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E l Part ido Conservador y el Part ido R a d i c a l , f r e n t e a f r e n t e

DOCTRINA CONSERVADORA — Y —

DOCTRINA RADICAL

El Partido Conservador y el Partido Radical 0 0 » frente a frente

SANTIAGO DE CHILE 1918

A la juventud conservadora de Valparaíso,

ejemplo de integridad en los principios y en las luchas poli» ticas de abnegación y bizarría, dedica este trabajo, el Autor,

BARTOLOMÉ PALACIOS S.

INTRODUCCION

D E L A P O L I T I C A EN G E N E R A L

¿Qué es l a P o l í t i c a ?

La política es la ciencia que sirve al hombre para el racional gobierno de la sociedad civil o sea de la Nación.

Teniendo en cuenta el fin de esa sociedad, que es ase-gurar a todos los ciudadanos el libre y ordenado ejerci-cio de sus derechos, la política, formula las leyes y re-glas permanentes a las cuales debe ajustarse el Gobierno para proteger y garantizar esos derechos, asegurando el Orden Público y promoviendo: a) el desarrollo físico, intelectual y moral del individuo; b) la estabilidad de ' la familia, sociedad natural que constituye la célula funda-mental de las naciones; y c) el libre juego de la coope-ración, o sea de la facultad natural de los individuos de

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asociarse para un fin común honesto. La perfección de estos tres elementos es la base del Orden Social y condi-ción indispensable para el progreso y prosperidad de la Nación.

¿Q,ué p r i n c i p i o s o e l e m e n t o s f u n d a m e n t a l e s con-

t i e n e l a p o l í t i c a ?

La política tiene ante todo un primer principio funda-mental, según el cual: «la sociedad está por la naturaleza establecida para el individuo; como un medio para que éste obtenga su perfeccionamiento físico, intelectual y moral y realice el objeto o fin inalienable de su persona-lidad».

Para la ciencia política la más alta civilización la cons-tituye: «aquella forma de la sociedad que ofrezca a sus miembros mayores facilidades para desarrollar su perso-nalidad y obtener su último fin u objeto»; y el Estado no es sino: <el organismo político destinado a regir la socie-dad respetando las instituciones fundamentales de ésta, cuales son: la personalidad, la familia y la propiedad».

En consonancia con estos principios que son la verda-dera base de todo progreso individual y social, la ciencia política tiene como suyas la alta filosofía y la moral ina-movible que se encierran en el ORDEN SOCIAL CRIS-

TIANO, cuyo eje es el respeto al fin u objeto último del hombre.

¿Cómo y d ó n d e se c o n c r e t a n l o s e l e m e n t o s so-

c i a l e s d e l a v i d a p o l í t i c a ?

En los partidos políticos, fuerza viva del espíritu pú-

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blico de los ciudadanos, que tratan de realizar los princi-pios de política Formulados en sus programas, a los cuales estiman vinculados el progreso y prosperidad de la Nación.

¿De q u é e s t án f o r m a d o s lo s p a r t i d o s po l í t i cos?

De dos elementos esenciales; de un conjunto de ideas inspiradas en un ideal común y coordinadas en un cuer-po de doctrinas políticas y sociales, cuya aplicación prác-tica se formula en un Programa; y de un conjunto de personas que, participando de esas ideas y de ese pro-grama, persiguen su realización en interés de toda la co-lectividad social; agrupándose para ndar eficacia a sus esfuerzos bajo un Estatuto y una Autoridad común.

¿Qu iénes d e b e n p e r t e n e c e r a l o s p a r t i d o s pol í t i -

cos y q u i é n e s d e b e n i n t e r v e n i r en po l í t i ca?

A los partidos políticos deben pertenecer todos los ciu-dadanos que se respeten y tengan siquiera nociones del deber cívico.

Las modernas democracias exigen de los ciudadanos algo más que el vivir de los antiguos tiempos; el sufragio universal ha creado la responsabilidad de cada uno de los ciudadanos por el gobierno de la Patria. La facultad que tenemos de elegirlos gobernantes de la Nación, nos hace responsables ante los fueros de la conciencia de la vida y los destinos del País. Si somos honrados y nó quere-mos declararnos indignos de tan alto poder y culpables

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de omisión en el cumplimiento de una obligación sagra-da, debemos mezclarnos en política.

Envuelve una falta de criterio lamentable la excusa que muchos dan para no intervenir en la política, declarando que ésta es deleznable y baja. La política no es en sí ele-vada o deleznable. Será lo primero si todos los hombres buenos y patriotas cooperan en ella para ennoblecerla; será baja y deleznable, si la abandonan en manos de po-litiqueros de mala ley.

El único medio de actuar en política ordenada y efi-cazmente es afiliarse en algún partido. El esfuerzo aisla-do es en política absolutamente estéril. Los que se nie-gan a ingresar en partido alguno, lo hacen por egoísmo, obedeciendo al propósito antipatriótico de no preocuparse del bien público, salvo que los impulse \a t ridicula vani-dad de creer que todo lo pueden por sí solos.

Hay quienes no ingresan al Partido cuya doctrina co-rresponde a sus ideas, porque en un punto de detalle y meramente accidental no les parece razonable su progra-ma, o porque algunos de sus hombres no les agrada o lo estiman corrompido.

Esta excusa la formula también el egoísmo: sabemos que dentro de cada Partido puede lucharse por llevar a la perfección el programa que sustenta y por sanear en absoluto su personal; pero preferimos la comodidad de no hacer nada.

Nadie puede excusarse de intervenir en política. No es verdadero patriota quien no firma los registros del Partido más en armonía con sus ideas, a fin de cooperar constante, activa y eficazmente al bien de su país.

DOCTRINA DEL P A R T I D O CONSERVADOR

I

¿Sois c o n s e r v a d o r ?

Todos me reconocen como tal.

¿Por qué sois c o n s e r v a d o r ?

Porque el Partido Conservador sostiene una doctrina política cuya filosofía y cuya moral se imponen a toda in-teligencia razonadora; doctrina eminentemente digna de todo ciudadano libre que ame su libertad, su propio bien y el de su Patria.

¿Por qué dec ís q u e ia d o c t r i n a c o n s e r v a d o r a

es eminen temen te d i g n a de todo c i u d a d a n o q u e

ame su l i be r t ad?

Porque es principal fundamento de esa doctrina el

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Cristianismo que vino a restaurar la libertad y la digni-dad humana, derribando el estatismo romano, sistema que establecía la omnipotencia del Estado, del cual es reflejo el que pretenden implantar los gobiernos radica-les-socialistas de nuestros días.

¿Por qué dec ís q u e esa d o c t r i n a es d i g n a de to-

do c i u d a d a n o que ame s u p r o p i o b i e n y e l de s u

p a t r i a ?

Porque fuera de la civilización cristiana que presupone paralelo al progreso material el progreso moral, cuya base es la religión; rechazado el Orden Social Cristiano, dentro del cual todos los elementos de la sociedad coo-peran al bien común, según los dictados de la caridad y de la justicia, las naciones,—cualquiera que sea su ade-lanto material,—tienen que retrogradar y perecer.

¿No c o a r t a l a d o c t r i n a c o n s e r v a d o r a e l l i b r e

e je rc ic io de l a s f a c u l t a d e s in t e l ec tua l e s de l hom-

bre?

Ningún cargo más injusto. La doctrina conservadora, o sea la cristiana, triunfó por la demostración razonada de las filosofías antiguas; y para derribarla se ha puesto siempre en práctica, no la demostración científica, sino la imposición sectaria; imposición que prohibió en Roma otra enseñanza que la que daba el Emperador y en los actuales tiempos del radicalismo, atribuye al Estado el

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monopolio de la enseñanza, con desmedro de la verda-dera ciencia y de la libertad del padre para enseñar a su hijo.

¿Tiene , e n t o n c e s , l a d o c t r i n a c o n s e r v a d o r a u n a

b a s e filosófica q u e s e i m p o n g a a l e x a m e n c r í t i c o

d e l a r a z ó n ?

Soy conservador porque mi razón ha llegado al con-vencimiento de la verdad de esa doctrina. Todo el que se imponga de ella y estudie sus bases fundamentales tiene que convencerse de lo mismo.

¿Cuáles s o n l a s b a s e s f u n d a m e n t a l e s d e l a doc-

t r i n a p o l í t i c a de l P a r t i d o C o n s e r v a d o r ?

A.—La afirmación del derecho natural de personali-

dad, o sea de la libertad y dignidad del sér humano, res-tauradas por el Cristianismo.

B— La afirmación del derecho natural de propiedad

privada, que es una prolongación de la personalidad, y base de su natural independencia.

C.—La afirmación del derecho natural de la familia,

que abarca la constitución de esta sociedad primaria y la educación de los hijos que son su fin esencial.

D.—La afirmación del derecho natural de asociación,

o sea de la facultad natural de los hombres de unirse para cooperar a un fin común honesto.

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E.~La afirmación de la verdadera igualdad y frater-nidad de los hombres enlre sí, instauradas y mantenidas en el mundo por la acción del Cristianismo.

F.—La afirmación de un principio espiritual del Orbe, base de la unidad moral de éste, constituido por la Igle-sia Católica, cuya misión comprende la unión en el ho-menaje debido a Dios, de todos los individuos, familias y naciones.

G. — La afirmación del verdadero concepto de nacio-nalidad y patriotismo, base de la independencia de las naciones y del progreso general de la humanidad.

/ / .—La afirmación final, de ser la sociedad civil, sólo un medio facilitado por la Naturaleza para el desarro-llo de las anteriores instituciones fundamentales de la convivencia humana; y de ser el Estado únicamente: el organismo político por la naturaleza destinado a regir la sociedad, respetando y protegiendo esas institucio-nes fundamentales, a cuyos fines propios e inviolables nada puede anteponerse.

¿Con q u é f u n d a m e n t o a s e g u r á i s q u e e l c r i s t i a -

n i smo v i n o a r e s t a u r a r la l i b e r t a d y l a d i g n i d a d

h u m a n a ?

La filosofía antigua proclamaba la fórmula: «el ciuda-dano es para el Estado» y,—aceptada esta fórmula,— desaparecía toda independencia y libertad para el indivi-duo, al cual se le consideraba no como persona sino

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como cosa del Estado. Así se veía al Estado sacrificar la vida de seres humanos en el circo, para que su muerte sirviera de espectáculo a los amos de la tierra.

Ante este principio de horrenda esclavitud, proclamó Nuestro Señor Jesucristo la libertad y dignidad humana. El hombre, ser racional, dueño con dominio inalienable de su fin personal, contestando a las imposiciones de la autoridad tiránica: «no puedo», surgió de la fórmula li-bertadora salida de los labios del Salvador del mundo: «Al César lo que es del César; a Dios lo que es de Dios».

Esa es la base de la libertad política cristiana susten-tada por el Partido Conservador. Pensamos que se debe respetarla autoridad, porque hay que dar al César cuan-to al César corresponde; pero afirmamos el derecho de guardar nuestra alma y libertad, porque esas son de Dios.

¿Cuál es l a b a s e c ien t í f i ca en q u e los c o n s e r v a -

d o r e s a s i e n t a n l a l i b e r t a d ?

La calidad del hombre de ser responsable de sus ac-tos, en virtud de la libre determinación de su voluntad con que los ejecuta.

La teoría del deterninismo, profesada por la escuela radical y enseñada en los establecimientos del Estado, ataca en su base y niega la libertad del hombre y el hon-roso privilegio que este tiene de ser responsable de sus actos, y con ello generador libre de sus propios destinos.

Privado así el hombre de un fin propio inalienable, que debe conseguir con sus actos libremente ejecutados, —fin que el Estado debe respetar,—desaparece con la responsabilidad personal del hombre, su libertad política,

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¿En q u é p r i n c i p i o s filosóficos f u n d a n lo s conse r -

v a d o r e s l a d i g n i d a d h u m a n a ?

La fundan en el hecho de ser el hombre un ser racio nal, al cual corresponde un fin personal inalienable que debe ser por todos respetado; un sér por lo tanto autóno-nomo, poseedor de derechos propios, naturales y ante-riores a todo Estado, que este debe respetar y proteger.

La derivan de que, según su concepto, la sociedad no es sino un medio acordado por la naturaleza al individuo para facilitarle el ejercicio de sus derechos y la consecu-ción del fin de su personalidad; y el Estado no es, a su vez, sino el organismo político encargado de dirigir las instituciones y actividades de la sociedad, sin ahogarlas ni supeditarlas, lo que sería contrario a todo concepto de autoridad.

En consonancia con estos principios, el Partido Con-servador es el constante defensor de la iniciativa parti-cular, de la libertad e independencia del individuo, de la familia, de las asociaciones particulares y de todas las entidades sociales, contra los avances del Estado, al cual contiene dentro de sus justos límites, para que no aho-gue la personalidad de los ciudadanos, ni invada el re-cinto de la actividad privada.

¿En e s t a s m a t e r i a s , q u é p a r t i d o t i e n e p r i n c i p i o s

e s e n c i a l m e n t e o p u e s t o s a l o s de l P a r t i d o Conse r -

v a d o r ?

El P A R T I D O RADICAL, que, como expresamente lo ha declarado en Convención su juventud, tiene una ten.

