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Valeria SchapiraSANA SANA

Valeria Schapira es periodista y escritora, publicó reconocidos

libros sobre vínculos como “Hombres, manual de la

usuaria”, “Los muertos de mi placard”, “Tengo 40 ¿y qué?” y “Dolores

del Alma” su última creación. Valeria se

califica en su biografía como “Un ser que

intenta evolucionar. Lo único permanente

es el cambio”. Hablamos con ella

sobre espiritualidad y el día a día, sobre los

aromas de su viday su relación con

Joy, su perro ycompañero de

aventuras.

ENTREVISTAPor Lorena Tenuta, Laura Ferrari y Bárbara Vespa

¿Cómo es el camino que estas transitando desde que “Dolores del Alma” salió a la luz?Es un libro que me está escribiendo a mí todavía… me dí cuenta de cuán-tos años viví equivocada y también tomé conciencia de cuántas cosas tengo para cambiar. No es que es-cribí “Dolores del Alma” y de repen-te soy un gurú espiritual y le puedo dar cátedra a la gente sobre cómo vivir. Jamás pensaría eso. Lo que sí sucede es que estoy viendo en mí todas las cosas que podría cambiar y antes no veía. Este impulso vino a partir de un cimbronazo, un encuen-tro sentimental, el cual hoy viéndolo a la distancia podría decir que fue de poca trascendencia a nivel senti-mental pero en ese momento lo viví como un huracán. Fue tal la crisis que vino a desempolvar viejas he-ridas y me obligó a pensar. En este sentido a ese señor, que algún día no me acordaré ni el nombre, le es-toy muy agradecida porque ha sido un gran maestro para mí. Creo que uno tiene que agradecerle a todas las personas y situaciones que vie-nen a enseñarnos algo, algunos lo llamarán karma, yo lo llamo ense-ñanza.

¿Cómo es la respuesta de tus lectores frente al libro?Me impresionó mucho, los lectores empezaron a enviar fotos con el li-bro Dolores del Alma e hicimos un álbum con ellas porque fue algo muy lindo. La gente en los mensajes, que por respeto nunca subiría, me con-taba intimidades y cómo el libro los ayudó.Para mí que a una persona ese li-bro le haya llegado al corazón… ¡ya está! Nunca me imaginé que yo podía ayudar a alguien en ese nivel. Pensé que podría ayudar en cuanto a la comunicación pero nunca a ni-vel espiritual… yo... que soy una ig-norante ¿cómo voy a ayudar a otro? Creo que la sinceridad fue lo que le llegó a los lectores, es un libro que está escrito desde el corazón. Esa fue otra enseñanza que me dió este libro: cuando las cosas están he-chas desde el corazón porque real-

mente las amas y queres hacerlo, lo demás viene por añadidura: el dine-ro, el prestigio, la fama. Ahora si vos haces algo para buscar eso, el resul-tado seguramente no va a ser ese.

¿Qué experiencias nuevas tu-viste con estos lectores?Creo que se sorprendieron porque tenían una imagen distorsionada de mí, la cual yo misma me había ocupado en mostrar. Somos los personajes que nos creamos para poder afrontar la realidad. Es algo que pasa en las familias también, a mi propia familia le está costan-do acostumbrarse a esta Valeria que siempre fui pero quizás tenía escondida. Hay personas muy en-trañables que saben como soy pero hay otras que se compraron el per-sonaje. Igual me falta, el trabajo de evolución es diario y uno debería dedicarle más tiempo al pensa-miento, a la reflexión, a la lectura, a la meditación, al cultivo de la soli-daridad de la manera que sea. Pero bueno nos cuesta, vivimos en una sociedad a veces tan… liviana… cualquier intento de profundizar es calificado como “intenso” como si fuera un insulto. Tomo del Budismo el concepto de “impermanencia”, un momento de gran felicidad puede convertirse en un momento de gran dolor. No hay que ni aferrarse a la salvación

ni al dolor como el fin del mundo porque todo al fin y al cabo es im-permanente. A mí la vida me lo ha demostrado, he tenido grandes do-lores y todos hemos tenido grandes momentos de felicidad. Apegarse a personas y situaciones es lo peor que te puede pasar. Lo único que te salva es estar en paz.

