento. A propósitode este, pero también de otros modelos en la disciplina,los estudios bien “controlados” y aleatorizados podríanacompañarse de intervenciones basadas en proyectosde “innovación”, menos exigentes.

2. El reto de los pacientes más gravesSe ha estudiado en nuestro entorno la posibilidad decontar con “Unidades Mixtas de Medicina y Psiquiatría”,siguiendo el modelo de R. Kathol (Kathol, 1994). Estasunidades, con un equipo mixto de internistas y psiquia-tras, tratan de atender a los pacientes con grave pato-logía médica y, además, comórbidamente, gravepatología psíquica.

Un trabajo realizado en el HCU de Zaragoza ha do-cumentado que el 7% de los enfermos remitidos aUPPE están en esa situación (grado 4 de acuerdo conlos criterios de Kathol), habiéndose calculado que enun hospital de 900 camas totales harían falta 4-6 camasde modo persistente para atender a estos pacientes(Cortina, 2013). Además, otro 21% de los pacientes re-mitidos a UPPE en el mismo hospital estarían en elgrado III, de co-morbilidad algo menos grave, que tam-bién requerirían de todos modos una intervención es-pecial.

3. La Psiquiatría Psicosomática no se puede limi­tar a los hospitales generalesCuando se habla de Psiquiatría de enlace, en general,se refiere a las Unidades que trabajan en hospitales ge-nerales, muchas de las cuales en nuestro país, comovimos en un apartado anterior, se limitan a una activi-dad con pacientes hospitalizados en plantas médico-quirúrgicas, un modelo heredado del norteamericano.Pero hay abundantes datos empíricos señalando queen las consultas de especialidades médicas, y de Aten-ción Primaria, la morbilidad es muy frecuente y tam-bién lo son sus consecuencias negativas (Üstun ySartorius, 1995). Consecuentemente, en circunstanciasóptimas, la Psiquiatría Psicosomática tendría impor-tantes posibilidades de expansión.

Algunos de nuestros estudios también apuntanigualmente en esa dirección. Durante el estudio multi-céntrico en siete hospitales españoles, auspiciado porel FIS y el Instituto de Salud Carlos III mediante el pro-grama de Redes Temáticas, documentamos que, en elmomento del alta hospitalaria (edad media 74,5 años;media de cinco diagnósticos “médicos”), la prevalenciade depresión era del 19%, a pesar, lógicamente, de queenfermedad somática habría mejorado durante su in-greso (Lobo et al., 2007b). En el seguimiento en Aten-ción Primaria, a los 6 meses, aparte los pacientes quehabían fallecido, una importante proporción continua-ban deprimidos y, comparados con los no-deprimidos,mostraban marcada afectación de su calidad de vida yaumento del consumo de servicios médicos. Este tipode comorbilidad en población de mayores está notable-mente desasistido.

En relación con esto, inquieta ya a los expertos inter-nacionales el tema de la multimorbilidad, una realidadepidemiológica en población general, pero también clí-nica, relacionada sobre todo con el envejecimiento de lapoblación. Sartorius et al. (2015), en un libro muy rele-vante, destacan que la existencia de comorbilidad em-peora el pronóstico de cada enfermedad, tanto somáticacomo psíquica; y que el tema de la multimorbilidad esde tal calibre y está tan pobremente abordado, que Fa-cultades de Medicina y organismos responsables de lasanidad, en todos los países, deberían tomar buena notay actuar en consecuencia, pues no existe clara estrategiade intervención, ni a nivel nacional, ni internacional. Lapsiquiatría psicosomática y de enlace para nada es la so-lución única para abordar este problema, pero puedeciertamente contribuir a una mejor solución.

Es más conocido el tema de la morbilidad psíquicaen entornos de Atención Primaria. En nuestro EstudioZaragoza, en concreto, en una muestra representativa,la prevalencia de morbilidad psíquica fue del 27%, fre-cuentemente “somatizada”, aunque buena parte de lamorbilidad era de leve intensidad (García Campayo etal., 1996). Es patente que muchos psiquiatras que tra-bajan en Centros de Salud Mental tienen programas decolaboración con la Atención Primaria, pero tambiénestos pueden beneficiarse o se han beneficiado de laexperiencia y la técnica propulsada desde la PsiquiatríaPsicosomática (Creed y Marks, 1989).

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4. La “Psiquiatría Psicosomática”, ¿hace suficientepor una “medicina integral”?La Psiquiatría Psicosomática, en el pasado, abusó de te-orías psicogenéticas sobre enfermedades que se llama-ron “psicosomáticas” (Shepherd, 1978); y consideroque los excesos teóricos pudieron llevar a cierto des-crédito de la disciplina. Si uno revisa con suficienteatención la bibliografía, en textos actuales respetablescomo el editado por J Levenson (2011) o por Lloyd yGuthrie (2012) encontrará poca “evidencia” de enfer-medades somáticas potencialmente graves de causapsicopatológica única o incluso principal. Pero, por elcontrario, encontrará muy abundantes datos señalandoque la morbilidad psíquica al menos precipita, agravao complica el curso de la enfermedad somática. Conse-cuentemente, esa morbilidad necesita diagnóstico ytratamiento adecuados.

La pregunta sería…¿se trata de una tarea pendientepara la Psiquiatría Psicosomática? ¡Caramba! ¿Y elresto de la Medicina, tiene algo que decir? Reproduzcouna frase, para mí lapidaria, de Robert Platt, Lord Platt,baron of Grindleford, (Lord Platt, 1967), influyente mé-dico no psiquiatra, con máxima responsabilidad enManchester y eventualmente presidente del Royal Co-llege of Physicians británico. Le cito a menudo, por elsentido común que derrochan sus escritos como, aveces, por su punzante humor británico.

“Olvido prácticamente completo de los factores psico-lógicos en la enfermedad somática”, dice Lord Platt.Sospecho que la “ciencia clínica” en el Reino Unido o enEspaña no ha cambiado demasiado en ese sentidodesde 1967. Los factores psicológicos en la enfermedadsomática competen a la Psiquiatría Psicosomática, pero

creo que competen sobre todo al resto de la Medicina;se trata de “sus” enfermos. No puede ser eterna la des-consideración en amplios sectores médicos de la docu-mentación sólida sobre los efectos de la morbilidadpsíquica en las enfermedades que son de su responsa-bilidad.

Es cierto, sin embargo, que en los últimos años seadvierten iniciativas muy relevantes de disciplinas nopsiquiátricas para ocuparse de aspectos psicopatológi-cos y psiquiátricos en los enfermos a su cargo. Pongoel ejemplo del programa que el Dr. J. Huffman presentóen el congreso de la EAPM, hace unas semanas en Bar-celona. Un impresionante programa colaborativo, clí-nico e investigador, entre psiquiatras y cardiólogos enel Massachussets General Hospital de la Universidad deHarvard (Huffman, 2017).

Por otra parte, hay que tener en cuenta que en algúnpaís, como Alemania, además de la psiquiatría hay unadisciplina independiente, la Psicosomática, que pro-viene más bien de la Medicina Interna, con una notableexpansión y que cubre un importante sector de comor-bilidad psico-física (Herzog, 1994).

5. ¿Se investiga sobre teorías“psicosomáticas”?Pues sí, se investiga mucho… y hay revistas especiali-zadas, con apreciable factor de impacto: Psychotherapyand Psychosomatics; Journal of Psychosomatic Rese-arch; Psychosomatic Medicine; General HospitalPsychiatry; o Psychosomatics, órgano de la Academy ofPsychosomatic Medicine, la organización principal delos psiquiatras americanos “de enlace”. En nuestro paísestá especializada Cuadernos de Medicina Psicosomá-tica, que recientemente ha pasado a llamarse Psicoso-mática y Psiquiatría, publicación que cuenta con elrespaldo de la Sociedad Española de Medicina Psicoso-mática (SEMP). Una somera revisión de estas publica-ciones atestigua el amplio espectro de temas cubiertos,que van desde los estrictamente clínicos, a los epide-miológicos, pero también estudios de investigación delaboratorio sobre mecanismos psicofisiológicos. Porotra parte, el CIBERSAM tiene un programa especialsobre trastornos psicosomáticos, aunque no su pro-grama más potente, lo que significa que éste no es elárea principal de la investigación psiquiátrica en Es-paña.

