el orden económico natural (t. 1-2) - silvio gesell

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  • 8/13/2019 El Orden Econmico Natural (T. 1-2) - Silvio Gesell

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    Silvio Gesell

    EEllOOrrddeennEEccoonnmmiiccooNNaattuurraall

    TOMO 1

    El dinero tal cual es

    Traduccin de la

    7. Edicin Alemana

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    Silvio Gesell El Orden Econmico Natural

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    TABLA DE CONTENIDO

    PROLOGO DEL EDITOR ............................................................................................................. 3

    PROLOGO A LA CUARTA EDICION ALEMANA..................................................................... 5PROLOGO A LA QUINTA EDICION ALEMANA ..................................................................... 6

    PROLOGO A LA SEPTIMA EDICION ALEMANA ................................................................... 7

    PRIMERA PARTE:El dinero tal cual es........................................................................... 9

    Introduccin.................................................................................................................................... 9

    1. De cmo se nos revela la existencia del dinero ....................................................................... 12

    2. La necesidad imprescindible del dinero y la indiferencia ....................................................... 16

    del pblico frente a la materia del mismo.................................................................................... 16

    3. El supuesto Valor .................................................................................................................. 20

    4. Por qu puede hacerse dinero de papel? ............................................................................... 26

    5. La seguridad y el respaldo del papelmoneda ........................................................................... 43

    6. Qu precio ha de alcanzar el dinero? .................................................................................... 53

    7. La determinacin exacta del precio del dinero (x) .................................................................. 55

    8. Cmo se obtiene el precio del papel moneda? ....................................................................... 63

    9. Influencias que actan sobre la oferta y la demanda. ............................................................ 68

    10. La oferta de dinero.................................................................................................................. 75

    11. Las leyes que rigen la circulacin monetaria actual............................................................. 81

    12. Las crisis econmicas y la manera de evitarlas ..................................................................... 96

    13. La reforma de la emisin fiduciaria ...................................................................................... 98

    14. Intercambio sin dinero efectivo? ........................................................................................ 107

    15. La medida para la bondad del dinero .................................................................................. 110

    16. Por qu falla frente al dinero la llamada Teora Cuantitativa Primitiva? (1) ................. 113

    17. Oro y Paz? ........................................................................................................................... 11518. Es el oro compatible con la Paz Social e Internacional? .................................................. 117

    19. Grandes esperanzas dan grande tranquilidad! (*) ............................................................ 136

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    PROLOGO DEL EDITOR

    Cuando nacieron las teoras econmicas de Silvio Gesell, hace nueve lustros atrs, tanto sehaban adelantado a su tiempo que el inters por ellas prcticamente era nulo. Entre tanto,

    el mundo pas por la escuela amarga de una guerra mundial, con sus terremotoseconmicos como consecuencia inevitable. Quin no buscara su salvavidas al hundirse?Por todos los lados se probaron recetas antiguas y modernas para dominar el caoseconmico. Pero en el mejor de los casos slo surtieron efecto aparente. No es de extraar,pues, que unos descontentos, con el afn de encontrar el remedio eficaz contra la agonaeconmica, tropezaran con las teoras de Silvio Gesell. Y se realiz el milagro. Las mismasteoras, antes despreciadas, cobraron de repente un valor inestimable.

    Hay quien asegura que despus del invento de la rueda (base de la mquina a vapor, delmotor de explosin, de la dnamo, en fin de toda nuestra civilizacin tcnica) slo se hizoun invento de consecuencias igualmente revolucionarias para la vida humana: la libre-moneda. Si gracias a la rueda el hombre lleg a dominar tcnicamente a la naturaleza, lalibre-moneda le permitir coronar esta obra con la creacin del bienestar econmicogeneral. Realmente para qu nos sirven todos los adelantos tcnicos, si el desordeneconmico impide su aplicacin, excepto los casos donde se trata de destruir? Los inventosno escasean, por cierto, pero hace falta romper las cadenas econmicas atadas a los pies delgigante inventor, que ya se halla a dos pasos del tiempo de oro, hoy soado apenas por lospoetas. Los inventos estn aguardando el soplo de vida. Necesitan la lluvia benfica de lalibre-economa de Silvio Gesell para retoar yempalidecer con su realidad hasta la fantasade un Julio Verne.

    Para quienes nunca oyeron nada de libre-moneda o libre-economa la afirmacin parecerextraa; la considerarn una audacia o una exageracin. Si no existiera este libro, fcil seraencogerse de hombros y pasar por alto las "ocurrencias" de la libre-moneda. Mas el libroest. Es imposible ya ignorarlo. Centenares de miles de hombres lo conocen. Su contenidose ha vertido, parcial o totalmente, a los idiomas ms difundidos. Est por convertirse enuna especie de piedra de toque para medir la comprensin econmica y la concienciasocial. Hay que refutarlo o reconocerlo. Cuidado con no caer bajo su aplastanteargumentacin!

    La libre-economa a base de libre-moneda y libre-tierra pretende solucionar el titulado

    problema social. Ni ms ni menos. Y lo interesante es que trata de conseguir su fin sinexigir al hombre que se convierta antes en altruista o en esclavo de sistemas burocrticosde tinte comunista o imperialista. De la misma explicacin sencilla y lgica de losfenmenos econmicos deduce Silvio Gesell con toda naturalidad los medios de curacin.Conocer sus ideas es ver el mundo con un nuevo horizonte, es sorprenderse de actividadesque hoy se toman en serio.

    Para qu se amontonan en las bibliotecas las obras de crtica del capitalismo si sus autoresson incapaces de proponer algo mejor? (Acaso el haber descubierto las fallas no implica elhaber encontrado el remedio?). Para qu discuten los parlamentarios sobre la lucha contrala desocupacin, contra la crisis, contra las murallas aduaneras, contra las guerras de

    conquista, si ignoran en absoluto las leyes que rigen la vida econmica moderna? Acaso laopinin pblica no se re de los parlamentos, de su charlatanera, de su ineficacia

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    proverbial? Para qu se cambian los gobiernos, se organizan las revoluciones, seimplantan dictaduras, aprovechando hbilmente el descontento general, si todos estoscambios, organizaciones e implantaciones forzosamente han de quedar estriles por falta deun programa econmico, irrefutable tanto moral como tericamente?

    Todos los que estn dispuestos sinceramente a ponerle un punto final a la danza loca de laeconoma internacional; todos los que estn hartos de la inseguridad y de la injusticia;todos los que confan en sus propias fuerzas; todos los que quieren luchar por la paz y poruna cultura superior; todos los patriotas de verdad y los que anhelan que se inicie por finuna nueva poca ascendente en la historia humana, todos ellos deben conocer esta obra deSilvio Gesell. Les servir de gua y les asegurar el triunfo de sus ideales.

    A los amigos de lo ajeno, a los defensores del parasitismo, les aconsejamos no abrir elpresente libro, pues slo se enojaran. Tendran que recurrir a la desfiguracin y a lablasfemia para tranquilizar su conciencia y para salvar su pellejo.

    A los dems recomendamos la lectura sin reserva alguna. No hace falta empezar por lasprimeras pginas. La lectura puede iniciarse por el captulo que por su ttulo despierte msel inters. Este captulo servir de puente para interesarse por el contenido de los dems.Rpidamente el lector se dar cuenta de que Silvio Gesell evita toda maraa en el lenguaje.Ojal se nos pueda testimoniar que en esta versin castellana de la 7. edicin alemanasupimos conservar algo del estilo admirable y de la claridad de expresin, tan tpicos en losescritos de Silvio Gesell. En caso de que hayamos incurrido en errores, por supuestoinvoluntarios, desde ya agradecemos toda colaboracin espontnea y prometemos tenerlaen cuenta al publicar otra edicin.

    Es lstima que Silvo Gesell no haya tenido en vida la satisfaccin de ver la edicin encastellano de su obra maestra, ante todo, porque fue en Buenos Aires donde concibi susideas bsicas. Desde su fallecimiento en 1930, estas ideas se han abierto un amplio caminoen el mundo civilizado. Economistas de renombre universal y del clero han sidoconquistados y siembran por el mundo la simiente de la sana doctrina econmica, la que,por otra parte, ha demostrado admirablemente su practicabilidad en los experimentos yafamosos de Woergl (Austria) y Schwanenkirchen (Alemania).

    La edicin castellana de "El Orden Econmico Natural" se compone de tres tomos, a saber:1. El dinero tal cual es; 2. El dinero como puede y debe ser; 3. Libre Tierra. Quiere decir,

    que se ha invertido el orden de colocacin del original alemn, por haber estimado que lamateria monetaria es de primordial importancia para el futuro y, adems, porque la libretierra ya es propagada por los georgistas.

    Antes de terminar, queremos agradecer sinceramente a cuantos prestaron su desinteresadacolaboracin para que esta obra viera la luz pblica.

    Y ahora basta de prlogo. Que hable el autor!

    ERNESTO F. GESELL. Buenos Aires, Noviembre 1935.________

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    PROLOGO A LA CUARTA EDICION ALEMANA

    A la propaganda activa de los ya numerosos amigos del orden econmico natural se debeque a la tercera gran edicin de esta obra tenga ya que seguir la cuarta.

    En cuanto a su contenido he de manifestar que la guerra no me revel ninguna novedadcomo para modificar un solo punto de l; que los hechos acaecidos entonces y durante larevolucin han confirmado completamente cuanto haba yo escrito antes de la guerra. Estono slo se refiere al contenido terico, sino tambin a las conclusiones polticas de estasteoras. La guerra di mucho que pensar a los capitalistas, comunistas y marxistas. Muchoshan llegado a dudar de su programa y estn desconcertados. La gran mayora no sabe ya aqu partido afiliarse. Todo esto viene a confirmar la exactitud de las tesis sobre las que seasienta el orden econmico natural.

    Los partidos polticos, todos sin excepcin, carecen de programa econmico; se mantienenslo a fuerza de frases. Que el capitalismo debe modificarse, lo reconocen ya los mismoscapitalistas. El bolcheviquismo o comunismo es posible tal vez en un ambiente culturalembrionario, como el que predomina en gran parte de Rusia; pero para una economa biendesarrollada, cimentada en la division del trabajo, tales frmulas prehistricas soninaplicables. El europeo, en su desarrollo, escapa ya a la tutela inseparable del comunismo;quiere verse libre, no slo de la explotacin capitalista, sino tambin de la ingerenciaoficial, que es inevitable en la convivencia basada en el comunismo. Por la misma razn,experimentaremos nicamente grandes fracasos con la nacionalizacin de las industriasque ya se est ensayando.

