el corso nº 15

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EL BUENO, EL FEO Y TARANTINO elcorso.es Nº 15 • Abr • 2011 Lucille, B.B. King y San Sebastián El escritor que pone de los nervios a Rusia Madrid se sale de la ruta Tiempo de rebajas en el FACYL 2011 Quentin Tarantino se pasa al western El terror invisible Ay, ay, ay

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Page 1: El Corso Nº 15

EL BUENO,EL FEO Y

TARANTINOelcorso.es Nº 15 • Abr • 2011

Lucille, B.B. King y San Sebastián El escritor que pone de los nervios a Rusia Madrid se sale de la rutaTiempo de rebajas en el FACYL 2011 Quentin Tarantino se pasa al western El terror invisible Ay, ay, ay

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Xpectations

Seguro que alguna vez habrás escucha-do la típica frase “El cine español es una mierda”, o seguro que tu mism@ has despre-ciado al cine patrio di-ciendo “¿Pero qué es,

española?” (con cara de asco) a la invitación de ir a ver una película al cine o simplemente verla en el salón de tu casa.

Pues si amigos, esas fra-ses son injustas, pero no porque no sean ciertas, sino porque ge-neralizar, en este caso, nos lleva a la ignorancia mas absoluta. De todo hay en la viña del señor, y más en el cine.

¿Y por qué hablo de cine si este es un blog de música? Por la sencilla razón de que me pare-ce injusto que la música en este país reciba un trato diferente solo porque las multinacionales estén detrás. De hecho si entramos en comparación, en los últimos 70 años, el cine ibérico le da mil vuel-tas a la música hecha en la penínsu-la. ¿Y por qué este trato tan diferente? ¿Por qué una industria tiene mala fama y la otra no?

El dinero privado es el culpable, para bien o para mal. Cuando uno se entera de que con el dinero de los contribuyentes han hecho una ba-zofia como “Mentiras y Gordas” de la queridísi-

El cine español es una mierda

ma Sinde, le entra no menos que un miniinfarto. A partir de ahí despotricas, cuchicheas entre los

corrillos de la universidad, del trabajo, del bar, encuentras apoyos entre las personas que te rodean, y al final, sí, has sacado toda la bilis, has contribuido a esa mala fama y te quedas tan pan-cho. Con la música pasa todo lo contrario, como sa-bes que detrás de la Oreja de Van Gogh, por poner un ejemplo, hay una mul-tinacional y no hay dinero público, y la mercadotec-nia ha hecho el trabajo de metértelo hasta en el pro-grama de Ana Rosa Quin-tana, al final puedes pensar “Pues sí, son malos, pero bueno, es lo que hay” o caer en la trampa de com-prar su disco y pillar una entrada para su próximo concierto. Y dios mío, que no se te ocurra decir que Amaya Montero está aca-

bada en según que corrillos...

Que nadie me entienda mal, en España hay muy buenos músicos, sí, y en EEUU también hay muy buenos futbolistas. Pero ya se sabe dónde están los mejores clubes y los mejores ju-gadores del mundo...

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Redactor:Luis Cadenas Borges

[email protected]

Colaboradores:Darío Tobes (Arte)

Marcos Gil (Tecnología)Alberto Sicilia (Viajes)

[email protected]

El Corso, revista cultural online. El acceso y re-producción de los contenidos es propiedad de El Corso, pero está abierto a copia siempre y cuan-do citéis a El Corso (incluyendo dirección web).

Diseño:

4 Música:Lucille, B.B. King y San Sebastián

30 Cine y TV:Quentin Tarantino se pasa al western

16 Arte:Madrid se sale de la ruta

44 Tecnología:“Ay, ay, ay” (La crisis no perdona ni a los videojuegos)

10 Literatura:El escritor que pone de los nervios a Rusia

38 Ciencia:El terror invisible

24 Escena:Tiempo de rebajas en el FACYL 2011

50 Ficción:I Premio de Microrrelatos

52 Viajes:Un día en la Plaza de Tahrir

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Lucille,

B.B. King y San Sebastián

B.B. King

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Lucille,

B.B. King y San Sebastián

Jazzaldia 2011, la edición número

46, abre el día 21 de julio con un

concierto del maestro del blues

por Luis Cadenas Borges

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Qué imagen. De las que rompen el esquema, de las que for-man legiones

de seguidores contrariados por esa rareza de siempre llamada jazz. Bueno, no es exactamente jazz, eso todos lo sabemos, pero no deja de ser un gesto para la galería, hermoso, pero para la galería, abrir Jazzaldia, el mayor festi-val de jazz de España (siempre quedarán Vitoria y el San Juan Evangelista de Madrid), con B.B. King tocando ‘Lucille’ en una playa. Como para mirar para otro lado y dejar escapar una lagrimilla. Para los que amamos muchas de las piezas de orfebre del blues es todo un gustazo, y una pena saber si podremos estar allí o no. Por lo menos será gratis, y en la organización lo llaman el

Escenario Verde (patrocinios cerveceros obligan…).

Sube el presupuesto en medio millón de euros (hasta los 1,6 millones) y la programa-ción se llena, aunque haya un día menos. En la Plaza de la Trinidad (uno de los escena-rios junto con el Espacio Frigo, la Carpa Heineken – más patrocinadores, venga – y el Kursaal) arrancará el 22 de julio con las actuaciones de tres trompetistas Dave Douglas, Enrico Rava y Avishai Cohen, en la propues-ta Tea for 3, a quienes seguirá

Dinero

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bres

Para 2011 hay 1,6 millones de euros de presupuesto (algo más que el Festival de las Artes de Castilla y León, y probablemente mejor in-vertidos y con más rentabilidad) para un festival que este año cuenta con Dave Douglas, Cyndy Lauper, Toots Thielemans, Chick Corea, Staff Benda Bilili, Eivind Aarset, Elephant 9 y Tucson Jazz Institute Ellington Band, Tea For 3, Bill Evans, Cassandra Wilson… y mucho más. Además de contar con el renovado Museo de San Telmo. El resto de la programación está más detallada en la web de Jazzaldia en próximos días, mientras que la venta de entradas arrancó el pasado 1 de abril.

The Trio Project

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Toot Thielemans

Gilberto Gil Cindy Lauper

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un conocido de este certa-men Abdullah Ibrahim con su grupo Ekaya. El 23 la Trinidad ofrecerá jazz eléctrico de la mano de Medeski, Martin & Wood y Soul Bop, grupo de Randy Breker y Bill Evans, John McLaughlin & The 4th Dimensión Band, el 24 Charlie Haden Quartet Wet y Cas-sandra Wilson, una actuación que Martín ha esperado dé lugar a “momentos de co-laboración” en el escenario entre ambos artistas, y el 25 Cyndi Lauper con su propues-ta ‘Memphis Blues Tour’ y Mavis Staples.

