espiritualidad mariana

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32 INDICE Introducción: Hacia una exposición sistemática de la "espiritualidad mariana" de la Iglesia Siglas I. DIMENSION MARIANA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA 1. Naturaleza de la espiritualidad cristiana y relación con el misterio de María 2. Dinamismo de la espiritualidad cristiana y puesto de María 3. Problemas actuales de la espiritualidad cristiana y relación con los temas marianos II . NATURALEZA DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA 1. El hecho y la terminología de la "espiritualidad mariana" de la Iglesia 2. Naturaleza y datos fundamentales de la espiritualidad mariana 3. Problemas de metodología científica III. DIMENSIONES FUNDAMENTALES DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA 1. Dimensión bíblica: María en la historia de salvación y en el primer anuncio del evangelio 2. Dimensión trinitaria, cristológica, pneumatológica 3. Dimensión eclesial: comunitaria, ecuménica, litúrgica, escatológica IV. DlMENSION ESPIRITUAL DE LOS TITULOS MARIANOS 1. La espiritualidad que deriva de los títulos marianos 2. A partir de su función: maternidad y mediación 3. A partir de su santidad y glorificación V. DINAMISMO DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA CONTEMPLACION, PERFECCION, EV ANGELIZACION 1. contemplativa de la espiritualidad mariana de la Iglesia 2. María en el camino de la perfección y comunión 3. María en el camino de la misión, dimensión misionera de la espiritualidad mariana de la Iglesia VI. ORACION MARIANA: DE MARIA y A MARIA 1. Oración de María 2. Oración mariana de la Iglesia

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Espiritualidad Mariana de la Iglesia

INDICEIntroduccin: Hacia una exposicin sistemtica de la "espiritualidad mariana" de la Iglesia Siglas

I. DIMENSION MARIANA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

1. Naturaleza de la espiritualidad cristiana y relacin con el misterio de Mara 2. Dinamismo de la espiritualidad cristiana y puesto de Mara 3. Problemas actuales de la espiritualidad cristiana y relacin con los temas marianos

II.NATURALEZA DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA 1. El hecho y la terminologa de la "espiritualidad mariana" de la Iglesia 2. Naturaleza y datos fundamentales de la espiritualidad mariana 3. Problemas de metodologa cientfica

III. DIMENSIONES FUNDAMENTALES DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA 1. Dimensin bblica: Mara en la historia de salvacin y en el primer anuncio del evangelio2. Dimensin trinitaria, cristolgica, pneumatolgica 3. Dimensin eclesial: comunitaria, ecumnica, litrgica, escatolgica

IV. DlMENSION ESPIRITUAL DE LOS TITULOS MARIANOS 1. La espiritualidad que deriva de los ttulos marianos 2. A partir de su funcin: maternidad y mediacin 3. A partir de su santidad y glorificacin V. DINAMISMO DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA CONTEMPLACION, PERFECCION, EVANGELIZACION

1. Mara en el camino de la contemplacin, dimensin

1. contemplativa de la espiritualidad mariana de la Iglesia

2. Mara en el camino de la perfeccin y comunin

3. Mara en el camino de la misin, dimensin misionera

de la espiritualidad mariana de la Iglesia

VI. ORACION MARIANA: DE MARIA y A MARIA........

1. Oracin de Mara

2. Oracin mariana de la Iglesia

3. "Magnificat": oracin de Mara y de la Iglesia

VII. ESPIRITUALIDAD MARIANA DE LAS DIVERSAS VOCACIONES1. Mara en el camino de la vocacin

2. Mara y la vocacin laical

3. Mara y la vocacin de vida consagrada

4. Mara y la vocacin sacerdotal

VIII. ESPIRITUALIDAD MARIANA DEL APOSTOL

1. Dimensin mariana de la espiritualidad misionera de la Iglesia

2. Mara en la accin misionera del apstol

3. Mara en la vida espiritual del apstol

IX. ESPIRITUALIDAD MARIANA POPULAR

1. Devocin y prcticas de devocin mariana

2. Piedad o religiosidad mariana popular 3. Espiritualidad y evangelizacin en los santuarios marianos

X. ESPIRITUALIDAD MARIANA y MISIONERA DE LA IGLESIA A LA LUZ DE LA FIGURA BIBLICA DE SAN JOSE1. Significado salvfico de la figura bblica de San Jos 2. La espiritualidad mariana y misionera de la Iglesia en relacin con San Jos 3. Santidad y misin a la luz de la figura bblica de San Jos

INTRODUCCIONHacia una exposicin sistemtica de la espiritualidad mariana de la Iglesia

La espiritualidad cristiana, por su misma naturaleza, est centrada en el misterio de Cristo. Es la "vivencia" de los temas cristianos y la reflexin teolgica sobre esta misma vivencia. Cualquier tema teolgico puede analizarse especialmente desde tres funciones o puntos de vista: cientfico-sapiencial (buscando el significado profundo), kerigmtico pastoral (presentando los caminos para anunciarlo y hacerlo realidad en la comunidad), "vivencial" (estilo de vida, vivencia, vida "espiritual").La relacin entre teologa y espiritualidad, es analgica a la relacin entre mariologa y espiritualidad mariana. Si se estudia teolgicamente la naturaleza de los temas mario lgicos, por qu no se pueden estudiar tambin para la funcin pastoral y la vivencial? La espiritualidad mariana sera, pues, el estudio teolgico de la "vida de fe" en su dimensin mariana (RMa 48). Gracias a los estudios ya realizados en el campo de la mariologa general, ser posible dar un paso ms: elaborar una reflexin teolgica sobre la "espiritualidad" o vivencia mariana de los con tenidos de la misma mariologa.Al querer trazar unas lneas sintticas para sistematizar la espiritualidad mariana de la Iglesia, nos encontramos con la misma dificultad caracterstica de la espiritualidad general: cul es su punto de partida, su objetivo, sus etapas, medios.?Se puede partir de conceptos o tambin de un camino que hay que emprender: una espiritualidad ms esttica o ms dinmica?En su visita a la Facultad Teolgica del "Marianum" (Roma), Juan Pablo 11 invit a no desconectar la espiritualidad mariana de la espiritualidad cristiana: "En el campo de la espiritualidad, que hoy suscita un amplio inters, los estudiosos de la mariologa debern mostrar la nece sidad de una insercin armnica de la 'dimensin mariana' en la nica espiritualidad cristiana, porque ella enraza en la voluntad de Cristo" (Alocucin 10 diciembre 1988).Primero hay que delimitar la naturaleza de la espiritualidad mariana. Despus se podra indicar un punto de partida ouna dimensin: trinitaria, cristolgica, pneumatolgica, eclesial, antropolgica.Lo ms importante sera no dejar olvidado ningn punto bsico de espiritualidad: contemplacin, vocacin, perfeccin, comunidad, compromiso apostlico, discernimiento del Espritu. Para evitar los doblajes innecesarios con la teologa espiritual, hay que ceirse al aspecto mariano, es decir, al puesto de Mara en la vida espiritual: oracin, vocacin, perfeccin, comunin, misin... Todava podra profundizarse ms, exponiendo estos temas como un proceso o un camino por recorrer, en el que Mara desempea una presencia activa y materna: Mara en el camino de la contemplacin, vocacin, perfeccin, etc.

La vida espiritual, como vida segn el Espritu Santo, tiene una dimensin mariana ineludible. Los estudios mariolgicos han hecho mencin explcita al hablar de la devocin mariana. Hay que dar un salto de calidad, como hizo en su tiempo la espiritualidad respecto a la teologa moral, y la espiritualidad misionera respecto a la espiritualidad general (cfr. RMi cap. VIII: "Espiritualidad misionera").La espiritualidad mariana de la Iglesia es un hecho vivencial innegable. Es la "vida de fe" de la Iglesia en relacin Con Mara. Toca a la teologa realizar la "reflexin sobre la fe" (o "fdes quaerens intellectum"), como ha sucedido con otros contenidos de la fe cristiana.En cualquiera de la soluciones que se adopten, Mara debe aparecer como "Maestra de vida espiritual" (MC 21), "pedagoga del evangelio" (Puebla 29), educadora de la fe de la Iglesia, en su camino de configuracin con Cristo y de anuncio del evangelio a todos los pueblos, hacia la visin definitiva.

I. DIMENSION MARIANA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

1. Naturaleza de la espiritualidad cristiana y relacin con el misterio de Mara2. Dinamismo de la espiritualidad cristiana y puesto de Mara3. Problemas actuales de la espiritualidad cristiana y relacin con los temas marianos

1. NATURALEZA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA y RELACION CON LA REALIDAD DE MARIAA) Naturaleza de la espiritualidad cristiana:Cuando hablamos de "espiritualidad", queremos decir "vida espiritual" o "vida segn el Espritu Santo". San Pablo habla de "caminar en el Espritu"(Rom 8,4) y de "vivir segn el Espritu" (Rom 8,9). Todava podemos entender esta "vida" como "vivencia" por parte nuestra y como reflexin teolgica sobre esta vivencia' 11 Ver la explicacin de "espiritualidad", "teologa espiritual", "teologa de la per- feccin", etc., segn diversos autores: J. AUMANN,Spiritual theology, London, Sheed and Ward 1984; A.M. BERNARDTeologa espiritual, Madrid, Atenas 1994; L. BOUYER,Introduzione alla vita spirituale, Borla, Torino 1965; L. COGNET,In- troduction ti la vie chrtienne, Paris, Cerf 1967; J. ESQUERDABIFET, Caminar en el amor, dinamismo de la vida espiritual, Madrid, Sociedad Educacin Atenas1989; PH. FERLAY,Compendio de la vida espiritual, Valencia, Edicep 1990; A. Royo MARIN, Teologa de la perfeccin cristiana, Madrid, BAC 1968; F. RUIZ, Caminos del Espritu, compendio de teologa espiritual, Madrid, EDE 1988; G. THILS, Existence et saintet en Jsus-Christ, Paris, Beauschesne 1982; C.V. THRULAR,Concetti fondamentali della teologia spirituale, Brescia 1971. La teo- loga espiritual estudia la naturaleza, objetivos, etapas y medios de la vida espiri- tuaL

Esta vida, por el hecho de ser comunicada por Cristo y consistir en la participacin de su misma vida, se llama tambin "vida en Cristo" (Col 3,3; GaI2,20; FiI1,21).Decimos vida "espiritual", para distinguirla de una vida segn la "carne" o segn el propio egosmo y pecado, al margen de la caridad: "Vosotros no vivs entregados a la carne (apetitos desordenados), sino que vivs segn el Espritu"(Rom 8,9). La vida "espiritual" equivale a "caminar en el amor" (Ef 5,2), es decir, "como Cristo nos am" (Ef 5,2). Es "la vida nueva" (Rom 6,4). 2 2 ("El que ya no vive segn la carne, sino que obra segn el Espritu de Dios, es calificado como hijo de Dios y se hace conforme a la imagen del Hijo de Dios; por esto se llama espiritual" (SAN BASIUO MAGNO, De Spiritu Sancto, cap. 26, n.61: PG 32,179).