    Si el comunista al defender la comunidad de bienes se ubica en la extrema derecha, en elpunto de partida del desenvolvimiento social, significando as su programa el ltimo pasoreaccionario, entonces deber ocupar el Orden Econmico Natural, como programa de laaccin y del progreso, la extrema izquierda. Todo lo que est en el medio no son sinodistintas etapas del desarrollo.

    La transformacin de la grey humana del hombre de rebao en hombre completo eindependiente, en individuo, es decir, en persona que rechaza todo yugo por parte de sussemejantes, se inicia con los primeros ensayos de la divisin del trabajo. Esta evolucin sehabra cumplido hace tiempo si no hubiese tropezado con las fallas retardatarias de nuestro

    rgimen territorial y de nuestro sistema monetario, fallas que dieron origen al capitalismo yque, a su vez, para defensa propia, cre el Estado tal cual es hoy, vale decir, un engendrohbrido de comunismo y libre-economa. No podemos quedar estancados en esta etapaevolutiva; las contradicciones que crearon este estado de cosas nos conducirn tambin anosotros a la ruina, tal como les ocurri a los pueblos de la antigedad. Avanzar osucumbir, tal la divisa del momento. Nada de estancarse, de retroceder; abrmonoscamino a travs del capitalismo, en el cual estamos sumidos, hacia la libertad.

    El Orden Econmico Natural no es ningn orden nuevo, combinado artificialmente. Eldesarrollo de este sistema que tiene por punto de partida la divison del trabajo, no es otracosa que librar de sus fallas orgnicas a nuestro sistema monetario y territorial. No tiene

    nada de comn con utopas, con fantasas irrealizables. El Orden Econmico Natural quesurge por s mismo, sin necesidad de medidas legales, que no necesita del Estado, de las

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    autoridades, ni de tutela alguna, y que respeta las leyes de la seleccin natural, proporcionaa todo hombre progresista la posibilidad de desarrollar plenamente su "yo". Su ideal eslibrar al hombre de toda dominacin ajena y formar la personalidad responsable ante smismo, el ideal de Schiller, Stirner, Nietzsche y Landauer.

    Silvio Gesell.

    5 de Mayo de 1920.________

    PROLOGO A LA QUINTA EDICION ALEMANA

    Al editar la 5. edicin no puedo menos que sealar el hecho de que esta obra, destinadadesde luego a la publicidad, deba atraerse todava la atencin de la prensa "a hurtadillas", apesar de que el movimiento libre-economista, creado por este libro, est en vas de asumirel carcter de un movimiento popular.

    La gran prensa sirve nicamente a los partidos, y fuera de ella, casi no existe otra. Quientenga que decir algo que no sea poltica partidaria, no encuentra prensa para ello en elEstado democrtico. Los pocos peridicos que empeosamente tratan de mantenerseimparciales, estn todava bajo la sugestin del espritu de clase. Pero como este libro noha sido escrito para partidos y clases, resulta que toda la prensa nacional y extranjera nosabe que hacer con l. No puede atacarlo ni debe ampararlo. Si lo combate, se descubrirde inmediato la inconsistencia de su programa poltico que no tolera la autocrtica. Si lo

    acepta surgiran desavenencias dentro del partido. Efectivamente, no hay ningn partidopoltico que pueda combatir las doctrinas del "Orden Econmico Natural" sin poner enpeligro su integridad. No se requiere mucha perspicacia para prever que el da en que lospartidos polticos se vean obligados a tomar posicin ante los principios de nuestra teora,se disolvern todos y del caos surgiran dos nuevos partidos que se combatiran a muerte;seran los adversarios y los partidarios del Orden Econmico Natural.

    Qu puede hacer en semejante situacin un poltico hbil? Callar! Hacer el complot delsilencio. Qu se logra hoy sin la prensa? Por algo se dice: quien tiene la prensa, tiene elpoder. Y, sin embargo, se me dice que esto marchar lo mismo, aunque tarde algo ms.

    De acuerdo; pero, acaso tenemos todava mucho tiempo disponible? Es necesario concluircon las palabras y mostrar hechos, hechos conscientes, si se quiere proteger a la nacincontra la disolucin social, econmica y poltica, y si se quiere impedir la gran mortandad;precisamente estos hechos concretos, precisos incuestionables, presentados en esta obra ypara cuya realizacin apelamos a la colaboracin del pueblo.

    Qu hacer? Cun impotente se siente quien tiene que dirigirse a las masas sin contar conla prensa! Pero, no importa. La claridad del fin perseguido, la rectitud de los medios, elentusiasmo hasta el sacrificio por la realizacin de los ideales libre-economistas, unido a ladesorientacin en los crculos gubernamentales, y a la presin constante y creciente de lamiseria, llenarn el vaco de la prensa.

    Si el tiempo no apremiara tanto, si no se me clamase: "La tormenta se avecina. No ves,acaso, cmo el horizonte se cubre de tinieblas?", hubiera revisado el libro

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    sistemticamente, compendindolo. Mas la ltma edicin est completamente agotada y laavalancha de pedidos no declina. Por lo tanto, dejo el libro tal cual est. Circular tambinas. En lo que respecta al contenido no necesito cambiar nada en esta edicin.

    La nueva doctrina resisti victoriosamente a los curanderismos y experimentos de los

    ltimos tiempos. Y quizs sea la ltima edicin que me vea precisado a lanzar. Implantadoel Orden Econmico Natural, no habr ya que estudiarlo en libros; todo ser entonces,claro, evidente, lgico. Y llegar pronto tambin el tiempo en que se compadecer al autor,pero no, como sucede hoy, por haber proclamado utopas, sino porque ha dedicado susafanes a la difusin de una teora constituida por una serie de cosas perfectamentenaturales.

    Silvio Gesell.

    Rehbrcke, Noviembre 30 de 1921.________

    PROLOGO A LA SEPTIMA EDICION ALEMANA(Fragmento)

    Escrito probablemente en 1929

    Frente a la perplejidad de los crculos dirigentes alemanes vemos la desesperanza de lasgrandes masas. El gobierno, los partidos, los hombres de ciencia, bajo la direccin de los

    profesores, han llegado al fin de su sabidura que, evidentemente, nunca fu otra cosa quecharlatanismo.

    El orden econmico, el orden social, el Estado, estn basados - por fin se reconoce esto -sobre el sistema monetario, sobre la moneda. El Estado se levanta y cae con el sistemamonetario, y no solamente el Estado erigido por la clase dirigente con fines de predominio,sino el Estado en s, el de los burocratas, el de los socialistas y hasta el "Estado" de losanarquistas. Porque con el derrumbe del sistema monetario cesa toda manifestacinsuperior de vida social y retrocedemos a la barbarie, donde no se lucha por formas deEstado.

    Para definir lo que nos aguarda, a menos que suceda algo extraordinario, inesperado, suelerepetirse hoy al vocablo "cataclismo", que muchos imaginan como un acontecimientorepentino, breve y por eso incruento, como una generalizacin del fin, que nuestros

    jubilados suelen elegir para s como solucin del problema. Pero por ms tranquilizadoraque resulte una concepcin semejante de la catstrofe, ella no refleja la realidad; debemosdestruir este dulce "sueo" y despertar con ruda voz a quienes se entregan a l. Es tambinel nico remedio para animar, reunir y acrecentar las fuerzas indispensables para la obrasalvadora. A la esperanza en el cataclismo ha de suceder el horror a l, y esto sucedercuando levantemos la cabeza y contemplemos con los ojos abiertos el desarrollo de lascosas tal cul se producirn lgicamente. Pues lo que hemos de esperar del futuro, si

    seguimos contemplando pasivamente los sucesos, no ser el cataclismo pero s laconsuncin paulatina, la tisis con todos sus horrores, que, si la providencia nos ayuda, ser

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    galopante, pero, en caso contrario, nos llevar a la muerte por un largo caminode dolor ymartirio.

    Si nos mantenemos incapaces para resolver el problema que se nos ha planteado,perderemos poco a poco nuestra independencia poltica; las revueltas y los actos de

    desesperacin se precipitarn y abarcarn sectores cada vez ms amplios, exigiendosacrificios cada vez mayores. Las "marchas" de hambre sern interminables, el gobiernooscilr de izquierda a derecha y viceversa y con cada movimiento aumentar el caos, laperplejidad y el desconcierto.

    Silvio Gesell.

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    PRIMERA PARTE: El dinero tal cual es

    (TERCERA PARTE EN EL ORIGINAL ALEMN)

    Introduccin

    Las caractersticas de la moneda metlica de nuestra poca son completamente iguales a lasde la moneda que ya en la antigedad facilitaba el intercambio de las mercancas. As seexplica que las monedas encontradas entre los escombros de Atenas, Roma y Cartagoequivalgan a las que circulan actualmente en Europa o Amrica. Haciendo caso omiso de

    posibles diferencias de quilate, un kilogramo de monedas con el sello de los csaresromanos equivale a un kilogramo de monedas terminadas de acuar en Europa o Amrica.Todas las cualidades de aquella moneda que Licurgo d Esparta conden, las tiene enforma idntica nuestra moneda, y esta es, quizs, la nica institucin del Estado que desdela antigedad ms remota se ha conservado intacta hasta nuestra poca.

    Sin embargo, nuestros conocimientos acerca de la esencia del dinero no responden, deningn modo, a tan venerable antigedad de nuestra moneda. No es nuestro nimo discutirel radicalismo de Licurgo, consistente en la destruccin de la moneda metlica, alcomprender que esta divide al pueblo en ricos y pobres envenenando, as, toda la vidasocial. Pero hasta ahora no se ha avanzado mucho ms all que Licurgo en elreconocimiento del mal que se atribuye al oro. Nos conformamos siempre con laexclamacin de Pitgoras: "Honor a Licurgo, quien conden al oro y a la plata, loscausantes de todos los crmenes". Desconcertados repetimos todava con Goethe: Del orodepende todo; hacia el oro corren todos. Pobres de nosotros!

    Y de ah no pasamos. Cundo se inquiere, cul es el mal del oro? y a qu se debe que eloro sea una maldicin para la humanidad?, todos enmudecen. Estas preguntasdesconciertan a los mismos sabios en la materia, a tal punto que prefieren ignorarsencillamente a Licurgo y a Pitgoras, atribuyendo sus ideas sobre el mal del oro aobservaciones imprecisas. As se moteja de chapucero monetario al Moiss espartano y de

    iluso al gran matemtico.