De todos modos hay estudios muy relevantes rela-cionados con esta área a nivel internacional. En elcampo de la contribución epidemiológica, reciente-mente tuve oportunidad de revisar el tema para el con-greso de la EAPM citado (Lobo, 2017b). En Europa hayestudios muy notables, señalando, por sólo poner unosejemplos recientes, que la depresión es un factor deriesgo de enfermedad coronaria (Chauvet-Gélinier etal., 2013); la personalidad de “tipo D” se asocia con undoble riesgo de padecer un mal estado de salud físicaen pacientes cardiovasculares (Versteeg et al., 2012);los trastornos de ansiedad “somática” predicen el des-arrollo de la enfermedad inflamatoria intestinal (Löweet al, 2016); los síntomas depresivos post-operatoriosse asocian con dolor al alta en pacientes de cirugía or-

Figura 5. Cita de Lord Platt (1967).

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topédica; el estrés “percibido” en adultos predice dis-capacidad en los ancianos (Kulmala et al., 2013); o laansiedad “rasgo” se asocia con un incremento de lamortalidad en el seguimiento (Tolmunen et al., 2014).

En nuestro país, son muy relevantes estudios comolos de multi-morbilidad en población general delGrupo de JM Haro en el CIBERSAM. (Garin y cols, 2016).Nosotros, engranando este tema con el área de la psi-quiatría de los mayores, durante el Proyecto ZARA-DEMP, en una cohorte de población general de cerca de5.000 personas de 55 o más años, examinadas en el es-tudio de base y en otras cuatro “olas” de seguimiento alo largo de 20 años (figura 6) hemos podido encontrarapoyo para hipótesis “psicosomáticas”, tales como lasreferentes al fenómeno del “clustering”, la asociaciónestadística entre morbilidad psíquica y enfermedad so-mática en población general (Lobo-Escolar et al.,2008); o las que relacionan la depresión con el incre-mento del riesgo de diabetes (Campayo et al., 2010), deenfermedad de Alzheimer (Gracia-García et al., 2013)o de mortalidad (Saz et al., 1999).

Los hallazgos de estos estudios no significan que, enel ejemplo de la depresión, ésta sea “la” causa de diabeteso enf. de Alzheimer; pero sí aumenta su riesgo y, portanto, debe ser seriamente considerada a nivel terapéu-tico o preventivo. Por otra parte, estos estudios tienenpotencial heurístico, generador de hipótesis, pues, porejemplo, puede uno a continuación preguntarse por losmecanismos que expliquen cómo una depresión lleva alincremento de la mortalidad, sugiriéndose quizás meca-nismos biológicos (neuroinflamación, etc.), pero tambiénpsicosociales (el abandono de sus cuidados por los pa-cientes deprimidos). Por tanto, la investigación “trasla-cional” tiene aquí uno de sus ejemplos de aplicabilidad.

6. La importancia de los estudios de intervención“controlados”El futuro de la Psiquiatría Psicosomática, en relacióncon el apartado anterior, también estará condicionadoal resultado de las intervenciones que demuestren suimportancia. Aquí pueden entrar estudios naturalistassobre modelos “innovadores”, importantes por su rá-pida aplicabilidad. Y son más ambiciosos, aunque na-turalmente necesitan más tiempo para obtenerconclusiones, los estudios de intervenciones “contro-ladas”. Pues a pesar de la complejidad y costes de estosdiseños, existen ya muy notables estudios “controla-dos” y estudios de modelos “colaborativos”, en los quemédicos psiquiatras y no-psiquiatras, en equipos mul-tidisciplinares han abordado con éxito el tratamientode morbilidad psíquice entre pacientes vistos en dis-tintas áreas médicas.

Un muy interesante artículo de Hufmann y colabsen Psychosomatics (2014), auspiciado por la Academyof Psychosomatic Medicine americana, recoge unaserie de artículos sobre tales modelos colaborativos enentornos médicos. Por poner algunos ejemplos, hay ar-tículos referentes a ensayos aleatorizados y controla-dos documentando la efectividad del tratamiento enAtención Primaria de la depresión en los mayores(Unützer et al., 2002); o de los trastornos de ansiedad(Roy-Byrne et al., 2010). Y también en pacientes depri-midos y con graves enfermedades somáticas como elcáncer (Strong et al., 2008). Diversos estudios euro-peos “controlados” son asimismo notables. Por poneralgunos ejemplos, Hermann-Lingen C et al., (2016) handiseñado un estudio multicéntrico, aleatorizado, depsicoterapia “en escalera” (“stepwise”) para reducir elriesgo de enfermedad coronaria; se ha publicado en es-

Figura 6. El diseño del Proyecto ZARADEMP.

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tudios “controlados” sobre el automanejo de la depre-sión (Musekamp et al., 2016); y se han hecho revisio-nes sistemáticas y meta-análisis en temas como lainfluencia del malestar emocional en la calidad de vidade pacientes oncológicos (Faller et al., 2013).

Para terminarEn definitiva, la Psiquiatría Psicosomática, la aportacióndesde la psiquiatría a una medicina que quiere ser “ho-lista”, “integral”, tiene un amplio campo de actuación.Además de su visión humanista, que comparte con otrasdisciplinas médicas, tiene sólidas bases empíricas, porel bien documentado volumen de la morbilidad psíquicaen pacientes médico-quirúrgicos; porque esta morbili-dad está todavía muy insuficientemente atendida; por-que ha documentado que los factores psicopatológicosprovocan, mantienen o agravan el curso de las enferme-dades somáticas; y porque ha documentado efectividady eficiencia en sus intervenciones. La disciplina, que ca-mina hacia su subespecilización, cumple un importantepapel clínico, pero no ha llegado todavía a todos los hos-pitales en nuestro país, y las unidades más activas estánsaturadas. Para hacer frente a la dimensión del pro-blema en su campo de actuación, que incluye el tema dela comorbilidad y la multimorbilidad, necesita nuevosmodelos, como los modelos proactivos que ya ha dise-ñado. Pero se necesita el concurso de otras disciplinasmédicas: el resto de la Medicina tiene evidentementeque contribuir a afrontar el problema de la morbilidadpsíquica y las consecuencias negativas en sus enfermos.La investigación e innovación, ambas muy activas en ladisciplina, van dictando pautas de actuación, y seguiránsiendo fundamentales en el progreso del conocimientoen este campo, y en la prevención y tratamiento de losproblemas que le competen.

FinanciaciónEste trabajo ha sido apoyado por el Ministerio de Eco-nomía y Competitividad. Centro de investigación Bio-médica en Red en Salud Mental; Instituto de SaludCarlos III y Gobierno de Aragón /Programa OperativoFondo Social Europeo 2007–2013.

AgradecimientosAgradecimientos a todos los miembros del equipo delGrupo de Trabajo ZARADEMP Zaragoza que duranteaños han contribuido a las investigaciones que aquí secitan; y al Grupo de Trabajo de Psiquiatría Psicosomá-tica y de Enlace de la Sociedad Española de Psiquiatría(SEP).

Conflictos de interesesNinguno.

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):31-36

José Guimón: arte, terapias y salud mentalJosé Guimón: art, therapies and mental health

José Guimón: artea, terapiak eta buruko osasuna

Abordando con sabia fluidez al personaje y las corrien-tes culturales de cada época, José Guimón supo aprove-char cada circunstancia, cada nuevo emplazamiento,cada beca, cada destino profesional, además de susacompañantes de viaje, colaboradores incluidos. Apro-vechó sus estancias en hospitales de New York y Ginebracomo también lo hizo desde los de Bilbao y Barcelonano solo para adentrarse en la clínica psiquiátrica, en lapsicopatología, también para conocer los movimientosfilosóficos y modelos que acontecieran en la atención ala enfermedad mental. Por eso pudo conocer la contra-cultura y la antipsiquiatría.

Con el fin de ofrecer un enfoque diferente e innova-dor al colectivo de los psiquiatras, bajo el nombre “Lo-cura y Pintura: la enfermedad mental a través del arte”,abordó en diversas ocasiones la relación existente entreArte y Psiquiatría (figura 1), así como la situación actualde la terapia a través del arte, con una reflexión generalsobre los mecanismos psicopatológicos implicados en lacreatividad artística. Ya, mucho antes, Freud en 1931había propuesto que el arte constituye una región amedio camino entre una realidad que frustra los deseosy el mundo de la imaginación en la que todos los deseospueden ser satisfechos. José Guimón tenía muy claro, einsistía con frecuencia, que la expresión artística no hasido utilizada tanto como se debiera en tanto que es unbuen recurso para facilitar la comunicación interperso-nal, la producción artística como arma terapéutica esen-cial para comprender conflictos de algunos pacientes, enespecial sobre ciertas vicisitudes de la transferencia.

Si nos preguntamos lo que es arte, debe tenerse encuenta que la consideración como tal, además de la sub-jetividad de cada cual, hay significados y significantes

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Figura 1. Portada del libro "Arte y salud mental", últimolibro del Prof. Guimón, en 2016.

