ecodiversos #28

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PISAR CON CUIDADO: Están regadas por los cuatro puntos cardinales de esta parte de Antioquia, en diferentes pisos térmicos. Son fuentes de agua, refugios para la vida silvestre, hogar de incontables ecosistemas. ¿Áreas Protegidas? Por supuesto. Las fuentes de la vida se deben preservar. Especial Áreas Protegidas Pág’s 5-8. N.° 28 Septiembre de 2008 7 mil ejemplares, 12 páginas Distribución gratuita www.corantioquia.gov.co SER SOBERANOS: No se trata de tener montañas de alimentos, sino de que sean variados, sanos y suficientes. Una finquita de San Cristóbal da ejemplo. Pág. 3 CASA SIN FAUNA: El municipio de Ciudad Bolívar prepara una fiesta: en su cabecera municipal le dicen adiós a las especies de fauna silvestre cautivas. Pág. 9

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Especial Áreas Protegidas

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Page 1: EcoDiversos #28

PISAR CON CUIDADO:Están regadas por los cuatro puntos cardinales de esta parte de Antioquia, en diferentes pisos térmicos. Son fuentes de agua, refugios para la vida silvestre, hogar de incontables ecosistemas. ¿Áreas Protegidas? Por supuesto. Las fuentes de la vida se deben preservar.

Especial Áreas Protegidas Pág’s 5-8.

N.° 28 • Septiembre de 2008 • 7 mil ejemplares, 12 páginas • Distribución gratuita • www.corantioquia.gov.co

SER SOBERANOS: No se trata de tener montañas de alimentos, sino de que sean variados, sanos y suficientes. Una finquita de San Cristóbal da ejemplo. Pág. 3

CASA SIN FAUNA: El municipio de Ciudad Bolívar prepara una fiesta: en su cabecera municipal le dicen adiós a las especies de fauna

silvestre cautivas. Pág. 9

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responsabilidad de todos CORANTIOQUIA Director General Luis Alfonso Escobar Trujillo

Dirección Territorial Aburrá NorteDirector Oscar Darío Gómez Giraldo

Dirección Territorial Aburrá Sur Director William Alberto Álvarez Pérez

Dirección Territorial Cartama Director Daniel Salazar Cruz

Dirección Territorial Citará Director Luis Gonzalo Martínez Vanegas

Dirección Territorial Hevéxicos Director Omar de Jesús Ramírez Ramírez

Dirección Territorial Panzenú Director Guillermo León Diosa Pérez

Dirección Territorial TahamíesDirectora Liliana López Noreña

Dirección Territorial Zenufaná Director Leonel Sánchez Peláez

Coordinación GeneralOficina Asesora de Comunicaciones

Coordinación Editorial Facultad de ComunicacionesUniversidad de Antioquia

RedacciónJuan Camilo Cardona O.Juan Camilo Jaramillo A.Liliana Salazar B.Eliana Tamayo M.Fredy Alexánder Zuluaga H.

Editor Juan Miguel Villegas

Diseño y Diagramación Alexander Rojas Moreno

Fotografías Juan Camilo Cardona Juan Camilo RestrepoJuan Lázaro Toro

Impresión La Patria

Directorio:Dirección Territorial Aburrá SurTel. 493 8888 Ext. 1801

Dirección Territorial Aburrá NorteTel. 493 8888 Ext. 1815

Dirección Territorial CartamaTel. 852 4716

Dirección Territorial CitaráTel. 843 2226

Dirección Territorial HevéxicosTel. 853 1245

Dirección Territorial PanzenúTel. 839 3258

Dirección Territorial TahamíesTel. 860 7489

Dirección Territorial Zenufaná Tel. 832 6610

Sede Medellín Carrera 65 N° 44A 32Teléfono: 493 8888www.corantioquia.gov.co

Si tiene cualquier inquietud sobre los temas tratados en esta edición

de Ecodiversos, escríbanos al correo [email protected]

Las Áreas Protegidas son zonas acuáticas o terrestres que por poseer características particulares de flora,

fauna, belleza paisajística, patrimonio histórico cultural, o por presentar alta vulnerabilidad, deben constituirse como áreas claves en la prestación de servicios ambientales, se deben preservar, conservar y manejar para el disfrute de la generaciones presentes y futuras, garantizando la oferta de sus servicios ambientales básicos en el desarrollo económico y social.

Las Áreas de Reserva o las Áreas de Protección y cualquier figura de conservación que utiliza la autoridad ambiental, constituyen un propósito fundamental de nuestra gestión, en razón de que mediante su declaración se pretende garantizar la perdurabilidad de recursos valiosos para las futuras generaciones.

Dichas zonas son vitales para la protección de nuestra biodiversidad, permiten la investigación, moderan y mantienen la estabilidad del clima local, protegen los suelos y las cuencas hidrográficas, facilitan el fomento de las actividades de educación ambiental y el ecoturismo, ayudan a la conservación del patrimonio cultural, arqueológico, hídrico y paisajístico.

Por estas razones, y con el fin de garantizar una buena representatividad ecosistémica, CORANTIOQUIA ha identificado y caracterizado dieciséis Áreas de Manejo Especial, ubicadas en diferentes pisos térmicos (páramos, bosques andinos y pisos tropicales húmedos y secos). Entre estas se encuentran cuatro reservas de orden nacional y doce de carácter regional. Además, hemos hecho partícipes a los

municipios en la identificación y consolidación de veintisiete Áreas de Reservas de carácter local, acompañándolos en el proceso de declaratoria y en la puesta en marcha de medidas que permitan su conservación y recuperación.

Por otra parte, avanzamos en la caracterización de algunas Áreas y desarrollamos, entre otros, el proyecto “Consolidación del sistema regional de áreas protegidas”, que trabaja en ámbitos como las zonas de amortiguamiento del Parque Nacional Natural Paramillo y del Parque Nacional Natural de Las Orquídeas, y las reservas forestales protectoras del río Magdalena y del Nare; las áreas de reserva regionales, las áreas de reserva locales, y los humedales de montaña y de planicies aluviales.

Actualmente disponemos de 10 Planes de Manejo para reservas de carácter regional y 18 para reservas de carácter local, así como de 14 Planes de Desarrollo Ecoturísticos, uno de ellos de carácter regional, que permiten definir el manejo de los recursos naturales y las acciones encaminadas a su protección.

Todo esto hace parte de una serie de esfuerzos que deben ser constantes y mancomunados, porque aunque somos conscientes de que nuestra gestión propicia y dictamina la conservación de ecosistemas estratégicos, sabemos que para lograr nuestro fin es necesario contar con la voluntad de las comunidades que las habitan o son sus vecinas. Es fundamental, entonces, construir conciencia ambiental y una actitud respetuosa hacia las Áreas de Reserva, ya que protegerlas es una responsabilidad conjunta que exige el compromiso de todos los actores en juego.

