el estrés

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El Estrés Es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juegos diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. Síntoma provocado por alguna situación en problema, los síntomas son algunos notables como el nerviosismo (temblar) o estar inquieto. Otros no son tan notables como la aceleración del corazón, las pupilas dilatadas, la sudoración, la piel se torna ribosa y se erizan los vellos de la piel (como brazos o piernas). La reacción del organismo se caracteriza por modificaciones neuroendocrinas estrechamente mezcladas que ponen en juego el hipotálamo (centro de emoción del cerebro) y las glándulas hipófisis y suprarrenales (centro de reactividad). Esta reacción que es la respuesta normal a un agente específico se produce en todo individuo sometido a una agresión. El estrés es normal y puede ser útil, pero también perjudicial. Cuando se lo experimenta en episodios breves, el estrés constituye un incitador positivo. • Por ejemplo, induce al niño a estudiar para un concurso o una prueba o a hacer los deberes. Sin embargo, cuando el estrés se experimenta por períodos prolongados, puede resultar debilitante y llevar a tener dificultades con la familia, los compañeros y el trabajo escolar. En estos casos, es probable que sea necesaria la intervención de un adulto. ¿Qué produce el estrés? Hay experiencias que siempre resultan estresantes para un niño, cualquiera sea su edad, como los conflictos familiares, la muerte de un ser querido, el divorcio de los padres, los cambios escolares, o las situaciones violentas o traumáticas dentro de la comunidad Existen determinadas experiencias de acuerdo con cada edad que pueden intensificar el estrés:

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Estrés

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Page 1: El Estrés

El EstrésEs una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juegos diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.

Síntoma provocado por alguna situación en problema, los síntomas son algunos notables como el nerviosismo (temblar) o estar inquieto. Otros no son tan notables como la aceleración del corazón, las pupilas dilatadas, la sudoración, la piel se torna ribosa y se erizan los vellos de la piel (como brazos o piernas).

La reacción del organismo se caracteriza por modificaciones neuroendocrinas estrechamente mezcladas que ponen en juego el hipotálamo (centro de emoción del cerebro) y las glándulas hipófisis y suprarrenales (centro de reactividad). Esta reacción que es la respuesta normal a un agente específico se produce en todo individuo sometido a una agresión.

El estrés es normal y puede ser útil, pero también perjudicial. Cuando se lo experimenta en episodios breves, el estrés constituye un incitador positivo.

• Por ejemplo, induce al niño a estudiar para un concurso o una prueba o a hacer los deberes. Sin embargo, cuando el estrés se experimenta por períodos prolongados, puede resultar debilitante y llevar a tener dificultades con la familia, los compañeros y el trabajo escolar. En estos casos, es probable que sea necesaria la intervención de un adulto.

¿Qué produce el estrés?

Hay experiencias que siempre resultan estresantes para un niño, cualquiera sea su edad, como los conflictos familiares, la muerte de un ser querido, el divorcio de los padres, los cambios escolares, o las situaciones violentas o traumáticas dentro de la comunidad

Existen determinadas experiencias de acuerdo con cada edad que pueden intensificar el estrés:

•En la primera infancia (Cuido Maternal a Kínder), estar sin la persona que lo cuida, ir a la escuela o vivir situaciones extrañas pueden provocar malestar

•En la infancia media (Escuela Elemental), puede agudizarse el estrés como consecuencia del aumento de las exigencias escolares y de la presión de los compañeros • En la pre-adolescencia (10-13 años) pueden sentir más estrés a causa de factores sociales, primera relación amorosa y la necesidad de tener éxito

•Adolescencia (14-20 años) mayor exposición al estrés, afrontar esta etapa es estresante para todos los que la vivimos, imagina la presión de grupo (libertad, sexo, drogas, alcohol, economía, nivel social, etc)

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También es importante destacar que aun las experiencias aparentemente positivas pueden provocar estrés en los niños, como el nacimiento de un hermano, la graduación escolar o sobresalir por un logro personal.

Fases del estrés

Cuando el organismo se encuentra ante situaciones de peligro, se prepara para enfrentarse o huir, lo que origina una serie de cambios biológicos de origen autonómico.

- Fase de alarma o huida: El cuerpo se prepara para producir el máximo de energía, con los consecuentes cambios químicos.

El cerebro, envía señales que activan la secreción de hormonas (neurotransmisores) , que mediante una reacción en cadena provocan diferentes reacciones en el organismo

- Fase de adaptación: También llamada de resistencia, es cuando se mantiene la situación de alerta, sin que exista relajación.

El organismo intenta retornar a su estado normal, y se vuelve a producir una nueva respuesta fisiológica, manteniendo las hormonas en situación de alerta permanente.

- Fase de agotamiento: Sucede cuando el estrés se convierte en crónico, y se mantiene durante un período de tiempo que varía en función de cada individuo.

Esta fase provoca debilidad, se descansa mal, aparece sensación de angustia y deseo de huida.

Síntomas:

- Emociones: irritabilidad, miedo, nerviosismo, confusión, fluctuaciones del estado de ánimo (Trastornos de depresión o ansiedad).

- Pensamientos: excesivo temor al fracaso, excesiva autocrítica, olvidos, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, pensamientos limitantes

- Conductas: risa nerviosa, trato brusco hacia los demás, incremento del consumo de cigarrillos (tabaco), alcohol y otras drogas (recetadas y no recetadas), aumento o disminución del apetito, llantos, rechinar los dientes o apretar las mandíbulas, tics nerviosos

- Cambios físicos: tensión muscular, manos frías o sudorosas, insomnio, dolores de cabeza, fatiga, problemas de espalda o cuello, indigestión, respiración agitada, perturbaciones en el sueño, sarpullidos, disfunción sexual.