    Este fracaso de la ciencia no es, sin embargo, una consecuencia de la falta de comprensindel espritu humano, sino ms bien del resultado de condiciones objetivas que entran en

    juego y que no favorecen la investigacin cientfica de la teora monetaria.

    En primer lugar es el asunto mismo el que causa aversin a la mayora de la gente. Hayocupaciones ms divertidas para los espritus de alto vuelo y de naturaleza distinguida. Lareligin, las ciencias naturales, la astrologa, etc., todo esto es infinitamente ms grato yms promisor que la investigacin sobre la moneda. Slo un matemtico sobrio puedesentir atraccin por esa hijastra de la ciencia, lo cual explica que aun se cuenten con losdedos los investigadores que tuvieron la honra de penetrar muy adentro en este intrincadoterreno.

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    Si a esto agregamos la manera desacertado con que hasta ahora se ha pretendido tratarcientficamente la cuestin monetaria. Si tenemos presente, adems, que en ella seintrodujo la creencia en el valor intrnseco felizmente por extinguirse comprenderemos porqu iba en aumento cada vez ms el menosprecio general por sta rama de la ciencia. La

    cuestin monetaria est desacreditada a causa del trato confuso que le han dispensado loseruditos, y ello nos explica el desinters de la opinin pblica por esta cuestin de tan vitalimportancia para el desenvolvimiento de la humanidad. (Las publicaciones, hoy yaolvidadas, sobre el bimetalismo constituyen una honrosa excepcin). Para la gran mayoradel pueblo, en efecto, el dinero amonedado no es, hoy por hoy, ms que cierta cantidad deoro fino; y no obstante, para el mismo pueblo el oro, como metal, es un material de escasasignificacin. Desde que el objeto de la teora monetaria se ha tenido en poca estima, nadiese interesa por literatura monetaria y el riesgo de publicar obras de esta naturaleza noescapa a la mayora de los editores. Cabe suponer que mucho y bueno se haya escrito sobrela materia sin que, por la razn apuntada, se hubiera podido publicar. Esta es otra razonmas que aparta a los investigadores de la cuestin monetaria.

    Por cierto que la regla tiene sus excepciones. Las obras de nuestros profesoresuniversitarios, por los menos adquiridas por los estudiantes y las bibliotecas pblicas,suelen ser costeadas por los editores, pero las publicaciones de esta ndole se encuentrancon la valla de que los problemas que afectan los intereses creados, han de ser eliminadasde la enseanza universitaria. As es como estas obras, dado su destino nunca puedenpenetrar hondo en los misterios de esta ciencia. Con el dinero sucede lo mismo que con lasteoras de la renta territorial, del inters y salario respectivamente; y un profesoruniversitario que se atreviese a tocar el fondo poltico de estos problemas convertira suaula pronto en un verdadero campo de batalla donde s repartiesen palos de ciego. No;

    cuestiones que se prestan a la discusin poltica, las teoras del salario, de la rentaterritorial, del inters y del dinero, no tienen, en efecto, nada que hacer en lasuniversidades. Consecuentemente, esta ciencia tiene, pues, que atrofiarse en manos denuestros catedrticos. El "hasta aqu, y no ms" se les opone siempre que intenten escarbarms hondo (1).

    A estas dificultades exteriores agrgase el hecho de que la investigacin de materia tandelicada requiere conocimientos que slo se adquieren en la prctica del comercio, y elcomercio, por lo general, atrae e interesa nicamente a quienes huyen de lasinvestigaciones de tinte escolstico. El comercio exige hombres de accin y no curiosos ni

    investigadores. Pero aparte de todo, cunto hace que el comercio se considerabaocupacin sospechosa (Mercurio, Dios de los comerciantes y ladrones) a la cual sededicaban con preferencia aquellos jvenes que fracasaban en la escuela? A los hijosinteligentes se les obligaba a "estudiar"; a los otros se les destinaba al comercio.

    No ha de extraar, entonces, que nuestra moneda metlica, cuyo uso data desde hace 4000aos atrs y que durante 200 generaciones ha rodado por entre las manos de millares demillones de hombres, an hoy, carezca de una definicin conceptual o de una teora slida,no obstante que vivimos en la poca de los procedimientos cientficos en todos los ramosdel vivir, y que el tratamiento pblico del dinero se rija en todo el mundo de acuerdo conlas normas dictadas por la rutina.

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    La falta de una teora monetaria slida explica tambin por qu, hasta hoy, no hemospodido justificar suficientemente el fenmeno del "Inters". Y es curioso que desde hace4000 aos pagamos y percibimos intereses al capital por innumerables miles de millonessin que la ciencia supiera responder a la pregunta: De dnde y por qu percibe el capitalistaintereses? (2).

    Ciertamente no faltaron ensayos explicativos; los favoreci el propio fenmeno que yaostenta pblicamente su carcter del perturbador general, y por ello llam sobre s laatencin de la ciencia y del pblico en forma muy distinta que el dinero. Todo economistade renombre se ha ocupado del "inters", y especialmente lo hicieron los socialistas cuyonico afn es, en el fondo, la lucha contra el inters.Pero, no obstante los muchos y celosos empeos para dilucidarlo, el problema referente a lanaturaleza del inters qued sin solucin.

    La razn de este fracaso no radica en la dificultad que ofrece la materia, sino simplementeen el hecho de que el inters del capital (el inters de los prstamos en general, as como larenta de los capitales reales) es una creacin o un producto mediato del carcter tradicionaldel dinero, y que, por consiguiente, no puede ser explicado cientficamente sino mediantela teora del dinero. As como el inters y el dinero son, en apariencia, amigos inseparables,de la misma manera estn ntimamente vinculados en el aspecto terico. No hayinvestigacin posible sobre el inters sin una aclaracin detallada de la naturaleza deldinero. La teora del inters puede derivarse exclusivamente de la teora del dinero.

    Los estudiosos del inters, por las razones ya expuestas, siempre han pasado por alto lasinvestigaciones sobre el dinero. Carlos Marx, por ejemplo, no ha dedicado cinco minutosde reflexin a la teora del dinero, lo que atestiguan sus tres gruesos volmenes "El

    Capital" que tratan del inters. Proudhon, en cambio, al no descuidar tanto el dinero, se haaproximado ms a la solucin del problema del inters.

    En el presente estudio, que se inici accidentalmente y que ha sido dirigido y fomentadopor circunstancias extrnsecas felices, ofrezco, pues, a la ciencia, al comercio y a lapoltica, la teora tan largamente anhelada del dinero y del inters.

    He investigado sobre una materia que mucho se presta a la discusin. Poda, acaso,imaginar y evitar que mi hallazgo se prestara finalmente a revolucionar el orden social?

    Silvio Gesell Escrito en verano de 1911._______________

    (1) Tngase en cuenta que estas observaciones fueron escritas en 1911.

    (2) v. Boehm-Bawerk, Historia y crticas de las teoras del inters y del capital.

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    1. De cmo se nos revela la existencia del dinero

    Si las inscripciones en las monedas tienen por objeto ensearnos la naturaleza del dinero, eltrabajo fu hecho muy ligeramente. Estas inscripciones dicen: "10 marcos" o "10 francos" o

    "10 pesos", y quien por ellas no logra reconocer la naturaleza del dinero, menos se ilustrarcon las anotaciones marginales de las monedas que rezan: Con Dios o (en las francesas)"Libertad, Igualdad, Fraternidad", etc.

    Comparando las inscripciones de las monedas alemanas actuales con aquellas de losantiguos Tleros prusianos, obsrvase que se ha omitido la indicacin del peso del metalfino qu contenan Por qu? Con esta omisin se persegua alguna finalidad, y ello cabesuponerlo con tanto ms certeza, cuanto que la indicacin del peso puede resultar enmuchos casos de verdadera utilidad (1).

    Es incuestionable que la indicacin del peso en la forma como figuraba en el "tleroprusiano" sugiri muchas cuestiones que no pudieron aclararse con los conceptos que aunhoy predominan acerca de la esencia del dinero y que con la omisin de la indicacin delpeso en las monedas nuevas se ha orillado el peligro de enredarse en contradicciones.

    Si "XXX" es un libra fina (2), una libra fina tambin ser XXX, y el concepto "Taler" seconvierte con tal inscripcin en una simple unidad de peso reservada para la plata, comoaun hoy existen en Inglaterra unidades especiales de peso para ciertas mercancas.(Diamantes, por ejemplo, se pesan por kilates. En Neuchatel, una arroba de manzanas o depapas contiene 20 litros; una arroba de cereales, en cambio, contiene solamente 16 litros).

    Pero, si una libra de plata fina equivale a 30 tleros, si una moneda es igual a un pesodeterminado de plata (segn inscripcin y teora de los tleros), cmo puededesmonetizarse la plata; cmo separar del tlero la 30 parte de una libra de plata fina?Cmo puede desdoblarse un concepto en dos: Tlero y Plata? Antes del ao 1872 "XXX"era una libra de plata fina, y despus de esta poca dej de serlo. Si esto ltimo es posible(que lo es), lo primero jams fu verdad, y la inscripcin del tlero nos ha hecho aparentarcomo un concepto lo que en realidad fueron siempre dos: el tlero y la materia de la cual hasido elaborado. El tlero pesaba la 30a. parte de una libra de plata fina, esto era todo. Senecesitaba para la elaboracin de los tleros una libra de plata fina por cada treinta Tleros,de igual modo que para forjar una herradura se emplea una libra de hierro. El tlero no era

    una cantidad determinada de plata, como una casa no puede ser, en su esencia, un montnde ladrillos, ni mucho menos un par de zapatos el sinnimo de un metro de cuero. El tleroera un producto de la casa de moneda alemana completamente diferente de la plata. Y loera, a pesar de su inscripcin, tanto antes como despus de la des monetizacin de la plata.

    La inscripcin del tlero reuni a ste y a su materia en un mismo concepto; ladesmonetizacin de la plata nos demuestra que los conceptos contenidos en el tlero erandos. La derogacin del derecho de la libre acuacin de la plata present al tlerotransparente, de manera que a travs de la plata reconocimos su substancia. Hasta aquelentonces creamos que el tlero fuera slo plata, pero, luego, descubrimos en l, porprimera vez, el dinero.Se negaba que el tlero tuviera un alma, hasta que al desaparecer se

    desprendi de ella a la vista de todos. Mientras no se derog el derecho de libre acuacin,

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    los sbditos prusianos no vieron ms que plata; ahora se les revel en la unin de la platacon la ley la existencia de un producto extrao: el dinero.

