el hombre que no somos tomo 3

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1 EL HOMBRE QUE NO SOMOS TOMO 3 Un libro de “proyecto memoria de siglos” Autor: I.T.P. CONTACTO: MEMORIA-DE-SIGLOS.BLOGSPOT.COM.AR O EN MEMORYOFCENTURIES.WORDPRESS.COM

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Page 1: El hombre que no somos tomo 3

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EL HOMBRE

QUE NO SOMOS TOMO 3

Un libro de “proyecto memoria de siglos”

Autor: I.T.P.

CONTACTO: MEMORIA-DE-SIGLOS.BLOGSPOT.COM.AR O EN MEMORYOFCENTURIES.WORDPRESS.COM

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ÍNDICE DE TEMAS

TOMO NRO 1

ADVERTENCIA Y ACLARACIÓN IMPORTANTE: PAG. 3

INTRODUCCIÓN: PAG. 4

CAPÍTULOS:

1) PAG. 5

2) PAG. 16

3) PAG. 39

4) PAG. 63

5) PAG. 76

6) PAG. 140

EPÍLOGO: PAG. 166

TOMO NRO 2

ADVERTENCIA Y ACLARACIÓN IMPORTANTE: PAG. 3

ANEXO I: PAG. 4

TOMO NRO 3

ADVERTENCIA Y ACLARACIÓN IMPORTANTE: PAG. 3

ANEXO II: PAG. 4

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ADVERTENCIA Y ACLARACIÓN IMPORTANTE

La presente obra literaria, “EL HOMBRE QUE NO SOMOS”, ha sido dividida en tres (3) partes de

diferentes extensiones. A saber, en el TOMO 1, TOMO2 y TOMO 3.

La finalidad u objeto, de tal decisión tomada por el autor, es facilitar y agilizar la lectura y,

asimismo, la promoción del material en cuestión.

Usted en este momento se encuentra leyendo el TOMO Nro. 3.

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ANEXO II

Como fuera específicamente reseñado en el TOMO 1 de este libro, existe todo un extenso grupo de potestades

no humanas, inteligentes y de tendencias demoníacas que, en prácticamente todas las mitologías del mundo, han

sido descriptas y representadas, en lo que hace a su autentica naturaleza, como de carácter serpentario,

sauroide, reptiloide o dragoniano.

Asimismo, corresponde puntualizar que, dicha raza viperina tiene directamente bajo su control (o estado de

esclavitud) no solo a un cuantioso número de seres humanos sino que también a otras entidades inhumanas.

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Ha de indicarse, por otro lado, que no solo difieren de los humanos en cuanto a su aspecto y antigüedad, sino que

también cuentan con otras facultades que, hasta el momento, escapan a nuestra comprensión y estado de la

técnica y ciencia.

Tales inéditas capacidades (naturales y/o artificiales) son causa de admiración, estupor, terror, confusión,

engaño, sufrimiento, dolor, asombro, pasmo, éxtasis y/o pánico, según el caso, entre los seres humanos.

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Pero el hecho de que sean, para la humanidad, sumamente sorprendentes o misteriosas tales virtudes, no quita

que las mismas sean empleadas, por las referidas potestades, para maléficas y/o degradantes intenciones.

Por lo tanto, deviene realmente importante no dejar de tener presente sus aberrantes antecedentes, a fin de no

entrar en su juego y ser víctimas de sus malas tentaciones: las mentiras, los engaños, los artificios y las tretas son

solo algunas de sus principales armas de seducción para la posterior esclavización. Es por ello que no han sido

pocas las veces que se han presentando, falsamente, como “dioses”, “fantasmas”, “espíritus de amigos,

conocidos o familiares fallecidos”, “profetas o santos”, “maestros ascendidos”, “entidades de sabiduría”, etc.

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Pero lo cierto es que por sus frutos, tarde o temprano, se los puede fácilmente reconocer y desenmascarar.

