freesia x hybrida, de floración (seemann y...

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1. INTRODUCCIÓN El cultivo de flores de corte es un rubro que ha tenido un cierto crecimiento, tanto en el mercado nacional como internacional. A nivel del mercado nacional presenta alta estacionalidad de oferta y precios, llegando en muchas ocasiones a ser los precios internos, en el período invernal, superiores a los precios internacionales. Así, los mejores precios son alcanzados por los productos que lleguen más temprano al mercado, es por esta característica que Freesia x hybrida, de floración natural a fines de invierno, se presenta como una interesante alternativa de producción de flores, dado que puede ser producida como primor (SEEMANN Y ANDRADE, 1999). La introducción de fresias a Chile data de principios del siglo pasado, cultivándose principalmente por sus flores aromáticas. Posteriormente, dejó de ser ampliamente conocida, hasta la reintroducción de híbridos modernos de gran cantidad y tamaño de flores, que sin embargo, no poseen el aroma de las variedades antiguas (SEEMANN Y ANDRADE, 1999). De acuerdo al último censo agropecuario realizado en Chile, el año 1997, actualmente la superficie nacional de fresias alcanza las 3.8 hectáreas, de las cuales 3 ha corresponden al cultivo al aire libre y 0.8 ha al cultivo bajo invernadero (INE, 1998).

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1. INTRODUCCIÓN

El cultivo de flores de corte es un rubro que ha tenido un cierto crecimiento,

tanto en el mercado nacional como internacional.

A nivel del mercado nacional presenta alta estacionalidad de oferta y

precios, llegando en muchas ocasiones a ser los precios internos, en el

período invernal, superiores a los precios internacionales. Así, los mejores

precios son alcanzados por los productos que lleguen más temprano al

mercado, es por esta característica que Freesia x hybrida, de floración

natural a fines de invierno, se presenta como una interesante alternativa de

producción de flores, dado que puede ser producida como primor

(SEEMANN Y ANDRADE, 1999).

La introducción de fresias a Chile data de principios del siglo pasado,

cultivándose principalmente por sus flores aromáticas. Posteriormente,

dejó de ser ampliamente conocida, hasta la reintroducción de híbridos

modernos de gran cantidad y tamaño de flores, que sin embargo, no

poseen el aroma de las variedades antiguas (SEEMANN Y ANDRADE,

1999).

De acuerdo al último censo agropecuario realizado en Chile, el año 1997,

actualmente la superficie nacional de fresias alcanza las 3.8 hectáreas, de

las cuales 3 ha corresponden al cultivo al aire libre y 0.8 ha al cultivo bajo

invernadero (INE, 1998).

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La producción de estas flores se concentra en los meses de agosto y

septiembre, sin embargo, las mejores posibilidades comerciales se

producen la primera quincena de agosto. De esta forma, para obtener

floraciones tempranas se puede recurrir al uso de invernaderos u otras

estructuras de protección.

La aplicación de materiales plásticos, ha tenido gran influencia en la

agricultura, siendo uno de sus usos principales los invernaderos, pero

éstos dada su construcción, requiere elevadas inversiones. Debido a lo

anterior, se han desarrollado formas alternativas de obtener precocidad en

los cultivos, uno de ellos lo constituye la malla llamada ortoclima.

NAVARRETE (2003) probó que en fresias es factible el uso de mallas

térmicas en producción de primavera, sin embargo, en su experiencia el

ciclo de cultivo fue iniciado en abril, no obtuvo en realidad precocidad. En

esta experiencia, en tanto, se adelantará la fecha de plantación, respecto a

NAVARRETE (2003) y se evaluará el cultivo bajo malla ortoclima en la

misma época y condiciones que un cultivo en invernadero.

La presente investigación se realizará con el objetivo de evaluar en el

cultivo de fresia el uso de un sistema de producción con malla ortoclima, en

comparación con el sistema de producción bajo invernadero tradicional.

Además, se analizarán económicamente los costos e ingresos

incrementales de producción de los dos sistemas de cultivo, calculando

asimismo la relación beneficio costo en ambos sistemas.

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1.1. Objetivos:

1.1.1. Objetivo general

• Evaluar en el cultivo de fresia, el uso de un sistema de producción con

malla ortoclima, en comparación con el sistema de producción bajo

invernadero tradicional.

1.1.2. Objetivos específicos

• Determinar producción de varas florales y cormos en ambos sistemas.

• Definir época y calidad de la producción.

• Determinar costos de ambos sistemas.

• Determinar ingresos incrementales en cultivo bajo invernadero

tradicional y bajo malla ortoclima.

• Hacer un análisis de relación beneficio costo en ambos sistemas.

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2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

2.1. Origen y descripción botánica de la fresia:

El centro de origen de fresia se ubica en Sud-Africa (DE HERTOGH, 1989).

El género Freesia, representado por sólo 19 especies, pertenece a las

plantas monocotiledóneas y a la familia Iridaceae. Es una planta perenne.

Las variedades que actualmente están disponibles en el mercado

corresponden a híbridos (Freesia x hybrida) obtenidos mediante

cruzamientos entre las especies Freesia alba, Freesia refracta, Freesia

corymbosa y Freesia leichtlinnii (DOLE y WILKINS, 1999, IMANISHI,

1993). Desde entonces, el desarrollo de fresias hibridas ha mejorado el

cultivo, logrando aumentar largo de vara, tamaño de la flor y resistencia a

plagas y enfermedades (REES, 1992).

Fresia corresponde a una de las flores de corte de mayor importancia a

nivel mundial, basándose en el número de varas florales cosechadas y

comercializadas (IMANISHI, 1993 y DE HERTOGH, 1989).

La fresia pertenece a las llamadas plantas “geófitas”, conocidas como

“bulbosas”, que se caracterizan por poseer estructuras vegetativas

subterráneas especializadas, las que les permiten sobrevivir en épocas

adversas y al mismo tiempo cumplen con la función de órgano de

propagación vegetativa. Dentro de este tipo de estructuras, se incluyen

5

bulbos, cormos, rizomas, raíces tuberosas e hipocotilo engrosado

(SCHIAPPACASSE, 1996).

Casi en su totalidad, la zona de origen de las “geófitas” se encuentra

comprendida entre los paralelos 23º y 45º de latitud norte y sur. Chile es el

país que presenta la mayor diversidad en géneros de geófitas

ornamentales después de Sudáfrica (SCHIAPPACASSE, 1996).

Las fresias se cultivan normalmente a partir de un cormo, aunque es

posible producir flores a partir de semillas (SALINGER, 1991).

El cormo es un tallo de almacenamiento, que como tal posee nudos e

internudos. En los nudos presenta yemas que en su totalidad se ubican en

un mismo plano (VERDUGO, 1994). El cormo además se puede definir

como la base hinchada de un vástago de tallo envuelto por hojas secas de

aspecto de escamas (HARTMANN Y KESTER, 1995).

Los cormos anualmente entregan todas sus reservas a la formación de la

flor y cada año se forma un nuevo cormo, por lo tanto, la creencia popular

que habla de cormos viejos no corresponde a la realidad (VERDUGO,

1994). Estos cormos perpetúan la especie de un año a otro y producen

numerosos cormillos (MÜLLER, 1994).