En lo referente al nuevo espacio de este año, el Museo de San Telmo, desde las medianoche habrá se-siones especiales, con John Scofield Quartet, Jan Bang y René Marie el día 23, y la segunda el día siguiente con

Jan Garba-rek & The Hilliard Ensemble: Officium. En el Auditorio Kursaal habrá que esperar al día 23 con el concierto ‘Return to Forever IV’ con Chick Corea, Stanley Clarke, Lenny White, Frank Gambale y Jean-Luc Ponty. Un día después estará en este escenario la japonesa Hiromi con The Trio Project y el 25 pasará por el auditorio donostiarra el armonicista belga Toots Thielemans. A Jazzaldia hay que considerarlo como un pequeño oasis, una de esas setas que crecen en verano y que suelen estar pegadas a festivales de jazz. ¿Qué tendrá esta música que

Cassandra Wilson

El Festival de Jazz de San Sebastián, apoda-do ahora para acortar Jaz-zaldia (por la vasquización de una música universal, se entiende) se celebra en la ciudad desde 1966; muy vigilado entonces por el ré-gimen franquista, con un sinfín de problemas pero siempre la música por ban-dera. Ni España entendía el jazz entonces, ni tampoco es que lo entienda mucho ahora, de ahí su origina-lidad. A lo largo de estos años han pasado por sus escenarios (el más recu-rrente, el de la plaza de la Trinidad, el velódromo de Anoeta o las playas) más de 1.400 músicos, ofren-ciendo un reflejo casi per-fecto de lo que es la música jazz en todo el mundo, una ventana abierta en el norte de España a un género que sólo ahora parece empezar a despuntar socialmente. Al menos en Euskadi no es carne de garito. Desde 1994 el Festival de Jazz de San Sebastián entrega el Premio Donostiako Jazzal-dia a una figura destacada (este año dicen que será el armonicista Thielemans), como reconocimiento a su contribución al enriqueci-miento del jazz y a su in-fluencia en generaciones posteriores de músicos.

Historia de unfestival pionero

y legendario

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Heineken Jazzaldia

Diario Vasco

parece que sólo sirve para cuando hace calor? No tiene nada de especial, es que quien pone el dinero cree que es cuando más gente van a tener, sin dar-se cuenta de que Jazzaldia es una excepción, mientras que los clubes de Madrid,

Barcelona y Bilbao se siguen llenando llueva, truene o nieve fuera.

Sabemos de sobra lo que pasa con este género en España: es carne de garito. Esporádicamente se hacen conciertos al aire libre, o en salas pequeñas, porque no arrastra a multitudes como el pop, el rock, o la clásica (que quieran o no muchos, sigue siendo muy rentable y productiva). La música jazz es como ésta última en muchas cosas: eterna por su solidez formal, por su capacidad para

emocionar, para crear de la nada sin nece-sidad de copiar; no es fácil, es complicada y depende mucho más del talento que de la promoción. Una pena, una verdadera pena, sobre todo porque los músicos de verdad, los buenos, siempre acaban cayendo en la tenta-ción de meterse en uno de esos garitos oscuros y hu-meantes y soltarse la melena. Un ejemplo: los solistas de las orquestas profesionales de Viena son famosos por-que después de interpretar a Beethoven vuelan a los clubes

de jazz a tocar hasta la ma-drugada lo que les da la real gana. Así que de momento, B.B. King, un invitado raro por su blues, ya tiene el sitio que merece. Sirva de aperitivo. n

Dave Douglas

John Scofield

Hiromi

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Vladimir Sorokin presenta en España su última novela, ‘Hielo’, donde el adjetivo posmoderno se queda corto y demuestra el talento de un “clásico vivo”

El escritor que pone de los nervios a

Rusiapor Luis Cadenas Borges

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Vladimir Sokorin

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No es un ancia-no venerado, más bien un adulto que so-brepasa la cin-cuentena con

el aspecto de un autor nórdi-co de novelas de serie negra. Vive en las afueras de Moscú, en un pueblo (Vnukovo), pero sus obras se publican antes en Francia, Alemania o España que en su país, la patria de los escritores emotivamente ra-dicales. Frases cortas, afiladas, certeras, como bofetadas, argumentos surrealistas, pura posmodernidad encabro-nada y enrabietada contra una sociedad como la rusa, decadente e inmoral, y que él cree condenada a volver al os-curantismo medieval. Básica-mente, Sorokin es un “grano en el culo” de la Rusia de Putin, capaz de impulsar a la organización juvenil títere del Estado, Nashi (todavía más siniestra que las juventudes republicanas de lo más pro-fundo de Texas), contra sus obras. Decían los bohemios franceses que cualquier autor al que le queman un libro es necesariamente bueno: a él le hicieron algo mejor, crearon

un retrete gigante en el centro de Moscú y tiraron en él sus novelas. Eso es tener estilo por muy fascista que se sea.

Sorokin tiene en su haber español dos libros úni-cos, ambos con Alfaguara, ‘El día del oprichnik’ y ‘Hielo’, la nueva, en la que mezcla géne-ro negro, simbolismo, ruptura de ataduras formales y mucha mala uva: una secta milena-rista que adora un meteorito y que usa martillos de hielo para arrancar los corazones de jóvenes rubios y hablar con ellos. Tal cual, no es broma. En el primer caso, haciendo referencia a esos oprichnik que eran los matones de Iván el Terrible, la novela denuncia los intentos de aislar a Rusia de Occidente tras el naciona-lismo y la moral costumbrista usando la riqueza petrolífera como herramienta. De ahí que él piense que Rusia va camino de volver a ese siglo XVI del zar Iván, un lugar medieval donde sólo haya autocracia y terror intelectual. Sorokin es sin duda uno de los pocos que levantan la voz, y por eso ha sufrido de todo, desde una

Vladimir Sorokin (Bykovo, 1955) es autor de doce novelas, diez obras teatrales y varios guiones cinematográficos. Artista de talento multifacético formado en el ambiente de la vanguardia moscovita de los años 80, fue pintor antes de dedicarse a la escritura. Su posmoder-nista, conceptual y avanzada narrativa no tenía cabida en el panorama literario oficial de la Rusia soviética y sus primeras publicaciones apa-recieron en París. Tras la publicación de las novelas ‘Goluboye salo’ (‘Manteca de cerdo azul’) en 1999 y ‘El hielo’ en 2002, primera parte de su “trilogía helada”, fue tachado de pornógrafo y perseguido por el gobierno ruso. En 2001 fue reconocido con el Premio Andréi Bely por “sus excepcionales aportaciones a las letras rusas” y su novela ‘Serdtsá chetirioj’ (‘Corazones de los cuatro’) recibió el Premio Booker Popular. En 2005 fue galardonado por el Ministerio de Cultura alemán y recibió el Premio Liberty “por su contribución a las relaciones culturales entre Rusia y los Estados Unidos de América”. En 2007 su novela ‘El día del oprichnik’ (Alfaguara, 2008) quedó finalista del Bestseller Nacional ruso. ‘Sakharny Kreml’ (‘Kremlin de azúcar’) y ‘Metel’ (‘La ventisca’) forman también parte de su obra, traducida a veinticinco idiomas.