Se llama tambin vida "divina" o segn Dios, segn sus planes salvficos "conforme al deseo de su voluntad", para ser "un himno de alabanza de su gloria"(Ef 1,11-12). Es, pues, participacin en la misma vida trinitaria de Dios amor: "en el Espritu, por Cristo, al Padre"(Ef 2,18).Esta vida espiritual ("espiritualidad") se refiere a cada persona creyente y a toda la comunidad eclesial. Es, pues, vida personal y comunitaria. Se trata de la espiritualidad de la misma Iglesia como "misterio" (signo claro y portador de Cristo), "comunin" (fraternidad, cuerpo, Pueblo), "misin" (Iglesia enviada a anunciar a Cristo). La Iglesia Esposa vive unida a Cristo Esposo en un proceso de: encuentro, relacin, unin, seguimiento, imitacin, configuracin... As se hace "sacramento universal de salvacin"(LG 48; AG 1), puesto que el rostro de Cristo "resplandece sobre la faz de la Iglesia"(LG 1).Esta vida "espiritual" es vida de santidad o perfeccin, que consiste en la caridad(LG V), vida de comunin eclesial para construir la misma familia (cuerpo, templo, pueblo) convocada por Jess, vida comprometida en construir la comunidad humana como reflejo de la comunin trinitaria. La vida espritual es la que corresponde a los "hombres nuevos, creadores de una nueva humanidad"(GS 30).Encontramos, pues, diversas dimensiones de la vida espiritual, segn acabamos de resumir: trinitaria, cristolgica, pneumatolgica, eclesial, antropolgico-sociolgica y podran aadirse otras dimensiones: contemplativa, vocacional, litrgica, misionera, etc.A quien est habituado a estudiar la palabra de Dios, los documentos de la Iglesia (liturgia, magisterio, Santos Padres...) y la vida de los santos, le resultar fcil encontrar en todos estos datos y dimensiones de la espiriritualidad cristiana, un aspecto mariano que les es connatural.

B) Relacin con la realidad de Mara:En todo el campo de la espiritualidad cristiana habr que tener en cuenta su "dimensin mariana". Todos los temas de mariologa deben ser estudiados en relacin con el misterio de Cristo, nacido de Mara y que la asocia a la obra redentora como modelo y Madre de la Iglesia. La espiritualidad "cristiana" debe encontrar esta dimensin mariana como parte integrante y garanta de la misma espiritualidad. Se trata de "la necesidad de una insercin armnica de la 'dimensin mariana' en la nica espiritualidad cristiana, porque ella enraza en la voluntad de Cristo".>Mara manifiesta "desde el principio, una apertura total a la persona de Cristo, a toda su obra y misin" (RMa 39). Al decir que "s" al mensaje del ngel (para ser madre virginal del Seor), "ella acogi y entendi la propia maternidad como donacin total de s, de su persona, al servicio de los designios salvficos del Altsimo" (RMa 39).En todo el campo de la vida espiritual, como vida en Cristo y vida segn el Espritu, segn los planes salvficos de Dios, Mara es "Tipo" de la Iglesia, como su modelo, ayuda y personificacin: "La Bienaventurada Virgen est unida al Hijo Redentor, y est unida tambin ntimamente a la Iglesia. La Madre de Dios es Tipo de la Iglesia, en orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unin con Cristo. Porque en el misterio de la Iglesia que con razn tambin es llamada madre y virgen, la Bienaventurada Virgen Mara la precedi, mostrando en forma eminente y singular el modelo de la virgen y de la madre"(LG 63).La relacin de Mara con la Iglesia es tambin de maternidad, puesto que "coopera con materno amor" a la "generacin y educacin de los fieles"(LG 63). Efectivamente, Mara "es verdaderamente madre de los miembros de Cristo por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella cabeza, por lo que tambin es saludada como miembro sobre eminente y del todo singular de la Iglesia, su prototipo y modelo destacadsimo en la fe y caridad y a quien la Iglesia catlica, enseada por el Espritu Santo, honra con filial afecto de piedad como a Madre amantsima"(LG 53)La Iglesia esposa se va haciendo fiel a Cristo Esposo a imitacin de Mara y con su ayuda: "es virgen que custodia pura e ntegramente la fe prometida al Esposo, e imitando a la Madre de su Seor, por la virtud del Espritu Santo conserva virginalmente la fe ntegra, la slida esperanza, la sincera caridad"(LG 64). "La Iglesia, reflexionando piadosamente sobre ella y contemplndola en la luz del Verbo hecho hombre, llena de veneracin entra ms profundamente en el sumo misterio de la Encarnacin y se asemeja ms y ms a su Esposo"(LG 65).La doctrina mariana del concilio Vaticano 11 (LG VIII) presenta a Mara en relacin con el misterio de Cristo y con el misterio de la Iglesia, en vistas a subrayar la relacin de la Iglesia con Mara. Ahora bien, la Iglesia est llamada a la santidad por un proceso de caridad, a partir de la vida ordinaria y del propio estado de vida(LG V). Es esta Iglesia,

3 JUAN PABLOIl, Alocucin 10 diciembre 1988, en su visita a la Facultad Teolgi- ca del "Marianum" (Roma): "Insegnamenti di Giovanni Paolo 11", Xl/4 (1988). 1831-1836.

llamada a la santidad(LG V) Y que mira a Mara como su modelo y Madre (LG VIII), la Iglesia "sacramento" o signo transparente y portador de Cristo para todos los pueblos (LG I Y ss.), la Iglesia de la Palabra que debe vivir y anunciar ("Dei Verbum"), la Iglesia que celebra el mis- terio pascual ("Sacrosantum Concilium"), la Iglesia en medio del mundo como fermento evanglico ("Gaudium et Spes"). De esta Iglesia, Mara es modelo y Madre, presente en su caminar con una presencia activa y materna:

- LG ("sacramento")LGV---- (Santidad)- DV ("Palabra")- SC (misterio pascual)- GS (en el mundo)-LGVIII (Mara)

2. DINAMISMO DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA y PUESTO DE MARIA

A) Dinamismo de la espiritualidad cristiana:La vida espiritual es un proceso, un camino de vida en Cristo, vida en el Espritu, vida en Dios. La vida en Cristo moldea los proprios criterios, escala de volares y actitudes en un proceso de configuracin y de relacin amistosa con l: relacin, unin, amistad, imitacin, transformacin (Jn 15,4ss). La vida en el Espritu transforma a la persona por un proceso de purificacin, iluminacin y unin, hasta hacerla "transparencia" o "testigo" del mismo Cristo (Jn 15,26-27; 16,14). La vida en Dios comu- nica una sintona con sus planes o voluntad salvfica, hasta recapitular toda la humanidad y toda la creacin en Cristo (Ef 1,3-14; Col 1,9-17).Este proceso espiritual o de perfeccin tiene como "prenda" y "sello" al Espritu Santo, que es Espritu de amor (Ef 1,11-12). Es proceso de fe, esperanza y caridad, con una accin especial del mismo Espritu (sus "dones"), hasta que la persona (y la comunidad) vayan reaccionando al estilo de Cristo: amando y perdonando, sembrando y anunciando la paz, unificando los corazones y las comunidades, segn las bienaventuranzas y mandato del arnor.: Es un proceso de fidelidad al Espritu Santo, enviado por Cristo en nombre del Padre (Jn 15,26), presente en el corazn de los creyentes, comunicando luz sobre el mensaje evanglico (Jn 16,13), transformando a cada seguidor de Cristo en su "gloria" o expresin (Jn 17,10).La vida "espiritual" se concreta en el discernimiento de la accin del Espritu y en la fidelidad generosa respecto a su presencia (actitud relacional), su luz (apertura) y su accin (compromisos)La vida espiritual es, pues, un camino hacia Dios, que pasa por el corazn unificndolo. Es camino de vida teologal (fe, esperanza, caridad, reforzadas por los dones del Espritu Santo), camino de bautismo (como configuracin con Cristo), camino de bienaventuranzas (para obrar siempre amando), camino de crecimiento armnico de la personalidad humana como imagen de Dios, camino de armona con las realidades humanas, camino de comunin con todos los hermanos ... Es siempre camino de "xodo" (dejando el pecado y pasando el mar Rojo), "desierto" (dejndose iluminar por la palabra de Dios en el Sina), "Jerusalen" (para unirse con Dios). Por esto se ha llamado camino de purificacin, iluminacin y unin, como proceso de vaciarse del egosmo, para llenarse de Dios y hacer de la propia vida una donacin a Dios y a los hermanos.t

B) Puesto de Mara en el dinamismo o proceso de la espiritualidad:Mara est presente, de modo activo y materno, en todo el camino de la vida espiritual: vocacin (llamada y respuesta), contemplacin (relacin personal con Dios), perfeccin (virtudes, dones ..., asctica, mstica), comunin (construccin de la vida fraterna en la caridad de Cristo), misin (disponibilidad misionera), etc."

4 AA.VV, Credo in Spiritum Sanctum, Atti del Congresso Internazionale di Pneumatologia, Lib. Edit. Vaticana 1983; D. BERTETIO,Lo Spirito Santo e santi- ficatore, Roma, Pro Sanctitate 1977; L. BOUYER,11Consolatore, Roma, Paoline1983. ID, Le Consolateur, Paris, Cerf 1980; J. CASTELlANO,La missione nel di-namismo dello Spirito Santo, en: Spiritualita della missione, Roma, Teresianum1986,79-100; Y.M. CaNGAR, le crois en 1'Esprit Saint, Paris, Cerf 1979; J. ESQUERDA BIFET, Agua viva, Discernimiento y fidelidad al Espritu Santo, Barcelona, Balmes 1985; ID, Espiritualidad mariana como fidelidad a la misin del Espritu Santo, "Estudios Marianos" 41 (1977) 45-58; E. LLAMAS,El Espri- tu Santo y Mara, unidos en la obra salvfica, en: AA.VV., El Espritu Santo ... , XXXII Semana Espaola de Misionologa, Burgos 1980, 155-197.5 As lo han resumido, desde tiempos patrsticos, los grandes autores espirituales. Las clasificaciones son siempre inexactas, porque la presencia, la luz y la accin amorosa de Dios, producen simultneamente (aunque con diversa intensidad), purificacin, iluminacin y unin (Jn 15,2-15). La accin del Padre (por Cristo y en el Espritu) tiende a la "mstica" (intimidad) por medio de sus dones, que re- claman nuestra colaboracin y "esfuerzo" ("asctica"). Ver: R. GARRIGOU LA- GRANGEL, as tres edades de la vida interior, Madrid, Palabra 1980.6 Los manuales de espiritualidad presentan el tema mariano principalmente co- mo un medio de santificacin. Ver la nota 1.

