facebook: el imperio contraataca

1

Click here to load reader

Upload: lorena-fernandez

Post on 13-Jun-2015

780 views

Category:

Technology


2 download

DESCRIPTION

Artículo "Facebook: el imperio contraataca" publicado en el número 107 de la Revista Deusto (ISSN: 1886-2071)

TRANSCRIPT

Page 1: Facebook: el imperio contraataca

i n v i e r n o48

Facebook: el imperio contraataca

v e r a n o48

internet

Imagen d

e B

ala

kov

(CC

by-

nc)

El título de este artículo puede tener un tinte apocalíptico, pero cuando los gran-des monopolios avanzan, se estrechan los subterfugios para escapar de ellos. Y es que, con los números1 en la mano, Face-book no deja de sorprender con sus ya más de 400 millones de usuarios registrados en todo el mundo, superando incluso en visitas al todopoderoso buscador Google. Es raro encontrar a internautas que no tengan cuenta en esta red social y, como veremos a continuación, aún no teniéndo-la, cada vez será más difícil que no topen con ella. Si fuera un país, estaríamos ha-blando del tercero más poblado, tras China y la India. Muchos ciberciudadanos de una única plataforma que no es precisamente una democracia. Facebook es a Internet lo que los centros comerciales a la compra. Persiguen la masificación, concentrar todos los servicios que un usuario pueda necesi-tar en un único espacio para que no salga de allí. Y más si su modelo de negocio gira en torno a la publicidad dirigida, la cual analiza nuestro perfil de consumo, para lo que necesita que pasemos tiempo allí, para ser bombardeados con miles de pequeños impactos. Y hay que tener en cuenta que este país es muy costoso de mantener: más de 25 millones de dólares anuales sólo en servidores.

Así que, tras la conferencia anual Facebook F82, celebrada el pasado 21 de abril en San Francisco, a pocos les sorprendieron los cambios que se avecinan. Este tercer ca-pítulo del plan de dominación del mundo que está escribiendo Facebook cuenta con varias líneas claras y con un único objetivo: que pasemos por ellos para hacer cualquier cosa, considerando que es el único espacio de Internet y que no hay nada fuera que merezca nuestra atención. Analicemos esas líneas con más detenimiento:

• Facebook Connect quiere convertirse en la apuesta más clara para la identifi-cación global en Internet. Esto implica que podamos usar nuestro nombre de usuario y contraseña de Facebook para iniciar sesión en otros sitios web ajenos a la plataforma, olvidando el engorroso proceso de darnos de alta en cada nuevo espacio en el que participemos. Para ello va a estandarizar las interacciones entre

Facebook y terceros a través de un nuevo protocolo denominado Open Graph.

• El texto «Me gusta» ha sustituido al de «Soy Fan» en las páginas. Ade-más, ahora este botón se externalizará posibilitando a cualquiera ponerlo en su blog o página web. De esta forma, cuando pinchemos sobre el «Me gusta» de un contenido cualquiera, aparecerá en nuestro perfil personal.

• Geolocalización: tras él éxito de webs como Foursquare3, donde se ha puesto de moda decir en cada momento dón-de estamos físicamente, Facebook no quiere quedarse rezagado y también contempla esta nueva forma de exhibi-cionismo de ubicación.

• Facebook Toolbar: al más puro estilo de las barras de navegación que han saca-do los grandes como Google, Facebook también saca su propio invento que se podrá integrar tanto en los navegadores como en otras páginas web, reiterando su apuesta por estar en todos los sitios y facilitando aún más el análisis de nuestro comportamiento cuando navegamos.

• Pero el anuncio más importante, a la par que inquietante, ha sido el de Facebook

Credit, la moneda propia de la red so-cial. Este dinero virtual permitirá a los ciber nautas comprar bienes y servicios,

canjeando su moneda local por ésta más «universal» a través de Paypal o de su tar-jeta de crédito, contando con su propia tasa de cambio. Otras plataformas han intentado dar este paso en anteriores ocasiones: cuando tan en boga estuvo el metaverso Second Life, también contaba con su Linden Dólar ($L), pero nunca salió de allí. Sin embargo, las pretensiones de Facebook no se limitarán a que esos ser-vicios u objetos que se comercialicen sean exclusivamente suyos, sino a convertirse en un estándar en el pago en Internet.

Temblemos pues de nuevo con otro in-tento concentrador. Y es que este tipo de movimientos se replican tanto en la calle como en la Red: los pequeños comercios o las pequeñas plataformas se ven ahoga-das por los grandes, acabando con la va-riedad de opciones. Por la diversidad, mo-vámonos de nuevo a los barrios pequeños.

[1] http://www.facebook.com/press/info.php?statistics

[2] http://www.facebook.com/f8

[3] http://foursquare.com/

Lorena Ferná[email protected]