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cia «SOCIALISTA INTERVENCIONISTA» , lo que significa: defender la intromisión del Estado en el fuero privado; y,— so pretexto de «intereses sociales», «per-fección integral de la sociedad» o «evolución de la es-pecie humana»,—matar la libertad y resucitar el antiguo concepto del ESTATISMO, para el cual el fuero indivi-dual de la persona no existía. Y digo «bajo pretexto», porque el fin de esa intromisión no es otro que apode-rarse de todos los elementos sociales para perpetuarse en el poder y ejercer desde él el sometimiento absoluto de la sociedad, y por ende de los individuos, de las fami-lias y de las asociaciones particulares, al Estado omni-potente por ellos dirigido.

¿ C o r r e s p o n d e r e a l m e n t e a l R a d i c a l i s m o u n a t e n -

d e n c i a t a n c o n t r a r i a a l a l i b e r t a d p o l í t i c a ?

Esa es su teoría, en la teoría y en la práctica; sin que neguemos que esto causa gran extrafieza a los radicales del antiguo cuño, como don Enrique Mac-Iver y otros. Basta observar la actitud del señor Mac-Iver en presen-cia de los avances I N T E R V E N C I O N I S T A S del verda-dero partido RADICAL-SOCIALISTA que es el que hoy actúa en Chile. Lo hemos visto en la discusión sobre la clausura del debate; en el proyecto sobre precedencia del matrimonio civil al religioso, y en otros muchos casos.

Aunque parezca extraño, pues, contra el Radicalismo y su teoría de la absorción del individuo por el Estado, reivindica el Partido Conservador la libertad personal y civil del ciudadano.

DOCTRINA 2

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¿ A c e p t a n , e n t o n c e s , l o s c o n s e r v a d o r e s e l l i b r e

p e n s a m i e n t o y l a s d e m á s l i b e r t a d e s m o d e r n a s ?

H e aquí su doctrina neta y clara. Para los conserva-dores, la verdadera libertad, base de progreso, puede definirse: «el movimiento sin trabas de la voluntad den-tro del bien». Consecuentes con esta teoría que funda la libertad sobre la base de la ley moral, demandan a modo de principio de derecho o en tesis, la «libertad de la ver-dad y del bien» en todas sus manifestaciones, aplicacio-nes y formas de propaganda; condenando la «libertad del error y del mal». Nadie podría proceder de otro modo; y sobre esta base está asentada toda la legislación penal y la vida de los pueblos civilizados.

Con todo, mantenedores como son de esa verdadera libertad, no olvidan los conservadores la doctrina de la Iglesia Católica, según la cual no puede jamás imponerse la verdad P O R LA F U E R Z A a las conciencias. Aceptan también que deben tolerarse los errores y aún el mismo mal, salvo cuando es intrínsecamente opuesto a la ley natural dentro de ciertos límites, si así lo requiere un daño menor o un bien común mayor.

¿Qué a s p e c t o s p r e s e n t a l a l i b e r t a d p e r s o n a l y d e

l a v i d a p r i v a d a d e f e n d i d a p o r l o s c o n s e r v a d o r e s ?

Los conservadores defendemos la libertad no sólo co-mo una tesis filosófica, sino también como una verdad esencialmente práctica de la sana sociología.

La libertad es para nosotros en primer lugar, un G E R -MEN N E C E S A R I O DE R E N O V A C I O N Y DE PRO-

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G R E S O CIVIL. Porque no se puede imaginar grandeza en una nación, sin grandeza de los individuos; sin una levantada conciencia personal de sus propios fines mora-les, de su propia responsabilidad y del deber de conse-guir aquellos merced a su propia y LIBRE E r ^ R G l A , manifestada en los ideales no menos que en las acciones.

La libertad es para nosotros C O N D I C I O N Y GARAN-TIA DEL ORDEN SOCIAL. Porque no puede existir orden social .en donde no hay libertad para la verdad y para el bien, o sea libertad entre las leyes morales; lo que Cicerón expresaba diciendo: «Sólo podremos ser libres siendo siervos de la ley».

La libertad es para nosotros D E R E C H O ESENCIAL DEL C O N C E P T O DE DEMOCRACIA. Porque no es dable que todo ciudadano llegue a participar en forma directa del poder público, ni que todos lleguen a ser hombres de Estado; pero, por lo mismo, sin destruir to-da democracia, a nadie se le puede negar el derecho de participar en la acción social, conservando su dominio sobre el mínimum de bienes que la libertad democrática le garantiza, es a saber: el respeto de su dignidad perso-nal; la posesión de su hogar; la autoridad paterna; la facultad de educar a sus hijos; la facultad de asociarse; el ejercicio del trabajo; y la práctica de la beneficencia y reli-gión.

Reclamamos, por último, mayores garantías de liber-tad personal y civil EN BIEN DEL P U E B L O . Está el pueblo poco capacitado para defender su libertad, mien-tras los fuertes y poderosos lo efectúan por sí mismos con celo y eficacia; debe, por lo tanto, el Estado, con espe-ciales auxilios de las leyes, proteger la libertad del pueblo.

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La democracia nacionalista, ya hoy en decadencia, iguala a todos en una LIBERTAD JURIDICA NOMINAL, pe-ro que en realidad redunda en provecho de los fuertes y en verdadero daño de los débiles.

La democracia cristiana defiende una LIBERTAD JU-RIDICA VIRTUAL, en la cual las garantías que da el Estado están en proporción con la fuerza de los podero-sos para contrarrestar la libertad de los débiles y con los medios de éstos para sostenerla. Así igual libertad da al hombre y a la mujer, proporcionada a la condición de cada uno, pero más garantía a la mujer, en razón de la debilidad de su sexo; igual libertad al adulto y al niño, pero más firme a éste en razón de su tierna edad; igual libertad al rico y al pobre, pero más defendida y soco-rrida al indigente, que se halla más expuesto que el rico a sufrir los efectos de las necesidades económicas.

II

¿Sostiene el P a r t i d o Conse rvado r la t e o r í a co-

lec t iv i s t a o soc ia l i s ta en m a t e r i a de p r o p i e d a d p r i -

vada?

Absolutamente nó. Condena el colectivismo y el socia-lismo. Defiende el derecho de propiedad privada, el cual es una prolongación de la personalidad humana; ya sea ejercido por una persona natural o por un conjunto de personas asociadas entre sí.

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¿Acepta en tonces el d e r e c h o de p r o p i e d a d p r i v a -

d a a b s o l u t o y s in l ími tes?

Tampoco. El principio fundamental de su doctrina es que se debe distinguir entre la JUSTA POSESION de los bienes y su J U S T O USO.

Poseer bienes en particular, es derecho natural al hombre y es además para la vida necesario.

Usar de los bienes que se poseen negándose a parti-cipar de ellos £ quienes se hallan en caso de necesidad extrema, ES INJUSTO; usar de los bienes que se poseen valiéndose de ellos para aumentar la propia riqueza, abu-sando de las personas como si no fueran personas sino cosas, TAMBIEN ES INJUSTO.

¿No s e r í a a d e m á s r a z o n a b l e s o s t e n e r que el de-

r e c h o de p r o p i e d a d es t á l imi t ado p o r los «dere-

chos s u p e r i o r e s de la sociedad» o p o r «los in t e re -

ses socia les»?

Esta fórmula adoptada por los radicales adolece de la vaguedad con que el Radicalismo expone todo problema en el cual le conviene ocultar sus tendencias.

Si ella se refiere al caso de utilidad pública que, según nuestra Constitución autoriza al legislador para disponer la expropiación,—PREVIO PAGO DE T O D O PER-JUICIO,—del dominio privado; el Partido Conservador la acepta.

Si se trata de entregar al Estado la autorización o no de la propiedad privada y su manejo, cada vez que juz-gue que los INTERESES SOCIALES (?) así lo exigen;

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el Part ido Conservador rechaza la fórmula por ser con-traria a la libertad y llevar directamente al más pernicio-so socialismo.

Para el Par t ido Conservador el derecho de propiedad privada es un derecho natural al hombre, que el Estado no crea, sino que debe reconocer, respetar y proteger; y acepta plenamente, como la expresión de la más alta filo-sofía y de la más estricta justicia el precepto de nuestra Constitución, según el cual: «Son inviolables todas las propiedades, sin distinción de las que pertenezcan a par-ticulares o comunidades y sin que nadie pueda ser pri-vado de la de su domino, ni de una parte de ella por pe-queña que sea, o del derecho que a ella tuviere, sino en virtud de sentencia judicial; salvo el caso en que la utili-dad del Estado,calificada p o r u ñ a ley, exija el uso o ena-jenación de alguna; lo que tendrá lugar dándose P R E -V I A M E N T E al dueño la I N D E M N I Z A C I O N que se ajustare con él, o se avaluare por hombres buenos».

¿ Q u é m e d i o i n d i r e c t o d e a t a q u e a l a p r o p i e d a d

s e t r a t a d e p o n e r e n p r á c t i c a p o r l o s p a r t i d o s d e

t e n d e n c i a s s o c i a l i s t a s ?

El establecimiento de un impuesto fiscal llevado a tales

ext remos que signifique la expropiación forzada y sin in-

demnización alguna, de una parte considerable de la pro-

piedad privada, la cual aseguran que destinarán a reali-

zar los planes de reforma democrática y al mejoramien-

to social.

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¿Ex i s t e a l g ú n p a r t i d o c h i l e n o q u e se p r o p o n g a

esos fines?

HI Partido Radical. Después de decidirse por el im-puesto progresivo a la renta, los radicales hacen esta de-claración:

«Estando basado en el principio de Solidaridad Social el Estado republicano debe realizar, con los aumentos progresivos del impuesto los P L A N E S DE REFORMA D E M O C R A T I C O S YDE MEJORAMIENTO SOCIAL».

Según esto el impuesto no sólo debe destinarse al pa-gode los SERVICIOSque presta el Estado; sino quetam-bién a la realización de planes democráticos y de mejo-ramiento social, que no se indican. Sabido es que un grupo numeroso del Socialismo cree que el medio para nivelar las fortunas, debe ser justamente el impuesto acrecentado hasta el punto, como ellos lo dicen, de de-volver a la Sociedad los fondos necesarios para realizar la igualdad tal como el socialismo avanzado la concibe.

¿No p r o f e s a , e n t o n c e s , e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r ,

e l s o c i a l i s m o c r i s t i a n o ?

Niega la existencia y la posibilidad de un socialismo cristiano, ya que el socialismo profesa la absorción del individuo por el Estado, lo cual es imposible de conciliar con la política cristiana, que no admite nada que signifi-que anular la personalidad, la libertad y la dignidad del sér humano. Nuestro principio es el de León XIII: «No absorba el Estado al individuo, ni a la familia; limítese a

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proteger y sancionar los derechos anteriores a él que po-see el individuo».

Mucho menos acepta el Partido Conservador el socia-lismo-colectivista, que niega el derecho natural de pro-piedad privada, y pretende entregar al manejo del Esta-do toda propiedad, lo que significa entregarle la subsis-tencia y la vida misma de los ciudadanos.

¿Qué n o m b r e p u e d e d a r s e , e n t o n c e s , a l o s p r i n -

c ip ios y a la a c c i ó n de los C o n s e r v a d o r e s en f a v o r

d e l pueb lo?

«DEMOCRACIA CRISTIANA», cuyo significado es: «gobierno para el pueblo». Este es el sello característico de todo gobierno inspirado en las doctrinas de N. S . J e -sucristo.

La democracia cristiana, según la feliz expresión del conde de Mun: «Rechaza igualmente el liberalismo anti-cristiano que el socialismo. No quiere para el poder pú-blico ni la indeferencia y la abdicación de su deber so-cial, ni el despotismo que le permitiría absorber en sus manos todas las fuerzas vivas de la Nación».

III

¿Qué p u n t o s p r i n c i p a l e s d e d o c t r i n a se e n c i e r r a n

b a j o e l concep to de l «de recho n a t u r a l de l a f ami -

l ia»?

En primer término todo cuanto se refiere a la consti-tución de la familia o sea al matrimonio.

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En segundo lugar, cuanto se refiere al derecho del pa-dre para educar a su hijo, o sea al problema de la ins-trucción pública.

A

¿La i n s t i t u c i ó n de l m a t r i m o n i o , cónio es cons i -

d e r a d a p o r el P a r t i d o C o n s e r v a d o r ?

La constitución de la familia que tiene su origen en el matrimonio, es un derecho natural, anterior a la socie-dad civil y a todo Estado. El papel del Estado es única-mente reconocer este derecho y reglamentar sus efec-tos civiles, con el cuidado que merece la familia, que es la base del progreso social.

Ninguna ley humana puede quitar al hombre el dere-cho natural y primario que tiene de contraer matrimonio y formar una familia; ni poner en modo alguno límites al fin esencial del matrimonio cual es la propagación del género humano o sea la procreación y educación dé la prole; ni alas bases esenciales de la unión conyugal, como son la unidad y la indisolubilidad.

¿Qué b a s e filosófica t i e n e n e s t o s p r i n c i p i o s sus-

t e n t a d o s p o r e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r ?