Cuando el cormo germina, a partir del ápice, se desarrolla un tallo único, el

cual se caracteriza por poseer hojas envainadas en su base, desde las

cuales emerge el raquis de la flor y el tallo de las hojas principales del

follaje. La fresia normalmente tiene un tallo floreciente principal, con dos o

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más tallos laterales en la parte inferior del primero. El tallo principal es la

fuente más importante de ingresos, ya que constituye la flor de mayor

calidad y la que por ende alcanza los mejores precios, los tallos laterales

son más cortos y poseen un menor valor comercial (SALINGER, 1991).

IMANISHI (1993), señala que estas plantas son capaces de producir hasta

cuatro inflorescencias secundarias en una temporada de cultivo.

DE HERTOGH (1998) indica que se pueden obtener largos de tallos que

van en promedio de 51 a 76 centímetros, cuando las condiciones de cultivo

son las óptimas. El largo corresponde a la distancia entre la base del tallo

y la inserción de la inflorescencia (MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y

AGUA, 1998).

Las flores crecen en una espiga que descansa en un ángulo de 90º con el

resto del tallo, pudiendo contener la inflorescencia más de 20 flores sólo en

la parte superior del eje. Cada flor puede alcanzar hasta 5 cm. de diámetro.

Sus colores son el amarillo, rosado, rojo, naranja, azul o blanco y algunas

pueden presentar una agradable fragancia (MÜLLER, 1994).

Fresia posee hojas de tipo lineales, ordenadas en una disposición en forma

de abanico (IMANISHI, 1993).

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2.2. Requerimientos climáticos:

En la V región y el área Metropolitana se concentra la producción de varas

florales a partir de cormos, siendo necesario en esta zona forzar los

“cormos” en el período de reposo (MÜLLER, 1994).

Las plantas requieren 16ºC y humedad para comenzar el crecimiento.

Previo a la inducción floral, generada por bajas temperaturas, es

importante que la planta tenga un fuerte desarrollo vegetativo, ya que así

es posible obtener una vara floral de calidad con muchas flores. (REES,

1992). Cuando ya se han formado las hojas, el desarrollo de la

inflorescencia, requiere una temperatura óptima de 13ºC. Sobre los 18ºC

se inhibe el desarrollo de la inflorescencia y bajo los 9ºC se desarrolla

lentamente. Una vez que se ha formado la inflorescencia, el crecimiento

continúa a temperaturas de 12 a 20ºC como máximo. (SALINGER, 1991).

La fresia exige una secuencia de temperaturas, las cuales tienen que ser

primero elevadas para salir de dormancia, después temperaturas bajas

para enraizar, elongar el tallo floral y florecer; finalmente una vez más

temperaturas altas para bulbificar (VERDUGO, 1998).

DE HERTOGH (1989) señala que las plantas de fresia no son

particularmente sensibles al fotoperiodo, considerándola como una planta

de día neutro. Sin embargo, DE HERTOGH (1998) establece que el

crecimiento vegetativo se ve beneficiado con altos niveles de luz, siendo

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mejor la calidad de plantas y flores cuando la irradiación es mayor a 2500

Fc (27 Klux), con un óptimo que va entre 3000 a 5000 Fc (32 - 54 Klux).

Según SEEMANN Y ANDRADE (1999), la reacción de la planta es variable

frente a la intensidad lumínica a que es sometida, así por ejemplo: a bajas

intensidades lumínicas no se desarrollan flores; con altas temperaturas,

acompañadas de bajas intensidades lumínicas, forman tallos débiles y

altas intensidades lumínicas estimulan la formación de tallos laterales.

El valor de la humedad relativa óptima para el desarrollo del cultivo de

fresia está directamente relacionado con la temperatura y la intensidad

lumínica VAN ZANTEN PLANTS (2002), lo que se refleja en el Cuadro 1.

CUADRO 1. Rango de temperatura y humedad relativa ideales para fresias.

TemperaturaHumedad relativa del aire

óptima

Noche 7 a 9° C Menos del 95%

Día: con tiempo sombrío 8 a 10° C Menos del 85%

Día: con tiempo soleado 16 a 18° C Más del 60%

Fuente: VAN ZANTEN PLANTS (2002).

SALINGER (1991), señala que las temperaturas en un cultivo de fresias es

el factor más importante para obtener éxito.

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2.3. Requerimientos de suelo:

La fresia puede adaptarse a varios tipos de suelo, aunque prefiere un suelo

de buen drenaje. Las fresias son bastante sensibles a la sal, por lo que una

concentración muy alta de sal o cenizas, retarda el despunte y provoca el

retraso de la floración. La conductividad eléctrica adecuada para la especie

es de 1.5 - 2.0 mmhos/cm2 (VAN ZANTEN PLANTS, 2002). El pH debe

fluctuar entre 6,5 a 7,2 (SEEMANN Y ANDRADE, 1999).

En suelos con bajo contenido de humus, la incorporación de una enmienda

orgánica puede contribuir de manera importante a mejorar la estructura,

favoreciendo de esta forma el buen desarrollo del cultivo (VAN ZANTEN

PLANTS, 2002).

DE HERTOGH (1996) señala que el suelo en el cual se va a establecer un

cultivo de fresias, idealmente debe estar libre de malezas y patógenos

(principalmente Fusarium oxysporum).

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2.4. Profundidad y distancia de plantación:

La profundidad de plantación de la fresia va a depender del tipo de suelo

donde se establecerá el cultivo, aunque por lo general se ubica entre los 2

y los 4 cm de profundidad. Normalmente se planta a mayor profundidad en

suelos livianos y en verano (SEEMANN Y ANDRADE, 1999).

VAN ZANTEN PLANTS (2002) señala que el número de cormos por metro

cuadrado depende de la época del año (en verano se plantan menos

cormos por metro cuadrado que en primavera, ya que la floración tiene

lugar en una época con poca luz), de la variedad (dependiendo del

desarrollo vegetativo, plantando menos cormos por metro cuadrado en

cultivares que presenten hojas anchas y/o colgantes, con respecto a

aquellos con pocas hojas o con hojas pequeñas), y del tamaño de los

cormos (se plantarán menos unidades por metro cuadrado de aquellos

cormos de calibres mayores).

DE HERTOGH (1989) establece como óptima una densidad de 97 a 120

cormos por metro cuadrado.

La distancia de plantación es de 5 a 10 cm sobre hilera y 15 a 20 cm entre

hilera aproximadamente (SEEMANN Y ANDRADE, 1999).

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2.5. Desarrollo:

El crecimiento y desarrollo de las bulbosas está afectado por factores

internos y externos. De los factores internos, el más importante es el

tamaño crítico del órgano vegetativo subterráneo, éste debe pasar una

etapa juvenil y alcanzar un tamaño crítico para ser capaz de florecer, lo

cual se visualiza en el Cuadro 2 (SCHIAPPACASSE, 1996).

CUADRO 2. Duración de fase juvenil y tamaño mínimo para florecer.

Género Duración de la fase

juvenil (años) Tamaño mínimo para florecer (cm

de circunferencia)

Freesia 1 2 - 3

Fuente: Adaptado de Fontanier, 1973. En: De Hertogh y Le Nard, 1993.

