el hombre que no somos - tomo i

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1 EL HOMBRE QUE NO SOMOS TOMO 1 Un libro de “proyecto memoria de siglos” Autor: I.T.P. CONTACTO: MEMORIA-DE-SIGLOS.BLOGSPOT.COM.AR O EN MEMORYOFCENTURIES.WORDPRESS.COM

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Page 1: El hombre que no somos - Tomo I

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EL HOMBRE

QUE NO SOMOS TOMO 1

Un libro de “proyecto memoria de siglos”

Autor: I.T.P.

CONTACTO: MEMORIA-DE-SIGLOS.BLOGSPOT.COM.AR O EN MEMORYOFCENTURIES.WORDPRESS.COM

Page 2: El hombre que no somos - Tomo I

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ÍNDICE DE TEMAS

TOMO NRO 1

ADVERTENCIA Y ACLARACIÓN IMPORTANTE: PAG. 3

INTRODUCCIÓN: PAG. 4

CAPÍTULOS:

1) PAG. 5

2) PAG. 16

3) PAG. 39

4) PAG. 63

5) PAG. 76

6) PAG. 140

EPÍLOGO: PAG. 166

TOMO NRO 2

ADVERTENCIA Y ACLARACIÓN IMPORTANTE: PAG. 3

ANEXO I: PAG. 4

TOMO NRO 3

ADVERTENCIA Y ACLARACIÓN IMPORTANTE: PAG. 3

ANEXO II: PAG. 4

Page 3: El hombre que no somos - Tomo I

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ADVERTENCIA Y ACLARACIÓN IMPORTANTE

La presente obra literaria, “EL HOMBRE QUE NO SOMOS”, ha sido dividida en tres (3) partes de

diferentes extensiones. A saber, en el TOMO 1, TOMO2 y TOMO 3.

La finalidad u objeto, de tal decisión tomada por el autor, es facilitar y agilizar la lectura y,

asimismo, la promoción del material en cuestión.

Usted en este momento se encuentra leyendo el TOMO Nro. 1.

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INTRODUCCIÓN

Ante todo quiero agradecer al lector por tomarse unos minutos de su, casi segura, ajetreada vida para leer las

presentes y subsiguientes líneas que conforman este libro, al cual tanta dedicación y tiempo he brindado en lo

que fue su investigación, redacción, corrección, edición, promoción y difusión.

Dado que estimo que el material que se presenta a lo largo de toda la obra puede resultar novedoso para muchas

personas, he optado por mantener un lenguaje claro y directo, de no muy difícil comprensión siempre que se siga

el orden cronológico establecido, a lo cual he añadido múltiples imágenes ilustrativas toda vez que, en algunos

casos, “valen más que mil palabras”.

Por otro lado, quisiera manifestar que todo cuanto fuera escrito ha sido pensado y elaborado para todas las

personas que acudan a su lectura. O sea, no está destinado a un grupo selecto o elitista… Aunque bien sé, por

experiencia, que para una enorme mayoría su contenido será subestimado, difamado y/o criticado -de un modo

negativo- por el mero hecho de que los llevará, indefectiblemente, ante una durísima y cruenta realidad de difícil

asimilación y responsabilización.

Aun así es mi esperanza que absolutamente todos comprendan la idea directriz de la obra.

Si se me preguntara si puede el presente libro contener o no errores conceptuales, respondería, sin titubear un

instante, que por supuesto. Sería necio y cobarde negar que todo cuanto he relatado y explicado no puede ser

merecedor de algún o varios reproches.

Pero más allá de que todo escrito -y más aún un libro- es perfectible, deseo aclarar que siempre me he movido en

pos de brindar una ayuda bien intencionada. Solo el tiempo juzgará si he logrado llegar a movilizar, interesar o

conmover a algún lector hacia algo positivo y productivo.

Por último, quisiera dedicar la obra a toda la humanidad, así como también a todos los seres sensibles por igual.

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1) SOBRE EL DESTINO DE LOS HOMBRES

Una de las más grandes incógnitas, que ha desvelado desde siempre al ser humano, es la referente a su destino.

¿Para qué vivimos? ¿Cuál es el fin o propósito de cada uno de nosotros en esta vida?

La cruenta realidad en la que nos movemos diariamente pareciera señalar que nos hemos convertido, al igual que

la mayoría de nuestros antepasados, en meras piezas -ordinarias e intercambiables- de un sistema cuya

estructura social, política, religiosa y económica resulta altamente inhumana e insensible.

Ante ello cabe razonablemente preguntarse: ¿es este sistema perverso únicamente responsabilidad de la

incapacidad e ignorancia humana? O, acaso, ¿hay alguna mano oscura detrás de ello?

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A mi modo de ver el asunto en cuestión cada integrante de la humanidad puede optar, a grandes rasgos, entre

dos (2) clases disímiles de destinos:

a) El primero -al cual califico de ERRADO o ANTINATURAL- es el que predomina en el mundo desde sus

albores.

b) El segundo -al cual estimo como el CONGÉNITO, INNATO o NATURAL- constituye lamentablemente una

rara excepción más allá de que, a todo evento, debería ser la regla imperante.

Consecuentemente lo invito, mi estimado lector, a que juntos indaguemos con la mayor seriedad y profundidad

posible ambas clases de destinos.

Pero previo a ello quisiera aclarar un punto que resulta sustancial para poder avanzar con pasos firmes: los

descubrimientos así como avances científicos y tecnológicos con los cuales actualmente convivimos, y que cada

vez resultan más sorprendentes, han obligado a la comunidad entera a una permanente revaluación o

reacomodamiento de la historia, del presente y del futuro.

En efecto, los permanentes hallazgos y las innovaciones en todas las aéreas de las ciencias provocan la

indispensable necesidad de revisar y/o actualizar, periódicamente, los paradigmas existentes sobre los cuales nos

movimos, movemos y nos moveremos.

Page 7: El hombre que no somos - Tomo I

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Bajo tales parámetros, y a esta altura de los acontecimientos y conocimientos, resulta prácticamente innegable

desconocer que la humanidad, desde su más pretérita infancia, no ha estado sola en este planeta Tierra.

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Pero cuando me refiero a tal convivencia no me estoy refiriendo únicamente a la coexistencia con los organismos

y animales de la naturaleza que todos más o menos conocemos.

Page 9: El hombre que no somos - Tomo I

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También estoy incluyendo a ciertos seres inteligentes, no humanos, que han tenido una relativa y/o significativa

influencia, según el caso, sobre nuestro desarrollo como humanidad.

No oso expedirme sobre cuantas especies de dichas entidades coexisten o nos han visitado, así como tampoco de

que lugar geográfico vienen: más allá de que existen innumerables referencias, indicios y pruebas mitológicas,

históricas, arqueológicas, religiosas, astronómicas, etc.

Lo que sí afirmo, pues no me cabe la menor duda, es que no todas han sido benignas hacia el ser humano.

A fin de sustentar con mayor peso lo recién afirmado procedo a citar, a continuación, al notable investigador

SALVADOR FREIXEDO, quien nos brinda con absoluta claridad varias conclusiones muy interesantes sobre este

asunto. Veamos algunas de ellas:

“El Cosmos es muchísimo más complejo de lo que a primera vista se nos muestra. Y aunque parezca una

paradoja, muchos de los que se llaman a sí mismos científicos, son los que menos se percatan de esta gran

verdad, pues tienen la mente demasiado tecnificada y creen que sólo lo que ellos pueden comprobar con sus

aparatos o con sus cálculos, es lo que es «real» o posible. Pero no es así. Del Cosmos apenas si conocemos una

infinitésima parte, debido fundamentalmente a que el instrumento con el que contamos para conocerlo -nuestro

cerebro- a pesar de ser un formidable instrumento en relación con su tamaño, es en fin de cuentas muy limitado,

sobre todo comparado con la vastedad y la complejidad del Cosmos”.

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“Las abundantes y diversísimas mitologías de todos los pueblos, que antaño se nos presentaron como fruto de la

imaginación semi infantil de los pueblos primitivos, poco a poco han ido ganando valor en los tiempos actuales,

pues vemos en ellas ni más ni menos que el recuerdo, deformado por los siglos, de hechos sucedidos hace

muchos miles de años. (…) Los estudiosos de esta nueva teología tratan de esclarecer y corroborar estas

mitologías cotejándolas con otros hechos con los que nos encontramos en la historia y con multitud de

fenómenos con los que nos encontramos hoy día. Lo que el estudio de estas mitologías va dando de sí, es que en

la antigüedad remota y no tan remota (y muy pronto veremos que en nuestros mismos tiempos), seres que se

decían celestiales, se les manifestaban a los asombrados habitantes de este planeta y les decían que ellos eran

«dioses» todopoderosos o, más audazmente, el Dios creador de todo el Universo. Los primitivos terrícolas, con

unos conocimientos muy rudimentarios de la naturaleza, asombrados, por una parte, ante la belleza de lo que

contemplaban, y aterrorizados por otra, no dudaban un momento de que estaban realmente ante los señores del

Universo y rendían sus mentes sin dudar, poniéndose incondicionalmente a su servicio. (…) Pero tenemos que

dejar sentado como un hecho histórico incuestionable, que absolutamente todos los pueblos sin excepción, han

obedecido y adorado a algún «dios», del que decían que –de una manera u otra- se había manifestado y

comunicado con sus antepasados a los que había instruido en muchas cosas (frecuentemente en cómo curar las

enfermedades o en otros secretos de la naturaleza), habiéndoles prometido protección si eran fieles a lo que él

les dijese, o más en concreto, si seguían las normas de vida que él les dictaba. (…) la manera de manifestarse

Yahvé al pueblo hebreo, no difiere fundamentalmente en nada, de la manera que otros dioses usaron para

manifestarse a sus «pueblos escogidos»; porque como ya dijimos, estos seres supra humanos gustan de

«escoger» un pueblo en el que centran sus intervenciones con la raza humana, y en el que influyen positiva y

negativamente, a veces de una manera muy activa y directa. (…) La experiencia de haber sido «adoptados» por

un «dios», es casi común a todos los pueblos de la antigüedad, con la circunstancia de que esta adopción

conllevaba ciertas condiciones que eran también comunes a todos los pueblos: la exigencia de sacrificios

sangrientos de una u otra clase, a cambio de una protección (que resultaba ser tan mentirosa y, a la larga, tan

poco eficaz como la que Yahvé dispensó al pueblo hebreo). De hecho leemos en una nota de la Biblia de

Jerusalén: «En el lenguaje del antiguo Oriente, se reconocía a cada pueblo la ayuda eficaz de su dios particular».

(…)Tanto Yahvé como Huitzilopochtli [uno de los «dioses» de los aztecas] les exigían a sus pueblos sacrificios de

sangre. Entre los hebreos esta sangre era de animales, pero entre los aztecas la sangre era frecuentemente

humana, como en la dedicación del gran templo de Tenochtitlán cuando, según los historiadores, se sacrificaron

varios miles de prisioneros, abriéndoles el pecho de un tajo y arrancándoles el corazón, todavía latiendo y

sangrante, para ofrecérselo a Huitzilopochtli. Yahvé, a primera vista no llegaba a tanta barbarie, pero parece que

a veces acariciaba la idea. Recordemos si no, el abusivo sacrificio que le exigió a Abraham de su hijo Isaac (y que

sólo a última hora impidió) y el menos conocido de la hija de Jefté (Jue. 13). Este caudillo israelita le prometió a

Yahvé que mandaría sacrificar al primer ser viviente que se le presentase a la vuelta al campamento, si Yahvé le

concedía la victoria sobre los ammonitas. Cuando volvía victorioso de la batalla, la primera que le salió al

encuentro para felicitarle fue su propia hija. Y Yahvé, que con tanta facilidad le comunicaba sus deseos a su

pueblo, no dijo nada y permitió que Jefté cumpliese su bárbaro juramento. Y éste no es el único ejemplo de este

tipo. Y conste que no decimos nada -para no extendernos- de los auténticos ríos de sangre que el propio Yahvé

causó con las continuas batallas a las que forzó durante tantos años a su pueblo. Ríos de sangre que a veces

provenían exclusivamente de su pueblo escogido cuando «se encendía su ira contra ellos» cosa que sucedía (con

bastante frecuencia)”.

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“Hoy no tenemos absolutamente ninguna duda de que lo que los antiguos llamaban «los dioses» -y los

enmarcaban en todo un complejo sistema de creencias y ritos- es exactamente lo mismo que los modernos

denominamos con el genérico término de «fenómeno ovni», cuando éste se entiende en toda su amplitud y

profundidad. Es decir, las inteligencias que están detrás del llamado fenómeno ovni, son las mismas que los

antiguos personalizaban en los diferentes dioses. En aquellos tiempos, estas inteligencias creyeron más oportuno

(y menos riesgoso para ellas) el presentarse de aquella manera; mientras que en nuestros tiempos (ante una

humanidad mucho más avanzada tecnológicamente) han creído más oportuno presentarse bajo apariencias más

fácilmente asimilables o tolerables por los hombres de hoy. Pero las intenciones de su presencia entre nosotros,

o de su intromisión en nuestras vidas son, en el fondo, las mismas”.

“Desde tiempo inmemorial los pueblos han sido siempre dirigidos por pequeños grupos de personas que con

mayor o menor derecho han acaparado todos los poderes, haciendo que el resto de los ciudadanos estuviese a su

servicio. Sin embargo, ahora no me estoy refiriendo a los gobernantes ordinarios -más o menos injustos- sino a

otro tipo de personas más evolucionadas intelectualmente -aún que no moralmente- que tiene como fin el

dominio del planeta entero. Estos grupos de personas, con una capacidad económica muy grande, actúan desde

las sombras, valiéndose para ello de los poderes constituidos, sean éstos financieros, políticos, militares o

religiosos. En la actualidad podemos atisbar el poder de estos grupos en ciertos acontecimientos inexplicables de

nuestra sociedad. Por ejemplo, en el errático funcionamiento de las bolsas de valores en el mundo entero, en el

malestar social que reina en muchas naciones, en la quiebra casi repentina de las finanzas de muchos estados, en

el cambio radical obrado en cuestión de semanas en todos los países de la Europa del Este, etc. Tras todos estos

hechos y otros tantos que se podrían aducir, no hay que ser muy perspicaz para adivinar unas mentes

maquiavélicas, y en un sentido siniestras, aparte de poderosísimas. Dejando a un lado lo que hasta nosotros ha

llegado sobre las sociedades secretas en la antigüedad, conocemos bastante bien las actividades de los

Templarios y los Rosacruces en la Edad Media, e Illuminati, Francmasones, Golden Dawn, etc., en tiempos más

cercanos. No se puede negar que miembros de estas organizaciones fueron los causantes de grandes cambios en

la sociedad de su tiempo. (…) La capacidad que estas sectas de «selectos» tienen para disimular sus acciones, por

horrendas y masivas que éstas sean, y para manipular a la opinión pública es increíble. (…) Como las sociedades

secretas son bastantes y sus propósitos varían grandemente, no es raro que sus estrategias también varíen y en

ocasiones den la impresión de estarse haciendo la guerra. (…) Pero lo que es incuestionablemente cierto es el

hecho que subyace debajo de todas estas afirmaciones y conjeturas: Que en nuestro planeta, desde hace ya

mucho tiempo, por no decir desde siempre, hay otros seres racionales que muy disimuladamente interfieren en

las vidas de los humanos, tanto a escala general -condicionando la marcha de la historia- como a escala

individual. No importa que los grandes líderes mundiales o locales no lo quieran reconocer. Estos lo desconocen

por hallarse embebidos en la diaria y estéril lucha política y aquellos porque, además de estar atareadísimos en el

juego de las relaciones internacionales, están inconscientemente manipulados por estas mismas inteligencias,

que se valen de ellos para dominar el mundo. Dejémoslos en sus juegos y en sus sueños de grandeza y veamos

cómo podemos responder a este reto que la humanidad tiene delante. Por no haberlo encarado nunca con

decisión, le ha costado tanta sangre y la ha llevado al estado caótico en que en la actualidad se encuentra: Reina

un malestar general; la mayoría de los seres humanos están descontentos con su actual nivel de vida; hay

millones de personas que se mueren de hambre mientras los gobiernos gastan ingentes cantidades de dinero en

armas que sólo sirven para matar y que podrían muy bien utilizarse para evitar que aquellos se muriesen de

hambre; las autoridades son odiadas en casi todos los países por los abusos que cometen; y en otro orden de

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cosas, estamos destruyendo nuestro planeta, y de seguir así, dentro de muy pocos años se nos va a hacer

inhabitable. Esta es la situación que en buena parte es debida a la perniciosa influencia que algunas de estas

entidades extrahumanas han tenido sobre nosotros sin que hayamos caído en la cuenta de ello”.

“Yo no niego y nunca lo he negado que haya extraterrestres «buenos», que tratan de ayudar y que de hecho a

muchos humanos los hayan ayudado. Ese tipo de extraterrestres me preocupan menos porque no espero de ellos

ningún mal. Lo que sí digo y con total certeza, es que muchos de los tripulantes de los ovnis y muchas de las

entidades no humanas que se nos presentan como benévolas, no lo son a la larga y de hecho han destruido las

vidas de muchos seres humanos que se fiaron de sus palabras y promesas. Por eso afirmo que tenemos que estar

muy alerta cuando nos relacionamos con estas entidades, porque no sabemos con quién estamos tratando. Y,

aunque algunos no lo crean todavía, hoy sabemos con absoluta certeza que muchos de estos seres mienten

mucho, por muy avanzados que estén en tecnología.”

“Los dioses, en cambio, no son hombres. Algunos de ellos tienen el poder de manifestarse como tales -y de hecho

lo han hecho en infinitas ocasiones- y hasta convivir íntimamente con nosotros cuando esto les conviene para sus

enigmáticos propósitos; pero en cuanto cumplen su misión o en cuanto logran lo que desean, se vuelven a su

plano existencial en el que se desenvuelven de una manera mucho más natural y de acuerdo a sus cualidades

psíquicas y electromagnéticas. Pero los dioses no son hombres; y en una de las pocas cosas en que coinciden con

nosotros es en el ser inteligentes, aunque sus conocimientos y su inteligencia superen en mucho a la nuestra. (…)

Por otro lado, creo que no hay más remedio que admitir que algunos o quizás muchos de ellos, procedan de otras

partes del Universo, siendo nuestro planeta solamente un lugar de paso o una residencia temporal, lo cual

explicaría, por lo menos en parte, la falta de continuidad en muchas de sus actividades en nuestro planeta, y en

concreto las grandes variaciones que vemos en sus intervenciones en la historia humana. (…) En la misma Biblia

tenemos pruebas de esto, si nos atenemos a lo que en ella leemos, y no le damos interpretaciones retorcidas

contrarias a la letra del texto. Ya me he hecho eco de esto en varios otros lugares y he citado este curiosísimo

texto de la Biblia que, muy extrañamente, los exegetas pasan por alto sin apenas dignarse hacer ningún

comentario acerca de él: «Tomará Arón dos machos cabríos y echará suertes sobre ellos: una suerte por Yahvé y

una suerte por Azazel. Y hará traer Arón el macho cabrío que le haya correspondido a Yahvé y lo degollará como

expiación. Pero el macho cabrío que le haya correspondido a Azazel, lo soltará vivo en el desierto después de

presentarlo ante Yahvé». (Lev. 16, 5-10). Yahvé, a pesar de que se presenta como el Dios supremo y único,

reconoce la existencia de Azazel (que según una nota de la Biblia de Jerusalén, era el espíritu maligno que

dominaba aquellas regiones desérticas) y no sólo eso, sino que le reconoce sus derechos y no quiere buscarse

problemas con él, siendo esa la razón de que le ordene a Arón que suelte vivo el macho cabrío que le haya tocado

en suerte a Azazel, para que éste haga con él lo que le plazca”.

“Lo que los dioses han pedido siempre en la antigüedad y continúan pidiendo hoy, es ni más ni menos que

sangre; sangre tanto de animales como de seres humanos. ¿Por qué? No lo sé con exactitud. ¿Extraen ellos de la

sangre algún producto que les sirva para algo? Tampoco lo sé; (…) Lo único que sé con exactitud, y que sabemos

muy bien todos los que nos dedicamos a investigar en el mundo de la ovnilogía y de la paranormalogía, es que la

sangre y ciertas vísceras, son el común denominador entre los dioses de la antigüedad, -incluido el dios de la

Biblia [del antiguo Testamento]- y los ovnis de nuestros días. (…) [Existen] varios pasajes del Pentateuco en los

que Yahvé alecciona a Moisés acerca de cómo debe ser adorado: «Quien ofrezca un sacrificio pacífico, si lo

ofreciera de ganado mayor, macho o hembra sin defecto, lo ofrecerá a Yahvé. Pondrá la mano sobre la cabeza de

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la víctima y la degollará a la entrada del tabernáculo; y los sacerdotes, hijos de Arón, derramarán la sangre en

torno del altar. De este sacrificio se ofrecerá a Yahvé en combustión el sebo y cuanto envuelve las entrañas y

cuanto hay sobre ellas, los dos riñones y los lomos y el que hay en el hígado sobre los riñones…» (Lev. 3, 1 y sig.).