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denuncia de la Fiscalía estatal para meterle dos años en la cárcel hasta quemar sus libros o tacharle públicamente de pornógrafo. De ahí se deriva que Rusia no aprende: ayer fue Stalin, hoy es ese pequeño mediocre agente del KGB, Putin.

Sorokin es una pesadilla, un Pepito Grillo ultramoderno que bebe de las fuentes de

la cultura de las anti-utopías por culpa de una realidad insana: frente a la sociedad rusa corrompida y obsesio-nada con lo material de hoy en día, los arreones de his-torias sin posibilidad alguna de resolución hacia el bien. Nada mejor que la agonía de la tristeza para darse cuenta de que la realidad es malsana. Es algo similar a lo que hiciera Orwell con ‘1984’, solo que

aquí llevada hacia el extremo simbólico de martillos de hielo y sacrificios rituales. Por mucho que el propio Sorokin rechace cualquier tipo de rei-vindicación política, el Poder omnímodo reviste sus obras de otra significación ajena a la propia literatura, o no tanto. En los dos libros mencionados la crítica es constante, mu-chas veces metafórica, pero también directa. n

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Un argumento de locos incrustado en la forma de escribir de Sorokin. Un grupo de personas intentan que un corazón humano les diga algo. Previamente han abierto en canal a su propietario y luego han empezado a pre-guntarle al órgano aún caliente cómo se llama. La víctima, un rubio jo-ven de ojos azules, pasa a engrosar la lista de los supuestos 23.000 herma-nos perdidos que estos fanáticos (integrantes de un misterioso grupo ob-

sesionado con un meteorito) están tratando de encontrar para destriparlos con martillos helados fabricados con restos del meteorito que cayó en Tunguska en 1908 en Siberia. Su teo-rías es que esos 23.000 podrán renacer si los corazones consi-guen hablar “las palabras del hielo”.

Sinopsis de ‘El Hielo’

Otros libros

www.srkn.ru

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La mirada externa, de Africa a las selvassudamericanas en cinco exposiciones

por Darío Tobes

Cultura Clip

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Este mes Madrid convierte la foto-grafía en protago-nista de complejos encuentros en favor de una práctica

intercultural más inclusiva. Se invita a un diálogo transnacio-nal con la intención de desdi-bujar el concepto de territorio tal como lo entendemos. De este modo volvemos a juzgar la globalidad pero esta vez proponemos Latinoamérica, Asia o África como los ver-daderos protagonistas. El exotismo no viaja, tampoco el morbo o las posturas infor-mativas parciales. Cada pro-yecto conforma un combina-do de experiencias estéticas y sociales cuyos resultados se alejan de los monopolios visuales de los mass media. Los fotógrafos presentados humanizan sus trabajos libres de aquellos corporativismos que se empeñan en mostrar tan solo dos facetas polariza-das de estos países: lugares del horror o paraísos exóticos.

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Claudí Carreras es uno de los mejores conocedores de la fotografía documental en La-tinoamérica y ahora llega a Ma-drid con ‘Laberinto de Miradas’. Parada final de un largo viaje compuesto por 500 fotografías, 76 fotógrafos y 16 colectivos que desvelan visiones en prime-ra persona sobre el concepto de frontera, la memoria o la iden-tidad. Un alegato revisionista de los derechos humanos, de la di-versidad y de la lucha contra la pobreza, que ser puede visitado íntegramente en el centro cul-tural Tabacalera.

Laberintode miradas1)

Embajadores

Calle de Embajadores, 5128012 Madrid

La Tabacalera

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Recuerdosde Iquitos2)

Banco de España

Plaza de la Cibeles, 228014 Madrid

Casa América

Casa América ofrece otros modos de ver con su ex-posición ‘Recuerdos de Iquitos’. El comisario Christian Bendayán compone un emocionante re-gistro sobre esta región de la amazonia peruana a través de sus gentes y su cultura popular, mostrando otras perspectivas de una ciudad que habitualmen-te se limita a traspasar fronte-ras en forma de postal.

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Desaparecidos3)

Embajadores

Ronda Valencia, 228012 Madrid

La Casa Encendida

La exposición de Ger-vasio Sánchez, ‘Desaparecidos’ (La Casa Encendida), constituye un claro ejemplo de como la fotografía es capaz de regis-trar la historia pero también de recuperarla. Gervasio Sánchez se sitúa lejos del puro sensa-cionalismo y mediante historias personales nos habla de dramas comunes, evocando la ausencia de los desaparecidos a través de objetos personales, salas de tortura o memoriales. Este re-corrido por la amnesia de regí-menes pasados confirma que los mecanismos de la represión y las deudas históricas siguen pau-tas similares a ambos lados del océano.

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Africa.es4)

Banco de España

Calle Alcalá, 4228014 Madrid

Círculo de Bellas Artes

Las dos últimas exposi-ciones nos llevan al continente africano con proyectos de pro-cesos inversos. El Círculo de Bellas Artes ocupa sus salas con ‘ frica.es’. Siete fotógrafos afri-canos fueron invitados a residir en siete ciudades españolas du-rante una semana, para fotogra-fiar aquello que más les llamara la atención, sin condicionamien-tos temáticos. Un sorprenden-te documento antropológico que permite adentrarnos en la mirada de estos artistas para darnos cuenta de como cier-tos aspectos de nuestra cultura -aparentemente banales o coti-dianos- pueden ser susceptibles del asombro ajeno.