    Antes de la derogacin del derecho a la libre acuacin de la plata, nadie contradijo laexplicacin que sus defensores daban del patrn metlico (oro, as como bimetalismo); la

    desmonetizacin de la plata demostraba que, aunque las monedas se acuaban de barras demetal, no por eso tales barras ya eran monedas.

    Chevallier, La monnaie, p. 39: Las monedas son barras de metal cuyo peso y quilate estgarantizado por el sello."Otto Arendt: "Nuestro Reichsmark no es ms que el nombre para la 1/1395 Libra de oro."

    Olvidbase que la libre acuacin de la plata, cuya caracterstica consista en convertir lasmonedas en barras y stas en monedas, tiene por base una ley nacinal, emanada de lavoluntad soberana de los legisladores. Olvidbase que el tlero era un producto, un fruto dela legislacin, y que la plata no era ms que la materia, nada ms que la materia primaarbitrariamente elegida para el tlero. La ley creaba el tlero y la ley lo destrua. Y lo queacabamos de decir respecto del tlero vale naturalmente tambin para su sucesor: elReichsmark. El derecho a la libre acuacin de oro que aun hoy convierte la moneda y eloro en un concepto es creacin de nuestros legisladores. As como apareci puededesaparecer, puede ser derogado, si algn da se llegase a demostrar que tantas cosasaceptadas sin mayor estudio como axiomas en materia del patrn oro no resisten ya ningnexamen.

    Pero si esto sucediera - me refiero a la derogacin del derecho de acuacin libre - (ladeclaracin del billete de Banco como medio legal de pago es el primer paso hacia ese fin)

    qu relaciones subsistirn, entonces, entre el oro y nuestro dinero? Una sola: la de que ascomo el cobre, la plata, el nikel y el papel, el oro sirve de materia prima en la fabricacinde nuestra moneda, es decir, la misma relacin que existe entre la piedra y la casa, entre elcuero y los zapatos, entre el arado y el hierro. La ms leve apariencia de igualdad entre laesencia del dinero y su materia desaparecera y la diferencia entre el oro y el Reichsmarksera tan evidente como entre tlero y plata, sombrero y paja (3).

    Tenemos que distinguir, pues, estrictamente entre el dinero y su materia prima, entre elReichsmark y el oro. Ambos - el dinero y su materia prima - nunca pueden declararse comouna sola cosa, dado que entre ambos existe la ley, que el da de hoy une a ambos, y que

    maana los puede separar.Esta diferencia entre el dinero y su materia ha existido siempre. Exista ocultamente en lapoca del derecho a la libre acuacin de la plata; ocultamente flota tambin en el sistemaactual del patrn oro. Pero la diferencia resalta cuando ese derecho de libre acuacin de laplata es derogado arbitrariamente por la ley. Y ella es, asimismo, evidente hoy para todoaquel que aprendi de la historia de la plata, que las prerrogativas del dinero no soninherentes a metal alguno, sino que pueden ser transferidas por va legal de una materia aotra.

    Y qu opinan ahora nuestros legisladores del sistema monetario alemn cuando toman en

    sus manos un marco oro y lo contemplan? Se darn cuenta, acaso, que ese Reichsmarkcarece an de un concepto legal, que ninguna definicin escolstica de la esencia del dinero

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    cuadra al sistema monetario alemn, que la declaracin del billete de banco como mediolegal de pago priva a la teora del patrn oro del ltimo punto de apoyo, y que la leyenda denuestros billetes de banco ya resulta un absurdo?

    "El Reichsbank paga al portador y a la vista y sin legitimacin 100 Reichsmark", as reza la

    leyenda, y la teora del billete de banco dice que tales billetes circulan y son aceptados sloen virtud de su promesa de pago. Ahora, esta leyenda se ha tachado con una raya gruesa,declarando al billete como medio de pago legal y, no obstante ello circulan en la mismaforma que antes. Cmo se explica sto? Cmo se explica que el campesino alemn queya vendi su vaca por 1000 marcos de plata, los que, llevados al crisol slo le hubieranproducido por 400 marcos en plata, venda ahora su mejor caballo por un billete de bancoque material y tericamente carece de valor?

    Pngase pues la leyenda de los billetes de banco en concordancia con los hechos,imprmase sobre el papel, como se hizo con las monedas de plata y de oro simplemente 10- 20 - 100 marcos y brrese todo lo dems, y especialmente la palabra pagar! Estapalabra sase en reconocimientos de deudas, pagars, intimaciones de pago, y el billete debanco no es precisamente un pagar. Reconocimientos de deuda, especialmente fiscalesproducen intereses en favor del poseedor; en cambio en el caso del billete de banco es elfisco, en su calidad de librador, el que percibe los intereses (4). En vez de imprimir "ElReichsbank pagar al portador etc.", escrbase sencillamente "Esta billete representa 100marcos". Sera demasiado ingenuo creer que con esa leyenda el billete de banco seconvierte en un documento de crdito. Hoy no es posible imaginar un documento decrdito sin el inters. Y sin embargo, en todo el mundo slo la leyenda del billete de bancohabla de documentos de crdito que al poseedor (acreedor) cuestan intereses y al librador(deudor) aportan intereses, y que circulan a la par con los verdadros papeles de crdito.

    Los emprstitos del Estado alemn, que al poseedor le aportan regularmente el 3% anual,se cotizan hoy (1911) a 84,45; el billete de banco alemn que al poseedor (acreedor) lecuestan anualmente 4-5-6 y hasta 8,5 % est en 100 (a la par) (5). Y ambos se confundenigualmente ante la ley y la teora; ambos documentos son considerados terica y legalmentecomo reconocimientos de deuda entregados por el mismo librador.

    Termnese, de una vez, con leyes y teoras pseudocientficas, que conducen acontradicciones tamaas.

    El papel de los billetes de banco es, como el cobre, el nikel, la plata y el oro, una materia

    prima para la fabricacin del dinero; todas estas distintas formas de dinero ostentanderechos iguales, son recprocamente intercambiables. Se encuentran todas bajo lasuperintendencia igualmente eficaz del Estado. El papel-moneda no se compra ni se pagacon metal-moneda del mismo Estado, slo se canjean entre s. De ah que lgicamente hade ser borrada toda clase de promesas de pago en la leyenda de los billetes. Estos son:Diez, cien, mil Reichsmark". As debe rezar su leyenda.

    No es a causa, sino a pesar de la promesa de pago que el billete de banco circula a la parcon la moneda metlica. (6)

    De dnde surgen las fuerzas que mediante el billete de banco convierten al librador en un

    acreedor que percibe intereses, y al poseedor en un deudor que paga esos intereses? El

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    privilegio de ser dinero dota al billete de banco de estas fuerzas, ha producido el milagro.Por consiguiente, debemos considerar la naturaleza de ese privilegio.

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    (1) La indicacin de su peso convierte a la moneda en una unidad contrastada de peso, conlo que cada cual puede verificar las pesas del mercader.

    (2) Inscripcin en los antiguos tleros prusianos que indicaba: 30 tleros contenidos en unalibra de plata fina.

    (3) La teora del patrn oro est hoy completamente desorientada, y sera seguramentedifcil explicarla aun con palabras. Cuando se estableci el patrn oro, la teora de barrasregia an en la forma ms crasa. "Valor de la moneda es el valor propio de sta", dijoBamberger, "y en virtud de sus cualidades de metal, el oro se nos impone como dinero".Cmo se concilia con esta afirmacin el hecho de que pocos aos despus, en Alemania,se fund una sociedad protectora del patrn oro? No vala, acaso, el oro ms en virtud desus propiedades de metal, y como se lleg a hablar de un patrn oro alemn? Si elReichsmark, como la teora lo afirma no representa ms que una cierta cantidad de oro, elmarco no es ms alemn que francs, ruso, japons. O producen las minas acaso oroalemn, y en qu sentido se distingue ste quimicamente de otro? El rtulo de la sociedadmencionada contiene tantas confusiones como palabras, y lo mismo sucede con losvolantes que difunde.

    (4) En el caso de una emisin de 10 mil millones en billetes, el Reich percibe anualmente

    500 millones en concepto de intereses.

    (5) El Reichsbank adquiere del comercio con sus billetes las letras de cambio y no hacedistinciones para nada entre oro y billetes. Percibe en concepto de ambos el mismo inters.Y con todo esto declara al oro como su propio capital y los billetes como sus deudas!

    (6) Desde el momento en que queda desvirtuado el concepto "a la par" se inicia el xododel oro ms all de la frontera, segn la ley de Gresham. Slo permanece el papel.

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    2. La necesidad imprescindible del dinero y la indiferenciadel pblico frente a la materia del mismo

    Gracias a la divisin del trabajo, producimos ms de lo que consumimos y es as como

    emancipados de las exigencias inmediatas de la vida, podemos dedicar ms tiempo, msprovisiones y ms trabajo, al incremento o perfeccionamiento de nuestros medios deproduccin. Sin la divisin del trabajo no hubiramos alcanzado nunca el nivel actual deriqueza en medios de trabajo, y sin esos medios, el trabajo no hubiera rendido ni la dcima,ni la centsima, ni aun la milsima parte de nuestra produccin actual. La mayora de lapoblacin debe, pues, su existencia inmediatamente a la divisin del trabajo. Esta procuralos medios de sustento a 60 de la totalidad de los 65 millones de habitantes de Alemania.

    Los productos de la divisin del trabajo no son bienes de consumo, no son cosas que elproductor utiliza para su satisfaccin inmediata, sino mercancas, cosas que su productorpuede utilizar slo como medio de intercambio. El zapatero, el carpintero, el militar, elmaestro, el jornalero, ninguno de ellos puede hacer uso inmediato del producto de sutrabajo; ni el propio campesino puede utilizarlos sino de modo limitado. Todos necesitanvender lo que producen. El zapatero, el carpintero, ete. venden sus productos a la clientela,el militar, el maestro prestan sus servicios al Estado, as como el jornalero al empresario.

    Para la gran mayora de los productos de trabajo, la necesidad de enajenarlos esincondicional. Esta obligacin se convierte en regla sin excepcin para los productosindustriales. Por eso el trabajo se paraliza de inmediato cuando la venta de los productos seve obstaculizada. Habr algn sastre que haga trajes sabiendo que no los ha de vender?