(…) la sangre y las vísceras eran para Yahvé como una idea fija y obsesiva. Pero lo grave es que Baal, Moloc,

Dagón, etc., les pedían exactamente lo mismo a los pueblos mesopotámicos; y Júpiter-Zeus les pedía los mismos

sacrificios a griegos y romanos; y si saltamos a América nos encontramos con que Huitzilopochtli les pedía lo

mismo a los aztecas y con el agravante de que éste les exigía que la sangre fuese humana en ocasiones. (…) es

decir, que los que hoy se nos manifiestan en los misteriosos ovnis son los mismos que en épocas pasadas se

manifestaban como dioses a nuestros antepasados (a veces a bordo también de máquinas volantes, tal como nos

dicen muchas historias antiguas), exigiéndoles adoración y sacrificios. Pues bien, en línea con esta idea e

identificación, nos encontramos con otro hecho que no puede menos de llenarnos de pasmo, después de lo que

hemos visto en párrafos anteriores. El hecho desnudo e irrefutable es el siguiente: Los ovnis acostumbran con

cierta periodicidad, a llevarse determinadas vísceras y sobre todo grandes cantidades de sangre que extraen de

animales -preferentemente vacas y toros- que previamente han sacrificado en granjas. Estas carnicerías, que

siempre suceden durante la noche, han ocurrido prácticamente en todas partes del mundo (…)”.

“(…) hay grandes diferencias entre ellos [los seres extraterrestres e intraterrestres] en todos los aspectos: en

cuanto a su posible origen, en cuanto a sus poderes o capacidades, en cuanto a su «bondad» o «maldad» en

relación a nosotros, etc., etc. Creo que podemos llegar a la conclusión de que, al igual que entre los hombres, hay

entre ellos grandes enemistades y también grupos afines. (…) No son inmortales (aunque los griegos y romanos

gustaban de llamarles así) en el sentido que nosotros solemos darle a esta palabra. Juzgando por nuestros

patrones de tiempo, parece que su permanencia en su nivel de existencia es mucho más extensa que la nuestra

en esta etapa terráquea. Pero parece que llegado un momento, «mueren» o abandonan el estado de «dioses»

por mucho que en él hayan permanecido”.

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Existe, por tanto, una fuerte tendencia científica moderna a considerar que los denominados “dioses o

demonios” del pasado, no serian más que otra/s raza/s de seres inteligentes pero no humanas, es decir lo que se

conoce popularmente como seres extraterrestres y/o intraterrestres.

Bajo esta significativa concepción, por ejemplo, muchas de las conocidas teofanías que narran los libros sagrados,

las leyendas, cuentos, relatos y mitos (orales u escritos), no serian más que la mera aparición o manifestación de

entidades inteligentes, no humanas, y su relación con los hombres. Verbigracia: los casos de los Profetas

EZEQUIEL, MOISÉS y ELÍAS del Antiguo Testamento.

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Pasándolo en limpio se puede aseverar que: los dioses mitológicos y los semi-dioses, los demonios, los ángeles,

las apariciones marianas, las hadas, los genios, los duendes, los íncubos o súcubos, los espíritus o fantasmas, los

gnomos, los elfos, las ninfas, etc. encontrarían una adecuada explicación, científica-racional, bajo la nueva

calificación o encuadramiento de seres E.T. (extraterrestres) y/o I.T. (intraterrestres).

El desarrollo de una (o varias) civilización/es E.T. y/o I.T. podría/n estar perfectamente numerosos siglos más

avanzada/s, técnica y científicamente, que la nuestra. Ello sin contar que además podrían ser más inteligentes

que nosotros. Por tanto, no es en absoluto descabellado ni absurdo que se proponga la posibilidad de que una

supra civilización, desde los principios de la humanidad, haya decidido intervenir genéticamente en la naturaleza,

para que hoy seamos lo que somos, e incluso regular y manipular nuestro desarrollo.

Sin embargo bajo ningún concepto tales seres inteligentes, pero a todas luces no humanos, fueron ni serán

superiores a nosotros en cuanto a su divinidad.

En otras palabras, que una civilización posea mayores conocimientos, antigüedad y/o tecnología no la convierte,

bajo ningún parámetro, en los dueños de la humanidad, más allá de que así lo pretendan.

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2) DOS DESTINOS PARA UNA ELECCION FUNDAMENTAL

Efectuada ut supra la aclaración pertinente, es momento de adentrar en el análisis pormenorizado de los dos (2)

destinos posibles sobre los cuales ya he hecho referencia:

El primer destino sobre el cual he de referirme seguidamente es aquel que calificado como ERRADO o

ANTINATURAL y que, desgraciadamente, predomina en el mundo desde sus albores.

Éste se caracteriza básicamente por haber sido pergeñado, impuesto y perpetuado, por seres inteligentes (no

humanos) involutivos, ya sea en forma directa y/o indirecta.

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De ello se sigue que podría efectuarse la siguiente distinción:

- Por un lado, este DESACERTADO destino para la humanidad ha sido ideado y desarrollado, en gran parte, por las

referidas entidades extrahumanas involutivas de manera directa.

- Pero además, dicho destino ARTIFICIAL, se ha llevado a la práctica -con suma precisión y eficiencia- por todas

aquellas personas que conforman las poderosas, numerosas y corruptas sociedades secretas, también

autodenominadas logias, hermandades, fraternidades, iglesias, órdenes o escuelas de misterios. Ellas, no hacen

más que acatar y ejecutar las directivas impuestas por las mencionadas potestades no humanas, en virtud de la

su sumisión, idolatría y/o temor reverencial que les prodigan.

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Entre ellas se puede perfectamente mencionar, a título meramente ejemplificativo, a: los Cruzados, los Caballeros

Templarios, los Colegios Romanos de Artífices, los Rosacruces, lo Masones, los Mitraistas, los sacerdotes judíos

del Templo de Salomón, los sacerdotes egipcios de Heliópolis, los Illuminati, la O.T.O. (Ordo Templi Orientis), los

Milenarios, el Club Bilderberg, el Priorato de Sion, los Misterios del Tabernáculo, el Opus Dei, la Orden Martinista,

Skull & Bones, la Iglesia Gnóstica Católica, la Orden de los Caballeros del Espíritu Santo, la Orden de los Caballeros

de San Juan, la Orden de los Caballeros de Malta, la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro, la Oculta Iglesia

del Santo Grial, la Orden de la Santa Arca de Enoch, la Orden del Sat Bhai, la Hermandad Hermética de la Luz, la

Hermandad Blanca, la Orden Hermética del Amanecer Dorado, el Comando Asthar Sherán, la Logia Agapé, los

Alquimistas, el Gobierno de los Doce (G-12), Propaganda Due (P2), los Testigos de Jehová, el Ku Klux Klan (KKK), la

Sociedad Thule, la Respetable Logia Simbólica Centauro Número 9-96, la Logia Lautaro, los Druidas, los Ofitas, los

Basilideanos, la Logia Luminosa (Sociedad del Vril), la Iglesia Adventista del Séptimo Día, los Umbanda, la

Cienciologia, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (los Mormones), la Logia Sol Naciente, el

Bohemian Grove, la Hermética Orden del Alba Dorada (Hermetic Order of the Golden Dawn), la Orden de la

Estrella Plateada (Astrum Argentum), la Hermandad Hermética de Luxor, los Maestros de la Piedra Negra, Wolf’s

Head, Book and Snake, Scroll and Key, los Caballeros Negros del Sol Negro, Bnai Brith (Hijos del Pacto o Hijos de la

Alianza), Prince Hall, Order of the Palladium (o Sovereign Council of Wisdom), la Hermandad de la

Verdadera Rosa Cruz, los Gnósticos, los Neo-Gnósticos, los Wiccanos y muchos otros cuerpos, aunque de menor

fama o que aún permanecen en el más absoluto anonimato.

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Incuestionablemente, y sin excepción alguna, las organizaciones secretas reposan sobre una montaña de

hipocresías, engaños y manipulaciones (tanto externas como internas), así como también sobre esotéricos o

cifrados conocimientos, ritos y prácticas netamente involutivas.

Las sociedades secretas no solo son muy poderosas, influyentes, estratégicas, eficientes, altamente organizadas y

dirigidas con magnánima inteligencia, sino que además, como si ello fuera poco, se distinguen por ser

sumamente maleables y, por tanto, capaces crear y/o de infiltrarse, de manera encubierta, en todo lugar, entidad

o ámbito que les sirva a sus objetivos.

Asimismo, logran aggiornarse y/o reinventarse bajo otra fachada ante las cambiantes circunstancias, aunque

debe destacarse que su matriz central siempre permanece intacta y oculta.

De ahí que podamos hallar su autoridad (solapada) en todo tipo de instituciones: bancarias, crediticias,

universitarias, religiosas, científicas, gubernamentales, políticas, empresariales, musicales, filmográficas,

recreativas, tecnológicas, ufológicas, militares, medicinales, informativas… También en organizaciones no

gubernamentales (ONGs), terroristas, narcotraficantes, filantrópicas, mafiosas, etc.

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Incluso muchas veces, como ya fuera señalado, con aparentes posturas antagónicas pero que, si se corre el velo y

se identifica a los verdaderos directores, podrá evidenciarse que en realidad no son tales.

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El especialista FABIO ZERPA nos enseña al respecto: “Desde la más remota antigüedad se habla de ellos [los seres

extrahumanos] con respeto y temor. Son voluntades superiores que condicionan el curso de la historia conforme

a enigmáticas finalidades sólo por ellos conocidas. Pueblos e individuos son señalados para cumplir destinos y así

el devenir humano no es un ciego acontecer del azar sino un camino predeterminado. (…) Este gobierno oculto se

serviría de emisarios que actuarían en el seno de la sociedad humana, sirviendo ciegamente a los Desconocidos

en el cumplimiento de sus objetivos. (…) Lo que sí parece cierto, es que escogen a sus emisarios entre destacados

miembros de sociedades iniciáticas, algunas tradicionales y otras casi desconocidas, pero de viejísima data.

Rosacruces, Masones, Teósofos, las más conocidas (…) Las Sociedades Iniciáticas tienen como función de esta

política sinárquica, la organización y preparación de sus miembros proporcionándoles conocimientos,

gradualmente, hasta constituirlos en los grados altos, en adeptos integrados e identificados con sus enseñanzas”.

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Por otro lado, respecto de las escuelas o sociedades de misterios, puede afirmarse que sus orígenes se remontan

a los principios de la civilización del ser humano, por cuanto su historia y funcionamiento es sumamente amplia y

compleja. Atento a ello, destaco que excede al objeto de este libro una explicación acabada de tal fenómeno.

Lo que si no quisiera dejar de mencionar, sobre las logias o hermandades secretas, es que suelen emplear

permanentemente -para sus iniciaciones, ritos, vestimentas, templos, etc.- una vasta serie de símbolos y

elementos mistéricos cuyos orígenes se remontan a un pasado extremadamente remoto.

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Si bien cada signo esotérico posee varios significados, de acuerdo al escalafón jerárquico en que se halle el

miembro iniciado, en última instancia hay un par de ellos que, por su envergadura, son los que más

frecuentemente se emplean y cuyo sentido es inequívoco. Éstos son: el disco o globo solar alado, el ojo que todo

lo ve (u ojo de Horus), la pirámide, la estrella de cinco puntas (pentagrama), la figura de Baphomet y la escuadra

junto al compás.

Remarco que todos estos últimos herméticos símbolos se hallan íntimamente interrelacionados entre sí y suelen,

por lo tanto, ser empleados, bajo diferentes modalidades, en forma conjunta.

Adicionalmente, existen una infinidad de variantes y de combinaciones de los mismos que pueden observarse

cotidianamente en casi todos los ámbitos. O sea que, las escuelas de misterios no solo los emplean abiertamente

entre ellos sino que además encubiertamente hacia el resto de la sociedad.

Para colmo lo más habitual es que no sean fáciles de detectar, sobre todo para los que no están interiorizados en

el tema.

Por ello, en el ANEXO I del TOMO 2, expondré el significado de los principales símbolos herméticos así como

también múltiples ejemplos que sorprenderán a más de uno, no solo por la cantidad sino que además por las

personas (físicas o jurídicas) que los emplean.

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En resumidas cuentas, es más que común encontrar en todas las religiones, mitologías, tradiciones orales u

escritas así como en el arte de cualquier cultura, referencias a criaturas de los cielos, demonios o divinidades.

Bajo el enfoque desde aquí propuesto estos relatos serían la interpretación rudimentaria de las interacciones

humanas con seres, entidades o potestades inteligentes extraterrestres y/o intraterrestres.

Dicho perspectiva permite una más que fecunda y profunda revisión literal de cualquier mitología, credo religioso

y/o expresión artística primitiva.

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Así, por ejemplo, los ángeles del cristianismo, las deidades hindúes con sus vimanas o los dioses de sumeria son

presentados como seres inteligentes, pero no humanos, ante los cuales las personas se postran y hacen buena la

máxima de CLARKE de equiparar tecnología y/o ciencia avanzada con magia o poderes sobrenaturales.

Asimismo la manipulación y control sobre los seres humanos, por ciertas entidades inteligentes no benignas ni

humanas, todavía continúa.

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Para ello cuentan con el gran apoyo de las sociedades secretas, las cuales no reparan en efectuar cuantas

maniobras sean necesarias a tales fines.

Es decir que, de manera muy sutil o más evidente en otros casos, las logias son unos de sus brazos ejecutores

fundamentales.

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Ahora bien, para poder comprender exactamente en qué consiste el DESTINO ERRADO o ANTINATURAL para el

ser humano, debemos indispensablemente retrotraemos varios miles de años en el tiempo, específicamente a la

época de las primeras civilizaciones del mundo (los pueblos Mesopotámicos sumerios, acadios, babililonios,

asirios y persas).

De aquel lugar y pretérita época procede justamente el célebre Poema de Atrahasis (o del muy sabio), en el cual

se puede hallar una muy interesante y esclarecedora perspectiva respecto del destino que debería tener el ser

humano según el panteón de los dioses imperantes.

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Atrahasis, también Atar-Hasis y Atram-Hasis, es un término acadio que da nombre a un manuscrito firmado y

datado por un copista (su autor original se desconoce) llamado KASAP-AYA (o NUR-AYA, pues el primer signo

cuneiforme no es unívoco) en tiempos del reinado del cuarto sucesor de HAMMURABI, AMMI-SADUQA (el cual

gobernó del 1646 a. C. hasta 1626 a. C.). Se estima como muy probable que el texto haya sido creado durante el

siglo anterior.

Es un extenso poema que abarca desde épocas ancestrales del mundo a la creación del hombre, comprendiendo

la narración del diluvio universal entre otras cuestiones. Se destaca, asimismo, que se encuentra redactado en

escritura cuneiforme, del cual se pudieron reconstruir, aproximadamente, las dos terceras partes. Actualmente

la copia más antigua y completa se encuentra en el Museo Británico de la ciudad de Londres.

El manuscrito relata, como fuera supra mencionado, la historia primitiva de la humanidad, desde el momento en que ésta salió de las manos de sus dioses creadores, los llamados Anunnaki (o Anunnaku).

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Según se desprende de dicha remota obra los Anunnaki impusieron, a través de la deidad Enlil (que era el príncipe regente de la Tierra), a los Igigu (también dioses pero de menor jerarquía) penosos e innumerables trabajos:

“[Y estos dioses] (tuvieron) que excavar [los cursos de agua] [Y abrir los canales] que vivifican la tierra-

[Los Igigu] (tuvieron) que excavar [los cursos de agua] [Y abrir los canales] que vivifican la tierra.

[Así, ellos abrieron] el curso del Tigris, [Y des]pués, [el del Éufrates]”.

“[Durante cien (?) años] se entregaron a la tarea –

[Durante quinientos (?) años] se entregaron a la tarea – [Durante novecientos (?) años] se entregaron a la tarea –

[Durante mil (?) años] se entregaron a la tarea – [Después de haber acumulado (?)] todas las montañas,

[Hicieron el recuento de los años] trabajados, [Después de haber organizado (?)] el gran pantano meridional,

[Hicieron el recu]ento [de los años] trabajados, [¡(Durante) dos mil q]uinientos años, y más,

Habían, día y noche, Soportado [esta pesada car]ga!”.

Agotados los Igigu, por tamaña faena, procedieron a protestar y a revelarse virulentamente ante los Anunnas. Éstos, tras varias idas, vueltas y deliberaciones en asamblea, hallaron una solución que fue aprobada por aclamación: el dios Ea (llamado Enki por los sumerios) propuso un plan de salvación que consistía en crear sustitutos para los dioses Igigu desfallecidos. Tales reemplazantes, que se crearían para resolver el delicado conflicto, éramos ni más ni menos que los seres humanos:

“Ea, habiendo [abierto] la boca, Se dirige a los dioses, [sus her]manos:

¿Por qué los [culp]amos? ¡Su tarea era pesada, [su labor infinita]!

Cada día […] Su grito de auxilio era cosa ser[ia…].

Pero existe [un remedio para esta situación (?)]: Dado que [Belet-ili, la Matriz], está aquí, Que fabrique un prot[otipo de hombre]:

¡Será él quien car[gue] con el yugo [de los dioses (?)]- [Quien ca]rgue con el [y]ugo [de los Igigu (?)]:

[Será el Hombre quien cargue] con su [traba]jo!”.

“Dado que Be[let-ili, la Mat]riz, está aquí, ¡Ella será quien dé a luz (?) y produzca

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Al Hombre para asegurar el trabajo de los dioses!” Interpelando, entonces, a la diosa, ellos preguntaron A la sabia mujer de los dioses, a la experta Mammi:

¿Serás tú la matriz que produzca a los hombres? ¡Pues bien! ¡Fabrica el prototipo humano:

Que él cargue con nuestro yugo!- ¡Que él cargue con nuestro yugo, impuesto por Enlil!-

¡Que el hombre asuma el trabajo asignado a los dioses!” Pero Nintu, habiendo abierto la boca,

Replica a los grandes dioses: ¡No puedo hacerlo sola, por mí misma;

Pero, con la ayuda de Enki, La operación sí que es posible!

Solo él puede puri[fi]carlo todo: Que él me entregue la arcilla y yo lo llevaré a cabo”.

“Enki, entonces, abrió la boca

Y se dirige a los grandes dioses: El primero, el séptimo o el decimoquinto día del mes, Decreto que se lleve a cabo una lustración con baño.

Entonces, se inmolará un dios, Antes de que (?) los dioses sean purificados mediante la inmersión.

Con su carne y su sangre, Nintu mezclará la arcilla:

De este modo el dios y el hombre estarán asociados, Reunidos en la arcilla,

¡Y, a partir de este momento, nosotros estaremos ociosos (?)! ¡Gracias a la carne del dios

Habrá en el Hombre un alma, Que lo presentará siempre vivo después de su Muerte.

Esta alma estará allí para guardarlo del olvido! Y los grandes Anunnaku, Que asignan los destinos,

Al unísono respondieron: ¡Sí!”.

(El subrayado me pertenece)

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Como emerge inequívocamente del manuscrito, no solo fue aprobado por unanimidad la solución propuesta por el dios Enki sino que finalmente el experimento se llevó a cabo y con sumo éxito. Así se dio origen al ser humano, quien tenía por único destino, según sus creadores, el efectuar las labores de los dioses o sea, la de ser un simple esclavo.

A continuación expongo otro ejemplo ilustrativo que reafirma este FALSO DESTINO que ciertos dioses (o seres

inteligentes no humanos) han pretendido fijar y delimitar perpetuamente para la humanidad.

El Popol Vuh (que se traduciría en k’iche’ como: Libro del Consejo o Libro de la Comunidad) es una recopilación

de varias leyendas, costumbres e historias del pueblo Quiché, el cual pertenecía a la cultura Maya de

Mesoamérica y que habitaba en la zona de Guatemala.

No se conoce el nombre del escritor de la obra aunque seguramente fue una copia que el autor o autores

transcribieron de un original, ya sea uno que tenían a la vista y en su poder, o lo reprodujeron de memoria.

Fue redactado en piel de venado (entre 1554 y 1558 d. C.), posteriormente trascripto al latín por FRAY ALONSO

DEL PORTILLO DE NOREÑA. La versión española fue realizada sobre este último texto en el siglo XVIII (1701 d. C.)

por el fraile dominico FRANCISCO XIMÉNEZ.

El libro tiene un gran valor histórico, así como también espiritual. Se le ha llamado, erradamente, Libro sagrado o

la Biblia de los Mayas Quiché.

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Es una narración que trata de explicar, básicamente, el origen del mundo, de la humanidad, diferentes

fenómenos que ocurren en la naturaleza, mitos del pueblo Quiché, etc.

En dicho documento ancestral, del continente americano, podemos encontrar muchísimos pasajes interesantes

(como por ejemplo su versión del diluvio universal) que se asemejan, y notablemente, a otras narraciones de

otros tiempos y lugares del mundo.

Pero lo que me interesa aquí destacar, de tal obra, es que en la misma se describe como un conjunto de deidades (Huracán, Chipi Caculha, Raxa Caculha y Corazón del Cielo) efectuaron varios intentos fallidos -por crear a unos seres que los adorasen, idolatrasen y cumpliesen sus órdenes- hasta que finalmente lo consiguen mediante la conformación del ser humano.

