figuras de santidad en el santo pueblo de dios en...
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Figuras de santidad en el santo Pueblo de Dios en Argentina
MONS. SANTIAGO OLIVERA, OBISPO CASTRENSE DE ARGENTINAi
En primer lugar, doy gracias a Dios por la invitación a compartir con ustedes
unas de las figuras de santidad emblemáticas de nuestra Patria, imagen tan querida y
necesaria para el clero argentino. Viene muy bien recordar aquí lo del Papa
Francisco, para tenerlo como marco de referencia: ¨ En la historia de la Iglesia
católica los verdaderos renovadores son los santos. Ellos son los verdaderos
reformadores, los que cambian, transforman, llevan adelante y resucitan el camino
espiritual¨1
El documento conciliar Lumen Gentium en el Capítulo 5, nos recuerda nuestra vocación universal a la Santidad:
<<“El divino Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que El es iniciador y consumador: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5, 48) [122]. Envió a todos el Espíritu Santo para que los mueva interiormente a amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas (cf. Mt 12,30) y a amarse mutuamente como Cristo les amó (cf. Jn 13,34; 15,12). Los seguidores de Cristo, llamados por Dios no en razón de sus obras, sino en virtud del designio y gracia divinos y justificados en el Señor Jesús, han sido hechos por el bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y partícipes de la divina naturaleza, y, por lo mismo, realmente santos”>> 2
Recordemos lo que el Papa San Juan Pablo II nos invitó a reflexionar al comienzo del milenio, sobre nuestro bautismo y la llamada a la santidad:
<<“Preguntar a un catecúmeno: "¿Quieres recibir el Bautismo?", significa al mismo tiempo preguntarle: "¿Quieres ser santo?”>>3
En consecuencia, continua Lumen Gentium, es necesario que con la ayuda de Dios conserven y perfeccionen en su vida la santificación que recibieron. El Apóstol les amonesta a vivir «como conviene a los santos» (Ef 5, 3) y que como «elegidos de
1 Bergoglio-Skorka, Sobre el cielo y la tierra, Sudamericana, Buenos Aires, 2013, 214. 2 Cap.: 5 Lumen Gentium 4, Concilio Vaticano II. 3 Novo Millennio Ineunte, 31: [https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_letters/2001/documents/hf_jp-ii_apl_20010106_novo-millennio-ineunte.html]
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Dios, santos y amados, se revistan de entrañas de misericordia, benignidad, humildad, modestia, paciencia» (Col 3, 12) y produzcan los frutos del Espíritu para la santificación (cf. Ga 5, 22; Rm 6, 22).
Es, pues, completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más humano incluso en la sociedad terrena. En el logro de esta perfección empeñen los fieles las fuerzas recibidas según la medida de la donación de Cristo, a fin de que, siguiendo sus huellas y hechos conformes a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, se entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Así, la santidad del Pueblo de Dios producirá abundantes frutos, como brillantemente lo demuestra la historia de la Iglesia con la vida de tantos santos.4
El Concilio nos recuerda que a la santidad están llamados todos los estados de vida, pero me refiero en estos puntos al sacerdocio, por nuestro santo sacerdote José Gabriel. Brochero vivió el espíritu del Concilio, ciertamente espíritu evangélico, casi 100 años antes.
En el número 41 de citado documento, se nos recuerda a los pastores:
<<“En primer lugar es necesario que los Pastores de la grey de Cristo, a imagen del sumo y eterno Sacerdote, Pastor y Obispo de nuestras almas, desempeñen su ministerio santamente y con entusiasmo, humildemente y con fortaleza. Así cumplido, ese ministerio será también para ellos un magnífico medio de santificación. Los elegidos para la plenitud del sacerdocio son dotados de la gracia sacramental, con la que, orando, ofreciendo el sacrificio y predicando, por medio de todo tipo de preocupación episcopal y de servicio, puedan cumplir perfectamente el cargo de la caridad pastoral. No teman entregar su vida por las ovejas, y, hechos modelo para la grey (cf.1 P 5,3), estimulen a la Iglesia, con su ejemplo, a una santidad cada día mayor. Los presbíteros, a semejanza del orden de los Obispos, cuya corona espiritual forman al participar de su gracia ministerial por Cristo, eterno y único Mediador, crezcan en el amor de Dios y del prójimo por el diario desempeño de su oficio. Conserven el vínculo de la comunión sacerdotal, abunden en todo bien espiritual y sean para todos un vivo testimonio de Dios, émulos de aquellos sacerdotes que en el decurso de los siglos, con frecuencia en un servicio humilde y oculto, dejaron un preclaro ejemplo de santidad, cuya alabanza se difunde en la Iglesia de Dios. Mientras oran y ofrecen el sacrificio, como es su deber, por los propios fieles y por todo el Pueblo de Dios, sean conscientes de lo que hacen e imiten lo que traen entre manos; las preocupaciones apostólicas, los peligros y contratiempos, no sólo no les sean un obstáculo, antes bien asciendan por ellos a una más alta santidad, alimentando y fomentando su acción en la abundancia de la contemplación para consuelo de toda la Iglesia de Dios. Todos los presbíteros y en especial aquellos que por el peculiar título de su ordenación son llamados sacerdotes
4 Lumen Gentium 40: [http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html#_ftn124]
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diocesanos, tengan presente cuánto favorece a su santificación la fiel unión y generosa cooperación con su propio Obispo.”>>5
La santidad, en la mirada del Papa Juan Pablo II, retomo el tema, que considero de vital importancia para cualquier horizonte o desafío pastoral.6