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El futurodel pasado

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Sevilla

Calle Alcalá, 3128014 Madrid

Sala Alcalá 31

El trabajo de Yinka Shonibare (Sala Alcalá 31, de la CAM) comisariado por Octavio Zaya difiere de todo lo visto hasta ahora. Exhibe sus producciones más recientes, un total de 22 piezas, donde los personajes son customizados con texti-les africanos y entalles occidentales, rodeados de ambientes alegóricos y enigmáticos, pero a la vez fácilmente identifica-bles por el observador como parte de su imaginario artísti-co. Las raíces de Yinka Shonibare son nigerianas aunque nació en Londres, a donde regresó tras marchar de niño a Lagos. Creaciones que hacen referencia a muchos de los compro-misos contemporáneos aún por asumir en nuestra “sociedad occidental”. Sin embargo, y al contrario de la impronta docu-mental en las exposiciones comentadas hasta ahora, el trata-miento de las imágenes toma tintes casi escenográficos. Sin dejar de lado una fuerte carga estética, con una edición y una puesta en escena estudiada al milímetro, Yinka Shonibare actualiza iconos de las bellas artes y la literatura universal como Goya o Dante, aprovechándose de ellos para reinter-pretar dilemas derivados de desigualdades, colonialismos o incluso artificiales estilos de vida basados en la promesa del falso éxito (en este último caso mediante la obra fetiche de Arthur Miller, muerte de un viajante). Y en medio de este delirio neobarroco, los mensajes son claros y directos. Tal como podemos descubrir en las frases que aparecen en su serie sobre los caprichos de Goya: “Les sognes de la raison produisent-ils des monstres en Amerique”.

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‘El futuro del pasado’, de Yinka Shonibare, cierra nuestro recorrido por memorias encontradas, mira-das múltiples e identidades cruzadas. Sólo nos queda aprovechar estos meses para no perder la oportuni-

dad de aclarar posturas y definir posiciones desdela emoción de nuestra propia subjetividad.

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e

por Luis Cadenas Borges

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Nueve días, al viejo estilo de los calenda-rios lunares (del 3 al 11 de junio),

una reducción tan brutal que como compensación es pro-bable que Calixto Bieito, que repite como director invitado (¿habrá un tercer año?), haya concentrado más calidad en menos tiempo. Más nos vale a todos, a la ciudad, a los que vengan de fuera y a los que sufragan esta edición donde ya se han hecho los prime-ros adelantos. Después de la presentación del lunes queda claro que frente a la escasez de dinero siempre se puede tirar de los de casa, como la Orquesta Sinfónica de Cas-tilla y León (Oscyl), que se atrevéra con una nueva ver-sión de ‘Carmen’ de Bizet, y el Musac, que entran de lleno en

la programación, la primera abriendo el festival con músi-ca clásica y una nueva puesta en escena, así como extractos de las colecciones del segun-do. Puede que exposiciones, puede que performance… todavía está por ver a falta de que se cierre la programación.

Básicamente ha sido un abrir boca donde se con-creta sobre todo cuestiones de escena, como la produc-ción propia de Azar Teatro con el estreno absoluto de ‘Lilja-4ever’, una adaptación teatral de Hansjörg Betschart sobre la película homónima dirigida por Lukas Moodys-son. Esta obra aborda la explotación y el abandono infantil, un grave problema que afecta a millones de personas en todo el mundo y que la compañía teatral toma

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27 Montaje en el que están presentes los có-digos transgresores que han definido su extensa carrera, pero a los que además se añaden nue-vos lenguajes y recursos visuales renovados. Es una pieza en la que los bailarines intercalan solos, dúos y coreografías grupales, en un repertorio de sensaciones que van desde la ternura y la sensibi-lidad extremas hasta la más dramática ruptura vi-sual y los efectos caleidoscópicos. Con la magistral banda sonora interpretada en directo por Pierre Le Bourgeois y Labyala Nosfellno.

"OCTOPUS" | PHILLIPPE DECOUFLE

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como punto de partida para denunciar los valores de una sociedad enferma y deshuma-nizada. Lilja, personaje que da título a la obra, es una frágil adolescente desamparada que intenta sobrevivir en un sórdido mundo dominado por las mafias. Se mantiene pues la coproducción anual del festival, siempre con una compañía de Castilla y León, y que tras el éxito de crítica de ‘Dogville’ con Rayuela en 2010, nominada a los Premios Max, sirve de trampolín

Pero sobre todo será una edición con la obsesión particular de Calixto Bieito. Es el caso del joven cuarteto de cuerda británico Heath Quar-tet. Considerada como una de las agrupaciones emer-gentes más originales y con mayor talento del panorama internacional de la música de cámara, ofrecerán en Sala-manca un ciclo dedicado a Beethoven, concretamente los Cuartetos, una vez más

una preferencia de Bieito, que programa con gusto y con una tendencia muy personal. Fundado en 2002 en el Royal Northern College of Music bajo la dirección de Christo-pher Rowland y Alasdair Tait, Heath Quartet ha recibido numerosos premios y ha ob-tenido el elogio de la crítica.

La otra vertiente es el hip-hop, que ya fue durante años parte indisociable del Festival de las Artes a través de Conchas Eletrónicas. Es el ejemplo de My Tati Frezze, del grupo femenino Blanck Blanc Beur, que hace referen-cia a los colores de la piel de las etnias francesas (negros, blancos y árabes), e integrado sólo por mujeres. El proyecto une danza contemporánea con break dance en el teatro. Los trabajos escénicos de esta formación reflejan ese origen multicultural y en ellos desta-can la fusión y la integración de distintos estilos musicales y coreográficos. n

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Obra de Marc Rosich y Soeren Voima, abor-da algunos de los problemas de nuestro tiempo. A partir de una reflexión sobre la influencia que la aparición de los automóviles ha tenido en nues-tras vidas, los montajes se acercan a dilemas mora-les relacionados con el desarrollo tecnológico, su impacto sobre el medio ambiente y la existencia de una sociedad marcada por la crisis económica.

"PEOPLE, CARS AND OIL" | TEATRE ROMEA Y TEATRO NACIONAL DE STUTTGART

FACYL

Fàcyl 2010 | Orbite

Fàcyl 2010 | Ro Theater

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Fundada por la coreógrafa Christine Cou-don y Jean Djemad, Black Blanc Beur nace como un proyecto artístico cuyo principal objetivo es llevar el hip-hop y el break dance de las calles a los teatros. La fusión de estos estilos con la danza contemporánea supone un gran desafío que esta agrupación, integrada enteramente por mujeres para este espectáculo, aborda sin prejuicios.

