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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90221948003 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica MAURICIO A. FERREIRA CARRIEL, NICOLÁS A. GUTIÉRREZ BRAVO Consideraciones políticas y sociales del proyecto neoliberal en Chile: 1978-1990 Sociedad Hoy, núm. 8 - 9, 2005, pp. 27-37, Universidad de Concepción Chile ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Sociedad Hoy, ISSN (Versión impresa): 0717-3512 [email protected] Universidad de Concepción Chile www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Historia

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  • Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90221948003

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    MAURICIO A. FERREIRA CARRIEL, NICOLS A. GUTIRREZ BRAVOConsideraciones polticas y sociales del proyecto neoliberal en Chile: 1978-1990

    Sociedad Hoy, nm. 8 - 9, 2005, pp. 27-37,Universidad de Concepcin

    Chile

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Sociedad Hoy,ISSN (Versin impresa): [email protected] de ConcepcinChile

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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    Consideraciones polticas y sociales del proyecto neoliberal en Chile: 1978-1990Political and social considerations of the neoliberal project in Chile: 1978-1990

    MAURICIO A. FERREIRA CARRIEL y NICOLS A. GUTIRREZ BRAVO*

    RESUMEN

    El presente artculo busca desentraar algunas de las dinmicas que pusieron en marcha a nuestra historia reciente en los aos 70. En tal sentido, describiremos referencialmente algunos de los parmetros de la modernidad ilustrada, destacando su carcter expansivo y liberal respecto a las estructuras de dominacin del pasado. Examinaremos, adems, el avance del modelo neoliberal al interior del rgimen militar, planteando que no solamente revierte la crisis doctrinaria de la dere-cha, sino tambin proporciona los elementos tericos para un nuevo comienzo. Adicionalmente, revisaremos la relacin neoliberalismo-proyecto ilustrado, subrayando que el modelo privatizador re-significa algunos de los elementos capitales de dicho proyecto. Daremos cuenta, por ltimo, de la lgica poltica heredada y reproducida por la Concertacin una vez que asume la conduccin poltica del pas: la democracia protegida.

    Palabras claves: Modernidad ilustrada, crisis ideolgica de la derecha, dimensin poltica-social del neoliberalismo, resignificacin del proyecto moderno ilustrado, democracia protegida.

    ABSTRACT

    The main purpose of this article is to figure out some of the dynamics that began our recent history in the 70s. In which sense, some of the parameters of the cultured mmodernity will be described in a referential way, highlighting their expansive and liberal character regarding to the dominated structures of the past. The advance of the neoliberal pattern in the militar regime we will also be studied, and here it is important to outline that it does not only revert the doctrinal crisis in the right-wing movement, but also provides the theoretical elements for a new start. Additionally, we will revise the neoliberalism-illustrated project relation, outstanding the fact that the privatization pattern renews the significance of some of the capital elements of this project. Finally we will review the inherited political logic reproduced by the Alliance of Parties for Democracy (Concertacin ) once it assumed the political leading of the nation: protected democracy.

    Keywords: Cultured modernity, Ideological crisis of the right-wing movement, political-social dimension of neoliberalism, renewed significance of the cultured modern project, protected democracy.

    Recibido: 18.08.2005. Aceptado: 10.10.2005.

    * Profesores de Historia y Geografa de la Universidad de Concepcin. Mauricio A. Ferreira C. E-mail: [email protected], Nicols A. Gutirrez B. E-mail: [email protected]

    SOCIEDAD HOY 8/9: 27-37, 2004/2005 ISSN 0717-3512

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    I. DIMENSIONES DE LA MODERNIDAD

    ENTENDIDA la modernidad como ... los modos de vida u organizacin so- cial que surgieron en Europa desde alrededor del siglo XVII en adelante y cuya influencia, posteriormente, los han convertido en ms o menos mundiales (Giddens, 1999), se nos presenta como una conceptualizacin que lleva consigo un claro componente hegemnico, tanto as que sus postulados se han vuelto globales. Un ejemplo de esta situacin pudo observarse a mediados del siglo XX, cuando producto del proceso de descolonizacin decadencia del imperialismo europeo las antiguas colonias asiticas y africanas abandonaron sus propios sis-temas de organizacin poltico-sociales, adoptando al menos de facto el sistema democrtico representativo, ideado, practicado y desarrollado por las metrpolis europeas con mayor o menor mpetu desde la cada del Antiguo Rgimen.