    Es que la venta, el intercambio recproco de los productos del trabajo, se facilita medianteel dinero. Sin la intervencin de la moneda, ninguna mercanca puede llegar al consumidor.

    Ciertamente no sera excluda la posibilidad de conseguir la salida de los productos de ladivisin del trabajo por medio del trueque, pero es un arbitrio tan complicado y presuponetantas innovaciones imposibles de improvisarse repentinamente que se prefieregeneralmente renunciar al procedimiento y suspender el trabajo.

    El Banco de Mercancas que propona Proudhon era un ensayo tendiente a restablecer eltrueque. Al igual que tales bancos las grandes tiendas modernas podran llenar idntica

    finalidad, pues para el trueque slo se requiere encontrar a uno que pueda adquirir lo queyo produzco, y que, a su vez, pueda entregarme lo que yo necesito. En la tienda, donde hayde todo, se compra naturalmente todo. La nica condicin preliminar para el trueque estaraen consecuencia cumplida por las mismas tiendas: y por eso es que unas estampillas (1)propias utilizadas en el servicio interno del negocio bien podran reemplazar al dinero,suponiendo siempre que todos los compradores seran tambin proveedores de la tienda yviceversa.

    En consecuencia, la mercadera debe venderse por dinero, y ello quiere decir que existe unademanda forzosa de dinero, la que es tan grande como el stock de mercancas, y el usodel dinero es, por consiguiente, para todos tan indispensable como lo es, para todos,

    provechosa la division del trabajo. Cuanto ms ventajosa sea esta ltima, tanto msindispensable es el dinero. Excepto el pequeo cultivador de la tierra que consume casi

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    todo lo que produce los dems productores estn sujetos incondicionalmente a esaobligacin econmica de vender los frutos de su trabajo a cambio de dinero. El dinero es lacondicin fundamental de la divisin del trabajo desde el momento en que la amplitud queha experimentado excluye el comercio de trueque.

    A qu se debe, pues, esta obligacin? Ser menester que quienes desean participar en ladivisin del trabajo deban vender sus productos por oro, (plata, etc.), o por dinero? Antes,el dinero se fabricaba de plata, y todas las mercancas deban venderse por tleros.Posteriormente el sistema monetario del patrn plata fu derogado y, no obstante, ladivisin del trabajo y el intercambio de los productos continu prcticndose. Luego no eraplata lo que requera la divisin del trabajo. La demanda de medios de intercambio,provocada por las mercancas, no se refiri al material del medio de cambio, a la plata. Eldinero no haba de ser precisamente de plata. Esto ya est comprobado por la experiencia.

    Pero, es, por ventura, necesario que el medio de cambio sea de oro? Necesita oro elcultivador de papas si quiere venderlas para pagar con su producto al dentista? No le ser,al contrario, indiferente completamente de qu substancia se haga el dinero, dado el breveplazo que ha de tenerlo entre manos? Le quedar acaso tiempo para contemplarlo? Y nose podr aprovechar esta circunstancia para hacer dinero de papel? No seguira existiendola obligacin de ofrecer en venta los productos de la divisin del trabajo, o sean lasmercancas, por dinero, si substitumos el oro, al fabricar dinero, por celulosa? Se destruiratal vez la divisin del trabajo ante esta variante? Es decir, preferiran los ciudadanos morirde hambre antes de reconocer al dinero de celulosa como medio de pago?

    La teora del patrn oro afirma que el dinero para poder servir de medio de pago ha detener "valor intrnseco" cambindose el dinero solamente por tanto valor como el que

    encierra en si, a manera de las pesas que pueden levantar un contrapeso igual. Como ahorala celulosa no tiene ningn valor "intrnseco", quedara descartada la posibilidad de servirde medio de cambio para mercancas que ostentan valor. El cero no puede ser comparadocon el uno. Al dinero de celulosa le faltara toda relacin con respecto a la mercanca, lefaltara el "valor" y, por ende, sera inservible.

    Y con esta argumentacin se conformaron quienes han explicado el patrn oro, en tantoque, silenciosamente, el dinero de celulosa va conquistando el mundo. Ciertamente nigasetodava este hecho y se sigue hablando de "fuerzas transmitidas". Se dice que el papelmoneda de hoy, que ya no falta en ningn pas, subsiste slo porque arraiga en el oro. Que

    si en el mundo no existiera metal moneda, el papel moneda tampoco podra existir y caerade inmediato, como cae el nido de gorriones al demolerse el castillo. Al poseedor de papel-moneda se le habra prometido oro y esa promesa infundi el alma al papel. El "valor" deloro se transfiere al papel por el hecho o por la esperanza de ser convertido en oro. El papel-moneda, propiamente, podra considerarse como una carta de porte que tambin esnegociable. Pero desaparecido el cargamento, la carta de porte queda nula; quitndose eloro a la promesa de canje, el papel moneda se transforma en papel sin valor. Luego, slo esun "valor transferido" el que sostiene el papel-moneda.

    Esto es, ms o menos, cuanto se puede argumentar en contra del dinero papel. Y todo lodicho en tal sentido se considera tan decisivo que quien se siente capaz de juzgar, niega

    rotundamente la posibilidad del dinero papel.

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    (No corresponde a este captulo la cuestin de si el papel moneda ofrece ventajas oinconvenientes frente al metal-moneda en el trfico diario. En primer lugar ha dedilucidarse si de determinado papel puede fabricarse dinero que, sin respaldarse en unamercanca, especialmente oro o plata, tenga existencia propia, es decir, llene las funcionesde un medio de cambio.)

    El dinero ha de poder, pues, redimir o cambiar slo el valor que en s mismo posee!

    Pero, en qu consiste ese supuesto valor que nos impide comprender el papel-moneda,presentndonoslo como fantasma? El papel-moneda existe, sin embargo; existe en muchospases, en algunos hasta sin garanta de reserva metlica, y en todas partes donde se halla,revela su existencia en forma de millones y millones que aporta al Estado. Ahora bien, sidesde el punto de vista de la teora del valor, el papel moneda resultara verdaderamente unfantasma, entonces tambin sus productos deberan considerarse quimricos. Luego todosestos millones que el Reich percibe por la emisin de billetes, as como los 7% dedividendo que los accionistas del Reichsbank obtienen, sern tambin una ilusin? O es,acaso, que se han trocado los papeles? No ser, tal vez, la propia teora del valor loquimrico?

    ____________________

    (1) Del hecho de que dentro del mecanismo interno de una tienda el dinero puede serreemplazado perfectamente bien por estampillas deducen los economistas que el dineroefectivo no es sino estampillas comerciales; con esta conclusin errnea dan motivo amuchas confusiones. El dinero es una mercanca absolutamente independiente cuyo precio

    debe ser, caso por caso, determinado nuevamente por la transaccin cada vez que cambiade poseedor. Al vender una mercanca el perceptor del dinero no sabe qu recibir a su vezpor l. Esto se revela recin cuando haga otra transaccin, lo que generalmente ocurre enotro lugar, en otro momento y con otras personas. Utilizndose las estampillas comercialesel equivalente debe fijarse, con anticipacin con toda exactitud, en cuanto a cantidad ycalidad. Aqu se trata de un verdadero trueque, en el cual la estampilla cumple tan solo lafuncin contable, y no la de un medio de cambio. Para el carpintero, por ejemplo, que a latienda ofrece sillas en venta y a quien se pretende pagar all con mercancas le ser por esoabsolutamente indiferente si el sombrero que se ha propuesto adquirir est marcado con elprecio de 5 o de 10 estampillas comerciales. Pues a base de esas cifras fijar tambin las

    pretensiones por sus sillas. Y todos los precios de la tienda los relacionar, entonces, consus sillas.

    En el Estado socialista donde las autoridades fijan los precios bastan evidentementesemejantes estampillas. Quejas por escrito, comisiones de apelacin reemplazarn all elregateo. Se recibe aqu por el producto una estampilla comercial y un libro de quejas. En laeconoma a base de dinero, el regateo por el precio reemplaza al libro de quejas y a lascomisiones de apelacin. Todas las divergencias se arreglarn directamente entre losmismos interesados, sin que haya necesidad de recurrir a los tribunales. 0 el negocio no serealiza o es vlido legalmente sin posibilidad alguna de apelacin. Aqu radica la diferenciaentre la estampilla y el dinero.

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    La circunstancia de que el dinero puede ser fabricado de una materia cualquiera igual a lasestampillas comerciales y que la materia del dinero como lo de las estampillas no ejerceinfluencia sobre los precios (en tanto que el material con que se elabora el dinero no influyasobre la cantidad del mismo) ha llevado la confusin a los cerebros y ha contribuidopoderosamente a producir el sofismo que estamos tratando. Particularmente en estos

    ltimos tiempos, este sofisma dej de nuevo un tendal de vctimas. Bendixen, Liefmann ynumerosos discpulos de Knapp se hallan entre ellos. Invulnerables frente a esta ilusin sonslo aquellos investigadores a quienes se revel la existencia del dinero. (Vase el captuloanterior).

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    3. El supuesto Valor

    La moneda de oro alemana tiene su pleno valor: es decir, su valor de oro est plena y

    totalmente garantizado por el valor de su material. Plata fina vale solamente la mitad deltlero acuado y lo mismo sucede con la moneda alemana de plata; su valor como

    substancia es inferior a su valor como dinero. (Carlos Helfferich: "La cuestinmonetaria", p. 11).

    Los Estados de economa sana siempre prestaron su mayor atencin a un dinero cuyovalor intrnseco y cuya estabilidad de valor estuviera a cubierto de toda sospecha.(Ibidem, p. 46).

    ________

    El oro y la plata gozaron de una estimacin general; se los acumul, en consecuencia,para asegurarse poder adquisitivo; sirvieron, pues, como sostenedores del valor. Bien

    pronto, las monedas ya no fueron slo instrumentos de cambio, sino que se tom ms bien

    la costumbre de medir los valores de todos los productos por su valor en dinero. El dinero

    se convirti en medida de los valores. Nosotros medimos todos los valores con el dinero.

