filosofia modulo 1

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOlVIAS DE ZAMORA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES .. CARRERAS: todas-las de la Facultad de Ciencias Sociales ASIGNATURA: Filosofía CÁTEDRA: Edith EL ORZA CICLO LECTIVO: CUATRIMESTRE: 1 FUNDAJ.\IIENTACIÓN Filosofia constituye, dentro del marco de las carreras de la Facultad de Ciencias Sociales, una materia común a todas. Pertenece al Ciclo de Iniciación y, por sus características propias, es básicamente formativa. Esto quiere decir que, teniendo en cuenta el objetivo de una institución universitaria -específicarnente esta Facultad de Ciencias SociaJes- la Filosofía posibilita la reflexión crítica sobre el propio pensamiento y abre el camino que conduce a la producción científica al mostrar la constitución de los conceptos y hacer transparentes los tabiques que separan las distintas disciplinas. El problema del conocimiento es el eje que vertebra las tres unidades del presente programa. Es un antiguo problema si consideramos que ya en Homero nos encontramos con que el personaje y su conducta se explican en términos de conocimiento, actitud siempre presente en el pensamiento griego y que alcanza en Sócrates la cima explícita cuando articula virtud y sabiduría. Los contenidos del programa presentan el desarrollo del tema del conocimiento en los autores griegos más significativos tomando como punto de partida el pensamiento mítico.' Se aborda luego el problema en tres autores' fundamentales de lafilosofia moderna y, por último, se presentan dos pensadores contemporáneos que realizan, por un lado, una critica a la tradición metafísica y, por otro, se establecen conexiones entre conocimiento y práctica social. Se ha recurrido, en cada una de las unidades, a textos originales con el doble objetivo de que los alumnos tomen contacto con las fuentes a la vez que puedan instrumentarlas en la tarea del pensamiento. rr OBJETIVOS GENERALES Que el alumno pueda caracterizar, comparar y establecer diferencias entre el pensamiento mítico, los primeros pensadores y las concepciones maduras de Platón)' Aristóteles con respecto al conocimiento _ Que el alumno caracterice el concepto de razón en el pensamiento moderno. Que el alumno caracterice las críticas contemporáneas a la concepción moderna de la razón. ID UNIDADES PROGRAlVIÁ TICAS UNIDAD 1: MITO Y RAZÓN EN EL PENSAMillNTO GRIEGO Contenidos: Pensamiento mítico. Proceso de secularización Presocráticos: Heráclito y Parménides. Platón: 'opinión y ciencia. Aristóteles: los grados del saber. 2

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Page 1: filosofia modulo 1

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOlVIAS DE ZAMORAFACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

..CARRERAS: todas-las de la Facultad de Ciencias SocialesASIGNATURA: FilosofíaCÁTEDRA: Edith EL ORZACICLO LECTIVO:CUATRIMESTRE:

1 FUNDAJ.\IIENTACIÓN

Filosofia constituye, dentro del marco de las carreras de la Facultad de Ciencias Sociales, unamateria común a todas. Pertenece al Ciclo de Iniciación y, por sus características propias, esbásicamente formativa. Esto quiere decir que, teniendo en cuenta el objetivo de una instituciónuniversitaria -específicarnente esta Facultad de Ciencias SociaJes- la Filosofía posibilita la reflexióncrítica sobre el propio pensamiento y abre el camino que conduce a la producción científica almostrar la constitución de los conceptos y hacer transparentes los tabiques que separan las distintasdisciplinas.

El problema del conocimiento es el eje que vertebra las tres unidades del presente programa. Esun antiguo problema si consideramos que ya en Homero nos encontramos con que el personaje y suconducta se explican en términos de conocimiento, actitud siempre presente en el pensamientogriego y que alcanza en Sócrates la cima explícita cuando articula virtud y sabiduría.

Los contenidos del programa presentan el desarrollo del tema del conocimiento en los autoresgriegos más significativos tomando como punto de partida el pensamiento mítico.' Se aborda luegoel problema en tres autores' fundamentales de lafilosofia moderna y, por último, se presentan dospensadores contemporáneos que realizan, por un lado, una critica a la tradición metafísica y, porotro, se establecen conexiones entre conocimiento y práctica social. Se ha recurrido, en cada una delas unidades, a textos originales con el doble objetivo de que los alumnos tomen contacto con lasfuentes a la vez que puedan instrumentarlas en la tarea del pensamiento.

rr OBJETIVOS GENERALES

Que el alumno pueda caracterizar, comparar y establecer diferencias entre el pensamiento mítico,los primeros pensadores y las concepciones maduras de Platón)' Aristóteles con respecto alconocimiento _Que el alumno caracterice el concepto de razón en el pensamiento moderno.Que el alumno caracterice las críticas contemporáneas a la concepción moderna de la razón.

ID UNIDADES PROGRAlVIÁ TICAS

UNIDAD 1: MITO Y RAZÓN EN EL PENSAMillNTO GRIEGO

Contenidos:Pensamiento mítico. Proceso de secularizaciónPresocráticos: Heráclito y Parménides.Platón: 'opinión y ciencia.Aristóteles: los grados del saber.

2

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Objetivos específicos:Que el ,l:~;mno:

l")compare la concepción mítica del mundo con la teoría explicativa de los milesios.2)diferencie la relación "verdad-olvido" entre el pensamiento mítico y el pensamiento

racional.3)describa las consecuencias del proceso de secularización en la organización de la

Polis.

Aristóteles.

4)caracterice el pensamiento de Heráclito y el de Parménides.5)compare ambas concepciones.6)distiriga entre "opinión" y "ciencia" según Platón.7)relacione los grados del conocimiento con los órdenes del ser.8)caracterice la función educativa de la filosofía.9)caracteiice los grados del conocimiento según Aristóteles.lO)distinga la noción aristotélica de sabiduría y los rasgos que distinguen al sabio.11)relacione la noción de sabiduría con la de los-pensadores anteriores a Sócrates según~ .

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Bibliografía obligatoria:Eliade, Mircea: Mito y realidad, Capítulo I.Parker, Robert: "La religión griega" en Historia Oxford del Mundo Clásico, torno 1: "Grecia".Alianza Editorial.Vernant, J-P.: Los orígenes del pensamiento griego, capítulos: 111"La crisis de la soberanía" y IV"El universo espiritual de la Polis". EUDEBA ..Elorza, Edith: "Del pensamiento mítico al pensamientofilosófíco" en 'Elorza, E. (et al.): Filósofos yFilosofías, Facultad de Ciencias Sociales, l.JNLZ. .Osswald, Eduardo P.: "Presocráticos: Heráclito y Parménides" en Filósofos y Filosofías.Platón, República, Libros V, VIy VII (fragmentos).Bustos, Carlos: "Platón" en Filósofos y Filosofias.Aristóteles, Metafisica, Libro I (Alfa), l/IV.d'AssUI19aO,Lucía: "El pensamiento vivo de Aristóteles" en Filósofos y Filosofías.

Contén ".S:

Ockham. un antecedente. Nominalismo y realismo.Descartes: la búsqueda de un nuevo fundamento. Duda metódica y vcogito''.Spinoza: la Sustancia y la causa inmanente.Hume: el conocimiento que reconoce a los fenómenos como límite.Kant: los límites de la razón.Hegel: el conocimiento filosófico. La concepción dialécticaMarx.: la dialéctica materialista

"....~ UNIDAD TI : LA RAZÓN'EN EL PENSAl\tnENTO MODERNO

Objetivos específicos:Que el alumno: .

1)scñale qué se propone Desearles en sus meditaciones.2)caracterice la hipótesis del "genio maligno", su función y alcance en el desarrollo

de la Pr.rnera Meditación.

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3)explicite los 'pasos por los. que Descartes llega a afirmar, en .la SegundaMeditación, que es "una cosa que piensa".

4)caracterice la Sustancia según Spinoza ...J' 5)explicite las consecuencias de la concepción de causa inmanente.

4)distinga entre percibir o sentir y pensar en la concepción de Hume.5)establezca la relación entre experiencia y causalidad en Hume.6)señale el significado del "giro copernicano" propuesto por Kant.7)caracterice el nuevo sentido de la razón "en los límites de la experiencia".8)caracterice el conocimiento filosófico según Hegel.9)relacione el conocimiento filosófico con. la conciencia común y con el

conocimiento científico.lOjcaracterice el concepto de dialéctica materialista11)diferencie la dialéctica materialista de la hegeliana

Bibliografía obligatoria:Descartes: Meditaciones Metafísicas: Primera Meditación y Segunda Meditación.Spinoza: Éthica, 1Parte.Hume: Tratado de la naturaleza humana: Libro Primero "Del entendimiento":secciones 1 a VII incluidas; Parte Segunda: secciones 1, II YID.Torrecillas.Graciela: "La Modernidad: razón y experiencia" en Filósofos y FilosofíasKant: Critica de la razón pura: Prólogo a la segunda edición; año l787.Cabrera, Mónica: "Immanuel Kant" en Filósofos y FilosofíasHegel: Enciclopedia de las cienciasfüosoficas, Introducción.Tzveibel, Alfredo: "Jorge Guillermo Federico Hegel" en Filósofos y FilosofiasMarx C.: Manuscritos economico-filosoficosPlager, Jaime: "Marx" en Filósofos y Filosofías

Parte Primera:

...,~ ..

UNIDAD m: CRÍTICAS A LA CONCEPCIÓN MODERNA DE LA RAZÓN

Contenidos:Nietzsche: la crítica "desenmascaradora" de la tradición filosófica occidental.Heidegger: La verdad como "desocultación". Existencia auténtica e inauténtica.Sartre: el método fenomenológico. La trascendencia de la conciencia. .Foucault: las formas de la subjetividad y los dominios del saber corno resultado de las prácticassociales. El carácter estratégico del-conocimiento.

Objetivos específicos:Que el alumno:

] )caractence la noción de conocimiento como instrumento para la vida segúnNietzsche.

2)caracterice la noción de..error útil según Nietzsche.3)relacione la logicidad del conocimiento con la necesidad de esquematización del

caos en el pensamiento de Nietzsche.'4)caracterice la noción ay verdad como "desocultación" según Heidegger.5)diferencie las nociones de existencia auténtica e inauténtica -,6)caracterice la concepción gnoseológica sartreana.7)explicite la concepción antropológica en el pensamiento de Sartre.8)explique qué significa para Foucault que el sujeto es producto de las prácticas

sociales.

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9)caracterice la relación-entre conocimiento '/f poder, según Foucault.lO)establezca la relación que.ha2e Foucault entre Verdad e Historia, .

Bibliografía obligatoria:Nietzsche,F.: La Gaya Ciencia: parágrafos no, 1nY 333:

" : lit crepúsculo de los Idolos: "La.razón en la Filosofía" y "Cómo el 'MundoVerdadero' finalmente se convierte en fábula",Plager Jaime: ;~Nietische".en Fiiosofos y Filoso/las.Heidegger,M.: Ser y Tiempo::patágrafos 1 a 7 y 39 ~a44. s »

Osswald Eduardo P,~ "Martín Heidegger", en FilósofosyFijo~:ofiasSartre, lean Paul; El Ser y la Nada, Segunda Parte, Capítulo lII. ,.Mackey, Susana: «Jean Paul Sartre, un hombre de su tiempo, » en Ei¡Ó80fo~y Filosofias.Foucault,M.: La verdad y las formas jurídicas, Primera Conferencia.Tzveibel, Alfredo: "Michel Foucault" en Filósofos y Filosofías.

IV .METODOLÓGÍA DE TRABAJO ...

La metodología implementada por la' cátedra corresponde al sistema "teórico-practico" 10 quesignifica que en cada comisión el profesor a"éargo neva a cabo el abordaje teórico. del tema, -segúncronograma adjunto- y el desarrollo de los trabajos prácticos. 'Esta tarea requiere, por parte de los

- ....·"Eílumnos", la lectura prevía de la bibliografía .obligatoria para' ro que-se cuenta con guías 'de lecturaelaboradas para: la,com~rensión de ca~a"~extó:; Lueg~; ~n.:el.~~b.ito~ául~co y en gru:P?S de 'no. más deocho alumnos, se trabaja cada texto SIguiendo las gulas de actividades correspondientes. Esta tareapermite una acercamiento mayor a les lrlOffl:t1US-LepÍJ?94g ~!19;ep.t]i quela masividad propia de lasmaterias del Ciclo-de f:ríi:cra:cfóndificulta dicho acercamiento durante el desarrollo" teórico de lostemas. El ámbito grupal propio de los trabajos prácticos, tambi"é-n·más r_;ed;ucido,permite advertirla comprensión-yla expresión de IQs temas-que se-tratan. La expresión supone el us.9 del lenguajeespecífico y se tiene en cuenta no sólo la oral sino también 'la escrita -pnr lo que las actividadesdeben concretarse en forma escrita.

V 'SJSIEl\¡lAS DE REGlJLARIDAD Y EIVALUACIO~\

Sistema de Regularidad: el carácter de regularporparte de los' alumnos requiere una asistencia del80% a las clases, lo que incluye tanto la clase teórica como la correspondiente al trabajo práctico.Sistema de Evaluación: dos parciales escritos de carácter individual y tU). el aula .. El primerocomprenderá la primera unidad del programa y el segundo las dos restantes: La promoción seobtiene cuando el resultado de cada evaluación es de 7 (siete) o más puntos, la regularidad cuandose obtiene en cada una4 (cuatro), 5 '(cinco) o 6 (seis) puntos. Cuando el resultado fuera menos de 4(cuatro) puntos. en una de las dos evaluaciones, se la puede recuperar.Criterios de acreditación: se requiere la lectura de la bibliografía obligatoria así corno el uso delvocabulario especifico. Se requiere también el reconocimiento conceptual de les textos tratados asícomo su rélación -semejanza, diféréncia~'con el 'pensamiento con el que se;lo ha integrado, primero,en la unidad y, finalmente, en e'l eje ternático que vertebra el programa.

Vl' S'IttlUOGRAI¡>ÍA DE"CONSULTA

Abraham, Tomás: Los senderos de FuucaZlll. Nueva Visión.

5'

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Abraham, Tomás: El último Foucault. Buenos Aires, Sudamericana.. .Agoglia, Roberto: Platón. Centro Editor de América Latina .

. Aubenque, Pierre: F.Iproblema del ser en Aristóteles. Taurus.Belaval, Y ..:"'Historia de lafilosofia: Siglo XXJ.Brun, Jean: Platón y la Academia. EUDÉBA..Brun, Jean: Aristóteles y el Liceo. EUDEBA.Calvez.J. Y.: El pensamiento de Carlos Marx. Madrid, Editorial Taurus.Cassirer, Ernst. Kant: Vida y doctrina. FCE.Colli, Giorgio: Introducción a Nietzsche. Folios.Cruz Vélez, D.: Filosofía sin supuestos. Buenos Aires, Sudamericana.Deleuze, Gilles: Foucault. Piados.DeJeuzc, Gilíes: Nietzsche y la filosofia, Anagrama.Deleuze, Gilles: Spinoza y el problema de la expresion. Barcelona, Muchnik Editores.

Eliade, Mircea: Milo y realidad. Editorial Labor ..Ferrater Mora, 1.:Diccionario de filosofla. Alianza Editorial.Fink, Eugen: Lafilosofia de Nietzsche. Alianza Editorial.Friedlander, P.: Platón, verdad del ser y realidad de la vicia. Madrid, Tecnos.Gadamer, H.G.: Los caminos de Heidegger. Barcelona, Empresa Editor Herder.García Morente, Manuel: Lecciones preliminares de filosofla. Losada.García Morente, Manuel: La filosofía de Kant: una introducción a la filosofia. Madrid.~General de Victorino Suárez.Garmendia, G.: El pensamiento esencial de Sartre. Buenos Aires, Celll~"Gómez Lobo, A.: Parménides. Buenos Aires, Editorial CharGrube, G.M.A.~El fJen8§mi~rtú)..(:le-Blni¡,-,-M:mmo, Cí¿U~ _ . =r' - - -

Hartmann, N.: Lafilosofia del idealismo alemán. Buenos Ssires; suaamencana.Jaeger, We'Jaspers, K: Descartes y la filosofía. Buenos Aires, Ed. Leviatán.Kitto, H.D.F.: Los griegos. EUDEBALamanna, P.: Historia.deJaJil!?sojía ..Buenos Aires, Hachette. .Lefebvre, H.: El marxismo. B~'t'!~f.@6~, ofE~Uj'jID~Ef}:fr1A~.:------"_~--------------

Lefebvre, H.:Nietzsche. Mé~ic, FCE.Marítain, J.: El sueño de Descarte~ros ens~Mondolfo, Rodolfo: El pensamiento anti'giio:'-íosada.Mondolfo, Rodolfo: Heráclito. Textos y problemas de su interpretación. Buenos Aires, SigloMoreau, Joseph: Aristóteles y su escuela. EUDEBAMerey, M.: Lectura de Foucault. Taurus.Noxon, J.: La-evolución de lafilosofia de Hume. Madrid, Revista de Occidente.Peña García, V.: El materialismo de Spinoza. Madrid, Revista de Occidente.Pucciani, O.F.: La filosofia en el Siglo XY: lean Paul Sartre. Buenos Aires, Siglo )c-xI.Rabacle, R: Hume y el fenomerusmo moderno. Madrid, Ed. Gredos.Ross, W.: Aristóteles. Buenos Aires, Sudamericana.Schuh1, P.: La obra de Platón. Hachette.Stroud, Barry: Hume. UAM.Valery, Paul: El pensamiento vivo de Descartes. Losada.Valls Plana, R: Del yo al nosotros. Barcelona, Editorial Laia.Vemant, J.P.: Los orígenes del pensamiento griego. EUDEBA.

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VII EQUIPO DE Cf...TEDF¿",,:;

Profesora Titular: Lic. Edith 1\.ElorzélProfesores. adjuntos: Lucia D' Assun cao , Eduardo.P.Osswald yAlfredo B.TzveibelJefes de trabajos prácticos: profesores Carlos Bustos, Mónica Cabrera, Susana Mackev.Plager y Graciela Torrecillas

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Jaime O.

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UNIDAD 1

* Eliade, Mircea, uno yREALIDAD. Capítulo 1. LA ESTRUCTURA DE LOS ~'ilTOS

* Parker, Robert, HiSTORIA O).FORD DEL MUNDO CLAsICO, Tomo I. 1I LA RELIGIÓN GR1EGA.

* Vernant, l"P.,I-OS ORÍGENES DEL PENS4.A.ffENTO G1Uf~Go. Capítulos [Jl y@* Platón, Rl:PÚBLlCA, Libros V, Vl y VIL (fragmentos).

* Aristóteles, !vIE7AFÍS1CA, Li~o 1 (ALfA) (Selección).

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ELIADE, MIRCEA

"MITO Y REALIDAD"

CAPITULO 1

LA ESTRUCTURA DE LOS MITOS

LA IMPORTANCIA DEL «MITO VIVO»

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Desde bace más de medio siglo. los estudiososoccidentales han situa. i. I ;..1 estudio del mito en unaperspectiva que 'contrastaba sensiblemente con la de,.pongamos por caso. el siglo XIX. En vez de tratar,'como sus predecesores, el 'mito en la acepción usualdel término, es decir, en cuanto «fábula». «inven-ción», «ficción», le han aceptado tal corno le corn-prendían las sociedades arcaicas. en las que el mitodesigna, por el contrario. una «historia verdadera» ..y lo que es mis. una historia de inapreciable' valor,porque es sagrada. ~r y signiiicati'@. Pero estenuevo valor semántico acordado al vocablo «mito»hace su empleo en el lenguaje corriente harro equí-voco. En efecto, esta palabra se utiliza hoy tanto enel sentido de «ficción» .o de «ilusión» C(IIIlO en elsentido, familiar especialmente a los etnólogos. a lossociólogos y a los historiadores de las religiones, de«tradición sagrada, revelación primordial, modelo. ejemplar».

Se insistirá más adelante sobre la historia de lasdiferentes significaciones que el término «mito» baadoptado en el mundo antiguo y cristiano (cf.. capí-tulos VUI-IX). Es de todos conocido que a partir' deJenófanes (hacia 565-470) -que fue el primero en

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8 Mito y realidad

criticar y rechazar las expresiones «mitológicas» dela divinidad utilizadas por Homero y Hesiodo- los_zriegos fueron vaciando progresivamente al my~!!.2!..de todo valor religioso o metafísico. Opuesto tanto'a lagos como más tarde a historia, mythos terminópor significar todo «10 que no puede existir en 'larealidad». Por su parte, el judeocristianismo relegabaal dominio 'de" la «mentira» y .de la «ilusión» todoaquello que no estaba justificado o declarado válidopor uno de los dos Testamentos.

No es en este sentido (por lo demás el más úsualen el lenguaje corriente) en el que nosotros entende-mos el «mito». Precisando más. no es el estadio men-talo el momento histórico en que el mito ha' pasadoa ser una «ficción» el que nos interesa. Nuestra in-vestigación se dirigirá, en primer lugar, hacia lassociedades en 'las que el mito tiene --o ha tenidohasta estos últimos tiempos- «vida»,;n el sentidode proporcionar modelos a la conduela humana yconferir p1sr eso mismo significación y valor a la exis-tencia. Comprender la estructura y la función de losmitos en las sociedades tradicionales en cuestión noestriba sólo en dilucidar una etapa en la historia delpensamiento humano. sino también en comprendermejor una categoría de nuestros contemporáneos.

Para limitarnos a un ejemplo, el de los «cargocults» de Oceanía, sería dificil interpretar toda unaserie de actuaciones insólitas sin recurrir a su justi-ficación mítica. Estos cultos proféticos y milenariosproclaman la inminencia de una era fabulosa de abun-dancia y de beatitud. Los indígenas serán de nuevolos señores de sus islas y no trabajarán más, pues losmuertos volverán en magníficos navíos cargados demercancías, semejantes a los cargos gigantescos que'los Blancos acogen en' sus puertos. Por eso la ma-

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La. estructura de los mitos 9

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yoría de esos «cargo cults» exige, por una parte, ladestrucción de los animales domésticos y de los en-seres, y por otra, la construcción de vastos almace-nes donde se depositarán las provisiones traídas porJos muertos. Tal movimiento profetiza. la. arribadade Cristo .en un barco de mercancías; otro espera lallegada de «América». Una nueva era paradisíacadará comienzo y' los miembros del culto alcanzaránla inmortalidad. Ciertos cultos implican asimismo ac-tos orgiásticos, pues las prohibiciones y las costum-bres 'sancionadas por la tradición perderán su razónde ser y darán paso a la libertad absoluta. Ahorabien: todos estos actos y creencias se explican por /el mito del aniquilamiento del Mundo seguido de una 1nueva Creacion y de la instauracion de la Edad de ~Oro; mito que nos ocupará más adelante.

Hechos similares se produjeron en 1960 ea el Con-go con ocasión de la independencia del país. En cier-tos pueblos, los indígenas quitaron los techos de laschozas para dejar paso libre a las monedas de, oroque harán llover los antepasados. En otros. en mediodel abandono general, tan sólo se cuidaron de' Joscami.nos que conducían. al cementerio, para permitira los antepasados el acceso al pueblo. Los mismos' .excesos orgiásticos tenían .un sentido, ya que; segúnel mito, el día de la Nueva Era todas las mujeres per-tenecerán a todos los hom bres. ~

Con mucha probabilidad, hechos de este géneroserán cada vez más raros. Se puede suponer que el«comportamiento mítico)' desaparecerá con la inde-pendencia política de las antiguas colonias. Pero' loque suceded en un porvenir más o menos lejano nonos puede ayudar a comprender lo que acaba' depasar. Lo que nos importa, ante todo, es captar, . 1 ,_

el sentido de estas conductas extrañas. comprender

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JO lvfilo y realidadi. ¡''f. '!."J ,. ¡~:f.

su .causa ') la justiíieación 'de estos excesos. Puesoompreuderlos equivale" a reconocerlos en tanto quehechos humanos, hechos de-cultura,' creación del es-píritu,' ~y no 'irrupción patológica de instintos, bes-tialidad '6 infantilismo->. No. hayvetra "alternativa:Ó ¿'sEoríai'S6 len 'negar, minimizar tI olvidar. tales exce-sos; cóp.Sidúándolos cómo casos aislados de «salva-jismo», é¡üe desaparecerán' co'Hrplefaníente' cuando lastribus Se civilicen.ro bien molestarse' en comprenderlos antecederites miticosique'texplicen los excesos de:este género, los justifican y les confieren un valor'religioso. ~Esta última actitud es,' á nuestro parecer.la riniÓ! que' merece' adoptarse. Unicamente en unaperspectiva histórico- religiosa' tales 'cond uctas son sus-

: ceptibles de revelarse coma hechos de cultura y pier-den su cará,cter -aberral:1te o monstruoso' de juegoin.fa~til o de acto ~pur~mente instintiVO.

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EL lNTERES D.E LAS «MIlOLOCtAS"PRIMlTIVAS».-,-

I : :1!. Ir.,. ,

Todas las grandeS re'ligiones' mediterráneas ,y asiá-ticás c~entan' con h1itologías. Pero es preferible nohilvanar el est.udio del mito partiendo: por ejemplo, del~mitologíé\ grie'ga, o· egipcia, o ind:ia. -Ui mayoría delos mitos griegos fuer~n contados, !.y, por tanto, modifi-caclos, articul_~dos,' sístelnátizados~ por Hesíodo y Ho-

".-' I 1t ~ - •.. '.

mero, pót-' los rapsodas y~mitó'g'rafos. Las trad icio-nes mitblÓgicas del Próxim,o Obe'nte' y de ]a ¡ndia

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han sido ¡'ctlidadosaineote' reintetpretadas v elabora-das ¡:l0r los respec}ivos' te~í~gós' rritualistas~. No quie-re decir ~sto: ,LO, que estas Gral1des Mitologías hayanperdido su «Slls~ancia mítica» y, no se¡ln sino «lite-

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raturas», o 2.0; que bs tradicíones mitológicas de lassociedades arcaicas· no hayan sido elabo~adas por

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La estructura de los mitos Ih ~~ . .,

sacerdotes y bardos.. AL igual que las Grandes Mito-logías,' que han acabado .por transmitirse por textosescritos. las. mitologías «primitivas» " que los primerosviajeros, misioneros y etnógraíoshan conocido en suestadio mal. tienen su «historlil>i;, .di<;_9o ,de otro mo-"do': .se han, transformado y enriquecido a lo largode Ios años, bajo la influencia de otqas 'culturas su-

, periores» ó-'>gra~ias; al genic creador de ciertos indi-viduos excepei'onalrp,ente dotados, '"¡ _.J

, Sen' embargo; es, preferible, comenzar por el estudiodel ñiito en 'Ia,s sociedades. arcaicas y tradicionales,sin perjuicio de. .abordar, má$ tarde las mitologías delos pueblos que han desempeñado, un papel impor-tante en la historia, Xi. esto porque, a pesar de susmodificaciones en el transcurso del tiempo, los mitosde "los «primitivos,» ,reflejan aún un estado primor-dial. Se trata.' a 10 l11Ks-•.~de sociedades en las que losmitos están aún vivos y ~undamentan y justifican ,todoel comportámiento y lá actividad del hornbr~. El pa-pel y la,furlción, de los ;mitos son susceptibles (o lohan s'ido hasta esto'sl últilJi10s tiempos) de ser obser-vados y déscntos .minu~i,osamente por los etnólogos.A 'propésito de cada m'Íto,. as.í como de cada ritual.'líe las 'sociedades arcaicas. ha .si¡;lo posible interrogara los' indígenas 'y, enler3¡f:se,.·..a,l menos en par~e, de las

1'"< sighiíicaci.ones' qué les' atribuyen. Evidentemente, es-. 'tos «frocu rnentos , v,ivos»' registradDs, en ,el curso deencuestas hechas) sdbre., :el, terreno no resud\ en en, ' .

modo 'algúno todas nuestras dificultades. Pero tienenla ventaja, ,considerable~ dé ayudarpos a plantear .co-rrectamente el @foplema, es decir, a ,situar el mito ensu cdntex:to sociolreligiosó originaL

l. ...,

Page 11: filosofia modulo 1

Sería difícil encontrar una definición de mito quefuera aceptada, por todos los eruditos y que al mismotiempo fuera accesible a los no especialistas. Por lo--~-demás, ¿acaso ,es posible encontrar una";'definición, única capaz de abarcar todos los tipos y funciones

t 1" r ,

de los mitos en todas las sociedades, arcaicas y tra-dicionales? El mito es una realidad cultural extrema-damente compleja, que puede abordarse e interpre-tarse en' perspectivas múltiples' y complementarias,

Personalmente. la definición que me parece menosimperfecta, por ser la más amplia', es' la siguiente:'el 'mito,1'cuenta una historia sagrada: relata un acon-tecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primor-dial, el tiempo fabuloso de los «comienzos». Dichode otro modo: el mito cuenta cómo, gracias a lashazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad havenido a la, existencia, sea ésta la realidad total, elCosmos, o solamente un fragmento: una isla. unaespecie vegetal. un comportamiento humano, una ins-titución. Es, pues, siempre 'el relato de una «crea-ción»: se narra cómo algo ha sido producido. hacomenzado a ser. 'El, mito no babIa de Jo que hasucedido realmente, de lo que se ha manifestado ple-narnente. Los personajes de los mitos son Seres Sobre-naturales. Se les conoce sobre todo P9r lo que hanhecho en el tiempo prestigioso de Íos «comienzos».Los mitos. revelan, .pues, la actividad creadora y des-velan la sacralidad (o simplemente, la «sobre-natura-lidad») de sus obras. En suma, los mitos describenlas diversas, y a veces dramáticas. irrupciones de lo'sagrado (o de lo «sobrenatural») en el Mundo. Esesta irrupción de lo sagrado la que fundamenta real-

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12

. ENSAYO DE UNA DEfINICION DEL !\lITO

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La estructura de' los mitos IJ

mente el Mundo y la que le hace tal como es hoy día. 'Más aún: el hombre es lo que es hoy, un ser mortal.sexuado y. cultural. .a consecuencia de las interven-ciones de los seres sobrenaturales. '

Se tendrá ocasión más adelante de completar y dematizar estas indicaciones preliminares. pero de mo-mento .importa subrayar un hecho que nos pareceesencial: el mito se considera como una historia sa-,grada y, por tanto, una «hlstorla verdadera». puesto

, que se refiere siempre a realidades. El mito cosmo-gónico 'es «verdadero», po;qu'e la existencia del Mun-do está ahí para probarlo; el mito del origen de lamuerte es igualmente «verdadero», puesto que la mor-talidad del hombre lo prueba. y así sucesivamente.

Por el mismo hecho de relatar el mito las gestasde los seres sobrenaturales y la" manifestación de suspoderes sagrados, se convierte en el modelo ejemplarde todas las actividades humanas significativas. Cuan-do el misionero y etnólogo e Strehlow preguntaba a .los australianos Arunta por qué celebraban ciertasceremonias. le respondían invariablemente: «Porquelos antepasados lo han prescrito así» 1_ Los Kai deNueva Guinea se negaban a modificar su manera devivir y de trabajar: y daban como explicación: «Asilo hicieron los Nernu (los Antepasados miticos) y nos-otros lo hacemos de igual manera» !!. Interrogado so-bre la razón de talo cual detalle de cierta ceremonia.el cantor Navaho contestaba: «Porque el Pueblosanto lo hizo de esta manera la primera vez» 3. En-contratnos exactamente la misma justificación en la'plegaría que acompaña un ritual tibetano primitivo:«Como' ha sido transmitido desde el principio de lacreación de la tierra. así nosotros debemos sacrificar( ... ). Como nuestros antepasados hicieron en los tiem-pos antiguos, así hacemos hoy» '. Tal es también la

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" .·S ,.'14 Mito y realidad

justificación invocada por los teólogos y ritualistashindúes: «Debemos hacer lo que los dioses han he-cho en un principio» (Satapaiha Bráhmana, VII, 2,1,4). «Asi hicieron los dioses; así hacen los hombres»{Tcittiriya Bráhmana, 1, 5, 9, 4) 5. = .

Como hemos señalado en otro lugar 6, incluso losmodos ~de conducta y las .actividades profanas delhombre encuentran sus modelos en las gestas de losSeres Sobrenaturales, Entre los Navaho, «las mujereshan de sentarse con las piernas debajo de .sí y de lado;los hombres, con las piernas ~¡uzadas ....delante de ellos,porque 'se dijo que en un principio la Mujer carn- 'biante y el Matador de monstruos se sentaron en estcsposturas» 1, Según las tradiciones míticas de una tribuaustraliana.Tos Karadjeri, todas sus costumbres, todossus comportamientos se fundaron en el «tiempo delEnsueño» por dos Seres Sobrenaturales, Bagadjimbiri(por ejemplo, la manera de cocer talo cual grano ode cazar tal animal con ayuda de un palo, la posiciónespecial que debe adoptarse para' orinar. etc.) 8.

Sería inútil multiplicar ejemplos. Como lo hemosdemostrado en EJ "lito del eterno retorno, y como se. verá aún mejl)~ por lo que sigue, la función principa.!del. mito es' revelar los modelos ejemplares de todos(os ritos y actividades humanas significativas: tantola alimentación O el matrimonio como el trabajo, laeducación, el arte o la sabiduría. Esta concepción nocarece de importancia para la comprensión del hom-bre de las sociedades arcaicas y tradicionales, 'y deellas nos ocuparemos mis adelante.

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«HISTORIA VERDADERA»-{{HISTORIA FALSA)} IJ

Debemos añadir" que en las sociedades en .que elmito está aún vivo. los indígenas distinguen cuida-dosamente los mitos -«historias verdaderas»- delas fábulas. o cuentos,' que llaman «historias falsas».

Los Paw<'nee '«hacen una distinción entre las 'his-torias verdaderas' y las <historias falsas'. y colocan

.. entre las historias 'verdaderas', en primer lugar. to-das aquellas que tratan de los orígenes del mundo;sus protagonistas son" seres divinos. sobrenaturales.celestes o astrales. A continuación vienen los cuen-tos que narran las aventuras maravillosas ,del héroe. nacional. un joven de humilde cuna, que llegó a serel salvador de su pueblo. al liberarle de monstruos,al librarle- del hambre o de otras calamidades. o alllevar a cabo otras hazañas nobles y. beneficiosas.Vienen, por ultimo, las historias que se relacionancon los medicine-men, y explican cómo talo cual magoadquirió sus poderes sobrehumanos O cómo nació talo cual asociación de charnanes.. Las historias 'falsas'son aquellas que cuentan las aventuras y hazañas .enmodo alguno 'edificantes del coyote. el lobo de lapradera. En una palabra: en, las historias 'verdaderas'nos hallamos frente' a frente de 10 sagrado o de ,losobrenatural; en las 'falsas', 'pór el contrario, con uncontenido' profano, pues el c9yott! es sumamente po-pular en esta mitología. como en otras mitologías nor-teamericanas, donde aparece con Jos' rasgos del astuto,del pícaro, del prestidigitador y del perfecto bribón» 9.