    La sociedad europea-occidental, mediante su peculiar proceso de expansin material e ideolgica, irradi al mundo los valores de la denominada Modernidad, legitimando la idea de progreso, libertad, igualdad y razn que tuvieron su correlato en los histricos procesos emancipadores Independencia de EUA y Revolucin Francesa tan importantes para la ruptura del antiguo sistema de dominacin basado, como se recordar, en la tradicin.

    La modernidad ilustrada, por tanto, contribuy a desatar el dominio socio-cognitivo ejercido por la religin hasta bien avanzados los siglos XVIII-XIX, pro-pugnando un nuevo orden poltico, social y econmico; forjado segn Habermas (1987), ya no en una lgica providencial propia del medioevo, sino en un doble proceso de racionalizacin1, surgido, a saber, de una organizacin poltica diferenciada y estratificada de acuerdo a ella.

    Sin perjuicio de lo anterior, la Ilustracin para Habermas es un proyecto inaca-bado2, fundamentalmente debido a que sus propuestas emancipadoras no se han desplegado a cabalidad, a causa del predominio de una racionalidad no basada en la accin comunicativa, en la preponderancia del mejor argumento, sino en los imperativos sistmicos: la jaula de hierro anunciada por Weber a principios del siglo XX.

    II. UN NUEVO COMIENZO

    El quiebre poltico de 1973, atendiendo a lo planteado por Giselle Munizaga y Carlos Ochsenius (1983), Pilar Vergara (1985), Jos Joaqun Brunner (1990),

    1 Por una parte, aparece un subsistema social sustentado en un mecanismo de integracin sistmica cuyo medio especifico es el poder (control diferencial de recursos de coaccin y, con ellos, de otros recursos sociales). Por otra parte, las visiones del mundo mticas se ven cuestionadas; ahora tienen que afrontar el problema de crear una legitimacin a las desigualdades que han surgido en el seno de las relaciones sociales. Las visiones de mundo tienen que ofrecer una legitimidad a la organizacin poltica dentro del contexto de una sociedad estratificada (Serrano Gmez, 1994).

    2 La modernidad: un proyecto inacabado. Discurso pronunciado por Habermas en ocasin del reci-bimiento del Premio Adorno 1980.

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    Toms Moulian (1997) y Gabriel Salazar y Julio Pinto (2002) marca el inicio de nuestra historia reciente.

    Los militares en el poder para desplegar sus objetivos se valieron de la violencia contra la cultura democrtica propiciada por la Unidad Popular, articulando no una mera restauracin del orden democrtico liberal, sino un nuevo comienzo. Bajo la lgica discursiva de los actores que fomentaron el golpe de Estado, el nuevo orden deba estar libre de los elementos no deseables que llevaron al pas a la catica situacin previa.

    Lo que en un comienzo fue principalmente reaccin defensiva, contrarrevolucin des-tinada a reimponer el orden violentamente, se convirti en los aos siguientes en un proyecto de refundacin del orden sobre la base de nuevos dispositivos hegemnicos (Brunner, 1990).

    Considerando la cita de Brunner, cabe ahora preguntarse, cules eran los dispo-sitivos hegemnicos que actuaban en la sociedad chilena previo al impulso del 73?