5 Idem 41. 6 Novo Millennio Ineunte números 31 y 32: “En primer lugar, no dudo en decir que la perspectiva en la que debe situarse el camino pastoral es el de la santidad. ¿Acaso no era éste el sentido último de la indulgencia jubilar, (año 2000) como gracia especial ofrecida por Cristo para que la vida de cada bautizado pudiera purificarse y renovarse profundamente? Espero que, entre quienes han participado en el Jubileo, hayan sido muchos los beneficiados con esta gracia, plenamente conscientes de su carácter exigente. Terminado el Jubileo, empieza de nuevo el camino ordinario, pero hacer hincapié en la santidad es más que nunca una urgencia pastoral. Conviene además descubrir en todo su valor programático el capítulo V de la Constitución dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia, dedicado a la «vocación universal a la santidad». Si los Padres conciliares concedieron tanto relieve a esta temática no fue para dar una especie de toque espiritual a la eclesiología, sino más bien para poner de relieve una dinámica intrínseca y determinante. Descubrir a la Iglesia como « misterio », es decir, como pueblo « congregado en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo », llevaba a descubrir también su « santidad », entendida en su sentido fundamental de pertenecer a Aquél que por excelencia es el Santo, el « tres veces Santo » (cf. Is 6,3). Confesar a la Iglesia como santa significa mostrar su rostro de Esposa de Cristo, por la cual él se entregó, precisamente para santificarla (cf. Ef 5,25-26). Este don de santidad, por así decir, objetiva, se da a cada bautizado. Pero el don se plasma a su vez en un compromiso que ha de dirigir toda la vida cristiana: « Ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación » (1 Ts 4,3). Es un compromiso que no afecta sólo a algunos cristianos: « Todos los cristianos, de cualquier clase o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor ». NMI 30 Recordar esta verdad elemental, poniéndola como fundamento de la programación pastoral que nos atañe al inicio del nuevo milenio, podría parecer, en un primer momento, algo poco práctico. ¿Acaso se puede « programar » la santidad? ¿Qué puede significar esta palabra en la lógica de un plan pastoral? En realidad, poner la programación pastoral bajo el signo de la santidad es una opción llena de consecuencias. Significa expresar la convicción de que, si el Bautismo es una verdadera entrada en la santidad de Dios por medio de la inserción en Cristo y la inhabitación de su Espíritu, sería un contrasentido contentarse con una vida mediocre, vivida según una ética minimalista y una religiosidad superficial. Preguntar a un catecúmeno, «¿quieres recibir el Bautismo? », significa al mismo tiempo preguntarle, « ¿quieres ser santo? » Significa ponerle en el camino del Sermón de la Montaña: « Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial » (Mt 5,48).
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En este espíritu me alegra mucho tener este espacio para conocer más a nuestro Santo Cura Brochero.
La vida de San José Gabriel del Rosario
El Cura Brochero nació en Vila Santa Rosa, Cabecera del Departamento Río
1º el día 16 de Marzo de 1840. El 17 de marzo del mismo año fue bautizado en la
Iglesia Parroquial de Santa Rosa.
A los 16 años, el 5 de marzo de 1856 ingresó al Seminario Mayor de Córdoba
“Nuestra Señora de Loreto” en donde recibió su formación sacerdotal, estudiando
la filosofía y teología en las aulas de la Universidad de Córdoba
El 4 de noviembre de 1866, con 26 años fue ordenado presbítero por el
Obispo José Vicente Ramírez de Arellano.
El 10 de diciembre de ese mismo año, en el Seminario Diocesano Nuestra
Señora de Loreto, celebra y preside su Primera Misa.
Se desempeñó como Prefecto de Estudios del Seminario y comenzó su vida
pastoral en la Catedral de Córdoba.
Se recibió en el año 1869 de Maestro de Filosofía en la Universidad de
Córdoba el mismo año en que fue nombrado Párroco de San Pedro llegó allí el 5 de
diciembre. San Pedro, era la sede del Curato de San Alberto.
Tuvo una intensa vida pastoral, no sólo como Párroco de la extensa
parroquia que se le confiaba, sino también otros cargos que supo alternar muy
eficazmente. Trabajó para la Construcción de la Casa de Ejercicios en Nuestra
Como el Concilio mismo explicó, este ideal de perfección no ha de ser malentendido, como si implicase una especie de vida extraordinaria, practicable sólo por algunos « genios » de la santidad. Los caminos de la santidad son múltiples y adecuados a la vocación de cada uno. Doy gracias al Señor que me ha concedido beatificar y canonizar durante estos años a tantos cristianos y, entre ellos a muchos laicos que se han santificado en las circunstancias más ordinarias de la vida. Es el momento de proponer de nuevo a todos con convicción este « alto grado » de la vida cristiana ordinaria. La vida entera de la comunidad eclesial y de las familias cristianas debe ir en esta dirección. Pero también es evidente que los caminos de la santidad son personales y exigen una pedagogía de la santidad verdadera y propia, que sea capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona. NMI 31”
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Señora del Tránsito, (Hoy Villa Cura Brochero), y el Colegio de Niñas de la misma
localidad. Fue designado miembro de la Comisión Censal de Escuelas del
Departamento de San Alberto en agosto de 1876. En el año 1877, Participó del 8º
Sínodo Diocesano de Córdoba. En 1881 fue designado Canónigo Honorario por el
Poder Ejecutivo Nacional, Presidente de la Escuela Fiscal de Villa del Tránsito. Fue
miembro de la Comisión de estudio de un camino que atraviesa las Sierras Grandes,
etc. Son innumerables las actividades que realiza el padre Brochero, pero siempre
desde su ser sacerdotal.
Su obra cumbre, sin duda, que plasmó como Monumento de su “celo
pastoral” fue la Casa de Ejercicios que inaugura en agosto de 1877 y había iniciado
su construcción dos años antes. Desde su tiempo de seminarista entendió por su
propia experiencia que el encuentro con Jesús transforma la vida y el ambiente, por
eso quiso llevar a sus fieles al encuentro con Jesús desde esta experiencia de retiro y
oración convencido que su pueblo y su gente, Traslasierra cambiaría. El progreso
moral de sus fieles como él deseaba se daría desde el encuentro con Jesús.