En el matrimonio, institución natural, el hombre y la mujer disponen, no ya de sus bienes, sino que de su propia persona, entregándola mútuamente el uno al otro, con el fin de dar vida a los hijos, seres racionales como ellos, prolongación de su personalidad, amplificación de su sér y de su vida. Someter esta unión a la autoridad

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ocasional y arbitraria de los diversos Estados, sería en-tregar a éstos cuanto de más íntimo y personal posee el hombre, como son los afectos sagrados hacia la mujer y hacia los hijos; seria en realidad entregar al Estado la li-bertad misma y la inviolabilidad de la persona humana, de los cónyuges y los hijos.

Las bases de esta unión natural y primaria, regidas por imperativos biológicos impuestos por la misma natu-raleza, no pueden estar sometidas sino a una legislación invariable de una autoridad suprema, anterior y superior al Estado. Para convencerse de ello basta imaginar una legislación civil que so pretexto del interés social de me-jorar la raza, impusiera por ejemplo, determinadas unio-nes; o limitara el número de los hijos, aplicando la erró-nea ley de Malthus; o aun llegara a establecer la unión libre que predican los mormones.

¿Cuál e s p a r a l o s c o n s e r v a d o r e s r e s p e c t o de l ma-

t r i m o n i o l a ú n i c a y l e g í t i m a a u t o r i d a d ?

Esa autoridad es DIOS. El autor de la vida es el legis-lador directo y único que puede admitirse en esta unión generadora de la vida; en la cual los seres humanos ejer-citan el poder misterioso de reproducir su personalidad en seres semejantes a ellos, llamados a los mismos des-tinos y de los cuales responden ante Dios.

La autoridad de Dios está representada por la Iglesia que Él [estableció; y a la cual fijó Él mismo las leyes invariables que rigen la constitución de la familia, decla-rando el matrimonio un SACRAMENTO.

Con derecho indiscutible reclama, pues, para sí la Igle-

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sia Católica cuanto se refiere a la legislación del matri-monio, a saber: la facultad del hombre para contraerlo, la procreación y educación de los hijos; la unidad e indi-solubidad de la unión entre los cónyuges.

Elevando el matrimonio al rango de un sacramento contraído ante Dios N. S.Jesucr is to apartó de su legis-lación a las autoridades constituidas por los hombres; que con tanta frecuencia proceden al impulso de pasio-nes y consideraciones del momento o por la influencia de nuevas ideas no estudiadas, y la entregó a la Iglesia, constituyéndola guardián inflexible de la santidad de la familia.

La Iglesia Católica ha desempeñado esta tarea prefi-riendo en todo tiempo perder el favor de los poderosos de la tierra, antes que doblegar a sus pasiones las leyes del Señor. Cuántos beneficios ha acarreado esta firmeza a las naciones, pueden deducirse de los estragos del di-vorcio con disolución del vínculo, que algunos países contra la ley de Dios establecieron y que hoy día tratan de derogar, convencidos de sus daños.

¿No a c e p t a , e n t o n c e s , el P a r t i d o C o n s e r v a d o r e l

d i v o r c i o con d i s o l u c i ó n d e l v í n c u l o ?

Lo considera un crimen contra la justicia, contra la

patria y contra Dios. Crimen contra la justicia, porque el derecho de los hi-

jos cuya procreación es el fin esencial del matrimonio, queda con este divorcio aniquilado; porque la dignidad de la mujer,—adquirida con el cristianismo,—y sus de-

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rechos, quedan a merced de los hombres que hacen la ley y que la aplican.

Crimen contra la patria, porque el divorcio con diso-lución del vínculo matrimonial, significa en la práctica D I S O L U C I Ó N DE LA FAMILIA, que es célula social indispensable para la vida y el adelanto de la nación.

Crimen contra Dios, porque éste ha declarado expre-samente que la unión del matrimonio se celebra ANTE ÉL, y que lo que DIOS J U N T Ó NO D E B E EL HOM-BRE SEPARARLO.

En nombre de la mujer chilena, espejo de virtud, madre amantísima de sus hijos y firme sostén de la santidad de nuestra familia, rechaza el Partido Conservador con to-das sus energías el triple crimen del divorcio con disolu-ción del vínculo.

¿No es el d i v o r c i o con f a c u l t a d de v o l v e r a ca-

s a r s e , como los r a d i c a l e s lo a f i r m a n , u n a c o n q u i s t a

de l p r o g r e s o m o d e r n o ?

Pueden contestar a esta pregunta los estadistas de Es-tados Unidos y otros países que adoptaron la carcoma del divorcio con disolución del vínculo, y que hoy están seriamente preocupados con sus perniciosos efectos y buscando el medio de abolirlo.

Históricamente, la unidad y la indisolubilidad del ma-trimonio, constituyen una conquista del progreso, reali-zada mediante la influencia bienhechora del Cristianismo. En todos los antiguos pueblos la poligamia y la inestabi-lidad de la familia a causa del divorcio había tomado las proporciones de un escándalo y de un grave mal social.

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hasta el punto que en Roma se contaban los maridos de las grandes damas por los años. El progreso cristiano terminó con esa plaga; restablecer el divorcio con disolu-ción del vínculo, es, pues, una regresión a la barbarie an-tigua.

Es curioso que el Radicalismo chileno pretenda esta-blecer una institución que ya ha hecho nuevamente cri-sis en todas partes. Siempre creímos retrógrado al Par-tido Radical, pero no que llegara a tal extremo.

¿Qué p i e n s a n los c o n s e r v a d o r e s de la L e y de Ma-

t r i m o n i o Civi l v i g e n t e en Chile?

Que no ha dado resultado por ser contraria a la con-ciencia católica del país; y que extremar el daño y la opresión a las opiniones de los católicos, con una ley de precedencia del matrimonio civil al religioso, es muy propio de la intolerancia tiránica del radicalismo-socia-lista que hoy pretende disponer del Gobierno de la Re-pública como de tierra conquistada.

Es un grave mal quitar al matrimonio el ascendiente que le da su carácter religioso, carácter que ha tenido siempre en todos los pueblos y en todos los tiempos, por una especie de consentimiento universal; pero castigar el matrimonio religioso, por celebrarse antes que el Civil, en una nación en la cual el amancebamiento o concubi-nato es tolerado y no tiene pena alguna, sería el colmo de la inconsecuencia y del ultraje a la sociedad chilena que, por sobre todas las situaciones de la política, es ca-tólica.

Y esto se propone, cuando todas las dificultades del

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doble matrimonio terminarían si se declarase, respetando todas las creencias, que el Oficial del Registro Civil, es un empleado encargado:

I. De INSCRIBIR: a) los matrimonios celebrados an-te la Iglesia Católica; y b) los matrimonios celebrados ante ministros de cultos disidentes.

II. De AUTORIZAR o DAR FE de los matrimonios de quienes declaren que no desean contraerlo con arreglo a ninguno de esos cultos.

¿Esta so luc ión de t o l e r a n c i a y l i b e r t a d , no l a

a c e p t a el P a r t i d o Rad ica l?

Se opone terminantemente a ella, posponiendo a sus deseos de hostilidad sectaria, los claros intereses de la nación, vinculados a la correcta formación de la familia.

¿Has ta qué e x t r e m o l l eva el P a r t i d o R a d i c a l s u s

t e o r í a s d e s q u i c i a d o r a s de l a f ami l i a?

Hasta el extremo inconcecible de anular la filiación legítima equiparándola a la ilegítima.

Después de aceptar la investigación de la paternidad «POR T O D O S LOS MEDIOS PROBATORIOS» que tiene el derecho para inquirir y verificar los hechos hu-manos, declara expresamente que:

«Pretende la IGUALDAD ante la ley de los hijos LE-GITIMOS y NATURALES, concediéndose a estos últi-mos la mayor suma de facilidades dentro del orden edu-cacional, económico y moral, que los padres tienen la

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obligación de establecer legalmente para toda su descen-dencia».

¿Qué p i e n s a el P a r t i d o C o n s e r v a d o r ace rca de l a

i n v e s t i g a c i ó n de l a p a t e r n i d a d y d e l a filiación?

Acepta la investigación de la paternidad para ciertos casos determinados que la ley debe fijar con toda preci-sión; siempre que se LIMITEN los medios probatorios en forma de evitar las falsas pruebas y la explotación del escándalo que esta clase de juicios ocasiona.

Considera desquiciador equiparar al hijo natural con el legítimo; con lo cual se destruye la filiación legítima en beneficio de la viciosa, se facilita la explotación de las relaciones ilícitas como medio de captar derechos here-ditarios y se destruye la familia rectamente constituida que tendría todas las cargas sin gozar de ventaja alguna.

¿Qué r e f o r m a s p a t r o c i n a el P a r t i d o C o n s e r v a d o r

en los de rechos de f ami l i a e s t ab lec idos p o r nues -

t r o Código Civil?

La ampliación de la facultad de testar en forma que se robustezca la autoridad del padre y de la madre sobre sus hijos, y erí Forma de evitar la venta ruinosa de las propiedades por exigirse una división inoportuna de la herencia.

El otorgamiento de la patria potestad a la madre en deFecto del padre, como medio de vigorizar la autoridad de aquélla en el caso de viudez, ausencia del marido u otros semejantes.

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¿Cuál es l a d o c t r i n a del P a r t i d o C o n s e r v a d o r en

m a t e r i a de i n s t r u c c i ó n p ú b l i c a ?

Estima inalienable la libertad de los padres para dis-poner de la educación de sus hijos; libertad que les ga-rantiza la Constitución de Chile.

Califica de monstruosa e intolerable tiranía la facultad que el Radicalismo atribuye al Estado de imponer una educación distinta de la que libremente escojan los pa-dres para sus hijos.

Denuncia como una expoliación indigna el hecho de que con las contribuciones que pagan padres católicos se costee enseñanza contraria a sus ideas, como pasa en Chile, donde el radicalismo se ha apoderado de la ins-trucción fiscal.

Acoge con una sonrisa de desprecio la pretensión ridi-cula de sostener este inicuo monopolio del Estado, con el pretexto de velar porque la escuela dé garantías a la verdad científica y a una enseñanza sólida, como si los establecimientos privados existentes en Chile no fueran una honra para el país en ambos sentidos.

Finalmente hace notar al país la hipócrita conducta del radicalismo, que trata de mantener la tiranía del Es-tado en algo que atañe tan directamente al fuero inviola-ble de la conciencia, como es la educación, y que, sin embargo, tiene la audacia de calificarse a sí mismo como un partido liberal.

¿Es pos ib le que los r ad i ca l e s n i e g u e n la l i b e r t a d

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de e n s e ñ a n z a y l a f a c u l t a d de l p a d r e p a v a e d u c a r

a s u s h i jo s?

Ellos lo afirman explícitamente declarando que el Par-tido Radical: «No acepta la libertad inalienable de la ins-trucción pública.»

El fundamento de esta inconcebible afirmación lo ex-ponen así: «La sociedad está INTERESADA en que el individuo, que es su principal célula orgánica, sea lo más perfecto posible, porque así el total de elementos funda-mentales, que es lo que compone la sociedad, es también perfecto; y de ahí por lo que el radicalismo reivindica, en INTERES colectivo, este derecho aparentemente per-sonalísimo del padre de familia para instruir, A FAVOR DEL ESTADO.»

Ahora se comprenderá cuánta razón teníamos para rechazar en materia de limitación del derecho de propie-dad la fórmula vaga: «INTERESES SOCIALES», que patrocina el radicalismo. En materia de instrucción, los «intereses sociales» lo llevan ni más ni menos que a la más desembozada tiranía, a suprimir el derecho inviola-ble del padre de familia respecto de sus hijos, que no son sino una amplificación de su persona, carne de su carne y sangre de su sangre.

Esta tiranía, abiertamente inconstitucional, es tanto más execrable, cuanto que la ejerce una minoría insignificante, en contra de la casi totalidad de los padres de familia, que jamás consentirían en abdicar de su derecho. Baste observar que los que ejercen el derecho de sufragio son un tanto por ciento insignificante con relación a la pobla-ción del país y que todavía una gran minoría de ellos no

DOCTIt INA

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aceptaría que el Estado prive a los padres del derecho personalísimo e inalienable que tienen sobre la educación de sus hijos.

•> ¿Cómo o r g a n i z a r í a el P a r t i d o C o n s e r v a d o r l a

i n s t r u c c i ó n p ú b l i c a de Chile?

A su juicio el Gobierno debe abordar el problema de la enseñanza:

A. Concediendo un auxilio del Estado, a razón de tanto por alumno, a toda escuela, SIN DISTINCIÓN DE CREDO POLÍTICO, que reúna condiciones de higiene, moralidad y seriedad de estudios, a juicio de un número respetable de padres de familia.

B. Reconociendo los títulos profesionales expedidos por Universidades particulares, siempre que estas reú-nan condiciones de seriedad de estudios y de moralidad, establecidas con el carácter de generales por leyes per-manentes.

C. Dando preferencia en la enseñanza fiscal a la ins-trucción primaria, que debe ser obligatoria, sobre la base del respeto más absoluto a la facultad del padre para elegir la escuela pública o privada en que su hijo la ad-quiera o para dársela en la casa.