La fresia presenta tres etapas en su desarrollo. La primera de ellas ocurre

en verano y corresponde a la fase de receso o letargo, donde los cambios

no son visibles (DE HERTOGH, 1996 Y SCHIAPPACASSE, 1996).

La segunda etapa corresponde al periodo vegetativo, el cual normalmente

transcurre desde emergencia a aparición de la espiga floral. Durante esta

etapa ocurre la inducción floral. Ésta dura tres a seis semanas y requiere

13ºC (LARSON, 1996 Y SALINGER ,1991) y el desarrollo previo de tres a

cuatro hojas (LARSON, 1996 Y MÜLLER, 1994).Temperaturas de 18ºC

inhiben completamente la inducción. También en esta etapa ocurre la

iniciación y la órgano-génesis (SCHIAPPACASSE, 1996).

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Con el nuevo ciclo de temperatura alta, normalmente en primavera, ocurre

la antesis (SCHIAPPACASSE, 1996).

La temperatura del suelo tiene en esta etapa una importancia secundaria,

siendo el clima ambiental fundamental (VAN ZANTEN PLANTS, 2002).

VAN ZANTEN PLANTS (2002) señala que para un cultivo exitoso se deben

proteger las plantas en épocas frías, ya que su crecimiento se ve afectado

con temperaturas ambientales menores a 8° C.

El cultivo de fresias en zonas de clima templado, sólo requeriría protección

frente a las heladas (SALINGER, 1991).

El período entre plantación y cosecha de varas florales, a partir de cormos,

es de 5 meses aproximadamente (SEEMANN Y ANDRADE, 1999), siendo

la duración de la floración de cuatro semanas, independiente del método

de propagación utilizado. Posterior a la cosecha, las plantas envejecen

naturalmente a las seis semanas (SALINGER, 1991 Y DE HERTOGH,

1989).

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2.6. Cosecha:

2.6.1. Varas florales

VAN ZANTEN PLANTS (2002) señala que la etapa óptima de cosecha de

la vara floral, corresponde al momento anterior a la antesis de la primera

flor de la inflorescencia. Influye en esta decisión también la época del año,

ya que a finales de otoño y durante el invierno hay que cortar las fresias en

una fase de madurez más avanzada que en primavera. Sin embargo,

MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA (1998) señala como

momento óptimo de cosecha cuando se hace visible el color de la primera

flor de la espiga, sin llegar en ningún caso, a mostrar la vara alguna flor

abierta. DE HERTOGH (1998) indica que las inflorescencias deben ser

cosechadas cuando la primera flor está comenzando a abrir y otras dos

mostrando color.

Las varas deben ser recolectadas en forma manual, utilizando cuchillo o

tijeras, cuidando siempre no dañar las plantas durante esta labor

(SALINGER, 1991).

El periodo de cosecha de flores se extiende en promedio por cuatro

semanas (DE HERTOGH, 1989).

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Según las normas de calidad para flor cortada descritas por MEDIO

AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA (1998), en la definición de las

distintas categorías de calidad, se debe considerar la longitud de vara,

expresada en centímetros, medidos desde la base del tallo hasta la

inserción de la inflorescencia y el número de flores por vara, el que indica

el número de botones viables dentro de la espiga floral (Cuadro 3).

CUADRO 3. Categorías de calidad de fresias para la Unión Europea.

Categoría Extra Primera Segunda

Long. de vara + 50 cm + 40 cm + 30 cm

Nº de flores por vara + 8 + 7 + 6

Fuente: MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA, 1998.

2.6.2. Cormos y cormillos

Al finalizar el cultivo de fresias, es posible cosechar los cormos para ser

utilizados en la próxima temporada (DE HERTOGH, 1998 y SALINGER,

1991).

Los cormos desarrollados en condiciones secas y cálidas, estarán listos

para levantarse al mes de haber acabado la floración. Si se cultiva en suelo

frío y húmedo, el follaje puede no secarse rápidamente, en este caso, los

cormos deben levantarse a las seis semanas después de la cosecha de

flores, y secarse artificialmente en cámara o exponerlas a condiciones más

cálidas (SALINGER, 1991).

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SALINGER (1991), recomienda levantar los cormos con una pequeña

cantidad de suelo, y luego limpiarlos.

2.7. Fertilización:

MÜLLER (1994) recomienda aplicar nitrógeno, fósforo y potasio, tanto en

abonado de fondo, como de mantenimiento.

DE HERTOGH (1989) recomienda fertilizar un cultivo de fresias sólo

cuando un análisis de suelo revele una deficiencia de nutrientes.

Una vez iniciada la brotación de los cormos comienza el crecimiento, para

lo que se recomienda fertilizar semanalmente con 200 ppm de una mezcla

N : P : K en razón 20 : 20 : 20 (DE HERTOGH, 1998).

2.8. Control de malezas:

SALINGER (1991) señala que los productores de fresias realizan el control

de malezas en forma manual, pero recomienda aplicar Chloroxuron

directamente al suelo, y previo a la brotación de los cormos, en dosis de

250 g de ingrediente activo por cada 1000 m2 de superficie.

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2.9. Plagas, enfermedades y desórdenes fisiológicos:

MÜLLER (1994) Y LARSON (1996), señalan que fresia está sujeta a las

mismas enfermedades y plagas que el gladiolo, este antecedente indica

que es recomendable no cultivar ambas especies cerca y no realizar

cultivos de fresia después de gladiolo.

Las principales plagas del cultivo son áfidos, trips, lepidópteros, nóctuidos,

ácaros y nemátodos (Meloidogyne). Las principales enfermedades en tanto

son Botrytis cinerea, Corvularia sp, Pseudomona sp., Xanthomona sp.,

Stromatinia sp. y Fusarium oxysporum. Dentro de los virus, la fresia se

puede ver afectada principalmente por Cucumber Mosaic Virus, Tomato

Ringspot, Tobacco Ringspot y Bean Yellow Mosaic, los cuales generan

síntomas de clorosis de hojas, moteado de flores, distorsión de la espiga y

enanismo de la planta (MÜLLER, 1994).

Las babosas y caracoles pueden ser también un serio problema para el

cultivo (MÜLLER, 1994).

En el cultivo de la fresia, además debe evitarse la aparición del hongo

Stromatinia gladioli (pudrición seca), especialmente si el material viene de

Argentina, Europa o Estados Unidos (MÜLLER, 1994).

Los desórdenes fisiológicos que afectan a la fresia son: aborto de flores, el

cual puede ser causado por bajas intensidades lumínicas y/o altas

temperaturas durante el periodo de rápido crecimiento. Hoja corchosa, lo

17

cual puede ser inducido por el flúor, algunos cultivares presentan este

desorden cuando son forzados con altas temperaturas. Pupación, es la

formación durante el almacenaje de un nuevo cormo, el cual reemplaza al

cormo madre, esto ocurre cuando las temperaturas son inferiores a 13ºC.

“Thumbing”, corresponde al término utilizado para describir una

inflorescencia de fresia donde dos o tres flores son espaciadas en forma

desigual a lo largo de la inflorescencia, lo cual ocurre cuando las

temperaturas son mayores a 18ºC durante el periodo de iniciación floral y

organogénesis (DE HERTOGH, 1996). Espigas y flores deformadas,

ocurren cuando una vez iniciada la floración, existe en el ambiente grandes

variaciones entre la temperatura diurna y nocturna (SALINGER, 1991). Quemadura de hojas, puede ser inducida a causa de contenidos de

fluoruro, tanto en el suelo como en el agua de riego. Es importante tener la

precaución de no fertilizar con superfosfatos o enmiendas que contengan

fluoruro dentro de su composición (DE HERTOGH, 1989).