    En el periodo anterior, definido por Cousio y Valenzuela (1994) como politiza-cin, la integracin social estaba articulada por la instancia poltica, por el Estado. Dicha instancia no generaba amplios espacios de autonoma en la poblacin lase sectores medios y populares, ponindolos al alero cmplice del Estado planificador3, transformado a esas alturas en un Mega y Meta-Actor (Hopenhayn, 1995) por la cantidad y magnitud de sus tareas modernizadoras4.

    Los anteriores dispositivos hegemnicos estuvieron, en consecuencia, nti-mamente relacionados a la integracin emanada desde el Estado, constituyendo mecanismos populistas que sometan a las clases populares mediante el expediente bsico de la redistribucin.

    El populismo es diferente y antittico con lo popular. Esta ltima opcin se juega por una poltica de autonoma mientras que el populismo representa una estrategia de integracin y de desperfilamiento del conflicto clasista (Moulian, 1997).

    El golpe, que en una primera instancia fue una reaccin defensiva socialmente compleja de un orden hegemnico amenazado, luego del momento inicial, satu-rado de violencia, logr vestirse de ropajes a tono con el momento histrico que comenzaba a abrirse, institucionalizndose como rgimen poltico.

    Es en este contexto que surge al interior del nuevo rgimen una pugna ideolgica por quien lo interpretaba mejor en trminos polticos y econmicos.

    Consideraciones polticas y sociales del proyecto neoliberal en Chile: 1978-1990 / M.A. Ferreira C. y N.A. Gutirrez B.

    3 Ocupamos el trmino Estado planificador en vez de Estado de bienestar, considerando que en el con-texto latinoamericano y chileno el papel desempeado por el Estado en los procesos modernizadores fue mucho ms amplio que en los pases europeos. El Estado, por tanto, debi buscar frmulas para transformar una sociedad atrasada (agrcola y minera) en una sociedad urbano-industrial.

    4 Modernizacin se puede definir como un proceso de cambio cultural, social, poltico y econmico que ocurre en una sociedad que se mueve hacia patrones ms complejos y avanzados de organizacin, liber-tad, comunicacin y democratizacin en todos los mbitos. En este sentido, se trata del proceso que busca concretar e implementar los valores y promesas de la modernidad (Larran, 2002).

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    El capital, junto al sector social que lo representaba como se recordar, haba sido o ms bien dicho se haba sentido constreido por el rol redistributivo asumido por el Estado durante la Unidad Popular, buscando encauzar sus intereses y demandas en un proyecto poltico que no tuviera las ineficiencias propias del populismo socializante.

    Dichos intereses y demandas seran satisfechos luego, cuando el neoliberalismo logra imponerse a las otras corrientes doctrinarias (nacionalismo, Doctrina de la Seguridad Nacional, tradicionalismo catlico) en la disputa por la hegemona ideolgica del rgimen militar.

    Cabe sealar que el neoliberalismo, como proyecto global, se fue perfilando en fases estructuradas sobre la base de la posicin que iba asumiendo su ideario dentro del rgimen. En 1985 Pilar Vergara distingua cuatro fases en el neoliberalismo chileno, la ltima de las cuales 1984 en adelante marcaba su decadencia. La historia dira otra cosa.

    i. 1973-1975: coexistencia de las distintas corrientes mencionadas, sin que se pueda apreciar supremacas ideolgicas. Neoliberalismo, ideologa marginal.

    ii. 1975-1978: emergencia del neoliberalismo en el mbito exclusivamente eco-nmico

    iii. 1979-1984: entronizacin global del neoliberalismo en los mbitos poltico, social, econmico, laboral y cultural.

    De la cronologa presentada es posible dilucidar el avance del neoliberalismo desde una posicin marginal en los primeros aos (1973-1975) hasta convertirse en un proyecto modernizador dominante (1979-1984), recubierto por sus gestores de un aire de solemne cientificidad: la objetividad del mercado.