D. Dando preferencia a la enseñanza práctica que ha-bilite a los ciudadanos para ganarse la vida en un oficio o en la industria o el comercio.

E. Organizando la enseñanza secundaria en forma que permita la especialización en ciertos estudios, según la profesión a que el alumno vaya a dedicarse.

F. Protegiendo en la enseñanza, en todo caso y mo-

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mentó, la iniciativa privada, que a su condición de ser la más elevada manifestación del espíritu público de los ciudadanos, añade la ventaja de ahorrar al erario nacio-nal una parte considerable de los gastos que demanda este servicio.

J ¿Qué e jemplos s i g u e e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r a l

p r o p o n e r e s t a s b a s e s p a r a l a i n s t r u c c i ó n públ ica?

El ejemplo de los países más adelantados de la tierra, como lo son Inglaterra, Estados Unidos y Bélgica.

Hace notar que el Gobierno Católico de Bélgica ha sido el que en esa progresista nación, ha implantado la ley del bono escolar, que proporciona a las escuelas, sin distinción de credos políticos, un auxilio del Estado, a tanto por alumno; demostrando así el respeto que los ca-tólicos tienen por la facultad de los padres para educar a sus hijos y echando a tierra la injustificada sospecha de que llegados al poder no mantendrían sus ideas sobre este particular.

¿Estas so luc iones eminen temen te l i b e r a l e s y p r o -g r e s i s t a s , es pos ib le que no l a s acep te e l P a r t i d o Rad ica l ?

No las aceptan porque temen la competencia de la en-señanza verdaderamente científica de los establecimientos privados; y porque para ellos resulta más cómodo y ba-rato mantener la actual expoliación: que el radicalismo siga pagando con dineros del Estado su propia propagan-

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da, la enseñanza anti-científica, descristianizadora y sec-taria que ha implantado en las escuelas de la nación.

Mientras el Partido Radical maneje a su antojo la ins-trucción, al amparo de nuestras leyes defectuosas y de la complacencia inexplicable de los demás partidos, no admitirá nada que signifique una mediana libertad de en-señanza, y sostendrá que esta es una función exclusiva del Estado (radical).

IV

¿En q u é b a s e f i losófica f u n d a n l o s c o n s e r v a d o r e s

el d e r e c h o n a t u r a l de asoc iac ión?

En que el hombre es por naturaleza un sér sociable. Demuéstralo así la necesidad tanto material como moral que experimenta,—hasta el punto de que sin ellas no puede concebirse que viva y se desarrolle,—de la socie-dad natural de la familia; de la sociedad paterna que de ella se deriva; y finalmente de la sociedad civil en que ambas encuentran estabilidad y garantía.

Pero en estas tres asociaciones no encuentra el hom-bre la cooperación necesaria a todas las manifestaciones de su actividad. Como sér religioso; como sér capaz de concebir, estudiar y formar la ciencia; como trabajador, productor, industrial y comerciante; como intérprete en las obras de arte de la belleza ideal o plástica; como pro-motor del progreso por la creación de toda clase de ins-tituciones de interés individual y social; en suma: COMO SER I N T E L I G E N T E Y MORAL, Y DOTADO DE ACTIVIDAD, el hombre necesita de la cooperación de

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sus semejantes. En este siglo, que podríamos llamar de la cooperación o asociación, apenas si hay obra humana que no sea directa o indirectamente el resultado del es-fuerzo mancomunado de muchos.

Para el Partido Conservador, la facultad del hombre para asociarse con sus semejantes con el objeto de con-seguir un fin común honesto, es un D E R E C H O NATU-RAL, que al estado le corresponde sólo reconocer, res-petar y proteger; y que no puede destruir, sin destruir con ello la persona humana de la cual ese derecho es natural complemento y perfección.

¿Hay a l g ú n P a r t i d o q u e a t a q u e e s t e d e r e c h o na-

t u r a l a l h o m b r e de a soc i a r s e?

El partido radical-socialista de Francia extremó sus ataques en [contra del derecho de asociación hasta el punto de expulsar de su patria a las hermanitas de la ca-ridad y de los pobres, con el ridículo pretexto de que las asociaciones religiosas eran un peligro para la estabilidad de la República.

s"-- En el Partido Radical chileno se nota la misma ten-dencia de atacar el derecho de asociación. En la Cámara son los radicales los más celosos guardianes de las facul-tades otorgadas al Estado de intervenir en la formación de asociaciones de carácter privado y autorizar su dere-cho para poseer bienes raíces.

Después veremos que tratan de inmiscuirse en el ca-rácter y fines de asociaciones religiosas destinadas a la caridad; pretendiendo apartarlas de la beneficencia pú-blica.

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¿Y el P a r t i d o C o n s e r v a d o r q u é a c t i t u d h a t o m a -

d o s o b r e e l p a r t i c u l a r ?

Ha mantenido siempre su principio según el cual el de asociación es un derecho natural al hombre; y ha ins-crito en su programa la derogación de las Iey.es que po-nen trabas a esta Facultad de asociarse, que considera inherente a la personalidad del sér humano.

¿Qué p r o y e c c i o n e s d e g r a n i m p o r t a n c i a p r a c t i c a

e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r a l d e r e c h o n a t u r a l de aso-

c iac ión?

Para el Partido Conservador la libertad de asociación para fines honestos, como la libertad personal y privada^ no sólo es una verdad de carácter ideológico, sino que un principio esencialmente práctico de la sana sociología.

Cree que el Estado, no sólo debe reconocer las aso-ciaciones que los diversos grupos sociales forman para defender sus intereses,—como lo son en Chile: las Cá-maras de Comercio, la Sociedad Nacional de Agricultura, la Sociedad de Fomento Fabril, la Sociedad Nacional de Minería, las Sociedades Protectoras de Empleados, las Federaciones Obreras,—sino que debe: F O M E N T A R este concepto de la existencia de estos grupos sociales de cuyo esfuerzo mancomunado surge la prosperidad de las naciones; R E C O N O C E R L E S y GARANTIZARLES su personalidad jurídica y sus derechos personales y patri-moniales; C O N C E D E R L E S la debida autonomía para el desempeño de su función social y la conservación y desarrollo de sus intereses morales y materiales.

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La existencia y desarrollo de estos grupos sociales es para los conservadores condición indispensable de la EXPANSIÓN DE LAS FUERZAS VITALES DE TO-DA LA SOCIEDAD, porque, gozando de independencia y autonomía y viendo garantizados sus derechos, gastan un mayor esfuerzo en la promoción de sus intereses, de cuyo conjunto depende el progreso y prosperidad de la nación.

La reclaman también, como GARANTIA DEL ORDEN SOCIAL; porque los grupos sociales en esta forma orga-nizados son la transición natural entre los intereses indi-viduales y los generales de la sociedad; y evitan el exceso del individualismo que disuelve la sociedad, y el exceso del estatismo que absorbe las actividades individuales y las atrofia, causando también un daño a la prosperidad general.

La reclaman, finalmente, como defensa y sostén de LA VERDADERA DEMOCRACIA; porque por verda-dera democracia se entiende aquella en la cual todos los grupos sociales cooperan, en la proporción de un debido equilibrio, al bien general mediante el cuidado de los respectivos intereses particulares, cuyo conjunto se iden-tifica con el bienestar y prosperidad de la nación.

V

¿Qué p u n t o s d e d o c t r i n a se e n c i e r r a n b a j o e l

d o b l e concep to de i g u a l d a d y f r a t e r n i d a d ?

A. La noción de igualdad; y la naturaleza de la llama-da «lucha de clases».

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B. La « C U E S T I Ó N SOCIAL», en la cual los conser-vadores contemplan no sólo el «PROBLEMA O B R E -RO», sino el de todo los grupos sociales que viven de su trabajo diario.

C. La verdadera noción de la fraternidad.

¿Qué p i e n s a e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r a c e r c a de

l a i g u a l d a d ?

Afirma categóricamente que sólo dentro de la filosofía cristiana puede sostenerse científicamente la igualdad de los hombres entre sí.

En efecto, la doctrina de la «SELECCIÓN NA-TURAL» profesada por la escuela materialista radical y que ésta enseña en los establecimientos del Estado, en-vuelve la negación de la igualdad humana, ya que, el que haya alcanzado una selección mayor que la de otro, no puede ser igual a éste. Así es como una parte de los hombres,—entre los cuales los más engreídos en su va-nidad son los radicales,—estimándose más seleccionados que los otros, se creen S U P E R - H O M B R E S , únicos ca-paces de comprender y de enseñar la ciencia, y nacidos, por supuesto, para gobernar a los demás. El apóstol de la teoría de la selección, y creador de la denominación de «super-hombre» Nietzsche, rechaza la moral cris-tiana, como moral de esclavos y dice: «Una moral de amo, afirma que no hay deberes sino para los iguales. Respecto de los seres de rango inferior y oon relación a todo lo que es extraño, se puede obrar a nuestro an-tojo, como se nos ocurra en cualquier momento. Nada es más peligroso para los fuertes que la compasión».

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La filosofía cristiana enseña que eso es una iniquidad y demuestra que todos los hombres son iguales por na-turaleza; hijos de un mismo Padre, Dios; llamados a iguales destinos, a un mismo fin ultra-terreno; finalmente, toda autoridad viene de Dios.

¿Sost iene , en tonces , el P a r t i d o C o n s e r v a d o r , l a

i g u a l d a d t a n d e s e a d a p o r e l Soc ia l i smo?

En ninguna manera. Reconoce el hecho indiscutible que entre los hombres no son iguales ni el ingenio, ni la salud, ni las fuerzas; y que de la necesaria desigualdad de estas cosas, sigúese lógicamente desigualdad en la fortuna. Esta desigualdad en la fortuna y en las activi-dades humanas, forma la base de las distintas artes y oficios a que los hombres según sus aptitudes y gustos se dedican; es beneficiosa al orden general de los Es-tados, que exige variedad de funciones y trabajos, y no puede ni debe hacerla cesar con arbitrios el Gobierno.

¿En q u é c o n s i s t e p a r a los c o n s e r v a d o r e s l a ve r -

d a d e r a i g u a l d a d de lo s h o m b r e s e n t r e sí?

En que dentro de la sociedad civil, UNA ES IGUAL la condición de las clases altas y de las ínfimas. Porque son los indigentes, con el mismo derecho que los ricos y por su naturaleza, ciudadanos, es decir partes verda-deras y vivas del cuerpo social; pudiendo añadirse que es la suya la clase sin comparación más numerosa. De esto se deriva, no sólo la igualdad ante la ley, que nadie pone en duda, sino la obligación que tiene el Estado de

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preocuparse de los indigentes, como de cualquiera otra parte de los ciudadanos; y aun de atender preferente-mente a su condición a causa de su impotencia para va-lerse por sí mismos, lo que los coloca en condiciones de desigualdad dentro de las luchas económicas.

¿Qué p i e n s a el P a r t i d o C o n s e r v a d o r de l a l u c h a

de c lases?

Sostiene que es un error gravísimo pensar que son unas clases de la sociedad por su naturaleza enemigas de las otras; como si a los pobres y a los ricos los hubiera hecho la naturaleza para estar peleando los unos contra los otros en perpetua guerra. Esta idea desconsoladora, fruto de la teoría de la selección natural, llamada en este caso «lucha por la vida», es falsa y perniciosa.

La lucha de las dos clases económicas de trabajadores y capitalistas, no la origina una ley natural inevitable, sino que es producto de un error científico que ha tenido aplicación práctica durante la mayor parte del pasado siglo. Se debe al exagerado individualismo de la escuela liberal económica que con olvido de los inmutables principios de la justicia y de la caridad cristiana, dió el carácter de leyes, CUYO LIBRE J U E G O NO DEBIA IMPEDIRSE, a las fórmulas con que la Economía Polí-tica expresa los modos de proceder del egoísmo humano aplicado a las industrias y al comercio. La ley de la OFERTA Y LA DEMANDA, aplicada a los capitales y trabajos, fué declarada I N T A N G I B L E : aun cuando su aplicación originara la usura en el préstamo de dinero'y una verdadera opresión para el trabajador rebajándolo a

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la categoría de una máquina cualquiera. De este error ha surgido la lucha económica moderna, con todo su cortejo de huelgas y trastornos.

¿Qué m e d i o s c r ee e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r q u e

d e b e r í a n e m p l e a r s e p a r a t e r m i n a r con e s t a l u c h a

económica?

Impulsar la difusión en la industria y el comercio de los sistemas cooperativos que acuerdan al obrero y al empleado una justa participación en los beneficios.

Difundir la enseñanza práctica, que habilita a los ciu-dadanos para ganarse la vida en la pequeña industria y en el comercio, gastando en ella los millones que el Es-tado, por imposición del radicalismo, destina a formar bachilleres y profesionales.

La educación moral, basada en las enseñanzas de N. S. Jesucristo, en las cuales hasta los incrédulos reconocen el código de la moral más pura; enseñanzas que es una locura sustituirlas por meras frases huecas, como lo hace el radicalismo, cuando habla: «de una moral fundada en la FE LAICA de que la redención de los pueblos se eje-cuta por la civilización integral del hombre».