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“de la misma manera que no todo organismo vivo no esuna persona, cualquier obra aislada, por ejemplo unapintura, no es en sí misma una obra de arte. Hay muchaspersonas que, pese a no ser artistas, realizan un trabajopictórico portador de significados, caso de algunos en-fermos mentales que representan en sus cuadros susalucinaciones”.

Enfermedad mental y creatividadFreud afirmó que todos somos artistas, no en vano, cuandohemos sido niños, todos hemos pintado. Pronto vamos alcolegio y, como si nos castraran, la mayoría dejamos depintar mientras aprendemos a hacer números y a jugarcon el balón. Los pintores, en cambio, continúan pintando.Niños que expresan sus sueños, fantasías e ideas lo hacena través de la pintura. La obra debe ser el producto de unproceso que haya resultado en la creación de otras obras,por lo que se hace necesario conocer no sólo lo que un pin-tor produce realmente, sino qué pinturas podría producir,trascendiendo así la noción de repertorio.

Los psicoanalistas han considerado que los indivi-duos muy creativos presentan una mayor facilidad de ac-ceso al inconsciente y para funcionar de acuerdo con elproceso primario, el que Freud pensó que generaría lasideas novedosas, como en los sueños, y que luego trans-feriría en ocasiones al inconsciente en forma de ráfagaso flashes de inspiración.

El efecto terapéutico se ha vinculado al paso del in-consciente al consciente, según el cual el arte liberaríalas tensiones inconscientes y purgaría el alma. Es la ca-tarsis freudiana, más eficaz en algunas personas menta-les. Comentaba José Guimón: “¿Hasta qué punto ennuestra sociedad agnóstica, desacralizada —o aparente-mente—, el arte sigue desempeñando esa función espi-ritual?”. Parece que la pintura sigue teniendo unasignificación de mensaje trascendente y espiritual paraayudarnos a funcionar en la vida. Hay diferencias claras,por supuesto, y los lugares elegidos para ello no son yalas catedrales, sino los museos, y las situaciones son di-ferentes (por ejemplo, una sala de fiestas donde existaun tipo de decoración inspirada en el arte contemporá-neo). Sin embargo, los tatuajes que algunas personas segraban en su piel; los tejidos con que se visten las muje-res y los hombres; los diseños de los coches; los anunciospublicitarios y las modas están impregnados de la pin-tura y el arte contemporáneos, por lo que parece que elmensaje y el acompañamiento son semejantes (figura 2).

El artista, el pintor, cuando crea su obra lo hace a par-tir del encuentro de la introspección (su mundo interior)y de los movimientos técnicos y culturales imperantes(su exterior). Los neurólogos y fisiólogos siguen bus-cando determinadas áreas en nuestro cerebro asocia-bles al arte, a la creatividad pero, hoy por hoy, a pesar delos avances en los conocimientos no lo han logrado.Otros especialistas de las neurociencias, psiquiatras ypsicólogos, también han abordado la cuestión de la cre-atividad en quienes padecen enfermedades mentales. Síparece ser que cuando ciertas áreas cerebrales se vendañadas, se producen mecanismos de plasticidad cere-bral reorganizando su funcionalismo.

Revisando la obra de Sigmund Freud, vemos que de-dicó algunas páginas al arte, a la expresión artística, ytambién páginas dedicadas a algunos chistes, al humor,al poeta, al Moisés, alguna mención a la historieta y a laexpresión artística. Otros psiquiatras y psicoanalistashan tenido la tentación de investigar en el arte. Nuestroínclito bilbaíno Ángel Garma también escribió en losaños 50 y 60 “Psicoanálisis del arte ornamental” y unbuen número de artículos dedicados al estudio del arte,de los procesos psíquicos creadores y de la psicologíadel artista y de su público. Estudió la vida y obra de unartista medieval psicótico, las de un famoso escultor delbarroco, y otros casos de la historia. También, persona-jes tan diversos como Wilfred Bion, Eugen Bleuler, OscarMessana, Mira i López, Carl Jung, Nancy Andreasen, LeónGrinberg, Pichon Rivière y hasta Jacques Lacan, con sutesis lacaniana: "El arte se caracteriza por una ciertaforma de organización alrededor de un vacío…". Estatesis, permite que demos vueltas en torno a la relacióndel psicoanálisis con el arte, particularmente con la pin-

tura. José Guimón también mantuvo su preocupaciónpor el arte y por la pintura particularmente.

Si nos detenemos en el interés de la obra pictórica,su ejecución depende de su técnica y también de su per-sonalidad, de su sensibilidad, de su contenido anímicoen ese momento. Y a su vez, algo muy diferente será laconsideración social de esas obras. Muchos artistas te-mieron que sus obras no fueran suficientemente cuali-ficadas y sí percibidas como ataques al sistema. Esto nospodría llevar al debate circular sobre si el arte contem-poráneo es o no un fraude. ¿Se trata de ideas preconce-bidas —o fundamentadas— sobre el entorno del arte ylos artistas?, ¿acaso es un problema de no saber disfru-tar del arte? Es muy diferente ser capaces de expresar“me gusta” o “no me gusta” frente al “es bueno” o “esmalo” tal cuadro.

¿Locos artistas?Entre los clásicos e ilustres de la pintura contamos conalgunos presuntos “locos oficiales”. Son los Goya, Van

Figura 2. En 2005: José Guimón, Óscar Martínez, IñakiMarkez y Agustín Ibarrola, en la casa estudio de éste.

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Gogh, Munch, Grosz y muchos, muchos más, extravagan-tes, algo raros, peculiares en sus modales, etc. Muchosde ellos no serían locos según los manuales diagnósticosen boga. Además en muchas ocasiones no es fácil distin-guir la obra de un pintor presuntamente sano, sin enfer-medad mental reconocida, de otras piezas de enfermosmentales que utilizan la pintura como recurso de expre-sión. Aunque la literatura y otras expresiones artísticaslas tuvo muy presentes, mencionaré a algunos artistasde la pintura cuyas biografías comentó José Guimón endiferentes trabajos.

Francisco de Goya (1746­1828)Pintó durante más de 60 años. Tras su sordera, en lavejez quedó sumido en la amargura y desilusión frentea la sociedad. Crítico con los problemas de su época: laguerra, incultura, violencia, represión, etc. En su obra en-contramos muchos elementos depresivos: aislamiento,soledad, desesperanza, impotencia, decrepitud, sueñosalucinantes… Llevó a los lienzos sueños de la supersti-ción con sus aquelarres, mujeres que volaban por lanoche, encuentros con el demonio… Incluso realizó al-gunas obras cuyo tema es la locura como enfermedad,en lienzos, dibujos y grabados. Sin embargo, su pinturaes de gran fuerza, y ya sintonizaba con el arte contem-poráneo, verdadero precursor del surrealismo.

Vincent van Gogh (1853­1890)Con frecuencia tuvo episodios depresivos (melancólicoy distímico) y experiencias de angustia y desamor. Pa-deció cuadros epilépticos y alucinaciones con otros sín-tomas complejos (sigue hablando de la hipótesis de laintoxicación crónica por plomo). Su pretendida locurasintoniza con una psicosis maniaco-depresiva, lo quehoy se menciona como trastorno bipolar, y hay quienesle presentan como enfermo de trastorno de personali-dad de rasgos esquizoides, con brotes psicóticos… Supsiquiatra le exhortó a seguir pintando, como medio te-rapéutico, pero su trauma manifiesto se reflejaba en lapintura. Su enfermedad —o enfermedades— no condi-cionaba la creación artística, sólo la interrumpía en lascrisis. Es el máximo representante del expresionismo co-lorista.

Willem de Kooning (1904­1997)Es uno de los grandes expresionistas norteamericanos.Atesora cuadros excelentes y una producción muy parcaporque era tan perfeccionista que trabajaba durantemeses en cada cuadro. Llegó a ser uno de los quince me-jores artistas según las grandes revistas internacionales,pero padeció la enfermedad de Alzheimer. A los setentaaños, tras dos años de sequía creativa, empezó a pintarde forma distinta. Tras su tratamiento empezó a crearenormes cuadros en tan grandes cantidades (más dedoscientos en un año), que inundó el mercado del artedurante los tres últimos años de vida, mientras queantes de la enfermedad, le costaba meses enteros pintaruno solo. Quizá la calidad de esta pintura última noiguala a la anterior, pero la desestructuración del alzhéi-mer permitió una hiperproductividad.

Edvard Munch (1863­1944)Tenía mucho miedo a las enfermedades, a la locura y ala muerte desde el fallecimiento de su hermana cuandoél tenía 14 años. La pérdida precoz de imágenes mater-nas (por tuberculosis, la madre y la hermana) le llevó alconsumo excesivo de alcohol, a la angustia vital, a la ob-sesión por el sexo… Los propios títulos de sus obras sonbien orientadores: celos, el cerebro, el deseo, el pecado,la angustia, el vacío, melancolía, desesperación, desaso-siego, el grito… El grito, quizá el primer cuadro expre-sionista, es hoy un icono universal de la locura, de granfuerza expresiva, de “realismo psíquico” que diríaMunch, y es que la técnica permite trasmitir las emocio-nes, permite un arte comprometido y creado desde loíntimo del corazón.

