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En la perplejidad..., y con «razón» La última obra que ha publicado Javier Muguerza, Desde la perplejidad (Ensayos sobre la étíca, tarazón y el diálogo) en 1990, tiene como objeto cen- tral el estudio crítico del paradigma de la razón dialógica. Este estudio preten- de arrojar luz sobre las posibilidades y límites de dicho paradigma en el contexto de las cuestiones éticas. Por un lado, la posibilidad de la existencia de la razón dialógica vendría expresada por la pregunta ¿se instaurará algún día entre los hombres un diálo- go verdaderamente racional?, y por otro, su límite se situaría del lado de la propia noción de razón a adoptar que, en el caso de Muguerza, se trata de una razón con minúscula. Aunque esta razón ya no posea el grado de confianza ni el optimismo propio de la 1]ustración, es —para este autor— nuestro único asidero frente al irracionalismo posmoderno. El libro comienza, en su Introducción (Parte 1) con una carta dirigida a Alicia Axelrod, su alumna en la UNAM y autora del libro Maimónides filóso- fo. El título del encabezamiento de dicha introducción, Proyecto de una nueva Guía (ilustrada) de perplejos, tiene no poco que ver con el propio Maimóni- des, en su empeño de escribir una Guía de Perplejos. Para Muguerza, la «perplejidad” es aquella situación característica tanto de la vida humana, como del quehacer filosófico. Su libro no es una auténtica «guía» de situaciones semejantes, según dice el propio autor: “En lugar de ello, pues, preferiría decir aún una palabra sobre qué entiendo por “per- plejidad’’, toda vez que el libro entero, que la menciona en su encabezamiento, se halla efectivamente escrito desde’ la perplejidad. La perplejidad no es tan sólo, como cuco, un signo de los tiempos en que vivimos, sino también, y en cualquier tiempo, un acicate insustituible de la reflexión filosófica. Por eso, Ortega, para quien ‘‘la vida es una permanente encrucijada y constante perplejidad’’, solía decir que ‘‘el más certero título de un libro de filosofía es el que lleva la obra de Maimóni- des’’. La filosofía es siempre, pot lo tanto, una guía de perplejos. Y con harta fre- cuencia le pedimos que nos ‘saque” de la perplejidad.» MUGUERZA, J.: Desde la perplejidad (Ensayos sobre la Ñica, la razón yel cliólo- go), F.C.E., Madrid, 1990; p. 45. Anales del Seminario de Metaft~ica, N.” 26-1992. Ed. Universidad Complutense. Madrid

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Page 1: En la perplejidad, y con «razón» - CORE · actual giro linguistico del mismo» 2 Por otro lado, e! hecho de considerar el lenguaje como praxis es de gran relevancia a la hora de

En la perplejidad...,y con «razón»

La última obra que ha publicadoJavier Muguerza,Desdela perplejidad(Ensayossobrela étíca,tarazóny eldiálogo) en 1990,tienecomoobjetocen-tral el estudiocrítico del paradigmadela razóndialógica. Esteestudiopreten-dearrojarluz sobrelasposibilidadesy límitesdedicho paradigmaen el contextode las cuestioneséticas.

Por un lado, la posibilidad de la existenciade la razóndialógica vendríaexpresadapor la pregunta¿seinstauraráalgún día entreloshombresun diálo-go verdaderamenteracional?,y por otro, su límite se situaríadel ladode lapropia nociónde razóna adoptarque,en el casode Muguerza,se tratade unarazón con minúscula.Aunqueesta razón ya no poseael grado de confianzani el optimismo propiode la 1]ustración, es —paraesteautor—nuestroúnicoasiderofrente al irracionalismoposmoderno.

El libro comienza,en su Introducción(Parte1) con una cartadirigida aAlicia Axelrod, su alumnaen la UNAM y autoradel libro Maimónidesfilóso-fo. El título del encabezamientode dichaintroducción,Proyectodeuna nuevaGuía (ilustrada) deperplejos, tieneno poco quever conel propioMaimóni-des, en su empeñode escribir una Guía de Perplejos.

ParaMuguerza, la«perplejidad”es aquellasituacióncaracterísticatantodelavidahumana,comodel quehacerfilosófico. Su libro no esunaauténtica«guía»de situacionessemejantes,segúndice el propio autor:

“En lugardeello, pues,preferiríadeciraúnunapalabrasobrequéentiendopor “per-plejidad’’, toda vezque el libro entero,quela mencionaen su encabezamiento,sehalla efectivamenteescrito desde’ la perplejidad.La perplejidadno es tan sólo,comocuco, un signode los tiemposen quevivimos, sino también, y en cualquiertiempo, un acicateinsustituibledela reflexión filosófica. Por eso,Ortega,paraquien‘‘la vida es unapermanenteencrucijaday constanteperplejidad’’, solía decir que‘‘el máscerterotítulo de un libro de filosofía es el quelleva la obrade Maimóni-des’’. La filosofía es siempre,pot lo tanto, unaguía de perplejos.Y conhartafre-cuenciale pedimosque nos ‘saque” de la perplejidad.»

MUGUERZA, J.: Desde la perplejidad (Ensayos sobre la Ñica, la razón yel cliólo-go), F.C.E., Madrid, 1990; p. 45.

Anales del Seminario de Metaft~ica, N.” 26-1992. Ed. UniversidadComplutense.Madrid

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Tal apelacióna la filosofía conectacon el patrón de argumentaciónpropiode los Diálogos socráticosde Platón, queevita el dogmamonológicode unaúnica razón inapelable,ya que en el diálogo la reflexión se desarrollaen elámbito de la perplejidad.