"THE THRILL OF IT ALL" | FORCED ENTERTAIMENT

"PEOPLE, CARS AND OIL" | TEATRE ROMEA Y TEATRO NACIONAL DE STUTTGART

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Rumores a medio confirmar, una confirmación que parece un ru-mor, y finalmente el director se decide a hacer una película del

género que le ha marcadopor Luis Cadenas Borges

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En realidad, un rumor insistente que no sería sino la confirmación de que Quentin Taran-tino es el genuino

posmoderno del cine: hará un western. Cuando se acaba la creatividad y el nacimiento de nuevos géneros, cuan-do las vías del cine parecen ya explotadas al máximo, se empiezan a mezclar los estilos y los formatos, a coger cosas prestadas de unos y otros para crear algo nuevo que en realidad no lo es. Más o menos, a grandes rasgos, Tarantino lleva años viviendo de este particular método de trabajo, muy original en su planteamiento y en su for-ma de llevarlo a cabo, pero que no deja de ser un corta y pega muy bien hecho. En su primera etapa se dedicó a explotar el género negro, con ‘Reservoir Dogs’, ‘Pulp Fic-tion’ o ‘Jackie Brown’. Luego, a partir de sus colaboraciones con Robert Rodríguez (‘Abier-to hasta el amanecer’, ‘Des-perado’, luego él en ‘Death Proof’) se deslizó hacia el otro género que más le ha marcado, el western. Porque películas como ‘Kill Bill 1 y 2’ (sobre todo la segunda, en especial, es casi un clásico de género) o ‘Malditos Bastar-dos’ no dejan de ser western disfrazados.

Resumiendo: la nueva película tiene incluso un título, ‘The angel, the bad an

32 El género del western europeo, más conocido popularmente como spaguetti western por haber sido iniciado por los italianos, como Sergio Leone, fue un subgénero del formato americano acunado entre los años 60 y 70 con gran tirón de taquilla en Europa, o Estados Unidos. La mayoría se rodaron en Cinecittà (Italia) y en Almería (España), aunque muchas tu-vieron como escenario Hoyo de Manzanares. Es muy famoso el desierto de Tabernas debido a que allí se rodaron películas famosas de este subgénero, entre ellas ‘El bueno, el feo y el malo’. Este subgénero se caracteriza por una estética realista y sucia a la vez que estilizada, personajes llenos de cinismo y apa-rentemente carentes de moral, rudos y duros. Los viejos clichés del western americano son reconver-tidos, deformados hasta el extremo, dotándoles de una nueva vida que conectó enseguida con el público. Se considera que la película americana ‘Veracruz’m de 1954 y de Robert Aldrich (que influyó mucho en Sergio Leone), es el primero de todos los spaguetti western por las grandes dosis de violencia, impropias de la época, pero también por la doble moral de los personajes.

¿QUÉ ES ELSPAGUETTI WESTERN?

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Quentin Tarantino

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the wise’, y sería un homena-je al spaguetti-western. Pero, siempre hay un pero, a los directores-personaje como Quentin Tarantino siempre se le imponen este tipo de proyectos, esté o no esté en ellos. Esta vez ha sido uno de los grandes protagonistas del spaguetti western, el italiano Franco Nero, el que ha casca-do: en Italia no se fían de él, dicen que es propenso a ima-ginarse cosas y fardar… pero si el río suena, agua lleva. La película sería con Christoph Waltz, Franco Nero, Treat Williams y Keith Carradine, entre otros. Muy certero el tiro de Waltz, convertido en icono del buen talento y de la maldad gracias a su papel de nazi recalcitrante e his-

triónico de ‘Malditos bastar-dos’.

Cuenta en su blog de ‘El País’ Gregorio Belinchón, uno de los prohombres de la crítica de cine nacional, que “Franco Nero estaba en el festival de cine italiano en Los Ángeles y, como cuenta el blog ‘The playlist’, empezó a hablar de su nuevo proyec-to”. Todo esto lo comenta en su blog ‘Versión muy origi-nal’, del que reproduzco un trozo para ver que el rumor ha crecido mucho: “Solo con que la mitad de lo que dice sea cierto ya es más que suficiente para ponerse

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SERGIO LEONE,

EL MAESTRO36

nerviosos. Según el veterano Nero, Tarantino por fin va a rodar un spaghetti western, la forma más directa de ho-menajear a uno de sus maes-tros, Sergio Leone. Según Nero, la película se llamará ‘The angel, the bad and the wise’”.

No obstante, no pare-ce que vaya a ser tan sencillo. Al parecer, desde hace meses, Tarantino lleva hablando de ese proyecto, pero con detalles que cambiarían. Sería un western, siguiendo la línea estética del spaguetti wes-tern, pero con otra temática: la esclavitud, y que prefiere títulos como ‘A southern’.

Estaba todo el mundo de los nervios para saber cómo sería esa incursión en el género que le estructura desde el subconsciente, si sería al es-tilo Leone o de otra forma, y finalmente llegó su alter ego femnino más perfecto, Uma Thurman, para confirmar ciertas cosas. Según se sabía el día 28 de marzo, el próxi-mo filme sería ‘The Southern’, un spaguetti western prota-gonizado por esclavos negros durante los años de la forma-ción de la red de ferrocarriles. “Es una historia totalmente nueva. Quiero hacer películas que traten con el horrible pa-sado de América relacionado con la esclavitud”, explicaba la actriz. n

Hijo del director Vincenzo Leone, represaliado por Mussolinni cuando le dijo la verdad al dictador sobre uno de sus guiones (que era nefasto), con 20 años ya trabajaba en el cine como actor y asistente de dirección de Vittorio de Sica, del que aprendió la base del oficio. Sergio Leone trabajó como ayudante en ‘Quo Vadis’ y ‘Ben Hur’, en unos años 50 que fueron de formación de su estilo visual y de narración, italiano pero al mismo tiempo con esa influen-cia norteamericana surgida de haber trabajado para Hollywood en esas películas. En el cam-bio de década, camino de los 60, hizo varios peplum y películas italianas históricas, hasta que lentamente pudo tomar las riendas del género que más le dio. Fue en esa década prodigiosa cuando hizo su “Trilogía del Dólar” (‘Por un puñado de dólares’, La muerte tenía un precio’ y ‘El bueno, el feo y el malo’), donde un personaje lacónico, rubio y enigmático, interpretado por un desconocido Clint Eastwood (al que convirtió en un actor cotizado y mítico), era el eje de una nueva versión del western sin el maniqueísmo americano, lleno de hiperrealismo sucio al tiempo de destacar por grandes dosis de lirismo. Y humor, negro y ácido. Todo en tres años: de 1964 a 1966, para luego seguir con ‘Hasta que llegó su hora – Érase una vez el Oeste’ (1968), ‘Agáchate, maldito’ (1971) y la película que le separó de su género amado y casi le llevó a la tumba, ‘Érase una vez en América’ (1984), el filme que, dicen, le hubiera gustado rodar a Martin Scorsese. Y todo con uno de sus amigos de infancia, el grandísimo, y también lacónico, Ennio Morricone. Todavía hoy él le recuerda, y tambíen Eastwood, que siempre ha repetido, una y otra vez, que sin Sergio Leone nunca hubiera sido director.