Tres (3) partes voy a citar al respecto (destacado desde ya que el subrayado me pertenece):

“Dijeron: -¡Probemos otra vez a hacer una criatura que podamos alimentar y que nos invoque y alabe, y se acuerde de nosotros sobre la tierra; ya probamos con nuestras primeras criaturas y no pudimos conseguir que

nos alabases, hagamos otra que nos obedezca y a quien sustentemos!”

“-¡Ya se acercó el tiempo de la claridad -decían-, de que amanezcan el sol, la luna y las estrellas! ¿Cómo hemos de hacer a los hombres que nos han de sustentar y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados?”

“No les parecía bien a los creadores ver que el hombre sabia y veía tanto, y así dijeron: -¡No está bien esto que han dicho nuestras criaturas, que ven todo lo que está cerca y lejos! Y consultaron entre sí diciendo: -¿Cómo

haremos que se les acorte la vista y sólo vean lo que está cerca? ¿Acaso no son por su naturaleza simples criaturas y hechuras nuestras? ¿Cómo han de ver y alcanzar lo mismo que nosotros que somos sus creadores?

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¿Han de ser ellos dioses también como nosotros? Frenemos esto, porque no conviene que sean así cuando se vayan multiplicando”.

En este punto el relato maya continúa explicando cómo los dioses creadores adoptaron ciertas medidas que disminuyeron opacando (o nublando) las capacidades de los primeros hombres a fin de que no fuesen tal como ellos.

Claramente puede advertirse la estrecha similitud, entre el Popol Vuh y el Poema de Atrahasis, en lo referente a los motivos de la creación de la humanidad por un grupo de dioses (o seres inteligentes) tiránicos, para los cuales la distancia entre ellos y nosotros es de carácter fundamental e insuperable.

Puede afirmarse, en consecuencia, que el DESTINO ERRADO o ANTINATURAL para el ser humano, según ha sido

orquestado maquiavélicamente por determinadas entidades inteligentes pero no humanas, consiste en ser un

mero lacayo de su voluntad (es decir, un engranaje más del pavoroso sistema que ellos han predeterminado y

bajo el cual debemos sobrevivir subsumidos en la más profunda ignorancia).

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Sin embargo, existe una alternativa a dicho nefasto paradigma de sumisión: algo importante y ciertamente

significativo que debemos aprender durante nuestra corta existencia y que usualmente pasa desapercibido en la

“vida modelo estándar” que rutinariamente llevamos. A continuación expondré ese VERDADERO DESTINO del ser

humano.

El segundo destino, sobre el cual he de reseñar inmediatamente, es el que he calificado como CONGÉNITO,

INNATO o NATURAL al ser humano.

Su característica fundamental radica en que ha sido enseñado y/o transmitido por los auténticos Santos o

Patriarcas a lo largo de la historia. O sea, por personas (tanto hombres como mujeres) que lograron seguir el

orden cósmico, el espíritu santo o como quieran decirle. Son, en definitiva, aquellos individuos que han hallado el

genuino equilibrio, la vía del medio.

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Puede afirmarse que los Santos comprendieron, visceralmente, cuál es la natural y verdadera función del ser

humano. La cual, vale aclarar una vez más, difiere diametralmente del destino que los ya mencionados seres

inteligentes, no humanos e involutivos, pretendieron -y aún procuran- imponernos, ya sea por motus propio y/o

mediante el accionar de las organizaciones secretas.

Para intentar explicar, de la mejor manera posible, este CONGÉNITO, INNATO o NATURAL destino del ser humano

voy a citar al Santo Maestro KOSEN THIBAUT, discípulo y heredero del Dharma del Santo Maestro TAISEN

DESHIMARU.

Para aquellos que no lo conocen es el octogésimo tercer (83) sucesor del Buddha SIDDHARTA SHAKYAMUNI en la

tradición Soto Zen.

Sin lugar a dudas el Maestro KOSEN THIBAUT es un gran Santo o Buda, cuyas palabras y acciones están

impregnadas de la más pura y profunda SABIDURÍA.

El mismo expone con total claridad, en los dos (2) extractos que seguidamente gloso, cual fue, es y seguirá siendo

el VERDADERO destino de la humanidad:

“La función del ser humano es transformarse en buda. Ésa es su función, su necesidad. La verdadera función del

humano es ser dios. Pero nunca quiere ser dios porque eso le da miedo, no está preparado para ser dios.

Entonces inventa a dios, escribe la biblia. Inventa todo eso para decir: <<no, no, yo no soy dios. Él es dios, no

yo>>. Pone a dios afuera porque tiene miedo de ser dios. Yo creo, en cambio, que los hombres somos dios, pero

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no sabemos cómo funciona ese dios. Es algo que hay que aprender… no es algo <<new age>>”, tipo: <<la

naturaleza del ser humano es divina, bla, bla, bla… >> ¡no!… hay que aprender, entonces. Y esto es una

obligación, no es una moda, una <<tendencia>>. Aprender a ser dios es una obligación”.

“Nuestra misión es también abrir el verdadero budismo [zen] a toda la humanidad. Si sólo sirviera a los budistas,

sería limitado. Algunos piensan que el budismo consiste en orar ante una estatua, en buscar la bendición de un

dios, en quemar incienso, en creer en buda... no tiene nada que ver con eso. El verdadero budismo es

comprender que la naturaleza de cada hombre es divina, que la vocación de todo ser humano es convertirse en

un dios. Si el hombre realiza su naturaleza de dios, entonces el mundo entero - montañas, árboles, cielo,

animales, insectos, todo, todo, todo - pueden realizarse con él. ¡Qué responsabilidad! Esto es el budismo: no hay

otro buda que usted mismo. Es una religión humana de actualidad. Sin embargo, vamos en la dirección opuesta,

es peligroso. En lugar de despertar todas las existencias, las contaminamos, las degradamos, como un niño que

rompiera sus juguetes”.

Ahora bien, la decisión de cumplir o no con nuestro INTRÍNSECO deber o destino, como seres HUMANOS-DIOSES,

depende exclusivamente de cada uno de nosotros.

Esta poderosa y sustancial “revolución interior” solo puede ser encarada y realizada por uno mismo. En otras

palabras, la experiencia es intransferible.

Y tal es así que, en uno de sus célebres libros, relata el Santo Maestro TAISEN DESHIMARU:

“El Maestro Dogen había ido a China para encontrar la verdadera sabiduría, para comprender el Zen. Pero no

había conseguido comprenderlo a pesar de haber estudiado muchas cosas. La civilización budista, Zen, estaba por

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esta época muy extendida en China y él había recorrido templo tras templo. Sin embargo no estaba satisfecho

con la enseñanza que le habían dado y quería volver a Japón. Un día llegó a un templo pequeño. Era verano y

hacía mucho calor. Encontró a un monje muy anciano que estaba trabajando bajo el sol. Su trabajo consistía en

secar champiñones. El anciano extendía estos champiñones por el suelo bajo un sol abrasador a pesar de su edad.

Al ver esto, el Maestro Dogen le hizo una pregunta: <<usted es un monje anciano y un superior, ¿por qué trabaja?

Hoy hace mucha calor, hágalo otro día>>. Dogen era entonces joven.

La respuesta del monje anciano, muy interesante, se convirtió en una respuesta histórica del Soto Zen. (…) El

monje le dijo: <<Joven, usted ha venido del Japón. Usted es inteligente y comprende el budismo, pero no

comprende la esencia del Zen. Si no hago esto, si no trabajo aquí y ahora, ¿quién podría hacerlo? Yo no soy usted,

yo no soy los demás. Los demás no son yo. Si no trabajo, si no experimento aquí y ahora, no podré comprenderlo.

Si un joven me ayudara a trabajar, si yo me limitará a mirarle, no podría tener esta experiencia de secar

champiñones. Si yo dijera: Haz esto o aquello. Ponlo aquí o allá, no podría experimentarlo yo mismo. No podría

comprender el acto del aquí y ahora...>>. <<Yo no soy los demás y los demás no son yo>>. Dogen quedó muy

sorprendido y comprendió. Era muy inteligente. En ese momento se dijo: <<tengo que quedarme en China>>.

Había estudiado libros, había buscado con su cerebro y pensaba continuamente, pero en ese momento

comprendió: <<Si no experimento, no podré comprender el verdadero Zen. El Zen no puede ser comprendido por

el cerebro>>.

El anciano y el Maestro Dogen se comprendieron. El Maestro Dogen quedó muy sorprendido y profundamente

marcado. Aún continuó preguntando: <<¿por qué seca usted hoy los champiñones, hágalo otro día?>>. El monje

anciano respondió: <<Aquí y ahora es muy importante. No se pueden secar los champiñones otro día. Si se pierde

este momento, no se podrán secar. Es necesario que haga calor. Es preciso hacerlo hoy. Mañana puede llover o el

sol puede no ser tan fuerte. ¡Bueno, ahora váyase que tengo que trabajar! Si quiere encontrar el verdadero Zen,

debe ir a ver a mi Maestro a su dojo [lugar de práctica de la vía del Buda]>>. El Maestro Dogen fue a ver al

Maestro de este monje anciano, del cual recibió una gran educación. En ese momento comprendió el verdadero

Zen que hasta ese día no había podido comprender. Aquí y ahora, los demás no son yo, yo no soy los demás. Si no

practico no puedo comprender. No puedo estar en lo que otra persona hace".

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Asimismo quisiera añadir que no importa cuál sea la práctica (o vía) ni el Maestro (JESÚS DE NAZARET, SAULO

PABLO DE TARSO, SATHYA SAI BABA, JIDDU KRISHNAMURTI, EIHEI DOGEN, BODHIDHARMA, LAO TSE, JUAN

MATUS, BARBARA KOSEN, etc.) que la transmita, en tanto y en cuanto aquel (o aquella) sea un legítimo e

indiscutible Santo.

Comprensiblemente, en este sensible asunto, lo relevante y esencial es la SABIDURIA. Y ésta no es, de ninguna

manera, equivalente o equiparable al conocimiento, ni a la erudición o sapiencia, ni a la velocidad intelectual, así

como tampoco a la mera colección de información. No proviene, entonces, de la mera inteligencia cerebral sino

del UNIVERSO, de la CONDICIÓN NORMAL DEL SER.

De todo ello se sigue que el destino o deber que recae sobre cada uno de nosotros, de aprender a ser un

HOMBRE-DIOS, no se asemeja en nada al proceder desplegado por aquellas entidades o potestades, no humanas

pero inteligentes, que se han autoproclamado “dioses” al solo efecto de someter, manejar, manipular y esclavizar

a los otros seres sensibles.

Por último, y como corolario de lo expuesto en este acápite, cabe aseverar que no existe la más mínima distancia

entre DIOS, la totalidad del UNIVERSO y el HOMBRE. En efecto, no se puede hablar de dualidad sino de

UNICIDAD: “El hombre es limitado. Dios es infinito. Dios hizo al hombre para que se expandiera hacia la gloria,

teniéndolo a Él como modelo, y descubriera, de esa forma, que en esa aparente limitación subyace la dimensión

de lo Absoluto como la sola realidad”. Palabras del Santo Swami SATHYA SAI BABA.

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3) DEGENERACION HUMANA

Si bien los seres humanos, que hace miles de años coexistimos sobre este planeta Tierra, hemos avanzado

cualitativa y cuantitativamente desde el punto de vista científico y tecnológico, no ha sucedido lo mismo en lo

que respecta a la SABIDURÍA.

Es más, no son pocos los que sostienen que hemos involucionado en dicho último aspecto. Y, siendo del todo

sincero, cabría reconocer que evidencias no les faltan para acreditar sobradamente tamaña aseveración. Por

ejemplo se puede traer a colación las palabras del genial LEONARDO DA VINCI quien sostuvo: “Seguramente el hombre es el

rey de los animales pues su brutalidad supera a la de éstos”.

Sea como sea, las incógnitas a resolver son las siguientes: ¿por qué no hemos logrado un progreso evolutivo de

fondo, más allá de algunas honrosas excepciones? ¿Por qué la humanidad únicamente ha adelantado en

cuestiones de forma, tales como la mera erudición y las ciencias aplicadas?

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Como ya fuera señalado, en el anterior apartado, todos y cada uno de nosotros tenemos la opción de seguir o no

el destino y deber que nos han mostrado los Santos y Patriarcas que han habido a lo largo del tiempo y del

mundo.

Lamentablemente todo conduce a admitir que la gran mayoría de los individuos (tanto los del pasado como los

del presente) han decidido seguir el otro destino, el ERRADO o ANTINATURAL.

Algunos humanos han hecho tal elección deliberadamente, poniéndose en consecuencia bajo las directas

órdenes de ciertas entidades que no son humanas ni benevolentes.

Tal EQUIVOCADA decisión, respecto del destino, suele estar fundada en la ignorante y falsa promesa de poder,

conocimientos superiores e iluminación.

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Por supuesto que me estoy refiriendo, en este caso, a todas aquellas personas que integran o apoyan a las

sociedades secretas.

Desgraciadamente puede aseverarse que todas ellas cedieron, por motus propio, a los ignominiosos designios de

un poderoso grupo potestades involutivas.

Mientras que los otros restantes individuos, es decir la gran masa social, se han dejado ciega y livianamente

arrastrar por el sistema -despótico y denigrante- que aquellas entidades no humanas han determinado para

nosotros.

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Vale destacar que tal sistema ha sido hábilmente pergeñado y, asimismo, ha ido variando de acuerdo a los

lugares, tiempos y culturas.

Se particulariza, en todos los casos, por fomentar: la dualidad, la ignorancia, el torbellino de los miles de deseos,

el egoísmo, el orgullo, la gula, la cólera, la envidia, el miedo, el apego, la pereza, la avaricia, la lujuria, la mentira,

el innecesario sufrimiento, la hipocresía, la falta de respeto hacia el prójimo y al hábitat natural, etc.

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Es fundamental tener siempre presente que, toda vez que el hombre ha contado en todo momento con la

libertad -el albedrío- de decidir su destino, no puede bajo ninguna excusa eximirse de la responsabilidad que le

cabe por ser cómplice necesario (directo o indirecto) del supra mencionado sistema.

Guste o no es una “pieza” más de una maquinaria nefasta, peligrosa y netamente involutiva.

Parafraseando a la Santa Maestra BARBARA KOSEN, en este momento le ruego al estimado lector que tan solo

durante un instante de conciencia observemos juntos y analicemos detenidamente nuestro mundo humano. Y

podremos ver, con perfecta claridad, que en el mismo el interés material se ha erigido en la ley dominante, a la

que se puede llamar codicia.

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En efecto, la avidez por el dinero y el afán desmesurado de poseer riquezas (atesorándolas sin poder soltarlas ni

compartirlas con nuestros semejantes), fue y sigue siendo una conducta frecuente en cualquier ámbito u

estamento social.

Incluso, para peor de males, se suele considerar que un ser humano solo vale por lo que materialmente tiene y/o

puede llegar a conseguir.

Sería necio negar que existe un desprecio (generalizado y apabullante) por la profunda senda espiritual y que

además, habitualmente, la misma solo cobra relevancia (de un modo superfluo y efímero) cuando la mera faz

material conlleva a la indefectible infelicidad y sufrimiento.

Sin embargo, ambas partes (materia-espíritu) son necesarias, inescindibles y deben estar en equilibrio, como la

pierna derecha requiere de la izquierda para poder caminar bien.

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Adicionalmente, creando falsas ideologías el ser humano se pone siempre en conflicto, provocando el miedo y la

inseguridad. A ésto se lo puede denominar cólera.

Por otro lado, nuestro maravilloso y mágico planeta Tierra, junto a sus diversas especies, se está destruyendo

poco a poco por la acentuada ceguera de los hombres, a la que se puede designar ignorancia.

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Codicia, cólera e ignorancia son, en definitiva, tres (3) terribles venenos que asesinan y corroen al hombre, así

como también lo atan a una falsa edificación del mundo (es decir, a una construcción inexacta de la realidad)

donde el protagonista es su pequeño “yo”, también ilusorio, que lo hace sufrir y vagar por la vida sin asumir su

AUTENTICO destino y deber.

La “radiografía” de la sociedad mundial nos señala un panorama, ciertamente, muy complejo: la actual

humanidad (así como también la del pasado inmediato y remoto) se halla mayormente fuera de las condiciones

normales y naturales del ser, toda vez que no sigue el orden cósmico.

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En otras palabras, la enorme mayoría de los seres humanos se halla en una completa y radical desarmonía con el

universo puesto que se siente escindida de él.

Es que indudablemente la gente desconoce, en lo más profundo de su ser, que su NATURAL y VERDADERO “yo”

es el UNIVERSO, es DIOS.

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Concluyentemente no estamos separados del universo, como nuestro pequeño ego y otros seres no humanos

involutivos se han empeñado en hacernos creer, por medio de toda suerte de espejismos, manipulaciones y

coacciones.

Es en este punto donde quiero traer a mención un fragmento muy interesante de la Biblia judeo-cristiana. El

extracto en cuestión se halla en al Nuevo Testamento (Juan 10:22-42):

“Por esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo, por

el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: -¿Hasta cuándo vas a tenernos en

suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo con franqueza. -Ya se lo he dicho a ustedes, y no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que me acreditan,

pero ustedes no creen porque no son de mi rebaño. Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo

les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado,

es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.

Una vez más los judíos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús les dijo: -Yo les he mostrado muchas obras

irreprochables que proceden del Padre. ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?

-No te apedreamos por ninguna de ellas sino por blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces pasar por Dios.

-¿Y acaso -respondió Jesús- no está escrito en su ley: <<Yo he dicho que ustedes son dioses>>? Si Dios llamó

<<dioses>> a aquellos para quienes vino la palabra (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿por qué acusan de

blasfemia a quien el Padre apartó para sí y envió al mundo? ¿Tan sólo porque dijo: <<Yo soy el Hijo de Dios>>? Si

no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a mis obras, para

que sepan y entiendan que el Padre está en mí, y que yo estoy en el Padre.

Nuevamente intentaron arrestarlo, pero él se les escapó de las manos.

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Volvió Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado bautizando antes; y allí se quedó. Mucha

gente acudía a él, y decía: <<Aunque Juan nunca hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo acerca de este

hombre era verdad>>. Y muchos en aquel lugar creyeron en Jesús”. Destaco que el subrayado me pertenece.

Entonces, en base a lo antedicho, surgen numerosas e inevitables interrogantes: ¿qué es el pequeño “yo”? ¿Por

qué el hombre cree, egoístamente, que el mundo gira exclusivamente en torno a él? ¿Cómo es el auténtico “yo”?

¿Por qué sufrimos?

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Los Santos Maestros KOSEN THIBAUT y TAISEN DESHIMARU echan luz sobre esta cuestión. Transcribo, respectivamente, a continuación sus palabras:

“El egoísmo es pequeño, es no ser capaz de soltar, de alguna manera de abandonar… porque uno quiere agarrar,

a veces uno puede agarrar o guardar algo, o tomar… uno puede y debe hacerlo libremente. Por ejemplo, si tengo

sed yo agarro un vaso de coca y lo tomo, no hay problema y no es egoísmo; pero el egoísmo es no poder soltar

algo, puede ser algo material, o su ego, o su propio honor, su auto, y uno no puede soltar, uno está obligado de

seguir, uno está encadenado, es decir es esclavo… eso es el egoísmo.

Es algo que nos mantiene en algo… pero en realidad somos todos egoístas, vivir es egoísmo, es la expresión del

ego a cada instante; pero el Zen consiste en aprender a soltar eso, y a fuerza de practicar uno toma el hábito de

poder soltar su egoísmo. No quiere decir que el egoísmo desaparece, aparece siempre el egoísmo, en cuanto el

zazen se terminó el egoísmo reaparece… pero a fuerza de soltar el egoísmo, uno se da cuenta que no existe

verdaderamente, no tiene noúmeno, no nos pertenece; nuestro egoísmo no nos pertenece. La gente que se

identifica a su egoísmo, es loca, imbécil. Pero a fuerza de habituarse a soltar su egoísmo, entonces podemos

tener un ego más grande, más fuerte todavía, pero cada vez uno puede soltarlo.

Yo sé que mi maestro tenía un ego enorme, es decir el instinto de vida, era muy celoso, se enojaba, no le gustaba

prestar sus cosas, tenía todas las características de un egoísmo enorme, porque era realmente muy fuerte, pero

al mismo tiempo abandonaba tanto su ego, que al final el ego es sin noúmeno, es un ego cósmico, y uno puede

abandonarlo, cada vez que uno se sienta en zazen lo abandona. Es importante eso.

Al final el ego no existe en realidad, uno cree que existe, pero es algo que fue construido poco a poco, que nos

fue enseñado por nuestros padres, y cuando hacemos zazen, uno descubre a fuerza de tanto abandonar eso, que

este ego no existe, no tiene noúmeno.

Y entonces uno se pregunta ¿quién soy yo? Y uno se vuelve cada vez más zazen, pero el ego se vuelve cada vez

más fuerte. Cuanto más se vuelve cósmico el ego, más fuerte se vuelve también. Es como una bola de nieve, el

ego se vuelve cada vez más enorme, realmente se vuelve cada vez más grande, la vida cada vez más intensa, los

deseos, las pasiones, cada vez más fuertes, y cada vez uno continúa y uno lo larga de nuevo.