2.10. Consideraciones económicas:

La flor se considera como un producto suntuario, cuyo consumo está

notablemente relacionado con el nivel de ingreso de las personas. De poca

vida útil, alto precio y que depende mucho de la moda, lo que lo hace un

negocio bastante inestable y variable en el tiempo. El consumo interno de

flores está ligado fuertemente a ciertas festividades en que aumenta la

demanda de este producto (FUNDACIÓN CHILE, 2001).

18

En Chile el consumo de flores por habitante no supera los US$4 anuales,

monto que al compararlo con el registrado en Estados Unidos y Europa

donde asciende a US$25 y US$50 respectivamente, indica que las

proyecciones de este rubro en el ámbito nacional son amplias

(FUNDACIÓN CHILE, 2001).

De acuerdo con el último censo agropecuario realizado en Chile en el año

1997, la superficie cultivada con flores en Chile asciende a 1472 hectáreas;

de ellas, solo 3.8 hectáreas corresponden al cultivo de fresias,

representando así, el 0.26 % del total. El 100% de la producción de esta

especie tiene como destino el mercado nacional (INE, 1998).

2.11. Reseña sobre la malla ortoclima:

La malla ortoclima es un material no textil, es un tejido formado por

filamentos continuos de polipropileno ligero (30 g/m2), indesmallable,

resistente a los agentes químicos y atmosféricos (TENAX, 2003).

Sus características permiten el paso de agua, luz y aire, además, no daña

los cultivos y puede utilizarse varias veces, por lo que resulta muy

ventajosos su uso. Se utiliza principalmente para proteger y favorecer el

crecimiento de los cultivos, ya que evita el daño causado por el frío y las

heladas (TENAX, 2003).

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Este material ofrece protección climática (NAVARRETE, 2003), siendo ésta

posible de utilizar para proteger cultivos al aire libre, ya sea en estructuras

de microtúneles, o colocándose directamente sobre la planta (TENAX,

2003).

Durante los meses críticos del cultivo (julio y agosto), la malla ortoclima

permite lograr un aumento de grados día, y una disminución de horas de

frío con respecto al aire libre (NAVARRETE, 2003).

20

3. MATERIALES Y MÉTODOS

3.1. Aspectos generales del sector:

3.1.1. Ubicación del estudio

El estudio se realizó en el período comprendido entre febrero y noviembre

del 2003, en la Facultad de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica

de Valparaíso, ubicada en Quillota, V región (latitud 32º 50’ S; longitud 71º

W y altitud 130 m.s.n.m.).

Climatológicamente la provincia está comprendida dentro del clima seco

estival costero, en el dominio templado, el cual corresponde, de acuerdo a

la clasificación de Köppen, a un clima templado de verano seco (GASTO,

GALLARDO Y CONTRERAS, 1987).

3.1.2. Condición edáfica del sector cultivado

El suelo en ambas mesas se presenta de tipo franco-arenoso, de baja

pedregosidad y buen drenaje (Anexo 1).

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3.2. Descripción del estudio:

3.2.1. Material vegetativo

Como material vegetal se utilizó cormos de Freesia x hybrida, color

amarillo, de calibre entre 2 y 8. (Cuadro 4)

CUADRO 4. Calibre de cormos (cm de circunferencia).

Calibre (cm) Cantidad

2 189

2/4 599

4 222

4/6 36

6 16

6/8 18

3.2.2. Preparación del terreno

El estudio se realizó en dos ambientes. Uno de ellos dentro de un

invernadero de estructura metálica con cubierta de polietileno, 30 m de

largo y 7 m de ancho, cinco metros de altura, con lucarna y el otro

ambiente se ubicó al aire libre bajo túnel cubierta con malla ortoclima.

22

Para cada sistema se preparó una mesa de 12 metros de largo y 0.80

metros de ancho. Como fertilización base se aplicó 30 kilogramos de

guano, por mesa de 9.6 m².

3.2.3. Tratamiento previo a la plantación

Previo a la plantación, los cormos fueron sumergidos durante 10 horas, en

ácido giberelico (1%) y durante 10 minutos en Iprodione (4 g*5 l -1).

3.2.4. Plantación

La plantación fue realizada el día 28 de febrero de 2003.

Para la plantación se utilizó una cantidad total de 1080 cormos de fresia,

los cuales fueron previamente calibrados. Se dividieron en dos partes

iguales, para ser utilizados en ambos sistemas.

En cada mesa se dispusieron 4 líneas de plantas, con una distancia entre

hilera de 20 cm y sobre hilera 8 cm, con lo cual se obtuvo una densidad de

60 plantas.m-², con una orientación norte-sur (Anexo 2). El material vegetal

se plantó a 4 cm de profundidad. Las plantas se condujeron en forma

vertical, cuando alcanzaron un tamaño de 15 cm de altura, usando cinta

gareta, una hebra a cada costado de cada hilera.

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3.2.5. Riego

El riego se efectuó mediante cinta, cuya descarga corresponde a cuatro

litros hora-1 metro-1 lineal, se dispusieron tres cintas por mesa. Se utilizó

una frecuencia de riego diaria y una duración de 15 a 20 minutos, en cada

riego, dependiendo de las condiciones de las plantas. El agua provino de

un pozo profundo.

3.2.6. Control de malezas, plagas y enfermedades

El control de malezas sobre la mesa de plantación se llevó a cabo a través

de un control manual y en los pasillos se utilizó herbicida Oxifluorfen.

Para el control de áfidos se hizo una aplicación con Imidacloprid,

(2 ml*10 l-1), efectuada el 22 de julio 2003.

Para la prevención y control de botrytis se hicieron dos aplicaciones con el

fungicida, Iprodione, el 13 de junio y el 10 de julio 2003.

3.2.7. Cubierta de protección

Se instaló un túnel con estructura de tubos de PVC y listones de madera,

con una altura aproximada de 60 cm, cubriendo el 100% de la superficie

24

plantada con malla ortoclima (Anexo 3), desde que las plantas presentaron

8 cm de altura, y hasta el término de cosecha de las flores.

3.2.8. Registro de temperaturas

A fin de mantener un registro diario de las temperaturas extremas durante

el cultivo, se instalaron termómetros de temperatura máxima y mínima, uno

se instaló dentro del invernadero y otro al interior del túnel con malla

ortoclima.

También se consideraron las temperaturas registradas por la estación

metereológica de Quillota ubicada en la Facultad de Agronomía, Pontificia

Universidad Católica de Valparaíso, distante a 20 m del lugar del estudio.

Los datos obtenidos fueron utilizados para calcular en ambos sistemas y al

aire libre, las horas frío y grados día acumulados, con el fin de determinar y

comparar el efecto que produce el invernadero y la malla ortoclima.