El 4 de agosto de 1885, es nombrado Cura de la nueva Parroquia del
Tránsito, cargo que desempeña hasta el 30 de mayo de 1898.
Durante ese tiempo misiona y sigue trabajando desde su tierra natal hasta que
asume nuevamente la parroquia el 3 de octubre de 1902, renunciando el 22 de
agosto de 1907 pero entregando formalmente el curato el 5 de febrero de 1908.
Vuelve a su tierra Villa Santa Rosa, hasta que regresa al Tránsito el 21 de
octubre de octubre de 1912.
Muere, enfermo de lepra, en el Tránsito, hoy Villa Cura Brochero, el 26 de
enero de 1914.
Habiendo hecho una breve reseña de la vida del Padre Brochero me gustaría
ahora que conozcamos algunas de las acciones de Brochero: sus cartas y
predicaciones. Gracias a Dios y al notable trabajo del Padre Heredia sacerdote
cordobés y a la profesora Liliana de Denaro, también cordobesa, tenemos la gracia
de contar con una obra que publicó a instancia de la causa de Brochero la
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Conferencia Episcopal Argentina: Cartas y sermones7. Y después por un trabajo
admirable de la Profesora Denaro y publicado por el Centro de Estudios
Brocherianos de la Diócesis de Cruz del Eje contamos con una obra que se llama:
La Faceta Periodística del Cura Brochero8.
Veamos la imagen que nos presenta un periodista cordobés contemporáneo suyo:
“Es un hombre de carne y huesos: usa sotana, esclavina, traje de clérigo, etc. y dice misa,
confiesa, ayuda a bien morir, bautiza, consagra la unión matrimonial, etc. […] Es una excepción:
practica el Evangelio. Desde luego, es pobre, habiendo servido un curato rico durante más de un
cuarto de siglo (Ya es una recomendación!. Es realmente un pastor, según la palabra y la intención
de Jesús: su grey es su rebaño […] Y es muy sana la conciencia del cura Brochero! es muy digna de
respeto! es un apóstol! […] Falta un albañil en su curato para hacer una obra pública, ya sea para
la Iglesia o para beneficio del pueblo! Pues él es albañil y trabaja con sus propias manos a la par
del más esforzado y compitiendo con el más diestro! Falta un carpintero! Es carpintero. ¿Falta un
peón? Es un peón. Se arremanga la sotana en donde quiera, toma la pala o la azada y abre un
camino público en 15 días, ayudado por sus feligreses, sobre los cuales tiene un dominio absoluto y a
quienes da ejemplo y estimula con su esfuerzo personal. ) Falta todo? (Pues él es todo! y lo hace todo
con la sonrisa en los labios y la satisfacción en el alma, para mayor gloria de Dios y beneficio de los
hombres, y todo sale bien hecho porque es hecho en conciencia. Era mi candidato para el 1er
obispado vacante (oh! quien nos diera obispos como el cura Brochero!) y al Presidente de la
República también le gusta mucho; pero es imposible luchar contra la modestia de este hombre que
ha hecho de ‘su curato’ su mundo. ¡No hay que tocarlo de ahí!. ¡No quiere! Y no ha hecho
solamente caminos públicos. Ha hecho también una buena Iglesia. Ha hecho, además, un gran
colegio… (y todo sin subsidio de la Provincia, sin erogación por parte de los miembros de la
localidad! Lo ha hecho todo con sus propias garras!. ¿Milagro? No. La cosa es muy sencilla. Es
cuestión de honradez y voluntad. En otros términos: es cuestión de haber tomado el apostolado a lo
serio, como lo ha tomado el cura Brochero. Llama la campana de la aldea. Doscientos o trescientos
o más paisanos concurren todos son hombres de trabajo. El sacerdote (Brochero) dice su misa y sube
al púlpito. Perora, aconseja y edifica las almas. Les habla de honradez y entra de lleno en el terreno
de la realidad. Les habla de progresos materiales, que corren paralelamente con los
perfeccionamientos morales y acaba por echarles un ojo (si es necesario no me consta) para invitarlos
a todos los oyentes a tomar una pala, una azada, un pico o una carretilla y realizar con él, en el
espacio de un mes, una gran obra para la localidad. ¡Y el paisanaje, que lo quiere a su cura porque
admira sus virtudes, lo sigue con entusiasmo y la cosa se hace sin dificultad! Tal es el hombre, el
verdadero sacerdote, el tipo del cura de aldea […]” (”El Cura de aldea. José Gabriel Brochero” en
El Interior, Córdoba, 5 Noviembre 1887)
7 El Cura Brochero, Cartas y Sermones, Conferencia Episcopal Argentina. 8 “La faceta periodística del Cura Brochero”. EDITORIAL CENTRO DE ESTUDIOS BROCHERIANOS, C.E.B. Centro de Estudios Brocherianos.
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Este es solo un ejemplo, hay mucho más escrito por periodistas que
apasionados por la vida de Brochero, en vida y luego también después de la muerte,
han pintado de cuerpo entero la vida de nuestro santo.
La Oración que realizamos al Cura Brochero, antes pidiendo su canonización
y ahora pidiéndole gracias, decimos al Señor: “Tu dispusiste que San José Gabriel de
Rosario fuese pastor y guía de una porción de tu Iglesia, y lo esclareciste por su celo
misionero, su predicación evangélica y una vida pobre y entregada”. Éstas verdades:
celo misionero, predicación evangélica y vida pobre y entregada es posible en una
vida de profunda interioridad. Me animaría a decir que la vida tan intensa de su
apostolado ha sido posible por su vida de oración, su intimidad con Jesús y
familiaridad con la Palabra.
