El narco siempre gana

Canchas deportivas y hasta escuelas fueron escenario de enfrentamientos en los últimos

años. En Culiacán, un grupo armado asesinó a dos jugadores. Las víctimas eran presuntos integrantes del grupo de sicarios Los Ántrax.

Fotografías: Juan Carlos Cruz

La violencia del narcotráfico ha invadido buena parte del territorio. Sinaloa es uno de los estados más sacudidos por la

guerra contra el crimen organizado. Los medios de comunicación se han encargado de paralizar y aterrorizar a la sociedad con imágenes sangrientas. En este ensayo fotográfico, su autor muestra una manera distinta de observar la realidad: sutil,

deferente, sin adornos, con una estética que transmite el dolor, pero sin agravio hacia las víctimas ni sus deudos.

Una de las pistolas “Águila del Desierto” decomisadas por el ejército en una casa de

seguridad de narcotraficantes.

Miles de militares y policías fueron desplegados en casi todo el territorio nacional como parte de la política antidrogas del gobierno federal.

Una hermana de Amado Carrillo Fuen-tes, El Señor de los Cielos, muestra la foto de Cruz, otro de sus hermanos, quien se encuentra desaparecido, presuntamente secuestrado por militares.

El hijo de un agente de la Policía Ministerial de Sinaloa observa el féretro donde yace el cuerpo de su padre, asesinado durante una emboscada. Organismos de derechos humanos calculan que cerca de 50 mil niños han quedado huérfanos por la guerra contra el narco.

Jesús Malverde, el llamado Santo de los Pobres, ha sido adoptado dentro de la cultura del narco para “agradecer” las buenas cosechas o la llegada de cargas de droga a Estados Unidos.

Una mujer, con su hijo a cuestas, corre por una carretera de Sinaloa luego

de sobrevivir a un ataque.

Pequeñas capillas o "mansiones" construidas en el cementerio de Culiacán albergan los restos de connotados narcotraficantes.

Un empresario fue emboscado por un coman-do cuando circulaba en una camioneta. Recibió

100 impactos de fusiles de asalto AK-47.

Un campesino intenta identificar el cadáver de una persona asesinada a la orilla de un

canal de Culiacán.

Curiosos observan la escena de una de las ejecuciones realizadas a plena luz del día en Culiacán.

El padre y la esposa de un joven de 20 años, asesinado en Navolato, abrazan el cuerpo. Cerca de 80 por ciento de las víctimas de la guerra contra la droga eran menores de 25 años.