ensayo sobre el botellón

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El botellón Se dice que las botellas de mayúsculo tamaño ostentan el título de Botellón. Ante tan portentosa afirmación, yo; que soy una mera plebeya en esta extraña ciencia, me postro y me entrego a su fiera razón, pues no creo ser absolutamente nadie para contradecirla. De modo que, partiendo del axioma recientemente expuesto, me dispongo a argumentar pormenorizadamente cada una de las piezas que componen este intrincado debate. Es un hecho que construir una botella de dos litros supone un gasto menor en cuanto a material que fabricar dos de un solo litro cada una. Considerando lo anterior y usando la tan provechosa lógica, tenemos la certeza de que la fabricación de botellas con un tamaño considerable (botellones) nos permite ahorrar material y, probablemente, reducir el coste de construcción y disminuir la polución. Se supone evidente que tal dispendio en aquestas botellas pequeñas constituye un pro para el asunto que nos concierne: el botellón. De cualquier forma, esto tiene un límite, puesto que los seres conscientes de sí de a pie (simples mortales sin superpoder alguno), no serán capaces de guardar botellones de cierto tamaño en sus hogares, emplazamientos de trabajo, etc. ni portarlas en sus misteriosamente preciadas mochilas. La utilización de botellones excesivamente grandes podría traer consigo problemas tales como el peligro de que se empleen como reclamo publicitario sin siquiera haber consumido el líquido habido en su interior y, así, permitir que el agua llegue a estancarse y perdure durante siglos hasta que la vida, de alguna manera harta ya de esperar a surgir, aparezca dentro del desmesurado recipiente, se formen mundos que terminen por conquistar el exterior del botellón a pesar del minúsculo tamaño de los seres nacidos en el interior, pues seguramente tendrían una tecnología de una calidad inmensamente superior a la nuestra y asombrosa incluso para la futura raza humana, que no será capaz de realizar, ni siquiera de intentar, una mísera hazaña (no como los héroes de antaño) por salvar la vida. Además de ese, otro de los peligros es el riesgo que corren aves e insectos al tener un objeto de tal envergadura en medio de su trayectoria. Entre los argumentos favorables a los botellones disponemos también de la posibilidad de crear puestos de trabajo tan necesitados últimamente debido al pésimo sistema que estamos obligados a soportar puesto que basura SIN ESCRÚPULOS disfruta obteniendo dinero en base a tratar a PERSONAS como a esclavos y como maldita

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Análisis social, económico y cultural del botellón.

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Page 1: Ensayo sobre el botellón

El botellónSe dice que las botellas de mayúsculo tamaño ostentan el título de Botellón. Ante tan portentosa afirmación, yo; que soy una mera plebeya en esta extraña ciencia, me postro y me entrego a su fiera razón, pues no creo ser absolutamente nadie para contradecirla. De modo que, partiendo del axioma recientemente expuesto, me dispongo a argumentar pormenorizadamente cada una de las piezas que componen este intrincado debate.Es un hecho que construir una botella de dos litros supone un gasto menor en cuanto a material que fabricar dos de un solo litro cada una. Considerando lo anterior y usando la tan provechosa lógica, tenemos la certeza de que la fabricación de botellas con un tamaño considerable (botellones) nos permite ahorrar material y, probablemente, reducir el coste de construcción y disminuir la polución. Se supone evidente que tal dispendio en aquestas botellas pequeñas constituye un pro para el asunto que nos concierne: el botellón.De cualquier forma, esto tiene un límite, puesto que los seres conscientes de sí de a pie (simples mortales sin superpoder alguno), no serán capaces de guardar botellones de cierto tamaño en sus hogares, emplazamientos de trabajo, etc. ni portarlas en sus misteriosamente preciadas mochilas.La utilización de botellones excesivamente grandes podría traer consigo problemas tales como el peligro de que se empleen como reclamo publicitario sin siquiera haber consumido el líquido habido en su interior y, así, permitir que el agua llegue a estancarse y perdure durante siglos hasta que la vida, de alguna manera harta ya de esperar a surgir, aparezca dentro del desmesurado recipiente, se formen mundos que terminen por conquistar el exterior del botellón a pesar del minúsculo tamaño de los seres nacidos en el interior, pues seguramente tendrían una tecnología de una calidad inmensamente superior a la nuestra y asombrosa incluso para la futura raza humana, que no será capaz de realizar, ni siquiera de intentar, una mísera hazaña (no como los héroes de antaño) por salvar la vida. Además de ese, otro de los peligros es el riesgo que corren aves e insectos al tener un objeto de tal envergadura en medio de su trayectoria.Entre los argumentos favorables a los botellones disponemos también de la posibilidad de crear puestos de trabajo tan necesitados últimamente debido al pésimo sistema que estamos obligados a soportar puesto que basura SIN ESCRÚPULOS disfruta obteniendo dinero en base a tratar a PERSONAS como a esclavos y como maldita

Page 2: Ensayo sobre el botellón

mercancía. Algunos botellones están compuestos de materiales un poco delicados, lo cual hace que necesiten ciertos cuidados, un atento mantenimiento y, por lo tanto, unos operarios dispuestos a poner todo su empeño en lijar las rebabas del Botellón municipal u otras tareas que se crean convenientes con respecto a los botellones y que requieran de trabajadores inteligentes y bien capacitados para esta pesada y dificultosa labor.También me siento en la obligación de pensar en los niños. Si nos topamos con un niño pragmático (probablemente un niño del futuro), es presumible que dirá que prefiere una botella pequeña, puesto que es más manejable y puede llevarla consigo. Si, por otro lado, el niño es inteligente, imaginativo e idealista (un niño al que posiblemente el sistema escolar anulará y alienará), querrá botellas que pueda llevar él mismo (o su/s tutor/es legal/es), de las que pueda beber con facilidad; aunque también deseará botellones descomunales y de diferentes formas con los que divertirse y asombrarse.Por parte de ancianos, es más que probable que la gran mayoría requieran de botellas fácilmente maleables y de poca masa; puesto que, al fin y al cabo, los años y las preocupaciones ya pesan lo suficiente.Habiendo tenido en cuenta todos los ya expuestos argumentos, los cuales creo más que suficientes, he llegado a la conclusión de que los botellones de cierto tamaño son verdaderamente vanos; ya que pasado un límite son simple decoración con el único fin de ocupar espacio y satisfacer a personas emocionalmente ligadas a objetos o, lo que es peor, a gente que finge en los museos que entiende lo que está viendo.Así que, dado que el principal y original fin de las botellas es el de guardar líquidos para poder consumirlos y almacenarlos de una manera asequible y sencilla, me decanto por las botellas de tamaño normal; sin embargo, jamás me atreveré a negar el encanto de los botellones y su posible utilidad en ciertos ámbitos.                               

Nerea L.O.1º B.I.