“… la gente se lamentaba de su mal (la lepra) y él dijo que estaba mejor para
meditar piadosamente en las cosas de nuestro Señor. En esa oportunidad dijo: qué
cosa maravillosa habrá ido oír de labios de Nuestro Señor el Sermón de la Montaña
que nosotros después de haberlo recibido de segunda o tercera mano nos llega tanto
que los mismos Apóstoles fueron tranquilamente a la muerte después de haber oído
el Sermón de la Montaña y que no tenían otra felicidad”.
La Hermana Esclava del Sagrado Corazón, María Lucía Soto ha dado
testimonio de Brochero:
“A partir de 1912, siendo yo religiosa, lo traté con más asiduidad hasta su muerte. Le
leía el Evangelio y escuchaba comentarios que él hacía a propósito de su lectura, y
daba la impresión de que lo vivía. La lectura era motivada por la homilía del
domingo siguiente…Preparaba asiduamente la predicación de cada domingo,
incluso cuando estaba ciego se hacía leer el Santo Evangelio con alguna hermana,
muchas veces yo misma le leía. Cuando terminaba la lectura, me agradecía
diciéndome: “Muchas gracias Hermana Lucía, ya tengo pasto para rumiar todo el
día”
En la misma Positio leemos:
“En cuanto si era versado sobre las Sagradas Escrituras el testigo manifiesta
que difícilmente otro sacerdote conociera tan bien el Santo Evangelio como el
Siervo de Dios. En casa del Dr. Galíndez, los dos únicos libros que tenía sobre la
mesa eran el Santo Evangelio y la imitación de Cristo…Recuerda el testimonio de
un Padre Misionero que decía que el Siervo de Dios conocía de memoria los
Evangelios y algunas cartas de San Pablo”.
“Por lo que pude observar, durante las noches rezaba continuamente, incluso
me despertaba para hacerme participar de sus reflexiones y pensamientos piadosos,
comúnmente referentes al Evangelio…Leía frecuentemente el Evangelio, sobre
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todo lo que hacía referente a su predicación…Su fe, a mi entender, era heroica,
Vivía según su fe…Sobre la lectura de las Sagradas Escrituras puedo dar testimonio
anterior al último período de su vida. Durmiendo en la mísera habitación, separado
por un biombo, me despertaba para leerme algún pasaje y hacerme el
correspondiente comentario”.
El Padre Brochero asumió la Palabra de Dios como algo esencial en su vida
de cristiano, Carlos Rodriguez dice de él “Era muy versado en las ciencias sagradas y
las meditaba profundamente”. Ni siquiera los largos viajes por su curato, o fuera de
él, le impedían leer y meditar el Evangelio, según testimonio del P. Aznar, “entre los
libros que llevaba cuando fue por San Luis, me dijo el viejito Oropel, que lo
acompañaba, que llevaba el santo Evangelio, lo leía, se callaba, y después predicaba.
De ahí que la Positio dice:
“Este contacto habitual a los largo de su vida con la Sagrada Escritura,
configuró su estilo sacerdotal: en su homilías evangelizaba a partir de la presentación
de los hechos y las palabras del Señor. Sabemos que el Siervo de Dios “predicaba
con gusto y elocuencia”.
Estoy seguro de que muchos que no sabían leer en los tiempos del padre
Brochero, han conocido el Evangelio, solo con ver la vida de Brochero, su vida
predicaba el Evangelio.
Otra de las características del Cura Brochero, habla de su inteligencia y de su
capacidad de hablar en un lenguaje claro y llano a sus fieles. No anda con vueltas
nos dirá el sacerdote jesuita Angel Rossi.
Así predicaba la parábola de los talentos:
“A nosotros nos ha dau Dios talentos: a esa señora (señalando a la feligresía)
le habrá dau cinco mil, a esa señorita dos mil, a esos clérigos (curas que lo
acompañaban), ¡oh, ¿quién sabe? ¡Diez millones por lo menos!: ¿y? ¿qué hemos
negociau con todo eso? Habrá muchos de estos hombres que están en la puerta (en
referencia al Gobernador C{arcano, Ferreyra y otros) que no se habrán confesau
quién sabe desde cuándo, de ayuno no hablemos…ya veo que ponen la cara seria…
Pues, bueno, el Evangelio dice que hay que doblar (duplicar) el capital y sino
ya ven ustedes, que el que recibió un talento no lo gastó en chupandingas, ni en
juegos, ni en orgías; lo enterró. Así nosotros aunque no robemos ni chupemos sino
doblamos el capital de los dones que hemos recibido Dios nos va a pedir cuenta.
¡Oh Señor!, dales – a estos curas- celo (fuerzas) para que no doblen el pescuezo
cuando se trata de trabajar, y a toda esta gente tu ayuda para que pueda doblar el
capital...”
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“Dios está en todas partes, pero como los piojos se lo encuentra más en los
pobres”.
“La gracia de Dios, nos dice Brochero, es como la lluvia, que a todos moja”.9
Se desparrama en abundancia…
“Como cuando una cabra trepa a lo más alto de un horno y mueve la colita y
se desgrana por los costados, lo mismo sucede con Dios. El horno representa el
mundo, y lo que cae: la gracia divina”10
“Para llorar como hombre, como puedo llorar yo. Para sufrir persecuciones
como hombre, como puede sufrirlas cualquiera de ustedes. Para padecer hambre,
sed, tristeza. Para experimentar los desprecios de la vanidad, la indiferencia del
orgullo, las burlas de la impiedad, y los denuestos de la emulación. Para beber la hiel
de la calumnia…para sufrir en su persona, como dice el Apóstol, todo cuanto debía
padecer el hombre, a fin de que el hombre experimentase las riquezas de su
misericordia y las dulzuras de su amor. Apareció, en fin, entre nosotros el Hijo de
Dios hecho hombre para asimilarse perfectamente al hombre, a fin de que el
hombre se hiciese Dios, y pudiera participar de su infinito amor…11
“…Se necesitaran más pruebas, más argumentos, para probar que Dios desde
la eternidad me amó a mí, a ustedes, que Dios amó al hombre desde la eternidad, y
que en él terminaba el amor de Dios hecho hombre? ¿Será posible que yo, que
ustedes, será posible que el hombre dude y niegue aún este amor infinito de Dios?