Andy Warhol (1928­1987)Este artista plástico de EE. UU., que utilizó imágenes co-nocidas por la mayoría de la sociedad para convertirlosen iconos estereotipados con sentido ornamental, tam-bién plasmó escenas conflictivas, las luchas callejeras olos suicidios. Era una persona tímida y acomplejada porsu aspecto físico aniñado, enormemente dependiente desu madre, burlado en el colegio, que tenía tal complejode inferioridad por su aspecto que se sometió a todo tipode cirugía estética. Adolecía de una inseguridad física ex-traordinaria y presentaba una conducta sexual muy pa-tológica. Aparte de su frivolidad y extravagancia, suhomosexualidad, que declaró y defendió honestamentedurante su vida, mientras era voyeur declarado, pornó-grafo y sadomasoquista, y celebraba orgías donde par-ticipaba como voyeur y que reflejó después en algunasde sus obras.

Pablo Ruiz Picasso (1881­1973)Uno más de quienes José Guimón no se quedó es la su-perficie sino que se adentró en sus aspectos psicobio-gráficos. Prefería conocer la ambivalente relación consu padre, además del buen humor y gracejo comparti-dos de su madre. O sus amores tormentosos y los ele-mentos psicopatológicos: ¿perverso sadomasoquista?,¿preocupación excesiva por el cuerpo o hipocondría?,¿supersticioso o fascinación por la muerte?, ¿belleza yterror o extravagancia? José Guimón decía que la inse-guridad conduce a algunas personas dotadas para lasartes a intentar su restitución a través de la actividadcreativa como fue el caso de Picasso y otros muchos ar-tistas.

Al calor de las tesis freudianas, de interpretacionesvariadas, con la tragedia y la crueldad muy presentescomo características humanas básicas, y como reflejócuando en 1937 realizó en sus bocetos previos al “Guer-nica aportando su mirada a la guerra aérea, la muerte depoblaciones civiles, la agonía y el terror”. Hasta estas fe-chas su arte había sido íntimo y muy personal. Antesnunca le habían planteado algo para la esfera pública —el Pabellón Español en la Expo de París a petición de ladelegación de la República— y menos sobre aconteci-mientos políticos de tal entidad. Claro que si Picasso nose hubiera sentido atraído, emocionado, impactado por

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imágenes tan trágicas, el “Guernica” no hubiera llegadoa término.

Amable Arias (1927­1984)Nacido en El Bierzo, de familia acomodada, conservado-res, su abuelo paterno fue guardia civil y su padre tomópartido durante la Guerra Civil por el bando golpista yllegó a robar con engaño el patrimonio paterno, aban-donándole a su suerte tras un ataque que le llevó a falle-cer, conviviendo con una amante con la aceptaciónsumisa de su mujer debido a los idearios religioso de laépoca, no sin haber sido agredida en numerosas ocasio-nes. Siendo testigo el propio Amable de muchas de esasescenas. Con 9 años, estando jugando en un vagón detren, tuvo un accidente que le provocó el aplastamientocontra un muro ocasionándole una fractura de pelvis ysería causa de su enfermedad irreversible de riñón asícomo dificultad en la marcha por la fractura y años des-atendido médicamente con una importante cojera quele obligó a utilizar muletas toda su vida. Algo que afec-taría a su psiquismo y también a su creatividad en suobra artística.

En los años 50 se relacionó con pintores como RafaRuiz Balerdi, Miguel Ángel Álvarez, Sistiaga, Zumeta… yescultores como Chillida, Basterretxea, Oteiza y Mendi-buru, relacionándose con la gauche divine de San Sebas-tián si bien manteniendo su aislamiento tradicional. Fuepromotor de la “escuela vasca de pintura” y del grupoGaur en San Sebastián, contactando con Chillida, Oteiza,Sistiaga, Zumeta, Ruiz Balerdi, Mendiburu y Basterre-txea. Participó en la Academia Errante, aquel colectivoprogresista y de la intelectualidad de la capital guipuz-coana. Seguidor de las ideas de Michel Foucault, la an-tipsiquiatría y también de cierto izquierdismo: “Elartista tiene que estar junto al loco, ya que él mismo yotros semejantes viven encerrados en su secreción adu-ladora y corrosiva contra el enemigo común: la burgue-sía (…) A los locos de verdad se les acorrala, se muerende asco o se les pega un tiro. Nosotros los “nuevos locos”no hacemos esas cosas sino que batiremos juntos al ene-migo hasta destruirlo”.

Frida Kahlo (1907­1954)Cuya biografía tanto admiraba José, también por el sor-prendente paralelismo con Amable Arias, le permitiócomprobar que tantos y tantos ilustres de la literatura yartes varias habían tenido defectos físicos o enfermeda-des invalidantes, y comprobar que influían en la creati-vidad al darse una discrepancia entre el ideal del propiocuerpo y su realidad deformada que genera sentimien-tos depresivos pero también el estímulo de un deseo dereparación, siendo con frecuencia la actividad plásticael vehículo para pretender alcanzar el equilibrio.

Frida tuvo poliomielitis en su infancia y, encamadadurante largos meses de soledad, le generó la impresiónde ser una enferma crónica. La misma Frida Kahlo queinició sus estudios de Medicina, rodeada desde su juven-tud de compañeros que gustaban de la política y la lite-ratura. Cuatro años después un choque del autobús delcolegio con el tranvía le causó daños muy graves con

fracturas en la columna vertebral y le destrozó la pelvisy el pie. Emparejada con el pintor Diego Rivera marchóa EE. UU. y siguió pintando cuadros naífs, escenas popu-lares, “exvotos”…, expresando la ternura, la violencia, elhumor, la esperanza, el fracaso, el dolor. De vuelta a suMéxico, además de seguir rodeada de la inteligentsia, re-cogió fondos para la causa de los republicanos españo-les, se refugió en el marxismo, expresado en algunoscuadros, reparando su minusvalía corporal con la ima-ginación tras tantas operaciones quirúrgicas. “Para quéquiero pies si tengo alas para volar”, decía. Actitudes denegación maníaca frente al dolor, en aumento al serleamputada la pierna derecha, con miedo a la muerte y de-seos de suicidio que se hicieron más evidentes.

Del esquema corporal a la vivencia del cuerpo, delcuerpo “conocido” que pasa al cuerpo “vivido”, que diríaGuimón en su libro Los lugares del cuerpo (1999). Algoque hemos podido comprobar en muchos artistas en susobras: Cervantes, Lewis Carroll, Kafka, Allan Poe, Steven-son, Byron, Kant, Joyce, Aldous Huxley…, quienes antesus limitaciones y minusvalías, no solo las utilizaron ensus obras sino que bien pudieron contribuir a su creati-vidad.

Salvador Dalí (1904­1989)De familia acomodada, sus padres tuvieron un hijo lla-mado Salvador que murió de meningitis. Después vinoél, y le pusieron el mismo nombre, consolando su penamimando en exceso al nuevo hijo a quien habían puestoel mismo nombre. Quizá esté ahí el origen de su capri-chosa personalidad. Dalí comentó en ocasiones que suhermano se había reencarnado en él. Después vino suhermana Ana María, amiga y confidente, tan cercana aél durante mucho tiempo. Con 16 años falleció su madrepor un cáncer, y un año más tarde su padre se casó conCatalina Domènech, hermana de su madre. Algo que per-mite reflexionar desde el campo del psicoanálisis, y algoque también aconteció a su compañero en la Residenciade Estudiantes, Ángel Garma, quien, tras perder en suinfancia al padre, comprobó cómo su madre se casabameses más tarde con el hermano de aquel.

Ya en los años de la Residencia de Estudiantes, alar-deaba con sus amigos (García Lorca, Buñuel, Pepín Bello,Garma, Hinojosa, y otros) de sus lecturas sobre Freud.Les leía párrafos de La interpretación de los sueños encualquier momento y lugar, llegando a ser fuente de ins-piración de algunas de sus obras. Poco después, en losaños 30 llegaría a su vida Gala, su musa, esposa, modelo,agente comercial y, quizá, la mediadora entre su mundoexterior, el real, y él mismo, el genio. Salvador Dalí —quien se autodenominaba "loco paranoico"—, perfecta-mente normal, según los psiquiatras que lo conocieron.Tenía, eso sí, un trastorno de extravagancia, exhibicio-nismo y narcisismo, no en vano empleó lo que tuvo a sualcance para medrar en el mundo, sobre todo la publici-dad. Del presunto “delirio paranoico” nada en su obra.