Igualmente, Jos Cherokees distinguen entre mitossagrados (cosmogonía, creación de astros, origen Ide. la muerte) e historias profanas que explican, porejemplo, ciertas curiosidades anatómicas o fisiológi-

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,/6 Mito y realidad

,) cas de los animales. Reaparece 13. misma distinciónen Africa; Jos Herero estiman que las historias quenarran los principios de los diferentes grupos de latribu son verdaderas, porque se refieren a hechos quehan tenido lugar realmente, mientras que los, cuentosmás o menos, cómicos no tienen ninguna base. Encuanto a los indígenas de Toga, consideran sus mitosde origen «absolutamente reales» 10.

Por esta razón no se pueden contar indiferente-mente los mitos. En muchas tribus no se recitan de-lante' de las mujeres o de 105 niños, es decir, de' losno iniciados. Generalmente, los viejos instructores co-munican los mitos a los neófitos durante su períodode aislamiento en la espesura, y esto forma parte desu iniciación. R. Piddington hace notar a propósitode los Karadjeri: «Los mitos sagrados que no puedenser conocidos de las mujeres se refieren principalmen-te a la cosmogonía y, sobre todo, a la institución, delas, ceremonias de iniciación» 11.

Mientras que; las «historias falsas» pueden contarseen cualquier momento y en cualquier sitio, los mitosno deben recitarse más que durante un lapso' de tiem-po sagrado (generalmente durante el otoño o el in-vierno, y únicamente .de noche) 12. Esta costumbrese conserva incluso en pueblos que han sobrepasadoel estadio arcaico de cultura. Entre los turco-mon-goles y los tibetanos, 'la recitación de cantos épicosdel ciclo Gesor no puede tener lugar más que denoche y en invierno. «La recitación se asimila a unpoderoso encanto. Ayuda a obtener ventajas de todaíndole, especialmente éxito en la caza y en la .gue-rra (... ). Antes de recitar se prepara un área espol-voreada con harina de cebada tostada. El auditorio sesienta alrededor. El bardo 'recita la epopeya durantevarios días. En otro tiempo. se dice, se veían entonces -!11

La estructura de los mitos 17las huellas de los cascos del caballo de César sobreesta área. La recitación provocaba, pues. la presencia-rcal del héroe» 1:1.

LO QUE REVELAN LOS MITOS

,La distinción hecha por los indígenas entre «rusto":rías verdaderas» e «historias falsas» es significativa.Las dos categorías de narraciones presentan «histo-rias», es decir, relatan una serie de acontecimientosque tuvieron lugar en un pasado lejano y fabuloso.A pesar de que los personajes de los mitos son engeneral Djos'es y Seres Sobrenaturales. y Jos de loscuentos héroes 'o animales maravillosos, todos estospersonajes tienen en común esto: no pertenecen ~~_mundo cotidiano. Y, sin embargo, 'los indígenas sedieron cuenta de que se trataba de «historias» radi-calmente diferentes. Pues todo lo que se relata en losmitos les concierne directamente, mientras que loscuentos y las fábulas se refieren a acontecimientosque, incluso cuando han aportado cambios en elM undo (ct. las particularidades anatómicas '0 fisio-lógicas de ciertos animales), no ban modificado lacondición humana en cuanto tal 14,

En efecto, los mitos relatan no sólo el origen delMundo, de los animales, de las' plantas y del hombre',sino también todos los acontecimientos primordialesa consecuencia de los cuales el hombre ha llegado a'ser lo que es hoy, es decir, un ser mortal, sexuado,organizado en sociedad, obligado a trabajar para vi-vir, y que trabaja según ciertas reglas. Si' el Mundoexiste. si el hombre existe; es porque los Seres Sobre-naturales bao desplegado una actividad creadora en"los «comienzos», Pero otros acontecimientos ban te-

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Mito' y realidad

nido lugar después de la cosmogonia y' l~"_antropo-genia. y el hombre, (al como es hoy, es el resultadodirecto de estos acontecimientos míticos, eúd 'COllStÍ-. __ . - -.---"'--tuido por estos acontecimientos. Es mortal, porquealgo .ha pasado in illo (empare. Si eso no hubiera su-cedido, el hombre no sería mortal: habría' podidoexistir indefinidamente corno las piedras. o' habríapodido cambiar periódicamente de piel cbrno las ser-pientes y, por ende, hubiera sido capaz de renovar suvida, es decir, de.recornenzarla indefinidamente. Peroel mito del origen de la muerte cuenta 10 que sucedió, in illo tempere. y al relatar este incidente explica porqué el hombre es mortal.

Del mismo modo, determinada. tribu vive de la pes-ca, y. esto porque en los tiempos míticos un Ser Sobre-natural enseñó a sus antepasados cómo capturar ycocer los pescados. El mito cuenta la historia de laprimera pesca efectuada por el Ser Sobrenatural, y al

. hacer esto revela a la vez un acto .sobrehurnano, ense-ña a los humanos cómo efectuarlo a su vez y, final-mente, explica por qué esta tribu debe alimentarsede esta manera.

Se podrían multiplicar fácilmente los ejemplos. Perolos q_ue preceden muestran ya por qué el mito es, parael hombre arcaico. u.i asunto de la mayor importancia.mientras que los cuentos y las fábulas no lo son. FImito le enseña las «historias» primord iales que le hanconstituido esencialmente, y todo lo que tiene relacióncon su existencia y con su propio modo de .existir enel Cosmos le concierne directamente.

Inmediatamente se verán las consecuencias que estaconcepción singular ha tenido para la conducta delhombre arcaico. íHagamos notar que, así como elhombre moderno se estima constituido por la His-toria. el hombre de las sociedades arcaicas se declara

Js,

La estructura de Jos mitos /9 .,r; corno el resultado de' cierto. número de acontecí-

mientes míticos. Ni uno ni otro se consideran «da-dos», «hechos» de una vez para siempre, como, porejemplo. se hace un utensilio, de. una manera defini-tiva. UII moderno podría razonar de la manera si-guiente: soy tal como soy hoy día porque un ciertonúmero de acontecimientos me han sucedido, peroestos acontecimientos no han sido posibles más queporque la agricultura fue descubierta hace ocho onueve mil años y porque las civilizaciones urbanasse desarrollaron en el Oriente Próximo antiguo. por-"que Alejandro Magno conquistó Asia y Augusto fun- .dé el Imperio romano, porque Galileo y Newtonrevolucionaron la concepción del .Universo, abriendoel camino para los descubrimientos científicos y pre-parando el florecimiento de la civilización industrial,porque tuvo lugar la Revolución francesa y porquelas ideas de libertad, democracia y justicia socialtrastocaron el mundo occiden'tal después de las gue-rras napoleónicas, y así sucesivamente.

De igual modo, IIn «primitivo» podría decirse: soytal como soy hoy porque una serie de acontecimien-tos tuvieron lugar antes de mí. Tan sólo debería aña-d ir, acto segu ido: esos acontecimientos suced ieronen los tiempos míticos. y., por consiguiente, consti-tuyen una historia sagrada, porque los personajes deldrama no son humanos, sino Seres Sobrenaturales.y aún más: mientras que un hombre moderno; a pe-sar de considerarse el resultado del curso de la His-toria universal. no se siente obligado a conocerla ensu' totalidad, el hombre de las sociedades arcaicas nosólo está obligado a rememorar la histo: ia mítica desu tribu, sino que reactualira periódicamente una' granparte de ella. Es aquí donde se nota la diferencia másirn portante entre el hombre de las sociedades arcaicas

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'"' 20 Mito Y realidad"-~...

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\{el hombre moderno: la irreversibilidad de los acon-íec!mientos, que, para este último, es I~nota caracte-rística de la Historia, 'no constituye una evidencia

. para el primerp.] , _

I Constantinopla fue conquistada por los turcos en1453 y la Bastilla cayó el 14 de julio de 1789. Estosacontecimientos.son irreversibles. Sin duda, 'al haberseconvertido el 14'- de julio eh la' fíesta nacional de laRepública francesa, se conmemora anualmente latorna, de la Bastilla, pero- no se reactualiza el aconte-cimiento histórico propiamente dicho 15. Para el hom-bre de las sociedades arcaicas, por el -contrado, ioque pasó ab origine es susceptible de repetirse por lafuerza: de los ritos.T,» esencial para él es, pues, cono-cer los mitos. No sólo porque los mitos le ofrecen

.. una explicación del Mundo y de su propio modo de'existir en el mundo, sino, sobre todo, porque al re-mernorarlos, al reactualizarlos, es capaz de repetir 10que los Dioses, los Héroes o los Antepasados hicieronab origine. Conocer los mitos es aprender el secretodel origen de las cosas. En otros términos: se apren-de no sólo cómo las cosas han llegado a la existencia,sino también dónd·e encontrarlas y cómo hacerlas re}.aparecer cuando desaparecen. f. ,.

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LO QUE QUIERE DECIR «CONOCER LOS MITOS»

Los mitos totérnicos australianos consisten la ma-yoría de las veces en la narración bastante monótonade las peregrinaciones de los antepasados rniticos o delos animales totérnicos. Se cuenta cómo, en el «tiem-po del sueño» (alcheringa) -es decir, en el tiempomítico- estos Séres Sobrenaturales hicieron su apari-ción sobre' la Tierra y emprendieron largos viajes,

La estructura de los mitos 2/-s •

parándose a veces para modificar el paisaje o produ-cir ciertos animales y plantas. y finalmente desapa-recieron bajo tierra. Pero el conocimiento de estosmitos es esencial para la vida de los australianos. Losmitos les enseñan cómo repetir los gestos creadoresde los Seres Sobrenalurales y, por consiguiente, cómoasegurar la multiplicación de tal animal o de talplanta.' .

Estos mitos se comunican a los neófitos durante suiniciación. O. más bien, se «celebran», es decir, se lesreactualiza. «Cuando los jóvenes pasan por las diver-sa-s ceremonias de iniciación, se celebran .ante ellosuna serie de ceremonias que, a, pesar de representarseexactamente como las del culto propiamente dicho-salvo ciertas particularidades características-, notienen, sin embargo. por meta la multiplicación y ere-cimiento del totem de que se trate, sino que van enca-minadas a mostrar la manera de celebrar estos cultosa quienes se va a elevar. O que acaban de ser elevados,al rango de hombres» lG. .

Se ve, pues. que la «historia» narrada por el mitoconstituye un «conocimiento» de orden esotérico nosólo porque es secreta y se transmite en el curso deuna iniciación, sino también porque este «conocimien-to» va acompañado de un poder Qlágico--religiosó.~· _. En efecto, co.~ocer el origen de 'un objeto.vde un

animal. de una planta, etc., equivale a adquirir 'sobreellos un poder mágico, gracias al cual se logra domi-narlos. multiplicarlos o reproducirlos a voluntad, Er-land Nordenskiold 1;Iareferido algunos ejemplos par-ticularmente sugestivos de las indios Cuna. Según suscreencias, el cazador afortunado es el que conoce el ,origen de la caza. Y si se llega a domesticar a ciertosanimales. es porque los magos conocen el secreto desu creación. Igualmente se es capaz de tener en la

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22 Mito y realidad

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mano un hierro al rojo o .de coger serpientes veneno-sas a condición de conocer el origen, del fuego, ..y delas .·serpienrc~. Nordenskióld cuenta que «ent1.lfl ,pue~blo Cuna" Tientiki, hay uh muchacho .,dr; ,,:~torce

. años que entra 'impunemente en el fuego tan sóloporque: conoce! et encanto de la creación del fuego.Pérez vlo frecuentemente a personas coger: un hierro

- al rojo ya' otras domesticar serpientes» _11.,

Se trata de una 'creencia muy extendida y que noes propia de -un cierto' tipo de cultura. En Timar, porejemplo, t~lando un aPfozal no. tnedra. alguien queconoce las tradiciones mílioas relativas al arroz se- traslada al campo. «Allí pasa la noche en la cabaña: de la plantatión recitando las leyendas que explicancómo se llegÓ a p('Jseer~el arroz (mito de origen) ... LosqLie hacen esto nó son sacerdotes» 18. Al r~citar el

I mito de origen'. se ohliga al arroz a mostrarse her~mdso, "vigoroso y tl1pid-o, como era cuando apareció-por primera vez. No se le reciJe!da cóqro ha sidocreado. a fin"de «instrüirJe», de enseñarle ,cómo debecomportarse.' Se! le fuerza mágicantente a retornar alorige'n', es decir, a reit'er.1r su creación ejemplar.

El' Kalevala Cuenla cómo el viejo IVáinamoil1en se-'hirió gravemente cuanao estaba ocupado en cbnstruirUlla barca. Entonces «se puso a urdir"éncantarnien-tos ai la' manera de todos 10'5 curanderos níágicbS. Can~tó' el nacimiento de 'la causa de su herid'a, pero nopudo acofóarse de las palabras que narraban el co~mienzo dd hierro-, las palabras 'qu-e .Rodi-an -precisa~mente curar la brecha abierta' por J'a hoja de aceroazul». Al 'fin, des'puéS de háber busc'ado la ayuda deotros' magos, Vainan'lCS'inen extlámó: «-¡lvfe acuerdoahora del origen dél nietro! y. cCHnenzó 'el siguienterelato: el Aire es la prirnera de-las madres. El Aguaes ,ta mayor de los hermanos, el Fuego es el segundo

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La estructura de los mitos 23 I

o', ~.., 1;.'.... ,<¡l. ~."" ;f i " -' !..\., _1 ' 1;_ ~. '.' •

~ ~ ellji~[l'O es ~l n:psjo,~en)j~ los tres. Ukko.jel 'gran. ~.Creador, separó la Tiera del Agua e hizo aparecer el

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suelo en-las regiones marinás, per-o el hierro no había.,nacidq a.ú~. Entonces se frotó la,~ palmas de 'as roa-~ nos sobre su rodilla izquierda. A~í nacieron las treshadas q~~'hflDia'n de s~r)as ~~df~del hierro» 19.

n¡Not~mos que en' este 'ejemplo el mito dé+ origen del.. I,~ ~ I I ,~ "¿': !' '.:¡ • _, -t', '. ; .: ...., •

~leup /orma (?artl!. d~l mito cosmogónico y el) CIerto.modo lo prolonga, 'Tenernos aquí una nota específica

tl- ... . t -,1. -, ~, r 1,," ,.

de los mitos de origen sumamente importante y cuyo, ,1.., ......r __,' 1;

estudio se hará en.el capítulc.siguiente. 'flo .,. ,,,... ;_,. 't , ,,'

La idea de que. un ~emedio ,,no act.Úa rn~s quesi se,conOGe su, origen es1á muy ,extendida. CiteIl1os, nue~vamente a ErI~~d Nordenskiold: «Cada canto ~á-

, ',r :- .(.' , ,\. --< '.... ~. ".:'i

gicQ debe estar prec~fip_o .~de un enpntarpiento quehabla del Qri~en drI remedio -emp]ea~lo. de oÚó modo

.j no será ef,icaz (... ). ,l~arª,,,,q:uy el remedio, O el cantode remedía "haga efectq hay que Gonoc,er el origen

_ . 1 , I t _J ~. • ,

de la p,Ifl-nta, la manera ~cómo fue- ~lumbrada, por lapr~~en_l r¡lUjer» 20. :En .los cantos rituales na-khi pu~bIiS;ados, por J. 'F:~",Rock se díc.e ~xpresamenti: «Si

_ J ' 1~O. se ,cúéflt~ el,~0r1gen¡ de) medicame?to. no ~~be uti~lizarse» :n. O también ~ ,«A I ~~,nos que se relate suorigen, no se debe hablar de él» 22.

Veremos en el capítulo siguiente que, como en elmito! de Va.i,namqinen ',qitado anteriormente, el origende los remedios está íntimamente ligado a la narra~ción p.el ,origen del mundo., PrCfi'SemQs aquí. no obs-

~ tante, q~lyse trata eje ,Yf\a c;onc<f.pcjón, ;general quepuede forml)lar$e de -esta suerte: No se puede cum~plir un ritual si no se conoce Ú <~or¡l.'el1».es decir. el~ ..~... ..

'mito qllf! qlen/a cómo ,ha sida e{~cUI,ado la primera I

vez. Dyra{lte el -sv~¡;;y,i(;iofuner~rjo, e_!cham,án na~khi,dlo.--mba, ,canta:

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,, 24 Muo y realidad

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«Vamos alzora a acompañar al muerto y a conocer de[nuevo la pella,

Vamos a danzar de lluevo y a derribar a los demonios.No se debe hablar.Si se ignora el origen de la danza.No se puede danzar» 2:\.

,1

Esto recuerda extraordinariamente las declaracionesde los Uitoto a Preuss: «Son las' palabras (1os mitos)de nuestro padre, sus. propias palabras, Gracias a es-tas palabras danzamos; no habría danza si no noslas hubiera dado» :!-l.

En la mayoría de los casos, DO basta conocer elmito de origen, hay que recitarlo; se proclama dealguna manera su conocimiento, se muestra. Pero estono es todo; al recitar o al celebrar el mito del origen,'se deja uno impregnar de la atmósfera. sagrada en laque se desarrollaron esos acontecimientos milagrosos.El rternpo mítico de los orígenes es un tiernpe «fuer-te», porque ha sido transfigurado por la presenciaactiva, creadora. de los Seres Sobrenaturales. Al reci-tar los mitos se reintegra este tiempo fabuloso y, porconsiguiente, se hace uno de alguna manera «contem-poráneo» de los, acontecimientos evocados, se' com-parte la presencia de los Dioses o de los Héroes. Enuna fórmula sumaria, se podría decir que. al «vivir»

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lOS mitos, se sale del tiempo profano, cronológico.y se desemboca en un tiempo cualitativamente dife-rente, un tiempo «sagrado», a la vez primordial e in-definidamente recuperable. Esta función del mito,sobre la cual hemos insistido en Le Mythe de l' É'ternelRetour (especialmente en las páginas 35 ss). se desta-cará mejor aún en el curso de los análisis que se-guirún,

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25

.. [STRUCTU~A. y fUNCIÓN DE LOS MITOS

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. Estas observaciones preliminares bastan para pre-cisar ciertas notas características del mito. De una,;manera genera] se puede decir que el mito, tal como.es vivido por las sociedades arcaicas, 1.0, constituye: la historia de los actos de los Seres Sobrenaturales;2.°, que esta Historia se considera absolutamente ver--d{¡dera (porque se refiere a realidades) y sagrada (por-. que 'es obra de los Seres Sobrenaturales); 3_~, que elmito se refiere siempre a una «creación», cuentacómo algo ha llegado a la existencia o cómo un corn--portarnicnto, una institución, una manera de trabajar,se han fundado; es ésta la razón de que los mitos~ -constituyan los paradigmas de todo acto humano, sig-nificativo; A.:.. que al conocer el mito, se conoce el«origen» de las cosas y, por consiguiente, se llega adominarlas y manipularlas" a voluntad; no se trataoc un conocimiento «exterior». «abstracto», sino de

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un conocimiento que se «vive» ritualmente, ya al na-rrar ceremonialmente el mito, ya al efectuar el ritual_para el que sirve de justificación; 2;0, que, de unamanera o de otra, se «vive» el mito. en el sentidope ijúe se está d'ominado por la potencia sagrada. queexalta los acontecimientos que se rememoran y sereactualizan.

«Vivir» los mitos implica, pues, úna experienciaverdaderamente «religiosa», puesto que se distinguede la experiencia ordinaria. de la vida cotidiana. La«religiosidad» de esta experiencia se debe al hechode que se reactualizan acontecimientos fabulosos. exal-tantes, significativos; se asiste de nuevo a las obrascreadoras de los Seres Sobrenaturales; se deja de exis-tir en el mundo de todos los días y se penetra en un

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mundo transfigurado. auroral, impregnado de la pre-sencia de los Seres Sobrenaturales. No se trata de unaconrneraoración de' los acontecimientos -míticos; sinode su reiteradór!. Las personas del mito se hacenpresentes, uno se hace su contemporáneo. Esto im-plica también que no se- vive- ya en el tiempo crono-lógico, sino en el Tiempo primordial, el Tiempo en elque el acontecimiento tuvo lugar por primera vez.Por esta razón se puede hablar de «tiempo fuer-te» del mito: es' elTiempo prodigioso. «sagrado),

~--'-~',,-' "en el que algo lluevo, fuerte y ~ignificativo se mani-festó plenamente. Revivir aquel tiempo, reintegrarloJo más, a menudo posible: asistir de nuevo al espec-iiéuló de las obras divinas, reencontrar- los seres so-brenaturales: yvolver a aprender su-lección creadora'es el deseo que puede leerse corno en filigrana en ro-

I das las' reiteraciones rituales de los mitos. En suma,los mitos revelan que el mundo, el hombre y la vidatienen Uh origen y una historia sobrenatural, y queesta 'JlÍ~toria_ es significativa, preciosa y ejemplar.

No pcdría concluirse de modo mejor que citando.los pasajes clasicds en 10s que Bronislav Malinowsk itrató de desentrañar la naníraleza y fünción del mitoen las sociedades primiÚvas': «Entecado en Jo' quetiene de vivo, el mito no es una explicación destinadaa satisfacer una curiosidad científica, sinO' un relatoqóe hate revivir una rcalidad original YALle respondea una profunda necesidad religiosa, a aspirac~onesmorales, a cóitcciones e iniperativos de orden social,e incluso a eXigencias prácticas, En las civilizacionesp'rimitivas el túiro desempeña ona función indispeI?sa-ble: f;:>:['e')~, realza' y codIfica bs creencias; salva-guarda j\,;, principf,', 1l10ra'Jes y los inlj ,¡ :He; garantizala efiCacia de las' ceremonias rituales y oÚece reglasprácticas para el LISO del hombre, El mito es, pues,

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26 . Mito Y realidad f

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La estructura de los mitos

, un elemento esencial 'de la civilización humana; lejos,cde ser' Una vana fábula; es•. por el contrario, unarealidad viviente a la que no se deja de" recurrir;no es en modo alguno una teoría abstracta Q un des-file de imágenes, sino una verdadera codificación de.la religión primitiva y de la sabiduría práctica (... ).Todos ,~stos relatos 'son para 108 indígenas la expre-sión de una realidad original. mayor> y más llena de~,el'ltido qué I,a actllal,'y 'que; detérmina-la vida inme-diata, las 'actividades y 16s de-stinos de la humanidad.El conocimiento que el hombre 'tiene' de 'esta realidadle revela eÍ sentido de los rilas y de los preceptos deorden moral, al mismo tiempo que el-medo de curn-plirlos: '2~. -

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PARKER,'ROBERT

"HISTORIA OXFORD ,DEL·'MUNDO CLÁSICO"

(TOll10 I)

La religión griega.:

ROÓERT 'PARKER

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Dioses }' bombres .. '

La religión grleg,l pertenece rt lu familia de los antiguos politeísmos: en términosmuy generales pode mus comparar las religiones de Roma, ·Egipto, 1:1 de Josantiguos iruloirnnios y la D1a);or parte de las religiones del antiguo Orientepróximo.lLos dioses de este tipo de politeísmo tienen cada uno una esferadeterminada de mf lucncia, El devoto equilibrado no escoge ni prefiere a nin-guno de ellos, sino qucIes guarda respeto a todos. Despreciar a un dios (porejemplo, a Afrodita) {',' rcchaznr un cunpo de la experiencia hurnana.i Lascomunidades gricgrls I'OJ separado honraban especialmente a dioses en par·ticu.lar (dicho de' ('IJ\I 111:111<:,:", los dioses «se deleitaban más» en santuarios par-ticul.ucs). pCr,)II{_' n:cIL'íall a otros. Atenea, por ejemplo.jera la patrona divinade Atenas v lTcra 1.1 ,ir: Samos ; un decreto ateniense de 405 a. C. que celebra1<1coppe~;\c¡ot~ ele 1\1(."1\;IS v Sarnos está coronndo por un relieve que muestra11 las d(l~ di'(}~:ls csuchándosc In mano; pero Hera también era honrada en1\ te'I1;l~Y viceversa, .

La cifra de 105 dieses principales siempre fue bastante restringida, Homeromuestra diez dioses ill'!1ortantcs en acción (Zeus, He~a, Atenea, Apolo, Arte-mis, I'osciekin, ,\fl"odi',l, Hermas, Hefesto y Ares) y éstos, junto con Dérnctcry DioIlISO; componen los «(doCe dioses», el tetal convencional reconocido a.p.u tir del siglo v. JU'1l0 a ellos hr;bía innumerables figuras menores, algunast_',lstante oscuras pero "[f;¡S, C0l110 Pan y las Ninfas, con un culto tan irnpor-rnntc C0l110 el de los v1mponcnles más jóvenes de Jos doce, Hefesto }' Ares.Las gcnenlogías \1;lri:ll'.\:1, pero se solía decir de los doce que eran ° hermanos'o hijos de Zells, (el ["1tlre de los dioses y los hombres». Se podía concebirque la rnavorta de eI!:_'; \',I\'I"Cl"al1,como una (nmilia apoltronada, en el palacio

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288 . Robert Parker .,.. ' ~.. ,

de Zeus en e] celestial monte Olimpo. (En otros tiemp(~s se' imaginaba quemoraban en sus ciudades íavoriras.) Así pues, eL1!) los olímpicos. En contrastecon ellos había un grupo menos claramente definido decrónicos (de cbtbontierra), dioses de la tierra' y del mundo subrcrníneo agrupados en torno aHades, el dios de h muene, y S~l infortunada esposa -Perséfone. Como lnscosechas nacen de la tierra) los crónicos 110 eran sólo el.conrrapunro negativode los dioses ,del cielo, e incluso el señor de los olímpicos tenía también, como«leus bajo la tierra», un aspecto clónico. .

Este reparto restringido de dioses principales podía llegar a representarun número casi infinito de papeles en la práctica del culto añadiéndoles epíre-tos especificativos, Un solo calendario de echo del Arica prescribe ofrendas.p::l~adistintos días a Zeus COmo (Zl'lIS de la ciudad » , «Benévolo Zeus», «Zeusque se ocupa de los hombres», «Zeus hacedor» «Zeus de las fronteras» y«Zeus de las cumbres». Oc hecho tenía varios cientos de estos epítetos. A vecesel epíteto indicaba el poder en virtud del cual el devoro opcLtI')'1 nI dios Zells«el gene rol.) ; evidentemente no tenía en su poder los n1.ismos beneficios queZe~s' «e! de la propie(hd». A veces p:1rece que b .principal' fi..inción del epí·

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1'0 DE It~R.". L:lS Jio,~ssl:ll-b,'¡;!an !os csudos de!Arenas y $.l,mO$. El re· 'lit\'$! coto~a"lIna inscTl¡rción que ré':éucrda la grao[itud do:! AtenaS haciaSamas por Su 1<:.1""'( in·cluso dospu¿s de la derro-ra de EgospÚtJm05 en405 a. e, El grab~dO ca·(,icr.u con el nombre delos func'ioñaflos oficiak,.s<guldo .de únl do:dleal." "eia «3 aquellos S'fT!"!');que pe¡l'plneeieron c,·..el 'pueblo Aleniense» Lae;leh Se encontró en la:\crópCllis (!e Alenas.

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La relilliún &rie~a 289- r-l;

tero era sólo introducir discriminaciones locales dentro del panteón 'comúna roda Grecia. Sin duda a los pUeblerinos les hacía ilusión saber que su Z~uso Atenea no era del todo el mismo que el que veneraban en el pueblo cero ,,.'cano sobre la colina, .

«Nunca hay igualdad entre la raza de dioses inmortales y la de Jos hombresque caminan sobre la rier-a», dice Apolo en Hornero. Los dioses tenían formahumana; habíarr ñracido, y podí';¡.r jener contactes sexuales, pero no .corníanalimento humano, y no envejecían ni rne;1 Uf1. Píndaro nos cuenta cómo ambasrazas nacieron de la Madre Tierra, pero «se mantienen separadas por una diíe-renciarie poder en .todas las cosas: la ujia .rroes nada, pero para la otra el des-cnrudo cielo es morada fijá\pa'ra siernprev.s l.os dioses eran «benditos», «losmejores ~n fuerza y honor»: los hombres .eran «desdichados», «impotentes»,«(cri<ltt\[a'8 de un di,.¡)>>:E(1 In edad. dorada. los hombres habían comido con losdioses, pero más tarde las dos razas fueron «separadas»; esta división ocurrióen el momento del p¡;il~\er{sncrlficiQ, y cada sacrificio posterior era un. recuerdod~ qLie el hombre yo 11(,' comfa con los dioses sino que les hacía ofrendas 'a

disr:lncia. De nu~\'o) fue sólQ en un tiempo más grande y glo~ioso (cog mu~'raras exc~pcion~s) cu:\n(iu los dioses visitaro.n a mujere~ mortales para. engen-drar hijos tIe :1p:1ricllcia divina .

.Junto 11 10$ hombn:s y,los dioses había un tercer estado, el d~ los .héroes.El t~r!1lino «héroe» tcnÍ:l un si6nificado técnico en la religión grie;ga: U!:, héroeera una figura menos [wderosa que un dios )' a la que se vt:neraba. Normal-mente se le cOllcebÍtI COI~lO un mortal fallecido, y el emplaznmiento típico deestos cultos er,l una Illir.ba. Pero varios tipos .de figuros sobrenaturales meno-res Ilcgnron a nsimiLlfse ;1 esta cl:tse y, en el C:hu de Heracles, podía no estarcLlra ]:¡ distinci6n entre U¡l héroe y ún dios. Sólo del Atica se conocen variosci¡;nros d~ hél'OlS; :1lgunns tienen nombres e incluso leyend,ls) mientras otrosse identifican s610 como «el heroe junto ¡¡ la min:! de sal» o cosas parecidas.(En eSlOS casos era prob:lblememe la existencia de una tumba importante loque inspiraba el clllm.) Esws héroes del cnlto no se identificflban con los héroes(en frase d.: 1 lomera) (!e b poesja épi, , :\qlliles, Ulis,:, y los demás; peroaun así hlS cbses no erall clar.lllle~lte di~llntas. ¡\luchos ,¡ los héroes poeticesrecibí¡lO cuita y scgu ramente debe haber sido una rá para venerar a los¡I¿roes la sensación de que habLln sido: seres como los. describió Homero)!ll.lS fLlenes y en '·'íI1jl.lnto más espléndidos qtie los hOI.¡ ·:5 de hoy. Las gran·ks lumbas mi, ~llicas, muestras visibles de un pns¡¡,j II1á.s noble, eran fn'Ienres cenrros de cu1ro~.. ;,cróicos. Incluso 10$ persol:.ys históricos que w'vit:,on poderes dcsrncnJos '--guerreros) at'lera: ! '.,dado! ,:s de colonias- podíal'convenirse en héroes. Sobre todo) quid, " , , ~6mbll') reslringido y local de

. ~ -los héroes lo que los hací~, populares, El héroe manter';.1 los ¡Jd~reses lirhitadosy partidistas de su vicia Mortal. Ayudaría a los que ''-¡vieran en las cercaníasde su rumba o los que [':1 tenecieran a In tribu que ~l. mismo había fundado.H'lbía que comp,lrfir a 105 dioses con el mundo, peru una aldea o un grupofamiliar podía tener derechos exclusivos sobre un héroe, (Heracles con su

~ . ., A

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,alcance panhelénico era una rara excepción.) 'De esta manera el culto a. loshéroes era, h. mejor manera de centrar lealtades partichlares: y los ltérocs eranen gener.al·los' grandes. apoyos lo-cales., especialmente ertla '15atalla,"su e'sfcrana.tu.raL . 'f. ., ' !

La religión griega no tiene un. origen único. Los griegos'era'rf U11' pU'eblojndoeuropéo que se estableció Ji1 la cllenca no indoeuropea del Egeo; así entra·ron.'en ccnrneto con las muchas civíljzacio\fle~ avanzadas del 'antjgúo' Oribntepróximo. Contribu)íeron n J:¡':lrnalgam:l·elcrhcl1t'ás se todtl~t estas (~enres: Sólopuede se·r Interpretado ('on 'certeza e-l nombre de un dius: Zeus páter «{p:ídre»).es el e~Ull}alef)t'e del Diespiter (Juppíter) romano y del D)'lllls pitar indio,tod0s' erJtJs descendientes del dio~ ilidocuropeó del deJo'. 'La'5 scmejiln7.:iS, node nomhre, sino de :ltriburo-, sugieren el 'origen indoeuropeo,de' ciertas fig'ur:Jsmenores, ,el Sol, el Alba., y sobre: ,todq, los Dióscuros, Clstbr }' Pól'ux, quef:ecuordan lbmat.ivamente a oub.p:u' de geni'elos celestiales espedalmentt' aso·cindo;:. COl') 1:1eqtlitacLón, los Asvin da la poesía arcalea India. Por otfa parte,el)contramQS Ips equivalen les más' cercanos n Afrodita en las díosffs del amordel Oriente pró;¡¡imo, la sumerja Inanna' r.la semita Ast'.lrtéjIsthaLEsto puedequ(!~er getír, sin ¡embargo, que Afrodita ha adquirido rasgos orieritáles más. que su ori·gen sea completamem.e orrenwl: ,los' 'dloses' individuales'a menudoaparecen t:Jn compuestos como el panteón en conjunto. Ar,ternis tánlbién per·.tenece en parte a un ,t,ipo del Orie.ote próximo" el de la «.señor·a de los ani·n1<lles».3 la ,vez que hJy rasgos 0.0. indo'europeos ~n Apolo y Hdesto. Y el

. mi!O de la ,«uealeza del cielo» n·¡:¡rrn.depor Hesíodo es 1m ct'so especialmentedar-o de pr¿sramo'dc1' Orienté próximo en Ja mitología (cf~ wprl1, pp. 106); ss.).