¿Será posible que menosprecie los tesoros de su bondad, que rechace las riquezas de
su doctrina, y que proteste contra sus milagros? ¿Será posible, finalmente, se valga
de ese mismo amor de Dios y de su misma misericordia para herirle lastimosamente
en su corazón y para perseguirle inclementemente en su honor, en su reputación y
en su divinidad?
Mis amados:
“…Sin embargo de ser tan claras y tan convincentes las pruebas de su amor
aducidas, no son más que un pequeño rasguño, un rastro y una sombra, si se
comparan con la prueba de amor, que Dios dará, y efectivamente dio, en la plenitud
de los tiempos, cuando ordenase que su Hijo se hiciese carne y habitase entre
nosotros. Cuando ordenase que se hiciese hombre y tomase la apariencia de siervo,
9 Positio Vol. II, pagina 24
10 Acevedo, 50 años después de su obra en San Alberto.
11 Platica sobre la última Cena, en los Ejercicios Espirituales
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porque entonces la prueba de amor tomaría proporciones gigantescas, y llegaría a su
complemente. Porque este acontecimiento de humanarse el Hijo de Dios era el que
anisaban los Patriarcas, era el que anunciaban los Profetas a través de los siglos, y
era el que fundaba la esperanza del hombre para su felicidad, para su dicha, para su
redención y para poder entrar al cielo…”12
Mis amados: que Dios amó al hombre desde la eternidad es una verdad tan
clara y tan demostrada que el solo pensar lo contrario es y sería el colmo de la
locura, el último esfuerzo de la impiedad, y el último grado de la ingratitud.
El amor eterno de Dios hacia el hombre está escrito en todas las maravillas de la
creación. El brilla en todas las obras de su omnipotencia. Los prodigiosos
fenómenos de la naturaleza, que a cada paso nos asombran, publican por todas
partes ese amor.
Y en la línea del lenguaje “inculturado” el mismo santo nos lo cuenta:
“…voy a dar dos misiones con la que principio mañana en el Ingenio Santa Ana,
y que he predicado dos sermones en Santo Domingo, y dos en dos conventos de
monjas a solicitud de ellas mismas, y 2ª que voy pasando por un predicador de fama
a consecuencias que los periódicos de Tucumán, así me presentaron cuando llegué a
esa ciudad.
Pero lo que quiero contarle es el texto con que rompí en la primera misión. Esta
fue una vaca negra que estaban viendo todos los oyentes. Dije que, así como esa
vaca estaba con la señal y marca del ingenio llamado La Trinidad, así estábamos
señalados y marcados por Dios todos los cristianos. Pero que Dios no marcaba en la
pierna, ni en la paleta, ni en las costillas, sino en el alma. Y que Dios no señalaba en
las orejas, sino en la frente, porque la señala de Dios era la Santa Cruz. Y que la
marca de él era la fe, y que ésta la ponía en el alma, y que se la ponía volcada a todos
los que no guardaban los mandamientos…” 13
En una oportunidad en los trabajos que Brochero realizaba con los
Ejercicios, Brochero trabajaba en todo, hacía como lo que hoy conocemos en
distintos movimientos, “equipo de apoyo”, y estando predicando en esa
oportunidad el padre Campos, invitando a los paisanos a contemplar la Cruz de
Jesucristo, el padre Brochero que lo estaba escuchando, se dio cuenta que los
12 Ídem.: 79
13 Carta a Guillermo Molina, 26 de mayo de 1901, Positio Vol. II, Pág. 26)
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paisanos se dormían un poco que no les llegaba el lenguaje por eso se acerca al
padre Campos y le dice: “Padre mis paisanos no lo entienden” y él tomó la palabra:
“Mira hijo lo jodido que está Jesucristo, saltado los dientes y chorreando
sangre, mira su cabeza rajada y con llagas y espinos. Y esto por vos que sacas la
oveja del vecino. Por vos tiene rotos los labios porque maldecís con los tuyos
cuando te chupás. Por vos que atropellás a la mujer del amigo, Así lo has dejado por
perjuriar y odiar”.14
Y en sus Predicaciones en los Ejercicios Espirituales:
“…Por el contrario, seguid a Jesucristo hasta la muerte, y alistaos bajo de su
bandera, por él, el camino que conduce con seguridad al Padre, la verdad que
descubre todos los engaños y acechanzas de Lucifer, y la vida donde se encuentra la
bienaventuranza eterna.”
…mis amados: no se puede seguir a Jesucristo, ni vivir según su espíritu, y
mucho menos practicar sus virtudes, sin encontrar muchísimas dificultades y
contrariedades, por cuya razón os pongo en esta noche por ejemplar a Jesús, para
que no rehuséis –¡por Dios!- lo que Dios ha padecido por nosotros.15
En la vida santa del Cura Brochero, podemos ver también su ser sacerdotal,
sin lugar a duda, razón de su vida. Brochero hizo un serio discernimiento sobre el
seguimiento de Jesús, también como fruto de la propia experiencia en los Ejercicios
Espirituales:
“En cuanto al trabajo sacerdotal desde que pensé que me debía ordenar, creí
que la corona que se me abriría luego me imponía el deber que creyó el valeroso
Negro Barcala le imponía su valor y deber militar: de esperar a Quiroga sentado
sobre el cañón, pero que después que él y los pocos soldados que tenía habían
quemado el último cartucho, para que sobre él lo degollasen.