Dentro de esta búsqueda espi-ritual, ¿qué te da placer en lo cotidiano?Estoy empezando a disfrutar más, es un ejercicio que estoy haciendo. El ocio es algo que me cuesta mu-cho, estoy orientada a la producti-vidad, el grueso de mi tiempo estoy trabajando, no tengo muy delimita-da la línea entre lo que es el trabajo y la vida, como todos los que hace-mos algo que disfrutamos profun-damente. Joy, mi perro, me conectó mucho con la simpleza. ¿Qué me da placer? Me gusta tomar un café con alguien y que se pase el tiempo… esas charlas en las que no te das cuenta las horas que pasan. Eso es felicidad. La gente quiere volver a la esencia… pero nos cuesta. El otro día invité a comer a unos amigos y uno a veces no invita porque piensa “no tengo platos” pero cuando algo está hecho con amor a la gente no le importa, es el goce de los simple. A veces nos enredamos y nos per-demos lo cotidiano.

JOY

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Nombrabas recién a Joy, tu compañero de aven-turas…Joy nació con displasia, tiene mil problemas pero él sim-plemente… es. El otro día el veterinario me decía que como los animales no tienen el razonamiento retorcido que tenemos nosotros, ellos viven el ahora, por eso son más sanos.

Compartir tu vida con Joy te despertó la cons-ciencia sobre los animales y te impulsó a realizar campañas en redes sociales, ¿en cuáles partici-pás?En todo lo que tenga que ver con la adopción, con con-cientizar acerca del “no maltrato animal” Estoy trabajan-do en un libro para chicos para promover el buen trato hacia los animales. Cada persona tiene su momento para evolucionar. Hoy me llamó alguien para ofrecerme un animal, porque “a mi me gustan mucho”… y al princi-pio me irrité porque quería regalarlo como quien regala un objeto pero después reflexioné porque yo también compre un perro de criadero para tener “un perrito lin-do” y ahí tuve una enseñanza. Joy es un perrito con un montón de problemas del cual tengo que estar pendien-te todos los días porque siempre tiene algo… y eso me demostró que cada uno tiene un momento para “ver” las cosas y que la vida te presenta las cosas para darte cuenta de algo. Un perrito no es algo que podes devol-ver cuando te molesta como si fuera un saco que ya no usas…

¿Cuáles son tus hábitos a la hora de sentirte bien?Yo cultivo lo espiritual y también me cuido físicamen-te. Duermo por lo menos 8 horas porque necesito des-cansar. Como soy celíaca respeto a rajatabla la dieta sin gluten, la celiaquía fue una gran enseñanza también para ponerme más tolerante que es algo que me cuesta, soy muy ansiosa e impaciente. Estoy comiendo un poco mejor, en mi casa tengo verduras, frutas y trato de no comer tantas porquerías.Me cuido la piel desde siempre, la limpio y humecto en forma diaria. No hago cosas artificiales, cuando estoy pasada de rosca, me doy un baño con sales. Aho-ra me estoy tiñen-do pero en algún tiempo pienso de-jarme las canas… tenemos que pro-mover esto de enveje-cer alegremente, en esta sociedad ser viejo es un insulto, es una pena, cuando podríamos pensar “a ver cuanto voy a aprender de vos”.

¿Qué lugar ocupa la Aromaterapiaen ese bienestar?

Le doy mucha bolilla hace un tiempo a la aromate-rapia, tengo hornitos y difusores por toda la casa. ¿Qué aromas me gustan? Elijo la naranja, me di-jeron que es para la alegría y para contrarrestar la melancolía sobre todo en invierno. A la noche rocío las almohadas con eucalipto, algunas goti-tas de lavanda. Me gusta que la casa huela bien y con aire renovado porque me da energía al igual que dejar entrar luz solar. Si vos te queres cuidar, tenes que valorar tu cuerpo, los maestros espiri-tuales hablan de cuidar el cuerpo como vehículo para la realización. Si no dormis lo suficiente y no comes bien, no tenés energía. Estoy intentando el aprendizaje de cuidar mi cuerpo, cuidar mi alma y ser mejor persona.

En Dolores del alma hablas de sanar el alma, en forma breve (y sabemos que es muy dificil) ¿cuá-les serían los primeros pasos para lograrlo?Primero aceptar el dolor, como parte inherente de la vida, aceptar que la vida conlleva alegrías y dolores y no tratar de taparlos como nos incita la sociedad en la que vivimos. En el momento en que viene la mala, transitar. Es como cuando tratas de ponerle represas a un río, en un momento va a desbordar, esto es lo mismo que pasa con el dolor. Hay que asumirlo, afrontarlo, no victimizar-nos y hacer mucho trabajo interno para que el dolor no se transforme en resentimiento o ira, esos dragones del alma. Cuando no procesás bien el dolor te transformás en una persona frustrada, resentida y lo único que lo-grás es separarte de los demás. Es un trabajo gradual de aceptación. //