Con Mara y con su ayuda, la Iglesia aprende a responder a las llamadas de Dios (vocacin: Le 1,38), a recibir la Palabra de Dios en el corazn (contemplacin: Le 2,19.51), a asociarse a Cristo para amar como l (perfeccin: Jn 2,4-5; 19,25), a servir a la comunidad unificndola (comunin: Act 1,14), a ser signo claro e instrumento portador de Cristo para todos los hombres (misin: Apoc 12,lss).El proceso de perfeccin, en cada creyente y en toda la Iglesia, en- cuentra en Mara un ejemplo acabado. "Mientras que la Iglesia en la Beatsima Virgen ya lleg a la perfeccin, por la que se presenta sin mancha ni arruga (cf. Ef 5,27), los fieles, en cambio, an se esfuerzan en crecer en la santidad venciendo el pecado; y por eso levantan sus ojos hacia Mara, que brilla ante toda la comunidad de los elegidos, como modelo de virtudes" (LG 65).En todo el proceso de vida cristiana (perfeccin), Mara tiene un "influjo salvfica"(LG 60). "Porque Mara, que habiendo entrado ntimamente en la historia de la Salvacin, en cierta manera en s une y refleja las ms grandes exigencias de la fe, mientras es predicada y honrada atrae a los creyentes hacia su Hijo y su sacrificio hacia el amor del Padre"(LG 65).El camino de perfeccin es un proceso de fe, esperanza y caridad, como configuracin con Cristo, bajo la accin santificadora del Espritu, segn la voluntad salvfica del Padre. "La Iglesia, buscando la gloria de Cristo, se hace ms semejante a su excelso tipo, progresando continuamente en la fe, la esperanza y la caridad, buscando y bendiciendo en to- das las cosas la divina voluntad"(LG 65). "La Iglesia venera en Mara la realizacin ms pura de la fe"(CEC 149).En este proceso de espiritualidad cristiana, de vocacin, contemplacin, perfeccin, comunin y misin, Mara est activamente presente, como modelo, madre, medianera.

3. PROBLEMAS ACTUALES DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA y RELACION CON LOS TEMAS MARIANOS

A) Problemas actuales de la espiritualidad:Como todo tratado teolgico, la espiritualidad tiene una problemtica correspondiente a la propia poca. Tratndose de la "vida segn el Espritu" ("espiritual"), ser necesario tener en cuenta al hombre concreto en su propia cultura y en su situacin concreta. Al mismo tiempo, hay que prestar atencin a las gracias recibidas por la Iglesia de cada poca. Habr que armonizar la accin divina ("gracia") y el esfuerzo del homre (colaboracin). Todo esto es normal y representa una tarea de enri- quecimiento. La espiritualidad deber ser "inculturada", "contextualizada", "encarnada" ..'?La problemtica espiritual que ms puede afectar a la espiritualidadmariana es la que se refiere a las tensiones actuales entre vida interior y accin apostlica, carisma e institucin, consagracin y servicio, "encarnacin" y trascendencia. Estas tensiones se deben encauzar hacia la bsqueda de armona e integracin enriquecedoraCuando las tensiones producen una ruptura, es que se ha pasado o a una antropologa radical (tendencia secularizante) o a una experiencia personalista y fenomenolgica desorbitada (tendencia "espiritualista").

7 Hay que evitar pasar a la "mariologa" (y a la "espiritualidad mariana") proble- mas que deben resolverse en su propio campo teolgico. Los problemas cristol- gicos y eclesiolgicos de la teologa actual deben resolverse en su propio tratado. La espiritualidad general ayudar a resolverlos con una actitud de fidelidad a la gracia, evitando teoras que no nacen de la fe y del enamoramiento de Cristo. La espiritulidad mariana ayudar a centrar la mariologa en su propio ambiente. Todo tema mariano, si es autntico, se profundiza cientficamente ("teologa"), se desarrolla para poderlo anunciar comunicar ("pastoral") y para poderlo vivir ("espiritualidad"). Pasar a la mariologa y a su espiritualidad otra problemtica, sera hacer doblajes de cuestiones que deben resolverse en su lugar propio. Ver: SToDE FlORES,Mara en la teologa contempornea, Salamanca, Sgueme 1991.8 AA.VV., Problemas y perspectivas de espiritualidad, Salamanca, Sgueme1986; AA.VV.,La spiritualit cristiana dell'et contemporanea, en: Storia delta spiritualit, Roma, Borla 1985, vol. 6; 1. COLOSIOL, a espiritualidad de hoy, ca- ractersticas positivas y negativas, Barcelona, ELER 1967; STo DE FlORES, Espiritualidad contempornea, en: Nuevo Diccionario de Espiritualidad, Ma- drid, Paulinas 1983,454-475; C. GARCIA,Corrientes nuevas de teologa espiri- tual, Madrid, Studium 1971; B. JIMNEZ DUQUE,Dios y el hombre, Madrid, FUE1973; ID, Problemtica actual de la Teologa Espiritual, "Teologa Espiritual" 5(1961) 195-204. Respecto a las tendencias hacia la "experiencia", ver: J. Es- QUERDABIFET, Valor evangelizador y desafos actuales de la "experiencia" reli- giosa, "Euntes Docete", 43 (1990) 37-56.

Ambas tendencias nacen de perder el sentido de gratuidad del don, para pasar a utilizar dominando los dones de Dios segn el propio inters.Hay que llegar a la armona por un proceso de "unidad de vida" (PO 13), a partir de la apertura y fidelidad respecto a la palabra de Dios, a la accin del Espritu, a la presencia activa de Cristo resucitado. La "uni- dad de vida" del propio corazn se refleja en la reflexin teolgica oral y escrita. Un tema teolgico que no llevara hacia la contemplacin, la san- tificacin y la misin, indicara que no ha sido bien presentado.

B) Relacin de la espiritualidad actual con los temas marianos:Los temas marianos aportan una perspectiva iluminadora en toda la problemtica actual de la espiritualidad cristiana. El tema de Mara Madre pone de relieve la humanidad de Cristo y, por consiguiente, la dimensin antropolgica de la espiritualidad. El tema de Mara Virgen Madre de Dios (por obra del Espritu Santo) hace resaltar la filiacin di- vina de Jess y, por tanto, la dimensin trinitaria, cristo lgica y pneu- matolgica de la espiritualidad. El tema de Mara asociada al Redentor (Salvador) subraya la colaboracin del hombre a la salvacin y, como consecuencia, la dimensin salvfica y misionera de la espiritualidad. La dimensin eclesial de la espiritualidad aparece en la presentacin deMara "la mujer" (Jn 2,4; 19,27), Tipo de la Iglesia esposa, virgen fiel y madre fecunda (LG 63-65).Las tensiones que presenta hoy la espiritualidad (resumidas ms arri- ba) encuentran la armona unificante en un corazn que recibe la palabra de Dios "meditndola en el corazn", como Mara (Le 2,19.51: dimen- sin contemplativa). La verdadera cercana a los problemas del hombre tiene lugar cuando, siguiendo la indicacin de Mara en Can, se busca la solucin a la luz de las palabras de Jess (Jn 2,5: dimensin de libera- cin integra!).La espiritualidad cristiana es eminentemente litrgica, como vivencia y celebracin del misterio pascual. La Iglesia vive este misterio con el ejemplo y la ayuda de Mara (Jn 19,25-27: dimensin litrgica). Existe espiritualidad cristiana en la medida en que se viva la comunin de Igle- sia, de la que Mara es ejemplo e instrumento (Act 1,14: dimensin ecle- sial de comunin).Las tensiones entre la vida interior (carisma, consagracin ...) y vida apostlica (accin, sevicio ...), no se resuelven en rupturas egostas (de ti- po materialista o espiritualista), pero pueden convertirse en un enriqueci- miento espiritual y apostlico cuando se viven como Iglesia peregrina, que se identifica con Mara glorificada en el cielo como "la gran seal" (Apoc 12,1: dimensin escatolgica). Inmanencia (encarnacin) y tras- cendencia, se armonizan en una fe viva en el misterio de la Encarnacin del Verbo: "bienaventurada t que has credo" (Le 1,45: dimensin teo- loga!).La espiritualidad, como "fe vivida" o "vida de fe" (RMa 48), es una actitud relacional con Cristo, traducida en convicciones, motivaciones y decisiones. Es una adhesin personal profunda a Cristo Dios, hombre y Salvador, relacionada con la vivencia de Mara Madre, Virgen y asocia- da a Cristo. Con el ejemplo y ayuda de Mara, se aprende a aceptar vi- vencialmente a Cristo (segn las expresiones patrsticas) como "perfecto Dios y perfecto hombre", que quiere "salvar al hombre por medio del hombre". Entonces la espiritualidad cristiana encuentra su sello de ga- rantia9

Verbo EncarnadoDios, hombre, Salvador:Lnea horizontalcercana accin institucin servicioLnea vertical:trascendencia vida interior carisma consagracin

Mara, "unidad de vida":Madre, Virgen, asociada

9 D. FERNANDEZ, La spiritualit mariale chez les Pres de L'Eglise, en: Marie, DSp, Paris Beauchesne 1977,423-440; ID, Los comienzos de la espiritualidad mariana, "Estudios Marianos" 28 (1978) 9-29; 29 (1979) 395-416; G. JOUASSARD, Marie el travers la Patristique, en: Maria, Paris, Beauchesne 1949, 1, 69-157; A. ROUET, Marie et vie chrtienne, Paris, Descle 1978.