Poner en práctica la idea cristiana: «Mayor caridad en el poderoso y más conformidad en el pobre», que los radicales se ven en la necesidad de reproducir y aceptar; si bien tratan de hacer creer que la han E V O L U C I O -NADO.

¿ P a r a e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r e s só lo u n a cues -

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t i ó n de s e n t i m i e n t o s de c a r i d a d l a l l a m a d a cues t i ón

socia l?

Nó. Al proponer los anteriores remedios para ir sua-vizando la lucha entre las clases económicas,—como lo veremos en seguida, al tratar de la «Cuestión Social»,— no olvida que en el fondo de esto hay también un pro-blema de JUSTICIA, en el cual el Estado debe interve-nir para garantizar a los obreros y personas que viven de su trabajo, SU D E R E C H O .

e ¿Cómo s i n t e t i z a y f o r m u l a e l P a r t i d o C o n s e r v a -

d o r l a l l a m a d a "Cues t ión Socia l"?

Para los conservadores la mejor exposición de la «Cuestión Social», es la Encíclica «De la condición de los obreros», en que el inmortal Pontífice León XIII puso término al desconcierto de las ideas sobre este particular y trató con soberana maestría del problema obrero.

La «CUESTIÓN SOCIAL» es el problema de jus-ticia, de reforma económica y de caridad social planteado por la lucha que entre capitalistas y trabajadores ha pro-ducido la organización de la moderna industria; organi-zación en la cual las clases ínfimas, igualadas en una li-bertad económica nominal y por lo tanto contraprodu-cente, con las poderosas, han quedado reducidas a una situación calamitosa, y son oprimidas por la usura y la competencia hasta un punto que los coloca en la condi-ción de los esclavos.

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La solución de este problema envuelve: a ) una cues-tión de JUSTICIA: la revisión del contrato de salario; b) una cuestión ECONÓMICA: la reforma del régimen actual hacia un orden civil en que todas las fuerzas so-ciales, jurídicas y económicas, en la plenitud de su desa-rrrollo jerárquico, cooperen proporcionalmente al bien común, tendiendo en último resultado al bien preponde-rante de las clases populares; una cuestión de CARIDAD: el restablecimiento de la fraternidad cristiana.

* ¿Sobre q u é b a s e s filosóficas e s t a b l e c e n lo s con-

s e r v a d o r e s el c o n t r a t o d e s a l a r i o ?

Sobre el reconocimiento de la dignidad personal de los obreros, de los cuales es vergonzoso e inhumano abusar como si no fueran mas que cosas, para sacar pro-vecho de ellos y no estimarlos en más que lo que dan sus músculos y fuerzas.

Sobre el reconocimiento de ser el trabajo para el obrero un medio impuesto como N E C E S A R I O para sus-tentar la vida por la misma naturaleza; y por lo tanto de carecer respecto de los obreros el contrato de salario de la libertad que es la base ordinaria de los contratos. Con ello dicho está que si, aprovechando de sus necesidades y de su temor a un mal mayor, impusiese al obrero el capitalista una condición más dura que la que libremente hubiera aceptado, esta imposición sería una violencia contra la cual reclamaría la justicia.

Sobre el reconocimiento de la facultad del Estado y aun de su deber de evitar toda violación de justicia co-metida contra el obrero en el contrato de salario, em-

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pleando para ello, bien que con peso y medida, las leyes mismas y la autoridad del Gobierno.

* ¿Qué m e d i d a s de c a r á c t e r p r á c t i c o e s t á n inc lu i -

d a s en el concepto de l c o n t r a t o de s a l a r i o s o s t e n i d o

p o r los c o n s e r v a d o r e s ?

El establecimiento y reglamentación del descanso do-minical o sea de la obligación indeclinable que tiene el obrero de darse a sí mismo descanso los días domingos y festivos. Este descanso se impone como una medida de carácter higiénico y social y es necesario al obrero para el cumplimiento de sus deberes religiosos.

La REGLAMENTACIÓN DEL SALARIO, para li-brar a los obreros de la crueldad de los hombres codi-ciosos que a fin de aumentar sus propias ganancias, abusan sin moderación alguna de las personas, como si no fueran sino cosas; porque oprimir en provecho propio a los indigentes y de la pobreza ajena tomar ocasión para mayores lucros, es contra todo derecho divino y hu-mano.

La REGLAMENTACIÓN DE LAS HORAS DE TRABAJO, para impedir que el trabajo de cada día se extienda, habida consideración a la dureza del mismo, a más horas que las que permitan las fuerzas; porque exigir tan gran trabajo que con la excesiva tarea se em-bote el alma y sucumba al mismo tiempo el cuerpo a la fatiga, ni la justicia ni la humanidad lo consienten.

La REGLAMENTACIÓN DEL TRABAJO DE LA MUJER Y DEL NIÑO para que no se les imponga ma-

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yorque el que pueden soportar según su sexo y edad; te-niendo en consideración respecto de la mujer que ha nacido para las atenciones domésticas ordenadas por la naturaleza a la educación de la niñez y a la prosperidad de la familia; y respecto del niño teniendo cuidado que no lo coja la fábrica o el taller antes que la edad haya fortalecido su cuerpo y sus facultades intelectuales, en forma que después sea imposible darle la educación de-bida.

El establecimiento, en cuanto sea posible, 'de un salario que alcance al trabajador para sustentarse a sí, a su mu-jer y a sus hijos y para ahorrar algo, como la naturaleza misma lo aconseja.

¿Qué p iensa el P a r t i d o Conse rvado r sob re los

acc iden tes del t r a b a j o ?

Ha sido uno de los más incansables promotores de la ley sobre accidentes dictada últimamente, la cual consi-dera como un primer pasó dado en esta importantísima materia.

Los conservadores aceptan la teoría del «riesgo in-dustrial» y sostienen la reparación de los accidentes, cualquiera que sea la causa de éstos, siempre que sea ajena a la mera voluntad del accidentado.

Siguiendo los más elementales principios de la lógica, estiman que más vale prevenir que reparar los accidentes y que, por lo tanto, el Estado debe garantizar por medio de leyes preventivas la seguridad del obrero en su tra-bajo.

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¿Respec to de los d e b e r e s de l o b r e r o q u é d ice

l a Encíc l ica?

Los deberes que tocan al obrero son: poner de su parte íntegra y fielmente el trabajo que libre y equitati-vamente hubiere contratado; no perjudicar en manera alguna al capital ni hacer violencia personal a su patrón; al defender sus derechos abstenerse de la fuerza y nunca armar sediciones; no escuchar a los AGITADORES DE OFICIO, que mañosamente le hacen grandísimas pro-mesas, que vienen a parar en la ruina de los intereses del trabajador. Y sobre todo no tener a deshonra la po-breza, como no la tuvo Dios; y no avergonzarse de ganar el sustento trabajando.

¿Qué med ios de e v i t a r l a l u c h a e n t r e c a p i t a l i s t a s

y o b r e r o s i n d i c a e x p r e s a m e n t e L e ó n X I I I ?

Los patrones y los obreros, dice, pueden hacer mucho por la solución de toda contienda estableciendo medios de socorrer a los necesitados y acortar las distancias entre unos y otros; pero corresponde el primer lugar a las ASOCIACIONES DE OBREROS, si se constituyen con prudente organización.

Para el caso que alguno (de la una o de la otra clase) creyese que se le había faltado en algo, sería de desear que hubiese varones prudentes e íntegros, a cuyo ARBI-TRAJE tocase por disposición de las mismas leyes, di-rimir la cuestión.

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¿Qué dice el r a d i c a l i s m o ch i l eno a c e r c a de e s t a s

e n s e ñ a n z a s del J e f e de l a I g l e s i a Catól ica?

En su sectarismo aparenta no conocerlas y se niega a reconocer que la Iglesia Católica es la gran protectora del pueblo, tratando de hacer creer que para ella es sólo un problema de limosna y caridad el que nos ocupa.

En esto sobrepasa al radicalismo francés, que por boca de Le Pays, diario anticlerical, dijo, confesando la impor-tancia del documento Pontificio: «Esta Encíclica es el comienzo del siglo XX».

0 ¿ P a r a e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r e x i s t e sólo l a

cues t i ón o b r e r a como p r o b l e m a social?

Nó. Son problemas de tanta importancia como la cuestión obrera los que atañen:

A los EMPLEADOS P Ú B L I C O S Y PARTICULA-RES, que por su escaso sueldo, por sus gastos de repre-sentación y por la incertidumbre del porvenir de su familia, están a veces en condiciones de inferioridad, res-pecto del obrero.

A los P E Q U E Ñ O S INDUSTRIALES, COMER-CIANTES Y A G R I C U L T O R E S , que necesitan de la protección del Estado para escapar de la usura que los persigue con el alza de intereses a sus capitales o forzán-dolos a vender sus productos a vil precio.

DOCTRINA 4

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¿Qué p r o g r a m a t i e n e e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r

r e s p e c t o de lo s e m p l e a d o s a s u e l d o ?

Lucha porque se den franquicias a las asociaciones de empleados; porque se establezcan para ellos cooperativas de consumo; porque se les dé garantías para su descanso dominical; porque se reglamente su trabajo en forma que no les impida todo desarrollo intelectual y moral.

¿Qué p i e n s a e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r r e s p e c t o de

l a p e q u e ñ a i n d u s t r i a y comerc io?

Que debe promoverse la creación de escuelas de artes y oficios y de institutos de práctica comercial; que debe encauzarse la enseñanza nacional hacia este fin: «produ-cir ciudadanos aptos para que se ganen la vida y labren con su industria y su comercio la prosperidad de la Re-pública».

¿Cuáles s o n l a s i d e a s de l P a r t i d o C o n s e r v a d o r

r e s p e c t o d e l o s p e q u e ñ o s a g r i c u l t o r e s ?

Que debe también promoverse la creación de escuelas prácticas de agricultura; y que aparte de estas escuelas de zona deben crearse cátedras ambulantes de agricul-tura que recorran los campos instruyendo al pequeño agricultor.

¿Qué o t r o s m e d i o s p r o p o n e el P a r t i d o Conse r -

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v a d o r en f a v o r de l a i n d u s t r i a , e l c o m e r c i o y l a

a g r i c u l t u r a ?

La creación y mantenimiento de instituciones de coo-peración, semejantes a las que existen en los países más adelantados de Europa y América, como:

Las instituciones cooperativas ideadas por el sacerdote alemán Raiffeisen, destinadas a proporcionar crédito para maquinarias, animales de labranza y para gastos de co-secha a los pequeños agricultores;

Las instituciones cooperativas, según un plan parecido al de las anteriores, destinadas a proporcionar crédito a los pequeños industriales, y

Las COOPERATIVAS DE VENTA, destinadas, co-mo su nombre lo indica, a proporcionar a los agricultores e industriales locales para sus ventas, suprimiendo en esta forma los intermediarios que tanto encarecen los artículos, sin beneficio para sus productores, y poniendo término a la especulación en los artículos de primera ne-cesidad.

¿Qué med ios de c a r á c t e r g e n e r a l y a p l i c a b l e s a

t o d o s c u a n t o s v i v e n de s u t r a b a j o p e r s o n a l p r o h i j a

e l P a r t i d o C o n s e r v a d o r ?

La creación de instituciones de ahorro y seguro contra accidentes e invalidez.

La reglamentación de las Casas de Préstamos sobre prendas y creación de Montepíos del Estado.

La creación de instituciones que den facilidades a los obreros, empleados, pequeños industriales y comer-

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ciantes para adquirir a módicos precios habitaciones que sean el asiento inembargable de su hogar; a imitación de las fundaciones realizadas por iniciativa de algunos con-servadores prominentes, como la Institución denominada León XIII.

La extensión de la ley de Habitaciones para Obreros a toda habitación barata que sea ocupada por empleados, comerciantes o industriales que vivan de su trabajo per-sonal.

* ¿Cuál es en s u s b a s e s g e n e r a l e s l a r e f o r m a eco-

nómica p a t r o c i n a d a p o r los c o n s e r v a d o r e s p a r a

s o l u c i o n a r la "Cues t i ón Socia l"?

Proponen el abandono del exagerado individualismo que ha imperado hasta ahora, sistema que lleva a la di-solución de la Sociedad; y el abandono tanto del socia-lismo-colectivista como del socialismo-intervencionista, que ahogan la personalidad de los ciudadanos y produ-cen la estagnación de la Sociedad. Sustituyen estos dos erróneos y ya caducos sistemas, por la DEMOCRACIA CRISTIANA. En la cual todas las fuerzas sociales, ju-rídicas y económicas, cooperan sin trabas proporcional-mente al bien común, teniendo cómo norte el bien pre-ponderante de la clase popular.

¿Cabe d e n t r o d e la d o c t r i n a c o n s e r v a d o r a el

v e r d a d e r o concepto de f r a t e r n i d a d ?

La fraternidad nació con el cristianismo. Fué con-secuencia de su afirmación de ser todos los hombres

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hijos de un mismo padre, Dios, que los sacó de la nada para un mismo fin, que es servirle en esta tierra y gozar después de El en el cielo. La expresión más sublime de la fraternidad es la caridad cristiana, virtud excelsa, que constituyó el mandamiento nuevo traído por N. S. Jesu-cristo al mundo: «Amaos los unos a los otros; sed unos como Yo y mi Padre somos Uno».