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Incuestionablemente tales seres han coexistido junto con nosotros, los seres humanos, desde nuestros orígenes.

Prueba está en que no ha habido prácticamente ninguna cultura que, en mayor o menor medida y bajo un

nombre u otro, no los haya conocido, descripto e interactuado con ellos.

Incluso debe sopesarse el hecho de que son extremadamente peligrosos, no solo por su estado alocado, anclado

en lo demoniaco y, por tanto, fuera de las condiciones naturales del ser, sino que también por sus enigmáticas

facultades naturales y/o artificiales. Estas últimas emanan de los enormes avances tecnológicos y científicos con

los que cuentan.

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Y tal es así que, la manera actual más interesante para intentar comprenderlos es considerándolos como: seres

extraterrestres, terrestres y/o intraterrestres, no humanos, inteligentes aunque con tendencias involutivas.

A lo largo de todo este ANEXO II procederé a adjuntar variadas y numerosas imágenes que simbolizan o figuran a

dichas entidades.

La primera tanda de fotografías pertenece a diferentes lugares, tiempos y culturas. Su valor es ciertamente

irrefutable, pues no solo permite observar el carácter reptiliano -de tales seres- sino que también constatar, en

varias de ellas, algunos de los atributos que ya fueran mencionados: la presencia de alas, cornamenta y/o cola en

aquellas de mayor realeza, su capacidad camaleónica o metamórfica, su temible ferocidad, etc.

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Destaco, desde ya, que las imágenes que recién fueron acompañadas son tan solo a titulo ejemplificativo. O sea,

que existen una enorme cantidad más que, por una razón de espacio, no figuran en esta obra.

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Antes de pasar a la segunda tanda de imágenes le recomiendo al lector que revea todas las que -ut supra- he

adjuntado ya que, si se observan con precisión y detenimiento cada una de ellas, podrá advertir una importante

cantidad de pequeños detalles que confirman, sobradamente, la hipótesis aquí esbozada respecto de la

verdadera naturaleza y caracteres de tal grupo de potestades.

Fecho, invito al lector a observar la siguiente camada de fotografías que he glosado. Las mismas se distinguen por

configurar representaciones sumamente modernas de las ya referidas entidades reptiloides. Asimismo, remarco

en que son tan solo una breve muestra del amplio espectro existente.

Un punto que no deja de ser llamativo es que, no pocas, aparecen en libros e historietas, series populares de

televisión, juguetes para niños, video juegos para adultos y adolescentes, películas, marcas de renombre, etc.

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En tercer lugar acompaño, en el presente ANEXO II, un conglomerado de imágenes en las cuales aparecen seres

humanos efectuando el símbolo de los cuernos con las manos, así como también empleando disfraces luciferinos y/o

serpientes, para manifestar su pacto o adhesión al grupo de entidades, no humanas, sobre las cuales vengo disertando y/o

a las sociedades secretas vinculadas.

En adición gloso una serie de tapas, de una revista política de enorme tirada y prestigio internacional , en las cuales a las

figuras centrales, con o sin su consentimiento, se les han montado cuernos a través de un juego visual con el nombre de la

publicación.

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Me es trascendental dejar perfectamente aclarado que no descarto que existan, además de la raza reptiloide,

otras estirpes de seres, no humanos inteligentes, que puedan desenvolverse de una manera neutral, benigna o

desalmada, en relación hacia nosotros.

Así, por ejemplo, la tribu Hopi de Arizona hace referencia, tanto en algunas leyendas como en determinados

antiguos grabados, a los que ellos denominan “hombres hormigas”.

Éstos podrían llegar a encuadrar, perfectamente, en lo que modernamente se conoce como seres “grises” que,

viene al punto mencionar, se los ha relacionado -en un grado de subordinación o sumisión- a la estirpe reptiloide.