El ego se dice que no se puede ni abandonarlo ni atraparlo, existe pero no existe. Si uno quiere abandonarlo es

imposible, si uno quiere atraparlo, encontrarlo, no se puede tampoco, es una contradicción graciosa.

Yo soy muy egoísta, por ejemplo, pero puede abandonar mi ego en todas las situaciones, al final, en la raíz.

Es parecido con mi maestro, había mucha gente que lo criticaba. Ah! el maestro Deshimaru fuma, toma whisky,

no es un verdadero maestro; un maestro verdadero debería ser vegetariano, no respeta los preceptos budistas…

había mucha gente que lo criticaba, y él decía si esa gente respeta los preceptos: no comen carne, no toman

alcohol, no fuman cigarrillos, pero en la raíz no han abandonado su ego.

Yo, yo tengo defectos, tengo pasiones, en el exterior; mi exterior es fuerte, pero en la raíz, la raíz está cortada. La

raíz del ego está cortada, y cuanto más la raíz está cortada, más tu personalidad se vuelve fuerte. Es por eso que

los maestros tienen una personalidad fuerte, pero sin noúmeno, sin ego. Es el ego sin ego.

Si yo debería soportar lo que soy, si yo me identificara a lo que soy, a lo que vivo en el interior, me volvería loco.

Soy tan apasionado, me puedo enamorar apasionadamente en un minuto… si yo me tuviese que apegar a eso me

moriría encendido. Soy colérico, muy celoso, todos los defectos del hombre, los tengo muy fuerte, pero en la raíz

no hay nada, está cortada.

(…) La gente se hace pasar como no egoístas, pero en realidad lo son, luchan contra su egoísmo; pero

verdaderamente hacer zazen es cortar el ego. Cuando uno hace zazen abandona el ego, uno pierde el cuerpo y el

espíritu total.

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(…) uno siente todas las cosas del mundo, uno es hipersensible al inconsciente colectivo, a las cosas humanas, y

uno las vive a fondo, pero las podemos abandonar en zazen. Podemos encontrar la tranquilidad en zazen.

Desapegarse de todo”.

“El ego sufre por él mismo, sin ego no hay sufrimiento. El sufrimiento proviene de la conciencia que se tiene de la

vida, de la familia, de los deseos, del futuro. Esta es la razón por la que el budismo recomienda cortar con la

familia, con el dinero, con la sociedad, etc.

Pero sólo se aplica al nivel del espíritu, y no al de la forma. Si cortáis vuestro amor por vuestra familia, a

continuación podréis amarla realmente y profundamente, sin egoísmo. Este amor profundo surge de la

comprensión de nuestro egoísmo. Este es el verdadero amor, sin meta y sin provecho, universal y eterno. El

sufrimiento desaparece en este momento. (…) Abandonar el egoísmo es la verdadera felicidad.

Sin embargo, exteriormente se continúa actuando, se ama, se trabaja. No hay ninguna contradicción en esto. Esta

es la condición normal que permite la armonía con los demás, gracias a la verdadera libertad interior y a la

verdadera simplicidad.

La religión es seguir esta libertad interior y no una moral.

La verdadera religión es armonizarse con el exterior, con la sociedad, con todo lo que nos rodea”.

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A nadie puede escapar que la sociedad mundial actual, en poco y nada, se asemeja a las enseñanzas profesadas por los Santos.

Resulta innegable que aquella se desenvuelve en un total y completo caos por donde se la mire. Es que la gente está, indubitablemente, fuera de sus cabales, y tal falta de armonía se traslada a todos los ámbitos.

Quien sepa un poco de historia universal sabrá, y de seguro coincidirá plenamente conmigo, que esta esquizofrenia general humana ha sido el modus operandi dominante a lo largo de todos los tiempos. Es decir, no es exclusiva de estos tiempos modernos mas allá de lo discutible de si ha empeorado o no tamaña patología.

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Lo que quiero decir, palabras más palabras menos, es que ya desde su nacimiento la humanidad se ha comportado de un modo extraviado, siniestro y autodestructivo, convirtiendo nuestro sagrado planeta en un agobiante “VALLE DE LÁGRIMAS Y SANGRE”.

Incluso me atrevo a afirmar, sin resquemor alguno, que la locura se ha tornado en algo normal, mientras que el

estado natural del ser ha pasado a ser visto como una ridiculez u utopía.

Es que la regla debería ser que todos lleváramos una vida de Santidad, pues ese es nuestro LEGITIMO destino y

deber, sin embargo hemos hecho todo lo contrario.

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Por eso fue que el Santo Maestro JIDDU KRISHNAMURTI sabiamente dijo: “No es saludable estar bien adaptado a

una sociedad profundamente enferma."

Hay una canción cuya letra retrata y describe, con suma fidelidad, este estado decadente y permanente en el que el ser humano ha estado viviendo. La obra musical se llama MEMORIA DE SIGLOS y dice así:

“En lo que digo nadie se engaña.

Nos libramos del vencido.

Todos barremos con saña

a los ídolos caídos.

No serás siempre el primero,

la humana limitación…

Cambia a capricho al puntero

de toda competición.

Olfateamos muchas cosas,

entre prisas diariamente.

Son verdades deliciosas,

y verdades pestilentes.

Nadie da nada de balde, sábelo.

El candor últimamente está muy bravo…

Aunque la verdad escalde,

sobran cadenas y esclavos.

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Libertad y sus vestigios…

Mas vale ponerse a salvo…

Muchos calzan gorro frigio

solamente por ser calvos.

Cubre el cuerpo cualquier capa…

El placer también demacra.

Todo ser busca una tapa,

cuada cual cubre su lacra.

Cada cual su lacra oculta…

Aunque en virtudes abunde,

y se juzgue inobjetable,

cuando el humano se hunde

siempre busca un responsable.

A menudo nos engañan

escondidas apetencias…

La culpa ajena es barata

regalarla no nos cuesta, nada nos cuesta.

La hipocresía propasa…

Todo ejemplo en esta tierra.

Al asesinato en masa,

los hombres lo llaman guerra”.

También el ilustre EINSTEIN fue contundente al respecto: "El problema del hombre no está en la bomba atómica,

sino en su corazón".

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Me gustaría que quedara bien en claro que no es la idea ni el fin de este escrito el condenar ni “crucificar” a nadie

así como tampoco presentar un panorama pesimista u apocalíptico.

Simplemente intento, mediante mi pluma, brindar un diagnóstico social lo más realista, claro y objetivo que

puedo; a efectos de que pueda revertirse esta perturbada tendencia.

A todo evento creo en el ser humano, y tengo la férrea esperanza en que podamos mejorar sustancialmente

como especie y logremos evolucionar aprendiendo a ser el HOMBRE-DIOS que todos somos.

No me voy a cansar de repetir, las veces que sea necesario, que debemos seguir el camino de sabiduría que nos

han legado los Santos. Pues, como bien es sabido, los perros siguen a los perros, los elefantes a los elefantes, los

locos a los locos y los Santos a los Santos.

Es que el hombre no puede continuar más por el mundo a la deriva. Ya es hora de que la humanidad crezca,

madure y se asuma como DIOS.

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Por ello le pregunto al lector:

¿Cuánto más nos lastimaremos a nosotros mismos?

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¿Cuánto más agrediremos a nuestro prójimo?

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¿Cuánto más violentaremos a nuestros niños?

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¿Cuánto más contaminaremos a la naturaleza y destruiremos el universo?

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Estoy absolutamente persuadido de que, solo si logramos sinceramente escuchar y aprender de los Santos

Maestros podremos sobrevivir, dignamente, como especie.

Es la sabiduría lo cardinal… Y lo maravilloso es que está en cada uno de nosotros, latente, en forma abstracta,

esperando que la concreticemos.

Por eso debemos educarnos y ordenarnos en la enseñanza de los Santos. Y es aquí y ahora el momento, mañana

puede ser tarde para encarar la vía de los Budas, de los Santos, pues la vida de cada uno puede finalizar en

cualquier instante. ¿Acaso alguien tiene asegurado el futuro?

No quisiera finalizar es capitulo sin citar, sobre este asunto, a tres (3) grandes inteligencias de nuestra

humanidad:

“Una tonelada de ciencia no vale más que una gota de sabiduría”. PITÁGORAS

“La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo”. GALILEO GALILEI

“Hoy, como cada vez que el ciclo platónico retorna al punto catastrófico, el hombre dirige su atención a su

propio mundo interior. Y el gran tema (…) no es ya la aventura del hombre lanzado a la conquista del mundo

externo sino la aventura del hombre que explora los abismos y cuevas de su propia alma”. SABATO

Como corolario de lo expuesto creo y férreamente que es hora de asumirnos, de seguir nuestro destino y deber

INNATO de HOMBRES-DIOSES.

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No podemos llevar una vida y continuar un sistema que contradicen nuestra más intrínseca naturaleza.

Necesitamos, ya mismo, retornar a nuestra condición normal del ser. La elección depende de nosotros, de nadie

más.

Mirar para otro lado es imposible, porque sería como intentar tapar el sol con un dedo.

Solo es cuestión de mirarnos a nosotros mismos y descubrir nuestro fascinante potencial. Ya lo dijo el Santo

Maestro EIHEI DOGEN en el Shobogenzo Bendowa:

“Estudiar el Zen significa estudiarse a sí mismo.

Estudiarse a sí mismo significa olvidarse a sí mismo.

Olvidarse a sí mismo significa hacerse uno con todas las existencias del Universo.”

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4) LA CADENA DE RESPONSABILIDADES

Absolutamente nadie puede negar que la humanidad se halla atravesada, desde los albores de su civilización, por

una gran, profunda y obscura confusión.

Los individuos que la componen, en su colosal mayoría, se encuentran desorientados, desfasados y enfermos

(básicamente en lo que respecta a su faz existencial, aunque ésta se halla inexorablemente unida a la parte física

en virtud de la mónada cuerpo-espíritu), por cuanto dicha patología se propaga y extiende a la colectividad.

Ello permite colegir que la corrupción social no es más que el reflejo (o resultado) del conjunto de sus

componentes inarmónicos.

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Bajo ningún concepto debe olvidarse que los integrantes de la propia comunidad se retroalimentan

negativamente los unos a los otros, por cuanto la alteración y decadencia humanitaria se tornan mucho más

graves.

Tal proceso de feedback puede describirse como la continua interconexión que se da entre los múltiples sujetos o

miembros sociales, donde la incumbencia reciproca incluye y supone el traspaso de datos, acciones, información,

desinformación, emociones, influencias, u otro tipo de elementos.

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Es por ello que el funcionamiento denigrante de la sociedad no puede escapar a la deplorable crisis en la cual se

hallan inmersos la mayoría de los seres humanos que la conforman.

De hecho, si pensamos, observamos y analizamos a la comunidad humana bajo la famosa Teoría de Sistemas

(también conocida bajo el nombre de Teoría General de Sistemas o T.G.S. por sus siglas) se puede inferir que en

la misma sus elementos (o partes componentes) se hallan pervertidos, lo que termina desembocando en una

inevitable anomalía general o sea, en un funcionamiento involutivo y/o autodestructivo.

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Por otro lado, la buena noticia es que no todo en este mundo está desmadrado, ya que a pesar de todo siguen

habiendo personas y sucesos naturales maravillosos y dignos de admiración.

Pero lo que también es cierto es que aquellos seres humanos Santos son mínimos, mientras que los restantes son

capaces (voluntaria o involuntariamente) de todas las atrocidades habidas y por haber.

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Ignorar esta cruda realidad configuraría todo un desatino, dado que impediría hallar el procedimiento para

reencaminar la misma hacia la normalidad.

Por eso destaco, fervientemente, que me enmarco dentro de aquellas personas que tienen la tenaz convicción de

que “todo problema tiene su respectiva solución”. El tema es no llegar tarde a dar con la misma pues, como dijera

PIERRE CORNEILLE, “cada instante de la vida es un paso hacia la muerte”.

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Desgraciadamente debe aceptarse que la enorme mayoría de los individuos (tanto los del presente como los del

pasado) han decidido, voluntaria o involuntariamente, desatender su NATURAL e INNATO destino y deber.

En palabras del filósofo JULIÁN MARÍAS: “Las decadencias consisten siempre en una cesión, una dimisión, un

abandono. Representan una crisis de la vitalidad”.

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Por todo lo reseñado puede perfectamente determinarse que la responsabilidad -por el estado calamitoso y

anómalo de la social mundial- puede ser atribuida, a grandes rasgos, a tres (3) sujetos colectivos. Ellos son:

A) En primer lugar, y por obvias razones, la mayor de las responsabilidades recae sobre el vigoroso grupo de

entidades inteligentes, no humanas e involutivas.

Sin dudas ellos han sido los grandes autores intelectuales y, en varios casos, materiales de la ignorancia

predominante.

B) En segundo lugar se puede englobar a todos aquellos individuos que han hecho la elección deliberada de

idolatrar y ponerse bajo las órdenes directas de tales potestades.

En este sub-grupo incluyo a las sociedades secretas y a sus secuaces o cómplices voluntarios.

Si bien tales congregaciones poseen una fastuosa cantidad de miembros, desde el punto de vista

cuantitativo son ínfimas en comparación con el tercer sujeto colectivo responsable. Ello no quita que,

desde su faz cualitativa, ostenten una descomunal e intrincada red de poder a todo nivel.

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C) La gran masa social, que es el tercer y último grupo de responsables, se encuentra conformada miles de

millones de personas de todas partes del mundo.

Alcanza a todos aquellos individuos que se han dejado arrastrar involuntaria y livianamente por el pérfido

sistema que determinaron y ejecutaron, con puntillosa precisión, los supra mencionados co-responsables.

En el caso en estudio corresponde hablar de una responsabilidad concurrente, en cabeza de los tres (3) sujetos

colectivos que recién fueran brevemente mencionados y descriptos. Es decir, sobre los mismos recae el

incumplimiento del deber NATURAL que los Santos nos vienen transmitiendo, paciente y sabiamente, desde

épocas ancestrales.

En esta cadena de responsabilidades puede aseverarse, sin temor a equivocación, que en los tres (3) eslabones

que la componen el común denominador es la IGNORANCIA (la cual, viene al punto aclarar, no debe ser asimilada

con falta de conocimientos sino más bien como FALTA DE SABIDURIA).

Claro está que se podría diferenciar los grados de responsabilidad, pues si bien todos estos sujetos colectivos son

responsables no lo son de igual manera.

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Desde esta perspectiva el de menor responsabilidad sería la gran masa social, en virtud de que su conducta

culposa es totalmente involuntaria.

Una responsabilidad intermedia correspondería a las logias y a sus cómplices intencionales. Ello como

consecuencia de que su conducta es voluntaria en lo que respecta al someterse, adorar y ejecutar las directivas,

no benévolas, de las entidades no humanas inteligentes. Sin embargo, como eximente parcial, debe tenerse en

cuenta que, en cierto grado, aquellos también son usados y engañados hábilmente por estos últimos.

Finalmente la mayor responsabilidad recae sobre las potestades inteligentes, no humanas e involutivas. Es que a

todas luces ellos fueron y siguen siendo quienes realmente controlan la oscura y portentosa estructura de

engaños, desinformación, manipulación y toda clase de acciones no piadosas y destructivas hacia los hombres.

Puede aseverarse, en líneas generales, que su agenda respecto de la humanidad siempre ha consistido en que la

misma sobreviva en un ilusorio destino de ESCLAVITUD (el cual, a toda costa, pretenden imponernos).

Palpablemente no es de su interés el exterminarnos a todos, pues de ser así tal vez ya lo hubieran hecho hace

mucho tiempo, sino mas bien el que les sirvamos, nutramos y adoremos.

Tal como sindica PAULO FREIRE: “A través de la manipulación las élites dominadoras intentan conformar,

progresivamente, las masas a sus objetivos”.

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Toda esta descripción esbozada no apunta a señalar a nadie en particular, ni pretende ser una acusación, ni

mucho menos una condena para los responsables.

Como ya lo he expresado el objeto principal, sobre el cual gira esta ponencia, es efectuar un minucioso aunque

sucinto diagnóstico social y ponerlo a disposición de todos aquellos seres que estén interesados en leerlo.

El efecto perseguido es, por tanto, que cada cual cuente con la información de que existe otra vida, otra

dimensión (la de HOMBRE-DIOS) que los Santos nos enseñaron.

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A mi modo de ver, aquí y ahora es el momento de desenmascarar la realidad subyacente y llamar a cada cosa por

su nombre.

El destino ERRADO o ANTINATURAL solo lleva al innecesario sufrimiento, a construir infantiles, enredados y

endebles “castillos de arena”.

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Todos contamos con la oportunidad, la opción, de ir más allá… De cruzar a la otra orilla, para crecer, en nuestras

vidas, con seguras, fuertes y profundas raíces de SABIDURIA.

Solo es cuestión de tener la resuelta decisión de tomar las riendas de nuestro AUTENTICO destino. Y cuidar

nuestro planeta y universo siguiendo en armonía el orden cósmico.

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Otro punto que me gustaría dejar bien en claro es que, más allá de que existen grupos determinados de

entidades, no humanas, inteligentes pero involutivas y de que, en adición, cuentan con el apoyo voluntario e

incondicional de una gran legión de personas (que son quienes conforman las logias secretas y/o son sus

cómplices o secuaces); no puede dejarse de tener muy presente que todos ellos, aún en su más cruel versión o

mas degradante manifestación, poseen la naturaleza de Buda, de Dios.

Por supuesto que, a diferencia de los Santos, aquellos se han sumergido o hundido en la más lóbrega y profunda

ignorancia. Es por ello que su naturaleza divina se encuentra sumamente abstracta y que su vida se caracteriza

por hallarse absolutamente desfasada, desequilibrada y fuera de las condiciones normales del ser.

A todas luces no siguen el orden cósmico sino que solo se mueven por sus intereses desmesuradamente egoístas.

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5) NADA NUEVO BAJO EL SOL

Hay un famoso y antiguo refrán que encaja exactamente con todo este panorama del cual vengo haciendo

alusión y descripción: “nada nuevo bajo el sol”. Efectivamente, todo este descalabro en el que vive la humanidad

actual viene de larga data, desde los sus inicios de su civilización.

Dentro del sujeto colectivo al que he bautizado como “la gran masa social” quedan comprendidos millones de

mujeres, hombres, jóvenes, ancianos, etc., sin distinción de credo, color de piel o nivel económico. Estoy

hablando, en definitiva, de la mayor parte de la población mundial.

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Su composición es, por definirla de algún modo, sumamente variada, heterogénea, desigual, múltiple y compleja.

En el seno de la gran masa social conviven o, más bien, sobreviven personas muy diferentes pero que, a pesar de

tales disparidades, poseen una característica común que las mancomuna: todos estos individuos se han dejado,

de un modo liviano e involuntario, conducir por el sistema dictatorial e inhumano que viene funcionando, de

manera sádica y vertiginosamente, desde épocas ancestrales.

Podemos englobar, por tanto, dentro de esta gigantesca masa social a personas de:

- todos los lugares del planeta

- todos los sexos y edades

- todas las razas o colores de piel

- todas la religiones o ateos

- todos los niveles educativos

- todos las clases sociales (baja, media y alta)

- todas los niveles o capacidades económicas (nula, escasa, mediana y alta), etc.

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Quisiera puntualizar, antes de proseguir, que dentro de este ente social colectivo existen muchísimos individuos

que, más allá de llevar una vida ordinaria (en el sentido de que no es plenamente de Santidad), son excelentes o

muy buenas personas. También, indubitablemente, se encuentran los mixtos (quienes se hallan en un punto

intermedio) y los más degenerados (aquellos en los que su aspecto más maligno es el predominante).

Recalco que, más allá de esta distinción que recién acabo de delinear en el párrafo precedente, el patrón común

de la gran masa social es el haberse convertido, fruto de la ignorancia, en un engranaje más de esta infernal

maquinaria que domina al mundo.

Disguste o no, a quienes se hallan enmarcados dentro de la descomunal masa social, son ciertamente funcionales

a la “picadora de carne humana”, pues hasta tanto no asuman con absoluta determinación su deber CONGÉNITO

e INALIENABLE de HOMBRE-DIOS seguirán a su merced, atrapados en su mecanismos invisibles.

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Una cuestión interesante, y que no puede pasarse por alto dado su envergadura, es que la gran masa social no ha

hecho la elección intencionada de idolatrar y ponerse bajo las órdenes directas de las potestades no humanas,

como sí en cambio efectúan las sociedades secretas y sus secuaces voluntarios.

Estas últimas, las organizaciones o logias secretas (así como sus partidarios externos pero conscientes de sus

fines), podrían ser conceptuadas como las encargadas indirectamente de controlar y manipular a la sociedad.

Para ello se valen de diversos, ocultos e intrincados mecanismos.

Son, en cierta manera, las manos ejecutoras de las directivas de aquellas entidades o seres no humanos

inteligentes e involutivos.

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Pero ello no quita que, más allá de su voluntaria adhesión, los miembros que conforman las escuelas de misterios

también sean ignorantemente engañados y usados por las muy inteligentes y hábiles potestades no humanas.

Éstas, cual arañas, tejen toda una perversa y compleja red de captación de humanos basándose en su punto débil

o “talón de Aquiles”.