9 ¿La e v o l u c i ó n m o d e r n a n o h a s u s t i t u i d o con

v e n t a j a a l a c a r i d a d c r i s t i a n a p o r l a " S o l i d a r i d a d

Soc ia l "?

El radicalismo ha resucitado los ataques que la antigua filosofía pagana hacía a la caridad. Como lo dijo León XIII: «Hay hoy día muchos que, como los gentiles de otros tiempos, hacen capítulo de acusación en contra de la Iglesia de su misma excelentísima caridad, y en su lugar les parece que pueden poner la beneficencia esta-blecida y regulada por leyes del Estado».

Uno de los medios ideados por los radicales para ese ataque, es el de sustituir el concepto clarísimo de la ca-ridad y fraternidad cristiana por una especie de utilita-rismo nebulosamente expuesto, bajo el nombre de SO-LIDARISMO SOCIAL. Según esta teoría la beneficencia se deriva de la utilidad que reporta a la sociedad en ge-neral; «los hombres, dicen, que viven en sociedad, tienen INTERESES C O M U N E S , y el derecho de todos está sujeto al derecho de cada uno, y esta comunidad de inte-reses constituye la solidaridad social; de esta utilidad se deduce que el cuidado de la beneficencia corresponde AL ESTADO, como representante de los intereses co-

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muñes y que éste debe establecerla como un SERVICIO SOCIAL».

La respuesta a todas estas ELUCUBRACIONES, cuyo único fin es atribuir al Estado el monopolio de la beneficencia la dio el mismo Pontífice: «la caridad cris-tiana, de la cual es propio darse toda al bien del prójimo, no hay ni habrá artificio humano que la supla».

¿Y el P a r t i d o Conse rvado r , qué t eo r í a s u s t e n t a

s o b r e benef icencia públ ica?

Declara que al Estado, le compete proveer,—en lo QUE NO ALCANCE LA INICIATIVA PRIVADA,— y en lo posible dando a la beneficencia autonomía,—a las necesidades de ésta; ya que los enfermos, los imposibili-tados para el trabajo, los ancianos y en general los des-validos, son miembros de la nación, ciudadanos como cualesquiera otros y, por lo tanto, tienen pleno derecho a que el Estado provea a su cuidado.

A los particulares recuerda la palabra de Jesucristo que prometió la vida eterna a quienes dieran de comer al hambriento y de beber al sediento, a quienes propor-cionaran hospedaje al peregrino y vistieran al desnudo, a quienes enseñaran al que no sabe y visitaran a los en-fermos y encarcelados; y que conminó con el suplicio eterno, como malditos de Dios, a los que tal no hicieran.

A los enemigos de la Iglesia Católica Ies demuestra que, desde su establecimiento, fué verdadera madre mi-tigadora de todas las dolencias humanas y la fundadora de todas las instituciones de beneficencia, palabra desco-nocida para la filosofía y la civilización pagana.

— 55 -

¿En qué r a z ó n f u n d a n los c o n s e r v a d o r e s s u t eo r í a

que a s i g n a a l E s t a d o un pape l sup le to r io en l a be-

neficencia?

Por regla general los conservadores nos oponemos a toda tendencia socialista-intervencionista, y al revés de los radicales, damos al Estado sólo facultades supletorias de la iniciativa individual. Pero en este caso existe una razón especial: el Estado atiende la beneficencia con los propios fondos erogados por los particulares, y no es aceptable que la monopolice, arrogándose la administra-ción exclusiva de la parte de nuestra fortuna que dedi-camos a la beneficencia; lo que sería declarar la incapa-cidad de los particulares para ello.

La absorción por parte del Estado de toda iniciativa en materia de beneficencia impone gastos más crecidos, ya que éste paga todos los servicios que en la beneficencia privada se prestan gratuitamente; lleva al endurecimiento de los sentimientos caritativos de los particulares que todo lo esperan del Estado; o se abstienen de fundar ins-tituciones en favor del pueblo, si no aceptan su adminis-tración por parte del Estado o temen que éste las confisque.

¿Cómo debe r e s o l v e r s e la pe t ic ión del rad ica l i s -

mo de o r g a n i z a r l a benef icencia con e lementos

exc lu s ivamen te la icos?

El Estado debe considerar que con nada se reemplaza la abnegación sin límites y la caridad heroica inspirada por la religión a esos ángeles de la tierra que se llaman:

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«hermanas de la caridad y de los pobres»; que susti-tuirlas en la atención de la beneficencia, con el fin mons-truosamente sectario de privar a los enfermos y desva-lidos de convertir sus miradas al cielo, que es única esperanza en medio del sufrimiento y en los umbrales de la muerte; es un crimen contra la humanidad y contra Dios.

El Estado debe considerar que nada iguala, en el co-razón humano, a la fuerza de abnegación que produce un altísimo ideal y que sustituyendo a las hermanas de la caridad por personas que sólo tengan el interés de un sueldo, no estarán mejor atendidos los servicios y faltará a los desgraciados aquella dulzura y paciencia y aquel amor que caracteriza a las religiosas, que todo lo han abandonado para dedicarse al alivio de los sufrimientos de los pobres.

El Ejército francés ha llamado a las hermanas de los pobres que el gobierno radical-socialista de su patria ha-bía expulsado de sus casas; Waldeck-Rousseau, el Mi-nistro que decretó su expulsión, ha muerto en sus brazos bendiciéndolas.

¿No es u u a i n m o r a l i d a d , como lo so s t i enen lo s

r ad ica l e s , m a n t e n e r r e l i g i o s a s d e d i c a d a s a fines

e x t r a ñ o s a s u min i s t e r io?

Inmoralidad es argumentar en esta forma con hipó-

crita mala fe. Sabido es que el ministerio de las religiosas de la ca-

ridad, que la razón porla;cual, oyendo la voz de Jesucristo han abandonado hogar, fortuna y todo, es precisamente

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dedicarse al cuidado de los huérfanos y desvalidos, de enfermos y de ancianos y de todos los que sufren.

Si los radicales desean que estas religiosas se dedi-quen también como las contemplativas a rogar porque ellos abandonen su mala fe y se conviertan, díganlo cla-ramente.

¿Es c i e r t a la o t r a a f i rmación rad ica l : que e l Go-

b ie rno r e m u n e r a con creces a l as i n s t i t uc iones re-

l i g io sa s que s i r v e n la beneficencia?

Es tan burdamente falsa que casi no necesita contesta-ción. Las instituciones religiosas reciben asignaciones que apenas alcanzan para la alimentación de las hermanas, Al Estado la caridad sin límites de las instituciones reli-giosas y la generosidad del pueblo católico de Chile para con la beneficencia le reportan un ahorro de muchos mi-llones en este importantísimo servicio.

Laicizar la beneficencia, como lo pide el radicalismo, sería entregar a la voracidad de la empleomanía, perni-cioso fruto de la enseñanza académica y poco práctica que dan los radicales en las escuelas del Estado, muchos millones que resultarían perdidos.

De desear sería que los radicales aclararan sus propó-sitos y dijeran si este es el primer paso hacia la expul-sión de los institutos religiosos de caridad, como lo rea-lizó el Partido Radical-Socialista de Francia,

- 53 --

VI

¿El P a r t i d o Conservador sé p reocupa de a sun tos re l igiosos?

Sostiene y afirma la existencia y necesidad de un prin-cipio espiritual, base de la unidad moral del Orbe, cons-tituido por la Iglesia Católica, cuya misión abarca la unión en el homenaje debido a la Divinidad, de todos los individuos y naciones.

Condena la doctrina materialista que niega ese princi-pio; doctrina para la cual la grandeza y poderío de cada nación son presentados como término de la EVOLU-CION DE LA ESPECIE HUMANA y como supremo fin de la vida en sociedad. Considera esta doctrina como una verdadera ESTADO-LATRÍA, que, agravada con la aplicación que hacen los materialistas de la doctrina de la SELECCION a las naciones, origina la lucha de éstas entre sí por obtener la hegemonía o sea el dominio de la humanidad entera, la suprema adoración del mundo todo.

Consecuente con sus principios el Partido Conserva-dor sostiene como punto fundamental de su programa la necesidad de que se aplique la disposición constitucional que establece como religión del Estado la Católica; pro-clama la absoluta independencia de la Iglesia Católica respecto del Estado, sin la cual se violaría el derecho di-vino de la Iglesia y la libertad de las personas en el ejer-cicio de su religión; pide que haya armonía y mutuo apoyo entre la potestad civil y la eclesiástica.

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* ¿No s e r í a m á s r a z o n a b l e q u e el E s t a d o 110 t u -

v i e r a r e l i g i ó n ?

Para sostenerlo se necesitaría ignorar que las naciones que carecen de este principio espiritual son incapaces de una verdadera civilización,^que no se consigue sin el adelanto moral,—cuya base es la religión; y negar que en sana filosofía tanto deben homenaje a Dios el individuo y la familia, como las naciones que son un conjunto de individuos y familias. Se necesitaría ignorar la calidad altamente civilizadora de la Religión, cuyos principios comunican a la Autoridad su verdadero carácter de ser-vidora del pueblo, y a éste imponen una moral purísima, fuente de bienestar privado y público; lo que reconocen hasta los políticos contrarios a los conservadores que admiten la necesidad de la Religión para moralizar al pueblo. Se necesitaría ignorar que sólo cabe autoridad en nombre de Dios y leyes que sean reflejo de la ley divina; so pena de que, no teniendo derechos naturales que res-petar, el Estado gobierne arbitrariamente a los individuos y familias, entregados a su disposición sin garantía al-guna contra la más ominiosa tiranía.

¿Qué p o d e m o s c o n t e s t a r a l a a f i r m a c i ó n de l r a -

d ica l i smo: q u e n o debe s a c a r s e a l a r e l i g i ó n de l a s

f a c u l t a d e s e f e c t i v a s de l h o m b r e , d á n d o l e u n ca-

r á c t e r c ient í f ico q u e n o t iene?

Que al hacer esta audaz afirmación no tiene el radi-calismo el mérito de haber inventado nada nuevo, no hace sino reproducir errores muy conocidos, que pre-

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tenden relegar la religión a las facultades sentimentales del hombre, negándole su carácter de verdadera ciencia.

Con mejor derecho podríamos nosotros relegar al ra-dicalismo a las facultades inferiores del hombre donde tienen su asiento la envidia y el odio a la verdad.

Si se admite la existencia de un Dios Creador, natural es considerar como la más excelsa de las ciencias la que estudia el Sér Supremo, establece las relaciones de los hombres para con Él y encamina al sér humano hacia quien es a la vez su creador y su último fin; esta ciencia es la Religión.

¿No convendría quitar al Partido Conservador la parte de su programa que mira a la religión, para evitar a ésta los ataques del radicalismo?

El Partido Conservador no puede suprimir de su pro-grama la parte relativa a la religión, porque dentro de una sana filosofía la religión es esencialmente necesaria al progreso de la nación.

Suponer que el Partido Radical cesaría en sus ataques a la religión, si los conservadores la borraran de su pro-grama, es una candidez. Esos ataques no pueden cesar; son el producto de un antagonismo fundamental entre las ideas radicales y la filosofía cristiana. Nosotros con el catolicismo, queremos en el fuego sagrado de la reli-gión purificar y asentar la justicia, la equidad, la reivin-dicación de los humildes, la verdadera solidaridad social, la paz internacional y la expansión universal de la civili-zación. El radicalismo, en abierta y profunda contradic-ción con nosotros y con el catolicismo, tiene como base

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fundamental de sus ideas, como supremo ideal: una nueva y a su juicio mayor civilización, enteramente ma-terial y laica, de la que sea arrojado todo principio de religión y hasta la idea de Dios, si no se toma como tal la concepción panteísta de un mundo eterno en continua evolución hacia un fin desconocido.

Históricamente, el Partido Conservador ha incluido en su acción y en su programa la defensa de la Religión, para contrarrestar los ataques del radicalismo. Para con-vencerse de ello, basta observar que la Constitución del Estado establece como religión nacional la católica; no se concibe que si nadie hubiera atacado a ésta, los con-servadores hayan salido en su defensa.

¿Qué debemos pensar de la afirmación: que el radicalismo no se preocupa en absoluto de asuntos religiosos?

Que es tan hipócrita como falsa. En una obra conoci-dísima el radicalismo,—al cual no lo ruboriza la calum-nia,—califica ala religión en esta forma: «como un peligro nacional por sus calidades internacionalistas y con-trarias a la soberanía de las naciones y por desconocer la idea de patria». La presenta como «reacia al pro-greso; enemiga de la cultura; reaccionaria en los procedi-mientos; falaz en los principios; e hipócrita en los hábitos». Finalmente adopta como genuina expresión de la verdad la infame fórmula de Gambetta: «el clericalismo; he ahí el enemigo?.

A raíz de estampar estas expresiones injuriosas y ca-

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lumniosas para la religión, sostiene muy suelto de cuer-po, que no se ocupa en absoluto de asuntos religiosos.

¿No puede decirse que en esos conceptos, acep-tando la religión, los radicales condenan el cleri-calismo?