    Las razones por las cuales el neoliberalismo se impone, desbaratando las otras corrientes del rgimen militar son amplias. Atendiendo a la reflexin de Pilar Ver-gara (1985), podemos sealar que la principal razn del triunfo neoliberal estuvo definida por su capacidad para explicar globalmente los procesos no solamente econmicos, sino tambin polticos y sociales, otorgndole vigencia y sustancia ideolgica a la elite chilena, carente hasta ese momento, y por gran parte del siglo XX, de un proyecto de sociedad coherente y atractivo.

    Lo anteriormente descrito cierra una historia de crisis ideolgica de la derecha chilena. En palabras de Pilar Vergara (1985), desde la aparicin del Frente Popular en los aos 30 el referente doctrinario que la alimentaba se debilita el pensa-miento catlico de origen tradicionalista-conservador, perdiendo la capacidad de constituir una matriz terica global. Esta evolucin lleva, segn la misma autora, a la secularidad.

    Con esta nocin, queremos aludir a dos caractersticas bsicas de esas ideologas: la ausencia de un referente terico-doctrinario, y el pragmatismo... Al diluirse en las concepciones ideolgicas de la Derecha las referencias filosficas, ese pensamiento se hace pragmtico, esto es, coyuntural, impregnado de un fuerte realismo, que debe contentarse con una poltica de mal menor. Una de las consecuencias ms importante

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    de esto ltimo fue la ausencia de principios de generalidad que se expresaran en un proyecto nacional. La Derecha enfrentaba grandes dificultades para plantear sus inte-reses y asumir la defensa del capitalismo en trminos de universalidad (Vergara, 1985).

    Las concepciones neoliberales, tal como se ha planteado, rompen con la crisis ideolgica de la derecha, instalando una concepcin de sociedad no meramente coyuntural que, entre otras cosas, legitima al capitalismo en su versin ms libe-ral rasgo esencial del proyecto autoritario que la Concertacin no ha tenido problemas en reproducir en democracia.

    La fase que da comienzo al triunfo neoliberal implica que variados mbitos de la sociedad sean regidos por la dinmica que le da sentido a su proyecto, el merca-do. As tenemos que el neoliberalismo inspira un programa de reformas bastante significativos para su consolidacin, las denominadas modernizaciones sociales, destinadas a regular las relaciones laborales y el acceso a los servicios sociales. Un ejemplo de estas modernizaciones fue, sin duda, el Plan Laboral.

    Este Plan estableca los procesos de negociacin colectiva, procedindose a derogar el decreto 198 de septiembre de 1973 que suprimi las libertades y derechos sindicales. El Plan Laboral buscaba encauzar y controlar al movimiento sindical prohibiendo los sindicatos por ramas productivas, estableciendo los sindicatos por empresas, interem-presas, independientes y transitorios (Ulloa, 1993).

    Sumando lo anterior a lo ocurrido en otros mbitos de la sociedad salud, edu-cacin y previsin social cobra fuerza el paradigma terico de la monetarizacin desarrollado en 1994 por Cousio y Valenzuela.

    Por monetarizacin no entendemos un proyecto ideolgico, sino un proceso de di-ferenciacin de las estructuras sociales que permite el surgimiento de un subsistema econmico articulado monetariamente y que reclama autonoma frente a los otros subsistemas sociales. En trminos sociolgicos, la monetarizacin implica la ruptura de la primaca de lo poltico como mbito de control reflexivo de la totalidad social (Cousio y Valenzuela, 1994).

    El proyecto sustentado en el mercado, como se desprende de todo lo anterior, impone una racionalidad distinta en el escenario poltico, social, econmico y cultural del pas una vez que se torna hegemnico a fines de la dcada de 1970, teniendo en consideracin que previo a su triunfo imperaba un tipo de raciona-lidad que podramos identificar, a riesgo de equivocarnos, con la racionalidad comunicativa5 expuesta por Habermas (1987).