Gracias al desciúamicntQ de las tablillas del Lineal 13 en 1952 podemosCQllOCer el estado de la religión griega en (tI períodó 1<iOO·1200 a. C. Lastablillas del Lineal B revelíln que el p¡]1ÍleÓn d~esta. civilización' minoi.co·micé·nicn ero ya en gran medida e];dc b Grcci:l clásica. De los gtnncles dioses', Zeus,I:rera y Poseidón están documentados con seguridad, y' también, con gradosdé, probJbilidad \,'nriauns, Ar!remis, Hermes, Ares· y Dionisos. Unn «Dama deAtb,ma» es sin duda precursora de Atenca, 'y aparecen varias '[igums menores:EiLeothyia, dlo.sa del o8cimiento, Enyalios, un .Jios de la guerrn que decayóhastn uno,der los epítetqs de Ares, y P:liaon, un sanador que' Cue_.¡¡bsorbidode mancr" similar poi: Apolo. Ahodita, Apolo, y (excepto de una rnanérá muyCuesúonable) ¡¡Deméter no est:ín hasta ahorn doclrmctÍ tad(!Js. pero no erannecesariamente c,Iesconocidos. Desde luego 1 hay .muchos elementos tambiénque 110 neis ,son familiares, tanto entre les dioses (¿quIén es ,«Drimios, hijo de4et.Js',() corno en la p..nktica y organización del CullO. La impresión que nostr,ans,l;ni.te· el :\Tte del peJ;íodQ, de I.1n(\ rdigi,ón todavía dominada PO'l! diosas de

. ':;' Ja nat\lra!eza prsgricgils, eS,tn q\liz;í conrirf11f1Ja en parte por ]:Jn¡l serie de llnó:D"imas ~(dart;Ja.s»,divina~ qu;e ap;uecen -en lbs textos; pero en general el mundo

'divino minoico·micénico, parece hoy ml}cho 11J;Í$ gri'egp :que cu::tf!drj s.ólo d¡s·,poníames cl~ p~uebas attísticas. ¡

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EL Tr:~II'I.Q DI~ APOLO E~J .oh, l'os muestra los ClmlcnlOS \' coll1mms reSlallr~da5 y mirando hacíad s"Je.srcsobre le Icrr;)~~I:.J~~s¡¡ntllnno infcríor ([\I~rmnrí3), con el templ0 de AI'Cr¡ea , y hacia el['350. dj:l <:,>!c q\:c 1.L:v~ 3 11<:\" 1:1. GJ otro 3Cce~.o .conducía J~sd~ el Golfo (.!c COrll1lO, en 11~'1, end ~llrocsl~. La tot ral l'~(~CI<'" .dd santuariO c~t:í en una escarpadJ ladera entre reflll¡;cn'rt~ pre·l'lp,ci!:\s·.(I'<:drl:!J;Jsl en I~s (l1I!1:('9 cid monte Pnrn;.¡so. ,\ lú ilqulerda est:f el carranco con b fllente'sfl.grad:r Ca~talia. ,)

~."',t; ••

_.2¿.

Con la C<lítlk'dc b r::·:ilil.;lción micénica hC1¿i~ 1200, Grcda vol\:ió :1 caeren el nn"lí;ll)(.'a$~w. C,¡:,qdo ~c rec~lrcrú la escritura COIl. 1; i~trbducci:ón delnlfahcro [cni(ió~en d $i~:¡o IX ó V([[,'la trJnsición crucial de la fC'rigi6n mlcé·nica a la gri<:;g:l ya' se h lhí:1 llevado a cabó. Se LItHizó Ja nueva escritura pararegistrar los pocm:IS Lil' Horncr~ y Hesíodo, los pri¡neros dOCl'rrne'titós de laaUlélúica rcligil)ll ~riC¡::1 ¡Jero ~~¡:talos siglos anterio:res sóio tenernos' 10$ ~atosfragmc:nt¡lri'ü's y nhihigtll~:i CJI.·IC proporciona la argueologí·a. Muy 'pocos I'ugaressngraJns m'icétiicos sigL ;r:ron usándose para el culto a lo Jargo de la edadoscura. 'El conjunto de p'ruebas sobre l'a -inflLienci;:¡ '6riental 'du,rant'E"este pe-'ríOdt1 cS-'cac1a \.'cz 111:1'~'l~r, illfluen'citl qúe ciuiz;Í se trnnstnitió 'primero'a travésde Chipre y m:.ís tarde del establt?cimiento comercial de Al Mina en Siria .t\ partir del si~lo Vil'1,'p~lr ejemplo, lJ~ emplazamiento rcIrgiosQ tipico consistíaen un temp'lo exC'ntO C¡1I1~ contenta urla irl1ag~n ,de culto y un aIrar de Luegofrente ;¡ el; 'hnv ¡Jnt'cccdéLtcs de lales complejos en el Oriente' proxima, peroni r)arcccr no micéniws: Podía retrat~rse ~1 Apolor y él Zeus dI el 'sfglo VIII

J,

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~l,[\G\Jr:"T",-DEL ~"\:-I~UAHrODE O'llMPI .... En e.l ccnlro, el ;'emp-Io' de 'ZCllS, y a sú'derech3\ el ara )'el ;{n(Igil" wnplo tic: HérJ de menor lamaño,. Los edificios peq(leii'6"s de I.n d~r~dl~ SOll Jos. lC's\lro••oftclldudo; por los eSlndós "gríc:gps Junio al ¡Ílné! que d"" 1:. ia al éSladio; al {ond0 a '-a derc:cha~La zon.3 dl! ..deI3ntc del remp.lo eH.lba cerrJ(I.l rpr pn~ SJ":1. A la izquierJ".1;).!; edificios. ~dm,,¡is-l(!l{i\,os y. O1:ls 31U~ \1,0:1 ¡:r5n hdpsde·ría .'<::p11 200:\:;. p.rra c;cr,dci·Qs. Ell ctlifi€i·p .l.cc:hado Sin COILlíl1l1~S.l~lk; de FiJi·ns. f~e dé'nU" se hhl' c:l 'lo:us érisdchorino.·

• C0ITlO el dios de la :gUOrr.l hírim-sirio" QL!i~á no fue h;*w el principio de la edado~(¡.J\,¡¡cU:lnd6 se inrrQdujo des9~ ~lesr~' (o adgllirió \pr:láeríscic;:r~ orien~a!es)el!Cl,lt.o di.: AfTodil¡"! y sólo al final de ese período Se lr.:ldujo al gJj~go el milode la reale,za del cielo. C::tsi seguramenrc fue cn esre perf9do cuando dos diose~extraf.ljcros se situaron en el margen de la religión grieg~, Adonis, amante eleAfrodita ((qíl1p:íres~ cQn b pnlabw sel1lirn t1dotl, «señor},>i,y la mndre montaña1\.y~t'br.:J\;·j)ehc ,(1\.¡'¡!J¡/¿'" .es conocieb (om llll<l diosa nnIlroli:l). También h:lylIn ll:tniativo ~<hill1no a HécllC» en b Teogollía de Hesíodo. ,H¿carc p:1rcce serl;na.,dio$:} (or: 9rigen en Así,l m~nor~ y el hin~no de J-I'esíc:ji), quizJ rdleja hpropnganda de un' cul,o que est:loa introduciéndose en Grecia. (La religióngrie;gn nunca,' perdiÓ SLl car~uer abierto a los dioses' exrranJeros: a f¡ JJ.des dd

. siglo v,. por e-j(\mplo, llegaron dos ,nuevos dioses a Atenas, Sabado deSlÍe- ¡:rigiay Hendis cksde Tracia, y aunque 1."1culto !l S.n~ac¡Q esraba lin:!..Írado .1 as.ocia·..- 1

cioneS privadas, I3eodis enconLJó un IL!gar en I:;¡relig.ión pública.) No podemosdecir muc};o de otr.o tema más imporrnnre,. el desarrollo intern~; de la n;lig'ión~n este pedodo CQmo respuCSia al caf0bip social. PJre(.:e que c.l cuIco ~ kl5 héroestuvo su origen en cst,os siglos, que posibJemcnce eIíTlpezó,en e.i siglo x y segencr::t!izó (quizá b:1jo la- ,influencia de 1:1' poesía épica) en e.l VtlM. A juzgar porla épica, las c9munishdes de eS,te pe.riodo d<!pendí;)n \:11 g.ran p:1fte p~lra sudefensa, d.e. guqrcros, individu,::tks con,lO el HéctOr eje HO}l1CW, qllien «·mun·

tU\'O Tro\'<1 a s:lI\'Li él solo». ESI:; import:lOci::t dd campeón ~riStOcf<ÍlÍ'cO ~n

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la vid~ pudo muy bJFI1 ~qmet)tpr:e-I culrp de los héroes que seguían protegiendoa,&Ll pueblo desde la.turnbn. Pero en este momento Los dato,sj~cguco]Qgicos se .modifican de año en ¡¡¡;o, y proliferan las teorías para explicar la innovación '$

Csi, es, q~le la hubo),, para entender cll~lg:lr de la religión -en la .sociedad griega debernos desechar

fa "iden de la institución religiosa central de nuestra propia experiencia, laIglesia, En Gr~cia, el [.oder, en cuesricnes. religiosas estaba en manos' de losque tenían el poder. secular: enla casa: 'el padre; en las primeras ComL]f:lÍ,dades,.el rey; en las ciudades .esrado desarroll~das, los lmgisp:ados. o.incluso la asam-blpl de ciudadanos: En, A tenas el.a un reagistrado- el que personificaba al 'diosDjoniso. en .,yn irnporrnnte riro de~,«,bodli sagrada», y era la asamblea derno-crriricn quien tornaba las decisiones. sobre la urilización de monedas, o terri-torios" sagrados. (.{:uP)O I'ClS._LrI tado, ~Jos dioses 'se encoruraron de grado o portuerza. financiando los, esfuerzos atenienses en la guerra del Peloponese.) Losdioses por-separado renían sus sacerdotes.rpero ocupar un cargo saccrQolal erauna 'rlctivi·dad .¡l tiempo pardal qLle normalmente no requería una dJ'ific.ación

:1, o conecimienJ0$ especi;)les. No habÍ'a ningún marco institucion;ll "que-unIficara. a .10$ saoerdotes, como. clase con inrercses. propios. Los únito's prolesiónales

religi'osos ven1aderos en Grecia er:m los adivinos'. Eran perso.najes.impOW1ntes,porque se cons.ulmba ~ .los o.deulos aotes cle<mucn.as actividad~s públrcas comoenvi:ll' un:l expedición cDlonia!., empeza, uon, camp-áóa militar o enlabIar tinabaral-la. Como ilJtérprerc-s dé la voluli}t"d divinil, 10s adivinos podÍ:ln entraren conflicro:,con generales y politicos y sus planes ·séculafes .. La literatura reflejaen v:1rjas oC,asiohcs eS't;,! tensa 're"Kión fHéct@!' y PoJidamante, Agamenón yC::tIC!n ts;' en lel'lIft/tl,ll'; Ti l:esi'~lSy varios reyes en la tragedia).' Estas- discusiones,.sin t;m~;ugp,. no...er;1n rjl';¡Jidadc.$ en torno' a k piedad o el patriotismo, puestOque,.no· podía haber cooflicto de Ínreresés 'entre el bien de la ciud3d y .el delos d.ío~~s «g.\lardian.es, tIc la c;iudad», sino en [ot'no h la mejor manera de ase-gur;H el prop.ós-ihO·('Óllvcl1idQ del bienestar ~de la cÍuebd, Y estos turl:i>ulenros¡~di\'inos no 'ccnínn pGckrcs ,efectivos en Jos cuales apo' 'Irse'., En la aIra litera-tu'ra, el aei·vino siclnpr.e,tiene razón (porque «J:¡ me.l':': de Zeus siempre essupe.rior a la de 10$ homb,res»), pern el tema '¡j. oe uI,'porencíal trágico preci-::;am~Jl..le pO.fgue no rut;de impon0r su punto (: \tista' U adi~,ino sab~?, pero eldirigente decide. Fn la vida, un seglar podí. ¡,~duso ,¡"saJíar y derrocar a hexpertos c:n su pr;., •. c~lmpol CUándo el ot:;i . ¡.) de'T . '!lbS en 480 a. G. advirtió:t los areniell'lS'es < i cOL)[iar~ln en sus mi, .. ¡¡liS de' 1« ,..]éra) contra 1.1 am.enazape·¡:sa,.los int¿rp'fL" ::i. p~':lf~~íonales enw,." ':¡,:ren 'es ['0' ,.¡lm() tl'n'aviso para per-lllanecer<clemro d, los <IY1".il·:bsde la CIll' f : ( El "polítiw T~mís(OcI,es argumentóconn~~ ellos que el cli0:~¡S'C'estaba! refiri~fld6 a la fj,..¡.i. La inlerpreraciph de'fCll1íSlOc!eS prevaleci6 pc,'['cÍue In deci~ión fin;:!] no kpendía de los adivinosS.i'1l'0'cle'la asambka ele! k'>s'ciudml'¡lh'os:' ,

Por ranto, no hnbí:1 :linguna organización' .rcli¿;·¡,¡sa que, pudieni e'xlcnderlln~ enscÍi¡¡n%:1 mornl, dC:':lr.rolbr una doerril1:1 o imponer una ortodoxia. En

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un contexto así hubiera sido inconcebible un credo. En un pasaje [amosoHeródoto da a dos poetas el papel de teólogos de Grecia:. '

H:lSI3 ayer mismo, por 3S[ decirlo, los griegos no conocieron el origen de cada tino' desus dioses, o si todos han existido desde Siempre, y cómo eran por su aspecto ... FueronHomero y Hesíodo los que crepron una iC<..'80ní" p:n:l los griegos, dieron o los dioses susepítetos, precisaron sus prerrogativas y competencias y describieron su aspecto. (l-leródv·lo 11, 5J.) ,

No hay duda de que es cierto que el prestigio de la poesía de Homero yHesíodo contribuyó en ~'r,H1 parre H estabilizar las concepciones que los gricglJStenían de sus dioses. Pero todo el mundo sabía 'que las musas que inspirarona los poetas épicos contaban mentiras tamo como verdades, y que en muchosdetalles de la genealogía divina Jos relutos de. Homero y Hesíodo eran dehecho contradictorios. Pero tules discrepancias no preocupaban, y no habíanecesidad ninguna de cuestionar la conciencia propia antes de poner en dudao discutir un mito tradicional. No había herejes porque no había iglesia. Losúnicos 'crímenes religiosos erañ-ñCros-ó¡¡ctit~'des qúe-' próvocara~" ~I resenti-miento público general. El más' obvio era el sacrilegio en todas sus formas(incluida, por ejemplo; la profanación de los Misterios). Otro era el crimende que se acusaba a Sócrates, «no reconocer a los dioses que la ciudad reco-nace». Esto suponía situarse al margen de las normas de la sociedad de tinaforma que podía considerarse intolerable. En las Bacantes' de Eurípides puedenverse tanto la f1exibiliJad como la rigidez. El rey Penteo es presionado porsus consejeros pMa que reconozca a Dioniso, y le ofrecen al diqs de variasmaneras: si Penteo no cree en los mi tos sobre Dioniso; ¿ no puede imaginár·selo como el divino principio en el vino?; y si tampoco, ¿ no le gustaría al menosque la gente creyera que su tía Semele había dado a luz un dios? pero Penteose niega a cualquier tipo .de acuerdo y, por tanto, es destruido p.er: d dios.

El CIIllo

«Reconocer Q ].05 dioses» consistía principalmente en observar su culto. Lipiedad se expresaba con el cOIl1I,:-rtnmiento, con los actOS de respeto hncia los

1; dioses. (U n sociólogo poddn decir que los gri.egos valoraban l:l «orlopraxia»,I 'el recto proceder fluís que la «ortodoxi(\»,) La religión no era una cuestión deinterioridad o intensa comunión privada con el· dios. Esto no quiere decir quefueran imposibles fuertes sentimientos de lealtad, dependencia, o inclusoafecto. Zeus era un «pa~re» tanto corno un «rey»; los llamamientos a dioses«queridos» son tópicos y en la literatura encontramos a menudo relacionesestrechas y relajadas entre hombres y dioses particulares (Ulises y Atenea enla Odisea, Safo y J\[rodita, Ión y' Apolo en el Ión de. Eurípides, Hipólito yArtemis en el Hipólito de Eurípides). PerQ la piedad (el/scbciaJ era Itteralmenteuna c\1e~tic)n de «respeto», no de amor e incluso la rebción más dlid:! se habría

..... '-" f W'· ..ó .... ·~ 6~....t;t-

agri:1do r:ípi.J.amentc si:' l.i observancia del culto. La religión nunca era per-sonal en el .sentido de un medio de gue el individuo expresara su identidadúlii_ca.' A ningún griego' se. le hubiera ocurrido siquiera llevar un' diario espi-ritual. Desde luego 1l1IJChas clases de personas tenían cubiertas gran paree desus obligaciones religiosas pOI' otros: el padre hacía sacrificios y suplicababendicicnes «por cuenta de» la íam'ilia, mientras los magistrados y, sacerdoteslincínn lo mismo por <,el pueblo» «<y sus esposas e hijos» añadían finalmentelos urcnicnses). En todo esto la religión reflejaba y mantenía el carácter generalde ,b culturo griega. Desaprobaba el individualismo, la preocupación por losestados interiore~ y la creencia de que las irítcnciones importan' más , que losactos; insisria en el sentirlo de pertenecer a una comunidad y en la necesidadde observar debidamente las formas sociales.

¿Qué acune entonces con la rectitud de conducta? A Jos que están habi-tuados al c·risti'anislllo la religión griega parece a mentido un asunto extraña-mente ;1I110;al. El hombre no era para los griegos un ser pecador necesitadode redención; la piedad no era una cuestión de esfuerzo moral perpetuo bajola vigilante guía eI,e In conciencia. Los dioses. sobresalían en fuerza y habilidadmás obviarnern e que <:n otras virtudes más calladas. Y desde luego su com-portamiento en el miro era a menudo escandaloso:

All] podrfms ver (1 los dioses en for;"us variadas .entregados a cmbriagaclor:ts orgías, incestos, violacione~.

l>ero incluso estos sober'll1os inJolentes insistían (especialmente' Zeus) en cier-[;:¡s p;Jutas de cOndUCl:1 sin l:1s que la vida se hubier,) (undido con la barbnrie.Castig;:¡han ofens;1s contra los padres, huéspedes-anfitri0!lcs, suplicantes ymuertos. Aborrecían especialmente a los que violaban los juramentos, y losdestruían «con tocla su estirpe»; podría parecer que un hombre así había esca·pado, po.:rü IlUI1Gl era fl,í: sus hijos, ° él mismo en el infierno, sufri~ían. Comolos juramcl11ós acomp::ilaban a casi todas las acciones importantes de la vida(contr:llus, malril11onios y tratados de paz, por ejemplo), Zeus de los Jura-mentos era también ine"itablemente un gu"t1rdián de la moralidad social. Dehecho, se decía a Im:I1,:do que Zeus velaba sobre la justicia ert general, y lacreenci:l popular prcslIp,>nÍ:l que, en ci fondo, los dioses estriban del Indo delos hombres ~llcnos, «Los dio~es existen», exclamaba el griego sencillo cuandoun villano acababa mal. 121 griego no estaba en pcligr"ü de deslizarse sin darsecuenta en el pcendo, porque las reglas de conducta estaba,n cbras. Pero si rom-pla esas regIas perdía \.1 derecho a tener «buenas esperanzas» de futuro. •

Todo esto, sin emhrgo, era un requisito previo para 'ganar el favor divino. por el ri to, no un sust lllll i\'o de éste. El culto formal seguía siendo le'sencia!.Su forma más import;'ote era el sacrificio. La víctima típica era un animal,pero también había sacrificios «no sangrientos» o «purOS)} de grano, pasteles,fruta y similares, :l \'('.-:::s ofrecidos además de Jos animales y a veces en sulugar El calendario rclif.ioso griego era una list:1 ele sacrificios; nos h:l llegado

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S.\CRIFICIO .\ .\l'l~1.0, en un vaso arcnicnse <le ca. ·¡.jO J. C. L~ esuuua dd dios sosteniendo el arcoy la r311;3 de laurel y coronado de laurel ce.no sus adoradores, Se asienta sobre un pilar a I.J dcrc-cha dctr.ís del Jitar manchado de sangre. El sacerdote le ofrece las entrañas y huesos debidos 3

los dioses. La carné comcsrihle Jd animal sacrificado que h3bíJ sido )'a cariada en pcJ.1ZQS yco!()C~,!] en el 3sadM, C3 llt:\'.IJ.l pUiI ~cr guisaJ.1 por el llluch3d\o ljue siSllc 31 S;lCcrdoIC.

algu'no, que indica qué dios o hérue habLl de recibir qué ofrenda y en quédía .. La fornw 0l3S común era quemar los huesos del muslo del a'nimal sacri,ficado, envueltos en gr;:¡sa, sobre un altar erigido para los dioses; luego secocin.lb:'! L1c¡une y ros particip:lntcs hum.lnos se b combn. Esre tipo de s:lcri·ficiQ eLl un <l[cg:llo pnra los dioses». Los dioses tenÍ<ln qUe recibir su partede toJos los bienes humanos: los primews. frutOs de ,la cos~~cha, !.as lib:lcioncsen p:lfti&ls de bebcd9rc5, diezmos de preS:lS de GIZ:l, dé d¿spojos' de gucrr:l)' ·similares. En el C¡¡SO que nos ocupa era un:l p:lfre exigua pOrque sólo se lesd3b:l las partes incomestibles del .~nim:ll muerto. Los pOtt:1S cómicos hacíanchisres sobre ('su división des)gual, \' ~'¡t fue un enigma par:! I-lC:iíOLlo,quen3rra un miro p:lra explicado: Cuan.: !..1S dioses)' los hombres -lie r¿p:lrtieronpor vez p~imera. las porciones del :,.,~rificio, el colaborador de '1os hombres,Prometeo, engañó a Zeus p~Wl que [(>Il).lrj b parte equivoc:lda. No 09stantc,por una ficción de conveniencia, se juzg:lb:l que las parlf'S inútiles tr;l1l un reg:lloacept:lble p:tra los dioses. De eSt¡l Olrtnera 'se santificaba tina fOrlll:l b,; ,lLa defestivid:ld human:l, el b:lnque[e comunirario, y se convertÍ;¡ en un metllu deacercamiento :1 los dioses.

El sacrificio era un tema sobre el q,te se poJL1n rtplicar vDri:1cioncs sutib)' expre,iv:ls. El sexo, h ed:.Jd )' el color de b vícrim;l \,;lri;lk;, ~('f!lín el dil)~

o el Icsrival correspondiénrc; había reglas que indicaban quién podía participary qué pnrte de la carne '!e tocaba a cada uno. En una forma' alternativa irnpor-tanre se mantenía al animal cerca de la tierra mientras se le cortaba el cuello,para que la sangre gorc.ira en la tierra. Después, parece que se quemaba elcuerpo cntcf,o pegado al suelo. Este ritual se usaba en particular para el cultode los héroes ydelos poderes de la tierra (aunque también recibían sacrificiosdel otro tipo); probablemente derivaba del culro a los muertos. La antítesisentre el sacrificio olímpico )' esta forma dirigida a la tierra se marcaba devarias formas: por un 1:1-10, un altar elevado, el humo alzándose al cielo, vícti-mus de color claro, libaciones de vino (la bebida de la vida civilizada normal),un reparto sociable de la carne; por otro lado, un altar bajo o un foso, lasangre goteando pera «saciar» a los poderes subterráneos, víctimas oscuras,libaciones sin vino, destrucción de la víctima sin comerla. (Esta aniquilacióncaprichosa es· una pricuca funeraria que aparece, por ejemplo, en el funeralde Patroclo en la Ilíadi).) Y corno-matar animales era el acto religioso central,había otros rituales que explotaban esta fuente de poder, aunque- no hubierasacrificios a ningún dios: para purificar a urr asesino, por ejemplo, hacer so-lemne un juramento o consultar los oráculos antes de la haialla, se manipulaban.las p¡trtes de animales sacrificados de varias maneras simbólicas, En contraste,no se conocía el sncrificro humano en el período histórico. Es común. en lamitología, pero eso no es prueba incluso para la prehistoria, puesto que loshorrores que postula l..t historia para estremecernos no tienen por qué haberocurrido. PlIede qUe se hicieran, sin embargo. ¿Cuál fue el destino de unamujer recienremenre de~cubierla, Y:lctnte con un cuchillo dé sacrificio jllnro;:¡ su cabeza, en b IUl1tbu de un gUerrero del siglo x en Lefkandi .de 'Euben?(d. mpr.1, p. 33).

Lo s.lngrienro del rirual y el snlvajísmo de ciertos mitos no deberían Ile-V:ll'nOS a pCIlS.1f erróllea:nenn: que se traraba de una rdigión de horrores, de:ltOrmenl:lrse y confronLh:ión perperua de lo indecible. Desde luego, algunosri lOS cr:lll del ibc[[ldamcn te misreriosos; algunos fesri vales o p.lne de ellostcnbn un tono triste o reni[encí~l. Un festival ateniense de Zeus, el de lasDiusias, se representab~ <;con cierta melnn(,.>lí:l», y el festival panhelénico demujeres de las Tesll)ofor::15 incluía un día dI! ayun,). Había incluso en muchas

-ciuc.bcks jónicas Ul~;l expulsión ri[\lal (au,nque no ll1uerte) de cnbezas de turcohUI1l:1nos que ckbían TI,_\'ar con" . verd:ldera cI'IH'.ldad. Pero el tono domi·nante del rito g(i.'~:'l C"J fesli' de cele~rn, "in. Heródoto expresa estocU:lndo lubla de un gn:p') qUe " sus días ,<klCiendCl sacrificios y pasál'doselo bien». Las procesiones, ,;lU}' coml". e iban de las de une sobC:lsn (h:l)' unn en los /1crnie.'!J l\ristófanl" las similares a la procesiónde hs Panatenc¡Js que i'.plical. 111 a tOda la (1, ¡ ,J. Podel1lu$ '/er en e1 frisoeleI Partcnón o el [,n~;l de las EI/wénides de ¡ ~'luilo cU.lJ, ;:5pléndid~s eranestas oC:lsiones. Los dioses am:lban la belleza: se les dedicaban los objetos m.ísbonitos que uno púdí:l r:nconrmr, y la palabra para imagen dé CUlh'. agalma,quiere decir «(:05':1 r:1l'il ch[rurnr». Los dioses se ;llegr~bal'l de ver Cjl!C: se repre,

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sentaban en su honor muchas 'de las actividades que más gustaban a los bJllba.nos. El canto y. la danza celecrivos eran una forma básica de culto, y [a C~"

petiSión ;¡I~I~.ti<;a·otra. to"s grandesjuegos panhelénicos y los grandes fe~tival~sdra~~ticos. atenienses se hablan -plejudo mucho de sus otígenes, pero seguía'siendo.ceremonias religiosas: Había que poner en marcha buenos espectáculospara el .dios. Cuando se recibió en Atenas a fines del siglo v a la diosa traciaBendis, se la honró no.con una carrera de relevos- de portadores de antorchas':1 pie (algo anticuatlo por entonces), sino con' un relevó especial 'de 'antorchasa .caballo. A nadie se-Ievocnt eía nunca objetar, como hizo Newman en el car-naval de Nápoles, que «la rdfgión se había convertido en una simple oportu-

l' .,. . J

nidad panda átegtíli mundana». En los festivales de dioses del campo, comD~m¿ter y Dioniso .la djvetsj~n h~"sjqui~ra teniu por qué: fer limpia, HabLIch!ste:. g~st~s y objetos ~bsceflos (nu~que no aClo.s, flor~alf1.1er;t~): to~a IJ I

I gama de lo que los estudtosos d<;_nomman «obscentdad rrtual» (como SI eso\~disminuyera su diversión), los dios-es eran brillantes, agradados, seres despre-"ocupados, y una represe~l:ldón d~ pa~otilra o sin alegría fl~ cUUlpYliría con la

~:.h~Qdónpropia d~ u.n (estival d~ «entretenerles»." -_Ld' oraci¿n ·ocori;pañ.aba al rito. No ~r.a ;corrknte orar seriamente sin haceruna ofrenda de nlgún tipo (un sacrificio, una dedicatoria o al menos una liba-

- c16n) .0 sin fa 'promesa de haced:!. si la o~ración. era oída. Con su ofrenda el. d~\'"c;~orec1:1~1;:¡b:li:1 contrao..frenda q~le (ne,Cesi~ab:1,de :1cuerJo con el not:lrioprincipio de «do ut eles\>, «doy pnra que des!,>,.En sus plegari,ls los griegos; f1~ent1donlu9íap, explJ~itamente n este nex,o de bene(icio y oblig::teión mutuos~ntre,el hombre y el dios:

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'"•Si 3C,150 quemo los ricos COSI:1JOS qe leras y cabr:lS en tlJ hOllor, escucha mi plq;~rí,1.

Doncelb '(:Xtene:l), Telc-slrfijs ie dcdict) e51:J il11Jgen en la acrópolis.Oja!.í disfrt!t·cs con clln, y le -permiras dt:dicarte otr3 [prcservanJo su vida}' su fl(luezal.Prolebe nuestr;1 ciudaJ. Cre9 que lo que digo es nucslro ihlcr¿s común.Porque una ciuond Ooreciente honra a los Jioscs.Señora [Alcnca), t-.len:!ndro te JeJicó esta o(r~nJ;J en r,r~litud, en cumplillli.:nto de un\'010. ProtéSc!cl hí'ja de Ze\ls, en gratitud por éstos.

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De esta m:1ne~.1 los dioses eran introducídos en un con¡¡prerisible esquema clerelaciones sociales. Como r~za un viejo dicho, «los regulos convéncen a losdioses, los reg:dos reverencian n 10$ reyes»; hacer regalos era quizá el meca-nismo mc1s importante- de I¡¡s rel:lcioncs'soci.nles en la sociedad· homerica. Podríal"arecer que 'se deduce que los hombres más ricos podían asegurarse el m;¡yorfavor divi~Q, y que podrrnn librarse del castigo Jel crimen por medio deofrendas. Los ricos y los malvados ernn muy -libres de alimentar tales espe-ran.zas, Pero sus'súbditos y sus víctimnis podían tom¡írselo de una nuinera muydi,st,int~, Siempre existíari aquellos que imistían en que los dioses «rechazabanlos sacrificios'> de los qil"e "iolüDall St!S juramentos, y que las modesrns ofrellcbsi

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lro, servidb~dd dios';,es una buena c,.reacipn .eJe la imaginación delorci'~s de ,~nllo, descrito fr~(.'ucnlemente romo un .cob~.r_de lujurioso.

na cop.:nlUI"I humana de adoración.

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\nqu~J.:'¡derc)'slgnsino ~;'eJ hecho'una

s fl~ept~,b'lés que la.sJ1~9a.tolT)bes organizadas por elretín. lo ,~t:le podía de lo e¡ue _tehla. A un griego no leIQ.s ~~:pses'q_~je si f'iJefl1 un.,.poco más rk'o (ya que la10.5 diose-s) podría hacer ofrendas mayores. El verda-

OHL\)IUg~tQ _de «,do 'ut de,s» no 'er~ la esperanza de soborno,e ~ermi.tta qu€ e.l devóto" sintiera 'que había establecidoi: contidLra y bilatéral con el dios .

Rélig/ÓII

ores ectlnól1)i(os han d,~s<:ubtértÓ que el~!11'oclerno concepto de<.IlltÓl1.0111U Il~ e:~~,lp~¡_cablé~Ü las sQ~ledadb ~ntiguas en las que laÓl11i¿'l~es.tp.bí!JnfJ~en'c.jad~, pO:r íf!nufu.~table,s. cónstricciones socia-ripi{ ¡i¡,s'.condlei,ones de hrn_!1tigi.le~¡¡d- H'a!':¡'-¡:(eadoel concepto de

e~..- ,n?~l'¡:~ <,'in.te'gw.d~~.»: 't.',¡ctcslt'3~\o.'S'p';ta;,iQ'.'S". ?~·.~g8.-sJ..'t~lcc;i'ncepto simi~ar .?er tgtO lI1t~gmd~. Era un ?sunto ,:;:<;>cl)11,pr:acné<?, cotl,d,ano. Cada agrupaclOn" cial formal era tambié,n una. ágrupflCiól'l 'rehgios'á, 'desdc' la fTláspequeña hasta,1 n .yo~: una C:1sa er;¡ 'l~n grupo de personas que venerab(jn (en el caso ate-

"nieAse) al mism.o Zeus j-ogarcño, mientras 195 griegos como nGlc,ión,eran losque' honrab'an a los n'1ÍSIll()S dioscs en lQS ,s.:¡otuari'os panhelénkos y en le~,festi-vales. Pertenecer a lln ,grupo era «compartir el aguu lustral» (utildada para lapurificación ,11ntcs Jcl ~;n·ificio). Los santuarios p¡lnhelénkos erim, los lugaresde rcu'ni6il, en lns que lll!,l podía rn\,pnearse nnte una audiencia de toda GreciA.

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Quizá el o'ás importante erlas laderas de¡ monte parntls~en elginal al altar del odcul¡.\ de A 010 ya'se convirtió en la sede, '~e un ran fesOlirnpia, en el rerri:orj61~e Eli e en elhogar de 105 originales y.sjemp

Al estar l.i religión inr0~mda,de e~r~lson práqicamenre jnsep:lri'I.~ CI>. 1h Arenademocracia trajo consigo Ul1¡, trarlsfcrmacicultos que las familias arisroi' ,ídC:ls habíanel calendario público de 1:1 I;~ d:'\d; se. esrablibres de la influencia arisroce..:",~·cn; junto a

_..h;li.dos en el p~\rentesco, el grl! local delen J:¡ religión ígU:'d que lo eSlllbn 1ciendo en lanes en 13s que uno eorraba volunl¡¡r~mente (loslas escnelas filosóficas) estab:l!1 d.:cli¿\(hs no~especi:ll. Como los ~scl:\\;os, en contr.J$te, no

~Jgado sobre lit., majestuoso valle en, ,,;

ro de Grecia; bía su renombre ori-ionado por ornero, pero también

nL arlético. S rival en irnporrnncia,loponesc, e, ~agrado a' Zeus era eligiosos ju s, los olímpicos,riera, l.t ySloria social y religiosa

r ej~f'plo, el ,desarrollo de laorml.{ de la vida religiosa. Los

I '

tWlado fueron absorbidos por(!tron nuevos cultos públicos,.,agruptlmienros tradicionales,

o aldea ganó importancialítica. Inc1uso las asociacio- Ibs del oelíodo helenísrico" '

de Jioses e

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EL ORACL'lO DE DOIlON.I. Después dc OlimpiJ Dudona era el principal s~nlu:Hiu (1' i~ s, clond~¿I pronunciaba odclllos mcJiante los susurros de hs hujas de! SIlS robles sagrados, "del c!tumbarde sus calder~s de bronce. Estos necesitaban la interprélación de los sacerdotes. Un aeer<Jmietlromás directo suponía el escribir IJ pregunta Ul lIna tablilb de plomo, COmo la que se fi1 estra, yreci~ir la respllcsra en el dors() -:1 menl!.lo «sí» ,o "no" cxdusi'"Jmclltc, En este 'cjcn ",10 !Idsiglo Vl J.¡ escritllra es ;'ofJs:m!,b,·'/"" (<«Onl0 ci bu.;), aró.,), rccorri"ndo en Uneas .he 'l\clliv3s'oes-rfc b i:-q~lier(b y dt',dc:: b dc.tcl..h." 1 h:rnlon prc¿;ulIta ¡), (,1ué dios d~bc uiugirsc par.l l'(_~lS~~lIirl" •• , .....

~-\

[ La religIón griega

grupo, no habla unu ¡eligión esclava distintiva. Al ser así, la vida religiosaéstos consistía en la humilde participación de los cultos de la casa de sus ar¡y en unos pocos ksti\:,~lcs públicos que derivaban del cuico doméstico.