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Sé perfectamente que los lectores, y sobre todo aquellos que arriban por primera vez a esta clase de información,

pueden llegar a pensar que todo cuanto narro es conspirativo, paranoico, exagerado y/o disparatado, pero lo

cierto es que los hechos y las evidencias son no solo cuantiosas sino que además incuestionables.

Por cuanto quien posea un poco de sentido común y, además, se halle predispuesto a intentar ver el fondo de los

acontecimientos (y no quedarse en la mera apariencia), podrá en un mayor o menor tiempo advertir que todo

esta narración es completamente cierta y ajustada a la sanguinaria realidad.

Es que a nadie puede escapar que, ya desde los primeros tiempos de la humanidad, ciertos entes o potestades no

humanas, en complicidad con las hermandades secretas, se han encargado con excelsa destreza de:

confundirnos, manejarnos, manipularnos, engañarnos, asustarnos, mentirnos, desinformarnos, denigrarnos,

enfrentarnos unos a otros y usarnos como esclavos, sin la más mínima intención de que evolucionemos y

desarrollemos sabiduría -obviamente porque ellos tampoco la poseen, sino no actuarían de esta manera-.

El mero hecho de negar la existencia de la presente situación, por más incómoda o difícil que nos resulte, solo

lleva al agravamiento de la misma.

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Infaliblemente ningún árbol puede dar un fruto diferente al que le es propio: es decir que solo “veneno” se puede

esperar de aquellos, ya que se hallan completamente fuera de las condiciones normales de ser.

No estoy diciendo que el grupo de entidades no humanas involutivas y los iniciados en las escuelas de misterios

carezcan de la posibilidad de revertir esta terrible actitud que vienen desarrollando, pues perfectamente pueden

decidir efectuar un cambio radical para seguir un camino de armonía con el universo. Lo que estoy intentando

transmitir es que hasta el momento ello no ha sucedido y, consecuentemente, uno debe tener los ojos bien

abiertos para no caer en sus redes y no apartarse del VERDADERO deber y destino.

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Tan virulento y pavoroso es dicho accionar, desarrollado sobre la gran masa social, que hasta han arremetido

contra los auténticos Santos y sus sabias y profundas enseñanzas.

Se puede válidamente mencionar, a título meramente ejemplificativo, las persecuciones, torturas, calumnias,

asesinatos, desvalorización y/o adulteraciones de sus instrucciones (verbigracia mediante sincretismos o falsos

profetas), etc.

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Los insultos, burlas, flagelos y posterior crucifixión de JESÚS DE NAZARET han quedado marcados, en la historia

mundial, como una de las más exponenciales y brutales demostraciones de lo antedicho.

Es mismísimo MAHATMA GANDHI alguna vez dijo: “La violencia es el miedo a los ideales de los demás”.

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A lo cual se debe sumar la certera advertencia efectuada por el Santo Apóstol SAULO PABLO DE TARSO.

“Su táctica no debe sorprendernos, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz”.

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Incluso han pretendido generar el estereotipo de que la condición normal del ser, o sea la Santidad, es el de una

vida aburrida, de aislamiento o soledad, de celibato indispensable y otras tantas sartas de sanatas, falacias y

falsedades.

Lo único que es patente es la intención hipócrita, cruel y subterránea, por parte del referido grupo de potestades

no humanas ni benevolentes, de que les rindamos idolatría, sumisión absoluta y/o les tengamos temor

reverencial.

Reitero, esta delicada situación que viene atravesando la masa social no puede, bajo ningún concepto, ser

desatendida y/o rechazada. La toma de conciencia es, sin dudas, el punto de partida para poder asumir nuestro

INNATO y LEGÍTIMO deber de HOMBRE-DIOS.

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El más trascendental y puro equilibrio de millones de seres humanos está en juego, pues cuando los mismos se

apartan del camino de la Santidad, de los Budas o Avatares, todo a su alrededor se vuelve una cárcel.

Sin ánimo de que la presente obra se torne farragosa y/o redundante, no quiero dejar de recalcar que todos los

seres humanos que se hallan sometidos voluntaria o involuntariamente, al funcionamiento del patético y aciago

sistema imperante, puede considerarse que han olvidado sus raíces y, por carácter transitivo, su libertad interior.

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Basta con reflexionar un instante para advertir cuantas cadenas artificiales ahogan, en la oscura ignorancia, a la

sociedad hasta convertirla en un verdadero pandemónium.

Como bien dijo el filósofo JEAN PAUL SARTRE: “El hombre nace libre, responsable y sin excusas”. De lo que se

sigue que cada uno de nosotros puede elegir asumir y cumplir con el deber NATURAL de HOMBRE-DIOS o

simplemente dejarse doblegar por el destino que pretenden imponer un grupo de entidades no humanas

involutivas.

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El Santo Maestro KOSEN THIBAUT enseña, en su libro titulado Zen: La Revolución Interior, que:

“La libertad es una noción de prisionero, no de hombre libre. La verdadera libertad es lo que es, naturalmente.

Los indios consideran que la tierra está viva, que es un ser vivo, y cada forma de la tierra es una expresión de su

cuerpo.

(…) Nunca un indio pensó en términos de libertad. Piensan en la interdependencia, en vivir en armonía con las

cosas que existen. Es algo evidente, no vale la pena explicarlo. En interdependencia con las realidades, no

solamente con los árboles y las montañas, sino también con los demás hombres.

No hay libertad, no existe. Hay una interdependencia, un respeto, intercambio armonioso, o no. Es todo. La

libertad es una aspirina para esclavos”.

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Un ejemplo notable, de la concepción sabia de la interdependencia equilibrada con la naturaleza, se puede leer

en el ilustre Discurso del Jefe Indio de Seattle dirigido al hombre blanco en 1855. Lo transcribo seguidamente

para aquellos que no han tenido la oportunidad de conocerlo aún:

“El gran Jefe de Washington [el Presidente de EEUU] nos envía un mensaje para hacernos saber que desea

comprar nuestra tierra. También nos manda palabras de hermandad y de buena voluntad. Agradecemos el

detalle, pues sabemos que no necesita de nuestra amistad. Pero vamos a considerar su oferta, porque también

sabemos de sobra que, de no hacerlo así, quizá el hombre blanco nos arrebate la tierra con sus armas de fuego.

Pero...

¿Quién puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra?

Esa idea es para nosotros extraña.

Ni el frescor del aire, ni el brillo del agua son nuestros.

¿Cómo podría alguien comprarlos?

Aún así, trataremos de tomar una decisión.

Mis palabras son como las estrellas: eternas, nunca se extinguen.

Tenéis que saber que cada trozo de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada aguja de un abeto, cada playa de

arena, cada niebla en la profundidad de los bosques, cada claro entre los árboles, cada insecto que zumba es

sagrado para el pensar y sentir de mi pueblo.

La savia que sube por los árboles es sagrada experiencia y memoria de mi gente.

Los muertos de los blancos olvidan la tierra en que nacieron cuando desaparecen para vagar por las estrellas.

Los nuestros, en cambio, nunca se alejan de la tierra, pues es la madre de todos nosotros.

Somos una parte de ella, y la flor perfumada, el ciervo, el caballo, el águila majestuosa, son nuestros hermanos.

Las escarpadas montañas, los prados húmedos, el cuerpo sudoroso del potro y el hombre...

Todos pertenecen a la misma familia.

Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington nos envió el recado de que quería comprar nuestra tierra, exigía

demasiado de nosotros. El Gran Jefe nos quiere hacer saber que pretende darnos un lugar donde vivir tranquilos.

Él sería nuestro padre, y nosotros seríamos sus hijos. ¿Pero eso será posible algún día?

Dios debe amar a vuestro pueblo y abandonado a sus hijos rojos.

Él ha enviado máquinas para ayudar al hombre blanco en su trabajo, y con ellas se construyen grandes poblados.

Él hace que vuestra gente sea, día a día, más numerosa. Pronto invadiréis la tierra, como ríos que se desbordan

desde las gargantas montañosas, como una inesperada lluvia.

Mi pueblo, sin embargo, es como una corriente desbordada, pero sin retorno.

No, nosotros somos razas diferentes.

Nuestros hijos y los vuestros no juegan juntos, y vuestros ancianos y los míos no cuentan las mismas historias.

Dios os es favorable, y nosotros nos sentimos huérfanos.

Aún así, meditaremos sobre vuestra oferta de comprarnos la tierra.

No será fácil, porque esta tierra es sagrada para nosotros. Nos sentimos alegres en estos bosques.

Ignoro el por qué, pero nuestra forma de vivir es diferente a la vuestra.

El agua cristalina, que corre por los arroyos y los ríos no es sólo agua, es también la sangre de nuestros

antepasados. Si os la vendiéramos tendríais que recordar que es sagrada, y enseñarlo así a vuestros hijos.

De hecho, los ríos son nuestros hermanos.

Nos libran de la sed, arrastran nuestras canoas y nos procuran alimento.

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Cada imagen que reflejan las claras aguas de los lagos son el recuerdo de los hechos que ocurrieron y la memoria

de mis gentes.

El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Así es, Padre Blanco de Washington: los ríos son nuestros hermanos.

Si os vendemos nuestra tierra, tendréis que recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros

hermanos -y en adelante, los vuestros- y tratarlos con el mismo cariño que se trata a un hermano.

Es evidente que el hombre blanco no entiende nuestra manera de ser.

Os es indiferente una tierra que otra porque no la ve como a una hermana, sino como a una enemiga.

Cuando ya la ha hecho suya, la desprecia y la abandona.

Deja atrás la tumba de sus padres sin importarle.

Saquea la tierra de sus hijos y le es indiferente.

Trata a su madre -la Tierra- y a su hermano -el firmamento-como a objetos que se compran, se usan y se venden

como ovejas o cuentas de colores.

Hambriento, el hombre blanco acabará tragándose la tierra, no dejando tras de sí más que un desierto.

Mi gente siempre se ha apartado del ambicioso hombre blanco, igual que la niebla matinal en los montes cede

ante el sol naciente.

Pero las cenizas de nuestros antepasados, sus tumbas, son tierra santa, y por eso estas colinas, estos árboles, esta

parte del mundo, nos es sagrado.

No sé, pero nuestra forma de ser es muy diferente de la vuestra.

Quizás sea porque soy lo que vosotros llamáis "un salvaje" y, por eso, no entiendo nada.

La vista de vuestras ciudades hiere los ojos de mi gente.

Quizá porque el "Piel Roja" es un salvaje y no lo comprende.

No hay silencio alguno en las ciudades de los blancos, no hay ningún lugar donde se pueda oír crecer las hojas en

primavera y el zumbido de los insectos.

No hay un solo sitio tranquilo en las ciudades del hombre blanco.

Ningún lugar desde el que poder escuchar en primavera el brote de las hojas o el revolotear de un insecto.

Tal vez sea porque soy lo que llamáis "un salvaje" y no comprenda algunas cosas...

El ruido de vuestras ciudades es un insulto para el oído de mi gente y yo me pregunto ¿qué clase de vida tiene el

hombre que no es capaz de escuchar el grito solitario de la garza o el diálogo nocturno de las ranas en un

estanque?

Mi pueblo puede sentir el suave susurro del viento sobre la superficie del lago, el olor del aire limpio por el rocío

de la mañana y perfumado al mediodía por el aroma de los pinos.

El aire es de gran valor para nosotros, pues todas las cosas participan del mismo aliento: el animal, el árbol, el

hombre, todos.

El hombre blanco parece no dar importancia al aire que respira, a semejanza de un hombre muerto desde hace

varios días, embotado por su propio hedor.

Pero, si os vendemos nuestra tierra, no olvidéis que tenemos el aire en gran estima, que el aire comparte su

espíritu con la vida entera.

El viento dio a nuestros padres el primer aliento, y recibirá el último.

Y el viento también insuflará la vida a nuestros hijos.

Y si os vendiéramos nuestra tierra, tendríais que cuidar el aire como un tesoro y cuidar la tierra como un lugar

donde también el hombre blanco sepa que el viento sopla suavemente sobre la hierba en la pradera.

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Cuando el último de entre mi gente haya desaparecido, cuando su sombra no sea más que un recuerdo en esta

tierra -aun entonces- estas riberas y estos bosques estarán poblados por el espíritu de mi pueblo, porque

nosotros amamos este paisaje del mismo modo que el niño ama los latidos del corazón de su madre.

Si decidiese aceptar vuestra oferta, tendría que poneros una condición: que el hombre blanco considere a los

animales de estas tierras como hermanos.

Soy lo que llamáis "un salvaje" y no comprendo vuestro modo de vida, pero he visto miles de búfalos muertos,

pudriéndose al sol en la pradera. Muertos a tiros, sin sentido, desde las caravanas.

Yo soy un salvaje y no puedo comprender cómo una máquina humeante -el caballo de hierro- puede importar

más que el búfalo, al que sólo matamos para sobrevivir.

¿Qué es el hombre sin animales?

Si todos los animales desaparecieran el hombre también moriría en la soledad de su espíritu.

Lo que le suceda a los animales tarde o temprano le sucederá también al hombre.

Todas las cosas están estrechamente unidas.

Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: que la Tierra es su madre.

Lo que le ocurre a la Tierra también le ocurre a los hijos de la Tierra.

Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos.

Nosotros sabemos que la tierra no pertenece al hombre, que es el hombre el que pertenece a la Tierra.

Lo sabemos muy bien… Todo está unido entre sí, como la sangre que une a una misma familia.

El hombre no creó la trama de la vida, es sólo una fibra de la misma.

Lo que haga con ese tejido, se lo hace a sí mismo.

No, el día y la noche no pueden vivir juntos.

Tenéis que enseñar a vuestros hijos que el suelo que está bajo sus pies contiene las cenizas de los nuestros.

Para que respeten la tierra, contadles que la tierra contiene las almas de nuestros antepasados.

Nuestros muertos siguen viviendo entre las dulces aguas de los ríos, y regresan, de nuevo, con cada suave paso

de la primavera, y sus almas van con el viento que sopla, rizando la superficie del lago.

Consideramos la posibilidad de que el hombre blanco nos compre nuestra tierra.

Pero mi pueblo pregunta: ¿qué es lo que quiere el hombre blanco?

¿Cómo se puede comprar el Cielo, o el calor de la tierra, o la velocidad del antílope?

¿Cómo vamos a vender todo esto y cómo vais a poder comprarlo?

¿Acaso podréis hacer con la tierra lo que queráis, sólo porque firmemos un pedazo de papel y se lo entreguemos

al hombre blanco?

Si nosotros no poseemos el frescor del aire, ni el resplandor del agua, ¿cómo vais a poder comprarlo?

¿Es que, acaso, podéis comprar los búfalos cuando ya hayáis matado al último?

Consideraremos la oferta.

Sabemos que si no os la vendemos vendrá el hombre blanco y se apoderará de nuestra tierra.

Sabemos una cosa que, tal vez, el hombre blanco descubra algún día: nuestro Dios es vuestro Dios.

Podéis pensar que ahora Él os pertenece, de igual manera que hoy deseáis que nuestras tierras sean vuestras.

Pero no es así. Él es el Dios de todos los hombres y su amparo alcanza por igual a mi gente y a la vuestra.

Consideraremos vuestra oferta de que vayamos a una reserva.

Queremos vivir aparte y en paz.

No importa dónde pasemos el resto de nuestros días.

Nuestros hijos verán a sus padres sumisos y vencidos.

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Nuestros guerreros estarán avergonzados.

Después de la derrota pasarán sus días en la holganza, y envenenarán sus cuerpos entre comida y alcohol.

No importa dónde pasemos el resto de nuestros días. No quedan ya muchos...

Sólo algunas horas -un par de inviernos- y no quedará ningún hijo de la gran estirpe que en otros tiempos vivió en

esta tierra, y que ahora en pequeños grupos viven dispersos por el bosque, para gemir sobre las tumbas de su

pueblo.

Un pueblo que en otros tiempos fue tan poderoso y tan lleno de esperanza como el vuestro.

Pero, ¿por qué entristecerse por la desaparición de una nación?

Las naciones están hechas por hombres. Es así.

Los hombres aparecen y desaparecen como las olas del mar.

Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, queda exento del destino común

de las cosas.

Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos...

También los blancos desaparecerán, y quizá antes que otras estirpes.

Continuad contaminando y corrompiendo vuestro lecho y cualquier noche moriréis ahogados en vuestra propia

suciedad.

Eso sí..., caminareis hacia la extinción rodeados de gloria y espoleados por la creencia en un Dios que os da poder

sobre la Tierra y sobre los demás hombres.

Cuando todos los búfalos se hayan ido, los caballos salvajes hayan sido domados, el rincón más secreto del

bosque invadido por el ruido de la multitud, y la visión de las colinas esté manchada por los alambres parlantes

[telégrafo], cuando desaparezca la espesura y el águila se extinga, habrá que decir adiós al caballo veloz y a la

caza.

Será el final de la vida y el comienzo de otra.

Por algún motivo que se me escapa, Dios os concedió el dominio sobre los animales, los bosques y los Pieles

Rojas.

Quizá podríamos comprenderlo si supiésemos qué es lo que sueña el hombre blanco, qué ideales ofrece a los

hijos en las largas noches de invierno, y qué visiones bullen en su imaginación, hacia las que tienden el día de

mañana.

Pero nosotros somos "salvajes".

Los sueños del hombre blanco nos están vedados.

Y porque nos están ocultos, nosotros vamos a seguir nuestro propio camino.

Pues, ante todo, estimamos el derecho que tiene cada ser humano a vivir tal como desea, aunque sea de modo

muy diverso al de sus hermanos.

No es mucho lo que nos une.

Consideraremos vuestra oferta...

Si aceptamos es sólo por asegurarnos la reserva que habéis prometido.

Quizá, allí podamos acabar los pocos días que nos quedan, viviendo a vuestra manera.

Cuando el último Piel Roja de esta tierra desaparezca y su recuerdo sea solamente la sombra de una nube sobre

la pradera, todavía estará vivo el espíritu de mis antepasados en estas orillas y estos bosques.

Pues ellos amaban esta tierra, como ama el recién nacido el latido del corazón de su madre.

Si os llegáramos a vender nuestra tierra, amadla -como nosotros la hemos amado-.

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Cuidad de ella -como nosotros la cuidamos- y conservad el recuerdo de esta tierra tal como os la entregamos.

¿Dónde está el bosque espeso? Desapareció.

¿Qué ha sido del águila? Desapareció.

Así se acaba la vida y sólo nos queda el recurso de intentar sobrevivir”.

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Ahora bien, llegado a este punto le ruego al lector que evalúe, con la mayor seriedad y sinceridad, de qué forma

ha llevado su vida y cómo ha de hacerlo en lo sucesivo.

Porque como escribiera ARTURO GRAF: “Si no tiene la libertad interior, ¿qué otra libertad espera poder tener?”

El sistema en el que vivimos insertos los seres humanos es, a todas luces, una patente demostración de la

ignorancia que nos rodea y sofoca (a excepción de aquellos que siguen la vía transmitida por los Budas o Santos).

En la mayor parte de los casos, el CONGÉNITO destino (o deber) se ha perdido o empañado.

El hombre-masa ya no se encuentra abierto a los mensajes del agua o del viento, ya no comparte los dolores de

los animales, las plantas y de los otros seres sensibles que coexisten con nosotros en el planeta. Poco y nada le

importa la agonía de la Tierra cuando se talan indiscriminadamente los bosques y selvas ni tampoco cuando el

cielo se ennegrece por el humo.

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Afligido y melancólicamente el hombre-masa transita la vida sin seguir su propio destino NATURAL. Se limita,

simplemente, a intentar sobrevivir a los vaivenes de un EQUÍVOCO camino, trazado por otros, hasta el momento

de su muerte.

En el sumamente interesante libro El Retorno de Pahana, de ROBERT BOISSIERE, también se puede encontrar un

muy profundo y sabio mensaje legado por los indios HOPI de América del Norte. Gloso seguidamente un breve

extracto que echará luz y esperanza al respecto:

“El Plan Universal es muy claro, pero la gente a veces se avergüenza de enfrentarse, o de hablar sobre su

realidad, por temor a ser etiquetada de charlatana o no ser aceptada entre las personas respetables. Y sin

embargo ésta es la solución con la que el Creador [Dios o el Orden Cósmico] pondrá el mundo en orden. Los

Hopis no discutimos este plan, pues no nos situamos por encima del Creador. No necesitamos saber con

exactitud cómo se llevará a cabo la purificación. El Creador tiene armas de naturaleza superiores a las que los

humanos han construido para su propia destrucción.

Nosotros, los Hopis, esperamos, pues sabemos que ningún poder humano puede detener la tarea del Creador.

Quienes han servido a las fuerzas destructivas de nuestro estilo de vida cosecharán el justo castigo por perder de

vista el camino luminoso del Creador. Ningún destino sombrío nos aguardaría si no hubiéramos actuado como

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niños y jugado con artefactos destructivos. Tal como están las cosas, debemos enfrentarnos a lo que nos está

reservado.