Esto es: yo me felicitaría si Dios me saca de este planeta o sentado
confesando o predicando el Evangelio…
Yo le he dicho al Señor Obispo y le he repetido hasta el fastidio quizás,
que…lo acompañaré hasta la muerte, pero como simple soldado que desea morir en
las peleas de Jesucristo”.16
14 Yo Soy yo. Patria Grande, 2011, pág. 57. 15 Plática de las banderas, Conferencia Episcopal Argentina, 1999, pág60-62.
16 (Carta al secretario del Obispado, 2 de febrero de 1907)
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Tenía claro Brochero el porqué de su vida ofrecida, como podemos saber
por la carta que le escribe al Obispo Toro, el 19 de noviembre de 1889. Monseñor
Reginaldo Toro, además de Obispo de Córdoba fue el fundador de las Dominicas
de San José.
“Yo bien comprendo que la carrera eclesiástica se toma para trabajar en bien
de los prójimos hasta lo último de la vida, batallando con los enemigos del alma,
como los leones que pelean echados cuando parados no pueden hacer la defensa.”
Brochero, sabía que Jesús lo había llamado para ser pan que se parte y se
reparte. Sabía que ya no era de su propiedad, era para los demás…para ser comido
fue elegido para hacer la Eucaristía…y hacerse Eucaristía… Sabía que era para el
bien y defensa de su pueblo, de cada uno al que se le confiaba…
Celo misionero: buscaba Brochero a los más alejados. Iba rancho por rancho,
pueblo por pueblo, buscando a todos, pero especialmente a los que necesitaban la
“salud espiritual”. Tenía una pedagogía pastoral impresionante, porque él veía el
corazón de los hombres y la posibilidad de cambio, creía en esa posibilidad como
certeza.
“Preguntaba yo cuál era el hombre más condenado, más borracho y ladrón
de la comarca. Enseguida le escribía una cartita diciéndole que pensaba pasar unos
días en su casa, decir misa, predicar y confesar y que, por tanto avisara a sus vecinos
y amigos. ¡Qué pucha! Yo sabía que esa manera esa gente iba a escuchar, porque si
iba a una casa buena esos pícaros no se iban a acercar”. Es en este celo misionero
que busca a Guayama, o al gaucho Seco y a tantos hombres necesitados de Dios. A
todos quería y a todos trataba con misericordia, misericordia también enseñada a su
colaboradores: “Cuanto más pecadores o más rudos o más incivilizados mis
feligreses, los han de tratar con más dulzura y amabilidad en el confesionario, en el
púlpito y aún en el trato familiar. No den patadas (a la gente) sino hagan como la
mula que se abre caminos con el anca. Y si encuentran algo digno de reto, avísenme
a mí, a fin de que los feligreses no .se resientan con ustedes sino con el cura, porque
ya sé yo cómo los he de retar…yo sé donde se puede andar al trote y dónde al
tranco”
Celo misionero y exquisita caridad como vemos.
La culpa la tiene Jesucristo, respondía Brochero cuando le decían porqué se
acercaba a los más alejados, pecadores y “perdidos a los ojos de los hombres”,
porque Jesús vino para ellos.
Vida pobre y entregada:
13
La vida del cristiano debe ser una respuesta de amor al Amor encontrado. Es
desear cumplir los proyectos de Dios transitando los caminos que él desea, pero
también es aceptar con renovada fe lo que El permite, presenta o envía.
Nos habla Brochero:
“En fin, mi amigo, yo, Usted y todos los hombres somos de Dios en el cuerpo y en
el alma. El es el que nos conserva los cinco sentidos del cuerpo y las tres potencias
del alma, y el mismo Dios es quien inutiliza algunos o todos los sentidos del cuerpo,
y lo mismo hace con las potencias del alma. Yo estoy muy conforme con lo que ha
hecho conmigo relativamente a la vista y le doy muchas gracias por ello. Cuando yo
pude servir a la humanidad me conservó íntegros y robustos mi sentido y potencia.
Hoy, que ya no puedo, me ha inutilizado uno de los sentidos del cuerpo. En este
mundo no hay gloria cumplida, y estamos llenos de miserias.” 17
“… yo siempre me he considerado muy rico, porque la riqueza de una
persona no consiste en la multitud de miles de pesos que posee, sino en la falta de
necesidades, y que yo tengo muy pocas, y éstas me las satisface Dios por sí mismo, y
las otras por medio de otras personas, como son las relativas a la vista, las relativas a
vestirme, prenderme…”18
“Hijos, el Señor me dio la salud. El me la quitó, bendita sea su santa
voluntad. Debemos estar siempre conformes con los designios de Dios.” 19
La Causa de Brochero hasta llegar a la Canonización, el próximo 16 de
octubre cumplirá un año, ha tenido a lo largo de este tiempo, muchos actores, sin
lugar a duda uno de ellos muy importante ha sido el Cardenal Primatesta, por lo cual
me parece muy justo y oportuno compartir sus palabras:
“Aquí en Córdoba conocemos la imagen sacerdotal del Cura Brochero, que
va por las sierras, buscando a los hombres, a los más pecadores, quizá porque más
abandonados, para llevarlos a Dios; el Cura Brochero, que prácticamente
reconstruye el pueblo, que busca los medios materiales para un desarrollo que sirva
a Dios, que sirva para una vida humana más alta…
Ese Cura Brochero que, después, entrega su vida en el silencio, en el dolor,
en la prueba de la tribulación, y casi diría, de la incomprensión y de la marginación, y
que muere en medio de su pueblo, con esa lepra de la cual se había contagiado en
sus misiones apostólicas, y queda como una semilla metida en tierra…. 17 (Carta a Romualdo Recalde, 6 de octubre de 1910)
18 (Carta a Nicolás Castellano 2 de noviembre de 1913)