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A life in pictures

Tarantino Info

Everything Tarantino

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Elterrorinvisible

Central nuclear de Fukushima

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ElterrorinvisibleEl accidente nuclear de la central japonesa de Fukushima reabre la Caja de Pandora de la radiación mortal por Luis Cadenas Borges

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El reactor, dañado tras el terremoto de 9 grados de intensidad y el posterior tsunami del 11 de marzo de 2011, es el único de los seis reactores de la planta que utiliza una mez-cla de plutonio y uranio convencional conoci-da como MOX, lo que lo convierte en el más peligroso y preocupante para las autoridades niponas. Tras el fallo en el sistema de refrigera-ción como consecuencia del seísmo, el reac-tor sufrió una explosión por combustión de hidrógeno, sin fuga radiactiva el 14 de marzo. Desde entonces, se han sucedido múltiples incidentes ante las dificultades para conseguir su refrigeración. Las barras de combustible atómico ya usado, que permanecen al aire, son altamente radiactivas.

El reactor 3, lo peor imaginable

Hay muchas imágenes con las que jugar: los Jinetes del Apocalípsis, la Muerte

Dormida, la Caja de Pandora que deja escapar todos los males del mundo… la reali-dad, después del desastre del terremoto y tsunami de Japón, es que una central nuclear, la de Fukushima, sufrió graves daños en varios

reactores y ha dejado escapar parte de los isótopos más morta-les que existen, como el yodo, el cesio y el temido plutonio, cuya vida de segador de vidas alcanza los casi 24.000 años. El plutonio, que ha sido detectado en las inmediaciones de la central nuclear japonesa de Fukushi-ma, es un material altamente tóxico y mucho más peligroso para la salud que los isótopos radiactivos del yodo y el cesio encontrados hasta ahora. El peor escenario, y un dolor de muelas que podría expandirse por todo el mundo, por el aire y el agua. El plutonio es un elemento metálico radiactivo que se utiliza en reactores y armas nucleares. El plutonio debe su nombre al planeta enano Plutón, el dios del inframundo o los infiernos de la mitología romana. De símbolo PU, es un metal de color plateado y uno de los elementos transuránicos de número atómico 94, es decir,

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mayor que el número atómi-co del uranio que es 92. Tan-to el plutonio como el uranio son elementos metálicos muy pesados y radiactivos, pero a diferencia de éste el plutonio no se encuentra en la natu-raleza, debe ser producido artificialmente en reactores mediante reacciones nuclea-res.

Los efectos del plu-tonio son terribles, en dos niveles. Primero, el cuerpo hu-mano. Segundo, en el medio ambiente. El plutonio es una de las sustancias más tóxicas imaginables para el ser huma-no. Si la dosis de radiación es pequeña, las células humanas son capaces de reparar el daño causado o de reempla-zar las células muertas como

consecuencia de la radiación en un proceso de regene-ramiento normal. Pero si la dosis es elevada, se produce la destrucción de un gran núme-ro de células y/o la inducción de cánceres como consecuen-cia de daños irreversibles en el ADN que no han podido ser reparados, provocando así las mutaciones genera-tivas. Cuando se inhala o se ingiere, ya que el plutonio no penetra la piel, sus pequeñas partículas se irradian a través de los pulmones, huesos u otros órganos importantes y, con el tiempo, pueden causar cáncer. Casi con total seguridad. Afecta además al sistema inmunológico y pro-voca esterilidad, e inhalado o ingerido en cantidades consi-derables ocasiona el envene-namiento agudo por radiación

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y la muerte en muy pocas horas o días. Los dos principa-les parámetros para valorar el riesgo ante una radiación son la dosis y el tiempo de expo-sición. Las dosis de radiación se miden bien en sievert (Sv) o en rem (100 rem equivalen a 1 sievert) y cuánto mayor es esta dosis, mayor es la proba-bilidad de enfermar o morir como consecuencia de la ra-diación. El otro factor impor-tante es el tiempo, pues una exposición continuada a una radiación cuya dosis es, en principio, baja también puede ocasionar daños importantes para la salud.

Por otro lado, en el medio ambiente, por ser un elemento metálico y pesa-do, el plutonio contamina el suelo a través de la “lluvia radiactiva” tras un escape o vertido. ; puede ser elevado por el viento, entrar en las nubes, “pegarse” a las molé-culas de agua y caer con ella sin que nadie se dé cuenta. Asimismo, puede entrar en las aguas superficiales y su mo-vimiento lento y hacia abajo termina alcanzando las aguas subterráneas más puras, envenenando todo el circuito del agua en la Naturaleza. El plutonio, concretamente el PU-239, tiene un periodo de semidesintegración de 24.100 años y “sólo al cabo de 20 periodos de semidesintegra-ción (482.000 años) se puede decir que será inofensivo para el medio ambiente”, según el grupo de ecologistas Científi-cos y Técnicos por un Futuro No Nuclear. Hay que repetirlo y pensarlo: 24 milenios para que una tierra deje de ser tóxica. De afectar a alguna zona, ésta jamás volverá a ser pisada por el ser humano. n

Los isótopos del plu-tonio fueron estudiados en 1940 por el químico esta-dounidense Glenn Theodore Seaborg y se utilizaron por vez primera en la década de 1940, con fines béli-cos. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, se inició el desarrollo de los reactores nucleares y sus combusti-bles como fuentes útiles de producción de energía eléc-trica. El reactor de Shippin-gport, en Pensilvania, EEUU, fue el primero que en 1958 comenzó a producir la ener-gía a través de los isótopos de plutonio y a partir de este momento su uso se extendió rápidamente. Del plutonio se conocen 15 isótopos (for-mas atómicas de un mismo elemento) diferentes, pero el principal es el plutonio-239, que, combinado con oxíge-no, se utiliza normalmente como material combustible en los reactores nucleares.

Wikipedia Plutonio

Lenntech

¿Por qué se usa el plutonio?

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Este año ni la mina de oro de los videojuegos se salva del reajuste económico; son malos tiempos para todos

por Marcos Gil

“Ay, ay, ay”(la crisis no perdona ni a los videojuegos)

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Las ventas de la industria de los vi-deojuegos en España alcanzaron en 2010 un valor de 1.245 millones de euros,

un 5,2% menos que el año pasado: como bien reza el ti-tular, se ha empezado a escu-char un leve lamento. No iban a ser siempre ventas ascen-dentes sin parar. Lo cierto es que a más de un jefe de una industria ignorada en España a pesar de su pujanza y cali-dad le ha dado un escalofrío. Los empresarios pueden darle

la espalda a la tecnología, pero no se la dan a los benefi-cios, y hasta ahora España era el cuarto mercado mundial del videojuego. La caída ha sido menor que la registrada en 2009. La venta de títulos (software) casi se mantiene, la de consolas (hardware) cae notablemente y la de perifé-ricos sube. Es decir: se siguen vendiendo muchos juegos, el mercado de soportes para esos juegos cae (se supone que ya hay una gran cantidad de ellas vendidas y duran años, la gente no las cambia tan deprisa), y los periféricos (mandos, cables, accesorios) suben. Es un panorama en el que la gente perfecciona su consola y sigue comprando juegos. Después de un 2009 peor para el sector, la caída continúa, pero hay algo más de esperanzas. Eso sí, la es-perada recuperación no llega. Las subidas de beneficios de casi el 40% en algunos tipos de mercado de otros años son ya parte del pasado lejano.