3.2.8.1. Recuento de horas frío

Se contabilizó desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre las horas frío

al aire libre, bajo invernadero y bajo la malla ortoclima. Se utilizó la fórmula

(1) de CROSSA RAYNAUD (1985) citado por GIL-ALBERT (1992),

deducida en una zona templado cálida, la cual tiene una temperatura

umbral de 7 ºC; misma utilizada por NAVARRETE (2003).

25

n = (7-t) / (T-t) * 24 * 1.5 (1)

Donde:

n: número diario de horas frío bajo 7º C.

t : temperatura mínima diaria.

T: temperatura máxima diaria.

Para realizar los cálculos se recurrió a datos diarios. Además, aquellos

valores que resultaron negativos, debido a que la temperatura mínima fue

mayor a 7 ºC, no se contabilizaron ya que éstas no producen horas frío

(GIL-ALBERT, 1992).

3.2.8.2. Cálculo de grados día

La suma de grados día se calculó para ambos sistemas y al aire libre,

desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre, de la siguiente manera:

Suma de calor = tº máxima + tº mínima - 10 (2)

2

De este modo, se fue sumando la cantidad correspondiente de tiempo

térmico, estableciendo los grados día acumulados (MONTEITH, 1984).

Para realizar los cálculos se necesitó datos de carácter diario. Además

aquellos valores que resultaron negativos, debido a que el promedio diario

26

de temperaturas fue menor a 10 ºC, no se contabilizaron ya que éstas no

producen suma de calor (MONTEITH, 1984).

3.2.9. Cosecha de varas florales

La cosecha de varas florales comenzó, el día 4 de agosto bajo invernadero

y el día 8 de agosto bajo malla ortoclima, en ambos casos se prolongó

hasta el 8 de septiembre de 2003.

Cuando las varas florales presentaban una flor de la inflorescencia

mostrando color, éstas fueron cosechadas con tijeras de podar (Anexo 4).

Luego de cosechada una muestra, correspondiente al 15% de la población

en cada caso en estudio, ubicadas en las hileras centrales de las mesas

(para evitar el efecto bordes), se les midió el largo de vara y largo de la

inflorescencia, en cm, con huincha de medir, el diámetro del tallo en la

base del corte, en mm, con un pie de metro, el número de flores por

inflorescencia.

Con estas mediciones se calculó para cada parámetro media, mediana,

moda, desviación estándar y varianza, en ambos sistemas.

27

3.2.10. Cosecha de cormos y cormillos

La cosecha de cormos y cormillos se realizó el día 13 de noviembre de año

2003, en forma manual.

El material fue llevado a un sombreadero por 20 días, para el curado de las

catáfilas externas.

Posteriormente, se contabilizaron los cormos y se evaluaron en su

totalidad, el tamaño alcanzado durante la temporada, y posteriormente se

evaluó la producción total de cormillos (peso total y cantidad estimada).

3.3. Aspectos económicos:

Se realizó una evaluación económica del cultivo de fresia, tomando en

cuenta los costos e inversiones, que se requieren para un cultivo de 1000

m² bajo malla ortoclima de 1000 m² bajo invernadero y los ingresos por

venta obtenidos en ambos casos. Se analizaron para una sola temporada

de cultivo con una duración de 8 meses.

Los costos para la implementación del proyecto se calcularon de acuerdo a

precios vigentes al 12 de enero de 2004 (sin IVA).

La evaluación económica se realizó mediante el cálculo de la relación

beneficio costo.

28

4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

4.2. Producción de flores:

El periodo de cosecha de varas florales de fresia se extendió entre el 4 de

agosto y el 8 de septiembre bajo invernadero y desde el 11 de agosto al 8

de septiembre bajo malla ortoclima, Esta labor se efectuó en diez

oportunidades cuando las varas presentaban una flor de la inflorescencia

mostrando color. La distribución en el tiempo de la cosecha no fue

homogénea para ambos sistemas, lo que se puede visualizar en la Figura

1. Es destacable que la mayor proporción de varas precoces se obtuvo del

invernadero.

Del total de las varas cosechadas en el periodo, se tomó una muestra al

azar equivalente al 15%, las cuales fueron evaluadas en su calidad floral,

los indicadores de calidad se indican en el Cuadro 5 y 6, para ambos

sistemas.

29

0

100

200

300

400

500

600

700

Nº V

aras

Flo

rale

s

4/08 11/08 14/08 18/08 21/08 25/08 28/08 1/09 4/09 8/09

Invernadero Bajo Malla Total Cosechado

FIGURA 1: Distribución de la cosecha de varas florales de fresia, de un

cultivo bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

30

CUADRO 5. Evaluación de calidad floral de fresias bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

INVERNADERO

Media Mediana Moda Desviación Varianza

CALIDAD FLORAL estándar

Largo de vara 34,81 35,00 32,00 4,96 24,58

Diámetro de tallo 5,37 5,00 5,00 0,84 0,71

Flores por inflorescencia 9,49 10,00 10,00 1,11 1,23

Inflorescencias secundarias 2,55 3,00 3,00 1,11 1,23

Largo inflorescencia 8,73 9,00 8,00 1,66 2,76

CUADRO 6. Evaluación de calidad floral de fresias bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

BAJO MALLA

Media Mediana Moda Desviación Varianza

CALIDAD FLORAL estándar

Largo de vara 34,57 35,00 36,00 5,51 30,37

Diámetro de tallo 5,58 5,00 5,00 0,94 0,88

Flores por inflorescencia 9,21 9,00 9,00 0,88 0,77

Inflorescencias secundarias 2,49 2,00 2,00 1,23 1,51

Largo inflorescencia 8,82 9,00 10,00 1,41 2,00

El largo de vara floral promedio obtenido en ambos sistemas se encuentra

en la categoría segunda, lo cual significa que son aquellas varas de fresia

de un tamaño mayor a 30 cm y menor a 40 cm, definida por MEDIO

AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA (1998). Este resultado podría

31

deberse a efecto de bajas temperaturas. VAN ZANTEN PLANTS (2002),

señala que para un cultivo exitoso se deberá proteger las plantas en

épocas frías, ya que su crecimiento se ve afectado con temperaturas

ambientales menores a 8° C, ambos sistemas de cultivos fueron afectados

por temperaturas inferiores a los 8º C (Anexo 5). Por otra parte, DE

HERTOGH Y LE NARD (1993), indican que los cormos de fresia necesitan

un tamaño mínimo para florecer de 2 a 3 cm de circunferencia, en ambos

sistemas el mayor porcentaje de cormos plantados presentaban el tamaño

mínimo, lo cual pudo afectar el largo de varas promedio obtenido, ya que

dentro de las mediciones también se obtuvieron largos desde 40 a 50 cm

posiblemente originadas por los cormos más grandes.

Otras condiciones de cultivo también pudieron limitar la calidad de las

flores, al respecto DE HERTOGH (1998) indica que se pueden obtener

largos de tallo de 51 a 76 centímetros, cuando las condiciones de cultivo

son las óptimas. Entre las condiciones evaluadas es destacable el pH, en

el invernadero fue de 8.05 y en la platabanda cubierta por malla fue de

7.72, siendo para la especie el rango óptimo de 6.5 a 7.2 (SEEMANN Y

ANDRADE 1999). Esta condición de suelo pudiese haber afectado los

largos de los tallos, sumado a esta condición la alta conductividad eléctrica

determinada (bajo invernadero 6.23 dSm-1y bajo malla 2.71 dSm-1 VAN

ZANTEN PLANTS (2002), indica que la fresia es sensible a la sal, y lo

máximo tolerable para este especie es de 2.0 dSm-1.