“La prosaicade un temacomoel de la filosofía y el diálogo no se halla acreditadasimplementepor su manoseoen Congresos,internacionaleso no, de Filosofíao sufrecuenciaen índicesde repertoriosbibliográficos, sinoqueseremontaa preceden-testan ilustres—cierto esquetambiéntan socorridos—comolos Diálogos platóni-cos » 2

Perolos Diálogosplatónicosson«socorridos”paraMuguerzaen variossen-tidos: no sólo porquela tradición«pesa”puestoqueexistesiempre,segúnre-conoce,un parecidode familia entrealgunasfilosofías y, por ello, él mismopretendealudir a esteparecidoentrela suya y la de la tradición griega, sinoqueademásle sirvecomoestilo literario en la ParteII, Un diálogo metafilo-sófico~.en eLensayorecogidobajoelepígrafeDeinconsolationephilosophiae,enel queel autordialogaliterariamentecon unamujerquesimbolizala filoso-fía tradicional. En el transcursodeestaconversaciónse intercalaotro diálogo,queambosescuchan,entreSócrates,Filómero,Holarcoy Enudétero.Muguerzaconsideraqueestapartedel libro recogeel núcleode las preocupacionesqueretomaráen páginasposteriores.Asimismo, esteparecidoentrelos diálogosplatónicosy el suyopropio con la filosofía contemporánea,encuentraotro pa-recidocon aquella razón dialógicahabermasiana,teniendoen cuentala rela-ción de coimplicaciónquesemantieneentrelenguajey comunicaciónen unadimensiónpragmáticade éste.

Estaalusiónal logosgriego le sirve a Muguerzapara reafirmar unacues-tión querecorretodoel libro, a saber,la conexiónentre«diálogo>’ y «raciona-lidad», cuestiónqueseráubicadaen el contextodel giro lingaistico (linguistic¡urn) de la filosofía contemporáneay. es en la ParteIII, titulada Para unacrítica dela razóndialógica, dondeva aserdesarrolladapormenorizadamen-te, constituyéndosepor ello como la parte más densay central del libro.

La concepciónpragmáticadel lenguajepone de relieve quecualquier usodel lenguajeconsiste,básicamente,en «deciralgo a alguien»(incluso en el ca-sode queese«alguien’> sea uno mismo) y en tal sentidoentrañaun «actodecomunicación”. La importanciade la concepcióndel lenguajecomocomuni-caciónes la queha hechoposible, segúnMuguerza,bajo la influenciadel pen-samientodel segundoWittgenstein,la generalizacióndel giro linguistico enlafilosofra contemporánea.Dosgrandescorrientesfilosóficascontemporáneas,como la fenomenologíay el marxismo,han participadodel giro lingúistico ensus respectivasversionesevolucionadasque son, respectivamente,la herme-néuticay la teoríacríticafranefortiana.Asimismo, graciasal giro lingílístico,la filosofía analíticapudo despegarsedel positivismo.

2. Ibid., p. 90.

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Muguerzahacereferenciaa estasdos corrientesfilosóficascontemporáneas.Por un lado, la fenomenologíahusserlianahizo la atinadaadvertenciade queun mundode objetossin sujetocareceríaevidentementede significación.Peroel problemaes quesólo podríamosllamar objetivo a aquello,y sólo aaquello,que intersubjetivamentepodemoscompartir. Si esta objetividadpasapor laintersubjetividad,es necesariomanifestarquelos sujetosnecesitan«comuni-carse»—formandopartede unacomunidaddecomunicación(Kornrnunikation-sgemeinschaft)—y, paraello, tomar comomediaciónel lenguaje,tal y comolo ha puestode relieve la hermenéuticadeGadamera Apel. De estamanera,«la hermenéuticapuedeconsiderarse,así, legítima herederadel programafe-nomenológicode Husserl,constituyéndosede algún modo en responsabledelactual giro linguistico del mismo»2 Por otro lado,e! hechode considerarellenguajecomopraxis es de gran relevanciaa la horade reconsiderarla con-cepciónmarxistamismadelapraxishistóricadela humanidad.Segúnelmate-rialismo históricode Marx estapraxisse desarrollabapor dos víasde acción:la accióndelos sereshumanossobrela naturaleza,quedaríalugaral desarro-lío de las «fuerzasproductivas” y la acciónde los sereshumanosentresi, olos unossobrelosotros dentrode la sociedad,queproduciríael desarrolloenlas ~<relacionessocialesde producción”. La teoríacrítica francfortianade Hork-heimeraHabermas,hacehincapiéenla tajantedistinción entreunay otra víade acción: la «técnica>’y la «praxis»propiamentedicha, o mejor, acción«ins-trumental”e interacción«comunicativa»,sinlaque,en ningúnmomento,seriaposibleque se dieran relacionesentrelos sereshumanos.Tal distinción, su-brayaMuguerza,«viene,en última instancia,aconcretarseen distinciónentreactividadhumanaproductiva(la actividaddel hombrecomohornofaber) y laactividad lingúistica(la actividaddel hombrecomohornoloquens),la cual sehalla a labasedela praxishumanacomotal. La reconsideraciónfranefortianadel materialismohistóricopasa,así pues,por la elaboraciónde unaadecuadateoríadel lenguajey tambiénesta última se sumerge,como podemosver, enel giro lingúistico»~.Por tanto,elgiro lingiiístico suponeunatransformaciónde la filosofía, ya queésta tendráqueabordar los problemasen cuestiónte-niendoen cuentaque la realidad que conocemosy en la que actuamoses yestálingílísticamentemediada.