Protegerlas,

Niños y jóvenes de la Institución Educativa Ana Eva Escobar, ubicada en el municipio de La Estrella, se dieron a la tarea de leer nuestro periódico en clase y compartieron con nosotros sus comentarios. A continuación publicamos algunos de ellos:

“Nos parece muy importante toda la información que nos están suministrando y que no habíamos tenido en cuenta. Nos muestra que el ser humano está acabando con las especies, tanto de árboles como de animales, y cómo, en pocas palabras, nuestro hábitat está pidiendo libertad y respeto”.

“Es interesante estudiar los grupos étnicos puesto que somos una cultura afrodescendiente dentro de la cual vale la pena cultivar las tradiciones, como ocurre con la dinastía Foronda, que trabaja el arte de la danza y el sainete”.

“Nos parece importante garantizar la seguridad alimentaria con productos naturales, sin tantos químicos que perjudican nuestra salud. Construyamos, por esto, una cultura ambiental”.

“Es sorprendente la biodiversidad que hay en nuestra región, por esto todos debemos participar en su conservación y cuidado, para contribuir al equilibrio de los ecosistemas”.

En Queremos conocerte¿Cómo nos ves? ¿Qué piensas de nuestro

periódico?

Envíanos tus comentarios y sugerencias [email protected] comunícate al (4) 493 8888 Ext. 1216.

De nuestros lectores

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Una opción soberana Cebolla larga, pepino, tomate,

cilantro, ají… ¡Qué no da el solar de la Lomita Roja!, para gusto y salud de quienes siembran la semilla…

Vista desde lejos, nada tiene de particular La Lomita Roja, esa finquita apacible en la vereda La Palma,

en el corregimiento de San Cristóbal, municipio de Medellín. Así, a la distancia, nada la diferencia de esas otras fincas pequeñas con las que linda. Fincas cebolleras o cultivadas con flores, casa fincas de un solo piso y vista a la ciudad. Pero de cerca, ya dentro de La Lomita, uno encuentra la diferencia. Y lo dice doña Lilia con orgullo: “Aquí la tierra da de todo, sin abonos químicos ni plaguicidas. Mire esas lechugas, observe qué color; huela el cilantro, ¿vio qué pimentones? Más abajito están los pepinos, enseguida los tomates, y allá, más allá, el zuquini. También hay un semillero donde tenemos melocotón y otras variedades de pepino y lechuga, y allí está el abono orgánico que prepara mi marido”.

Tiene razón doña Lilia, dueña de la finca. La Lomita Roja es una de las pocas que se reconvirtió del monocultivo y se la juega por la variedad, por lo agroecológico; de alguna forma, por la vida. “Por donde usted mire, esta vereda ha sido tradicionalmente cebollera –dice Héctor Cano, esposo de doña Lilia–. Yo crecí cultivando cebolla de una finca a otra. Sólo desde hace seis años es que algunos, gracias a las capacitaciones de CORANTIOQUIA, entendimos la necesidad de recuperar las semillas, limpiar la tierra, preparar la siembra, rotar los cultivos, de eso que llaman soberanía alimentaria”.

Y habla en plural don Héctor porque no sólo en la Lomita Roja cambiaron el trato con la tierra. Otras tres fincas de esta vereda, y otras dos en la vereda El Patio, siguieron el ejemplo. Así, entre todas, unas cultivando arveja y habichuela, otras con rábano y espinaca, no faltan por allí hortalizas ni frutas como la mora o el limón; tampoco faltan las plantas aromáticas, que controlan insectos y sirven, además, para consumo humano. No faltan las brevas ni la acelga, no falta el ajo ni la remolacha, no faltan la cidra, las zanahorias ni el pimentón.

Y no son grandes cultivos, como tampoco es grande la ganancia monetaria que deja la venta de estos alimentos. Pero es suficiente para ayudar a la sostenibilidad de estas ocho familias, suficiente para haber creado un negocio comunitario al cual llamaron Mercado Verde: un ejemplo de que la asociatividad es una salida para los pequeños productores, y de que también existen compradores conscientes de que al consumir alimentos libres de químicos no sólo respetan su salud sino que ayudan a recuperar los suelos y al buen trato de los recursos naturales.

Del campo a la ciudadCada quincena doña Lilia y doña Aracelly, coordinadora del Mercado, bajan con bolsas de cebolla, cilantro, limones, moras… Y en la entrada de la Sede Medellín de CORANTIOQUIA, venden a transeúntes, curiosos y clientes fieles todo lo que estas familias cultivan.

Claro que buena parte de sus cultivos es para su propia alimentación. Cómo no, si de eso se trata: de definir qué se quiere cultivar y poder alimentarse con ello. “Pregúntele a mi esposa –dice don Héctor–: antes no nos comíamos una sopa de arveja o zanahoria, ahora sí. De niño, yo crecí a punta de arroz y papa, ahora comemos

de todo. Una lechuga ya no es rastrojo. Una remolacha puede convertirse en ensalada. Hasta aprendí a preparar dulce de zuquini y me terminó gustando el ají”.

“Pero lo mejor –dice para rematar– es saber que les dejaremos a nuestros hijos y nietos una tierra sana, limpia de tóxicos, una tierra que puede darles de comer”.

�Nº 28 · Septiembre de 2008

Más allá de la seguridad alimentaria, que propone producir alimentos suficientes, la soberanía alimentaria habla del derecho de los pueblos a decidir y escoger su propio sistema productivo de alimentos, desde la conservación de las semillas hasta su reproducción. Familias campesinas de San Cristóbal son ejemplo de esto.

Como concepto social y político, la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agropecuarias y alimentarias de manera acorde con sus contextos ecológicos, sociales y culturales. Se relaciona con la búsqueda de un comercio transparente, que garantice ingresos dignos para los campesinos productores, y el derecho de los consumidores a controlar su propia alimentación y nutrición. Defiende, en esta medida, el derecho de los países a protegerse de las importaciones agrícolas y alimentarias excesivamente baratas, lo que se conoce como “dumping”.

Soberanía alimentaria

No hay como una lechuguita de la propia huerta. Y eso lo sabe bien doña Lilia, una habitante de San Cristóbal que a punta de constancia y variedad busca la soberanía alimentaria de su familia.

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Con investigación y constancia, las hebras marrones del coco se han convertido en una excelente manera de reemplazar musgos, tierras de capote, turbas y otros recursos naturales no renovables. Una empresa de Medellín le mete el diente al fruto de la palma.

Los beneficios ambientales del musgo son invaluables, pues tiene la propiedad de retener hasta cinco veces su peso en agua. Esta esponja verde que crece en formas acolchadas está compuesta por un rizoide que le sirve de sujeción al suelo, un tallo y montones de hojas pequeñas. Y eso le permite regular la humedad de los suelos, al retener líquidos en invierno y liberarlos en verano, además de dar vida a tierras estériles y servir de hábitat a microorganismos que le aportan materia orgánica al suelo. Esas, entre otras virtudes, son las que han hecho al musgo tan deseable en el comercio y que se extraiga de manera desmedida.