En millares de uni-dades, la caída en las ventas de videojuegos ha sido aún

Venta de videojuegos 2009-2010

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En Gran Bretaña han tirado por el camino de en medio del capitalismo para dar alas a una industria: mejorar su fiscalidad para que tengan más ingresos, bien con becas, bien con una mejor situación. La asociación comercial responsable de la industria de los videojuegos en Reino Unido, TIGA, ha anunciado la creación de un plan de desarrollo económico que aumentará los créditos fiscales a las empresas de videojuegos del país. La medida aportará 7 millones de libras (8 millones de euros) para que las compañías británi-cas inviertan en contratación de personal, investigación y desarrollo. Reino Unido realizará préstamos a las empresas del sector para que puedan invertir en I+D.

Una opción para no ahogar al sector

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donde apenas se produjeron lanzamientos significativos (Al margen de Nintendo DS XL) ni alteraciones de pre-cio notables, el descenso en unidades vendidas ha ido a la par con los ingresos. De esta forma, se vendieron un 13,65 por ciento menos de consolas (2.352.000 en 2010 respecto a las 2.724.000 de 2009).

Desde el sector, organizado alrededor de la

asociación ADESE, aseguran que uno de los grandes lastres del sector es la piratería. Siempre lo ha sido, la cuestión es que hasta ahora los beneficios de las ventas legales cubrían ese diferencial negativo con creces. Pero ahora… Es uno de los grandes retos, con-seguir a toda costa fre-nar algo así. Una causa común casi de cruzada, ciega, sin mirar bien cuál es el problema real, una guerra en la que también desde la ADESE aseguran que le van a poner puertas al campo. “Aún es muy pronto para valorar los efectos que tendrá la Ley Sinde”, aseguran a los medios desde la asociación, pero es “positivo un marco legal para resolver el problema de las descargas ilegales. Además, el compro-miso político mayori-tario nos hace pensar que en caso de que la ley no resuelva el problema se buscarán nuevas fórmulas”. n

menor, con un ligero descen-so del 0,03% (17.894.000 de juegos vendidos en 2010 fren-te a los 17.900.000 en 2009). En este caso, los periféricos en millares de unidades ven-didas caen un 6,57 por ciento (5.884.000 unidades en 2010 frente a las 6.298.000 de 2009); los mayores ingresos con respecto a la caída en unidades se explican por el elevado coste de PS Move y Kinect con respecto al precio habitual de los accesorios. En el mercado de las consolas,

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Las consolas han sido el mayor lastre del balance, con un 13% menos de ingresos, mien-tras que los videojuegos muestran unas cifras si-milares al curso anterior, con una ligera caída del 0,38%, a pesar de la pira-tería. Los periféricos han aumentado los ingresos un 5,6%, impulsados por Kinect y Move. En con-creto, según los datos re-cogidos por ADESE a tra-vés de la auditora Gkf, el gasto en software en el mercado español supu-so 631 millones de euros (633 millones de euros en 2009); en hardware 489 millones (562 millones de euros en 2009); y los pe-riféricos y accesorios 125 millones de euros (118 millones en 2009).

ADESE

Meristation

El año en cifras

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Un día en la Plaza de TahrirLos egipcios marcan a fuego la Historia al rebelarse contra la tirania de Mubarak

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Un día en la Plaza de TahrirLos egipcios marcan a fuego la Historia al rebelarse contra la tirania de Mubarak

por Alberto Sicilia (textos y fotos)

principiamarsupia

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Me desperté con el canto del mue-cín. Había aterrizado en El Cairo

la tarde del 17 de Febrero, seis días después de la dimi-sión de Mubarak. Después de soportar 30 años de dictadu-ra, podrían haber aguantado unos días más y esperar a que yo llegase. Por pura corte-sía. Aquella primera tarde, El Cairo se había mostrado difícil de descifrar. Al final de cada avenida, dos tanques Abrams cerraban el trafico. Pero las calles estaban llenas de jóvenes paseando, fuman-do shisa y bebiendo té en las terrazas. Los escaparates del Zara atraían más atención que la parafenalia militar.

Emociones encontra-das. Por un lado, la euforia de caminar por rincones que por unas semanas habían sido el centro de la atención mun-dial. Por el otro, la inquietud de no ser capaz de respon-derme a la única pregunta relevante: “Porqué he venido al Cairo?” Los siguientes días serian los más fascinantes de mi vida. Pero en aquel mo-mento, yo no lo sabía. Los transeúntes se detenían para abrazar a los estudiantes que limpiaban las aceras. Co-mencé a sentirme conectado al Cairo hablando con ellos. “He sido egipcio durante 24 años. Pero esta es la primera vez que me siento orgullo-so de serlo”. “Estas calles ahora nos pertenecen, y me siento responsable de ellas”. Por siglos, esta ciudad había sido propiedad de turcos, franceses, británicos, y tres dictadores militares. Cuando llegué frente al hotel, todas las luces estaban apagadas. Llamé varias veces y cuando la puerta se abrió, alguien se abalanzó en un abrazo: “Wel-come, Welcome! Sir, you are our first guest in three wee-ks!” Mohammed, el dueño del hotel, me instaló en la mejor

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habitación, aunque yo había reservado la más barata. “No extra charge, Sir”.

El viernes 18 había sido bautizado como el “Día de la Victoria”. La jornada para celebrar el éxito de la revolución. Las veinte mil mezquitas del Cairo habían convocado un rezo común en Tahrir Square en recuerdo de quienes murieron durante el levantamiento. Me duché y baje a la terraza del hotel. Alguien más estaba desayu-nando. Samuel había pasado la noche en un taxi, cruzando el Sinaí desde Tel Aviv. Venía a entrevistar a las familias judías que aún quedan en El Cairo. Hasta la guerra del 48, esta ciudad, como las otras metrópolis árabes, de Casa-blanca a Baghdad, había sido hogar de una vibrante comu-nidad hebrea. Hoy, apenas tres sinagogas quedan abiertas.