Mientras que la racionalidadanalítica no superaríael nivel sintáctico-semánticode la lógica formal, la racionalidaddialógicanos lleva a situarnosen un nivel «pragmático”,es decir, a teneren cuenta,ademásde al lenguaje,a lacomunidadde quienesse sirvende ésteparacomunicarse.El giro lingílís-tico sc transformade estamaneraen «giro pragmático»al entrarenjuegoesa~<comunidadde comunicación».Y es,pues,en estecontexto,dondehaceapa-rición la ética «comunicativa”.

Apel y Habermasadjudicanla estructura del pensamientoracional a una

3. Ibid., pp. 94-95.4. Ibid., p. 95.

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comunidaddesujetosracionalesentendidacomo «comunidadde comunicacion»:la racionalidad,tomadaen general,es un diálogo crítico y hermenéutico.

En el casode Habermas,se reformulael imperativokantianoen su fórmu-la: «obrasólo segúnuna máxima tal que puedasquereral mismotiempo quese torneen ley universal” de maneradiscursiva,diciendo.«en lugar de consi-derarcomoválida paratodoslos demáscualquiermáximaquequierasvercon-venidaen ley universal,sometetu máximaa la consideraciónde todoslosdemásconel fin de hacervalerdiscursivamentesupretensiónde universalidad».ParaApel, en su filosofía trascendentalistadel lenguaje,entendidocomocomunica-ción, existiríaun a priori de los usosdel lenguaje—científicos, moralese in-cluso lógicos—,a priori quese identificacon la «comunidaddecomunicación».Estacomunidadvendríaa representarel fundamentopragmáticode dichosusos—y estaríacompuesta,segúnMuguerza.por sujetosquedistanmuchode pa-recersea los realesde «carney hueso”—. Todo esto podríaexpresarseen elimperativo de la éticacomunicativaquedice así: «argumentaren cualquiersi-tuaciónde tal maneraqueposibilitemosun consensoen materiasde interésco-mún”. SegúnMuguerza.esteimperativoseríacategóricoen sentidokantiano,esdecir, contendríael carácterde «inconéicionalidad”propio de estosimpera-tivos, de suerteque«inclusosi el Diablo lograra introducirseen la comunidadde comunicación,aparentandoqueasumeIal principio perosirviéndosedel mis-mo sólo bajo la condiciónde convertirloen instrumentopara la consecuciónde sus propios fines (naturalmentemalévolos),seencontraríaburladopor elhechode que, al argumentar,estáobedeciendolode maneraincondicionada,por lo que,comosubrayaApel, sólopodrádejardehacerel bien —tristedestinoel suyo—al precio de la autodestrucción»~.Tal imperativotrascendentalmen-te fundanteresponderíaa la exigenciaapelianade conseguirla plenituddel diá-logo racional, en un propósitode fundamentacióndel consenso.

Desdeel puntode vistade Habermas,aunquetodo diálogo racional (todoacto lingúístico) tengaquedesenvolverseen una comunidadreal de diálogo,paratenersentidoy seancualesquieralas limitacionesque tengadehecho,ten-dría asimismoque presuponeruna«situaciónideal de diálogo” —una idealeSprechsituation—que, aunquecontenidaen la real tan sólo a título de posibi-lidad, permitala configuraciónde todosaquellosrequisitosexigiblesa la co-municación plena y efectiva. La libre confrontación, por parte de losparticipantes,de sus razonessin ningún tipo de coacción—excepto la de suspropios argumentos—,asícomoel desenlaceen un consensofinal, seriandosde los requisitosmás importantes,segúnHabermas.En efecto,tal situaciónideal estaríapresupuestatantoenel sentidode seranticipadaenel actode hablar,como de constituirlo por todo aquélque quisierainiciar o intervenir en unadiscusiónracional,de formaqueaportasesusrazonesen defensade susposi-cionessin quepuedaintervenircoacciónalguna.Esta«situación»escalificadapor Muguerza, irónicamente,como la «comuniónde los santos,en la quefi-

5. Ibid., p. 129.

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nalmentecesaríatodo conflicto y enla que,hastael propiodiálogo, seacaba-ría tornandoinnecesario.Las idealizaciones—prosigue—puedena vecesserintelectualmenteestimulantesy fecundas,perotambiéna vecespuedenllegara producir empacho”~.

Segúnelenfoquede Apel de la«comunidaddecomunicación”,el lenguajees lo queposibilita al individuo la interaccióncon losotros miembrosdedichacomunidad.Concebiralhombrrcomo loquenssignifica reconocerel nacimientodel hombreracional,un sujetoque desarrollasu naturalezaen comunicacióncon losotros, y esesta«racionalidadcomunicativa»la queMuguerzarecono-ce,de acuerdocon Habermas,como la posibilidadde emancipacióndel génerohumano.Se trata de cómo hacerposibleuna comunicaciónlibre entresereshumanosqueayudea éstosa encontrarun consenso7y, al mismo tiempo, lessirva de emancipación,esdecir, una comunicaciónlibre sin dominación. Lacapacidadhumanaparael diálogo es una necesidadde intercambiarrazonesparallegara un consenso.Estacapacidadutiliza el lenguajecomoinstrumentode la razónpara concluiren un proyectoqueresulteliberadory emancipadorrespectode los interesesde toda unacomunidad.