. Las metas de la _rc!igión eran prácticas y mundanas. Por supuesto, l

flln~ión- irnporranre era guiar al .individuo con ritos apropiados de trñnsi«través de los grandes pasos de] nacimiento, la pubertad, el matrimonio ymuerte, Muchos festivales públicos en toda Grecia tenían que ver conpreparación de los muchachos como guerreros, }' las muchachas corno madrOtra clase numerosa, qllt.: incluía la mayoría de .los muchos festivales de 1mérer, diosa de los cereales y Dioniso días del vino, estaban rel-acionados elos aconrecimientos del año agrícola. Otros celebraban el orden político; ~por ejemplo, las Panalcnens (el festival de «todú5 los arenienses») y la Sine(el feslivnl cid sinecisITIo, unificación política de una ciudad) en Atenas, 1nctiviJades religro~~s como In nnvegnción y 1:1 guerra requerían una protecciespeci,ll de los dioses; h,l'bía conjuntos Je ritos asociados con ,ellas, e ínclLe'11 el período hislórico se p'ens;lba que los' dioses o los héroes habíal1 inrervenip:HU salvar un b:HCO o apoyar a un ejértirQ muy pr'es'iopaclo. Los arteS3nrecurrían a sus' p,lrfonos divinos, y em un acomecimíenro común en la visocial, judici,11 e incluso comercial empInar n los dioses, por medio de ricua!de sacrificios, a ser testigos de un juramenlO. Había sobre roda ~os bienpr;íCl icos que lodos los griegos anhelaban de los dioses, eJ__consejo: proféliy la curación, Ll prufecí:1 se obtenía de 105 oráculos, como el de Apolo f

nelfo~, de consultar ü los especialisras en odculós con sus libros de profecío de 105 adivinos que extr,lÍ:Jn presagios de las entrañas de los animales saclíic,ldos y del vuelo d,: los p,íjaros. Tenía; como vimos m~s' arriba, un papimport,\nlc incluso en la vida públic<l. En cuamo al tipo de pregunta gu~ l

particular podía h~)ccr tenemos buenos datos del oráculo de Zeus en Dodonpuesto que perviven {llgunas de las tablillas de plomo Lon preguntas:

f

I Itr;¡'rlt;(lls prt'guOt:l ~I dios sí tenJsá descl!ndwcia de la mujer 'i':C liene ahora,Lis3ni;Js pregunla ¡¡ ZCl1:' Na105 y Dione (cr1nyuge de Zeus t'" r\¡dona] si la criatura,la qu<.: AniL¡ (:S!l preiíaul es de él [a menudo er3 la oscurid~¡}. ! presente más que h diUluro 1~ que se pedía .,1dios CJueiluminara).ClcOlus pregunta si sérí,¡ btndicioso y wncajoso que él criara eh . "

2'*

En cu'anto a la Cl!,-;¡ci¿lil,había dios.b " héroes ,dores por rod,l Greciy sus altares estab;1(1 ,IJU¡ I,.ldos, como lo" .1,. 105 ~ , católicos con las ofreldas de pncicntes élgr,lcJél:I.l0s (frecuentemente 1 ntaciones en arcilla d,órg"no afectad .•) L' técnica más común de 1 :,)n era la incubación: e

paciente pasab .. :¡¡\a nrxhe en el templo, y el di,., .: le aparecía en sueños parllevar a cnbo' 1111.1 CUf;1mibgro',I, al menos p.le . prescribir Iln' tratamientcEl que rnjs éxito [éní:! de esws cultos era el de: ,\;;c1epio en 1 ,,¡.hu·ro del qupersiste un,1 inscrip,:ión que registra CUfas milagrosas. Un ejemplar típíc.cuenra'

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Un hombre vino al dios como suplicante, y era tan ciego de un ojo q1-1esólo le quedabanlos párpados y no había nada entre ellos, sino que estaba totalmente vacío. Algunas de laspersonas en el templo se burlaron de su locura al pensar qué podía ver cuando no tenía.rastro de un ojo sino sólo su Jugar. Fue a dormir :11 templo y se le apareció una visión. Lepareció que el dios hervía una pócima, le sepa-raba los párpados- y se la echaba dentro.Cuando llegó el día se marchó, pudiendo ver con ambos ojos.

d.

Todo esto era religión práctica. Hay 'pocas expresiones de religión no prác-tica, de preocupación por un mundo distinto de éste. Tras la muerte, segúnHomero, una especie de fantasma del muerto se desvanece hacia el mundoinferior, para llevar allí una existencia sin alegría, ni acontecimientos, ni signi-ficado. (La bienaventuranza y el castigo estaban reservados a unos pocos héroessele'ctos,) Por tanto, nada de valor pervivía más allá de la pira funeraria. Enlos tiempos clásicos era normal h:lce¡;,ofrendas de comida y bebida a los muer-tos (en Atenas incluso esto era una condición de la herencia; cuando una heren·cia estaba en litigio tenían lugar indecorosas rivalidades durante el luto), perono había ninguna teoría clara sobre el más allá y no había esperanzas susta~l-ciales basadas en ellas. EncontrQf:ns a menudo en los oradores ateniensesla prudente fórmula: «los muertos, si tienen alguna percepción, pensarán ... ».Habírt histOrias en circulación sobre castigo y recompensa en el Hades, pero.sólo se creían a medias. ,En conjunto el tema estab'l abierto, COmo muestran'las observaciones de Sócr-;ces-~n-Ia 'Ap;l~gí~-de'plátón (:n). Hrtbía preten·siones más firmes en conexión CO!I ciertos «misterios» o ritos secretos, a losque se entraba por «iniciación') (n.o una prueba, sino un rítu:d espectaculnry emocion;nte que dumba varios días). Los misterios más importantes eranlos de Deméter y Perséfone en Eleusis cerca de Atenas, que prometían unasuerte mejor en el más illlá (q~lizá fiestas eterncrs), mientras que p:lra los 110

¡tiieíádos «todo seria mnlo a)[1» (hacia ,el siglo v se hdb{an diseñado tormentosespecíficos par.a ellos). El culto de Eleusis tenía fama en todo el mundo griegoy se h:061a de él con re\'ert:'nci~l, teñida de respeto moral, que muestra que Ininiciación de alguna manera era mucho más que una técnica para conseguirt:.jnta felíciód COIllO se puclier¡1 tener en el más :lllá. Pero los griegos no per-mití.m que tal experiencia les inspirar:l más que, como mucho, «buenas espe·.r:lnzas». Incluso :lunque muchos atenienses habían sido iniciados, la actitudnormnl. hacia el más allá en Arcna5 seguía siendo, como hemos visto, de incer·tidl!mbre.

El culto de Elcusis se incorporlÍ a la religión pública del estndo ateniense.Otros movimientos religiosos m:lS radicales de la edad arcaica desafiaron laintegración. A finales del siglo VI Pitágoras enseñaba que bs a!l1l~lS emigrabantras la mLJerte a otros cuerpos, tanto humanos como animales. El comer carneera pqr ello unn abominación, 'un:t forma de canibalismo. Como vegetarianos,sus seguidores fueron excluidos de las princi pa1es ins t ituciones de, b vida soci~l;vivÍ:1n en comunid,ides cerr:tdas propi:ls, sujetos a estrictas reglas de conducta.Prob:lblemente por. la misma época eri1pezaron n componerse poemrlS queIlev:lban Id nombre de Orfco, el (¡lntor mítico. (cOrEeo») enserí:lba C]uc el hom·

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CUR.\CfON DIVINA. Relieve dedicado haci3 370 a. C. por Esquino al héroe sanador Amfiarao_ Elrcli..:\'c llené forllla. d~ lIn~ C~S3, con los ojos que lo ven lodo del dios apareciendo en el lt:jado.t\ la derecha, el "cnferlllo dt:~rIllC en el san-tuario y (S visitado por la setpiente divina que laroesu hllmhr.:l hCrt¡r",. " b 'myuicrtb. el dios opáa en r>érsona. El hecho de domür en el santuario(inClinaCIón) I'l'il\'oc;\ha F,,,:,,l\"¡':I~all1cnrc sueños qlle gur311tiz3ba'n la curación, y ¿SlOS, con algunaaSIstencia pd"'IC1, podi.U1 '\'nsq¡ulr en algunas ocasiLlnc::s curas reales.

1m; cr:l un ser clIll'ab:c y poluto. La r<1Z~\humana como conjunto·.descendía de<<:1I1Iq1¡1~~\JOSlJ1jllSlllS'>.los Titanes malvados que dcsmeinbraron y se comíeronal iO\'~1l dios Dwniso 11ar:1 el or[ismo, como p:il-U el pitagorismo, comer carnet'1':1 Ul1:1 corrupción ,~,bslguiente repetida día a día. El alma requería «puri-fica(.'i6n» dt: éstaS illL.:cciones, o pagaría la penaliz<'cÍón en la siguiente encar-11:I<;iún o en la siguiente vida. En estos Jos monumentos interconectados (bienilustr:ldos para nOSOlrOS por el poem:J Pllrificaciones ,de Empédocles) enconolramos una serit: de f_"lómenos ¡Hípicos de la religión griega: ascetismo, pre-'ocupación por el rn:í~ nll:í, rechazo de la ~ocíed;¡d profana, concepción de unaespecial {afma de \'id~1 rdigiosa, doctrinas sobre culpa y redención., Her6dotocreía CJue Pitá.goras habh1 importado sus doctrinas de Egipto, \1 no se puede:-xc~u~r In .influcJ1cin -ext~ri()r; 0(:0 bctor. importante .:ra sin duda el creciente \1n<1t\'IJuallslllo de b ~(Icled¡\d grrega arCllca, que relajO los lazos de p:uentesco /rr:lilir;nn:l)e, \' f()r1L';1I() la húsqued:1 de h s¡lIv,lción indí ...idual. P:1rcce que

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xoccrt r'arxer

alguna de estas ideas afectaron al culto de Elcusis, y. hubo una importanteinfluencia pitagórica sobre PI:1tÓll. Pero fue en los aledaños del mundo griego,especialmente en Italia y Sicilin, donde dichos movimientos tuvieron más adep-tos y siguieron siendo fenómenos marginales, .

I Un acercamiento anormal, no a b vida próxima sino a ésta, era el queofrecían e~eciaTñl-eñtcñlls -n1L1j~r(,5, cierras formas del culto de 'Pi0I11so:(m.1g,nílicamente representadas en las Iiacantes de Eurípides). En el mito y en Inlite rurura se representa a Dioniso como un intruso, un extranjero de Lidia,y.105 estudiosos suelen creer que ~Il culto se había incroducido en Grecia enalguna fecha dentro de la memoria popular. El desciframiento de las tablillasdel lineal B mostró que se le conocía ya casi seguro en los tiempos micénicos,y' hor parece que el mito de la .llegado de Dioniso no es el recuerdo de unhecho hisrórico.j sino una forma de decir algo acerca de su naturaleza. Dioniso

\

Baca tenía que ser un intruso porque la irresponsabilidad arrebatada que brin-daba a las mujeres fue única 'en la religión griega, Todos los festivales paramujeres eran un alivio del confinamiento doméstico, y la nrayoría de ellosacarreaban una especie de repudio temporal de' la autoridad del macho (laInnrasia de Arisrófanes M lijen' r en las Tesmo'[oríhs t iene una base re:11); perosu cDntenido em nustero, y de nlguna nuncrn es[.lban relacionados con la fun,ción propia de b n~lljer de ser u~ ser férril (lo cual bs permitía aumentar bfercilidod, de bs cosechas, por simpatíni, Por ePcontrario, hs seguidoras deDioniso Baca parflban sus telares y abandonaban a sus hijos para seguir alapuesto dios a los monres.· Allí, como «ménades» bailaban, alborot:lban eincluso (se dice) d.espedaznbnn anim:lles y se los comían crudos. Incluso enJos esrados griegos en que no se practioba esta huida a Jos mOntes, reníaluga.r alguna forma de d:lnza arre,bataJa de las mujeres en honor de DionisoBaca, Pero si esto era unn liber:1ción s6!0 tenía cílr,íerer (emporal, y de hechode gran manera aumentab:ln la dependencia, puesto que confirmaba la creen-cia de que h mujer era un ser voluble e irracion;ll que necesitaba UIl contrulajustado. De est~ forma se podí;¡ comp~ginar el mennclismo co_n 'la religiónpública, El éxrasis báquico m:1c1101por Otril parte, p:uete h:\ber estado con-fih¡:¡do di.lfanl~ largo tiempo ~1asociaciones privaJas de m:1la reputnci6n. (Ensu momento, su espncio fue OCUpJJü por el orfismo, Otro movimiento marginal,que le dio un nuevQ significado escatológico.) .-

Es difícil rcsl)mi[ l;¡s ac¡itlldcs gri("r.¡l~ hacia sus dioses, Una gran partedepende del tipo ele prueba glle St! esc .. ¡.1 Los altos géneros literarios tiendeoa ofrecer un pumo de vist;] pesimista, [1. menudo subrayan el abi~111()infran,queable entre los dioses s:lgrJdos y el hombre mezquino, condena,:. i mise-rable, La preocupación de los dioses por los mortales, criaturas de un día; esneces:¡ri,lmente 'limiud~l, y rigen el universo p:1r:l SlI ¡;onvcniencia, no p:lr:l Innuestra. Los sufrimientOs les llegan incluso a los hombres más fuertes, sabiosy piadosos; :lpenas se sabe por qué, pero (,nada de esto es njen.o a Zeus». Losroelas que es.:-ribí.m este lipo de C,,')5::5 no est¡¡onn Ir:ll!'lOdo de embaucar a losdios:,s. sino de descrihir lo qll'~, h:V:llkl .11 límite, es In \'id:l de .105 hUn1:1nos,

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La religión griega jL

Los dioses pueden np:\r(:l:er C0l110seres desconsolados porque la vida en sí mi!ma es brutal, y para 10$ .gricgos no habla otro poder' que el de los dioses, rotro m.11 ni que atac,lr PO'[ la iniquidad de las cosas. Pero como no rodo 'emundo se preocupaba por ver las peores posibilidades de la ~ida tan de cerosiempre quedaba sitio pura una visión más optimista. De acuerdo con Zeuen la Odl'ici1, los hombres son responsables de sus propias desgracias; no sólles dioses no les aracau, sino qu~ les salvan de sí mismos en la medida en qupueden. Esta cómoda doctrina fue recogida por el ateniense poeta y políricSalón}' se convirtió en la nota clave de la religión cfvica ateniense, Oyera 1que oyera en el teatro trágico, el ateniense. no dudaba en la vida cotidiana qulos dioses estaban de su l~do en general. Hacia. su propia Atenea, los atenierses sentían a menudo claramente un afecto genuinamente cálido, Los poetaCÓmicos podlan incluso burlarse humorísticamente de ciertos dioses. ¿Cómpodía lino evitar divertirse con Herrnes, en el mito un alegre sinvergüenzladrón, en imagen poco más que un falo erecto enorme? No había nada de ir nligioso en esa, risa, expresión de una piedad relajada y sin amenazas, Comhemos visto, el nrnbienre del culro era festivo, y las dedicatorias expresan grltiltld y fe: una del siglo VII, por ejemplo, del distrilO de Hera, Samas, fucolocad~l «c:.n agraJccill1i~l1[o por una gran bondac!». El esplendor divino, quse realzaba en lil aira li(fra(ura para poner en contrnsre la oscuridad hum:¡n;(;ll1lbi¿n padb admjr<lf,e en sí mismo, En el arte y la poesía esd claro' (e

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o.,~:v. ~ 0\010115<>, en u!la cnp3 3!cni~nse del plnlOr Macron J~ ca. 400' 3. C. El dios. es adora.(omo lIn~ cnlllfllna ve:,tid,l. enn un caneza esculpida en la p.H!C superior adornada con p3rrascx¡roñ,)$ ¡;Ivh.)s. Las nll'j.- ..,·s CjCt:1!I"n la danza esl:Ític3 de bs ménades -una a la izquieroa p<(ondo el "rso, V:lr.l de: 1I111·.j.), cnn hojas d~ hicdr;¡ cnvudr35 3lr~dcJor de: ~Ifl extremo.

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l';': ,IIERMES DE SIr:NOS, de finales dd siglo VI a. C.Los hcrmes er~n pibrcs de piedra corónnuos por laC3beZ3 del dios Hcrmes y gencralmcnlc con un faloerecco esculpido en el frentc. Del, bloql¡e de loshombres podí:ln colgar guirnaldas o vestiduras. ESla·ban colC'CJdos en los caminQs, en las esquinas de 13scalles y en otra; lugares públicos importantes parar':<:2bar la adoración y ofrecer su protección a losviajeros, Es!e tipo de monumento fue usado mástarde para O!r;IS di\'inidaucs (lleracles, Dit'niso, Pan)y en 13 ¿poca romana para bustos el.: retratos.

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especial en los Hil/ll/or homé,.ico.~) que los griegos se regocijaban con la graci:1)' esplendor de los inmortales. Eran fi,guras maravillosas; sus hnznñas y amo,res les parecínn tan fascin3ntes como las de las estrellas de cine actual~s. Laliteratura trágica no 'e'ra, por tanto, la simple expresión c1(t'una visión trágicadel.mundo comp:lftida de forma general. (Y hay, desde luego, mucha variedaden las actitudes incluso el.1el sel)') de ]u Ir~geJia.) Por el contrario, a menudoaumentaba su efecto poniendo a prueba creencias populares optimistas, comóla de la justicia de los dioses, en los casos extremos. El coro del Hipótito deEurípides. comenta, cuando se enfrenta con la caída del m:ís virtuoso de los

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hombres: «El interés de los hombres en "pensar en los dioses'; es un granalivio para mí oel Jolúr. Muy dentro dé mí tengo la esperanza de entenderlo;pero cuando _tl'liro a mi alrededor lo que los hombres hacen y cómose lo pasanno puedo en tende .. »

Las religiones tradicionales, locales y ¡nito lógicas ,cómo la griega están pen-sacias para durar poco tiempo. Las religiones internacionales proselitistas basa-das en libros; y'poctrinas las barren. Sin embargo, la religión griega duró másde mil años, ypudo ser así precisamente ª ~a~~a_c!~_~_fal.t? de precisióndoc-trinal. La critica empezó en el siglo VI con jenófanes, que dijo que «HorneroyHes'íodo achacaron n los dioses todo lo que entre los hombres es una ver-güenza y tina desgracia: robo, adulterio, engañar a los demás». Pero era fáciloponerse a la obje'"ción reescribiendo mitos embarazosos (como hizo Píndaroen la Olímpica 1), interpretándolos alegóricamente o simplemente negándosea creer en ellos (como Platón). jcnófanes siguió criticando las concepcionesantropomórficas de ,In deidad: los etiopes representaban' a sus dioses negros ycon nariz fuerte como eran ellos mismos, y si las vacas tuvieran manos repre-sentarían a los dioses como vacas. Declaró que el dios era en realidad unamente simple 'sin cuerpo. Otros filósofos presccráticos ya habían desterradopor deducción a los dioses antropomorfos -para ellos lo divino era cierta fuer-UI primera o principio del mundo-- y estaban 'dispuestos a explicar todos losfenómenos observables en términos de leyes naturales: así se le robó el rayoa Zeus. A partir de entonces no parece gue ningún filósofo haya creído en larealidad literal de.sleid,tdes como las de Homero, de forma humana y conductaerrática. Sin .ernbargo, no hay pruebas de que, cuando ernpez sron a destacarestas ideas, causaran escándalo. Pero a finales del siglo v hubo una especiede crisis religiosa en i\tenns. ,El sofista Protágoras anunció: «Sobre los diosesno puedo afirl]ar si existen 0 no»; otros sofistas especularon sobre por guélos hQll1bres habían lkg:tdo a creer en la deidad, y es posible que Anaxágoras,el dirigente científico de la época, fuera ateo. Los hombres empezaron a darsecucnta de la$. ill1plic<1ci("i~s inorales de las explicadones físicas de los cien'ríficossobre el mundo, que chnb::tll a los dioses sin poder para intervenir en defensade sus rit~)S. F.n .las Nllber de Aristófanes queda claro gue se vera a la religióntr;ldjcion~1 amcna:l~lda, y' junto a elb, fundamentalmente, I~ moralidad socialtradicional. Las fucntes posteriores hablan de una persecución de intelectualesen esta ¿poca; Los dctcl\,:s son incLertO$, pero es sintomático que uno de loscargos de que se ::tcus6 a SúClates fue «no reconocer a los dioses que la ciudadreconoce» .

Pero -no sabemos muy bien cómo-- la crisis flle superada. El ateísmoexplícito siguió siendo algo virtualmente desconocido. S~ dejó de considerarla investigación científica como amenazante: incluso si Zeus no Ijflzaba losrit}'os con su Inopia n1.1I10, ¿ 110 podía estar acaso trabajando con los meca-nismos postubdos por lrJS físicos? Los filósofos no podían acept¡¡r a los olím-picos orgiás~icQs de h mitología, puesto que ahor::t era axibmático que todorijos h:1hí¡! de ser s.t1Jicl:!ría y bondad en su totalidad, pero no tenían ningún

30

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J08 Robert Parker, • .deseo (y el. que menos el influyente y conservador Platón) de renunciar a lodivino. Por raruo, el compromiso era posible: Uno podía rilo creer exactamenteen .los dioses tradicionales tal y como estaban descritos. y rerraradcs, pero sí! en lo divino y en la piedad, y no había razón p¡WI no rendir homenaje al prin-cipio divino a trnvés de [as formas del CU}¡() snnrificuclas por la rr adición.Incluso muchos filósofos llegaron a acuerdos con una .creencia tradicional tanproblemática como la adivinación.

La institución del culto al 'sobernno h3 sido considerada a- menudo cornosínroma de una religión en decadencia. Primero se -rihdió, que sepamos, algeneral espartano Lisandro por los samios, ::¡ fine-s del siglo v, y más tarde aAlejandro y muchos reyes helenísticos. Desde tUl"¡' , se tr:lI::¡ba de un cambiot2dical, pero la verdadera condición previ'l p:ml ello no era una pérdida def~, sjno de libertad polí(iq. EI\ vna democr.Jciq ::¡utórÍoma o incluso en unaQligarguÍa no h'lbía. espacio p:Wl hombres-dioses. Los reyes divinos 110 suplan-, . 111 a los viejos dio~es, sino que ocupaban un lug3f juoro a ellos; tenían¡.'v,;ü en común con, digarno¡s, Asclepio, pero eran tan disLÍnros de Zeus elRe)' o Zeus el Salvador. los dioses seguÍ<ln vivos: La r~ligi6n tradicional :.1Únpudo eo d siglo TI a. C. ganar la devoción más enfervorecida de un hombreta.n culto como Plllt;¡rco. Tod3VÍ:l esa b viejn religió'!! cuanJo flle venciJa porfin por el cristianismo.

BIBL¡OGRAfIA

-:\fartlln~d~men,te el co,nj.unto del lem::l ha sido tr ll~JO rtci~n(emente en una obra ll1~cstr:lde: \'1\'3$ em::ñ:lnz:!s \XI l3urkert C(!r!(bISfhe RdiglOl1 ¡fL'r ¡/¡'ch'Jlfcbé,/ /llId t~:,!sllJcb<'l1Epocl)( (S:,!ugm, 1977; trao. al ,'nglú, ox,fúrd, 198'5). Est;! és COIl ml,cho d mejur puntOde psrridJ para casi todos los ~spec!O:; tl'plic.IJüs nqllí 11!1' <un <:Stlllt~o l)l:b COrtO, c:1 d,c\XI. K. C. Guthrie; Th~ Crceks ami Ibe" GiJds (LdhJ.[(;> 1',)Uh ha\' una inclOdu(clón con.'cis3 ~ 35pe-ciOS p:lrciale.s en 1\1. P. Nilssorl. Crec'k Popul.J/ RdiglOJI (Columbi'l, 19·-11);pllbli-odo en rús!irJ como Creek Fo!!.: Re!:I./OIl); H. \'í/. P-ar<:, l.rct'k OrcJc!~ÍJ (LonJ,,,,;, 1967)

Ji! :'os d,,, fuentes: J. Ferg\-,son, G.-et'k ülJ" ROl/lcJlJRd!giol/: a SOl/ree Tlook (l\!el\' Jer·sey, 1')50). cQr.IÍ<.:ne :.lIgo (;<: mJleriJI cl.ísíco. pao rTlezcbdo con. 11111Ch;), JT,:ís cosas;F. C. Gr3nl (ed.), Hel!emst/c Rdig!o!/J (lndian:ípólis, 1.;'») es excdet'íte para dalos sobreel pQslcb!\:"ismo. Ha)' una ¡r.Hh!cc,tin l:n prosa de cl\)'. :.,.p0.rlanlCS to'XtoS, la Teogol!í,1 (1..:

~c y Jos Jfi!JII:os hom¿ri:'OS, en H. G. Evclyn.\ '.¡te, H,'siod"Jlbe HOJ!/c'flc Hy!miSCI;d Ho!.':,·ri'.1, L0"b CLlss!ct! Libr:lr)' (1 br\,;ild, 191 , , ..ehas reedíclOlles).

AlgunJs UbLlS cspeci:!lrncIlI(: pro,-""L:ltiV:1S c;] CU.l'n .·c·rcami<:nl0 o 1"rspcctivJ son\\" .. Durkcrt, S:""':"r" all,l ;i:s:"ry ::: Cre,·.I: My/bo!t .. :..;/lB"rk<:k)', 1979), sobréb psicodin3mio del riiO, busonoo pnraklos con rilO, .¡eS; E. R. Dodds, Tbe Grecl..·'a!ld Ibe l"elio1/lI! (Berkdey 1951) tr:l.I:J de m3S all, .m.lS· un cl.ísico; P. fricJrí,'!The Mea'!wg' (11 /lpIJrodile '(Chic~~o, 1973); ]. Gri¡; :¡OJl/C; 0/1 Lil,' uf;d De/JI/:> ((,fo\(1. 19301, C:'fiítulos 1, 5 }' 6; 1i. 1.I.)yd·Joncs. TI· ~JCC' 01 lc'lIs (l1crkdcy, 2: ,193~); \V/. F. Ot(O, Tbe ¡'¡otJJCrlC Gods, trad. por;, : LiJas (Londn:s, 1955), U(13 :.:

mación porcme Je b vcrd.ld y el v:llor de b reli¡;, . "ieg3; )' un~ col<:cc¡'\1l (ed i'--:fR. L. Gonbn), J,[y/h, R,·I:¡;IO'; tI::,1 S:J(I~'I)'; 'sIr:. ... :!iJ! EJs:.')'S (Clfnbriclg<:, 19S1} j'

orr~s C'brns de la mism:, escut'h de lo, C¡1I~ p[(lp()n:i"n~l1los rcbción. E. f{nhJc:,'" PSl'ch,>,',,t'-' I .....,~ '\" n 11'1'" l' 1 ,., ..... :'\ t 1 1 I •• ,':. I T'\: . . 1.

I..~ religión gric:g¡¡

muy pasado en Cuanto a 11 ceoría, pero aún no superado en enseñanzas y fuerza. Dos librosrecten tes valiosos por SIlS descripciones plenas y despiertas son J. D. Mikalson, AtbenianPopular Religtou (Nonh Carolina, 1983). más bien sobre actitudes, no sobre acres, y.W. K. Prirchcrr, Tbe G((e~ St ate al \\i'ar, par!~ IlI, Religion (Berkeley,. 1979). La mejó~introducción a 13 actitud hucin la adivinación es A. D. Nock, «Rcligious Auirudes ofJ\ntici1t' Grccl.s-. en sus EISII)'S 01/ Religion and tbe Ancien¡ \f/or/d, ed. Por Z. Srewart(Oxford, 1972). Sobre ciencia y religión hay un brillante estudio de G. E. R. Lloyd, ;\lagrcRcason nnd Ex pertcnce (Cr inbridgc, 1979). B. F. Meyer y E. P. Sandres (eds.) [eunsb andCh,.isII.//1 Sel/.Diljillllloll r'i. Sd/ Deíinition in tbe Greco-Reman \'(Iorld (Londres, 1982)contiene estudios expertos sobre el rnovirnieruo órfico/pitagórico y sobre el culto dioni-sínco.

Sobre rc:rna~ panicul:Hcs tencmos:

J. Un:mmcr, Tbe Earl)' Creek COllcepl o/ /he So lit (Princcton, 198.3).W. Durk<:f[, Homq Nectll/s, tr;¡d. por P. Bing (Berkeley, 1983), sobre el sacrificio.E. R. Dodds, cel. Je Eurípi('CS, D"c,mles (Oxford, 1960!) (sobre Dioniso).E. J. y L. EJclst<.:in, IIJelcpu/_< (l1~ltil11ore, 19.J)).L. R. F.lrnell, T/;e Crdls "l/he Crcc'k S/¡J/es, 5 vols. (Oxford, 1896·1909)}' Creek Huc

Ca/is IlIld Ide,;/s o/ j"¡N!orIAi!)' (O~ford, 1921) son lodavía obras de consult:l útilesA.·J. Fcslugiere, Pasol!.:1 Religroll ¡JI/JOlIg Ihe CTeeks (13erkeley, 195.J).\,\1 K. C. Guthrie, OrplJe!/l a/l(l Creek Relig/oll (Londres, 1935).D. C. Kllnz)' J Hbardl11:ltl, Gruk DI/Tinl ClIslol1/I (Londres, 1971).1. 1\1. LmCorth, Th,' ATIS o/ OTpbel/s (Berkeley, 1941).G. E. l\lylonas, Elel/JIS alf,l/he! E!ellsiniall Myslaies (Princeton, 1961),1\1. p, l\:ilsson, 1'bo' ¡\[/lJo.;n·¡\()'cerlae,m Religioll (Lund, .l95P) es comprensiva, pero ante:

nllr ,,1 JI!:iciframien!o de la tablilla lincal B.--, Culls, :,f)'tbs, Out!,'s und Polilres 11/ Al/cien' Cruce (Lund, 1951).1-1. \\:/. Pilrke y D E. \X' \~!ormcll, The D.:lphrc Orade (Oxford, 19562).

H. \1./. P:lrkc, F"}<'mlis 0.' !be lllbelliullJ (LonchaS, 1977).Rnberr P:lrk<:r, :U/,IS'!:.!· /'0/11111011 i1l1d PI/ri/ica/ion in Eurl)' Creek ReliglOn (OxCord, 1983H. S. Versnd (:.:d.), ¡:,il:,\ F-/ope ud WOTship. AJpeCIS 01 Relig/ol/s Mell/tllily il1 Ih

111/(1c!1I/ Ir' Of/,! (l.m!..:n, 1981) inclúye tStudi-os sO.bre oracionc~ y ofrendas votivos.G. ZUt1U, Pcrsep/.'ul/c (1):;[ord, 1971) sobre las creencias escatOlógicas en la Italia grieg

\' CIl Sicilí:1.Le S.iui!i,·c tI:!l!! {'I/I/:/q',i/~. ,[/ltre!w/J SIIr /'anliq/lilé c7aHltJ;· . ._XVII.' fondation Hare

('Ginebm, 1\)81); \'an'Js estudios ~sdn éO ingl¿s.

[" <'S¡·,u:ol.

J. G~rcía LÓI"':"LI r,·I.;... · ~:",'g¡/, l\hJrid, ISlmo, 1975, 375 i :E. R. Do"d", Lvs J:I/C. 'lo /ru(/lil/,¡[, f\ladfl(J, I\'lian"l, 191),' .:lO pp.E I .¡·,le, P"-{'ft.'. I.'! .. ".1 ¡!,' (as ,¡[II/,H )' la crc:encia en la ,1rlll!iJad el/fre los grJezo

: '1_,dolÍ:l, Llbor, 1', ·l. 2 "015. Obro c1hica.\\'. U¡to, Lor .IIOS,'S el!' l. ,-,·cu, Buenos ¡".Ircs, EUDEBA, 1'). ;) pp ..!'-1. Eliade, /']rrlorw ti,· 1.;' ",'C>I/CUI! y dI! /u! /dltc1S relig/ol ,•. la Prehistori¡] a los mi

lenor de Efclts:r .. \1:1";',,1, L:ris(inndad, 1980, 190 pp.r,\. P. ~ilss(\n, }/l\;(J"I.i I!~ la retigwJUlad griega, Madri lujOS', 1953, 2381pp.

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Page 31: filosofia modulo 1

JEAN - PIERRE VERNANTti

.1

,'LOS ORIGENES

. .

DEL· PENSAMIENTO. .

G.RIEGO

~

~EUDEBA

ED.ITORIAL UNIVERSITARIA nE BUENOS. AmES

t CAPíTULO nI

LA CItlSIS DE LA SOBERANfA

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32.

.L.a_~aída_del poderío mj_G.~!!.ko y la_.!!~p_a"i1s1ón de losdorios"' en el pdopoñeso, en Creta y 'hasta en Rodas,Inauguran una nueva edad de la o~ylljzación-.griega.'La n1etalUrgill-~derhierroSt.iC"ed.é-aía del bronce. LaincIneraclon tlelos·...,.cacláVeres re"rnpfazaen ampliamedida a la práctica de la inhumación. La cerámicas~ trunsforrna profundisimamente: abandona. fas- es-cenasdela vida animal y vegetal y adopta la deco_:-ración geométrica. División neta deJas partes- delav'as~ia,--l:éducción de las formas a modelos claros~ simples, obediencia a princípíoade aridez y de ri-gor que excluyen los elementos místicos de tradi-ción egea: tales son los rasgos del nuevo estilo geo-métrico. T. B~ L. Webster llega a hablar, incluso, aeste respecto, de una verdadera revolución: 1 en estearte dC.§P.Qj_lLqo,reducido a lo esencial, reconoce una-aclílud del espli-itll"'qüe,-:-eil"süopúúón, caracterizapor igual las demás innovaciones del mismo período:los hembras han tomado conciencia ya de un pasadoseparado del presente, diferente de él (la 'Edad delBronce, edad de los héroes, contrasta con los' tiemposnuevos, vaciados en hierro); el mundo de los muer-tos se ha alejado, se ha separado, del mundo de los._vivos (la cremación ha roto el nexo del cadáver conla ,lierr:a);, se in lerpone una distancia lníranqueable.§..ntre_l_0Jih0f1:lOre.~'"y'los -dioses~-(1a'~pérsóñaliaad'-aelRey divino-há -desáparecido F" Así, en muchos terre-

, '1'. B. J,. W¡¡:llSTl'i1I. From Mlloe)I~6 10 Homer, LoII"re~, lDGB.