    Todas las oscilaciones de valores las consideramos como variaciones con respecto al

    valor de la moneda. El valor del dinero parece ser el nico metro que mide todo de igual

    manera. (Otto Arendt: Manual de la cuestin monetaria).________

    En las obras de controversia de los dos citados representantes de las teoras del patrn

    nico y del bimetalismo, se concede igualmente al supuesto valor una importanciafundamental. No se discute la cuestin: Qu es el valor? Tampoco se aborda la cuestincrtica del valor, planteada por Gottl: Traduce la palabra valor un objeto determinado, unafuerza, una materia? Para ambos contendientes la existencia de una realidad que sedenomina valor est por encima de toda duda. En este asunto de importancia trascendental,ellos no divergen en absoluto de opinin. Ambos emplean la palabra "valor" y sus diversasderivaciones de una manera completamente ingenua, como si jams hubieran odo algo dela cuestin del valor, la investigacin del valor y la teora del valor. Consideran quelas expresiones materia de valor, valor de la materia, valor intrnseco, estabilidad delvalor, sostn del valor, guarda valor, medida del valor, petrificacin del valor, depsito del

    valor tienen un mismo significado (1). Los dos suponen tcitamente que tambin la granmasa de lectores se compenetrar tan exactamente del sentido de esas palabras comorequiere la comprensin de sus obras, ante el aparente papel primordial que creendesempear.

    Ahora bien; qu dice la ciencia de la expresin valor?

    Para ilustrarse sobre este punto, lase la obra de Gottl: La idea del valor, un dogmaencubierto de la economa poltica (2). Si bien es cierto que el profesor, por cortesa haciasus colegas, no lo dice abiertamente, su exposicin expresa con claridad que el llamadovalor es un fantasma, un producto de la imaginacin, que carece de toda realidad.

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    Por otra parte, Marx, que en sus estudios de economa poltica parta de la teora del valor,deca: "El valor es un fantasma". No obstante lo cual procur rebatir al fantasma en treslibros voluminosos. "Si abstraemos -deca Marx- de las substancias elaboradas, lascualidades corporales (3), queda tan slo una propiedad, el valor".

    Quien acepta estas palabras escritas al principio de la obra "El Capital" sin descubrir enellas algo sospechoso, puede seguir leyendo tranquilamente. Ya no se pervertir. Peroquien se plentee el interrogante: qu es una cualidad separada de su materia?, quienintente concebir esta frase fundamental de la obra citada desde el punto de vista delmaterialismo, o perder la razn, o la tachar de tontera, y su punto de partida de fantasa.

    Cmo puede un cerebro compuesto de materia percibir, especificar, clasificar ytransformar semejante abstraccin absoluta? Dnde estaran luego los puntos de apoyo,afinidades y transiciones requeridas para alcanzar el concepto? Concebir algo quiere decirbasarse en alguna forma en lo material, significa hallar en nuestra mente objetos decomparacin acumulados, en los cuales el nuevo concepto pueda apoyarse; pero unaformacin de concepto librada de toda materia y de toda fuerza, es tan inabarcable, comofuera inalcanzable la manzana para Tntalo.

    La.abstraccin que hace Marx no puede demostrarse en ningn crisol. As como sedesprende por completo de nuestro entendimiento, tambin se divorcia de todo lo material.Pero es de extraar que esta completa abstraccin tenga, sin embargo, otra propiedad ms:su origen en el trabajo humano (4). Ciertamente es una "propiedad rara" que se presta aconvertir un idioma en jerigonza. De acuerdo con esto tambin el dinero alemn tendraotras cualidades, segn proceda su materia del tesoro de los hunos, de los miles de millonesmanchados de sangre, o bien de los puos honrados de los buscadores de oro. El origen de

    las mercancas forma parte de la historia, no de las propiedades de las mismas; si no fueraas, cabra dar por exacta la afirmacin (muchas veces repetida) de que la escasez del oroconstituye una de las cualidades del oro, y esto es, evidentemente, un absurdo.

    Pero si tal fuera, si Marx confundi el origen y la historia de las mercancas con suscualidades, no ha de extraarnos que al seguir tratando su materia viese cosas tan raras y seasustase del fantasma.

    Cito a Marx, pero los otros tratadistas no son nada mejores. Ninguno logr separar la"Materia del valor", asociar la "propiedad del valor" a una materia determinada y ponerla

    en evidencia; el valor flota siempre por encima de la materia, es impalpable, inaccesiblecomo si fuese "el rey de la selva entre los sauces" de la poesa de Goethe.

    Todos los investigadores coinciden, como se expresa Knies, en que la teora del valor es deimportancia capital para la ciencia de la economa poltica. Y si es as, tanto ms ha deserlo en la vida real. Cmo se explica, entonces, que esta "teora del valor" seacompletamente ignorada tanto en la economa poltica como en la economa privada?Porque si fuera, efectivamente, de tan vital importancia, en la primera pgina de todo libroMayor, a continuacin de las palabras "Con Dios", no debera estamparse acaso la "teoradel valor" sobre la cual el empresario jura y la que ha de servirle de norma en la direccinde sus negocios? Y no cabra suponer que toda empresa fracasada deba su quebranto a un

    mal fundamento o sea a una teora del valor incompleta o quizs falsa?

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    Pero si la teora del valor es realmente la base de la ciencia econmica, cmo se explica,entonces, la completa ausencia de ese valor en la esfera comercial? Adems, en todos loscampos de la actividad humana, la ciencia y la vida se complementan hoy recprocamente:Slo en el comercio se ignora la teora fundamental de su ciencia. En las transaccionesdiarias slo encontramos precios determinados por la demanda y la oferta, y el comerciante

    que habla del valor de una cosa entiende con ello el precio probable que podra obtenerbajo ciertas circunstancias de tiempo y lugar. El valor es, pues, una estimacin que porajustamiento de la transaccin se convierte en una cantidad exactamente medida de bienesde intercambio, o sea en el "precio". El precio puede calcularse con toda precisin, el valorslo puede estimarse. Esto es toda la diferencia, y, por consiguiente, la definicin delconcepto "precio" debe ser aplicable tanto al precio como al valor. Una teora del "valor"est dems.

    Las expresiones empleadas sin mayor comentario por los dos escritores mencionadosanteriormente, encierran aproximadamente este sentido: el oro tiene una "propiedad",denominada valor, la cual, como el peso del oro, se confunde con la materia del oro,propiedad que llamamos valor (valor de la materia). Esta "propiedad", al igual que el pesoy las afinidades qumicas del oro, es inseparable del oro (valor intrnseco), inmutable eindestructible (estabilidad del oro). As como el oro no puede imaginarse sin peso, tampocopuede concebirse sin valor. Peso y valor son simplemente caractersticas de la materia. Unkilo de oro equivale a un kilo de valor: valor de la materia - materia del valor. La existenciadel valor se comprueba en la balanza: Pleno valor. Ignoramos si todava hay algunos otrosprocedimientos para comprobar el valor. Este permanece indiferente ante los reactivosqumicos.

    La brjula no se desva bajo la influencia del valor, resiste tambin las temperaturas ms

    altas. En general, nuestros conocimientos de la materia del valor an son algorudimentarios, pues de l slo sabemos que existe, lo que es de lamentar, dada laimportancia "fundamental" que tiene en la ciencia y en la vida. Nuevos horizontes sobre lanaturaleza del valor ofrece la propiedad hallada por el seor Helfferich, de que en algunasmaterias valiosas, el valor no est siempre en relacin con la materia. La materia del valoro valor de la materia. Helfferich descubri que el valor de la moneda de plata es dos vecesmayor al valor de la plata en s, lo que significa que la moneda de plata contiene un valorde doble concentracin que, por consiguiente, es ya un extracto de valor. Estedescubrimiento importante nos abre perspectivas completamente nuevas en la naturalezadel valor, pues se ha logrado extraer el valor, condensarlo y, diremos as, separarlo de la

    materia, de manera que es de esperar que la ciencia del valor algn da conseguirpresentarlo qumicamente puro, lo que, por otra parte, significara contradecir la teora,pues as llegaramos, por rodeos, al sistema monetario "patrn papel" que conoce sloprecios, desconsiderando la teora del valor.

    El valor es, pues, sencillamente, una quimera (5). As se explica lo que dice Zuckerkandl:"En la teora del valor "casi" todo, comenzando por las definiciones, es discutible todava".Y esto tambin explica la frase de v. Boehm-Bawerk: "A pesar de los numerosos esfuerzos,la teora del valor ha sido y ser una de las partes ms oscuras, ms enredadas y msdiscutidas de nuestra ciencia".

    Los fantasmas abundan. Abandonados a su propia suerte son capaces de formar una entidadincontrovertible, cerrada, presentndose as ante nosotros como algo completamente

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    conciliable con nuestra mentalidad. Ellos, como el milagro, estn por encima de lanaturaleza, viven, crecen y florecen alegremente en el cerebro del hombre. Empero en elpropio espacio chocan las cosas con obstculos. En el mundo de las realidades no hay lugarpara fantasmas, forzosamente tienen que esfumarse, porque no hay cosa ms real que laactividad econmica; tanto la del individuo como la del Estado, ella es materia y fuerza. Lo

    que se aparta de ah no puede ser ms que una creacin insana de la imaginacin. Y esto esel "valor". Una ciencia construda sobre el fantasma del valor slo puede producir otrostantos fantasmas y est condenada a la esterilidad. Mientras las ciencias en todas partesfecundizan la vida diaria, sirvindole de gua, la economa poltica ha de limitarse hastahoy a su experiencia propia. Ni siquiera ha sabido formarse un lenguaje, pues "empezandopor las definiciones todo es an discutible". Esta ciencia erigida sobre la base del valorcarece hasta hoy de teora del inters, teora del salario, teora de la renta, teora de la crisis,ni teora monetaria, aunque no saltan ensayos al respecto. Esta ciencia fundada sobre elfantasma del valor no es capaz hasta hoy de explicar cientficamente los acontecimientosdiarios ms sencillos, ni prever fenmeno econmico alguno, ni establecer con anticipacinel efecto de ninguna medida legal (por ejemplo, supresin de los impuestos a los cereales,del impuesto territorial, etc.).

    Ningn comerciante, especulador en la bolsa, empresario, banquero, editor de peridicos,diputado o poltico, puede esgrimir esta ciencia como arma ni utilizarla como escudo;ninguna empresa comercial, ni siquiera el Reichsbank acta de acuerdo conconsideraciones cientficas. En los parlamentos esa ciencia que ha tomado por base el valorqueda relegada al olvido; ni una sola teora de esta ciencia puede vanagloriarse de habersido elevada a la consideracin legislativa. Ni una sola! Esterilidad absoluta es lacaracterstica de esta ciencia.