SELECCION BIBLIOGRAFICAA) Manuales o tratados de espiritualidad (Mara aparece en la vida cristiana, como modelo y ayuda de santificacin):

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B) Estudios ms orientados a la espiritualidad cristiana en su aspec- to mariano:

a) Congresos o asambleas especialmente sobre el Espritu Santo yMara:

- Fundamentos teolgicos de la piedad mariana, "Estudios Maria- nos" 48 (1983).- La spiritualita mariana della Chiesa alla luce dell'enciclica "Redemptoris Mater", Roma, Teresianum 1988.- Mara en la espiritualidad de la Iglesia, Madrid, Coculsa, SME1972. Tambin en: "Estudios Marianos" 36 (1972).- La spiritualit mariana: legitimit, natura, articolazione, Roma, Pont. Facolt Teologica "Marianum" 3-6 novembre 1992.- Mara y el Espritu Santo, "Estudios Marianos" 41 (1977).- Credo in Spiritum Sanctum, Atti del Congresso Internazionale di Pneumatologia, Lib. Edit. Vaticana 1983.- L 'Esprit-Saint et M arie, "Etudes Mariales" 25 -27 (1968-1970),- Lo Spirito Santo e Maria Santissima, Ciudad del Vaticano 1973.- Maria e lo Spirito Santo, Roma, Marianum 1984.

b) Otros estudios:ALCANTARA P. DE, La espiritualidad mariana segn el concilioVaticano JJ, "Estudios Marianos" 32 (1969) 105-128.ALVAREZ T., Mara en la espiritualidad cristiana, en: Mara en la vida religiosa, Madrid 1986, 155-175.AA.VV., El Espritu Santo ..., XXXII Semana Espaola de Misionologa,Burgos 1980, 155-197.DE FlORES ST., Mara en la teologa contempornea, Salamanca, Sgue- me 1991 (cap. X: Presencia de Mara en la espirituali- dad cristiana).ESQUERDA BIFET J., Espiritualidad mariana como fidelidad a la misindel Espritu Santo, "Estudios Marianos" 41 (1977) 45-58.FERNANDEZ D. Los comienzos de la espiritualidad mariana, "EstudiosMarianos" 28 (1978) 9-29; 29 (1979) 395-416.JOUASSARD G., Marie a travers la Patristique, en: Maria, Paris, Beau-chesne 1949, 1, 69-157.LLAMAS E., El Espritu Santo y Mara, unidos en la obra salvfica, en: AA.VV. El Espritu Santo ... , XXXII Semana Espaola de Misionologa, Burgos 1980, 155-197.ROUET A, Marie et vie chrtienne, Paris, Descle 1978.SANTO ROSARIO A DEL, La Virgen y la vida cristiana, en: Enciclo-pe- dia Mariana "Theotokos", Madrid, Studium 1960, 530-537.SPIAZZI R., Mara en la espiritualidad, en: Enciclopedia "Theotokos", Madrid, Studium 1960, 499-529.

Nota: Ver los estudios sistemticos sobre la espiritualidad mariana en los captulos siguientes.

II.NATURALEZA DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA

1. El hecho y la terminologa de la "espiritualidad mariana" de laIglesia

2. Naturaleza y datos fundamentales de la espiritualidad mariana

3. Problemas de metodologa cientfica

1. EL HECHO y LA TERMINOLOGIA DE LA "ESPIRITUALIDAD MARIANA" DE LA IGLESIA

La expresin "espiritualidad mariana" ha encontrado carta de ciuda- dana en la Iglesia gracias a la encclica "Redemptoris Mater": "Se trata aqu no slo de la doctrina de fe, sino tambin de la vida de fe y, por tan- to, de la autntica 'espiritualidad mariana', considerada a la luz de la Tradicin y, de modo especial, de la espiritualidad a la que nos exhorta el concilio" (RMa 48). Esta "vida de fe" constituye la "espiritualidad" (vida "espiritual" o "segn el Espritu"). La Iglesia vive los contenidos de la fe, no solo como conceptos que iluminan, sino especialmente como realidades de gracia que transforman la vida. La doctrina sobre Mara, como parte integrante de la doctrina sobre el Misterio de Cristo, se con- vierte en vivencia "espiritual". Al mismo tiempo, la Iglesia mira a Mara para imitar su vida de fe y ser ayudada por ella en esta misma vida de fe: "La Santsima Virgen avanz en la peregrinacin de la fe" (LG 58). En este sentido, Mara es "Tipo y ejemplar acabadsimo en la fe y en la cari- dad" (LG 53). y de ah deriva, por parte de la Iglesia, no slo la imita- cin, la splica de intercesin, sino tambin el "afecto de piedad filial" (LG 53).La espiritualidad mariana es, pues, una realidad histrica en la vida y en la doctrina de la Iglesia, y, de modo especial, en la vida y doctrina de los santos y de las comunidades eclesiales de todos los tiempos, es- parcidas por todas las naciones: "Adems, la espiritualidad mariana, a la par de la devocin correspondiente, encuentra una fuente riqusima en la experiencia histrica de las personas y de las diversas comunidades cris- tianas, que viven entre los distintos pueblos y naciones de la tierra. A es- te propsito, me es grato recordar, entre tantos testigos y maestros de la espiritualidad mariana, la figura de San Luis Mara Grignion de Mont- fort" (RMa 48).Este "hecho" mariano vivencial, que es realidad permanente en la Iglesia, cuando se trata de plasmarlo en terminologa concreta, ha recibi- do diversos nombres: piedad o devocin mariana, asctica y mstica mariana, teologa espiritual mariana, espiritualidad mariana. La palabra "piedad" o ~(devocin" indicara la actitud de los creyentes por medio de actos devocionales y de culto; es un tema clsico en los tratados de ma- riologa, cuando hablan de la devocin y del culto mariano. La expresin "asc~tica y mstica, mariana" indicara el proceso de la vida espiritual ayudando se de Mana como modelo y como medio peculiar de esta misma vida; los tratadistas de espiritualidad general no dejan de hacer alusion (aunque sea brevemente) a esta faceta mariana de la vida espiritual.La frase espiritualidad mariana" es hoy comunmente aceptada, no slo p?! la inclusin oficial en el magisterio de la Iglesia (RMa 48), sino tam- b.len ~orque en las ~acu~tades de Teologa (con especializacin en Espi- ntuahdad o en Mariologa) ya es normal un curso ordinario sobre este te- ma concreto: "Espiritualidad mariana", "Espiritualidad mariana de la Iglesia", "Dimensin misionera de la espiritualidad mariana", etc.!La actitud relacional de la Iglesia con Mara es una de las notas caractersticas de la encclica "Redemptoris Mater". La Iglesia, y cada cre- yente, vive una "presencia activa y materna" de Mara (cfr. RMa 1, 24,28, 48, 52), en "comunin de vida" con ella (RMa 45, nota), dejndola entrar "en todo el espacio de la vida interior" (RMa 45), como expresin de una "vida de fe" a imitacin de Mara (RMa 48). Todo ello es conse- cuencia de poner en prctica el encargo del Seor: "He aqu a tu Madre ... el discpulo la recibi en su casa" (Jn 19,25-27). Orgenes sealaba que para captar el "sentido del evangelio", hay que imitar al discpulo ama- do, "recibiendo a Mara como Madre 2.En los documentos magisteriales de la Iglesia, Mara aparece como "Maestra de vida espiritual" (MC 21), en todo el "itinerario de fe" (RMa 2,27, 48, 49~, con una "presencia activa" y "materna" (RMa 1,24; RH 22). La Iglesia, ante esta realidad activa y relacional, queda invitada a

1 Estos cursos pueden verse en los programas de estudio de algunas Universida- des y Facultades: Marianum, Teresianum, Urbaniana Salesiana Institutos de~spirit~alidad ... Se han dedicado ya a este tema algun'as semana;, asambleas y simposiums: AA.VV., Fundamentos teolgicos de la piedad mariana "Estudios Marianos" 48 (1983); AA.VV., La spiritualit mariana della Chies~ alla luce dell'enciclica "Redemptoris Mater", Roma, Teresianum 1988; AA.VV., Mara"' la e~p_iritua~idad de l~ ~gl~s~a, Madrid, Coculsa, SME 1972; AA.VV., La spi- ritualit mariana: legitimit, natura, articolazione, Roma Pont. Facolt Teol~gica "Marianum" 3-6 novembre 1992. Los diversos tratad;s de mariologa estudian algunos aspectos de nuestro tema al hablar del culto y devocin; ver ma-~uale.s actu~les en ~l cap!tulo ~V, n_ota3. l:a Pontificia Facultad Teolgica delMa!IanUm ~~le~~oun sImpos~uminternacional sobre este tema: La spiritualua;:anana: !eglflmlfa, natura, artlcola~ione (Roma, 3-6 novembre 1992).2 Comm. m loann., 1,6: PG 14,31 (citado por RMa 23, nota 47). Se puede hablar, pues, de un "sentido mariano" o estilo y "espritu" mariano de captar el evangelio.

entrar en sintona con el "amor materno" de Mara (RMi 92; LG 65). La actitud relacional de la Iglesia con la Virgen presupone la presencia de Mara; es una presencia real, afectiva y efectiva, recordada y vivida, que reclama por parte de la Iglesia una reflexin teolgica. Tal vez por no haberse prestado la suficiente atencin a la teologa de la espiritualidad mariana, tampoco se ha profundizado en esta verdad mariana (su pre- sencia en medio de la Iglesia), que est en estrecha relacin con la pre- sencia de Cristo resucitado (que sigue asociando a Mara en la obra sal- vfica). Los santos ms marianos invitaban a vivir la vida de Mara, en relacin con su presencia activa, para que por medio de esta unin con Mara, pudieran entregarse totalmente a Cristo como ella 3

2. NATURALEZA Y DATOS FUNDAMENTALES DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANAHay que distinguir entre la expresin "espiritualidad mariana" y su contenido. Lo que est en juego no es propiamente la expresin, sino el significado y el alcance de la misma. Si por "espiritualidad" se entiende docilidad a las gracias (o carismas) del Espritu Santo (a modo de "vida segn el Espritu": Gal 5,25), la espiritualidad mariana sera una actitud de fidelidad a lo que el Espritu Santo comunica a la Iglesia en relacin con Mara.La espiritualidad mariana ayuda a la Iglesia a vivir la relacin esponsal con Cristo, como realidad profundamente bblica, que es base de la teologa patrstica, de la vida litrgica y de la vida evanglica del segui- miento radical de Cristo. Leyendo con atencin los documentos maria- nos, conciliares y postconciliares, se nota en ellos no slo un contenido doctrinal de conceptos, sino tambin una invitacin a adoptar unas acti- tudes eclesiales (personales y comunitarias) respecto a Mara. Estas acti- tudes son de fidelidad a la Palabra, a la voluntad de Dios, a la accin del Espritu Santo, as como de relacin personal con Cristo, con Mara y con la Iglesia. Al sentirse unida e identificada con Mara, la Iglesia adop- ta una actitud de fidelidad y de relacin ms profunda con Cristo Espo- so: "La Iglesia, meditando piadosamente sobre ella, y contemplndola a la luz del Verbo hecho hombre, llena de reverencia, entra ms a fondo en

3 Al hablar de la "espiritualidad mariana", Juan Pablo 11hace referencia a estos santos: "A este propsito, me es grato recordar, entre tantos testigos y maestros de la espiritualidad mariana, la figura de San Luis Mara Grignion de Montfort"... (RMa 48). En la nota 143 (del mismo n.48) se remite al Tratado de la verdadera devocin de la Santsima Virgen (Montfort) y al Las glorias de Mara (San Alfonso Mara de Ligorio). Sobre San Bernardo: RMa 6 y nota 16.