El grosor del tallo floral y el largo de la inflorescencia obtenidos en el

sistema invernadero, no son posibles de comparar con alguna referencia

32

bibliográfica, ya que dentro de la literatura consultada no se encontró

información sobre estos parámetros. En tanto, bajo malla ortoclima, los

resultados pueden ser comparados con aquellos presentados por

NAVARRETE (2003), quien obtuvo un promedio de diámetro de tallo de 4

mm. En este trabajo el promedio de grosor de tallo fue mayor a 5 mm,

posiblemente debido a que la fecha de plantación fue más temprana,

permaneciendo las fresias durante siete meses en cultivo.

El número de inflorescencias secundarias obtenido fue menor al esperado,

IMANISHI (1993), señala que estas plantas son capaces de producir hasta

cuatro inflorescencias secundarias en una temporada de cultivo.

NAVARRETE (2003) corrobora esta información al haber obtenido cuatro

inflorescencias secundarias por tallo. En este ensayo se obtuvo en

invernadero un promedio de 2.55 y bajo malla ortoclima 2.49. Esta

respuesta puede estar relacionada con el hecho de haber obtenido más

varas por planta que los mencionados autores.

Respecto al número promedio de flores por vara obtenido, el cultivo con

que se trabajó corresponde a una variedad moderna, descrita por LARSON

(1996) como aquellas plantas de fresia capaces de producir más de ocho

flores por inflorescencia. En ambos sistemas se vio sobrepasado

satisfactoriamente, siendo en los dos casos el promedio mayor a 9 flores

por inflorescencia. De acuerdo a MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y

AGUA (1998) este resultado es catalogado dentro de la categoría extra.

33

Frente a estos resultados se puede establecer que no hubo diferencias

importantes con respecto a la calidad de las flores obtenidas, sin embargo,

el usar invernadero adelantó en una cierta proporción la cosecha.

Otra de las variables evaluadas fue la cantidad de flores no comerciales.

En la Figura 2 se muestra la cantidad de la producción para ambos

sistemas que no cumplía con las características de una vara floral.

Al analizar las causas de descarte como varas comerciales, se encontró

desórdenes fisiológicos, tales como “Thumbing”, el cual corresponde al

término utilizado para describir una inflorescencia de fresia donde dos o

tres flores son espaciadas en forma desigual a lo largo de la inflorescencia.

Este fenómeno se asocia a temperaturas mayores a 18ºC durante el

periodo de iniciación floral y organogénesis (DE HERTOGH, 1996). En

ambos sistemas se sobrepasó la temperatura de 18ºC, por otra parte, se

obtuvo una cantidad de espigas y flores deformadas, al respecto

SALINGER (1991) señala que esto ocurre cuando una vez iniciada la

floración existe en el ambiente grandes variaciones entre la temperatura

diurna y nocturna, sin embargo, el descarte no sobrepasa al 5% de la

producción bajo invernadero y al 10% bajo malla. Por lo cual, se puede

pensar que las fluctuaciones que alteran la floración son mayores a las

registradas en esta experiencia.

34

0

5

10

15

20

25

30

35

40

Nº v

aras

flor

ales

04/08 11/08 14/08 18/08 21/08 25/08 28/08 01/09 04/09 08/09

INVERNADERO BAJO MALLA TOTAL

FIGURA 2: Cantidad y distribución de varas florales no comerciales de

fresia, en un cultivo bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

35

4.3. Producción de cormos y cormillos:

Al finalizar el cultivo se registró el calibre de los cormos cosechados. Estos

fueron comparados con los calibres iniciales y los resultados se presentan

en el Cuadro 7. También se evaluó la distribución de cormos en los

diferentes calibres (Figura 3). Con respecto a los cormillos producidos, se

determinó el peso y se estimó el número de unidades producidas, estos

resultados se presentan en el Cuadro 8.

CUADRO 7. Comparación entre la producción de cormos obtenidos en un cultivo de fresias bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

INVERNADERO BAJO MALLA

TAMAÑO INICIAL TAMAÑO FINAL TAMAÑO INICIAL TAMAÑO FINAL

CALIBRE Cantidad Porcentaje Cantidad Porcentaje Cantidad Porcentaje Cantidad Porcentaje

2 95 17,6 98 13,4 94 17,4 134 22,2

2/4 299 55,4 391 53,5 300 55,6 270 45

4 111 20,6 117 16 111 20,5 131 21,8

4/6 18 3,3 72 9,8 18 3,3 37 6

6 8 1,4 45 6,1 8 1,5 16 3

6/8 9 1,7 9 1,2 9 1,7 13 2

TOTAL 540 100 732 100 540 100 601 100

36

FIGURA 3: Distribución de calibres de cormos de fresia, de un cultivo bajo

invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

37

Con respecto a la cosecha de cormos en ambos sistemas, se puede decir

que se mantuvo el mayor porcentaje correspondiente al calibre 2/4 y

aumentó en ambos sistemas la cantidad de cormos de calibre 4/6. El total

cosechado aumentó en ambos sistemas comparado con el total plantado

en febrero 2003, lo cual indica que posiblemente se produjeron cormillos

de gran tamaño, que pudieron ser catalogados de cormos. También pudo

haber un crecimiento de los cormos iniciales simultáneamente con una

multiplicación.

CUADRO 8. Comparación entre la producción de cormillos obtenidos en un cultivo de fresias bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

INVERNADERO BAJO MALLA

UNIDADES 5233 2594

PESO (g) 4984 2471

* 100 gramos = 105 cormillos

La cantidad de cormillos producidos en ambos sistemas, muestra la alta

tasa de propagación. Bajo invernadero fue posible septuplicar el material

de plantación y bajo malla ortoclima cuadruplicar. Cabe mencionar, que la

producción bajo malla ortoclima concuerda con los resultados obtenidos

por NAVARRETE (2003). La diferencia obtenida entre ambos sistemas, se

puede deber a las condiciones climáticas dentro del invernadero.

38

4.4. Comportamiento térmico:

La Figura 4 muestra el efecto que ejerce el invernadero y la malla ortoclima

sobre las temperaturas máximas y mínimas del ambiente, desde el 21 de

abril hasta el 8 de septiembre del año 2003.

En el Cuadro 9, se muestra que el invernadero permitió lograr en promedio

un aumento de 6 ºC en la temperatura máxima y un aumento de 2.6 ºC en

la temperatura mínima, respecto al aire libre y el material de la malla,

permitió lograr en promedio un aumento de 8 ºC en la temperatura máxima

y 2 ºC en la temperatura mínima, respecto al aire libre. Sin embargo, como

muestra la Figura 4, no en todos los días la malla ortoclima ejerció un

efecto positivo sobre las temperaturas ambiente, especialmente sobre la

mínima. Con respecto al efecto del invernadero este ejerció un mejor

control de las temperaturas mínimas respecto del aire libre.

Cuadro 9. Comparación de las temperaturas promedio desde 21 abril al 8 de septiembre, 2003, al aire libre, bajo invernadero y bajo malla ortoclima, en la localidad de La Palma, Quillota.