    Ahora bien; si esta esterilidad fuera el nico mal en esta cuestin fcilmente podraconciliarse uno con ella. No han perdido, acaso, miles de nuestros cerebros mejor dotadossu precioso tiempo en disquisiciones teolgicas? Si a stos agregamos algunas docenas dehombres que slo se ocupan de problemas del valor, ello ser sin duda lamentable, mas nodesesperante para un pueblo que cuenta con millones de habitantes. Pero la creencia en elvalor nos cuesta ms que la colaboracin fecunda de estos hombres. No obstante ser unateora completamente estril, hay quienes estn esperando todava algo de ella, dejan deencaminar sus esfuerzos hacia campos ms fecundos, y es as que esa teora resulta daosapor su sola existencia.

    En Alemania hay muchos comerciantes prudentes, inteligentes, hombres de espritu activo,que buscan ansiosos explicaciones slidas en todas las ramas del saber, pero que en lascuestiones relacionadas con la economa poltica rehuyen toda clase de discusiones. Estoshombres, siempre los primeros en sentir los desaciertos de la legislacin y en pagar susconsecuencias, (o a lo menos en adelantar los gastos para ello), y que por ello podranconsiderarse como los verdaderos paragolpes entre la economa y la legislacin, quesiempre se ven en peligro de ser aplastados por alguna crisis, estos hombres tratan de eludirtoda polmica sobre problemas cientficos de su ramo. Por qu? Simplemente porque,educados, por un lado, en ambiente de severa disciplina prusiana, no pueden librarse de lafe en la autoridad, opinando que la ciencia est bien cuidada en manos de nuestroscatedrticos (6); por otra parte dotados de un criterio clarividente y prctico, no han logrado

    comprender la teora del valor expuesta por sus profesores, ni siquiera concebir el objeto deesa teora y se avergenzan ahora de confesar pblicamente su incapacidad intelectual. Y

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    todos estos escpticos, entre los cuales no suele faltar el bolsista judo de criterio claro, sedejan despachar con frases huecas que traslucen un increble absurdo. El temor al ridculoles impide confesar pblicamente su ceguera en materia del valor, en no ver el objeto de lateora, cual si sta fuera "la camisa invisible del rey" del cuento de hadas.

    Esto es el nico fruto real de la teora del valor. Incalculable es el dao que ha originadoeste engendro de la fantasa a la economa poltica y a su ciencia. Esta ciencia, asentadasobre la ilusin, condujo finalmente a que todo el pueblo dudara de su propio juicio, a querehuyera el estudio de las leyes de la economa y no se creara con ellas una ciencia popular.

    Una administracin monetaria que se rige por cualquier teora del valor est condenada a laesterilidad e inactividad. Qu podra administrarse en el valor intrnseco del oro? Lailusin figurativa del valor impide, desde un principio, todo progreso en la cuestinmonetaria. Y as no se requiere mayor explicacin sobre la razn por la cual rige desdehace 4000 aos el mismo sistema monetario. Tericamente, por lo menos; porque en laprctica hemos adoptado el sistema monetario del "patrn papel". Ha ocurrido esosilenciosa y secretamente. Nadie deba enterarse, pues si llegaran a saberlo nuestrosprofesores, su grito de alarma podra causar un dao enorme. Papel-moneda, dinero sin "suvalor intrnseco" es, segn ellos, desde luego, imposible y lo imposible debe derrumbarse.

    ____________________

    (1) En el Hamburger Fremdenblatt de febrero de 1911, dice J. A. F. Engel: Tenemosque admitir que el oro, por cierto, es de gran importancia como medida de valores, pero deuna importancia inferior en su calidad de depsitos de valores."

    (2) Jena, Fischer.

    (3) Productos de trabajo, dice Marx, pero esta expresin se presta a confusiones. Lo quequeda despus de semejante abstraccin, no es una cualidad, sino simplemente la historiadel objeto, el conocimiento de que en aquel cuerpo haba trabajado el hombre.

    (4) Marx, Capital, tomo 1, p. 4. "Si se prescinde del valor de uso de las mercancas, slo lesqueda una propiedad, la de ser productos de trabajo".

    (5) En el comercio, "valor" significa una estimacin del precio que se puede obtener poruna mercanca. El precio presunto que puede ser obtenido segn las condiciones delmercado es el valor de una mercanca. El inventario de los comerciantes, por ejemplo, selevanta de acuerdo al "valor" as entendido. El precio de venta lo dir luego si la estimacinha sido acertada.

    (6) El lector podr juzgar si es as por lo siguiente: Bund der Landwirte (Unin deagricultores) 7-8-1915: En Ruhland predominaba desde el comienzo la idea de ofrecer unateora cientfica que sirviera de base a una poltica econmica, prctica capaz de crear unaeconoma agraria, industrial y comercial prspera. El as que desde el principio rechaz lainterpretacin de Roscher sobre las tareas de la economa poltica, que dice: "La economa

    poltica se ocupa de lo que existe y de lo que ha existido, pero no de la que debera existir".Lo mismo dice Schmoller: "La tarea de la ciencia no consiste en influir inmediatamente

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    sobre la decisin del da. Esto es obligacin del estadista. Schmoller y Roscher habanreconocido precisamente que no tenemos an una verdadera ciencia econmica, sino msbien una economa estadual de clases y que la investigacin sobre la anatoma de esteEstado no incumbe a la escuela. Es de lamentar que no fueran consecuentes con susconclusiones; deberan haber dicho que el estudio de la economa del Estado de clases no

    tiene absolutamente nada que hacer en nuestras universidades. Eliminemos de laUniversidad una materia que no ha de revelarnos su ciencia! Lo pernicioso que resulta laeconoma poltica para las universidades lo expresa el profesor Lujo Brentano: "En laciencia econmica, las verdaderas teoras se aceptan tan slo cuando responden a losintereses de un partido poltico gobernante pero llegado al poder otro partido resulta quehasta las teoras ms errneas vuelven a reconocerse si es que aparentan servir a losintereses de los poderosos".

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    4. Por qu puede hacerse dinero de papel?

    a) El hecho.

    Se afirma, pues, que el papel moneda es imposible porque la moneda es canjeable slo porsu "valor" intrnseco, su valor substancial, y es sabido que el papel moneda no posee tal"valor material".

    Empero, contra esta afirmacin se opone el hecho de que el enorme intercambio mundialde nuestra poca se efecta casi ntegramente a base de papel-moneda o billetes de bancogarantizados tan slo en parte por oro.

    Desde cualquier latitud es posible emprender un viaje alrededor del mundo sin gastar orecibir otra moneda que no sea papel moneda o billetes de banco. Alemania, Inglaterra yTurqua son, segn tengo entendido, los nicos pases civilizados, hoy da, con unacirculacin monetaria principalmente metlica, en los dems, las monedas acuadas de orose ven raramente (1).

    En casi todo el mundo el comercio se desenvuelve habitualmente por intermedio de papel-moneda o billetes de banco, as como de moneda subsidiaria. El que desea obtener oro, hade trasladarse a la capital y pedirlo al Banco de Emisin, donde muchas veces recibe oro enlingotes, previo descuento del agio respectivo. En las transacciones de todas partes, nadieexige el pago en oro, y aun en algunas naciones, como por ejemplo Argentina, Uruguay,Mjico, India, ocurre, que en general no hay monedas de oro que concuerden con la

    moneda corriente de sus respectivos pases. Adquiriendo en Alemania con oro acuadoletras de cambio sobre el exterior, recibimos habitualmente por ellas papel-moneda o - sino protestamos - una bolsa llena de monedas de plata, que desmonetizadas importan unaprdida de la mitad de su valor material (segn Hellferich).

    Ciertamente, la leyenda de esos billetes de banco promete al poseedor el pago de unadeterminada cantidad de oro, y en esto, precisamente, se basa la opinin general de queaqu no se trata de papel-moneda, aunque esta circunstancia no basta por s paraexplicarnos el hecho de que, por ejemplo, a un peso, un franco o un dlar oro correspondandos, tres y ms pesos, francos o dlares en papel moneda. Dos tercios de los billetes de

    banco en circulacin carecen de garanta de oro; la circulacin de dos terceras partes debilletes de banco ha de explicarse, entonces, por razones diferentes al de la promesa deconversin. Es necesaria la preexistencia en el mundo de factores que hagan desistir alportador de los billetes de banco de exigir su efectiva convertibilidad. Porque esinexplicable que los acreedores del Banco de Emisin (portadores de billetes) renuncienvoluntariamente a hacer valer sus derechos durante 10, 20, 100 aos. Han de existir,entonces, fuerzas que durante siglos alejan las monedas de oro de las joyeras.

    Proceder luego a descubrir el origen de esas fuerzas. Por el momento quiero slo dejarconstancia de su existencia, para hacer accesible al lector mi tesis de que en todos lospases, pese a la leyenda, los billetes de banco no son ya metal-moneda sino simplemente

    papel-moneda.

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    Cuando el Estado imprime en un trozo de papel son diez gramos de oro, todo el mundolo cree, y ocurre que el papelucho circula sin impedimento alguno durante decenas de aosa la par del oro acuado y a veces hasta con cierto agio. (2)

    Pero si el mismo Estado hubiera prometido en un papel similar la entrega de una vaca

    lechera todos los tenedores de tales boletas se hubieran presentado al da siguiente con unasoga, exigiendo la entrega de la vaca. Mas si bien es cierto que un papelucho puedesubstituir perfectamente a una cantidad de oro durante generaciones, a travs de las msvariadas situaciones econmicas, ese mismo papel empero no est en condiciones derepresentar, ni siquiera por veinticuatro horas, a una vaca o a cualquier otro objeto de uso,demuestra que el papel y el oro acuado son indiferentes en todas sus propiedadesesenciales, es decir, que prestan a todos servicios absolutamente iguales, tanto el disco deoro como el papel en su forma de moneda.