19 Positio Vol. II, página 53.
14
…José Gabriel Brochero que centra toda su acción sacerdotal en salvar almas, en
salvar a los hombres haciéndoles comprender por la reflexión de los Santo
Ejercicios Espirituales, esos días de retiro, de disciplina, de mortificación, que lo
único importante es Dios y que es sólo Dios quien da sentido a la vida aquí en la
tierra; que aquí en la tierra estamos, primero, para hacer un camino hacia el cielo y
por eso mismo, porque hay que peregrinar caminando hacia el cielo, hay que saber
usar la tierra para llegar a Dios…” 20
La misión es fecunda cuando está marcada por la Pascua. La vida cristina es
tal si se vive en clave pascual, muerte y vida…Así lo vivió Brochero, que
experimentó diversas contrariedades en su ministerio y a la vez pasó por el dolor de
la enfermedad y por ella la soledad y sufrimiento. Brochero fue haciendo un
proceso de su enfermedad. Aquí también nos consuela ver a “un santo” que va
asumiendo aquello que Dios le va presentando, y va haciendo el camino de una vida
más santa y entregada, que a mi entender la podemos conocer por su carta al
Obispo Amigo, de Santiago del Estero, Mons. Yañiz.
“Diga al Doctor Nores que, antes que acabe el mes, iré por Córdoba a
hacerme curar de una enfermedad, que me apareció inmediatamente de volver de
Buenos Aires el año pasado, y que según mis conocimientos médicos consiste ella
en que estoy sarnoso, pues tengo un escozor y granería desde el codo hasta las uñas
de la mano y desde las rodillas hasta el empeine de las patas, y que lo mismo es en
los dos jamones de las ancas. Que se apronte, por consiguiente, para curarme en
cuatro días, a fin de poder pasar en el corriente mes por Buenos Aires a hacer iniciar
los trabajos de nuestro ramal”21
Llegado el mes de julio el Padre Brochero le escribe nuevamente al Obispo
Zenón Bustos, narrándole las consecuencias de su enfermedad y la situación ante la
vejez:
“Mi vejez, mi Señor, me ha apretado tan de golpe…que he perdido tres
muelas, y no me deja calentar en la cama, si una hora antes de entrar en ella no
pongo dos botes con agua caliente…Por otra parte como algunos de los médicos
(no todos) dijeron que mi enfermedad era lepra, me disparan las Esclavas, los
Jesuitas, y hasta la Señora de Recalde (a pesar de ser ella y su esposo uno de los
principales amigos y de los que más me quieren) me dispara, y por eso le acaban de
pedir que me saque pronto del curato y lo ponga a Acevedo antes que se vaya del
Tránsito….Por las dos razones apuntadas espero: 1º que no me ha de dejar de Cura
20 Homilía del Card. Primatesta, 3 de febrero de 1980, en el Centenario de la llegada
de las Esclavas a Brochero.
21 Positio, Tomo I, página 438
15
al Junio del año venidero; y 2º que no lo ocupe a Acevedo para que él sea el
Cura…”
Brochero murió casi con 74 años, era una intensa vida, uno tiene la intención
de compartir con ustedes todo lo que Brochero dijo e hizo, pero es imposible,
gracias a Dios hay numerosa bibliografía de Brochero y sobre Brochero. Para ir
terminando me gustaría que nos quede a toda la certeza de que Brochero santo, asi
que como en su tiempo salía a las periferias de su parroquia y su curato, era un cura
salidor, en el lenguaje del Papa Francisco, lo sintamos también como amigo, que
viene a nuestra “periferia” que también nos busca y nos invita a un encuentro más
hondo con Jesús en su Iglesia.
En un libro que tuve la gracia de escribir,22 titule un capitulo La Amistad,
porque Brochero fue un hombre de amigos:
Brochero amaba a Dios con todas sus fuerzas y todo su corazón y por eso era amigo
de Jesús.
Jesús nos trataba como amigos, Brochero llamaba y trataba como tal.
Amigo, llamaba Brochero a todos… la amistad acorta distancias y acerca corazones.
Amigo. ¿Cuántos y cuáles sentimientos surgen en nuestro corazón?
A ustedes los llamo amigos no dijo Jesús.
Amigo, es quien nos acompaña en el camino. El que te ayuda y sostiene. El que
comparte la vida. El que habla y calla….el que agradece, disculpa y sabe pedir
perdón.
Amigo, nos llama Brochero.
“Amigo mío: Aunque usted me trate con tanta etiqueta, sin embargo yo lo trato – y
lo he de tratar- como siempre, dándole el título de amigo, porque lo soy – y lo seré
siempre- amigo de usted. “23
Guayama, era un conocido montonero del Chacho Peñaloza que había
quedado al margen de la ley. Brochero, hizo lo posible por restaurarlo y ayudarlo a
cumplir la ley acercándolo a Jesús. Y para ello intentaba ponerlo cara a cara con el
Señor por medio de los Ejercicios Espirituales, “los baños del alma” como los
llamaba el Cura Brochero, él sabía por propia experiencia que el encuentro con Jesús
transforma la vida.
22 Orando con el Cura Brochero, Cap. 14: La Amistad, Ágape 9na Ed. 23 (Carta al Pbro. Campany, 24 de febrero de 1887)
16
“Don Santos, son tantos los deseos que tengo de verlo y estrecharlo entre
mis brazos, que los días me parece años…”24
El deseo de Brochero, se vio truncado. Santos Guayama fue fusilado sin
formalidad de juicio el 4 de febrero de 1879:
“… A los cinco días, vi, en un diario, con profundo dolor de mi alma, que
Guayama había sido muerto en la cárcel pública. Y varios sanjuaninos me dijeron
que había sido fusilado allí…He ahí lo que hice por este amigo y he ahí cómo y
dónde acabó su vida, y he ahí como se frustraron todos mis esfuerzos y las ansias
de innumerables personas que deseaban la moralización de Guayama y sus
secuaces.”25
“De Guayama se decía que era muy malo, pero para mí era un manso
cordero y muy buen amigo”26
Quisiera terminar con un texto que para mi es la plenitud de entrega, de
profundidad espiritual, que en Brochero habla de comunión y une en su persona: el
pasado, el presente y el futuro. Y comparto con ustedes la carta que le ha escrito a
su amigo:
La Carta del Padre Brochero, a su amigo Obispo, es la oración “sacerdotal”
también como Jesús Brochero reza por los pasados, presentes y futuros.