el soberano misterio de la Encamacin y se asemeja cada vez ms a su Esposo" (LG 65). .' ., .Por esto, la espiritualidad manana ~~ :mI~ent~mente cristocntrica y eclesial. "Los Padres griegos y la tradicin bizantina, contemplando a la Virgen a la luz del Ver~o hecho hombre, han, tratado de penetrar e~ la profundidad de aquel vnculo que une a Man~, como Madre de DIOS, con Cristo y la Iglesia: la Virgen es una presencia permanente en toda la extensin del misterio salvfica" (RMa 31). Por esto "Mara pertenece indisolublemente al misterio de Cristo y pertenece adems al misterio de la Iglesia" (RMa 27). ... .Los contenidos y datos fundamentales de la espiritualidad mariana de la Iglesia podran resumirse en los siguientes:1) Actitud "vivencial" d~ los temas ma.rianos, orient~d? haci~ u.n "afecto de piedad filial (LG 53) que incluya conocmento, ImI-tacin relacin, peticin, celebracin ...2) Relacin de "intimidad!' con Mara, a modo de "comunin de vi- da" (RMa 45, nota 131), viviendo la r~alidad de .su presencia en la vida de cada persona y de cada comunidad eclesial.3) Aceptacin efectiva de}u "influjo salvf!co" (LG .60); co~o de- jndola entrar y actuar en todo el espacio de la vida nterior, es decir, en el 'yo' humano y cristiano" (RMa 45).

La reflexin teolgica sobre esta vivencia mariana de la Iglesia debe, pues, centrarse en la actitud vivencial ("espiritual", devocional, cultual) de los temas marianos, que incluye la actitud interrelacional y la depen- dencia efectiva y afectiva de dejarse moldear para transformarse en Cristo.Esta realidad mariana de la Iglesia hace descubrir y vivir la "presen-cia activa y materna" de Mara en todo el proceso de perfeccin o de la vida espiritual: virtudes teologales y morales con los dones del Espritu Santo (tambin como sintonizacin con los criterios, valores y actitudes de Cristo), vida contemplativa, vida comunitaria, vida apostlica, vida social...Todos participamos de la fe de Mara, que "permanece en el corazn de la Iglesia" (RMa 27), como un bien que debe desarrollarse en un pro- ceso de santificacin y de misin.

Reflexin teolgica sobre: la vida de fe en relacin con Mara todo el proceso de esta vida en personas y comunidades en la Iglesia particular y universal con elementos diferenciados ("carismas", culturas ...)

La teologa de la "espiritualidad mariana" debe profundizar la vida espiritual de Mara (presencia, afecto, modelo, ayuda como mediacin materna), la vida espiritual de la Iglesia (conciencia, afecto, imitacin, peticin) y la relacin entre ambas. El "influjo salvfico" de Mara (LG 60) Y la "piedad filial" de la Iglesia (LG 53), se entrecruzan en el camino de la vocacin, contemplacin, perfeccin, comunin y misin.

Mara "influjo salvfica": camino de: vocacin contemplacin perfeccin Iglesia: "piedad filial"

"presencia materna": comunin, misin

3332

"amor materno

{

La espiritualidad mariana hace resaltar la actitud relacional con Mara, viviendo su presencia activa (modelo e influjo de maternidad e intercesin). Se intenta vivir con Mara y como ella en la asociacin a la vida y a los misterios de Cristo.

3. PROBLEMAS DE METODOLOGIA CIENTIFICA

En la reflexin teolgica, cuando ya se ha emprendido un camino, surge una alergia respecto a un eventual cambio de direccin. Si los te- mas teolgicos (y mariolgicos) ya se han clasificado segn unas progra- maciones y unos cuadros mentales, resulta difcil aceptar una novedad en la terminologa y en la metodologa de docencia, investigacin y pu- blicaciones. En el caso de la "espiritualidad mariana" acontece este mis- mo fenmeno. Las alergias que pueden surgir en el momento de aceptar o rechazar la expresin, nacen ms bien del hecho de vislumbrar que de- ber rehacerse la metodologa de estudio evitando doblajes intiles. En- tonces se corre el riesgo de adoptar una solucin fcil: no aceptar la no- vedad de la terminologa, alegando dificultades de mtodo cientfico.En el campo misiono lgico, sucedi algo parecido con la expresin"espiritualidad misionera", usada of!cialmente _por primer~, vez en ~~ concilio Vaticano 11 (AG 29) Y explicada ampliamente en Evangeln nuntiandi" (cap. VII) y en "Redemptoris missio" (cap. yUI). Existe, pues, la "espiritualidad" especfica, tanto en el campo manano como en el campo misionolgico. 4

4 J. ESQUERDA BIFET, Teologia della evangelizzazione, Spiritualita missionaria, Pontificia Universit Urbaniana 1992. Ver la palabra "Misin" en: Dizionario Enciclopedico di Spiruualit, Roma, Citt Nuova 1990, 1609-1620.

Analgicamente podran servir las indicaciones de "Pastores dabo vobis" sobre el contenido de la espiritualidad sacerdotal, que queda aho- ra sistematizada en un captulo (el tercero) de este documento magiste- rial de la Iglesia, invitando a un estudio especfico. "La vida espiritual es una vida animada y dirigida por el Espritu hacia la santidad o perfeccin de la caridad" (PDV 19); respecto a la espiritualidad sacerdotal especfi- ca, se trata de la caridad pastoral. 5La espiritualidad mariana es la misma vida espiritual cristiana (como vivencia y como reflexin teolgica) en su faceta mariana; sta resulta tan rica de contenido, que merece una explicacin detallada y peculiar.La teologa mariana ("mariologa") tiene tres funciones principales:

1) Cientfica sapiencial (reflexin sobre los datos bblicos, histri- cos, sistematizacin etc.),2) Pastoral (del anuncio, la celebracin, la organizacin o anima- cin, etc.),

3) "Vivencial" (sera el campo de la "espiritualidad mariana", basa- do siempre en la teologa y apuntando hacia la pastoral).

La funcin vivencial de la mariologa (o el estudio sobre la misma funcin) es el campo propio de la espiritualidad mariana. Se estudia la vida de fe de la Iglesia en relacin con Mara.Estos temas han sido estudiados hasta ahora implcitamente en el ca- ptulo mariolgico sobre el culto y devocin mariana. Precisamente por mrito de estos mismos estudios, la materia es hoy tan amplia que mere- ce una atencin especial, estructurndola como presencia de Mara en todo el proceso o camino de la vida espiritual. En este sentido y pers- pectiva, el tema no haba sido desarrollado suficientemente. El captulo mariolgico sobre el culto y devocin, de hecho, no trata este tema, que le sobrepasa y que es suficientemente amplio para poderle dedicar un tratado especial.La espiritualidad eclesial o fidelidad de la Iglesia a la accin del Espritu ("oiga la Iglesia lo que dice el Espritu": Apoc 2,7), se ha ido moldeando mirando a Mara como "la gran seal" (Apoc 12,1), que per- sonifica a la misma Iglesia. Vivir en relacin con Mara significa ser consecuente con estas realidades marianas que constituyen una presencia activa y materna: Mara es el "icono" de la Iglesia, como una presencia activa que es mediacin materna e "influjo salvfico" (LG 60).

5 J. EsQUERDABIFET,Espiritualidad sacerdotal y formacin espiritual del sacer- dote, en: Os dar pastores segn mi corazn, Valencia, EDICEP 1992,207-222.

"Mara est en el corazn de la Iglesia" (RMa 27), en sus actitudes hondas de relacin esponsal con Cristo, como virgen que se hace madre a ejemplo de Mara, por un proceso de escucha, oracin y amor. Si "toda la Iglesia es invitada a vivir ms profundamente el misterio de Cristo, colaborando con gratitud a la obra de la salvacin, eso lo hace con Mara y como Mara, su Madre y modelo" (RMi 92).En este camino histrico de fe, hacia el encuentro definitivo con Cristo, la Iglesia experimenta a Mara, quien "precede con su luz al pere- grinante Pueblo de Dios, como signo de esperanza cierta" (LG 68; cfr. RMa 51-52). Por esto, la actitud de la Iglesia respecto a Mara (actitud "espiritual" o segn el Espritu), es actitud relacional (oracin, contem- placin ...), imitativa (fidelidad, virtudes), celebrativa (liturgia en torno al misterio pascual), experimental (vivencia de los santos y de los fieles), sapiencial (teologa), etc.Esta actitud eclesial mariana constituye su "espiritualidad", es decir,su modo de responder a la voz y carismas del Espritu Santo. Mara es ti- po o figura de la actitud de la Iglesia respecto al Verbo (Palabra de Dios) y al Espritu.La espiritualidad eclesial es, por su misma naturaleza, espiritualidadmariana. Esta es, pues, parte integrante de la espiritualidad cristiana. Es ms, se puede decir que la espiritualidad mariana es la expresin funda- mental de la espiritualidad cristiana, puesto que la espiritualidad de Mara es el Tipo de la espiritualidad de la Iglesia, como actitud de apertura al Verbo encarnado, bajo la accin del Espritu Santo, segn los designios salvficos del Padre. Cmo estudiar esta realidad eclesial mariana, que va ms all de la "devocin" y del "culto"? Cul es la naturaleza de esta espiritualidad, sus contenidos, su sntesis teolgica? 6La Iglesia cree, celebra, vive y convierte en oracin el misterio de Cristo. Vivir el misterio de Cristo, nacido de Mara y que asocia a Mara, sera la quintaesencia de la espiritualidad mariana. Se podra estudiar esta espiritualidad mariana eclesial en relacin con la Iglesia misterio (signoportador de Cristo), comunin (fraternidad), misin (evangelizadora) ... Cmo vive la Iglesia la presencia de Mara en este camino de fe, pa- ra ser fiel a la accin del Espritu Santo? Cmo es su espiritualidad en su faceta mariana?