Podríamos seguir con esbozos sobre De Chirico, HenryMichaux, Mary Edith Barnes, Toulouse-Lautrec, MarcusRothko y otros, a quienes José aludió en sus escritos

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sobre arte, sobre pintura, cuando les relacionó con elcuerpo o con los estímulos externos, generadores de cre-atividad artística, o también con la psicopatología queacompañó a todos ellos, trastornos varios que nos acom-pañan en la vida, e incluso al valorar las terapias corpo-rales y artísticas, el arte como psicoterapia.

Algunos de nuestros pacientes con enfermedadmental que dibujan y pintan ¿pueden ser artistas? Personas con largos años de ingresos y tratamientos, queencontraron que con el dibujo, con el grabado o con lapintura, eran otras personas muy diferentes, tras ser re-conocido su talento: “Ahora soy grabador o pintor o es-cultor o dibujante, pero ya dejé de ser el loco que seemborrachaba, como antes... Ya no oigo voces que me di-jeran que tenía que pintar, o no siempre, pero cuando lasvoces aparecían no pintaba porque la enfermedad me in-capacitaba…, y cuando esto mejoraba, los grabados y lapintura ayudaban a que me relacionara ya que hablabapoco, ya que no hablo con la gente, bueno con poca gente,puedo hablar con el dibujo... Con pocos colores porque mivida es así también…, y así conecto”. ¿Es un lenguaje pre-verbal? Hay comunicación y esto es muy importante.

No es lo mismo un enfermo mental que ha pintado(“art brut”, arte psicopatológico) que si se trata de un pin-tor —un genio— que ha enfermado (arte como creación).No es lo mismo, la enfermedad no convierte a nadie en ar-tista. ¿O sí? Ante esto, José Guimón se preguntaba y res-pondía: “¿Resulta la pintura una terapia útil para losenfermos mentales? Sí, lo es, y existe una terapia a travésdel arte. Se basa como elemento importante en la catarsis,en la descarga de emociones que alivia. Además, es un ins-trumento de comunicación con el terapeuta. Muchos pa-cientes encuentran problemas para expresar susconflictos y, cuando los dicen, son tan evidentes que aver-güenzan, lo que resulta doloroso; en cambio, pintar es unalabor más inconsciente y oculta, y cede más fácilmente ala represión y a la censura, con lo que se expresa de formamás sencilla lo que no se alcanza a expresar con palabras.A través del intermediario que es el cuadro se explicancosas que no se dirían directamente”.

Lo cierto es que haber escrito siete libros sobre arteen relación a las terapias y la psiquiatría, unos cuantosartículos en revistas científicas y periódicos, y en los úl-timos años impulsar varios simposios (figura 3) organi-zados sobre “terapias corporales y artísticas”,conferencias, cursos breves impartidos en Bilbao, Ma-drid y Barcelona (2009 y 2010) sobre Locura y Pintura:la enfermedad mental a través del arte, y los cursos uni-versitarios de postgrado anuales coorganizados porOME-AEN (Osasun Mentalaren Elkartea/Asociación deSalud Mental y Psiquiatría comunitaria), IMQ-AMSA,Fundación OMIE y la Universidad del País Vasco/EuskalHerriko Unibertsitatea (UPV-EHU) en los años 2012 a2015 bajo su dirección, ya como catedrático emérito, sonun bagaje del profesor José Guimón difícil de superar.

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de terapias corporales y artísticas. Bilbao. Guimón J. (2012). Terapias por el arte. Tipos, varie-29dades y eficacia. Leipzig: EAE.*Guimón J. (2015). James Rhodes: Bach me salvo la30vida. El País semanal: 52-7. Guimón J. (2015). “El colectivo Assemble ha logrado31el Premio Turner 2015 por su trabajo en un barriodegradado de Liverpool. ¿Es esto arte?” El País, 26-12-2015. Guimón J. (2016). Arte y salud mental ¿Existen las32terapias artísticas? Madrid: Ed. Eneida.*

* Con asterisco, los títulos de libros sobre arte.

Iñaki MarkezPsiquiatra e investigador social.

Ejercicio profesional en Avances Médicos (IMQ­AMSA) yZubiok, Instituto Vasco de Psicoterapia.

Miembro de OME­AEN.

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):37-41

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Una mirada al futuro de la Psiquiatría desde la vida yla obra del profesor José GuimónA look at the future of Psychiatry from the life and work of Professor José Guimón

Bizitzatik eta José Guimón irakaslearen lanetik Psikiatriaren etorkizunerako begirada

Considero un honor redactar este texto que sirve de ho-menaje a nuestro compañero José Guimón, desapare-cido prematuramente hace unos meses. Me alegrasobre manera esta tarea, porque mi relación con Joséha sido muy cercana desde hace muchos años y se hamantenido intensa hasta el final. A lo largo del tiempohe podido conversar con él de infinidad de temas, pro-fesionales y no profesionales y he llegado a tener unaidea, seguro que no del todo fiel, de sus opiniones y sumanera de pensar en muchos campos. Siempre mesentí respetado por él y de hecho en etapas iniciales yno tan iniciales de mi propia carrera su atención y surespeto a lo que yo pensaba me ayudó mucho a darvalor a mi experiencia y a mis ideas y a crecer comoprofesional y, por qué no decirlo, también como per-sona.

No tengo en absoluto el patrimonio del conoci-miento de José, ni quiero reivindicar una capacidad es-pecial para interpretar su persona o su vida. Muchosen nuestro entorno profesional le han conocido bien yseguramente su visión de José es tan válida o más quela mía. Solo puedo afirmar que le he tratado mucho,que nos hemos respetado, que nos hemos tenido afectoy que podíamos considerarnos amigos. Hace muchosaños me fascinó como profesor, como a tantos de nos-otros, y luego tras hacer la especialidad, vine al Hospi-tal de Basurto (entonces Hospital Civil de Bilbao)porque él estaba allí. Con lo que de algún modo yo leescogí a él y sin duda él me escogió a mí también y gra-cias a ello ocupó un lugar de mentor para mí, papel di-

fícil y valiosísimo para cualquiera de nosotros. Por ellosiento hacia José un profundo agradecimiento y ocuparsu lugar en Basurto como responsable del Servicio dePsiquiatría es algo de lo que cuando puedo, presumo.Nuestro equipo ha intentado reunir algunas virtudesque se relacionan con la impronta que José marcó ensu día y que hemos procurado conservar y desarrollar.

Voy a centrarme en lo mucho que nos aportó a losque trabajamos en Salud Mental y muy especialmentea quienes compartimos tiempo a su lado en Basurto yen la Universidad del País Vasco, en sus cualidades y enlas ideas, siempre ricas y significativas en torno a nues-tra ciencia, nuestros pacientes y todo lo que rodea aambas áreas.

Me centraré en el tema del futuro de la Psiquiatríaporque, de algún modo, José pasó toda su vida reflexio-nando sobre el presente y el futuro de la Psiquiatría, ennuestro País Vasco, en España y en el mundo. Mi inten-ción es abordar el tema desde varios aspectos, tratandode aportar lo que creo que reflejaba el pensamiento deJosé añadiendo en ocasiones mi propia visión personalde esa realidad.

La reflexión sobre el futuro está presente en todomomento en la obra de José, literalmente hasta el final.Su último libro publicado, en el que tuve el honor decontribuir precisamente llevaba el subtítulo de “El fu-turo de la Salud Mental en Europa”. Hay dos preguntasconstantes a lo largo de los años: ¿en qué consistenuestra tarea? Y en paralelo ¿quiénes somos?, ¿cuál esnuestra identidad? Intentaré ir acercándome a las dos

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cuestiones a través del examen de diferentes perspec-tivas que José abordó sobre estos temas.

Psiquiatría y MedicinaJosé venía de una sólida formación médica y neuroló-gica e impulsó siempre la integración de la Psiquiatríaen el contexto global de la atención sanitaria. Consideróla creación de las Unidades de Hospital General comoun paso no sólo necesario, sino clave para incrementarnuestra calidad profesional, para que la Psiquiatría seacercara a la metodología clínica y de investigación delas demás especialidades médicas y fuéramos poco apoco capaces de abandonar esa dualidad cartesianaque tanto daño ha hecho a nuestro campo para teneruna perspectiva verdaderamente bio-psico-social delsufrimiento y del enfermo. Había y hay una tarea con-tinuada y pendiente de psiquiatrizar la Medicina, dehacer llegar a nuestros colegas de otros campos la ne-cesidad de tener en cuenta que el paciente tiene unmundo interno, una biografía, un entorno, una familia…y que todo ello influye en la aparición de la enferme-dad, su curso y la respuesta a los tratamientos. La lla-mada medicina psicosomática no es más que…buenaMedicina. El lugar de la Psiquiatría, pensaba José ypienso yo, está junto a la Primaria, la Cardiología, la Ci-rugía general o la Endocrinología y no como una disci-plina aislada y diferente, que se esconde medrosa enun gueto de autosatisfacción evitando la competencia,el contraste y el aire libre de la Medicina y la Sociedad.