Deestemodo, la razónprácticaes tambiénrazóndialógica. A estose refie-re Muguerzacuandoseñalala importanciade las teoríasde JohnRawls y Júr-genHabermas,cuandoambosplanteanlos problemasde la racionalidadpráctica.Estosdos autoresconsideranque las accioneshumanas,y en nuestraactualsociedadla razón, hande consistiren un diálogo,

«Y. en cuantoa la ética, aconteceque éstase define a sí misma en nuestrosdíascomouna¿ticacomunicativa.Es decir, comounaáticaparalaqueel diálogo entrelos sujetosconstituyela expresión¡udsalía concebiblede la racionalidad, a la quetodo otrouso dela razón,comosu uso científico y técnico,se le habríade subordi-nar si se deseaque el mundoen que vivimos sea menosinhumanoy hastapueda

8llegar un día a ser humano»

Si paraKant el sujetode la acción moral es uno, ahorapodemosconstatarqueesesujetosólo sedesarrollaen interacción,y que,por tanto, el sujetodela acciónmoral no serásólouno, sinomuchos,incluso unacomunidado variascomunidades.Estaafinnaciónplanteadificultades,algunasirresolubles.La prin-cipal dificultad es la de armonizarlos interesesparticularesde un individuocuandose hallan encontradosconlos de Los demásmiembrosde la sociedada laquepertenece.El problemade cómoarticular lasdecisionescolectivasy los inte-resespropiosde cadaindividuo ha sido la tareade la éticay el temade fondo

6. Ibid., p. 673.7. Es necesariotenerencuenta,en estepunto, que paraMuguerzatan racionalseria

el diálogoquede hecholograrael consensocomo el que no. «puesel diálogo conflictivoestaría abierto’ en la mismamedidaenqueel consenso—al culminarJo—‘cierra siempreel diálogo, auncuandoseaprovisionaly revisabiemente»en Desdelaperplejidad, p. 105.

8. Ibid., p. 581.

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de las teoríascontractualistas.Paraestasúltimas,cualquiercontratoalcanzadopor unacomunidadse produciríapor consenso,siemprequeésteseael resul-tadodel acuerdoal quesehallegadopor mediodeunadiscusiónracionalentresusmiembros.En definitiva, la discusiónracional suponevolver siemprealtemaconstantede la filosofía, «al tema fundamental”,el temade la razón. Ytambién,cómo no, volver de nuevo a Kant. Cuandoéstesepreguntaba«¿quédebohacer?”,la respuestapasabapor otraciertamenteevidente,«¿porquéde-bo hacerlo quedebo?”,estoes,«¿porquédebosermoral?»,y si parasermo-ral tengoqueserracional, ¿porquéser racional?Quienhaceestaspreguntas,en el tondo lo queestáes «pidiendorazones”,y sometiendoa análisis racionalsu propio afán de escapara la razón. La posturadel irracionalistano eludeelparadigmaracionalistacuandoaquélse planteaestascuestionesaportandoy pidiendo«razones»de unaacciónmoral. La reflexión sobreestascuestionesnuncaseráirracional,nos diceHabermas,en la medidaen queexistealgopa-recidoauna«situaciónidealde diálogo»en laquese presuponenciertascondi-cionesde validez,queno permitenescaparal escépticomora!de su inserciónen unadeterminadacultura. Esto implica que,si se aceptaestainserción,elirracionalistaestaríasujetotambiéna algunaformade moralidad,auncuandodicha moralidadsólotuvieraunajustificación de tipo historicistabasadaen elmismo cursode los acontecimientos,esdecir, «como si a la pregunta‘‘¿porquédebemoshaceri~o quehacemos?”cupieserespondercon un “porque, dehecho, así lo hacemos”’>’>

Someterla concienciamoral a principioséticos,dirá Habermas,es innece-sano,puestoque la éticacomunicativalo único que precisaes la resolucióndiscursivapor partede unacomunidad—«principio de universalización”—.Laconclusiónhabermasianaes la posibilidaddel consenso.Aceptandola condi-ción del diálogo como garantíade un diálogo, es posibleacabaren un acuerdoque emanciparaa toda la comunidad,haciendolibres e igualesa sus miem-bros,como pretendíaaquelproyectoilustrado.

La ideade un consensoestablecidopor los miembrosde unacomunidadbajo un interéspúblico, queya formabapartedel proyectopolítico quese ini-cia conAristóteles, fuedesarrolladaespecialmenteen la Ilustración. Posterior-mentetuvo su continuidady vigenciadentro del marxismo.

El temade la relaciónindividuo-sociedadha sido enfocadobajo dos pers-pectivas:

Una deellasseríaquela sociedadhabríapropiciadola perdicióndel hom-bre. La sociedadha hechoperderla identidadal individuo y le ha conducidoa la reprobaciónmoral. La segundaseríala contraria.El hombresólo encuen-tra su salvaciónen la sociedad,y si es capazde concebirun nuevo modelode comunidad.El individuo sedesarrollarámáslibrementeen condicionesmásjustas.

La ideade contratosocial —lo que Kant calificabacomo una’ «meraIdea

9. ¡bid., p. 308.