Algo parecido sucede con la turba, esa materia orgánica esponjosa y rica en carbono que también se ha considerado indispensable en la fabricación de sustancias que contribuyen a la producción de plantas. Debido a que su proceso natural ocurre a un ritmo tan lento, extraerlas sin control es un atentado contra el ambiente.

En definitiva, este tipo de especies y materias vegetales no renovables retienen la humedad y dan vida a las nacientes fuentes de agua que alimentan las quebradas y los ríos. Y seguirlas arrasando resulta el camino más rápido hacia un futuro incierto, en el que los suelos desérticos se amplíen, más animales se extingan y el agua se agote irreversiblemente. Sin embargo, hay esperanzas.

“El que poco coco compra…”Conocedor de primera mano del “atentado ambiental” que representaba la utilización del musgo, e identificando allí un nicho de mercado, Jhon Alzate –un hombre que

Fibra de

benévola con el medio ambiente

De esta manera, se aprovecha al máximo un desecho que representa el 35 por ciento del coco. Con él se producen sustitutos del sarro, las turbas y el capote. Con la fibra, además, se está trabajando en la fabricación de artesanías y redes para el control de la erosión, entre otras.

La fibra de coco es, pues, un producto que contribuye a preservar el medio ambiente y propone alternativas dignas de toda la atención.

desde pequeño estuvo ligado al negocio de los viveros– se entregó de lleno a producir un sustituto ecológico del musgo. Y lo logró. Se inspiró en un producto importado de Venezuela y lo llamó capacho, como se le conoce a la cáscara del coco, pues está hecho a partir de la fibra que recubre este fruto. Hoy se producen veinte mil unidades mensuales de este sustituto.

Y es que si el atractivo para usar los musgos es su alta capacidad para retener humedad, la característica especial de la fibra de coco es que puede retener hasta ocho veces su peso en agua.

La idea de Jhon surgió hace veinte años, pero se materializó hace diez en lo que hoy es Sustitutos Ecológicos. Su materia prima proviene de algunas costas de Urabá y de Córdoba. Y es tanto el desecho de coco existente en el país que, según cuenta Alzate, no alcanzan “a pellizcar” sino un poco del que hay en Colombia.

Cada mes llegan a esta empresa entre 24 y 30 toneladas, recolectadas y cargadas por familias nativas que con esa labor generan ingresos. Son comunidades a las que se concientiza de los beneficios de no quemar o tirar los desechos del coco. Alzate asegura que la idea es que se lleguen a generar más ingresos para ellas, pues de momento perciben dinero de manera esporádica.

Del desecho al hecho“Nosotros celebramos y apoyamos todas esas iniciativas de biocomercio que propenden por la conservación del medio ambiente”, comenta a propósito de esto Édgar Vélez, del Programa de Biocomercio Sostenible de CORANTIOQUIA, entidad que desde hace algunos años apoya y acompaña la creciente empresa ecológica.

Y es que, acota, “las iniciativas que apuntan a ser más amigables con el entorno, todos los días van ganando espacio en el comercio, en el segmento consumidor industrial y doméstico”.

El proceso es simple: de una pila enorme de capachos de coco, un operario extrae unidades que va introduciendo en una desfibradora fabricada especialmente. La máquina expele material particulado –un polvillo que es la base para la producción de pellets y giffs en la industria de viveros o mejoradores de suelos– y almacena las fibras de coco de diferentes longitudes.

En otra máquina las fibras pasan por una fase de limpieza en la que se extrae el material particulado adherido y se separan las hebras largas de las cortas. Luego se secan y pasan a la fase de armado, donde se les aplica un caucho natural líquido. Con una prensa se les da la forma de una canastilla, que se perfecciona con tijeras. La máquina limpiadora extrae los desechos

adheridos a las fibras de coco y separa hebras largas y cortas.

Esta desfibradora de coco, creada por la empresa Sustitutos Ecológicos, produce hebras para canastillas que reemplazan musgos y turbas.

Capacho de fibra de coco. Después del corte, se apila y se empaca para ser llevado a los centros de comercialización.

Con su empresa, Jhon Alzate (foto)

ha recibido reconocimientos como el

otorgado por Bioexpo Colombia 2005.

COCO

Coco premiado Edgar Vélez, del Programa de Biocomercio Sostenible, explica que como parte del acompañamiento hecho por CORANTIOQUIA a la empresa Sustitutos Ecológicos –que produce derivados de la fibra de coco– esta fue incluida en un programa impulsado por el Centro Nacional de Producción Más Limpia llamado Ecoprofit Antioquia. Es una metodología pedagógica en la que las empresas se capacitan y son monitoreadas y evaluadas por expertos, en la que también participaron industrias de otros sectores productivos.

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Reserva del Occidente del Valle de Aburrá (AROVA).

Como señala Humberto Sánchez, “cada una de estas áreas tiene su historia” de acuerdo con los objetos y objetivos de conservación identificados en cada una, según ejercicios de planeación del territorio, y a la necesidad de conservación de ecosistemas estratégicos, la presencia de especies de flora y fauna amenazadas, la rareza y singularidad de algunos ecosistemas, y la recuperación de áreas degradadas; todo esto, enmarcado en las políticas y estrategias nacionales de conservación y uso sostenible.

Sin importar de dónde provengan las propuestas, o si las áreas cobijan uno o más municipios –es decir, si son locales o regionales– el deber de la Corporación es realizar los diagnósticos mediante estudios detallados del patrimonio natural, cultural y paisajístico, la delimitación y zonificación del territorio necesaria, y establecer planes de manejo como herramienta de planeación y construcción del territorio en alianza con los pobladores locales y las instituciones. Hasta ahora, son doce áreas regionales identificadas, de las cuales siete ya han sido declaradas; y 27 locales, de las cuales 21 fueron declaradas mediante Acuerdo Municipal.

El poder de la mentePor supuesto, no se trata sólo de delimitar y restringir el uso de los recursos naturales. Lo más importante del proceso son las ideas y hábitos que se han logrado cambiar. Y en eso es enfático Humberto Sánchez: “Hemos construido tejido social, capacidad de gestión local, reconversión productiva, seguridad alimentaria, valoración de los paisajes rurales y alternativas productivas de bajo impacto como el ecoturismo, logrando cambiar la actitud de muchos ganaderos y caficultores en el tema de conservación, mediante el desarrollo de proyectos formulados en los Planes de Manejo, en asocio con comunidades locales, administraciones municipales, universidades, centros de investigación y fondos internacionales, como es el caso del Proyecto Páramos Andino y el Proyecto de Café de Conservación”.