6 AA.VV., La spiritualita mariana della Chiesa alla luce dell'enciclica "Redemptoris Mater", Roma, Teresianum 1988; AA.VV., Mara en la espiritua- lidad de la Iglesia, Madrid, Coculsa, SME 1972 y "Estudios Marianos" 36 (1972); P. DE ALCANTARAL, a espiritualidad mariana segn el concilio Vaticano Il, "Estudios Marianos" 32 (1969) 105-128; J.A. DE ALDAMA,Espiritualidad mariana, Madrid 1981 (folleto pstumo); J. CASTELLANOL, e grandi linee delta spiritualit mariana delta Chiesa alta luce delt'enciclica "Redemptoris Mater", en: AA.VV:, La spiritualita mariana delta Chiesa, o.c., 173-195; B. CUEVA, Al Hijo por la Madre, espiritualidad mariana, Madrid, PPC 1986; STo DE FlORES, Mara en la teologa contempornea, Salamanca, Sgueme 1991, cap. X (Presencia de Mara en la espiritualidad cristiana); A. DEL SANTO ROSARIO,La Virgen y la vida cristiana, en: Enciclopedia Mariana "Theotokos", Madrid, Studium 1960, 530-537; O. DOMINGUEZM, ara modelo de la espiritualidad mi- sionera de la Iglesia, "Omnis Terra" n.86 (1979) 226-242; ID, La accin comn del Espritu Santo y de Mara en la obra de santificacin yen la vida de la Iglesia, "Ephemerdes Mariologcae" (1978) 215-237; J. ESQUERDABIFET, Espi- ritualidad mariana como fidelidad a la misin del Espritu Santo, "Estudios Ma- rianos" 41 (1977) 45-59; ID, La Virgen de nuestro s, Barcelona, Balmes 1988; V.M. FARANO,Con Mara la Madre de Jess, Bogot, Paulinas 1980; M. GARCIA MIRALLESE, spiritualidad mariana como respuesta afectiva a la asociacin de la Virgen a los misterios de Cristo: su estudio, su historia, "Estudios Marianos" 36 (1972) 195-231; J.C. GARCIA PAREDES,Mara, la mujer consagrada, Madrid, lns. Teolgico Vida Consagrada 1979; T. GOFFI, Espiritualidad, en: Nuevo Diccionario de Mariologa, Madrid, Paulinas 1988, 661-679; ILDEFONSODE LA INMACULADAL,a espiritualidad mariana en la pastoral de hoy, en: Enciclopedia mariana posconciliar, Madrid, Coculsa 1975,435-442; A. LAURAS,La Vierge Marie dans la vie de ['apotre, "Cahiers Marials" 5 (1961) 211-216; E. LLAMAS, Nocin y sentido de la espiritualidad mariana, "Estudios Marianos" 36 (1972)9-33 (analiza: nocin, mtodo, fuentes, historia, fundamentos doctrinales, prcti-ca); F.M LOPEZ MELUS, Mara de Nazareth, la verdadera discpula, Madrid, PPC 1991; V. MACCA,Maria Santissima, en: Dizionario enciclopedico di spiri- tualita, Roma, Citt Nuova 1990, 1494-1510; G. MEDICA, Alla scuola di Nazaret, Maria Maestra di vita, Leumann, LDC 1983; S.M. RAGAZZINIMaria vita delt'anima, Frigento 1984 (estudio exhaustivo sobre la presencia y accin de Mara en todo el proceso de la vida espiritual); G. RAMBALDIMaria nel mistero di Cristo e delta Chiesa, la devozione a Maria nelle anime consacrate, Milano, Ancora 1968; A. Royo, La Virgen Mara. Teologa y espiritualidad mariana, Madrid, BAC 1968; R. SPIAZZI,Mara en la espiritualidad, en: Enciclopedia "Theotokos", Madrid, Studium 1960, 499-529 (analiza: sntesis histrica, sentido eclesial, sentido teolgico, actualidad); STRADA,Mara y nosotros. Manual de Teologa y Espiritualidad mariana. Buenos Aires 1980.

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Nota: Ver en los manuales de Mariologa (cap. IV), los captulos re- ferentes al culto y devocin.

Ill. DIMENSIONES FUNDAMENTALES DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA

1. Dimensin bblica: Mara en la historia de salvacin y en el pri- mer anuncio del evangelio

2. Dimensin trinitaria, cristo lgica, pneumatolgica

3. Dimensin eclesial: comunitaria, ecumnica, litrgica, escatolgica

1. DIMENSION BIBLICA: MARIA EN LA HISTORIA DE SAL VACION y EL PRIMER ANUNCIO DEL EVANGELIO

A) Lneas bblicas de espiritualidad mariana:

Cualquier tema cristiano, tambin los temas de espiritualidad, debe ser tratado a partir de la palabra de Dios: palabra revelada, inspirada, predicada, celebrada, contemplada ... Esta "palabra" es el mismo Jess en cuanto "Verbo" encarnado. La "espiritualidad" es una actitud de escu- cha respecto a la palabra: recibirla tal como es, dejarse cuestionar por ella, pedir luz y fuerza, dejarse transformar por ella ... La espiritualidad mariana es esta misma actitud de escucha, tomando a Mara como mo- delo y ayuda (Le 2,19.51).1Si decimos dimensin bblica, queremos indicar con ello las lneas de espiritualidad que sobresalen en los textos inspirados de la Escritura, es- pecialmente aquellas lneas que pueden relacionarse ms con Mara en elcampo de la espiritualidad.Podramos resumir estas lneas en las siguientes:

1) Presencia y cercana salvfica de Dios:

En el conjunto de los textos escritursticos y de la historia de salva- cin, aparece la lnea de presencia, cercana y epifana de D~os, que ~a- bla, acompaa, alienta, corrige ... Es "Yav", el que es y sostiene la VIda de su pueblo en todo momento (Ex 3,14). Esta presencia activa tiene, en el Antiguo Testamento, su punto culminante en la expresin "Emma- nuel", Dios con nosotros (Is 7,14). Jess es el Emmanuel. Mara es la Madre del Emmanuel (Mt 1,23). La espiritualidad mariana se traduce en una actitud relacional con Dios manifestado en Jess su Hijo.

2) Epifana y palabra salvfica de Dios:

La cercana de Dios al hombre se convierte en manifestacin, epifa- na, palabra. Desde el principio de la creacin, todo expresa esta palabra divina (Gen 1,lss; Sal 32,6). La Escritura es la manifestacin ms con- creta y garantizada de esta palabra (revelada, inspirada). Jess es la Pala- bra personal de Dios, "el Verbo" encarnado (Jn 1,lss), "por quien han si- do hechas todas las cosas" (Jn 1,3). Mara es la Madre de! Verbo hecho hombre, del Hijo de Dios hecho nuestro hermano (Le 1,31ss). La espiri- tualidad mariana es una actitud de adhesin y fidelidad a Cristo el Verbo encarnado y Redentor.

3) Alianza esponsal en la historia salvfica:

A la Escritura (Biblia) la llamamos tambin "Testamento", es decir, "Alianza" o pacto esponsal de Dios con su Pueblo. La distribuimos endos partes principales: Antiguo y Nuevo Testamento. Dios se acerca y se muestra como "Esposo", estableciendo un pacto de amor o "Alianza", sellada con "sangre" (Ex 24,8): "Yo ser vuestro Dios y vosotros seris mi pueblo" (Lev 26,12). Esta "Alianza" se hace definitiva con Jess, que derrama su sangre para nuestra redencin (Le 22,20). Mara dice el "s"a la nueva Alianza (Le 2,38), convirtindose en "la mujer" o "Nueva Eva" esposa del Nuevo Adn (Jn 2,4; 19,25; Apoc 21,1), Tipo de la Iglesia, a la que invita a renovar el "pacto" esponsal: "haced 10 que l os diga" (Jn 2,5; cfr. Ex 24,7). La espiritualidad mariana tiene sentido es- ponsal de asociacin de la Iglesia a Cristo (cfr. Ef 5,25-27).3Estas lneas bblicas fundamentales de espiritualidad mariana son el soporte de otros aspectos que veremos en los captulos sucesivos, espe- cialmente en el tema de la vocacin (como "sequela evanglica") y en el proceso o camino de contemplacin, perfeccin y misin (evangeliza- cin). Mara aparece en los primeros momentos del seguimiento evang- lico (Jn 2,11-12), y es modelo y ayuda para la fe de la Iglesia (Le 1,45) en la vida contemplativa, en la vida de santificacin y de evangelizacin.

B) Mara en el primer anuncio ("kerigma ") de la Iglesia primitiva:

El "kerigma" o "primer anuncio" del evangelio, que la Iglesia predi- ca a todos los pueblos, desde el da de Pentecosts, incluye estas lneas fundamentales: Jess es el Hijo de Dios hecho hombre para nuestra sal- vacin, por medio de su muerte y resurreccin; en l se cumplen las es- peranzas mesinicas (cf. Act 2,15-41).Estos datos del "kerigma" o primer anuncio cristiano aparecen en lapredicacin de Pablo (ICor 15,3-5; Rom 1,1-4; GaI4,4-7) y en los evangelios. Mara forma parte de este anuncio misionero, como "la mu- jer" de la que, por obra del Espritu Santo, nace el Salvador."

Los textos marianos del Nuevo Testamento contienen todos los ele- mentos bsicos del anuncio misionero: en Cristo, Hijo de David (verda- dero hombre), Hijo de Dios (concebido por obra del Espritu Santo), se han cumplido las profecas y esperanzas mesinicas.>La figura de Mara, anunciada en el Nuevo Testamento, sirve para hacer resaltar la realidad integral de Cristo hombre (Mara Madre), Cris- to Hijo de Dios (Mara Virgen) y Cristo Salvador (Mara asociada, "la mujer", Tipo de la comunidad eclesial). Mara aparece relacionada con el misterio de Cristo y de la Iglesia, como "la mujer", figura de la comu- nidad creyente, asociada esponsalmente a "la hora" de Cristo (Gal 4,4; Jn 2,4; 19,26). El misterio pascual de Cristo, muerto y resucitado, que la Iglesia anuncia a todos los pueblos, tiene, pues, su faceta mariana de transparencia o de "gran seal" (Apoc 12,1).El primer anuncio ("kerigma"), con todos los elementos bsicos y con toda su fuerza misionera, aparece en los textos marianos de la infan- cia de Jess (Mt 1-2; Le 1-2), as como en los textos jonicos (Jn 2 y 19). Como todo fragmento evanglico, tambin estos textos anuncian a Cris- to, "el Seor". "La mujer", por medio de la cual Jess es de nuestra estir- pe humana, es virgen y madre por obra del Espritu Santo, para hacer re- saltar que Cristo es Hijo de Dios, el Seor resucitado.Jess es "nacido de la mujer" (GaI4,4), "de la estirpe de David" (Rom1,3; Mt 1,1), "por obra del Espritu Santo" (Mt 1,20), el "Hijo de Dios" (Le 1,35), "el que salvar a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21). Mara, anunciada por la Iglesia, hace ver la realidad de Jesucristo, el Salvador por ser el Seor resucitado, Hijo de Dios y hermano nuestro.Jess es "el Salvador preparado ante la faz de todos los pueblos, luz para iluminar a las gentes" (Le 2,30-32; Is 42,6; 49,6). Mara forma parte de la epifana de este misterio salvfica, compartiendo la misma "suerte" de Cristo (cf. Le 2,35). La palabra de Dios es siempre "espada" que defi- ne la actitud de la persona respecto a los planes salvficos de Dios.sMara, recibiendo con espritu de adoracin esta palabra (Lc 2,19-51), define su postura de asociacin a Cristo para dejar transparentar to- do su "misterio", que es de salvacin para todos los pueblos (Ef 3,3-7).