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de la Razón”—, formaríapartede la segundaperspectivaanteriormentenom-brada. Estaidea es el asuntofundamentalque ocupaa la ética y a la teoríapolítica ilustrada.Se trata—dirá Rousseau—,«deencontrarunaforma de aso-ciaciónpor lacualuniéndosecadaunoa todos,no obedezca,sinembargo,másque a sí mismoy quedetan librementecomoantes»iO~ Estaforma de asocia-ción es laúnicaquepermitiría a los hombresunir sus voluntades.La supera-ción del «estadode naturaleza”es la superaciónde los interesesprivadosy elegoísmoindividual, a partir de la cual seaposibleencontrarun «interésco-mún” capazdeagruparlos tresconceptoscentrales(Libertad, Igualdady Fra-ternidad)quedieronvidaa la RevoluciónFrancesay que,mástarde, impulsaronlas teoríassocialistas.

La búsquedade un interéscomúnes,paraHabermas,la«búsquedacoope-rativade laverdad”puestoqueelconsensosobreeseinteréscomúnes el frutode unavoluntadracional. ParaLevine, la voluntadgeneralqueproponeRous-seaupermitea los hombresdejarde servoluntadesegoístasparaser —al mo-do kantiano—voluntadesracionales,personasmoralessujetasal imperio dela razónpráctica.Estasoluciónilustradacoincideen buenapartecon la solu-ción habermasianade la éticacomunicativa,a saber,cómohacerposibleunacomunicaciónlibre sindominaciónentrelos hombres.«Sólounaéticacomuni-cativaasegurala universalidadde las normas.admitidasy la autonomíadelossujetosactuantespor cuantorecurreexclusivamentea la corroboracióndiscur-siva de las pretensionesde validez de tales normasde suertequetan sólo leseadado reclamarvalideza aquellasnormasen las quetodos los interesadosse pongande acuerdo,o lo puedanhacer,sin coacción, entanto quepartici-pantesen un discurso,trasde haberentradoen un procesode formacióndis-cursivade la voluntad” ‘‘. El fin de estaéticaes,por tanto,el fin ilustradodela emancipación,queKant identificabaconunasociedadregidapor la Razón.En ella, la humanidadviviría sumayoríade edad,yaque,como hemosvenidoviendo, el conceptode razón era la basede la ética comunicativa,en cuantoque ésta se basaen las normasfundamentalesdel hablaracional.

Muguerzaapoyala tesisqueafirmaquela tareade la racionalidades deon-tológica,no descriptiva.La ¿ticano debedescribirlo quees,sino lo quedebeser. Segúnesteautor, «paceHeidegger...,lo verdaderamentepeligroso,hoypor hoy, no es el «olvido del ser», sino el «olvido del ‘deber ser”’ 2 En lamedida en que seconfíaen el progreso,el puntocentral de la Ilustración, seestáconfiandoen la razón y, al mismotiempo, en la posibilidadutópica deuna sociedadde individuos libres e iguales.

La tensiónentrerazón teóricay razón prácticaque planteabaKant eralatensiónentreel sery el deberser, tensiónqueel mismo Kantno resolviócuan-

lO. Da contrar social, cd. Biblioteque de la Pléiade,p. 360. Apud., MUGUERZA, J.:Desde la perplejidad, p. 264.

II. Legitimarionsprobleme im Spdtkapitalismus, Francfortdel Main, p. l~ y ss.Apud.,MUCLIERZA, i.: Desde la perplejidad, p. 278.

]2. Muc;UERz.A, J.: D¿vde la perplejidad. p. 686.

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212 Mar Inestrillas ~ M. tu gcni<¡ López (),tet~a

do divorció dosámbitos: el del conocimientocientífico y el del conocimientopráctico. El intentode la filosofíapor abarcarel terrenodel deberserlapuedecondenar,como pensóHegel, a «olvidarsedel mundoy a perderseen el rei-no de las buenasintenciones”;pero lo queno puedehacerla filosofía —enopiniónde Muguerza—es limitarse aunasimple identificacióncon lo quehay. es de-cir, a la justificación hegelianade la realidadtal y comoéstaes.

Quizásel intento más seriopor acercarsea esereino de «buenasintencio-nes’>, con aciertoo con desacierto,lo hayanemprendidolas teoríassocialistasy marxistas.Como señalaBloch. podríamosdividir a estasteoríasmarxistasen científicasy utópicas 3 Estasúltimas, de las que el mismo Bloch es unode sus representantes.se ocupande cómoel serpuedaserextraídodel deberser. Para ello, Bloch sitúa un concepto,el de esperanza,como el queha decumplir la esperanzautópicade anticipacióndel mundoconstituidopote! de-ber ser, un mundoqueél mismo reconocecomo «aúnno-consciente”o «pre-consciente”.Este mundo, que todavíaes potencialidad.se hace«utopía con-creta”cuandotomaconcienciadesí mismoy ensaya,«a modode laboratorio”.su posibilidad real.

AunqueBloch reconocea Kantsu intentode realizaciónde aquelloqueto-davíano ha llegado a ser lo que debiera—el Bien y la Justicia—, le objetael formalismo de su actitud moral, que no apreciaque la exigenciade trataral hombrecomoun fin y no comoun medio,debíaconcebirseen una sociedadqueno puedemantenerel clasismo.«La efectividadmoral del imperativocate-górico presuponejustamenteuna sociedadno escindidaen clases.La colecti-vidad moral sólo reviste sentidoen una colectividadsin clases»t

La finalidad queBloch atribuyea lahistoria, seríaaquellaculminaciónhis-tórica a la que llama «patriade la identidad”. Muguerzano aceptaeste «finalfeliz” del procesohistórico,perotampocoaceptala renunciaal intentode en-contrarío,comoun afánpor no resignarseantelos hechosy transformarla rea-lidad, un afánquehagaquela pregunta«¿quénoses dadoesperar?’>no tengapor respuesta,«nada”.