Es un camino difícil, en el que falta mucho aún, pero la marcha no cesa. Este año, CORANTIOQUIA declarará Cerro Bravo y los Farallones del Citará, ambas áreas bajo la denominación de Reservas Forestales Protectoras; y la Reserva Arví, bajo la figura de Distrito de Manejo Integrado de los Recursos Naturales. El año entrante se declararán la que hasta ahora conocemos como Cuchilla Jardín-Támesis, que tendría unnombre que no excluya a Caramanta y Andes,y la de Nubes-Capota-Trocha. Reservas que, como las gotas, de una en una suman vida.

A salvo de

Nadie puede decir que en la lucha contra la destrucción del medio ambiente en esta parte de Antioquia “quince años no han sido nada”. Miles de hectáreas, cientos de especies de flora y fauna y montones de nacimientos de agua hoy están protegidos dentro de Áreas de Reserva. Y eso se lo debemos al trabajo de quienes han logrado generar conciencia ambiental entre los pobladores de estos territorios.

En 1993, cuando se sancionó la Ley 99, muchos caminos se abrieron para lograr ese objetivo. Además de dar origen al Ministerio del Medio Ambiente, se crearon las Corporaciones Autónomas Regionales, una de cuyas principales tareas es administrar el aprovechamiento de los recursos naturales con fines de conservación y manejo, un empeño en el que la identificación, delimitación y declaración de Áreas de Reserva es fundamental. Gracias a eso, se pueden implementar programas para la conservación del patrimonio natural y cultural en áreas estratégicas, y salvaguardar la disponibilidad de agua, la

conservación de la biodiversidad y de los espacios para la recreación, entre otros servicios ambientales asociados a ellas.

Como explica Humberto Sánchez, Coordinador del Programa de Áreas Protegidas de CORANTIOQUIA, se trata de un proceso que apunta a consolidar un sistema de Áreas Protegidas de carácter regional y local, que se inició con la creación de la Corporación. En 1996, esta declaró por primera vez un área protegida, la Reserva de la Zona Ribereña del Río Cauca, que desde entonces protege una franja de un kilómetro a cada lado de esta importante arteria fluvial.

Los primeros “pinitos”La figura de las Áreas de Reserva tiene antecedentes. En 1994, el gobierno de Antioquia decidió proteger por Ordenanza Departamental miles de hectáreas boscosas de gran riqueza florística en la zona del Bajo Cauca

y Nechí, mediante la figura de Reserva Natural. Y décadas atrás, el Inderena y el Congreso de la República habían creado varios Parques Nacionales y Reservas Forestales en territorio de la jurisdicción de CORANTIOQUIA.

Sin embargo, con la llegada de la Corporación, la declaración de Áreas de Reserva se convirtió en un proceso sistemático, al que se sumaron en 1996 declaratorias bajo la denominación de Distritos de Manejo Integrado: el Cañón del Río Alicante, Cerro Plateado-Alto San José, o los Ríos Barroso-San Juan; y en 2007, el Sistema de Páramo y Bosques Altoandinos del Noroccidente Medio Antioqueño, y el Área de

Nosotros

�Nº 28 · Septiembre de 2008

La historia de la declaratoria y el desarrollo de las Áreas de Reserva en esta parte de Antioquia demuestran que en poco tiempo es mucho lo que se puede hacer por el ambiente.

En el 80% de las Áreas de

Reserva en jurisdicción de

CORANTIOQUIA existen

concesiones de exploración

amparadas en la Ley Minera,

la cual tiene la misma jerar-

quía que la Ley Ambiental.

El reto para las Corporacio-

nes Autónomas es hacerle

un seguimiento estricto a

sus licencias ambientales y

establecer acuerdos de ma-

nejo para minimizar su im-

pacto sobre el entorno.

Minando lasreservas

Una de las mejores

estrategias para fortalecer

las Áreas de Reserva son las

exenciones del impuesto

predial a los particulares

que tengan terrenos dentro

de ellas. Se necesita, pues,

un compromiso decido de

los municipios, y de ello ha

dado ejemplo Jardín, en el

Suroeste antioqueño.

Una recetaque funciona

Page 6: EcoDiversos #28

Bajo Cauca-Nechí – Direcciones Territoriales Tahamíes y Panzenú

Cañón del Río Alicante – DT Zenufaná

Laguna Santa Rita, Farallones del Citará, Andes – DT Citará

La vida

Es un empeño que exige tratar con hábitos milenarios: la quema de tierras para sembrar, la ganadería extensiva, los monocultivos, la extracción de leña, la caza, la minería… Es una lucha ineludible y dura, a favor del agua, del oxígeno, de la diversidad biológica, de las generaciones que vienen. Una guerra que se libra con palabras. Con argumentos. De mente en mente. Pero que gana terreno… Las áreas de reserva son nuestra tierra protegida.

Reserva de Recursos Naturales de la Zona Ribereña del Río Cauca

Un kilómetro a lado y lado del río Cauca, hasta el municipio de Nechí.

98.049 hectáreas.

Reserva Natural Bajo Cauca–Nechí

Cáceres, Zaragoza y Anorí. 79.557 ha.

Sistema de Páramo y Bosques Altoandinos del Noroccidente Medio Antioqueño

10 municipios del norte y el occidente antioqueño.

34.807 ha.

Distrito de Manejo Integrado del Área de Reserva de la Ladera Occidental del Valle de Aburrá

11 municipios del Valle de Aburrá, y el occidente y norte antioqueños.

28.150,47 ha.

Alto de San José-Cerro Plateado.

Salgar, Concordia y Betulia. 7.795 ha.

Cañón del Río Alicante Maceo y Puerto Berrío. 6.292 hectáreas

Ríos Barroso y San Juan Salgar, Pueblorrico y Ciudad Bolívar.

3.011 ha.

DECLARADAS

Áreas de Reserva de Carácter Regional en la Jurisdicción de CORANTIOQUIA

Farallones del Citará

Page 7: EcoDiversos #28

Cañón del Río Alicante – DT Zenufaná

Laguna Santa Rita, Farallones del Citará, Andes – DT Citará

Ríos Barroso-SanJuan – Dirección Territorial Citará

Área de Reserva de la ladera Occidental del Valle

de Aburrá (Arova) - Boquerón

Reserva local La Forzosa, Anorí. DT Tahamies

Nº 28 · Septiembre de 2008

Farallones del Citará Andes, Betania y Ciudad Bolívar.

40.786,60 hectáreas.

Cuchilla Jardín- Támesis Jardín, Támesis, Andes y Caramanta.

31.759 ha.

Parque Regional “Las Nubes-Capota-Trocha”

Jericó, Pueblo Rico y Tarso.

3.450 hectáreas.

Parque Regional Arví Envigado, Medellín, Bello y Copacabana.

21.248 ha.

Cerro Bravo Fredonia y Venecia. 896 ha.