    La racionalidad anterior, an no definida por la fuerza del mercado, se carac-terizaba por un mecanismo de coordinacin estructurado sobre la base de una

    5 La racionalidad comunicativa se puede entender como una disposicin de los sujetos capaces de lenguaje y accin. Los sujetos se comportan de manera racional cuando buscan coordinar sus acciones mediante un entendimiento gestado comunicativamente (Serrano Gmez, 1994).

    Consideraciones polticas y sociales del proyecto neoliberal en Chile: 1978-1990 / M.A. Ferreira C. y N.A. Gutirrez B.

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    integracin social6 mediada por una racionalidad no propiamente instrumental que impona la fuerza argumentativa en el seno del subsistema poltico; prueba de esto ltimo lo constitua la posibilidad de elegir entre diversos proyectos de sociedad.

    En 1938 hubo ya en Chile un gobierno de Frente Popular, presidido por el poltico radical Aguirre Cerda, con el apoyo del Partido Comunista. Ms tarde, en 1970, se produjo en Chile el primer ensayo de marcha hacia un sistema socialista por vas democrticas y constitucionales, con una alianzas de izquierdas que se llam Unidad Popular, presidida por el doctor Salvador Allende (Carrillo, 2000).

    La matriz de la modernizacin chilena durante gran parte del siglo XX fue la esfera poltica; de esta forma coincidimos con Cousio y Valenzuela (1994) en orden a que la modernizacin anterior a 1973 se dio en formato de politizacin.

    III. NEOLIBERALISMO Y MODERNIDAD

    El esquema modernizador neoliberal solamente pudo haberse desplegado en un gobierno capaz de obviar los altsimos costos sociales que implicaba su instala-cin. As lo demuestra el hito que marca el comienzo de su posterior hegemona ideolgica, la aplicacin del plan de shock de 1975.

    La estrategia ortodoxa neoliberal propona aplicar recortes adicionales al gasto fiscal, con el propsito deliberado de provocar una recensin econmica que permitiera... frenar bruscamente el alza de los precios... y superar la crisis de la balanza de pagos... para tener viabilidad poltica las soluciones que se propusieran no deban implicar un cuestionamiento de los fundamentos del esquema econmico adoptado..., aun cuando ello significara tolerar un elevado costo social y econmico (Vergara, 1985).

    Ahora bien, qu relacin guarda el impuesto neoliberalismo con la moder-nidad ilustrada?

    Si consideramos la naturaleza del proyecto moderno intrnsicamente emanci-padora segn Habermas (1991) con facilidad podramos concluir que ninguna. El neoliberalismo, lejos de la premisa ilustrada, encapsula a los sujetos en redes de dominacin que podramos definir como bidimensionales:

    i. Prcticas: operan bajo la lgica del acceso diferencial a los recursos de poder social (polticos, econmicos, mediticos, cognitivos) que el modelo plantea, sin mayor regulacin del Estado, a la poblacin. Ejemplo, el acceso mediati-zado por el mercado al conocimiento, expresado en el modelo de educacin clasista existente en el pas.

    6 La racionalizacin en el anlisis habermasiano opera en los dos subsistemas sociales: el mundo de la vida y el sistema; cada uno con su respectivo mecanismo de coordinacin de las acciones. Integracin social: mecanismos que coordinan las acciones de los participantes mediante un consenso comunicativo; Integracin sistmica: mecanismos que operan mediante un entrelazamiento funcional de las consecuencias de la accin.

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    ii. Discursivas: operan mediante enunciados claramente ideolgicos7 trans-formados en verdades por parte de quienes tienen acceso privilegiado a los recursos de poder social (polticos sistmicos, empresarios, directores de medios, intelectuales neoliberales). Ejemplo, las bondades del crecimiento econmico para el pas.