Leerla y rezarlo nos lleva a pensar en ese corazón sacerdotal de Brochero,
que se entregó por todos y rezó también por nosotros….siempre nos conmueve
sabernos fruto de la oración del pastor. El pastor bueno, que reza mucho por su
pueblo….
Brochero le escribe al 1º Obispo de Santiago del Estero, Martín Yañiz, su
antiguo amigo y compañero de seminario:
Mi querido:
Recordarás que yo sabía decir de mí mismo, que iba a ser tan enérgico
siempre, como el caballo Chesche que se murió galopando; pero jamás tuve
presente que Dios Nuestro Señor es y era quien vivifica y mortifica, quien da las
energías físicas y morales y quien las quita: pues bien, yo estoy ciego casi al remate,
apenas distingo la luz del día, y no puedo verme ni mis manos, a más estoy casi sin
tacto desde los codos hasta la punta de los dedos y de las rodillas hasta los pies, y así
24 El Cura Brochero, Carats y Sermones, Bs. As. 1999 25 (Carta a Cipriano Baéz Mesa, 21 de diciembre de 1894)
26 (Positio Vol. I, página 127)
17
otra persona me tiene que vestir o prenderme la ropa; la Misa la digo de memoria, y
es aquella de la Virgen cuyo Evangelio es: "extollens quaedam mulier de turba ... "; para
partir la hostia consagrada, y para poner en medio del corporal la hijuela cuadrada,
llamo al ayudante para que me indique que la forma le he tomado bien, para que se
parta por donde la he señalado, y que la hijuela cuadrada está en el centro del
corporal para hacerlo doblar; me cuesta mucho hincarme y muchísimo más
levantarme, a pesar de tomarme de la mesa del altar. Ya ves el estado a que ha
quedado reducido el Chesche, el enérgico, el brioso.
Pero es un grandísimo favor el que me ha hecho Dios Nuestro Señor en
desocuparme por completo de la vida activa y dejarme con la vida pasiva, quiero
decir que Dios me da la ocupación de buscar mi último y de orar por los hombres
pasados, por los presentes y por los que han de venir hasta el fin del mundo.
No ha hecho así contigo Dios Nuestro Señor, que te ha cargado con el
enorme peso de la Mitra hasta que te saque de este mundo, porque te ha
considerado más hombre que yo, por no decirte en tu cara que has sido y sos más
virtuoso que yo.
Me ha movido a escribirte tal cual ésta porque tres veces he soñado que he
estado en funciones religiosas junto contigo, y también porque el 4 del entrante
enteramos 47 años a quienes eligió Dios para príncipes de su corte, de lo cual le doy
siempre gracias a Dios, a fin de que nos veamos juntos en el grupo de apóstoles en
la metrópoli celestial.27
J. Gabrie1 Brochero"
Tiene Brochero, conciencia de la comunión…
Tiene Brochero, conciencia que está y pasa, que muchos construyeron y muchos
seguirán…
Tiene conciencia y mirada eclesial….
Tiene Brochero confianza en la mano de Dios, las mejores…
Tiene Brochero, corazón dócil que acepta la Voluntad del Padre…
Vivió su Pascua en la Villa del Tránsito tres meses después de esta carta, el 26
de enero del año 1914 Brochero, entendió que una patria chica, y una Patria grande
27 Octubre de 1913. Positio, Tomo I, páginas 476.
18
mejor, se podía dar con cambios de actitudes y corazones. Para ello trabajó para una
Patria inclusiva, fraterna y justa. Pero quiso que, desde abajo, desde el corazón de
cada feligrés comenzara el cambio, Entendió bien lo que significa la cultura, y quiso
instalar la cultura del encuentro, de la solidaridad y de la justicia. También golpeando
puertas a los gobernantes para que se acuerden de los más alejados y postergados.
Brochero, sigue mostrando hoy caminos como entonces, el conoce de “abrir
senderos”.
Hasta hoy, en la Villa que lleva su nombre, son innumerables los peregrinos
que se acercan a venerarlo y a experimentar de cerca la fuerza de su intercesión.-
i Nació en Buenos Aires el 7 de enero de 1959; ordenado sacerdote el 18 de septiembre de 1984; elegido obispo de Cruz del Eje el 24 de junio de 2008 por Benedicto XVI; ordenado obispo el 18 de agosto de 2008 por Mons. Justo Oscar Laguna, obispo emérito de Morón (co-consagrantes: Mons. Luis Guillermo Eichhorn, obispo de Morón y Mons. Omar Félix Colomé, obispo emérito de Cruz del Eje); tomó posesión e inició su ministerio pastoral como tercer obispo de Cruz del Eje el 7 de septiembre de 2008. El 28 de marzo de 2017, el papa Francisco lo nombró obispo castrense. Tomó posesión e inició su ministerio pastoral como cuarto obispo castrense el 30 de junio de 2017. En la Conferencia Episcopal preside la Comisión de Comunicación Social. Lema episcopal: «Los amó hasta el extremo». Dirección: Comodoro Py 1925, 1104, BUENOS AIRES, tel: (011) 4311-9113 / 7431 / 9240, fax: (011) 4311-4081. Correo electrónico: [email protected]
Algunas publicaciones que hacen referencia a ésta ponencia:
Orando Con El Cura Brochero, Ágape, 2013.
Cura Brochero: pastor con olor a oveja, Editorial Claretiana, 2016
Y su Publicación en Italia, Roma: Cura Brochero. Pastore con l'odore delle pecore, Librería Editrice Vaticana, 2017.
Tambien en revista Pastora, Revista Criterios, Revista Universidad de Hürligan.