Ahora este "misterio oculto por los siglos en Dios", se manifiesta y se comunica por medio de la Iglesia y, ms concretamente, por la vida y ac- cin apostlca de la misma (Ef 3,8-10).Los textos marianos del Nuevo Testamento, con todo su rico trans- fondo veterotestamentario, dejan entrever la figura de Mara como Tipo de la comunidad eclesial, que vive, anuncia y comunica el misterio de Cristo en toda su integridad "kerigmtica", La "humillacin" de Cristo (que es hombre como nosotros) deja transparentar su "exaltacin" (de Hijo de Dios, resucitado), como Salvador del mundo. La fidelidad de Mara al misterio de la encarnacin (Le 1,38.45) se muestra en su actitud de "pobreza" (Le 1,48), como tipo de la fe y de la accin materna y evangelizadora de la Iglesia (Jn 2,11).Cuando la Iglesia vive y anuncia el mensaje evanglco sobre Mara, indica la actitud de respeto a los planes salvficos de Dios en Cristo:"Haced lo que l os diga" (Jn 2,5). La nueva Alianza, que es para todos los pueblos, tiene las mismas caractersticas fundamentales de la primera Alianza en el Sina: Dios tiene la iniciativa en la historia de salvacin, pero quiere la respuesta lbre del hombre: "Haremos lo que el Seor nos dir" (Ex 24,7).

C) Algunas lneas de espiritualidad mariana que emergen de Mateo, Lucas y Juan:

El "kerigma" o primer anuncio segn san Mateo, es para todo el g- nero humano. La "genealoga" de Jess indica al Salvador que, en cuan- to hombre, es de nuestra estirpe, nacido de Mara (Mt 1,1-15). En el "Emmanuel" (Dios con nosotros), se cumplen las esperanzas mesinicasy llegan a su plenitud las esperanzas de salvacin que se encuentran en todos los pueblos (Is 7,14; Mt 1,21-23; Le 2,31-32). Afloran algunos te- mas de espiritualidad mariana (conjuntamente con Jos su esposo): acti- tud de esperanza en las promesas mesinicas, fe en la presencia de Dios "Emmanuel", fidelidad a los designios salvficos universales de Dios (Jess "Salvador"), significado esponsal de la virginidad como fidelidada la Alianza, fidelidad a la accin del Espritu Santo, encontrar a Cristo nacido de Mara ...?Mara, en el evangelio de Lucas, es como "la hija de Sin" (Sof3,14ss), que recibe al Salvador con una actitud de fidelidad generosa. El Salvador es para todas las generaciones (Le 1,50) Y para todo el pueblo (Le 2,10). El "gozo" de Mara, cantado en el Magnificat (Le 1,47), es anuncio de la buena nueva (anuncio gozoso, "eu-angello") para todas las gentes. Mara personifica a la comunidad mesinica que recibe al Salva- dor para anunciarlo y comunicarlo a toda la humanidad. Su capacidad contemplativa ante la palabra se convierte en transparencia del misterio de Cristo para todos los pueblos (Le 2, 19-20)8. Se podran sealar algu- nas lneas de espiritualidad mariana: fe de Mara (Le 1,38.45) como mo- delo de la fe de la comunidad eclesial personificada en la Hija de Sin (Sof 3,14), especialmente por su "s" a la Alianza (Le 1,38; Ex 24,7), por su alabanza a Dios (Magnificat en relacin con los salmos), por la contemplacin de la palabra en su corazn (Le 2,19.51), por su vida es- condida con Cristo en Nazaret (Le 2, 39-52).9En los "signos" de Cristo, segn San Juan, el creyente aprende a en- trar en la "gloria" o misterio del Verbo encarnado (Jn 1,14). Mara, con su fe, es modelo de esta actitud creyente (Jn 21,11), que sabe descifrar los signos ms pobres, para ver en ellos la donacin de Dios al hombre (la "sangre") y la comunicacin de su vida divina (el "agua") (Jn 19,34-37). El mismo Espritu Santo, que form a Cristo en el seno de Mara,comunica la vida en Cristo a todos los creyentes (Jn 1,13; 7,37-39). En el primer signo (Can) y en el ltimo ("glorificacin" desde la cruz), Maraabre el camino a una comunidad de seguidores de Cristo que viven de l como "pan de vida" (palabra y eucarista), "para la vida del mundo" (Jn6,48-51). Las principales lneas de espiritualidad mariana podran resu- mirse en las siguientes: fe de Mara en los signos de Jess como modelo de la Iglesia creyente, fidelidad a la Alianza, asociacin a Cristo Nuevo Adn, unin con Cristo en su "hora", modelo de la maternidad de la Iglesia, sentido eclesial y escatolgico de la glorificacin de Mara, etc.l?

2. DIMENSION TRINITARIA, CRISTOLOGICA, PNEUMATOLOGICA

Los designios salvficos de Dios sobre el hombre se concretan, segn el primer captulo de la carta a los Efesios, en el amor del Padre, que "nos ha elegido en Cristo" desde toda la eternidad, comunicndonos la "prenda" y "marca del Espritu" (Ef 1,3-14). Por esto la "vida espiritual" cristiana es vida trinitaria, vida divina, vida en Cristo, vida segn el Espritu Santo.El misterio de Mara aparece, desde la anunciacin, con estas mis- mas dimensiones: salvfica, trinitaria, cristolgica y pneumatolgica. Mara va a concebir a Jess, el que "va a salvar al pueblo de sus peca- dos" (Mt 1,21), el "Hijo del Altsimo" Le 1,31-32), "por obra del Esp- ritu Santo" (Mt 1,20; Lc 1,35). El "influjo salvfico" de Mara (LG 60) en nuestra vida espiritual cristiana consiste en una "cooperacin ... para restaurar la vida sobrenatural de las almas" (LG 61) o de "los fieles, a cuya generacin y educacin coopera con amor materno" (LG 63).La vida espiritual tiene siempre una dinmica trinitaria: transforma- dos en Cristo por la accin del Espritu Santo, nos acercamos al Padre; "en el Espritu" y "por medio de Cristo", ya podemos llegar "al Padre" (cfr. Ef 2,18). La espiritualidad cristiana, en su aspecto mariano, tiene tambin esta misma dinmica trinitaria. En Mara, la Iglesia venera a quien es "Madre de Dios Hijo y, por eso, hija predilecta del Padre y sa- grario del Espritu Santo" (LG 53).La actitud o espiritualidad mariana de la Iglesia, como vivencia o "vida de fe" (RMa 48), es eminentemente cristolgica. Esta actitud ayu- da a "vivir ms profundamente el misterio de Cristo" (RMi 92) para::entra.r m~s. adentr~ en el miste~io de la Encarnacin" (LG 65). Po; esto, los ej~r~IcI.oSde pIed~d.a la VIrgen Mara deben expresar claramente la nota tnn,Itana y cristolgica que l~s es intrnseca y esencial" (MC 25).Marra se encuentra en el camino de la fe de la Iglesia. La fe cristiana es adhesin ~~~~onal a Cristo ya su ~ensaje. Mara es "la primera disc- pula de su HIJO (RMa 20), como quien "escucha la palabra de Dios y la pone en prctica" (Le 11,17-28). Ella es "la mujer", asociada esponsal- mente a "la hora" de Cristo (Jn 2,4; 19,25); por esto, "mantuvo fielmente su unin con el Hijo hasta la cruz ... asocindose con entraas de madre a su sacrificio" (LG 58). Consecuentemente, "en la Virgen Mara todo es referido a Cristo y todo depende de l" (MC 25).Este "aspecto cristolgico" de la espiritualidad mariana merece un puest~ de "particular ~eli~ve", de manera, que las expresiones de piedad reflejen el plan de DIOS (MC 25). Mana, respecto a Cristo, es madre di~Cpula, as~ciada ("espo~a"), siempre segn los designios salvficos d~ DIOS,.comunicados p~~ Cnsto. en el Espritu, anunciados y vividos por la I?lesIa. La cooperacion manana respecto a nuestra vida espiritual es SIempre de dependencia respecto a Cristo.La dimensin cristolgica se convierte de nuevo en dimensin salv- fica y trinitaria, puesto que Mara, "por su ntima participacin en la his- toria de la salvacin, reune en s y refleja en cierto modo, las supremas verdades de la fe; cuando es anunciada y venerada, atrae a los creyentesa su Hijo, a su sacrificio y al amor del Padre" (LG 65).Respecto a la dimensin pneumatolgica de la espiritualidad maria- na, hay q~e recordar que Mara es "templo del Espritu" (LG 53; cfr. Le1,35, SIempre en "disponibilidad perfecta a la accin del EsprituSanto" (RMa. 13). Desde el comienzo del segundo milenio (en tiempos~e San FranCISCO) se ha aplicado a Mara el ttulo de "esposa" del Esp- ntu Santo, en el sentido de haber concebido por obra suya. 11La vida espiritual cristiana, en su faceta mariana, incluye, pues, es- tos aspectos de fidelidad, generosidad, relacin, apertura, sintona res- pecto al Espritu Santo, tomando a Mara como modelo y ayuda. Ella es "la gloria (la expresin ms acabada) del Espritu Santo" San Juan Damasceno 12

El "fat" de Mara a los planes de Dios fue determinante para recibir en su seno al Verbo bajo la accin del Espritu Santo. La Iglesia, en su actitud mariana, vive esta realidad como "signo levantado en medio de las naciones" (Is 11,12; cfr. SC 2). De este modo, "a partir del 'fiat' de la humilde esclava del Seor, la humanidad comienza su retorno a Dios" (MC 28). La espiritualidad mariana de la Iglesia es la actualizacin del "fiat" de Mara. Es el "s" como respuesta a la Alianza; la "nube" del Sina (Ex 40,35) en la primera Alianza, simboliza la accin del Espritu Santo que "cubre" a Mara en el momento de realizarse la Alianza defi- nitiva (Le 1,35).El discernimiento del Espritu y la fidelidad al mismo, impelen a laIglesia a actualizar en cada poca el acontecimiento salvfico de Pente- costs. Efectivamente, "fue en Pentecosts cuando empezaron los 'he- chos de los Apstoles', del mismo modo que Cristo fue concebido cuan- do el Espritu Santo vino sobre la Virgen Mara" (AG 4). La actuacin de Mara sigue siendo una realidad permanente: "Mara imploraba con sus oraciones el don del Espritu, que en la Anunciacin ya la haba cu- bierto a ella con su sombra" (LG 59).13La accin del Espritu Santo en Mara y en la Iglesia (en el campo dela perfeccin y de la evangelizacin) tiene como objetivo "formar a Cristo" (Gal 4,19, en relacin con Gal 4,4-7), o engendrar a Cristo en el almat+, La accin del Espritu Santo en la Iglesia es tambin accin con- junta con la colaboracin de Mara como instrumento, puesto que existe una "misteriosa relacin entre el Espritu de Dios y la Virgen de Naza- ret" que hace posible "su accin (de ambos) sobre la Iglesia" (MC 27).La imagen paulina de "formar a Cristo" (bajo la accin del Espritu, con la colaboracin de Mara) es la que dio pie a los santos marianos, como San Luis Mara Grignion de Montfort, para hablar de Mara como "molde" por el que nosotros nos configuramos con su Hijo.15