Los Hopis observamos atentamente cómo se despliega cada etapa en la pauta de cambio del mundo, sabiendo

cuál es el siguiente paso según nuestras instrucciones. Cuando cayó en Japón la profetizada <<calabaza de

cenizas>> que mató a tanta gente, los Hopis trabajaron para llevar su mensaje al mundo, advirtiendo que no

deben hacerse alardes de fuerza. Sabíamos que cualquier intento de controlar o de conquistar el mundo sólo

serviría para destruirlo. Ésta es la simple realidad de la vida. Podemos utilizar esta advertencia para beneficiarnos

o para condenarnos, como nosotros escojamos.

Nuestros profetas nos advirtieron de que, llegado a este punto, quienes no tomaran en cuenta la advertencia, y

emplearan la tecnología avanzada para conseguir armas más potentes y un control mayor de la naturaleza,

ocasionarían un daño enorme tanto a la Tierra como a la vida. Estas personas no tendrían entendimiento

[conocimiento de sabiduría] alguno, pero creerían en el poder de sus propias mentes y actuarían como si

pertenecieran a una raza superior. Jugarán a obtener riquezas a través de la astucia, e incluso de la traición,

empleando falsas promesas en su búsqueda competitiva de poder. ¡Quién sabe lo que harán en su estado

intoxicado!

Quizás todavía queda tiempo para volver a despertar a los desorientados y prevenir el desastre. Aprendimos de

nuestros ancestros que las acciones del hombre mediante la oración son tan poderosas que deciden el futuro de

la vida en la Tierra. Podemos escoger que los grandes ciclos de la naturaleza nos lleven a la prosperidad o al

desastre. Este poder se practicó hace mucho tiempo, cuando nuestros pensamientos espirituales eran uno.

¿Funcionará todavía este concepto en la era del jet?

No nos desanimemos. Limpiemos el engaño de nuestras mentes. Librémonos voluntariamente del odio y

llenémonos de amor, uniéndonos con una fe renovada en nuestro Creador, para que podamos ser perdonados de

la destrucción resultante del poder de las armas, y de otros mecanismos de nuestras mentes, sin olvidarnos del

futuro de nuestros hijos y de los que vendrán”.

La naturaleza no solo está viva sino que además es sabia. Si nos apartamos de ella y la lastimamos, si no seguimos

nuestro CONGÉNITO, INNATO y LEGÍTIMO deber-destino y actuamos en desarmonía como degenerados, tarde o

temprano sus cuatro (4) elementos esenciales (tierra, agua, fuego y aire) se volverán contra nosotros.

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¿Hasta dónde llegará el ser humano en esta carrera desenfrenada contra sí mismo? ¿Podrá la sociedad mundial

tomar conciencia del estado de aberración y barbarie en la que se encuentra?

El tiempo corre…

Sin olvidar que las armas con las que se cuentan hoy en día podrían devastar nuestro planeta Tierra y a nosotros

mismos en tan solo unos meros segundos.

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El dilema por el que viene atravesando la sociedad mundial es, en extremis, complicado. Pues, palmariamente, el

sistema dominante ha sido orquestado y sustentado por determinadas entidades no humanas, así como también

por grupos de personas, íntegramente corrompidas por la ignorancia, el materialismo, la cólera, la codicia, el

apego, el egoísmo, etc.

En el estado delicado en el cual nuestro mundo se desenvuelve, de no variar rotundamente, de un modo u otro,

“nos terminará tapando el agua”.

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Como ya he recalcado la elección es pura y exclusivamente nuestra.

O seguimos nuestro deber y destino NATURAL…

O terminaremos destruyéndonos completamente.

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Más aún, le pregunto al lector: ¿qué mundo le estamos dejando a nuestros niños?

¿Uno en el cual los seres humanos vivimos en fraternidad, respeto, sencillez, paz y en consonancia con el

Universo?

¿O más bien una realidad de eternas discordias, guerras, corrupción, denigración e ignorancia?

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El Santo Maestro TAISEN DESHIMARU, en su libro La Práctica Del Zen nos brinda, con eximia claridad, su

consideración respecto del desfasaje del que adolece la enorme mayoría de los seres humanos:

“Como sabéis, en un principio el cerebro interno era muy activo; al civilizarse el hombre, el córtex cerebral

comenzó a utilizarse intensamente. El exterior se desarrollaba unilateralmente mientras que el interior quedaba

por debajo de su empleo. Tal desequilibrio no puede más que engendrar debilidad nerviosa, neurosis y

frustración tanto para el individuo como para la especie. (…) Las civilizaciones se han intelectualizado. Pero,

¿dónde ha quedado la sabiduría? Sólo puedo deciros esto: por y a través de la práctica de za-zen, el cerebro

reencuentra su condición normal, original, se reintegra al orden cósmico. En ese momento una energía nueva

pasa al ser, una gran actividad se manifiesta, una gran actividad se despliega, el esfuerzo se transforma en

espontaneidad”.

Por otro lado el mismo Santo Maestro destacaba el punto fundamental, sobre el cual no se puede claudicar, el

cual consiste en: “(…) volver a las condiciones normales y comprender el sentido de todas las cosas de la vida sin

coloración neurótica”. En adición enseñaba: “Los conocimientos ahogan al ser en cuanto se vuelven su límite. El

ser debe deshacerse de ellos, superarlos, saber servirse de ellos con moderación y mantener el espíritu abierto.

Junto con el conocimiento adquirido debe manifestarse la sabiduría intuitiva; ésta solo aparece cuando el espíritu

es libre”.

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Notoriamente la enorme mayoría de los individuos presentan una “adicción al pensamiento intelectual”, por lo

que perfectamente puede hablarse de una sociedad patológicamente neurótica.

Entonces cabe legítimamente preguntarse: ¿cómo puede volverse a la condición normal del ser? ¿Cómo uno

debe dirigirse hacia sí mismo para vivir conforme el orden cósmico?

Toda vez que la mayoría de los humanos están (en más o en menos) degenerados, cualquier cosa que intenten

hacer por su cuenta se van a equivocar y, por tanto, van atraicionar el verdadero movimiento de la vía. Por ello es

sumamente importante el encontrar y seguir fielmente las enseñanzas de un verdadero Santo Maestro. Éste,

como un buen pastor, conducirá a su a sus discípulos cual rebaño, por el camino que ignoran, hasta al borde del

arroyo, para que beban del manantial de la sabiduría.

El Santo Maestro educará a sus alumnos y, al cabo de cierto tiempo, si los mismos han seguido integralmente sus

instrucciones conocerán, per se, el camino que los lleva al río, a la fuente de la gnosis universal.

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Ahora bien, resulta tremendamente penoso observar como la sociedad mundial, poseyendo tamaña capacidad,

en su enorme mayoría se dirige en la dirección opuesta a la que transmitieron y siguen enseñando hoy en día los

Santos.

Evidentemente se encamina a contramano del orden natural, desoyendo el llamado de su ORIGINAL destino y de

su AUTÉNTICO deber.

Es de destacar que la gran masa social humana siempre se ha caracterizado por ser un numeroso ente anárquico,

excesivamente egoísta y materialista, violento, sufriente, desorientado, volátil, infantil, influenciable y hasta me

animaría a decir que predispuesto a ser engañado por cualquiera que conozca sus puntos débiles.

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En virtud de ello, no resulta para nada sorprendente que prácticamente la generalidad de las culturas remotas

hayan sido objeto de la nefasta, aunque competente, estructura montada intencionalmente por las potestades y

ejecutada por las sociedades secretas junto a sus cómplices voluntarios.

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Lo mismo, que fuera supra dicho, vale para la humanidad de los tiempos mediatos y presentes.

Pero, como ya he explicitado en detalle, la enorme población mundial también ha hecho lo propio, ya que se ha

dejado manosear, manipular, desviar, desnaturalizar, desarmonizar y guiar mansamente, como ganado que va

directo al matadero. Sin contar que, además, su ignorancia se ha esparcido y retroalimentado internamente,

tornando a la mencionada “picadora de carne” en una maquinaria sin igual.

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Un dato no menos llamativo es el hecho de que los propios seres humanos degenerados parecieran no darse

cuenta de aquello en lo que se han convertido, tanto por responsabilidad propia como por la influencia ajena.

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Tal como reza la letra del tema musical OTRO DIA PARA SER, sus vidas parecieran que solamente giran en torno a:

“Vender, comprar, comer, cagar, morir, nacer. Sufrir, gozar, odiar, amar, ser o no ser”.

Día tras día, mes tras mes y año tras año el infausto sistema va exprimiendo y hasta fagocitado a un enorme

sector de la humanidad, el cual continúa -por mera inercia- en un oscuro pasado, presente y devenir. A menos,

por supuesto, que resuelva evolucionar a fin de dar cumplimiento a su AUTENTICO destino de HOMBRE-DIOS.

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De esta manera, como vengo presentando, la gran mayoría de los hombres han optado por perseguir la “vida

modelo” que las potestades, no humanas, involutivas y las logias secretas procuran que sigamos.

Pero queda claro que no es la única forma de vida que existe, por más que hayan efectuado esfuerzos

denodados, de toda clase, por escondernos y velarnos nuestro INTRÍNSECO y ORIGINAL deber.

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Mantener y fomentar la ignorancia, para controlar a la humanidad a su antojo, es el cometido que subyace.

Cuanto más intoxicado, desorientado y pervertido se halle el colectivo social, su manipulación resulta tanto más

sencilla.

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De hecho, ya desde la más tierna infancia el ser humano comienza su proceso de desarmonización con el

universo, tanto por la influencia ignorante de la gran masa social como por la de las sociedades secretas y las

referidas entidades no humanas ni benevolentes.

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Ciertamente, a mi modo de ver las cosas e interpretar el panorama, la mayor parte de la humanidad puede ser

vislumbrada como un gigantesco rebaño desorientado.

Pero que quede en claro que, lo que en el párrafo de arriba declaro no lo efectuó en el sentido de que los seres

humanos les pertenecemos a alguien, sino en la acepción de que cada uno de los integrantes de la sociedad, dada

la desarmonía e ignorancia reinante, debe buscar su buen pastor, su Santo guía, para que le enseñe sabiamente

como retronar a las condiciones normales del ser.

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No tenga dudas, mi estimado lector, de que el acertar con un Santo Maestro no es una tarea nada fácil, puesto

que el planeta está plagado de impostores. Éstos no son más que “lobos disfrazados de corderos”.

No pocos de aquellos embusteros “enseñan” (aunque la palabra más adecuada debería ser “engañan”) por mera

ignorancia y fruto de su decidida vocación de idolatría y sometimiento a los seres, no humanos, involutivos e

inteligentes. De ahí la importancia de tomar todas las precauciones a la hora de dar con un Santo Maestro.

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Pero si no se halla ninguno en lo inmediato lo mejor, como aconsejaba el Santo Maestro DOGEN, es tener

paciencia y llevar una vida ordinaria (sin cometer grandes errores) hasta dar con el adecuado. No es cuestión de

caer en las garras de cualquier timador y ahondar aún más en la ignorancia.

Resulta fundamental mencionar que los verdaderos Santos Maestros nada tienen que esconder respecto de sus

vidas, y que su enseñanza no es para nada hermética, confidencial, selectiva, ni oculta. La misma va, por el

contrario, dirigida a todas las personas por igual, más allá de que cada discípulo la recepcione y la practique

conforme sus propias características personales.

En adición, ningún discípulo estará obligado a permanecer a su lado o bajo su instrucción si decidiera cambiar de

opinión. O sea, nada ni nadie le impedirá irse, con la mayor tranquilidad, cuando lo quiera.

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Es por eso me animo a aseverar, y con absoluta convicción, que quien busca un Maestro en las logias y

hermandades secretas estese por seguro que está muy mal encaminado, pues nada de sabiduría encontrará allí.

Al iniciado en las escuelas de misterios rápidamente se le intentará enredar en una maraña de conocimientos y

ritos mágicos, de oscuro y antiguo origen, para que el practicante se vaya moldeando a las órdenes impartidas

por los más altos escalafones de la hermandad y a servir a las potestades no humanas involutivas.

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Todo lo que absorberá e interiorizará será lo contrario a la educación de un Santo Maestro.

En efecto, las mentiras, engaños, estafas, secretos, magia, sacrificios, manipulación, sincretismos, invocaciones,

evocaciones, canalizaciones y contactos con pérfidas entidades; y todo tipo de actos o conocimientos no

benignos y depravados fluyen de las escuelas de misterios. Ello sin contar que una vez que se ha ingresado en

ellas, es muy difícil o imposible salir de las mismas, máxime para aquellos que han llegado a un grado relevante.

No faltará alguno o varios que salgan a cruzarme al respecto y defiendan, a ultranza, a las organizaciones

secretas. Mas yo sigo sosteniendo firmemente cuanto digo, pues se que “con la verdad no temo ni ofendo”.

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Y no es al fin de encabezar o promover una inquisición cuanto narro, sino más bien para ayudar, tanto a quienes

ya se encuentran extraviados en las logias como para evitar que a otros les suceda lo mismo.

Adicionalmente no puede dejarse de mencionar que tales fraternidades funcionan y/o conservan sus prácticas de

un modo secreto, pues ninguna persona de la sociedad -que posea un mínimo de cordura, sentido común y amor

al prójimo- las aceptaría. Y ello el lógico pues sus erudiciones, actuaciones y rituales esotéricos son propios de

personas que se han asentado exclusivamente en la parte más demoníaca del ser.

Tal siniestro proceder, indiscutiblemente, en nada se asemeja al CONGÉNITO y NATURAL deber-destino que

tenemos los seres humanos.

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Los Santos Maestros enseñan que todos poseemos una parte material y una parte espiritual que se hallan

indisolublemente unidas.

En otras palabras, tenemos una parte “demoníaca” y una parte “angelical” inseparables que, para los que no se

encuentran bajo las condiciones normales del ser, se hallan en conflicto la una con la otra.

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Al respecto el Santo Maestro KOSEN THIBAUT ha dicho:

“El ideal, la verdadera libertad, sería tener la posibilidad de expresarse desde el punto más material de la bestia

hasta el punto más espiritual del ángel, de conquistar los dos lados: el lado de la vida, el lado de la muerte; la

energía de la juventud, la experiencia del viejo (…) Y nos creemos muy evolucionados... pero tenemos esta bestia

adentro. Hay una película que se llama La Bella y La Bestia que habla de este tema, de la bestia que al final se

convierte en príncipe. En zazen, el tema del zazen, es esta metamorfosis de la bestia en Buda, porque tenemos

los dos adentro y se dice en el budismo que cada ser humano tiene la naturaleza -adentro de él- de Buda.

Durante zazen se actualiza esta realidad, se actualiza en el cuerpo y en el espíritu, se actualiza la dimensión de

Dios, y se termina el conflicto, la separación, la pelea entre la Bestia y el Buda”.

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Asimismo, dada su vinculación con lo ut supra escrito, puede traerse a colación las palabras del Santo Maestro

SEKITO:

"En la oscuridad existe la luz,

no miréis con una visión oscura.

En la luz existe la oscuridad,

no miréis con una visión luminosa.

Luz y oscuridad

crean una oposición

pero dependen una de otra,

como un paso adelante y un paso atrás".

Por eso el verdadero y autentico Santo conoce ambas partes y va mas allá.

Justamente todo lo contrario a lo transmitido por las sociedades secretas, donde se fomenta únicamente las

características “bestiales”. Hete aquí el verdadero motivo de su estricto hermetismo.

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Prueba de ello es que ya la literatura mistérica, de las primeras civilizaciones mesopotámicas, se muestra reacia a

revelar sus secretos pero, cuando se ve obligada a ello, procura hacerlo del modo más disimulado posible. Incluso

cuando el escrito estaba destinado a los sacerdotes solía ir precedido, por temor a una indiscreción, de la

siguiente forma solemne:

“Los ritos que tú ejecutas puede verlos el discípulo, pero no ha de verlos el extraño, que no forma parte de los

maestros del oráculo; de lo contrario, acortarías el número de sus días. El iniciado puede hablar con el iniciado.

Pero el no iniciado no debe conocer tales cosas. ¡Eso constituiría objeto de abominación para Anu, Enlil y Ea!”.

Otro ejemplo, pero más moderno, lo podemos encontrar en la francmasonería:

“Si faltase lo más mínimo a mi juramento, que me corten el cuello, me arranquen el corazón, los dientes y las

entrañas y que los arrojen al fondo del mar. Sea quemado mi cuerpo y mis cenizas esparcidas por el aire, para

que no quede nada de mí, ni siquiera el recuerdo entre los hombres y entre mis hermanos masones”.

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Otro punto cardinal que acredita que las escuelas de misterios nada positivo aportan, ni a sus miembros ni a la

sociedad mundial, lo constituye el hecho de que las entidades, no humanas, inteligentes pero involutivas a los

cuales aquellos invocan, evocan, sirven y rinden culto (a efectos de obtener ciertos réditos) consideran a la

humanidad como meras cosas de su dominio.

Tal es así que CHARLES FORT, el célebre investigador estadounidense, afirmó a principios del siglo XX:

“The Earth is a farm. We are someone else’s property”.

Lo que traducido al castellano significa:

“La Tierra es una granja. Somos propiedad de alguien”.

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Indiscutiblemente, para cierto grupo de potestades no humanas inteligentes, las cuales son auxiliadas por las

organizaciones secretas, el mundo de los humanos siempre ha sido considerado como un cuantioso grupo de

esclavos.

No menos importante es tener en consideración que gran parte de las logias secretas son quienes crean,

absorben, manejan y hasta desestabilizan las más grandes empresas, multinacionales, corporaciones, gobiernos,

países, organizaciones internacionales, etc.

Lo distintivo, de tal modus operandi, es que siempre es de modo indirecto o en forma no visible para el común de

la sociedad.

De hecho, dada la compleja y vigorosa maquinaria de poder que detentan, son quienes principalmente planifican

y establecen las políticas, economías, crisis, revoluciones, atentados, y guerras. Incluso operan notablemente

sobre los modos de vivir, tendencias, modas, gustos de la sociedad, etc.

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Si bien por lo general suelen actuar sinérgicamente, son perfectamente capaces de enfrentarse entre ellas

mismas. En estos particulares casos no debe perderse de vista que, en última instancia, tal diferendo es parte del

“juego” armado por las más altas esferas en dirección al logro de su agenda.

De todo ello se sigue que:

1) Sus influencias son vastas y altamente poderosas.

2) Sus objetivos inmediatos y mediatos son, respectivamente, el control de la humanidad y establecer un

Nuevo Orden Mundial -New World Order (N.W.O.)- acorde a las directivas de las potestades.

3) Utilizan diferentes métodos, tácticas y planificaciones para intentar lograr sus metas con la mayor

precisión posible.

4) Poseen una estructura de corte netamente piramidal donde solo sus líderes (o sea, quienes poseen los

más altos rangos en ellas) conocen realmente lo que profundamente se oculta, mientras que el resto de

sus integrantes son manipulados, engañados y/o mantenidos al margen del autentico fin.

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Los francmasones, por citar a la “sociedad secreta más extendida e influyente en el mundo entero”, no enseñan

públicamente sus conocimientos, sino que únicamente confían sus verdaderas erudiciones a los iniciados y,

dentro de estos, solamente a los del más alto grado pues son los que han merecido este privilegio.

Su poderosa “escuela de misterios masónicos” existe dispersa por todo el mundo.

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De un modo repugnante e hipócrita se esconden bajo un “disfraz de agrupación altruista” que realiza solamente

actividades caritativas o filantrópicas y cuyos miembros están dedicados a poner en práctica un ideal de paz,

amor y fraternidad, preocupados en su perfeccionamiento moral, así como el de la humanidad entera.

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Una muy buena descripción respecto de la Masonería, y que es de aplicación al resto de las fraternidades

secretas, la brinda el Profesor e Historiador don RICARDO DE LA CIERVA:

“(…) es un grupo secreto cuyos miembros sólo se conocen entre sí, y de hecho, en teoría, buscan fines que son

atractivos, como la libertad, la ilustración o la sabiduría, pero en la práctica están más cerca de otros fines

ocultos. Dentro de ese grupo hay gente que va recibiendo una iniciación progresiva o un conocimiento cada vez

mayor en ciencias ocultas, que en apariencia tienen una finalidad buena y, sin embargo, en la práctica pueden

tener una finalidad que dista mucho de ser tan buena. En el caso de la masonería hay un elemento que me

parece peculiar, y es que en general, dentro de todas las sociedades secretas e iniciáticas, las personas que están

en los escalones inferiores desconocen el grado de iniciación de los escalones superiores. Es decir, que la gente

que está en un grado de iniciación bajo no creería, seguramente, en muchas de las cosas que suceden en

escalones superiores, sencillamente porque las desconocen, y como no forman parte del área de conocimiento

en la que han sido iniciados, les parecen imposibles. En este sentido, (…) si uno le dijera a una persona que

pertenece a los grados inferiores de iniciación de la masonería, que ésta, en sus grados superiores, es diabólica, le

parecería un disparate. Es posible, incluso, que esta persona identifique al Gran Arquitecto del Universo con el

Dios de la religión de la que procede, que puede ser, por ejemplo, la católica, o la musulmana, etc. Sin embargo,

para una persona iniciada en grados superiores de la masonería, sí que está muy claro que el Gran Arquitecto no

es el Dios de otras religiones, sino que es Lucifer, y eso está comprobado porque aparece en algunos de los textos

clásicos masones. En las obras de Pike, que fue patriarca de la masonería en Estados Unidos, aparece muy claro

que la cosmovisión que tiene la masonería, o al menos en las obediencias masónicas en las que él estaba iniciado,

era una cosmovisión diabólica. Lucifer para ellos no era un personaje negativo, sino positivo y caracterizado por

transmitir la luz y el conocimiento último. Esa visión diabólica, que para la gente que ha sido iniciada en escalones

superiores es muy clara, para la gente que está en escalones inferiores, si uno se lo comentara, pensaría que es

una calumnia y una injuria para la masonería, porque diría que ésta sólo tiene valores que, en términos generales,

son muy limpios”.