¿Porquéhanfracasadolos intentosporadaptarel deberseral ser?En defi-nitiva, ¿quéha ocurrido conel proyectoilustrado de progreso?La respuestaviene desarrolladaen dos aspectos.Por una parte, ese«consensoideal»,esa«comuniónde los santos”,quefue la clavede la confianzaen el progreso,nose ha producidodeunaformareal; lo quequeríautópicamentecomodemocra-cia directaha resultadoserunadictadurade parlamentarios,«representantes»del pueblo sin representarsusintereses;y lo quesecreíaunadiscusiónracio-nal paraconseguirlaemancipaciónde todo génerohumanoha resultadounamonológicadictaduradel aparatotecnocrático.La racionalidadvendrádadaentonces,desdeestaperspectiva,por aquelloqueobtengasuficientefundainen-

13. Estadistinción la realizaBloch denominándolos«marxismofrío” y «marxismocá-lido”. Estacuriosadistincióncaracterizaríaal socialismocientíficoy al marxismoutópico.

14. Ibid., p. 393.

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tución científica. Estaracionalidaddelas accionesrealizadasconformea la ob-tencióndeun fin, sedesarrollaen la búsquedadeaquellosmediosmásapropiadosparael logro de dicho fin. Tanto Max Webercomo la Escuelade Francforthancalificado a estetipo de racionalidadcomoracionalidadinstrumental.Loque ha ocurridoen las sociedadesmodernas—y tambiénen las comunistas—es que hanobviadolas preguntaséticas, «¿quédebo hacer?”, «¿quéme cabeesperar?”,sustituyéndolaspor la pregunta,~<¿,quédebo conocer?».El fracasodel socialismocientífico seríasu renunciaa la ética:

‘Por servirnosdel título de unaobra de Horkheimer, hoy asistimosal eclipsedesemejanterazón—lo quees tanto comodecir queasistimosal eclipsede la etíca...En lugar de la razón práctica,actualmentepresenciamosla actualconsagracióndela racionalidada cuyo cargocorrela determinaciónde aquellosfines queno sonsino mediosparala consecuciónde otros fines, peroqueexpresamentedejaa unlado la consideraciónde toda finalidad última” ~.

El fracasodel pensamientoilustrado,«todasaquellasfrustracionesrevolu-cionarias”del marxismoy del socialismoen susmásdiversasvariantes,sepuedeconsiderarunaquiebray un fracasotambiénde la Razón.La posibilidaddelconsensoracional kantianoy rousseaunianoes la frustraciónde laemancipa-ción de la humanidad,al menosen la sociedadoccidentalde nuestrotiempo.ComoseñalaMuguerza,adhiriéndoseal pensamientode Horkheimer,el eclipsede la razón prácticaes el eclipsede esarazóncomún a todos los sereshuma-nos,al serviciode suliberación.Max Weberya constatóel pasode esta razónemancipatoriaa la consagraciónde la razóninstrumental,instauradapor la cien-cia y la técnicamodernas~.

Es la implantacióndel positivismo,queMuguerzaconsidera«no ha podidoofrecer,en sus intentosde fundamentarunaéticay justificar nuestrosjuiciosmorales,másqueunafundamentacióny unajustificaciónbasadasen la propa-gandapersuasivao en ciegastomasde decisión” ~. En estemundoen el quelos sereshumanosse han «instrumentalizado”sepierdeyaaquel sentidokan-tianodel individuocomofin en si mismoy no comomedio; laposibilidaddeconsensosepierdeenel fracasodela democraciacomo fórmula departicipa-ción directadel ciudadano.

En opinión de Muguerza,nosencontramosen la crisis de la razóny, porconsiguiente,en la crisisde los fundamentosmoralesy éticos.Comoyavenía-mosviendo másarriba, ha habidodoscausasfundamentalesde la quiebradelproyectoilustrado.Porun lado, lapropia imposibilidadde la razónparallegaral consensohizo queéstase transformaraen razóninstrumental.Por otro la-

15. ibid., p. 456.16. El término«razóninstrumental»perteneceaHorkheimer.Weberdenominó«teleo-

lógica” a la racionalidadque impulsa la acciónrespectoala búsquedade medios en posde un fin.

17. Ibid., p. 456.

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do, la constataciónde que «La Muerte de Dios» ha anuladola validez de laéticay de los valoresmorales. «si Dios ha muerto,todoestápermitido». Noexisteya fundamentaciónparaconceptoscomo «bueno”y «malo”, y el hechodehaberasignadoa las acciones«tradicionalmente”juicios y valoresmorales,no corroboranadamásqueesomismo,a saber,quelo hemoshechosiempreaunquesin legitimarlo. Kolakowski afirmaque si no existeDios, yapodemosolvidarnosde la verdady de la epistemología,puestoquetodoestaríaepiste-mológicamentepermitido: «O Dios o el nihilismoepistémico,sinquehayaunaterceraposibilidad» ~.Es así como sepostulaquela concienciamoral no es-taría en la correcciónepistemológicasino en la concienciade culpay en elmiedo a infringir el «orden cósmico”, que sólo me afecta a mí, sinoa todo el universo.ParaKolakowski, el tabú es el pilar de cualquier sistemamoral, y además,seubicaen el terrenode lo sagrado.El cristianismo,piensa,seenfrentóal pensamientoilustradoen cuantoqueéstepecódeantihumanista,porqueprivó al hombrede su libertad para establecerél mismocriterios deverdady de maldad.Hastala culturamásrepresivadeberíasercompatibleconla autonomíadel sujetoque la sufre:

«Enestalínea ‘bíblico-freudiana’queKolakowski haceaquísuya,al mal le corres-pondeprecedenciaabsolutasobreel bienenla secuenciadenuestraexperienciamo-ral fundamental.Nuestrosprogenitoresluvieronquepecarpara llegara conocerloqueeranel bieny el mal; y su pecado,que les condujoa ese conocimiento,lesotorgó tambiénsu condiciónhumana»“>.