EN PROCESO DE DECLARATORIA

Gallito de roca, especie en vía de extinción, habitante de los Farallones del Citará

Foto

s: J

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oro,

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y M

arta

Sal

azar

Mariposas de la reserva local El

Guayabito, Amalfi.

Page 8: EcoDiversos #28

Un paseo por las NubesEn el Suroeste antioqueño se puede caminar por encima de las nubes en una reserva ecológica rica en agua, vida y paisajes.

El costado más afilado de Cerro Tusa se levanta a lo lejos desde uno de los balcones de la Reserva Las Nubes-Capota-Trocha.

La laguna La Cascada, en una de las tantas rutas

por la Reserva, bien vale la pena la caminada.

La Tigra, Capota y Trocha son algunos de los

afluentes que nacen en esta Reserva.

Desde lo alto de la reserva se pueden divisar, entre

Las Nubes, tierras de varios municipios del Suroeste

antioqueño.Subir a las nubes no es tan difícil: solo se necesita

una mochila y un guía. “Las Nubes”, cuyo nombre completo es Nubes-Capota-Trocha, es una reserva de algo más de 3.448 hectáreas, en las montañas de Jericó, Pueblo Rico y Tarso, que estos municipios empezaron a proteger hace treinta años con la intención de conservar sus aguas.

Lo primero es llegar a Jericó, a dos horas y media de Medellín por la vía a Caldas. Y para recorrer Las Nubes hay varias rutas. La más recomendable para principiantes es la del Alto de Marita-La Gruta, aunque también está la opción del teleférico. Y para caminantes más aventajados hay alternativas como la Loma de los Mamados.

Yeison Betancur es uno de los guías turísticos de la reserva, y es evidente que le gusta aplanar caminos mientras cuenta ‘de pe a pa’ la historia de Jericó y su “alacena ambiental”. Explica que se le llama Las Nubes porque en la cima hay niebla espesa. Que en el piedemonte la temperatura es de 19 grados centígrados, y arriba de 12, pero luego aliviana el camino con historias de espantos y arrieros.

A mediano plazo, se tiene previsto crear rutas a través de los viejos caminos de arriería para conectar las tres zonas que componen Nubes-Capota-Trocha. Uno de estos comienza en Los Aguacates, cerca al Alto de Marita, por el que se llega a Tarso y Pueblo Rico, y si se tienen buenos pulmones y piernas, hasta Hispania, Támesis, Jardín y Andes.

Tesoros al final del arco irisLas Nubes es una casa de mil verdes, aunque diezmada por la tala de árboles, debido a la expansión agropecuaria. El comino, por ejemplo, ha sido una víctima. Sin embargo Jaime Villa, funcionario de CORANTIOQUIA, asegura que la reserva aún guarda

variedad de especies, algunas rescatadas por la reforestación como roble, yarumo blanco y chaquiro real, que en Colombia está al borde de la extinción.

Esta espesura guarda helechos y musgos, anturios adheridos a las cortezas de los árboles, y más de 120 especies de orquídeas; es la casa de perros de monte, gatos salvajes, tigrillos, nutrias, venados, armadillos y monos aulladores. Y se alcanzan a ver cuervos y soledades azules, o a escuchar mirlos y juncos.

Con razón Humberto Sánchez, coordinador del Programa de Áreas Protegidas de CORANTIOQUIA, recomienda llevar a Las Nubes equipo para la observación de aves. Y al hablar de la cima tampoco se equivoca: “El mayor atractivo de estas tierras, además de su biodiversidad, es el balcón natural que deja ver toda la zona del río Cauca”. Y es que la recompensa para los viajeros al coronar la Loma de Los Mamados es un mirador con paisajes de postal por todos los puntos cardinales.

Es a la cima de Las Nubes donde llegan cada junio centenares de caminantes, y en agosto pájaros de papel que se apoderan del cielo en el Festival de Cometas.

Es como estar encima de las nubes, aunque la bruma se mueve constantemente descubriendo por el norte los municipios de Fredonia y Santa Bárbara, los

cerros Tusa y Bravo, los humedales de La Cascada, y la serpiente que es el río Cauca. Por el occidente, el Cerro Plateado de Salgar, y por el suroccidente los Farallones del Citará, aunque su vista es mejor desde Trocha y Capota.

Un camino lleva al nacimiento de la quebrada La Peña, uno de los tantos afluentes que emerge de esta tierra. Las quebradas Capota, Trocha, la Tigra y Cruces son otras razones por las cuales se protege la reserva.

En Nubes-Capota-Trocha se han encontrado vestigios de culturas indígenas que datan de hace mil años, y se cree que se asentaron en la terraza, donde la vista les daba dominio sobre la zona.

Por toda esta riqueza, CORANTIOQUIA y los municipios están convencidos de que es necesario seguir uniendo esfuerzos para mantener a salvo esta reserva: un pedazo de cielo a 2.400 metros sobre el nivel del mar.

El primer municipio en comprar tierras en la

que hoy es la reserva Nubes-Capota-Trocha

fue Jericó, a finales de los años 80. En 1993

se llegó a 107 hectáreas, y hoy se cuenta con

1.203. Y aunque Pueblo Rico adquirió 124

hectáreas de La Trocha, y Tarso 71 más en

Capota, aún se necesita recuperar tierras para

la preservación, como explica Jaime Villa,

funcionario de CORANTIOQUIA. Algo más

que ayudará a la protección de la zona es su

declaratoria formal como Área de Reserva

por parte de la Corporación, proyectada para

2009. Hasta el momento a los municipios se les

han proporcionado planes que contemplan

su manejo, conservación y adecuación para el

disfrute de los visitantes.

De la tierra hasta Las Nubes

Page 9: EcoDiversos #28

�Nº 28 · Septiembre de 2008

Ciudad LibreEl próximo 27 de septiembre, Ciudad Bolívar, en el Suroeste antioqueño, será declarado el primer municipio del país libre de fauna silvestre cautiva en su cabecera municipal. Esto, gracias al trabajo conjunto de ciudadanos, administración municipal, UMATA, Policía, Fiscalía y CORANTIOQUIA.

“Esa lora sólo le hablaba a ella. Mientras hacía el almuerzo, la una hablaba y la otra contestaba.

Conversaban parejo”. Estas palabras se cuelan entre el trinar de tres pericos australianos y las risas de María Luisa Piedrahita, la abuelita que los cuida. “Es que la viejita era muy querida…”, responde ella luego de limpiar una lágrima que se le fuga por las carcajadas. Entre un respiro y otro añade: “es que Carola estaba pendiente de mí y yo de ella”.

Su nombre completo era Carolina. Los de la casa sólo sabían que llevaba tres años con ellos, que su vocabulario era soez, que era buena bailarina y que no tenía ningún reparo con la comida. Lo que no sabían era que se trataba de un animal protegido, una lora de la especie Amazona amazónica, más conocida como lora barbiamarilla; que en estado silvestre se alimenta principalmente de frutas y semillas, dispersando a su paso muchas de ellas, (y no de “arepita, carne y chocolate”, como muchos creen) y que cuando escoge su pareja es para siempre.