Dicho esto, ciertamente nuestro campo presenta ca-racterísticas propias en la evaluación, en el análisis delos datos y en la intervención terapéutica, pero estehecho evidente simplemente supone que debemosprestar la atención que merece a nuestras peculiarida-des y que cada campo tiene las propias. Algunos psi-quiatras eminentes, como José, han propiciado en estasdécadas el acercamiento de la Psiquiatría hacia la in-vestigación biológica, especialmente la Neuroimagen yla Genética. Es claro que los resultados de este acerca-miento han sido menos productivos que lo que muchosesperábamos. En demasiadas ocasiones ha sido la tec-nología disponible lo que ha guiado las investigacionesy no tanto sólidas propuestas conceptuales e hipótesisoriginales. La actitud de “podemos medir esto y vamosa hacerlo”, ha generado demasiadas veces estudios queno han propiciado significativamente el avance del co-nocimiento.

Un colega veterano y escéptico (quizá es lo mismo)señalaba hace tiempo que si mañana desaparecieratoda la investigación de neuroimagen que se habíahecho hasta ahora nuestra capacidad diagnóstica y te-rapéutica sería la misma. Es una exageración, pero mu-chos pensamos que los fondos de investigación podríanhaberse aplicado más y mejor en áreas cercanas al cui-dado clínico de los pacientes, con mayor incidencia enel bienestar inmediato de los mismos. En nuestra Uni-versidad formamos parte de un Departamento de Neu-rociencias, donde psicoanalistas y terapeutas de grupose alinean junto a colegas que hacen epidemiología, in-vestigación clínica o investigación básica. Sin duda es

un panorama potencialmente rico, pero estamos lejosde desarrollar un número suficiente de proyectos re-almente colaborativos que nos transformen en algomás allá de una agrupación heterogénea de investiga-dores con una buena relación personal. Quizá por estoJosé dudaba en su última época sobre nuestro papel enel futuro y en ocasiones se dejaba seducir por la posi-bilidad de abandonar un esfuerzo integrador a vecesingrato y centrarse en esa órbita “psi” que muchos pue-den valorar como más propia.

Psiquiatría y PsicoanálisisJosé mantuvo siempre una actitud muy positiva haciala teoría psicoanalítica y las técnicas psicoterapéuticasderivadas de ella y una actitud muy crítica hacia las ins-tituciones psicoanalíticas. Siempre estuvimos deacuerdo en esta área. Las organizaciones psicoanalíti-cas, todas ellas, han pecado de rigidez y oscurantismoy han favorecido un psicoanálisis poco evolucionado,con una formación que se asemeja más a un noviciadoreligioso con la consiguiente obligación de obedienciaa la autoridad, no cuestionamiento, temor a opinar, etc,etc. Hubo un tiempo feliz en las primeras épocas delPsicoanálisis, que podía representar el instituto de Ber-lín, antes de la II Guerra Mundial, donde se propugnabaun psicoanálisis ajustado a su tiempo, curioso por otrasdisciplinas cercanas, abierto a la sociedad y su devenir,preocupado por la investigación cuanti y cualitativa,por una docencia que consideraba a nuestra disciplinacomo un campo del saber transmisible y desde luegocomo un tratamiento que debía ponerse al servicio detodos los pacientes privados y públicos. Todo ello ter-minó bruscamente con la Gran Guerra y después nuncaha reaparecido salvo a través de valiosas y esporádicasiniciativas.

José propició la entrada del Psicoanálisis en la asis-tencia pública posibilitando el uso de técnicas psicoa-nalíticas individuales y grupales en las consultas y enlas unidades de hospitalización. Creo que es de justiciareconocer que la existencia de programas públicosentre nosotros como el de Psicoterapia Focalizada enla Transferencia, las diversas intervenciones grupoana-líticas o algunos abordajes grupales en las unidades dehospitalización son de algún modo herederas de estaactitud que José puso en marcha y muchos de nosotroshemos continuado. El psicoanálisis, está entre nosotrospara quedarse y dentro de muchos años seguiremospudiendo hablar de intervenciones de base psicoana-lítica en la red pública vasca. Otra cuestión es si las ins-tituciones psicoanalíticas actuales van a mantenersesin cambios. Sinceramente creo que ello no es posible,ni deseable. Hoy vivimos en España y en Europa un pe-ríodo de aceptación creciente del Psicoanálisis en elmundo de la Salud Mental y una nueva actitud de aco-gida y respeto a técnicas que han mostrado ya reitera-damente su eficacia en ensayos clínicos controlados,además de haber generado a lo largo de décadas en pa-cientes y clínicos una firme sensación de constituir unapoderosa herramienta terapéutica y de investigacióndel psiquismo humano en el más amplio y mejor sen-

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tido de la palabra. Puede que entre nosotros esta acti-tud más positiva sea más fácil al no haber existido ennuestro país ninguna edad de oro psicoanalítica puesel período de florecimiento temprano que dio lugar afiguras como nuestro Angel Garma, fue interrumpidode raíz por la Guerra Civil, que envió al exilio a buenaparte de la inteligencia nacional, incluyendo a muchospsicoanalistas. Merecería una reflexión detenida exa-minar cómo otros dos episodios violentos de terriblememoria, dieron lugar al retorno del Psicoanálisis a lapenínsula. Las tragedias de Argentina y Chile provoca-ron una marea de analistas que supuso el impulso quereavivó el mortecino psicoanálisis ibérico de la época.La realidad es que esos períodos de otros países, en losque el Psicoanálisis se situó como doctrina poderosa ycuasi única en Salud Mental adoptando una miradaprepotente hacia los demás abordajes y profesionales,generando a la vez una herida y un rechazo posterior,sencillamente entre nosotros nunca existieron.

La teoría psicoanalítica da lugar a intervencionespsicoterapéuticas de valor, pero existen muchas otras,también útiles y en algunos casos, más útiles. José pro-pició la integración de muchas otras intervencionespsicoterapéuticas junto a las puramente psicoanalíti-cas. Hace mucho tiempo que viven entre nosotros, téc-nicas dirigidas a la conducta, cognitivas, existenciales,orientadas hacia la psicomotricidad, sistémicas. No hayduda de que esa variedad de técnicas incrementa lasalternativas para el paciente. A veces el profesional queempieza se siente confuso ante esta pléyade de técnicasy modelos. Por eso es fundamental insistir en una for-mación que favorezca una visión integradora y comple-mentaria de las diversas teorías y técnicas, además decomunicar una visión humilde y realista de la propiatarea.

Cada músico se especializa en un instrumento hastaalcanzar el virtuosismo. Sin embargo, cada músico co-noce los elementos básicos de varios instrumentos másy sabe qué se puede esperar de ellos. Sobre todo, el di-rector de un grupo musical suele ser un intérprete ex-celente de un instrumento y conoce en detalle lasposibilidades de todo el conjunto de instrumentos dela orquesta. A veces la excesiva especialización de uncoordinador en una sola técnica y el desconocimientode otras limitan seriamente las posibilidades de unagestión idónea del equipo. Otras veces, el que un coor-dinar de equipo sencillamente no sea músico consti-tuye un obstáculo casi insalvable. Ser Director deOrquesta es una cosa y ser Consejero de Cultura es otramuy distinta. Por ello es muy beneficioso, en opiniónde José que comparto al 100%, que los líderes clínicosse esfuercen en mantenerse como buenos intérpretesde algún instrumento a lo largo de su carrera.

