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Esta es la primera isla que funciona 100% con energias renovables. Conócela inShare4 La isla danesa de Samsø, con cuatro mil cien habitantes en 114 kilómetros cuadrados, se ha convertido en diez años en un modelo de la sociedad del futuro: el cien por cien de su consumo eléctrico procede de la energía eólica y tres cuartas partes de la calefacción usada vienen de energías renovables. La historia de la llamada “isla verde” arrancó en 1997, cuando la municipalidad de Samso ganó el concurso promovido por el Gobierno danés para encontrar un lugar donde desarrollar un experimento ecológico con tecnología probada y en condiciones normales.

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Esta es la primera isla que funciona 100% con energias renovables. Conócela

inShare4

La isla danesa de Samsø, con cuatro mil cien habitantes en 114 kilómetros cuadrados, se ha convertido

en diez años en un modelo de la sociedad del futuro: el cien por cien de su consumo eléctrico procede de

la energía eólica y tres cuartas partes de la calefacción usada vienen de energías renovables.

La historia de la llamada “isla verde” arrancó en 1997, cuando la municipalidad de Samso ganó el

concurso promovido por el Gobierno danés para encontrar un lugar donde desarrollar un experimento

ecológico con tecnología probada y en condiciones normales.

El objetivo era impulsar el uso de energías renovables, convirtiendo una isla del país en autosuficiente

desde el punto de vista energético y recurriendo sólo a fuentes de energía limpias.

Para ello se levantaron once aerogeneradores de 1 MW cada uno, que cubren el consumo eléctrico de los

habitantes, complementados años después con otros diez aerogeneradores sobre el mar, de 2.3 MW.

Aunque la electricidad está garantizada por cable desde la península de Jutlandia para los días de escaso

viento, la producción total de los aerogeneradores supera con creces la cantidad recibida ocasionalmente

e incluso se venden los excedentes a otras partes del país, con lo que se cumple el objetivo de

autosuficiencia eléctrica.

La producción de turbinas “offshore” compensa el consumo de calefacción que no viene de fuentes

renovables y el generado por el transporte interno y los transbordadores que conectan con Jutlandia y la

isla de Selandia, haciendo neutral en emisión de CO2 a Samso.

El éxito de Samso se basa en un plan energético riguroso, pero sobre todo en la participación vecinal, la

“mentalidad comunitaria y local” del proyecto, el “pensar local y actuar local”, señaló Kjems.

Muchos vecinos tienen participaciones en la propiedad de turbinas, al igual que el ayuntamiento, que

posee cinco aerogeneradores “offshore”, algo que la ley le autoriza porque los beneficios los invierte en la

Academia de Energía, creada en 2007.

El edificio, que funciona con energía solar y reutiliza el agua de lluvia, es un centro de asesoramiento

gratuito para vecinos y emprendedores; organiza exposiciones, talleres y eventos para empresas,

escolares y periodistas de todo el mundo, y experimenta con soluciones energéticas “verdes”.

Los vecinos y profesionales de la isla se beneficiaron de los cursos de capacitación en tecnologías limpias

organizados por las autoridades locales y de las ayudas estatales, lo que impulsó de forma decisiva el

proyecto, cuyas bondades crearon un efecto de arrastre en la comunidad.

La central térmica de Brundby, es una de las cuatro que suministra calefacción a la isla, mediante la

energía producida por la quema de paja, y un ejemplo del espíritu colectivo del proyecto.

Se trata de una cooperativa de los vecinos que da servicio a 232 hogares y que produce tres mil 300 MW

anuales usando mil 200 toneladas de paja, proporcionada por 67 granjeros locales y cuyas cenizas son

luego usadas como abono por los propios agricultores.

Otro ejemplo es la planta de Nordby-Maarup, que da calefacción a 178 hogares combinando la quema de

corteza de árbol con dos mil 500 metros cuadrados de placas solares y propiedad de la cooperativa NRGi.

No hay ningún gran proyecto ni gran inversor, está repartido todo.

Galardonado con premios europeos de medio ambiente y objeto de más de mil visitas profesionales de

todo el mundo al año, Samsø se debate entre nuevos retos: casas “verdes”, coches eléctricos o de

hidrógeno; más turbinas o cien por cien de reciclaje.