Tampoco sabían que su familia era la Psitacidae, y no ellos. Ni que en cautiverio no se reproduce, dejando de ser útil para la conservación de su especie, ni mucho menos que el sacrificio biológico no solo fue de ella, pues para que Carola pudiera llegar a su casa al menos otras 10 loras barbiamarillas murieron debido al maltrato, las circunstancias adversas y la falta de adaptabilidad a las condiciones de cautiverio.

Nada de esto sabían hasta que una tarde María Luisa abrió la puerta de su casa en el barrio Las Palmas de Ciudad Bolívar, y ahí estaban el biólogo Norberto López, y una agente de la Policía Comunitaria. Se trataba de una visita para motivar la entrega voluntaria de los animales silvestres, actividad que se implementaba en desarrollo de la campaña LIBÉRANOS, la cual pretendía declarar a la cabecera municipal de Ciudad Bolívar como la primera libre de fauna silvestre en cautiverio.

Ese proceso comenzó en 2002, con el censo realizado por CORANTIOQUIA, el cual reveló que, en el Suroeste antioqueño, dicho municipio era el de mayor tradición en

“Es duro saber lo que siente la gente después de alimentar un animalito por quince años o más, y tener que entregárselo a alguien… Eso es casi como entregar un hijo”, reflexiona Gabriel Tamayo, técnico de la Unidad Agroambiental, mientras escucha a Norberto narrarle la liberación de una morrocoy que fue traída voluntariamente hasta la Unidad en días pasados: “Hermano, yo solté ese animal y él no creía en nadie. Corría detrás de otro macho, se le notaba la felicidad. Lo mismo es cuando uno ve a un sinsonte liberado: salen de inmediato a comer hormigas y a cazar grillos porque mientras están cautivos no prueban sus manjares. Si la gente presenciara eso soltaría a todos los animales”.

“Ha sido un trabajo muy largo, de educación ciudadana, capacitación a la gente del Municipio y a la Policía, de generar conciencia, evitando siempre al máximo tener que tomar acciones policiales o judiciales. Y ya estamos a un solo paso: celebrar”, asegura Luis Gonzalo Martínez, director de la Territorial Citará.

Por eso, en esa parte de Antioquia ya se está preparando una fiesta como debe ser. Una celebración digna de un pueblo que se la jugó por la libertad.

CORANTIOQUIA, la Policía Nacional, la Fiscalía y varias administraciones municipales, adelantan procesos similares que, seguramente, permitirán la declaración de más municipios como libres de fauna silvestre en cautiverio.

la tenencia de este tipo de animales. De un total de 3.613 hogares existentes en la cabecera municipal, el 4.2% tenía fauna silvestre en calidad de mascota, es decir, por cada veinticuatro hogares que tenían mascotas, uno tenía animales silvestres. Esto significaba que existían 258 animales silvestres cautivos. Los más comunes eran loros, sinsontes y turpiales; también se encontraron guacamayas, tortugas icoteas y morrocoy, ardillas, guacharacas, carriquíes, currucutúes y hasta una guagua. “Me explicaron que si no los entregaba de manera voluntaria, la multa era como de 300 mil pesos o pa’la cárcel. Plata no mantengo, y a mí la cárcel no me gusta”, comenta María Luisa. Hoy, gracias además a las campañas educativas emprendidas desde 2006 en escuelas, grupos barriales y medios de comunicación municipales, se ha despertado conciencia sobre la necesidad de entregar la fauna silvestre que se encuentra en cautiverio a la autoridad ambiental, a la UMATA o a la Policía.

“Cuando se la llevaron me quedé llorando. Pero ya pienso que debe estar pasando muy bueno consiguiendo novio, porque hace muchos años no tiene y seguro que se va a llenar de muchachitos”. Como la lora Carola, más de 250 animales entre aves, reptiles y mamíferos han sido entregados de manera voluntaria en este municipio. Inclusive, algunos que no estaban registrados en el censo y otros casos que los ciudadanos han señalado y que se atenderán antes de la declaración.

Fiesta de libertad Ciudad Bolívar será ejemplo para el país. La libertad debe amarse sobre todas las cosas, y al igual que otras 150 familias, María y los suyos se han desprendido de sus animales silvestres para premiar su compañía con ese regalo: la vida en libertad.

Los pericos que hoy conserva María Luisa son de tenencia permitida, pues se reproducen en cautiverio..

Cortarles las alas a loros, cotorras y algunas aves es frecuente para evitar su huida. Esto hace más demorado su proceso de rehabilitación y liberación.

Por su cercanía con los Farallones del Citará y Chocó, Ciudad Bolívar es un municipio receptor de fauna silvestre.

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A protegerlapara que nos

10

PROTEJAEl deterioro de la Capa de Ozono afecta directamente

a los seres humanos y al medio ambiente. Aún

estamos a tiempo de protegerla.

Plan Maestro

Este plan tuvo como objetivo dotar a las autoridades ambientales y territoriales, así como a la ciudadanía, de elementos de análisis e instrumentos de acción, que les permitan de manera concertada, tomar decisiones y ejecutar proyectos que garanticen la protección y conservación del patrimonio natural y cultural del Parque Arví, bajo criterios de equidad social, sostenibilidad ambiental y democracia.

Consulte esta publicación en el Centro de Información Ambiental de la Sede Medellín de CORANTIOQUIA, con el número de clasificación: [1077Reg]

Plan Maestro Parque Regional Arví / CORANTIOQUIA, Fundación Natura Colombia-Holos. Medellín: CORANTIOQUIA, 2001. 4 t.; fotos a color + 4 anexos, 4 CD-ROM, 48 mapas, 1 video.

Parque Regional Arví

Monte Everest a 8.848 mts.

TROPÓSFERA

ESTRATÓSFERA

Capa de ozono

MESÓSFERA

TERMÓSFERA

Aviones de reacción

Nubes generadas por explosiones atómicas

Globos tripulados

Contaminantes

Globos meteorológicos

Aviones de reacción

Rayos cósmicos

Ozono troposféricoEl ozono (O3) es un gas formado por tres moléculas de oxígeno. Se encuentra en un 90% en

la estratósfera y un 10% en la tropósfera. El “ozono troposférico”, es decir, el que se encuentra

entre el nivel del mar y los10 km de altura, es un contaminante nocivo para la salud y el

ambiente cuando supera el 10% normal en la atmósfera terrestre, y se forma a partir de la

reacción de óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles (COV) en presencia de una

elevada radiación solar.