29

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nos. una delimitación más rigurósa de los distintosplanos de 'lo real prepara la obra de Homero. de lapoesía épica que. en el seno mismo de la religión,tiende a descartar el misterio.En este capítulo quísléramos destacar sobre todo el

alcance de las transformaciones 'sociales que más di-rectamente han repercutido sobre los esquemas delpensamiento .. El .primer testimonio de tales trans-

-forltlaciónes es el de la lengua. De Micenas a Home-ro, el vocabulario de~fOs hfiilOs. de los grados, de lasfunciones civiles y militares, de la tenencia del sue-1.0, desaparece casi por 'entero. Los pocos términosque subsisten, como bcsiléus o ténienos, no conservanya. una vez destruido él antiguo sistema. exactamenteel mismo valor. ¿Quiere ello decir que no hay entre

""e['mundo micénico y el mundo homérico ninguna con-. tinuidad, ninguna comparación posible'? Así s-e ha.pretendido.? Sin -ernbargo, el cuadro de un pequeñoreino como tlaca. .con su oasilétts, su asamblea, susnobles turbulentos, .su demos silencioso en segundoplano, prolonga. y aclara. evidentemen te, ciertos as-pectos de la monarquía micénica. Cierto es que sonaspectos provinciales que quedan al margen del pa-

~Pero pr~cisament~ l~ desaparición. del á,nax pa-rece haber dejado subsistir en forma simultánea lasdos fuerzas sociales con las cuales había tenido quetransigir SU poder: de uíll\.. parte. las comunidadesaldeanas y, de la otra, una aristocr acia guerrera, cuyasfamilias más nobles conservan por Igual, como privi-legio del genos, ciertos monopolios religiosos. Entreesas fuerzas opuestas, que pone en libertad el hundi-miento del sistema palatino y que en ocasiones van aenfrentarse con violencia, la búsqueda de un equi-librio, de un acuerdo, hará nacer en un período de

--.-:;' turbulencias, la reflexión moral y las especulaciones. políticas que definirán una primera forma de "sabi-duría" humana. Esta sophía aparece desde el albo-

v- 'rear del siglo VII; va unida a una pléyade de persona-jes bastante extraños, a qüienes aUl'e ..::ü Ui~~ gloriacasi legendaria y que Grecia nO c,_:'<trt,;1 _€:lébrarcomo sus primeros, como sus \'d'dadero:; "Sabios".

I cr. fflpecl .. lmentc M. L F1NLE:Y. '·}f ..mcr ",,,1 l'rfy(~~n8.t:": 1'1'0.

lart)' and teTlUre", ('11 Hi,loria. 1(167, pp. 123·lú9.

30 ~

No,:tien'e~ p'or'olijelb el universo de la physis sino elmundo-lle~'lo§ Iióiribres: qué elementos lo componen,qué' fuerzas lo dividen: y lo enfrentan consigo mismo,-- __..córno nrmonizarlas, unificarlas. para que de su con-fllcto nazca el orden humano d'e la ciudad. Esta sa-biduría será el fruto de una larga historia, difícil yllena de altibajos. en Ja cual intervendrán factores.múltiples, pero 'que. desde sus comienzos, sé ha des-viado de la concepción micénica del Soberano paraorientarse por otro camino. Los problem&s del po-der. de sus fuerzas. de sus componentes¡ se han plan-teadodo pronto en términos nuevos.En efecto, no basta decir que a 1(1largo de ese perlo-

• do la monarquía se ve despojada en Grecia de susprivilegios y que, aun allí donde todavía subsiste. cedede hecho el puesto a un estado aristocrático; hay queagregar que esa basíleia no 'era ya la monarquía mi-cénica. El rey no solo ha cambiado de nombre; há--\cambiado también de naturaleza. Ni en Grecia nien Jonia, adonde ha ido a establecerse una nueva ola~de coJonos que huían de la invasión dórica, se encuen-tran hue.llas de un poderío real del tipo uucénico.Aun suponiendo que la Liga jónica del siglo VI pro-longara en la forma de un agrupamiento de ciuda-des-estados independientes, una organización más an-tigua en la cual 103 reyes locales recono9i¡;ran la' so-beranía de una dinastía que reinaba en Éfeso,.3 setrataría de una supremacía análoga a la que Agame-nón ejer-ce en la Il iada sobre reyes que son sus paresy cuya dependencia se limita al ámbilo de una cam-paña hecha en común bajo su dirección. Distinto es,evidentemente, el predominio que impune en todo mo-mento, sobre todas las personas, las aeUv.idades y lascosas. el ána.'t micénico por ínter. «dio del palacio.

En 10 que se refiere a-Atenas, 1',. t •.o punto de Gre-cia en que la continuidad COn la (··,.¡¡camicénica no seha roto bruscamente. el testin ... io di; Aristóteles.apoyade en la tradición de Ids ;, ,idógl'Hi'oS, nos pre-senta las etapas de lo que p".I, ¡ainos clenominar- elestr.l¡ido de la soberanía. i 1,n ;.1 esell' tU. al Indo del

'c' MIClfll'l. RAlíIl'LLAft/OU. La ",i".,.cion !.,,"Que en loni~. Ate-Ilil~, I·I:.~.

• ,'"H'.:ITÓHD..E;J . '17IIltiluci6" d<! A¡.""3, 111 'l-4; er. CtlblS'l'l!;u /,STAltll, "'I'he (jec¡' .• u( the earJy ¡rreeJ. Kfn¡;' ,." f/i."toTi". 10, ), .. 1.Pp. 1~U-lS8.

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JI.33

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Page 33: filosofia modulo 1

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I.,II!1jiq

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rey, del polemarca, como jefe, de los ejé'rcit¿~, separaya del soberano la función militar, La institución delarcontado, que Aristóteles sitúa en tiempo.B de loscodridas -es' decir, en el momento en que se em-batean para Jonia los aqueos de Filos y los del Pelopo-neso refugiados en el Atica-, marca una ruptura másdecisiva. Es la noción misma de arkhé -de mando-la que se separa de la basíleia) conquista su indepen-dencia y ·vll a definir el dominio de una realidad pro-piamente política. Elegidos al principio por diez años,después los arcontes' son renovados cada año, El sis-tema de la elección, aunque conserva o trasunta cier-tos rasgos de. procedimiento religioso, implica una con-cepción nueva del poder: la arkhé es delegada deaño en año, en virtud de una decisión humana, deuna elección, que supone enfrenlamiento y discusión.Esta delimitación más estricta del poder político; queadopta forma de magistratura, tiene una contrapar-

.._t~da:)la basHeia se ve relegada a u~ sector específi-I carriente religioso. El basitéus no es ya aquel perso-I na]e casi divino cuyo poder se manifestaba en iodos.JI los planos; su cargo se limita al ejercicio de ciertasfunciones sacerdotales.

.....·-La imagen del rey, dueño y señor de todo poder, seremplaza por la idea de funciones sociales especiali-zadas, diferehtes unas de otras y cuyo ajuste plan-tea difíciles 'problemas de equilibrio. Las leyendasreales de Alenas son significativas a este respecto.Ellas ilustran un tema muy diferente del que se en-cuentra en muchos de los mitos indoeuropeos de so-beranía." Para poner un ejemplo característico, las

. leyendas reales escitas, relatadas por Heródoto, mues-tran en el soberano un personaje que se sitúa 'fuera ypor encima de las distintas clases funcionales de quese compone la sociedad; puesto que las representatodas, puesto que todas ellas encuentran igualmenteen él el origen de las virtudes que las definen, él nopertenece ya a ninguna.f El reyes el único que po-

a Sobre lo~ problemns de In 80lrernnín en el Ilivd humano. sobre11\9 relnciones rIel rey con hu tlislinlns elMes y h\ Mnmblea delgrupo s¡x,ínl. lé9n.~e lAS obgervQeione~ dc GF.ORGI·:S DUM~;7.Jlo. "Re-H¡¡-ion inrJo-ellrop~enne. Examen tle (Jllelque~ cdtir1\leS réecnles". enllevull <le ¡'/lis/oire ncs relil1il)rt •• 162. 1957. 1'''. 8-~O.

$ HF.R{¡OOTO. 1V. o-c., er. E. IJF:NVF:NI'<;Tt. "'[rnllil i(lI'~ indo-irnnip.l1-)lea 8ur le~ clM.e" sociales", Jou,.,tnl (lsiatilluc, 230. 1(138. )lp. 62U-GHJ;

32

see simultitneamente las tres clases de objetos de oro-la copa d~' libaciones, el hacha de armas y el arado(reja y yugó)-, que simbolizan Ias tres' categoríassociales (sacerdote, guerreros, agricultores) en queestán distr lbuidos los escitas, Las actividades huma-nas que se contraponen en la sociedad se hallan in-tegradas y unidas en la persona del soberano. Las le-yendas de Ate'nas describen un proceso inverso: unacrisis de sucesión que; en lugar de arreglarse me-diante la victoria de' uno de los pretendientes sobrelos demás y la concentracíón de toda la arkhé en susmanos, lle\'a a una división de la soberanía, al apro-piarse cada uno de ellos exclusivamente de uno de losaspectos del peder, dejando los demás a sus hermanos.No se pone 'ya el acento en un personaje único quedómine la vida social sino en una multiplicidad defunciones que, contraponiéndose unas a otras, nece-sitan de una distribu,ción y una delimitación recí-procas .A la muerte de Pandión, sus dos hijos se reparten la

herencia' paterna. Erecteo recibe la basfleJa; Butes,esposo ele Ctonia, hija de su hermano, toma la hie-rosune: el sacerd·ocio. La basiteui de Erecteo radicaen el poderío bélico: 'Erecteo es un combatiente, elinventor del carro, muerto en plena batalla, Esta pri-mera división no 'basta para reglam.entar el problemad inástico. Erecleo deja, a su vez, tres hijos: Qué-crove, Meti6n y Pándoro. A partir de los dos mayo-res, fundad'ores' de estirpes rivales, el conflicto porel trono salla de generaci6n en generación hasta Egeo,sin interrumpir, por ]0 demás, Un circuito regular deintercambios' matrimoniales entre las dos ramas fa-milia'res. Según lo ha demostrado H. Jeahmaire, lalucha de los quecrópidas y los metlónidas e)(presa Iatensión, en el seno mismo de la basileia, de 'dos as-pectos opuestos.7 Si se sitúa este episodio en el con-

,..

G. DUMIi:Zllo. L'id401o(Jie Iriportie des ¡nd~-e1LTOl'Jc~. Br uaelas, 1958,11r>. 9-10; '''Le~ troi~ 'tré~or6 tI~ unc~trcB' qnns I'epopée Norte",Rr.vlIc de I'hiJ!toire do" rél'io'Ú>J18, 157. 1960. Pp. HI-154. Se enco.n-trRrn en la Jcyendn regia tle Orcomeno un tema nnnlogo; er. F. VIAN."La triade des rois d'Orchon'¡lne: Eleocl~9. Phlegyn9. MinYB~·'. enHnntl'1tO(Jo <l G. Duntézil. PP. 216-224. "

, R. JF;",¡<HIA IR":. "LIt nnfallancc d'AthenR et la rOYllut~ mngiQuetle Zeu ..... en Revllc arChf'oIÓpi(Jlte. 48, 1956( Pp. 12-40.

..3Lf 33

Page 34: filosofia modulo 1

,junto del relato sucesorio, se comprueba que la crisisdinástica descubre cuatro principies concurrentes en.Ia soberanía: un principio especiñcarnente religioso,''con Butes; un principio de fuerza guerrera, con Erec-tea, Ia línea de los quecrópidas, Egee (que dividiráa su vez la arkhé en cuatro, guardando para si todoel Kratos); un principio vinculado al suelo y a susvirtudes: Ctonia, Pándoro (a quien hay que relacio-nar con p'andora); un principio de poder mágico, per-sonificado por la diosa Metis, esposa de Zeus, y que"interesa más especialmente a las artes del fuego, pues-tas bajo la protección de Hefesto y de Atena, diosesde la metis, patronos de los artesanos. Se siente unotentado de relacionar estos cuatro principies con lascuatro tribus jónicas que pueden haber tenido -y losgriegos se lo atribuyeron .explicitamente-c- valor fun-cional. 8

Lo que el milo sugiere mediante el-relato de un con-.tlieto entre hermanos, la historia y la teor-ia pcllticalo expondrán, a su vez, en 'forma sistemática, presen--tando el cuerpo social como un compuesto integradopor elementos heterogéneos, de partes -mói-rai omére- separadas, de clases en funciones que se ex-cluyen recíprocamente, pero cuya mezcla y fusión, sinembargo, debe realizarse. 1)

Desaparecido el ánax, que, por la virtud de un po-.der más que humano, unificaba y ordenaba los dis-tintos elementos d'31 reino, surgen nuevos problemas:¿cómo puede nacer el orden del conflicto entre gru-pas rivales, del enfnentarniento de las prerrogativas-y de las funciones opuestas}; ¿cómo -puede una v idacomún apoyarse en elementos dispares?; o -paraadoptar la fórmula misma de los órficos---, ¿cómo, en

, Lu cuatro triLus jonias llevan laH denominaciones aílluientes:Hóplete-a, Aroade8, GeC¿o,nte8, Aioikvrtlis, QUt lI. JEANMAlltB interpre-ta, respectivamente, como 109 'artetlan08, los aB'ricultores, la clnst real(oon funcl6n rellgi08a) y los guerreros (Couroi el courete., Lila,11139). COlltra cl_ M, P. N1LSSON, Cult., ''''vthll, oracled und poCiticin llncie-nt Gruct, !.und. 1051, Ar'll, 1: "The Ionian PhyJae"; d_tamhién G_ DUldtzll., "MéllerB el cla~6e.! tonctlonnellcs chez díverHpeuples Indo_"uropé<!ns", en Anllole8_ Eco'nomieo, Súciétéa, civi/i.a-tioNl, 1958, pp_ 716·724.

, En llal'lIcular, AltlSTÓ'fELES, PoHtica, n, 1261 a_

34

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el plano social, pu'e'de surgir lo uno de lo múltiple y10 mú_ltiple de 10 uno? 10'

Poder de 'Conflicto-poder de unión, eris-phlfll: estasdos entid'ades divinas, opuestas y complementarias,señalan como Jos dos polos de la vida social en elmundo aristocrático que suceJe a las antiguas monar-quías, La exallación de los valores de lucha, de con-currencia, de rivalidad, se asocia al sentimiento ..depertenencia a, una sola y misma comunidad, a unaexigencia de unidad y de uniñcacíón sociales, El espí-ritu de agón, que anima a los genes nobiliarios, se ma-nifiesta en todos los terrenos, En la guerra, antes quenádá: la técnica del carro ha desaparecido, con todolo que ella implicaba de centralización política y ad-ministratIVa;' pero el caballo no, asegura menos a suposeedor una ,califit:;ación guerrera excepcipnal; loshippéis,'ios hippobotes, definen una aristocracia military terraniente a !él vez, ya que la im&gen del caballeroasocia el valor en el combate, el lustre del nacimrer--. ,

to, la riqueza en bienes raíces y la participación dederecho en la vida pol ítica. Después, en el plano reli-gioso: cada genos se afirma dueño de ciertos ritos,poseedor de lórmulas, de relatos secretos, de sím-bolos divinos especialmente eficaces, que l~ confie-ren poderes y títulos de mando, Todo el dominio del"prederecho", en fin, que gobierna las relaciones en-tre familias, constitUYe en sí una suerte de ayón, uncombate codificado y reglamentado, en el cual se en-frentan grupos, una prueba de fuerza entre gene,comparable a la que disputan los atletas en las ca-rrer as de los Juegos, y la política, a su vez, adoptatambién fo'rma de agón: una' justa oratoria, un com-bate de argumentos, cuyo teatro es el áf)iJ'rCl, plaza pú-

10 Y- EnRENOflRG comprueba Que hay, en el 11l'¡l.'Iea de la concep-ción griega de la Bocled&.d, una contradicción fUl""',,,entb,l: el Eatlldoe:t uno y homogén('{.; el Il'rupo humano eul:. .',,,ado de llart,esmúltiples y h_eleroll¡",.~~_ Esta contradicción ,. ,-ntiene imp)(c!la,no formula'l.a, porqh" k,~ lI-rie-l."Oli no dlsllnll'lll"" :~rami'nte nUncaentl'e estado y soc;cd .. ,¡, "",Ire plano pol!t!cu _, _"lnO Bocial. DeIIhl la dlticullad, por uO decir la con rUBión, ,,,: ,', istót.ele-s cuandotrllta tle la unidlld,y .te 1,. pluralld"d de la polid 1\_ EUIU:NU&l:RQ, Th"prt~k 6tatc, Ox/urd_ 11160, 1', 8!1)_ Vlvlúa ¡In l,l¡dtamente en 1..Ilráctlca social, est .. ¡"'ublemó.lIca de lo uno )' ,l~ lo múltiple, <luele m8,d:;·,,'tli IJrualm",',\,c en clert8f1 corrientes rCJI"I.o!I88, Be formularáen tod., " rJlfol' al ",vel .id pensamIento lllo",){;có_

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blica, .lugar de reuniones, antes de ser Ul;1 mercado. 11

Los que s€ enfrentan con palabras, los que' contr~po-nen discursos a discursos, forman en esta sociedad je-rarquizada un grupo de iguales, Como Hesíodo lohará notar, toda rivalidad', Lada eris, supone relacio-nes de igualdad: la concurrencia no puede darse ja-más si 110 es entre iguales, 12 Este espíritu igualitario,en el seno mismo de una concepción agonística de lavida social, es uno de los rasgos que caracterizan lamentalidad de la aristocracia guerrera de Grecia ycontrlbuye a dar a la noción del poder un nuevo con-tenido, La arkhé no podía ser ya la propiedad exclu-siva de 'In individuo cualquiera; el Estado es, preci-samente, el que se ha despojado de todo carácter pri-vado, particular; el que, escapando a la incumbenciade los gene, aparece ya entonces como asunto detodos. ,

Las expresiones que utiliza' el gr¡ego en este res-pecto son notables: dirá que ciertas dellberaciones,ciertas decisiones, deben ser planteadas es to koinón¡que los antiguos privilegios del rey, que la arkhémisma, han sido puestos es to meson, en el medio, enel centro, El recurso de una imagen espacial para ex-presar la conciencia que un grupo humano adquierede sí mismo, el sentimiento de su existencia como uni-dad política, no tiene simple valor comparativo. Re-fleja el advenimiento de un espacio social entera-mente nuevo, Efectivamente, las construcciones ur-banas no están agrupadas como antiguamente en de-'rredor de un palacio real, cercado de fortificaciones.La ciudad está ahora centrada en el ágora, espacioca rnún , sede de la hestía koiné, espacio público en elque se debaten los problemas de interés general. Es laciudad misma la 'que se rodea de murallas, para pro-teger y delimitar en su totalidad el grupo humanoque la' constituye. Allí donde se alzaba la ciudadelareal -residencia privada, privllegiada-, edifica ellatemplos, que abre al culto público. Sobre las ruinas

1:11 El término perpetúa el recuerdo de la nsa mblea de 108 guelTc-

ros, del la08 reunido en !ormaci6n mililnr. Bnlre la anlllrua asam-blea guerrera. la 89'1lmblea de 1011 cludads noa en loe es tadoe oligár-quicoa y ID. Scdesia. demoer át.lca se advierte como \108 linea cont+nun.

11 Hzaloeo, Dos trabnjos 11 108 (Hu8, 26-6,

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del', palacio, en esa .Acrópolis qUe consagrará en ade,-Iañte a sus dioses. es la comunidad como tal la que seproyecta a sí lUisma en el plano de lo sagrado, asícomo, en él plano profano, se realiza a sí misma en lanmplitud del ágora. Este cuadro urbano define, dehecho, un espacio mental; descubre un nuevo horl..zon te -espirj·tu.al. Desde que la ciudad se centra enla plaza pública, es ya, en el pleno sentido del tt:?.t;mino, Una polis,

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GAP{TULO; rv'

, EL UNIVERSO ESPIRITUAL 'p'E. LA "POUS"

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La aparición de la poüs constituye, en la 'historiadel pensamiento griego, un acontecimiento decisivo.Sin duda, tanto ..en el plano intelectual como en el. te-rreno de las instituciones, solo al final llegará a susúltima's consecuencias; la polis con'ocerá múltiples eta-pas y formas varladas. Sin embargo, desde su adve-nimiento, que se puede situar entr'e los siglós vm y VII,marca un comienzo, una verdadei-a creación; por ella,la vida social Y las relaciones entre los hombres ad-quieren una forma nueva, cuya originalidad sentiránplenamente los griegos. 1

'El sistema de la polis implica, aiHe todo, una .extra-ordinaria pr!,!eminencia de la palabra sobre todos losotrelS instrumentos del poder. Llega a 'ser la herra-mienta polÍtica por excelencia, la nl:í:"¡ede ·toda auto-ridad en el Estado, el medio de mando Y de do'ñüna-ción sobre los demás. E;ste poder de la palabra '-delcual los griegos harán una divinidad: Peitho, la fuerzade persuasión- recuerda la eficacia de las expresiO-nes y las fórmulas en ciertos rituales religiosos o e1válor atribuido a los "dichos" del rey cuando sobera-namente pronuncia la th.emis; sin embargo, en reali-. dad se trata de algo enteramente distinto. La palabrano es ya el término ritual, la fórmula justa, sino eldebate contradictorio, la discusión, la argumentación.Supone un púb1ico al cual se dirige como' a un juez que

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1 CC. V. EnRI!lN5E1l0 "When dld the PO\Ü! ri,cl". en JOlJ1HeUlt'llio ,("di •• , 1)'1. l~"·:.pp. 147-169; "Orll¡-ln. oC democrll~ .H;"t<n"i<t, 1. 1060. pp. ~lu-6~8.

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~dectde-en última instancia, .íevantando la jnanc entre

- lastdos decieiorres que se lé presentan; es esta elecciónpuramente humana 16 que-mide la fuerza "de persua-sión'respecUtra: de los dos' discursos, asegurando a unodé'Tes oradores la victor-ia sobre sú adversario.- Toda1 las; cuesttoñes de' int'~r-és general que el so-berano tenía 'por función reglatnerifat y que defineñ--ef campo d-e"la ark1,le, están ahora sometidas al arte

, OJ;al9r~Oy, debet~.r{',~il,nJ~rSe altérmino ""deun debate;·es .preciso, pues, que se las ,pueda_ formular en dis--cursos, plasmarlas,l c6nío, 4~'r.n6straeio'neq antitéticas .yargumentaciones ópues t~~.' EÍ?-tre 'la política y el logoshay, .así; una, relación estrecha, úna trabazón red':;'proca, El~rt\e,I?olftico,... e.s; -e:n.lo.·esencia( un ejerciciodel lenguajej y el.logb~) en su origen, adquiere con-ciencia de sí mismo, de sus reglas, de su eficacia, a tra-vés de su función política, Históricamente, son la re-'tóri?a 'y la so!í~tica las qu.e,·_,m~diahte c,E;1 análisis quellevan a cabo de las formas del discurso como instru-·men to dé victoria e~c las 'luch~s d_eIa asamblea y deltribunal, ~l}:)renel camino a lás'Investigaciones de Aris-tÓteies y .definen,' al)~d.9,.d~' I.;n;·t~S~i9é\ de la per-sunsipn, ~tr~ ;eglas ge lé¡. deIpo~tr:ación; .sientan una199icSl de lo ,yerdade.ro, pr,opiq del saper t!,!órico, fren-te a la lógica de. '10 verósímil ó de 10 probable, quep~eside los, a'zf~rosos geb~tes;'de la pdstic~.Un s·egundo. rasgo de.la'polis es ,el earáeJer de plena

pu,blicidaq qUe· se da a ~~S mél,nifestacio:nes más im-portantes de la vjda so~ial. Hasta se pue0e decir quela polis e'}\iste únicamente en la meR-ida,er. que se haseparado un domini,Q púl?lico" en. los ,~Q:s sentidos, diTferentes, pero solidados, del término: un sector de in-terés comlln 'en c'onttaposición a los _Lli'tlntos privados;'pr~c'tij::~s ~.bi~rtas, .establecf4asi a pl'~~la,luz del dia,en ~QntraposiclÓ.fl,,8 .los, proGedimienlus secretos, Esta~xigencii;l ..de. pllbliciclaq lleva. ~ e'onfisc~r ': _ogresiva-· men.te ~r:i beneficio del gn.¡.po .y.~ coloca' .·,le la mi-rada de todos, el conjunto de las con" ;¡S, de losp.r0<:~dimientos, dE; los <;on9cim~en,tps, (1 onstituÍan

· origil1uriamentenel pl'ivilegü) exclusiv, \ basil..'u ..s,o de los geill~ 'detentadores de la: 0:1'1 . ' .. Este doblemovfriüenlü ,le democratiz,aci6,n y dl-' ¡;;vulgación ten-drá decisivds consecuencias e.n el . 'dn_o intelectual.

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La cuítura griega se constituye abriendo a un círculocada vez mayor _y finalmente al demos en su tota-lidad- el acceso a un mundo espiritual reservado enlos comienzos a una aristocracia de carácter guerreroy sacerdotal (la epopeya homérica es un primer ejem-plo de este proceso: una 1)oesia cortesana, que se can-ta antes que nada en las salas de los palacios, despuéssale de ellos, se amplía y se transforma ,en poesía defestival). Pe~o esta ampliación implica una trans-fó.rmación pr'bfilDda. Al convertirse en elementos deuna cultura común, los conocimieníos, los valores, lastécnicas mentales, son 'llevados a la plaza pública ysometidos a crítica y controversia. No se los conservaya, como garantías de poder, en el secreto 'de las tra-diciones familiares; su publicación dará lugar a exé-gesis, a interpretaciones diversas, a contraposiciones,a debates apasionados. En adelante, la discusi6n, laargumentación, la polémica, pasan a ser las reglas deljuego intelectual, así como del juego polífico. La su-pervisi6n constante de la comunidad se ejerce sobrelas creaciones del espíritu lo-mismo que sobre las ma-gistraturas del Estado. La ley de la polis, en contra-posición al poder abspluto del monarca. exige que lasunas y las otras sean igualmente sometidas a "rendi-ciones de cuentas", éudyna.i. No .se imponen ya porla fu'erza de un prestigio personal o religioso; tienenque demostrar su rectitud mediante procedimientosde orden dialéctico.La palabra constituía, dentro del cuadro de Ia ciu-

dad, el inslrumen lo de. la vida poli tica; la escriturasuministrará, en el plano propiamente intelectual, elmedio de una' cultura común y permitirá una divul-gación completa de los conocimientos anleriormentereservados o prohibidos. Tomada de los fenicios Y mo-dificada para, una trascripción más, precisa de los' fo-nemas griegos, '~ escritura podrá cumplir con estafunción éle pubhcidad porque- ha llegado a ser, casicon el mismo derecho que la lengua hablada, el bien.común de todos los ciudadanos. Las inscripcionesmás antiguas en alfabeto griego que conocemos mues-tran que, desde el siglo vm, na se trata ya de un sa-ber especializado, reservado a unos -escribas, sino le'una técnica de amplio uso, libremente difundida en

el público. 1 Junto a la recitación memorizada de tex-tOG de Homero o de Hesíodo' -qu-e continúa siendolradicional-, la escritura constituirá el elemento fun-damental de la paideia. griega. :Se comprende así el alcance de una reivindicación

que surgió desde el nacinlen to de la ciudad: la re-dacción de las leyes. Al escribirlas no sé' hace másque asegurar les perrnanencla y fijeza; se las sustraea la autoridad privada de los ba.siléis, cuya funciónera la: de "decir" el derecho; se transforman en bien A

común, en regla general, susceptible de ser aplicada,por igual' a todos. En el mundo de Hesíodo, anterioral régimen de la Ciudad, la diké actuaba todavía endos planos; corno dividida entre el cielo y la tierra:para el pequeño cultivador beocio, la diké es, aquí. abajó, una decisión: de hecho que depende del arbi-trio de los reyes, "devoradores de dones"; en el cieloes una divinidad soberana pero .remota e inaccesible.Por el contrario, en virtud de la publicidad que le con-fiere la escritura, la éLiké, sin dejar de aparecer comoun valor ideal, podrá encarnarse en un plano propia-mente humano,' realizándose en la ley, regla común'a todos pero superior a todos, norma racional, some-tida a discusión y modificable por decreto pero, queexpresa un orden concebido como sagrado.Cuando los 'individuos, a su vez, deciden hacer pú-

blico su saber mediante la escritura, sea en formade libro, corno los que Anaxirnandro y Ferécides se-rían ros primeros en haber escr ito o como el que Herá-clito depositó en el templo de Artemisa en Éfeso, seaen forma de p(l1'ápegma, inscripción monumental enpiedra, análoga a las que la' ciudad hacía grabar ennombre de sus magistrados o de sus sacerdotes (105'

ciudadanos particulares lncribian en ellas' observa-ciones astronómicas o tablas cronológicas), su 'ambi-ción no es la de dar a conocer a otros un descubri-miento o una opinión personales; quieren, al deposi-lar su mensaje es to meson, hacer de él el bien comúnde la ciudad, una norma susceptible, como la le,y, de

n JOIIN Funsnvx s; Greece bel or« Hom er, Allci""t chrolloloov aHIli'IJ/IIII)!O¡'¡I/. Lun dr es , 19fiG. Iil" 18 Y ~".; eí. tnmhién .las observacionesrle Cr .. l'up.AlJx, "Uu linénire t;l cr,;tll-myceníen nux ost rnca greca,n:l:n'¡c", en Chroni'lIlC «'El/I/l,tr. a,l, lQ'r;u. ¡'P, 71J-RG.

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imponerse a todos. 3 . Una vez divulgada, su sabiduríaadquiere' uria consistencia y una obletlvl'lad nuevas:se constituye a sí misma como verdad. No se trataya 'de un secreto religioso, reservado a unos cuantoselegidos, favorecidos por una gracia divina. Cierto esque la verdad del sabio, como el secreto religioso, esrevelación de lo esencial, descubrimiento de una rea-lidad superior que sobrepasa en mucho al común delos hombres; pero al confiarla a la escritura, se laarranca del círculo cerrado de las sectas, exponién-dola a plena luz ante las miradas de la ciudad entera;esto significa reconocer que ella es, de derecho, acce-sible a todos; admitir que se la someta, como en eldebate político, al juicio de todos, con la.esperanza de

'que en definitiva será aceptada y reconocida portodos., .,

Esta transformación de un saber secreto de tipoesotérico en 'Un cuerpo de verdades divulgadas pú-

': .b lícamerite, tiene' su paralelo en otro sector de lavida social. Los antiguos sacerdocios pertenecían en.propiedad a ciertos gené y señalaban su familiariza-ción especial con una potencia divina; cuando se cons-tituye la polis, ésta los confisca en su provecho y hacede ellos', los cultos oficiales de la ciudad. La protec-'ción que la divinidad reservaba antiguamente a susfavoritos va a ejercerse, en adelante, en beneficio dela comunidad entera. Pero quien dice culto de ciudaddice culto público. Todos los antiguos sacre, signos deinvestidura, símbolos religiosos, blasones, xóana demadera, celosamente conservados como talismanesde poder en el secreto de los palacios o en el fon-do de las casas sacerdotales, emigrarán hacia el tem-plo; residencia abierta, residencia pública, ":,En esteespacio. impersonal, vuelto hacia afuera, y que pro-yecta ahora hacia el exterior el decorado de sÚs.frisosesculpidos, los antiguos ídolos se transforman: a suvez: pierden, junto COn su carácter secreto, su virtudde símbolos eficaces; se conviei íen en "imágenes",sin otra función ritual que la de ser vistos, sin olrarealidad religiosa que su apariencia, De la gran esta-tua cultural alojada en el templo para manifestar enél al dios, se podría decir que todo su "esse" consiste

, lii',,¡~NE8 LA I!:IlC10, T. 43, cur ta de Tllk~ n Fer écidas.

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, desde este. momento en un "percípi". Los sacra, car-gados antiguamente de una fuerza peligrosa y sus-traídos a -la mirada del público, se convierten bajo lamirada de la ciudad en un espectáculo, en una "en-señanza sobre, los dioses", como bajo la mirada de laciudad los relatos secretos, las fórmulas ocultas, sedepojan de su misterio y de su poder religioso, paraconvertirse en las "verdades" que debatirán los Sa-bios.

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Sin embargo,' no es sin dificultad ni sin resistenciaque la vida social se ha entregado así a una publicidadcompleta. :El proceso de dlvulgaclón se realiza por

• etapas; en todos los terrenos encuentra obstáculosque limitan sus progresos. Incluso en el plano polí-tico, ciertas prácticas de gobierno secreto conservanen pleno "periodo clásico una forma de poder queopera por vías misteriosas y medios sobrenaturales.El régimen de Esparta ofrece los mejores ejemplos detales procedimientos secretos. Pero la utilización,como técnicas de gobierno, de santuarios secretos, deoráculos privados, exclusivamente reservadosu cier-tos magistrados o de colecciones adivinatorias no dI"vulgadas que se apropian ciertos dirigentes, está tam-bién testimoniada en otras partes. Además, muchasciudades cifran su salvación en la posesión de reli-quias secretas: osamentas de héroes, cuya tumba, ig-norada. del público, no debe ser conocida, bajo penade arruinar al Estado, más que por los únicos magis-trados calificados para recibir, al tomar posesión delcargo, tan peligrosa revelación. El valor político atri-buido a dichos talismanes secretos no es, una simplesupervívencta del pasado. Responde a necesidades so-ciales. definidas. ¿La salvación de Ia ciudad no 'ponenecesariamente en juego fuerzas que escapan al cálcu-lo de la razón humana, elementos que no es posibleapreciar en un debate ni prever al término de unadeliberación? Esa intervención de' un poder sobre-natural cuyo papel es finalmente decisivo -·-la provi-dencia de Heródoto, la tykhe de 'I'ucíd'ides ,;lebe to-marse muy en cuenta, reconociendo su 1:' Ie en laeconomía de los factores políticos. Ahora jo. ". el cultopúblico de las divínidad-s ollrnpicas nr. . "".~de res-ponder más 'que en parte u esa ('mción .. s , refiere a

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un mundo divino demasiado general y también de-masiado lejano; define un orden de Ir sagrado 'quese opone precisamente, como lo lderós' a lo hosios, aldominio profano en que se sitúa la administración dela ciudad. La laicización de' todo un plano de la vidapolítica tiene como con lrapartida una religión oficialque ha establecido sus distancias en relación con losasuntos humanos y que ya no está tan directamentecomprometida en las vicisitudes de la arkñé. Sin em-bargo, cualesquiera que sean la lucidez de los jefespolíticos y la sabiduría de los ciudadanos, las deci-siones de la asamblea se refieren a un futuro quecontinúa siendo fundamentalmente opaco Y que la.inteligencia no puede captaf completamente. POi' 10tanto, es esencial poder dominarlo en la medida delo posible, con olros recursos que pongan e en juegono ya medios humanos, sino la eficacia del rito. El"racionalismo" político que preside las insti tucionesde la ciudad se opone, sin duda, a los antiguos proce-dimien tos religiosos de gobierno, pero sin excluirlos,no obstante, radicalmente.'¡Por lo demás, en el terreno de la religión se des-

arrollan, al margen, de la ciudad y paralelamente alculto público,' asociaciones basadas en el secreto. Lassedas, cofradías y misterios son' grupos cerrados, je-rarquiitlctos, que implican escalas y grados. Organi-zados sobre el modelo ele las sociedades de iniciación,su función es la de seleccionar, a través de una seriede pruebas, una minor ía de elegidos que gozarán deprivilegios inaccesibles al común. Pero, contraria-mente a las iniciaciones antiguas a que se sometía alos jóvenes guerreros, a .los Icour oi, y que les confe-rían una habilitación para el poder, las nuevas agru-paciones secretas estarán, en adelante confinadas a unterreno puramente religioso. Dentro del cuadro de la

• riénR~~c en la Importancia de In adlvlnacló n en la vida 1'011-tlcA de los griegos, Mtí.e generalmente, obsérvese Que tods mng ls-trntura conservn I1n cnrñcter ~Illtrl\do. Pero lo rnlamo ocurre 1\' esteres nccto en'l" p olttico y cn lo [u r íd ico. L09 nrocetllmlentos rellz lo-.o~, que 011 811 o!'lg .." lenl"n VAlor llor 81 miemos, se convierten,clentro del cllntlro del dercclH). en Introductores de InstancIas. A.I-ml~mo. rit09 como el sacrificio y el juramento, a los cuales qUeURn~olllelido~ Jo~ ',,,II¡.¡iRlrndo~ cURndo lomnn J108e~'i-6n del enrleO, conllt,i- \,luyen el e'otlemn !ormo\ Y no yo e\ resorle InLerno clc 111 vidapoJllícn. En esle .cnli,\lo. hny v.,.dll,lern $erulori1.oclón.