Acabamos de ver que las doctrinas y tendencias radi-cales son en absoluto opuestas a las doctrinas y tenden-cias de la religión católica. La separación que con toda mala fe pretenden hacer los radicales entre religión y clericalismo, no es, pues, sino una trampa de cazar pája-ros y a condición de que estos sean de los más ¡nocentes.

Si los radicales afirman que la doctrina de la religión es contraria a la idea de patria; que la religión es reacia a! progreso, enemiga de la cultura, reaccionaria en los procedimientos, falaz en los principios e hipócrita en los hábitos; puede ser que hallen un par de mentecatos y dos o tres ignorantes que Ies crean. Pero si afirman del clero chileno que no es patriota, que no es culto, que no es progresista, que no es verídico, que no es franco; todo el mundo les enrostrará su proceder como una calumnia desvergonzada y digna de los calificativos que ellos tratan de aplicar a sus adversarios; en realidad, pues, no salen bien parados con la distinción entre religión y clericalis-mo: para honra de la religión y también para honra de Chile, su clero es modelo de virtudes y se ha conquis-tado universal veneración por su ciencia y su patriotis-mo, dentro y fuera del país.

- 53 --

VII

¿Cuál es la doctrina del Partido Conservador acerca del concepto de nacionalidad?

Para el Partido Conservador, la nación es un hecho esencialmente moral: es la unión íntima de los ciuda-danos realizada por la especial afinidad de ideas, de afectos y de costumbres prácticas que emana de la convi-vencia secular en un mismo territorio, de la comunica-ción estrecha de la sangre en los lazos de familia, y prin-cipalmente de la historia y de las tradiciones del pasado.

Consecuente con este principio el Partido Conser-vador estima como un deber propender a la UNIDAD MORAL de la nación: por medio del afianzamiento de la familia y de las demás instituciones sociales; por medio de la unión de todos los ciudadanos en unos mismos idea-les de engrandecimiento patrio; que los aparten de las lu-chas y divisiones que esterilizan la vida política nacional; y finalmente por medio de la conservación de las tradi-ciones de tolerancia y de paz social, de orden y de cul-tura, que han hecho de la historia de Chile un ejemplo de estabilidad y de progreso.

¿Qué partido tiene una concepción opuesta a la que se acaba de exponer sobre la forma de realizar la unidad nacional?

El Partido Radical, que, siguiendo su tendencia socia-lista-intervencionista, estima que la unidad de la nación

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debe realizarse, invistiendo al Estado de la facultad de intervenir en la educación del individuo, en la familia y en todas las instituciones sociales, a fin de obligarlas a moldearse según la concepción que a la mayoría que gobierne al país le plazca determinar como más útil para los intereses del Estado.

Según esta tendencia, hay que cambiarlo todo y refor-marlo todo, teniendo en mira la grandeza y poderío del Estado, supremo fin de la vida en sociedad. Así es como el despotismo ESTATISTA llega hasta la expulsión del territorio patrio de los que no se allanan a moldearse en su vida privada a la norma impuesta por la mayoría go-bernante; como sucedió en Francia donde los radicales socialistas expulsaron a todos los hombres y mujeres que de su propia voluntad se habían reunido en comunidades para realizar una vida que conceptuaban más perfecta; llegando hasta decretar la expulsión de las hermanitas de la caridad y de los pobres.

¿Qué piensa el Partido Conservador acerca del amor a la patria?

El amor a la patria, como todos los grandes y legíti-mos amores, encuentra en el cristianismo la fuerza im-ponderable que da a los nobles sentimientos la creencia en la inmortalidad del alma. Al sacrificar la vida por la patria, sabe el patriota cristiano que podrá contemplar desde lo alto los frutos de su heroico sacrificio y con este pensamiento se retempla su heroísmo. Al morir por su patria, saben los héroes ignorados que forman la carne de cañón, que recibirán en el cielo la reparación de la

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injusticia que deja sus nombres ignorados en la historia

de la tierra, mientras graba a veces en el bronce los de

otros menos dignos.

¿Qué es el patriotismo a través de las ideas ca-tólicas?

Es el amor hacia ese conjunto formado por la religión, las costumbres, el idioma, la afinidad de raza, los comu-nes intereses, el hogar y las tradiciones del pasado, que constituye la patria. Es el sentimiento de adhesión hasta la muerte hacia la dignidad y la independencia de esa gran persona moral que se llama patria, en la cual se re-funden la dignidad, la libertad, la independencia de cada ciudadano.

Los radicales declaran que la idea de patria la confun-den con la de república. A los conservadores,—siendo tan republicanos como ellos,—les es la idea de patria tan sagrada, que no la confunden con la forma de gobierno ni con el Estado; si aquella o éste llegaran a ser contra-rios a su modo de pensar, considerarían a su patria des-graciada, pero esto en lugar de amenguar su patriotismo, lo acrecentaría; como se acrecienta el amor del hijo ante los sufrimientos y desgracias de la madre.

¿Qué podemos entonces decir de la afirmación de los radicales que suponen en los católicos re-pugnancia hacia la idea de patria?

Que Jesucristo, con ser Dios, y haber venido para salvar a T O D O el género humano, lloró sobre su patria, conociendo su futuro desgraciado.

BOtTMNA 6

— 66 -

Q u e millares de católicos expulsados de Francia por

la tiranía radical-socialista, han acudido desde remotas

tierras, a defender el suelo de su patria en el actual con-

flicto europeo.

Q u e ningún católico ha dicho jamás, como el radical-

socialista francés, Hervé : «la bandera al estercolero».

¿Pero, no es una especie de internacionalismo que cede en desmedro de la soberanía nacional, como los radicales lo afirman, reconocer la autori-dad del Papa, que se ejerce en todo el universo?

La autoridad del Papa rige el imperio de las almas; el

reino de Cristo no es de este mundo. N o hay institución

que con más cuidado respete la condición de los estados

y naciones que la del Pontificado. N o hay subditos más

fieles y patriotas que los católicos.

Entre tanto, la existencia de una autoridad moral, re-

presentante sin ejércitos ni armas del principio espiritual,

lazo de unión para constituir la unidad moral del mundo,

realiza, sin destruir la personalidad de las naciones y sin

menoscabar su independencia, el pensamiento sublime y

divino: que todos los pueblos formen en la paz cristiana,

un solo rebaño bajo un solo pastor.

Los destinos del mundo serían muy diversos de los

que hoy contempla la humanidad horror izada, si las na-

ciones en su soberbia no hubieran rechazado el único

principio capaz de producir la paz universal: el reinado

espiritual de Nuest ro Señor Jesucris to y la eficacia de su

doctrina: «Amaos losunos a los otros; sed unos como Yo

y mi Padre somos Uno».

— 67 -

¿Cómo se manifiesta el verdadero patriotismo?

Preocupándose de la vida normal de la nación. No basta estar dispuestos a rendir la vida por la patria en un caso de peligro para su integridad e independencia. Es necesario cooperar a su prosperidad y engrandeci-miento con acción constante: ser BUENOS CIUDA-DANOS, es decir, dedicarse en la medida de las fuerzas al bien público, cooperando al imperio de una sana polí-tica, a la elección de autoridades dignas de regir los destinos de la nación; y a todo cuanto signifique un ade-lanto material y moral a la vez para esa entidad que veneramos bajo el nombre querido y nobilísimo de PATRIA.

* ¿Qué piensa el Partido Conservador en materia de política internacional y defensa del país?

Es ardiente partidario de la paz y del arbitraje como medio de solucionar las dificultades internacionales.

Como medio de asegurar la integridad y el honor de la República y propiciar la solución arbitral de sus difi-cultades exteriores, librándola del ataque y opresión de otras naciones, sostiene la necesidad de una defensa naval y militar, proporcionadas a la extensión de su te-rritorio, a su situación geográfica, a su población y a sus tradiciones militares.

Para el Partido Conservador el Ejército y la Marina de Chile deben ser trasunto y esencia de la Patria; ins-tituciones sagradas que se muevan en una esfera superior a las banderías de la política y a todo lo que no sea el

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más acendrado patriotismo... en las cuales puedan re-clamar su derecho al sacrificio y a la muerte, sin descon-fianzas ni recelos todos los chilenos.

VIII

4 ¿Sobre qué base filosófica asienta el Partido Conservador sus principios sobre la sociedad civil y sobre el Estado?

Para el Partido Conservador el hombre,—colocado en la cumbre del universo para elevar por medio de su in-teligencia a todos los seres inferiores hasta su creador,— es un sér nobilísimo, autónomo en su fin u objeto, que no es otro que servir y amar y finalmente poseer al Dios Infinito que lo sacó de la nada por un acto creador. La sociedad civil es el medio natural que el Creador o sea Dios ha proporcionado al hombre para facilitarle el desarrollo de su personalidad y la obtención de su últi-mo fin u objeto. Y el Estado es el organismo político des-tinado por Dios a regir con su autoridad la sociedad civil garantizando el libre y ordenado ejercicio délos derechos inherentes a la persona humana, base del desarrollo fí-sico, intelectual y moral de ésta.

Dios, el fin u objeto del hombre, creado para servirlo, y, en premio, poseerlo. El hombre es el fin u objeto de la sociedad civil, creada para servirlo proporcionándole las ventajas de la cooperación emanadas de la conviven-cia con sus semejantes y de la herencia en los progresos de la humanidad. La sociedad civil es el fin u objeto del

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Estado, creado para servirla, rigiéndola y aunando sus actividades dentro del orden, sin entrabarlas ni anularlas.

El hombre está subordinado a Dios; la sociedad a los fines éticos del hombre; el Estado a los fines éticos de la sociedad. Todos tres provienen de Dios.

^ ¿Cuál es la doctrina que el radicalismo contra-pone a la que acabamos de exponer?

La que podríamos llamar «PANTEISMO POLÍTICO Y CIENTIFICO», según la cual el hombre es el resul-tado de la evolución natural de las especies y de la selec-ción natural; la sociedad civil es la faz actual de la evolu-ción de la especie humana; y el Estado la última mani-festación o perfección de la evolución social.

Según esta doctrina, la suprema grandeza del Estado es el fin u objeto de la sociedad civil; y el desenvolvi-miento o evolución de esta sociedad es el fin u objeto del hombre, quien no tiene un fin personal ulterior, sino que desaparece con la muerte, después de haber llenado su tarea de selección evolutiva en favor de la especie y del Estado.

De ahí que,—como consta de declaraciones expresas de los radicales,—«el radicalismo evolutivo, al hacerse cargo de los progresos que la ciencia política va introdu-ciendo en las ideas, tiende a socializarse; y las concepcio-nes del socialismo-intervencionista van tomando ascen-diente y vigor en la política radical».

Si el Estado es el término de la evolución de la espe-cie; y el individuo sólo un elemento que dentro de una selección inevitable debe realizarla, lógico es que la auto-

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ridad tenga la facultad de intervenir en la actividad pri-vada del individuo para moldearla como más convenga a la grandeza y poderío del Estado, convertido así en supremo fin de la vida social humana.

¿Qué deducciones caracterizan una y otra con-cepción del Estado y de la sociedad civil?

Con la doctrina conservadora la persona humana es algo que se debe respetar; con la doctrina radical desa-parece como un mero instrumento destinado a labrar la grandeza y poderío del Estado.

D e la doctrina conservadora se deduce la existencia de un derecho natural inmutable, del cual el hombre no puede ni aun voluntariamente desprenderse; en la doc-trina radical el derecho es creado arbitrariamente por la mayoría que gobierna en el Estado e impuesto a toda la nación.

El radicalismo confunde la sociedad política o sea el Estado, con la sociedad civil; para él la nación es el Es-tado y éste es la última evolución de lá especie humana hasta el presente; la doctrina conservadora considera al Estado y a la autoridad, según el concepto cristiano, como «servidores de la sociedad, de la nación, del pueblo».

Con la doctrina conservadora, la libertad y dignidad humana tienen base natural inamovible; con la doctrina radical nada tiene estabilidad ante el interés y la voluntad del Estado, que a su vez no es otra cosa que la voluntad de la mayoría que lo gobierna, impuesta a toda la nación.

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¿Cuál es la doctrina del Partido Conservador acerca del origen de la Autoridad?

La autoridad, organismo esencial y natural a toda so-ciedad civil, tiene su origen en el autor de la naturaleza, que es Dios, como ya lo hemos indicado; pero la facultad de designar quien ha de ejercer la autoridad reside en el sér colectivo de la misma comunidad o sea en el pueblo.

La naturaleza misma no hace a nadie superior a los demás; no hace superior a los demás a ninguna persona, ni a ningún conjunto de personas; de ahí que la facultad de designar la persona o conjunto de personas que han de ejercer la autoridad resida en el pueblo.

Reconocido este derecho del pueblo en la designación de la autoridad, resulta claro que nadie puede ejercer ésta, si por el pueblo no ha sido designado por los medios expresos o tácitos que determinen las Constituciones de los diversos países.

Según los determine también la Constitución de cada país son los límites fijados por el pueblo al ejercicio de la autoridad; límites cuya mayor o menor amplitud da al gobierno el carácter de una democracia más o menos amplia o restringida y que nunca pueden ser tales que priven al pueblo de la facultad de proveer por sí propio a su conservación en casos de necesidad extrema.