    El neoliberalismo, considerando todo lo anteriormente expuesto, autonomiza el mercado de los dems subsistemas sociales y, an ms, coloniza la poltica conjunto de praxis con las que se gestiona colectivamente el poder con lo cual el mejor argumento pierde su importancia, primando los mecanismos de integracin sistmica regidos por un tipo de racionalidad instrumental.

    el papel ocupado por la poltica en el antiguo rgimen democrtico esto es, el de una esfera asimtrica de negociacin y compromiso entre todos los sectores incorporados de la accin estatal ha sido sustituido por el papel que desempea el mercado como un mecanismo de creacin, distribucin y regulacin del acceso a oportunidades de consumo material y simblico. Se ha desplazado as el conflicto central de la sociedad en torno a la apropiacin de oportunidades desde la esfera pblica, comunicativa, caliente de la poltica hacia la esfera privada, no comunicativa y fra del mercado (Brunner, 1990).

    La elite neoliberal chilena predominante desde aproximadamente 1978-1979 no se propuso desarrollar un proyecto ilustrado con todo lo que aquello implica. Dicha situacin, claro est, no le impidi re-significar algunos de los conceptos capitales de dicho proyecto, tales como:

    i. Democracia: medio para alcanzar la libertad (econmica).ii. Igualdad: igualdad de oportunidades, no as de resultados.iii. Libertad: libertad para negociar y emprenderiv. Racionalidad cientfica: las decisiones antes mediadas por la poltica ahora

    son definidas por la racionalidad del mercado.

    Tal como se puede advertir, los conceptos antes mencionados cambian su sen-tido original, acomodndose a las necesidades del mercado, por cuanto ste, bajo el discurso neoliberal, es el depositario de una supuesta cientificidad.

    El mercado en este esquema entregara reglas objetivas a los sujetos. Igualdad de oportunidades. De lo anterior se desprende que el modelo privatizador no resguarda la igualdad de resultados. stos estn definidos por parmetros subjeti-vos ante los cuales el mercado, con sus leyes objetivas, no puede hacerse cargo. Esto se traduce en lo siguiente: dos individuos de distinto origen socio-econmico tienen las mismas posibilidades de emprender, aun cuando los resultados entre

    7 Cuando planteamos que el discurso neoliberal es claramente ideolgico, estamos pensando en la siguiente definicin de ideologa: ... un conjunto de creencias compartidas socialmente y asociadas a propie-dades caractersticas de un grupo como la identidad, la posicin en la sociedad, los intereses y los objetivos, la relacin con el otro grupo, la reproduccin y el medio natural (Van Dijk, 2003).

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    uno y otro puedan variar. Las diferencias de resultados, bajo la lgica neoliberal, no provienen de las leyes del mercado iguales para todos, sino de las desiguales capacidades individuales.

    La situacin descrita es diametralmente distinta al esquema de modernizacin anterior, en la que el Estado planificador era quien asuma la responsabilidad de que dichas subjetividades fueran cubiertas a travs de las garantas que otorgaba a la poblacin.

    Observando la nueva interpretacin que el neoliberalismo hace de algunos de los conceptos centrales del proyecto moderno ilustrado parecera que puede prescindir de la democracia como objetivo poltico de largo aliento; sin embargo, el rgimen militar primigenia estructura poltica del neoliberalismo de alguna forma supli dicha ventaja-debilidad, elaborando la tesis ad-hoc de la democra-cia protegida enunciada en el Discurso de Chacarillas en 1977. Dicha instancia, adems, da inicio al proceso de definicin del marco constitucional que concluira con la dictacin de la Constitucin de 19808.

    En esa perspectiva, advertimos ntidamente que nuestro deber es dar forma a una nueva democracia que sea autoritaria, protegida, integradora, tecnificada y de autntica participacin social, caractersticas que se comprenden mejor cuando el individuo se despoja de su egolatra, ambicin y egosmo9.

    Cul es la significacin histrica del Discurso de Chacarillas? Los anuncios desplegados por Pinochet en aquel discurso originaron una

    disputa ideolgica en orden a definir el cariz poltico-institucional del rgimen, existiendo dos posturas contrapuestas: tendencia institucionalizadora y tendencia anti-institucionalizadora; esta ltima conformada por los neoliberales.