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cruuad, la rrucracion no pueoe aportar mas que unatransformación "espiritual", sin incidencia en lo po-lítico. Los' elegidos, ¡_¿s epoptés, son puros, s~iitos;'emparentados con lo dívino," están ciertamente con-'sagrados a un destino excepcional, pero que, ellosconocerán en el más allá. La promoción de que hansido objeto pertenece a otro mundo.

A todos cuantos deseen .conocer la iniciación, el mis-teda les ofrece, sin restricción de nacimiento ni de ca-tegoría, la prnmesa de una inmortalidad, bienaventu-rada que en su origen era privilegio exclusivamentereal; divulga, en el círculo más amplio de los inicia-dos, 16s secretos .religiosos que antiguamente perte-necían corno propiedad a familias sacerdotales, comolos Kérijkes o los EttmóLpides, Pero, a pesar de estademocratización de un privÜegio ~elígiosó, el miste-rio en ningún momento se coloca en una perspectivade publicidad, Por el contrario, lo que lo define comomisterio es la pretensi6n de alcanzar una verdad inase-quible por las vías normales y que no podría en modoalguno ser "expuesta", obtener una revelación tan eX-cepcional que abre el acceso a una' vida religiosa des-'conocida en el culto del Estado y que reserva a losiniciados una suerte sin paralelo posible con Ía con-.dición ordinaria del ciudadano. El secreto adquierede este modo, en contraste con la publicidad del cuitaoficial, una significación religiosa parLicular: "defineuna religión de salvación personal que aspira a trans-formar al individuo COI'} independencia del orden so-cial, a realizar en él una especie de nuevo nacimientoque lo arranque del nivel común y lo haga llegar aun plano de vida diferente. ' l

Pero en este terreno, las investigaciones de los pri-meros Sabios iban a continuar las preocupaciones delas sedas hasta' el punto de confundirse' a veces conellas. Las enseñanzas de IaSabidur la, como las reve-laciones de los, misterios, pretenden transformar alhombre desde dentro: elevarlo a una condición supe-rior, hacer de él un ser único, casi un dios, un theiosanér. Si la ciudad Se dirige al Sabio cuando se sientepresa del desorden y la impureza, si le pide la solu-ción para sus males, es precisamente pqrque él se lepresenta Como un ser aparté, excepcional. como un

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hombre ~i'l¡n_o a quien todo su género (le',vida aísla ~si túa al margen, de, la comunidad. Recíprocamente,cuando el Sabio se dirige a la ciudad, de palabra o por

I escrito, es siempre para trasmitirle una verdad queviene de lo alto y que, aun divulgada, no d'eja de per-tenecer 'a otro mundo, ajeno a la vida ordinaria. Laprimera. sabiduría se constituye así en una suerte decontradicción, en la cual se expresa su naturaleza pa-radójica: entrega al público un saber que ella pro--clama al mismo tiempo inaccesible a la mayoría. ¿Notiene por objeto 'revelar lo invisible, hacer ver esemundo de los ádela que se oculta tras las apariencias'?La sablduría revela una verdad tan prestigiosa quedebe pagarse' al precio de duros esfuerzos y que CO)l-

tinúa estando, como la visión de los epoptés, oculta alas miradas del vulgo; aunque expresa el secreto y loformula eón palabras, el común de las gentes no puedecaptar su sefitido. v Lleva el misterio a la plaza pú-blica; 1,0 hace objeto de un examen, -de un estudio,pero sin que deje de ser, sin embargo, un misterio.Los ritos de iniciación tradicionales que protegían el"'acceso a revelaciones prohibidas, la sophía y la philo-sophín, los remplazan por otras pruebas: una regla devida, un camino de ascesis, una senda de investigaciónque, junto aJas técnicas de discusión y argumenta-ción o de nuevos instrumentos mentales como las ma-temáticas, siguen manteniendo las antiguas prácticas.,divinatorias, los ejercicios 'espirltuales de concentra-ción, de éxtasis, de separación del alma y fiel cuerpo.La filosofía se encuentra, al nacer, en una posición

ambigua: por :'iu .rnarcha y por su Inspiración está·emparen tada a la vez con las iniciaciones de lo: mis-ter-íos y las controversias del ágora; flota entre e( es-píritu de secreto, propio de las sectas y la publicidaddel debate contradictor io que caracteriza a la activi-dad política. Según los medios, los momentos, las·tendencias, se la ve, como a la secta pitagórica en la·Magna Grecia en el siglo VI, organizarse en cofradíacerrada y r ehusarsa a entregar a la escritura una doc-trina puramente esotérica. Así podrá, como 10 hará elmovimiento de los sofistas, integrarse plenamente en.la vida pública, presI"ntarse como una preparaci6npara el ejercicio del l ('¡der en la ciudad y ofrecerse

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libremen te a cada Ciudadano por medio de leccionespagadas en dinero. ;Acaso la filosofía griega no pudodesprenderss nunca del todo de esta ambigüedad quemarca su origen. El filósofo, oscilará siempre entre'dos actitudes, titubeará entre dos tentaciones contra-rías. Unas veces afirmará que es el único calificadopara dirigir el Estado y, tomando orgulJosamente elpuesto del rey divino, pretenderá, en nombre de ese"saber" que lo eleva por encima de los hombres, re-formar toda la vida social y ordenar soberanamentela ciudad. Otras veces se retirará del mundo para re-plegarse en tina sabiduría' puramente privada; agru-pando en derredor de sí a unos cuan tos discípulos, que- 'rrá instaurar con ellos, en la ciudad, otra ciudad almargen de l~ primera y, renunciando a la vida p~_blica, buscará su, salvaclón en el 'conocimiento y ,~n lacontempladón.· ,

~ .A los dos aspectos que acabamos de sefiul ar -pres-

tigio de la palabra, desarrollo de las prácticas púbÍi-cas-, se agrega otro rasgo para caracterizar el uni-verso espiritual de la potis, Los que componen laciudad, por diferentes que sean en razón de su ori-gen, de su categoría, de su función, aparecen en ciertomodo "similares" los unos a los otros. Esta similitudfunda la unid'ad de la polis,' ya 'que para los griegossolo los semejantes pueden encontrarse mutamenteunidos por la Philia, asociados en una misma cornu-:nidad. El vínculo del hombre con e1 hombre adop-tará así, dentro del esquema de Ia ciudad, 1<. formade una relación recíproca, reversible, qur rempla-zará a las relaciones jerárquicas de surnisió., .Y domi-nación. 'I'odos' cuantos' participen en el ES[ltdo serándefinidos como H6inoi.oí, semejantes, y, más adelante.en forma más abstracta, como Lsoi; iguales. A pesarde todo cuanto los contrapone en lo concreto de l.vida social, se concibe a los ciudadanos, en t~l plar..político, como unidades intercambiables dentro de • ísistema cuyo í;(ll1ilibrio es la ley y cuya norma e',igualdad. EsL. imagen' del mundo humano encont .rá en el siglo vi su -expresión rigllrosa en un <.:\)nc~.,.el de isonomf(¡ igual participa( ;,,, I de todos los chl ,danos en el ejercicio del pod', ['ero antes dI.! adllrir ese valOr plenamente d,' . rático y dl! inspi.

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en el plano institucional reformas como las de Clís-tenes, el ideal de isonomía pudo traducir o prolongaraspiraciones comunitarias que remontan mucho másalto; hasta los orígenes mismos de la poLis. Varios tes-timonios muestran que los términos de isonomía y deisocratía~han servido para definir, dentro de los circu-los aristocrá ticos, eh con'trapos'iclón al poder abso-lulo de uno solo (la monárkhfa o la tyrannís), un ré-gimen eligárqulco en que la drkhé se reservaba paraun pequeño número Con exclusión de la masa, peroera igualmente compartida por todos' los miembnosde esa selecta minoría. G Si la exigencia de iso~o~níapudo adquirir a fines del siglo VI una fuerza tan .gr an-de, si pudo justificar la reivindicación popular de unlibre acceso del démos a todas las magistraturas, fuesin duda porque hundía sus raíces en una .tradiciónigualitaria an'UquÍsima, porque respondía, incluso, aciertas actitudes psicológicas de la arlstocraciá ,de loshippéis. En efecto, fue aquella nobleza rrrilibar la queestableció por primera vez, entre la calificación gue-,rrera y el derecho a participar en los asuntos públicos,una equivalencia que no 'se discutirá ,ya. - En la poUsel estado de soldado coincide con el de ciudadano:quien tiene su puesto en la formación militar' de laciudad, 10 tiene asimismo en su organización políti-ca, Ahora bien, desde mediados· del siglo VII lasmodificaciones del armamento y una revolución dela técnica del Combate transforman el personaje delguerrero, cambian su' puesto en el orden social y suesquema psicológico. 6

La aparición del hoplita, pesadamente armado, quecomba tiendo en fila, en formación cerrada, siguiendoel principio de la falange, asesta un golpe decisivo alas prerrogativas militares de los hippéis. Todos cuan-tos pueden costearse su equipo de hoplitas -es decir,los pequeños propietarios libres que forman el demos,

e er. v. EllnENDIi:RG (OriviPlp 01 dcmocracl/, ). c.), quien recuerdaQue el jiuerna de A'rmoúio y AriSlogitón "Iorifico a catos eUllútrldo6por hnher hecho a los ateniensC!l Le<mo-mou8; d. también TuclofDF:S,IU, 62, . . ,

• cr. A_ ANDRIi:\V:'l, 1'!te uree!« tVl'ntlÚ, Londr-es, 19ÓG. c. 8: "Thc'mililary factor"; T. E. AIlCQCK. Tite Gr eek. and !P1actd<1l1inn art 01",nr, Berkeley y Lo~ Ángel~, 1957: aaute la fecha de aparición delhoplita, cr, F. CounnlN, "Une tombc R'éomHrl<1\1c d'Anros", enn"UtliJl rlc corre8/10>ld<1lt~e ',cl/¡J"iQue, 81, lOó?, PP. 322~38 •.

413.L-(Z

como son en Atenas los Zeugites-, están situados enel mismo plano que los poseedores de caballos. Sin-embargo, la democratización de la función militar-antig¡¡o privilegio aristocrático- implica una re-novación completa de la ética del guerrero. El héroehomérico, el buen conductor dé carros, podía sobre-vivir aun en la persona del hippéus; ya no tiene mu-cho de común con el hoplita, este soldado-ciudadano.Lo que contaba para el primero era la proeza indi-vidual, la hazaña realizada en combate singular. Enla batalla, mosaico de duelos individuales len que seenfrentaban los .prómakhoi, el valor militar seiafir-maba en forma de Una aristeiu, de una superioridadenteramente personal. La audacia que permitía al gue-rrero, realizar aquellas acciones brillantes, la encon-traba en una suerte dé exaltación, de furor bélico, 'lalyss(t, a que lo arrojaba, poniéndolo fuera' de sí," el:menos, el ardor. inspirado por un dios. Pero el ho-plita no conoce ya el combate singular; tiene que re-chazar, si se le ofrece, la tentación de, unaproeza pu-ramente individual. Es el hombre de la batalla codoa codo, de la lucha hombro a nombro. sé lo ha .adies-trado para guardar la fila, para marchar en orden,para lanzarse a un mismo paso con los demás contrael enemigo, para 'Cuidar, en lo más enconado deJ corn-bale, de no abandonar su puesto. La virtud guerrerano es ya fru to de IR orden del thllmós; es .resultadode la sopILrosyne: un dominio completo de sí, unaconstante vigilancia para someterse a una disciplinacomún, la sangre fr:ía necesaria para refrenar los im-pulsos instintivos que amenazan con perturbar el or-den general de la formación. La fala-nge hace del ho-plita, como la, ciudad del ciudadano, una unidad ínter-cambiable, un elemento similar a tódos Jos otros, ycuya aristeia, cuyo valor individual, no debe manifes-tarse ya nunca sino dentro del orden' impuesto- por lamaniobra de conjunto, la cohesión de grupo, el efectode masa, nuevos' instrumentos de la victoria. Hasta enla guerra, la gris, el deseo de triunfar sobre el adver-sario, de afirmar la superioridad sobre los demás, tie-ne que someterse a la Philía, al espíritu de comunidad;el poder de los individuos tiene que doblegarse antela ley del grupo. Heródoto, al mencionar, después de

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'L "" •

cada relu ro de batalla, los nombres de las ciudades ylos individuos. que se mostraron más valientes en Pla-tea, da la palma, entre los espartanos, a Aristódamo:el hombre que formaba parte de los trescientos lace-demonios que habían defendido las Termópilas; soloél babía regresado sano y salvo; ansioso de lavar eloprobio que los espartanos atribuían a aquella super-vivencia, buscó y encontró la muerte en Platea, reali-zando admirables hazañas. Pero-no fue él a quien losespartanos otorgaron, con el premio al valor, los heno-res fúnebres tributados a los mejores; le negaron laaústeia porque, combatiendo furiosamente, como unenajenado por la ll1ssa, había abandonado su puesto. 7

Este relato ilustra en forma sorprendente una acti-tud psicológica que '1'10 'se manifiesta solo en el dominiode la guerra, sino que, en todos los planos de la vidasoeial, acusa un viraje decisivo: en la histor-Ia de laPQUS, Llega un momento eh que la .ciudad rechaza lasconductas tradicionales de la aristocracia tendientesa exaltar el prestigio, a reforzar el poder de los indi-viduos y de los gene, a elevarlos por encima del co-mún. Al igual que el furor guerrero y la búsqueda enel combate de una gloria puramente privada, se con-denan también como desorhitancias, como hybris, dela <riqueza, el lujo en el vestir, la suntuosidad 'eh losfunerales, las manifestaciones excesivas de dolor encaso de duelo y el comportamiento muy llamativo de

, las ...mujer-as, o el demasiado seguro de sí, demasíndoaudaz, de la juventud noble.

Todas estas prácticas son en adelante rech az adnsporque acusan las desigualdades sociales y (:1 senti-rníento de distancia entre los individuos; provocan laenvidia, crean disonancias en el grupo, ponen en pe-ligro su equilibrjo, su unidad, y dividen la ciudadcontra sí misma. Lo que ahora se encomia es un idealaustero de reserva y contención, un estilo de vidasevero, casi ascético, que esfuma entre los ciudadanoslas diferencias de costumbres y condición a fin deaproximarlos los unos a los otros y unirlos corno amiembros de una sola familia.. En Esparta fue el factor mili tal' el qu.representado, en el advenimiento de !é,

ce haber'U men-

, H~n,~ooTO, IX, 71.

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.talidad, el papel declsívo. La Esparta del siglo vn noes todavía aquel 'Estado cuya originalidad provocaráentre los demás griegos un asombro con mezcla de ad-:mir ación. Está por ahora incorporada al movimientogeneral de la civilización que lleva a las aristocraciasde las distintas ciudades al lujo, haciéndoles desearuna vida más refinada y buscar las empresas lucrati-vas. La ruptura se produce entre el siglo VII y el sigloVI. Esparta se repliega sobre sí misma, se cuaja en-iris-tituciones que la consagran enteramente él. la guerra.No solo repudia Ia ostentación de la riqueza, sino quese cierra a todo lo que es intercambio COn el extr an-[ero, comercio, artesanía; prohíbe el uso de los me-tales -preciosos; después, hasta el de las monedas deoro y plata; queda al margen de las grandes corrientes'intelectuales; desdeña las letras y las artes, en las queantes se había distinguido. La filosofía, el pensarnien-to griego parece, pues, no deberle nada. •

Pero solo se puede decir .esc: '.'parece". Las trans-formacione.s sociales y políticas que determinan enEsparta Ias-nuevas técnicas de guerra y que culminanen una ciudad de hoplitas.straducen, en el plano de lasinstituciones, aquella misma exigencia de un mundohumano equilibrado, ordenado; por la ley, que los Sa-bios, hacia la misma época, formularán en el planopropiamente conceptual cuando las ciudades, a faltade una solución de tipo espartano, pasen por sedicio-nes y conflictos internos. Se ha insistido, con razón, enel arcaísmo de las instituciones a las cuales Espartapernuu.cció obstinadamente aferrada: clases de eda-des, iniciaciones guerreras, 1c1·up.tfa. Pero hay quedestacar también otros rasgos por los cuales se ade-lantó a su época; el espír itu Iguafitar io de tina refor-ma que suprimía la antigua oposición entre el !aósy el demos para constituir un cuerpo .Ie sot.Iados-ciu-dadarios, definidos como hórnoioi, todos le cuales dis-ponían en principio de un lote de tierra, .' ; un kleros,exactamente igual al de los demás. A . iU primeraforma de isomoiría (tal vez huho enton un nuevoreparto de tierras) hay que agn:g::n- el ¡¡ .icto cornu-nítario cl., una vida social que imponía ;\ tos un: mis-mo ré,· en de ,tusteridad, que codi·; .: .'. por aver-sión al ,:i.:, hasta la manera de cómo, 1.11,,:, const: Id¡ ..

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~las casas particulares y que instituía la práctica de las,~yssitíai o comidas en común, a las que cada cualaportaba todos los meses su escote reglamentario decebada, vino, queso e higos, Hay que hacer notar, fi-nalmenle, que el régimen de Esparta, con su doblemonarquía, la a,pelLa, los éptioroí: y la gerousía, lograun "equilibrio" entre elementos sociales que repre-sentan funciones, virtudes o valores opuestos. En eseequilibrio recíproco se funda la unidad del Estado, ya.que cada elemento está contenido por los otros dentrode límites que no debe trasponer. Plutarco asigna asía la gerousia una función de contrapeso, que conserva,entre la apella popular, y la autoridad real, un cons-tante equilibrio, colocándose, según los casos, de parlede los reyes para oponerse a la democracia o de parledel pueblo para dificultar el poder de uno solo. 8 Asi-mismo, la institución de los épnoroi representa en elcuerpo social un elemento guerrero, "juni01'" y popu-lar, en contraposición a la gerottsía aristocrática, ca-racterizada, cual conviene a los "seniores", por unaponderación y una sabiduría que deben compensar laaudacia y la pujanza guerreras de los kouroi.

En el Estado espartano la sociedad ya no forma, co-mo en los reinos micénicos, una pirámide cuya cúspi-de ocupa el rey. Todos cuantos, habiendo recibido eladiestramiento militar con la serie de las pruebas y lasiniciaciones que implica; poseen un kLeros y parlici-pan en las syssilÍai, se encuentran elevados al mismoplano, Es ése el plano que define a la ciud ad.? El or-den social no aparece ya, pues, bajo la dependencia'del soberano; no está vinculado al poder creador de unpersonaje excepcional, a su actividad de ordenador.Es, por ~1 contrarío, el orden que reglamenta el poderde todos los Indivlduos, el que impone un límite a suvoluntad de expansión. El orden es anterior con rela-ción al poder. La arkhé pertenece, en realidad, exclu-sivamente a la ley. Todo individuo o toda facción que

e PLUTARCO, V¡lltt do Ucuruo, V, 11, y AnlSTÓTElLllS, Polltica,1266 b lIG.

• De~de luego, l~ cludnd comprende, al lodo de los ciudadanos yen conlrnsle con alloa, Q todos aquellos Que, en zrndos diferentes,estiln privados de los valores eorresnondlentes 11 In p'lena cludad an ln :en Esparto, 109 h}/pomer01tC8, 109 periecos, los ilotl\a y lag esclavos.La Igunldnd se destaca sobre un fondo de dealg ualdad.

52 4~

preLenda asegurarse él monopolio de la arkhé, 'amena-za, alentando contra el ~quilibrio de los demás pode-res, la homónoia del cuerpo social y pone en peligro,con ello, la existencia misma de la ciudad.

Pero si la nueva Esparta reconoce así la supremacíade la ley y del orden, es por haberse orientado haciala guerra; la reforma del Estado obedece, antes quenada, a preocupaciones militares. Es para la prácticade los combates, más qué para las controversias delágora, para lo que se ejercitan los h6moioí. Tampocola palabra podrá llegar a ser en Esparta la herramien-ta política que será en otras partes ni adoptará formade discusión, de argumentación, de refutación" En lu-gar de la Peitltó, fuerza de persuasión, los lacedemo-nios celebrarán, como instrumento de la ley, el poderdel Phobos, ese temor que doblega a todos los ciuda-danos a la obediencia. Se jactarán de no gustar en 103discursos más que de la brevedad y de preferir a lassutilezas de los debates contradictorios las fórmulassentenciosas y definitivas. La palabra continúa siendopara ellos aquellas rhetrai, aquellas leyes casi oracu-lares, a las que se someten sin discusión y que se nie-gan a en tregar, escribiéndolas, a una publicaciónplena. Por mucho que haya podido avanzar, Espartadejará para otros el honor de expresar plenamentela nueva concepción del orden cuando, bajo el reina-do de la ley, la ciudad llega a ser un C0smOS equili-brado y armónico. No serán los lacedemonios quienesconsigan extraer y desarrollar en todas sus consecuen-cias las nociones morales y politicas que ,ellos habrán,entre los primeros, encarnado en sus ínstituciones.

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l" PLATÓN

"REPÚBLICA"(Libro v VI YVII)- Fragmentos -

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XX. -¿A q:!iénes, pues, llamas verdaderos fIlóso-fus? -preglJnlt'l.-A 1ús que les gusta contemplar' la verdad,=-Tivncs r;t::¡)n, sin Zluda, pero ¿qué entiendes porcllo?-No seiía, nada fácil ele explicar a cualquier otro,pero ¿no estarás tú de acuérdo conmigo en losiguiente'?-1.81'1 qué?

470 --En que por ser lo hermoso lo contrarr I le lo feo,a son dos cosas distintas.

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--y puesto que son dos cosas dlatlntas, cada una déellas es una cosa, ¿·verdad?=-Tamblén te lo concedo.-Otro tanto puede decirse de 10 Justo y de Jo in-Justo, de lo bueno y lo malo, y de todas las demásIdeas 50; cada una de ellas, tomada' en sl misma,es una, pero como sé nos dan siempre relaclonadasCQn 1M acelones, con los cuerpos y consigo mIB-mas, cada una de ellas rev1ste múltiples aspectos.-Tienes razón -dijo. .-En este sentido -prosegul- distingo, por unaparte, aquellos que tú acabas de mencionar, losaf1cionados a los espectáculos y a las artes y los

b hombres de acción y, .por otra, aquellos de que, hablamos, y que son los únicos que merecen el

nombre de ñlósoíos.'.-¿C6mo estableces la dlBtlncl6n? -preguntó.-A mi juido -contesté-, los aficionados a oír yJos amantes de los espectáculos gustan de las be-llas voces, de los bellos colores, de las formas yde todas las .obras que reúnen tales elementos;pero BU Intellgencia es Incapaz de percibir y amarla naturaleza de lo bello en sl.

e -Es verdad -dijo.-¿Y no son acaso muy pocos los capaces de elevar-se hasta lo bello en al y perclblrlo en BU esencla?.:._sIn duda.-El que reconoce, pues, las cosas bellas, pero nola belleza en al, y no es capaz de seguir a qulen lo

d guíe hasta BÚ conocimiento, ¿te parece a ti quevIve en sueños o despierto? Pues f!jale': ¿qué otracosa es el sofiar sino 'que uno, ya donnldo, ya des·plerto, no crea quP. !lo semejante es una .semeJanzasino aquello mismo a 10 que se asemeja!-Yo, al menos ':':"respondi6-, dlrl.a que el sofiarno es otra cosa. .-Por el contrarIo, aquel que cree qu~ lo belloexiste en s1 mismo, y es cap~ de perclbIr )0 bello,ya sea en lo que ~s bello de suyo, ya sea en lascosas que partlclp,m de su esencia, sin confundlrlascon lo bello, ni lo ~llo con ellas, ¿te parece quevh'e despierto o' en suefios?-Muy despierto ---can te'stó.

322 .l{b

-¿No diríaruos, Y' con razón, qua el pensamientoe de este hombre que conoce merece, pues el norn-

bre de conocimiento, mientras que .el del" otro es ,.una opinión, pues juzga por opiniones!'-Sin duda.-y si este hombre de quien afirmamos que opIna,pero que no conoce, se disgusta CaD nosotros ysostiene que no decimos la verdad, ¿tendrfámos unaf orrna de cal mar.lo y persuadlrlo buenamente, ocul-tándole que no está en SU sano julclo? 61... ' •.-Es menester proceder as! -dijo. .-Pues bien, considera qué vamos a responderle,'¿o pr.ef,ieres· tú que le hagamos preguntas, asegu-'r á nrlo le que, si algo sabe, en modo alguno 'desper-tará nuestra envldla , slno que, por lo contrario,nos alegraremos de ver que 10 sabe? "Contestapues a nuestra pregunta -;-Ie diremos-: el queconoce, ¿coroce algo o nada?" Respóndeme tú en sunombre.=-Responderé --dIjo- que conoce algo.-¿Algo que' existe o que no existe?

477 -Que existe, pues ¿cómo se podría conocer lo quea no existe?

-¿De modo que damos por cierto, sea cual fuereel punto de vista en que nos coloquemos, que loque en verdad .existe puede ser en verdad conoci-do, y lo que en verdad no ex1ste no puede seren verdad conocido?-TSst;:¡mos p~rfcctamente de acuerdo.-Muy blen. Pero sl hubiera algo que exlstlera yno existiera ,2ii. mismo tiempo, ¿no ocuparía un lu-gar intermedie entr'e lo puramente· existente y 10que !la existe on absoluto?-Sin duda.

b -Luego, si l1i.lY conocimiento sobre lo que exlste,e ignorancia, nécesélrlamente, sobre 10 que no exls-'te, para aque!ic, en caso de que pt.¡eda da¡;-se, queocupa un lugar 'intermedlo entre lo que exIste ylo que no existe, ;.no· habrá que buscar tambIénalgo iI1lermerlío entre el conocimiento y la Igno- I

rancia?-Por cierto.

323

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<".\ e XXI. ,-DI'remQs que las potencias s-on cierto génerode reatldades gracias a las cuáles somos capacesde peder lo que podernos, nosotros -y ,todo aquello

¡ , Iqu~ a'lgo puede. Por ejemp o; dIgo' que la vista yel oido son potencias, 'sI c'omprendes qué quieroex;presar Co¡;¡ ~este 'nombre genérl'co.-Lo comprendo -dijo,-Escucha,' ahora" la, Idea q)Jeme formo de ellas.N6 veo le"rr la pot.encia nI color, 'nl forma, ni nada

· semejante '3 lo que, se encuentra en tantas otrascosas -que puedo diferenciar -en mi como distin-tas unas de otras obs~rvando <;l1·SUJ'lO d~ esos ac-

el cielentes. De l'a p0~encJa< solo con~dderp el objetoa que se ap_llca j; el efecto que, produce; y por elloles .b~ dado a tOGa;s el nomhre de potencias y lla-mO JtJéntkas a las que ,se apÜcan al mismo objetoy tienen el misr{lO ef~ctQ, y.dlferente.s a las Quetlellen 'objeto y efecto distintos. Y t,ú" ¿cómo lasdistingu1r1.'ls?-\>eJ ml~iiío modo. '0' • ,j" ,.

.-_~hora, querido amigo, VO!V;.ll'QOS ótrá<; -dije-.¿P~ensas tú que t:!l saber es ui)a pbtenc'ia', o lo co-loc'a~ ~n ótr'o género ele realidades?-En ese génerp -co'piest6-, y es la más poderosad,' todas las potencia:-:-o¿Y la opinión? ¿La j",:luirel}1os elll~!: las poten-cias o en otro género dé realidades? l

e -No la incluiremos en otro género ". diJo---, pues

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r -·:..:....¿P;odemo~·,deGÚ q~e ese ,~81g00lntetmeQio· oplnfón?-En .efecto._¿Y es una potencia dIstInta de! saber, o es la-mls-ma?: t-'Es dlstlnta. , ~ . '.:.......De·'suerte .que la 'opinIón tiene Sl,1 objeto, y elsaber el suyo, cada cual según su propia potencia.-Así es: l _s

¿n~ ~11e~!b~~~\~je~~"~::1~~;~~;nesl~elq~:rtX~~~¿aquí me parece que, antes de seguir-adelante, hayque "hacer Una <dlstlnción.-¿c'uál? L

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~f~""6PLI),lólrri0 es,.ot"3. cosa 'qt;e la potenela que, noshace capaces de 6pin~r. .-Sin embargo, acabas de. reconocer-que el saberes una: cosa y la Qpl'n16R 'es~~otta.-,-En erecto =-repttco-i-; ¿cóm6 podr-ía' un hombresensato confundir' lo 'ínraííble con lo 'que no 10 es?

47'8 .:.._Esfá -rJfen ::"':'obs'er-v'éL.: Hemos recónócldo, pues,a 'dé" una manera evidente CJLie la opinión es cosa

!!lsUllt'a de) 'shher. "111,-.1.' ,0

=-Desde Juego. .'~E91' consjg~i.eni~, t¿Uen~ ,cada"" uno de- ellos por

" :iÍatu,raleút "í.1I~''poder ,difererúe' sobre uriubjeto dl-Ierente?

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~N~Ce5¡]d,l!p~nte_ l'.' (., ,.

-¿y el saber tiene por objeto lo que, .exíste, paraconocer. c._'?.mo,se comporta y cómo (es?-Si" .-¿y ,~) objéto de Ja,¡'opj,nián, diremos, es opinar?-sr.~¿ De '10 mlslno, 'HcasQ, qU,e conoce. ~l ~",aber? ~Se-.,rán_," pue~, .la ~mlsma ~osa, lo conocible,;)!' lo opina-ble? ¿O es esto ImposIble? ..,-Imposible -dijb-, 'se'g)1n lo co~venld0, pues cada

. potencia tle:le ,por n atura fe_?:a 'un "ObJetu distinto,.,., .' ", .y amJ)p$ son~potencjas, el saber y la .Q~IJlllón, pero

'b distintos ur.'J de otra, como cJ~.GJamQ,s; por lo cuales imp,osible. q)Je )9 cono_eH ¡fe y lo opinable seanla misma cbsri~ .~c. "" .. -

~,PQr 10 tantó, s.l ~Ó _cono¿'¡~lp, 'es lo. que exIste,¿'sd,á Jo ,opinZl,ble' ,algo dlsOr¡to ,tI.e lo que eXiste?-Sé~~aal~o dLstintc:.' ..;-¿i:;p QP'inV.~·á,pues: \ol)r.e lo qU,e no ,existe? ¿O esirn'pq,sir1.1e _Ui 111!Jj én Q,Í)j n <1,r sobre (o ,qU,e 110 ex is te?r.._ene.i~\o¡lp 'lcer~a d,e _~II(): el' que ti(me una opi'nión ¿no la tien'e sobre algo?, ¿O, es, ~'¡)sl!)le ci)¡n~rSIn opinar .. n:lda?,,' ,,~1í11posible, ." r

• !-,' . -'... 1.,.-¿De lpoC,lq' que el que"opin~1 (JI: ,o})re. algo?

• -:-¡eS ¡,-:pel';"> ) . :-llle, no existe -no es

c mas I i ;'f!:-> del·1Qmío<lrln, .<:0-,-SÍ¡: ·;,.·!a.., ~-Alwr¿j lJiu" ¿no vincuIJlll,¡, necesnrtatllenle lJ

'. ¡;No podl'fa-,.)t!J razón, "nada"?

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ignorancia con 'lo que no existe, y el'cohoclmJ:entocon lo que existe?_y con razón :_dljo.-Po. consiguiente, nc se opina sobre lo que exis-te, nl tampoco sobre lo que no existe.-No, eCectiyamente._Y, por lo tanto, la opinión no será ignorancia,ni tampoco conocimiento.-No, segun parece.-¿Está, acaso, más allá de los dos, aventajando'al conocimIento en claridad o a la Ignorancia enoscuridad? ~ , ''-Ni a uno ni a otra -r-espond16._¿ Te parece, en tonces, que la opinión es algo másoscuro que el conocimiento, pero más claro quela ignorancia?-Ciertamente -contestó.-¿Se halla, pues, entre los dos?-Sí.

d -Por consiguiente -dije--, la opinión seda un,término medio entre ambos.-No hay duda alguna._¿Y no hemos dicho antes que 51 encontráramosalgo que .existiera y no existiera al mismo tiempo,deberla estar entre lo puramente exIstente y 10 queno existe en absoluto, y que no sería objeto delsaber ni de la Ignorancia, slno de una potenclaintermedia entre los dos?_y lo hemos dicho con razón.-:-¿Y no aparece entre ellos 10 que llamamos laoplníónt-Sí.