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Como palmariamente puede vislumbrarse la Masonería, al igual que las otras organizaciones secretas, es una

entidad que hacia el exterior muestran una cara mientras que en su interior se revela tal cual es, una vez que el

iniciado ha logrado ascender a ciertos grados y ya ha sido atrapado en su infernal y diabólica red.

Como dijera el emérito MOLIÈRE:

“La hipocresía es el colmo de todas las maldades”.

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A lo cual debe añadirse las palabras del Filósofo y Sacerdote JAIME LUCIANO BALMES:

“El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a otros”.

Pues, al fin y al cabo, ¿qué genera para los iniciados toda esta locura e intoxicación que promulga la masonería y

las restantes escuelas de misterios? ¿En qué termina convertido la persona que adopta y sigue tal sombría

filosofía ignorante? Pues yo creo que más que en un HUMANO-DIOS, se transforma en una bestia desquiciada.

Quienes algo conocen del tema de las sociedades secretas saben, y muy bien, que todos los masones a partir de

ciertos grados superiores creen firmemente que Lucifer realmente es el verdadero Dios que brinda “iluminación”.

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Más aún, entre la bibliografía que se entrega a algunos miembro selectos de los grados 32 y 33 (que son los más

altos según el rito escocés antiguo y aceptado) dicen que Jesús es un impostor y que Lucifer es el auténtico e

indiscutible Dios.

A continuación transcribo algunos ejemplos claros y contundentes que, apreciados en su conjunto, demuestran

cabalmente que dichas organizaciones secretas, en el fondo, son “luciferinas” y tienen una doble moral:

“La Masonería, como todas las religiones, todos los misterios, el Hermetismo y la Alquimia, oculta sus secretos

para todos excepto para los adeptos y los sabios, o los elegidos, y emplea falsas explicaciones e interpretaciones

equivocas de sus símbolos para llevar a error a aquellos que solo merecen ser llevados a error, y para ocultar la

Verdad, que es Luz, de estos, y apartarlos de ella”. Moral y Dogma, de ALBERT PIKE, soberano gran comendador

del supremo consejo de grado 33 para la Southern Jurisdiction.

También, en sus Instrucciones para los Concilios Supremos Mundiales (Julio de 1889), ALBERT PIKE escribió lo

siguiente: “A. Usted, Soberano General de los Grandes Inspectores, le decimos esto: que repita a los Hermanos

de los grados 32, 31 Y 30, que la religión masónica debe permanecer para todos nosotros, los iniciados en los

altos grados, en la pureza de la doctrina Luciferina… Si, Lucifer es Dios, y desgraciadamente Adonaí también es

Dios… Lucifer, el Dios de luz y el Dios del bien lucha por la humanidad en contra de Adonaí el Dios de las Tinieblas

y del mal”.

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En El Libro de Magia Negra, de ARTHUR EDWARD WAITE, miembro de La Hermética Orden del Alba Dorada, de la

Sociedad de Rosacruces y fundador de la Hermandad de la Verdadera Rosa Cruz; se puede hallar lo siguiente:

“Primer conjuro dirigido al Emperador Lucifer. Emperador Lucifer, Maestro y Príncipe de los espíritus rebeldes, yo

te conjuro que abandones la morada tuya en cualquier cuarto del mundo donde puedas estar situado y vengas

inmediatamente para comunicarte conmigo”.

Asimismo en El Libro Negro de la Francmasonería, de SERGE RAYNAUD DE LA FERRIERE -muy ilustre y sublime

gran maestre de la Gran Fraternidad Universal-, se puede leer: “Ante todo es necesario saber que por encima de

nuestras Logias, de nuestros Templos, de nuestros Grandes Orientes y de nuestros Ritos, ha existido siempre una

Dirección Iniciática Universal, una Masonería o Gran Oriente Universal de carácter esotérico, cuyo Cons:. Sup:.

[Consejo Superior] compuesto de verdaderos Iniciados, recibe la línea directiva de los propios Santos Santuarios

Esotéricos para transmitirla enseguida a través de ciertos intermediarios a organismos más exotéricos. (…) Esta

Dirección Mundial organiza e instruye las diferentes asociaciones secretas; en todo tiempo ha tenido sus

ramificaciones en todos los países, lo que ha permitido perpetuar la Tradición Iniciática desde milenios. El origen

se pierde en la noche de los tiempos (…). El hecho de que divulguemos esto, conservando rigurosamente en

secreto hasta hoy, corresponde a razones cósmicas: acabamos de entrar en una Nueva Era en la que gran parte

de lo que fue oculta va a ser manifestado. (…) todas estas logias que se instalan para trabajar públicamente

denotan a las claras una Organización Central, un Cuerpo Director, que da el pase a la apertura de los Templos de

Iniciación. También es evidente que ciertos individuos se han deslizado o introducido en la corriente y han

establecido por su propia cuenta Masonerías que no han tenido larga vida, pues es bien entendido que todos los

fundadores de ritos no fueron siempre miembros del Cuerpo Director de la Gran Fraternidad. Los verdaderos

Grandes Maestros no son siempre aquellos que parecen revestidos de toda autoridad; detrás de los poderes

representativos, de los títulos y de las funciones están los Patriarcas, los Verdaderos Venerables, las Potencias,

que dirigen al mismo tiempo todos los ritos del mundo porque están a la cabeza verdaderamente de la

Masonería Universal. (…) Es necesario en fin, comprender que no hay masones irregulares, pues pertenecen al

Rito de Menfis, hacer parte de la Institución Swedenborg o del Rito de York es siempre hacer parte de esa Gran

Familia que de todas maneras está organizada por una Dirección Superior con Mandato Esotérico. (…) Sin

embargo, es un hecho que siempre ha habido por lo menos un representante de la Dirección Suprema

constantemente dispuesto a velar por la verdadera Tradición a fin de que se perpetúen las enseñanzas de los

Sabios. (…) Los miembros de la masonería deben ser seriamente seleccionados. Por esta razón, la Dirección de la

Mas:. Univ:. [Masonería Universal] ya no transmite sus verdaderas enseñanzas, sino a las logias esotéricas

(agrupaciones de M:. M:. [Maestros Masones] que trabajan directamente bajo las Ordenes ocultas), compuestas

únicamente de miembros bien preparados y al margen de todos los diferentes ritos. (…)”.

Por otro lado en El Libro de la Ley (Liber al vel Legis), de ALEISTER CROWLEY -miembro de la organización Hermetic Order of the Golden Dawn, co-fundador de la Astrum Argentum y líder de la Ordo Templi Orientis (O.T.O.)-, se detalla: “Yo soy la Serpiente que da Conocimiento y Deleite y gloria lucífera, y conmueve los corazones de los hombres con borrachera. Para adorarme tomad vino y drogas extrañas de lo cual Yo hablare a mi profeta, y emborrachaos de ello. No dañaran a vos en modo alguno. Es una mentira, esta tontería contra sí. La exposición de la inocencia es una mentira. Se fuerte, oh hombre, disfruta, goza de todas las cosas de los sentidos y del arrebato: no temas que ningún Dios negase a ti por esto”. En otra parte, de la misma obra supra citada, se relata: “¡Los maldigo! ¡Los maldigo! ¡Los maldigo! Con mi cabeza de Halcón Yo picoteo los ojos de Jesús en cuanto cuelga sobre la cruz. Yo bato mis alas en la faz de Mahoma y lo

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ciego. Con mis garras Yo arranco la carne del hindú y del budista, mongol y din. ¡Bahlasti! ¡Ompehda! Yo escupo vuestros credos crápulas. Que María inviolada sea despedazada sobre ruedas: que por amor a ella todas las mujeres castas sean desterradas en medio de vosotros”. En el libro The Lost Keys of Freemasonry, de MANLY P. HALL -soberano gran inspector general de la Masonería

Universal-, se encuentra redactado: “Cuando el Masón aprende que la llave del guerrero del cuarto es la

aplicación correcta del dínamo del poder de la vida, ha aprendido el misterio de su oficio. Las hirvientes energías

de Lucifer están en sus manos”.

En la obra Concepto Rosacruz del Cosmos, de MAX HEINDEL -iniciado y fundador de la Fraternidad Rosacruz-, se

puede apreciar lo siguiente: “Como ya dijimos, en la última parte de la Época Lemúrica el hombre no podía ver el

Mundo Físico tal como lo vemos actualmente nosotros. Para él el Mundo del Deseo era mucho más real. Tenía la

conciencia de sueño con ensueños del Período Lunar: Una conciencia pictórica interna; pero estaba inconsciente

del mundo exterior. Los Luciferes no encontraban dificultad alguna en manifestarse a esa conciencia interna y

llamar su atención hacia su forma exterior, la que antes no había percibido. Le enseñaron cómo podía dejar de

seguir siendo simplemente el esclavo de los poderes exteriores, y como podría convertirse en su propio dueño y

señor y parecerse a los dioses ‘conociendo el mal y el bien’. También le hicieron comprender que no debía tener

aprensión de que su cuerpo muriera, ya que en sí mismo poseía la capacidad de formar nuevos cuerpos sin

necesidad de que los Ángeles mediaran. Todas estas cosas se las dijeron con el propósito de que dirigiera su

conciencia hacia el exterior para la adquisición del conocimiento. Esto lo hicieron los Luciferes con el objeto de

aprovecharse y adquirir conocimientos conforme el hombre los fuera obteniendo. Y le proporcionaron dolor y

sufrimiento, cuando antes no tenía ninguno de los dos; pero también le dieron la inestimable bendición de la

emancipación de las influencias y la dirección externa, comenzando entonces el hombre el camino de la

evolución de sus poderes espirituales, una evolución que algún día le permitirá construir por sí mismo con tanta

sabiduría como los Ángeles y los otros Seres que lo guiaron antes de que ejercitara su voluntad. Antes de que el

hombre fuera iluminado por los Espíritus Luciferes, aquél no había conocido ni la enfermedad, ni el dolor, ni la

muerte. Todas estas cosas fueron el resultado del empleo ignorante de la facultad procreadora y su abuso para la

gratificación de los sentidos. Los animales en estado salvaje están libres de enfermedades y dolores, porque su

propagación se efectúa bajo el cuidado y dirección de los sabios espíritus-grupo únicamente en esas épocas del

año que son propicias para tal objeto. La función sexual tiene por único objeto la perpetuación de las especies, y

bajo ningún concepto la gratificación de los deseos sexuales. Si el hombre hubiera continuado siendo un

autómata guiado por Dios, no habría conocido ni la enfermedad, ni el dolor, ni la muerte, hasta hoy; pero

tampoco habría obtenido la conciencia cerebral y la independencia resultante de la iluminación por los Espíritus

Luciferes, los ‘dadores de luz’, quienes le abrieron el entendimiento y le enseñaron a emplear su entonces

confusa visión para obtener conocimientos del Mundo Físico, que estaba destinado a conquistar. Desde ese

entonces había dos fuerzas obrando en el hombre. Una fuerza es la de los Ángeles, quienes formaban nuevos

seres en la matriz por medio del Amor, que se dirigía hacia abajo para la procreación; son, por lo tanto, los

perpetuadores de la raza. La otra fuerza es la de los Espíritus Luciferes, quienes son los instigadores de todas las

actividades mentales, por medio de la otra parte de la fuerza sexual, que se dirige hacia arriba para el trabajo

cerebral. Los Luciferes son llamados también ‘serpientes’, y están representados así en las diversas mitologías.

(…) Lucifer abrió los ojos de la mujer. Ella vio y ayudó entonces al hombre a abrir los suyos. De esta manera, en

una forma real, si bien confusa, empezaron a ‘conocer’ o a percibirse unos a otros y también al Mundo Físico. Se

hicieron conscientes de la muerte y del dolor, y mediante este conocimiento aprendieron a diferenciar entre el

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hombre interno y el ropaje externo que lleva y que renueva cada vez que es necesario dar un nuevo paso en la

evolución. Entonces la pareja cesó de ser autómata, y se convirtió en seres que podían pensar libremente a costa

de su inmunidad de dolores, enfermedades y muerte”.

Sumado a todo lo antedicho me parece pertinente traer a mención una de las historias centrales de los masones:

La maestría masónica explica que estando cerca la terminación del Templo, Salomón encargó a Hiram Abiff que

realizase el diseño de todas las obras de decoración del Templo.

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Éste instaló el taller de fundición en una explanada no lejos del Jordán y otorgó a los masones tres categorías:

Aprendiz., Compañero y Maestro, enseñándoles signos, toques y palabras de paso. Había 70.000 aprendices,

8.000 compañeros y 3.600 masones.

Cuando el Templo estaba a punto de ser terminado, la reina de los sabeos Balkis, princesa cuya belleza era

célebre en todo Oriente, viajó a Jerusalén para conocer a Salomón, pero el encuentro no resultó del todo

afortunado.

Balkis, tras conocer por el cuervo Hud-Hud un asunto relacionado con la cepa de vid que se encontraba junto al

altar, recriminó a Salomón: “para asegurar tu propia gloria has violado la tumba de tus padres; y esta cepa…” Y

éste respondió con serenidad “que en su lugar elevaré un altar de Porfirio y de maderas de olivo, que haré

decorar con cuatro serafines de oro”. “Esta viña -dijo Balkis- ha sido plantada por Noé, tu antepasado. Al

levantarla de cuajo has cometido un acto de rara impiedad. Por ello, el último príncipe de tu raza será clavado en

este madero como un criminal. Pero el suplicio salvará tu nombre del olvido y hará llover sobre tu casa una gloria

inmortal”.

Balkis añadió que quería conocer a Hiram Abiff y, finalmente, lo consiguió. Tras conocerlo, argumentó que

deseaba conocer a los masones y Salomón se negó. Pero el genial maestro masón por excelencia, Hiram Abiff,

subió en ese instante a un bloque de granito y con la mano derecha realizó un signo parecido a la T, relacionado

con Tiro, Tubalcaín…; y los masones se reunieron y guardaron un silencio y una quietud asombrosa.

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Algunos días después de los hechos narrados, Bedoni, ayudante y fiel discípulo de Hiram Abiff, sorprendió a tres

compañeros: Fanor el sirio (albañil), Anru el fenicio (carpintero) y Matusael el judío (minero), planeando sabotear

la obra. Y la obra resultó momentáneamente saboteada, provocando que un Bedoni desesperado por no haber

advertido a tiempo a Hiram se lanzase a la ardiente lava.

Hiram Abiff, desolado por el fracaso, se retiró llorando y entonces soñó el sueño más importante de su vida.

Tubalcaín lo transportó al Monte Zión y al centro de la tierra y le transmitió la tradición luciferina más pura y

excelsa:

“De la fundición que brilla enrojecida en las tinieblas de la noche se alza una sombra luminosa. El fantasma

avanza hacia Hiram, que lo contempla con estupor. Su busto gigantesco está presidido por una dalmática sin

mangas; aros de hierro adornan sus brazos desnudos; su cabeza bronceada encarnada por una barba cuadrada,

trenzada y rizada en varias filas, va cubierta por una mitra de plata dorada; sostiene en la mano un martillo de

herrero. Sus ojos, grandes y brillantes, se posan con dulzura en Hiram y, con una voz que parece arrancada de las

entrañas del bronce, le dice:

-Reanima tu alma, levántate hijo mío. Ven sígueme. He visto los males que abruman a mi raza y me he

compadecido de ella…

-Espíritu, ¿quién eres? (pregunta Hiram)

-La sombra de todos tus padres, el antepasado de aquellos que trabajan y que sufren. ¡Ven! Cuando mi mano se

deslice sobre tu frente, respirarás en la llama. No temas nada. Nunca te has mostrado débil…

-¿Dónde estoy? ¿Cuál es tu nombre? ¿Adónde me llevas? (dice Hiram)

-Al centro de la Tierra, en el alma del mundo habitado. Allí se alza el palacio subterráneo de Enoch, nuestro

padre, al que Egipto llama Hermes y que Arabia honra con el nombre de Edris…

- ¡Potencias inmortales! (exclama Hiram) Entonces es verdad. ¿Tú eres…?

-Tu antepasado, hombre, artista…, tu amo y tu patrono. Yo fui Tubalcaín.

Llevándole como en un sueño a las profundidades de la Tierra, Tubalcaín instruye a Hiram Abiff en lo esencial de

la tradición de los cainitas, los herreros, dueños del fuego.

En el seno de la Tierra, Tubalcaín muestra a Hiram la larga serie de sus padres: Iblis, Caín, Enoch, Irad, Mejuyael,

Matusael, Lamec, Tubalcaín…

Y entonces le transmite a Hiram la tradición luciferina: Al comienzo de los tiempos, hubo dos dioses que se

repartieron el Universo, Adonai, el amo de la materia y el elemento Tierra, e Iblis (Samael, Lucifer, Prometeo,

Baphomet), el amo del espíritu y el fuego. El primero creó al hombre del barro y lo animó. Iblis y los Elohim

(dioses secundarios) que no quieren que éste sea un esclavo de Adonai, despiertan su espíritu, le dan inteligencia

y capacidad de comprensión. Mientras Lilith (hermana de Iblis, Samael, Lucifer, Baphomet…) se convertía en la

amante de Adán (el primer hombre) enseñándole el arte del pensamiento, Iblis seducía a Eva y la fecundaba y,

junto con el germen de Caín, deslizaba en su seno una chispa divina (según las tradiciones talmúdicas Caín nació

de los amores de Eva e Iblis, y Abel de la unión de Eva y Adán).

Más tarde, Adán no sentirá más que desprecio y odio por Caín, que no es su verdadero hijo. Caín dedica su

inteligencia inventiva que le viene de los Elohim, a mejorar las condiciones de vida de su familia, expulsada del

Edén y errante por la tierra.

Un día, cansado de ver la ingratitud y la injusticia, se rebelará y matará a su hermano Abel.

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Caín aparece ante Hiram Abiff y también le explica su injusta situación, añadiendo que en el curso de los siglos y

los milenios, sus hijos, hijos de los Elohim e Iblis, trabajarán sin cesar para mejorar la suerte de los hombres, y que

Adonai, celoso tras intentar aniquilar a la raza humana tras el diluvio, verá fracasar su plan gracias a Noé, que

será ‘avisado por los hijos del fuego’.

Al devolver a Hiram a los límites del mundo tangible, Tubalcaín le revela que es el último descendiente de Caín,

‘último príncipe de la sangre’ del Ángel de Luz e Iblis, y que Balkis pertenece también al linaje de Caín, que es la

esposa que le está destinada para la eternidad”.

Tras regresar al Templo conducido por Tubalcaín, Hiram Abiff está aturdido por el sueño y las visiones, acaba la

obra y se une a Balkis.

Casi terminadas las obras del Templo de Jerusalén, tres compañeros que veían difícil ser admitidos en la maestría

masónica, decidieron conseguirla por la fuerza. Apostados cada uno en una puerta del Templo, invitaron a Hiram

a desvelar sus secretos. Como éste no quiso revelarlos, cada uno le asestó un golpe (uno con una regla sobre el

gaznate, otro con una escuadra de hierro sobre el pecho izquierdo y un tercero con un mazo en la frente) y lo

hirieron de muerte.

Los asesinos escondieron el cuerpo sin vida de noche en un bosque, plantando sobre su tumba una rama de

acacia (símbolo de la inmortalidad y la maestría).

Hiram fue descubierto y vengado. Su cuerpo reposó en el Monte Zión, a unos pocos metros de la Puerta de Zión.

El árbol genealógico de Hiram Abiff, según la tradición luciferina de los masones es:

1. El Dios Supremo y Desconocido

2. Iblis (Lucifer, Baphomet, etc.) y Eva

3. Caín y Lebuda

4. Enoc y Naema

5. Irad y Naema

6. Mejuyael y Naema

7. Matusael y Naema

8. Lamec y Tsilla (Sela)

9. Tubulcaín y Naema

10. Ur y una viuda

11. Hiram Abiff y Balkis

La leyenda masónica de Hiram nos cuenta que éste fue instruido, durante un descenso al centro de la tierra, por

Tubalcaín, su antepasado fundidor.

Tubalcaín es un antepasado cercano de Hiram Abiff y la séptima generación nacida de Iblis.

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Todo lo expuesto no sólo muestra que Hiram Abiff pertenece a una genealogía “luciferina”, sino una clara ligazón

de éste y sus antepasados con el ángel caído de la luz, llamado indistintamente Iblis, Lucifer, Baphomet, etc.

Hiram es, en cierta forma, un símbolo del ocultismo masónico.

Es el gran maestro arquitecto del templo secreto, escondido en las tinieblas.

Es la potencia que ha ido develando los símbolos y repitiéndolos a través de las generaciones.