Protocolo de MontrealEn 1985 se detectó desde el espacio el “agujero de la capa de

ozono”, una enorme zona en la Antártica que presentaba una

disminución en el nivel de este gas. Tras este hecho, se firmó en

1987 el Protocolo de Montreal, el primer gran acuerdo mundial

sobre un tema medioambiental, y en 1994 la Asamblea General

de Naciones Unidas proclamó el 16 de septiembre como Día

Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.

La atmósfera es una capa gaseosa que rodea la Tierra, controla el clima y actúa como escudo protector contra los peligrosos impactos de meteoritos y la radiación penetrante, como los rayos ultravioleta del sol. Sustenta el vuelo de las aves y de los insectos, transporta semillas y esporas. Sus gases garantizan la vida, y por esto es un componente vital del ambiente humano.

Se divide en varias capas concéntricas sucesivas: tropósfera, estratósfera, mesósfera, ionósfera. En la estratósfera se encuentra la capa de ozono, conocida también como ozonósfera. Esta es una franja en movimiento que se extiende aproximadamente de los 15 a los 40 kilómetros de altitud respecto a la superficie terrestre y reúne el 90% de esta sustancia.

Su historia La historia del conocimiento que se tiene del ozono se remonta al año 1839, cuando Schöbein descubrió esta sustancia en la atmósfera. En 1913, los estudiosos físicos franceses demostraron que la mayor parte del ozono se encuentra en la estratósfera. En 1972, después de varios años de mediciones, se abordó este tema en la Conferencia sobre el Medio Ambiente en Estocolmo y se creó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

El agotamiento de la Capa de OzonoSu agotamiento se origina por la emisión de sustancias que contienen cloro, bromo, nitrógeno y freón, que al llegar a la estratósfera entran en contacto con el ozono y lo destruyen, produciendo un fenómeno conocido como “agujero en la capa de ozono”.

Los científicos Sherwood Rowland y Mario Molina sugirieron, en 1974, que los clorofluorocarbonos (CFC) tienen mucha incidencia en la destrucción de la capa de ozono. Estos se usan en productos como neveras, aires acondicionados, espumas de poliuretano, extintores, aerosoles y algunos solventes; los halones, presentes también en extintores; el bromuro de metilo, usado en fumigantes para suelos; y el tetracloruro de carbono, utilizado como agente en procesos industriales.

Al adquirir cualquier producto, y en especial los mencionados, es importante revisar que entre sus ingredientes no haya CFC ni ninguna otra de estas sustancias. También se recomienda, a la hora de hacerles mantenimiento a electrodomésticos como neveras y aires acondicionados, solicitar técnicos preparados para procurar el menor impacto posible al ambiente.

Gracias al seguimiento que se le ha hecho a la capa de ozono en los últimos años, hoy sabemos que está seriamente amenazada, y que su debilitamiento puede provocar aumento en casos de cáncer, cataratas y afectar el sistema inmunitario no sólo de los seres humanos.

Esta “capa protectora” es cada vez más frágil, y en nuestras manos está protegerla para que nos siga protegiendo.

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11Nº 28 · Septiembre de 2008

AmbienteElfue la musa

Desde 1972 cada 5 de junio se celebra el Día del Medio Ambiente, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas para propiciar reflexiones y acciones para la preservación del medio

ambiente. Por eso, en las ocho Direcciones Territoriales y la Sede Medellín de CORANTIOQUIA, se llevaron a cabo actividades en ese sentido. Hoy les presentamos los resultados de una de ellas: el Concurso de Cuento Ambiental realizado en el municipio de Tarso, en la Dirección Territorial Cartama.

Sección primaria

Ganadores

SeparitoLuís Fernando ChanchiGrado 6ºB

Separito era un niño que vivía en una vereda llamada Patio Bonito. Su sueño más grande era ir a Medellín. Era muy feliz ya que se divertía reciclando y enseñando a los adultos a cuidar el medio ambiente y separar papel, vidrio, plástico, cartón, y así mantener viva la Tierra. Cuando salía de la escuela, Separito iba a su lugar preferido: el charco de La Vida, en el cual mantenía tres botes de basura con los nombres de donde se debía tirar el vidrio, el plástico, el papel y el cartón. Allí se mantenían toda clase de animales silvestres. Un día, cuando Separito llegó del charco, su mamá le dio la gran noticia: de su escuela lo iban a llevar a cumplir el sueño de visitar Medellín.Pasó el tiempo y llegó el día esperado, Separito llevó linterna, guantes, bolsas de basura, ropa adecuada y un mapa de toda la ciudad con los mejores parques y lagos. Separito se despidió de su lugar preferido.¡Pi, pi, pi! pitó el bus. Separito montó su maleta. Viajaron y viajaron. Estaba muy contento. Llegaron a un hotel y al día siguiente cuando sus amigos vieron qué ropa había llevado, se burlaron hasta más no poder. Separito se puso muy triste, pero se recuperó.Cuando salieron del hotel, Separito sacó su mapa y le indicó a la profesora a dónde tenían que ir. Llegaron al parque principal y vieron que estaba lleno de basuras y botes caídos y que la gente tiraba los residuos en una misma caneca. Separito se puso muy triste pero dijo: “Manos a la obra”. Sacó bolsas, sacó guantes, levantó botes y recogió vidrio, papel, cartón y plástico. Sus amigos se burlaban. La profesora los regañaba, pero también le daba risa. Separito no quería irse hasta no dejar el parque libre de basuras.Regresaron al hotel, se encerró en su cuarto y se puso a ingeniar volantes, carteleras y reflexiones para que la gente recapacitara. Después de que sus amigos y profesores se durmieron, salió del hotel con cuidado y buscó nuevamente el parque en el mapa. Luego de caminar durante mucho tiempo lo encontró y empezó a recoger las basuras hasta que quedó limpio…

Sección Secundaria.Categoría 1

Recicla, es un derecho de todosJackeline LoaizaGrado 2º B

En un pueblo muy lejano vivía un señor llamado Juan. La gente no lo consideraba porque era un señor muy desagradable, cuando lo veían le hacían mala cara y hablaban mal de él.Un día Juan se fue para el bosque y destruyó árboles, aguas y frutos. Dañó guayabas, aguacates, mangos, naranjas, mandarinas y madroños. A las aguas tiró basura como cáscaras de huevo y aguacate. En aquel momento llegó un señor llamado Carlitos y le dijo: “¿Por qué estás destruyendo la naturaleza?” Y Juan le contestó que porque la gente no lo quería. Carlitos le dijo que era muy cochino destruyendo árboles y contaminando las aguas. “Por eso la gente no te quiere y hablan mal de ti. Si cambias, te van a querer”. Entonces Juan le hizo caso a Carlitos y empezó a cuidar la naturaleza y la gente lo empezó a querer.