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Sumado a todo lo expuesto quisiera expresar que no es, en absoluto, la idea de esta obra el atribuirle una

connotación negativa a las víboras o serpientes (de tierra o agua) pues, al fin y al cabo, no s on más que uno de los

miles de animales que conforman la naturaleza. El hecho de que una determinada estirpe de potestades

inteligentes se halle, en cierta manera, emparentada (así como los seres humanos en gran medida a los monos o

simios), no torna a tales animales en algo directamente aborrecible.

Es por ello que siempre debe tenerse en cuenta la connotación que el símbolo tiene para el o los que lo

emplea/n.

En efecto, mientras que para un individuo las serpientes pueden evocarle a las entidades no benignas, otra

persona puede válidamente asociarlas a la autentica sabiduría o, incluso, al animal que vive en sus campos y le

controla naturalmente la plaga de los roedores. Es decir, un símbolo puede representar varias cosas según quien

lo interprete.

Lo peligroso es cuando se engañan a otras personas mediante un discurso que, en su oscuro trasfondo, oculta

otra realidad. Esto último que acabo de referir es lo que caracteriza a las sociedades secretas.

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Efectivamente, las escuelas de misterios suelen manifestar, tanto para la sociedad como hacia los grados internos

menores de las logias, un relato que no se condice con lo que realmente creen y persiguen los estratos

superiores.

De hecho puede válidamente aseverarse que existen millones de personas que, sin saberlo, trabajan y/o

consumen productos y/o servicios de empresas vinculadas (o controladas) por la red de sociedades secretas.

A ello debe adicionarse el descaro y la flagrante impunidad bajo la cual se manejan todas las hermandades

secretas.

Para poder redondear el concepto esgrimido, voy a hacer referencia a un caso específico y de muy fácil

demostración:

La masonería y los templarios, entre otros, cuentan entre sus diversos símbolos y representaciones esotéricas a

“Baphomet”, el cual, como he explicado en el ANEXO I, alude a “Lucifer o Iblis”.

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Para ambas hermandades secretas “Baphomet” es digno del mayor respeto y adoración pues, según el punto de

vista de aquellas, dicha “antigua serpiente” ha liberado a los seres humanos brindándo nos discernimiento y luz.

Inclusive sindican que la llama de la inteligencia, brillante entre sus cuernos, representaría la mágica luz del

equilibrio universal.

O sea que su creencia consiste en que es el Gran Arquitecto del Universo, G.A.D.U., quien liberó el potencial del

hombre. Por cuanto, en conjunto, el símbolo de “Baphomet” representa la libertad humana total.

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Toda esta elucubrada y atractiva interpretación, supra mencionada, se halla expresada en las diversas obras

literarias de tales logias secretas.

El quid de la cuestión es que suelen omitir mencionar, intencionadamente, la autentica naturaleza, significado y

finalidad de “Baphomet”, quedando esto reservado solo para los iniciados de mayor grado o escalafón.

En otras palabras, tal exégesis simbológica no es más que pura hipocresía, engaño, manipulación y falacia, pues a

nadie con un poco de sentido común y de la realidad puede escapar el hecho de que nada -de todo aquello que

alegan- es cierto.

Más bien su significación alude a todo lo contrario: a un ser antinatural, cruel, pervertido, ignorante y sumamente

maligno del cual nada beneficioso puede esperarse.

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No obstante lo cual también le cabrían los calificativos de: peligroso, poderoso, antiguo, inteligente, ladino y

astuto.

Guste o no eso es lo que en el fondo, secreta y oscuramente idolatran y siguen los miembros de las

organizaciones secretas.

Como derivación y colofón, de todo cuanto fuera vertido, quiero citar un breve pero excelsamente sabio

fragmento de las palabras del Santo Maestro JESÚS:

“Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la ruina, y son

muchos los que pasan por él. Pero ¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la

salvación! Y qué pocos son los que lo encuentran. Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con

piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían ustedes

uvas de los espinos o higos de los cardos? Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el

árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo

puede producir frutos buenos. Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego. Por lo tanto,

ustedes los reconocerán por sus obras”.