La Gestión y sus herramientas están aquí para que-darse y la actitud de José respecto al tema creo quepuede ilustrarnos respecto a los caminos a seguir en elfuturo. La Gestión ha constituido demasiadas veces unfin en sí misma y no la mera herramienta que deberíaser. En vez de estar al servicio de quienes cuidan a lospacientes se convierte en un área cerrada que se justi-

fica a sí misma, desarrollando incluso una jerga propia,que como todas las jergas gremiales sirve sobre todopara aislar y defender las posiciones y no para tomarmejor las decisiones con datos de mayor valor en lamano. Existe además una necesidad perentoria de re-flexionar sobre el impacto de estos nuevos modelos degestión en el día a día clínico y cómo las presionesdesde la hoja de Excel influyen en el contacto con el pa-ciente y en la relación entre los profesionales. El sis-tema público de salud vasco es excelente y debiéramosmostrar con orgullo sus logros; y no siempre lo hace-mos. Otras Comunidades han optado por un enfoquediametralmente opuesto, moviéndose hacia una priva-tización cuasi absoluta (por ej., Cataluña) y creando porun lado algunos equipos extraordinarios y por otro unaamplia red de estructuras deficientes, envuelto todoello en una situación económica muy difícil. Con fre-cuencia la saludable actitud crítica hacia nuestro Sis-tema, obviamente mejorable, no permite ver a lapoblación el altísimo nivel de oferta sanitaria de la quedisfruta en el País Vasco. Muchos creemos que el futurodebe ir por este camino público y va a ir por él, aunqueel pastel sanitario es suficientemente interesante desdeel punto de vista financiero para que existan muchaspresiones para cambiar el modelo y evolucionar haciauna privatización más o menos descarada.

Un elemento central de la actividad de Salud Mentales la formación. No me refiero solamente a la docenciauniversitaria, sino también a la formación de nuevosprofesionales, de nuevos especialistas de Psiquiatría,de Psicología Clínica, de nuevas Enfermeras de SaludMental. José fue Presidente de la Comisión Nacional dela Especialidad de Psiquiatría y yo he tenido el honorde ser miembro de la misma durante muchos años. Esaes en mi opinión la cumbre docente para uno de nos-otros, por encima de la tarea universitaria. No deja deser chocante que la Universidad otorgue mayor valor apreparar a estudiantes de pregrado en los fundamentosde la Psiquiatría que a decidir cómo y dónde van a for-marse los nuevos especialistas. El salto gigantesco dela sanidad española en las últimas décadas tiene quever con dos factores principales: el crecimiento econó-mico que ha puesto en manos de los profesionales re-cursos importantes y el Sistema MIR. Puedo afirmarcon conocimiento de causa que a lo largo de los añospsiquiatras de todos los lugares y de variadas adscrip-ciones políticas han buscado y conseguido consensosmuy valiosos para consolidar y proteger este sistemaque permite el acceso a la especialidad de todos losgraduados en Medicina según un sistema de méritosobjetivo y transparente. Pero el abrumador apoyo delos profesionales a este sistema empieza a encajar conalguna dificultad en un sistema cuasi federal con 17 sis-temas públicos de salud que no aguanta bien progra-mas como el MIR de ámbito estatal. Existe un peligroreal de desnaturalizar el MIR, convirtiéndolo total oparcialmente en un programa autonómico y destru-yendo en mi opinión lo que ha sido un éxito absolutode todo el país. El plan de troncalidad, un disparateconceptual y organizativo, felizmente detenido por los

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tribunales, suponía, además de reducir significativa-mente la formación especializada, un riesgo claro deesa “autonomización” del sistema. Es fascinante com-probar cómo algo tan importante como la creación delas troncalidades surge sin contar con profesionalesdestacados que lo propongan y lo sostengan. Os ase-guro que en los últimos años en los que fui miembro dela Comisión Nacional intenté averiguar quién sosteníaesta atrocidad…sin ningún éxito. Como tantas cosas enEspaña, se hablaba del plan de Troncalidad como si setratara de un fenómeno atmosférico ajeno a nuestrocontrol al que debíamos adaptarnos obedientemente:nadie sabe por qué, pero está ahí y no queda más queacomodarse y cumplir las nuevas normas. Hay un pro-blema en todo esto y es que, aunque la comunidad pro-fesional apoya abrumadoramente el sistema MIR en suconcepción actual, la comunidad política ve el sistemacomo uno de los pocos restos de organización sanitariaestatal. Todos los grandes partidos controlan algunaautonomía y por tanto se ven deseosos de incrementarsu área de control, poder y presupuesto si la formaciónde especialistas pasa a estar organizada localmente.

Los ciudadanos atendidos en el sistema sanitarioson cada vez más conscientes de sus derechos. Estehecho está aquí para quedarse y en mi opinión el aban-dono de una actitud paternalista que sitúa al pacienteen posición infantil es algo necesario y justo. Los psi-quiatras ocupamos una posición especial en este pro-blema pues en ocasiones nuestros pacientes no estánen condiciones de velar ellos mismos por sus derechos,sino que debemos ser nosotros mismos quienes lostengamos en cuenta y los defendamos. Tenemos el pri-vilegio y la responsabilidad de jugar este doble papel,estando no sólo frente al paciente respondiendo a suscuestiones y sus demandas, sino sobre todo a su lado,dándole el cuidado y la protección que en ocasiones élo ella no pueden darse. Muchos entre nosotros han des-tacado en la reflexión sobre este doble papel complejollegando a profundizar en temas sociales y económicos,más allá de la Salud Mental, pues sabemos bien que fac-tores sociales, económicos e incluso políticos contribu-yen a la construcción del entorno en el que vivimos y ala configuración de las relaciones que desarrollamosdentro de él. Una de las riquezas de nuestra profesiónes que podemos y debemos llevar la vista desde los re-ceptores del GABA hasta la dimensión política de nues-tras vidas. Negar cualquiera de los dos extremos noslleva a perder de vista aspectos vitales en nuestrocampo. Obviamente la reflexión sobre el estigma y ladiscriminación nos lleva a pensar en lo que ocurre enlas fronteras de la Salud Mental y más allá. Problemascomo la exclusión económica, social y política, la dis-criminación por género y orientación sexual, los pre-juicios ante los ajenos y la construcción del otro al quedespreciamos y que nos resulta útil para diferenciarnosy obtener valor, etc., etc., caen dentro de las áreas enlas que detenemos la mirada. La romántica admoniciónde “hablar por quienes no tienen voz” tiene para nos-otros un carácter de tarea siempre necesaria. Tenemosla obligación de situarnos al lado de los excluidos que,

con frecuencia, son pacientes nuestros. Precisamentepor ello, la actitud de vigilancia hacia todo lo que puedaatentar contra los derechos de los pacientes es tambiénun área prioritaria para nosotros y no debemos limi-tarnos a ponernos el chubasquero cuando está llo-viendo, sino sobre todo intervenir influyendo en lasautoridades, examinando sus actos, cuestionandoeventualmente sus decisiones y en ocasiones, por quéno, oponiéndonos a planes, normas y reglas cuandoéstos no tienen en cuenta o minusvaloran los derechosde los pacientes.

En los últimos años hemos demarcado una fronterasólida entre los trastornos psiquiátricos más graves ylos demás problemas de Salud Mental. El sustrato ide-ológico que sostiene esta peculiar frontera es que de-bemos centrar nuestra atención en aquellos pacientesque padecen grandes problemas de salud y dedicarmenos tiempo y esfuerzo a sufrimientos “menores”.Nadie va a discutir que las grandes psicosis requierenuna atención en tiempo y recursos importantes y nodeberíamos soslayar estos problemas para centrarnosen patologías “más fáciles de tratar”, que en todo casomerecerían una atención menos cualificada. Algunosentre nosotros afirman que estamos “psiquiatrizandoel sufrimiento”, o incluso “psiquiatrizando la vida nor-mal”. Con esto llegamos a dividir los sufrimientos enmerecedores de atención o no, de primera y de se-gunda, inocentes o culpables. Ciertamente vivir en unacomunidad enormemente religiosa como la nuestra hadejado una impronta. José pensaba y de nuevo estoycompletamente de acuerdo, que también la atención alos problemas más comunes y relacionados con el de-venir vital es un indicador del nivel de la atención sa-nitaria e incluso de madurez de una sociedad. Además,puede ser el reflejo de una actitud de ayuda (¿fra-terna?) de la propia comunidad hacia quienes padecenheridas que no cierran, a quienes están solos, a quienessu dolor no les impide la vida por completo, pero arras-tran malestares que impiden el bienestar.

Me acerco al final con un comentario sobre dos ca-racterísticas de José que merecen atención. La primerasería la autocrítica; una mirada burlona e irónica hacialos propios logros, que le permitía no ascender comoun globo al valorar su carrera que objetivamente po-dría considerarse fulgurante. José sabía que algunascosas que había creado, en algunas ocasiones, teníanun valor indudable, pero desde luego no todas y nosiempre. Por supuesto era capaz de lanzar esa miradacrítica hacia la obra ajena, pero esa es una virtud ex-tendida y casi todos somos capaces de hacer una críticademoledora, a veces incluso acertadamente demole-dora. La segunda de estas características era su apasio-nado interés por los perdedores, por quienes al final desu vida encuentran la mirada desaprobatoria o todavíapeor, indiferente, de sus coetáneos. Pienso en Baroja ysus personajes, muchas veces con un toque amargo ysolitario, con una mirada melancólica y quizá resig-nada. Pienso en Oscar Wilde en la cárcel de Reading,abandonado por todos, lejanos ya los días de brillo enla corte victoriana y los salones nobles, pero aún capaz

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de escribir uno de los poemas más bellos de la litera-tura universal, al que José dedicó un trabajo. Cierta-mente no son perdedores anónimos, ni mediocres, perosin duda el interés y el afecto por esas figuras nosobliga a considerar cómo la vida no siempre es justa,ni lo es para todos. No hay seguridad, no hay garantías.