La imaginación de un niño Duván Giraldo CanoGrado 11ºA

Hola, soy Duwar, un niño de 6 años que me imagino en un planeta sin contaminación, donde el ambiente es puro, las cosechas de los campos son hermosas y abundantes, donde los ríos, las plantas y los bosques están llenos de animales. Pero “no”, ahí no empieza la realidad. Antiguamente existía un planeta alegre en el que se podía respirar aire puro, donde había toda clase de animales, donde todos los ríos eran limpios y las fuentes de agua tenían abundancia de peces. Pero “no”, esto empezó a cambiar cuando llegó un habitante nuevo al planeta, era la contaminación mala y perversa, que se ensañó en destruir la naturaleza, empezó a dar consejos a las personas para que inventaran cosas en beneficio de ellas. Comenzaron a talar bosques para construir fábricas en esos lugares, el aire cambió, los animales perecieron, la capa de ozono se acabó poco a poco, los rayos del sol entraron con más fuerza y acabaron con la naturaleza, aparecieron enfermedades nuevas en el planeta. Al ver que la contaminación estaba acabando con su mundo, decidieron expulsarla de sus vidas pero era tarde porque el calentamiento perjudicaba las cosechas, los ríos y la destrucción acababa la vida humana.¿Será que esta imaginación tendrá un final? ¿Será que podemos recuperar y salvar nuestro planeta? ¿Será que nuestro medio ambiente volverá a ser igual?

Sección Secundaria. Categoría 2

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1�

Una visita al

Después de cuatro horas, cuando el caminante ha logrado superar cimas y valles, caminos pantanosos, senderos de roca, bosques tupidos y una empinada cuesta

final, es recibido por una cabaña de madera, pequeña y bien construida, que da paso a un increíble paisaje: el Páramo de Belmira, una extensión verde y serpenteante, rodeada de cielo por todos lados, encaramada a 3.250 metros sobre el nivel del mar. Se trata de una complejo sistema productor de agua: amplios tapetes de pastos naturales y arbustos pasmados por el frío; colchones húmedos cubiertos de espigas; suelos rocosos envueltos en varios tonos de ocre y verde, y por todos lados las cabezas de hojas largas y extendidas de los amos y señores del páramo: los frailejones.

Solo cuatro países en América tienen el privilegio de este ecosistema: Venezuela, Ecuador, Perú y Colombia. Y este hace parte del Sistema de Páramo y Bosques Altoandinos del Noroccidente Medio Antioqueño: 34.807 hectáreas que abastecen de agua a diez municipios de la región del Altiplano Norte y Occidente, nutren la represa e hidroeléctrica Río Grande II, el occidente cercano y a más de un millón de habitantes de Medellín.

Hasta la cimaAdemás de buen estado físico, para visitarlo se debe contar con un guía del Cabildo Verde de Belmira. Y se pueden tomar dos rutas. La mejor estrategia para conocer una mayor área es subir por la ruta con más “premios de montaña”, una cascada y una truchera en el camino; y regresar por la otra ruta: un solo descenso por bosques hasta llegar a la recta de Río Chico y de ahí al pueblo.

El páramo se recorre lento, para disfrutar los frailejones, sus hojas velludas y sus flores parecidas a girasoles abrigados, o para descubrir restos de uñas y vértebras de mamíferos pequeños entre el excremento seco de un puma. Y a paso rápido, para llegar hasta los extremos en los que se esconden la laguna y la explanada en que se convirtió la ciénaga que los mineros drenaron casi hasta el fondo para mover sus molinos de pisón. Y en todas las esquinas del páramo hay horizontes dónde dejar perder la vista y quedarse quieto.

Claro que más vale moverse. Temperaturas de entre 3 y 12 grados centígrados, y lluvias de más de 2.000 milímetros al año, son buen argumento para regresar al que desde el principio se anunció como un lugar indispensable: el refugio de madera, que aunque acoge y protege, a la mañana siguiente se debe abandonar cuanto antes para no perderse un minuto de belleza en este refugio de la naturaleza al que siempre se va a querer volver.

Páramo protegido vale por diezEn 2007, el Sistema de Páramo y Bosques Altoandinos del Noroccidente

Medio Antioqueño fue declarado Distrito de Manejo Integrado de los

Recursos Naturales Renovables. Allí, CORANTIOQUIA ha adquirido 3.781

hectáreas; ha establecido 24 hectáreas de enriquecimiento, 130 huertos

leñeros, 68.600 metros lineales de cercos vivos y 109.5 hectáreas de

reforestación protectora. Ha capacitado 72 gestores ambientales, se ha

acercado a los concejos de los 10 municipios con área de influencia, a los

que se les han propuesto incentivos para los propietarios de bosques o

páramos. Elaboró el plan de manejo ecoturístico, del que se hizo un puente

colgante sobre el Río Chico, en el paraje Los Patos, que conduce a un sendero

de 3.000 metros hasta el páramo. Para recuperar un antiguo espejo de

agua de 74 hectáreas conocido como la Ciénaga del Morro, se elaboraron diseños para diques de contención y así reparar el daño producido por los drenajes artificiales practicados por mineros que necesitaban corrientes de agua.

Desde 2007 se desarrolla un Plan de Acción como piloto para la conservación y manejo de ecosistemas de altamontaña, mediante el “Proyecto Páramo Andino” –que busca la Conservación de la Biodiversidad y la cultura de los Páramos en los Andes– y que se ejecuta en compañía de Venezuela, Ecuador y Perú. En él intervienen fondos internacionales, Centros de Investigación, el Instituto Humboldt, y las

universidades de universidades de Ámsterdam y Wisconsin.

Cómo subirPara subir al Páramo es indispensable acordar una fecha por lo menos una semana antes con el Cabildo Verde de Belmira, que por un valor módico ofrece el servicio de guianza y la cabaña, que tiene baño y un mesón de cocina y puede alojar 15 personas en sleepings. Tel. 8674497.

Flora y faunaRoble, sietecueros, nigüitos, canelo de páramo o encenillo; mortiño, romero de páramo, senecios y por supuesto frailejones: Espelettia occidentalis variedad antioquensis. 103 especies de aves. Dentro del tramo de bosque húmedo, chuchas, armadillos y erizos, o venados y pumas que pocos han visto. En el páramo, reptiles y anfibios. Mariquitas, mariposas velludas y otros insectos.

El Páramo de Belmira es uno de los lugares más hermosos de Antioquia. Además de ser un balcón privilegiado hacia el norte y el occidente del departamento, es una estrella hidrográfica y todo un tesoro biológico que CORANTIOQUIA protege. Relato de una visita.

La explanada que se abre al fondo era una ciénaga, pero mineros de la zona la drenaron. CORANTIOQUIA ya tiene diseños para recuperar el espejo de agua.

En una de las zonas más húmedas del páramo se forma una laguna, huella de antiguas glaciaciones.

La floración de los frailejones es otro de los espectáculos naturales del páramo.

Las bromelias son unas de las pocas plantas que pintan de colores vivos las tierras altas.

Pequeños senecios se asoman entre la vegetación del Páramo.