    Adems, si la promesa de conversin fuera la garanta del billete de banco que lo mantieneen circulacin, si el billete de banco debiera considerarse como simple reconocimiento dedeuda, si el librador fuese deudor y el portador acreedor (como en el caso de la letra decambio), entonces el Banco de Emisin debera pagar tambin los intereses a susacreedores, como sucede, sin excepcin, con todos los reconocimientos de deudas; sinembargo, en el caso del billete de Banco, la relacin ha sido puesta patas arriba; aqu es eldeudor el Banco (librador) que percibe los intereses, y el acreedor (portador) es quien lospaga. Para lograr este milagro, para alterar la relacin entre el deudor y el acreedor de talmodo que el Banco Emisor pueda considerar sus deudas (los billetes, el derecho deemisin) como capital ms valioso, han de estar dotados los billetes de banco de fuerzassingulares capaces de excluirlos de la categora de los reconocimientos de deudas.

    Adems, si los billetes de banco deben considerarse como reconocimientos de deudas delEstado, no podemos explicarnos cmo ellos, no obstante no aportar inters alguno a sutomador y estar respaldados tan slo en 1/3 y no ser amortizables, acusan una elevadacotizacin en comparacin con los dems ttulos de los emprstitos pblicos a pesar de queestos ltimos aportan intereses a sus tenedores y estn garantizados por la AdministracinPblica y los ingresos fiscales. As, por ejemplo, 100 marcos en billetes, cuyos intereses seabonan por el portador (acreedor) equivalen hoy (1911) a 117 marcos del EmprstitoImperial, que aportan al tenedor un 3% de inters anual.

    Sobre la base de estos hechos negamos, pues, que la promesa de conversin sea la que

    infunde vida a los billetes de banco y al papel moneda comn. Afirmamos que en elcomercio han de existir fuerzas que desempean el rol, que hoy se atribuye, generalmente,al pretendido respaldo (reserva metlica) o a la promesa de conversin; sostenemos queesas fuerzas, aun no reveladas por el momento, que, como hemos visto, convierten unreconocimiento de deuda (billete de banco) en un capital y que obligan al acreedor a pagarintereses al deudor, son bastante decisivas como para cumplir, por si solas, las funcionesdel dinero en el mercado.

    Fundados en los hechos trascriptos, afirmamos de una manera categrica que puedehacerse dinero de celulosa que, sin promesa alguna de conversin, sin respaldo demercanca determinada (oro, por ejemplo) lleve la inscripcin:

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    Un peso (marco, cheln, franco, etc.)

    o con ms palabras:

    Este papel es por s un peso

    o:

    Este papel vale en el comercio, en las cajas pblicas y ante los tribunales 100 pesos,

    o para expresar mi parecer de una manera ms drstica aunque sin pretender mayorclaridad:

    Quien presente esta boleta para su conversin al Banco Emisor recibir all, sin

    legitimacin:

    100 latigazos (promesa de pago negativo).

    Pero en los mercados, en las tiendas, recibir el portador en mercancas lo que asigne la

    demanda y la oferta; en otras palabras, lo que l pueda canjear en el pas con esta boleta,

    es todo lo que puede pretender.

    Creo haberme explicado con suficiente claridad sin dejar duda alguna acerca de lo queentiendo por papel-moneda.

    Examinemos ahora los factores que hacen posible que el pueblo luche por la obtencin depapeluchos con las leyendas transcriptas, que para la consecucin de los mismos se haya de

    trabajar rudamente; que se entreguen los productos, las mercancas de "valor-material" acambio de esa papeletas, que se los acepte en concepto de cancelacin de deudas, letras decambio, hipotecas, y se los guarde a manera de "extractos o conservadores de valores".Veamos las causas de que se derramen lgrimas de noche, buscando la forma de obteneresos trozos de papel para la letra vencida; que se declare en quiebra, se embargue y sedeshonre a una persona por el hecho de no haber cumplido con su obligacin de entregarpapeluchos litografiados a una hora y lugar determinados; y, finalmente, que pueda viviruno, ao tras ao "en dulce jbilo" sin perder la fortuna, por el solo hecho de saber invertiresos papeluchos como "Capital".

    Revelaremos ahora la fuente misteriosa de la cual toma sus fuerzas vitales para tales actosel papelucho, el papel moneda y el dinero de John Law y otros estafadores inflacionistas,ese horror de los economistas y mercaderes.

    b) La explicacin del hecho.

    Si un hombre necesitase y quisiera obtener un objeto cualquiera en poder de otro y de lslo obtenible se ver por lo general obligado a ofrecer alguna parte de sus bienes paraconseguir del poseedor del objeto anhelado su cesin. Tratar, pues, de conseguirlo pormedio del cambio. Y a este trueque tendr que recurrir, aun en el caso de inutilidad del

    objeto para el poseedor originario. Es suficiente que este ltimo conozca la necesidadapremiante del otro para no cederlo gratuitamente; y hasta sucede muchas veces que un

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    objeto se guarda y se apropia tan slo porque se sabe que no ha de tardar alguien ennecesitarlo. Cuanto ms imprescindible le es al otro el objeto, tanto ms elevadas sern laspretensiones de su poseedor.

    Lo dicho parece hoy algo tan claro natural que muchos hallarn una redundancia el

    reiterarlo; hasta creo que es esta la primera vez que se escribe tal frase en un tratado deeconoma. Y, no obstante, se trata aqu precisamente de la ley bsica de la economapoltica actual, del comercio, de las relaciones econmicas de los ciudadanos entre s y conel Estado.

    El descubrimiento mencionado, "de resonancia universal", no es menos ingenuo, simple ynatural que el descubrimiento de Newton, sobre la ley de gravedad. Por eso tiene eneconoma poltica la misma importancia trascendental que se atribuye para la ciencia a laley de Newton.

    Con la toma de posesin o apropiacin de un objeto que, no obstante no servirnos, puede,segn sabemos o presumimos, servir para otros, perseguimos un slo fin: poner a stos enapuros y aprovecharnos de tal circunstancia. En otras palabras, buscamos usurear a losdems.

    El hecho de ser mutua esta explotacin disimula, quizs, el estado de cosas, pero no cambianada en lo que se refiere al apuro recproco de las necesidades del prjimo (3). Estedespojo recproco efectuado con todas las reglas del arte comercial, que forma la base de lavida econmica, es el fundamento sobre el cual se desenvuelve el intercambio de todas lasmercancas; es la ley bsica que determina soberanamente la relacin del cambio, losprecios de las mercancas. Removiendo esta base se derrumbara toda nuestra vida

    econmica y no quedara otro medio de intercambio, que obsequiase mutuamente lasmercancas, obrando de acuerdo con prescripciones cristianas, socialistas, comunistas ofraternas.

    Ejemplos?Por qu el franqueo para las cartas es mucho ms elevado que para los impresos, noobstante ser el mismo, en ambos casos, el servicio prestado por el correo? Pues, porque unacarta se escribe generalmente por necesidad, mientras que el envo de un impreso podrasuprimirse con la elevacin del franqueo. El que escribe una carta se ve obligado hacerla;en cambio, el remitente de un impreso fcilmente prescinde; y es as que el remitente de la

    carta ha de abonar un franqueo mayor por los mismos servicios.Por qu se venden en Alemania farmacias con existencias de 10.000 marcos demercaderas por medio milln? Porque el privilegio exclusivo acordado a las farmacias lespermite pedir mayores precios por los medicamentos, lo que sera imposible en condicionesde libre cambio. El efecto es el mismo, aunque se reconoce que el Estado ha de exigir unapreparacin cientfica al farmacutico.

    Por qu suben con tanta frecuencia los precios de cereales en Alemania a pesar de lascosechas abundantes? Porque los derechos de aduana excluyen la competencia, porque elagricultor sabe que sus compatriotas deben comprar sus cereales.

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    Se dice que las "condiciones del mercado" determinan las fluctuaciones de los preciostratando as de excluir el mvil y la accin personales y buscar un pretexto que justifiquetal usara, alegando que los precios se rigen por la oferta y la demanda. Pero qu serantales "condiciones del mercado", tales coyunturas, tal oferta y demanda, sin la actuacin delas personas? Ellas provocan las fluctuaciones de precios, sirvindoles de instrumento las

    condiciones del mercado. Esas personas en accin somos nosotros, todos nosotros, elpueblo. Cualquiera que lleva algo al mercado va animado del mismo propsito de pedirprecios tan altos como lo permitan las condiciones del mercado. Y cada uno trata deexcusarse (as como cada uno est excusado por la reciprocidad aqu ocurrida) invocandolas objetivas condiciones del mercado.

    Ciertamente quien, con Carlos Marx, afirma que las mercancas se cambian solas y enrelacin con "su valor", no necesita usurear, no necesita explotar situacin precaria alguna,puede reducir al hambre a sus obreros, despojar a sus deudores por la usura sinremordimiento de conciencia, desde que la usura, en ese caso, no la comete l sino elobjeto, su propiedad. No es l que cambia, sino el vino que se cambia por seda, trigo, cuero(4). La mercanca efecta pues el negocio, y eso a base de "su valor".

    Pero quien no alcanza a comprender esa cualidad misteriosa especial de las mercancas, elllamado "valor", y quien, por lo mismo, considera el intercambio de los productos comouna actividad, las mercaderas y las condiciones del mercado como un instrumento de esaaccin, no encontrar, cmo ya hemos dicho, ninguna directriz para tal accin ms que eldeseo que anima a todos los poseedores de mercaderas: dar lo menos posible y recibir elmximo posible. Observar en cada caso de intercambio, en las conferencias sobre salarioscomo entre los corredores de bolsa, que todos los interesados se informan sobre lascondiciones del mercado, sobre si el comprador est muy necesitado de la mercanca y se

    cuidar especialmente bien de demostrar su propio apremio por vender su mercanca. Enfin, se convencer de que los principios del usurero son los que rigen generalmente en elcomercio, constatando, que entre comercio y usura slo hay diferencia de medida, pero node forma. El poseedor de mercancas, el trabajador, l bolsista, cada cual trata de explotarla situacin del mercado, del pueblo en general. El usurero profesional dirige sus ataquescon preferencia contra una persona; esta es quizs toda la diferencia entre comercio yusura.

    Por eso repito: El afn por obtener el beneficio mayor posible, por la prestacin menorposible, es la fuerza que rige y domina el intercambio de bienes.

    Es necesario dejar esto clara y rotundamente sentado, pues slo en mrito a sureconocimiento puede concebirse completamente la posibilidad del papel-moneda.

    Supongamos, ahora, que Prez haya logrado en alguna forma la posesin de un papeluchoinservible para cualquiera de sus necesidades espirituales o materiales, y que Snchez se lopida, dado que podra serle til, ante tal demanda Prez no lo ceder gratuitamente.

    La necesidad de recompensar ya se encargar de transformar el papelucho en