Temperatura Aire libre Bajo

invernadero Bajo malla ortoclima

Máxima 19 25 27

Mínima 4 6.6 6

Para comparar mejor las temperaturas máximas y mínimas se realizó un

cálculo de las horas de frío y los grados día acumulados (Anexos 6 y 7),

39

desde la puesta de la malla ortoclima (21 de abril) hasta la última cosecha

de varas florales (8 de septiembre). Para ello se utilizaron los registros de

temperaturas máximas y mínimas al aire libre (proporcionados por la

estación metereológica más cercana al cultivo) y las temperaturas

máximas y mínimas al interior del invernadero y bajo el túnel de malla

ortoclima Los resultados se presentan en el Cuadro 10.

CUADRO 10. Comparación entre el efecto que ejerce el invernadero, la malla ortoclima v/s aire libre, sobre la acumulación de horas de frío y días grado desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre del 2003, en la localidad de La Palma (Quillota).

HORAS FRÍO GRADOS DÍA

INVERNADERO 298 607

BAJO MALLA 353 756

AIRE LIBRE 671 220

Por lo tanto, desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre 2003, el

invernadero respecto al aire libre, permite lograr un aumento de 387 grados

día y disminuir las horas frío en 373. La malla ortoclima permite lograr un

aumento de 536 grados día y una disminución de 318 horas de frío con

respecto al aire libre. Los datos obtenidos bajo malla ortoclima muestran

una tendencia similar a la presentada por NAVARRETE (2003), sin

embargo este autor sólo consideró los meses de julio y agosto. Los

antecedentes señalan que tanto la malla como el invernadero ofrecen

algún grado de protección del cultivo.

40

-5

0

5

10

15

20

25

30

35

40

21/04 29/04 07/05 15/05 24/05 09/06 18/06 26/06 03/07 14/07 23/07 01/08 09/08 19/08 27/08 03/09 12/09Fecha

Tº (º

C)

Tº MÁX MALLA Tº MIN MALLA Tº MÁX INVERNADERO

Tº MIN INVERNADERO Tº MÁX AIRE LIBRE Tº MIN AIRE LIBRE

FIGURA 4: Comparación entre las temperaturas máximas y mínimas bajo

invernadero, bajo malla ortoclima y al aire libre en un cultivo de fresias en la localidad de La Palma (Quillota), desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre del 2003 (entre lunes y sábado).

41

4.5. Evaluación económica:

4.5.9. Estimación de ingresos

Los ingresos considerados en este estudio, Cuadro 11, corresponden a la

venta de varas florales, cormos y cormillos de fresia.

CUADRO 11. Producción e ingreso por venta de varas florales, cormos y cormillos de fresias para una temporada de cultivo de 1000 m² bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

INVERNADERO BAJO MALLA

Producto Cantidad Precio ($)

Ingreso por venta

Cantidad Precio ($)

Ingreso por venta

Varas

florales

92.828 * $ 2.151.093 84.432 * $ 1.827.069

Cormos 49.765 70 $ 3.483.550 40.692 70 $ 2.848.440

Cormillos 354.317 20 $ 7.086.340 175.635 20 $ 3.512.700

Total $ 12.720.983 $ 8.188.209* El precio ($) varía según época de cosecha

Venta de varas florales: la cantidad producida bajo invernadero

corresponde a 92.828 varas comercializables y bajo malla ortoclima a

84.432, cuyo precio de venta unitario fue desde $40 hasta $15

dependiendo el día de cosecha (Anexo 8), se obtuvo un promedio

ponderado de $27.5 en ambos sistemas. Comparando el sistema bajo

42

malla ortoclima con los resultados obtenidos por NAVARRETE (2003), la

producción de varas florales de fresia fue ampliamente sobrepasada,

24.000 unidades en 1000 m², contra 84.432 unidades, el año 2003, lo cual

significa que en promedio se cosecharon dos varas por cormo. Este

resultado se puede deber a que NAVARRETE (2003), sólo cosechó la

primera vara floral o sólo haya obtenido una vara por cormo, y/o que la

plantación realizada a fines de febrero, induce mayor cantidad de varas por

cormo que plantando en abril.

Hay que destacar que la cosecha bajo malla el 2003 se comenzó a realizar

5 días antes que 2002, a pesar de haber plantado 40 días antes

NAVARRETE (2003). Además estos resultados están influidos por la

densidad de plantación NAVARRETE (2003) usó 56 plantas/m², en tanto

en el presente estudio se emplearon 60 cormos en la misma superficie.

Venta de cormos: La cantidad producida bajo invernadero corresponde a

49.765 unidades y bajo malla ortoclima 40.692 unidades, el precio de venta

unitario fue de $ 70, precio real de venta de este producto en el mercado al

momento de ser cosechado.

Venta de cormillos: La cantidad producida bajo invernadero corresponde a

354.317 unidades y bajo malla ortoclima a 175.635 unidades, el precio de

venta en ambos sistemas fue de $20, precio real de venta de este producto

en el mercado al momento de ser cosechado. Comparando con

NAVARRETE (2003), el sistema bajo malla ortoclima, la cantidad de

cormillos producidos fue superada el año 2002, se cosecharon 91.200

unidades y el 2003 175.635 unidades, esto se puede deber a la diferencia

43

en la época de plantación, es decir adelantando la fecha de plantación en

40 días aproximadamente, el cormo está más tiempo en el suelo

nutriéndose y por lo tanto produce más cormillos.

4.5.10. Estimación de costos

Los costos considerados corresponden a: remuneraciones, insumos,

arriendos, compra y puesta del polietileno, en caso del sistema bajo

invernadero y asistencia técnica especializada.

Mano de obra: este ítem incluye los gastos efectuados en ambos sistemas

por pago de remuneraciones, por labores de aplicación de giberelina y

desinfección de cormos en preplantación, plantación, instalación de cinta

gareta, instalación de malla ortoclima (en el sistema bajo malla ortoclima),

riego, limpias de malezas, aplicación de fungicida, insecticida, herbicida

entre los pasillos, cosecha de varas florales, cormos, cormillos, retiro de

mallas (en el sistema bajo malla ortoclima), limpieza, separación,

desinfección de cormos y cormillos al término del cultivo. Las

especificaciones del número de jornadas hombre y su costo para ambos

sistemas, se detallan desde el Anexo 9 hasta el Anexo 12.

Insumos: corresponde a gastos efectuados durante una temporada de

cultivo de fresias (1000 m²), en un sistema bajo invernadero y otro bajo

malla ortoclima (Anexo 13 y 14).

44

Arriendos: corresponde a $ 100.000, siendo los gastos efectuados por

concepto de arriendo por un año de 1000 m2 de suelo cultivable en la

localidad de La Palma (Quillota), para el sistema bajo malla ortoclima y

$ 500.000 de arriendo de terreno con estructura de invernadero (5 naves

de madera sin cubrir) en la misma localidad, $400.000 compra polietileno y

$200.000 mano de obra puesta de polietileno, y $25.000 del arriendo de

maquinaria para la preparación del terreno en cada uno de los sistemas

(Anexo 15 y 16).