-Esto sentado, que hable conmigo y me respon-da aquel buen hombre que no cree que existe lo

419 bello en st, ni nada en que 'la idea de la bellezaa sea Inmutable, y que solo reconoce una multl-

tud de cosas _bellas, aquel amante de espectáculos-que no puede tolerar que se diga que lo bello esuno, lo mismo que lo Justo, y otras realidades se·,mejnntes. "querido amigo -le dlrerrios->, ,¿es quecntre esa ruult lt ud de cosas bellas no hay nada queno pueda parecer feo? ¿NI nada injusto Entre lascosas justas? ¿Ni nada Impuro entre las puras?"-No -respondi6-, las cosas bellas parecen ne-

, b cesariamente feas desdé elerto punto de vista, ylo mismo sucede con las demás cosas de que ha.blas.-¿Y las cantldades' dobles? ¿Es que no pueden serlo mismo dobles que mitad de otr'as]- tI:a""':Sí.-y las cosus 'grandes y las pequeñas, las llvlanasy las pesadas, ¿merece cada una de ellas la callfí-caclón que le damos más bien que la contraria?--No -res-pondió-, pues cada una de ellas partí-clpa siempre de ambas cualidades.-¿y cada una de estas muchas cosas es o no esmás bien 10 que se dice que es? '-Se parece en esto a los equívocos -(lbservó--,que se acostumbra a hacer en los banquetes y al

e acertijo de los niños sobre el eunuco y el golpeque la nzn ;-"un murciélago, en el cual se dice enforma enigmática con qué lo golpea y sobre quése halla post.do éste, Igualmente ambiguas- son lasCOSJS de qct: hablas y no se puede concebir clara. ,merite que ninguna sea y no sea, 111 que sea almismo tiempo "la una y la otra, nl que no sea ni:a una ni la alra,63-Entonces '_·dije-, ¿qué debe hacerse con ellas,o dónde mejor pueden colocarse que entre el sery el no ser? Porque no son, sin duda, más oscurasque el !lO ser, hasta el punto de tener menos exIs-tencia que éste, ni más claras que el ser, hasta elpunto de declararlas más existentes que él.-Es muy cierto -diJo, I

-Hetrlos uescuble¡'lo, pues, según parece, que las

,e -x:x.Jt ,-Nos' queda, pues, por indagar, según pa·rec:e, qué es aquelia cosa que particlpa a la ve:t ~eiser y de.l no ser y que no es, propiamente hablan-do, ni el ser ni el no ser puros. Si lo descubrimos,

. podremos considerarlo a justo Utulo como el ob-jeto de la opinión, y asignaremos los extremos alas potencias extremas y 10 intermedio a la poten.,cia intermedia. ¿O no es 'así como debemos pre-ceder?-Así es.

326 3Z1.Lfe,

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d variadas creencias tive· muchos tienen sobre labelleza y otras cosas semejantes fluctúan, de al-guna manera, entre el no ser puro y el ser puro.-Sr: lo hemos descubierto.-pero antes hn.bfamus <;onvenldo en que era pre-ciso, advertir, si encon.trábamos cosas de esta 11:"t-turaleza, que eran del resorte'de la 'opinión y nodel con·ocimiento, pues es la potencia lnterrnedlala que se aplica a las cosas que fluctúan entre losdos extr·emQs....l-Sí, lo ,habíamos convenido.-Por consiguiente, de los que contemplan mu-ches cosas bellas, pero no perciben lo bello en síy. no son capaces de seguir a quien quisier,a elevar-los hasta esa contemplación, y también percibenmuchas cosas justas, pero no lo justo en sí, y de

e igual manera todo 10 demás, di~'emog que opinansobre todo pero que no conocen las cosas sobrelas cuales opinan._ForzOSalTlen te .-asi nti 6.-Pero ¿qué direm.0s de aquellos. que cohtemplancada una de las cosas en sí, siempre inmutablesen su esencia? ¿No diremos, acaso, que se elevanhasta el conocimiento, en vez ele nteuerse a laopinión?----Es igualmente íorz.oso -.--:-¿Y no dircI110S (nl1,1bién que éstos buscan y arn anlas cosas que son objeto elel conocimiento, y losotras las que son objeto de la opinión? ¿Hemosolvidado nC;lSO que de los últinlOs dijimos quese complacían en las \'oces bellas y en los belloscolores, y en llluchas oll'nS cosas anftlogjs, pero quei10 admití·¡:¡n que lo bello en sí fuera una realidad?-No lo hemos clYidado.-¿Los o[enclerfamos, pues, si los llamáramos "filo·doxos" en vez ele filósofos? ¿Se disgustarían muchocoi! noS'ot.r·os si Jos tr::ltáramos de es;) l11ancrn~.-No, al menos si escuchan mi consejo -dijo-,púes no es licito disgustarse por la verdad.-Por lo contrnrin, ¿no habrpl11o::¡ de llamar filó-sofo"s y no "filooo;.'<05" a los que bUSC;)!1 .y aman to-das las, cosas en sí?-No cabe la mellur duda.

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"•NOTAS

1 COII CH:I intr oducción se jU5:ilica el aparente desvío que, enrelación al problema general de 1.1 RepJ1blic4, ofrece el lema queV3: luego:? tratar, CSCe) (:S, la índole de la relación entre hombresy mujeres. Por otra parte, adviértase que. cualquier organizacióndel Estado se fundamenta en la familia. Luego, en el libro VJIl,explica el origen' del [,todo y las diversas formas de gobierno. .

!l Esra expresión proverbial se aplica !l los que abandonan sudeber para dedicarse a algo más atractivo; pero menos útil.

3. En el libro yl, 498 d, amplía esta idea, diciendo que inclusocontinuará en el otro mundo,

" En todo el diálogo, Platón solo se refiere a la organizacióny educación' de los guardianes, sin hacer la menor referencia alos artesanos, labradores y menos todavía a los esclavos. Arisróreles

,(Política, 1264 a) lo censura por este olvido, pues no tiene encuenta a la grao masa de la ciudad en cuanto a la .propiedad,mujeres, hijos y educación.

5 Adrastca era considerada frecuentemente como l.lOIPC( o per-sonificación de la Necesidad; castigaba 133 expresiones audaces uorgullosas. "Son sabios los ·que se indinan ante Adrastea", diceEsquilo en Promet eo, 936. Se puede también interpretar en elsentido de que Platón se dirige a ella, pues se ve obligado acometer una posible {alta moral o expresión atrevida a causa de lainsistencia de sus arnir.os.

. ti Véase D(,nlÓSlcn<:~ (l1P0C; rrcvrcdvarov , ~8, ~9) y Platón(/L~)eJ 869· e) .. El ;¡~\I sador y el acusado determinaban 115 pe o 15

en la csrirnsción ~' co.u racstimación a que debían concretarse 101jueces.

7 Parece rdefine ". la cOlfumbre en 101 mim01 de reprc!>enurprimero uno de los ;..e(50na·;e3 varone5 .Y lucgo otro de mu;ere1.Así se dividían 105 r.lirnos de Sofrón, aUlOr de Siracusa, conocidoy amigo de PI'Hón. lar:lbién.-la forma expresiva d~ los mimospüdo influir en P!Jr:':1 para la forma dialogada. Diógene.s Laer-cio (111, 1, 13) dic\: que s<; encontraron los mimos de $ofrón ~npoder de PlatÓrl, con lo cual mostraba el aprecio en que J01 tenía.

13 Aristó¡::!c{ crici(;>. em comp;lfaci9n en: Política 1264 b,!) Es estll b .,pri!l;~r:l, vez que, entre los escritores grieRos, 5e

3.(irma la jguaLhd d~ ·103 dos sexos, en COfllra de la opinión se·ner~11 dé considerar·,' bs mujeres como inferio(ts y discinras pornaturaleza de los hpmbres (Le)'eJ, 780 c; ]enofr'llte, i\femor. JI,~,5; 1:('"./ IIJ, 12, Y 1/11,22),

. lO Tu("id¡,lcs (J, (~) dice que los lacedemoni('.1 fueron los pri- I

meros en l'r:1C[lcar Ir. gimnasia desnudos, Runq,·.- se refiere má~bien ;t 1:1 u¡iliz:1ción de los gimnasios. Sin cmh.I,go, la arqllC"olo-SÍ;!. crc¡~nse mUeSl!:I 1.1 prioriJaJ (.I-IerooolO, 1, 10).

-L[C)320

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·' liOK01U-

." J ¡ ,

XVIII. -Forzosamente -dIjo-. ¿Pero tu, Sócrates,haces consistir el blen en el conocírnlento o en elplacer, o. en alguna otra cosa?-¡Qué hombre éste! -exclamé-. Ya me imaginabaque no querrtas atenerte a lo que han dicho losdemás al respecto. ~'. .

. e -Es que no me parece razonable, Sócrates -re.plicó-, que puedas exponer las opiniones de lasdemás y no L. tuya propia, 'sobre todo cuando tehas ocupado durante tanto tiempo del asunto,-¿y te parece razonable --contesté- que uno ha.ble de las cosas que no sabe como si las supiera?-De ningún modo como si las supiera -replicó- ,pero si que esté dlspuestn a exponer, como unamera opi nión, 10 que piensa.-¿Pues qué? -dije-. ¿No ves qué apariencia las-timosa tienen las opiniones que no se fundan en .e lconocimiento?' Las mejores de entre ellas son ciegas,¿O te parece que difieren en algo de los ciegos que

• '.' van por buen camino aquellos que en su opiniónencuentran la verdad sin comprenderla?-En nada -replicó.

d -¿Quieres, pues, ofr cosas feas, Ciegas e informesen vez de escuchar a otros que hnbrán de exponertecosas' magnfficas y claras? '.-¡Po'r Zeus, Sócrates! -intervino Glaucón-, noahandones el temá como si hubieras llegado al final.

v r." Quedaremos satisfechos, si nos explicas la natura-3SG

2c>

leza del bien como has explicado la de' ia justicia,la templanza y las demás virtudes,-También yo, amigo mío, me dada por satisfecho-repliqué-, pero temo que sea superior a mlsfuerzas y que a pesar de' toda mi buena voluntadcometa errores que me atraigan vuestras burlas.Creed me, queridos amigos, dejemos por esta vez la

e indagación del bien tal corno es en si, pues me seríamuy difícil explicaros su-nat uralez a; tal como yo Jaconcibo, siguiendo el camino elegido, En cambio;estoy dispuesto a hablar de lo que me parece serhijo del bien y que mucho se le asemeja; pero si noIuer a de vuestro agrado, pasaré a hablar de otrascosas,-No, háhlanos del hijo -respondió-; en otra oca-sión cumplirás tu promesa de hablarnos .del padre.

507 -¡Qué más quisiera! -exclamé- que poder pagara la deuda que con vosotros contraigo 'respecto del

padre y poneros en estado de recibirla', en vez delimitarme a ofreceros los intereses, como vaya ha-cerlo, En todo caso, recibid ese simple Inter-és, osea el hijo del bien en sí.v'I'ened cuidado, sin em-bargo, de que no os engañe involuntariamente,pagando menos ele lo debido 30.

-Nos cu i rl ar-c m o s en lo posible -dijo--, Pero') habla ya,-No lo haré =-prosegul-> -sino después de haberosrecordado lo que antes expliqué muchas veces, ydespués que hay áis convenido en ello.

}) -¿I"::n qué? -pregulltó,-l!::n que hay muchas cosas bellas y muchas cosasbuenas, y qre así las designamos,-En efecto -respondió,-y .en que, por otro lado. existe lo bello en si y lobueno en sí, y de igual modo, en todas las cosasque deterrmnnmos como múltíjiles, declaramos quea carla una de ellas ,corresponde su idea 'Que esúnica y r¡ue desígnamos "aquello que es'"-Efectivamente,-Agregaú1l)s' que las cosas son vistas, pero no pen-

e sadas, y las ideas, por ~I contrario, pensadas, pero'no vistas, ' ,-Sin duda alguna,

387

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·-Ahora bien,. ¿con qué parte de nosotros percibí-mos.Ias cosas visibles?-Con la vista -dijo.-¿Y no percibimos -pregunté~ con el.oído lo que'se oye, y las demás' cosas sensibles con los otros.sentidos?-Desde luego., -¿Y no' has observado =-conttnué-c que el creador.de nuestros sentidos puso 'mayor cuidado en la fa-cultad de ver y ser visto que en las demás f'acul-tades?-No me he ñjado precisamente en ello -respondió.-Pues bien, fíj:-,(e en esto: ¿tienen el oído y la voznecesidad de UP.H tercera cosa, el uno para oír y la

d otra para ser oída, de suerte que si esta terceracosa llega a faltar, el oído no oirá ni la voz podráser oída?-No -Qijo 31.

-y creo que in mayoría de las otras, facultades,por 110 decir todas, tampoco necesitan de nada se-mejante. ¿O sabes tú decirme (le alguna?-No -respondió.-Pero respecto a la facultad de ver y ser visto. ¿noadviertes que sí la necesita?-¿Cómo? .-Aunque los ajas estén dotados de la facultad dever y. se los aplique a su uso, y los objetos tengancolor 32, si no interviene una tercera cosa destinada

e a concurrir él la visión, los ojos 110 verán naday los colores serán invisibles.-¿A qué cosa te refieres? -preguntó.-A lo que tú Ilamas luz =-contesté.-Tienes razón -dijo. .-Por 10 tanto, el vínculo que tille el sentido de lavista y la fp.c¡¿ltad de sér visto e~ de una especie

~08 mucho más preciosa que la de todos aquellos quea unen los demás sentidos a su objeto', a menos

que la luz sea a:go despreciable.-No -dijo-, está muy lejos de ser despreciable.XIX. -¿Y él cuál de los dioses que hay en el cielopuedes considerar dueño de la luz y causa de queella nos haga ver y que sean vistos los objetosvisibles lo mejor posible?

, ,

368

-"

-A I mismo que tú y todo el mundo considera-<1ijo-, pues es evidente que preguntas por el Sol,_¿Y la relación 'que existe entre ese dios y la vistano es acaso la siguiente?-¿Cuál? "-La vista no es el So11 ni tampoco el órgano enQue se produce, que llamamos ojo.

b -No, en ('Íecto. '-Pero al menos éste, creo yo, es de todos 1'03 órga-nos de los senttdos el más parecido al S{)ll3--Con mucho, ciertamente .

• . _¿Y es que el Sol no parece haberle infundido lavirtud que posee?-Sin duda ..-i.y no "es verdad también que el Sol, que no es lavista, pero si causa de ella, es percíbldo por estavista misma?-Así es -dijo. .-Pues ten en cuenta -prosegur- que me referíaal Sol cuando hablaba del hijo del bien, que ésteengendró a su semejanza Y que, en el mundo v ls l-hle, 'con relacíón a la vista y a los objetos visibles,es análpgo al bien en el mundo inteligible conrelación a Id Inteligencía Y a los objet-os inteligIbleso pensados. .-;¿Cómo así? -pregunt6--. Completa tu explt-cación.· '. ' 1-¿No sabes =-contlnué-> que cuando m ira m osobjetos cuvos colorea no están Humlnados por laluz del día sino por los astros nocturnos, los ojosven d~l)iln:.:!nte y parecen. casi ciegos, como 51 hu-bleranperdido la n1Udez de la' visión?-Por cierto -dijo.-En cambio, cuando se vuelven haci., objetos ilu-minados PO_f el Sol, ver perfectamet¡te, creo yo, Y .la visión parec!,! estar en esos mLsmcl:] ojos.-Sin duda.

d -Debes comprender que 10 mismo ¡;.,,:urre con res·pedO al alma. Cuando' pone su atención en unobjeto iluminado por 1;1 verdad y el ser comprendey conoc,e, y muestra estar dotada de Inteligencia;en cambio, cuando fija la atepcíón en algo que estáenvue-lto en tinieblas, que n"ce, se corrompe y

.369

....

51,

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muere, no lo ve con nitidez y sólo tiene opiniones,que cambian continuamente, y parece privada dein telígencia.-As! es.

e -Por lo tanto, 10 que confiere verdad a los objetosconocidos y al alma la' facultad de conocer es, ten

. por seguro, la idea del bien; pero 'reflexiona quetambién es ella el principio de la ciencia y de laverdad, en tanto que son objetos de conocimiento.y por hermosas que sean la ciencia y la verdad,no te engañarás al pensar que la 'idea del bien esUna cosa distinta de ellas y más hermosa todavía.y así €Dmo en el mundo visible hay razón parapensar que la luz y la vista tienen alguna analogía

508 con el sol, pero que sería falso decir que son el. a mismo sol, del propio modo hemos de considerar,

en el mundo inteligible, que la ciencia y la verdadson-semejantes al bien, pero que sería un error to-mar a la una o a la otra por el bien en sí, porque lanaturaleza de este último debe considerarse comoinfinitamente superior.-Extraordinaria es la belleza que le atribuyes.-dijo- si produce la ciencia y la verdad y es toda-vía más hermoso que ellas. Según tus palabras, nocabe duela de .que el bien no es el placer.-¡ Calla! :J., -contE:sté.-. Y ahora estudia con mayoratención su imagen de la siguiente manera.

b -¿(,dl,no?-Piensas, creo yo, que el sol da a las cosas visiblesno solamente la facultad de ser vistas, sino tambiénla generación, el crecimiento y el alimento, sin serél mismo la generación de ellas 55.

-¿Cómo podría serlo, en efecto?-Pues bien, dE-igual modo dirás que las cosas in-teligibles no sólo reciben del bien su condición dein teligibles, si no también su ser y su esencia, pero

que el bien mismo sea esencia, sino algo muysuperior a la esencia en dig nidad y poder.

e .L\:, Entonces Glaucón excl amó muy burlona-mente: .-¡Ap'olo, qué prodigiosa superioridad!

370

-Tú llenes la culpa -repliqué- ¿Por qué me obli-gas a decirte lo que pienso acerca de él? .-No te detengas, te lo supllco ,-contestó-. Yacaba la comparación del bien con el Sol, si aúnfalta algo. ,-Sí -rep\,lse-, aún falta bastante .-Pues bien -dijo-, no calles ningún rasgo desemejanza, por insignificante que sea,-Se me escaparán muchos -observé-, pero eneste -momento, y hasta donde me sea posible, 110dejare pasar ningJno voluntariamente.-No omitas ninguno -dijo.

d -E}llonce? :"""'proseguí-, considera que son posreyes, el bien y el Sol, y que el uno reina en elgénero y el mundo intelígibles, y el otro anel mun-do visible, y no digo en el cielo por temor a quecreas que voy a hacer un juego de palabras ,36', ¿Tie-nes presente estos dos géneros, lo visible y lo inte-ligible'! -=-Los tengo.-Ahora supongamos, por ejemplo, una línea cor-

e tada en dos partes desiguales 37; corjernos toda-vía, del mismo modo, en dos cada una de esaspartes, que representan el género visible y el génerointeligible; entonces, en el mundo de lo vlslble,según el orden de claridad y oscuridad de los obje-

510 los' entre _SI, tendrás una primera sección: la dea las í mágenus. Entiendo por- imágenes, en primer

término .las sombras, y en segundo, las figuras refle-judas en I¡ls aguas y en la superficie de ¡OH cuerposopacos, pulidos y brillantes, así como tbdo lo cons-tituido de ''lanera semejante, si tú me comprendes.-Sf, u.; comprendo. .. -Coloca en la otra sección los objetos que esas

~ imágenes repreaentan, es decir los animales, lasplantas y iodas las cosas fabricadas por el hombre.-Ya las ll~ colocado =-dijo.-¿Y no lr' avendr las a afirmar -proseguf- que enel mundo visible existe la misma distinción, conrespecto a la verdad o' a la falta de verdad,' que enel mundo inteligible, y que la imagen es· al objetoque representa lo que la opinión es al conocimiento?

b -Sí, me avengo a ello -contestó,

371s¿

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· .

-Estudia ahora -'Qroseguf- cómo es preciso hacerla división en el mundo inteliglble.-¿Cómo?-En dos partes, de suerte que el alma, en la pri-mera parte de esta sección, cuando se sirva, comode otras tantas imágenes, de los objetos que en lasección) precedente eran originales, se 'vea obligadaa -partir de la hipótesis y avance, no hacia el prin-cipio, sino hacia el resultado; al paso que en la se-gunda sección vaya de la hipótesis al principio queno necesita de hipótesis, sin hacer uso de las imá-genes, como en el caso precedente, procediendoúnicamente por medio de las ideas consideradas enS1 mismas as ..-No comprendo bien lo que dices =-replicó.

c -Comprenderás mejor -contesté- cuando hayasoído.To que \'oy a, decir. No ignoras, creo yo, queaquellos que se ocupan de geometría, aritmética yotras ciencias semejantes dan por supuestos el. n ú-

mero par y el impar, las figuras, tres clases deángulos y otras cosas análogas" según el objeto

• ", de' su dernostr ación, dándolos" por conocidos y to-mándolos como' hipótesis, y no consideran sobreellos exigibles ciar razón alguna,' ni a si mismos ni

, da' los demás, dado que son evidentes para todos;de tal manera. par tiendo de esas. hipótesis y si-gurenrló una cadena no interrumpida de deduccio-nes coherentes, llegan a la proposición que sehabían propuesto demostrar,-No lo ignoro, en efecto -afirmó. ,==]. Y 110 subes que utilizan, además, figuras visiblesa las cuales aplican sus razonamientos, aunque nopiensan en el:~ts mismas,sino en otras representadaspor ella,s, d~ suerte, que razonan sobre el cuadradoen sí .)' su diagonal, pero no sobre los que dibujan,

ro' y de igual modo en los demás casos? 'rodas estasfiguras que modelan y dibujan, que proyectan som-bras e imágenes en el agua, las utilizan como sitambién Cuernn imñgenes, pa['i:lll~gar a comprenderaquellas cosas en sí que solo pueden conocersepor, el ent',.::1dimiento.

:Jl1 -E:; cierto lo que clices -afirml),"l~?ú(_

a XXC.':::":'Ésta es la pr-imera ~lase de objetos inteligi·bIes a que 'yo me reter ía y que el alma; para cono-cer, se ve obligada a servirse de hipótesis, no paraalcanzar el primer principio porque no puede ellar-emontarse "más altá de sus hipótesis, sino utill-z ando como imágenes los objetos mismos que pro-'ducen sombras', y que considera y valora comoevidentes en comparación' con éstas.

1J ,~Cúrnp!,(::T\do -dijo- que te, refieres a 10 ,que sehace en la geometría y en las demás cienclas~ afinesél ella,~Comprende ahora que entiendo po~ la segunda'sección de lo inteligible aquello a que llega la razónpor si misma, con el auxllio de la dialéctica, hacien-do hipótesis, no como principios, sino realmentecomo hipótesis, que le sirven de punto de apoyo Yde impulso para remontarse al principio de todo,hasta 10 no hipotético. Alcanzado este principio ysiguiendo las consecuenctas que de él resultan, des-ciende hasta la 'última conclusión sin valerse denada sensible, sino de las ideas consideradas en sí

e misrnas, por las cuales su demostración comien-za, sigue su curso y termina.-Comprendo un poco -dijQ-, pero no 10 bastantetodavía porque me parece que estás discurriend,osobre una cuestión muy espinosa. Intentas explicar,según creo, que el conocimiento del ser y de lointeligible, tal como se adquiere por la dialéctica,es más claro que el que se ad'1;iiere por medio delus artes a las cuales sirven d¿ prirlcipios ciertashipótesis, Es verdad que quienes siguen el -rnétodo

el propio df' esas artes -est án obligadas a servirse delentendiJlliento y no de los sentidos, pero como susrazonamientos ~e fundan en hipótesis y no ascien·den hasu uh principiO, no parece qu'e esos hombrestengan pura los ohjetos de su¡'estuclio el conoci-miento pUfO que tendrian si sus demostracionesestuvienlIl apoyadas en un principio. Me }J<1rece quetú llamas entendimiento, y no inteligencia, elque se J.(lquiere por medio de, la geoml

, tria ydemás anes análogas, porque el entendinJ!"llto esc,orn(J un ihtermediario entr,~ la opinión " la inte. I

ltgt'llda,

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373S~

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f

("

-Lo has comprendido perfec,tame.nte -dije-.Aplica ahora a estas cuatro secciones estas cuatrooperaciones del alma: la inteligencia, a la sección1!12S elevada: el entendimiento, a la segunda; la

e creencia, a la tercera; .)' la imaginaci6n,a la última.'y colócalas de acuerdo con este orden, juzgando queoarttcrpan tanto más de la certeza cuanto más par-ticipan de la verdad los objetos a que se aplican 39.

-yComprenc1o ~dijo-, .apruebo tus ideas y adoptoel orden que propones.

3/4

LIBRO 1'11

514 1. -y ahora -prosegui- compara con el siguientea cuadro imaginario el estado de nuestra naturaleza

según esté o no esclarecida por la educación. :Re-preséntate a unos hombres encerrados en una 'espe-cie de vivienda subterránea en forma de caverna 1,

cuya entrada, abierta a la luz, se extiende en toda• su longitud. Allí, desde su infancia, los hombresb están encadenados por el cuello y por las piernas,

de suerte que permanecen inmóviles y solo puedenver los objetos que tienen delante, pues las cadenasles impiden volver la cabeza. Detrás de ellos, acierta distancia y a cierta altura, hay un fuego cuyoresplandor los alumbra, y entre ese Iuegoy los cau-tivos se extiende un camino escarpado, a 10 largodel cual imagina que se alza una tapia semejanteal biombo que los titiriteros levantan entre ellos ylos espectadores y por encima del cual exhiben sus'Iantoches. "-lm;lglno el cuadro, -dijo.

e =-Ftgúrnt e además, a lo largo de la tapia,' a unoshornlnes que llevan objetos de toda clase y que sec lcvun ¡ni' encima de ella, objetos que representan,en piedr.\ o en muder a, figuras de hombres y an l-

515 males J de mil formas diferentes. Y como, es¡j natural, entre los que los llevan, algunos conver-

san, otros pasan sin decir palabra.-¡Extr¡!ño cuadro y extraños cautivos! -exclamó.-Scmejántes a nosotros -répliqué--. Y ante todo,¿crees tú que en esa situación puedan ver, de slmismos y de los que a su lado caminan, alguna otracosa fuera de las sombras que se proyectan, al res-plandor del fuego, sobre el fondo de la cavernaexpuesto a sus miradas 2?-No. -éontestó-, porque están obligados a tener

b inmóvil la cabeza durante toda su vida.

381SL(

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-y. en cuanto a los objetos que transportan a susespaldas, ¿podrán ver otra cosa que no sea susornbraj-¿Qué más pueden ver?-y si pudieran hablar entre sí, ¿no juzgas que con-siderarían objeto::> renles las sombras que vieran?-Neces~riamente.-¿Y qué pensarían si en el fondo de la prlslónhubiera un eco que repitiera las palabras de losQue pasan? ¿CreerIan oír otra cosa que la voz de lasombra que desfila ante sus ojos?

'" e -iNo, por Zeus! =-exclamó.-Es indudable -proseguf- que no tendrán porverdadera otra cosa que no sea la sombra de esesobjetos artificiales.-Es indudable -asintió.

1 . ",

_:_Considera ahora ~pro.:>eguí- lo que naturalmen-te les sucederfa sl se lo-s librara de sus cadenas ala vez que se los Curara de su Ignorancia. Si a unode esos cautivos se ]0 libra dé sus cadenas y se Joobliga él ponerse súbitamente de pie, a volver lacabeza, a caminar, a mirar a In luz, todos esos moví.mlentos le causarán dolor y el deslumbramiento le

d írnpedír-á distinguir los objP.lo.<J cuyas sombras velamomentos antes. ¿Qué habría de responder, enton-ces, si Se le dijera que : .ornentos antes solr, ve íavanas sombr-a , y que ahora, más cerca de la rcali-d,:¡d y vuch n la niirJda hací.. objetos reald, goza detilla vis·ión verdnLic¡-:t? Supongamo::;. tambiéll, qlteaJ señ;l1,:¡rj¡; cada UllO de los objetos· que p3SJn, se leobligara, a fu·:::rz:¡ de preguntas, a respondt2¡· qu¿er.111; ¿ríO piensas que quedad;_¡ perplejo y queaquello que antes vera habrla d.: parecerle m<Ísverdadero que 10 qUE: ahora se le muestra 3?-Mucho más verdadero -dijo.

e 11. -y sf se le oblignru a mirar h luz misma delfuego, ¿no herirá ésta .su.s ojo.,>?¿No habni de ues-viarlos para voiverlos a las sombras, que IJuede con-templar sin dolor? ¿No las ju~gará más nítidas quelos objet0s qUe se le muestran?-;-Asf es --dijo.--Yen caso de que Sp lo arranCilra por fuerza de la

382.ss

.,";.~ "!" , ,,'"

caverna ,..--J.lrosegui-, haciéndolo subir por el áspe-ro y. escsrpadc sendero: y no se lo soltara hastasacarlo a la luz del Sol, ¿no crees Que lanzará quejas

516 y. gritos de cólera? Y al llegar a la luz) ¿podrána sus ojos deslumbrados distingulr uno siquiera de

Jos objetos que nosotros llamamos verdaderos?-Al princíplo, al menos, no podrá distinguirlos-contestó.-Si no me engaño -prosegu{-, necealtará acosotumbrarse para ver los objetos de la reglón .supe-rior. Lo que más fácilmente distinguirá serán las.sombras, Juego las imágenes de los hombres y delos demás objetos que ' se reflejan en las aguas y,por último, Jos objetos mtsrnos: después, elevandosus miradas hacia la luz de los astros y de la .luna,

b contempl.rá durante la noche las constelaclonesy el firmamento más fácilmente que durante el díael SDl y el resplandor del Sol.-Sin duda.-Por ultimo, creo yo, podría fijar su vista en el Sol,y sería capaz de contemptarro. no sólo en las aguaso en otras superficies que lo reflejaran, sino talcual es, y alll donde verdaderamente se encuentra.-Nc(:f:sa;iamente -dijo.· .

e ·-Despué!:' de lo cual, reflexionando sobre el Sol,Ilcgará a la conclusión de que éste produce lasl'SLlCICJllc::: y los años, )0 gobierna todo en el mundo

. visible y <".\1<.', de una mallera u otra, es l:l causa l1ecUJnl{) v~íi1 en la caverna con sus compañE:rOB decautiverio··.-Es eVH!J.:lHc -afirro'J- que, uespués L1esus expe-riencias, IL'gadu a .esas conclusiones.-Si· recordara entunces su (.jutigua morada y elS~.d)d qUl! ¡:ll{ se tiené, y pensóra en sus compañe-·ros de e';clavitud, ¿no croes que se consideraríadichoso eDil el cambio y se cdmp8ut:'cerfa de ellos?'-Segurarlli!nte.-y suponi~ndu que allf hubie~;e honor~s, alabanzasy- rCColll.i)enSas establecidos entre sus moradores

11 para prel:1iaf a quien di::,cerníerJ con mayor agu-deza las sr.l:lbras errantes y recordara mé:jof cuálespasanJII p~'~:neras o úllimas. o cu;ilés rnarchab(lnlunt~s y une, por ello, fuese el más Ca¡;:iZ de pre-

3.Q3

'2

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tJdecir su aparición, ¿.piensas tú que nuestro hombreseguiría deseoso de aquellas distinciones y envidia-ría a los colmados de honores y autoridad en lacaverna? ¿O preferiría, acaso, como dice Homero."trabajar la tierra al servicio de otro hombre sinpatrimonio" 5 y sufrirlo todo en el mundo antes quevolver a juzgar las cosas corno se juzgaban allí yvivir como allí' se vivía? .

e -Yo, al menos -díjo--, creo que estada dispuestoa' sufrir cualquíer situación antes que vivir deaquella maner.a, .-y ahora considera lo siguiente -proseguí-: su-pongamos que ese hombre desciende de nuevo a lacavei-na y va a sentarse en su antiguo lugar, ¿noquedarán sus ojos como cegados por las tinieblas,al llegar bruscamente desde la luz del Sol?-Desde luego -dijo.-y si cuando su vista se halla todavía nublada,antes ele que sus ojos se adapten a la oscuridad -locual no exige poco tlempo=-, tuviera que competir

517 con los que continuaron encadenados, dando sua opinión sobre aquellas sombras, ¿no se expondrá

a que se rían de él? ¿No le dirán que por habersubido él las alturas ha perdido la vista y que nisiquiera vale la pena intentar el ascenso? Y si al-guien ensayara libertarlos y conducirlos a la región(te la luz, y ellos pudieran apoderarse de él y ma-tarlo, ¿es que no lo matar ían?~Con todu seguridad -dijo.

<'

lIL -Pues bien -contlnué-, ah í tienes, amigoGlaucón, lél imagen precisa a que debemos ajustar.

lJ por comparación, lo que hemos dícho <lntes: elantro subterráneo es este mundo visible; el res·plumlor del fuego que lo ilumina es la luz del Sol;si en el cautivo que asciende a la región superiory la contempla te figpras el alma que se eleva almundo inteligible, no te engañarás sobre mi pen-samiento, puesto que deseas conocerlo. Dios sabrá!)i es verd;1CIEro; pero, en cuanto a mi, creo que lJ.scosas son como acabo de exponer. En los últimos

e límites del mundo intelí'gible está la idea del bien,que se' per,- _be con dificultad, pero que no pouemos

:\¡q

jpercibir sin llegar a la oonctustón de que es la cau-sa universal de cuanto existe de recto y de -bueno:que en el mundo visible crea la luz y el astro quela dispensa; que en el mundo inteligible, engen-dra y procura la verdad Y la inteligencIa, rY que,por lo tanto, debemos tener fijos los ojos en ellapara con.iucirnos sabiamente, tanto en la vida pr í-

vuda corno en la pública.-Comparto tu opinión -replicó-- hasta donde pue-do en t.e.: .lcrte.-Entonces -proseguí- admite, ,asimismo y no teextraÍ1c$ de que aquellos que han Hegado a esas al-turas no- quieran ocuparse de los asuntos humanos

d y que sus almas aspiren sin cesar a mq_ntenerseen la r€'gión superior y vivir en lo sublime. Nanamás natural, creo yo, si también acerca de estepunto dcuernos atenernos a la imagen trazada.-Es natural, ciertamenle -dijo._¿Y qué? -pregunté yo--. ¿Piensas que es de ex-trañar que un hombre que pasa de las contempla-ciones divinas a los miserables intereses humanosparezca torpe y enteramente ridículo cuando, te-niendo aún, la vista nublada y antes de haberseacostumbrado lo surlciente a las tinieblas que lorodean, se vea obligado a disputar ante los tribu-118 les o en cualquier otro si tío acerca de las som-bras' de la 'justicia o de las imágenes que esas sorn-brus proyectan y a combatir las interpretaciones

e que de ellas hacen los (]UC jamás han visto laJusticia en sí?-Es unposlble extrañarse de ello -contestó ..--Anle~; bien -proseguf-, una persona sensata ha

518 de rec(_lr:1al' que la vista puede turbarse de dosa man~r<l:: y por dos causas opuestas: cuando se

pnsa cit· la luz a la oscuridad, o de la oscuri'dad a laluz. Y :.;¡ r-'eflexiohamos qUe lo propio sucede conel alm;.1, CHl1ndovea a un alma turbada y en difi-cultl1d lJara discernir los objetos, en vez de bvr1ar-se inse:l.5ütamente, estudiará si esa dlflcultad pro-viene c.I':? que, como sale de una vida más luminosa,·se enCt~8ntra ofuscada por las tinieblas; o de que,

IJ ai paS3~' de la ignorancia a la luz, queda deslum-.orada ).)or su vlvo res'plandor. En el primer caso,

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la felicitará por su dificultad y por su actitud ante.la vida; en el segundo se compadecerá de ella y, siquisiera reír a sus expensas/ sus burlas serían me--nos rrdiculas que si fueran dirigidas al alma que des-'ciende de la luz, '

. -Hablas muy acertadamente -dijo.