Es el que ha ido atrapando al hombre en la confusión de sus encantos y sus hechizos de conocimiento y de virtud.

Es el espíritu de Lucifer, en su insaciable lucha por ocupar el trono del Altísimo.

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Estimo que cualquier lector sensato, habrá podido vislumbrar el estado de desequilibrio, ignorancia e intoxicación

que provocan las sociedades secretas y, por supuesto, quienes en ellas se encuentran.

Su idolatría, sumisión y servidumbre a potestades no humanas inteligentes pero, a todas luces, involutivas es

innegable.

Consecuentemente puede aseverarse que se han apartado de manera intencionada –aunque engañada- del

NATURAL deber y destino del hombre. Más aún, las escuelas de misterios y sus iniciados profesan, en su patente

desarmonía, un desprecio absoluto hacia toda enseñanza transmitida por los Santos Maestros.

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Ya sea desde el anonimato o desde la más cruel hipocresía, las logias secretas no hacen más que seguir

puntillosamente las enseñanzas y directivas de ciertas potestades que, como he explicitado, solo ven

despreciativamente a la humanidad, como meras pertenencias suyas (es decir, como esclavos).

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6) NATURALEZA DE CIERTAS POTESTADES NO HUMANAS

Tal como he indicado al principio del libro, desconozco cuantas estirpes de seres o entidades, no terrestres,

inteligentes han entrado en contacto e interrelación con los seres humanos a lo largo de los tiempos así como

también cual es su exacta morfología.

Lo que sí es incuestionable, a esta altura del partido, es su existencia y que no todas ellas han sido benévolas

hacia la humanidad.

Sin embargo si recurrimos a la historia y, en especial, a la compleja especialidad de la mitología comparada es

posible encontrar algunas características que suelen repetirse en determinadas castas de potestades no

humanas.

Siguiendo a MALINOWSKI se puede considerar al mito como una conexión que se establece entre el pasado y el

presente. En tanto que el mismo exista en su primitiva y original forma, no es meramente una historia contada

(no tiene la naturaleza de la ficción), sino que es una realidad vivida, de la que se cree que ocurrió una vez en

épocas primitivas o remotas, y desde entonces sigue influyendo en el destino del humano y del mundo.

Los mitos, en consecuencia, están vivos no por un interés ocioso, no como una mera falacia o ficción… Para los

nativos es una confirmación de una realidad primitiva.

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Aún así, por mucho tiempo, la “ciencia tradicional” consideró a las epopeyas, mitos y leyendas como simples

fábulas o ficciones del pasado. Es decir, no las sopesaba, ni por somero caso, como pasibles de ser reales

testimonios narrados de un modo metafórico o, simplemente, con el vocabulario con el que se contaba en aquel

momento.

Pero los redescubrimientos de las ciudades de Troya, Micenas y en la isla de Creta a los Minoicos, por citar solo

algunos de los más conocidos ejemplos, fue demostrando que no se trataban de meras parábolas y que por algo

aquellas habían resistido al transcurso de los siglos.

A continuación, a modo meramente ilustrativo, el Palacio de Knossos (donde el mito se cristianizó en historia):

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También son destacables los casos de Pompeya y Herculano, en que los descubrimientos arqueológicos

reivindicaron la leyenda.

Gloso a continuación imágenes de Pompeya, una de las numerosas ciudades localizadas alrededor de la base del

monte Vesubio:

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Ahora bien, retornando al asunto en cuestión diré que las sociedades secretas, como ya fuera ampliamente

expuesto y acreditado, se particularizan porque rinden culto, adoración y/o sumisión de manera encubierta o

subrepticia a una serie de entidades no terrestres cuyas características son principalmente de índole

”demoníacas”, aunque a su modo de entender no lo son.

Respecto de dichas potestades, con tendencias oscuras, debe tenerse en cuenta que sus denominaciones y

representaciones suelen variar de acuerdo a la escuela de misterio, al lugar, época, cultura, etc. Es decir, según a

cada mitología a la que se aluda en referencia (Vg. mesopotámica, griega, romana, egipcia, maya, azteca, nórdica,

hindú, china, etc.), pues tales entes coexisten e interactúan con los humanos desde épocas inmemoriales.

Si se toma, por ejemplo, a la diosa Afrodita se puede manifestar, con total convicción, que es el equivalente a

Venus, Hathor, Ishtar, Inanna, Kali, Lilith, Astarot, etc.

Lo mismo acontece con el dios olímpico Zeus que es Marduk, Júpiter, Thor, Baal, Hahhad, Shango y Seth, entre

otros.

Las principales deidades han sido merecedoras de diversos nombres y/o epítetos, incluso dentro de un mismo

panteón, por lo que no pocas veces una misma entidad figura bajo varios aspectos (Vg. Hathor es también Isis y

Sejmet en el antiguo Egipto).

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Debe tenerse en cuenta un dato interesante: las deidades de las mitologías (o también llamados demonios pues

la calificación siempre ha dependido de cómo se las vea) no solo fueron (o son) seres vivos sino que, en adición,

las mismas aluden a planetas, estrellas, fenómenos naturales y/o a determinadas cualidades o facetas. Siguiendo

el ejemplo arriba brindado la diosa mesopotámica Inanna alude, entre otras cuestiones, al planeta Venus.

También es llamativo y merecedor de tenerse en cuenta que, en algunos particulares casos, como acontece con

el caso del planeta Venus, puede ser aludido por una determinada deidad femenina o por una masculina y/o por

ambas a la vez pues, como todo el mundo sabe, dicho cuerpo celeste se ve en dos (2) momentos diferentes

durante el día: en el crepúsculo matutino y en el vespertino.

Otra pauta que ha de subrayarse es que tales potestades, no benignas ni humanas, en una enorme parte de las

mitologías se alude directamente a que su origen proviene de las estrellas o del cielo y que descendieron a

nuestro planeta en “carros de fuego”.

Numerosos textos védicos (obras sumamente antiguas de la literatura india) se refieren a tales objetos volantes,

bajo la denominación específica de “vimanas”. Se los describen viajando a través de todo el cielo y de la Tierra.

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En algunos casos estos aparatos voladores eran tan grandes como para ser realmente considerados como:

“ciudades habitadas por miles de personas”.

En adición, dicho raza de entidades -no terrestres ni benignas- se distingue porque su cúpula estaba conformada,

en todas las mitologías, por un grupo reducido de familiares pertenecientes a distintas generaciones. Adjunto,

seguidamente, el árbol genealógico de la antigua Mesopotamia:

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También es frecuente la alusión a:

- deidades de menor importancia (es decir, aquellas que no integran el núcleo, realeza o asamblea central).

- dioses de bajo rango o casta diferente.

- semidioses (o sea híbridos, dado que son el fruto de la mezcla sexual de los humanos con tales potestades).

- etc.

Mención aparte merece la particularidad de que las principales entidades solían tener grandes disputas,

diferendos, discusiones y hasta terribles guerras entre ellos.

Por ejemplo, se pude aludir a las rivalidades entre Osiris, Isis y Horus contra Seth en Egipto, o entre los Elohim y la

“antigua serpiente” Lucifer del Antiguo Testamento Judío-Cristiano.

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Igualmente se puede mencionar a los dioses sumerios Enki y Enlil, los cuales eran medios hermanos entre sí pues

ambos tenían como padre al dios Anu. Las discrepancias y enfrentamientos entre ellos, luego proseguidas entre

otros por Marduk, dieron lugar a que éste último recibiera la denominación de Satán (que significa “opositor”) al

desplazar en Babilonia a su tío Enlil.

En el Mahabharata, uno de los textos centrales de la India védica, se pueden encontrar varios pasajes que se

refieren a la significativa capacidad destructiva que presentaban las armas avanzadas utilizadas, algunas de las

cuales parecían ser de naturaleza atómica:

“Gurkha, volando en su rápido y poderoso Vimana, lanzó contra las tres ciudades de la Vrishis y Andhakas un solo

proyectil cargado con todo el poder del Universo. Una columna incandescente de humo y llamas, tan brillante

como mil soles se elevó en todo su esplendor (…) una explosión perpendicular con sus nubes de humo salientes

(…) de la nube de humo levantándose después de su primera explosión se formó en círculos expandiéndose

alrededor, como parasoles gigantes (…).”

“Era el arma desconocida, el Rayo de Hierro, un gigantesco mensajero de la muerte que redujo a cenizas a toda la

raza de Vrishnis y Andhakas (…) Los cadáveres estaban tan quemados como para ser irreconocibles. El pelo y uñas

se les cayeron, la cerámica se rompió sin causa aparente, y los pájaros se volvieron blancos”.

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“Después de unas pocas horas, todos los alimentos estaban infectados (…) para escapar de ese fuego, los

soldados se arrojaron en los arroyos para lavarse a ellos y a su equipo.”

No quiero dejar pasar la oportunidad para expresar que estas contiendas y diferendos, entre los propios

miembros del mismo clan familiar real y sus seguidores, no significan de ninguna manera que un bando fuese el

“bueno” y el otro el “malo”.

Más bien, desde mi óptica, correspondería hablar de una pugna entre dos (2) elites, con marcadas propensiones

“demoniacas”, por apoderarse u ostentar el poder y ser idolatrados. En otras palabras, a tales luchas es de

perfecta aplicación al caso la reconocida “Teoría de los dos demonios”.

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Inclusive no resulta en absoluto disparatado considerar que dichas controversias intrafamiliares han persistido, al

punto que basta con repasar tres (3) incidentes célebres (como el de Nüremberg en 1561, Basilea en 1566 y Niza,

Marsella y Génova en 1608) para tener por válida tal aseveración.

Todos ellos fueron acontecimientos sumamente espectaculares, debidamente documentados en su momento,

donde los ciudadanos presenciaron increíbles combates aéreos y la presencia de entidades que salían de aquellas

naves descriptas en ocasiones como “carros de fuego”, en otras como “barcos voladores”, “bolas de luz” o

“caballos voladores”.

Una de las crónicas fidedignas de tales episodios proviene de PIERRE MÉNIER, de profesión Editor. La

misma resulta sumamente reveladora en cuanto a la descripción de algunos de los extraños seres combatientes:

“A principios del mes de agosto del año mil seiscientos ocho, sobre el mar de Génova se han visto las más

horribles señales que de memoria de hombre se ha hablado jamás, ni escrito, unos teniendo forma humana con

brazos que parecían estar cubiertos de escamas, y en cada una de sus manos llevaban dos horribles serpientes

voladoras que se enroscaban alrededor de sus brazos surgiendo al parecer desde la altura de sus ombligos,

volando muy arriba por encima del mar y profiriendo gritos horribles, cosa que era del todo espantoso y, a veces,

se sumergían en las aguas para salir nuevamente a una distancia más lejana. Sus gritos eran tan espantosos que

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varias personas cayeron enfermas por el miedo sufrido. Se veían algunas figuras con forma de mujer. Otros

tenían el cuerpo similar al cuerpo humano, todo recubierto de escamas pero con la cabeza en forma de dragón.”

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El relato supra mencionado me da el pie justo para tocar otra de las atrayentes particulares que presenta este

grupo de potestades, no humanas, inteligentes e involutivas…

En prácticamente todas las mitologías del mundo, se describen casi sin excepción a tales entidades, en lo que

respecta a su autentica naturaleza, como de carácter serpentario, sauroide, reptiloide o dragoniano.

Bajo el ANEXO II del TOMO 3 acompaño una gran cantidad de representaciones, de diversas culturas y tiempos,

que acreditan sobradamente tal aseveración.

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A ello debe adicionarse que aquellas entidades del más alto rango (es decir, las de la realeza), suelen contar con

alas, cuernos y hasta con cola.

De hecho el Profesor Universitario de Italia, Dr. CORRADO MALANGA, no solo ha manifestado que pueden

diferenciarse dos (2) tipos de estos sauroides sino que además ha delineado, de un modo aproximado, su aspecto

exterior:

a) El primero, y más invasivo, tiene 2,80 mts. aprox. de altura, tiene cinco (5) dedos en manos y pies, más, en el

antebrazo, lejos de la mano, una uña picuda similar al dedo que los gatos tienen en las patas posteriores, pero

con una estructura quitinosa muy dura. La piel que siempre parece húmeda y traslúcida, es de color verde-

marrón y vista de cerca, parece dotada de escamas, las cuales examinadas atentamente resultan más blandas de

lo previsto. La piel se vuelve progresivamente roja en la zona del vientre y en las yemas de los dedos y en aquellas

zonas de la piel más delgadas se puede ver fluir o circular una linfa roja, sobre todo cuando el alienígena

pareciera comportarse en modo colérico. El cráneo, a los lados, está caracterizado por la presencia de dos (2)

superficies córneas, redondeadas y poco emergentes, mientras que en el centro hay una estructura más blanda,

bajo la cual se ve pulsar la linfa, esta estructura asemeja a una espina dorsal en relieve y recorre bien en

evidencia, todo el largo de la cabeza, del cuello, del dorso y la gran cola. La grande y gruesa cola viene utilizada

como tercer punto de apoyo cuando el sauroide está en pie quieto sobre sus dos (2) cortas y gruesas piernas. Los

dedos de las manos y de los pies son abundantemente palmados. Disponemos de pocos datos anatómicos sobre

la lengua, que aparenta, sin embargo, también esa ser gruesa y además bífida. Los ojos tienen un sub-párpado

(membrana nictitante) que va en diagonal, de abajo hacia arriba y de la nariz hacia afuera. Las pupilas son

verticales y el iris cambia de color, del amarillo verdoso al rojo vivo, aparentemente según el humor. Las orejas

son inexistentes, mientras el oído pareciera poder cerrarse a comando. El aspecto general viene descripto como

aquel de un “dragón” o a veces como el de un “cocodrilo en pie”, aunque el rostro (o el hocico) es redondeado

como el de una serpiente, con los labios finos. Hay relatos sobre “dragones” de varios tamaños y aparentemente

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éstos dependen de la edad. Se trata de seres anfibios, entre los cuales no es evidente la presencia de sexos, y

vienen descriptos siempre junto a otra especie, aparentemente una especie subordinada.

b) El segundo tipo está representado por sauroides sin cola, altos 2 mts. apróx., con piel traslúcida, ojos como

bolas que confieren rigidez a la mirada y dientes verticales, largos y finos, que hacen recordar a los de las

ballenas. En la cabeza tienen como pequeños cuernos, que de lejos, hacen recordar unas crines cortas, pero no se

trata de cabellos si no de muchas protuberancias córneas juntas. Estos seres son tan símiles uno del otro que

hace imposible la identificación de diferencias. Tampoco entre ellos se nota la presencia de sexos

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Otro punto chocante, y que debe tenerse muy presente, es que dichas potestades suelen solicitar a las personas

que les sirven e idolatran la práctica de sacrificios (humanos y/o de animales) como parte de ritos en su honor y/o

para su alimento: son elementos fundamentales la sangre y ciertas vísceras.

En efecto, se han hallado múltiples y concluyentes evidencias que indican que se vienen efectuando, desde

tiempos ancestrales al presente, inmolaciones de seres humanos (mujeres, jóvenes, vírgenes, infantes, bebes y

hombres) así como también de animales para agraciar a tales entidades.

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El Antiguo Testamento judío-cristiano, por citar un ejemplo, menciona varias veces ofrendas de fuego (sacrificios

de quemas u holocaustos), refiriéndose a las matanzas de animales o cosechas, una práctica que posteriormente

JESÚS aborreció.

En los tiempos actuales, los deseos sedientos de sangre y vísceras de estas entidades no terrestres todavía siguen

vigentes. Ellos son satisfechos por numerosos seres humanos (que en su mayoría pertenecen a logias secretas)

que acceden a tales mandamientos a través de diferentes liturgias macabras o misas negras.

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En añadidura debe mencionarse que las referidas entidades no terrestres se caracterizan por ser “metamorfos”

(“shapeshifters” en inglés) toda vez que, según cuentan las pretéritas crónicas, podían -y aún pueden-

presentarse indistintamente bajo tres (3) formas: a) humanoide, b) mitad humana-reptil o c) directa y

puramente de manera reptiliana. Al respecto no existen pruebas suficientes ni concluyentes que expliquen si tal

habilidad es natural o, simplemente, fruto de la tecnología.

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Reitero, una vez más, que no pretendo brindar una perfecta descripción anatómica sobre tal grupo de

potestades. Aunque, a través de diversas fuentes, puede conseguirse tener un acercamiento o una idea

aproximada al respecto.

Una arista significativa que se desprende de todo cuanto ha sido plasmado en las líneas precedentes consiste en

que el panteón en sí, de las entidades sobre las que vengo detallando, ha recibido en distintos momentos y

culturas del mundo múltiples denominaciones o seudónimos. Entre ellos podemos mencionar: en la antigua

Mesopotamia se los conocía como los Anunnakis, en África el pueblo Zulú los llama Chitauri, el Antiguo

Testamento judío-cristiano los denomina los Elohim y los Nefilim, los indios Hopi de América del Norte los

denominan Sheti o “los hermanos serpientes”, en el hinduismo se los mencionan como los Asuras y los Nagas, etc.

Otro punto singular es que en el Islam se los denominan Jinn o Djinn. Son referidos, conforme sus creencias,

como absolutamente capaces de: a) atravesar sólidas paredes sin dejar de tocar lo material y a los vivos; b)

desplazarse a grandes velocidades; c) transfigurarse en seres humanos y suplantar a familiares y conocidos; d)

materializarse y presentarse en nuestro mundo físico: o sea, pueden hacerse visibles o invisibles

alternativamente; e) cambiar de forma y aparecer en cualquier disfraz grande o pequeño; f) presentarse como

animales; g) mentir y engañar; h) confundir y llenar de estupor a los humanos mediante toda suerte de

invenciones y patrañas; i) llevarse o raptar a los humanos; j) tentar a los humanos en asuntos sexuales y para que

tengan relaciones de este tipo con ellos; k) arrebatar a los humanos y transportarlos por el aire, poniéndolos de

nuevo en tierra aunque no siempre los devuelven; l) emplear un tremendo “poder telepático” y una capacidad de

“encantamiento”, por usar un término clásico, sobre sus víctimas humanas; ll) etc.

Quisiera finalizar reforzando el concepto de que tales seres o entidades son quienes controlan gran parte de los

hilos que dirigen nuestro mundo y, como si eso no fuera poco, cuentan con la ayuda poderosa y eficaz de las

organizaciones secretas.

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A nadie escapa que una gran parte de la locura, en la cual vive inmersa y desorientada la sociedad global,

proviene de los recién arriba mencionados.

Indubitadamente, como dijo Frank Herbert: “La corrupción lleva infinitos disfraces”. Es por eso que tenemos que

estar más que atentos, no solo para no caer nosotros en sus tenebrosas garras sino también para tratar de ayudar

a nuestros hermanos que se hallan alevosamente descarriados.

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Aún bajo este complejo panorama mundial sigo pensando y sosteniendo, a ultranza, que los seres humanos

debemos estarnos firmes y decididos en seguir nuestro INNATO deber y destino de HOMBRES-DIOS.

Dicha elección ha de ser, a todo evento, inquebrantable más allá de que aquellos pretendan desviarnos o

tentarnos, de mil maneras, hacia su FALSO destino.

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Si bien CONFUCIO enseñó que: “El hombre noble conserva durante toda su vida la ingenuidad e inocencia propias de la

infancia”, no por ello se ha de andar ciegamente. Pues una cosa no quita la otra…

No puede negarse que la “antigua serpiente” puede cambiar de piel, mas no su obrar rastrero.

Como corolario, de todo lo aquí expuesto, diré que no descarto que existan muy buenas protecciones contra la

tentación, pero la más segura e infalible es, indudablemente, la SABIDURIA que se puede manifestar siguiendo a

un autentico Santo Maestro.

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EPÍLOGO

Creo que muchas conclusiones pueden extraerse de esta obra, sin embargo no es mi idea extenderme mucho

más de lo ya narrado pues entiendo que ha sido autosuficiente (es decir, que se ha bastado por sí mismo).

Si he ofendido a alguien, en algún pasaje, quiero que sepan que jamás ha sido esa la intención.

Realmente desconozco cuanto más nuestro planeta Tierra y el mundo humano que hemos construido resistirá

tanta ignorancia y agresión junta.

Tal como manifiestan los nativos de varias culturas antiguas, toda vida -incluida por supuesto la naturaleza-

pareciera ser cíclica: nacimiento, crecimiento, madurez, envejecimiento, muerte y resurrección bajo una nueva

forma. Por ello, lo significativo es lo que hacemos durante nuestra efímera existencia…

Indubitadamente no debemos dilapidarla en sandeces sino concentrarnos enérgicamente en lo principal que, vale

decir, ya de por sí requiere de mucho esfuerzo y tiempo. Pero, ¿qué es lo esencial?

Como he tratado de explicar, de diferentes maneras, el punto central es seguir y cumplir nuestro NATURAL y

LEGÍTIMO deber (o destino) de HOMBRES-DIOS.

Hemos de retornar a las condiciones naturales del ser y seguir el orden cósmico. En definitiva, reencontrar la

armonía y unidad con la naturaleza y el universo.

Les deseo de corazón mucha suerte y les envío, mediante estas líneas, un afectuoso y cálido abrazo tanto a mis

amigos como a mis enemigos.

EL AUTOR: I.T.P.