    Luego de un breve predominio de la corriente institucionalizadora, los neoli-berales anti-institucionalizadores terminaron imponindose.

    Sern posteriormente las concepciones neoliberales las que, al adquirir predominio al interior del bloque dominante, habrn de permitir al rgimen abandonar el nfasis ideolgico defensivo y rescatar la dimensin fundacional. En efecto, desconfiando de la eficacia de los frenos constitucionales per se, los neoliberales propondrn un proyecto revolucionario global, ms referido a la sociedad que al Estado, y coherente con los cambios introducidos en el terreno econmico, de acuerdo con el proyecto neoliberal, lo bsico es la organizacin integral de la sociedad, su estructura de clases, su organiza-cin econmica, sus instituciones, sus valores y su cultura, y el ordenamiento poltico debe ceirse funcionalmente a esa nueva realidad (Vergara, 1985).

    8 La definicin del marco constitucional iniciada en 1977 en Chacarillas se dio dentro de un contexto triunfalista. Entre 1977-1980 el promedio del crecimiento del PGB fue de 8,4 %; la inflacin promedio fue de 40,1%. Cifras significativamente bajas, considerando los mismos indicadores en el periodo comprendido entre 1974-1976: -8,4% y 264%, respectivamente. La nueva institucionalidad poltica, entonces, se dio a conocer una vez que el modelo econmico logr legitimarse con resultados positivos. (Moulian, 1997).

    9 Discurso del general Pinochet en Cerro Chacarillas con ocasin del Da de la Juventud el 9 de julio de 1977.

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    La tendencia institucionalizadora, efectivamente, fue derrotada al interior del rgimen militar, sin embargo, supo plasmar su ideario defensivo en la Consti-tucin de 1980.

    ... la ideologa institucionalizadora constitua una corriente mucho ms pragmtica que doctrinaria. Su preocupacin fundamental no resida tanto en la bsqueda de principios ticos de legitimidad como en el diseo de un edificio institucional slido y eficiente. Constitua sobre todo, una propuesta constitucional que en sus orientaciones tenda a colocar las relaciones jurdicas por encima de las relaciones sociales. Su caracterstica fundamental era la pretensin de evitar el retorno al pasado e impedir la introduccin de cambios sustantivos en el sistema mediante mecanismos jurdicos (Vergara, 1985).

    Los neoliberales, pese a no manifestar coincidencias con los institucionalizadores respecto al determinismo jurdico de estos ltimos, que duda cabe, se beneficiaron de su esquema jurdico-institucional, hacindolo funcional a sus propsitos. Las instituciones de los senadores designados y vitalicios, el sistema binominal, las notables atribuciones del Presidente de la Repblica, el Consejo de Seguridad Nacional, y la misma Constitucin de 1980 dan cuenta de esta situacin en nuestra historia reciente.

    La democracia protegida, consecuentemente con nuestro anlisis, constituye una re-significacin de la nocin ilustrada de la democracia.

    Bajo el esquema neoliberal, la democracia ya no es un fin, sino un medio para alcanzar la libertad, pero no de participacin ciudadana en la toma de decisiones, sino econmica.

    El esquema de la democracia protegida, considerando la abortada experiencia socialista de la UP, fue ideado con la finalidad de impedir que proyectos de so-ciedad alternativos al neoliberal de izquierda pudieran desarrollarse en el pas, sobre-representando el poder de la derecha en instancias poltico-institucionales como el Congreso. El peso del binominalismo y la bancada militar.

    IV. CONCERTACIN: ADMINISTRADORA DE UN LEGADO?

    Habiendo analizado las dimensiones poltico-sociales del neoliberalismo en dicta-dura, cabe ahora preguntarse, qu sucedi con el esquema poltico de la democra-cia protegida una vez que la Concertacin asume la conduccin poltica del pas?