Finalmente, siendo la autoridad un poder esencial-mente moral, no puede poseerse injustamente; no tiene 56*rza de obligar quien haya usurpado la autoridad.

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¿Qué ramificaciones del Estado o de la pública autoridad reconoce el Partido Conservador?

A. El PODER ELECTORALi o sea, el organismo encargado de velar por la correcta designación de las autoridades establecidas por la Constitución del país como electivas.

B. El PODER LEGISLATIVO, o sea, el soberano Congreso elegido por el pueblo para establecer las normas generales a que deben ajustarse los ciudadanos para ejercer sus derechos dentro del orden público.

C. El PODER EJECUTIVO, que es el encargado de administrar el Estado en conformidad a la Constitución y las leyes y hacer guardar el orden público.

D. El PODER JUDICIAL, al cual corresponde la aplicación de las leyes a los casos particulares sometidos a su juzgamiento.

E. EL PODER MUNICIPAL, encargado de la admi-nistración de los intereses locales, cuyo manejo debe descentralizarse, por exigirlo así el bien público.

A

• ¿Qué doctrinas mantiene el Partido Conservador sobre el poder electoral y acerca del sufragio?

Sostiene que el poder electoral debe generarse poo.a derecho propio y con independencia de los demás pr jntad res; en forma que sea imposible la INTERVEN voluntad ELECTORAL, que significa la muerte de la lib a la nación lítica.

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Sostiene la inscripción permanente en los registros electorales; y la depuración periódica de éstos.

Sostiene el sufragio universal por un sistema de voto que dé representación a las minorías.

Denuncia el hecho de que los radicales, mientras apa-rentemente aceptan el sufragio universal, en el hecho tratan de restringirlo en provecho propio, sosteniendo que para ejercerlo: «es necesario que el hombre sujeto de ese derecho haya por lo menos salvado los ESCO-LLOS de una instrucción primaria LAICA, y que la mujer sea «libertada de la esclavitud moral en que (a su juicio) la tiene la creencia religiosa exagerada». Esto equivale a decir que el radicalismo concede voto sólo a quienes piensen como él; y estima indignos de sufragio a los que no haya él pasado por la criba de su instruc-ción laica o sea anti-religiosa.

¿Cómo aprecia el Partido Conservador el cohecho electoral?

El Partido Conservador, a quien todos reconocen su probidad política, sin proclamarse a sí mismo enfática-mente como lo hace el Partido Radical: «cristalización de la honradez política», porque no lo necesita, condena la compra de conciencias como medio de adquirir los cargos electivos y sustenta la teoría de que el partido debe seguir adquiriendo su prestigio y fuerza mediante la acción incontrastable de la opinión pública, vida y san-gre de la democracia chilena.

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B

¿Qué piensa el Partido Conservador acerca del poder legislativo y de las leyes?

No acepta la teoría del gobierno absoluto de la mayo-ría. Estima que la unidad moral de la nación no es posi-ble, sino cuando las leyes son la cristalización del común pensar o la expresión de las costumbres comúnmente aceptadas del país, el resultado del acuerdo y armonía de todos en un mismo anhelo de procurar el progreso mejorando ¡as instituciones nacionales y no destruyén-dolas.

é> ¿No acepta, entonces, el Partido Conservador la clausura de los debates?

Se opone a ella porque la estima como la base funda-mental de la más peligrosa y execrable de las tiranías; o sea de la que se ejerce por la decisión de la mayoría de un cuerpo colegiado irresponsable, como es el Parla-mento.

Para el Partido Conservador la libertad de los debates es fundamental; porque es el arma para defender las otras libertades.

El modo de atacar la libertad de los pueblos es impo-nerles leyes de opresión; y la clausura del debate anula el único medio de impedir las leyes de opresión.

Aceptar la clausura del debate es conferir a la mitad más uno de la Cámara la facultad de perpetuarse en el

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poder en contra aun de la opinión general del país, por-que bastaría para ello que dictara leyes de elecciones es-peciales estudiadas para impedir la libre manifestación de la voluntad popular. Esto significaría trasladar la so-beranía que reside según nuestra Constitución en el pueblo, a la parte de éste que más hábil, más audaz o más adinerada, lograra en un momento dado adueñarse del poder obteniendo un voto sobre la mitad, como re-sultado de una lucha electoral.

C

¿Qué ideas sustenta el Partido Conservador so-bre administración de justicia?

Anhela en primer término una justicia rápida y lo menos onerosa posible.

Quiere la responsabilidad efectiva, pecuniaria y penal de los jueces.

Condena la influencia de los intereses de partido en el poder judicial; que debería generarse en forma que garantice su independencia de los demás poderes como lo exige la conveniencia del país y la propia Constitución del Estado.

Estima que el personal de la administración de justicia debe elegirse en forma que lleguen a él sólo personas competentes e íntegras; jueces que constituyan una ga-rantía para la tranquilidad de la República, por su co-rrección en aplicar las leyes, según la justicia distribu-tiva, que consiste en dar a cada uno su derecho, sin

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consideración a la persona y teniendo en cuenta que ante la ley todos los ciudadanos son iguales.

¿Qué teoría sustentan los conservadores en ma-teria de justicia penal?

Rechazan toda noción de pena que implique un desco-nocimiento de la libertad y responsabilidad del sér hu-mano.

Rechazan, en consecuencia, el DETERMINISMO Y EL LOMBROSISMO, aceptados por la escuela ma-terialista radical, sistemas que ésta enseña en la Univer-sidad del Estado. Estiman que los casos de anormalidad son la comprobación de la responsabilidad del sér hu-mano, ya que como casos de excepción confirman la regla.

Para los conservadores la nobleza y dignidad de la persona humana, se fundan en ser el hombre capaz de mérito y demérito: en haberle Dios participado un re-flejo, imagen o semejanza de su Sér, capacitándolo,—ya que no se debe a sí mismo la existencia,—para deberse sus destinos ulteriores.

¿Qué medios propone el Partido Conservador para la reforma del delincuente?

Aparte de la enseñanza y práctica de la religión, la re-presión efectiva por medio de leyes bien estudiadas del alcoholismo, de los juegos de azar y de la prostitución; llagas sociales que destruyen la raza y enervan sus ener-gías para el trabajo honrado y productivo.

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En consecuencia la creación en cada cárcel de talleres y de escuelas para los detenidos.

D

¿Qué ideas fundamentales sostienen los conser-vadores en materia de orden administrativo?

La formación en cada ramo del servicio público de un cuerpo de empleados con su escalafón y reglas de ascen-so, en forma que los servidores de la nación tengan ante sí una CARRERA ADMINISTRATIVA, segura de los vaivenes de la política y libre de influencias en el ascenso.

La reducción del personal de empleados a lo estricta-mente indispensable, sobre la base de rentar mejor a los empleados y asegurar el porvenir de su familia, por medio de una ley de ahorros y de retiro.

La formación de cooperativas de consumo para los empleados públicos, a fin de garantizarles el mejor apro-vechamiento de sus rentas.

¿Cuál es la teoría constitucional del Partido Conservador en esta materia?

La igualdad absoluta de los ciudadanos para aspirar a los puestos de la administración, sin considerar más an-tecedentes que su competencia y su moralidad.

¿No coinciden en este punto las aspiraciones de conservadores y de radicales?

En la teoría sí. Pero en la práctica el Partido Radical,

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—que se ha adueñado de la enseñanza fiscal,—trata por todos los medios de eliminar de los puestos públicos a las personas, por competentes que sean, educadas en instituciones privadas o fuera del país. Para ello ha sen-tado el falso concepto de que con esto se favorece la en-señanza del Estado: en realidad su fin es el de favorecer a los adeptos que ha logrado formarse con su enseñanza sectaria, realizada a costa de la nación.

¿Qué ideas mantiene el Partido Conservador en el orden económico y financiero?

La fijeza de la moneda y la estabilidad del sistema monetario, teniendo como desiderátum el régimen me-tálico.

El desarrollo de la industria nacional por medio de una protección ordenada y científica a toda industria que,—no podiendo ser atendida por iniciativa particu-lar,—sea necesaria al país para su independencia en caso de conflicto internacional, comó lo es la marina mercante; o sea para el país de positivo beneficio por tener las ma-terias primas en su suelo, o por otra razón atendible.

El fomento eficaz de la expansión comercial por me-dio de una buena organización consular dirigida a la apertura de nuevos mercados para los productos chi-lenos, en especial para el salitre; por el fomento de las vías de comunicación terrestre y de la marina mercante nacional y el mejoramiento de nuestros puertos; y por la creación de una verdadera estadística nacional.

El justo y equitativo reparto de las contribuciones. Rechazando toda exageración socialista de este impuesto,

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acepta el impuesto progresivo a la renta, hasta el monto necesario para mantener económicamente los servicios indispensables del Estado, siempre que se elimine de toda carga a la pequeña renta y al salario y se conside-ren las cargas de familia para reducir el gravamen.

El fomento de la producción agrícola nacional por me-dio de la entrega a los colonos nacionales de las tierras baldías del Estado; por medio de leyes que faciliten la sub-división de la propiedad e impidan su acaparamiento; y por medio del aumento del impuesto a las tierras que, por incuria o ausentismo de sus dueños, se mantengan improductivas.

E

¿Aceptan los conservadores la descentralización administrativa?

Todo el mundo sabe que al Partido Conservador debe el país el único ensayo de descentralización llevado a la práctica: la Ley de Comuna Autónoma.

Es un ideal del Partido Conservador el mantenimiento de esa ley, perfeccionándola con las modificaciones acon-sejadas por la experiencia, y especialmente con las que sean necesarias para hacer efectiva la responsabilidad de los municipales por la administración e inversión de las rentas comunales.

¿Qué aspectos prácticos presenta para los con-servadores la autonomía del poder municipal?

La independencia del poder municipal es para los

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conservadores elemento indispensable del progreso lo-cal, que no se halla así supeditado, ni absorbido por el poder central; la defendemos como escuela del civismo y de la acción pública de los ciudadanos, que impulsados por el deseo de adelantar sus comunas y de velar por la administración de los fondos que erogan para los servi-cios locales, dedican al bien público su tiempo y sus esfuerzos con beneficio para todo el país; la propiciamos también como baluarte de la verdadera democracia, que justamente consiste en entregar a la administración del pueblo la mayor suma de sus intereses, no apartando para el poder central sino aquellos que por su naturaleza no puedan ser por el pueblo más directamente adminis-trados.

'¡s 'F

CONCLUSION

Después de haber estudiado las doctrinas y aspi-raciones del Partido Conservador, decidme nueva-mente ¿Por qué sois conservador?

Porque no sería verdaderamente patriota, si no me afiliara a un partido a fin de cooperar activa, constante y eficazmente al bien de mi país.

Porque cooperando a la realización de la doctrina po-lítica del Partido Conservador, realizo una acción del más elevado patriotismo; ya que sólo dentro de sus prin-cipios puede lograrse el progreso físico, intelectual y moral del ciudadano, la estabilidad y el progreso de la familia, y el libre juego de la asociación cooperativa de

D O C T R I N A 6

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los particulares, bajo el respeto y el apoyo del Estado,

triple base del adelanto nacional.

¿Sois capaz de respetar y defender los principios del partido con vuestra palabra, con vuestro ejem-plo y con vuestra acción permanente en pro de sus ideales?

Sí lo soy; y lo seré siempre. P o r q u e la doctrina del

Part ido Conservador satisface las exigencias de la más

sana filosofía y está destinada a labrar la prosperidad y

el adelanto del país; y sus estatutos proporcionan, dentro

de la más franca democracia, campo abierto a la inicia-

tiva política de todos sus partidarios.

Lo soy; y lo seré s iempre. Po rque mi suprema aspira-

ción es ver a mi patria grande y dichosa; ver respetada

mi libertad y dignidad de sér humano; ver practicada la

verdadera igualdad y fraternidad entre los hombres;

verme dueño de mi propiedad, que es producto de mi

esfuerzo, y de mi hogar, que es natural expansión de mi

existencia, y de mis hijos que son una amplificación de

mi persona.

Lo soy; y lo seré s iempre. Po rque no quiero que mi

patria, impulsada por el radicalismo, re t rograde a los

t iempos del antiguo estatismo romano, en los cuales,

como ahora lo pretende su tendencia socialista, el indivi-

duo era un juguete del Estado, a cuya grandeza y pode-

río se sacrificaban los derechos todos de la persona hu-

mana.

Lo soy; y lo seré siempre. Porque no quiero ver a mi patria privada de la influencia bienhechora de la verda-dera religión, cuyos principios comunican a la autoridad su verdadero carácter de servidora del pueblo, y a éste imponen una móral purísima, fuente de bienestar pú-blico y privado.

Sí lo soy; y lo seré siempre. Porque soy patriota, por-que mi alma y todo mi sér alientan con el convenci-miento íntimo de que sólo puede haber adelanto material y moral en las naciones, cuando éstas se mueven dentro de la armonía y de la paz del ORDEN SOCIAL CRIS-TIANO; cuando los individuos y los pueblos reconocen como rey espiritual a Jesucristo, Dios y Hombre verda-dero; principio, centro y fin de todo lo que existe.