Hablamos de la ce-lebración en Tahrir. “Should we go together?”, me pre-guntó. La perspectiva de que me asociasen con alguien llamado Samuel Finkelstein y sus dos videocamaras no era la más atractiva. “Cabrón, solo te falta una kippa y la Torah debajo del brazo y ya tenemos el pack comple-to”. Pero yo también estaba solo. Bajamos Kasr Al Nile, la avenida que llevaba de nuestro hotel a Tahrir Squa-re. En los check points, Sam solo mostraba su pasaporte americano. Cruzamos los dos primeros sin ningun proble-ma. En el último, un soldado se puso nervioso: “America! America! Friend of Israel!” Sam, con una sonrisa cautiva-dora, respondió: “I come from California, man. Do you know California, man? In California we hate Jews, man. Khanzeer Suhyooni! (cerdos sionistas)”. Los soldados, que apenas tendrían veinte años, soltaron una carcajada y nos dejaron pasar. Supongo que cuatro

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mil años de persecución te dan habilidades para sortear estas situaciones. Mientras nos alejábamos, nos acorda-mos de Sacha Baron Cohen en Borat cantando “Throw the Jew down the well”. Cinco días después, volviendo a Tel Aviv, Sam no tendría tanta suerte y pasaría dos noches arrestado en una base militar egipcia.

Tahrir es una plaza de medidas descomunales, abierta sobre el Nilo por el flanco oeste, y rodeada de plomizos edifícios oficiales en las otras direcciones. Old Good Soviet Style. Pero esa mañana, era el escenario de la celebración mas multi-tudinaria en la historia de Egipto. En las miradas, la intensidad de quien sabe que son momentos que recordara para siempre. La euforia de sentirse parte de una victoria colectiva. Pocas generaciones tienen el privilegio de vivir momentos tan singulares en la memoria de una nación. Las conversaciones se repe-tían. “Mira de lo que somos capaces cuando trabajamos todos juntos”. “Si otros países se han desarrollado, porque nosotros no vamos a ser capaces de hacerlo?”. “Para mí ya es demasiado tarde, pero que los chicos tengan la oportunidad de una buena educacion”. “Esto no tiene nada que ver con Israel ni con Irán. Lo único que queremos es un Egipto donde valga la pena vivir”. Las mismas frases en la boca del campesino, del chico que había estudiado en Europa, del taxista, del profe-sor universitario.

Días después, Hes-ham, uno de los organiza-dores de las protestas, me explicaría que El Cairo era un mosaico de colectivos que, en el mejor de los casos, se ignoraban. Ahora, la chica con vaqueros y el imán de la mezquita, el vecino cristiano

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y el musulmán, caminaban juntos en la esperanza de levantar un futuro común. Las protestas fueron un ejemplo de coraje y dignidad, pero la verdadera revolución empieza ahora. Tres semanas bastan para despachar a un dictador. Construir una nueva sociedad requiere décadas, seguramen-te generaciones.

Con veinte millones de habitantes, El Cairo es la ciudad más grande del mundo árabe, de África y de la esfera mediterránea. Los retos que quedan por delante son formidables. La corrup-ción es rampante a todos los niveles: en los hospitales, el medico decide el precio de la bolsa de sangre para una transfusión. El mercado negro representa gran parte de la economía. Sin contratos y sin impuestos, el estado se financia gracias al petróleo y las tasas del Canal de Suez. La religión ha vuelto a ocupar un papel desmedido en la vida social. Hace treinta años, casi ninguna chica en el Cairo vestía hijab. Hoy es casi im-posible ver a una sin él. “Me gustaría ponerme una falda, pero sería una deshonra para mi padre y mi hermano” me decía Alyaa, una estudiante de doctorado. El setenta por ciento de los matrimonios es negociado por las familias. Treinta mil niños viven de la mendicidad en las calles del Cairo, y varios cientos de miles empiezan a trabajar antes de completar la educa-ción primaria. Universidades que un día fueron referencia en Oriente Medio son bazares donde uno puede pagar por su diploma.

Pero nada puede cambiar sin esperanza. Y el aire del mediodía en Tahrir era puro aliento de confianza y determinación. El rezo fue un momento sobrecogedor. A mi alrededor, gente postrada en todas las direcciones, tan

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lejos como alcanzaba la vista: en la plaza y las avenidas, sobre el puente y las riberas del Nilo. Dos millones de per-sonas en silencio. Miré a Sam, y ví sus lágrimas. Yo tampoco había sido capaz de conte-nerlas. Una explosión festiva siguió al “Allah Akbar” final. Canciones, abrazos y llantos. Imposible moverse entre la multitud, solo podías dejarte arrastrar en la riada humana.

Volví al hotel al atar-decer. Me sentía eufórico. En la terraza, una chica pelirroja fumaba un cigarrillo. Cuando me acerqué, me di cuenta de que estaba llorando. Juci ha-bía llegado al mediodía desde Budapest. Dirige un programa de reportajes en la televisión húngara y venía a entrevistar a las familias de los chicos que murieron en las protestas.

Juci también había estado esa tarde en Tahrir. Mientras filmaba, un gru-po de hombres la rodeó, le arrancaron la camiseta y empezaron a tocarla. Alguien se percató de lo que ocurría y consiguió arrancarla de la multitud. Le dije que podía ayudarla a buscar un vuelo y acompañarla al aeropuerto. Entre sollozos, me respondió que no se iba hasta que su re-portaje estuviese terminado. Estuvimos un par de horas hablando de sus viajes. En el ultimo año, había filmado en Gaza, Afghanistan y Etiopía. Había atravesado Burma sin permiso del gobierno, y entrevistado undercover a la oposición en Irán. Aprendí que el pasaporte húngaro es un gran activo en zonas con-flicto, “because nobody gives a shit about Hungary”.

Unos días antes, un amigo me había mostrado una cita de Horacio: “Mix a little foolishness with your prudence: It’s good to be silly at the right moment.” Sentí

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que aquel era el momento adecuado. “Juci, mira, a mí nunca me ha ocurrido que un grupo de mujeres me rodea-se y tratase de abusar de mi cuerpo. Pero, sinceramente, yo lo hubiese disfrutado”. Se echó las manos a la cara, y me miro a los ojos: “Alberto, no me puedo creer que me hayas dicho eso”. Y le salió una carcajada irrefrenable. Una de esas risas que emanan de lo más hondo, y destierran tensión y angustia. El poder de la risa y la complicidad frente al desamparo. Cuando Sam regresó, bajamos los tres juntos a fumar una shisha en la calle. Había sido nuestro primer día en El Cairo. n

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Egipto

Viajes Egipto