    La interrogante enunciada lleva una implcita provocacin, por cuanto los mismos que enarbolaron los colores de la libertad, democracia y los derechos humanos Concertacin de Partidos por la Democracia, luego de las exitosas experiencias plebiscitarias de 1988 y 1989 fueron forzados a aceptar todo el pa-quete heredado de la era Pinochet. El costo de negociar.

    Las promesas democratizadoras, por tanto, no pudieron concretarse con el advenimiento de la Concertacin al poder. Las razones para dicha situacin son tan simples como complejas. A modo de hiptesis, podemos plantear que el apuro

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    por asumir el control poltico del pas impidi a la Concertacin leer la realidad de una forma no meramente coyuntural, pecando de ingenuidad.

    El discurso democrtico tan hbilmente mediatizado por la coalicin del arco iris, previo y durante el proceso formal de finiquito del rgimen autoritario, result a la postre sin contenido. Una vez que dicha alianza poltica se convierte en Go-bierno, diluye las expectativas puestas en ella por parte importante de la poblacin que, recordemos, haba demostrado conviccin tiempo atrs en las protestas de mediados de los 80 reemergencia de los movimientos sociales10 para salir a la calle y pronunciarse contra el rgimen militar.

    La Concertacin convertida en Gobierno acepta sin mayor criticidad tanto el esquema econmico jams puesto en cuestin por su dirigencia como la lgica poltica ideada por la intelligentsia de la dictadura: la democracia protegida.

    Ahora bien, una democracia protegida es lo mismo que una dictadura?

    No es lo mismo un rgimen autoritario que un rgimen de democracia protegida. Existen frenos legales contra la arbitrariedad y la incertidumbre respecto a la vida. Es una diferencia fundamental, slo entendible cuando se ha vivido la experiencia del autoritarismo (Moulian, 1997).

    Si a lo anterior le sumamos elecciones peridicas, la posibilidad de escoger den-tro de las dos opciones que el mercado poltico permite: Concertacin y derecha, la conclusin sigue siendo la misma, un rgimen autoritario no es lo mismo que una democracia protegida. Sin embargo, es lo que verdaderamente merece un pueblo?

    A modo de conclusin podemos afirmar que el discurso democrtico articu-lado por la Concertacin, apreciando la realidad histrica desde la distancia de hoy, no poda tener consistencia en un contexto de negociacin calculadamente asimtrico11 como el que finalmente llev a Aylwin al poder en 1990. 17 aos no habran de romperse por una mera reposicin del elemento civil en el poder; la obra estaba hecha, la democracia estaba en marcha o, ms bien dicho, su re-significacin neoliberal, inaugurada en el ya legendario Discurso de Chacarillas.

    BIBLIOGRAFA

    Atria, Ral. La sociologa actual y el espritu de la modernidad, en Revista de Sociologa Universidad de Chile 13, pp. 75-96.

    Brunner, J. Joaqun. 1990. Chile: entre la cultura autoritaria y la cultura democrtica. En Zemelman, Hugo, Cultura y poltica en Amrica Latina, pp. 85-98. Mxico: Siglo XXI Editores.

    10 Los movimientos sociales son procesos profundos que cambian de apariencias, que alternan ropajes histricos distintos, apareciendo de un modo, desapareciendo tras otro, manifestndose en diversos planos, unos pblicos, polticos y visibles y otros para la escrutadora mirada oficial privados, culturales e invisibles (Salazar, 2002). Los movimientos sociales reemergieron a la luz pblica a mediados de los 80 para enfrentar la dictadura y cambiar el estado de cosas en el pas.

    11 La elite en el poder contaba con las armas, el capital y la legalidad poltico-institucional; la Concerta-cin, en cambio, contaba con la mayor parte de la poblacin llamada por ella misma a su desmovilizacin.

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