Estaactitud,de herenciakantiana,querepresentaunabúsquedade autono-mía de las accioneshumanas,contrastacon la que sostieneFiedrichNietzsche.No hay ningún motivo de consueloni de aspiraciónliberadora«puestoquenoexisteel Diosjusticiero y redentor,¡y] es imposibleun rescatetotal dc la hu-manidad”20 Peronegar la existenciade Dios es negar la sustituciónde nin-gún sucedáneoen su lugar,y aceptar,por otraparte,el «drama”ilustrado,estoes, constatarque«Dios ha muerto” y, queademás,vivimos en un mundoim-perfectoy de insatisfacción.En opiniónde Muguerza,sólo existiríaunaéticaantropocéntricaen oposicióna la teocéntrica.En la éticaantropocéntricael hom-bre seriael único sujetode la acciónmoral,y no productode la voluntaddivi-na o de leyes no producidaspor él mismo.

«El antropocentrismoético, quealguienhacontrapuestoconaciertoal teocentrismoy al titanocentrismo,seríaaquellaactitudpara la cualel hombreconstituyeel centrode gravedadde la vida moral, dondeel hombreen cuestiónes siempreun hombre,estoes,un individuo,puessólo un individuo puedeaspirara protagonizaractosmo-ralesy sólo de las voluntadesindividuales dependerá,por consiguiente.cualquierlegislaciónmoral»2I~

18. Desde la perplejidad. p. 447.19. Ibid., pp. 448-449.20. Ibid., p. 460.21. ibid., p. 460.

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Laéticaasíentendida,tendríacomoúnico fundamentolaaccióndel indivi-duo. En ella se constataríael hechode que, sin un Dios que unifique la leymoral, las accionesindividualesestaránmuchasvecesencontradas,y otrasmu-chasno hallaránel consensodel interéscomún.ParaMuguerza, «la muertedeDios” es «el resultadodel colapsode cualquiergénerodecriterio ‘superior’o ‘trascendente’,de verdad,bien, etc. ParaDios, el discursoracional—si lonecesitara—podría serun monólogo. Pero, enel casode los hombres,cual-quieracuerdoracionalacercade loquedemosen considerar«verdadero»,«bue-no”, etc., nos obliga a dialogarlos unoscon los otros”22,

Segúnesto,el objetivo ilustrado,del que sehaceparticipe Jiirgen Haber-mas,de llegara un posiblediálogo racional queseacapazdealcanzarun con-senso, se puede considerar ya como frustrado. Para los tiempos delpostmodernismo,el consenso,como resultadocíe la unión de voluntadesindi-vidualesen unaúnicavoluntad racional, ha perdido toda su vigencia. SegúnMuguerza,no habríapor quéasociarel valor dejusticia al de consenso.Seríaimprescindiblerecordarla teoríawittgensteinianade«juegosdel lenguaje”queno es unarenunciaa la razón,sinola renunciaaconsiderarladogmáticamente,«renunciaral monopolio occidentalde la razón y reconocerla diversidaddesusmanifestacionesen la vida espiritualde otrasculturas”23, y reconocerasí,la existenciadel disensointercultural. Aceptarla posibilidadde un consensoequivaldríaa aceptarque existeuna «formade vida común»que permite undiálogo racional, posturaque, segúnMuguerza,no se puedeconsiderarválidasi tenemosen cuentaqueparael segundoWittgenstein,«no existe un lenguajeúnico —o porlo menos,un lenguajeprivilegiado— cuyalógicarija laestructu-rasintácticay semánticade todo otro lenguaje.[Lo! quehabríaparael segun-do Wittgensteines unapluralidad de <juegoslingiiísticos”, cuyasintaxisy cuyasemantica—cuyas reglasde juego—hande venir dictadaspor la comunidadde los sujetos(reales)quehablanesoslenguajes»24, Segúnesto,no existiríaun único lenguajemoral, sino que habríamás de una comunidadde sujetosque seserviríapeculiarmentede eselenguaje.Pero, estono significa renegarde aquellosidealesqueavalanla necesidadde unaéticaaplicadaa los proble-mas de la realidad,sino másbien, la constatacióna modode intuición deque~<notodo puedeestarpermitido”.