Las expresiones marianas de los santos tienen siempre una dimen- sin cristolgica que, a veces, es tambin pneumatolgica y salvfica (trinitaria):

- "Te pido, Virgen Santa, que yo reciba a Jess de aquel mismo Esp- ritu Santo por el que t has concebido a Jess".16- "Con Mara, buscad a Jess".17- "Por intercesin de Mara entra en el alma el Espritu Santo, trayen- do aquellos dones que deifican el alma. El alma perfecta se hace tal por medio de Mara".18

Se puede decir que la "lex credendi" encuentra su expresin ms es- pontnea cuando la Iglesia vive la fe trinitaria, cristolgica y pneumato- lgica, en unin con Mara:

- Como apertura a los planes salvficos del Padre,- Como asociacin esponsal con Cristo,- Como discernimiento y fidelidad generosa a la accin del EsprituSanto.

3. DIMENSION ECLESIAL: COMUNITARIA, ECUMENICA, LITURGICA, ESCATOLOGICA

La espiritualidad mariana es eminentemente eclesial. Mara est pre- sente, de modo activo y materno, en el camino de la Iglesia. "El amor a la Iglesia se traducir en amor a Mara y viceversa ... No se puede hablar de Iglesia si no est presente Mara" (MC 28). Mara es figura de la Iglesia en toda su realidad de signo portador de Cristo (Iglesia misterio), comunidad de hermanos (Iglesia comunin), para la salvacin de toda la humanidad (Iglesia misin).19La Iglesia es "sacramento" o "misterio", como signo transparente yportador de Cristo, "signo e instrumento de la unin ntima con Dios y de la unidad de todo el gnero humano" (LG 1).20Cristo sigue hacindose presente en su comunidad bajo diversos sig- nos (SC 7), queriendo que Mara prolongue su maternidad en el tiempo. Es principalmente en la comunidad eclesial donde se actualiza la mater- nidad de Mara: "Esta maternidad de Mara perdura sin cesar en la eco- noma de la gracia, desde el momento en que prest fiel asentimiento en la Anunciacin, y 10 mantuvo sin vacilacin al pie de la Cruz, hasta la consumacin perfecta de todos los elegidos" (LG 62). "Su amor mater- no", que "cuidaba de los hermanos de su Hijo", hace posible la vida de comunin bajo la accin del Espritu Santo (ibdem).La comunidad eclesial ("ecclesia") se fundamenta en la presencia de Cristo, nacido de Mara y que asocia a Mara, que "convoca" con su pa- labra, su Eucarista y sus signos salvficos. Los carismas, ministerios y vocaciones se distribuyen para construir la comunin. Cada persona es "llamada" (vocacin) para ejercer algn "servicio" en la comunidad (mi- nisterio), con la ayuda de "gracias" especiales (carismas). Entonces se construye "un solo cuerpo" (ICor 12,12; Roma 12,5), por parte de quie- nes tienen "un mismo Espritu" (ICor 12,9 y comen "un mismo pan" (ICor 10,17). Este cuerpo mstico de Cristo es el que se confa a Mara ("he aqu a tu hijo"), y encuentra en Mara el amor y la accin materna de un nuevo nacimiento ("he aqu a tu Madre").Esta comunin, vivida con Mara, lleva, por su misma naturaleza, a la unidad entre todos los cristianos ("ecumenismo") (Jn 17,21-23; Act1,14; LG 69). Conseguir esta unidad, "pertenece especficamente al ofi-cio de la maternidad espiritual de Mara" (MC 33).La espiritualidad mariana se convierte, pues, en comunin eclesial, puesto que es una actitud de fidelidad a la Palabra y a la accin del Espritu Santo. Es una actitud que une a las comunidades catlicas, orto- doxas y "evanglicas". En toda comunidad eclesial se aprecia a Mara, acentuando siempre algn aspecto evanglico: su contemplacin de la Palabra, su presencia bajo signos litrgicos, su cercana en los actos fa- miliares de cada da. El dilogo "triangular" entre las diversas confesio- nes y comunidades cristianas necesita la actitud previa de quien quiere imitar la fidelidad de Mara a los planes de Dios. "Una mejor compren- sin del puesto de Mara en el misterio de Cristo y de la Iglesia ... hace ms fcil el camino hacia el encuentro" (MC 33).21La presencia de Cristo en la comunidad eclesial est condicionada ala comunin: "donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, all estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20). El nacimiento de Cristo por medio de los signos de Iglesia, tambin a travs del signo de la comunin, es una rea- lidad materna que tiene a Mara como modelo (LG 65).La "unidad" o comunin de Iglesia es reflejo de la unidad o comunintrinitaria de Dios Amor (LG 4). Mara, con su presencia y su oracin, es principio y estmulo de la comunin, "a fin de que todas las familias de los pueblos ... lleguen a reunirse felizmente, en paz y concordia, en un solo Pueblo de Dios, para gloria de la Santsima Trinidad" (LG 69).22La vida fraterna de "comunin", como reflejo de la caridad divina,se expresa en la primitiva Iglesia en una comunidad de "un solo corazn y una sola alma" (Act 4,32). Esta comunin se fundamentaba y alimen- taba en la escuela de la palabra, de la oracin, de la Eucarista, del com- partir los bienes en caridad (Act 2,42-44). La "unanimidad" de oracin, celebracin y caridad, tena lugar en el Cenculo "con Mara la Madre de. Jess" (Act 1,14).La Iglesia, al sentirse identificada con Mara, la considera como su"Tipo" (figura, personificacin), "ntimamente unida con la Iglesia" (LG63). La actitud eclesial de sintona e imitacin de Mara se concreta en apertura a los planes salvficos de Dios (Le 1,28-29.38), fidelidad a la accin del Espritu (Le 1,35.39-45), contemplacin de la Palabra (Le1,46-55; 2,19.51), asociacin esponsal a Cristo (Le 2,35; Jn 2,4), dona- cin sacrificial con Cristo Redentor (Jn 19,25-27), tensin escatolgica hacia el encuentro definitivo (Apoc 12,1; 21-22).

Al considerar a Mara como "Tipo y ejemplar acabadsimo en la fe y en la caridad" (LG 53), la Iglesia encuentra en ella su Maestra de vida espiritual (es decir, de vida segn el Espritu): "Mara es maestra de vidaespiritual para cad~ uno de los cri~tianos" .La "misin" o envo es la accin de enviar: "como mi Padre me en- vi, as os envo yo" (Jn 20,21). La "evangelizacin" es la puesta en prctica de la misin recibida (Le 4,18; Me 16,15). La palabra "aposto- lado" incluye, en la prctica, ambos aspectos. Los elementos bsicos del apostolado quedan resumidos en este texto conciliar: "Para anunciar el evangelio, envi el Seor a sus discpulos a todo el mundo, a fin de que los hombres, renacidos por la palabra de Dios, ingresen por el bautismo en la Iglesia, la cual, como cuerpo del Verbo encarnado que es, se ali- menta y vive de la palabra de Dios y del pan eucarstico" (AG 6).De los documentos conciliares y postconciliares, especialmente a partir de "Ad Gentes", "Evangelii nuntiandi" y "Redemptoris Missio", se desprende que la accin misionera del apstol debe abarcar todos es- tos elementos:- Anuncio y testimonio,- Llamada a la conversin y al bautismo,- Celebracin de los sacramentos y, de modo especial, la eucarista,- Organizacin de los diversos servicios de caridad,- Formacin de la comunidad (vocaciones, servicios ...).- Anuncio del Reino a todos los pueblos.s

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La accin misionera del apstol se desarrolla en todos estos campos, que pueden reducirse a tres dimensiones: proftica, litrgica y de anima- cin de la comunidad. La presencia activa y materna de Mara aparece en todas estas dimensiones: se anuncia a Cristo nacido de Mara, se cele- bra a Cristo que asocia a Mara a la obra redentora, se comunica a Cristo para crear una comunidad eclesial como la que se reuni con Mara en el Cenculo (Act 1,14) y que lleg a ser "un solo corazn y una sola alma" (Act 4, 32).La dimensin proftica de la accin apostlica se realiza por el anun-cio, que incluye el testimonio. El primer anuncio del evangelio ("kerig- ma") consiste en dar a conocer el misterio de Cristo: Dios, hombre, Salvador, muerto y resucitado. De los fragmentos neotestamentarios que mejor han resumido el "kerigma", podemos sealar: Act 2,15-41; Rom1,1-6; Gal 4,4-7; ICor 15,3-5. En ellos aparecen los datos fundamenta- les: "las promesas" o profecas (la esperanza mesinica) que anuncian "la plenitud de los tiempos", Jess verdadero hombre por ser "hijo de David" y "nacido de la mujer", Jess verdadero "hijo de Dios" con "la fuerza del Espritu", Jess "Salvador" de todos los hombres por medio de su muerte y de su resurreccin. 7La Iglesia, como los primeros evangelizadores (apstoles y evange-listas), ha hecho siempre este primer anuncio conjuntamente con el anuncio de Mara Virgen y Madre, asociada al Redentor. La virginidad de Mara transparenta la divinidad de Cristo, quien es "el Hijo de Dios" (Le 1,35), concebido "por obra del Espritu Santo" (Mt 1,20). La mater- nidad verdadera de Mara deja entender la humanidad perfecta deCristo, "nacido de la mujer" (Gal 4,4), "de la estirpe de David" (Mt 1,1; Rom 1,3). As Mara es "la Madre del Seor" (Le 1,43), es decir, de Cristo, el Salvador, el Hijo de Dios hecho nuestro hermano, "el Seor" resucitado.fLa dimensin litrgica de la accin apostlica tiene lugar principal- mente en la celebracin de los sacramentos (especialmente la eucarista), as com