Asistencia técnica específica: se consideró en ambos sistema la

contratación de tres asesorías técnicas durante el año de un Ingeniero

Agrónomo especialista, a un costo total de $300.000 para cada uno de los

sistemas.

Los costos totales del proyecto para cada uno de los sistemas se describen

a continuación en el Cuadro 12.

45

CUADRO 12. Costos totales del proyecto de una temporada para un cultivo de fresias bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

INVERNADERO BAJO MALLA

Ítem Total costos ($) Ítem Total costos ($)

Remuneraciones 422.500 Remuneraciones 460.000

Arriendo de terreno con

estructura de invernadero,

maquinaria y confección

invernadero

1.125.000 Arriendos 125.000

Insumos 2.232.414 Insumos 2.341.614

Asistencia técnica 300.000 Asistencia técnica 300.000

Otros (5% Imprevistos) 203.995 Otros (5%

Imprevistos)

161.330

Total 4.283.909 Total 3.387.944

4.5.11. Cálculo Relación Beneficio Costo

En el Cuadro 13, se muestra la Relación Beneficio Costo para cada uno de

los sistemas, la cual relaciona el ingreso y costo total para cada sistema.

En este caso la producción bajo invernadero presenta una relación

beneficio costo de 2.97, mayor que la obtenida al analizar la producción

bajo malla 2.42, que indica la conveniencia de ese sistema de producción

de fresias bajo las condiciones de este estudio.

46

CUADRO 13. Ingreso Total y Costo Total bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima, y sus respectivos Relación Beneficio Costo (R B/C) de un proyecto de una temporada de cultivo de fresias, en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.

INVERNADERO BAJO MALLA

Ingreso Total ($) 12.720.983 8.188.209

Costo Total ($) 4.283.909 3.387.944

R B/C 2.97 2.42

No se consideró el cálculo del valor actual neto (VAN) y de la tasa interna

de retorno (TIR), dado que se trata de una evaluación de corto plazo.

Obviamente, el sistema bajo invernadero es mejor que el sistema bajo

malla ortoclima.

La introducción del costo alternativo del dinero no altera esta situación en

forma significativa.

El caso anteriormente planteado obedece a una situación puntual, pues

podría verse alterada en condiciones de incremento de la oferta o

reducción del precio del producto, estrechando esto la relación beneficio

costo.

47

5. CONCLUSIONES

La producción de fresias en invernadero o bajo malla ortoclima en la

localidad de Quillota, son técnicamente factibles.

La producción de varas florales obtenida fue alta, ya que en promedio se

obtuvieron dos tallos por planta para ambos sistemas.

Las variables de calidad de las flores en ambos sistemas son adecuadas,

salvo el largo de varas que determinó una producción de categoría

segunda.

Con respecto a la producción de cormos y cormillos, ambos sistemas

incrementan la cantidad y el calibre de los cormos producidos.

Plantando en febrero, se obtuvo bajo malla una precocidad de 5 días,

respecto a NAVARRETE (2003) y una mayor producción de cormillos.

Los resultados obtenidos en el estudio indican que el negocio es rentable

para ambos sistemas, considerando la venta de varas florales, cormos y

cormillos. La relación beneficio costo sin actualización, fluctuó entre 2.97 y

2.42. Se destaca que el cultivo bajo invernadero es el más rentable (R B/C

2.97).

48

6. RESUMEN

Se realizó una investigación consistente en evaluar dos sistemas de producción de fresia (Freesia x hybrida) bajo invernadero y bajo malla ortoclima, en la localidad de La Palma (Quillota). Los cormos fueron plantados el 28 de febrero del 2003, a 4 cm de profundidad utilizando una densidad de 60 plantas m-², empleándose 540 cormos en cada sistema. Para determinar el efecto que produce la malla y el invernadero sobre el clima, se registraron las temperaturas máximas y mínimas al interior del túnel y del invernadero, desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre, periodo en que estuvo puesta la malla ortoclima. Estas observaciones fueron comparadas con las temperaturas al aire libre registradas en la estación metereológica, cercana al cultivo. Como resultado se obtuvo que el invernadero tradicional y la malla ortoclima ofrecen protección climática, reflejado en un aumento promedio de 6 ºC en la temperatura máxima y 2.6 ºC en la temperatura mínima bajo invernadero, incrementando con ello 387 días grado y disminuyendo 373 horas de frío respecto al aire libre. Se cuantificó un aumento promedio 8 ºC en la temperatura máxima y de 2 ºC en la temperatura mínima bajo malla, incrementando con ello 536 días grado y disminuyendo 318 horas de frío respecto al aire libre. La producción se evaluó en una muestra equivalente al 15 % del total de plantas, en cada sistema, se determinó en promedio: largo de vara de 34.81 cm bajo invernadero y 34.57 bajo malla y para ambos casos un diámetro del tallo sobre 5 mm, flores por inflorescencia nueve, inflorescencias secundarias 2,5, largo de inflorescencia 8.75 cm, indicativo de una calidad floral que, para todas las variables, exceptuando el largo de vara, fue considerada como buena en ambos sistemas. Finalmente, se obtuvo una producción promedio de siete cormillos por planta bajo invernadero y de cuatro cormillos por planta bajo malla. Se realizó la evaluación económica de una unidad productiva de 1000 m², en ambos sistemas y se obtuvo una relación beneficio costo sin actualización de 2.97 bajo invernadero y de 2.42 bajo malla ortoclima, indicando que para ambos casos, es rentable su realización.

49

7. ABSTRACT

An study was done to evaluate two freesia (Freesia x hybrida) production systems, one under greenhouse and one under an ortoclima mesh, near La Palma, Quillota. The corms were planted on the February 28th, 2003, to a depth of 4 cm, using a density of 60 plants per m-2, and using 540 corms for each system.

In order to determine the effect that the mesh and the greenhouse had on the climate, maximum and minimum temperatures were recorded inside the tunnel and the greenhouse, from April the 21st until September the 8th, the period in which the mesh was used. These observations were compared with the outdoor temperatures recorded by a meteorological station near to the crop. As a result, it was found that both the traditional greenhouse and the ortoclima mesh offered climatic protection, which was reflected in the average increase of 6ºC for the maximum temperatures and 2.6ºC for the minimum temperatures under the greenhouse system, increasing the growing degree days to 387, and decreasing chilling hours to 373, compared with the open air. An average increase of 8ºC in the maximum temperature and of 2ºC in the minimum temperature was measured under the mesh, increasing growing degree days to 536, and decreasing chilling hours to 318, compared with the open air.

Production was evaluated from a sample equivalent to 15 % of the total plants in each system, averages were determined for: twig length, with 34.81 cm under the greenhouse and 34.57 cm under the mesh, diameter of the stem, which was over 5 mm in both cases, flowers by the ninth inflorescence and secondary inflorescences 2.5 long were seen under both systems, the length of inflorescences was 8.73 cm for the greenhouse and 8.82 for the mesh, indicating that floral quality, which for all the variables, excepting twig length, was considered equally good under both systems. Finally, the average production of seven cormels per plant under greenhouse and four cormels per plant under mesh was obtained.

The economic evaluation for a productive unit of 1000 m² was made for both systems, and a cost to benefit ratio of 2.97 was obtained for the greenhouse and 2.42 for the ortoclima mesh, indicating that both systems were profitable to use.

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