IV. -Si todo esto es cierto -proseguf-, debemosconsiderar que la educación no es lo que ciertos

e hombres pretenden. Afirman, en 'efecto, que si falo, ta ciencia en un alma ellos la proporcionan, comosi lnfundieran visión a unos ojos ciegos.--:-Por cierto que· lo afirman -dijo. "-Pero lo que estamos diciendo -proseguf- noshace ver que cada cual tiene en su alma la facultadde aprender y el instrumento destinado a ese uso.../ que. a semejanza de l ojo que no podría volversede las t inieblas 11 la luz sino en compañía de todoel cuervo" del mismo modo este instrumento debeapn rtnrse en cornpafua de toda el alma de las co·sas perecederas, es decir de lo que nace, hastapoder soportar la contemplación del ser y de lomás luminoso del ser, que hemos Ilarnad. ,,1 bien,

d ¿No es :lsí?,; ... • I 1. 1 I

-ASl es.-La educación -dije- es el arte de duigir' esteinstrumento y cncont rar pnra ello el méll!c:lo lilásfácil y eficaz. No se trata de infundirle la visión.po:'que ya ]a tiene; pero está desviado y no mirahacia donde debiera. Esto es lo que importa co-rregir.-Eso llle ~)arcce -dijo.-Ahora bi¿n/ podemos admitir que las delEás fa-cultades, )ic.nnad3s facultades del alma, so.n análo-gas a las del cuerpo: si faltan al principio, despuéspued~n adquirirse por el hábito y el ejercicio. Pero

e la facultad del conocimiento perteneée, sin duda,a algo más divIno que jamás pierde su fuerza yque, según la d.irección que se le dé/ viene a serútil o inútil, ventajoso o perjudicial. ¿No has ob·servado. hasta dónde llevan su sagacidad esos in-

519 dividuos de quienes se dice que son. malos, peroa inteligentes, y con qué agudeza sus almas ruines

c.

~

386

dlstlng11en' aquello a lo que se aplican? Obligan asu visión, en modo "alguno débil, a servir de ins-trumento a su malicia, de suerte que, cuanto mispenetrante sea, tanto mayor .será el daño que co-rnata. ' "-Sin duda -dijo.-No'obstante 7"'prosegul-, si desde la infancia se,oper-ase el alma. de tal modo éonfonnada por lanaturaleza Y se extirpara de ella, por así decirlo,

b esas adherencias. de. plomo, destinadas u d~sarro-Ilarse, que la m-rastran a la gula y otros placeresy apetitos semejantes y dirigen su visión hacia lascosas inferiores; 6 si el alma, libre de ellas, hubiera

. sido encaminada hacia la verdad,' esos hombres lapercíbírtan con la misma sagacidad con que pcrcl-ben las cosas sobre las cuales fijan ahora su atan-

ción .-Es probable -afirmó._¿Y no es también probable -repliqué- o, me-jor, ll~'éesaria cG>nsecuenc;a de cuanto hP.IIlOS di-c110 acerca de que no son aptos para el gobiernode la ciudad los hombres que no han recibido edu-cación y no tienen conocimiento, alguno de la ver-dad, ni tampoco aquellos que se han pasado lacia

e la vicia en el estudio? Los primeros porque notienen e:'. la vida un deterrnínado objetivo al quepuedan dirigir todos sus actos, tanto públlcos comoprivados; 10g segundos porque no consentirán nun-ca que se eche i;obre ellos semejante carga/ ere·J ,;,Idose ya en vida en las islas de 1.os bienaventu-rados.-Es verdad -contestó,--Nos corresponde, !)UC.3, a nl·s\)lr03, los funda,jo-res de la ciudad -proseguf-, obli~:ll' a las mejo-

d res naturalezas a que alcancen es\..' conocimientoque aca'~amos de reconocer como el más 5ublimede tocios, contemplen el bien y real¡ :en esa ascen-sión d,~ la que hemos hablado; pel ", una \'ez quese hayan elevado hasta él y lo hayJIl contempladopor bastante tlempo, gvardémonos de permitirleslo que hoy se les permi te:

387s7(

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eARISTÓTELES

"METAFÍSI CA"')l' I

, (Libro 1)- Fragmento - .

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91

980a1 (ALFA:)

1. Todos los hombres, por naturaleza, "desean conocer, Prué-, bu de ello es lu cstíjpa de qne ,g?zan las sensaciones, p'!les,al margen ele su utilidad, las estimamos por; sí mismas; y,por cncimn de' todas, :;l la sensación visual. En efecto, nosólo con el Iiu de obrar, sino aun sin tener que efectuar 25acción alh1'unn, proferimos, por así decirlo, la vista a todolo demás. La causa-de esto reside en que, entre todos lossl'ntidos, ella nos propnrcionn más conocimientos y nos ha-ce patente muchas peculiaridades de las' cosas,

Los animales, por naturaleza, están dotados de sensación,pero en algunos, a partir elc ella, no se constituye ulterior-mente el recuerdo, en otros, sí. Por esta razón, los últimos 980bson más avisados )' lI1{\S capaces de aprender que los quecarecen del poder de recordar, pues los incapaces de per-cibir sonidos son uvis.ulos, mas no pospen la facultad deaprender, tal como ocurre con la abeja y con cualquierolro géncro de nnimu lcs C]lIC esté constituido de esa l11nllcra.'Sólo poseen la .capactdr,l de aprender. los qu~, además del - 25recuerdo, están dotaclos ele ese sentido.

~,Iiclltras Ios nnimalc« viven eÓH el auxilio ele imúgencs yrecuerdos, p~lrt¡cipaJ1dC) 'l'scasnmcnte ele In experiencia; elgéllcro humano se v111(~de la técnica)' del raciocinio; masen los hombres la experiencia nace elel recuerdo. Muchosrecuerdos referentes n una misma cosa dan por resultado 9810una cxpr.ricucin. Y p;u ccicra que la experiencia es casi se-mejante ~l, la ciencia )' ,;', la técnica, empero, ciencia .y técnicaarriban él los hombres a partir de la experiencia, Pues la'experiencia cl1'U'llrlró Ll técnica, como dijo con razón Polo, S

S5

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981a

v

AlUSTÓTELES : 92)' la inexperiencia el azar. Nace la técnica cuando, de uncúmulo de nociones empíricas se elabora un único juiciouniversal válido p~\m todos los casos semejantes. Formularel [uicio que tal medicamento curó. a Calias, qlle se cncon-traba aqucjudo de talo cual cnfcrnuxlnd, y qllü lo.jntsrnohizo con Sócrates . .)' con otros mllch~s individuos; t'S lW01}iQefe l,~\experiencia. 'PCl'O ~nbcr qtle lit) medicamento euró; A.todos Jós"indivi'duos ele cierto ti,po,) considerados corno unac'sl"ccic dctcrhtinarla,' (lCltícjndos de cierta enfermedad," cornopo~' ejemplo, los fleni.1:trcos', o los' biliosds;"b los afectadosde fiebre altn, es cosa de la técnica. .,

CO;1 relación al' obrar, pareciera que experiencia )' tée-: nica en nn(1:1difieren, pucs h lllC'nucIo comprobambs que los

15, • CllipíTicos acierta}) i:nns que !quicne~ poseeJi b ,teoría Si:tlJa expcriencifl. Ln razón de esto resiue en que b e~pcric,n-da es conociniielltp e19 ]0 partiC\lJar, m~cntras que la, t~cnieaJo es, de los universales, )' que el o.bl'~r )'. ct dev~flir pcrrrc-ncccn por eotero nl dominio de lo p:1t~ticlllar. , ,

No es nI hO,mbre en general.\! quien cura 01 médico a noser, pOI,' acqidente, sino a Calin5 O a Sócr,1tes' o [1 algún otroindi\'iJuo así dellomiJ1:1do { nI quC' le ocurre ncciclcllh{rmen.te ser hombre. Entonces, si se posee U teorla ,sin la expe-rienCia )' si se conoce el ulliversal p'C.IO no el 'illdiviclüo sub.SU;;'1 ¡do bnjo 61, se illClll'l'irú en cnrores de Ira tn ;,nicn to, p\l eSes' el il)cliYiduo quien· debe ser tratndO'.

Sin Clllb:HgO, creemos ciliO' en gcnc¡"'al el s~lb('r )' h Ul'fl:\'

cielad de comprender pertenecen mús bien n la ,técnica. quea b C'xpcricnoia y rqmtnmo$ mús sabios a los técnicos gtl0a ]05 crl,1pÍric05, pues la sabidlldl\, en tocJos los hombres,cst;'c ,·jncllbda rll saller m{¡s t'strictQ, Y c;slo ocune. porclLlc,UIlOS conocell la causa)' ,otros no",Los empíricos ~nbcn qw:tilla COsa es, pero ignoran d. porqué; lo;> técnicos" en cambio,COUOCCIl el porqué y la C:~lusa. PC(r esto pensamos que losmaestros ele; obras son mús ck~nos de consic1e¡'aeión, )' son1;1;1.<; S:Ybi()\, que los O]¡íl'TOS m.;nun1cs, porque" C'St.1I1 [11tanto

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9:] ~1ETAFÍSICA (LlDJ'\O 1)

de las CL\\ls~¡s~di': Jo (ll~~i{:ü:cn, ihicntras que los otros, comoocurre COI) ;¡]gul1os seres inanimados, obran sin saber 10 qUl'

hace-n, al ruorln como el fucg\l quema. Los S('H'S innnlmacloscIcctúun 'c;ad.\, una tc1e~cstns "GJ)~lL,S 1.)ell' alguna tcndoncia na-turnl, los nLrc'rós manuales/en enrubio, 10 hacen por hábito.Así, Jos maestres do obras no. son más sabíps por 'su eles-trcza práctica, ~íno pOI'Cjuc tienen la teoría y conocen' ·Ia~C:1US,lS. '

En gCilCI'¡1l, el signo distintivo el el sabio y del ignorantees la cap:widncJ de enseñar; y por esto estimamos (ll:1e latécnica es en más alto grado ciencia que la experiencia, por-(jite los técnicos pueden enseñar )' los otros no, '

Además, consideramos que ninguna ele las sensacionesconstituye la sabiduría. Pues, por importante: qlle sean parael conoc:imil'nto de lo particular no nos suministran el por~"lllé de nada. por ejemplo, por q~lé el fuego es' caliente,sino sólo eplo es caliente.

Por eso (,~ probable que alltLiiío el inventOr de U;llt tóenic:acunlqtliera, clI1nncipnda de las sensaciones orclinnrias, de~-perl,lr<l ndmir,lción entre los hombres. Esto no Sl')to habríaoCl1l'rido a (::ltlSa ue la utilidad de sus 'Í1wenciones, sino porsn sabidtlli:,l y surefiorídnd sobre los demás. Y como· quefucron il1\'(l,tachs cada vez mús 'téenicas, teniendo unas por1l1ir.\ hs !1:ccsidac1es )' otrns el agrado, los' invel\tores de('SL1S l'dlill1.1S fueron tenidos por más sabios c¡ue los prime-ros, porCjIJl.' sus ciencias no estaban enderezadas a la utili-dad. De ah! <jlle una,. vez constituidas todas las técllicas, seclescul,nicru 1 las ciencias que no tienen por objeto ni 'elplncer ni ~a Ilccesidnc1. Se originaron, en primer lugar, enJos países dOIlde ]05 hombres g<;:>zabanele oC,io. Por esta r;:L'Zc)ll LIs lll.1lClllúticas nacieron en Egipto, porque cn ese pnísle fue cOllccdido el ocio a b clase sacerdotal.

lIelllos cstaLleciuo en ln Ética la uifcrL'ncia entre técnica,ciencia y h~,otras actividncles similnrcs. El objcti\'O ele nues·tro tr:1t.llllj(,:1to presente es que se conciDe generalmente a

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('

981b ARISTÓTELES 9,1la llamada sabiduria COIllO ocupada de lns primeras causasy principios: de mancru <]ue, COIllO antes se ha dicho" el cm-

.. 30 pírico parece SGr 111(ISsabio qne el que sólo dispone de cono-cimientos sensibles, cualesquiera que sean; el técnico máslluC el cmpíricn; el maestro de 01>1':15qllC el obrero manual,

9S~ SI LIs ciencias kÓricas que; las productivas. Snlta a la vista quela sabiduría es la ciencia que se ocupa de dcterminndos

--=---"princi,pios y de determinadas causas.

11. Puesto que buscan lOS esa "ciencia, habrá que examinar5 '~cJc qué causa)" d!? qué principios la sabiduria es ciencia. Si

se tuvieran en cuenta lus opiniones que comúnmente se Ior-jan acerca del. sabío, este asunto se tornarla más claro. Sc,supone: a. Cll1C, en la mcdidn de lo pos i01(' , el sabio conocetodns las COS<1S sin tener en particular la eicncia elc cada U"Ja

10 de ellas; b. q\le se Ckl1í..linilla 5auÍO n quien es c<lpaz de COllO-cer lo mús difícil y h que no es fúcilmciüc nccesiule alconocimiento humano, pues siendo el conocimicnto sensiblecomún' ~ todos, es fácil)' no tiene un ápice de sabiduría;at1cmós, e. que quien posee uo conocimiento más rigurasEde 1:1s C~US¡1S y quien es m{ls capaz ele enselíarbs es; encu~lquicr ,género de ci(ncias~ el más sabía. Además, d. entre

15 las ciencias, la mns deseable por si misma y, por el saberque proporciona, se considera que es en mayor medida saoi-duría que la qup sólo es deseable por los resultados. Y, e,que h ciencia clQmill:l1lte es en lll:l)'or medida sabiduría que.la nuxiliar, pues no es cOlllpete!lcin del sabio recibir 6n1e-ncs, sino prcscrilJid;ts. No es él cluicn. debe ouedecer, pueses el mellOS sabio quien debe esbrle sometido.

20 Tales ~on l:1s opiniqncs¡ en naturaleza y en lIúmcro, quese tiene dc la snoiduría y ele los saoios: a. Entre las pecu-li:tridac1es que acabamos de sefialnr, el conocimiento de ta-r:.hs· lns cosas pertenece Ilccesari,ul1cnte a quien posee laciencia de lo tlni\'els~l, P01CJlle éste conoce, elo nlglln~ ma-nera, los casos pnrticuLues que el universal abraza. b. Estos

95 l\IETAFÍS¡CA (r.mno 1) 982nconocimientos', es decir, los más universales para el hombre,5,\)11(Jlli·1.;'IS [o : má s difíciles de adquirir, porqVe son los más 2.:;alejados ele Lis sensaciones. Además, c. las ciencias más rigu-rosas' 5011, las fIlie en mayor medida se ocupan de los prime-ros pr iucipios, plles las q1.l~ se Y~11cn de menos principiosson m!\.<; exactas que lns (jlW tienen (llIe aííadir mús princi-pios; como, !"',f ejemplo, la. aritmética es más rigurosa quela ¡:;comctda. r-fús aún: lit ciencia (llle se ocupa.de las causases en 111:1)'nr mcdicla íusrructiva Cjlle la que no lo hace; puesc;.nscÍla¡: corr.istc cn poder suministrar las causas de cada 30cosa. Adcnnís, d. el saber y 81 conocer, considerados en símismos, se rc.ilizan 111:15 plenamente en el conocimiento delo m:ís eO~Il(l"l'iblc. Quicn nspírti a conocer por el conocermismo lClldr;í_ tilla decidida preferencia por la ciencia más D8Zbc:lb:t1. Y esa cil'Jlei;1 es ele Jo IllÚS cogTloseiulc, pues lo In"S

cOSlloscihk .~t'll los principios primeros y bs causas, A .tra-yés ele [os prineÍliíos y [l parlir oe ellos se conoce lo demósy n0 ill\'cl'S:l:l;elltc los principios a través de los pnrticubrcs<}uc dependen ele eUos. Por úJtimo, c. b cicnci:1. dominante)' superior a la sllborclillnda es ]a que conoce el! virtud de(1116 fin ha Uf' [I:lcerse caua cosa, pcro, para cada inuividuo, 5este. [ill 'es el bien y, Ctl general, el objetivo elel procesona[lIral.

1,;15 c(lmit!cri'lciones (JllC anteceden muestrnn que el 110m-... .01',[, lJl1;.;c~(lC) ;'C(':1e sobre la misnl:\ ctonei;), Li cual ha de cs-crut:1r los jl' imeros principios y las causns, pues el bien, cs 10(h'cir, cl fin, 25 tina ele las causas.y (Jll(' nI) ~c lrnt8 de 1,1l1n.. cicneia proc1ucti\'(l clan ):n1l'ln

las con;.:icIcr"I'ioJlcs de los primeros quc filosofaron. En efec-to, lllrcli1.nl·' la aclmiración los hombres, tanto :\horn comotln~cs. C(l!iW:l?:1wn a [ilosolar. Al comienzo se admiraron ele1.15 diricultades sencillas, después, avanzando gradualmente,pl<ll1tc¡¡roll (lincultadcs cn tomo ele los pl'oulemns m{IS grao 1,5Ve;;, tale" e,'''lO los cambios ele 1" Ltll1a, los del Sol y lascc;trC'][:1<; \, fin;11J11ll1tc, acerca del origen ele] lll,ivcrsa. Ahorél

i,111¡

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r

982b ArlIsr-6TELES 96bien, Cjuien se encuentra perplejo ante una dificultad )' quiense admira, reconoce Sil proplu ignorancia (de ahí (llW elamante de los mitos, de alguíln manera, sea aman le: ele la

snbidur in, po]"Cpic el milo cOI,';i:;t(' en un cúmulo ele mu ravi-

ll.is ). Así, puC's, si los primeros filósofos xc dieron a Iilosofnrpara huir de' Li ignorancin, pcrsiguieron el saber ('11 consi-clcrncióu de'} conocimiento y 110 por su utilidac]. 'Y lo queocurrió da tesrimouio de lo que decimos, pues se comenzóa buscar ese tipo de conocimiento tan pronto se hubieronsatisfecho todas lns ncccsidndcs ele la vida)' todo lo relativodl bienestar r el solaz. Es obvio que no buscamos r-sc cono-cimiento en virtud ele una ulterior utilidad. Y Ú~;; , 'lino 1Ia-111;lnlOS)ibí;,Ga\, hombre que tiene su fin en sJ n,~isrno, )' noexiste pora otro, así decirnos .q1le' ésto cs la {míen ciencialibrc, l)UCSlO que es 1:1 \'lllíC:1 que ticne su propio fin.

Por esto p.orlemo$ con jl1stici~ considerar como no hllJ)1¡)l);\~ll ndquisidón: De t;1lltas lll~lllcr:¡S 1<1 Jl:1turalcza hUl\lana es<.'scl.1\''' CJuc, según' Simónic1cs, puede decirse (lile:

20,"--"',

30

.3('>,. Solo"' Dios l)llcd''c g(n,;'!.r de cse nri'-'ilcgiOI

\. e':; indigno que rl Loml.m:: 110 uus'1uc b cicncia ([lle cslúa SIl :!lcancc. Si le's poetas e5tún en 10 cierto)' la divinidad

9.:':3;1 C'5 cclos:1. es prob:thlc (ll1C, en cste caso, dcbiera estnrlo.y t'l'llc1rían CJlIC :\l'J.; dr~cli('h'1cl()s lodos cunntos se dcslacílron

:3 en c,l:cs clisciplill;¡s. Pl'l'O es jn;1<]misiblc Cjuc la di\'jnidad scacclos:L (y', como c1l'cL;;,iI. e) I,JIo\'crbio, "los pactas nos clicC'n1l1U(']1¡lS mcnlirílS"), )' es menester pcns:w que n¡nguna olra

5 ci('nc;'i:l es sUl?~rior (.ll clig;1icl:td a aquélb, l'tTCS t, cirncinm¡\,s di\'in~} l'S la más \'('llcJ'tlblc y s610 esta cicnci .. lo es pordos r¡Y'Zollés: una ciencia es di\'ina si Dios la posee de lll<l-nCr;l muy csp('cü¡J )' si lr:ltn: de COS;1$ diYinas, Altor,). bien,sólo ('sta ciCllcin s:1li~[:,cc :\l1lb:1S csigl'ncias, pues es opinióng,C'l1c!,;'¡]iz,1Cl) quC' Dios c~ un;). <le bs C:lIIS:lS )' no dctennillnclopril~('ipj(\, y qUl' ]Jio,> ele ln;llll'r~1 C'Xclllsh'a o clninCl1lc po-

lO 5CC'lia eS:1 cl('l1(.'i;1. Tod:1S LIs dCIl1;\s cienci¡lS 111:'1S bicn con·

,',97 l\U,::TAFÍSICA (LIDUO 1)

tribuyen n lns necesidades vitales, pero ninguna es más ex-celente ql1e aCltd:lln.

Sin embargo, en cierto sentido, la adquisición ele esa cíen-, Ll tiene que provocar un estado de ánimo opuesto :1 aquelton tJlle C0ll1CIl7,:1n\OS In inuagación, Todos comi.nzun, comodijimos; ftdl1lirilnllose de q'oe 18.Scosas scnn GQn10 SOI1, como()C'UHe COl1 los titcres cluc"'sé lTI1ICVCn por sí ~olos,' con lossolsticios y con la [nconmeusurnbilidac] ele la dingonnl. Pareceadmirable a quienquiera que' aún no haya escrutado la cau-'sn, que una cantidad no admita ser medida por la unidadmás pequeña. Pero es menester arribar al temple de ánimocontrario y, según el proverbio, al mejor, corno acune: cuan-do se comprenden los ejemplos mencionadós. Pues nada pro-vocaría l\l{\S ndll1lr<lción n "un geómetra que si la ~iagon~lse tornara lllt'llSurablc. , • 'lh (ll1cclaeb cstabl~cido cuál'es la naturale.ia de la ciencia

bllsc'1.c1a y cu¡'d es el objetivo a que debe endérc7.nrse nuestrabllSqllcd:} y nuestra indagación.

911..

1

2

fTI. Es claro quc debcmos procunüllos la cienc'ia de bs pri-IllGr:I~ C:,lIlSU!' ; pllCS decimos' ciue conocemos \.mn. cosa cuando 2consideramos ,;Olloccr su causa primera). Ilablamos de causaen clI:ltro sClitidos di.fcrenles. En primer lugar, decimos cau-"a ;¡ b Ot!Sí:1 ~I n 'lo (lue rs ser cslu' (pues el porqué de unacosa se fl:dll(C en último término :J} enunciado de esn cosa:' el primer porqué es e:ausa y principio); el} s'cgulldo lugar,canS:l es, la I.,',atcria o c_.lsustrnto; en tercer lugñr, 'es rl prin-cipio tk l11()\':'nicnto );, en cuarto Illgar, la láCl1l1d.., "1 ,Il:'sto:1\ l...'rc:cro, ("; el 1'i>1 Y el bien (\1\1,'5 éste es el fin ch~ toJodc,'cllir )' de t~:l , movilniento). ] kmos estudiaclo suficicn-tc;'ll\::,ntc ('5t0 ('11 b Física, Con loHll, teng;l111os en clIenta lasop:nit)11l:'S dI' ~l\licn('s :lntcs ele 11(/ ítros se entrcg:uon :l lail1\",~-"lip,.)¿qi de la nntural~z'1 ~lc 1,,' _,eres y filosofaron ncercnck b \'L'nbd, EVic1cntcínC:;'lltc,'l;lIl,',Jlén :1q\lL,ILo5 reconocieronci,', ¡"S prill(·'píOS· \' [dl'tl:JlI~illac1as) causas, SeTÓ, pues, de

<61.

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ti

983b AI\L<;TÓ'[ELES 98

,

provecho p3ra la presente ínvcstigación qlln nos aboquemosal estudio de CS:1Sopiuioucs, .ptlC~ o bien descubriremos otraclase .dc causa, o bren dcpcsiturornos más confianza en aque-lbs que acabamos de mencionar.

L8. 111:.1)'orparle de Jos ]_lrilllcros filósofos creyeron que losprinciplos de todas las cosas se encontraban exclusivamenteen el dominio de la materia. Ella es 'pues el principio deque consisten todas las cosas)' a partir del cual comienzala generación)' al que finalmente todo se reduce al corrom-

10 . perse, pU0S la ousin subsiste aunque modificada por sus alce-cienes: además, sostuvieron que es el elemento)' el principioele los seres, En vi) lml ele estas consideraciones, crc)'eron

j

que cn el fonclo no existe ni generación ni corrupción, )';1

que esa naturalczn se conserva siempre, así como no afir-mamos flue Súer:1f1:s nazca ;¡bso]ut<1mente c:u:l1lelo se tomabello o músico, ni pcrczc;\ cuanclo picrde estas cualidades,porque el sllstralo subsiste, es decir, Sócrales miSIIIO.. , yotro tanto ocurre con lo c1ctnús. P'OH!UC sicmpre cl(\be existirun:'!. determinada n:rturalcza (una o mús de una) de la CJue'nace todo el resto, mientras ella se eonsen'n. En cuanto rdn{¡!~lcro )' caréÍ.cter de semejante pdncipio, 110 todos concor-(bren. Tales, el [undac'1m ele este tipo de filosofía, c1ijo CJuces el agua (por eso sostenÍít que Jn Tierra flotaba sobre elr.~\,la); CJui7.Ú~ negara a esta creencia obs(,J\'ando que elali;ncnto ele todas las cosas ('s lo húmedo y que el mismocillor nace ele él)' r{le ele 61 vi,·<_, (porque principio es aque-]jo de donde 1):\eCl1 todas las cosas), I'uclo hnber llegado nesla creencia )'nzonanc]o ele csa mancra )' obscr\'rllHlo queJos gérmenes ele todns lns cosns tienen n::ülIrnlezfl hÚl11cd;1y que c] ... ·;·:a es la fuente ele todo 10 hlllllec1o.

lh:' <}\lic·ncs creen que los pensadores de cdad Illuy tem·prail¡\ lllUy alltC'lion:s n los ele csb"t otra gencln(:iún. }' quefueroll los prillwros que trataron de los dioses, se formaronla misma opinión nCC'J'C!l de h Jl:J.turnJczn. En efecto, consi-dCr:1J011 ;\ 0('(.;1110 ,. ;¡ T('li~ p~C1rC5 ele la t/,llerllcióll de las

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15

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30

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cosns y' obsc: varen que el [urnrnento de los dioses se hacepor el ;¡gll:t, (¡tiC los poeLas llaman Estigia. Lo más antiguo('5 Jo Illi~ v('III'r;¡blc, y se [urn por 10 m[IS venerable. Es lllUyil)(.'j(!rlo dele! minar si esta opinión nCCrGLc.1c 1:1 naturaleza 9.'34;\('S, '('11 \'(tnhd, primiLivó y nnli.glla, Sin cmhargo se dice q\lC

('slo rrn lo que pensaba Tales aceren de la primera causa.Con rcspccl» a 11íppón, narl¡o lo considerará digno <le figu-1':11' junto (.'(J:l los primeros pensadores, cn virtud ele la pó-hrczn rlc f;11 inleligencia. :., "

An;lx.JIIJCn.-·s y Díógcncs sostuvieron que el aire es ante- .í

I ior 31 agll'" r lo señalaron como principio ele los clIerpos"i111!)[I;". En ~;II11bio para Hipases dc i\Cctáponto ;' Heráclitode r~r(,SO ('1 rlleg(~ es el principio. El11jJl'~loclcs, fIlle a los11J'illCipirs .\'í' !11CI1CioJl:1dos <1grcgó la ticaa como cuarto dc-111t'llto, ¡¡Ccptl'} cuatro. Sostu\'o que éstos siempre perdur,an.,.. ~(')lo c!'L'¡:J .sollletidos nI de\'('nir por aUlllento o llism!Jlll-CiÚll 11I.1!11(ric:1, sca que se combinen p:wu formar una uni-d;lcI, S('<1 (,III~' se c1ih:rcncien :1 partir oc la ,unic1ad. Anax?\- J(l

gorn.s de, Cl:.:zomonc, m:1)'or que Empédócles en cl1ad. perol'uslcril1r en <.:1I~H1l0 n sus escritos, dijo rjuc los principios':PI1 1I1f i11il,)o. Sos lu \'0 que casi toclas las cosas forIn,ldas de[udl s :>Clll('':,'11lcs, []¡ollleómeras], C0l110 es el caso del ngual) (1 FIIf.~C~I). ~;r:,j() sc engendran );' se destruyen por comLinn- \=¡

ti,":l ~ difl'I":lCi¡¡{'ill]l ele sus p<lrlCS; pero que, en otro sen-tido. "11 IlHH].-, ;llguno nace]) o se destruyen, sino que sub-'::<;ll'l1 elL'rn;:-¡,l1cnlc., I)CSplll'S lle l'Cc()trer L1S opiJ1iones d0 estos pensnclores,110'.1., h 11('1)-;'\J'~': quc ln única causa es la que pertenece ;¡

'1.1 ,_(;¡St.' rllll' 51: 11¡Il11a m;¡tcri;'d. Pcro, uvanz<1Tldo de es.ta ma-n'.'nl, Lt J'l'ldicbd misma les seiialó el camino u seguir)' los!()t'I.0 :t l.il1.1 illdnS;1Cióll ulterior. Por(!uc si es eierlo que toda.;~('I\I;r,1l'i'·/I1 .. loda tlcslrucci611 ticne lugar a partir' de un 20,'1111('!) [1rill"'I}';,' () ele muchos, (~por qué acantee,t' esl'o .\' cuál(.~ la ('i1USll','

[5 OLl\·¡,.1 qUL' el susLrato por sí mismo no 'produce sus

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Page 62: filosofia modulo 1

C)<.;.::;b

AlUST6TELES . 101

10sen i~rillcipios, se hablarln accrtadruncntc, pucslo qllC laC:\tIS;l ele todos los bienes es el Bien en sí [y la de Jos males,el ll1:11]. .

Estos filósofos, como dijimos, parecen haber acertado has-la :1r¡1l1 con dos de las cnusns que tlcf inimos en la Física,Lt mnl rrin ~' el principio del 1110\'il11il'11lo, pC.'\"O 10 hicierondr- 11:1:\ mnucru \·;~'ga.' oscura. Se comporlaron corno en loscoruhatcs suelen hacer Jos soldnrlos mnl prr paruclos, que'embisten por toclns parles r aciertan a menudo con buenosgolpes, pero sin ciencia; igualmellte aquéllos no parecierons:lbC'r lo que dCcÍ:111, porque cnsi nunca o rara vez Ceh~HOJl111:11)0 de' sus principios. Así 1\ ll:l:\úgoras, parn explicar bproducción clcl cosmos se "alió del Intelecto C0l110 de Ul1

dcvs ex machivn, y CU:11l<JOse vio en dificultades para cxpli-car ror (lué causa :lIgo es lleccs;lrio, entonces Jo hizo cntrnl'en e5CClla. En todo lo dCl1l{IS, atribllyó n clIa!cltlicr olra causa111.15 bicl1 quc al Intelecto la geslación del (l('vcl1ir. A su \'ez.¡·:IIlIJ¿'c.1o<::)cs cchó 111[1110 dt: Jas call.);15 Jl1¡'¡s (lile An;l,úgol':ts,pero lo hizo insuEícicntcmc,nte r las usó de tilla manC'ra in-coherente. A n'ees, p:trn él In Amistacl scparn )' b Discordiareúne. pues cual Ido el ulliverso se distribuye cn sus ckll1cn-tos r0l' 001':1 ele la Dis'2ordi:l, ClItonces el fuego y cada lIllO

de los clClIlcntos eot1slilu)"cn un,l ltniclac1; a Sil ve1., cuandopor obra de la AmisLld tiene lugar la uniuacl de los elemen-tos, (S mcnester que las partes (k c:llh elemento se separen1I11:lS de olras.

Ell1pédoclcs, :lpart~'lIldosc de sus preclecesores, fut: rl pri-jllVI'O (ltlC introdujo la escisión dc esta causa, hacicndo queel principio del lno\'imicl1lo 110 [uera 11110sino dos prilll'ipiosl'nllll"l:·ios. :\dcJ1l:\s, fue el primero en lwolar·dl.! cualro ele-I1WIItOS de lIaltl:·"il'i.:1 111¡.1tcritll, pero, en verdad, no se; v;:¡lióti!' cuatro, ~il1o. ('11rigur, sólo dc dos: ele UI1:l p;:¡rtc, el fuegol'nn:;ic1t'r,ldo CIl sí mismo y, de otra, los elCI11Cllt()~ que se1:· opunen (tinra, aire. agua) reunidos en tina sola natura-k:é:l. Pucdc cGl11prol;.:r:;(! esto nI leer su poema. T:1I es, como

15

':!O

:2.5

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;\[I~T,\ FíSICA (1.11l1\O t ) 1)85\ ,1()3dijimos. la n.uurnlcza )' el número dé los principios qllc(",lr.' fd(')~f)r() ('1111I1Ci6.

r'{'ll(:ipn y : 11.rl isclpulc Dcrnócrito sostuvieron que Jos ('lc-nu-ntos sou lo lleno y lo vacío, diciendo (!lIe el tino es el('lllr' :. (,1 nll [) ('1 no-r-ute, 11110 ele ellos, lo lleno y Jo sólirlo,(S ('1 1'11[1'. ('1 n lro, lo vacío r Jo raro, el no-ente (por estor1ijnol1 "l'!" el r-uto no tiene más cxis ccncia que el no-ente,11i ('1 clInpo 1-'l;\S C]lIe el vado). Estas son las causas 'de lasCOS;¡S ('l)tl'll¡hbs como materia.y así .cOJ1l0 los 'fue convirtieron a la ousia subyacente. en

unidad. )1:1cicI1I:10 nacer todas J:1S demás cosas como rnodifi-cacionr-s dc cl!», poniendo lo raro y )0 denso corno principiosele hs mor lif icacloncs, ele la misma rnancra estos filósofosxos tuvicrnn (PiS las 'difr-rcncíns' son las caUS:1S de lns olras('osas. Las difel'encias, dicen, son tres: figura, orden)' po-~il'iúll. I.llWS So!,tuvicron 'que el ente s610 difiere por la pro-porl'ic'J11, el (.'()lItaclo )' la inelin:1ci6n. L:1 proporción es la(igllra, ('1 ('()111:1clo es el orden r la inclinación es la posi-CiÚll: "sí A rlliiere <l.e N por h, figura, AN de NA por elonkll y Z d, N por la posición. Eslos filósofos, tal como}¡icit'l'Illl I()s 01 :'0<;, soslay;:¡ron el examen del origen)' comicn-';:n del I110vill:il:nto.

P¡lITcil.'r¡1 (;1:0. lllS pens;¡dorcs precedentes se limitaron :t

ill\"í'slig.11 la" l:OS callSas que lwsta el momento hemos men-.clol1:1dn.

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