Muy interesantees la reflexión querealizaJavierMuguerzasobrela nece-sidad de seguir elaborandouna teoríaética: «Si me preguntarana lo RichardRorty cuál creoque puedaserel papelde la ‘ética’ en la ‘conversaciónde lahumanidad’,responderíaconWalter Benjaminqueel de ‘encenderen lo pasa-do la chispade la esperanza’25 que podría ayudarnos,cuandomenos,a es-clarecernuestropresente.Aunquesólo fueracomo una ‘defensade lascausas

22. Ibid., pp. 672-673.23. Ibid., p. 464.24. Ibid., p. 162.25. ibid., p. 464.

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perdidas’merecelapenaseguirplanteandoestascuestiones,y mereceasimis-mo lapenano bajarel telón a esereino perdidoqueconstituyelautopia,pues,como recogeMuguerzade OscarWilde, «un mapadel mundoque no ineluyael país de la Utopía no merecela penade un vistazo’> Zñ

Si bien Muguerzase adhiereal legadode la Ilustración, puntoéstede infle-xión a lo largo de todo el libro, encuentraen Hegel el primer capítulo de laModernidad,en el cual, mediantela identificaciónde la racionalidadcon loque seala realidad, ~<serindeculto a lo quehay”. Y, aquí, se produjo la apo-teosisde la razóny la visión de la historiacomo realizaciónde la razónllevadaa susúltimos extremos,realización que Muguerzacree, con Bloch, debieraser realizaciónmoral, estoes. capazde responsabilizarsetanto del presente«deberser», como dcl ecode los pasados.La apoteosisde la razón,por tanto.no puedeseralcanzadaen términosde legitimaciónde lo establecido,mientrasexistan «causasperdidas”,dominacióne injusticia:

¿quienquevuelvala vista atrásdejaráde sentirsesobrecogidoporel dolor irre-nílsiblede la historia, portanto sufrimientoirreparable,porel balanceirreversiblededesdichaquearroiael pasadoy queningún presentepodríaya rescatar?El fraca-so de la filosofíano es otra cosaque el fracasode la razóny. mirandoahorahaciaadelante,la inseguridadde cualquierpromesade felicidad, cl horror de un futuroerráticoy sin rumbo, la desesperaciónfinal de un reino en el que el cielo y la tierrapuedanservir conjuntamenteal hombrede morada.Esaha sido la lección, la terri-ble lección, del esfuerzode Hegel.

Segúnasegurael propioJavierMuguerza, su adhesiónal racionalismores-pondea un imperativopráctico,o másbien ético, cuandocreeestarconvenci-do de quela filosofía es,en efecto,«meditaciónen torno a la razón”. Peroélno es el único que la concibeen estostérminos. La ParteIV del libro, quetiene como epígrafeOtros diálogos, fue escrita en Españay estádedicadaala discusiónfilosófica del temade La racionalidady del tema de la ética, asícomo a cuestionessuscitadasen estos ámbitos.Muguerzase ocupaparaellode quincetextosde autoresespañoles,todosellosdedicadosa estetema: porordende aparición,JoséOrtegay Gasset,Sobrela razónhistórica; EduardoSubirats,Contra la razón destructiva,y Manuel Sacristán,Nota sobreel usode las nocionesde razóne irracionalidadpor Georg Lukócs; JesúsMosterín,Racionalidady acción humana;Miguel Angel Quintanilla, A favor de la ra-zón. Ensayosdefilosofíamoral; Alfredo Deaño,Lis concepcionesde la lógi-ca; JoséEnriqueRodríguez-Ibáñez,El sueñode la razón: la modernidada laluzde la TeoríaSocial; CarlosCastilladel Pino, Teoríadela alucinación. Unainvestigaciónpsico(pato)lógica;FernandoSavater,Li tareadel héroee mvi-tacion a la ética; JoséGómezCaffarena,El leítmomoraldeKant; Emilio Líe-dó, La memoria del logos; Celia Amorós, Hacia una crítica de la razón

26. Ibid., p. 377.27. Ibid., p. 60.

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patriarcal; Adela Cortina, Crítica y utopía: la EscueladeFrancfort, y por úl-timo, FernandoVallespínOña,Nuevasteoríasdel contratosocial: JohnRawls,RobertNozick y JamesBuchanan.

En la Parte V, últimadel libro, tituladaCoda(Conversacióncon IgnatiusM.Zalantzamendi),se recogeunaentrevistadel doctor Zalantzamendi,profesordel SouthernCollege deCharleston,al propio JavierMuguerza.Estaconver-sacion,encabezadaconel título Perplejidadesy obstinaciones,haceun repasotanto a labiografía intelectual,comoa los temasclavespor los quehaido son-deandonuestroautor a lo largo de todo el libro.

El libro en su conjunto mereceel esfuerzoquecualquier «mamotreto”deestasdimensionesrequiere,para que cualquier lector que estéinteresadoenlas perplejidadesque el libro contiene,las encuentreen más de ochocientospersonajes—entre los que se encuentran:Cristóbal Colón, (Capitán)Cook,Franco,Fung Yu-Lan, Martin Luther King, GerónimoAntonio de Medinillay Porres, Reagany El Papa—,en un lenguajequepretendeque la filosofíano seadecir«lo quetodoel mundosabe,en un lenguajequenadieentiende”.Optarpor situarseen la perplejidades manteneral lector en una constantevía abierta,en la quese muestranlos distintospuntosde vistaa partir de loscualessepuedesituarél mismo y en la queseintentaun diálogoescritor-lectorquepromuevael encuentroentredos puntosde vista, sin quepor ello tengaquedarseestediálogo por concluido,a la maneracomo Sócratesy su interlo-cutor sedespedíanen el Crótilo, dondeel primero le decíaal segundo.«Puesbien, amigo, hastaotra”, a lo que éstele respondía.‘< De acuerdo,Sócrates;pero no dejespor tu parte de darle vueltasal asunto».

Mar [NESTRILLASM. a EugeniaLOPEZ ORTEGA