José admiró a su padre, médico eminente como él yrecordaba con emoción y orgullo cómo fue uno de losfundadores de la efímera Facultad de Medicina que secreó en 1936 en el Hospital de Basurto, en medio deltorbellino de la Guerra Civil. Fue encarcelado y conde-nado a muerte. La sinrazón de la posguerra en su casono llegó al extremo y pudo salir de prisión y poco apoco retomar su vida. Ese episodio doloroso le hizo aJosé reflexionar, mejor que muchos otros, sobre la in-justicia, el dolor, el perdón, y la capacidad de seguiradelante sin que la amargura deshaga nuestra vida.Uno diría que la gran Facultad de Medicina que algunossoñaron entonces, hoy olvidada, sigue pendiente y elhangar que hoy ocupamos, precisamente donde Josépuso en marcha el Servicio de Psiquiatría de Basurtoestá esperando a que sucesores de aquellos pioneroscompleten el proyecto inconcluso.

José citó muchas veces las palabras de Shanti Andia,observando la mar desde su pueblo: “…A veces me pre-ocupa la idea de si alguno de mis hijos tendrá inclina-ción por ser marino o aventurero. Pero no, no la tienen,y yo me alegro..., y, sin embargo... Ya en Lúzaro nadiequiere ser marino; los muchachos de familias acomo-dadas se hacen ingenieros o médicos. Los vascos se re-tiran del mar.

¡Oh, gallardas arboladuras! ¡Velas blancas, muyblancas! ¡Fragatas airosas, con su proa levantada y su

mascarón en el tajamar! ¡Redondas urcas, veleros ber-gantines! ¡Qué pena me da el pensar que vais a desapa-recer, que ya no os volveré a ver más! Sí, yo me alegrode que mis hijos no quieran ser marinos..., y, sin em-bargo...”.

Los hijos de José, como los de Shanti, no siguieronla carrera de su padre, pero les invito a ver el video dela preciosa entrevista de Pablo, su hijo, a Paul Auster,en las jornadas recientes del Centro Azkuna. Seguroque si José aún estuviera aquí se habría sentido muyorgulloso de esos hijos que no son marinos, y conrazón.

Me gustaría que los jóvenes entre nosotros suspen-dieran por un instante ese sano descreimiento hacia laspalabras de los mayores que hoy mantienen y confiaranen lo que ahora afirmo: es posible una Psiquiatría dife-rente donde el respeto hacia los pacientes, sus vidas ysus derechos, se acompañe de una infinita curiosidadsobre su vida y una mirada abierta hacia el funciona-miento de su cuerpo y los fascinantes engranajes de labiología. Y esa Psiquiatría diferente y posible, aquíentre nosotros ha tenido un valedor, que se llamabaJosé Guimón y nos ha dejado. Su marcha nos sitúa anteel reto de recoger su antorcha. Es nuestra responsabi-lidad.

Miguel Ángel González TorresDpto. de Neurociencias.

Universidad del País VascoServicio de Psiquiatría.

Hospital Universitario Basurto. Bilbao

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):42

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Presentación del libro: José Guimón. Historias de unarquitecto de la psiquiatría y psicología vascasBook presentation: José Guimón. Historias de un arquitecto de la psiquiatría y psi-cología vascas

Liburuaren aurkezpena: José Guimón. Historias de un arquitecto de la psiquiatría ypsicología vascas

La Diputación Foral de Bizkaia le invita a la presenta-ción del libro ‘José Guimón. Historias de un arquitectode la psiquiatría y psicología vascas’, escrito por IñakiMarkez, médico psiquiatra

Intervendrán, además del autor:Agurtzane Ortiz. Psiquiatra. Vicedecana de la Fa-•cultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU.Óscar Martínez Azumendi. Psiquiatra. Red de Salud•Mental de Bizkaia y miembro de OME.José Guimón Ros. Profesor de Economía. Universi-•dad Autónoma de Madrid.Mari Puri Herrero. Pintora, grabadora y artista del•paisaje con figuras.Ricardo Franco Vicario. Presidente de la Academia•de Ciencias Médicas de Bilbao.

La presentación tendrá lugar el miércoles, 18 de abril de2018, a las 19,00 h en el Sala Ondare (Diputación Foralde Bizkaia), c/ María Díaz de Haro 11, 1.º, de Bilbao.

Diputación Foral de Bizkaia

Bizkaiko Foru Aldundiak, liburu honen aurkezpeneragonbidatzen zaitu: ‘José Guimón. Historias de un arqui-tecto de la psiquiatría y psicología vascas’. Idazlea:Iñaki Markez, mediku-psikiatra

Partehartzaileak:Agurtzane Ortiz. Psikiatra. EHUko Medikuntza eta•Erizaintza Fakultateko dekanordea.Óscar Martínez Azumendi. Psikiatra. Bizkaiko Osa-•sun Mentaleko Sarea eta OMEko kide.José Guimón Ros. Ekonomia irakaslea. Madrilgo•Unibertsitate Autonomoa.Mari Puri Herrero. Margolaria, grabatzailea, pai-•saien eta figuren artista.Ricardo Franco Vicario. Bilboko Medikuntza Zient-•zien Akademiako Presidenteak.

Aurkezpena: 2018ko apirilaren 18an, asteazkena,19:00etan. Ondare Aretoa (Bizkaiko Foru Aldundia),María Díaz de Haro kalea, 11, 1.º. Bilbo.

Bizkaiko Foru Aldundia

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ARTÍCULO ESPECIALGac Med Bilbao. 2018;115(1):43

Autor para correspondencia: [email protected] (Secretaría de la ACMB).© 2018 Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Todos los derechos reservados.

Revisores, año 20172017 reviewers

Begiratzaileak. 2017

La Junta de Gobierno de la Academia de Ciencias Mé-dicas de Bilbao y el Comité de Redacción de la Gacetaagradecen la eficaz y desinteresada colaboración en laevaluación de los manuscritos presentados a la GACETA

MÉDICA DE BILBAO y las sugerencias para mejorar dicharevista.

Ricardo Franco-Vicario.•Julen Ocharan-Corcuera•María Elena Suárez González.•Carmelo Aguirre•Ignacio Antépara•Carmen de la Hoz•Santiago Eguiraun•Isidoro García Sánchez•Francisco Javier Goldaracena•Jesús Iturralde•María José López de Goikoetxea•Gabriel Martínez Compadre•Rosa Inés Muñoz González•Guillermo Quindós Andrés•Lorenzo Rodríguez González•Felisa Aizpurua•Jacinto Bátiz Cantera•Carlos de la Riva•M.ª Carmen N. Espinosa-Furlong•Juan Gervás•Juan Carlos Ibáñez de Maeztu•

Nerea Leal•Arsenio Martínez Álvarez•Juan Carlos Maté•Alfredo Rodríguez Antigüedad•Luis Alciturri•Julián de Castro•Juan José Díaz Franco•Juan I. Goiria Ormazabal•Itziar Ibarra•Adrián Hugo Llorente•M.ª J. Martínez Bengoechea•Gregorio Mediavilla Tris•Vicente Piñeiro•Alfonso Rodríguez Fernández•Juan José Zarranz Imirizaldu•José Domingo Sardón Ramos.•Juan Arechaga Martínez•Daniel Solano López•Francisco Luis Dehesa Santisteban•Javier Zumalde Otegui•Antón Arizaga Maguregui•Lucila Madariaga•Francisco José García Bernal•Jesús Rodríguez•Álvaro Gorostiaga•María Teresa Feito•

Academia de Ciencias Médicas de Bilbao

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Profesor José Guimón Ugartechea. 1943­2016

—Goian bego—Academia de Ciencias Médicas de Bilbao

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El Museo Vasco deHistoria de la Medicina

ya tiene presencia en

Internet

Información general, exposición permanente, exposiciones virtuales,publicaciones del Museo, enlaces de museología médica, etc.

Visítalo en:http://www.bizkaia.ehu.es/p209-shmhmhm/es/

Museo Vasco de Historia de la Medicina. UPV/EHU. Campus de Leioa (Bizkaia). Tel.: (34) 946 012 790 / (34) 946 012 270. Correo electrónico: [email protected]

Visitas: de lunes a viernes, de 8:00 a 14:00 h en periodo lectivo (visitas concertadas).

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